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Propaganda-y-opinion-publica--una-ventana-hacia-el-antisemitismo-y-sionismo

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
PROPAGANDA Y OPINIÓN PÚBLICA: 
UNA VENTANA HACIA EL ANTISEMITISMO Y 
SIONISMO 
 
TESIS 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
LICENCIADO EN COMUNICACIÓN 
 
PRESENTA 
 
DANIEL DÍAZ MAYORGA 
 
ASESORA: DRA. MARTHA ALICIA MÁRQUEZ 
RODRÍGUEZ 
 
MAYO, 2017 
Veronica
Texto escrito a máquina
Santa Cruz, Acatlán, Edo. de México
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
A mis padres y hermana, por ofrecerme la oportunidad de concluir este 
primer reto y apoyarme en la persecución de muchos más. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Quiero agradecer profundamente a mi familia, especialmente a mis padres y 
hermana: Margarita, Daniel y Magui; quienes me han apoyado incondicionalmente 
desde siempre. Me han brindado la invaluable oportunidad de buscar mi desarrollo 
personal, al tiempo que me han ofrecido las herramientas necesarias para hacerlo. 
Siempre han hecho todo lo posible y mucho más para facilitarme este proceso y 
siempre han estado a mi lado. Ahora recuerdo con una sonrisa aquellas palabras 
que, en su momento, me negaba a comprender: “cuando crezcas lo entederás”. Hoy 
puedo decir que, en efecto, tenían toda la razón y gracias a ustedes he podido dar 
un gran primer paso hacia delante. 
 
A mi abuelita Carlota Cabrera Álvarez, cuya figura me enseñó el valor y la 
satisfacción de trabajar para poder contemplar la tranquilidad de una sonrisa en el 
rostro ajeno: Q.E.P.D. 
 
A mi primo Rubén, porque desde niño sus palabras me han ayudado a ser una mejor 
persona. 
 
A todos mis amigos y profesores, fuente interminable de aprendizajes, experiencias 
y cavilaciones, también agradezco su compañía. Por su puesto, también quiero 
agradecer a la Doctora Martha Alicia Márquez por orientarme, compartir conmigo su 
invaluable conocimiento y brindarme los más acertados y concienzudos consejos. 
 
También quiero mencionar a mis amigos y antiguos colegas del CINU México, que 
siempre me alentaron y apoyaron a seguir adelante: Juanjo, Mariana, Maru, Monica, 
Silvita, Sr. Ocampo y Toño; muchas gracias. 
 
Igualmente, y por último, quiero hacer constar mi agradecimiento con la FES Acatlán 
y la UNAM, instituciones que han marcado en mí un sello indeleble a nivel personal 
y a una escala tanto mental como espiritual. Pensar que pertenezco a esta 
comunidad siempre me motiva a seguir adelante y a contribuir en lo que esté a mi 
alcance para hacer de México un mejor país. 
 
ÍNDICE 
 
PROPAGANDA Y OPINIÓN PÚBLICA: 
UNA VENTANA HACIA EL ANTISEMITISMO Y SIONISMO 
 
INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................. i 
 
CAPÍTULO 1. DISCRIMINACIÓN Y ANTISEMITISMO ..................................................................... 4 
 1.1 Discriminación ........................................................................................................ 4 
 1.1.1 Racismo ....................................................................................................... 8 
 1.1.2 Antisemitismo ¿Quiénes son los semitas? ................................................ 12 
 1.2 Violencia social basada en la discriminación como causa de la creación del 
kibutz kibutz y principios de los kibutzim....................................................................... 17 
 1.3 Sionismo ............................................................................................................... 21 
 1.3.1 La participación de los judíos askenazí en el sionismo ............................. 26 
 1.3.2 La opinión pública y las organizaciones sociales sionistas ....................... 26 
 1.3.2.1 Francia ............................................................................................. 30 
 1.3.2.2 Alemania .......................................................................................... 33 
 1.3.2.3. Rusia ............................................................................................... 35 
 
CAPÍTULO 2. INFORMACIÓN, OPINIÓN PÚBLICA Y PROPAGANDA ........................................ 39 
 2.1 Información ........................................................................................................... 39 
 2.2 Acercamientos a la opinión pública y propaganda .............................................. 41 
 2.3 Opinión Pública y Propaganda ............................................................................. 44 
 2.3.1 Lengua y literatura en la opinión pública ................................................... 49 
 2.3.2 Información, guerra y los orígenes de la propaganda ............................... 53 
 2.4 Propaganda bélica y el estudio de audiencias ..................................................... 59 
 2.5 El líder de opinión................................................................................................. 66 
 2.6 Hacia el nacimiento de un Estado........................................................................ 69 
 
CAPÍTULO 3. VITRINA METODOLÓGICA Y ANÁLISIS ................................................................ 75 
 3.1 Vitrina Metodológica ............................................................................................. 75 
 3.1.1 Objetivo: Para el mensaje del análisis de propaganda .............................. 75 
 3.1.2 Objetivos particulares ................................................................................. 75 
 3.1.3 Variables .................................................................................................... 76 
 3.1.4 Variables evaluativas ................................................................................. 83 
 3.1.5 Presentación de esquema de categoría y unidad de registro ................... 83 
 3.1.6 Justificación de la selección de casos ....................................................... 84 
 3.2 Análisis ................................................................................................................. 86 
 3.2.1 Mensajes antisemitas ................................................................................. 87 
 3.2.2 Mensajes sionistas en defensa de los judíos............................................. 96 
 3.2.3 Declaración de Independencia: Nacimiento del Estado de Israel ............. 973.3.4 Mensajes de defensa de la comunidad judía askenazí en la película La 
Lista Lista de Schindler ....................................................................................... 99 
 
INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y CONSIDERACIONES FINALES ................................ 105 
NOTA: A MANERA DE CONCLUSIÓN ......................................................................................... 125 
 
FUENTES CONSULTADAS ........................................................................................................... 130 
 
 
i 
 
INTRODUCCIÓN 
 
El sedentarismo es una de las primeras enseñanzas que la humanidad acogió antes 
de comenzar a desarrollar una comunidad en un territorio particular. El 
descubrimiento de la agricultura y la explotación de los recursos disponibles de 
ciertas regiones han sido elementos que han marcado el rumbo en que se han 
desarrollado las diversas sociedades en el mundo. Sin embargo, se puede 
identificar a un grupo que se ha relacionado con esta situación de una forma un 
poco distinta, es decir, transitó por el planeta durante mucho tiempo sin gozar de un 
territorio propio al cual pudiera llamar hogar. Se trata de la comunidad judía, 
particularmente de los judíos asentados en Europa o también llamados askenazí. 
Dicho grupo logró alcanzar el establecimiento de un Estado propio tras 
generaciones de discriminación y señalamientos. Para lograr dicho objetivo la 
comunidad judía askenazí creó el movimiento sionista. En el presente trabajo se 
busca identificar el mensaje propagandístico que tiene como eje central el 
antisemitismo, así como la estrategia de los mensajes propagandísticos que 
intentan reivindicar a la comunidad judía askenazí, distinguiendo en particular el 
mensaje o mensajes de propaganda sionista; a partir de la construcción de 
instrumentos de medición ad hoc. 
 
Para ello se hará un abordaje sobre el tema, con especial atención al movimiento 
antisemita y sionista, desde la segunda mitad del siglo XIX en Europa, donde hubo 
una importante presencia discriminatoria hacia los judíos, siendo Alemania y 
Francia, principalmente, pero también Rusia y otros países como Austria, Polonia y 
Rumania; activos promotores intelectuales de ese movimiento. Rusia, por su parte, 
tenía severas leyes discriminatorias respecto a los judíos en su sociedad. Asimismo, 
algunos estigmas y alusiones a tiempos pasados permanecieron vigentes hasta el 
siglo XX. Los judíos cargaron con ese peso durante largos periodos y en diferentes 
épocas. Invariablemente han sido objeto de controversia. Su cultura fue hermética 
durante mucho tiempo. En la actualidad, de cierta forma, lo sigue siendo. Son el 
Veronica
Texto escrito a máquina
ii 
 
símbolo del grupo que más dificultades ha tenido que atravesar a lo largo de la 
historia, y eso ya es decir mucho. El exilio de los judíos en tiempos bíblicos pudo 
ser una gran calamidad, pero también una gran ventaja. A diferencia de otros grupos 
o comunidades que habitan el planeta, los judíos comparten una historia y cultura 
común, a pesar de habitar zonas diferentes en el mundo. Al tener que establecerse 
en nuevos territorios se vieron forzados a imprimir mayor esfuerzo que los demás 
grupos en la Tierra para el desarrollo de sus sociedades. En la gran mayoría de los 
casos aprendieron a adoptar una segunda cultura y supieron mezclarla con la 
propia. Sin embargo, ante los ojos de los no judíos fueron considerados como ‘el 
otro’. Nunca genuinos, siempre adaptados, asimilados. Diferentes. 
 
A los miembros de esta comunidad se les vio durante mucho tiempo como judío 
antes que ciudadano, judío antes que vecino; judío antes que escritor; judío antes 
que ciudadano políticamente activo... Es decir, siempre se antepuso la calidad de 
judío a la calidad de humano. 
 
