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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 1 Apuntes sobre el mercader de Venecia Por María Guadalupe Carpinteyro Lara Sin duda el Mercader de Venecia es una obra que ofrece a quien la disfruta una extraña fascinación por las aparentes y sorprendentes contradicciones que presenta. Aunado a esto tiene una serie de posibles “temas internos”, cuestionamientos o incógnitas que con el tiempo han salido cada vez más a flote y se han vuelto en gran medida la seducción de estudiosos e investigadores, dando pie a una gran número de escritos sobre la obra y sus muy diversas interpretaciones. Algunos de estos temas e inquietudes los reconoceremos y abordaremos someramente más como un catálogo que una nueva exploración, en el entendido que este escrito no pretende ser en ningún modo “la verdad” sobre El mercader de Venecia, solo un sencillo acercamiento a una de las obras de Shakespeare. Shakespeare y su tiempo Ninguna obra puede ser mínimamente entendida sin el conocimiento de determinados datos como la biografía del autor, las fuentes que se conocen y reconocen en la obra, detalles o precisiones que se consideran necesarios para su comprensión a partir de los cuales se facilita entender algunos temas interpretativos que se han desarrollado a partir de ésta. El tiempo y espacio que corresponde a Shakespeare vivir, es un mundo turbulento en que se desarrollan una gran cantidad de cambios en todos los aspectos de la vida; el desarrollo y los reajustes se convierten en lo cotidiano. Un mundo cruzando de lo que en la actualidad llamamos el paso de la Edad Media al Renacimiento, transito que motivó toda una serie de revoluciones en los ámbitos ideológicos y tecnológicos, provocando verdaderos movimientos ideológicos y sociales por los cambios que éstos provocaron en la vida cotidiana de los ingleses. Después de la Edad Media -que como recordamos, nos dijeron en la escuela, fue una época de oscurantismo, de pérdida, en que la mayoría de la gente era analfabeta y el conocimiento se regía por lo que la Iglesia decidiera y, por lo tanto, contaba con este monopolio absoluto-, se considera al Renacimiento como un despertar de la humanidad, que haciendo honor a la verdad, nunca estuvo dormida, príncipes y reyes eran parte de este mundo clerical al que alimentaban pues era el único conocido y por convenir en gran medida a sus intereses. La idea del designio divino hacia la monarquía contaba con una gran participación y manipulación mundana; provocando que hasta esos momentos las sucesiones monárquicas pocas veces fuesen pacíficas o de padres a hijos y las pugnas políticas eran las más de las veces sangrientas. Shakespeare nace en 1564 cuando ya Isabel está en el trono de Inglaterra, coronada en 1559. Sin embargo, es necesario recordar la turbulencia política, ideológica y religiosa que aún en el momento de su nacimiento seguía en la mente de los ingleses. En las décadas del reinado de Enrique VIII, primera sucesión pacífica en muchos años, de mediados de 1509 y hasta a principios del 47 en que concluye su reinado, Inglaterra obtuvo cierta estabilidad y consolidación como Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 2 nación, pero también el más importante cambio ideológico, religioso interno; si bien el rompimiento oficial con la santa sede se da entre 1533-34, el conflicto se inició años antes por la necesidad de Enrique de asegurarse un heredero varón legítimo. Al morir Enrique VIII había obtenido la aprobación del parlamento para decidir su propia sucesión, en ella estaban su hijo Eduardo en primera instancia y le seguían su hijas María e Isabel. La sucesión de la corona fue automática a Eduardo VI de 10 años, aunque en realidad el poder recayó en los 16 tutores nombrados por Enrique que funcionaban como un consejo de regencia dominado por protestantes y, posteriormente, por el Lord protector, por lo que las modificaciones se realizaron en la línea protestante que éstos mantenían. Antes de su muerte, Eduardo fijó su propia sucesión en base a su crianza protestante y los consejos del duque de Northumberland que convencieron al adolescente rey de nombrar su sucesora a Juana Grey (hija de su prima por parte de la hermana menor, María, de su padre Enrique) y dejar fuera a sus hermanas por ilegítimas, para evitar que María siendo católica tomara la corona. Juana Grey fue proclamada reina en 1553 (10 de julio), en ese momento una buena parte de Inglaterra esperaba que María fuera su reina, pues contaba con mayor popularidad; ella intentó convencer a Juana de convertirse al catolicismo, una rebelión se desató y fue depuesta en muy poco tiempo y apenas unos meses después fue condenada a muerte por traición a la verdadera Reina María; su ejecución se realizó en febrero del 1554. María ascendió al trono en 1554 (julio u octubre), contaba con una gran aceptación por parte del pueblo que recordaba con gran cariño a su madre, Catalina de Aragón. Su popularidad no duro mucho: el casarse con un extranjero, las dos revueltas para reestablecer a Grey o coronar a Isabel, la heredada pobreza financiera del reino que se convirtió en hambruna, la reimplantación del catolicismo por la fuerza que derivó en una persecución religiosa, malas decisiones en política exterior así como guerra contra Francia que contravenía su contrato de matrimonio, que empobreció más y provocó la pérdida de territorio, el boyante comercio de España con el Nuevo Mundo intocable para Inglaterra (prohibió la piratería), provocaron que sólo los férreos católicos le mantuvieran aprecio, su reinado terminó con su muerte en 1558. Isabel fue coronada en enero de 1559 contando con mayor popularidad que su hermana en ese momento, sin embargo desde sus primero años, y esto incluye durante el nacimiento de Shakespeare y a lo largo de todo el reinado, su gobierno no fue fácil, tuvo que enfrentarse a muchas situaciones de política exterior, como a cuestionamientos y revueltas católicas al interior en diversos momentos que concluyeron hasta la ejecución de María Estuardo, pretexto ideal para el intento de invasión Española que culminó con el triunfo sobre la armada invencible, pero con el empobrecimiento del reino; tuvo constantemente que lidiar con la amenaza extranjera e interna, hasta su muerte en 1602 aceptando que Jacobo le sucediera; no obstante todas estas vicisitudes, se considera uno de los mejores reinados en la historia de Inglaterra. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 3 Jacobo fue coronado en julio de 1603. Dentro de su reinado en continua pugna política interna, logra estabilidad y mejorar su situación de política exterior, su sueño de hacer un gran reino nunca se logra y con él se termina de consolidar el anglicanismo. El conocimiento por su parte era audiovisual, no por medio de la lectura -la lectura ha dado certeza y tranquilidad sobre la existencia del conocimiento, no así los medios audiovisuales que en mayor o menor medida se convirtieron en efímeros: la palabra y la imagen-. La palabra hablada tanto en el púlpito como fuera de él, y no siempre sobre los temas religiosos. La imagen por su parte, implicaba una forma de aprendizaje directa y contundente que, sin embargo, también era factible de interpretación personal y que tuvo gran impacto al conjugarse con los pensamientos llamados “paganos” de la mitologías locales, que lo enriquecieron y modificaron; tal capacidad de sincretismo dio pie a muchos conocimientos que no pueden estandarizarse, como quisieran los estudiosos, con la seguridad que el libro da, porque ahí está, y las palabras siguen en un libro sin modificarse, a diferencia de cuando el conocimiento se transmite verbalmente. Ha sido muy fácil considerar oficialmente ese tiempocomo de historia perdida, cuando la realidad pervive hasta ahora, varios siglos después, esas ideologías, ese conocimiento e imaginario colectivo.1 Es cierto que este imaginario no se encuentra claramente en la obra que hoy nos interesa, pero está muy presente en “Sueño de una noche de Verano” que se considera fue escrita el mismo año. Lo que sí se mantiene bien documentado son los cambios ideológicos que el protestantismo trajo, y cómo estos se mantienen en pugna constante durante toda la vida de Shakespeare e incluso posteriormente. Si bien William nació en una Inglaterra anglicana, su padre era un ferviente católico y su educación, poca o mucha, se dio entre estos dos mundos ideológicos. Uno firme y establecido siglos atrás, estático: el catolicismo; y el otro en constante adecuación. La reforma afectó la teología y la liturgia, que a su vez modificó la vida cotidiana y pública de los ingleses, las fiestas y formas de convivencia fueron modificadas con ella. Si bien los cambios dogmáticos se fueron dando posteriormente, pues al inicio lo único que Enrique quería era el permiso para casarse con otra mujer que le asegurara descendencia coronable, en su reinado la distribución de la riqueza y el poder político se alteraron mucho con la disolución de monasterios y las instituciones eclesiásticas que no tenían lugar en el nuevo orden y, sobretodo, porque estos monasterios e instituciones mantenían su lealtad a Roma. Los conocimientos se transmitieron de manera verbal y su recepción auditiva, mientras el aspecto visual que fue la forma de adoctrinamiento libre en las iglesias y catedrales, a través de las pinturas, fue decayendo. Las continuas modificaciones, el recuerdo y añoranza de las festividades católicas, los cambios en la tolerancia religiosa, trajeron al pueblo en un ir y venir ideológico que fue la constante. La iglesia de Inglaterra se inició con un interés político respaldado por pensamientos luteranos y calvinistas que en su inicio sólo pretendía una liberación de Roma para la toma de decisiones a las que estaba sujeto, para convertirse en una iglesia católica no papal. Los cambios teológicos y 1 ejemplo de esto es la gran cantidad de libros de ficción ingleses en los que se atiende a la existencia de mundos fantásticos, cuya existencia sería nula de no ser que en el imaginario de los ingleses y de todo el mundo este universo fantástico siga presente. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 4 litúrgicos se fueron construyendo a través de los años. En su inicio la preocupación principal era mantener la lealtad al monarca inglés; fue a partir del reinado de Eduardo, y recordemos, por sus tutores, que se proclamó el acta de uniformidad de 1549 que ya estableció los ritos protestantes y el uso del libro de oraciones de Thomas Cranmer; Isabel en 1559 proclama el Acta de Uniformidad que obligaba a usar una versión revisada del Devocionario de Eduardo VI, los oficios y la obligación de ir a la iglesia todos los domingos y el Acta de Supremacía en la que los empleados de la corona reconocían por juramento la subordinación de la iglesia inglesa a la monarquía. Las intenciones de tolerancia por parte de Isabel se vieron frustradas por las rebeliones (1569 y 71) y la bula papal de excomunión (1670), lo que provocó su endurecimiento contra los católicos: aprobó una ley (1584 y 85) que condenaba a muerte a sacerdotes católicos ordenados después de su ascensión al trono. La guerra contra España fomentó un espíritu patriótico que afianzó el protestantismo, aunado a la natural muerte de los sacerdotes católicos en el largo tiempo de su reinado para que a su muerte ya Inglaterra se hubiese convertido en protestante. Y estos cambios continuarían con Jacobo que concreta la edición de la biblia oficial de la iglesia de Inglaterra. El mercader de Venecia Respecto a las fuentes del Mercader de Venecia, son múltiples, como en la mayoría de las obras de Shakespeare. La historia del caballero que pide un préstamo a cambio de toda su carne con el mismo final que vemos en la obra aparece en Gesta Romanorum, impresa en Lovaina desde 1473. La historia del Rey de Apulia que envía a su hija a contraer matrimonio con el sucesor de un emperador de Roma, presentándose la elección de los cofres con igual contenido y resultado también es anterior. Otra obra que aporta varias historias es Il Pecorone de Giovanni Fiorentino, impresa en Milán en 1558; mientras que la historia del rapto de la hija del usurero aparece en el relato de Anthony Munday Zelauto de 1580. Algunas otras obras de su propia época tienen coincidencias, y puede reconocerse aportaciones en ella como El judío de Malta de Marlowe, Confessio Amantis de John Gower, The Orator de Silvayn, entre otras. La obra inicia con la tristeza de Antonio, el personaje que da nombre a la obra, pues es el único mercader que aparece. Esta tristeza es la que ha dado pie a diversas interpretaciones, pues Antonio nunca declara con precisión la causa de la misma, negando que sea por el riesgo de sus barcos en altamar; por un lado está la posibilidad de que se considere una contradicción ante el hecho de que la obra sea una comedia, otra hipótesis infiere que se trate de una obra cuya primera intención del autor no fuese una comedia, sino una tragedia y por razones desconocidas se haya convertido en lo que es; una más afirma que la tristeza de Antonio obedece a la pronta partida y pérdida de Bassanio, pues esta relación entre ambos caballeros también ha provocado diversas interpretaciones. Antes de entrar en algunas de las múltiples interpretaciones que se han dado a la obra o parte de ella, reconozcamos las tres historias tejidas entre sí en esta comedia. Por orden cronológico encontramos que se plantea la historia de la relación entre Antonio y Basanio, una relación tan fuerte que hace que Antonio pida a crédito para que Bassanio pueda aspirar a pretender a Portia, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 5 entrelazándose así con la segunda historia, de Bassanio y Portia; es esta solicitud de crédito que los lleva a Shylock y al préstamo de los tres mil ducados, dejando como aval de pago una libra de carne del corazón de Antonio. Será hasta el segundo acto que se presente una tercera historia, derivada del cambio de amo de Launcelot, del judío Shylock a Bassanio precisamente, y es este hecho el que promueve la parte crucial de esta tercera historia, la fuga de Jessica, hija de Shylock con Lorenzo, y cuyo rapto propiciará la ira del judío para que se desarrolle la obra; estas tres historias de las cuales a cada una hemos visto provienen de diversas fuentes, Shakespeare logra encadenarlas para que en su conjunto mantengan unidad en la obra. Es gracias al fuerte vínculo entre Antonio y Bassanio que éste le pida el dinero que requiere para poder acceder a Portia, por lo que Antonio accederá al préstamo de Shylock con las condiciones por él impuestas. Este mismo dinero será el que embarque a Bassanio en pos del amor de Portia y en cuyo barco el judío cree que huirán Jessica y Lorenzo; en esta travesía Bassanio logra resolver positivamente la prueba de los cofres y al recibir la carta de Antonio sobre su segura muerte, encadenando aún más las historias, describiendo la ira de Shylock contra Antonio y Bassanio por la fuga de su hija con su dinero, es que debe regresar a apoyar a su amigo, para lo cual obtiene de Portia el dinero necesario para salvarlo. Al salir, Portia planea meticulosamente la forma de solucionar las cosas y estar en lugar privilegiado en los acontecimientos que sucedan, dejando su casa a cargo de Lorenzo y Jessica; mientras Bassanio llega a pagar la deuda y solicitar clemencia por su amigo, Shylock exige se cumplala ley y es Portia, vestida de docto letrado, quien resuelve el asunto de Antonio que obliga a la conversión de Shylock, asegura el futuro de Jessica y Lorenzo y da pie a un último enredo de los anillos, que al descubrirse devuelve la felicidad completa a todos… o casi todos, pues es difícil creer que Shylock sea muy feliz que digamos. Si es necesario aclarar que como muchas obras del autor, esta obra no se puede considerar que tenga una fidelidad a la realidad de su tiempo. Shakespeare fue muy inteligente en saber conjuntar diversas historias y conjugarlas magistralmente, manejar la ficción para mostrar lo que se quiere ver y no una realidad histórica. El caso del Mercader no es la excepción. Antonio Antonio es un tema obligado, pues por él está nombrada la obra, él es el único mercader que aparece, pues Shylock, como lo veremos después, no es un mercader. Ahora bien, de los temas que se manifiestan dentro de la obra, uno de los más controversiales es la relación entre Antonio y Bassanio, pues esta si bien se nombra como una amistad, la amistad llega a puntos que han logrado despertar la suspicacia de más de uno respecto a la posible homosexualidad de Antonio y posible bisexualidad, en todo caso, de Bassanio; a esta idea la alimentan algunos de los diálogos durante la obra, desde el inicio, como la tristeza de Antonio al inicio de la obra por la posible “pérdida” de Bassanio al ir a buscar su matrimonio con Portia: Antonio en el momento en que es cuestionado por sus amigos si está triste por amor sólo responde de forma ambigua que no termina de desmentir ni aclarar sino evade la respuesta. Una escena después ya estando en privado será Bassanio quien declare Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 6 “Contigo Antonio, tengo deuda de amor y de dinero, y con la garantía de tu amor en tus hombros descargo el peso de mis planes y proyectos” (Shakespeare, 1990) (I,1) Unas líneas después Antonio responde a Bassanio Me conocéis muy bien; no perdáis tiempo dudando de mi amor entre divagaciones; mucho más me ofendéis, sin duda alguna, desconfiando de mi celo así que derrochando lo que me pertenece, (I,1) Al finalizar la octava escena, la conversación de Salerio y Solanio gira en torno a la muy afectuosa forma de despedirse de Antonio y Basanio; resaltando la nobleza de Antonio, Solanio se refiere al sentimiento de Antonio por Bassanio: “Me consta que él es todo lo que ama en el mundo.”(II,8) Todas estas muestras se ven reiteradas a partir de la llegada de Lorenzo con la carta de Antonio para Bassanio avanzado el tercer acto, pues él mismo afirma a Portia que se encuentra “comprometido con un muy querido amigo”(III,2) añadiendo en su descripción del carácter de Antonio que es …el mejor de los amigos, el más bondadoso de los hombres, el de su espíritu más noble, el más dispuesto a prestar ayuda; alguien que el honor de Roma ostenta con más fuerza, entre los muchos que de Italia han tornado su alimento.(III,2) Mientras por su parte Antonio ha escrito en la carta: …y puesto que cumplir con el pago supone que yo no pueda seguir viviendo, todas las deudas que hay entre tú y yo quedarán saldadas si al menos pudiera yo verte antes de morir. Haz, sin embargo, tal y como más te acomode… Sea amor quien hasta mi te traiga, no mi carta (III,2) Lorenzo testificaría también el sentimiento de Antonio hacia Bassanio, reconociendo la calidad de caballero al decirle a Portia: “Cuán noble es el caballero a quien mandáis consuelo y de qué forma ama a mi señor, vuestro esposo”(III,4) Queda claro desde el inicio que Antonio está dispuesto a dar todo, incluso su vida por Bassanio, sin embargo y quizá con los ánimos y la adrenalina del juicio que va a iniciarse, el mismo Bassanio le afirma a Antonio lo mismo: Tened ánimo, Antonio. ¡Valor, amigo mío! Daré al judío mi carne, mi sangre, y mis huesos, todo antes que por mi perdáis una sola gota de la vuestra.