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Movimentos Sociais de Niñas, Niños e Adolescentes Trabalhadores

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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE 
PUEBLA 
 
FACULTAD DE ECONOMÍA 
 
CENTRO DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO 
ECONÓMICO Y SOCIAL 
 
MAESTRÍA EN DESARROLLO ECONÓMICO Y 
COOPERACIÓN INTERNACIONAL 
 
 
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE NIÑAS, NIÑOS Y 
ADOLESCENTES TRABAJADORES EN AMÉRICA 
LATINA Y EL CARIBE FRENTE AL DESARROLLO DEL 
SIGLO XXI 
 
T E S I S 
QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE 
MAESTRÍA EN DESARROLLO ECONÓMICO Y 
COOPERACIÓN INTERNACIONAL 
 
P R E S E N T A 
PATRICIA HIDALGO RAMÉ 
 
 
ASESORA 
DRA. JUDITH ANN CHAFFEE HOPPER 
 
 
 
PUEBLA, PUE., ENERO DE 2015	
  
	
  
	
   II	
  
Agradecimientos. 
Hago un reconocimiento y agradecimiento especial a toda la planta de profesores e 
investigadores de la MDECI 2012-2014 por todo lo aprendido dentro y fuera de los salones, 
que es más de lo que les he expresado. 
A todas y todos los amigos que hice en este trayecto, maestras y maestros, colegas, 
compañeras y compañeros, porque de todos también he aprendido. 
Un agradecimiento especial a mi familia por el apoyo y acompañamiento a lo largo de mis 
estudios. 
Y gracias especialmente a mi hija y compañera de vida que se ha subido a esta y a muchas 
otras aventuras conmigo y siempre ha tenido la disposición de ser feliz. 
 
La realización de esta tesis ha contado con los apoyos académicos e institucionales de la 
Universidad Católica del Uruguay, la REDLAMYC y Gurises Unidos, y a los apoyos 
económicos de CONACYT y el PIFI Y VIEP de la BUAP. 
 
 
	
   III	
  
Resumen. 
 
La tesis coloca en el debate la sistemática invisibilización de niñas, niños y adolescentes en 
las sociedades occidentales contemporáneas. A través del análisis de los discursos y las 
narrativas dominantes sobre el desarrollo y su abordaje de la infancia, se descubren 
relaciones de poder que mantienen a este sector social en la invisibilidad. 
Asimismo el documento analiza las propuestas de los movimientos de niñas, niños y 
adolescentes trabajadores en América Latina y el Caribe, se identifican propuestas contra 
hegemónicas surgidas desde estos movimientos sociales y que aportan a la construcción de 
enfoques sobre el desarrollo que emergen de los países del Sur. Las reflexiones y 
consideraciones contenidas en el texto, son resultado tanto de la experiencia profesional de 
la autora en organizaciones dedicadas a la infancia, como del trabajo de investigación e 
intercambio surgido de la estancia Practicum, en la REDLAMYC, en el primer semestre del 
2014. 
Como aportación invita a reflexionar en la necesidad de transformar la perspectiva y 
tratamiento hacia las infancias y adolescencias, en relaciones de equidad reconociendo su 
verdadera condición de sujetas y sujetos titulares de derechos. 
 
	
   IV	
  
Índice. 
Siglas utilizadas VII 
Introducción 10 
Capítulo I. De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la sociología de la infancia. 
Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez en la historia, que han 
legitimado su invisibilidad. 18 
I.1. Discursos y narrativas que definen a la niñez. 18 
I.2. El conflicto respecto a la transición de la niñez a la adultez, cruzando la adolescencia. 23 
I.3. Los orígenes y fundamentos para legislar y controlar a las infancias y adolescencias. 26 
I.4. Universalización de los conceptos de niñez o infancia, y adolescencia. 30 
I.5. Sociología de la infancia. 33 
I.6. Conclusiones. 40 
Capítulo II. La Convención de los Derechos del Niño como navaja de dos filos para el 
reconocimiento de las infancias y adolescencias. Su aplicación desde la 
REDLAMYC. 42 
II.1. Historia ordinaria de la Convención de los Derechos del Niño. 43 
II.1.1. Antecedentes legales y jurídicos de la Convención de los Derechos del Niño. 43 
II.1.2. La cronología de otros momentos clave que afectan o se ven afectados por la 
Convención de los Derechos del Niño, posterior a su firma y ratificación. 49 
II.2. La Convención de los Derechos del Niño es mucho más que un instrumento jurídico. 52 
II.3. Introducción a la REDLAMYC, y cómo la Convención de los Derechos del Niño 
puede aplicarse de manera parcial, o de manera integral. 57 
II.3.1. ¿Cómo entender una aplicación parcial de la Convención de los Derechos del 
Niño?. 59 
II.3.1.1. Ejercicio desde la experiencia en la REDLAMYC sobre una aplicación parcial de 
la Convención. 62 
II.3.2. ¿Cómo entender una aplicación integral de la Convención de los Derechos del 
Niño?. 66 
	
   V	
  
II.3.2.1. Ejercicio desde la experiencia en la REDLAMYC sobre una aplicación integral 
de la Convención. 69 
II.4. Conclusiones 72 
Capítulo III. El concepto dominante de desarrollo y su impacto en las infancias y 
adolescencias: el discurso en la agenda internacional sobre infancia, las políticas 
públicas neoliberales y el asistencialismo y proteccionismo que anulan infancias y 
adolescencias. 73 
III.1. El concepto dominante de desarrollo. 74 
III.2. El discurso en la Agenda Internacional sobre infancia que se apega al concepto 
hegemónico de desarrollo. 81 
III.3. Políticas públicas neoliberales en América Latina, asistencialismo y proteccionismo. 94 
III.4. Incidencia y esfuerzos por el ejercicio y exigibilidad de los derechos de NNA en 
América Latina. 101 
III.5. Conclusiones. 106 
Capítulo IV. Los 'otros desarrollos' y los movimientos sociales emancipatorios. El caso de 
las Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores en América Latina como ejemplo 
de lucha contra el Neoliberalismo. 109 
IV.1. Movimientos sociales emancipatorios. 110 
IV.2. Emancipación social como reclamo de visibilidad. Caso de los NNATs en América 
Latina como movimiento social emancipatorio. 114 
IV.3. Otros retos para los NNATs. 127 
IV.4. Conclusiones. 131 
Conclusiones e inquietudes generadas. 134 
Referencias bibliográficas 138 
Tablas 
Tabla 1. Concepciones de niñez o infancia en la historia 143 
Tabla 2. Cronología de fechas históricas importantes en torno a la Convención de los 
Derechos del Niño. 149 
	
   VI	
  
Relación de Anexos integrados digitalmente en CD adjunto 
Anexo 1. Declaración de Ginebra 
Anexo 2. Carta Magna de los Derechos del Niño 
Anexo 3. Declaración de los Derechos del Niño 
Anexo 4. Convenio 138 de la Organización Internacional para Trabajo 
Anexo 5. Convención de los Derechos del Niño 
Anexo 6. Convenio 182 de la Organización Internacional para el Trabajo 
Anexo 7. Identidad y Normas de funcionamiento REDLAMYC 
Anexo 8. Comunicado COPIRODEN 
Anexo 9. Comunicado CIDH 56/14 
Anexo 10. Declaración de Moscú sobre los Derechos del Niño y la Niña de 1918 
Anexo 11. Declaración de Milán 
	
