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SOC_U2_A2_JOPJ - Jonathan Pineda (1)

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Sociología 
 
 
 
 
 
ACTIVIDAD 2 
Problemáticas sociales y seguridad 
pública 
La descomposición del tejido social como problema de 
seguridad pública. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Alumno: 
Jonathan Omar Pineda Jiménez 
Profesor: Carlos Aguirre Retana 
 
 
 
 
 
 
20 de marzo de 2022
 
5.0
5.6 5.3
5.8 5.7 5.9 5.7 5.6 5.9 5.8 5.5 5.3 5.0 4.9
5.5 5.7
6.0
2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020 2022
Evolución de la confianza en la Policía
2004-2020 
Introducción 
 
Para toda la población mexicana es bien sabido que el principal problema al que 
se enfrentan las personas es a la creciente violencia que se impone en nuestro país. Pero 
se habla del tema como una responsabilidad única y exclusiva del Estado, quien a través 
de sus aparatos ideológicos y represivos intenta contener el problema. Se debe observar 
al problema para poder trabajar sobre su solución, mas no solo fijar posturas políticas 
que lejos de proponer, afectan mas la confianza y la estructura de los cuerpos de 
seguridad, pues son ellos la primera línea de defensa contra la delincuencia. 
También, para toda la población es bien sabido que muchos elementos de 
seguridad de cualquier orden de gobierno del que se trate tienen relación, vinculación o 
cualquier otro acercamiento con células del crimen organizado, lo que nos hace blancos 
directos del crimen desde quienes deberían proteger nuestra integridad. 
Considerando las perspectivas anteriores, es preciso hablar de la percepción de 
la seguridad pública y la confianza en las instituciones públicas. El informe de Ranking 
de Confianza en las Instituciones México realizado por Consulta Mitofsky en 2020, 
posiciona a la Policía en el lugar 15 de 19, ubicándola en un nivel de confianza medio, 
por encima de los partidos políticos, senadores, diputados y sindicatos. 
Sin embargo, este informe también integra a la reciente Guardia Nacional, 
posicionándola en 3er lugar, con un nivel de confianza alto. Menciona también que es la 
primera vez que la institución de la POLICÍA se encuentra dentro de la CONFIANZA 
MEDIA al llegar al 6.0 de calificación, como se muestra en la siguiente gráfica: 
 
 
 
 
 
 
 
