Si cambian los tiempos por consecuencia habrán de cambiar los profesores, pues al no hacerlo se violenta el principio ético de beneficencia, ya que...

Si cambian los tiempos por consecuencia habrán de cambiar los profesores, pues al no hacerlo se violenta el principio ético de beneficencia, ya que diríamos siguiendo a Hortal (2000), la institución universitaria está concebida para hacer el bien a los jóvenes enseñando lo mejor del campo disciplinar y, por añadidura, con los mejores modos posibles teniendo en cuenta el contexto social en donde se produce la acción docente y formativa. Esto es, hacer el bien a los estudiantes donde el conocimiento relevante, las competencias pertinentes y la dosis cultural haga posible su realización como persona en la vida social y profesional; todo ello constituye el principal desafío ético de la educación superior y, por definición, del irremplazable profesorado. La problemática se presenta en dos dimensiones: primero, los deberes éticos del profesorado ante las nuevas expectativas de la educación superior y, segundo, la necesaria re-significación pedagógica de lo que constituye la contribución social de los profesores en la vida líquida. Ambas están conectadas por la finalidad educativa que nos ha de llevar a concebirlas como partes constitutivas del deber profesional de los profesores, para realizar su trabajo académico teniendo en cuenta las demandas y transformaciones culturales del mundo actual. La falsa idea de que la ética profesional se reduce a los códigos deontológicos, cuya finalidad es establecer prescripciones de buenos comportamientos en los múltiples campos de las profesiones, no sólo es limitar el concepto sino arruinar sus alcances para contribuir desde las profesiones al desarrollo de la humanidad. En la idea weberiana de que no toda actividad productiva y laboral es una profesión, ya que ésta requiere la validación de conocimientos y competencias especializadas y acreditadas por una institución de educación superior, además de que ha de servir a las personas para su cotidiana manutención.