   VII	
  
Siglas utilizadas. 
AOD Ayuda Oficial al Desarrollo 
BUAP Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 
BM Banco Mundial 
CDN Convención de los Derechos del Niño 
CEPAL Comisión Económica Para América Latina 
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos 
COIPRODEN Coordinadora de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, 
Jóvenes y sus Derechos 
CONACYT Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología 
CONNATs Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores 
CORENATs Coordinación Regional de los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores 
de Venezuela 
CCSS Ciencias Sociales 
DDHH Derechos Humanos 
DIF Desarrollo Integral de la Familia 
ECOSOC Consejo Económico y Social (Economical and Social Council) 
FMI Fondo Monetario Internacional 
FSM Foro Social Mundial 
IFEJANT Instituto de Formación para Educadores de Jóvenes, Adolescentes y Niños 
Trabajadores de América Latina y el Caribe 
INM Instituto Nacional de Migración 
LGBT Movimiento Lésbico Gay Bisexual Transexual 
MANTHOC Movimiento de Adolescentes Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos 
MDECI Maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional 
MNMMR Movimiento Nacional de Niños y Niñas dela Calle (Movimento Nacional do 
Meninhos e Maninas de Rua) 
MNNATs Movimientos de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores 
	
   VIII	
  
MNNATSOP Movimiento Nacional de NATs Organizados del Perú 
MOCHINATs Movimiento Chileno de Niños Trabajadores 
MOLACNATS Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes 
Trabajadores 
MORENATS Movimiento Regional de Niños Trabajadores 
NNA Niñas, niños y adolescentes 
NNATs Niñas, niños y adolescentes trabajadores 
NATRAS Movimiento de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores 
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico 
OEA Organización de los Estados Americanos 
ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio 
OIT Organización Internacional para el Trabajo 
ONATSCOL Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Colombia 
ONG Organización No Gubernamental 
ONU Organización de las Naciones Unidas 
ONU-HABITAT Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos. 
PISA Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (Programme for 
International Student Assessment) 
ProNATs Pro los Niños y Adolescentes Trabajadores 
REDIM Red por los derechos de la infancia en México 
REDLAMYC Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los derechos de los niños, 
niñas y adolescentes 
REDNNYAS Red de niños niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe 
SICD Sistema Internacional de Cooperación al Desarrollo 
SRE Secretaría de Relaciones Exteriores 
UNATsBO Unión de Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia 
UNICEF Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia 
(United Nations International Children's Emergency Fund) 
	
   IX	
  
VIH/SIDA Virus de Inmunodeficiencia Humana / Síndrome de Inmunodeficiencia 
Adquirida 
WUF7 Séptimo Foro Urbano Mundial (World Urban Forum 7) 
	
  
	
   10	
  
Introducción. 
 
Al realizar esta sistematización a modo de tesis de maestría busco responder a dos 
interrogantes que si bien pueden parecer distintas, están hondamente asociadas en el origen 
de las reflexiones principales. 
La primera y por que responde también al interés personal de estudiar esta maestría, está 
relacionada con la necesidad de sistematizar las reflexiones que a lo largo de mi experiencia 
con distintas organizaciones de la sociedad civil tanto en México, como en sedes de 
organizaciones internacionales. A lo largo de mi trayectoria fui descubriendo que existía 
una carencia de reconocimiento real y palpable de la representación de las niñas, niños y 
adolescentes por sí mismas y mismos, y que más bien, lo que ocurre es una suerte de 
invisibilización de las representaciones por medio de interpretaciones adultistas y roles 
paternales de la protección de sus derechos. Lamentablemente he visto en estos procesos 
aún en organizaciones de larga tradición progresista. 
Es así que la primera pregunta que me formulé con base en esta experiencia en el marco de 
la Maestría fue: ¿cuál es el rol de las infancias y adolescencias trabajadoras en el discurso 
del desarrollo, y cómo se vincula esto a su exclusión e invisibilización? Mientras que la 
segunda pregunta fue: ¿existen otras perspectivas que desde estos grupos están emergiendo 
en América Latina y el Caribe, como pensamiento y conocimiento no hegemónico, y cuáles 
serían entonces las demandas y características particulares? 
La segunda interrogante está relacionada con una lectura desde la práctica, de los discursos 
de desarrollo que discute las dificultades reales para mejorar las condiciones de vida de las 
poblaciones, y lo que parece una incapacidad de ofrecer un mundo mejor. Asimismo la 
reflexión resulta del ejercicio de investigación sobre la estructura y componentes de 
proyectos de desarrollo, a nivel Latinoamérica y que bajo esquemas de desarrollo local, que 
pudieran arrojar luces sobre las bisagras que están permitiendo que las llamadas infancias 
vulnerables sean parte importante de las agendas internacionales, nacionales, estatales y 
municipales, aún cuando las condiciones de vida de las infancias y adolescencias en 
América Latina y el Caribe, se deterioran cada vez más. 
	
   11	
  
Para poder responder a las interrogantes considero crucial traer a la reflexión la 
información generada por niñas, niños y adolescentes, y sus postulaciones y demandas a 
través los movimientos organizados de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el 
Caribe, y en especial de las niñas, niños y adolescentes trabajadores, que son los grupos de 
los que más experiencias conozco. 
Las dos interrogantes en el fondo se han encontrado en la búsqueda del origen de la 
anulación de la infancia como colectivo, o como muchos y muy diversos colectivos 
(mujeres, indígenas), que han sido largamente explotados a favor de los intereses de los 
adultos. 
Así pues, desde la maestría, al estudiar las teorías del desarrollo y buscar comprender el 
proceso por el cual se impone el modelo económico dominante y estudiar igualmente las 
luchas que hay por los otros desarrollos, he podido observar desde otros enfoques y otras 
perspectivas que la conformación de movimientos sociales infantiles sí forman parte de 
estas luchas al no estar sometidos al discurso dominante. Las demandas, propuestas y 
comprensión de los proyectos de vida de las niñas, niños y adolescentes trabajadores sí se 
suman a estas búsquedas de formas distintas de comprender el desarrollo. Encontramos que 
existe una disputa por la comprensión e interpretación del significado de la vida y el 
bienestar desde las niñas, niños y adolescentes y no bajo la dirección y determinación del 
modelo adulto patriarcal que caracteriza a nuestras sociedades latinoamericanas. Hacen 
entonces una confrontación como movimientos sociales, como actores sociales, al 
imperante modelo neoliberal en América Latina y el Caribe. 
Con este bloque de ideas detonadoras de la investigación, realicé prácticas profesionales en 
la Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los derechos de los niños, las niñas y 
los adolescentes (REDLAMYC). La REDLAMYC es la única red latinoamericana que 
representa a organizaciones de la sociedad civil locales congregadas en sus propias 
coaliciones nacionales, y en la que convergen, de acuerdo a las últimas memorias de la 
asamblea anual del 2013, 24 redes nacionales de 19 países. 
Vale la pena señalar que al conocer a la Red, me llamó la atención la ausencia de dos 
organizaciones, una peruana -IFEJANT- y otra internacional -Terre des hommes-, que son 
muy reconocidas por su trabajo con infancias y adolescencias, y especialmente por los 
	
