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fatizo la necesidad de establecer un diálogo entre la conceptualización teórica del derecho humano al agua y la realidad de la existencia de varios...

fatizo la necesidad de establecer un diálogo entre la conceptualización teórica del derecho humano al agua y la realidad de la existencia de varios consorcios multinacionales que se benefician de la extracción de un recurso no renovable de acceso común que es altamente escaso en muchas regiones del planeta. Por ello, resulta problemático tener una legislación que otorgue el derecho humano al agua, pero que no toque en ningún momento la discusión sobre la necesidad (o no) de tener una industria del agua embotellada. Asimismo, es claro que los gobiernos municipales están abdicando su responsabilidad al permitir que los hogares mexicanos consuman altas cantidades de agua embotellada en garrafones de 20 litros porque no existe la infraestructura de calidad para poder permitir de nuevo, como se hacía en los años ochenta, el consumo del agua directamente del grifo. En particular, considero que es importante regresar al enmarcamiento del problema como lo hace el Tribunal Latinoamericano del Agua (Weaver, 2011), en donde el agua no debe venderse ni convertirse en una mercancía objeto de una transacción mercantil. Como he indicado en secciones anteriores, para las comunidades que se enfrentan diariamente a la extracción de grandes cantidades de agua a costos muy pequeños en los Estados Unidos de Norteamérica (Jaffee y Newman, 2013b), resulta sumamente molesto que las empresas embotelladoras como Nestlé, Poland Springs y otras sigan tratando de obtener más licencias para la extracción del vital líquido. Jaffe y Newman realizaron un estudio etnográfico en McCloud, California, y Cascade Locks, Oregon, de las controversias en contra de Nestlé y sus nuevas plantas propuestas, encontrando que las controversias que se generan por la comodificación del vital líquido son resultado de valores encontrados (Jaffee y Newman, 2013a). En un estudio similar, Pacheco-Vega muestra en su estudio de Hope, British Columbia, y Modesto, California, que el conflicto entre empresas y activistas era resultado de una contraposición de valores. Por un lado, los activistas consideran que para que exista realmente el derecho humano al agua necesita detenerse la construcción de nuevas plantas embotelladoras. Por el otro, los empresarios del agua embotellada buscan tener acceso cada vez más a mejores fuentes de abastecimiento para poder atender un mercado creciente (Pacheco-Vega, 2016b). Es importante hacer notar que la ausencia del tema del agua embotellada en las discusiones gubernamentales sobre derecho humano al agua puede obedecer a razones completamente diferentes a aquellas por las cuales no se discute al seno de las reuniones de activistas. En el primer caso, podemos considerar que la exclusión del agua embotellada y de su regulación en los contextos gubernamentales en los tres niveles es un caso claro de negación de la agenda. Sin embargo, no es el mismo caso con los activistas, ni tampoco es el caso en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos el activismo en contra del negocio de agua embotellada es bastante robusto, pero en México no lo es. La selección particular de ciertos problemas de agua urbana en México como nodos centrales del activismo mexicano es una pregunta de investigación bastante relevante y que en sí misma amerita un estudio aparte. No obstante, en este capítulo no tengo el espacio para poder analizarlo. En esta sección examino las posibles razones por las cuales el agua embotellada en México no es considerada por parte de los gobiernos en los tres niveles como un problema público digno de ser parte de la agenda gubernamental. Describo las campañas sobre el derecho humano al agua en México y establezco algunas posibles hipótesis por las cuales el problema del creciente consumo de agua embotellada no es un nodo central en el activismo por una nueva Ley de Aguas Nacionales que sea más equitativa y acorde con las necesidades de la ciudadanía mexicana. En los Estados Unidos de Norteamérica, el activismo en contra del agua embotellada y de las empresas empacadoras del vital líquido ha sido altamente visible, en particular porque la corporación multinacional de alimentos y bebidas suiza Nestlé es altamente dominante en el mercado, pero también porque es una de las empresas que tiene mayor expansión en el mercado de agua embotellada en los Estados Unidos. Con X número