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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN PROPAGANDA Y OPINIÓN PÚBLICA: UNA VENTANA HACIA EL ANTISEMITISMO Y SIONISMO TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN COMUNICACIÓN PRESENTA DANIEL DÍAZ MAYORGA ASESORA: DRA. MARTHA ALICIA MÁRQUEZ RODRÍGUEZ MAYO, 2017 Veronica Texto escrito a máquina Santa Cruz, Acatlán, Edo. de México UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A mis padres y hermana, por ofrecerme la oportunidad de concluir este primer reto y apoyarme en la persecución de muchos más. Agradecimientos Quiero agradecer profundamente a mi familia, especialmente a mis padres y hermana: Margarita, Daniel y Magui; quienes me han apoyado incondicionalmente desde siempre. Me han brindado la invaluable oportunidad de buscar mi desarrollo personal, al tiempo que me han ofrecido las herramientas necesarias para hacerlo. Siempre han hecho todo lo posible y mucho más para facilitarme este proceso y siempre han estado a mi lado. Ahora recuerdo con una sonrisa aquellas palabras que, en su momento, me negaba a comprender: “cuando crezcas lo entederás”. Hoy puedo decir que, en efecto, tenían toda la razón y gracias a ustedes he podido dar un gran primer paso hacia delante. A mi abuelita Carlota Cabrera Álvarez, cuya figura me enseñó el valor y la satisfacción de trabajar para poder contemplar la tranquilidad de una sonrisa en el rostro ajeno: Q.E.P.D. A mi primo Rubén, porque desde niño sus palabras me han ayudado a ser una mejor persona. A todos mis amigos y profesores, fuente interminable de aprendizajes, experiencias y cavilaciones, también agradezco su compañía. Por su puesto, también quiero agradecer a la Doctora Martha Alicia Márquez por orientarme, compartir conmigo su invaluable conocimiento y brindarme los más acertados y concienzudos consejos. También quiero mencionar a mis amigos y antiguos colegas del CINU México, que siempre me alentaron y apoyaron a seguir adelante: Juanjo, Mariana, Maru, Monica, Silvita, Sr. Ocampo y Toño; muchas gracias. Igualmente, y por último, quiero hacer constar mi agradecimiento con la FES Acatlán y la UNAM, instituciones que han marcado en mí un sello indeleble a nivel personal y a una escala tanto mental como espiritual. Pensar que pertenezco a esta comunidad siempre me motiva a seguir adelante y a contribuir en lo que esté a mi alcance para hacer de México un mejor país. ÍNDICE PROPAGANDA Y OPINIÓN PÚBLICA: UNA VENTANA HACIA EL ANTISEMITISMO Y SIONISMO INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................. i CAPÍTULO 1. DISCRIMINACIÓN Y ANTISEMITISMO ..................................................................... 4 1.1 Discriminación ........................................................................................................ 4 1.1.1 Racismo ....................................................................................................... 8 1.1.2 Antisemitismo ¿Quiénes son los semitas? ................................................ 12 1.2 Violencia social basada en la discriminación como causa de la creación del kibutz kibutz y principios de los kibutzim....................................................................... 17 1.3 Sionismo ............................................................................................................... 21 1.3.1 La participación de los judíos askenazí en el sionismo ............................. 26 1.3.2 La opinión pública y las organizaciones sociales sionistas ....................... 26 1.3.2.1 Francia ............................................................................................. 30 1.3.2.2 Alemania .......................................................................................... 33 1.3.2.3. Rusia ............................................................................................... 35 CAPÍTULO 2. INFORMACIÓN, OPINIÓN PÚBLICA Y PROPAGANDA ........................................ 39 2.1 Información ........................................................................................................... 39 2.2 Acercamientos a la opinión pública y propaganda .............................................. 41 2.3 Opinión Pública y Propaganda ............................................................................. 44 2.3.1 Lengua y literatura en la opinión pública ................................................... 49 2.3.2 Información, guerra y los orígenes de la propaganda ............................... 53 2.4 Propaganda bélica y el estudio de audiencias ..................................................... 59 2.5 El líder de opinión................................................................................................. 66 2.6 Hacia el nacimiento de un Estado........................................................................ 69 CAPÍTULO 3. VITRINA METODOLÓGICA Y ANÁLISIS ................................................................ 75 3.1 Vitrina Metodológica ............................................................................................. 75 3.1.1 Objetivo: Para el mensaje del análisis de propaganda .............................. 75 3.1.2 Objetivos particulares ................................................................................. 75 3.1.3 Variables .................................................................................................... 76 3.1.4 Variables evaluativas ................................................................................. 83 3.1.5 Presentación de esquema de categoría y unidad de registro ................... 83 3.1.6 Justificación de la selección de casos ....................................................... 84 3.2 Análisis ................................................................................................................. 86 3.2.1 Mensajes antisemitas ................................................................................. 87 3.2.2 Mensajes sionistas en defensa de los judíos............................................. 96 3.2.3 Declaración de Independencia: Nacimiento del Estado de Israel ............. 973.3.4 Mensajes de defensa de la comunidad judía askenazí en la película La Lista Lista de Schindler ....................................................................................... 99 INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y CONSIDERACIONES FINALES ................................ 105 NOTA: A MANERA DE CONCLUSIÓN ......................................................................................... 125 FUENTES CONSULTADAS ........................................................................................................... 130 i INTRODUCCIÓN El sedentarismo es una de las primeras enseñanzas que la humanidad acogió antes de comenzar a desarrollar una comunidad en un territorio particular. El descubrimiento de la agricultura y la explotación de los recursos disponibles de ciertas regiones han sido elementos que han marcado el rumbo en que se han desarrollado las diversas sociedades en el mundo. Sin embargo, se puede identificar a un grupo que se ha relacionado con esta situación de una forma un poco distinta, es decir, transitó por el planeta durante mucho tiempo sin gozar de un territorio propio al cual pudiera llamar hogar. Se trata de la comunidad judía, particularmente de los judíos asentados en Europa o también llamados askenazí. Dicho grupo logró alcanzar el establecimiento de un Estado propio tras generaciones de discriminación y señalamientos. Para lograr dicho objetivo la comunidad judía askenazí creó el movimiento sionista. En el presente trabajo se busca identificar el mensaje propagandístico que tiene como eje central el antisemitismo, así como la estrategia de los mensajes propagandísticos que intentan reivindicar a la comunidad judía askenazí, distinguiendo en particular el mensaje o mensajes de propaganda sionista; a partir de la construcción de instrumentos de medición ad hoc. Para ello se hará un abordaje sobre el tema, con especial atención al movimiento antisemita y sionista, desde la segunda mitad del siglo XIX en Europa, donde hubo una importante presencia discriminatoria hacia los judíos, siendo Alemania y Francia, principalmente, pero también Rusia y otros países como Austria, Polonia y Rumania; activos promotores intelectuales de ese movimiento. Rusia, por su parte, tenía severas leyes discriminatorias respecto a los judíos en su sociedad. Asimismo, algunos estigmas y alusiones a tiempos pasados permanecieron vigentes hasta el siglo XX. Los judíos cargaron con ese peso durante largos periodos y en diferentes épocas. Invariablemente han sido objeto de controversia. Su cultura fue hermética durante mucho tiempo. En la actualidad, de cierta forma, lo sigue siendo. Son el Veronica Texto escrito a máquina ii símbolo del grupo que más dificultades ha tenido que atravesar a lo largo de la historia, y eso ya es decir mucho. El exilio de los judíos en tiempos bíblicos pudo ser una gran calamidad, pero también una gran ventaja. A diferencia de otros grupos o comunidades que habitan el planeta, los judíos comparten una historia y cultura común, a pesar de habitar zonas