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El-influjo-sociocultural-en-la-formacion-de-enfermedades-psicosomaticas

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4 
 
Universidad Nacional Autónoma de 
México 
 
 
 
Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 
 
 
 
El influjo sociocultural en la formación de enfermedades 
psicosomáticas 
 
 
 
 
 
 
 
T E S I S 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G Í A 
 
P R E S E N T A 
Karen Stephany Calderon Lara 
 
 
 
 
 
 
 
Director: Lic. 
 
 
Dictaminadores:
 Lic
. 
 
 Lic. 
 
 
 
 
 
 
 
Gerardo Abel Chaparro Aguilera 
 
 
 
Irma Herrera Obregón 
 
 
Laura Castillo Guzmán 
 
 
 
 
 
 
Los Reyes Iztacala, Edo de México, 2019
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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AGRADECIMIENTOS 
 
 
Primero a mis papás por la vida dada, su tiempo, amor, apoyo incondicional que me permitió 
crecer, por siempre exigirme y guiarme por brindarme las bases necesarias para ser la persona 
que soy hoy en día. Por enseñarme a disfrutar los triunfos y aprender de los fracasos. Los amo. 
 
A mi profesor Chaparro ya que durante sus clases hizo que viera de otro modo a la psicología y a 
la vida misma, por sensibilizar y permitir pensar más allá de lo establecido por sus consejos y 
tiempo para terminar esta parte de mi vida. 
 
A mis hermanas por estar siempre a mi lado, apoyándome, haciendo los malos ratos más ligeros, 
soy muy afortunada de tenerlas en mi vida. Las amo. 
 
A Hazel me has visto cambiar, me has ayudado a crecer, has estado en los buenos y malos 
momentos es por ello que agradezco tu fuerza, tiempo, apoyo, honestidad y sobretodo tu cariño. 
 
A mis amigos que me han dado momentos de alegría, aprendizaje. 
 
Gracias a las personas entrevistadas por su tiempo y confianza. 
 
A todos los lugares y conocidos que me han permitido aprender y ser quien soy hoy en día. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 2 
ÍNDICE 
INTRODUCCIÓN 
I. HISTORIA BREVE DE LA SALUD Y ENFERMEDAD …………………………….…..………. 7 
 1.1 ¿Qué es la salud? ............................................................................................................................ 7 
 1.2 ¿Qué es la enfermedad? .................................................................................................................. 11 
II. LA PROBLEMÁTICA DE LA SALUD ……………................…………………………....…... 14 
 2.1 Factores no tomados en cuenta para curar una enfermedad …………………..……..…............... 14 
 A) Estresores tempranos ……......………………………………………………………………. 19 
 B) Conductas de salud ……………………………………………..…………………………... 19 
 C) Apoyo Social ………...……………………………………….…...………..……...………… 20 
 D) Personalidad ………………………………………………….…………………...……........ 20 
 2.2 Papel del individuo en la construcción de su salud ………….…………….……….……….….. 21 
III. PSICOSOMÁTICA …………………………………………….……………………………..…. 24 
 3.1 Los órganos y emociones …………………………………...…………………..…………..... 33 
IV. ENFERMEDAD Y SOCIEDAD …………………………………………………………..…. 40 
 4.1 Construcción de enfermedades en contextos sociales y culturales ..……………………….. 40 
 4.2 ¿Qué es la cultura? …….………………………………...………………………………....... 41 
 A) El papel de la familia …………………………………….……………...…….…........... 45 
 B) El papel de la alimentación …….…………………………………..………….……….... 48 
 C) El papel de la pareja ……………….…………………………………..…...…………...... 48 
 D) ) El papel del trabajo …………………….…………..……………………………...…....... 48 
 4.3 Afrontamiento de enfermedades acorde a la cultura ………………………..………………... 49 
HISTORIAS DE VIDA ……………………..……………………………………...…...……............ 53 
 5.1 Metodología …………………………………………………………….…….……...………. 53 
 5. 2 Método ………………………………...…………………………….………….....………… 56 
 5.3 Análisis …………………………...………………………….……….……...…................… 57 
REFLEXIONES Y CONCLUSIÓN ……………………………………………………….……... 75 
REFERENCIAS …………….…...………………………………………………………………… 79 
ANEXOS …..… …………………………….………………....………………...…….…………… 83 
 
 
 
 3 
INTRODUCCIÓN 
 
Cuando me senté enfrente de mi escritorio con un documento en blanco el cual tenía por objetivo 
ser el camino para concluir mis estudios universitarios, una parvada de pensamientos pasaron por 
mi mente, ¿qué se podría investigar que no fuera un refrito dentro de la psicología? 
 
Es por ello que decidí ver al ser humano como un todo y no solo por partes, es decir tomar en 
cuenta la cultura en la que se encuentra el sujeto, su familia, relaciones socio-afectivas, historia 
personal, historial de reforzamiento de conductas para entender el todo es necesario descomponer 
las partes y esto nos lleva a la pregunta: ¿Podemos seguir hablando de enfermedad psicosomática 
hoy durante el siglo XXI? 
 
Comencemos diciendo que al caminar por la acera o nos trasladamos de un lugar a otro 
observamos muchas farmacias, hoy en día alrededor del mundo existen una gran cantidad de 
industrias farmacéuticas y con ellas un sinfín de medicamentos sin embargo, no todas las 
enfermedades son curadas por ellos. 
 
Podemos retomar la idea de López (2000) “el cuerpo adquiere valor como mercancía, como 
fuente de riqueza para diversos ramos comerciales, y los cuidados en el campo de salud 
posibilitan nuevas fuentes de riqueza en la industria del consumo [...] La construcción social de 
necesidades no incluye la participación del individuo, lo lleva a ser solo un consumidor de 
objetos para el mantenimiento del cuerpo”. 
 
Es por ello que nos enfocaremos a la formación de las enfermedades psicosomáticas aquellas que 
su origen va más allá de hospedar a una bacteria o virus en nuestro organismo. 
 
El tema de la psicosomática es bastante extenso encontramos diferentes corrientes que de alguna 
u otra manera se ven relacionadas con este término, por una parte el psicoanálisis menciona que 
la aparición de síntomas somáticos pueden obedecer a una vía simbólica o no simbólica. En el 
primer caso, el síntoma expresa simbólicamente un aspecto de un conflicto inconsciente, como en 
algunas histerias de conversión. Esta es, tal vez, la visión más conocida de la teoría 
psicoanalítica. Con el tiempo, los psicoanalistas encontraron que sus pacientes padecían 
 4 
trastornos psicosomáticos sin que hubiera signos de transformaciones simbólicas, por lo cual 
comenzaron a explorar un mecanismo más temprano y básico, que parte más bien de un déficit en 
la capacidad simbólica o de la “mentalización”. 
 
Un antecedente en Freud corresponde al modelo temprano de las neurosis actuales y la 
neurastenia, en la cual la libido reprimida se descarga casi automáticamente a través de una vía 
corporal (Uribe, 2006). 
 
Otra de las corrientes que nos habla de esto es la de Brown (2004) el cual propone que los 
síntomas somáticos obedecen a dos procesos de los mecanismos atencionales de los sistemas 
cognitivos: la forma que adquieren los contenidos de la conciencia y el control del pensamiento y 
de la acción. En un momento dado, el sistema cognitivo está inundado de una cantidad de 
información, que es seleccionada y filtrada por medio de mecanismos cognitivos que operan en 
gran medida por fuera de la conciencia (locus de selección).La activación paralela de sistemas de 
percepción y memoria permite una formulación de hipótesis perceptuales guiadas por la 
experiencia previa. Una de esas hipótesis es la que va a permitir organizar la información 
presente en una representación primaria, que permite dar una explicación del medio y coordinar 
la acción. La representación primaria, a su vez, activa algunos de los esquemas de acción y 
pensamiento y, de ese modo, la acción se controla de manera rápida, eficiente y con poco 
consumo de recursos. Cuando la acción opera en este nivel, se experimenta como intuitiva, sin 
esfuerzo o no problemática En ciertos casos la activación de estos esquemas y representaciones 
primarias no es suficiente para guiar el pensamiento y la acción, por ejemplo, porque no hay un 
esquema que corresponda con la situación vivida. En tal caso se activa un sistema de atención 
secundaria, que se experimenta como un esfuerzo activo, consciente, que busca organizar la 
información actual y decidir el curso de acción. 
 
Este modelo permite derivar algunos puntos importantes para entender los síntomas funcionales. 
En primer lugar, los sistemas que controlan la acción operan en buena medida por fuera del 
control volitivo. En segundo lugar, la organización o interpretación subjetiva de la información 
no siempre se corresponde con la realidad externa, es decir, con los estímulos sensoriales (Brown, 
2004). 
 5 
 
De acuerdo con este modelo, los síntomas médicos no explicados surgen cuando la activación 
crónica de representaciones almacenadas en la memoria hace que la representación primaria 
seleccione una información inapropiada. De esa manera, se interpreta erróneamente la 
información actual, lo cual es vivido como real, ya que la persona no tiene acceso introspectivo a 
los mecanismos que seleccionan e interpretan la información. El resto del trabajo en la aplicación 
de este modelo consiste en dilucidar las posibles fuentes de distorsión en las representaciones 
primarias, entre las cuales el esquema corporal desempeña un papel principal. 
 
Encontramos que el Manual diagnóstico y estadístico de los 
trastornos mentales (DSM-IV), de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), decidió 
cambiar el término psicofisiológico, por la expresión menos comprometido y más diluida factores 
psicológicos que afectan condiciones físicas (Uribe, 2006). 
 