   12	
  
esfuerzos de protección y apoyo a niñas, niños y adolescentes trabajadores. Durante la 
realización de la práctica es que pude comprender la razón por la cual la REDLAMYC no 
es un espacio prioritario de vinculación y difusión para estos organismos, y es debido a su 
perspectiva proteccionista de la infancia trabajadora. 
La estancia de práctica profesional fue un espacio clave para poder trabajar información de 
primera mano sobre los temas que estaba reflexionando desde las teorías. Durante ella, tuve 
la oportunidad de participar en el área de comunicación de la REDLAMYC donde hubo 
acceso a información sobre los temas que se están abordando desde cada país involucrado 
en la Red y los enfoques con los que se están trabajando. La estancia además me permitió 
participar en las reuniones de los comités y consejos, que fueron idóneos para escuchar los 
argumentos y el tratamiento que desde la REDLAMYC se le daba a cada uno de los temas 
seleccionados para acciones puntuales, y también el proceso a través del cuál se priorizaban 
unos sobre otros. Por su parte, el contacto y seguimiento a las comunicaciones con los 
organismos internacionales con los que se vincula la Red, también me ofreció un espacio de 
profunda reflexión e información sobre el manejo de las informaciones y su clasificacióncomo pública o privada, y las estrategias utilizadas para colocar en las agendas de estos 
organismos los temas que la propia Red consideraba prioritarios y que no estaban siendo 
aún abordados. 
Así con nuevas miradas y bastantes más herramientas teóricas para reflexionar sobre mis 
inquietudes, los meses en los que compartí la experiencia del trabajo cotidiano, estructuras 
de funcionamiento, valores, contexto, intereses, de la REDLAMYC, sentaron las bases para 
profundizar sobre la invisibilidad de las infancias y las adolescencias, y comprender el 
aparato estructural por el que se las anula sistemáticamente como actores sociales válidos y 
valiosos, y también poder reflexionar sobre los posibles escenarios en los que se puede dar 
una emergencia de estos colectivos. 
La tesis que someto a su consideración presenta los elementos que considero necesario 
exponer para que se puedan comprender los argumentos y trayectorias que he seguido para 
afirmar que a pesar de la promulgación de la Convención de los Derechos del Niño hace 25 
años, las infancias y las adolescencias siguen siendo los grandes ausentes en los escenarios 
	
   13	
  
públicos y políticos, no sólo en los discursos tradicionales y dominantes, sino también en la 
gran mayoría de las narrativas de los movimientos sociales emergentes en pleno siglo XXI. 
Cabe aclarar que en el texto utilizo el término infancias y adolescencias en plural en lugar 
de singular, porque busco reconocer que hay más de una manera de entender y vivir la 
infancia y adolescencia, no hay una homogeneidad o universalización, sino que hay muchas 
y muy variadas infancias y adolescencias. 
Con esta aclaración espero que a lo largo de la tesis se pueda comprender el sentido que el 
uso de estos términos da a las ideas planteadas. 
El interés de esta investigación es reflexionar sobre las alternativas para lograr que las 
niñas, los niños y los adolescentes no sólo sean considerados como sujetos de derechos 
inalienables, sino que además podamos como sociedades transformar nuestras maneras de 
relacionarnos a fin de reconocer en las y los menores de edad personas iguales y en equidad 
de valor, presencia y peso social y político, con el mundo adulto. 
 
Estructura de la tesis. 
Para compartir las reflexiones y conclusiones a las que he llegado, la tesis está organizada 
de manera que se pueda ir siguiendo el abordaje de diferentes temas vinculados 
directamente a la invisibilización de infancias y adolescencias, y que llevan a mirar en 
conjunto el enfoque que propongo y los elementos principales a ser considerados para una 
transformación de estos esquemas. Los temas son abordados en el siguiente orden. 
En el capítulo primero, intitulado "De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la 
sociología de la infancia. Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez a lo 
largo de la historia, que han legitimado su invisibilidad", se busca recuperar de la 
literatura y la historia los elementos que permiten comprender cómo ha sido mirada y 
tomada en cuenta la niñez en diferentes momentos de la historia. Qué discursos se 
construyeron alrededor de la infancia y cómo se gestaron desde los mundos adultos, el o los 
mundos de la niñez. 
En el capítulo se presentan definiciones de niñez y cuándo termina, a modo de exponer lo 
difuso que resulta referirse a la niñez, especialmente cuando remite a una mera condición 
	
   14	
  
de edad, lo que elimina todas las características familiares, sociales, políticas, económicas, 
culturales, biológicas, y promueve la homologación de un sector social al negar su 
reconocimiento en la diversidad, a nombrarlas y a considerarlas en equidad de derechos 
frente al mundo adulto. Posteriormente se hace un recorrido por las ideas y los discursos 
que fueron generando en momentos clave de la historia occidental las legislaciones 
dirigidas a la infancia, y que están fundadas en la necesidad o el deseo de controlar a un 
sector de la población que podía ser potencialmente riesgoso para el o los grupos en el 
poder. 
Se presenta una reflexión sobre la universalización y homogeneización de la infancias y la 
adolescencias bajo una sola palabra resultante de esta clasificación y conceptualización 
jurídica, volviendo a recuperar la necesidad de reconocer diferentes infancias y 
adolescencias con el mismo valor y derechos. 
Finalmente, una breve recuperación de los postulados de la Sociología de la Infancia que 
propone estudios y análisis distintos, promoviendo intrínsecamente su reconocimiento y 
necesidad de participación en su propia concepción e imagen social, y reconociendo 
profundamente en particular su rol como agentes sociales, políticos y económicos, bajo los 
tres enfoques que han sido propuestos: el estructuralista, el constructivista y el relacional. 
Por su parte, en el capítulo segundo, "La Convención de los Derechos del Niño como 
navaja de dos filos para el reconocimiento a las infancias y adolescencias. Aplicación 
de la Convención desde la REDLAMYC", se analiza la Convención de los Derechos del 
Niño superando el enfoque jurídico y legal. Es importante resaltar que la utilización legal, 
su carácter internacional, y especialmente su calidad de vinculante han sido fundamentales 
para la exigibilidad y el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Sin 
embargo uno encuentra que no ha sido suficiente para poder dimensionar cómo su 
utilización limitada no impacta en una transformación profunda de las relaciones de poder y 
control del mundo adulto con el de la niñez. 
Es necesario abrir el espectro a una comprensión de la utilidad de la Convención como 
herramienta de reflexión, apropiación, reconocimiento y protección de las infancias y 
adolescencias en su carácter de titulares de derechos en equidad con las y los adultos. Su 
aplicación de una manera más reflexionada permite posibilitar transformaciones de fondo 
	