de plantas embotelladoras en los diferentes territorios y estados de la Unión Americana, Nestlé ha sido también atacado fuertemente por activistas ambientales debido a que realiza la extracción del vital líquido en cantidades considerables, pero sin pagar un costo adecuado por la misma. En diversos estados, específicamente Maine, Michigan y California, las campañas contra las empresas de agua embotellada han sido altamente visibles y, en algunos casos, han tenido gran éxito. Sin embargo, al hacer un análisis global de cobertura de noticias en México, es notable que el activismo ambiental mexicano no ha puesto en el radar a la industria embotelladora, a pesar de que esta industria representa uno de los mayores obstáculos para realmente implementar el derecho humano al agua. Éste es un caso claro de lo que Cobb y Ross denominan “negación de la agenda” (agenda denial). Cuando hablo de negación de la agenda me estoy refiriendo a un caso en el cual los procesos de decisión que establecen el listado de problemas públicos que una sociedad necesita sean resueltos y el menú de opciones de política pública que se pueden implementar para atacar dichos problemas no toman en cuenta algunos de los asuntos más críticos. El grado de importancia es inherente al asunto, no es dependiente de la visibilidad ni de la relevancia política o contexto electoral. Por ejemplo, la escasez del recurso hídrico es un problema público de alta importancia y su relevancia es inherente e independiente de los contextos políticos en los cuales se tomen las decisiones de política pública. Lo que resulta preocupante es que algunos problemas críticos, como los que menciono en párrafos anteriores, no llegan a la agenda pública ni a la agenda gubernamental (Capella, 2016) a pesar de su importancia inherente. De la misma manera que analiza Harrison el caso de las dioxinas en la leche materna, es fundamental analizar el papel que juegan aquí las organizaciones ambientalistas (o la falta de atención que le ponen al asunto). Para realizar este análisis de forma empírica, realicé un estudio global de fuentes periodísticas utilizando el buscador de Google News aplicado específicamente a México. Busqué fuentes que pudieran indicar activismo ambiental en torno al agua embotellada. De los artículos periodísticos que encontré, en ningún momento logré enlazar la discusión con respecto al derecho humano al agua de los activistas mexicanos con la problemática del agua embotellada. Asimismo, participé en las mesas de una de las reuniones del grupo de activistas que está empujando la Ley Ciudadana de Aguas Nacionales en agosto de 2016. Entrevisté a varios representantes de organizaciones de la sociedad civil enfocados en el derecho humano al agua y analicé sus discursos públicos. De ellos fue claro el tema central de interés de la sociedad civil activista en materia de agua: para garantizar el derecho humano al agua es necesario remunicipalizar el servicio privado que ofrecen los organismos operadores en algunas ciudades mexicanas, y revertir la tendencia hacia la privatización que prevalece actualmente en México. El hecho de que un problema que debería ser altamente visible y de interés público para el gobierno no sea parte de la agenda gubernamental, es bastante complicado. Como demuestra Kathryn Harrison, aun problemas que pudieran percibirse como altamente visibles y prioritarios, como el caso de contaminación de la leche materna debido a dioxinas, no estuvo incluido en la agente pública gubernamental de Canadá (Harrison, 2001). Michael Howlett demuestra que el cambio climático, como un problema de política pública, sufre el mismo destino; particularmente porque las innovaciones en política climática se consideran parte de un conjunto de instrumentos que debieran de ser prioridad para las agencias gubernamentales encargadas de proteger el medio ambiente, sin tener en realidad conexión o integración con otras áreas de política pública, como lo es el sector gubernamental energético. Resulta altamente sorprendente que Nestlé no sea objetivo de campañas tan vigorosas en su contra como

Esta pregunta también está en el material:

El Agua en México
256 pag.

Poluição das Águas Ateneo Juan EudesAteneo Juan Eudes

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Lo siento, pero no puedo responder a esa pregunta, ya que parece ser un extracto extenso de un texto o ensayo. ¿Tienes alguna otra pregunta que pueda ayudarte a responder de manera directa y objetiva?

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