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SOC_U2_A2_JOPJ - Jonathan Pineda (1)

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Sociología
Actividad 2
Problemáticas sociales y seguridad pública
La descomposición del tejido social como problema de seguridad pública.
Alumno:
Jonathan Omar Pineda Jiménez
Profesor: Carlos Aguirre Retana
20 de marzo de 2022
Introducción
Para toda la población mexicana es bien sabido que el principal problema al que se enfrentan las personas es a la creciente violencia que se impone en nuestro país. Pero se habla del tema como una responsabilidad única y exclusiva del Estado, quien a través de sus aparatos ideológicos y represivos intenta contener el problema. Se debe observar al problema para poder trabajar sobre su solución, mas no solo fijar posturas políticas que lejos de proponer, afectan mas la confianza y la estructura de los cuerpos de seguridad, pues son ellos la primera línea de defensa contra la delincuencia. 
También, para toda la población es bien sabido que muchos elementos de seguridad de cualquier orden de gobierno del que se trate tienen relación, vinculación o cualquier otro acercamiento con células del crimen organizado, lo que nos hace blancos directos del crimen desde quienes deberían proteger nuestra integridad. 
Considerando las perspectivas anteriores, es preciso hablar de la percepción de la seguridad pública y la confianza en las instituciones públicas. El informe de Ranking de Confianza en las Instituciones México realizado por Consulta Mitofsky en 2020, posiciona a la Policía en el lugar 15 de 19, ubicándola en un nivel de confianza medio, por encima de los partidos políticos, senadores, diputados y sindicatos. 
Sin embargo, este informe también integra a la reciente Guardia Nacional, posicionándola en 3er lugar, con un nivel de confianza alto. Menciona también que es la primera vez que la institución de la POLICÍA se encuentra dentro de la CONFIANZA MEDIA al llegar al 6.0 de calificación, como se muestra en la siguiente gráfica:
Los aparatos del Estado
El punto de partida es la gran capacidad del hombre para la imitación y para conseguir de esta manera conductas más adaptables al medio que le rodea. El problema está en tener a mano unos modelos adecuados. En este sentido, los aparatos del Estado tienen un papel importante en el tema a tratar, pues requieren de un trabajo conjunto entre instituciones a fin de solidificar la construcción de la paz que la sociedad demanda.
Bajo esta premisa, me permito afirmar que la seguridad pública no nada más exige un fortalecimiento en infraestructura y el estado de fuerza, sino precisa también impulsar permanentemente acciones que contribuyan a reparar la confianza perdida con base en la restauración del tejido social, pues la violencia y la criminalidad son problemas de la socialización, de la interacción social y de las instituciones socializadoras. Pero antes de enfocarnos en los procesos de socialización, se centrará esta sección en los Aparatos del Estado.
El Estado, desde la tradición marxista, es concebido como un aparato represivo, es decir, una máquina de represión que permite a las clases dominantes asegurar su poder sobre la clase obrera, para someterla a la explotación capitalista. Es ante todo lo que aquí denominaremos aparatos del Estado. Entre los aparatos del Estado importa resaltar al Aparato Represivo (ARE) y al Aparato Ideológico del Estado (AIE), pues de éstos se basará el análisis. La violencia articula un sistema desarrollado desde el ARE, una ideología partidaria del control social, herramienta en combinación con el Estado y la fuerza armada. 
La maquinaria estatal está integrada por instituciones represivas (policía, ejército, empresas, etc.) e instituciones ideológicas (escuelas, prensa, partidos políticos, cárceles) con la intención de mantener el control de las masas por parte de las clases dominantes. Por otro lado, el Poder del Estado (importante definir) es aquella facultad de poder utilizar a los aparatos del Estado para cumplir objetivos de sometimiento (García 2008).
Aquel sometimiento de clase ocurre en una estructura social denominada por Marx en dos niveles como infraestructura y superestructura, la primera está conformada por las fuerzas de producción y de consumo, mientras que la segunda se conforma por lo jurídico-político (estado, policía, ejército) y lo ideológico (iglesia, educación, sociedad). La superestructura depende determinadamente de la infraestructura, pues a esta ultima la integran las masas populares, no solo para conservar las condiciones materiales, también las reglas del orden y sometimiento establecidos. La escuela corresponde a un aparato ideológico, pues a través de la enseñanza se transmiten habilidades y técnicas de producción, diversificando el futuro de la fuerza de trabajo engendrando como resultado normas de comportamiento e ideologías que se adecuen a su estructura social inmediata.
