Algo muy importante en la propuesta de IA sobre Dalí es su vinculación con la educación y el conocimiento sobre su figura, algo muy destacable en este caso. Pero fricciona con que Dalí tuviese la intención de aparecer en un proyecto de IA en forma de deepfake. El proyecto se ampara en una célebre frase de Dalí en la que decía que tan solo creía en la muerte, pero no en la muerte de Salvador Dalí. Frase oportuna a la que se acoge la agencia para crear el deepfake, parafraseando al propio artista y tergiversando su versión. Es una de las claves para que reflexionemos estos imaginarios, puesto que, en el juego establecido entre realidad y ficción se encuentra la posibilidad de ficcionar la realidad. La intimidad con la que se relacionan con nosotros, o nosotros con ellas, nos lleva a explorar esas formas de interacción con los objetos desde cierta resistencia, puesto que, a pesar de que ocupen el lugar de las personas, no lo son, pertenecen al territorio de los iconos, dado que por muy verosímil que sea la imagen con la realidad, sigue perteneciendo al territorio de lo procesual, del algoritmo y de la digitalidad.