diferentes en el mundo. Al tener que establecerse en nuevos territorios se vieron forzados a imprimir mayor esfuerzo que los demás grupos en la Tierra para el desarrollo de sus sociedades. En la gran mayoría de los casos aprendieron a adoptar una segunda cultura y supieron mezclarla con la propia. Sin embargo, ante los ojos de los no judíos fueron considerados como ‘el otro’. Nunca genuinos, siempre adaptados, asimilados. Diferentes. A los miembros de esta comunidad se les vio durante mucho tiempo como judío antes que ciudadano, judío antes que vecino; judío antes que escritor; judío antes que ciudadano políticamente activo... Es decir, siempre se antepuso la calidad de judío a la calidad de humano. Durante los siglos XVIII, XIX y XX los imperios europeos se vieron inmersos en una transición hacia los Estados-nación. Para Europa, el siglo XIX estuvo marcado por la guerra constante y las políticas expansionistas. Ese periodo elevó los sentimientos nacionalistas hasta un punto en que los ciudadanos comenzaron a rechazar a quienes no eran connacionales. Para resaltar dicho nacionalismo, entre otros elementos, se valieron de diferentes herramientas comunicativas. Es aquí donde la fama creada alrededor de los judíos cobra relevancia para el presente trabajo, porque también se busca describir y hacer un repaso sobre la discriminación, antisemitismo, racismo y sionismo en el contexto del judaísmo askenazí durante la segunda mitad del siglo XIX, para posteriormente poder relacionar los elementos propagandísticos involucrados con los mencionados fenómenos. También se busca retratar la utilización de la información correspondiente a estos temas por parte de los promotores y partidarios tanto del antisemitismo como del sionismo, con el objetivo de fortalecer la información pública en favor de cada uno de los mencionados movimientos. iii Igualmente se busca describir cómo a través de estos elementos fue posible la creación de los kibutzim en Israel, así como la fundación del Estado judío. Se prestará especial atención en los elementos referentes a la comunicación ―entiéndase como tales la información, propaganda, prensa y opinión pública―, así como a las concepciones que se han tenido de la opinión pública en diferentes disciplinas académicas. Con esto se busca poner de relieve el valor que dichos elementos comunicativos tienen en la formación de movimientos políticos, utilizando como referentes al antisemitismo y sionismo. Así pues, en el primer capítulo se establece un acercamiento teórico sobre la discriminación, el antisemitismo, el racismo y los tipos de violencia social que de alguna u otra forma han tenido relación con la comunidad judía askenazí, principalmente durante el siglo XIX y XX. Además, se abordará cómo el antisemitismo obligó a la comunidad judía askenazí a emitir una respuesta política e ideológica contrapuesta y así atender la llamada cuestión judía. Con esto se hace referencia a la creación del movimiento sionista por parte del periodista y filósofo Theodor Herzl y cómo en la formación de los movimientos tanto sionista como antisemitista se pueden distinguir elementos comunicativos similares. Igualmente, se hace un acercamiento hacia la propaganda y su incidencia en la formación de la opinión pública. Pero este tema se aborda con mayor profundidad en el segundo capítulo, donde también se describe la interrelación entre la propaganda, la opinión pública y las formas de manejo de información, además de presentar un breve recorrido por los antecedentes teóricos de cada uno de esos elementos, haciendo especial énfasis en la opinión pública. Se presentan algunas consideraciones de Elisabeth Noelle-Neumann. También se aborda brevemente la figura del líder de opinión, que representa un papel destacado en la consolidación de los movimientos sociales. En el tercer capítulo se encuentra la metodología y el análisis de los casos. Se presenta la construcción de dos instrumentos donde se categorizan las referencias, iv ideas y concepciones sobre los judíos askenazí encontradas en la literatura consultada para la realización de este trabajo, separando la postura antisemita y sionista. Para esto se realizan dos cuadros, uno correspondiente a cada movimiento. Las categorías se dividen en las dimensiones política, social, cultural y económica. Se hace un análisis de contenido que busca encontrar las referencias, ideas y concepciones sobre los judíos askenazí, previamente categorizados, en tres casos representativos del antisemitismo y sionismo: uno correspondiente a un mensaje antisemita (Mi Lucha de Adolf Hitler), un segundo correspondiente a un mensaje sionista (Declaración de Independencia del Estado de Israel) y un tercero que abordael antisemitismo y sionismo simultáneamente. Se busca que éste último mensaje sea más cercano cronológicamente a la actualidad (la película La Lista de Schindler de Steven Spielberg). A través de un análisis de contenido, se analizan los mensajes propagandísticos contenidos en cada uno de estos tres casos, para contrastarlos con los elementos categorizados en los instrumentos de registro de la literatura consultada para este trabajo. Para el caso antisemita (el texto de Hitler) se contabilizan los adjetivos calificativos explícitos sobre los judíos. Para el caso sionista, la Declaración de Independencia de Israel, se identifica si el texto contiene referencias o alusiones a la información recabada para la realización de este trabajo. Finalmente, para el último caso, igualmente se contabiliza el tiempo total dedicado en la película a la denostación, ensalzamiento o exposición de una postura neutra hacia los judíos askenazí. El segundo apartado de este capítulo corresponde propiamente a los análisis de los casos elegidos para mostrar una comparación cuantificada de las adjetivaciones explícitas positivas, negativas o neutras encontradas dentro de obras elegidas del antisemitismo y sionismo, respectivamente. Por último, se dedica un apartado a las impresiones finales, donde se desglosan las ideas surgidas tras analizar los casos representativos del antisemitismo y sionismo y su relación con los capítulos del presente trabajo. v Por su parte, la profundidad de este trabajo es descriptiva y la realización del mismo está motivada en conocer la forma en que los judíos askenazí lograron integrar a su movimiento sionista el ejercicio propagandístico como un factor de enfrentamiento ante el antisemitismo, es decir, la utilización de la imprenta, entre otras herramientas, como propagadora ideológica y de actitudes orientadas a alcanza un objetivo concreto, en este caso, el establecimiento del Estado judío. Debido a la naturaleza del objeto de estudio y la ubicación temporal y espacial donde se desarrollaron los hechos de este trabajo, la investigación no puede ser más que documental, remontándose a un alcance máximo de textos en inglés y en menor medida francés. Es interesante conocer este proceso, porque los discursos que abogan por señalar y tomar acción para resaltar las diferencias entre humanos han ido cobrando mayor fuerza rápidamente y algunas situaciones violentas se han desprendido como consecuencia de tales discursos. Según nos recuerda la experiencia humana, en repetidas ocasiones el común denominador de dichas prácticas discriminatorias es la violencia. Hacer un repaso sobre dicho tema, encarnado en los judíos askenazí, probablemente el grupo más representativo en el imaginario colectivo occidental en cuanto a las consecuencias de la discriminación e intolerancia se refiere; podría permitir cobrar consciencia de la latente omnipresencia de dichos sentimientos, para de esa forma poder prevenirlos y actuar con base en su consideración. 3 CAPÍTULO 1 Veronica Texto escrito a máquina 4 CAPÍTULO 1. DISCRIMINACIÓN Y ANTISEMITISMO El presente capítulo busca establecer un acercamiento hacia los conceptos de discriminación, racismo, antisemitismo y sionismo, mismos que fungirán como vías principales en la conducción de este trabajo; para conocer cómo las ideas que sustentan estos fenómenos se entremezclaron para llegar a la producción de un nuevo sistema de vida para los judíos askenazi en un periodo que abarca la segunda mitad del siglo XIX, principios y mediados del siglo XX. En relación a los anteriores conceptos también se habla brevemente sobre la violencia social en el entorno judío askenazí. 1.1 Discriminación En la actualidad la discriminación es una conducta rechazada de forma manifiesta por las sociedades en el mundo. Se trata de un tema que le recuerda a la humanidad su capacidad de dañar a sus semejantes y someterlos a condiciones de vida inhumanas. Es una negación de la igualdad y equidad entre iguales. Pero esto no siempre ha sido así. La atención hacia el derecho a la no discriminación comenzó a tomar lugar en el siglo XX, una vez terminadas la Primera y Segunda Guerras Mundiales. En consecuencia, tanto la igualdad como la equidad entre humanos se han establecido como metas a alcanzar por las sociedades democráticas. Tras los más grandes conflictos bélicos del planeta, los pueblos en el mundo ―en la medida de lo posible― buscan trabajar en conjunto para respetar y hacer valer la dignidad y derechos fundamentales de cada habitante del planeta, tal como lo estipula la Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945 en la ciudad de San Francisco: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las 5 naciones grandes y pequeñas, (…) a practicar la tolerancia y a convivir en paz (…)”. El estudioso mexicano sobre la discriminación Enrique Rodríguez Zepeda (2005), en su libro Un marco teórico para la discriminación se acerca a las dos acepciones que la Real Academia Española de la Lengua propone del término discriminación: “1. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra; 2. Dar un trato de inferioridad, diferenciar a una personas o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera”. La discriminación como objeto de estudio en las ciencias sociales comenzó en el siglo XX, a pesar de que ésta no es una práctica reciente ni ocasional. Por el contrario, y de acuerdo a las reflexiones de Rodríguez Zepeda, la discriminación tan es una práctica común que la idea de discriminar es asociada en primera instancia al quebrantamiento de la ley que a un concepto teórico o un fenómeno social. Se puede notar que el derecho a la no discriminación está consignado en el artículo 7° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos “(…) que es probablemente el documento político y jurídico más relevante de la humanidad” (Rodríguez, 2005). El artículo refiere lo siguiente: Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra la discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación. Se ha aprendido de las experiencias por las que ha pasado la humanidad a lo largo de la historia y esto sugiere que se intenta tomar las medidas preventivas necesarias para alcanzar una convivencia armoniosa, tanto a nivel local como 6 mundial. Sin embargo, para alcanzar este propósito es “necesario no sólo creer en ese ideal, sino trabajar por él con un espíritu crítico y con una exigencia de calidad ética en nuestras acciones” (Gutiérrez, 2010). No obstante, dichos antecedentes, a su vez, han orillado a la humanidad a reducir la línea entre la libre manifestación del disgusto y discrepancia, la llamada libre expresión, a simples ―y muchas veces complejos― actos discriminatorios e intolerantes. Así como plantea Rodríguez Zepeda, en el afán de no discriminar, ¿debemos gustarnos todos? Naturalmente no es así. El disenso siempre ha existido debido a la diversidad de la naturaleza humana. Por tal motivo es preciso delinear claramente qué implicaciones tiene la discriminación para que ésta pueda ser llamada así en un sentido técnico. Al recurrir al texto Un marco teórico para la discriminación, Rodríguez Zepeda expone que las distinciones y el desagrado de ciertos grupos hacia otros siempre han existido, pero esto no significa necesariamente que se esté violando el principio del derecho a la no discriminación. Lo anterior sucede cuando alguien privade sus derechos fundamentales a otra persona por motivos de religión, raza, género, edad, orientación sexual o idioma. El autor refiere que esta práctica busca “limitar, coartar o suspender derechos y libertades fundamentales de las personas” (Rodríguez, 2006). La define de la siguiente manera: (…) la discriminación es una conducta, culturalmente fundada, y sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales”. Por otro lado, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial expone que la discriminación racial, que busca 7 “adoptar todas las medidas necesarias para eliminar rápidamente la discriminación racial en todas sus formas (…)”, denota que se entenderá como tal: (...) toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública”. Por su parte, los judíos askenazí ―objeto de estudio que compete a este trabajo― han sido punto central en cuanto a controversia se refiere e igualmente han sido blanco de discriminación a lo largo de la historia. Se han creado historias fundadas en estigmas, estereotipos, prejuicios e ideas que fungen como vestigios de enfrentamientos con otros grupos, mismas que actualmente delimitan el margen dentro del cual son concebidos. El exterminio de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial mostró al mundo la capacidad del humano de sobrepasar los límites de la intolerancia y la voluntad de infligir daño sobre otro ser humano. Hasta la fecha, esa capacidad de hacer daño se convirtió en un peso que carga toda la humanidad. Tanto las personas como las naciones se miran a los ojos y saben que los límites de quienes tienen enfrente son impredecibles. “Dos guerras mundiales en una generación han destrozado todo sentimiento de estabilidad y seguridad que pudiera haber existido en el pasado, destruyendo los valores tradicionales y las disciplinas antes respetadas” (Parkes, 1965). En ese momento la humanidad dio a luz una desconfianza implícita con la que se busca aprender a vivir. Se trata de un trauma que forma parte central, naturalmente, de la memoria histórica judía, pero también de la memoria histórica mundial. El Holocausto fungió como un factor acelerador para la creación del Estado judío, así como lo hizo la búsqueda del establecimiento de los sobrevivientes. “Esta situación tuvo implicaciones tanto psicológicas como siquiátricas tan serias que los 8 relatos de las víctimas del Holocausto (…) son incorporados al imaginario social con el peso que el trauma les agrega” (Sznajder, 2007). La discriminación hacia los judíos ―judeofobia o antisemitismo― es de tipo cultural, debido a que este grupo no es fisiológicamente distinguible. La fundamentación de dicho argumento sobre esta comunidad es descrita por Tzvetan Todorov, al exponer que la teoría racialista, que avala la existencia de diferentes razas en el mundo ―situación que conduce a su jerarquización―, no es aplicable para los judíos ya que este grupo no era discriminado debido al color de su piel o sus rasgos fisiológicos, sino debido a la cultura que representaban: su religión, sus prácticas, sus ocupaciones y el desempeño que en éstas tenían. 1.1.1 Racismo Así pues, siguiendo la línea de la discriminación y el socavamiento de los derechos civiles, en referencia a los judíos askenazí, se hace un salto hacia el racismo. Se vuelve más complicado hablar de este término en contra de dicho grupo durante la segunda mitad del siglo XIX1 porque justamente la racionalización de este fenómeno se dio a partir de las tragedias a las que estos mismos fenómenos condujeron. Se comenzó a reflexionar a nivel mundial sobre los derechos humanos y el respeto a las diferencias culturales como un derecho fundamental una vez que más de un conflicto armado había tomado lugar, particularmente la Segunda Guerra. Es decir, durante el periodo mencionado las diferencias culturales no se miraban ―como en la actualidad se pretende desde una perspectiva más sensata― como riqueza para una nación, justamente porque éstas se encontraban en proceso de formación. Lo que se buscaba era reafirmar los valores conocidos de cada lugar en particular. La otredad representaba una amenaza. Pero una vez finalizada la Segunda Guerra muchos de los sobrevivientes reflexionaron, principalmente judíos, sobre sus propias experiencias y permitieron dilucidar desde 1 Periodo en que comenzó a gestarse el antisemitismo como se conoce hoy en día. 9 variadas perspectivas los elementos involucrados en la puesta en marcha de la discriminación y racismo avalados y fomentados desde la autoridad política. El que los judíos askenazí se reconocieran como ciudadanos franceses, o alemanes, o rusos… antes que judíos sugiere su disposición de las sociedades en cuestión, pero también que su apariencia física no era mayormente distinta que la de los ciudadanos no judíos. Es de esta forma como Todorov hace la distinción entre racismo y racialismo, con base en los análisis que igualmente describe en su libro Nosotros y los otros. En éste se basa en el desarrollo de las ideas y del pensamiento sobre las cuestiones mencionadas, y refiere: “La palabra “racismo”, en su acepción común, designa dos dominios muy distintos de la realidad: se trata, por un lado, de un comportamiento, que la mayoría de las veces está constituido por odio y menosprecio con respecto a personas que poseen características físicas bien definidas y distintas a las nuestras; y, por el otro, de una ideología, de una doctrina concerniente a las razas humanas. No necesariamente se encuentran las dos presentes al mismo tiempo. El racista ordinario no es un teórico, no es capaz de justificar su comportamiento mediante argumentos “científicos”; y viceversa, el ideólogo de las razas no necesariamente es una “racista”, en el sentido que comúnmente tiene esta palabra, y sus puntos de vista teóricos pueden no ejercer la más mínima influencia sobre sus actos; o bien, es posible que su teoría no implique que hay razas intrínsecamente malas”. (Todorov, 1989) Durante la ocupación Nacionalsocialista los judíos eran marcados, o mejor dicho, obligados a portar una estrella amarilla en el brazo para facilitar su distinción de los ciudadanos no judíos. Sin dicha marca cualquier miembro de ese grupo pudo haber pasado inadvertido o pudo haberse convertido a otra religión y esperar no ser descubierto. “(…) el antisemitismo nazi conjuntó el odio histórico al judío de