Continuando con el materialismo dialéctico, dividimos al aparato del Estado en dos, el Represivo y el Ideológico. El represivo funciona en términos de violencia, básicamente; y el ideológico funciona desde lo escolar, lo familiar, religioso, cultural, político, así como los medios de comunicación. El aparato Represivo pertenece al dominio público mientras que el Ideológico es dominado por el sector privado. Aun con esto, ninguno es puramente ideológico ni puramente represivo, pues las Fuerzas Armadas también difunden ideologías, mientras que las escuelas, la iglesia y los informativos a veces reprimen mediante la expulsión, la censura y el juicio social. Ninguna clase (en nuestro caso fracción de clase) puede en forma duradera mantener el poder sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los Aparatos Ideológicos de Estado
“Esto permite comprender que en los AIE “es el lugar en el que se libra una lucha de clases y a menudo en forma muy encarnizada. La clase (o alianza de clases) en el poder no dicta tan fácilmente la ley en los AIE como lo hace en el Aparato Represivo, no solamente porque las antiguas clases dominantes pueden conservar allí durante mucho tiempo fuertes posiciones, sino también porque la resistencia de las clases explotadas puede encontrar el medio y la ocasión para expresarse allí, sea utilizando las contradicciones que existen, sea conquistando por medio de la lucha, posiciones de combate” 
(Althusser, 1989).
El tejido social y los procesos de socialización
Ahora que conocemos a los aparatos del Estado y una vez comprendida la importancia que éstos tienen en la sociedad, debemos comprender los procesos de socialización en diversos niveles, así como la conformación y descomposición del tejido social para poder proponer acciones encaminadas a la recuperación y fortalecimiento de este desde el aparato ideológico.
Los procesos de socialización
Como noción general, la socialización es un proceso por el cual un individuo se hace miembro funcional de una comunidad, adquiriendo la cultura que le es propia. Es decir, la socialización es el proceso de adquisición de cultura. Desde la perspectiva interaccionista, Cooley (..) decía que todo individuo aprende a juzgarse a sí mismo en base al modo en que los demás lo juzgan, que la identidad es transferida socialmente. Por otro lado, Mead sostiene que el sí mismo tiene carácter social, la relación progresiva del individuo con los demás mediante el lenguaje y éste es un proceso cognitivo superior, es decir, adquirido y perfeccionado por la cultura, no por la naturaleza, centrando así de forma ideológica la perspectiva. No pasa lo mismo con el conductismo, pues es una corriente que intenta promover la ideología de los aparatos del Estado a través de la represión sistemática, es decir, a través de castigos para cuando no se cumplen los objetivos del adoctrinamiento.
Es posible afirmar que el ser humano es una especie que no tiene un hábitat específico, una región geográfica de la que sea endémico o bien, un espacio donde no pueda habitar. El ser humano se produce a sí mismo, pues todo orden social existe como consecuencia de la actividad humana, siendo continua y permanentemente socializados(receptores de cultura) por instituciones o medios de socialización. Suele considerarse que existen cinco colaboradores básicos en el proceso de socialización:
1. Familia: Institución socializadora por excelencia. De ella se obtienen las conductas morales, éticas, religiosas y los valores fundamentales para la convivencia. Presuntamente el principal responsable de la descomposición social.
2. Grupos primarios: Intervienen en esta institución a los amigos del vecindario, pues tiene una fuerza importante en la socialización. 
3. Escuela: Está orientada a la segunda socialización o a la socialización secundaria, primando la racionalidad sobre el afecto. Principal herramienta para fomentar la construcción de la paz y el restablecimiento del tejido social.
4. Grupos de referencia: Tienen la capacidad de servir como norma de conducta, al ser el espacio con la aplicación del aparato represivo con más vigor.
5. Medios de comunicación social: Conocidos como los grandes manipuladores de la consciencia, modernizándose con el paso del tiempo, originando procesos secundarios o alejados de la socialización adecuada. Principal obstáculo para la construcción de la paz por su influencia ideológica y poder social.
El tejido social
Es todo eso que tenemos en común quienes pertenecemos a una comunidad, es lo que nos une, que nos identifica, nos hace ser lo que somos y sentirnos parte de una misma cultura, de una misma tradición. Podemos decir que el tejido social lo conforma un grupo de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas elementales o superiores, como son: alimento, salud, educación seguridad social, cultura, deporte, servicios públicos, transporte y todo lo que represente mejor calidad de vida.
Podemos identificar dos tipos de tejido social:
1. Familiar: Vínculo formado por personas con parentescos consanguíneos o núcleo mutuo que se convierte en convivencia diaria, donde los miembros se necesitan entre sí para satisfacer necesidades.
2. Comunitario: Nace del conjunto de núcleos familiares que por su cercanía y convivencia conformar una comunidad.
Por todo lo que encierra el término Tejido Social es que resulta preocupante su deterioro, sin lazos fuertes a nivel social o familiar, difícilmente se logre constituir una sociedad solidaria, firme y que haga valer sus derechos y el de los demás (Hábitat, s.f.). Toledo (2019) afirma que la descomposición o deterioro del tejido social es la causa principal de la violencia [en Sinaloa], siendo la falta de oportunidades el detonante para que la juventud se adhiera a la delincuencia y a la criminalidad, aunado a la poca atención que tienen los padres hacia ellos. Otra muestra de la descomposición social es la “justicia con propia mano” por no estar regulado y sucede aún sabiendo que los responsables de impartir justicia son el estado de Derecho, las leyes y las investigaciones criminales.