Al revisar los postulados de estas corrientes psicológicas para nuestro tema de interés vemos que 
el enfoque psicosomático a diferencia de la medicina cotidiana no fragmenta el cuerpo, sino que 
visualiza al cuerpo como un conjunto de emociones, su cultura, estilo de vida y sus relaciones 
interpersonales, de ahí que se considere como un símbolo de la sociedad en la que vive, 
entendemos que es fruto de la sociedad y de la cultura pero, cada individuo es diferente y por lo 
tanto se apropia de los mensajes sociales de manera distinta. 
 
Como vemos la cultura va a establecer las relaciones entre sus integrantes; la sociedad es la 
encargada de organizar nuestra vida a través de propuestas políticas y económicas, la persona 
nace en un determinado territorio con determinadas condiciones y debe de adaptarse a ello. 
 
Ya con lo anteriormente mencionado podemos decir que al momento de nacer se inicia un 
proceso en el cual se encuentran involucrados diferentes factores como la cultura, la religión, 
política, ambiente, sociedad y familia con lo cual se comienza a construir nuestra forma de vida, 
es por ellos que la enfermedad se construye de acuerdo a nuestra historia de vida. Las situaciones 
estresantes y neuróticas de las sociedades modernas desembocan a menudo en problemas como la 
 6 
desintegración familiar, el consumo de drogas, la autodestrucción o la enfermedad como un 
recurso para no enfrentar esta realidad. 
 
La primera parte de esta investigación será un pequeño viaje en el tiempo para comprender de 
dónde provienen los conceptos actuales de la salud y la enfermedad, ya que para entender algo 
en su totalidad es necesario llegar al origen, para estudiar su composición lo que permitirá 
comprender el siguiente capítulo; la problemática de la salud hoy en día aquí analizaremos 
algunas deficiencias en esta área las cuales no permiten “aliviar” todas las enfermedades por 
medio de medicamentos y tratamientos médicos. Al encontrar deficiencias es necesario plantear 
soluciones para ellas es por lo que el capítulo 3 aborda el concepto de psicosomática dando una 
concreta explicación de la importancia de dicho concepto en la formación de patologías sin 
necesariamente presentar un agente patógeno externo. Dicha enfermedad dentro de la 
psicosomática puede ser un producto de la sociedad en la que se ha desarrollado el individuo 
incluso antes de nacer esto lo veremos en el capítulo 4. Para no quedarnos en lo puramente 
teórico el capítulo 5 nos brindará ejemplos reales del cómo se han ido formado algunas 
enfermedades en personas con diferentes contextos. 
 
Todo esto será necesario para dar respuesta a nuestro objetivo conocer la importancia del influjo 
sociocultural en la formación de enfermedades psicosomáticas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 7 
HISTORIA BREVE DE LA SALUD Y ENFERMEDAD 
 
 
1.1 ¿Qué es la salud? 
 
 
La salud ha sido una de las mayores preocupaciones en todas las sociedades a lo largo de la 
historia, constituyendo un valor tanto social como cultural permanente. El deseo de gozar de 
salud para el desarrollo de una vida plena ha representado una de las metas más importantes de la 
humanidad. La concepción de Salud ha ido modificándose a lo largo de la historia en función de 
los cambios sociales, políticos y económicos que las sociedades han experimentado así como del 
avance de los conocimientos sobre el proceso de salud-enfermedad (González, 2006). 
 
Haremos una pequeña revisión sobre cómo se ha ido modificando el concepto de salud a través 
del tiempo, para ello Lemos, Restrepo & Richard, (2008), mencionan que desde tiempos 
antiguos se ha observado la asociación entre el estado físicopsicológico del ser humano y la 
génesis y el mantenimiento de enfermedades, sobre todo las infecciosas, lo cual fue reconocido 
por la célebre frase de Hipócrates (400 a.C.) “mente sana, cuerpo sano”. Nuestros antepasados 
precientíficos consideraban la enfermedad tanto desde el punto de vista espiritual como físico y 
muchas culturas incluían los factores psicológicos y sociales en sus respectivas consideraciones 
acerca de la enfermedad. 
 
Restrepo & Málaga (2001), nos comentan que en los tiempos del poeta Homero los hombres 
pedían a los dioses una larga vida y una muerte sin dolor, es decir un envejecimiento sano. Los 
filósofos griegos consideraron que ser saludable era un altísimo don de los dioses. 
 
Así mismo, los filósofos de ese entonces compartían ese pensamiento un ejemplo de ello es 
Platón quien decía que era mejor tener poco dinero y estar sano que estar enfermo y ser rico. Por 
otra parte, Hipócrates fue el representante máximo del pensamiento griego sobre la vida sana 
como fuente de riqueza, mencionaba que tanto la salud como la enfermedad estaban 
determinadas por leyes naturales y reflejaban la influencia ejercida por elmedio y la forma de 
vida. Por lo cual, la salud dependía de un equilibrio entre los diferentes factores que gobiernan la 
 8 
mente y el cuerpo y que sólo se alcanzaba cuando la persona vivía en armonía con su medio 
externo: el hombre tendría mayores posibilidades de no enfermarse si viviera razonablemente 
(Dubos, 1975, en: González, 2006). Por mencionar a alguien más los seguidores de Pitágoras 
fueron, una orden religiosa que recomendaba una vida pura, adquirida a través de dietas y 
prácticas especiales dando un gran valor a la música como terapia para restaurar el equilibrio. 
Dentro del rescate de los aspectos que influyen en el bienestar, no se puede desconocer al filósofo 
Epicure, defensor de todas aquellas cosas que proporcionan el verdadero gozo por la vida. Los 
griegos fueron elitistas en sus prácticas de salud porque las recomendaciones de vida sana eran 
posibles solo para los aristócratas ricos que se podían dedicar al cultivo del cuerpo y al placer, 
pero no para los que tenían que trabajar y conseguir con su sudor el sustento. 
 
Como pudimos leer, esta idea no era sólo del pueblo sino que grandes pensadores compartían la 
idea sobre la salud, la importancia en su cuidado, el cuerpo era visto como un medio el cual debía 
de ser venerado y protegido. 
 
Avanzando en la línea del tiempo González (2006) menciona que la caída del Imperio Romano y 
la instauración de un oscurantismo religioso en la Edad Media trajo consigo la creencia de que las 
enfermedades estaban causadas por la cólera divina, como castigo al comportamiento de los 
hombres y, por tanto, el abandono de las prácticas higiénicas más básicas para el cuidado de la 
salud (agua potable, aire limpio y alimentación sana), siendo el resultado la aparición de las 
grandes epidemias de enfermedades infecto-contagiosas (el cólera, la peste). 
 
Unos años más adelante durante el cristianismo se reaccionó contra el cuidado del cuerpo, y se 
puso al espíritu como principal elemento de la salud; " la higiene pagana no puede preservarla 
salud " y no son necesarias dietas ni ejercicios, sino bautismos. Pero el cuerpo era el vehículo 
para llegar al alma, así que en la Edad Media, hubo espacio para la higiene colectiva; el baño 
jugó un papel importante, era necesario en la conmemoración de la Resurrección y en los 
monasterios existían baños de vapor para los peregrinos. Se aceptaron las ideas de Galeno porque 
creía que el alma era más importante y duradera que el cuerpo y fueron abandonados los 
principios Hipocráticos; no obstante en la Edad Media, se difundieron tanto los principios de 
 9 
Hipócrates como las ideas de Galeno, en pequeños tratados que resumían como debía vivirse 
(Restrepo & Málaga, 2001). 
 
A partir del siglo XVIII y XIX se producen grandes cambios en el sistema social por medio de la 
Revolución Industrial, se empieza a abandonar la explicación mágica de la enfermedad, 
comenzando a realizar las asociaciones entre la situación de salud de la población y determinadas 
condiciones de vida, para ilustrar esta idea Bernardino Ramazzini publicó la obra denominada 
“de las enfermedades ocupacionales”, en la que relacionaba las enfermedades con la práctica de 
distintos oficios y las condiciones de trabajo. En el siglo XIX, la Revolución Industrial trajo 
graves consecuencias para la salud de la población: cólera, tifus, tuberculosis, desnutrición 
infantil, alcoholismo.., y todo ello como resultado de los graves problemas de hacinamiento, 
empobrecimiento, marginación (González, 2006). 
 
La era bacteriológica de finales del siglo XIX, se inicia con los trabajos de L. Pasteur en los que 
se identifica la naturaleza microbiana de las enfermedades y se crean las primeras vacunas, así 
mismo R. Koch afirma que detrás de una enfermedad siempre se encuentra un microorganismo, 
da lugar a una concepción de salud centrada en el enfoque biologicista con un marcado carácter 
individual y, por tanto, se plantea la necesidad de que, más que cambiar las condiciones sociales, 
se hagan todos los esfuerzos en la prevención individual con la aplicación de las vacunas y de la 
higiene personal (Sáez, 2000, en: González, 2006). 
 
Como podemos apreciar, el concepto de salud tiene su base en una construcción social que 
procede de la experiencia de las personas y de los acontecimientos sociales, religiosos y políticos. 
En consecuencia, las prácticas individuales y sociales que se derivan del mismo sólo pueden 
comprenderse integrados en un contexto social, económico, político, histórico (Sáez, 2000, en: 
González, 2006). Casi a mediados del siglo XX, los cambios sociales experimentados y los 
correspondientes avances de la ciencia en el conocimiento cada vez más preciso de los factores 
relacionados con la salud y la forma de prevenir la enfermedad, el cambio en el patrón de 
morbimortalidad, la revolución de los medios de comunicación y el tratamiento de la información 
y el fenómeno de la internacionalización han dado lugar a que el concepto de salud evolucione 
 10 
hacia un enfoque positivo, dinámico, multicausal y social, lo que ha constituido la base para que, 
desde ese nuevo paradigma emergente, se plantee una nueva cultura de la salud. 
 
