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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA FACULTAD DE ECONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL MAESTRÍA EN DESARROLLO ECONÓMICO Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE FRENTE AL DESARROLLO DEL SIGLO XXI T E S I S QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE MAESTRÍA EN DESARROLLO ECONÓMICO Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL P R E S E N T A PATRICIA HIDALGO RAMÉ ASESORA DRA. JUDITH ANN CHAFFEE HOPPER PUEBLA, PUE., ENERO DE 2015 II Agradecimientos. Hago un reconocimiento y agradecimiento especial a toda la planta de profesores e investigadores de la MDECI 2012-2014 por todo lo aprendido dentro y fuera de los salones, que es más de lo que les he expresado. A todas y todos los amigos que hice en este trayecto, maestras y maestros, colegas, compañeras y compañeros, porque de todos también he aprendido. Un agradecimiento especial a mi familia por el apoyo y acompañamiento a lo largo de mis estudios. Y gracias especialmente a mi hija y compañera de vida que se ha subido a esta y a muchas otras aventuras conmigo y siempre ha tenido la disposición de ser feliz. La realización de esta tesis ha contado con los apoyos académicos e institucionales de la Universidad Católica del Uruguay, la REDLAMYC y Gurises Unidos, y a los apoyos económicos de CONACYT y el PIFI Y VIEP de la BUAP. III Resumen. La tesis coloca en el debate la sistemática invisibilización de niñas, niños y adolescentes en las sociedades occidentales contemporáneas. A través del análisis de los discursos y las narrativas dominantes sobre el desarrollo y su abordaje de la infancia, se descubren relaciones de poder que mantienen a este sector social en la invisibilidad. Asimismo el documento analiza las propuestas de los movimientos de niñas, niños y adolescentes trabajadores en América Latina y el Caribe, se identifican propuestas contra hegemónicas surgidas desde estos movimientos sociales y que aportan a la construcción de enfoques sobre el desarrollo que emergen de los países del Sur. Las reflexiones y consideraciones contenidas en el texto, son resultado tanto de la experiencia profesional de la autora en organizaciones dedicadas a la infancia, como del trabajo de investigación e intercambio surgido de la estancia Practicum, en la REDLAMYC, en el primer semestre del 2014. Como aportación invita a reflexionar en la necesidad de transformar la perspectiva y tratamiento hacia las infancias y adolescencias, en relaciones de equidad reconociendo su verdadera condición de sujetas y sujetos titulares de derechos. IV Índice. Siglas utilizadas VII Introducción 10 Capítulo I. De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la sociología de la infancia. Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez en la historia, que han legitimado su invisibilidad. 18 I.1. Discursos y narrativas que definen a la niñez. 18 I.2. El conflicto respecto a la transición de la niñez a la adultez, cruzando la adolescencia. 23 I.3. Los orígenes y fundamentos para legislar y controlar a las infancias y adolescencias. 26 I.4. Universalización de los conceptos de niñez o infancia, y adolescencia. 30 I.5. Sociología de la infancia. 33 I.6. Conclusiones. 40 Capítulo II. La Convención de los Derechos del Niño como navaja de dos filos para el reconocimiento de las infancias y adolescencias. Su aplicación desde la REDLAMYC. 42 II.1. Historia ordinaria de la Convención de los Derechos del Niño. 43 II.1.1. Antecedentes legales y jurídicos de la Convención de los Derechos del Niño. 43 II.1.2. La cronología de otros momentos clave que afectan o se ven afectados por la Convención de los Derechos del Niño, posterior a su firma y ratificación. 49 II.2. La Convención de los Derechos del Niño es mucho más que un instrumento jurídico. 52 II.3. Introducción a la REDLAMYC, y cómo la Convención de los Derechos del Niño puede aplicarse de manera parcial, o de manera integral. 57 II.3.1. ¿Cómo entender una aplicación parcial de la Convención de los Derechos del Niño?. 59 II.3.1.1. Ejercicio desde la experiencia en la REDLAMYC sobre una aplicación parcial de la Convención. 62 II.3.2. ¿Cómo entender una aplicación integral de la Convención de los Derechos del Niño?. 66 V II.3.2.1. Ejercicio desde la experiencia en la REDLAMYC sobre una aplicación integral de la Convención. 69 II.4. Conclusiones 72 Capítulo III. El concepto dominante de desarrollo y su impacto en las infancias y adolescencias: el discurso en la agenda internacional sobre infancia, las políticas públicas neoliberales y el asistencialismo y proteccionismo que anulan infancias y adolescencias. 73 III.1. El concepto dominante de desarrollo. 74 III.2. El discurso en la Agenda Internacional sobre infancia que se apega al concepto hegemónico de desarrollo. 81 III.3. Políticas públicas neoliberales en América Latina, asistencialismo y proteccionismo. 94 III.4. Incidencia y esfuerzos por el ejercicio y exigibilidad de los derechos de NNA en América Latina. 101 III.5. Conclusiones. 106 Capítulo IV. Los 'otros desarrollos' y los movimientos sociales emancipatorios. El caso de las Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores en América Latina como ejemplo de lucha contra el Neoliberalismo. 109 IV.1. Movimientos sociales emancipatorios. 110 IV.2. Emancipación social como reclamo de visibilidad. Caso de los NNATs en América Latina como movimiento social emancipatorio. 114 IV.3. Otros retos para los NNATs. 127 IV.4. Conclusiones. 131 Conclusiones e inquietudes generadas. 134 Referencias bibliográficas 138 Tablas Tabla 1. Concepciones de niñez o infancia en la historia 143 Tabla 2. Cronología de fechas históricas importantes en torno a la Convención de los Derechos del Niño. 149 VI Relación de Anexos integrados digitalmente en CD adjunto Anexo 1. Declaración de Ginebra Anexo 2. Carta Magna de los Derechos del Niño Anexo 3. Declaración de los Derechos del Niño Anexo 4. Convenio 138 de la Organización Internacional para Trabajo Anexo 5. Convención de los Derechos del Niño Anexo 6. Convenio 182 de la Organización Internacional para el Trabajo Anexo 7. Identidad y Normas de funcionamiento REDLAMYC Anexo 8. Comunicado COPIRODEN Anexo 9. Comunicado CIDH 56/14 Anexo 10. Declaración de Moscú sobre los Derechos del Niño y la Niña de 1918 Anexo 11. Declaración de Milán VII Siglas utilizadas. AOD Ayuda Oficial al Desarrollo BUAP Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BM Banco Mundial CDN Convención de los Derechos del Niño CEPAL Comisión Económica Para América Latina CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos COIPRODEN Coordinadora de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos CONACYT Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONNATs Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores CORENATs Coordinación Regional de los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Venezuela CCSS Ciencias Sociales DDHH Derechos Humanos DIF Desarrollo Integral de la Familia ECOSOC Consejo Económico y Social (Economical and Social Council) FMI Fondo Monetario Internacional FSM Foro Social Mundial IFEJANT Instituto de Formación para Educadores de Jóvenes, Adolescentes y Niños Trabajadores de América Latina y el Caribe INM Instituto Nacional de Migración LGBT Movimiento Lésbico Gay Bisexual Transexual MANTHOC Movimiento de Adolescentes Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos MDECI Maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional MNMMR Movimiento Nacional de Niños y Niñas dela Calle (Movimento Nacional do Meninhos e Maninas de Rua) MNNATs Movimientos de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores VIII MNNATSOP Movimiento Nacional de NATs Organizados del Perú MOCHINATs Movimiento Chileno de Niños Trabajadores MOLACNATS Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores MORENATS Movimiento Regional de Niños Trabajadores NNA Niñas, niños y adolescentes NNATs Niñas, niños y adolescentes trabajadores NATRAS Movimiento de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OEA Organización de los Estados Americanos ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio OIT Organización Internacional para el Trabajo ONATSCOL Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Colombia ONG Organización No Gubernamental ONU Organización de las Naciones Unidas ONU-HABITAT Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos. PISA Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (Programme for International Student Assessment) ProNATs Pro los Niños y Adolescentes Trabajadores REDIM Red por los derechos de la infancia en México REDLAMYC Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes REDNNYAS Red de niños niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe SICD Sistema Internacional de Cooperación al Desarrollo SRE Secretaría de Relaciones Exteriores UNATsBO Unión de Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia UNICEF Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (United Nations International Children's Emergency Fund) IX VIH/SIDA Virus de Inmunodeficiencia Humana / Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida WUF7 Séptimo Foro Urbano Mundial (World Urban Forum 7) 10 Introducción. Al realizar esta sistematización a modo de tesis de maestría busco responder a dos interrogantes que si bien pueden parecer distintas, están hondamente asociadas en el origen de las reflexiones principales. La primera y por que responde también al interés personal de estudiar esta maestría, está relacionada con la necesidad de sistematizar las reflexiones que a lo largo