Durante los siglos XVIII, XIX y XX los imperios europeos se vieron inmersos en una 
transición hacia los Estados-nación. Para Europa, el siglo XIX estuvo marcado por 
la guerra constante y las políticas expansionistas. Ese periodo elevó los 
sentimientos nacionalistas hasta un punto en que los ciudadanos comenzaron a 
rechazar a quienes no eran connacionales. Para resaltar dicho nacionalismo, entre 
otros elementos, se valieron de diferentes herramientas comunicativas. Es aquí 
donde la fama creada alrededor de los judíos cobra relevancia para el presente 
trabajo, porque también se busca describir y hacer un repaso sobre la 
discriminación, antisemitismo, racismo y sionismo en el contexto del judaísmo 
askenazí durante la segunda mitad del siglo XIX, para posteriormente poder 
relacionar los elementos propagandísticos involucrados con los mencionados 
fenómenos. También se busca retratar la utilización de la información 
correspondiente a estos temas por parte de los promotores y partidarios tanto del 
antisemitismo como del sionismo, con el objetivo de fortalecer la información pública 
en favor de cada uno de los mencionados movimientos. 
iii 
 
Igualmente se busca describir cómo a través de estos elementos fue posible la 
creación de los kibutzim en Israel, así como la fundación del Estado judío. Se 
prestará especial atención en los elementos referentes a la comunicación 
―entiéndase como tales la información, propaganda, prensa y opinión pública―, 
así como a las concepciones que se han tenido de la opinión pública en diferentes 
disciplinas académicas. Con esto se busca poner de relieve el valor que dichos 
elementos comunicativos tienen en la formación de movimientos políticos, utilizando 
como referentes al antisemitismo y sionismo. 
 
Así pues, en el primer capítulo se establece un acercamiento teórico sobre la 
discriminación, el antisemitismo, el racismo y los tipos de violencia social que de 
alguna u otra forma han tenido relación con la comunidad judía askenazí, 
principalmente durante el siglo XIX y XX. Además, se abordará cómo el antisemitismo 
obligó a la comunidad judía askenazí a emitir una respuesta política e ideológica 
contrapuesta y así atender la llamada cuestión judía. Con esto se hace referencia a 
la creación del movimiento sionista por parte del periodista y filósofo Theodor Herzl 
y cómo en la formación de los movimientos tanto sionista como antisemitista se 
pueden distinguir elementos comunicativos similares. 
 
Igualmente, se hace un acercamiento hacia la propaganda y su incidencia en la 
formación de la opinión pública. Pero este tema se aborda con mayor profundidad 
en el segundo capítulo, donde también se describe la interrelación entre la 
propaganda, la opinión pública y las formas de manejo de información, además de 
presentar un breve recorrido por los antecedentes teóricos de cada uno de esos 
elementos, haciendo especial énfasis en la opinión pública. Se presentan algunas 
consideraciones de Elisabeth Noelle-Neumann. También se aborda brevemente la 
figura del líder de opinión, que representa un papel destacado en la consolidación 
de los movimientos sociales. 
 
En el tercer capítulo se encuentra la metodología y el análisis de los casos. Se 
presenta la construcción de dos instrumentos donde se categorizan las referencias, 
iv 
 
ideas y concepciones sobre los judíos askenazí encontradas en la literatura 
consultada para la realización de este trabajo, separando la postura antisemita y 
sionista. Para esto se realizan dos cuadros, uno correspondiente a cada 
movimiento. Las categorías se dividen en las dimensiones política, social, cultural y 
económica. Se hace un análisis de contenido que busca encontrar las referencias, 
ideas y concepciones sobre los judíos askenazí, previamente categorizados, en tres 
casos representativos del antisemitismo y sionismo: uno correspondiente a un 
mensaje antisemita (Mi Lucha de Adolf Hitler), un segundo correspondiente a un 
mensaje sionista (Declaración de Independencia del Estado de Israel) y un tercero 
que abordael antisemitismo y sionismo simultáneamente. Se busca que éste último 
mensaje sea más cercano cronológicamente a la actualidad (la película La Lista de 
Schindler de Steven Spielberg). A través de un análisis de contenido, se analizan 
los mensajes propagandísticos contenidos en cada uno de estos tres casos, para 
contrastarlos con los elementos categorizados en los instrumentos de registro de la 
literatura consultada para este trabajo. Para el caso antisemita (el texto de Hitler) se 
contabilizan los adjetivos calificativos explícitos sobre los judíos. Para el caso 
sionista, la Declaración de Independencia de Israel, se identifica si el texto contiene 
referencias o alusiones a la información recabada para la realización de este trabajo. 
Finalmente, para el último caso, igualmente se contabiliza el tiempo total dedicado 
en la película a la denostación, ensalzamiento o exposición de una postura neutra 
hacia los judíos askenazí. 
 
El segundo apartado de este capítulo corresponde propiamente a los análisis de los 
casos elegidos para mostrar una comparación cuantificada de las adjetivaciones 
explícitas positivas, negativas o neutras encontradas dentro de obras elegidas del 
antisemitismo y sionismo, respectivamente. 
 
Por último, se dedica un apartado a las impresiones finales, donde se desglosan las 
ideas surgidas tras analizar los casos representativos del antisemitismo y sionismo 
y su relación con los capítulos del presente trabajo. 
 
v 
 
Por su parte, la profundidad de este trabajo es descriptiva y la realización del mismo 
está motivada en conocer la forma en que los judíos askenazí lograron integrar a su 
movimiento sionista el ejercicio propagandístico como un factor de enfrentamiento 
ante el antisemitismo, es decir, la utilización de la imprenta, entre otras 
herramientas, como propagadora ideológica y de actitudes orientadas a alcanza un 
objetivo concreto, en este caso, el establecimiento del Estado judío. 
 
Debido a la naturaleza del objeto de estudio y la ubicación temporal y espacial 
donde se desarrollaron los hechos de este trabajo, la investigación no puede ser 
más que documental, remontándose a un alcance máximo de textos en inglés y en 
menor medida francés. 
 
Es interesante conocer este proceso, porque los discursos que abogan por señalar 
y tomar acción para resaltar las diferencias entre humanos han ido cobrando mayor 
fuerza rápidamente y algunas situaciones violentas se han desprendido como 
consecuencia de tales discursos. Según nos recuerda la experiencia humana, en 
repetidas ocasiones el común denominador de dichas prácticas discriminatorias es 
la violencia. Hacer un repaso sobre dicho tema, encarnado en los judíos askenazí, 
probablemente el grupo más representativo en el imaginario colectivo occidental en 
cuanto a las consecuencias de la discriminación e intolerancia se refiere; podría 
permitir cobrar consciencia de la latente omnipresencia de dichos sentimientos, para 
de esa forma poder prevenirlos y actuar con base en su consideración. 
3 
 
 
 
CAPÍTULO 
1 
 
 
 
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4 
 
CAPÍTULO 1. DISCRIMINACIÓN Y ANTISEMITISMO 
 
El presente capítulo busca establecer un acercamiento hacia los conceptos de 
discriminación, racismo, antisemitismo y sionismo, mismos que fungirán como vías 
principales en la conducción de este trabajo; para conocer cómo las ideas que 
sustentan estos fenómenos se entremezclaron para llegar a la producción de un 
nuevo sistema de vida para los judíos askenazi en un periodo que abarca la 
segunda mitad del siglo XIX, principios y mediados del siglo XX. En relación a los 
anteriores conceptos también se habla brevemente sobre la violencia social en el 
entorno judío askenazí. 
 
 
1.1 Discriminación 
 
En la actualidad la discriminación es una conducta rechazada de forma manifiesta 
por las sociedades en el mundo. Se trata de un tema que le recuerda a la 
humanidad su capacidad de dañar a sus semejantes y someterlos a condiciones 
de vida inhumanas. Es una negación de la igualdad y equidad entre iguales. Pero 
esto no siempre ha sido así. La atención hacia el derecho a la no discriminación 
comenzó a tomar lugar en el siglo XX, una vez terminadas la Primera y Segunda 
Guerras Mundiales. En consecuencia, tanto la igualdad como la equidad entre 
humanos se han establecido como metas a alcanzar por las sociedades 
democráticas. Tras los más grandes conflictos bélicos del planeta, los pueblos en 
el mundo ―en la medida de lo posible― buscan trabajar en conjunto para 
respetar y hacer valer la dignidad y derechos fundamentales de cada habitante del 
planeta, tal como lo estipula la Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945 en 
la ciudad de San Francisco: 
 
“Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos a preservar a las 
generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces ha infligido a 
la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos 
fundamentales, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las 
5 
 
naciones grandes y pequeñas, (…) a practicar la tolerancia y a convivir en 
paz (…)”. 
 
El estudioso mexicano sobre la discriminación Enrique Rodríguez Zepeda (2005), 
en su libro Un marco teórico para la discriminación se acerca a las dos acepciones 
que la Real Academia Española de la Lengua propone del término discriminación: 
“1. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra; 2. Dar un trato de inferioridad, 
diferenciar a una personas o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, 
etcétera”. 
 
La discriminación como objeto de estudio en las ciencias sociales comenzó en el 
siglo XX, a pesar de que ésta no es una práctica reciente ni ocasional. Por el 
contrario, y de acuerdo a las reflexiones de Rodríguez Zepeda, la discriminación 
tan es una práctica común que la idea de discriminar es asociada en primera 
instancia al quebrantamiento de la ley que a un concepto teórico o un fenómeno 
social. 
 
