Mientras Cartier cambiaba las reglas de la joyería de la alta sociedad, el restablecimiento de los Juegos Olímpicos implantó al mismo tiempo la ide...
Mientras Cartier cambiaba las reglas de la joyería de la alta sociedad, el restablecimiento de los Juegos Olímpicos implantó al mismo tiempo la idea de indicar los grados de la excelencia según una escala de diferentes metales. Los Olímpicos de la Antigua Grecia habían premiado simplemente con laureles a los mejores atletas. En los primeros Juegos modernos, que se celebraron en Atenas en 1896, al ganador de cada acontecimiento se le premió con una medalla de plata, y el segundo clasificado obtuvo una de bronce. No fue hasta los Juegos de Saint Louis en 1904 que el Comité Olímpico Internacional decidió que tenía que haber medallas de oro, plata y bronce para los tres primeros lugares, y corrigió retrospectivamente el medallero para los dos Juegos anteriores de acuerdo con el nuevo sistema.
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