de mi experiencia con distintas organizaciones de la sociedad civil tanto en México, como en sedes de organizaciones internacionales. A lo largo de mi trayectoria fui descubriendo que existía una carencia de reconocimiento real y palpable de la representación de las niñas, niños y adolescentes por sí mismas y mismos, y que más bien, lo que ocurre es una suerte de invisibilización de las representaciones por medio de interpretaciones adultistas y roles paternales de la protección de sus derechos. Lamentablemente he visto en estos procesos aún en organizaciones de larga tradición progresista. Es así que la primera pregunta que me formulé con base en esta experiencia en el marco de la Maestría fue: ¿cuál es el rol de las infancias y adolescencias trabajadoras en el discurso del desarrollo, y cómo se vincula esto a su exclusión e invisibilización? Mientras que la segunda pregunta fue: ¿existen otras perspectivas que desde estos grupos están emergiendo en América Latina y el Caribe, como pensamiento y conocimiento no hegemónico, y cuáles serían entonces las demandas y características particulares? La segunda interrogante está relacionada con una lectura desde la práctica, de los discursos de desarrollo que discute las dificultades reales para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones, y lo que parece una incapacidad de ofrecer un mundo mejor. Asimismo la reflexión resulta del ejercicio de investigación sobre la estructura y componentes de proyectos de desarrollo, a nivel Latinoamérica y que bajo esquemas de desarrollo local, que pudieran arrojar luces sobre las bisagras que están permitiendo que las llamadas infancias vulnerables sean parte importante de las agendas internacionales, nacionales, estatales y municipales, aún cuando las condiciones de vida de las infancias y adolescencias en América Latina y el Caribe, se deterioran cada vez más. 11 Para poder responder a las interrogantes considero crucial traer a la reflexión la información generada por niñas, niños y adolescentes, y sus postulaciones y demandas a través los movimientos organizados de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe, y en especial de las niñas, niños y adolescentes trabajadores, que son los grupos de los que más experiencias conozco. Las dos interrogantes en el fondo se han encontrado en la búsqueda del origen de la anulación de la infancia como colectivo, o como muchos y muy diversos colectivos (mujeres, indígenas), que han sido largamente explotados a favor de los intereses de los adultos. Así pues, desde la maestría, al estudiar las teorías del desarrollo y buscar comprender el proceso por el cual se impone el modelo económico dominante y estudiar igualmente las luchas que hay por los otros desarrollos, he podido observar desde otros enfoques y otras perspectivas que la conformación de movimientos sociales infantiles sí forman parte de estas luchas al no estar sometidos al discurso dominante. Las demandas, propuestas y comprensión de los proyectos de vida de las niñas, niños y adolescentes trabajadores sí se suman a estas búsquedas de formas distintas de comprender el desarrollo. Encontramos que existe una disputa por la comprensión e interpretación del significado de la vida y el bienestar desde las niñas, niños y adolescentes y no bajo la dirección y determinación del modelo adulto patriarcal que caracteriza a nuestras sociedades latinoamericanas. Hacen entonces una confrontación como movimientos sociales, como actores sociales, al imperante modelo neoliberal en América Latina y el Caribe. Con este bloque de ideas detonadoras de la investigación, realicé prácticas profesionales en la Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes (REDLAMYC). La REDLAMYC es la única red latinoamericana que representa a organizaciones de la sociedad civil locales congregadas en sus propias coaliciones nacionales, y en la que convergen, de acuerdo a las últimas memorias de la asamblea anual del 2013, 24 redes nacionales de 19 países. Vale la pena señalar que al conocer a la Red, me llamó la atención la ausencia de dos organizaciones, una peruana -IFEJANT- y otra internacional -Terre des hommes-, que son muy reconocidas por su trabajo con infancias y adolescencias, y especialmente por los 12 esfuerzos de protección y apoyo a niñas, niños y adolescentes trabajadores. Durante la realización de la práctica es que pude comprender la razón por la cual la REDLAMYC no es un espacio prioritario de vinculación y difusión para estos organismos, y es debido a su perspectiva proteccionista de la infancia trabajadora. La estancia de práctica profesional fue un espacio clave para poder trabajar información de primera mano sobre los temas que estaba reflexionando desde las teorías. Durante ella, tuve la oportunidad de participar en el área de comunicación de la REDLAMYC donde hubo acceso a información sobre los temas que se están abordando desde cada país involucrado en la Red y los enfoques con los que se están trabajando. La estancia además me permitió participar en las reuniones de los comités y consejos, que fueron idóneos para escuchar los argumentos y el tratamiento que desde la REDLAMYC se le daba a cada uno de los temas seleccionados para acciones puntuales, y también el proceso a través del cuál se priorizaban unos sobre otros. Por su parte, el contacto y seguimiento a las comunicaciones con los organismos internacionales con los que se vincula la Red, también me ofreció un espacio de profunda reflexión e información sobre el manejo de las informaciones y su clasificacióncomo pública o privada, y las estrategias utilizadas para colocar en las agendas de estos organismos los temas que la propia Red consideraba prioritarios y que no estaban siendo aún abordados. Así con nuevas miradas y bastantes más herramientas teóricas para reflexionar sobre mis inquietudes, los meses en los que compartí la experiencia del trabajo cotidiano, estructuras de funcionamiento, valores, contexto, intereses, de la REDLAMYC, sentaron las bases para profundizar sobre la invisibilidad de las infancias y las adolescencias, y comprender el aparato estructural por el que se las anula sistemáticamente como actores sociales válidos y valiosos, y también poder reflexionar sobre los posibles escenarios en los que se puede dar una emergencia de estos colectivos. La tesis que someto a su consideración presenta los elementos que considero necesario exponer para que se puedan comprender los argumentos y trayectorias que he seguido para afirmar que a pesar de la promulgación de la Convención de los Derechos del Niño hace 25 años, las infancias y las adolescencias siguen siendo los grandes ausentes en los escenarios 13 públicos y políticos, no sólo en los discursos tradicionales y dominantes, sino también en la gran mayoría de las narrativas de los movimientos sociales emergentes en pleno siglo XXI. Cabe aclarar que en el texto utilizo el término infancias y adolescencias en plural en lugar de singular, porque busco reconocer que hay más de una manera de entender y vivir la infancia y adolescencia, no hay una homogeneidad o universalización, sino que hay muchas y muy variadas infancias y adolescencias. Con esta aclaración espero que a lo largo de la tesis se pueda comprender el sentido que el uso de estos términos da a las ideas planteadas. El interés de esta investigación es reflexionar sobre las alternativas para lograr que las niñas, los niños y los adolescentes no sólo sean considerados como sujetos de derechos inalienables, sino que además podamos como sociedades transformar nuestras maneras de relacionarnos a fin de reconocer en las y los menores de edad personas iguales y en equidad de valor, presencia y peso social y político, con el mundo adulto. Estructura de la tesis. Para compartir las reflexiones y conclusiones a las que he llegado, la tesis está organizada de manera que se pueda ir siguiendo el abordaje de diferentes temas vinculados directamente a la invisibilización de infancias y adolescencias, y que llevan a mirar en conjunto el enfoque que propongo y los elementos principales a ser considerados para una transformación de estos esquemas. Los temas son abordados en el siguiente orden. En el capítulo primero, intitulado "De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la sociología de la infancia. Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez a lo largo de la historia, que han legitimado su invisibilidad", se busca recuperar de la literatura y la historia los elementos que permiten comprender cómo ha sido mirada y tomada en cuenta la niñez en diferentes momentos de la historia. Qué discursos se construyeron alrededor de la infancia y cómo se gestaron desde los mundos adultos, el o los mundos de la niñez. En el capítulo se presentan definiciones de niñez y cuándo termina, a modo de exponer lo difuso que resulta referirse a la niñez, especialmente cuando remite a una mera condición 14 de edad, lo que elimina todas las características familiares, sociales, políticas, económicas, culturales, biológicas, y promueve la homologación de un sector social al negar su reconocimiento en la diversidad, a nombrarlas y a considerarlas en equidad de derechos frente al mundo adulto. Posteriormente se hace un recorrido por las ideas y los discursos que fueron generando en momentos clave de la historia occidental las legislaciones dirigidas a la infancia, y que están fundadas en la necesidad o el deseo de controlar a un sector de la población que podía ser potencialmente riesgoso para el o los grupos en el poder. Se presenta una reflexión sobre la universalización y homogeneización de la infancias y la adolescencias bajo una sola palabra resultante de esta clasificación y conceptualización jurídica, volviendo a recuperar la necesidad de reconocer diferentes infancias y adolescencias con el mismo valor y derechos. Finalmente, una breve recuperación de los postulados de la Sociología de la Infancia que propone estudios y análisis distintos, promoviendo intrínsecamente su reconocimiento y necesidad de participación en su propia concepción e imagen social, y reconociendo profundamente en particular su rol como agentes sociales, políticos y económicos, bajo los tres enfoques que han sido propuestos: el estructuralista, el constructivista y el relacional. Por su parte, en el capítulo segundo, "La Convención de los Derechos del Niño como navaja de dos filos para el reconocimiento a las infancias y adolescencias. Aplicación de la Convención desde la REDLAMYC", se analiza la Convención de los Derechos del Niño superando el enfoque jurídico y legal. Es importante resaltar que la utilización legal, su carácter internacional, y especialmente su calidad de vinculante han sido fundamentales para la exigibilidad y el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Sin embargo uno encuentra que no ha sido suficiente para poder dimensionar cómo su utilización limitada no impacta en una transformación profunda de las relaciones de poder y control del mundo adulto con el de la niñez. Es necesario abrir el espectro a una comprensión de la utilidad de la Convención como herramienta de reflexión, apropiación, reconocimiento y protección de las infancias y adolescencias en su carácter de titulares de derechos en equidad con las y los adultos. Su aplicación de una manera más reflexionada permite posibilitar transformaciones de fondo 15 en la estructura social que actualmente conocemos y sus relaciones de poder y control sobre niñas, niños y adolescentes, en beneficio también de otros grupos sociales excluidos e invisibilizados, como lo han sido las mujeres y los indígenas. El capítulo hace un breve recorrido por la historia, que pueda contextualizar el surgimiento de la Convención y su contexto, ya que eso permite identificar también elementos clave para comprender la concepción de la niñez, y las actuales herramientas de los discursos desarrollistas que perpetúan su invisibilización y anulación. Se encuentran en este capítulo, la mayor parte de las reflexiones y análisis surgidos de la práctica profesional, de manera que en la segunda parte del capítulo, la REDLAMYC se vuelve un instrumento de análisis en sus prácticas cotidianas para ir ejemplificando las reflexiones que voy haciendo a lo largo de la sección. Ahí se encuentran explícitos los ejemplos en una realidad cotidiana de cómo un mismo organismo puede a su vez hacer una utilización parcial de la Convención en una circunstancia precisa, y otra utilización integral en circunstancias distintas, de manera simultánea. El interés aquí es reflexionar sobre el actuar cotidiano como sociedad en nuestra percepción y tratamiento para con niñas, niños y adolescentes. Finalmente el cierre del capítulo recupera el valor de organizaciones como la REDLAMYC en la lucha diaria por la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, pero también la necesidad de mejorar estas prácticas a través de comprensiones y utilizaciones integrales de la Convención de los Derechos del Niño. El tercer capítulo, "El concepto dominante de desarrollo y su impacto en las infancias y adolescencias: el discurso en la agenda internacional sobre infancia, las políticas públicas neoliberales y el asistencialismo y proteccionismo que anulan infancias y adolescencias", lo destino a recuperar muchos de los aprendizajes teóricos de la maestría quedieron solidez y coherencia a las reflexiones sobre la invalidez de la infancia en el mundo actual. De manera que es un capítulo que tiene reflexiones más analíticas y teóricas que prácticas, muy necesarias para comprender el entramado social, político y económico que da estructura a los discursos que sustentan la comprensión y utilización de las legislaciones y programas políticos y sociales de desarrollo enfocados al bienestar de la infancia. Lo que va de la mano de la comprensión del discurso y la agenda internacional 16 para la infancia y de donde recupero brevemente la experiencia de la REDLAMYC en su propia agenda de trabajo. Así, lo primero es un recorrido por el discurso del desarrollo, vinculando y rescatando los elementos que promueven la invisibilización de la infancia. Posteriormente recupero de líneas generales del modelo neoliberal que está imperando en Latinoamérica, los elementos que ofrecen la perspectiva de infancias y adolescencias como un sector social meramente receptor de los beneficios del estado, en condiciones de mucha desventaja y vulnerabilidad, pero sin posibilidades de actuar por sí mismos, o de ser sujetos activos en la construcción política de sus países. Finalmente resalto elementos del discurso de desarrollo imperante que impone el concepto de infancia sin diversidad y asimilable al modo de vida occidental, manteniendo en marginación y desconocimiento a las infancias y adolescencias de América Latina y el Caribe. Para el cuarto y último capítulo, "Los 'otros desarrollos' y los movimientos sociales emancipatorios. El caso de las Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores en América Latina como ejemplo de lucha contra el Neoliberalismo", retomo ya en contraste con el capítulo tercero, a las infancias y adolescencias como actores sociales. Comenzando por traer a la reflexión la existencia y propuestas de movimientos sociales que buscan otros desarrollos al hegemónico, contextualizo un momento histórico en el que se está cuestionando fuertemente el modelo civilizatorio y las estructuras de poder que lo sostienen. Posteriormente en la revisión de algunas de las propuestas, demandas, historias, y luchas de los movimientos de NNA y NNATs, recupero los elementos que permiten mirarlos como movimientos en resistencia y portadores de banderas de otros desarrollos, y que a su vez luchan por ser reconocidos y tener un espacio de representación pública también reconocido por estos mismos movimientos alternativos al desarrollo convencional, que con mucha frecuencia también mantienen en la exclusión e invisibilidad a las infancias y adolescencias. Concluyo este capítulo recuperando los elementos clave que permiten reconocer a los movimientos de NNATs como movimientos confrontantes de las políticas y modelos 17 económicos neoliberales vigentes en sus países de residencia, y recuperando el valor de sus luchas como una conformación de movimientos alternativos, de otros desarrollos, y revisando a su vez los propios retos internos que estos movimientos tienen para mayor coherencia. El último capítulo es de "Conclusiones e inquietudes generadas", recupero las principales reflexiones, propuestas y conclusiones de cada capítulo para dar forma a una especie de síntesis de todo el proceso de argumentación y discusión llevado a cabo en la investigación, de manera que se agrupen las líneas generales de pensamiento que dieron con este documento escrito a modo de tesis de maestría. Así como nuevas y posibles perspectivas que, derivadas de el cúmulo de reflexiones propuestas a lo largo de la investigación, abren líneas de investigación respecto a otros temas clave que se va haciendo necesario trabajar a modo de comprender profundamente y transformar las situaciones de inequidad y exclusión que diariamente se viven en el mundo. Entre las que se puede abordar el discurso lleno de cargas de valor negativas hacia los llamados 'ni-nis'. Por otro lado también es interesante descubrir que puede ser posible que la estructura y organización de los MNNATs en América, pero también en el mundo, hayan podido estructurarse y argumentarse conceptualmente en torno al trabajo como espacio detonador de la reflexión, comprensión y exigibilidad de sus derechos como seres humanos. El documento, también contiene un CD como encarte con una vasta recopilación de documentos oficiales relacionados con derechos de la infancia. Para concluir, resta mencionar que esta investigación fue también por sí misma una herramienta que me permitió afianzar los enfoques con los que pretendo seguir abordando mi trabajo con las distintas infancias y adolescencias. También me ha ayudado a reafirmar la acción política que como ciudadana tengo de aportar en la construcción de un mundo menos injusto y excluyente, esperando que pueda ser de utilidad para personas, instituciones y organismos en su labor cotidiana también con distintos sectores en condiciones de exclusión e invisibilidad. 18 Capítulo I. De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la sociología de la infancia. Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez en la historia, que han legitimado su invisibilidad. Este primer capítulo tiene por objetivo ofrecer una exposición de algunos elementos que permiten comprender que las infancias y adolescencias son sistemáticamente invisibilizadas y anuladas. Es un ejercicio que va desde el recorrido por el significado literal de la palabra, pasando por las conceptualizaciones, los roles históricos y actuales que les han sido asignados, así como la universalización de los términos en los que englobamos de manera homogénea una gran diversidad. Hago una revisión también del origen de las legislaciones, hasta culminar con una revisión de la actual propuesta de la Sociología de la Infancia, que propone desde tres enfoques, el estructuralista, el constructivista, y el relacional, la posibilidad y la necesidad de estudiar a este grupo social desde otras perspectivas que impactan en las relaciones de poder y control que históricamente se han establecido desde el mundo adulto, y su perspectiva patriarcal. La intención es ofrecer las bases de la reflexión acerca de cómo las narrativas y los discursos, que evidencian realidades, han marcado la falta de valor, participación, capacidades y derechos de las infancias y adolescencias, y con ello poder abordar la necesidad de trabajar en su reconocimiento como sujetas y sujetos de derecho en igualdad de condiciones y capacidades con el mundo adulto. Sin este abordaje previo de la historia de su invisibilidad, sería sumamente difícil reconocer cuánto de estos discursos y actitudes hacia este sector social están aún presentes y muy vigentes en nuestras sociedades. I.1. Discursos y narrativas que definen a la niñez. El estudio de la niñez ha tenido a lo largo de la historia diferentes maneras de definirla y acotarla, y ha sido abordada desde distintas disciplinas, pero en todas ha habido un componente común, la denominada niñez, incluso en esta época, sigue siendo un sector social excluido de la vida social y pública como actor participante, ha sido estudiado y 19 tratado como ajeno o aún no perteneciente a la sociedad, y como mero ente en proceso de ser. Desde el mundo adulto reproducimos y perpetuamos un esquema social y de pensamiento en donde quien aún no es adulto, es un ser que no es igual a nosotros, y no ser igual a las y los adultos se traduce en ser menos que el adulto. Ser niña, niño o adolescente es ser menos, incapaz, dependiente, minusválido en los términos de la definición de la Real Academia Española "disminución del valor de algo" (2012), o sea que no vales igual que el adulto, por lo tanto, tus opiniones, pensamientos, sentimientos, ideas, se ven minusvalorados, y esta poca valorización es la que históricamente en las distintassociedades hemos transformado en verdad absoluta. Aunado a esto, está la concepción de que la niña, el niño o el adolescente está en el proceso de ser, de convertirse en, por lo tanto es una promesa de futuro donde el valor que se le atribuye está precisamente en ese futuro, haciendo que su presente, su realidad, no tenga más valor que el de la inversión a futuro, en este sentido Cussiánovich hace una fuerte crítica "...[e]l niño como 'potencia', como 'futuro' ha alimentado una cultura que finalmente permitía no tomarlo en cuenta en el presente o restringirle ciertos derechos a ser reconocidos y ejercidos más adelante; una forma aparentemente 'protectora' de la infancia, pero justificadora de su insignificatividad en el presente, de su no prescindibilidad para la economía, para la política, para las grandes decisiones del considerado 'mundo adulto'." (2006:31). Hay una extensa serie de estudios e investigaciones sobre las distintas concepciones en diferentes lugares y momentos históricos acerca de la niñez, la Tabla 1. Concepciones de niñez o infancia en la historia, al final de la tesis, ilustra de modo somero algunas de las principales concepciones halladas durante esta investigación. De acuerdo con uno de los investigadores contemporáneos más importantes en América Latina sobre infancia, Alejandro Cussiánovich, la actual situación de anulación de la infancia está más relacionado con la modernidad, "... [e]n la cultura occidental, la tendencia ha sido separar al niño del mundo adulto 'montona social' bajo pretexto de protegerlo ¿del mundo adulto? Quizá nos encontramos entonces con un rasgo reconocible de lo que fuera a finales del siglo XVIII el pacto de la modernidad que si bien incluía a todos en la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, no consideró, en la práctica, como 20 sujetos, como actores competentes ni a las mujeres, ni a la infancia, ni a los indígenas a quienes incorporó sub especie de protegidos, de objéto1 de beneficencia, de atención [...] Los niños del mundo acaban de reiniciar un largo camino por su dignidad, de forma más explícita, de manera articulada, de perspectiva más emancipadora en medio de una sociedad adultista. No obstante, luego de quince años de Convención, es aún proporcionalmente una insignificante porción de niños y niñas que han avanzado, pues el camino no sólo es largo sino cargado de prejuicios que por siglos conforman una especie de sarro ideológico y de poder en el mundo adulto" (2006:31). De manera entonces, que cualquier estudio sobre infancia debería necesariamente abarcar una reflexión sobre qué es lo que se está entendiendo por infancia, con qué finalidad se está estudiando, y primordialmente si dicha infancia se reconoce bajo esa categorización, o las y los adultos seguimos perpetuando su invisibilización y su anulación por medio de estas acciones para la niñez, en beneficio de la niñez sugiere la mayoría, pero sin la participación activa y co-responsable de la propia niñez. Así, un primer elemento se refiere a la definición internacional de infancia que contempla a toda persona menor de 18 años de edad, que se encuentra estipulada en la Convención de los Derechos del Niño. El hecho de que la característica única que distingue a la niñez de la adultez sea el rango de edad, remite a una concepción única y universalizada de lo que significa la infancia, que si bien tiene fundamentos jurídicos importantes respecto a la diferenciación del trato ante la ley, también tiene implicaciones que vale la pena señalar, como que se excluyen las diferencias socio-culturales a la hora de caracterizar a niñas, niños y adolescentes, promoviendo y difundiendo una cosmovisión occidental de la infancia que, dicho sea de paso, no coincide con la mayor parte de las tradiciones de los pueblos originarios acerca de la transición de la infancia a la adolescencia. De no hacer conciencia de ello, seguiremos desdibujando momentos muy enriquecedores en la vida de las personas respecto a sus propios procesos y momentos de transición social y modificación de roles, en función de su crecimiento, y difuminando las heterogeneidades y diversidades culturales en las infancias y las adolescencias. 1 Error original en el texto 21 Recupero del Primer Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia2, realizado en Venezuela en 2003, lo plasmado por las propias niñas, niños y adolescentes en lo que se llamó el Gran Documento, "... [u]n aspecto primordial que no podemos dejar de lado en nuestra declaración “GRAN DOCUMENTO”, es el hecho de que en una semana y por medio de un constante, productivo e incansable trabajo e intercambio, hemos podido identificar que nuestros países (participantes) sufren con atractiva coincidencia de un factor común que consideramos es el propulsor de la mayoría de nuestros problemas puntuales. Ese factor común es la discriminación y / o la exclusión, creíamos que era la pobreza, pero nos dimos cuenta de que ésta es un factor, que si bien es cierto influye como limitación para la participación y el Desarrollo Social, también es una consecuencia de muchos otros componentes derivados de situaciones políticas, sociales, económicas, entre otros. Además de ello, el aspecto principal de la pobreza, es que ella es en sí un elemento de discriminación, puesto que vivimos en el día a día la discriminación o la exclusión de niños, niñas y adolescentes por su condición socio-económica." (Primer Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, 2003). Posteriormente, en el II Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia3, en la Declaración de Lima queda plasmada "... como temática central La Ciudadanía desde la Niñez y la Adolescencia: La exigibilidad de sus derechos. En el discurso de la ciudadanía, desde la niñez y adolescencia, el énfasis no sólo está puesto en los derechos civiles y políticos sino también en los económicos, sociales y culturales, debiéndose abogar por la exigibilidad de los mismos, en aras de su desarrollo y potencial humano desde las propias experiencias de NNA y que luchamos porque nuestras voces sean tomadas en cuenta en la construcción de políticas de infancia considerando la participación protagónica y la organización. En el transcurso de estos días hemos conocido y experimentado la gran diversidad de situaciones de la infancia y la adolescencia, lo que insta a tomar conciencia de la PLURICULTURALIDAD y lo que significa compartir las vivencias y experiencias que se vive en el mundo entero, nos identificamos porque compartimos problemas comunes, vivimos realidades comunes" (Segundo Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, 2005). Por su parte, en la declaración de Barcelona en 2007, durante el 3er Congreso Mundial sobre Derechos de la Infancia y la Adolescencia4, se puede leer: 2 Realizado en la Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela del 23 al 28 de Noviembre de 2003. 3 El II Congreso Mundial Sobre Derechos de la Niñez y la Adolescencia "La ciudadanía desde la niñez y la adolescencia: la exigibilidad de sus derechos", realizado en Lima, Perú, del 21 al 25 de noviembre de 2005. 