raíces variadas con teorías racistas contemporáneas que presuponían la 10 existencia de razas superiores e inferiores, y con ideas de un darwinismo social”. (Bokser, 2001). A partir de entonces la ley busca facilitar a los grupos el acceso a todos los derechos por igual. Sin embargo, parece que estas motivaciones que, en efecto pueden ser bienintencionadas, rayan en la preferencia de trato a los sectores más vulnerados, lo que conduce a una paradoja sobre la igualdad entre individuos. Dicho trato preferencial se da en el marco de la llamada “acción afirmativa”, que busca otorgar “ventajas y más recursos a las personas o grupos que por más tiempo han sufrido desventajas por discriminación” (Conapred, 2009), hasta que dicho comportamiento en contra del individuo o elgrupo que lo sufría haya terminado. Rodríguez Zepeda afirma que este trato preferencial debe ser temporal debido a la estrecha correlación y coherencia que tiene con el derecho a la no discriminación. “(…) algunas de las estrategias y medidas políticas orientadas a subsanar los daños causados por la discriminación exigen, o al menos hacen aconsejables, tratamientos preferenciales y claramente diferenciados a favor de determinados colectivos sociales que han sido tradicionalmente víctimas de conductas discriminatorias. Esta serie de políticas que (…) admite distintas denominaciones, contradice la regla de trato igualitario y sin excepciones propio de la prescripción directa de la no discriminación”. (Rodríguez, 2006). Por otra parte y como ya se mencionó, es muy distinto hablar de discriminación en la antigüedad y el pasado reciente que en este siglo XXI. Sin embargo, los esfuerzos que actualmente se imprimen en alcanzar la erradicación de la discriminación, así como en alcanzar la no discriminación como un derecho fundamental básico en las sociedades, están principalmente dirigidos a los grupos y minorías más vulnerables que a lo largo de la historia han sido víctimas de este proceso de exclusión y señalamiento, mas no a la difusión orientada a la prevención y al cabal entendimiento de este fenómeno por parte de los individuos 11 que conforman las sociedades. El involucramiento y conocimiento de los instrumentos nacionales e internacionales de combate a la discriminación son herramientas que las poblaciones deben conocer para poder participar y contribuir en la erradicación de dichas prácticas. En un breve paréntesis, el autor de este trabajo considera que, a nivel nacional, es responsabilidad del Estado −como ente protector y garante de la seguridad y establecimiento de la armonía entre los miembros de la sociedad− no solamente crear los instrumentos que combatan los fenómenos sociales que disparan la desigualdad entre la población, sino también difundir de forma pertinente y efectiva esos mismos mecanismos, a través de los diversos medios de comunicación que éste tiene a su alcance, así como de participar en la creación de nuevas vías de comunicación. También de adaptarse a los nuevos medios que surjan con el avance del tiempo y la tecnología. De igual forma, es su obligación ratificar los convenios internacionales sobre esta materia y colaborar con las naciones del mundo en la promoción de los aparatos que buscan la erradicación de dichos problemas, pero más importante aún, ponerlos en práctica y ratificarlos según sea necesario. Pero también es responsabilidad de la población involucrarse en la búsqueda de información y herramientas que proporcionen las asociaciones civiles, el Estado, los organismos internacionales y demás instituciones que participen en la vida pública de una nación para combatir semejantes fenómenos sociales; si el Estado no ofrece herramientas satisfactorias, la sociedad civil debe proponerlas. Es responsabilidad de todos adoptar nuevas actitudes y conductas que ayuden a minar las acciones que frenan el pleno desarrollo y ejercicio de los derechos humanos de las personas. En México, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED), promulgada en junio de 2003 y reformada en mayo de 2014, entiende por discriminación: 12 “toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, (…) También se entenderá como discriminación la homofobia, misoginia, cualquier manifestación de xenofobia, segregación racial, antisemitismo, así como la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia”. De la anterior lista de formas de segregación se encuentra que únicamente el antisemitismo se refiere específicamente a la discriminación en contra de un grupo cultural particular: los judíos. Después de haber abordado brevemente la discriminación y el racismo, se pasará al antisemitismo, fenómeno que involucra a los dos conceptos mencionados en estricta relación con el grupo de los judíos, poniendo especial atención en la comunidad askenazí. 1.1.2 Antisemitismo ¿Quiénes son los semitas? Antes de comenzar a describir qué significa antisemitismo, es preciso establecer quiénes pertenecen a los pueblos semitas. Para hacer esta distinción se recurre al historiador Bernard Lewis, quien en su libro Semitismo y Anti semitismo, expone que los pueblos cristianos, musulmanes y judíos adoptaron una teoría basada en los textos de la Biblia, en particular el capítulo del Génesis. Menciona que “los tres hijos de Noé representan a los antepasados epónimos de los tres principales 13 grupo raciales o lingüísticos (…) Cam fue el antepasado del os pueblos africanos o de piel oscura, Sem de los hebreos y sus diversos consanguíneos, y Jafet el de los medas persas y arios” (Lewis, 1991). Sin embargo, subraya que la falta de pruebas “históricas, lingüísticas, arqueológicas y etnográficas” no impidió que esta teoría alcanzara una gran popularidad hasta el siglo XIX. Lewis expone que durante un largo periodo de tiempo los únicos textos clásicos conocidos por los eruditos occidentales se resumían a los de los griegos, latinos, hebreos y arameos. Apunta que durante el siglo XVIII la Iglesia extendió sus contactos a Medio Oriente y los europeos incursionaron en aquellas tierras con mayor frecuencia, lo que permitió penetrar en el estudio de nuevas culturas, a partir de las escrituras zoroastrianas e hindúes, por ejemplo. Además, dice que con el surgimiento de la filología comparativa durante el siglo XVIII en Europa, surgen los términos semitas y arios. Sin embargo, ambos nombres hacen referencia al idioma.2 Lewis cita al teórico francés Ernest Renan para precisar la estrecha relación entre idioma y raza3 y la confusión que esto puede generar. “(…) el nombre de semita tiene un significado puramente convencional: designa a los pueblos que han hablado hebreo, arábigo o algún otro dialecto de sus vecinos mas no a los pueblos enumerados en el capítulo X del Génesis, como descendientes de Sem (…)” Lewis afirma que “los especialistas serios han señalado que ‘semítico’ se refiere a una clasificación lingüística y cultural que designa a ciertos idiomas, y en algunos 2 Esto tiene cabida en el entendido que durante el siglo XVIII los estudiosos de la filología comparativa agruparon a los pueblos en función del idioma que hablaban, a saber: el “sánscrito y a sus derivados de la India ―también llamados arios―; a las sucesivas partes del idioma persa; el latín y el griego y la gran mayoría de los idiomas de la Europa moderna: el eslavo, el germánico, el romance y el celta”, finalmente llamado indoeuropeo. 3 Alerta sobre el cambio sufrido en el contenido de la palabra raza, que no se refiere a la acepción que tienen en la actualidad en el sentido antropológico, sino a la designación de entidades nacionales y culturales. 14 contextos, a las literaturas y civilizaciones expresadas en esos idiomas” (Lewis, 1991). Dicho lo anterior, es posible pasara describir qué se entiende actualmente por antisemitismo, es decir, un tipo de discriminación que mundialmente se asocia con el odio al pueblo judío, sin embargo también se encuentra la postura que sostiene que esta práctica es una forma de discriminación de la que cualquiera puede ser víctima, según Nedda G. de Anhalt. “El antisemitismo en todas sus variedades se presenta como una forma de xenofobia en contra del ‘otro’, del ‘extraño’, del ‘extranjero’, que es como una mente antisemita percibe al judío (…) el antisemitismo es un nombre nuevo para designar una plaga extendida cuyas raíces se hunden en la antigüedad” (De Anhalt, 2002). Con base en la perspectiva de De Anhalt se puede rescatar que engloba el largo periodo histórico en que los judíos han representado la otredad donde se postran, al punto que de inmediato se asocian con los males que se desprenden de la intolerancia, pero también han existido otros grupos y minorías que padecen vejaciones similares. Sin embargo, lo que se pretende en este aparado es describir cómo el hecho de mencionar la palabra ‘antisemitismo’ remonta inmediatamente a los judíos y también a un periodo particular de la historia del mundo. Por consiguiente, se puede decir que el antisemitismo se arraiga en la adopción de estigmas y prejuicios asociados al hecho en sí mismo de ser judío. En cuanto la teoría racista se mezcla con la teoría racialista, sale a flote la idea de que las diferencias fisiológicas determinan las capacidades cognitivas de los humanos, se