(IV,1) E iniciado el juicio reafirma públicamente sus palabras al ofrecer el pago de los tres mil ducados: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 7 Sí, yo la entrego en su nombre a este tribunal y la duplico. Y si no fuera suficiente me comprometo a pagar diez veces más, y, como aval, ofrezco mis dos manos, y mi corazón, y mi cabeza.(IV,1) Este gran apoyo entre los dos amigos, aún con la presencia de otros amigos en el juicio, se mantiene. Antonio al saber que el momento en que le será extraída la libra de carne ha llegado, se despide de Bassanio, solicitando que le dé su mano. Bassanio responderá así a sus palabras: Bassanio: A una esposa, Antonio, estoy unido, para mí tan preciada como mi propia vida; más vida, esposa y mundo no superan en mí la estimación por vuestra vida. Todo lo perdería, sí, todo lo sacrificaría a este demonio para poder salvaros (IV,1) Y posteriormente al buen resultado del juicio, Bassanio ofrece los tres mil ducados que llevaba para pagar la deuda de Antonio a Portia/Baltazar como agradecimiento, mismos que ella rechaza y, ante su insistencia, solicita sus guantes y un anillo con promesa que le ha entregado a Bassanio. Al principio Bassanio se niega, ante la insistencia del joven docto, Antonio convence a Bassanio con estas palabras: Noble Bassanio, entregadle el anillo; considerad sus méritos y todo mi amor más que el mandato de una esposa.(IV,1) Todos estos han sido argumentos suficientes para que algunos consideren que lo que ahí se muestra es el carácter de una relación homosexual entre Antonio y Bassanio, apoyados también en otras obras que algunos afirman apoyan las teorías sobre la naturaleza homosexual que al mismo Shakespeare se le ha atribuido en diversos momentos y justificado ampliamente por sus sonetos. Sin embargo ante estos supuestos también se ha considerado la naturaleza de los afectos, principalmente de Antonio hacia Bassanio, y de la cual Bassanio no corresponde del todo, muestra de esto se considera la búsqueda de Bassanio por su matrimonio con Portia; las palabras de amor que surgen de los labios de Bassanio hacia Portia, antes y después del juicio, y en que las respuestas dadas por Bassanio durante el juicio, el haber accedido a entregar el anillo son sólo resultado de la adrenalina del momento, tan es así que en cuanto todo esto está resuelto, Bassanio apresura el regreso a Bermont para estar con su esposa. Mientras que Antonio tiene un amor que puede ser considerado desde paternal, o aún más, ver en Bassanio un reflejo, una imagen de sí mismo que ya no existe, considerando a Antonio con mayor en edad a Bassanio y por lo tanto perderse en este mismo amor a sí mismo, por lo cual no le importa perderlo todo, hasta la vida por él. Finalmente, todas estas son interpretaciones a las que se pueden añadir otras. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 8 Sin embargo, es interesante ver cómo dentro de la obra, al principio con un aparente desconocimiento de la fuerza de dicho sentimiento Portia acepta la nobleza de la relación entre Antonio y su esposo, al deci,r cuando apoya a Bassanio a ir ayudar a Antonio: …si entre amigos que conversan y el tiempo pasan juntos, y cuyas almas comparten el mismo yugo del amor, debe por necesidad, haber idéntica armonía en los rasgos, anhelos y comportamiento, eso me hace pensar que si Antonio ama tan tiernamente a mi señor, necesario es que se parezca a mi señor,(III,4) a esta hipótesis se agregan las palabras de Antonio que junto con solicitar la mano de Bassanio al creer que será muerto también agrega que salude a su esposa (Portia) … y referidle cómo llegó Antonio a su fin; decidle cuanto os he amado, habladle bien de mi cuando yo muera, y, tras contar la historia, que ella juzgue,por sí, si Bassanio no tuvo amor un día.(IV,1) Y para apoyar esta hipótesis se agrega la reacción de Portia hacia Antonio. Ella, con pleno conocimiento de todos los hechos, cuando Antonio se “disculpa” de ser el causante de la riña entre esposos, ésta que ha visto la forma en Antonio y Bassanio se trataron durante el juicio le responde “No os aflijáis, señor; sois, a pesar de todo, bienvenido.” Y será ella quien le de las buenas noticias de su fortuna recuperada. El judaísmo y la venganza Shylock por sí solo es un personaje sumamente interesante. La mayoría de la gente considera su antecedente más inmediato en el Barrabás del Judío de Malta, de quien se podría decir que hereda la maldad, de la cual en Shylock, Shakespeare la presenta reducida y un tanto justificada. En este caso Shylock ha servido posteriormente para ser considerada una obra que avala al antisemitismo, sin considerar que “en el Londres de Shakespeare había muy pocos judíos: según el cálculo, sólo 200. Habían sido expulsados por Eduardo I en 1290” (Kermode, 2005) y esa ley seguía vigente en Inglaterra. Algunos consideran la existencia de una obra llamada El hebreo datada en 1578, en la cual el argumento es la codicia y la preferencia de bienes terrenales, así como el espíritu sanguinario de los usureros. Algunos autores consideran que Shakespeare pudo basarse en ésta para el Mercader de Venecia. Así mismo, debe considerarse que judaísmo y usura estaban profundamente ligados, y puedes ser que “Shakespeare pensó primero en la usura y después en los judíos, que tradicionalmente la practicaban, porque a los cristianos les estaba prohibido. Las Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 9 diferencias religiosas amplían e ilustran las diferencias de opinión acerca de la especulación y la usura” (Kermode, 2005) Turner señala que Shakespeare, quien era un importante inversor, no desaprobaba el cobro de interés, que estaba sometido en su tiempo a una regulación a la baja en Inglaterra; entre mediados del siglo XVI, cuando esa actividad fue legalizada, y mediados del XVII, el tipo máximo autorizado bajó del 10% al 5%. (Turner, 1997) Se puede entender mejor este aspecto de odio judío recordando un evento del contexto isabelino que influye profundamente en este sentimiento. La conspiración descubierta por los “servicios de inteligencia” de Isabel, que demostraba en medio de la guerra anglo-española (1585-1604) cómo Felipe II de España intentó asesinarla por medio de su espía, Rodrigo López, medico judío de origen portugués llegado a Inglaterra desde 1559, quien había logrado prestigio rápidamente como médico de diversos nobles allegados a la corona, hasta ser nombrado jefe médico de la Reina Isabel en 1586, de quien obtuvo el beneficio de la importación de anís y zumaque. Al descubrirse la conspiración fue arrestado y sentenciado a muerte en febrero de 1594 (Camden, 2000). Si bien en la actualidad se considera y defiende la falsedad de esta acusación, es muy natural suponer que cualquier sentimiento negativo hacia los judíos se exacerba en ese momento por la conspiración descubierta contra la Reina y se aumentara también la animadversión hacia los españoles. Si nos remitimos a la realidad, es la antipatía hacia los judíos bastante anterior. La usura es una actividad muy mal vista entre buenos cristianos, contaminando a quien la ejerce, una actividad diabólica que por lo tanto es desdeñada por los cristianos, no así por los judíos, pues su percepción respecto al antiguo testamento difiere de la concepción cristiana. En todo esto es interesante que Shakespeare muestre un Shylock que desprecia a todo cristiano, es muy claro al rechazar la invitación a cenar de Bassanio: Sí, y oler a carne de cerdo, y comer en una habitación donde vuestro profeta el Nazareno conjuró a Satanás. Con vos puedo comprar y vender, caminar y charlar y etcétera y etcétera. Pero no comeré ni beberé, ni rezaré. (I, 3) En seguida y ante la presencia de Antonio, revela sus sentimientos hacia éste: Lo odio por ser cristiano, y más porque de forma vil y estúpida presta dinero gratis, haciendo así que la medida de nuestras ganancias se hunda aquí en Venecia(I, 3) Sin duda el rencor es mutuo, no sólo de Shylock a Antonio, pues Antonio unos diálogos más adelante y dice: Nunca olvides, Bassanio, que el diablo para sus fines cita las Sacras Escrituras. Un alma infame que aduce santos testimonios Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 10 es como un villano de cara sonriente, como manzana hermosa muy podrida por dentro. ¿Qué bella la apariencia de la hipocresía?(I, 3) Es probable atribuirle a Shylock todas sus negras intenciones desde el inicio de su aparición en escena, pues incesantemente repite la cantidad como si de confirmación o revisión de sus finanzas se tratara; y claramente dice: “Si cae alguna vez en mis manos, saciaré ampliamente mi antiguo odio contra él”(I, 3), después completa: “Sea maldita mi raza si llego a perdonarlo”.(I, 3); mas no se puede olvidar también que advierte a Bassanio, antes de la aparición de Antonio, que los barcos en altamar tienen múltiples peligros y que aun así considera a Antonio aval valioso, tampoco se puede olvidar que su venganza puede iniciarse desde el reclamo que hace abiertamente a Antonio cuando éste insiste en saber si acepta o no realizar el préstamo, Shylock lo increpa de esta forma: Signor Antonio, muchas veces, muchísimas en el Rialto me habéis recriminado por lo que atañe a mis dineros y mis intereses. Y yo lo he soportado encogiendo los hombros, pues es el sufrimiento un distintivo de mi raza. Me llamasteis hereje, perro carnicero, y escupisteis en mi levita hebrea y todo porque saco provecho de lo que es mío. Bien, muy bien… Ahora necesitáis mi ayuda al parecer. ¡Pues, adelante! Vos que venís a decirme <<Shylock, nos es preciso un préstamo>>. Sí, eso decís. Sí, vos que me habéis vaciado los mocos en la barba, que me habéis pateado como si fuera un perro callejero en el umbral de vuestra casa. ¿Dinero? ¿Eso queréis? ¿Qué podría deciros? ¿No debería deciros: <<Tiene un perro dinero? ¿Puede un perro prestar tres mil ducados? ¿O debiera inclinar mi cérvix como un esclavo, con la respiración contenida y humildad susurrante, deciros: <<Honorable señor, el miércoles pasado me escupisteis; en cierta ocasión me echaste a patadas; un día me llamasteis perro, y, por tal cortesía, voy a prestar dineros?