   15	
  
en la estructura social que actualmente conocemos y sus relaciones de poder y control sobre 
niñas, niños y adolescentes, en beneficio también de otros grupos sociales excluidos e 
invisibilizados, como lo han sido las mujeres y los indígenas. El capítulo hace un breve 
recorrido por la historia, que pueda contextualizar el surgimiento de la Convención y su 
contexto, ya que eso permite identificar también elementos clave para comprender la 
concepción de la niñez, y las actuales herramientas de los discursos desarrollistas que 
perpetúan su invisibilización y anulación. 
Se encuentran en este capítulo, la mayor parte de las reflexiones y análisis surgidos de la 
práctica profesional, de manera que en la segunda parte del capítulo, la REDLAMYC se 
vuelve un instrumento de análisis en sus prácticas cotidianas para ir ejemplificando las 
reflexiones que voy haciendo a lo largo de la sección. Ahí se encuentran explícitos los 
ejemplos en una realidad cotidiana de cómo un mismo organismo puede a su vez hacer una 
utilización parcial de la Convención en una circunstancia precisa, y otra utilización integral 
en circunstancias distintas, de manera simultánea. El interés aquí es reflexionar sobre el 
actuar cotidiano como sociedad en nuestra percepción y tratamiento para con niñas, niños y 
adolescentes. 
Finalmente el cierre del capítulo recupera el valor de organizaciones como la REDLAMYC 
en la lucha diaria por la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, pero 
también la necesidad de mejorar estas prácticas a través de comprensiones y utilizaciones 
integrales de la Convención de los Derechos del Niño. 
El tercer capítulo, "El concepto dominante de desarrollo y su impacto en las infancias y 
adolescencias: el discurso en la agenda internacional sobre infancia, las políticas 
públicas neoliberales y el asistencialismo y proteccionismo que anulan infancias y 
adolescencias", lo destino a recuperar muchos de los aprendizajes teóricos de la maestría 
quedieron solidez y coherencia a las reflexiones sobre la invalidez de la infancia en el 
mundo actual. De manera que es un capítulo que tiene reflexiones más analíticas y teóricas 
que prácticas, muy necesarias para comprender el entramado social, político y económico 
que da estructura a los discursos que sustentan la comprensión y utilización de las 
legislaciones y programas políticos y sociales de desarrollo enfocados al bienestar de la 
infancia. Lo que va de la mano de la comprensión del discurso y la agenda internacional 
	
   16	
  
para la infancia y de donde recupero brevemente la experiencia de la REDLAMYC en su 
propia agenda de trabajo. 
Así, lo primero es un recorrido por el discurso del desarrollo, vinculando y rescatando los 
elementos que promueven la invisibilización de la infancia. Posteriormente recupero de 
líneas generales del modelo neoliberal que está imperando en Latinoamérica, los elementos 
que ofrecen la perspectiva de infancias y adolescencias como un sector social meramente 
receptor de los beneficios del estado, en condiciones de mucha desventaja y vulnerabilidad, 
pero sin posibilidades de actuar por sí mismos, o de ser sujetos activos en la construcción 
política de sus países. 
Finalmente resalto elementos del discurso de desarrollo imperante que impone el concepto 
de infancia sin diversidad y asimilable al modo de vida occidental, manteniendo en 
marginación y desconocimiento a las infancias y adolescencias de América Latina y el 
Caribe. 
Para el cuarto y último capítulo, "Los 'otros desarrollos' y los movimientos sociales 
emancipatorios. El caso de las Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores en América 
Latina como ejemplo de lucha contra el Neoliberalismo", retomo ya en contraste con el 
capítulo tercero, a las infancias y adolescencias como actores sociales. 
Comenzando por traer a la reflexión la existencia y propuestas de movimientos sociales que 
buscan otros desarrollos al hegemónico, contextualizo un momento histórico en el que se 
está cuestionando fuertemente el modelo civilizatorio y las estructuras de poder que lo 
sostienen. 
Posteriormente en la revisión de algunas de las propuestas, demandas, historias, y luchas de 
los movimientos de NNA y NNATs, recupero los elementos que permiten mirarlos como 
movimientos en resistencia y portadores de banderas de otros desarrollos, y que a su vez 
luchan por ser reconocidos y tener un espacio de representación pública también 
reconocido por estos mismos movimientos alternativos al desarrollo convencional, que con 
mucha frecuencia también mantienen en la exclusión e invisibilidad a las infancias y 
adolescencias. 
Concluyo este capítulo recuperando los elementos clave que permiten reconocer a los 
movimientos de NNATs como movimientos confrontantes de las políticas y modelos 
	
   17	
  
económicos neoliberales vigentes en sus países de residencia, y recuperando el valor de sus 
luchas como una conformación de movimientos alternativos, de otros desarrollos, y 
revisando a su vez los propios retos internos que estos movimientos tienen para mayor 
coherencia. 
El último capítulo es de "Conclusiones e inquietudes generadas", recupero las 
principales reflexiones, propuestas y conclusiones de cada capítulo para dar forma a una 
especie de síntesis de todo el proceso de argumentación y discusión llevado a cabo en la 
investigación, de manera que se agrupen las líneas generales de pensamiento que dieron 
con este documento escrito a modo de tesis de maestría. Así como nuevas y posibles 
perspectivas que, derivadas de el cúmulo de reflexiones propuestas a lo largo de la 
investigación, abren líneas de investigación respecto a otros temas clave que se va haciendo 
necesario trabajar a modo de comprender profundamente y transformar las situaciones de 
inequidad y exclusión que diariamente se viven en el mundo. Entre las que se puede 
abordar el discurso lleno de cargas de valor negativas hacia los llamados 'ni-nis'. 
Por otro lado también es interesante descubrir que puede ser posible que la estructura y 
organización de los MNNATs en América, pero también en el mundo, hayan podido 
estructurarse y argumentarse conceptualmente en torno al trabajo como espacio detonador 
de la reflexión, comprensión y exigibilidad de sus derechos como seres humanos. 
El documento, también contiene un CD como encarte con una vasta recopilación de 
documentos oficiales relacionados con derechos de la infancia. 
Para concluir, resta mencionar que esta investigación fue también por sí misma una 
herramienta que me permitió afianzar los enfoques con los que pretendo seguir abordando 
mi trabajo con las distintas infancias y adolescencias. También me ha ayudado a reafirmar 
la acción política que como ciudadana tengo de aportar en la construcción de un mundo 
menos injusto y excluyente, esperando que pueda ser de utilidad para personas, 
instituciones y organismos en su labor cotidiana también con distintos sectores en 
condiciones de exclusión e invisibilidad. 
	
   18	
  
Capítulo I. De la historia de la invisibilidad de la infancia, a la sociología 
de la infancia. Un recorrido conceptual de los términos infancia y niñez 
en la historia, que han legitimado su invisibilidad. 
 