Ahora bien, hemos revisado la concepción de la salud a través del tiempo lo que permite 
conformar definiciones de sobre el concepto de salud, revisaremos algunas de ellas para evitar 
caer en ambigüedades en la conformación de este trabajo. De acuerdo con Jaramillo, (2017) el 
término salud viene del latín “salus,-utis” lo cual hace referencia al estado de completo bienestar 
físico, mental y social. También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica 
de un organismo tanto a nivel celular como social. 
 
Por otra parte la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Carta Constitucional de 1948, 
define la salud como "el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo como la 
ausencia de enfermedad". Dicha definición introduce el término positivo, lo que supone que la 
salud debe dejar de considerarse como lo opuesto a la enfermedad (González, 2006); incluye la 
dimensión mental y social, por tanto, comienza a plantearse ya una concepción que va más allá 
del nivel biológico y pone de manifiesto que el vivir saludablemente es responsabilidad del 
conjunto de la sociedad y no sólo del individuo. 
 
González (2006) menciona que con posterioridad a la definición de la OMS, han ido surgiendo 
otras formulaciones del término salud: Desde la perspectiva sociológica, Dubos (1959) la definió 
como el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en 
este medio. Illich (1976) define la salud como la capacidad de sentirse vivo en el gozo y en el 
dolor y de amar la sobrevivencia, pero también de arriesgarla. Terris (1987) la define como el 
producto positivo de la interacción continua del hombre con su medio. 
 
A lo largo de las últimas décadas, las definiciones para el término de salud han sufrido múltiples 
críticas, tanto desde el campo de la Sociología en el que se pone de manifiesto el "papel 
excesivamente preponderante de las profesiones sanitarias en general y de la médica en 
particular, en la definición de la enfermedad y sus remedios, cuestionando así la capacidad de los 
servicios sanitarios en la prevención y curación de ésta "(Gómez, 2000 en: González, 2006), 
como desde los propios profesionales de la salud, donde se han enfrentado, por una parte, el 
 11 
enfoque biomédico (centrado en la dimensión biológica del proceso salud-enfermedad y con un 
marcado carácter clínico) y el enfoque salubrista, con tendencia hacia una concepción de la salud 
más socializada y holística. En definitiva, el concepto de salud está sujeto a la evolución del 
pensamiento social, a los avances de las ciencias de la salud y a los nuevos retos a los que hay 
que hacer frente. Constituye, por tanto, unode los sustratos básicos de nuestro sistema de valores 
sobre el que día a día intentamos facilitar el desarrollo de una vida plenamente humana y 
universal. 
 
Para terminar este capítulo se concluirá que la definición a utilizar a lo largo de este trabajo será 
la que nos brinda la OMS siendo esta la que menciona de manera precisa y concreta y enfocada a 
las pregunta esta tesis el ¿cuáles son los procesos y factores que influyen en la conformación de 
una enfermedad psicosomática? 
 
 1.2 ¿Qué es la enfermedad? 
 
 
El problema de saber qué es enfermedad es tan antiguo como el génesis de nuestra cultura 
Entenderemos por enfermedad el estado del cuerpo humano en el que uno o más órganos dejan 
de cumplir su función fisiológica normal. Nuestro entendimiento del término enfermar ha 
evolucionado a través de los tiempos al igual que el concepto de salud, en su elaboración a través 
de la historia de la humanidad al igual que con muchos otros conceptos tanto en las ciencias 
fácticas y formales ha contribuido el sentido común y el pensamiento mágico, pero también el 
pensamiento reflexivo y creador. 
 
Como vimos con la historia de la salud las explicaciones míticas también comenzaron a dar 
respuesta a la enfermedad en donde fueron personificadas y deificadas. Con el tiempo, aquellas 
explicaciones de mayor contenido estético y moral sobrevivieron por tanto, son todavía parte de 
la cultura mágico-tradicional de nuestra población. 
 
Peña & Paco (2002) comentan que por otra parte la filosofía, fue segunda en otorgar respuesta; 
un ejemplo de ello son los filósofos naturalistas de Jonia, quienes llegaron a negar la atribución 
divina (extracorpórea) asignadas por el mito y la religión. Hipócrates, en el siglo V antes de 
 12 
nuestra era, declaraba “...los hombres creen que la epilepsia es divina, simplemente porque no la 
entienden. Pero, si llamaran divino a todo lo que no entienden, realmente las cosas divinas no 
tendrían fin...” 
 
Ahora bien para el cristianismo, Aristóteles diferenciaba entre cuerpos naturales dotados de vida 
y los que carecían de ella, entendía por vida el poder de autoalimentarse, de crecimiento y muerte 
independientes. Pensaba que un cuerpo vivía si estaba dotado de un principio vital, al cual llamó 
psyqué o alma (Peña & Paco, 2002). 
 
Unos años más adelante en la revolución científica del siglo XVII lo cual fue liderada por 
Galileo (Bunge, 1985 en: Peña & Paco, 2002), forjó un nuevo camino gracias a la “invención” 
del método científico- para el entendimiento del enfermar entonces, personajes como Bernard y 
Comte tratarían de dar respuesta a la pregunta ¿Qué es la enfermedad?, pero 
lo harían desde la “perspectiva científica”. 
 
Bernard se opone a las concepciones animistas y vitalistas que aún ejercían influencia en la 
medicina. Dichas doctrinas, consideraban la enfermedad y sus síntomas como entidades 
autónomas, extrafisiológicas, “sobreagregadas” al organismo. Por ello Bernard sostenia que los 
síntomas no son fenómenos totalmente ajenos al estado normal, sino “preexistentes”, siendo por 
ello, “sólo anormalmente manifiestos en la enfermedad” (Levin, 1994 en: Peña & Paco, 2002). 
Niega así la existencia [real y racional] de entes, espíritus, demonios y demás “principios vitales” 
que obcecaban el entendimiento del estado patológico. 
 
Auguste Comte también asume una actitud naturalista por lo que mencionaba que todas las 
enfermedades “sólo son alteraciones de lo normal”; asume que no podrían existir desórdenes de 
las funciones vitales sin lesiones de órganos o más bien de tejidos. 
 
Por otra parte para Rene Leriche (médico francés de inicios del siglo veinte), la enfermedad es 
una “novedad fisiológica”. “La enfermedad ya no se nos aparece como un parásito que vive sobre 
el hombre y del hombre a quien agota. La consideramos como la consecuencia de una desviación, 
del orden fisiológico. En suma, es un orden fisiológico nuevo y la terapéutica tiene que plantear 
 13 
como objetivo la tarea de adaptar al hombre enfermo a ese orden” (Peña & Paco,2002) 
 
Pasando los años encontramos a Georges Canguilhem, el cual publica en 1956, “Le normal et le 
pathologique” (Lo normal y lo patológico), ensayo de gran influencia en Europa, pero que en 
Norteamérica y en el resto de países fue casi desconocido (Spicker, 1987 en: Peña & Paco, 
2002). Él pone en claro que, si bien la ciencia con la ayuda de la estadística puede “descubrir” 
que es raro “anormal” y que es común “normal”, esta descripción no llega a elucidar qué es lo 
patológico; para ello, afirma, es necesario admitir un criterio de valor, un criterio convencional. 
En conclusión, Canguilhem define enfermedad como el estado anormal (patológico) que 
predispone al organismo a un resultado adverso, dañino y susceptible de ser tratado 
 
Como podemos observar nuestro entendimiento del enfermar ha evolucionado a través de los 
tiempos. En su elaboración han contribuido el sentido común y el pensamiento mágico, pero 
también el pensamiento reflexivo y creador. Uno a uno los diferentes sistemas de conocimiento 
han infundido significado y explicación al concepto enfermedad. En un primer intento, la 
filosofía atisbó solución; empero, fue necesario conocer mejor la naturaleza, la realidad, el ser 
humano. La ciencia y su método asumieron con creces esa misión. Sin embargo, la pila de datos 
entregados por ésta parecen haber causado alguna confusión en nuestra perspectiva, ocluyendo su 
capacidad integradora. Presa de la experiencia sensible, de la "evidencia" y del dato, la medicina 
todavía no conceptúa un modelo teórico de enfermedad, aunque paradójico para cualquier 
profano en esta revisión se plasma esa conclusión. Así, la discusión de cómo definir enfermedad 
es la misma de hace un siglo, esto es, la dicotomía naturalista-valorativa 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 14 
LA PROBLEMÁTICA DE LA SALUD 
 
 
2.1 Factores no tomados en cuenta para curar una enfermedad 
 
 Para iniciar este capítulo dejaré en claro que no pretendo desacreditar el papel de la médica o 
restarle importancia a su quehacer dentro del área de salud, más bien pretendo identificar sus 
deficiencias para proponer nuevas 
 
El problema es cuando este método enfrenta los problemas de la condición humana que son más 
complejos, de qué sirve saber si están muriendo 40000 mujeres al año de cáncer cervicouterino 
en México, de qué sirve saber que la célula oncológica tiene un proceso, sino se encuentra 
solución para su cura, ese método de conocimiento hace que se aleje de la condición de cuerpo 
cruzado por la cultura y las emociones. Es decir la búsqueda se hace sesgada y no se va a la 
totalidad del proceso que incluye otros elementos que están presentes en la salud y desde ahí, es 
más factible pensar en la prevención y no solamente en la remediación. Cuerpo humano y 
vericuetos 
 
El último estudio meta-analítico realizado por Haller, Cramer, Lauche & Dobos en el 2015, 
sobre la base de 988 investigaciones epidemiológicas realizadas en todo el mundo y una muestra 
de 70.085 pacientes, revela que entre el 40% y el 49% de los pacientes atendidos en Atención 
Primaria presentan al menos un síntoma no explicado médicamente. Incrementando la exigencia 
hasta cumplir criterios de algún trastorno somatomorfo encuentran una prevalencia del 26%, que 
aumenta hasta el 41% si el diagnóstico ha ocurrido alguna vez en la vida. 
 