>>.(I, 3) No se puede decir en el momento de contestarle que Antonio se queda atrás, incluso, podría decirse que él mismo se “hecha la soga al cuello” pues le dice Estoy dispuesto a llamarte todo eso otra vez, a escupirte otra vez, a patearte otra vez. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 11 Si has de prestar dinero, no lo hagas como amigo, porque, ¿cuándo la amistad sacó provecho del amigo con estéril metal? Como enemigo, más bien, préstamelo, pues si llego a fallar, con mejor cara exigirás venganza. (I, 3) Hasta este momento Shylock aún contesta diciendo con cierta malicia que sólo quería hacer las paces y que en prueba de esto no pedirá un centavo de interés, y se ha de jugar su venganza al azar, pidiendo una libra de carne de la parte del cuerpo de Antonio que más desee, trato que finalmente Antonio acepta. El carácter vengativo de Shylock se ve alimentado por el rapto de su hija Jessica a manos del cristiano Lorenzo, relacionado con Bassiano y por lo tanto con Antonio. Salerio será quien describa en el segundo acto cómo Shylock al darse cuenta de la fuga de su hija que además se ha llevado dos sacos con dinero de doble valor. No queda claro que es lo que más le duele, si la hija o el dinero, pero ambos a la vez sondemasiado para él, porque un cristiano a los que tanto odia es quien le ha quitado las dos cosas que más quiere en la vida. Tan así que no tendrá reparo en lamentarse durante el tercer acto despotricando de ira por la huída de su hija, por su dinero, por el honor y la ofensa realizada, doble por ser sangre de su sangre quien le ha robado para huir: ¡Ay de mí! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de mí! Me han robado un diamante que me costó dos mil ducados en Frankfurt. Jamás una maldición tan grande había caído sobre nuestra raza. ¡Nunca hasta hoy! ¡Dos mil ducados en esa y otras joyas preciosas! ¡Antes ver a mi hija muerta, tendida a mis pies pero con las joyas en sus orejas! ¡Antes verla a mis pies enterrada pero con los ducados en su féretro! ¿Ninguna noticia de ellos? ¿Ninguna? Sólo yo sé lo que he gastado en la búsqueda! ¡Y tanto me ha costado buscar al ladrón!... y todavía nada con que satisfacerme, todavía ninguna venganza. No hay más dolor que el que mi espalda soporta, no hay más suspiros que los de mi aliento ni más lágrimas que las de mi llanto.(III, 1) Shylock sabe que la honra de su hija no es posible recobrarla, el dinero es el único que puede regresar intacto, Turbal intenta reconfortarlo al señalarle que otros hombres también han perdido dinero en Génova: Antonio, donde su propia hija ha “despilfarrado” su dinero, esto alimenta su odio y la posibilidad dejada al azar se vuelve una realidad y decide poner todo su empeño en fraguar la venganza contra Antonio, asegurando que tomará su libra de carne para usarla Como cebo para los peces. Alimentará mi venganza, aunque no alimente ninguna otra cosa. Él es causa de mi oprobio, (…) se ha burlado de mis ganancias, se ha reído de mis pérdidas y se ha mofado de mi raza, ha obstaculizado mis negocios, ha dado ínfulas a mis enemigos y ha enfriado a mis amigos, y todo, ¿por qué? Porque soy judío. (…) ¡Con la de la venganza! Pondré en práctica toda la vileza que he aprendido, y malo será que no supere a mis maestros.(III,1) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 12 Shylock encuentra así en la venganza la única forma de satisfacerse, aunque no lo diga, se puede deducir que le han quitado carne de su carne y una muy cercana a su corazón y sólo con otra carne será desagraviado como lo indica la ley del Talión. Salerio aclarará ante los esposos en Bermot la fuerza de su venganza: Parece, además, que aunque tuviera dispuesto el dinero con que pagar la deuda del judío, éste jamás lo aceptaría. Nunca conocí una criatura que llevara la apariencia de hombre con tanta crueldad y avidez por destruir al hombre. (…) Veinte mercaderes, el propio Dux y otros personajes de gran relevancia ha intentado convencerle, sin que nadie haya podido hacerle abandonar las odiosas razones sobre el contrato, la palabra dada y la justicia.(III,2) De todo esto la misma Jessica presente en ese momento atestigua que así es y la fuerza del odio de Shylock por Antonio. Este se verá claramente durante todo el cuarto acto, desde las primeras palabras de Shylock frente al Dux: Ya he informado de mi intento a vuestra señoría y, por nuestro sagrado Sábado, juré exigir el castigo y la deuda estipulados. Y si me lo negáis, ¡caiga la maldición sobre vuestras leyes y la libertad de vuestro Estado! Me preguntareis por qué prefiero recibir una libra de carroña y no tres mil ducados. Sólo responderé que tal es mi capricho, ¿os basta esta respuesta? ¿qué pasa so un ratón mi casa importuna? Que daría diez mil ducados con placer por deshacerme de él, ¿os gusta la respuesta? (…) del mismo no hay razón que pueda dar –ni quiero darla– si no es mi odio arraigado y el desprecio que siento contra Antonio, razón para que contra él llevo un pleito ruinoso, ¿os basta la respuesta?(IV,1) Poco será lo que después diga Shylock, mucho lo que haga, afilar constantemente su cuchillo, negarse a buscar el mínimo daño contratando un cirujano que cure las heridas de Antonio. Shylock es un prestamista que no espera recuperar el dinero, sino cobrar la garantía; como indica Masciandaro (2001:210-2), esto hace que en realidad deje de ser un banquero que procura cobrar su dinero con un interés, y se convierta en un usurero, porque busca apropiarse de un beneficio exagerado (la vida de otro) y además económico, porque, como vimos, suprime a un competidor. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 13 (Rodríguez Braun, 2009) y por esta intención se verá totalmente afectado cuando tenga que retirarse perdiendo todo. En base a las palabras es innegable el odio de Shylock y que éste pueda ser considerado en su momento por las razones antes expuestas de Rodrigo López como un modelo irrestricto de lo que un judío es, que en el ánimo isabelino esté inclinado a considerar a todos los judíos como símbolo absoluto del mal, y que en su afán de desahogo o resarcimiento este le considere merecedor de los insultos que se le profieren en presencia o en ausencia. El judío en dos ocasiones se queja del trato que tanto él como los de su raza reciben de los cristianos, tanto en la increpación que hace a Antonio sobre la forma en que éste le ha tratado en el Rialto, llamándolo hereje, pero carnicero, le ha escupido, le ha echado a patadas. Estando frente a Salerio, le cuestiona el proceder de Antonio hacia él por el simple hecho de ser judío, sin importar su calidad de ser humano y podríamos decir que aduciendo en este sentido los derechos de igualdad que debería de tener y por lo tanto ser tratado y todo, ¿por qué? Porque soy judío. ¿No tienen ojos los judíos? ¿No tiene manos un judío, ni órganos, proporciones, sentidos, pasiones, emociones? ¿No toma el mismo alimento, le hieren las mismas armas, le atacan las mismas enfermedades, se cura por los mismos? ¿No le calienta el mismo estío que a un cristiano? ¿No le enfría el mismo invierno? ¿Es que no sangramos si nos espolean? ¿No nos reímos si nos hacen cosquillas? ¿No nos morimos si nos envenenan? ¿No habremos de vengarnos, por fin, si nos ofenden? Si en todo lo demás somos iguales, también en eso habremos de parecernos. Si un judío ofende a un cristiano, ¿qué benevolencia ha de esperar? La venganza. Si un cristiano ofende a un judío, ¿con qué cristiana resignación la aceptará?(III,1) Antonio frente a él y como ya leímos le ha dicho diablo, perro, dice estar dispuesto “a llamarte todo eso otra vez, a escupirte otra vez, a patearte otra vez.”(I,3) En otra ocasión Solanio lo llama “El perro con menos piedad que jamás ha conocido el género humano”(III,2), el Dux lo califica como “un adversario de piedra y un cruel miserable, incapaz de piedad, vacío, y que no tiene ni un solo gramo de compasión”(IV,1), Basanio dice: “hombre sin entrañas [de] fiera crueldad”(IV,1), Gratiano le increpa: ¡Maldito seas, perro judío! ¡Maldita la justicia que vivir te permite! (…) como Pitágoras piense que se encarnan las almas de los animales en cuerpos de hombre. Tu espíritu salvaje vivió dentro del lobo que ahorcaron por masacrar a los hombres, y su alma cruel se escapó de la horca para adentrarse en ti cuando aún habitabas en tu sucia madre, pues que son tus deseos los de un lobo: insaciables, voraces, sanguinarios”.(IV, 1) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 14 Y poco después de tener el veredicto que despoja a Shylock de sus bienes, le grita “´Sí, implora para que deje que vos mismo os ahorquéis” incita a Antonio a no tener misericordia y sólo concederle una soga gratis, y antes de marcharse el judío le sentencia Gratiano: Dos padrinos tendrás para hacerte cristiano, y diez más, de ser yo el juez, habrías tenido para llevarte no a la pila, sino hasta la horca.