Este primer capítulo tiene por objetivo ofrecer una exposición de algunos elementos que 
permiten comprender que las infancias y adolescencias son sistemáticamente invisibilizadas 
y anuladas. Es un ejercicio que va desde el recorrido por el significado literal de la palabra, 
pasando por las conceptualizaciones, los roles históricos y actuales que les han sido 
asignados, así como la universalización de los términos en los que englobamos de manera 
homogénea una gran diversidad. Hago una revisión también del origen de las legislaciones, 
hasta culminar con una revisión de la actual propuesta de la Sociología de la Infancia, que 
propone desde tres enfoques, el estructuralista, el constructivista, y el relacional, la 
posibilidad y la necesidad de estudiar a este grupo social desde otras perspectivas que 
impactan en las relaciones de poder y control que históricamente se han establecido desde 
el mundo adulto, y su perspectiva patriarcal. 
La intención es ofrecer las bases de la reflexión acerca de cómo las narrativas y los 
discursos, que evidencian realidades, han marcado la falta de valor, participación, 
capacidades y derechos de las infancias y adolescencias, y con ello poder abordar la 
necesidad de trabajar en su reconocimiento como sujetas y sujetos de derecho en igualdad 
de condiciones y capacidades con el mundo adulto. Sin este abordaje previo de la historia 
de su invisibilidad, sería sumamente difícil reconocer cuánto de estos discursos y actitudes 
hacia este sector social están aún presentes y muy vigentes en nuestras sociedades. 
 
I.1. Discursos y narrativas que definen a la niñez. 
El estudio de la niñez ha tenido a lo largo de la historia diferentes maneras de definirla y 
acotarla, y ha sido abordada desde distintas disciplinas, pero en todas ha habido un 
componente común, la denominada niñez, incluso en esta época, sigue siendo un sector 
social excluido de la vida social y pública como actor participante, ha sido estudiado y 
	
   19	
  
tratado como ajeno o aún no perteneciente a la sociedad, y como mero ente en proceso de 
ser. 
Desde el mundo adulto reproducimos y perpetuamos un esquema social y de pensamiento 
en donde quien aún no es adulto, es un ser que no es igual a nosotros, y no ser igual a las y 
los adultos se traduce en ser menos que el adulto. Ser niña, niño o adolescente es ser menos, 
incapaz, dependiente, minusválido en los términos de la definición de la Real Academia 
Española "disminución del valor de algo" (2012), o sea que no vales igual que el adulto, por 
lo tanto, tus opiniones, pensamientos, sentimientos, ideas, se ven minusvalorados, y esta 
poca valorización es la que históricamente en las distintassociedades hemos transformado 
en verdad absoluta. 
Aunado a esto, está la concepción de que la niña, el niño o el adolescente está en el proceso 
de ser, de convertirse en, por lo tanto es una promesa de futuro donde el valor que se le 
atribuye está precisamente en ese futuro, haciendo que su presente, su realidad, no tenga 
más valor que el de la inversión a futuro, en este sentido Cussiánovich hace una fuerte 
crítica 
"...[e]l niño como 'potencia', como 'futuro' ha alimentado una cultura que 
finalmente permitía no tomarlo en cuenta en el presente o restringirle ciertos 
derechos a ser reconocidos y ejercidos más adelante; una forma aparentemente 
'protectora' de la infancia, pero justificadora de su insignificatividad en el presente, 
de su no prescindibilidad para la economía, para la política, para las grandes 
decisiones del considerado 'mundo adulto'." (2006:31). 
Hay una extensa serie de estudios e investigaciones sobre las distintas concepciones en 
diferentes lugares y momentos históricos acerca de la niñez, la Tabla 1. Concepciones de 
niñez o infancia en la historia, al final de la tesis, ilustra de modo somero algunas de las 
principales concepciones halladas durante esta investigación. 
De acuerdo con uno de los investigadores contemporáneos más importantes en América 
Latina sobre infancia, Alejandro Cussiánovich, la actual situación de anulación de la 
infancia está más relacionado con la modernidad, 
"... [e]n la cultura occidental, la tendencia ha sido separar al niño del mundo adulto 
'montona social' bajo pretexto de protegerlo ¿del mundo adulto? Quizá nos 
encontramos entonces con un rasgo reconocible de lo que fuera a finales del siglo 
XVIII el pacto de la modernidad que si bien incluía a todos en la declaración de 
los derechos del hombre y del ciudadano, no consideró, en la práctica, como 
	
   20	
  
sujetos, como actores competentes ni a las mujeres, ni a la infancia, ni a los 
indígenas a quienes incorporó sub especie de protegidos, de objéto1 de 
beneficencia, de atención [...] Los niños del mundo acaban de reiniciar un largo 
camino por su dignidad, de forma más explícita, de manera articulada, de 
perspectiva más emancipadora en medio de una sociedad adultista. No obstante, 
luego de quince años de Convención, es aún proporcionalmente una insignificante 
porción de niños y niñas que han avanzado, pues el camino no sólo es largo sino 
cargado de prejuicios que por siglos conforman una especie de sarro ideológico y 
de poder en el mundo adulto" (2006:31). 
De manera entonces, que cualquier estudio sobre infancia debería necesariamente abarcar 
una reflexión sobre qué es lo que se está entendiendo por infancia, con qué finalidad se está 
estudiando, y primordialmente si dicha infancia se reconoce bajo esa categorización, o las y 
los adultos seguimos perpetuando su invisibilización y su anulación por medio de estas 
acciones para la niñez, en beneficio de la niñez sugiere la mayoría, pero sin la participación 
activa y co-responsable de la propia niñez. Así, un primer elemento se refiere a la 
definición internacional de infancia que contempla a toda persona menor de 18 años de 
edad, que se encuentra estipulada en la Convención de los Derechos del Niño. 
El hecho de que la característica única que distingue a la niñez de la adultez sea el rango de 
edad, remite a una concepción única y universalizada de lo que significa la infancia, que si 
bien tiene fundamentos jurídicos importantes respecto a la diferenciación del trato ante la 
ley, también tiene implicaciones que vale la pena señalar, como que se excluyen las 
diferencias socio-culturales a la hora de caracterizar a niñas, niños y adolescentes, 
promoviendo y difundiendo una cosmovisión occidental de la infancia que, dicho sea de 
paso, no coincide con la mayor parte de las tradiciones de los pueblos originarios acerca de 
la transición de la infancia a la adolescencia. De no hacer conciencia de ello, seguiremos 
desdibujando momentos muy enriquecedores en la vida de las personas respecto a sus 
propios procesos y momentos de transición social y modificación de roles, en función de su 
crecimiento, y difuminando las heterogeneidades y diversidades culturales en las infancias 
y las adolescencias. 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
1 Error original en el texto 
	