soporta con la idea de que existen diferentes razas en el mundo y, en consecuencia, existen jerarquías marcadas entre éstas. El resultado que se obtiene de esto es un gran odio desatado en contra de las minorías. “El prejuicio antisemita es un ejemplo de una flaqueza humana general” (Parkes, 1965). La 15 idea del odio hacia los judíos que actualmente envuelve al término ‘antisemitismo’ es atribuida al alemán Wilhelm Marr y fue empleada por primera vez en 1879 en su texto Victoria del judaísmo sobre el germanismo. Desde un punto de vista no confesional. Igualmente a él se atribuye la conexión del cúmulo de las diversas raíces del odio en contra de los judíos relacionada a la raza. Hacia la segunda mitad del siglo XIX la llamada “judeofobia” se cimentaba, principalmente en Europa, en conflictos entre cristianos y judíos, es decir, se trataba de cuestiones religiosas. De acuerdo con el historiador Leon Poliakov, las diferencias culturales que marcaban la religión y las actividades que realizaban los judíos dentro de una sociedad, particularmente en la alemana, aunque también en la francesa, austriaca, rusa, polaca, entre otras; fueron ideas que se dispararon debido a la concepción generalizada de que los judíos se “apoderaban de la cultura alemana”. Previo a esa situación, el odio hacia los judíos se vio impulsado por “los papeles que estuvieron obligados a desempeñar en la sociedad cristiana medieval” (Lewis, 1991), mismas que se “derivaban del comercio, como los préstamos y las recaudaciones fiscales, por ejemplo, que no financiaban mayor recompensa a la comunidad israelita que la violenta antipatía popular” (Rosenberg, 1990). Textos académicos editados y publicados en las universidades tanto alemanas como austriacas dieron principio al hervidero en que posteriormente se convertiría el movimiento antisemita. La propagación de este tipo de ideas comenzaron a posicionarse a cabalidad en la psique de la esfera pública europea ―con mayor fuerza en Alemania, Francia y Rusia― una vez que éstos fueron “recogidos por la prensa y discutidos en las reuniones públicas, pudieron disponer (…) de una audiencia mucho más amplia que la que obtuvieron todas las publicaciones anteriores del siglo XX” (Poliakov, 1977). En esta última reflexión de Poliakov vale la pena detenerse a comentar la participación de la prensa, un tanto distanciada de la industria editorial, y orientada a difundir una idea en el imaginario de un pueblo. La llegada de la propaganda antisemita a Europa exige preguntarse ¿por qué tuvo tanto éxito la difusión de 16 ideas de exclusión y discriminación? Judit Bokser refiere que “el antisemitismo cobró nueva fuerza toda vez que el problema judío es el problema del Otro, formulado en términos seculares” (Bokser, 2001), es decir, la diferencia no es recibida con agrado de forma automática. Toma tiempo concebirla y puede no ser aceptada. La diferencia pone en peligro al status quo. El judío, desde su convivencia con los helenos, durante la Edad Media y hasta la actualidad, ha sido mirado como el extraño en las sociedades donde se ha presentado. Bien puede decirse que los miembros de este grupo han participado en los deberes civiles de las diversas naciones en que han radicado, incluso han combatido en el frente de batalla como miembros de los ejércitos ―concebida esta última acción como uno de los mayores rasgos de patriotismo que puede haber en un ciudadano―; sin embargo, parece que cargan con un estigma que los identifica como judíos antes que como ciudadanos de cualquier país. Así son vistos desde fuera de su comunidad. La diferencia cobija a la otredad. La otredad es desconocida y lo desconocido asusta, produce miedo, incertidumbre, inseguridad; y el miedo es considerado una reacción biológica ante una amenaza. En este punto vale la pena detenerse a reflexionar sobre la posible amenaza que los habitantes de Europa pudieron haber visto representada en los judíos. Durante el periodo en que los imperios europeos veían su fin y comenzaban sus transiciones hacia los Estados-nación, los habitantes de los países de Europa se transformaban en testigos del nacimiento de una nueva identidad para sí mismos. Buscaban la certidumbre respecto a sus correspondientes culturas y naturalmente ese proceso no tenía cabida para la otredad ni para la diferencia. Suficiente novedad representa verse inmerso en un cambio de tal magnitud. De la mano de esta situación, la comunidad judía askenazí pasó a representar una amenaza capaz de desmoronar los frágiles cimientos del delicado nacimiento de la anhelada identidad que brindaría la creación de los Estados-nación a las sociedades europeas. “El clima social y político que acompaña a las crisis se vuelve un campo propicio para la exteriorización de la xenofobia alimentada por (…) la necesidad de encontrar respuestas sencillas a una situación compleja”. (Zamora, 2012) 17 Por su parte, al hacer referencia a Jacob Katz, Bokser refiere que: “fue en virtud de los nuevos desafíos políticos y sociales que las ideas prevalecieron y pudieron ser utilizadas para justificar una postura política y determinadas acciones. El pensamiento fue un ámbito al que acudió para su legitimación, ya que recuperando viejos estereotipos y formulando nuevos, aquél (el antisemitismo) pudo proveerse de los recursos intelectuales que le permitían justificarse” (Bokser, 2001). También apunta que el antisemitismo es una forma de discriminación singular, porque se mantiene y reactiva debido a sus antecedentes históricos. Las formas en que se manifiesta y reproduce en las diferentes sociedades del mundo que interactúan con comunidades judías, dan pie a la creación de nuevos elementos móviles que se adaptan y también modernizan las ideas de odio al contexto contemporáneo, tomando en consideración las diferencias culturales que determinan a cada sociedad. 1.2 Violencia social basada en la discriminación como causa de la creación del kibutz y principios de los kibutzim A continuación se busca describir cómo la práctica de la discriminación y antisemitismo orilló a los judíos askenazí de Europa del Este a encontrar alternativas para lidiar con lo que se había convertido en una persecución de su grupo, y cómo se organizaron para crear un nuevo sistema de convivencia social.Para ello se partirá describiendo qué se entiende por violencia social, fenómeno que inevitablemente se encuentra en la discriminación y antisemitismo. El estudioso sobre dicho tema, José Sanmartín Espugles, define este fenómeno a partir del Informe mundial sobre la violencia y la salud 2003 realizado por Krug et al. para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al citar a Krug et al, 18 Sanmartín Espugles expone que ésta es una forma de “agresividad alterada por diversos tipos de factores (en particular socioculturales) que le quitan el carácter indeliberado y la vuelven una conducta intencional y dañina, (…) cualquier conducta intencional que causa o puede causar un daño”4 (Sanmartín et al, 2010). En el caso de los judíos askenazí se puede notar que la violencia social en contra de su grupo subió de tono. Lo que inicialmente era considerado una amenaza, culminó en actos concretamente violentos. La organización social es un principio fundamental para el desarrollo de la vida humana. Desde el momento en que los humanos dejaron de ser nómadas la imperante necesidad de vivir en conjunto de sus semejantes tuvo que ser atendida. El hombre ha creado diversas estructuras sociales que han desembocado en las civilizaciones actuales. Desde las tribus, clanes y hordas, hasta los imperios, estados y ciudades; el hombre ha buscado la fórmula correcta para vivir en armonía con sus semejantes, pero más importante, con sus ‘diferentes’. Así pues, los kibutzim son resultado del sionismo ―movimiento político judío que será abordado más adelante― y atienden esta necesidad de forma muy particular en el seno del judaísmo askenazí. Éstos pueden describirse como un experimento práctico y exitoso de socialismo utópico, que naturalmente han ido cambiando con el paso del tiempo. Las personas que aceptan las condiciones de vida de un kibutz se integran de forma voluntaria a estas comunidades. Esta sociedad se concibió sin la existencia de la propiedad privada. “Puede definirse como un organismo colectivo, agrícola e industrial donde el trabajo se hace en común, con una forma de vida colectiva en cuanto a 4 Es preciso mencionar una diferencia fundamental entre agresividad y violencia, que igualmente señala Sanmartín Espugles: la primera es un reflejo biológico natural que responde a un estímulo amenazante, es decir, busca la protección, la sobrevivencia; por su parte, la segunda, se enmarca y define por la deliberada intención de causar daño. 19 educación, alimentación y servicios (…) La economía del grupo es fundamentalmente agraria e industrial, y constituye una unidad económica autosuficiente e igualitaria; están administrados por una red de trabajo entre comités y directivos elegidos” (Montoya, Dávila, 2005) En este sentido y al tomar en consideración que el Estado de Israel ha sido poblado por judíos migrantes de todo el mundo, los kibutzim representan una forma alternativa de sistema social que ha existido por más