Se puede notar que el derecho a la no discriminación está consignado en el 
artículo 7° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos “(…) que es 
probablemente el documento político y jurídico más relevante de la humanidad” 
(Rodríguez, 2005). 
 
El artículo refiere lo siguiente: 
 
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual 
protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra la 
discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal 
discriminación. 
 
Se ha aprendido de las experiencias por las que ha pasado la humanidad a lo 
largo de la historia y esto sugiere que se intenta tomar las medidas preventivas 
necesarias para alcanzar una convivencia armoniosa, tanto a nivel local como 
6 
 
mundial. Sin embargo, para alcanzar este propósito es “necesario no sólo creer en 
ese ideal, sino trabajar por él con un espíritu crítico y con una exigencia de calidad 
ética en nuestras acciones” (Gutiérrez, 2010). No obstante, dichos antecedentes, a 
su vez, han orillado a la humanidad a reducir la línea entre la libre manifestación 
del disgusto y discrepancia, la llamada libre expresión, a simples ―y muchas 
veces complejos― actos discriminatorios e intolerantes. Así como plantea 
Rodríguez Zepeda, en el afán de no discriminar, ¿debemos gustarnos todos? 
Naturalmente no es así. El disenso siempre ha existido debido a la diversidad de 
la naturaleza humana. Por tal motivo es preciso delinear claramente qué 
implicaciones tiene la discriminación para que ésta pueda ser llamada así en un 
sentido técnico. 
 
Al recurrir al texto Un marco teórico para la discriminación, Rodríguez Zepeda 
expone que las distinciones y el desagrado de ciertos grupos hacia otros siempre 
han existido, pero esto no significa necesariamente que se esté violando el 
principio del derecho a la no discriminación. Lo anterior sucede cuando alguien 
privade sus derechos fundamentales a otra persona por motivos de religión, raza, 
género, edad, orientación sexual o idioma. 
 
El autor refiere que esta práctica busca “limitar, coartar o suspender derechos y 
libertades fundamentales de las personas” (Rodríguez, 2006). La define de la 
siguiente manera: 
 
(…) la discriminación es una conducta, culturalmente fundada, y 
sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o 
grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma 
relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto 
(intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales”. 
 
Por otro lado, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las 
formas de Discriminación Racial expone que la discriminación racial, que busca 
7 
 
“adoptar todas las medidas necesarias para eliminar rápidamente la discriminación 
racial en todas sus formas (…)”, denota que se entenderá como tal: 
 
(...) toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos 
de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por 
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en 
condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades 
fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en 
cualquier otra esfera de la vida pública”. 
 
Por su parte, los judíos askenazí ―objeto de estudio que compete a este trabajo― 
han sido punto central en cuanto a controversia se refiere e igualmente han sido 
blanco de discriminación a lo largo de la historia. Se han creado historias fundadas 
en estigmas, estereotipos, prejuicios e ideas que fungen como vestigios de 
enfrentamientos con otros grupos, mismas que actualmente delimitan el margen 
dentro del cual son concebidos. El exterminio de los judíos durante la Segunda 
Guerra Mundial mostró al mundo la capacidad del humano de sobrepasar los 
límites de la intolerancia y la voluntad de infligir daño sobre otro ser humano. 
Hasta la fecha, esa capacidad de hacer daño se convirtió en un peso que carga 
toda la humanidad. Tanto las personas como las naciones se miran a los ojos y 
saben que los límites de quienes tienen enfrente son impredecibles. “Dos guerras 
mundiales en una generación han destrozado todo sentimiento de estabilidad y 
seguridad que pudiera haber existido en el pasado, destruyendo los valores 
tradicionales y las disciplinas antes respetadas” (Parkes, 1965). En ese momento 
la humanidad dio a luz una desconfianza implícita con la que se busca aprender a 
vivir. Se trata de un trauma que forma parte central, naturalmente, de la memoria 
histórica judía, pero también de la memoria histórica mundial. 
 
El Holocausto fungió como un factor acelerador para la creación del Estado judío, 
así como lo hizo la búsqueda del establecimiento de los sobrevivientes. “Esta 
situación tuvo implicaciones tanto psicológicas como siquiátricas tan serias que los 
8 
 
relatos de las víctimas del Holocausto (…) son incorporados al imaginario social 
con el peso que el trauma les agrega” (Sznajder, 2007). 
 
La discriminación hacia los judíos ―judeofobia o antisemitismo― es de tipo 
cultural, debido a que este grupo no es fisiológicamente distinguible. La 
fundamentación de dicho argumento sobre esta comunidad es descrita por 
Tzvetan Todorov, al exponer que la teoría racialista, que avala la existencia de 
diferentes razas en el mundo ―situación que conduce a su jerarquización―, no es 
aplicable para los judíos ya que este grupo no era discriminado debido al color de 
su piel o sus rasgos fisiológicos, sino debido a la cultura que representaban: su 
religión, sus prácticas, sus ocupaciones y el desempeño que en éstas tenían. 
 
 
1.1.1 Racismo 
 
Así pues, siguiendo la línea de la discriminación y el socavamiento de los 
derechos civiles, en referencia a los judíos askenazí, se hace un salto hacia el 
racismo. Se vuelve más complicado hablar de este término en contra de dicho 
grupo durante la segunda mitad del siglo XIX1 porque justamente la racionalización 
de este fenómeno se dio a partir de las tragedias a las que estos mismos 
fenómenos condujeron. Se comenzó a reflexionar a nivel mundial sobre los 
derechos humanos y el respeto a las diferencias culturales como un derecho 
fundamental una vez que más de un conflicto armado había tomado lugar, 
particularmente la Segunda Guerra. Es decir, durante el periodo mencionado las 
diferencias culturales no se miraban ―como en la actualidad se pretende desde una 
perspectiva más sensata― como riqueza para una nación, justamente porque éstas se 
encontraban en proceso de formación. Lo que se buscaba era reafirmar los valores 
conocidos de cada lugar en particular. La otredad representaba una amenaza. Pero una 
vez finalizada la Segunda Guerra muchos de los sobrevivientes reflexionaron, 
principalmente judíos, sobre sus propias experiencias y permitieron dilucidar desde 
 
1 Periodo en que comenzó a gestarse el antisemitismo como se conoce hoy en día. 
9 
 
variadas perspectivas los elementos involucrados en la puesta en marcha de la 
discriminación y racismo avalados y fomentados desde la autoridad política. 
 
El que los judíos askenazí se reconocieran como ciudadanos franceses, o 
alemanes, o rusos… antes que judíos sugiere su disposición de las sociedades en 
cuestión, pero también que su apariencia física no era mayormente distinta que la 
de los ciudadanos no judíos. 
 
Es de esta forma como Todorov hace la distinción entre racismo y racialismo, con 
base en los análisis que igualmente describe en su libro Nosotros y los otros. En 
éste se basa en el desarrollo de las ideas y del pensamiento sobre las cuestiones 
mencionadas, y refiere: 
 
“La palabra “racismo”, en su acepción común, designa dos dominios muy 
distintos de la realidad: se trata, por un lado, de un comportamiento, que la 
mayoría de las veces está constituido por odio y menosprecio con respecto 
a personas que poseen características físicas bien definidas y distintas a 
las nuestras; y, por el otro, de una ideología, de una doctrina concerniente 
a las razas humanas. No necesariamente se encuentran las dos presentes 
al mismo tiempo. El racista ordinario no es un teórico, no es capaz de 
justificar su comportamiento mediante argumentos “científicos”; y viceversa, 
el ideólogo de las razas no necesariamente es una “racista”, en el sentido 
que comúnmente tiene esta palabra, y sus puntos de vista teóricos pueden 
no ejercer la más mínima influencia sobre sus actos; o bien, es posible que 
su teoría no implique que hay razas intrínsecamente malas”. (Todorov, 
1989) 
 
Durante la ocupación Nacionalsocialista los judíos eran marcados, o mejor dicho, 
obligados a portar una estrella amarilla en el brazo para facilitar su distinción de 
los ciudadanos no judíos. Sin dicha marca cualquier miembro de ese grupo pudo 
haber pasado inadvertido o pudo haberse convertido a otra religión y esperar no 
ser descubierto. “(…) el antisemitismo nazi conjuntó el odio histórico al judío de 
raíces variadas con teorías racistas contemporáneas que presuponían la 
10 
 
existencia de razas superiores e inferiores, y con ideas de un darwinismo social”. 
(Bokser, 2001). 
 
A partir de entonces la ley busca facilitar a los grupos el acceso a todos los 
derechos por igual. Sin embargo, parece que estas motivaciones que, en efecto 
pueden ser bienintencionadas, rayan en la preferencia de trato a los sectores más 
vulnerados, lo que conduce a una paradoja sobre la igualdad entre individuos. 
Dicho trato preferencial se da en el marco de la llamada “acción afirmativa”, que 
busca otorgar “ventajas y más recursos a las personas o grupos que por más 
tiempo han sufrido desventajas por discriminación” (Conapred, 2009), hasta que 
dicho comportamiento en contra del individuo o elgrupo que lo sufría haya 
terminado. Rodríguez Zepeda afirma que este trato preferencial debe ser temporal 
debido a la estrecha correlación y coherencia que tiene con el derecho a la no 
discriminación. 
 