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Recupero del Primer Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia2, 
realizado en Venezuela en 2003, lo plasmado por las propias niñas, niños y adolescentes en 
lo que se llamó el Gran Documento, 
"... [u]n aspecto primordial que no podemos dejar de lado en nuestra declaración 
“GRAN DOCUMENTO”, es el hecho de que en una semana y por medio de un 
constante, productivo e incansable trabajo e intercambio, hemos podido identificar 
que nuestros países (participantes) sufren con atractiva coincidencia de un factor 
común que consideramos es el propulsor de la mayoría de nuestros problemas 
puntuales. Ese factor común es la discriminación y / o la exclusión, creíamos que 
era la pobreza, pero nos dimos cuenta de que ésta es un factor, que si bien es cierto 
influye como limitación para la participación y el Desarrollo Social, también es 
una consecuencia de muchos otros componentes derivados de situaciones políticas, 
sociales, económicas, entre otros. Además de ello, el aspecto principal de la 
pobreza, es que ella es en sí un elemento de discriminación, puesto que vivimos en 
el día a día la discriminación o la exclusión de niños, niñas y adolescentes por su 
condición socio-económica." (Primer Congreso Mundial sobre los Derechos de la 
Niñez y la Adolescencia, 2003). 
Posteriormente, en el II Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la 
Adolescencia3, en la Declaración de Lima queda plasmada 
"... como temática central La Ciudadanía desde la Niñez y la Adolescencia: La 
exigibilidad de sus derechos. En el discurso de la ciudadanía, desde la niñez y 
adolescencia, el énfasis no sólo está puesto en los derechos civiles y políticos sino 
también en los económicos, sociales y culturales, debiéndose abogar por la 
exigibilidad de los mismos, en aras de su desarrollo y potencial humano desde las 
propias experiencias de NNA y que luchamos porque nuestras voces sean tomadas 
en cuenta en la construcción de políticas de infancia considerando la participación 
protagónica y la organización. 
En el transcurso de estos días hemos conocido y experimentado la gran diversidad 
de situaciones de la infancia y la adolescencia, lo que insta a tomar conciencia de 
la PLURICULTURALIDAD y lo que significa compartir las vivencias y 
experiencias que se vive en el mundo entero, nos identificamos porque 
compartimos problemas comunes, vivimos realidades comunes" (Segundo 
Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, 2005). 
Por su parte, en la declaración de Barcelona en 2007, durante el 3er Congreso Mundial 
sobre Derechos de la Infancia y la Adolescencia4, se puede leer: 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
2 Realizado en la Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela del 23 al 28 de Noviembre de 2003. 
3 El II Congreso Mundial Sobre Derechos de la Niñez y la Adolescencia "La ciudadanía desde la niñez y la 
adolescencia: la exigibilidad de sus derechos", realizado en Lima, Perú, del 21 al 25 de noviembre de 2005.	
  
4 "Durante los días 14 a 19 de noviembre de 2007, en el marco del III Congreso Mundial de los Derechos de 
la Niñez y la Adolescencia, realizado en la ciudad de Barcelona, España, nos reunimos ciento treinta y cuatro 
Niños, Niñas y Adolescentes de más de 20 paísespara intercambiar opiniones, ideas y propuestas en torno a 
	
   22	
  
"... [c]uando hablamos de niños, niñas y adolescentes debemos entender que se 
trata de personas en proceso de formación. Esto hace referencia a que nosotros/as 
tenemos nuestra identidad, la que se compone de derechos y deberes. Cada uno 
construye su propia identidad durante el proceso de desarrollo a medida que 
madura su sentido crítico. Nosotros/as somos los constructores de nuestra propia 
identidad, pero ésta también está íntimamente ligada a las personas que nos rodean 
y a las oportunidades que tenemos [...] las niñas, los niños y adolescentes tenemos 
voz y voto como protagonistas del mundo presente y futuro, recordando y 
mejorando los errores del pasado. Somos sujetos de derecho escribiendo nuestra 
propia historia" (Tercer Congreso Mundial sobre los Derechos de la Niñez y la 
Adolescencia, 2007:10). 
Con estos extractos recuperados de los documentos producidos durante los distintos 
Congresos Mundiales sobre Derechos de Niñez y Adolescencia, que han sido realizados 
con el apoyo de grupos de adultos, academias y organizaciones de la sociedad civil, así 
como algunos gobiernos, pero que en esencia han sido dirigidos por ellas y ellos para 
diversas infancias y adolescencias participantes, se puede recuperar de manera importante 
que los esfuerzos realizados por NNA respecto a su propia identidad los envisten de 
facultades que, como hemos revisado históricamente, les han sido sistemáticamente 
negadas, y que señalan su propia cosmovisión respecto de sí mismas y mismos. 
Para cerrar con este apartado, vale la pena recuperar que durante la entrevista realizada a 
Manfred Liebel (realizada el 16 de mayo de 2014)5, éste señalaba de manera muy enfática y 
puntual, que la diferencia entre los colectivos asociados de grupos excluidos, como 
mujeres, sindicatos, y obreros, por mencionar algunos, y los movimientos de los NNATs, 
es el reconocimiento público que hacen de su incapacidad de representar a todas y todos 
los NNATs, debido a la gran variedad, diversidad y dificultades de asociación que cada 
colectivo tiene para vincularse a un movimiento como el de los MOLACNATS. Sin 
embargo, siempre se está recordando y valorando el trabajo y la existencia de todas y todos 
aquellos que, durante las asambleas o reuniones, no se encuentran presentes o 
representados. 
 
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
temas de nuestro interés. Es por ello que queremos exponer nuestras consideraciones y conclusiones sobre los 
siguientes temas: POBREZA; SALUD; MALTRATO; IDENTIDAD; EDUCACION y PARTICIPACION." 
5 Sociólogo y educador, Asesor del Movimiento Latinoamericano de Niños, Niñas y Adolescentes 
Trabajadores (MOLACNATS). Coordinador de la Red Europea de Maestrías sobre Derechos de la Infancia y 
Director del Instituto de Educación Global y Estudios Internacionales de la Academia Internacional en la 
Universidad Libre de Berlín. 
	
   23	
  
I.2. El conflicto respecto a la transición de la niñez a la adultez, cruzando 
la adolescencia. 
La transición a la adolescencia es un debate necesario respecto al tema de la infancia. Si 
bien es cierto que en la estructura y organización de las sociedades existen parámetros para 
agrupar o clasificar a las personas que la conforman, también es cierto que, desde 
perspectiva jurídica y legal, estos parámetros responden clasificaciones y/o definiciones 
muy rígidas con respecto a los sujetos a los que se refiere, y el caso de la niñez no está 
ajeno. 
En el orden social moderno de los Estados estructurados como los encontramos hoy día, 
cada uno tiene su propia Carta Magna o Constitución, que determina cómo es la 
organización y administración de dicho estado, y que se conforma básicamente por un 
conglomerado de normatividades que facultan y determinan el modo de aplicar las leyes en 
dicho país, y el tipo de relación que se establece y el funcionamiento entre estado y 
sociedad. 
Estas constituciones establecen entre sus articulados, los parámetros con los que se definirá 
si una persona es menor de edad (niña o niño), o es adulto, y si una persona es (en cualquier 
caso) ciudadana o ciudadano, o no, y los derechos y obligaciones que en cada caso 
corresponden. 
Para el caso de América Latina y el Caribe el tema de la mayoría de edad queda unificado 
de manera general en el momento en que una persona cumple 18 años, y digo general ya 
que algunos países como Argentina, no hace muchos años que modificaron su constitución 
para reducir de 21 a 18 la mayoría de edad, o como el Salvador donde la ley estipula que se 
es mayor de edad, o adulto, hasta los 21 años cumplidos. Para el caso, tomaré como 
referencia la Convención de los Derechos del Niño, que ha sido firmada y ratificada por 
todos los países que conforman la región latinoamericana y caribeña, y que al ser 
vinculante compromete a cada uno de los Estados Parte a armonizar sus leyes y normativas 
a modo de respetar y hacer valer estos compromisos internacionales, y cuya definición 
sobre niñez ha sido mencionada en el apartado anterior. 
	