de 100 años. Los pobladores de los kibutzim son multiculturales. Tienen el conocimiento y prácticas de diferentes partes del mundo, mismos que, naturalmente, han aplicado en beneficio de sus colectividades. Este elemento ofrece un agregado muy particular a estas comunidades. Al momento en que sus habitantes coinciden en un solo punto territorial experimentan un proceso de unificación que tiene un provecho cultural único. La multiculturalidad que comparten los judíos es un elemento sumamente enriquecedor, que ha desembocado en el pronto desarrollo de su sociedad. Este elemento es aplicable a los kibutzim5 de igual forma. Otro elemento fundamental para su desarrollo está en el ingreso voluntario a la comunidad. Nadie está obligado a convertirse en miembro de un kibutz. Cualquier persona que quiera ingresar y ser miembro de este tipo de grupos tiene la oportunidad de hacerlo después de pasar un periodo de prueba. La influencia ideológica bajo la cual nacieron los kibutzim está enraizada en un principio de colectivismo donde todo individuo perteneciente a la comunidad tiene el mismo grado de responsabilidad sin importar la actividad que desempeñe. La repartición del trabajo es equitativa. En algún punto de su estancia los miembros de la comunidad realizan todas las actividades y se rigen bajo el principio de colectivismo de: “todos trabajan para todos y queda totalmente prohibida la 5 Es importante hacer énfasis en que los kibutzim son consideradas como sociedades independientes al Estado de Israel. Representan una parte fundamental de este país. Si bien contribuyen en el desarrollo y producción económica de Israel, estas comunidades tienen sus propios órganos de autoridad y una estructura diferente al complejo sistema político israelí. 20 actividad económica privada (…) No hay incentivos materiales y tampoco relación alguna entre puesto de trabajo y nivel de vida” (Rosenberg, 1990). Para ahondar un poco más sobre los pormenores de los kibutzim se recurrirá al mexicano Leonardo Rosenberg, quien dedicó su tesis de maestría a realizar una radiografía de este tipo de comunidades. En su trabajo expone la forma en que son gobernados estos sistemas sociales. Rosenberg menciona que al ser una comunidad igualitaria, los tomadores de decisiones dentro del grupo son elegidos en una Asamblea General, misma que es el órgano supremo del kibutz. En ésta recae el poder ejecutivo, legislativo y judicial: “La democracia directa es otro de los principios arraigados profundamente en la estructura de la organización social del kibutz. Consecuencia de esta forma de gobierno es que la autoridad queda en manos de los propios miembros de la comunidad, pudiendo cada uno de ellos participar en el procedimiento de toma de decisiones y dirección del kibutz (…) La Asamblea General es el Estado, un Estado que no presenta antagonismos porque todos forman parte de él en igualdad de condiciones” (Rosenberg, 1990) Por otra parte, el antropólogo Melford E. Spiro, expone que la organización de los kibutzim, particularmente el kibutz Kiryat Yedidim6, mismo que visitó en la década de los 50; “es similar al de una gran familia”. En las reuniones bisemanales de la comunidad, es decir, la actividad equivalente a la Asamblea General del kibutz Emet7; se discuten todo tipo de cuestiones que afectarán directamente a la comunidad: “(Los habitantes) No han creado un organismo legislativo representativo. Por lo tanto, muchos asuntos que, en otras sociedades estarían a cargo de funcionarios administrativos o bajo la jurisdicción de un órgano legislativo, son responsabilidad de toda la comunidad” (Spiro: 1956). 6 Nombre ficticio del kibutz estudiado por Spiro. 7 Nombre ficticio del kibutz que fungió como objeto de estudio de Leonardo Rosenberg. 21 1.3 Sionismo Ahora que se ha mencionado un poco sobre los kibutzim, se hará un acercamiento al movimiento sionista, para conocer qué objetivo buscaban alcanzar los judíos mediante éste y cómo organizaron su desarrollo de forma que, después de sufrir varios tipos de violencia social a través del antisemitismo, lograron establecer los kibutzim lejos de dicha violencia álgida vivida en Europa. El sionismo es una ideología y un movimiento político que se cimenta en el ideal de la creación de un Estado judío. Theodor Herzl es considerado el padre de este movimiento debido a que pudo insertar en la diáspora judía la idea de que la solución a la cuestión judía se encontraba en la conjunción de los judíos de la diáspora en un territorio propio. Previo a dicha reflexión, por el contrario, consideraba que la solución a la cuestión judía yacía en la “conversión masiva de la juventud judíaal cristianismo, seguida de su adhesión al socialismo” (Greilsammer, 2008). Theodor Herzl nació en Budapest, Hungría, en 1860, donde vivió hasta los 18 años. Estudió Derecho en Viena, aunque decidió desempeñarse como periodista, profesión que le hizo trasladarse a París como corresponsal del diario vienés Neue Freie Presse. Allí atestiguaría un controversial juicio en contra del capitán francés Alfred Dreyfus, acusado de traición a su país, al facilitar información a los alemanes tras la victoria germana en la Guerra franco-prusiana (1870-1871). Este hecho, considerado como un símbolo flagrante de antisemitismo en Francia, pero también en Europa, así como la ebullición de las prácticas y políticas antisemitas en la región; le condujeron a considerar que los judíos únicamente estarían seguros en un territorio propio. En consecuencia, dedicó su vida a defender la posibilidad de la existencia de un Estado judío. Bajo dicha motivación publicaría su obra El Estado Judío (Der Judenstaat) en 1896. Es preciso hacer hincapié en que Herzl es considerado el padre fundador de este movimiento debido a que logró unir los sentimientos y anhelos que tenía el pueblo judío en un proyecto que 22 identificó y fundió a la diversa diáspora judeoeuropea en un solo ente, para trabajar en conjunto para conseguir un territorio propio. Es de gran relevancia mencionar el papel que Herzl ejercía como periodista. Desde este punto privilegiado de influencia, puso en marcha con mayor fuerza su intención de unir a la diáspora y trabajar en un objetivo común y con miras a solucionar la llamada cuestión judía. Bajo dicha motivación fue creado el primer Congreso Sionista, en Basilea, Suiza, el 29 de agosto de 1897. Fue un avance fundamental para los judíos en el camino hacia la consecución de un Estado propio. La asistencia de más de cien representantes judíos de Europa le daba un carácter más formal al objetivo que con tanto ahínco buscaban alcanzar los judíos lacerados por la discriminación y antisemitismo imperante en Europa, con Herzl al timón; pero ése no fue el único logro que se materializó con la creación del Congreso, también se obtuvo un espacio que fungía como foro donde se podía discutir a gran escala y libremente con qué recursos se contaban para alcanzar el establecimiento del Estado de Israel, las formas que se emplearían, los retos por superar y todas las circunstancias que debían atenderse para poner en marcha el movimiento sionista. Una parte importante para la difusión de este movimiento yace en los medios de comunicación utilizados para convertir un movimiento que vio su nacimiento en las universidades y academias―un sector minoritario de los países europeos durante el siglo XIX― en un proyecto que alcanzó y se asentó perfectamente en la masa judía askenazí. Lo anterior aunado a las condiciones a las que las políticas públicas discriminatorias implementadas en Europa, que automáticamente hacían de los judíos ciudadanos de segunda, coadyuvó en el exitoso emprendimiento del sionismo. Una vez llevado a cabo el primer Congreso Sionista en 1897, éste tuvo lugar cada año. Un punto fundamental que se debía discutir era, naturalmente, el lugar al que 23 la diáspora se dirigiría. Se propusieron países como Argentina e incluso Uganda, sin embargo, Herzl sabía que estos dos países no significaban nada para los judíos. No había ninguna conexión con esos lugares. Ni siquiera la lengua, sin mencionar que muchos no tenían idea de la ubicación geográfica de los mismos. Por tal motivo esta opción no era realmente viable. Herzl sabía que debía encontrar, o en su defecto, crear una conexión lo suficientemente poderosa y convincente para hacer emigrar a las comunidades judías hacia un lugar en particular. Como expone el catedrático mexicano Manuel Férez (2015), el periodista de origen húngaro halló los elementos necesarios dentro de la narrativa religiosa judía, cuya referencia se puede tomar a partir de la oración: “El año que viene en Jerusalén”. Las comunidades judías europeas reconocían estas palabras, sin importar el lugar de residencia ni la cultura del país que habitaban. Era algo propio de los judíos y de nadie más. Apeló a la nostalgia: “El sionismo ha existido siempre, si bien no como una ecuación política, sí al menos como el sentimiento más arraigado del pueblo judío desde el inicio del éxodo” (Rosenberg, 1990). En consecuencia, Herzl cayó en cuenta de la importancia de conseguir la vieja Palestina como lugar para establecer el Estado judío debido a que: “Su sólo nombre sería, para nuestro pueblo, un llamado poderosamente conmovedor. Si S.M. el Sultán nos diera Palestina, podríamos comprometernos a regularizar las finanzas de Turquía8. Para Europa formaríamos allí un Valais contra el Asia; estaríamos al servicio de los puestos de avanzada de la cultura contra la barbarie. En tanto que Estado neutral, mantendríamos relación con toda Europa, que tendría que garantizar nuestra existencia (…) Formaríamos la guardia de honor alrededor de los Sagrados Lugares (…) Esta guardia de honor sería el gran símbolo para la solución del problema judío, después de 18 siglos llenos de sufrimiento para nosotros.” (Herzl, 1960) 8 Durante el siglo XIX el Imperio otomano administraba y tenía bajo su control la región de Palestina. 