 
Los aparatos del Estado 
 
El punto de partida es la gran capacidad del hombre para la imitación y para 
conseguir de esta manera conductas más adaptables al medio que le rodea. El problema 
está en tener a mano unos modelos adecuados. En este sentido, los aparatos del Estado 
tienen un papel importante en el tema a tratar, pues requieren de un trabajo conjunto 
entre instituciones a fin de solidificar la construcción de la paz que la sociedad demanda. 
Bajo esta premisa, me permito afirmar que la seguridad pública no nada más 
exige un fortalecimiento en infraestructura y el estado de fuerza, sino precisa también 
impulsar permanentemente acciones que contribuyan a reparar la confianza perdida con 
base en la restauración del tejido social, pues la violencia y la criminalidad son problemas 
de la socialización, de la interacción social y de las instituciones socializadoras. Pero 
antes de enfocarnos en los procesos de socialización, se centrará esta sección en los 
Aparatos del Estado. 
El Estado, desde la tradición marxista, es concebido como un aparato represivo, 
es decir, una máquina de represión que permite a las clases dominantes asegurar su 
poder sobre la clase obrera, para someterla a la explotación capitalista. Es ante todo lo 
que aquí denominaremos aparatos del Estado. Entre los aparatos del Estado importa 
resaltar al Aparato Represivo (ARE) y al Aparato Ideológico del Estado (AIE), pues 
de éstos se basará el análisis. La violencia articula un sistema desarrollado desde el ARE, 
una ideología partidaria del control social, herramienta en combinación con el Estado y la 
fuerza armada. 
La maquinaria estatal está integrada por instituciones represivas (policía, ejército, 
empresas, etc.) e instituciones ideológicas (escuelas, prensa, partidos políticos, cárceles) 
con la intención de mantener el control de las masas por parte de las clases dominantes. 
Por otro lado, el Poder del Estado (importante definir) es aquella facultad de poder utilizar 
a los aparatos del Estado para cumplir objetivos de sometimiento (García 2008). 
Aquel sometimiento de clase ocurre en una estructura social denominada por Marx 
en dos niveles como infraestructura y superestructura, la primera está conformada por 
las fuerzas de producción y de consumo, mientras que la segunda se conforma por lo 
jurídico-político (estado, policía, ejército) y lo ideológico (iglesia, educación, sociedad). La 
superestructura depende determinadamente de la infraestructura, pues a esta ultima la 
integran las masas populares, no solo para conservar las condiciones materiales, también 
las reglas del orden y sometimiento establecidos. La escuela corresponde a un aparato 
ideológico, pues a través de la enseñanza se transmiten habilidades y técnicas de 
producción, diversificando el futuro de la fuerza de trabajo engendrando como resultado 
normas de comportamiento e ideologías que se adecuen a su estructura social inmediata. 
Continuando con el materialismo dialéctico, dividimos al aparato del Estado en 
dos, el Represivo y el Ideológico. El represivo funciona en términos de violencia, 
básicamente; y el ideológico funciona desde lo escolar, lo familiar, religioso, cultural, 
político, así como los medios de comunicación. El aparato Represivo pertenece al 
dominio público mientras que el Ideológico es dominado por el sector privado. Aun con 
esto, ninguno es puramente ideológico ni puramente represivo, pues las Fuerzas 
Armadas también difunden ideologías, mientras que las escuelas, la iglesia y los 
informativos a veces reprimen mediante la expulsión, la censura y el juicio social. Ninguna 
clase (en nuestro caso fracción de clase) puede en forma duradera mantener el poder sin 
ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los Aparatos Ideológicos de Estado 
 
“Esto permite comprender que en los AIE “es 
el lugar en el que se libra una lucha de clases y a 
menudo en forma muy encarnizada. La clase (o 
alianza de clases) en el poder no dicta tan 
fácilmente la ley en los AIE como lo hace en el 
Aparato Represivo, no solamente porque las 
antiguas clases dominantes pueden conservar allí 
durante mucho tiempo fuertes posiciones, sino 
también porque la resistencia de las clases 
explotadas puede encontrar el medio y la ocasión 
para expresarse allí, sea utilizando las 
contradicciones que existen, sea conquistando por 
medio de la lucha, posiciones de combate” 
 
(Althusser, 1989). 
El tejido social y los procesos de socialización 
 
Ahora que conocemos a los aparatos del Estado y una vez comprendida la 
importancia que éstos tienen en la sociedad, debemos comprender los procesos de 
socialización en diversos niveles, así como la conformación y descomposición del tejido 
social para poder proponer acciones encaminadas a la recuperación y fortalecimiento de 
este desde el aparato ideológico. 
 