4 "Durante los días 14 a 19 de noviembre de 2007, en el marco del III Congreso Mundial de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, realizado en la ciudad de Barcelona, España, nos reunimos ciento treinta y cuatro Niños, Niñas y Adolescentes de más de 20 paísespara intercambiar opiniones, ideas y propuestas en torno a 22 "... [c]uando hablamos de niños, niñas y adolescentes debemos entender que se trata de personas en proceso de formación. Esto hace referencia a que nosotros/as tenemos nuestra identidad, la que se compone de derechos y deberes. Cada uno construye su propia identidad durante el proceso de desarrollo a medida que madura su sentido crítico. Nosotros/as somos los constructores de nuestra propia identidad, pero ésta también está íntimamente ligada a las personas que nos rodean y a las oportunidades que tenemos [...] las niñas, los niños y adolescentes tenemos voz y voto como protagonistas del mundo presente y futuro, recordando y mejorando los errores del pasado. Somos sujetos de derecho escribiendo nuestra propia historia" (Tercer Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, 2007:10). Con estos extractos recuperados de los documentos producidos durante los distintos Congresos Mundiales sobre Derechos de Niñez y Adolescencia, que han sido realizados con el apoyo de grupos de adultos, academias y organizaciones de la sociedad civil, así como algunos gobiernos, pero que en esencia han sido dirigidos por ellas y ellos para diversas infancias y adolescencias participantes, se puede recuperar de manera importante que los esfuerzos realizados por NNA respecto a su propia identidad los envisten de facultades que, como hemos revisado históricamente, les han sido sistemáticamente negadas, y que señalan su propia cosmovisión respecto de sí mismas y mismos. Para cerrar con este apartado, vale la pena recuperar que durante la entrevista realizada a Manfred Liebel (realizada el 16 de mayo de 2014)5, éste señalaba de manera muy enfática y puntual, que la diferencia entre los colectivos asociados de grupos excluidos, como mujeres, sindicatos, y obreros, por mencionar algunos, y los movimientos de los NNATs, es el reconocimiento público que hacen de su incapacidad de representar a todas y todos los NNATs, debido a la gran variedad, diversidad y dificultades de asociación que cada colectivo tiene para vincularse a un movimiento como el de los MOLACNATS. Sin embargo, siempre se está recordando y valorando el trabajo y la existencia de todas y todos aquellos que, durante las asambleas o reuniones, no se encuentran presentes o representados. temas de nuestro interés. Es por ello que queremos exponer nuestras consideraciones y conclusiones sobre los siguientes temas: POBREZA; SALUD; MALTRATO; IDENTIDAD; EDUCACION y PARTICIPACION." 5 Sociólogo y educador, Asesor del Movimiento Latinoamericano de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (MOLACNATS). Coordinador de la Red Europea de Maestrías sobre Derechos de la Infancia y Director del Instituto de Educación Global y Estudios Internacionales de la Academia Internacional en la Universidad Libre de Berlín. 23 I.2. El conflicto respecto a la transición de la niñez a la adultez, cruzando la adolescencia. La transición a la adolescencia es un debate necesario respecto al tema de la infancia. Si bien es cierto que en la estructura y organización de las sociedades existen parámetros para agrupar o clasificar a las personas que la conforman, también es cierto que, desde perspectiva jurídica y legal, estos parámetros responden clasificaciones y/o definiciones muy rígidas con respecto a los sujetos a los que se refiere, y el caso de la niñez no está ajeno. En el orden social moderno de los Estados estructurados como los encontramos hoy día, cada uno tiene su propia Carta Magna o Constitución, que determina cómo es la organización y administración de dicho estado, y que se conforma básicamente por un conglomerado de normatividades que facultan y determinan el modo de aplicar las leyes en dicho país, y el tipo de relación que se establece y el funcionamiento entre estado y sociedad. Estas constituciones establecen entre sus articulados, los parámetros con los que se definirá si una persona es menor de edad (niña o niño), o es adulto, y si una persona es (en cualquier caso) ciudadana o ciudadano, o no, y los derechos y obligaciones que en cada caso corresponden. Para el caso de América Latina y el Caribe el tema de la mayoría de edad queda unificado de manera general en el momento en que una persona cumple 18 años, y digo general ya que algunos países como Argentina, no hace muchos años que modificaron su constitución para reducir de 21 a 18 la mayoría de edad, o como el Salvador donde la ley estipula que se es mayor de edad, o adulto, hasta los 21 años cumplidos. Para el caso, tomaré como referencia la Convención de los Derechos del Niño, que ha sido firmada y ratificada por todos los países que conforman la región latinoamericana y caribeña, y que al ser vinculante compromete a cada uno de los Estados Parte a armonizar sus leyes y normativas a modo de respetar y hacer valer estos compromisos internacionales, y cuya definición sobre niñez ha sido mencionada en el apartado anterior. 24 En este sentido hay países que han avanzado en el trabajo de caracterizar y distinguir a niñas y niños de adolescentes, siendo en su mayoría que se ha establecido que antes de los 14 años cumplidos tendrá tratamiento legal como niña o niño, entre los 14 y 17 como adolescente, y a partir de los 18 o 21, según el caso, como mayor de edad. Aunado a esta clasificación por edad de las personas, están las propias legislaciones que determinan además, las condiciones en las que una persona será considerada como ciudadano o ciudadana de un país, estatus que refiere otro tipo de obligaciones y derechos a los que propiamente aplican a los menores de edad, tales como la participación social en las decisiones políticas, el derecho a sufragar, o la limitación a la voz pública si aún no se es ciudadano, y, entre otras, los parámetros bajo los que rigen las condiciones laborales -de ciudadanos y ciudadanas-, siendo que en el caso de las y los menores de edad, aplican leyes y normativas específicas para su condición laboral. En general, el debate está en torno a si estas características plasmadas en las legislaciones son suficientemente extensas para comprender toda la diversidad de condiciones sociales, económicas, culturales, históricas, etc., a las que la niña o niño responde en su identidad, acción y contexto como tal, o cuándo sucede esta transformación en adolescente, o propiamente en adulta o adulto, acorde a sus responsabilidades y obligaciones reales. Desde diversas disciplinas no jurídicas, la tendencia es a señalar que son características orientadoras pero no determinantes en los procesos tanto personales (desde la psicología), como sociales y estructurales (desde la sociología, antropología y economía). En esta perspectiva se encuentran los estudiosos de la Sociología de la Infancia que, entre otros aspectos de debate, incluyen el de la edad como un aspecto no representativo de la transición entre niñez y adultez. Iskra Pavez señala que la comprensión de la niñez en la actualidad debe estar más allá del simple desarrollo biológico, cuestionando el hecho de que los elementos postulados por las ciencias naturales sean tomados como vehículos para la imposición de discursos sociales y políticos, "... [e]l enfoque de la infancia como un momento de desarrollo biológico es necesario y no se niega su existencia, pero no es suficiente para comprender todas las dimensiones del fenómeno social de la niñez contemporánea. Por su parte, Mayall (2000) indica que la visión sobre el desarrollo biológico infantil está basada en presupuestos acerca de los roles de género normativos y deseables en 25 cadasociedad. No obstante, dicho desarrollo biológico de las niñas y los niños ocurre en determinados contextos de clase social, género o pertenencia étnica, es decir, es producido por las propias condiciones sociales en que viven los sujetos infantiles (Mayall, 2000, 2002)" (Pavez, 2012: 87). En entrevista personal realizada a Manfred Liebel, menciona que es necesario tener una visión más diferenciada de la niñez y su desarrollo, sin que éste sea entendido como resultado de la edad cronológica, sino que está relacionado con las experiencias, condiciones de vida, actividades, libertades, responsabilidades, que influyen en el desarrollo de sus capacidades, y que no culminan cuando una persona cumple 18 años. Por otro lado, aunque jurídicamente sí existe esta delimitación referida a la edad, estos derechos tienen para los niños diferentes significaciones, son diferentes según su situación, y también son diferentes en cuanto a las posibilidades de acceder y hacer uso de ellos, así como su valoración "habrá unos más importantes para unos niños y otros más importantes para otros, depende de sus propias condiciones de vida lo que determina esto". En el caso de la adolescencia, se debe tener en cuenta la propia concepción de la persona, ya que en muchos casos son los adolescentes los que ya no se consideran a sí mismos como niños, sin embargo, jurídicamente siguen recibiendo el mismo trato. "El término, niño o niñez, hace a las personas más pequeñas de lo que quieren ser o aparecer, bajo el aspecto de protección es importante tener esta categoría, sin embargo esta categoría no dice todo lo que la persona es. Está por ejemplo el caso de los niños trabajadores: no se entienden como niños, no son personas sin responsabilidad, o personas completamente protegidas, por eso se debe manejar con mucha cautela el tema niñez" (Entrevista a Liebel, 16 de mayo de 2014), ya que tanto niñez como protección son conceptos que se prestan a ambivalencias. Así, el proceso de transformación biológico resulta una categoría que abarca muy pocos de los aspectos integrales de las personas, por lo que sugiere una reflexión profunda de las necesidades que hay para distinguir o sectorializar a las personas en función de su edad, lo que refiere Pavez (2012) como los presupuestos de los roles de género normativos y deseables para cada sociedad. ¿Cuál es entonces la necesidad de distinguir y categorizar la diferencia entre niñez y adultez?, Algunos autores sugieren su relación directa con el control y el poder que el grupo de adultos pueda ejercer sobre la infancia, de modo que hablamos entonces de relaciones de poder, más que de constitución social y estructural de los grupos humanos. 