24 Para ejecutar dicho plan, el fundador del sionismo planteó la creación de dos organismos que planearían y ejecutarían, respectivamente, los pasos que permitirían la existencia de un Estado judío en Palestina: se trata de la Sociedad Judía ―de corte socialista― Society of Jews y de la Jewish Company. La relación de ambos órganos radicaba en que “lo que la Society of Jews ha preparado científica y políticamente, lo realiza la Jewish Company.” (Herzl, 1960) Herzl ligó a los judíos poderosos al movimiento sionista, particularmente al barón Edmond de Rothschild ―quien llegó a ser apodado: “El Conocido Benefactor”―, a través, justamente, del dinero. Rothschild financió la adquisición de tierras en Palestina9. El sionismo proponía, en sintonía con los dictados socialistas, que los judíos trabajasen la tierra. También buscaban crear instituciones en el marco de los lineamientos sionistas. Sin embargo, las relaciones entre judíos y no judíos de la región no se dieron estrictamente bajo los principios socialistas10. Sin embargo, hacia 1917 la Gran Bretaña emitía la Declaración Balfour, que permitiría a los judíos de la diáspora establecer su territorio nacional en Palestina. Para entonces, esta zona había pasado del mandato otomano al británico. A partir de entonces el sionismo se enfrentó con nuevos retos, entre ellos las facciones judaicas que se manifestaban en contra de la creación del Estado de Israel a partir de la autoemancipación, es decir, a través de la consecución de la liberación judía mediante la intervención humana y no a través de las prácticas espirituales meramente ligadas a Dios; como fue el caso del sionismo religioso. Esta rama del sionismo predicaba que los judíos serían guiados por el mesías a la “Tierra Santa” 9 En su libro El kibutz. Historia, realidad y cambio, Leonardo Rosenberg apunta que el barón de Rothschild desembolsó 70 millones de francos oro para la compra de tierras. Dichas tierras no eran precisamente las mejores, se trataba de espacios pantanosos y que los mismos árabes palestinos reconocían como infértiles. Muchos de los judíos que provenían de ciudades urbanas europeas, tenían pocos conocimientos de la forma adecuada de trabajar la tierra, sin mencionar las importantes diferencias en la temperatura climática. 10Tanto las diferencias climáticas como la procedencia de los judíos, aunada a la escasa demanda de los productosexportados al extranjero, condujeron a “alquilar la mano de obra árabe”, lo cual rompió con los principios socialistas que pretendía el sionismo, a pesar de que también había judíos que trabajaban en este ámbito. Esto daba pie a que el movimiento “degenerara en una forma de dominio colonial afín al de los países imperialistas europeos” (Rosenberg, 1990) 25 y que el hombre no debía intervenir en dicho proceso. Es decir, se trataba de una facción sionista espiritual. Buscaban alcanzar la creación del Estado judío a través de la espiritualidad. Es preciso mencionar que ―tal como apunta el historiador Yosef Gorny― una vez que el imperio otomano, ya en decadencia, perdió la gerencia sobre Palestina, la Gran Bretaña asumió su administración. “El cambio de poder en Palestina después de la Primera Guerra Mundial transformó la disputa ―entre árabes y judíos sionistas― de un problema local a una cuestión internacional” (Gorny, 1987). De la misma forma, Gorny apunta que a partir de 1882 comenzaron los asentamientos modernos judíos en Palestina, y que desde entonces hasta 1948: “ocurrió un cambio radical en el estado político del sionismo: una transición de una existencia tolerada como movimiento nacional durante el imperio otomano, a una entidad sancionable a nivel internacional. Dentro de la comunidad árabe-palestina tuvo lugar un proceso similar, debido a que también alcanzó el reconocimiento de tener derecho a un Estado en una parte de Palestina, pero el desarrollo en la esfera judía se definió con mayor claridad, y su importancia histórica tuvo mayor alcance y fue más revolucionaria” (Gorny, 1987). Hasta el momento se han descrito los medios a través de los cuales Theodor Herzl puso en marcha el movimiento sionista con miras a alcanzar el establecimiento de un Estado judío. A continuación se verá un poco más a detalles el contexto de los judíos askenazí, una vez dado a conocer el plan de Herzl para solucionar la cuestión judía. 1.3.1 La participación de los judíos askenazí en el sionismo Cuando se habla de judíos askenazí se hace referencia a los judíos de comunidades europeas de procedencia no ibérica. La palabra Askenazí proviene 26 de Ashkenaz, forma en que los judíos denominaban a la actual región de Alemania en lengua yiddish. Es importante tener presente que el sionismo surge en el marco de un lapso en el que los judíos se encontraban en el ojo del huracán; surge como un movimiento que busca resarcir las vejaciones que sufrían los judíos askenazí en Europa durante el siglo XIX y que eventualmente se tornaron más severas. También, es importante señalar que los judíos vivían en el ambiente europeo, porque si bien el sionismo tal como fue planteado y entendido por Theodor Herzl, buscaba proteger a los judíos que se veían amenazados por el modus vivendi de un contexto europeo antisemita; no contemplaba ―de acuerdo con Manuel Férez― a los judíos árabes o del norte de África. Es decir, el sionismo estaba pensado específicamente para los judíos europeos, no para las diversas comunidades judías del mundo. Una de las motivaciones que encontró Theodor Herzl para poner en marcha el movimiento sionista, como ya se mencionó, fue el juicio del capitán judeofrancés Alfred Dreyfus, quien fue sometido a un juicio sumamente controversial y mediático, de acuerdo con las dimensiones de 1895. El llamado caso Dreyfus ―del cual se hablará más adelante― se convirtió en un símbolo tangible del antisemitismo y del futuro que le esperaba a los civiles dentro de Francia, Alemania, Rusia, Rumania, Austria, Polonia… y en general en Europa. 1.3.2 La opinión pública y las organizaciones sociales sionistas Como se ha visto, el movimiento sionista surgió como respuesta a la popularización del antisemitismo. A continuación se presenta una tabla con los organismos judíos cuya presencia contribuyó de forma financiera a la migración de la diáspora judía europea hacia Palestina: 27 Tabla 1. Asociaciones financieras judías promotoras del establecimiento de judíos en Palestina Elaboración propia con información de la Organización Sionista Mundial y Kéren Kayemet Leisrael. En la tabla anterior se muestran tres de las instituciones creadas con el fin de velar por el correcto desarrollo del movimiento sionista desde una perspectiva financiera. Es importante recordar que sin la capacidad monetaria que mostraron algunos judíos de la diáspora, el movimiento sionista y la idea que de él tenía Herzl no se habría podido llevar a cabo como se conoce en la actualidad. 11 El sitio web oficial de la Organización Sionista Mundial – World Zionist Organization (WZO), refiere lo anterior como los objetivos que busca alcanzar el movimiento. Por su parte, resume en seis puntos las bases del sionismo: 1) “El sentimiento de unidad del pueblo judío, el vínculo con su patria histórica, Eretz Israel, la centralidad del Estado de Israel y Jerusalén, su capital, en la vida del pueblo; 2) Aliyah a Israel desde todos los países del mundo y la integración de los inmigrantes en la sociedad israelí; 3) El fortalecimiento de Israel como Estado Judío-Sionista y democrático, y su modelación como sociedad ejemplar, poseedora de un carácter moral y espiritual único, basada en el respeto mutuo del multifacético pueblo judío y en la visión profética que aspira a la paz y contribuye a la mejora del mundo; 4) La garantía del futuro y distinción del pueblo judío a través de la promoción de la educación judía, hebrea y sionista, el cultivo de valores espirituales y culturales, y la institución de la lengua hebrea como su idioma nacional; 5) El cultivo de la responsabilidad judía mutua, la defensa de los derechos de los judíos, a nivel individual y también como nación, la representación de los intereses nacionales sionistas del pueblo judío, y la lucha contra toda forma de expresión antisemita; 6) La población del país como expresión práctica del concepto sionista”. 