(IV,1) No es de extrañar que estos diálogos denostandoa los judíos fueran muy del agrado del público y de la Reina en su momento, pues estas palabras vistas ya desde una perspectiva más objetiva, son palabras que seguramente como en su momento cuestiona Shhylock: ¿con qué cristiana resignación la aceptará?.¿o se deben aceptar? La importancia del cristianismo. La historia de Lorenzo y Jéssica a primera vista pareciera una historia que da cierto giro a la trama. Jessica es tratada de forma especial, precisamente por ser quien es, la hija de un judío, haciendo honor a la verdad, sus acciones están desde el inicio justificadas por el amor, ese amor es el que justifica que huya de la casa de su padre y por amor le roba para irse con Lorenzo, ¿por qué se permite que una mujer deshonre la casa paterna y además termine aceptada y premiada por todos lados? Por el simple hecho de ser hija de un judío, al parecer la honra judía merece menos respeto que la cristiana y el rapto de Jessica es como un rescate de la perdición, pues al irse con Lorenzo se convertirá al cristianismo adquiriendo verdadera honra. A Shylock se le atribuye ser un usurero sanguinario, e históricamente “desde los tiempos de Aristóteles la usura había estado condenada como algo antinatural y se la comparaba con la sodomía” (Kermode, 2005), pero por encima de esto, lo más deleznable es su condición de judío; recordando que la usura estaba prohibida entre los cristianos. Shylock en su naturaleza hebrea se muestra siempre rencoroso y vengativo, pero serán los cristianos a quienes también cuestionó quienes le inviten a la cordura o misericordia, el primero es Salerio “A buen seguro que si no cumple su promesa no te quedarás con su carne”, Salerio también informa a Bassanio y Portia que “el propio Dux y otros personajes de gran relevancia ha intentado convencerle”, el Dux por su parte, el día del juicio, recibe a Shylock con estas palabras: Shylock, opina el mundo –y también yo– que habéis querido llevar esta malvada astucia hasta el último acto para, a continuación, hacer alarde de misericordia, de piedad sorprendente, más sorprendente que la crueldad que aparentáis; y que, en vez de exigirnos la condena de una libra de carne de este pobre mercader, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 15 no sólo por alto pasaréis su complimiento sino que, movido por la humana ternura y el amor, perdonaréis una parte de la suma si, misericordioso, contempláis las pérdidas que últimamente se acumulan sobre sus espaldas, capaces de arruinar al mercader más grande, y arrancar por su estado compasión a pechos de bronce y corazones de piedra y hasta los más obstinados turcos y los tártaros nunca educados.(IV,1) Durante el juicio Portia lo llamará a la piedad desde el inicio y lo conminará a la clemencia, este es para Shakespeare un momento importante, pues no sólo se limita ahora por segunda ocasión a unas pocas líneas, es al igual que con el Dux, una breve pero importante disertación sobre ésta. No es la obligación cualidad de la clemencia: sino que –suave lluvia- cae del cielo en la tierra a sus pies. Bendita por dos veces, pues bendice a quien da y a quien recibe; poderosa entre quienes tiene más poder, adorna mejor que la corona al monarca en su trono, pues el cetro representa la fuerza del poder temporal y es atributo de majestad y de respeto, y de donde emana el temor el miedo que nos inspira un rey. Mas la piedad supera al cetro que domina, en el corazón del rey tiene un trono, atributo es que Dios mismo, y más al suyo se parece el poder terrenal si la piedad modera a la justicia. Así, pues, hebreo, aunque justicia sea lo que reclamas, considera que a ninguno de nosotros bastará la justicia para salvarse, Todos te suplicamos la piedad y es la súplica misma la que nos enseña a practicar clemencia…(IV,1) Es interesante señalar como en este un canto a la gratuidad de la clemencia, la valora y pondera hasta colocarla en un punto superior al poder del cetro, que bien pueda ser la justicia o la ley y al tener un trono en el corazón de los reyes, así como que no basta la justicia para salvarse, le atribuye a la clemencia un estatus divino En otros momentos Portia lo conmina nuevamente a la clemencia sin obtener de Shylock respuesta favorable. Será al final del juicio que nuevamente sea el Dux quien ante la decisión de incautarle todos los bienes y que su vida dependa de su decisión le amoneste: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 16 Para que puedas ver cuánto difiere tu conciencia de la nuestra, la vida te perdono antes que me lo pidas. En cuanto a tus bienes, la mitad ha de ser para Antonio, y, la otra mitad, para el Estado, aunque a simple multa se reduciría si contáramos con tu humildad.(IV,1) Pese a la negativa de Shylock y solicitud de quitarle la vida, pues le quitan el sustento, Portia se dirige a Antonio “¿No podrías mostrar vuestra misericordia de algún modo Antonio?”(IV, 1) y Antonio mostrando su calidad misericordiosa solicita la reducción de la multa a la mitad de sus bienes y la otra mitad sea entregada a su muerte a Lorenzo y Jéssica agregando “Mas, hay aún otras dos condiciones: que por este favor se haga cristiano sin mayor tardanza, y que firme aquí mismo, ante esta corte…”(IV, 1) Esta conversión forzada de Shylock implica que deberá cambiar por completo su forma de vida. Pues como se dijo anteriormente, los cristianos no podían dedicarse a la usura. Y es que si bien Shylock no cuenta con la crueldad destacada de Barrabás del Judio de Malta, si presenta a un judío que por sus propias expresiones no es tan malo y esto lo deja bien claro, los cristianos también son rencorosos, pero a Shylock lo ciega la venganza, por su parte queda claro que los cristianos tampoco son tan buenos, pero los salva el poder de la misericordia cristinana de la que carece el judío. Desde el punto de vista de la teoría dramática, una comedia procura mostrar un defecto de carácter que es preciso erradicar y para esto se muestra constantemente hasta que no quede duda de su existencia, es entonces, que deberá ser expuesto, sancionado, castigado y escarnecido de su defecto así como en lo posible que éste sea corregido. Así que en el caso de Shylock, el gran defecto con el que cuenta no es la usura en sí, sino el hecho de ser judío, mismo que queda resuelto al ser obligado convertirse al cristianismo, una conversión obligada que de otros ejemplos en la historia y el tiempo han demostrado no servir de nada, más en el contexto cobra importancia ser cristiano y no un hereje con posibilidades de traicionar a la Reina y a toda Inglaterra con ello. La ley y el derecho El mercader de Venecia es la obra de Shakespeare que más ha fascinado a los juristas, si bien la literatura es una fuente de análisis y estudio para la historia del derecho, esta obra en específico gira en torno a un caso y presenta tal cantidad de características y precisiones para describir la controversia desde sus orígenes, poner al alcance los términos del contrato y su aplicación, que por él se han escrito diversos estudios jurídicos, en los que se revelan cantidad de supuestos, análisis y teorías jurídicas sobre la viabilidad y sustentabilidad del caso desde su origen hasta su conclusión; si bien, la mayoría de estos estudios hablan más de un análisis a la luz de la actualidad y el contexto del o los estudiosos, hay aspectos que pueden ser aplicables a la naturaleza y bases del mismo derecho, sin descartar que todo caso está a merced de ser interpretado. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 17 Shakespeare presenta la obra en Venecia, y es este un punto que no se ha tratado hasta ahora, no porque sea menor, sino porque este hecho está fuertementevinculado al punto de la ley y el derecho. Venecia es una ciudad portuaria, fundada hacia mediados del Siglo V, d. C., levantada sobre pequeñas islas del mar Adriático, rodeada de lagunas. En sus orígenes fue una ciudad- estado, que gozo durante varios siglos de soberanía y fortuna, toda vez que poseía un pujante imperio marítimo. (Castañeda Crespo, 2013) Venecia no conoció ni el período feudal ni el comunal: fue una República aristocrática (también inédita), con un Dux elegido y contaba ya con la ayuda de organismos colegiales (Roma y el Vaticano, Florencia y Venecia. Tres perlas de Italia, 1994) es decir, entre los años 1594 a 1598 (S. XVI) cuando Shakespeare escribe El Mercader de Venecia, no hay la menor duda de que Venecia, en su concepción de ciudad-estado, es una potencia, una cosmopolita capital comercial de la época muy admirada en Inglaterra. Shakespeare nos presenta una Venecia cosmopolita, en la que pueden darse las características propias de los espacios donde diversas formas de pensamiento convergen, pero también como una comunidad con sólidas bases, muy preocupada por preservar su estabilidad, lo que la convierte en un mundo cerrado y conservador en su interior, cuyo poder descansa en la severidad del cumplimiento de las leyes, como el mismo Antonio aclara: No puede el Dux interferir en el curso de la ley, pues si los derechos que los extranjeros tienen aquí en Venecia les fueran denegados, sería en detrimento de la justicia de este Estado, ya que el comercio y la prosperidad de la ciudad en las otras naciones se sustentan. (III, 3) Así el gran conflicto que se presenta en la obra desde el punto de vista jurídico es: “las leyes de Venecia –garantía de prosperidad comercial de la ciudad, y por ello inviolables para el Tribunal de Justicia-, y la vida de un hombre virtuoso” (Forero Reyes, 1994) Durante la obra tenemos tres momentos interesantes para revisar los aspectos jurídicos, el primero relacionado con el tercero y el segundo normalmente pasado por alto y que hasta que no es propuesto en términos legales es considerado claramente. El primero es el establecimiento del contrato: tres mil ducados prestados por Shylock a Antonio, que acepta con penalización entregar una libra de carne de la parte que Shylock elija si al cabo de tres meses no devuelve el dinero. El contrato se nos presenta dramáticamente como legal desde el momento en que es aceptado por un notario, se precisan los términos del contrato, la declaración, el consentimiento de las partes con todo y firma, es obvio que tiene fecha y lugar del vencimiento del plazo, quedando muy clara la penalidad que tendrá el incumplimiento. En este sentido Forero Reyes realiza una alusión histórica sobre el contrato, aclarando que puede resultar extraño dentro del contexto, sin embargo, fue un uso aceptado por algunos pueblos antiguos señalando La genealogía de lo moral de Nietzche para afirmarlo. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 18 En su tratado de derecho civil Spota considera que “el contrato tenía un objeto-fin social no tutelable por el ordenamiento jurídico”, ya que hay frente al pretendido derecho estricto que emanaría del pacto, un principio de superior conservación de la sociedad misma. El ejercicio abusivo de la facultad de contratar no puede merecer amparo, no sólo frente a ese valor de justicia tan elevado en sí, sino frente al mismo concepto de derecho como instrumento de paz social. Más que de contradicción ha de hablarse de armonía entre la justicia y la seguridad jurídica” (Guardado & Vicien, 2014). El derecho natural se impone y pondera sobre cualquier otro. Pero las formas legales en la obra son presentadas de una forma muy seria, el notario es conocedor de las leyes en su inicio y admite con su sello el contrato. Eduard White (White, 2002) principalmente y otros más hacen referencia a las diferencias jurídicas entre un “single bond” que se refiere al compromiso de pago de una suma en una fecha determinada, y el “conditional bond”, que añade la posibilidad de anular el contrato como de penalidades y confiscaciones si se incumple, “castigos que estaban excluidos en la antigua prohibición de la usura” (Rodríguez Braun, 2009). También es importante considerar otros dos términos jurídicos diferenciados por White en vocabulario jurídico inglés el término “warranty” implica el responder con todos los bienes, mientras que “penalty” plantea un ampliación a las características del término, pues no sólo se limita a una suma de dinero o de bienes, incluye también castigos corporales. Todo esto vigente en el contexto de la obra, lo que hace posible la realización del contrato. El segundo aspecto jurídico de la obra, que si bien sólo plantea un conflicto tamizado por la historia de amor, es el de Portia, quien por disposición testamentaria de su padre, se casará con quien entre tres cofrecillos escoja el que contenga el retrato de ella (Veytia Palomino, 2005). Esto se plantea como un conflicto en Portia que da pie a diversos momentos de sufrimiento juvenil y se ven resueltos por la buena fortuna y tino de Bassanio. Algunos estudiosos entrevén en la canción que es tocada previo a la elección del cofre, una trampa, pues las últimas palabras de la canción riman con la palabra plomo, que implicaría otro análisis jurídico del caso y la legitimidad de la elección, mas esto no es punto de conflicto en la obra y por lo tanto, lo dejamos así. El tercer punto y derivado del primero se provoca por el incumplimiento del contrato entre Shylock y Antonio. Son Salerio y Solanio quienes comunican las pérdidas de Antonio y escuchan del mismo Shylock que hará valido el contrato y utilizará su carne como “cebo para los peces, Alimentará mi venganza, aunque no alimente ninguna otra cosa” (III, 1) y el solicitará a Turbal: Avisa a un alguacil. Apalábralo con quince días de tiempo.” y Salerio referirá a Bassanio y Portia como Shylock “al Dux importuna noche y día, y la libertad del estado pone en duda si no se hace justicia” (III, 2) es decir, el judío acreedor sabía que aunque lo que pedía era “injusto”, su pedimento estaba ajustado a la ley; y al estar ajustado a la ley, su pedimento se volvía “justo”. (Castañeda Crespo, 2013) Hasta este momento, Antonio como fiador, se encuentra fatalmente a expensas de la ejecución literal de contrato, sometido al poder absoluto de la legalidad que en la obra se presenta constituida con un poder despótico sobre cualquier acción pública, una legalidad a rajatabla que no escucha razones ni toma en cuenta ética, moral, ningún valor, ni un mínimo de humanidad Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 19 que pueda siquiera considerar por encima de sí misma. “Se erige al apego absoluto a la literalidad del contrato en criterio supremo de justicia dentro de la organización de la vida pública. La lógica de la literalidad legal es la suprema lógica de lo público” (Forero Reyes, 1994). Esto lo vemos claramente pues Portia acepta el pacto, no lo cuestiona ni lo califica de inmoral, así será de tajante su resolución, en ningún momento negará el pacto y exigirá su exacto cumplimiento. De esta forma, afirmando su validez lo interpreta y a la vez lo destruye por sus mismas palabras; definitivamente se trata de una interpretación, podemos decir, farisea ya que limita únicamente al texto la ley (Chavarri, 2004) y se considera que Portia ha actuado conforme a estos principios. Diversos juristas apoyan este proceder, considerando que los contratos de esta naturaleza, deben ser interpretados escrupulosamente, sobretodo porque está en juego la vida de Antonio, y tener en cuenta todos los puntos, principalmente aquellos recovecos en que las condiciones no tengan una explicación total. “Por tanto la solución de equidad de Porciaes muy justa a su parecer, aunque sus premisas judiciales puedan ser irregulares”. (Guardado & Vicien, 2014) Pero dentro de este mismo proceder, recordemos que este caso ha dado lugar a diversas interpretaciones jurisprudenciales. Shylock presenta un caso que si no es por una artimaña ninguna corte aceptaría, desde su inicio debió considerarse nulo el título de crédito porque contenía un quid inmoral, por ser ilícita su causa, pero todo tiene un efecto dramáticamente imponente, Shylock siempre apela a la ley “Aguardo la sentencia…Me atengo a la ley…Exijo mis derechos” (IV,1.103, 142, 203).Y se hace justicia violando la ley pues Portia en su resolución y advertencia: ¡Un momento! No es todo. Este contrato no os concede ni una gota de sangre. Las palabras exactas son <<una libra de carne>>. Tomad, pues, lo estipulado: vuestra libra de carne, pero si al cortarla llegáis a derramar una sola gota de sangre cristiana, vuestros bienes y tierras serán –según ley de Venecia– confiscados y se entregarán al Estado de Venecia (IV, 1) esta estrategia no debió tener validez, y Shylock debió ganar el caso, la condición impuesta en esta sentencia es imposible bajo las leyes de la naturaleza, de la fisiología, es fácil de demostrar que la sangre de Antonio era necesariamente complementaria a lo que él tenía derecho, la carne; está ignorando un principio básico y esencial de las leyes que rigen los contratos, que advierte que el derecho de realizar determinada acción que en este caso es el cortar la libra de carne del pecho de Antonio, otorga una potestad a las consecuencias directas y necesarias que dicho acto conlleve, que en este caso sería el derramamiento de sangre. Si esto no fuera lo único, también se añade que la insistencia dramática de Portia para que Shylock cortara exactamente y en un único intento una libra exacta de carne también se considera un absurdo legal, pues todo aquel que en conformidad con la ley tiene el derecho de tomar cierta cantidad de alguna cosa, tiene el derecho de tomar menos si así le place. “Más aún, una Corte que había permitido la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 20 validez del contrato de Shylock no podía condenarlo por la ofensa criminal resultante de haberlo presentado para lograr tal reconocimiento”. (Guardado & Vicien, 2014) pues la misma corte está avalando el crimen, esto invalida la sentencia contra Shylock por tentativa de homicidio “La sentencia se inspira en un móvil jurídico loable en cuanto enerva –por un medio singular- una obligación que lesiona gravemente los sentimientos de moralidad y de dignidad humana y en este sentido se explica la aprobación que del fallo hace Kohler. El concepto de justicia debe prevalecer sobre el de seguridad jurídica, si ésta sólo procura mantener un armazón arbitrario, fundado en el mero poder, pues le falta el substratum ético, su fuerza aparente sólo podrá encubrir hasta cierto punto su fragilidad congénita. (Guardado & Vicien, 2014) Shylock es privado por la decisión de Portia de sus derechos, se puede considerar correcto que no lo haya apoyado en su intento de hacer efectivo el contrato, pero sin duda en la sentencia en contra del judío se extralimitó y fallo a la justicia al condenarlo a renegar de su religión, lo humilla y escarnece, en él se ve la imagen medieval de los judíos como parias de la sociedad, que reclaman justicia en vano, el juez ha alimentado su fe en la justicia en la que ha confiado para recordarle que “no es más que el despreciado judío de esos tiempos, a quien se le hace justicia defraudándolo” (Rodríguez Braun, 2009). Sabemos de antemano que toda la estructura de la obra es ficticia, no por eso menos interesante y es de reconocer que está perfectamente estructurada para conseguir una verosimilitud absoluta en tanto a su legalidad y la estructura legal dentro de la obra; según Posner:“Ningún sistema legal del siglo XVI habría