26 Cuando María de los Ángeles de la Rosa presenta las primeras conclusiones de un estudio sobre los derechos de la infancia desde la perspectiva de NNA, recupera esta manera de opresión y control que el mundo adulto ejerce sobre la niñez: "... [s]in embargo, aún no han sido incorporados a la ciudadanía activa, pues justamente falta la incorporación de su derecho a la participación, tanto en la representación de los adultos como en la de ellos mismos. Las relaciones y prácticas entre adultos y niños han estado tradicionalmente atravesadas por relaciones de poder entre la categoría de dominante y la categoría de dominado (Chombart de Lauwe, 1989), pues lo que ha privado regularmente es la representación (y autorepresentación) de los niños como dependientes y vulnerables, de una forma que se opone radicalmente al reconocimiento de la posibilidad de que niños y niñas desarrollen un sentido de pertenencia, de interés por los problemas que afectan a su entorno y con la capacidad de actuar frente a estas dificultades con responsabilidad" (2012:19). De manera que pensar respecto a la necesidad de distinguir a la infancia de la adultez parece estar muy seriamente vinculada a la necesidad de control, sometimiento, monopolio, relaciones de poder, dejando ver que la necesidad de recuperar la auto-concepción y auto- construcción de personas de todas las edades, cruza por cuestionar profundamente los esquemas de relación y construcción sociales en estratos y jerarquías que suponen desigualdad e inequidad. I.3. Los orígenes y fundamentos para legislar y controlar a las infancias y adolescencias. Entrando en esta perspectiva del control social de un grupo sobre otro/s, de las relaciones de poder y sometimiento, Camilo Bácares (2012) hace una revisión respecto al surgimiento de la CDN, y refiere que en los Estados Unidos hacia finales del siglo XIX, que es la época de los reformistas, hubo un movimiento importante de mujeres que desde su posición social y económica, promovieron una serie de modificaciones con respecto al trato de niñas, niños y adolescentes en casos de conflicto con la ley, ya que hasta ese momento no existía diferencia de trato legal entre adultos y menores si se trataba de infracciones a la ley en dicho país. El análisis que realiza desde las conductas sociales que fueron dando fuerza y legitimación al establecimiento del capitalismo, explicando las motivaciones que cultural y 27 estructuralmente están detrás del surgimiento de leyes tutelares y políticas públicas de institucionalización de NNA para evitar que cayeran en infracciones a la ley, es sumamente interesante y enriquecedor. A la par de esta revisión histórica, recupera algunos elementos de la sociedad postindustrial y los procesos de criminalización, exclusión y explotación de ciertos grupos sociales, y señala tres factores que legitiman este proceso, "... aparecen algunas contingencias que podemos denominar superficiales y localizables, y que dejan ver que esta situación reformista se desarrolla con facilidad y no encuentra oposición mayor, ni siquiera entre los retribucionistas que al parecer perdían dominio sobre la infancia debido a tres factores principales: 1) "la ausencia de teóricos importantes en el campo del derecho penal" en los Estados Unidos. 2) Un alto número de administradores, funcionarios y guardianes penales que aseguran una burocracia y cierta concentración de recursos públicos. 3) la claridad de que todo lo planteado como aspiración para los NNA no iba a ser trasladado al mundo de los adultos: el derecho penal seguiría siendo por esencia retribucionista" (Bácares, 2012:81). Además de estos factores, recupera otras motivaciones que allanan el camino para que se establezcan estas estrategias de institucionalización de la infancia, respaldadas en la problemática anterior de las actuaciones con respecto a los NNA infractores, que significarían el tratamiento que debería darse a los NNA no infractores: Necesidad de control social: Bajo el argumento de esta potencial peligrosidad con la que se cargó a los menores de edad, que asumían se debía a falta de cuidados familiares y de escolarización, se establecieron procesos de socialización para que " ...los hicieran respetuosos de la ley. Justamente, por la sobrevivencia de la idea que las nuevas generaciones para ser capital social vivo requerían como estímulo indispensable la regulación, el control y el cuidado del adulto" (Bácares, 2012:82). Argumento que está además reforzado por el temor implícito en la época del sublevamiento de las clases sociales empobrecidas, y obviamente de la rebeldía de los hijos de los obreros y de los pobres, que alimenta la imposición del concepto de situación irregular de la infancia o sea, su no institucionalización. "De aquí se desprende la importancia de la institucionalización, dado que servía para: 1) cuidar, regular, acompañar y ordenar la vida de los NNA sin tutela. 2) enseñar los valores cívicos y la noción de la ley a los NNA infractores, 3) imponer una fuerte moralización a los miembros pequeños de las clases populares. Una fuerte reeducación que los librará de los valores de la pobreza, concebidaen su 28 momento como una "falta de moralidad de las personas (negligencia, relajación, pereza)". Por eso, al NNA considerado peligroso a futuro se le podría arreglar con la introducción de normas y comportamientos característicos del progreso, el orden y la civilización" (Bácares, 2012:83). Etnocentrismo y biología del pobre: Recuperando la imposición ideológica occidental de que la existencia y modo de vida apropiado y civilizado era el europeo durante la colonización, se implementó a través de diferentes métodos violentos y no violentos la concepción de que las culturas originarias eran bárbaras e inferiores, y que estas diferencias en evolución respondían a deficiencias biológicas o genéticas, o sea, que el no civilizado bajo el concepto occidental era entendido y tratado, no como distinto, sino como inferior, incapaz, como defectuoso. "Por lo tanto, se presumía que los pobres eran resultado de la reproducción de deficiencias genéticas de carácter hereditario. Lo que significaba de inmediato varias cosas: 1) que los necesitados eran una manifestación natural a existir por siempre, 2) que dada la condición defectuosa de los NNA pobres, sería necesario por el bien del capital social, tratar de recomponer, de alterar, de desviar con un modelo educativo estricto lo que mandaban los genes de esos NNA" (Bácares, 2012:83). Finalmente, el surgimiento de los Códigos de la Niñez, estuvieron profundamente vinculados a los Códigos Civiles, y vehicularon y legitimaron igualmente la institucionalización de la niñez, bajo el precepto de que hay personas que requieren de otra figura jurídica legal para ser representadas, " ...con anterioridad al derecho de menores se podía encontrar en el derecho civil dos visiones sobre la "persona"; una referida a los que tenían capacidad de autogobernarse y otra de los que tenían una incapacidad innata que los obligaba a depender jurídicamente de otros y a requerir siempre una representación adulta para que sus actos o negocios jurídicos tengan validez legal: NNA" (Bácares, 2012:85). Y en este sentido es que se fue imponiendo también la idea de la homogeneidad en este colectivo que era criminalizado, necesitado de institucionalización, de control social por parte de los grupos en el poder, y peligroso en función de su estatus social. Y que sigue siendo concebido de manera unificada, uniforme, homogénea, incluso por la propia CDN, que si bien ha facilitado la vigencia y aplicación de derechos en la infancia, también ha aportado a la falsa idea de que niña, niño y adolescente es un ente uniforme ante el mundo adulto. 29 "Desde la aparición de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se cree y se confía, por lo menos en un entramado jurídico que existe una idea unificada sobre la infancia y el niño en cada uno de los países que la suscribieron. De hecho, que toda su vida se resume en la postulación del sujeto de derechos. No obstante, la cuestión no es tan sencilla como parece en lo que se entiende como una definición unívoca sobre la infancia, en especial, cuando de ella se espera una nueva forma de interacción entre el mundo adulto y el infanto-adolescente" (Bácares, 2012:39). Este recorrido histórico facilita seguir el camino por el que se ha construido el deber ser de las infancias y las adolescencias en función de los intereses del mundo adulto dominante, y que ha sido impuesto a las afectadas/os, en la mayoría de los casos con consecuencias violentas o punitivas frente al desacato. Vale la pena entonces recordar a diferentes teóricos cuando cuestionan que la definición o categorización de la infancia se deba a un proceso de temporalidad. Liebel (entrevista realizada el 16 de mayo de 2014) por ejemplo, hace constantemente hincapié en que el beneficio único que tiene la clasificación de edades respecto a la niñez y la adolescencia es a nivel jurídico, ya que en esa concepción el trato sí está claramente diferenciado ante las leyes, pero en realidad la concepción de niñez y adolescencia debería responder al contexto social y cultural de cada persona. Pavez comparte esta perspectiva "En este caso se considera que la vida de los individuos es un