12 Tomado del sitio web oficial del Kéren Kayemet Leisrael. Organización Objetivos Contribución al movimiento sionista Asociación de Colonización Judía (ICA, por sus siglas en inglés), 1891 Asistir a los judíos a emigrar, conseguir un empleo productivo y asentarse fuera de los países donde sean perseguidos o se encuentren en situaciones económicas vulnerables. Mejorar los métodos de ganadería locales. Sembrar nuevos cultivos. Establecer cooperativas. Financió y facilitó la exportación de los productos cultivados por judíos en Palestina y aumentó la capacidad agrícola de los pequeños kibutzim, actividad que posteriormente se convirtió en la principal fuente de ingresos. Organización Internacional Sionista (WZO, por sus siglas en inglés), 1897. “Promover la población de los agricultores, artesanos y comerciantes judíos en Palestina. Organizar y promover el judaísmo de forma efectiva por medios locales e internacionales conforme a las leyes de cada país. Fortalecer el sentimiento y la conciencia nacional judía. Actuar un paso por delante buscando, si es necesario, el consenso por parte de los gobiernos para cumplir con los objetivos sionistas”.11 A través de la instauración del Primer Congreso Sionista, se abrió un foro mundial donde tenía cabida la discusión de los temas más acuciantes para las comunidades judías askenazís del mundo, principalmente. Se definían los temas que serían prioritarios y cómo se abordarían en función del fortalecimiento del movimiento. Fondo Nacional Judío, ( Kéren Kayemet Leisrael), 1901. “Comprar y desarrollar la tierra en Palestina”. “El objetivo inicial fue el de adquirir tierras como paso fundamental para el retorno del Pueblo Judío a su tierra ancestral”.12 A través del Fondo Agrario Judío la comunidad judía de la diásporapagó a las árabes por las tierras ubicadas en la región de Palestina, mismas que serían trabajadas por los propios judíos. 28 En el marco de los anuales Congresos Sionistas, se crearon nuevas organizaciones que continuaron los esfuerzos por establecer un Estado judío en Palestina. Igualmente fueron fundadas organizaciones que fungían como contrapartes de las primeras. Las diferencias ―de acuerdo con Nahum Goldmann13― radicaban en la forma de abordar la cuestión judía. Herzl encabezaba la propuesta del sionismo político, es decir, de utilizar a la política y cultura como instrumentos diplomáticos para alcanzar acuerdos encaminados al establecimiento del Estado judío. Para esto, los judíos del mundo14 dejarían sus países de origen para establecerse en Palestina. “Contra él, estaba Ahad Naam, gran pensador nutrido de literatura y filosofía judía., quien estimaba que el Estado no era importante. Lo que se necesitaba, por el contrario, decía, era la creación de un centro espiritual para los judíos del mundo entero. Aceptó, en fin, la idea de Estado (…) Se puede pretender que (la idea sionista) es insensata o admitir que es grandiosa, pero en los dos casos es única”. (GOLDMANN, 1979). Por otro lado y como se ha mencionado anteriormente, la opinión pública de las sociedades europeas, en torno a la fuerza que cobró el antisemitismo en la región, condujo a la discriminación. Libelos como Los protocolos de los sabios de Sión, promovieron no sólo el rechazo hacia los judíos, sino también su satanización. Hay que recordar que Europa se encontraba en una situación política de transición, misma que orilló a sus ciudadanos a volcarse a un nacionalismo pujante. Ariel Français, Doctor de Derecho del Instituto de Estudios Políticos de París, sostiene que “al concluir el siglo XIX, casi todas las burguesías nacionales (de Europa Occidental) controlaban el aparato del Estado, y que éste había sido reorganizado con el fin de responder a sus aspiraciones y a su proyecto 13 Diplomático sionista cuyo papel se desempeñó en convencer a los soviéticos y estadounidense de apoyar la presencia de un estado judío en Palestina. También encabezó las negociaciones con Alemania Occidental para reparar los daños cometidos a los judíos durante el periodo Nazi, así como un pago compensatorio al Estado de Israel. 14 Se debe recordar que el sionismo estaba pensado para los judíos de origen europeo. 29 económico”. En este sentido, se puede agregar que los judíos no estaban contemplados y no formaban parte de los proyectos de nación que estaban por surgir en Europa. A los no judíos europeos les interesaba reafirmar su lugar como ciudadanos “legítimos” de su nación más que detenerse a pensar cómo integrar a una minoría que habitaba su mismo territorio, y que además tenía prácticas culturales diferentes. A partir de esta premisa manejaron los medios de comunicación al alcance para difundir dicha idea y fomentar el antisemitismo entre la opinión pública. Los medios utilizados eran los brazos propagandísticos de los movimientos sionistas de cada país de la región. Más adelante se abordarán breves apartados sobre cómo se dio este proceso en Francia, Alemania y Rusia15, países que ocuparon un papel importante en el auge y fomento del antisemitismo a nivel regional y mundial. Así pues, la opinión pública rechazó de inmediato a los judíos. Pero eso no habría sido posible sin la difusión que estas ideas tuvieron en el seno de las industrias culturales. En Alemania se consideraba la importancia de llegar a las masas para fortalecer y difundir el movimiento sionista dentro del país y también en Europa. Las publicaciones de libros y diarios encauzaron y moldearon las ideas discriminatorias que comenzaban a imperar en la región. Respecto a este tema, se puede dividir en dos vertientes a la opinión pública durante este periodo europeo: la generada en pro del antisemitismo y posteriormente la abocada en pro del sionismo. Estos dos fenómenos son interdependientes: el primero, gestado en el seno de la comunidad no judía, provoca el fortalecimiento del segundo movimiento, gestado en el seno judío. Sobre este respecto veremos cómo se desarrolló el caso de Francia. 15 Se escoge la situación de estos tres países debido a que en ellos se encuentran casos representativos de antisemitismo a nivel mundial, a saber, el affaire Dreyfus y la presencia del diario La Libre Parole del líder antisemita Edouard Drumont (Francia); el auge del antisemitismo argumentado desde la intelectualidad que, en parte fungió como detonador para la persecución judía durante las primeras décadas del siglo XX (Alemania) y la puesta al límite de la anulación de derechos civiles, persecución y establecimiento de pogromos (Rusia). 30 1.3.2.1 Francia El historiador de origen francés Leon Poliakov apunta que durante el periodo de 1882 a 1890 Francia vivió una recesión atribuible únicamente, al menos en el imaginario de la opinión pública de la época, a los judíos y en particular a la adinerada familia Rothschild. Por su parte, Edouard Drumont, periodista y escritor antisemita francés, fomentó esta percepción a través de diversas publicaciones, entre las que destaca La France Juive (1886), donde delinea el estereotipo del “judío errante” y también pone en duda la lealtad y nacionalismo del judío hacia la Tercera República francesa. Fundó la Liga Nacional Antisemita de Francia, así como el diario La Libre Parole, plataforma propagandística que le permitió fomentar el sentimiento antisemita dentro de su país. Éste también fungía como órgano de la Liga Antisemita. A través de este diario estableció las posturas políticas que direccionaban a la opinión pública a apoyar los criterios antisemitas. Apoyó las acusaciones en contra del capitán judío Alfred Dreyfus y aprovechó el Escándalo del Canal de Panamá16 para fomentar el descontento popular contra los judíos. El escritor mexicano José Emilio Pacheco refirió lo siguiente sobre la utilización del diario antisemita francés en la acusación de Dreyfus: “La Libre Parole creó a ‘Dreyfus’: judío de raza, alemán de formación, cáncer, vampiro sin honor ni patriotismo, justificación de cuanto se había dicho desde que apareció La France Juive”. Es decir, Drumont creó en el judío un estereotipo de todo lo malo que sucedía en Francia y el mundo, difundió y convenció a la población de que su 16 El proyecto de la construcción del Canal de Panamá es considerado uno de los grandes escándalos de corrupción del siglo XIX. Poliakov apunta que entre los involucrados en este proceso figuran: “’el héroe de Suez’, Ferdinand de Lesseps, secundado por su hijo; luego se escalonaban en círculos concéntricos un puñado de corruptores, varias decenas de parlamentarios, centenares de periodistas corrompidos y decenas de miles de ahorradores arruinados”. El proyecto de la construcción del Canal de Panamá se desvirtuó en el momento en que De Lesseps se dio cuenta que el capital del plan original de construcción era insuficiente para desarrollar satisfactoriamente el proyecto, por tanto “los fondos recogidos servían en creciente proporción para comprar el silencio o las complicidades de los políticos y de la prensa”. Es importante mencionar que, si bien Drumont fue un férreo promotor del antisemitismo, el Escándalo de Panamá sí involucró de primera mano, principalmente como corruptores a personajes judíos: Lévy Crémieux, Jacques de Reinach, Cornelius Herz y Émile Arton. 31 afirmación era verdad, y utilizó como conejillo de indias al capitán Alfred Dreyfus para materializar sus decires. A continuación se presentan dos complementos gráficos17 del diario La Libre Parole: Gráfico
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