forzado una cláusula de penalización como la contemplada en la obra, que comportaba la muerte del deudor, especialmente cuando éste ofrece pagar el préstamo al acreedor con un elevadísimo interés (Posner, Against ethical criticism: Part Two, 1998), pues Los tribunales ingleses a finales del siglo XVI estipulaban en estos casos sólo multas pecuniarias (Posner, Law and Literature, 1988). Shakespeare es un dramaturgo, no era un jurista, ni contaba con tantos conocimientos legales como para ser preciso y fiel al derecho, su interés como hombre de teatro era atraer al público, pues era ante todo un empresario teatral de éxito, escribiendo obras para todo público que lograron darle una buena estabilidad económica, gracias a que llegaban a verlo un buen número de londinenses “pagando el precio entonces una barra de pan” No se trata de la validez precisa del contrato, se trata del impacto dramático del juicio, al que Shakespeare recurre en varias de sus obras, y que atrae siempre al gran público” (Rodríguez Braun, 2009); sin embargo, deben tomarse en cuenta que para la historia del derecho esta obra se considera un proceso histórico en la evolución de la ciencia del derecho. Con diversas opiniones acerca del proceso judicial de la obra: “Las rígidas formas legales de la antigüedad, llegan a armonizar con la concepción más humana del Derecho; posición sostenida por juristas alemanes, en 1886, Jhon Doyle, publicó una obra en la que explicaba que el procedimiento seguido por la Corte de Venecia, reproduce las características esenciales de la práctica legal utilizada por las cortes de Nicaragua, cuya tradición se presume que Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 21 Shakespeare conocía a través de las noticias traídas por los navegantes ingleses y españoles que habían venido de América.” (Guardado & Vicien, 2014) Kohler “se inclina a ver un nuevo principio jurídico en la sentencia de Porcia: la conciencia judicial es un reflejo del sentimiento de derecho que en un momento dado domina en el pueblo” (Guardado & Vicien, 2014), mientras que por otro lado Radbruch, en su Filosofía del Derecho, nos muestra cómo el Mercader de Venecia ejemplifica de qué manera el derecho llega a contradicción consigo mismo en el abuso del derecho y cómo se establece por medio de un abuso de derecho en dirección contraria. Varios juristas consideran que: Posiblemente, la idea central de la obra de Shakespeare fue demostrar la certeza de la antigua máxima jurídica Summun ius summa iniuria, si bien la teoría de reprobación del llamado abuso del derecho no se había desarrollado al tiempo de escribirse El mercader de Venecia. No cabe duda de que fue excelentemente tratada. (Veytia Palomino, 2005) ¿Discriminación?, ¿docilidad? y empoderamiento Se ha hablado anteriormente de los prejuicios, razones y discriminación hacia los judíos, sin embargo en este punto resalta un personaje que presenta múltiples matices y un papel muy activo, cuya complejidad y fuerza muchas veces es pasada por alto: Portia. Es interesante resaltar cómo Shakespeare reviste de cierta importancia a las mujeres en sus obras, esta es fluctuante y las más de las veces las mantiene dentro de los límites que corresponden a su género. Sin embargo, en Portia presenta varios aspectos que sólo fueron permitidos a una mujer y en condiciones muy diferentes a ella. Discriminación, docilidad y empoderamiento son aspectos que pueden ser sólo permisibles sin problema a la Reina, no de manera directa y menos aun cuando en este caso Portia obtiene un esposo que sabe desvelar el secreto que lo convierte en merecedor de su mano, mientras Isabel no corrió con la misma suerte y desdeñó a todos los pretendientes que tuvo para casarse. Apenas la segunda escena del primer acto Nerissa y Portia nos aclaran los pormenores del acertijo de los cofres, y nos aclaranque hay una fila de pretendientes que han llegado todo el mundo para aspirar a la mano de Portia, que por su parte no siente el mínimo interés por ninguno de estos pretendientes y a cada uno lo destruye con sus descripciones Al príncipe napolitano lo considera un “buen potro” concluyendo: “tengo la impresión, amiga mía, de que con algún herrero hizo trampa su madre” (I,2). Del conde palatino lo describe como de ceño fruncido y considera: “Me temo que será un filósofo llorón cuando envejezca (…) antes me casaré con una calavera con hueso en la boca que con uno de éstos. (I,2). Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 22 Con caballero francés es aún más inquisitiva: “Que lo hizo Dios; deja por ello que pase por hombre. Sé que burlarse es un pecado, pero –¡santo cielo!– ese tiene mejor caballo que el napolitano, mejor mal hábito de fruncir el ceño que el conde palatino, pero es como todos: no es nadie.” (I,2). Del barón inglés reconoce su “bella estampa, pero –¡ay!– ¿quién puede conversar con una pantomima? [puesto que no habla los idiomas que conoce Portia] ¡Y de qué guisa va! Creo que se compró el jubón en Italia, en Francia las calzas, el sombrero en Germania, y los modales en cualquier otra parte. (I,2). Del lord escocés dice: “que tiene caridad de un buen vecino: tomó prestada una bofetada del inglés, y juró devolvérsela cuando pudiera. Creo que el francés salió fiador y garantizó darle otra” (I,2). Y al alemán lo considera “repugnante por la mañana cuando está sobrio, y aún más por la tarde cuando está bebido. En su mejor momento es algo peor que un hombre, y, en el peor, algo mejor que una bestia. (I,2). El príncipe de marruecos es tratado con educación y gentileza, más de forma cortante y tajante, cuando este descubre su mala suerte en los cofres y se despide, Portia expresa “¡Qué dulce alivio! ¡Ea! Corred de nuevo las cortinas, que todos los de su aspectos tenga la misma suerte” (I,2). Al príncipe de Aragón lo ve partir diciendo: “Así huye en ascuas de la luz la palomilla. ¡Ay de los necios que razonan! Cuando eligen, en su sabiduría la que les traiciona” (I,2). Estos elegantes y ácidos comentarios sobre sus pretendientes, pueden ser considerados exclusivamente desdenes de una mujer que no está enamorada; sin duda estos y otros comentarios mucho más soeces pudieran ser proferidos y también que sean una forma de demostrar el contraste con el amor que posteriormente profesará a Bassanio; sin embargo, se pueden considerar dos posibilidades de interpretación: La primera como una forma de discriminación hacia las diversas naciones algunas de las cuales y que han tenido los insultos más fuertes son una forma estereotipada y deleznable de ver a los enemigos, competencia o simplemente a los no ingleses. Sólo a los ingleses les concede buena estampa aunque no mucho gusto al vestirse. Así que puede inferirse una leve idea nacionalista en la obra. Leslie Fielder ve esta “lista de estereotipos extranjeros en la segunda escena del primer acto, como la expresión de la xenofobia isabelina” (De Toma, 2004) La segunda puede hacer referencia al carácter de la misma Reina, sus biógrafos reconocen su gusto por mofarse de los demás, incluso de los más allegados, tenía por costumbre poner apodos no muy agradables y llamar siempre por estos a sus propios colaboradores, a los cuales no llamaba por su nombre, cuanto más referirse de manera aún más mordaz hacia aquellos que le desagradaban, al igual que Portia que evoca las ansiedades culturales ante una mujer que controla gran cantidad de tierra y dinero, por lo que desafía al sistema patriarcal – más allá de cualquier referencia mitológica (De Toma, 2004). Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 23 Otro aspecto del carácter de Portia es la docilidad o aparente docilidad que debe como le corresponde a las de su género, es dócil a la voluntad de su padre: Tanto razonar no ha de servirme para elegir marido. ¡Ay de mi, qué palabras, <<elegir>>! No puedo elegir a quien me agrada ni rechazar a quien no quiero; así es como se doblega la voluntad de una hija que vive a la de su padre muerto.(I,2) Cierto que después se lamenta, y en algún momento piensa en que si algún pretendiente como el sobrino de duque de Sajonia intenta resolver el acertijo de los cofres, quisiera tener la forma de hacerlo desistir en su intento o hacerlo fallar, pero promete mantener su obediencia al mandato paterno en estos casos y aún sobre su interés por Bassanio a quien dice al verlo llegar: Por mi te retendría un mes o dos antes que por mi eligierais, y os enseñaría a elegir bien, aunque sería como jurar en falso y a eso jamás he de llegar… aún a miedo de perderos.(III,2) Decide ser dócil y aceptar la decisión de su padre que sólo quien encuentre su retrato dentro del cofre sea su esposo. Y sabemos que Bassanio la encontró. Después de este feliz acontecimiento, durante el festejo Portia declara ser feliz y dice a Bassanio: Y más feliz aún, puesto que, dócil, me someto a vuestra voluntad para guiarme a voz, que sois mi rey, mi dueño, mi señor. Mi ser, mis pertenencias a los vuestros y a vos son entregados. Hasta hace un momento he sido yo dueña y señora de esta mansión, de todos mis criados, y soberana de mi misma. Ahora sin embargo, esta casa, estos criados y yo misma os pertenecemos, y vos sois nuestro dueño. Todo os lo entrego en este anillo (III,2) Portia no dudará en compartir el dolor de Bassanio al leer la carta de Antonio y no dudará en poner a su disposición en hecho como antes lo dijo en palabra el capital necesario para pagar la deuda de Antonio y salvarlo de Shylock. Y nuevamente al regresar Bassanio del juicio, Portia lo recibe con estas palabras: Dejadme que os alumbre, no como luz efímera, pues, si efímera es la esposa, mayor carga llevará el marido, y nunca será así con Bassanio por mi causa. Sed bienvenido a casa, mi señor.