“(…) algunas de las estrategias y medidas políticas orientadas a subsanar 
los daños causados por la discriminación exigen, o al menos hacen 
aconsejables, tratamientos preferenciales y claramente diferenciados a 
favor de determinados colectivos sociales que han sido tradicionalmente 
víctimas de conductas discriminatorias. Esta serie de políticas que (…) 
admite distintas denominaciones, contradice la regla de trato igualitario y 
sin excepciones propio de la prescripción directa de la no discriminación”. 
(Rodríguez, 2006). 
 
Por otra parte y como ya se mencionó, es muy distinto hablar de discriminación en 
la antigüedad y el pasado reciente que en este siglo XXI. Sin embargo, los 
esfuerzos que actualmente se imprimen en alcanzar la erradicación de la 
discriminación, así como en alcanzar la no discriminación como un derecho 
fundamental básico en las sociedades, están principalmente dirigidos a los grupos 
y minorías más vulnerables que a lo largo de la historia han sido víctimas de este 
proceso de exclusión y señalamiento, mas no a la difusión orientada a la 
prevención y al cabal entendimiento de este fenómeno por parte de los individuos 
11 
 
que conforman las sociedades. El involucramiento y conocimiento de los 
instrumentos nacionales e internacionales de combate a la discriminación son 
herramientas que las poblaciones deben conocer para poder participar y contribuir 
en la erradicación de dichas prácticas. 
 
En un breve paréntesis, el autor de este trabajo considera que, a nivel nacional, es 
responsabilidad del Estado −como ente protector y garante de la seguridad y 
establecimiento de la armonía entre los miembros de la sociedad− no solamente 
crear los instrumentos que combatan los fenómenos sociales que disparan la 
desigualdad entre la población, sino también difundir de forma pertinente y efectiva 
esos mismos mecanismos, a través de los diversos medios de comunicación que 
éste tiene a su alcance, así como de participar en la creación de nuevas vías de 
comunicación. También de adaptarse a los nuevos medios que surjan con el 
avance del tiempo y la tecnología. De igual forma, es su obligación ratificar los 
convenios internacionales sobre esta materia y colaborar con las naciones del 
mundo en la promoción de los aparatos que buscan la erradicación de dichos 
problemas, pero más importante aún, ponerlos en práctica y ratificarlos según sea 
necesario. 
 
Pero también es responsabilidad de la población involucrarse en la búsqueda de 
información y herramientas que proporcionen las asociaciones civiles, el Estado, 
los organismos internacionales y demás instituciones que participen en la vida 
pública de una nación para combatir semejantes fenómenos sociales; si el Estado 
no ofrece herramientas satisfactorias, la sociedad civil debe proponerlas. Es 
responsabilidad de todos adoptar nuevas actitudes y conductas que ayuden a 
minar las acciones que frenan el pleno desarrollo y ejercicio de los derechos 
humanos de las personas. 
 
En México, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), 
promulgada en junio de 2003 y reformada en mayo de 2014, entiende por 
discriminación: 
12 
 
“toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u 
omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y 
tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o 
anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y 
libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el 
origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la 
edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o 
jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la 
situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias 
sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, 
las responsabilidades familiares, el idioma, (…) También se entenderá 
como discriminación la homofobia, misoginia, cualquier manifestación de 
xenofobia, segregación racial, antisemitismo, así como la discriminación 
racial y otras formas conexas de intolerancia”. 
 
De la anterior lista de formas de segregación se encuentra que únicamente el 
antisemitismo se refiere específicamente a la discriminación en contra de un grupo 
cultural particular: los judíos. 
 
Después de haber abordado brevemente la discriminación y el racismo, se pasará 
al antisemitismo, fenómeno que involucra a los dos conceptos mencionados en 
estricta relación con el grupo de los judíos, poniendo especial atención en la 
comunidad askenazí. 
 
 
1.1.2 Antisemitismo ¿Quiénes son los semitas? 
 
Antes de comenzar a describir qué significa antisemitismo, es preciso establecer 
quiénes pertenecen a los pueblos semitas. Para hacer esta distinción se recurre al 
historiador Bernard Lewis, quien en su libro Semitismo y Anti semitismo, expone 
que los pueblos cristianos, musulmanes y judíos adoptaron una teoría basada en 
los textos de la Biblia, en particular el capítulo del Génesis. Menciona que “los tres 
hijos de Noé representan a los antepasados epónimos de los tres principales 
13 
 
grupo raciales o lingüísticos (…) Cam fue el antepasado del os pueblos africanos o 
de piel oscura, Sem de los hebreos y sus diversos consanguíneos, y Jafet el de 
los medas persas y arios” (Lewis, 1991). 
 
Sin embargo, subraya que la falta de pruebas “históricas, lingüísticas, 
arqueológicas y etnográficas” no impidió que esta teoría alcanzara una gran 
popularidad hasta el siglo XIX. Lewis expone que durante un largo periodo de 
tiempo los únicos textos clásicos conocidos por los eruditos occidentales se 
resumían a los de los griegos, latinos, hebreos y arameos. Apunta que durante el 
siglo XVIII la Iglesia extendió sus contactos a Medio Oriente y los europeos 
incursionaron en aquellas tierras con mayor frecuencia, lo que permitió penetrar en 
el estudio de nuevas culturas, a partir de las escrituras zoroastrianas e hindúes, 
por ejemplo. Además, dice que con el surgimiento de la filología comparativa 
durante el siglo XVIII en Europa, surgen los términos semitas y arios. Sin embargo, 
ambos nombres hacen referencia al idioma.2 
 
Lewis cita al teórico francés Ernest Renan para precisar la estrecha relación entre 
idioma y raza3 y la confusión que esto puede generar. 
 
“(…) el nombre de semita tiene un significado puramente convencional: designa a 
los pueblos que han hablado hebreo, arábigo o algún otro dialecto de sus vecinos 
mas no a los pueblos enumerados en el capítulo X del Génesis, como 
descendientes de Sem (…)” 
 
Lewis afirma que “los especialistas serios han señalado que ‘semítico’ se refiere a 
una clasificación lingüística y cultural que designa a ciertos idiomas, y en algunos 
 
2 Esto tiene cabida en el entendido que durante el siglo XVIII los estudiosos de la filología comparativa agruparon a los 
pueblos en función del idioma que hablaban, a saber: el “sánscrito y a sus derivados de la India ―también llamados arios―; 
a las sucesivas partes del idioma persa; el latín y el griego y la gran mayoría de los idiomas de la Europa moderna: el 
eslavo, el germánico, el romance y el celta”, finalmente llamado indoeuropeo. 
3 Alerta sobre el cambio sufrido en el contenido de la palabra raza, que no se refiere a la acepción que tienen en la 
actualidad en el sentido antropológico, sino a la designación de entidades nacionales y culturales. 
 
14 
 
contextos, a las literaturas y civilizaciones expresadas en esos idiomas” (Lewis, 
1991). 
 
Dicho lo anterior, es posible pasara describir qué se entiende actualmente por 
antisemitismo, es decir, un tipo de discriminación que mundialmente se asocia con 
el odio al pueblo judío, sin embargo también se encuentra la postura que sostiene 
que esta práctica es una forma de discriminación de la que cualquiera puede ser 
víctima, según Nedda G. de Anhalt. 
 
“El antisemitismo en todas sus variedades se presenta como una forma de 
xenofobia en contra del ‘otro’, del ‘extraño’, del ‘extranjero’, que es como 
una mente antisemita percibe al judío (…) el antisemitismo es un nombre 
nuevo para designar una plaga extendida cuyas raíces se hunden en la 
antigüedad” (De Anhalt, 2002). 
 
Con base en la perspectiva de De Anhalt se puede rescatar que engloba el largo 
periodo histórico en que los judíos han representado la otredad donde se postran, 
al punto que de inmediato se asocian con los males que se desprenden de la 
intolerancia, pero también han existido otros grupos y minorías que padecen 
vejaciones similares. Sin embargo, lo que se pretende en este aparado es 
describir cómo el hecho de mencionar la palabra ‘antisemitismo’ remonta 
inmediatamente a los judíos y también a un periodo particular de la historia del 
mundo. 
 
Por consiguiente, se puede decir que el antisemitismo se arraiga en la adopción 
de estigmas y prejuicios asociados al hecho en sí mismo de ser judío. En cuanto la 
teoría racista se mezcla con la teoría racialista, sale a flote la idea de que las 
diferencias fisiológicas determinan las capacidades cognitivas de los humanos, se 
soporta con la idea de que existen diferentes razas en el mundo y, en 
consecuencia, existen jerarquías marcadas entre éstas. El resultado que se 
obtiene de esto es un gran odio desatado en contra de las minorías. “El prejuicio 
antisemita es un ejemplo de una flaqueza humana general” (Parkes, 1965). La 
15 
 
idea del odio hacia los judíos que actualmente envuelve al término ‘antisemitismo’ 
es atribuida al alemán Wilhelm Marr y fue empleada por primera vez en 1879 en 
su texto Victoria del judaísmo sobre el germanismo. Desde un punto de vista no 
confesional. Igualmente a él se atribuye la conexión del cúmulo de las diversas 
raíces del odio en contra de los judíos relacionada a la raza. Hacia la segunda 
mitad del siglo XIX la llamada “judeofobia” se cimentaba, principalmente en 
Europa, en conflictos entre cristianos y judíos, es decir, se trataba de cuestiones 
religiosas. De acuerdo con el historiador Leon Poliakov, las diferencias culturales 
que marcaban la religión y las actividades que realizaban los judíos dentro de una 
sociedad, particularmente en la alemana, aunque también en la francesa, 
austriaca, rusa, polaca, entre otras; fueron ideas que se dispararon debido a la 
concepción generalizada de que los judíos se “apoderaban de la cultura alemana”. 
Previo a esa situación, el odio hacia los judíos se vio impulsado por “los papeles 
que estuvieron obligados a desempeñar en la sociedad cristiana medieval” (Lewis, 
1991), mismas que se “derivaban del comercio, como los préstamos y las 
recaudaciones fiscales, por ejemplo, que no financiaban mayor recompensa a la 
comunidad israelita que la violenta antipatía popular” (Rosenberg, 1990). 
 