fenómeno social desde el nacimiento y, por lo tanto, toda la vida social está afectada por las fuerzas y el poder de la estructura social. El individuo, incluso siendo niña o niño, siempre tiene un cierto grado de autonomía y una subjetividad propia (Rodríguez, 2007:40 y ss.) " (2012:90). De la Rosa plantea en una investigación muy interesante respecto a las representaciones sociales de niñas y niños de 8 a 15 años sobre ser niñas o niños, que ha realizado durante varios años con diferentes grupos en el Distrito Federal, que "... como actores sociales, los niños se relacionan y actúan en su entorno social, no sólo en función de aquellas condiciones y oportunidades que se les ofrecen, sino a partir de aquellas que perciben, es decir, desde aquellas desde las cuales se sienten interpelados/as, de acuerdo a las representaciones sociales que se hayan formado de sí mismos/as" (2012:16). Pero a la vez, al trabajar con este grupo de niñas, niños y adolescentes su relación con sus derechos, explica que 30 "... [l]os niños relacionan sus derechos con bienes materiales, sociales y simbólicos presentes en su vida diaria, e identifican que tienen principalmente una función de protección. También les atribuyen una función orientadora de lo que pueden o no hacer, tanto desde el punto de vista legal como moral" (2012:16). Vale la pena detenerse a reflexionar un poco sobre el hecho de la relación que establece este grupo estudiado entre sus derechos y la idea de protección, ya que se puede identificar una similitud entre la percepción de necesitar protección que tienen estas NNA y la revisión que se puede hacer la obligación del mundo adulto para con la infancia, de manera que nos podemos cuestionar si, en efecto, ésta es la interpretación propia de NNA respecto a una reflexión e interiorización propia de su existencia y coexistencia como persona frente a otras personas, o es la reproducción de la información que por diversas maneras han recibido del contexto respecto a su ser infante, de manera que se debe examinar de otra manera o más profundamente el origen de esta auto-percepción. Así, de la Rosa señala más adelante en el texto que "... [l]os derechos que tienen más presentes los niños son aquellos relacionados con la provisión, seguidos por los de protección especial [...] Dar mayor relevancia a los derechos de provisión y de protección, dejando a un lado los de participación, es consecuente con una representación adultocéntrica y paternalista sobre la infancia, donde los niños vuelven a quedar, a pesar del reconocimiento de sus derechos, en un papel de subordinación y dependencia respecto de los adultos" (2012:16). Esto da pie a las reflexiones del siguiente apartado respecto a la universalización de la infancia, añadiendo a la comprensión de lo ya expuesto en dos vías: la construcción adultocéntrica de la infancia, y la carencia de una autoconstrucción conceptual de las infancias por sí mismas, facilitando la difusión y aceptación social de la niñez como un concepto único e igual en todo el mundo. I.4. Universalización de los conceptos de niñez o infancia, y adolescencia. La idea generalizada que existe sobre niñas, niños y adolescentes es que son un grupo de personas homogéneas y universales, que están representadas cabalmente bajo el término infancia, sin embargo este término no considera ninguno de los elementos contextuales que hacen diferentes a niñas de niños, de adolescentes mujeres, de adolescentes hombres, incluso de diferentes perfiles de niñas entre ellas, niños entre ellos, como si todas las 31 personas que legalmente aún no son consideradas como mayores de edad, tuvieran exactamente las mismas características,perfiles, necesidades, proyectos, modos de vida, problemáticas, espacios de participación, ascendencia étnica, ideologías, religiones, estratos sociales, capacidades económicas familiares, y más. Esto además de reflejar una percepción única de infancia y adolescencia que no representa a todas las infancias y adolescencias, aporta a la perpetuación de la invisibilización y falta de reconocimiento a la diversidad misma. Con la intención de cubrir con una especie de paraguas conceptual amplio a todas las personas menores de edad -especialmente bajo el enfoque jurídico de los derechos- perpetúa una comprensión de una infancia a partir de la cual se entiende el resto de las infancias, ya sea por igualación, comparación, o puntualización de sus diferencias contra la infancia referente, extendiendo una narrativa que sugiere que hay una infancia modelo y otra serie de infancias que no son modelo, pero que también pueden ser consideradas bajo este paraguas de protección y conceptualización jurídica, usualmente reconocidas como con necesidades especiales, y que promueven una estratificación o jerarquización de las infancias de primera y de las especiales, manteniendo las desigualdades e inequidades. Tal es el caso, por ejemplo, de la información que se encuentra en el sitio web de la Red por los derechos de la infancia en México (REDIM), que es la más grande a nivel nacional al agrupar a 75 organizaciones en 16 diferentes estados de la República, y que en la forma en la que presenta la información permite ilustrar lo mencionado en el párrafo anterior, ya que entre la información que ofrece, se refiere a una infancia general o universal -se asume que mexicana- sobre la que versa la toda la información que se encuentra en el sitio, y en un apartado especial se encuentra un menú sobre otras infancias, donde se refiere a informaciones generales sobre infancias: callejera, indígena, jornalera, migrante y refugiada, privada del control parental, trabajadora, y niños y niñas con discapacidad. (Red por los derechos de la infancia en México, s/f). Si bien es absolutamente cierto que estas temáticas engloban muchos de los contextos en los que se insertan las infancias y adolescencias mexicanas, no son las únicas, ni son las principales o las menos importantes. Esta manera de sugerir una valoración de lo distinto frente a una infancia modelo es lo que debe permitirnos reflexionar sobre el trabajo diario y 32 que reproduce las concepciones de las infancias y adolescencias que les siguen restando valor a unas frente a otras y a todas frente al mundo adulto. Así como la REDIM en su lucha por los derechos de la infancia la conceptualiza como un grupo social universal, promueve además que en este concepto caben infancias y adolescencias como uno sólo. No es ajeno al discurso y las narrativas que sobre infancia y adolescencia se utilizan en los organismos internacionales que, hoy por hoy, tienen un peso muy importante sobre los estados respecto a los lineamientos y políticas públicas sugeridas para la atención y protección de estas poblaciones. En general, las disposiciones y concepciones se han homologado a la definición que promueve la propia Convención de los Derechos del Niño "se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad" (Organización de las Naciones Unidas, 2014). Asumiendo ésta como la definición por antonomasia de la infancia, y en su carácter de jurídicamente válida, lo más común es encontrar que pocos organismos que trabajan en favor de la infancia a distintos niveles locales, regionales, estatales e internacionales, dediquen reflexiones a la concepción de las infancias y adolescencias como representaciones sociales, y asuman su papel pasivo en la recepción de las obligaciones del mundo adulto y legal hacia esta infancia homogeneizada, e incluso como meros consumidores. En el caso, por ejemplo de UNICEF, se puede encontrar que "... [l]a infancia es la época en la que los niños y niñas tienen que estar en la escuela y en los lugares de recreo, crecer fuertes y seguros de sí mismos y recibir el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad amplia de adultos. Es una época valiosa en la que los niños y las niñas deben vivir sin miedo, seguros frente a la violencia, protegidos contra los malos tratos y la explotación. Como tal la infancia significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la edad adulta. Se refiere al estado y la condición de la vida de un niño, a la calidad de esos años" (UNICEF, s/f). A este concepto dominante de infancia, se oponen concepciones que en América Latina están siendo fuertemente rescatadas por distintos colectivos, y no sólo por los movimientos 33 de NNATs, de manera que encontramos la aportación muy precisa de Salvador Millaleo respecto a las culturas indígenas, en particular en la mapuche "en las culturas indígenas la noción de infancia se define por la participación activa de niños y niñas en los procesos comunitarios de sus pueblos; el niño indígena se desarrolla a partir de los contenidos culturales en que están inmersos. Por otra parte, para los pueblos indígenas los niños son su futuro, son el medio que asegura a las comunidades que podrán continuar existiendo como entidades culturales, sociales y políticas diferenciadas respecto de las sociedades no- indígenas [...] allí está la diferencia con la concepción hegemónica occidental. La Convención se abstrae y ve al niño sólo como un sujeto individual. La ideas de qué es trabajar, de infancia e inocencia, de creatividad, no son las mismas en todas las culturas. En ciertas culturas las personas contribuyen a las labores de su comunidad desde niños. Entre los mapuche, por ejemplo, los walpife, que son los niños que ayudan a la machi, tienen una labor muy importante; y los niños también asisten a los trawun, las asambleas comunitarias, y son parte de las luchas de sus comunidades. Los niños son considerados parte de su comunidad y su desarrollo