En el caso de México, hablaremos de los tejidos sociales, quieren se encuentran en un franco proceso de fragmentación donde el núcleo generador de dicha división se encuentra en el proceso de mercantilización de la vida, lo cual desvirtúa la relación con la tierra y con la comunidad. Si el tejido social tiene elementos que nos hacen ver que hay una cohesión, un tema de identidad, arraigo, organización política o comunitaria ciudadana, entonces habrá mejores condiciones para un tema de paz, pero si en el tejido social hay desarraigo, vacíos institucionales, falta de organización o participación, las consecuencias son condiciones para que se incube la violencia (Peniche, 2021). hablar de tejido social significa diseñar procesos a mediano y largo plazo para transformar una comunidad, una sociedad o un grupo, también implica “qué narrativas tenemos que hacer para construir una visión diferente, qué prácticas tenemos que cambiar en las costumbres y en las instituciones, y qué actitudes personales necesitamos transformar”.
Conclusiones
La construcción de la paz exige una profunda restauración del tejido social
La seguridad pública no solo exige fortalecer el estado de fuerza o infraestructura de las instituciones de seguridad pública, sino que precisa impulsar de forma permanente acciones que contribuyan a la reparación del tejido social afectado por la acción de la delincuencia, la recuperación de la confianza ciudadana en sus autoridades y el desarrollo de alternativas de empleo, educación, salud y el ejercicio pleno de las libertades. Para garantizar la seguridad que merece el país, es indispensable fortalecer la coordinación interinstitucional y con la sociedad, a fin de emprender un camino sólido hacia la construcción de la paz, que atienda el origen y las causas estructurales de la violencia y el delito.
El fuego que ha incendiado y destruido el tejido social de comunidades y regiones enteras de nuestra patria no surgió de la nada, no ha sido fortuito. Hay procesos, historias y factores de diversa índole, que han incidido en la gestación y en el desenlace muchas veces doloroso y sangriento, de la ruptura social en nuestras comunidades. La descomposición social hizo erupción hace más de cuatro décadas por los efectos no calculados de una modernización que soñaron varios grupos del poder político y empresarial, y que resultó exitosa solamente para ellos y para unos cuantos de sus amigos. Los factores determinantes que configuran el tejido social son de tres tipos: 
a) Comunitarios: que comprenden las relaciones de confianza y cuidado; la construcción de referentes de sentido y pertenencia y los acuerdos, por medio de los cuales se participa en las decisiones colectivas. 
b) Institucionales: que son las formas de organización social establecidas en un territorio y que se conectan con otros territorios. 
c) Estructurales: que comprenden los sistemas sociales que determinan las instituciones y las relaciones sociales.
La reconstrucción del tejido social es una apuesta por la paz. Esta no consiste solamente en la supresión de la conflictividad social, sino que es el resultado de todo un proceso de reconstrucción y reconstitución social, cuyos ingredientes son el restablecimiento de los vínculos comunitarios rotos y la creación de condiciones culturales, ambientales y estructurales para la buena convivencia. La paz es fruto del bien convivir en justicia, así como de la seguridad y cuidado de los demás y del entorno, es decir, del medio ambiente. El esquema de análisis del conflicto abarca tres ingredientes: la historia del conflicto, (cultura y estructura del contexto social); el epicentro del conflicto (el patrón de relaciones); y el episodio (los problemas emergentes en la comunidad). (Guzmán, 2016).
Fuentes de consulta
Althuser, L. (1974) Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado, Medellín, Colombia. Ed. La oveja negra.
García, K. (2008). Ideología, Aparatos Ideológicos y Aparato Represivo del Estado en Cóndores no entierran todos los días. POLIGRAMAS, (29)84. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/277184470_Ideologia_aparatos_ideologicos_y_aparato_represivo_de_Estado_en_Condores_no_entierran_todos_los_dias
Guzmán, J. (2016). Reconstrucción del tejido social: una apuesta por la paz. México. IBERO. Recuperado de: http://www2.iberopuebla.mx/micrositios/cu2016/docs/reconstruccion.pdf
Habitat para la Tierra. (s.f.) El tejido social. [Archivo de Blog]. Blog. Recuperado de: https://www.habitatmexico.org/article/el-tejido-social#:~:text=Podemos%20decir%20que%20el%20tejido,represente%20mejor%20calidad%20de%20vida. 
INDESOL. (9 de junio de 2021). Mesa de Diálogo: Reconstrucción del Tejido Social - estrategias y propuestas. [Archivo de video] YouTube. Recuperado de: https://youtu.be/bmTsF__qaJQ
Peniche, G. (2021). Mesa de Diálogo ‘Reconstrucción del Tejido Social: estrategias y propuestas que favorecen la cohesión social. INDESOL. México. Disponible en: https://www.gob.mx/indesol/prensa/reconstruccion-del-tejido-social-estrategias-y-propuestas-que-favorecen-la-cohesion-social
Piñero, H. (2011). Precursores de la teoría sociológica.Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=6tHXDHuI11A 
Toledo, P. (2019). Descomposición del tejido social, causante de violencia. México. Debate. Recuperado de: https://www.debate.com.mx/mazatlan/Descomposicion-del-tejido-social-causante-de-violencia-20190811-0088.html
Evolución de la confianza en la Policía
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