Por otra parte Bujoreanus & Randall (2014, en: Sánchez & Guerrero, 2017) mencionan que más 
de un tercio de los pacientes pediátricos con síntomas físicos inexplicables tienen problemas 
emocionales. Estos niños tienen muchas visitas al pediatra, pruebas médicas, hospitalizaciones y 
tratamientos inefectivos. Es importante resaltar la importancia del pediatra ya que es el primer 
contacto y debe coordinar las futuras intervenciones. El diagnósticode trastorno psicosomático 
debe ser de exclusión, tras haber descartado una enfermedad pediátrica que justifique esos 
 15 
síntomas, por lo que es complejo y, además, puede haber simultáneamente factores orgánicos y 
psicógenos implicados. La aproximación biopsicosocial a los síntomas facilitará su comprensión. 
 
Los estudios de Garber, Walker & Zeman (1991, en: Sánchez & Guerrero, 2017) demuestran 
que entre el 2-10% de los niños y adolescentes presentan dolores y quejas físicas recurrentes. Los 
síntomas somáticos funcionales de forma aislada son muchísimos más frecuentes, llegando en 
algunas muestras hasta el 50%, en las últimas dos semanas, en niños en edad escolar y 
adolescente. Los síntomas más frecuentes en la población pediátrica son: cefaleas, 
fatiga/cansancio, dolores musculares, náuseas, dolor de espalda y dolor abdominal. 
 
Generalmente, tanto el paciente como su familia, se suelen centrar en un solo síntoma, aunque la 
aparición de una queja somática predispone a padecer otras, ya que tienden a agruparse. Así, 
entre un 12-15% de los niños que presentan un síntoma somático funcional refieren, al menos, 
cuatro síntomas somáticos funcionales. La combinación de síntomas somáticos funcionales más 
frecuentes es cefalea y dolor abdominal. Sin embargo, la presentación varía según las edades. En 
la primera infancia, los síntomas somáticos más frecuentes son: el dolor abdominal recurrente y, 
algo más tarde, las cefaleas. A medida que aumenta la edad, empiezan a manifestarse los 
síntomas neurológicos, el insomnio y la fatiga (Van Ravesteijn, Wittkampf, Lucassen, et al. 2009, 
en: Sánchez & Guerrero, 2017). 
 
Antes de la pubertad, la relación niño-niña de síntomas somáticos es casi igual, sin embargo, las 
chicas adolescentes notifican casi el doble de los síntomas somáticos funcionales que los varones 
adolescentes (Berntsson, Kohler, 2001, en: Sánchez & Guerrero, 2017). Aunque estos son los 
hallazgos más frecuentes, hay estudios que encuentran un aumento de síntomas somáticos en la 
población femenina, cualquiera sea la edad. 
 
Es habitual que haya una historia de problemas de salud y psicológicos en algún miembro de la 
familia, aunque también existe cierta evidencia de que los síntomas psicosomáticos tienen un 
componente hereditario. Así, el trastorno psicosomático aparece en el 10% al 20% de los 
familiares de primer grado y tiene una mayor tasa de concordancia en los estudios de gemelos 
monocigóticos Shaw, DeMaso (2006 en: Sánchez & Guerrero, 2017). Estos síntomas somáticos 
 16 
tienen una alta prevalencia familiar; de tal manera que, los niños y otros miembros de la familia 
suelen compartir síntomas similares, ya sean quejas físicas en general como abdominalgias o 
cefaleas. 
 
Podemos diferenciar: 
 
 La genética. Los trastornos de síntomas somáticos se han relacionado con los factores de 
riesgo genéticos de internalización y comparten superposición genética con otros 
trastornos mentales, incluyendo los trastornos alimentarios. 
 Ambiente familiar. En las familias con niños somatizadores, los dolores abdominales 
funcionales, la ansiedad, la depresión y otros síntomas somáticos son comunes (Ibeziako, 
Shaw & DeMaso, 2011 en: Sánchez & Guerrero, 2017). Así mismo, se incluyen: altos 
índices de problemas de salud, enfermedades de larga duración (diabetes), trastornos 
psicológicos y problemas psicosociales. Las madres de estos niños y adolescentes tienden 
a tener un historial de síndrome de intestino irritable, fatiga crónica y trastorno 
somatomorfo (Campo, Bridge & Lucas, et al 2007 en: Sánchez & Guerrero, 2017). La 
convivencia con un familiar enfermo puede servir como modelo para el niño de 
aprendizaje de las ganancias de enfermar. También, se puede encontrar como 
antecedentes en niños con somatización elevada: presión familiar sobre el niño, sobre 
todo en familias de elevadas exigencias, una historia de secretos de familia o factores de 
estrés de la familia, tales como el divorcio de los padres o maltrato infantil (Ibeziako y 
Bujoreanu, 2011 en: Sánchez & Guerrero, 2017). 
 
Herrera & Chaparro (2008) mencionan que las personas aún padeciendo de lo mismo tienen un 
proceso de construcción de la enfermedad diferente, pero la medicina cae en el error de 
generalizar, dándole a todas tratamientos similares, sin considerar que no todas tuvieron el mismo 
proceso de construcción de la enfermedad y no todos la viven de igual forma. Por esto, no a todos 
les es útil el mismo fármaco aunque padezcan enfermedades semejantes. 
 
Lo cual nos lleva a pensar que si bien, la medicina es la disciplina principal encargada preservar 
la salud no es suficiente para entender el proceso de construcción de todas las enfermedades y 
 17 
esto sucede porque esta suele perder de vista la humanidad del paciente al reducir la salud del 
individuo solo como una función mecánica. Sabemos que la rama médica busca subsanar el 
malestar o bien, impedir la enfermedad y finalmente eliminarla, sin embargo el cuerpo humano 
no debe de reducirse en todas las enfermedades únicamente a la afección de un órgano afectado 
por un patógeno externo. Así mismo, a pesar de haber leído en los párrafos anteriores 
enfermedades que tratan los médicos, encontramos evidencia de que el llevar al paciente de 
nuevo a un estado de salud, no dependerá solamente de los medicamentos que el medico puede 
suscribir, sino, en algunos casos es necesario entender la historia personal del paciente como las 
interacciones sociales que ha tenido a lo largo de su vida. 
 
Hoy en día hemos olvidado de cuidar de nuestro cuerpo, vivimos preocupados por satisfacer 
necesidades materiales pero dejamos de lado satisfacer a nuestro cuerpo únicamente vemos al 
cuerpo como un medio para lograr los objetivos que tenemos, nos enfocamos en que se cure de 
inmediato sin poner demasiada atención al porqué está mal, tomando en cuenta lo anterior el 
labor médico es redirigir la salud al atender el órgano afectado interviniendo con medicamentos o 
procedimientos intrusivos para el organismo, lo cual hace ver al cuerpo como una máquina la 
cual para que vuelva a funcionar únicamente se le coloca un poco de aceite o se le cambia un 
engrane. 
 
Para sustentar el párrafo anterior López (2006) hace una reflexión sobre la visión de querer curar 
al hombre con medicamento el problema de ello es que se han enfrentado a una verdad de estos 
tiempos: la particularidad de un individuo que no puede ser englobado en las leyes universales. 
 
Como vemos enfoque médico tradicional no siempre logra ubicar el lugar que ocupa el 
padecimiento en la persona, es por ello necesario voltear a ver otras explicaciones las cuales 
realizan un proceso complejo en la relación interna de los individuos, en dónde se escuche lo que 
el paciente piensa y siente en torno a su dolencia. En el cual, él o ella, logren ir interpretando sus 
malestares e hilándolos con los puntos de quiebre en su historia, los cuales podrían estar 
conllevando a la aparición de los síntomas (Vargas, 2013). De esta concepción parten las teorías 
que se han elaborado enfrenten la compleja trama de ir a las raíces más profundas en el individuo, 
para entender su sintomatología con base a su historia personal, geografía, religión, etc. 
 18 
 
Siguiendo la idea de que es necesario ver al ser humano como un individuo y que al enfermar sea 
visto como tal y no como una más, remontémonos a lo más profundo de nosotros, el genoma 
humano es el claro ejemplo de la individualidad, para nosotros la individualidad construida tanto 
histórica como socialmente se obtiene mediante la cultura y la geografía, los hábitos alimenticios 
y las relaciones de trabajo y personales lo cual nos lleva a entender que aunque tengamos 
lenguaje, somos diferentes entre nosotros (López, 2006). 
 
López (2006) menciona que actualmente existe dos concepciones del cuerpo humano;una indica 
que el cuerpo es solo un organismo compuesto de carne, huesos y que el conocer su fisiología es 
suficiente para entenderlo, como “máquina”. Este concepto del cuerpo nos hace buscar leyes 
universales para todos los seres humanos, lo cual nos aleja de pensar en la individualidad y 
menos en que un sujeto pueda construirse a sí mismo. La estandarización como una posibilidad 
para toda la población solo conduce al lenguaje unificado y a las formas estereotipadas de hacer 
una repetición. Esta idea se ha gestado por más de trescientos años en la sociedad mexicana lo 
cual hace que lo veamos como algo natural lo que nos lleva a no preocuparnos por la historia del 
espacio inmediato. 
 