Textos académicos editados y publicados en las universidades tanto alemanas 
como austriacas dieron principio al hervidero en que posteriormente se convertiría 
el movimiento antisemita. La propagación de este tipo de ideas comenzaron a 
posicionarse a cabalidad en la psique de la esfera pública europea ―con mayor 
fuerza en Alemania, Francia y Rusia― una vez que éstos fueron “recogidos por la 
prensa y discutidos en las reuniones públicas, pudieron disponer (…) de una 
audiencia mucho más amplia que la que obtuvieron todas las publicaciones 
anteriores del siglo XX” (Poliakov, 1977). 
 
En esta última reflexión de Poliakov vale la pena detenerse a comentar la 
participación de la prensa, un tanto distanciada de la industria editorial, y orientada 
a difundir una idea en el imaginario de un pueblo. La llegada de la propaganda 
antisemita a Europa exige preguntarse ¿por qué tuvo tanto éxito la difusión de 
16 
 
ideas de exclusión y discriminación? Judit Bokser refiere que “el antisemitismo 
cobró nueva fuerza toda vez que el problema judío es el problema del Otro, 
formulado en términos seculares” (Bokser, 2001), es decir, la diferencia no es 
recibida con agrado de forma automática. Toma tiempo concebirla y puede no ser 
aceptada. La diferencia pone en peligro al status quo. El judío, desde su 
convivencia con los helenos, durante la Edad Media y hasta la actualidad, ha sido 
mirado como el extraño en las sociedades donde se ha presentado. Bien puede 
decirse que los miembros de este grupo han participado en los deberes civiles de 
las diversas naciones en que han radicado, incluso han combatido en el frente de 
batalla como miembros de los ejércitos ―concebida esta última acción como uno 
de los mayores rasgos de patriotismo que puede haber en un ciudadano―; sin 
embargo, parece que cargan con un estigma que los identifica como judíos antes 
que como ciudadanos de cualquier país. Así son vistos desde fuera de su 
comunidad. La diferencia cobija a la otredad. La otredad es desconocida y lo 
desconocido asusta, produce miedo, incertidumbre, inseguridad; y el miedo es 
considerado una reacción biológica ante una amenaza. En este punto vale la pena 
detenerse a reflexionar sobre la posible amenaza que los habitantes de Europa 
pudieron haber visto representada en los judíos. 
 
Durante el periodo en que los imperios europeos veían su fin y comenzaban sus 
transiciones hacia los Estados-nación, los habitantes de los países de Europa se 
transformaban en testigos del nacimiento de una nueva identidad para sí mismos. 
Buscaban la certidumbre respecto a sus correspondientes culturas y naturalmente 
ese proceso no tenía cabida para la otredad ni para la diferencia. Suficiente 
novedad representa verse inmerso en un cambio de tal magnitud. De la mano de 
esta situación, la comunidad judía askenazí pasó a representar una amenaza 
capaz de desmoronar los frágiles cimientos del delicado nacimiento de la anhelada 
identidad que brindaría la creación de los Estados-nación a las sociedades 
europeas. “El clima social y político que acompaña a las crisis se vuelve un campo 
propicio para la exteriorización de la xenofobia alimentada por (…) la necesidad de 
encontrar respuestas sencillas a una situación compleja”. (Zamora, 2012) 
17 
 
Por su parte, al hacer referencia a Jacob Katz, Bokser refiere que: 
 
“fue en virtud de los nuevos desafíos políticos y sociales que las 
ideas prevalecieron y pudieron ser utilizadas para justificar una 
postura política y determinadas acciones. El pensamiento fue un 
ámbito al que acudió para su legitimación, ya que recuperando viejos 
estereotipos y formulando nuevos, aquél (el antisemitismo) pudo 
proveerse de los recursos intelectuales que le permitían justificarse” 
(Bokser, 2001). 
 
También apunta que el antisemitismo es una forma de discriminación singular, 
porque se mantiene y reactiva debido a sus antecedentes históricos. Las formas 
en que se manifiesta y reproduce en las diferentes sociedades del mundo que 
interactúan con comunidades judías, dan pie a la creación de nuevos elementos 
móviles que se adaptan y también modernizan las ideas de odio al contexto 
contemporáneo, tomando en consideración las diferencias culturales que 
determinan a cada sociedad. 
 
 
1.2 Violencia social basada en la discriminación como causa de la creación 
del kibutz y principios de los kibutzim 
 
A continuación se busca describir cómo la práctica de la discriminación y 
antisemitismo orilló a los judíos askenazí de Europa del Este a encontrar 
alternativas para lidiar con lo que se había convertido en una persecución de su 
grupo, y cómo se organizaron para crear un nuevo sistema de convivencia social.Para ello se partirá describiendo qué se entiende por violencia social, fenómeno 
que inevitablemente se encuentra en la discriminación y antisemitismo. 
El estudioso sobre dicho tema, José Sanmartín Espugles, define este fenómeno a 
partir del Informe mundial sobre la violencia y la salud 2003 realizado por Krug et 
al. para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al citar a Krug et al, 
18 
 
Sanmartín Espugles expone que ésta es una forma de “agresividad alterada por 
diversos tipos de factores (en particular socioculturales) que le quitan el carácter 
indeliberado y la vuelven una conducta intencional y dañina, (…) cualquier 
conducta intencional que causa o puede causar un daño”4 (Sanmartín et al, 2010). 
 
En el caso de los judíos askenazí se puede notar que la violencia social en contra 
de su grupo subió de tono. Lo que inicialmente era considerado una amenaza, 
culminó en actos concretamente violentos. 
 
La organización social es un principio fundamental para el desarrollo de la vida 
humana. Desde el momento en que los humanos dejaron de ser nómadas la 
imperante necesidad de vivir en conjunto de sus semejantes tuvo que ser 
atendida. El hombre ha creado diversas estructuras sociales que han 
desembocado en las civilizaciones actuales. Desde las tribus, clanes y hordas, 
hasta los imperios, estados y ciudades; el hombre ha buscado la fórmula correcta 
para vivir en armonía con sus semejantes, pero más importante, con sus 
‘diferentes’. 
 
Así pues, los kibutzim son resultado del sionismo ―movimiento político judío que 
será abordado más adelante― y atienden esta necesidad de forma muy particular 
en el seno del judaísmo askenazí. Éstos pueden describirse como un experimento 
práctico y exitoso de socialismo utópico, que naturalmente han ido cambiando con 
el paso del tiempo. Las personas que aceptan las condiciones de vida de un kibutz 
se integran de forma voluntaria a estas comunidades. Esta sociedad se concibió 
sin la existencia de la propiedad privada. 
 
“Puede definirse como un organismo colectivo, agrícola e industrial donde 
el trabajo se hace en común, con una forma de vida colectiva en cuanto a 
 
4 Es preciso mencionar una diferencia fundamental entre agresividad y violencia, que igualmente señala 
Sanmartín Espugles: la primera es un reflejo biológico natural que responde a un estímulo amenazante, es 
decir, busca la protección, la sobrevivencia; por su parte, la segunda, se enmarca y define por la deliberada 
intención de causar daño. 
19 
 
educación, alimentación y servicios (…) La economía del grupo es 
fundamentalmente agraria e industrial, y constituye una unidad económica 
autosuficiente e igualitaria; están administrados por una red de trabajo 
entre comités y directivos elegidos” (Montoya, Dávila, 2005) 
 
En este sentido y al tomar en consideración que el Estado de Israel ha sido 
poblado por judíos migrantes de todo el mundo, los kibutzim representan una 
forma alternativa de sistema social que ha existido por más de 100 años. Los 
pobladores de los kibutzim son multiculturales. Tienen el conocimiento y prácticas 
de diferentes partes del mundo, mismos que, naturalmente, han aplicado en 
beneficio de sus colectividades. Este elemento ofrece un agregado muy particular 
a estas comunidades. Al momento en que sus habitantes coinciden en un solo 
punto territorial experimentan un proceso de unificación que tiene un provecho 
cultural único. 
 
La multiculturalidad que comparten los judíos es un elemento sumamente 
enriquecedor, que ha desembocado en el pronto desarrollo de su sociedad. Este 
elemento es aplicable a los kibutzim5 de igual forma. Otro elemento fundamental 
para su desarrollo está en el ingreso voluntario a la comunidad. Nadie está 
obligado a convertirse en miembro de un kibutz. Cualquier persona que quiera 
ingresar y ser miembro de este tipo de grupos tiene la oportunidad de hacerlo 
después de pasar un periodo de prueba. 
 