(V,2) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 24 Es importante aclarar en este sentido que el término luz se refiere a la luz que alumbra y a la virtud de la mujer, así la luz efímera implicaría una ligereza de la mujer. Entendiéndose así cómo este texto es un nuevo compromiso que Portia está haciendo a Bassanio, será una mujer constantemente virtuosa y apegada a su señor. Como lo fue anteriormente dócil y apegada como hija. Como enamorada y futura esposa se declara en antes de entregar el anillo a Bassanio: soy solo una ignorante, sin experiencia ni instrucción, aunque, eso sí, feliz por no ser vieja para aprender y más feliz aún por no haber sido criada tan en la ignorancia que no pueda aprender.(III,2) Pero Porcia, es ante todo una mujer con la complejidad y duplicidad de las mujeres y no hay nadie más doble que ella misma, no sólo por su disfraz sino también por aspectos económicos: pretende ser dependiente de los hombres, empezando por su padre, pero la vemos disponiendo libremente de una suma muy abultada para salvar al mercader (Rodríguez Braun, 2009) Portia es una mujer lo sumamente inteligente, astuta y arrojada, se viste como el joven juez Baltazar para encajar completamente en su nuevo rol de esposa. Ella entiende que Antonio es quien ama tan tiernamente a su señor”(III,4) para pacificar su matrimonio deberá realizar una estrategia que asegure el regreso de su amor en las mejores condiciones, sabe perfectamente cómo aprovechar la ocasión que, de inicio, tiene muy segura pues al dejar a Lorenzo y Jessica a cargo de su casa, en seguida entrega una carta con instrucciones así le dice a su sirviente: Toma esta carta que te doy y usa toda la diligencia de que seas capaz en llevarla hasta Padua. Asegúrate de que en mano al doctor Belario, mi primo sela entregas y presta atención a las cartas y ropajes que han de darte, y que has de traer, yo te lo ruego, con toda la velocidad, que imaginarse pueda, al embarcadero que hace el servicio público en Venecia.(III, 4) Portia está segura que Belario accederá a lo que ella solicita, y que llegará antes que el sirviente. Se lleva a Nerissa para que vean a sus maridos antes de lo que se imaginan. Es claro que cuando Portia le dice a Nerissa que ellos también las verán “Pero con tal aspecto que deberán pensar en atributos que no tenemos” ella está convencida de ser el Juez de la causa. Durante el juicio mostrará un conocimiento de la ley extenso y preciso, representará perfectamente su papel de docto letrado reconociendo cada uno de los aspectos del tema. Apela a la clemencia de Shylock que tajantemente niega, cuestiona por el pago que obvio sabe se puede hacer por Bassanio y cuando éste le solicita que las leyes no debe imponerse la maldad del judío le reprende: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 25 No es posible. No hay poder en Venecia que pueda alterar lo que dicta la ley. Constaría como precedente y, siguiendo este ejemplo, todo tipo de abusos irrumpiría en el Estado. No es posible (IV, 1) Revisa el contrato y aconseja a Shylock a aceptar el triple de la suma y acabar con el contrato que Shylock nuevamente rechaza y debe dictar una sentencia a favor del cumplimiento del contrato, reconviene a Shylock sobre la presencia de un cirujano para salvar la vida de Antonio, como un último acto de piedad al que Shylock se niega, reacciona y censura a Bassanio de ofrecerse a perder todo incluso a su esposa por salvar a Antonio: “Poco sería el agradecimiento de vuestra esposa si se encontrara aquí y oyera lo que estáis ofreciendo”(IV,1) y esperando hasta el último momento con la creciente tensión dramática y a la vez dando una última oportunidad para que Shylock reconvenga, detiene al Judio para aclararle que tiene derecho a su carne, mas no a una sola gota de sangre de Antonio, recordándole que “puesto que justicia reclamáis, estad seguro que justicia tendréis: más mucha más de la que deseáis”, instigando a Shylock a tomar su libra de carne sin derramar una sola gota de sangre, que al verse impedido para obtenerla en esas condiciones pide retirarse con el dinero que le habían ofrecido, mas nuevamente Portia corrige: “Ante este tribunal la ha rechazado”(IV,1) sólo tendrá lo que es justicia estricta y estipula el contrato” y es la ley quien lo ha cercado y le condenarán a la expropiación de sus bienes, la mitad para Antonio y la mitad para el Estado, y conmina a Antonio a tenerle piedad. Algo más surge durante el juicio, Porcia ha presenciado la preocupación de su marido por la situación de su gran amigo que ha declarado A una esposa, Antonio, estoy unido, para mi tan preciada como mi propia vida; mi vida, esposa y mundo no superan en mi la estimación por vuestra vida. Todo lo perdería, sí, todo lo sacrificaría a este demonio para poder salvaros (IV, 1) Portia reconoce la seriedad de la relación de Antonio por Bassanio, se determina a negar su relación, pide a Bassanio aún en su rol de juez el anillo que le dio como esposa en un doble juego en el que al reclamo: Veo, Señor, que sois pródigo en ofertas. Me enseñasteis primero a mendigar y ahora parece que me estáis enseñando a contestar a los mendigos,(IV,1) Sigue, ante la resistencia de Bassanio que le informa el origen del anillo, una amonestación que es a la vez una posible advertencia de perdón: Una excusa sirve a muchos hombres para ahorrarse regalos, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 26 pero si vuestra esposa está en su juicio, y sabe cómo me merezco yo el anillo, no estará con vos mucho tiempo enemistada por habérmelo dado a mí. Está bien. Quedad en paz(IV,1) Antonio apoya la entrega del anillo, “considerad sus méritos y todo mi amor más que el mandato de una esposa”(IV,1)y su amor parece triunfar verdaderamente sobre el compromiso con Portia, desconociendo su estrategia. En su reencuentro en Bermont Ella habla primero con Bassanio y se refiere a Antonio como si él no estuviera presente “ligado, sí, y en el pleno sentido de la palabra estáis; pues, según he oído, ligado profundamente quedó él por vos”(V,1) Antonio empieza su sumisión respondiendo “No más ni menos que la recompensa que recibo”(V,1); es sólo entonces que Portia lo saluda, parca y fría, disimuladamente “Sois, señor, a nuestra casa bienvenido; con algo más que las palabras os lo demostraremos excusando, así pues, frases de cortesía”(V,1). Portia no tiene urgencia por cuestionar a Bassanio por el anillo, espera el reclamo de Nerissa a Gratiano que se da en seguida y aprovecha la ocasión reprendiendo a Gratiano frente a Bassanio: Habéis obrado mal, si he de seros sincera, por deshaceros tan a la ligera del primer regalo de vuestra esposa; un objeto ligado a vuestro dedo por los juramentos, y unido así por la fe a vuestra carne. También yo a mi amor entregué un anillo, y le hice jurar que nunca se separaría de él; vedle ahí erguido; me atrevo a jurar en su nombre que no lo daría ni lo arrancaría de su dedo, por todas las riquezas que el mundo encierra. A fe mía, Gratiano, que dais a vuestra esposa graves motivos de aflicción si a mí me sucediera, enloquecería de furor. (v,1) Portia guiará a Bassanio a relatar lo sucedido y a clamar por la dispensa del anillo, ella provecha para advertir a Bassanio que al ser ahora dueño del anillo el joven docto también puede reclamarla a ella. Antonio se declara como “el desgraciado motivo de estas riñas”(V, 1) a lo que Portia le resta importancia para escuchar el juramente de Bassanio “perdonad esta culpa, y por mi alma os juro que jamás he de faltar a ningún otro juramento que yo os haga”(V,1), y Antonio que piensa en un nuevo autosacrificio declara: Por su felicidad presté una vez mi cuerpo y, de no ser por quien de vuestro esposo recibió el anillo, se habría perdido por entero. De nuevo aquí me comprometo, poniendo mi alma como garantía, a que vuestro señor no volverá jamás a romper su palabra por propia voluntad.(V,1) Portia acepta el aval de Antonio: “Habeis de ser entonces su fiador. Dadle, pues, esto y pedid que lo cuide mejor que lo hizo con el otro”(V,1), con lo que firma ““merry bond” esta vez con Portia, en Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Dialógica Cultural 27 el que compromete su cuerpo en un modo que pueda desafiar el estatus de ésta como esposa. Además propone su alma como castigo.(…) De hecho no está contenta todavía con la sumisión de Antonio: quiere que él le dé a Bassanio el anillo, aquel tiene que renunciar definitivamente a su marido de un modo que parece muy cercano a volver a casar a la pareja (De Toma, 2004) Bassanio recibe el anillo y lo reconoce como el mismo anillo que entregó al joven docto, todavía quedará un último momento en que Portia le diga que el joven docto durmió con ella y así mismo el secretario con Nerissa, para antes de una reacción mayor dar a conocer la verdad que ellas fueron el juez y el secretario y que por eso es que todos están bien. Portia también entregará a Antonio una carta que le informa que tres de sus barcos están bien y han llegado a puerto, así como a Lorenzo y Jessica, el contrato firmado por Shylock Puede atribuirse a Portia un empoderamiento real, es ella quien planea todo desde el principio, quien logra que Antonio sea salvado, espera a que él reconozca que debe la vida al docto, que avale el juramento de Bassanio de fidelidad a Portia, y quien le da las buenas noticias de sus barcos, metafóricamente regresándole su buena fortuna. “Portia se viste como el joven juez Baltazar para encajar completamente
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