Esta segunda concepción confronta con la primera concepción mencionada ya que sostiene que el 
cuerpo humano se construye a partir de un proceso social, político, cultural y moral. Rompe con 
la explicación absoluta de que lo corporal es algo que no se relaciona con la cultura o con la 
historia de la sociedad. Esto significa que el cuerpo no es natural, ya que resulta que las células se 
han transformado con los procesos sociales y culturales, lo cual implica que no podemos decir 
que lo natural es ajeno a lo social (López, 2006). 
 
La atención clínica mejoraría significativamente si la evaluación médica incluyera variables de 
carácter psicosocial, en particular el estrés, pero también otros muchos factores psicosociales 
implicados en la vulnerabilidad a la enfermedad. Algunos factores, como las conductas de salud o 
el bienestar psicológico, no sólo se asocian a la prevención o a la mejora de la enfermedad sino 
que, además, promueven la salud (Kissen, 1963; McEwen, 2007; Novack et al., 2007 en: 
Berrocal, Fava & Sonino, 2016). 
 19 
A) Estresores tempranos 
 
El efecto de los estresores experimentados durante las primeras fases de desarrollo evolutivo 
sobre la vulnerabilidad a la enfermedad ha sido objeto de numerosos estudios (Faravelli et al., 
2012; McEwen, 2007; Novack et al., 2007 en: Berrocal, Fava & Sonino, 2016). 
 
Mediante la experimentación en animales se ha observado que eventos como la separación 
materna temprana se asocian, con el desarrollo de modificaciones patofisiológicas, por ejemplo, 
una mayor activación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). De esta forma, los estresores 
tempranos pueden incrementar la vulnerabilidad del individuo a los efectos del estrés en un 
momento posterior de la vida. Por otra parte, el maltrato infantil se asocia a un mayor uso de los 
servicios de salud durante la etapa adulta (Applebaum, Nemets, Kaplan, Witztum, & Belmaker, 
2012; Arnow, 2004; Bonomi et al., 2008 en: Berrocal, Fava & Sonino, 2016). La relación entre 
el maltrato infantil y condiciones como el dolor crónico o el síndrome del intestino irritable ha 
sido también objeto de considerable interés (McCauley et al., 1997 en: Berrocal, Fava & Sonino, 
2016). 
 
B) Conductas de salud. 
 
Entre los principales factores de riesgo de muchas de las enfermedades de mayor prevalencia en 
los países desarrollados (como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares) destacan los 
estilos de vida poco saludables (Mokdad, Marks, Stroup y Gerberding, 1998 en: Berrocal, Fava y 
Sonino, 2016) entre ellos encontramos una mala alimentación, falta de actividad física, poca o 
nula información sobre la prevención de la obesidad, si bien, en México existen campañas para 
brindar la enseñanza necesaria a la sociedad sobre estos temas o en ocasiones el aprendizaje no es 
significativo y no es llevado a la práctica o bien, puede que lo sea pero el ritmo de vida de un 
mexicano trabajador no le permite preparar una ensalada, buscaos lo inmediato que puede ser una 
torta o tacos al salir, así como botanas como papas fritas. Claro, esto es aquí en la ciudad, si 
vamos al campo estas conductas no serán las mismas. 
 
 
 20 
C) Apoyo social 
 
Por su parte, la denominada “neurociencia social” ha iniciado a abordar los efectos del ambiente 
social sobre el cerebro y sobre distintas funciones fisiológicas reguladas a nivel central. Como 
han sugerido algunos autores el apoyo social parece ser un potente factor de protección de la 
salud, sobre todo en relación al proceso de estrés, dado que disponer de relaciones sociales 
positivas se asocia a una menor carga alostática (Seeman, Singer, Ryff, Dienberg, & Levy-
Storms, 2002 en: Berrocal, Fava & Sonino, 2016), 
 
 
D) Personalidad. 
 
El modelo socio-cognitivo presupone que las variables de personalidad interaccionan con factores 
ambientales y sociales dando lugar a importantes diferencias en las características de las 
situaciones que la persona selecciona (Mischel & Shoda, 1995 en: Berrocal, Fava & Sonino, 
2016). Así, las variables de personalidad pueden ejercer un amplio efecto sobre el tipo y la 
cantidad de eventos de estrés que la persona tendrá que afrontar y sobre la representación 
cognitiva de diversas dimensiones de la enfermedad (p.ej., las causas, el tratamiento, etc.) así 
como de sus interacciones sociales, incluidas las relaciones con el personal sanitario. 
 
López (2006) indica que un padecimiento es una expresión corporal compleja de un individuo, si 
el padecimiento se considera como una expresión de que el sistema se ha desequilibrado en 
términos médicos, coloca al individuo dentro de una patología la cual tiene medicamentos y 
procedimientos específicos para curar tal padecimiento y allí es donde acaba la expresión del 
individuo; en términos explicativos, esto significa que continúa con las sintomatologías e incluso 
podrá hacer que los procesos de salud en su interior se den con una orientación en su vida: los 
síntomas de un padecimiento pueden ir creciendo, los síntomas de un padecimiento pueden ir 
creciendo, estancarse o hacerse cada vez más complejos e irse estableciendo en el cuerpo con una 
expansión casi sin control, esto significa que los mecanismos de construcción interna pueden ser 
desbordados por alguna emoción que se conjuga con la sintomatología y el individuo no puede 
dejar de sentir. 
 21 
 
Esta manera del actuar médico no nos deja pensar que esa patología es una expresión más 
compleja de una condicionalidad social de la individualidad. 
 
 
2.2 Papel del individuo en la construcción de su salud 
 
 
Conos comenta Varela (2016) en esta época, el milagro de la vida termina cuando se nace, 
posterior a eso sólo se deja que los días pasen, buscando una razón para mantenerse de pie 
después de una larga jornada laboral o después de llevar al extremo las sensaciones y el placer. 
Lejos queda la práctica de invertir la mirada y ver en el interior; me queda claro que el desinterés 
es parte de la realidad construida, mirar el interior no se tiene registrado en la subjetividad por 
eso puede parecer absurdo e inclusive una pérdida de tiempo. Un poco más acá, el desinterés nos 
da el punto de referencia de este mundo, distanciarse como sinónimo de certeza, buscamos las 
respuestas afuera. De aquí podemos partir, es una paradoja: pensar y sentir la vida sin 
experienciarla. 
 
A principios del siglo XX se tenía la creencia de que el adquirir una enfermedad no era 
responsabilidad propia ya que era imposible evitar las bacterias y los virus que la causaban; sin 
embargo, en los últimos años este punto de vista ha quedado atrás, pues actualmente la conducta 
del hombre está muy relacionada con su nivel de salud, por lo que muchas personas han tomado 
conciencia y han adoptado una actitud activa, practicando estilos saludable que se traducen en un 
incremento en la expectativa y calidad de vida. No obstante esto, aún hay quienes piensan que 
pase lo que pase los médicos tiene la solución para cualquier mal, por lo que llevan a cabo ciertos 
hábitos inadecuados (fumar, ingesta de bebidas alcohólicas en exceso, dietas altas en grasas, etc.) 
(Herrera & Chaparro, 2008).Estos autores también mencionan que el cuerpo se ve como un medio para la mercadotecnia, lo 
que se manifiesta en una gran cantidad de artículos para el cuidado y bienestar del individuo. En 
realidad estos productos no son tan importantes para las personas, y en algunos casos se 
distorsiona la información de los mismos. Con esto se ve la fragmentación que se maneja del 
 22 
cuerpo, con productos específicamente diseñados para ciertas partes del cuerpo (cremas para el 
cuerpo, cara y manos, maquillaje, gel para el cabello, desodorante, etc.), con distorsiones en la 
promoción de alimentos que benefician exclusivamente a ciertas partes del organismo (cereales, 
jugos, aguas, licuados, etc.); aunado a esto, también tenemos toda una gama de ideas que se 
inculcan a la gente, con los estereotipos de cómo debe ser una persona, qué es mejor y peor para 
ciertas situaciones, cómo prevenir y mejorar situaciones, así como normas de conducta a seguir, 
donde el hombre tiene que ser de tal manera y la mujer de otra diferente. 
 
Con esto vemos la diferencia entre el hombre y la mujer, a la vez que hay diferentes formas de 
tratar al cuerpo, de uno y de otro; existen diferentes recursos del hombre para atender una gran 
diversidad de circunstancias, que el mismo ha creado para simplificar y solucionar más 
rápidamente las situaciones que se presenten, haciendo valer la ley del menor esfuerzo. Así, 
siempre estamos en la búsqueda de simplificar toda acción que requiera alguna actividad física, 
desde los diferentes tipos de trabajo, la gran variedad de formas de comida que hay en el 
mercado, modos de preparación de la misma, relaciones con otras personas, comunicación y 
formas de prevenir y tratar enfermedades (Herrera & Chaparro, 2008). 
 
Partiendo de que la personalidad es una construcción social, es decir, la persona es un ser social, 
también se podría considerar que "es cierto que los hombres nacen solos y mueren solos", pero el 
intervalo entre el antes y el después de estos dos extremos son sociales; así mismo la manera en 
la que se realizará el nacimiento y la muerte están determinadas las relaciones sociales donde el 
individuo desarrolla su existencia. 
 