considera las más diversas áreas en las que van cultivando y demostrando sus aptitudes. Cómo se desarrollan, depende de su comunidad." (Comunicaciones ANIDE, 2014). Como se muestra en la Tabla 1. Concepciones de niñez o infancia en la historia, la tendencia a distinguir niñez de adolescencia y éstas de adultez es algo muy reciente en el tiempo, y cabe puntualizar que no es lo mismo que la pubertad, que en muchas culturas se refiere más al momento en el que la persona deja de ser niña o niño y va transformando su rol social de acuerdo con las tradiciones y maneras de la sociedad en la que vive. Reducir estas transformaciones solo a parámetros de edad o biológicos, es recaer en la homogeneización, sin embargo está siendo así asumido por los diferentes países que paulatinamente van modificando en estos términos sus propias legislaciones. En el siguiente apartado hay una breve revisión de la Sociología de la Infancia, que es una línea de estudios de reciente creación y que propone enfoques innovadores respecto a los estudios fenomenológicos de la infancia. I.5. Sociología de la infancia. Es necesario comenzar a distinguir entonces todas las disciplinas y enfoques que bajo los discursos y narrativas de representatividad de la infancia no hacen más que seguir excluyéndola, de los enfoques y estudios que buscan mirar más allá y recuperar a las NNA 34 como personas que viven en el presente, que son parte de la vida cotidiana en sus entornos, que sí se ven constantemente afectadas y afectados por el contexto, pero que también de manera activa -aunque no reconocida ni legitimada- afectan al entorno mismo. En este tenor Mayall sugiere que, a diferencia de lo que se promovió como el siglo de la niñez a través de la importante publicación de Ellen Keya principios del siglo XX, en lugar de hablar del siglo de la niñez se debe hablar del siglo de los profesionales de la niñez, "... y debemos agregar, la disciplina que ha conseguido su dominio, a través de ofrecer conocimiento autoritario y de facto para esos profesionales en la niñez, la psicología del desarrollo. Como otros, yo argumento que el conocimiento psicológico es relevante, pero no es suficiente (p.e. James and Prout 1990/7). Es también relevante y necesario acercarse a las niñas y niños y a la niñez desde nuevas perspectivas" (Mayall, 2000:244). A su vez, Iskra Pavez se refiere a la necesidad de des-naturalizar la concepción universalizada, estereotipada de la infancia que se le concede culturalmente a priori, a través de mirar la niñez como un fenómeno social y como grupo social, "... la Sociología de la Infancia nos permite analizar los estereotipos generacionales atribuidos normativa y arbitrariamente a las personas en función de su edad. Desde la Sociología de la Juventud (Duarte, 2001), la categorización por edades supone ciertos ritos de paso que deben ser cumplidos en cada etapa para ingresar a la siguiente, de manera ascendente y gradual, hasta llegar al estadio deseable que es la adultez; los sujetos que no cumplen con dichas demandas y exigencias según cada edad son excluidos de dicha categoría. Lo anterior se aplica en el estudio de la infancia respecto a las exigencias normativas que recaen sobre las niñas y los niños cuando se evalúa permanentemente la edad en la cual se debe aprender a caminar, a controlar esfínteres, a leer, a escribir... sin considerar los contextos sociales donde ocurren dichos procesos" (Pavez, 2012: 89). Dentro de la Sociología de la Infancia hay diferentes enfoques, principalmente el estructuralista, el constructivista y el relacional. Enfoque estructuralista. A diferencia de los estudios psicológicos, y haciendo especial hincapié respecto a la psicología del desarrollo, este enfoque reconoce que la condición de edad responde a características que resuelven el grado de autoridad (y autoritarismo) de los adultos sobre los que aún no llegan biológicamente a la edad adulta, "... intenta analizar la posición de la niñez en la estructura de las sociedades. La perspectiva estructural parte de la premisa de que la infancia como categoría existe permanentemente en la sociedad, aunque sus miembros se renueven constantemente -tal como ocurre con la juventud-" (Pavez, 2012: 92). 35 Este enfoque se sustenta básicamente sobre estos nueve puntos: • Dentro de cualquier sociedad, la infancia es una estructura social única y particular. • La infancia, desde la sociología, es una categoría social permanente y no una fase transitoria. • Niña o niño conlleva una problemática particular, mientras que la infancia como categoría es una variable claramente social e histórica. • La infancia como categoría es parte integral de la sociedad y de su propia división del trabajo. • Niñas y niños son co-constructores de la infancia y de la propia sociedad. • La infancia está expuesta y coexiste con las mismas fuerzas sociales que las personas adultas, instituciones, política, economía, etc., aunque postula que lo hace de un modo particular. • El que socialmente esté estipulado que niñas y niños son dependientes del mundo adulto, tiene un impacto claro en la invisibilidad y anulación de la infancia en la historia y en la sociedad. • La familia, entendida como institución social, -no padres y madres individuales- son una barrera para la exposición, socialización, difusión, etc., de los intereses y bienestar de niñas y niños, y de la infancia como categoría. • La infancia coincide en características con las clásicas minorías, que son grupos sociales marginados y objetos de paternalismos. (Pavez, 2012; Mayall, 2000). Desde este enfoque estructural se muestran una serie de obstáculos importantes para el reconocimiento y validación de la infancia, en ese sentido, NNA, pero especialmente NNATs enfrentan además otra serie de perspectivas institucionales y categorizaciones que dificultan aún más su participación social y el reconocimiento y atención de sus necesidades e intereses particulares. Enfoque constructivista. El constructivista es un enfoque que postula que la infancia es una construcción social, siendo uno de los enfoques más fuertes. Se rescatan de Proust y 36 James (Pavez, 2012) seis rasgos clave para este nuevo paradigma sociológico respecto a la infancia: • La comprensión de la infancia es a través de una construcción social. • La infancia es una variable de análisis social. • Las relaciones entre niñas y niños son valiosas para el análisis social por sí mismas, sin depender de la perspectiva de las personas adultas. • Niñas y niños son actores sociales que participan activamente en la construcción y determinación de sus vidas y de las de todas las personas que las rodean, también a su vez, de las de las sociedades a las que pertenecen. • La etnografía es un método especialmente útil para la Sociología de la Infancia ya que es el que valora y valida las voces de la niñez como fuentes primarias de información y datos sociológicos. • "Un nuevo paradigma sociológico sobre la infancia da cuenta de la reconstrucción social y política de la infancia en nuestras sociedades" (Pavez, 2012:94). El enfoque constructivista asume que las personas son parte de una estructura social, y esta estructura social afecta a la vida y existencia de estas personas, de estas niñas y de estos niños, así como las personas también afectan a la estructura, de manera que reconoce la capacidad de niñas y niños no sólo de ubicarse en un espacio de esta estructura, sino de la manera en la que se coloca ahí. Este enfoque ofrece también herramientas útiles para estudiar y analizar los movimientos, posicionamientos, demandas y actuaciones de NNATs. Enfoque relacional. Este enfoque considera que en las acciones y definiciones de la infancia, está la propia infancia, y lo que busca es recuperar o rescatar esa participación, esa acción, reconociéndola como agente también constructor, y con un determinado poder en las relaciones establecidas. Entre las principales expositoras de este enfoque se promueven seis premisas (Mayall, 2000; Gaitán, 2012 y Pavez, 2012): 1. Entender el papel que juega el concepto de generación en estas relaciones, y sus dos dimensiones: micro, en el plano individual, y macro, en el social. 37 2. La definición de infancia deriva de un proceso relacional establecido entre el conceptualizado grupo infancia y el conceptualizado adulto. Son las relaciones que se establecen. 3. La infancia es un proceso relacional, pero no se limita exclusivamente a la relación con la adultez o las otras generaciones. 4. Es necesario considerar, -y no sólo considerar sino priorizar ante la invisibilización-, la auto-concepción de la infancia, cómo viven y experimentan su ser relacional. 5. La experiencia de niñas y niños produce un conocimiento necesario también como fundamento y reconocimiento de sus derechos. 6. El orden generacional y de género operan de modo paralelo y complementario en las jerarquías entre hombres y mujeres, y entre personas adultas y niñas y niños. Esto automáticamente infiere un valor, o minusvalor, en relación al jerarca. En sí, desde los tres enfoques, o desde una combinación de enfoques, estamos atendiendo históricamente a un momento crucial en la emergencia de la infancia como generación, como actores sociales y políticos, como agentes vivos, estas transformaciones, de pronto, abren grandes posibilidades de modificar los esquemas históricos de invisibilización, explotación y anulación que las infancias y adolescencias, han vivido. "Mayall (2002: 27, 36) propone el término generationing (hacer generación) similar y complementario a gendering (hacer género)
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