   24	
  
En este sentido hay países que han avanzado en el trabajo de caracterizar y distinguir a 
niñas y niños de adolescentes, siendo en su mayoría que se ha establecido que antes de los 
14 años cumplidos tendrá tratamiento legal como niña o niño, entre los 14 y 17 como 
adolescente, y a partir de los 18 o 21, según el caso, como mayor de edad. 
Aunado a esta clasificación por edad de las personas, están las propias legislaciones que 
determinan además, las condiciones en las que una persona será considerada como 
ciudadano o ciudadana de un país, estatus que refiere otro tipo de obligaciones y derechos a 
los que propiamente aplican a los menores de edad, tales como la participación social en las 
decisiones políticas, el derecho a sufragar, o la limitación a la voz pública si aún no se es 
ciudadano, y, entre otras, los parámetros bajo los que rigen las condiciones laborales -de 
ciudadanos y ciudadanas-, siendo que en el caso de las y los menores de edad, aplican leyes 
y normativas específicas para su condición laboral. 
En general, el debate está en torno a si estas características plasmadas en las legislaciones 
son suficientemente extensas para comprender toda la diversidad de condiciones sociales, 
económicas, culturales, históricas, etc., a las que la niña o niño responde en su identidad, 
acción y contexto como tal, o cuándo sucede esta transformación en adolescente, o 
propiamente en adulta o adulto, acorde a sus responsabilidades y obligaciones reales. 
Desde diversas disciplinas no jurídicas, la tendencia es a señalar que son características 
orientadoras pero no determinantes en los procesos tanto personales (desde la psicología), 
como sociales y estructurales (desde la sociología, antropología y economía). 
En esta perspectiva se encuentran los estudiosos de la Sociología de la Infancia que, entre 
otros aspectos de debate, incluyen el de la edad como un aspecto no representativo de la 
transición entre niñez y adultez. Iskra Pavez señala que la comprensión de la niñez en la 
actualidad debe estar más allá del simple desarrollo biológico, cuestionando el hecho de 
que los elementos postulados por las ciencias naturales sean tomados como vehículos para 
la imposición de discursos sociales y políticos, 
"... [e]l enfoque de la infancia como un momento de desarrollo biológico es 
necesario y no se niega su existencia, pero no es suficiente para comprender todas 
las dimensiones del fenómeno social de la niñez contemporánea. Por su parte, 
Mayall (2000) indica que la visión sobre el desarrollo biológico infantil está 
basada en presupuestos acerca de los roles de género normativos y deseables en 
	
   25	
  
cadasociedad. No obstante, dicho desarrollo biológico de las niñas y los niños 
ocurre en determinados contextos de clase social, género o pertenencia étnica, es 
decir, es producido por las propias condiciones sociales en que viven los sujetos 
infantiles (Mayall, 2000, 2002)" (Pavez, 2012: 87). 
En entrevista personal realizada a Manfred Liebel, menciona que es necesario tener una 
visión más diferenciada de la niñez y su desarrollo, sin que éste sea entendido como 
resultado de la edad cronológica, sino que está relacionado con las experiencias, 
condiciones de vida, actividades, libertades, responsabilidades, que influyen en el 
desarrollo de sus capacidades, y que no culminan cuando una persona cumple 18 años. 
Por otro lado, aunque jurídicamente sí existe esta delimitación referida a la edad, estos 
derechos tienen para los niños diferentes significaciones, son diferentes según su situación, 
y también son diferentes en cuanto a las posibilidades de acceder y hacer uso de ellos, así 
como su valoración 
"habrá unos más importantes para unos niños y otros más importantes para otros, 
depende de sus propias condiciones de vida lo que determina esto". En el caso de 
la adolescencia, se debe tener en cuenta la propia concepción de la persona, ya que 
en muchos casos son los adolescentes los que ya no se consideran a sí mismos 
como niños, sin embargo, jurídicamente siguen recibiendo el mismo trato. "El 
término, niño o niñez, hace a las personas más pequeñas de lo que quieren ser o 
aparecer, bajo el aspecto de protección es importante tener esta categoría, sin 
embargo esta categoría no dice todo lo que la persona es. Está por ejemplo el caso 
de los niños trabajadores: no se entienden como niños, no son personas sin 
responsabilidad, o personas completamente protegidas, por eso se debe manejar 
con mucha cautela el tema niñez" (Entrevista a Liebel, 16 de mayo de 2014), 
 ya que tanto niñez como protección son conceptos que se prestan a ambivalencias. 
Así, el proceso de transformación biológico resulta una categoría que abarca muy pocos de 
los aspectos integrales de las personas, por lo que sugiere una reflexión profunda de las 
necesidades que hay para distinguir o sectorializar a las personas en función de su edad, lo 
que refiere Pavez (2012) como los presupuestos de los roles de género normativos y 
deseables para cada sociedad. 
¿Cuál es entonces la necesidad de distinguir y categorizar la diferencia entre niñez y 
adultez?, Algunos autores sugieren su relación directa con el control y el poder que el grupo 
de adultos pueda ejercer sobre la infancia, de modo que hablamos entonces de relaciones de 
poder, más que de constitución social y estructural de los grupos humanos. 
	
   26	
  
Cuando María de los Ángeles de la Rosa presenta las primeras conclusiones de un estudio 
sobre los derechos de la infancia desde la perspectiva de NNA, recupera esta manera de 
opresión y control que el mundo adulto ejerce sobre la niñez: 
"... [s]in embargo, aún no han sido incorporados a la ciudadanía activa, pues 
justamente falta la incorporación de su derecho a la participación, tanto en la 
representación de los adultos como en la de ellos mismos. Las relaciones y 
prácticas entre adultos y niños han estado tradicionalmente atravesadas por 
relaciones de poder entre la categoría de dominante y la categoría de dominado 
(Chombart de Lauwe, 1989), pues lo que ha privado regularmente es la 
representación (y autorepresentación) de los niños como dependientes y 
vulnerables, de una forma que se opone radicalmente al reconocimiento de la 
posibilidad de que niños y niñas desarrollen un sentido de pertenencia, de interés 
por los problemas que afectan a su entorno y con la capacidad de actuar frente a 
estas dificultades con responsabilidad" (2012:19). 
De manera que pensar respecto a la necesidad de distinguir a la infancia de la adultez 
parece estar muy seriamente vinculada a la necesidad de control, sometimiento, monopolio, 
relaciones de poder, dejando ver que la necesidad de recuperar la auto-concepción y auto-
construcción de personas de todas las edades, cruza por cuestionar profundamente los 
esquemas de relación y construcción sociales en estratos y jerarquías que suponen 
desigualdad e inequidad. 
 