Retomando lo anterior tenemos que tanto en la muerte como en el nacimiento se ven implicadas 
las relaciones de los individuos con la sociedad, por tanto los procesos de salud-enfermedad 
también se encontrarán trastocados por el contexto de dichas interrelaciones, por lo que las 
interpretaciones que se dan sobre salud y enfermedad se encontraran predeterminadas por las 
relaciones sociales y de la sociedad, por otra parte el proceso para sanar alguna enfermedad así 
como la importancia que se tome cambiara de acuerdo al contexto en el que se encuentre nuestro 
individuo. 
 
http://www.saludcolectiva-unr.com.ar/docs/SC-001.pdf
 23 
Al analizar lo que González de Rivera (s/f) menciona en su artículo podemos decir que desde la 
antigüedad ha existido una tendencia a considerar la enfermedad como una cosa en sí misma, 
originada por una causa única o, a lo más, por una combinación simple de causas. Esta creencia 
tiene un importante atractivo emocional, pues resulta reconfortante pensar que la enfermedad es 
un ente extraño al individuo y que un factor aislado o aislable es el único responsable de la 
misma. Tanto el paciente y sus familiares como el médico pueden permitirse la ilusión de que 
este supuesto factor responsable puede ser atacado, exorcizado o amputado de una manera 
simple. Gran parte de las actividades de la medicina actual están basadas en este concepto, y 
muchos médicos continúan eliminando artificialmente de su atención los factores psicológicos y 
sociales de sus pacientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 24 
PSICOSOMÁTICA 
 
 
 
 
 
 
 
 
Creo que es pertinente iniciar este capítulo con una pequeña reflexión la cual dará pie al 
desarrollo del tema “algunas veces cuando se administran calmantes o antiinflamatorios; quererse 
escapar de los mensajes del cuerpo, es tomar medicamento para callar su voz” (López, 2000). 
 
Ahora bien, hemos dicho las fallas que se tiene en la medicina alópata pero, es momento de dar 
una alternativa para estas deficiencias es por ello que encontramos a la psicosomática la que nos 
dice que el cuerpo está conceptualizado como un microcosmos y encuentra una estrecha relación 
con elementos que se encuentran en la naturaleza: madera, fuego, tierra, metal y agua, y éstos a 
su vez con los órganos del cuerpo; así cada elemento corresponde a dos órganos: madera, hígado, 
vesícula biliar; fuego, corazón e intestino delgado; tierra, bazo-páncreas y estómago; metal, 
pulmón e intestino grueso; vejiga y riñón. La relación que existe entre los elementos es la que se 
guarda en el interior del cuerpo. El equilibrio entre lo endógeno y lo exógeno guarda una relación 
de armonía, de modo que cualquier cambio que suceda tendrá efectos e implicaciones que se 
manifestarán al interior del cuerpo y se expresarán en problemas con la relación de los elementos 
y los órganos (Herrera & Chaparro, 2008). 
 
El concepto de equilibrio refiere a una relación que se ajusta a las circunstancias de las formas en 
que se han construido las relaciones sociales por los hombres, esto quiere decir que las relaciones 
entre los elementos se ven transformadas. Esto tiene una consecuencia en los procesos internos 
del cuerpo, lo que se explica a partir de la relación que tienen los órganos al interior del mismo 
(Herrera & Chaparro, 2008). 
 
 
“No olvidemos que las pequeñas 
emociones son 
los capitanes de nuestras vidas 
y las obedecemos sin darnos cuenta.” 
Vincent Van Gogh. 
 
 
 25 
A lo largo de la historia, el cuerpo humano ha sido conceptualizado de diferentes maneras, y se 
ha tomado como un instrumento para lograr diferentes objetivos. Entorno a esto se ha marcado 
una gran diferencia entre lo que afecta al cuerpo y lo que afecta a la mente, haciendo una 
distinción tan grande que el organismo se ha llegado a fragmentar (Herrera & Chaparro, 2008) 
 
Como sabemos el ser humano tiene un único objeto que es de su propiedad: el cuerpo. Como 
cualquier objeto se puede utilizar de diversas formas, en este caso, estamos en una sociedad de 
consumo, por lo que su cuerpo lo tiene que vender como fuerza de trabajo, se hace hedonista 
¿para qué lo quiere? o, ¿para qué le han dicho que sirve? En eso consiste el problema, ¿en qué se 
convierte el cuerpo o en qué lo usamos? Identificando lo anterior podemos decir en que puede 
culminar una vida o hacia dónde puede trascender su condición humana en lo que vive (López, 
2006). 
 
Herrera & Chaparro (2008) comenta que a pesar de la idea de conceptualizar al cuerpo desde un 
punto de vista científico, este actúa de forma conjunta y en equilibrio. Con la división del 
organismo, perdimos la capacidad de valorar y recuperar muchas sensaciones que se nos 
presentan; hacemos tan grande la división del organismo que olvidamos situaciones y 
sensaciones que se nos presentan día con día; además mecanizamos conductas y actitudes que 
pueden perjudicarnos. Nos olvidamos de que el cuerpo envía mensajes, en algunos casos difíciles 
de interpretar; pero otro tipo de estos esta en relación con la construcción de enfermedades o del 
conocimiento, no lo escuchamos fácilmente y si lo llegamos a detectar lo ignoramos. 
 
Herrera & Chaparro (2008) estos autores mencionan que es necesario tener claro que para hablar 
de una enfermedad primero es necesario hablar del concepto de cuerpo, pues dependiendo de 
este se verá y se tratará laenfermedad. Como ya vimos, dentro de la visión del mundo occidental 
el cuerpo se concibe ya sea como una máquina o como mercancía. Pero ahora hablaremos de una 
visión diferente en la que el cuerpo es un microcosmos y donde no existe la fragmentación mente 
- cuerpo porque el cuerpo es algo vivo que se relaciona con el medio que le rodea. Esta es una 
visión integradora en dónde el cuerpo como micromundo está en continua relación con el 
macromundo del cual forma parte; es decir, bajo esta perspectiva no se ve a la persona como un 
 26 
ente aislado. “Está noción de que sujeto y objeto, el sí mismo y el otro, hombre y ambiente, son 
al final de cuentas idénticos, es lo que constituye la visión holistica del mundo”. 
 
González (1993) nos menciona que la relación entre lo psíquico y los procesos somáticos del 
organismo demostrada y tratada de manera terapéutica por primera vez por Sigmund Freud 
mediante el psicoanálisis mediante el cual se desprendió toda una concepción de trabajo en el 
campo de los psicosomático y la cual mantienen una vigencia hoy en día. 
 
Lemos, Restrepo & Richard (2008) comentan que las palabras griegas psyche y soma significan, 
respectivamente, mente y cuerpo; de ellas deriva el término psicosomático, aplicado a la 
influencia de la mente sobre el cuerpo. La medicina psicosomática, trata de la investigación 
científica de la relación entre los factores psicológicos y los fenómenos fisiológicos en general y 
de los mecanismos en la patogenia; pero, en un sentido más amplio, se refiere a una filosofía que 
hace hincapié en los aspectos psicosociales de las enfermedades. 
 
En su libro Herrera & Chaparro (2008) nos dicen que desde 1968 la Organización Mundial de la 
Salud (OMS) se refiere al trastorno psicofisiológico como “trastornos somáticos que se presume 
son de origen psíquico”. En el capítulo V de la edición de 1978 de la Clasificación Internacional 
de Enfermedades se le describe como “una variedad de síntomas físicos o de trastornos 
fisiológicos de origen mental, sin gran daño tisular y que generalmente se expresan por vía del 
sistema nervioso autónomo”. 
 
Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), el término psicosomático significa “que 
afecta a la psique o que implica o da lugar a una acción de la psique sobre el cuerpo o al 
contrario”. El Diccionario Médico Webster, de la Enciclopedia Británica, especifica que 
psicosomático tiene los siguientes significados: 1) “de, relativo a, relacionado con o que 
involucra tanto a la mente como al cuerpo; 2) “de, relativo a, relacionado con o referido a 
síntomas corporales causados por trastorno mental o emocional”; y, 3) “que exhibe síntomas 
psicosomáticos” 
 
 27 
La medicina psicosomática, siguiendo la definición de referencia, trata de la investigación 
científica de la relación entre los factores psicológicos y los fenómenos fisiológicos en general y 
de los mecanismos en la patogenia; pero, en un sentido más amplio, se refiere a una filosofía que 
hace hincapié en los aspectos psicosociales de las enfermedades y de los cuidados médicos. 
 
El concepto psicosomático conlleva una serie de implicaciones epistemológicas: en primer lugar 
el incluir lo somático y lo psicológico en el asunto de enfermarse sin explicarse, al juntar estos 
dos conceptos quiere decir que se entienda mejor la relación que se da entre procesos 
psicológicos y procesos físicos, y en segundo lugar, la ocurrencia de una mega-categoría como lo 
es lo psicosomático, puede llevar a la pérdida de una distinción autónoma entre lo psicológico y 
lo físico, así mismo, la somatización complica que una enfermedad deba ser somática o mental, 
haciendo que los diagnósticos se arriesguen a excluir aspectos psicológicos o den un diagnostico 
“mente sana, cuerpo sano” (Novoa, 2002). 
 
Sánchez & Guerrero (2017) retoman a Alexander el cual postula en 1950 que los trastornos 
psicosomáticos aparecen cuando los afectos o las emociones no pueden expresarse normalmente 
y cuando la energía que permanece encerrada en el organismo de forma crónica produce una 
disfunción de los órganos. Desde una perspectiva biológica, se busca el trasfondo neurobiológico 
de los trastornos psicosomáticos y, desde el psicoanálisis, se busca el significado psicológico del 
síntoma. Ambas perspectivas no tienen por qué ser irreconciliables. En la comprensión actual de 
los trastornos psicosomáticos, aparece el estrés en clara relación a estos trastornos, siendo la 
percepción individual de dicho estrés el factor implicado, ya que los mismos acontecimientos 
vitales pueden ser vividos como estresantes por algunos niños y por otros no. El estrés en los 
trastornos psicosomáticos aparece como precipitante o perpetuador de estas patologías. Ejemplos 
claros nos lo proporcionan: la dermatitis atópica, el dolor abdominal crónico o las cefaleas. 
 