La influencia ideológica bajo la cual nacieron los kibutzim está enraizada en un 
principio de colectivismo donde todo individuo perteneciente a la comunidad tiene 
el mismo grado de responsabilidad sin importar la actividad que desempeñe. La 
repartición del trabajo es equitativa. En algún punto de su estancia los miembros 
de la comunidad realizan todas las actividades y se rigen bajo el principio de 
colectivismo de: “todos trabajan para todos y queda totalmente prohibida la 
 
5 Es importante hacer énfasis en que los kibutzim son consideradas como sociedades independientes al 
Estado de Israel. Representan una parte fundamental de este país. Si bien contribuyen en el desarrollo y 
producción económica de Israel, estas comunidades tienen sus propios órganos de autoridad y una 
estructura diferente al complejo sistema político israelí. 
20 
 
actividad económica privada (…) No hay incentivos materiales y tampoco relación 
alguna entre puesto de trabajo y nivel de vida” (Rosenberg, 1990). 
 
Para ahondar un poco más sobre los pormenores de los kibutzim se recurrirá al 
mexicano Leonardo Rosenberg, quien dedicó su tesis de maestría a realizar una 
radiografía de este tipo de comunidades. En su trabajo expone la forma en que 
son gobernados estos sistemas sociales. Rosenberg menciona que al ser una 
comunidad igualitaria, los tomadores de decisiones dentro del grupo son elegidos 
en una Asamblea General, misma que es el órgano supremo del kibutz. En ésta 
recae el poder ejecutivo, legislativo y judicial: 
 
“La democracia directa es otro de los principios arraigados profundamente 
en la estructura de la organización social del kibutz. Consecuencia de esta 
forma de gobierno es que la autoridad queda en manos de los propios 
miembros de la comunidad, pudiendo cada uno de ellos participar en el 
procedimiento de toma de decisiones y dirección del kibutz (…) La 
Asamblea General es el Estado, un Estado que no presenta antagonismos 
porque todos forman parte de él en igualdad de condiciones” (Rosenberg, 
1990) 
 
Por otra parte, el antropólogo Melford E. Spiro, expone que la organización de los 
kibutzim, particularmente el kibutz Kiryat Yedidim6, mismo que visitó en la década de los 
50; “es similar al de una gran familia”. En las reuniones bisemanales de la comunidad, es 
decir, la actividad equivalente a la Asamblea General del kibutz Emet7; se discuten todo 
tipo de cuestiones que afectarán directamente a la comunidad: “(Los habitantes) No han 
creado un organismo legislativo representativo. Por lo tanto, muchos asuntos que, en 
otras sociedades estarían a cargo de funcionarios administrativos o bajo la jurisdicción de 
un órgano legislativo, son responsabilidad de toda la comunidad” (Spiro: 1956). 
 
 
 
 
6 Nombre ficticio del kibutz estudiado por Spiro. 
7 Nombre ficticio del kibutz que fungió como objeto de estudio de Leonardo Rosenberg. 
21 
 
1.3 Sionismo 
 
Ahora que se ha mencionado un poco sobre los kibutzim, se hará un acercamiento 
al movimiento sionista, para conocer qué objetivo buscaban alcanzar los judíos 
mediante éste y cómo organizaron su desarrollo de forma que, después de sufrir 
varios tipos de violencia social a través del antisemitismo, lograron establecer los 
kibutzim lejos de dicha violencia álgida vivida en Europa. 
 
El sionismo es una ideología y un movimiento político que se cimenta en el ideal 
de la creación de un Estado judío. Theodor Herzl es considerado el padre de este 
movimiento debido a que pudo insertar en la diáspora judía la idea de que la 
solución a la cuestión judía se encontraba en la conjunción de los judíos de la 
diáspora en un territorio propio. Previo a dicha reflexión, por el contrario, 
consideraba que la solución a la cuestión judía yacía en la “conversión masiva de 
la juventud judíaal cristianismo, seguida de su adhesión al socialismo” 
(Greilsammer, 2008). 
 
Theodor Herzl nació en Budapest, Hungría, en 1860, donde vivió hasta los 18 
años. Estudió Derecho en Viena, aunque decidió desempeñarse como periodista, 
profesión que le hizo trasladarse a París como corresponsal del diario vienés Neue 
Freie Presse. Allí atestiguaría un controversial juicio en contra del capitán francés 
Alfred Dreyfus, acusado de traición a su país, al facilitar información a los 
alemanes tras la victoria germana en la Guerra franco-prusiana (1870-1871). Este 
hecho, considerado como un símbolo flagrante de antisemitismo en Francia, pero 
también en Europa, así como la ebullición de las prácticas y políticas antisemitas 
en la región; le condujeron a considerar que los judíos únicamente estarían 
seguros en un territorio propio. En consecuencia, dedicó su vida a defender la 
posibilidad de la existencia de un Estado judío. Bajo dicha motivación publicaría su 
obra El Estado Judío (Der Judenstaat) en 1896. Es preciso hacer hincapié en que 
Herzl es considerado el padre fundador de este movimiento debido a que logró 
unir los sentimientos y anhelos que tenía el pueblo judío en un proyecto que 
22 
 
identificó y fundió a la diversa diáspora judeoeuropea en un solo ente, para 
trabajar en conjunto para conseguir un territorio propio. 
Es de gran relevancia mencionar el papel que Herzl ejercía como periodista. 
Desde este punto privilegiado de influencia, puso en marcha con mayor fuerza su 
intención de unir a la diáspora y trabajar en un objetivo común y con miras a 
solucionar la llamada cuestión judía. 
 
Bajo dicha motivación fue creado el primer Congreso Sionista, en Basilea, Suiza, 
el 29 de agosto de 1897. Fue un avance fundamental para los judíos en el camino 
hacia la consecución de un Estado propio. La asistencia de más de cien 
representantes judíos de Europa le daba un carácter más formal al objetivo que 
con tanto ahínco buscaban alcanzar los judíos lacerados por la discriminación y 
antisemitismo imperante en Europa, con Herzl al timón; pero ése no fue el único 
logro que se materializó con la creación del Congreso, también se obtuvo un 
espacio que fungía como foro donde se podía discutir a gran escala y libremente 
con qué recursos se contaban para alcanzar el establecimiento del Estado de 
Israel, las formas que se emplearían, los retos por superar y todas las 
circunstancias que debían atenderse para poner en marcha el movimiento 
sionista. 
 
Una parte importante para la difusión de este movimiento yace en los medios de 
comunicación utilizados para convertir un movimiento que vio su nacimiento en las 
universidades y academias―un sector minoritario de los países europeos durante 
el siglo XIX― en un proyecto que alcanzó y se asentó perfectamente en la masa 
judía askenazí. Lo anterior aunado a las condiciones a las que las políticas 
públicas discriminatorias implementadas en Europa, que automáticamente hacían 
de los judíos ciudadanos de segunda, coadyuvó en el exitoso emprendimiento del 
sionismo. 
 
Una vez llevado a cabo el primer Congreso Sionista en 1897, éste tuvo lugar cada 
año. Un punto fundamental que se debía discutir era, naturalmente, el lugar al que 
23 
 
la diáspora se dirigiría. Se propusieron países como Argentina e incluso Uganda, 
sin embargo, Herzl sabía que estos dos países no significaban nada para los 
judíos. No había ninguna conexión con esos lugares. Ni siquiera la lengua, sin 
mencionar que muchos no tenían idea de la ubicación geográfica de los mismos. 
Por tal motivo esta opción no era realmente viable. Herzl sabía que debía 
encontrar, o en su defecto, crear una conexión lo suficientemente poderosa y 
convincente para hacer emigrar a las comunidades judías hacia un lugar en 
particular. 
 
Como expone el catedrático mexicano Manuel Férez (2015), el periodista de 
origen húngaro halló los elementos necesarios dentro de la narrativa religiosa 
judía, cuya referencia se puede tomar a partir de la oración: “El año que viene en 
Jerusalén”. Las comunidades judías europeas reconocían estas palabras, sin 
importar el lugar de residencia ni la cultura del país que habitaban. Era algo propio 
de los judíos y de nadie más. Apeló a la nostalgia: “El sionismo ha existido 
siempre, si bien no como una ecuación política, sí al menos como el sentimiento 
más arraigado del pueblo judío desde el inicio del éxodo” (Rosenberg, 1990). 
 