Los procesos de socialización 
Como noción general, la socialización es un proceso por el cual un individuo se 
hace miembro funcional de una comunidad, adquiriendo la cultura que le es propia. Es 
decir, la socialización es el proceso de adquisición de cultura. Desde la perspectiva 
interaccionista, Cooley (..) decía que todo individuo aprende a juzgarse a sí mismo en 
base al modo en que los demás lo juzgan, que la identidad es transferida socialmente. 
Por otro lado, Mead sostiene que el sí mismo tiene carácter social, la relación progresiva 
del individuo con los demás mediante el lenguaje y éste es un proceso cognitivo superior, 
es decir, adquirido y perfeccionado por la cultura, no por la naturaleza, centrando así de 
forma ideológica la perspectiva. No pasa lo mismo con el conductismo, pues es una 
corriente que intenta promover la ideología de los aparatos del Estado a travésde la 
represión sistemática, es decir, a través de castigos para cuando no se cumplen los 
objetivos del adoctrinamiento. 
Es posible afirmar que el ser humano es una especie que no tiene un hábitat 
específico, una región geográfica de la que sea endémico o bien, un espacio donde no 
pueda habitar. El ser humano se produce a sí mismo, pues todo orden social existe como 
consecuencia de la actividad humana, siendo continua y permanentemente socializados 
(receptores de cultura) por instituciones o medios de socialización. Suele considerarse 
que existen cinco colaboradores básicos en el proceso de socialización: 
1. Familia: Institución socializadora por excelencia. De ella se obtienen las 
conductas morales, éticas, religiosas y los valores fundamentales para la 
convivencia. Presuntamente el principal responsable de la descomposición social. 
2. Grupos primarios: Intervienen en esta institución a los amigos del vecindario, 
pues tiene una fuerza importante en la socialización. 
3. Escuela: Está orientada a la segunda socialización o a la socialización secundaria, 
primando la racionalidad sobre el afecto. Principal herramienta para fomentar la 
construcción de la paz y el restablecimiento del tejido social. 
4. Grupos de referencia: Tienen la capacidad de servir como norma de conducta, 
al ser el espacio con la aplicación del aparato represivo con más vigor. 
5. Medios de comunicación social: Conocidos como los grandes manipuladores 
de la consciencia, modernizándose con el paso del tiempo, originando procesos 
secundarios o alejados de la socialización adecuada. Principal obstáculo para la 
construcción de la paz por su influencia ideológica y poder social. 
 
El tejido social 
Es todo eso que tenemos en común quienes pertenecemos a una comunidad, es 
lo que nos une, que nos identifica, nos hace ser lo que somos y sentirnos parte de una 
misma cultura, de una misma tradición. Podemos decir que el tejido social lo conforma 
un grupo de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas elementales o 
superiores, como son: alimento, salud, educación seguridad social, cultura, deporte, 
servicios públicos, transporte y todo lo que represente mejor calidad de vida. 
Podemos identificar dos tipos de tejido social: 
1. Familiar: Vínculo formado por personas con parentescos consanguíneos o 
núcleo mutuo que se convierte en convivencia diaria, donde los miembros se 
necesitan entre sí para satisfacer necesidades. 
2. Comunitario: Nace del conjunto de núcleos familiares que por su cercanía y 
convivencia conformar una comunidad. 
Por todo lo que encierra el término Tejido Social es que resulta preocupante su 
deterioro, sin lazos fuertes a nivel social o familiar, difícilmente se logre constituir una 
sociedad solidaria, firme y que haga valer sus derechos y el de los demás (Hábitat, s.f.). 
Toledo (2019) afirma que la descomposición o deterioro del tejido social es la causa 
principal de la violencia [en Sinaloa], siendo la falta de oportunidades el detonante para 
que la juventud se adhiera a la delincuencia y a la criminalidad, aunado a la poca atención 
que tienen los padres hacia ellos. Otra muestra de la descomposición social es la “justicia 
con propia mano” por no estar regulado y sucede aún sabiendo que los responsables de 
impartir justicia son el estado de Derecho, las leyes y las investigaciones criminales. 
En el caso de México, hablaremos de los tejidos sociales, quieren se encuentran 
en un franco proceso de fragmentación donde el núcleo generador de dicha división se 
encuentra en el proceso de mercantilización de la vida, lo cual desvirtúa la relación con 
la tierra y con la comunidad. Si el tejido social tiene elementos que nos hacen ver que 
hay una cohesión, un tema de identidad, arraigo, organización política o comunitaria 
ciudadana, entonces habrá mejores condiciones para un tema de paz, pero si en el tejido 
social hay desarraigo, vacíos institucionales, falta de organización o participación, las 
consecuencias son condiciones para que se incube la violencia (Peniche, 2021). hablar 
de tejido social significa diseñar procesos a mediano y largo plazo para transformar una 
comunidad, una sociedad o un grupo, también implica “qué narrativas tenemos que hacer 
para construir una visión diferente, qué prácticas tenemos que cambiar en las costumbres 
y en las instituciones, y qué actitudes personales necesitamos transformar”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Conclusiones 
 