El cerebro tiene como misión recibir, interpretar y almacenar información esto con el fin de hacer 
frente a la realidad exterior y mantener el equilibrio del medio interno. Esta transmisión de 
información se realiza gracias a los sistemas nervioso y endocrino, cuya acción es 
complementaria. La comunicación entre los sistemas nervioso y endocrino se efectúa 
principalmente a nivel del hipotálamo, mediante la actividad de las células neuroendocrinas, estas 
 28 
son neuronas especializadas que reciben impulsos neuronales, pero cuya acción eferente consiste 
en secreción hormonal liberada a través del axón. 
 
De manera análoga al sistema nervioso y al endocrino, el «sistema inmunológico» juega un papel 
importante en la comunicación interna y en la adaptación biológica. Su acción defensiva contra 
invasores externos contribuye al mantenimiento de la homeostasis, siendo influida su función por 
factores endocrinos y neuronales. 
 
Para seguir con esta línea González de Rivera (s/f) realza a la psicosomática, como la única 
disciplina específicamente dedicada a estudiar las relaciones entre fenómenos biológicos, sociales 
y psicológicos. Es por eso que puede ser considerada como una ciencia de tipo integrativo, cuyo 
objeto consiste en observar e interpretar las relaciones entre las tendencias, estados, procesos y 
acontecimientos psicológicos y los biológicos, tal como son influenciados por el medio ambiente 
físico y humano, tanto en la salud como en la enfermedad. 
 
Herrera & Chaparro (2008) de este universo de propuestas, este trabajo retoma la realizada por 
Sergio López Ramos, pues reconoce que los seres humanos estamos ligados a nuestro entorno a 
través de los alimentos que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, la tierra sobre 
la que caminamos y las relaciones que establecemos con todo lo que nos rodea, y muestra cómo a 
partir de estas condiciones podemos conocer qué tan deteriorada o cuidada está la condición 
corporal de un individuo. 
 
Es así que estos autores han articulado las circunstancias sociales, ambientales y culturales que a 
lo largo de la historia han promovido la aparición y el desarrollo de varios fenómenos, entre ellos 
las enfermedades que aquejan a los mexicanos. Para ello se recurre a las personas para quienes 
estas enfermedades son una realidad, y se observan las características que presentan sus cuerpos y 
otros aspectos que no se abordan en textos médicos. 
 
La complejidad de este enfoque permite articular los estilos de vida, las maneras manifestar las 
emociones y las explicaciones que se construyen de acuerdo a la cultura y la geografía a la que 
pertenece el individuo. Esta es una nueva posibilidad de comprender la unidad corporal como un 
 29 
microcosmos que permite articular otras relaciones e interpretaciones sobre lo que se considera lo 
psicológico (López, 2006). 
 
Un ejemplo de lo que hemos postulado lo menciona López (2006) ya que su práctica con los 
pacientes es lo que le ha permitido replantear el concepto del cuerpo y lo que construyeal sujeto; 
los procesos internos de acuerdo con su conciencia y las formas de construir conforme a la 
cultura, historia familiar y estilos de vida. Se buscan relaciones construidas por el propio sujeto 
en un proceso histórico-cultural-nutricional-sentimental-inconformidades. 
 
Sustentando el párrafo anterior podemos decir que ver al cuerpo desde la cultura se convierte en 
algo que abre nuevos horizontes para poder darle una nueva mirada a lo que le ocurre al cuerpo 
eso hace que los estudiosos del cuerpo sepan darle un sentido profundo a lo subjetivo o 
simbólico, es decir que un ser humano tiene distintas aristas para ser leídas, lo que implica un 
trasfondo sobre la imposición de la cultura en el cuerpo, desde la cultura el cuerpo se puede 
justificar con los símbolos y los significados para poder ser un nuevo proceso sobre la salud, la 
forma en que un sujeto se apropia de los significados y símbolos de una cultura le dan un estilo 
de ser y de actuar único, eso nos lleva a una frontera sobre la socialización de formas de sentir y 
de actuar con el cuerpo, las formas y maneras de hacer vida social incluye un nuevo proceso en 
relación con lo biológico, por ejemplo, la salud vista con la biología es algo que no puede 
dejarse de lado con la cultura, esto significa que un ser humano no es solo una cosa o la otra, el 
proceso de construcción de la complejidad en el cuerpo nos da un nuevo fruto que en su interior 
no es solo una bacteria o un virus haciendo destrozos en el cuerpo, truncar la forma de ser o de 
sentir en los sujetos es parte relacionada con la cultura de los procesos personales de los sujetos, 
esta vertiente nos obliga a darle un nuevo sentido a las maneras en que un cuerpo se construye día 
a día en una cultura (López, 2006). 
 
López (2006) nos invita a que hagamos un análisis que rebase estas dos perspectivas en cuanto a 
la profundidad de un ser humano; un cuerpo se somete a las voluntades de un proceso 
psicohistorico que crea la condicionalidad. El círculo vicioso no se rompe, eso significa que un 
cuerpo con estos dos procesos de transformación da un nuevo ser social en cuanto a sus 
mecanismos de construcción de alternativas, un ser humano que no ve la frontera sino que se abre 
 30 
a las nuevas sensaciones y los procesos de construcción da un cuerpo que puede que cambien de 
patologías y los procesos de construir la enfermedad; esto nos lleva a la aceptación de que un 
cuerpo tiene su proceso interno. 
 
El cuerpo tiene una relación interna la cual es importante conocer para poder comprender el cómo 
es que un cuerpo se enferma o se conserva en un equilibrio de buena salud; así, es por ello que las 
emociones están presentes en la construcción del cuerpo, porque lo corporal es un proceso 
sociohistórico que permite darle uniformidad a el habla, la moral, la religión o la ética entre otros 
elementos pueden darnos esa idea de lo corporal para no caer en los determinismos; las 
emociones no están ajenas a este proceso de lo corporal pero están incrustadas en la vida familiar 
y personal (López, 2006). 
 
La fragmentación es algo que nos es dado por parte de la sociedad es por ello que López, (2006) 
menciona que el estado ha institucionalizado el ser hombre o mujer ellos dos coexisten cada día, 
sin embargo, cuando aman, piensan lo hacen de una manera sesgada o total, el problema radica 
en cómo articular esos dos procesos en su vida personal y lo hace unidad lo cual lo hace ser 
coherente o congruente con una forma de sentir, de pensar. 
 
Enfrenta el conflicto de la fragmentación de un sujeto que no se ha redimensionado en la 
construcción social. Una persona así puede somatizar de manera fácil porque tiene sus miedos, 
sus dudas, angustias, presión social, responsabilidad. 
 
López (2006) dentro del proceso de somatización, el tiempo juega un papel muy importante en el 
individuo para poder construir su padecimiento; sea con un tiempo largo o corto, el proceso se da 
en el interior del sujeto y habrá de darle una mirada distinta a su padecer y eso solo es el principio 
de un sentir, es parte de una realidad interior que la técnica establece y el sujeto puede construir 
con sus ritmos, eso implica que la manera de vivir, en esta lógica se entiende que lo 
psicosomático se puede explicar desde una lectura de lo fenoménico y puede darle un sentido a la 
perspectiva gnoseológica. Poder descifrar o articular este proceso con el cuero de la salud no es 
algo distante de la significación de lo que entendemos por la salud de un cuerpo que no es solo 
fisiología o síntomas que expresan un código de lectura que no da para las otras lecturas. 
 31 
 
Robles (1942 en: López, 2006) menciona que las disociaciones somáticas de la red vago-
simpática repercuten sobre el estado de ánimo, el tipo de reacción humana y el carácter así 
mismo, las interacciones con las endocrinas tienen bajo su control el equilibrio químico basal del 
organismo y así colaboran en esta función que es la unidad somática. 
 
Baeza, Bulbuena, Fénétrier & Gély (2011) mencionan en su artículo algunas de las enfermedades 
psicosomáticas más comunes descritas en la literatura y evaluadas en este estudio ocurren en los 
sistemas digestivo, respiratorio, nervioso, endocrino y locomotor. 
 
 Sistema digestivo: Colon irritable, que es una enfermedad gastrointestinal caracterizada 
por alteraciones del ritmo intestinal, estreñimiento diarrea y dolor abdominal. Se ha 
observado que el malestar emocional produce en el aparato digestivo un aumento de la 
irritabilidad colónica. 
 
 Sistema respiratorio. Asma, que es una enfermedad respiratoria de la vía aérea 
caracterizada por episodios repetitivos de “silbidos”, sensación de ahogo, opresión en el 
pecho y tos. Faringitis, que es la inflamación de la mucosa que reviste la faringe (parte 
posterior de la garganta), que produce dolor al tragar, inflamación de las amígdalas y 
fiebre más o menos elevada. Las condiciones de vida, las crisis de roles y el aislamiento 
social han demostrado su influencia en la génesis de ciertas enfermedades respiratorias 
tales como el asma, las infecciones de las vías respiratorias altas y las rinitis estacionales 
(Jacobs, Spilken, Norman & Anderson, 1970 en: Baeza, Bulbuena, Fénétrier & Gély, 
2011). 
 