En consecuencia, Herzl cayó en cuenta de la importancia de conseguir la vieja 
Palestina como lugar para establecer el Estado judío debido a que: 
 
“Su sólo nombre sería, para nuestro pueblo, un llamado poderosamente 
conmovedor. Si S.M. el Sultán nos diera Palestina, podríamos 
comprometernos a regularizar las finanzas de Turquía8. Para Europa 
formaríamos allí un Valais contra el Asia; estaríamos al servicio de los 
puestos de avanzada de la cultura contra la barbarie. En tanto que Estado 
neutral, mantendríamos relación con toda Europa, que tendría que 
garantizar nuestra existencia (…) Formaríamos la guardia de honor 
alrededor de los Sagrados Lugares (…) Esta guardia de honor sería el gran 
símbolo para la solución del problema judío, después de 18 siglos llenos de 
sufrimiento para nosotros.” (Herzl, 1960) 
 
8 Durante el siglo XIX el Imperio otomano administraba y tenía bajo su control la región de Palestina. 
24 
 
Para ejecutar dicho plan, el fundador del sionismo planteó la creación de dos 
organismos que planearían y ejecutarían, respectivamente, los pasos que 
permitirían la existencia de un Estado judío en Palestina: se trata de la Sociedad 
Judía ―de corte socialista― Society of Jews y de la Jewish Company. La relación 
de ambos órganos radicaba en que “lo que la Society of Jews ha preparado 
científica y políticamente, lo realiza la Jewish Company.” (Herzl, 1960) 
 
Herzl ligó a los judíos poderosos al movimiento sionista, particularmente al barón 
Edmond de Rothschild ―quien llegó a ser apodado: “El Conocido Benefactor”―, a 
través, justamente, del dinero. Rothschild financió la adquisición de tierras en 
Palestina9. El sionismo proponía, en sintonía con los dictados socialistas, que los 
judíos trabajasen la tierra. También buscaban crear instituciones en el marco de 
los lineamientos sionistas. Sin embargo, las relaciones entre judíos y no judíos de 
la región no se dieron estrictamente bajo los principios socialistas10. 
 
Sin embargo, hacia 1917 la Gran Bretaña emitía la Declaración Balfour, que 
permitiría a los judíos de la diáspora establecer su territorio nacional en Palestina. 
Para entonces, esta zona había pasado del mandato otomano al británico. A partir 
de entonces el sionismo se enfrentó con nuevos retos, entre ellos las facciones 
judaicas que se manifestaban en contra de la creación del Estado de Israel a partir 
de la autoemancipación, es decir, a través de la consecución de la liberación judía 
mediante la intervención humana y no a través de las prácticas espirituales 
meramente ligadas a Dios; como fue el caso del sionismo religioso. Esta rama del 
sionismo predicaba que los judíos serían guiados por el mesías a la “Tierra Santa” 
 
9 En su libro El kibutz. Historia, realidad y cambio, Leonardo Rosenberg apunta que el barón de 
Rothschild desembolsó 70 millones de francos oro para la compra de tierras. Dichas tierras no eran 
precisamente las mejores, se trataba de espacios pantanosos y que los mismos árabes palestinos 
reconocían como infértiles. Muchos de los judíos que provenían de ciudades urbanas europeas, 
tenían pocos conocimientos de la forma adecuada de trabajar la tierra, sin mencionar las 
importantes diferencias en la temperatura climática. 
10Tanto las diferencias climáticas como la procedencia de los judíos, aunada a la escasa demanda 
de los productosexportados al extranjero, condujeron a “alquilar la mano de obra árabe”, lo cual 
rompió con los principios socialistas que pretendía el sionismo, a pesar de que también había 
judíos que trabajaban en este ámbito. Esto daba pie a que el movimiento “degenerara en una 
forma de dominio colonial afín al de los países imperialistas europeos” (Rosenberg, 1990) 
 
25 
 
y que el hombre no debía intervenir en dicho proceso. Es decir, se trataba de una 
facción sionista espiritual. Buscaban alcanzar la creación del Estado judío a través 
de la espiritualidad. 
 
Es preciso mencionar que ―tal como apunta el historiador Yosef Gorny― una vez 
que el imperio otomano, ya en decadencia, perdió la gerencia sobre Palestina, la 
Gran Bretaña asumió su administración. “El cambio de poder en Palestina 
después de la Primera Guerra Mundial transformó la disputa ―entre árabes y 
judíos sionistas― de un problema local a una cuestión internacional” (Gorny, 
1987). De la misma forma, Gorny apunta que a partir de 1882 comenzaron los 
asentamientos modernos judíos en Palestina, y que desde entonces hasta 1948: 
 
 “ocurrió un cambio radical en el estado político del sionismo: una transición 
de una existencia tolerada como movimiento nacional durante el imperio 
otomano, a una entidad sancionable a nivel internacional. Dentro de la 
comunidad árabe-palestina tuvo lugar un proceso similar, debido a que 
también alcanzó el reconocimiento de tener derecho a un Estado en una 
parte de Palestina, pero el desarrollo en la esfera judía se definió con 
mayor claridad, y su importancia histórica tuvo mayor alcance y fue más 
revolucionaria” (Gorny, 1987). 
 
Hasta el momento se han descrito los medios a través de los cuales Theodor Herzl 
puso en marcha el movimiento sionista con miras a alcanzar el establecimiento de 
un Estado judío. A continuación se verá un poco más a detalles el contexto de los 
judíos askenazí, una vez dado a conocer el plan de Herzl para solucionar la 
cuestión judía. 
 
 
1.3.1 La participación de los judíos askenazí en el sionismo 
 
Cuando se habla de judíos askenazí se hace referencia a los judíos de 
comunidades europeas de procedencia no ibérica. La palabra Askenazí proviene 
26 
 
de Ashkenaz, forma en que los judíos denominaban a la actual región de Alemania 
en lengua yiddish. Es importante tener presente que el sionismo surge en el marco 
de un lapso en el que los judíos se encontraban en el ojo del huracán; surge como 
un movimiento que busca resarcir las vejaciones que sufrían los judíos askenazí 
en Europa durante el siglo XIX y que eventualmente se tornaron más severas. 
 
También, es importante señalar que los judíos vivían en el ambiente europeo, 
porque si bien el sionismo tal como fue planteado y entendido por Theodor Herzl, 
buscaba proteger a los judíos que se veían amenazados por el modus vivendi de 
un contexto europeo antisemita; no contemplaba ―de acuerdo con Manuel 
Férez― a los judíos árabes o del norte de África. Es decir, el sionismo estaba 
pensado específicamente para los judíos europeos, no para las diversas 
comunidades judías del mundo. 
 
Una de las motivaciones que encontró Theodor Herzl para poner en marcha el 
movimiento sionista, como ya se mencionó, fue el juicio del capitán judeofrancés 
Alfred Dreyfus, quien fue sometido a un juicio sumamente controversial y 
mediático, de acuerdo con las dimensiones de 1895. El llamado caso Dreyfus 
―del cual se hablará más adelante― se convirtió en un símbolo tangible del 
antisemitismo y del futuro que le esperaba a los civiles dentro de Francia, 
Alemania, Rusia, Rumania, Austria, Polonia… y en general en Europa. 
 
 
1.3.2 La opinión pública y las organizaciones sociales sionistas 
 
Como se ha visto, el movimiento sionista surgió como respuesta a la 
popularización del antisemitismo. A continuación se presenta una tabla con los 
organismos judíos cuya presencia contribuyó de forma financiera a la migración de 
la diáspora judía europea hacia Palestina: 
 
 
27 
 
 
Tabla 1. Asociaciones financieras judías promotoras del establecimiento de judíos en Palestina 
Elaboración propia con información de la Organización Sionista Mundial y Kéren Kayemet Leisrael. 
 
En la tabla anterior se muestran tres de las instituciones creadas con el fin de velar 
por el correcto desarrollo del movimiento sionista desde una perspectiva 
financiera. Es importante recordar que sin la capacidad monetaria que mostraron 
algunos judíos de la diáspora, el movimiento sionista y la idea que de él tenía 
Herzl no se habría podido llevar a cabo como se conoce en la actualidad. 
 
 
11 El sitio web oficial de la Organización Sionista Mundial – World Zionist Organization (WZO), refiere lo 
anterior como los objetivos que busca alcanzar el movimiento. Por su parte, resume en seis puntos las bases 
del sionismo: 1) “El sentimiento de unidad del pueblo judío, el vínculo con su patria histórica, Eretz Israel, la 
centralidad del Estado de Israel y Jerusalén, su capital, en la vida del pueblo; 2) Aliyah a Israel desde todos 
los países del mundo y la integración de los inmigrantes en la sociedad israelí; 3) El fortalecimiento de Israel 
como Estado Judío-Sionista y democrático, y su modelación como sociedad ejemplar, poseedora de un 
carácter moral y espiritual único, basada en el respeto mutuo del multifacético pueblo judío y en la visión 
profética que aspira a la paz y contribuye a la mejora del mundo; 4) La garantía del futuro y distinción del 
pueblo judío a través de la promoción de la educación judía, hebrea y sionista, el cultivo de valores 
espirituales y culturales, y la institución de la lengua hebrea como su idioma nacional; 5) El cultivo de la 
responsabilidad judía mutua, la defensa de los derechos de los judíos, a nivel individual y también como 
nación, la representación de los intereses nacionales sionistas del pueblo judío, y la lucha contra toda forma 
de expresión antisemita; 6) La población del país como expresión práctica del concepto sionista”. 
12 Tomado del sitio web oficial del Kéren Kayemet Leisrael. 
Organización Objetivos Contribución al movimiento sionista 
Asociación de 
Colonización Judía 
(ICA, por sus siglas 
en inglés), 1891 
 Asistir a los judíos a emigrar, conseguir un empleo productivo y 
asentarse fuera de los países donde sean perseguidos o se 
encuentren en situaciones económicas vulnerables. 
 Mejorar los métodos de ganadería locales. 
 Sembrar nuevos cultivos. 
 Establecer cooperativas. 
Financió y facilitó la exportación de los productos 
cultivados por judíos en Palestina y aumentó la 
capacidad agrícola de los pequeños kibutzim, actividad 
que posteriormente se convirtió en la principal fuente 
de ingresos. 
Organización 
Internacional 
Sionista (WZO, por 
sus siglas en 
inglés), 1897. 
 