La construcción de la paz exige una profunda restauración del tejido 
social 
La seguridad pública no solo exige fortalecer el estado de fuerza o infraestructura 
de las instituciones de seguridad pública, sino que precisa impulsar de forma permanente 
acciones que contribuyan a la reparación del tejido social afectado por la acción de la 
delincuencia, la recuperación de la confianza ciudadana en sus autoridades y el 
desarrollo de alternativas de empleo, educación, salud y el ejercicio pleno de las 
libertades. Para garantizar la seguridad que merece el país, es indispensable fortalecer 
la coordinación interinstitucional y con la sociedad, a fin de emprender un camino sólido 
hacia la construcción de la paz, que atienda el origen y las causas estructurales de la 
violencia y el delito. 
El fuego que ha incendiado y destruido el tejido social de comunidades y regiones 
enteras de nuestra patria no surgió de la nada, no ha sido fortuito. Hay procesos, historias 
y factores de diversa índole, que han incidido en la gestación y en el desenlace muchas 
veces doloroso y sangriento, de la ruptura social en nuestras comunidades. La 
descomposición social hizo erupción hace más de cuatro décadas por los efectos no 
calculados de una modernización que soñaron varios grupos del poder político y 
empresarial, y que resultó exitosa solamente para ellos y para unos cuantos de sus 
amigos. Los factores determinantes que configuran el tejido social son de tres tipos: 
a) Comunitarios: que comprenden las relaciones de confianza y cuidado; la 
construcción de referentes de sentido y pertenencia y los acuerdos, por medio de 
los cuales se participa en las decisiones colectivas. 
b) Institucionales: que son las formas de organización social establecidas en un 
territorio y que se conectan con otros territorios. 
c) Estructurales: que comprenden los sistemas sociales que determinan las 
instituciones y las relaciones sociales. 
La reconstrucción del tejido social es una apuesta por la paz. Esta no consiste 
solamente en la supresión de la conflictividad social, sino que es el resultado de todo un 
proceso de reconstrucción y reconstitución social, cuyos ingredientes son el 
restablecimiento de los vínculos comunitarios rotos y la creación de condiciones 
culturales, ambientales y estructurales para la buena convivencia. La paz es fruto del bien 
convivir en justicia, así como de la seguridad y cuidado de los demás y del entorno, es 
decir, del medio ambiente. El esquema de análisis del conflicto abarca tres ingredientes: 
la historia del conflicto, (cultura y estructura del contexto social); el epicentro del conflicto 
(el patrón de relaciones); y el episodio (los problemas emergentes en la comunidad). 
(Guzmán, 2016). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuentes de consulta 
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Peniche, G. (2021). Mesa de Diálogo ‘Reconstrucción del Tejido Social: estrategias y propuestas 
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https://www.habitatmexico.org/article/el-tejido-social#:~:text=Podemos%20decir%20que%20el%20tejido,represente%20mejor%20calidad%20de%20vida
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https://www.gob.mx/indesol/prensa/reconstruccion-del-tejido-social-estrategias-y-propuestas-que-favorecen-la-cohesion-social
https://www.gob.mx/indesol/prensa/reconstruccion-del-tejido-social-estrategias-y-propuestas-que-favorecen-la-cohesion-social
https://www.youtube.com/watch?v=6tHXDHuI11A
https://www.debate.com.mx/mazatlan/Descomposicion-del-tejido-social-causante-de-violencia-20190811-0088.html
https://www.debate.com.mx/mazatlan/Descomposicion-del-tejido-social-causante-de-violencia-20190811-0088.html

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