Se ha evidenciado que el asma bronquial se relaciona con determinados aspectos 
psicológicos como la ansiedad, llegándose a la conclusión de que entre mayor es el grado 
de ansiedad, menor es el funcionamiento respiratorio, (De Pablo, Picado, Martín & Subid, 
1988 en: Baeza, Bulbuena, Fénétrier & Gély, 2011). 
 
 32 
 Sistema nervioso. Tenemos la Cefalea de tensión, que se siente en la parte alta de la 
cabeza y es un dolor continuo, se encuentra vinculado normalmente con una contracción 
sostenida de los músculos de la cabeza y del cuello, la cual se ha asociado a altos niveles 
de ansiedad. 
 
Jaqueca o migraña, que es un dolor más severo y pulsátil que se siente en un lado de la 
cabeza y que cursa también con náuseas, vómitos. Existen estudios que demuestran que la 
frecuencia de los desórdenes afectivos es tres veces mayor entre quienes sufren jaqueca 
que entre la población general, aumentando este predominio en las personas que padecen 
diariamente de dolor de cabeza crónico. 
 
Fatiga crónica, que se refiere a un estado de astenia o cansancio crónico de más de seis 
meses de duración, acompañado o no de mialgias, cefaleas, estado depresivo, insomnio o 
hipersomnia, sin que haya un desencadenante obvio. Se ha descrito que la fatiga crónica 
se asocia con trastornos psiquiátricos (Wessely, Chalder, Hirsch, Wallace & Wright, 1996 
en: Baeza, Bulbuena, Fénétrier & Gély, 2011). 
 
 Sistema endocrino: Hipotiroidismo, que tiene en su base un proceso autoinmune y que es 
un síndrome que expresa un menor efecto de las hormonas tiroideas en las células. Entre 
sus manifestaciones clínicas están la fatiga,letargia, estreñimiento, intolerancia al frío, 
rigidez y contractura muscular. La literatura sugiere una asociación entre la disfunción 
tiroidea y los trastornos depresivos; además, se ha observado que las hormonas tiroideas 
pueden ser alteradas por el estrés crónico (Brown, Bonello & Pollard, 2005 en: Baeza, 
Bulbuena, Fénétrier & Gély, 2011). 
 
 Aparato locomotor: Artralgias (dolores articulares) y lumbalgia, que son muy frecuentes 
en la población; estas alteraciones han sido asociadas a estados ansiosos (Baeza y 
Bulbena, 2010 en: Baeza, Bulbuena, Fénétrier & Gély, 2011). 
 
Cuando acudimos al servicio médico por alguna de estas enfermedades no nos preguntan acerca 
de nuestro ritmo de vida, únicamente nos recetan un medicamento o bien, al conocer los 
medicamentos que el medico brinda para estas enfermedades “comunes” los tomamos sin 
 33 
preguntarnos el porque de nuestro malestar, así es como únicamente calmamos el malestar sin 
resolverlo lo que posteriormente hará que se compliqué progresivamente. 
 
Para terminar este capítulo Kroenke (2003) menciona que el 80% de la población general tiene 
algún síntoma somático en un mes, pero son autolimitados pues solo se consulta por un 25%. Las 
expectativas negativas y preocupaciones por ellos promueven la búsqueda de ayuda sanitaria, 
aunque el 75% se resuelven sin intervención en pocas semanas. 
 
Por otra parte este mismo autor menciona que más del 70% de los pacientes con gastritis son 
mujeres, muchas de las cuales tienen una historia de abuso físico o psicológico. Estas personas 
refieren de modo típico una historia prolongada de dolor abdominal (más de 6 meses), que es 
difuso y se describe en términos vagos y extraños que no corresponden a la fisiología normal. En 
su mayor parte se han sometido a pruebas y procedimientos diagnósticos extensos con hallazgos 
negativos. 
 
La información dada en las páginas anteriores son la base para entender la importancia de trabajar 
desde la perspectiva de la psicosomática es necesario dejar de “dormir” a nuestro propio cuerpo 
con fármacos los cuales solo generan tranquilidad y bienestar por un momento pero al no ser 
arreglado el problema al pasar el tiempo esta saldrá de nuevo en forma de otra enfermedad y tal 
vez más complicada. Como vemos existen estadísticas que comprueban estas teorías por lo que 
no estamos frente algo nuevo pero si es algo olvidado por ello lo vemos como extraño. 
 
 
 
3.1 Los órganos y emociones 
 
 
Hasta aquí ya revisamos que es la psicosomática sin embargo, es necesario entender el cómo se 
llega a la conclusión de que una enfermedad es psicosomática ya que como hemos visto no todas 
las enfermedades lo son. Para esto, Reyes (2014) nos comparte la Teoría de los 5 elementos la 
cual menciona que las emociones tienen una ruta que se expresa a través del padecimiento o 
síntoma, pues están articuladas con los órganos y la cultura, por lo que una parte fundamental que 
 34 
debemos tener siempre en cuenta es que cuando el ser humano enferma no lo hace de manera 
independiente a su contexto, estilo de vida y emocionalidad, por el contrario, lo hace con relación 
a él. Al respecto, Rosete (en: López, 2006), menciona que cuando hablemos de contextualizar al 
individuo para comprender su síntoma o enfermedad se tienen que considerarse ineludiblemente 
lo siguiente: 
 
“su microproceso, que da cuenta de su vida como individuo, esto es, su condición corporal 
multidimensional, la memoria corporal de sus percepciones, sensaciones, emociones, movilidad y 
sus procesos de lenguaje, pensamiento, memoria y procesos cognitivos; b) su mesoproceso, 
conformado por su vida familiar, social, económica, política, cultural, ética, entre otras que se 
manifiestan en prácticas cotidianas como costumbres, tradiciones y valores; c) su magnoproceso, 
vinculado con la dimensión civilizaciones, que como vimos, la aprendemos de acuerdo con 
nuestras experiencias a través de discursos y significados de la modernidad y posmodernidad; y 
d) el cosmoproceso, que da cuenta de nuestra vinculación con la naturaleza y el cosmo” (p. 141). 
 
Herrera & Chaparro (2008) nos brindan una analogía la cual puede parecer muy romántica sin 
embargo contienen enseñanza al corazón se le articula con el verano: en éste, la flor y el fruto 
crecen y a su vez, el corazón deja que el cuerpo logre su plenitud con espontaneidad y hermosura 
al garantizar, en conjunto con el intestino delgado, la calidad de sangre. El corazón impulsa la 
circulación sanguínea y de manera conjunta las sensaciones y sentimientos a lo largo del cuerpo, 
ejerciendo un dominio sobre la actividad psíquica: el intestino delgado tiene la función de 
almacenar, absorber y evacuar, así como separar los desechos de los principios nutritivos, asimila 
e interpreta los estímulos emocionales que recibe del cuerpo, protegiendo de esta forma al 
corazón. 
 
A finales de verano la naturaleza está empeñada en dar forma a las cosas y en cambiar su color, 
por lo que este se encuentra asociado al bazo, quien se encarga de la generación de sangre y de 
“dar forma” a los principios nutritivos de los alimentos que han sido procesados por el estómago 
produciendo enzimas; también es el encargado de incorporar ideas e información a la mente, 
favoreciendo en el ser humano la facultad de concentrarse y generar pensamientos. 
 
 35 
Los pulmones tienen una función de intercambio con el ambiente mediante la inhalación y la 
exhalación; a partir de su capacidad de diferenciar en el aire que respiramos lo bueno y lo malo, 
cuando se realiza la cosecha de otoño, genera armonía al regular la distribución de energía y de 
sangre por todo el cuerpo. Tanto los pulmones como el intestino grueso son los encargados de 
eliminar del organismo lo que éste ya no necesita. El estado de salud de esta pareja de órganos 
interviene entonces en la capacidad de desapegos: sólo si somos capaces de desprendernos de los 
viejos podremos adaptarnos a lo nuevo. 
 
Herrera & Chaparro (2008) comentan que los riñones son los primeros órganos que se forman en 
el cuerpo de manera posterior a la fecundación del óvulo por parte del espermatozoide, por lo que 
son el lugar donde se atesora la energía que se adquiere por la respiración y la alimentación; se 
relacionan con el invierno, época del año donde se almacena aquello que la naturaleza produjo 
después de todo un año, de donde se toman las reservas mientras llega la primavera. A partir de 
los riñones de generan tanto la médula ósea como el cerebro en el feto, por lo que las inteligencia, 
la agudeza mental y la capacidad cerebral son regidas por ellos, así como las épocas de desarrollo 
físico del ser humano. 
 
Los riñones también regulan la calidad de los líquidos en el cuerpo y rigen su equilibrio: todos 
los días, aproximadamente 100 litros de líquidos atraviesan nuestros riñones, y de esta cantidad, 
solamente un litro y medio aproximadamente se desecha en la orina que se almacena en la vejiga; 
por esta capacidad de reconocer lo bueno y lo necesario o lo dañino, su mal funcionamiento 
dificulta esta distinción afectando la voluntad de la persona (Herrera & Chaparro, 2008). 
 
También se han identificado relaciones entre estos órganos con distintas emociones: se ha visto 
que la pareja hígado - vesícula biliar resulta afectada por la ira, corazón - intestino delgado por la 
alegría, bazo - estómago por la ansiedad, pulmón - intestino grueso por la melancolía o tristeza, y 
riñón - vejiga por el miedo; esta unidad se ha identificado a partir del impacto que uno tiene sobre 
otro y viceversa: así como la ansiedad nos puede hacer sentir “mariposas en el estómago”, una 
alteración en algún órgano puede favorecer o impedir la aparición de alguna enfermedad (Herrera 
& Chaparro, 2008). 
 
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En el texto de Herrera & Chaparro (2008) encontramos la teoría de los cinco elementos

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