 “Promover la población de los agricultores, artesanos y 
comerciantes judíos en Palestina. 
 Organizar y promover el judaísmo de forma efectiva por medios 
locales e internacionales conforme a las leyes de cada país. 
 Fortalecer el sentimiento y la conciencia nacional judía. 
 Actuar un paso por delante buscando, si es necesario, el 
consenso por parte de los gobiernos para cumplir con los 
objetivos sionistas”.11 
A través de la instauración del Primer Congreso 
Sionista, se abrió un foro mundial donde tenía cabida 
la discusión de los temas más acuciantes para las 
comunidades judías askenazís del mundo, 
principalmente. Se definían los temas que serían 
prioritarios y cómo se abordarían en función del 
fortalecimiento del movimiento. 
Fondo Nacional 
Judío, ( Kéren 
Kayemet Leisrael), 
1901. 
 “Comprar y desarrollar la tierra en Palestina”. 
 “El objetivo inicial fue el de adquirir tierras como paso 
fundamental para el retorno del Pueblo Judío a su tierra 
ancestral”.12 
A través del Fondo Agrario Judío la comunidad judía 
de la diásporapagó a las árabes por las tierras 
ubicadas en la región de Palestina, mismas que serían 
trabajadas por los propios judíos. 
28 
 
En el marco de los anuales Congresos Sionistas, se crearon nuevas 
organizaciones que continuaron los esfuerzos por establecer un Estado judío en 
Palestina. Igualmente fueron fundadas organizaciones que fungían como 
contrapartes de las primeras. Las diferencias ―de acuerdo con Nahum 
Goldmann13― radicaban en la forma de abordar la cuestión judía. Herzl 
encabezaba la propuesta del sionismo político, es decir, de utilizar a la política y 
cultura como instrumentos diplomáticos para alcanzar acuerdos encaminados al 
establecimiento del Estado judío. Para esto, los judíos del mundo14 dejarían sus 
países de origen para establecerse en Palestina. 
 
“Contra él, estaba Ahad Naam, gran pensador nutrido de literatura y 
filosofía judía., quien estimaba que el Estado no era importante. Lo que se 
necesitaba, por el contrario, decía, era la creación de un centro espiritual 
para los judíos del mundo entero. Aceptó, en fin, la idea de Estado (…) Se 
puede pretender que (la idea sionista) es insensata o admitir que es 
grandiosa, pero en los dos casos es única”. (GOLDMANN, 1979). 
 
Por otro lado y como se ha mencionado anteriormente, la opinión pública de las 
sociedades europeas, en torno a la fuerza que cobró el antisemitismo en la región, 
condujo a la discriminación. Libelos como Los protocolos de los sabios de Sión, 
promovieron no sólo el rechazo hacia los judíos, sino también su satanización. 
 
Hay que recordar que Europa se encontraba en una situación política de 
transición, misma que orilló a sus ciudadanos a volcarse a un nacionalismo 
pujante. Ariel Français, Doctor de Derecho del Instituto de Estudios Políticos de 
París, sostiene que “al concluir el siglo XIX, casi todas las burguesías nacionales 
(de Europa Occidental) controlaban el aparato del Estado, y que éste había sido 
reorganizado con el fin de responder a sus aspiraciones y a su proyecto 
 
13 Diplomático sionista cuyo papel se desempeñó en convencer a los soviéticos y estadounidense de apoyar 
la presencia de un estado judío en Palestina. También encabezó las negociaciones con Alemania Occidental 
para reparar los daños cometidos a los judíos durante el periodo Nazi, así como un pago compensatorio al 
Estado de Israel. 
14 Se debe recordar que el sionismo estaba pensado para los judíos de origen europeo. 
29 
 
económico”. En este sentido, se puede agregar que los judíos no estaban 
contemplados y no formaban parte de los proyectos de nación que estaban por 
surgir en Europa. A los no judíos europeos les interesaba reafirmar su lugar como 
ciudadanos “legítimos” de su nación más que detenerse a pensar cómo integrar a 
una minoría que habitaba su mismo territorio, y que además tenía prácticas 
culturales diferentes. A partir de esta premisa manejaron los medios de 
comunicación al alcance para difundir dicha idea y fomentar el antisemitismo entre 
la opinión pública. Los medios utilizados eran los brazos propagandísticos de los 
movimientos sionistas de cada país de la región. Más adelante se abordarán 
breves apartados sobre cómo se dio este proceso en Francia, Alemania y Rusia15, 
países que ocuparon un papel importante en el auge y fomento del antisemitismo 
a nivel regional y mundial. 
 
Así pues, la opinión pública rechazó de inmediato a los judíos. Pero eso no habría 
sido posible sin la difusión que estas ideas tuvieron en el seno de las industrias 
culturales. En Alemania se consideraba la importancia de llegar a las masas para 
fortalecer y difundir el movimiento sionista dentro del país y también en Europa. 
Las publicaciones de libros y diarios encauzaron y moldearon las ideas 
discriminatorias que comenzaban a imperar en la región. 
 
Respecto a este tema, se puede dividir en dos vertientes a la opinión pública 
durante este periodo europeo: la generada en pro del antisemitismo y 
posteriormente la abocada en pro del sionismo. Estos dos fenómenos son 
interdependientes: el primero, gestado en el seno de la comunidad no judía, 
provoca el fortalecimiento del segundo movimiento, gestado en el seno judío. 
Sobre este respecto veremos cómo se desarrolló el caso de Francia. 
 
 
15 Se escoge la situación de estos tres países debido a que en ellos se encuentran casos representativos de 
antisemitismo a nivel mundial, a saber, el affaire Dreyfus y la presencia del diario La Libre Parole del líder 
antisemita Edouard Drumont (Francia); el auge del antisemitismo argumentado desde la intelectualidad que, 
en parte fungió como detonador para la persecución judía durante las primeras décadas del siglo XX 
(Alemania) y la puesta al límite de la anulación de derechos civiles, persecución y establecimiento de 
pogromos (Rusia). 
30 
 
1.3.2.1 Francia 
 
El historiador de origen francés Leon Poliakov apunta que durante el periodo de 
1882 a 1890 Francia vivió una recesión atribuible únicamente, al menos en el 
imaginario de la opinión pública de la época, a los judíos y en particular a la 
adinerada familia Rothschild. 
 
Por su parte, Edouard Drumont, periodista y escritor antisemita francés, fomentó 
esta percepción a través de diversas publicaciones, entre las que destaca La 
France Juive (1886), donde delinea el estereotipo del “judío errante” y también 
pone en duda la lealtad y nacionalismo del judío hacia la Tercera República 
francesa. Fundó la Liga Nacional Antisemita de Francia, así como el diario La 
Libre Parole, plataforma propagandística que le permitió fomentar el sentimiento 
antisemita dentro de su país. Éste también fungía como órgano de la Liga 
Antisemita. A través de este diario estableció las posturas políticas que 
direccionaban a la opinión pública a apoyar los criterios antisemitas. Apoyó las 
acusaciones en contra del capitán judío Alfred Dreyfus y aprovechó el Escándalo 
del Canal de Panamá16 para fomentar el descontento popular contra los judíos. El 
escritor mexicano José Emilio Pacheco refirió lo siguiente sobre la utilización del 
diario antisemita francés en la acusación de Dreyfus: “La Libre Parole creó a 
‘Dreyfus’: judío de raza, alemán de formación, cáncer, vampiro sin honor ni 
patriotismo, justificación de cuanto se había dicho desde que apareció La France 
Juive”. Es decir, Drumont creó en el judío un estereotipo de todo lo malo que 
sucedía en Francia y el mundo, difundió y convenció a la población de que su 
 
16 El proyecto de la construcción del Canal de Panamá es considerado uno de los grandes escándalos de 
corrupción del siglo XIX. Poliakov apunta que entre los involucrados en este proceso figuran: “’el héroe de 
Suez’, Ferdinand de Lesseps, secundado por su hijo; luego se escalonaban en círculos concéntricos un 
puñado de corruptores, varias decenas de parlamentarios, centenares de periodistas corrompidos y decenas 
de miles de ahorradores arruinados”. El proyecto de la construcción del Canal de Panamá se desvirtuó en el 
momento en que De Lesseps se dio cuenta que el capital del plan original de construcción era insuficiente 
para desarrollar satisfactoriamente el proyecto, por tanto “los fondos recogidos servían en creciente 
proporción para comprar el silencio o las complicidades de los políticos y de la prensa”. Es importante 
mencionar que, si bien Drumont fue un férreo promotor del antisemitismo, el Escándalo de Panamá sí 
involucró de primera mano, principalmente como corruptores a personajes judíos: Lévy Crémieux, Jacques 
de Reinach, Cornelius Herz y Émile Arton. 
31 
 
afirmación era verdad, y utilizó como conejillo de indias al capitán Alfred Dreyfus 
para materializar sus decires. A continuación se presentan dos complementos 
gráficos17 del diario La Libre Parole: 
 
Gráfico

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