I.3. Los orígenes y fundamentos para legislar y controlar a las infancias y 
adolescencias. 
Entrando en esta perspectiva del control social de un grupo sobre otro/s, de las relaciones 
de poder y sometimiento, Camilo Bácares (2012) hace una revisión respecto al surgimiento 
de la CDN, y refiere que en los Estados Unidos hacia finales del siglo XIX, que es la época 
de los reformistas, hubo un movimiento importante de mujeres que desde su posición social 
y económica, promovieron una serie de modificaciones con respecto al trato de niñas, niños 
y adolescentes en casos de conflicto con la ley, ya que hasta ese momento no existía 
diferencia de trato legal entre adultos y menores si se trataba de infracciones a la ley en 
dicho país. 
El análisis que realiza desde las conductas sociales que fueron dando fuerza y legitimación 
al establecimiento del capitalismo, explicando las motivaciones que cultural y 
	
   27	
  
estructuralmente están detrás del surgimiento de leyes tutelares y políticas públicas de 
institucionalización de NNA para evitar que cayeran en infracciones a la ley, es sumamente 
interesante y enriquecedor. 
A la par de esta revisión histórica, recupera algunos elementos de la sociedad postindustrial 
y los procesos de criminalización, exclusión y explotación de ciertos grupos sociales, y 
señala tres factores que legitiman este proceso, 
"... aparecen algunas contingencias que podemos denominar superficiales y 
localizables, y que dejan ver que esta situación reformista se desarrolla con 
facilidad y no encuentra oposición mayor, ni siquiera entre los retribucionistas que 
al parecer perdían dominio sobre la infancia debido a tres factores principales: 1) 
"la ausencia de teóricos importantes en el campo del derecho penal" en los Estados 
Unidos. 2) Un alto número de administradores, funcionarios y guardianes penales 
que aseguran una burocracia y cierta concentración de recursos públicos. 3) la 
claridad de que todo lo planteado como aspiración para los NNA no iba a ser 
trasladado al mundo de los adultos: el derecho penal seguiría siendo por esencia 
retribucionista" (Bácares, 2012:81). 
Además de estos factores, recupera otras motivaciones que allanan el camino para que se 
establezcan estas estrategias de institucionalización de la infancia, respaldadas en la 
problemática anterior de las actuaciones con respecto a los NNA infractores, que 
significarían el tratamiento que debería darse a los NNA no infractores: 
Necesidad de control social: Bajo el argumento de esta potencial peligrosidad con la que 
se cargó a los menores de edad, que asumían se debía a falta de cuidados familiares y de 
escolarización, se establecieron procesos de socialización para que 
" ...los hicieran respetuosos de la ley. Justamente, por la sobrevivencia de la idea 
que las nuevas generaciones para ser capital social vivo requerían como estímulo 
indispensable la regulación, el control y el cuidado del adulto" (Bácares, 2012:82). 
Argumento que está además reforzado por el temor implícito en la época del sublevamiento 
de las clases sociales empobrecidas, y obviamente de la rebeldía de los hijos de los obreros 
y de los pobres, que alimenta la imposición del concepto de situación irregular de la 
infancia o sea, su no institucionalización. 
"De aquí se desprende la importancia de la institucionalización, dado que servía 
para: 1) cuidar, regular, acompañar y ordenar la vida de los NNA sin tutela. 2) 
enseñar los valores cívicos y la noción de la ley a los NNA infractores, 3) imponer 
una fuerte moralización a los miembros pequeños de las clases populares. Una 
fuerte reeducación que los librará de los valores de la pobreza, concebidaen su 
	
   28	
  
momento como una "falta de moralidad de las personas (negligencia, relajación, 
pereza)". Por eso, al NNA considerado peligroso a futuro se le podría arreglar con 
la introducción de normas y comportamientos característicos del progreso, el 
orden y la civilización" (Bácares, 2012:83). 
Etnocentrismo y biología del pobre: Recuperando la imposición ideológica occidental de 
que la existencia y modo de vida apropiado y civilizado era el europeo durante la 
colonización, se implementó a través de diferentes métodos violentos y no violentos la 
concepción de que las culturas originarias eran bárbaras e inferiores, y que estas diferencias 
en evolución respondían a deficiencias biológicas o genéticas, o sea, que el no civilizado 
bajo el concepto occidental era entendido y tratado, no como distinto, sino como inferior, 
incapaz, como defectuoso. 
"Por lo tanto, se presumía que los pobres eran resultado de la reproducción de 
deficiencias genéticas de carácter hereditario. Lo que significaba de inmediato 
varias cosas: 1) que los necesitados eran una manifestación natural a existir por 
siempre, 2) que dada la condición defectuosa de los NNA pobres, sería necesario 
por el bien del capital social, tratar de recomponer, de alterar, de desviar con un 
modelo educativo estricto lo que mandaban los genes de esos NNA" (Bácares, 
2012:83). 
Finalmente, el surgimiento de los Códigos de la Niñez, estuvieron profundamente 
vinculados a los Códigos Civiles, y vehicularon y legitimaron igualmente la 
institucionalización de la niñez, bajo el precepto de que hay personas que requieren de otra 
figura jurídica legal para ser representadas, 
" ...con anterioridad al derecho de menores se podía encontrar en el derecho civil 
dos visiones sobre la "persona"; una referida a los que tenían capacidad de 
autogobernarse y otra de los que tenían una incapacidad innata que los obligaba a 
depender jurídicamente de otros y a requerir siempre una representación adulta 
para que sus actos o negocios jurídicos tengan validez legal: NNA" (Bácares, 
2012:85). 
Y en este sentido es que se fue imponiendo también la idea de la homogeneidad en este 
colectivo que era criminalizado, necesitado de institucionalización, de control social por 
parte de los grupos en el poder, y peligroso en función de su estatus social. 
Y que sigue siendo concebido de manera unificada, uniforme, homogénea, incluso por la 
propia CDN, que si bien ha facilitado la vigencia y aplicación de derechos en la infancia, 
también ha aportado a la falsa idea de que niña, niño y adolescente es un ente uniforme ante 
el mundo adulto. 
	
   29	
  
"Desde la aparición de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se cree 
y se confía, por lo menos en un entramado jurídico que existe una idea unificada 
sobre la infancia y el niño en cada uno de los países que la suscribieron. De hecho, 
que toda su vida se resume en la postulación del sujeto de derechos. No obstante, 
la cuestión no es tan sencilla como parece en lo que se entiende como una 
definición unívoca sobre la infancia, en especial, cuando de ella se espera una 
nueva forma de interacción entre el mundo adulto y el infanto-adolescente" 
(Bácares, 2012:39). 
Este recorrido histórico facilita seguir el camino por el que se ha construido el deber ser de 
las infancias y las adolescencias en función de los intereses del mundo adulto dominante, y 
que ha sido impuesto a las afectadas/os, en la mayoría de los casos con consecuencias 
violentas o punitivas frente al desacato. 
Vale la pena entonces recordar a diferentes teóricos cuando cuestionan que la definición o 
categorización de la infancia se deba a un proceso de temporalidad. 
Liebel (entrevista realizada el 16 de mayo de 2014) por ejemplo, hace constantemente 
hincapié en que el beneficio único que tiene la clasificación de edades respecto a la niñez y 
la adolescencia es a nivel jurídico, ya que en esa concepción el trato sí está claramente 
diferenciado ante las leyes, pero en realidad la concepción de niñez y adolescencia debería 
responder al contexto social y cultural de cada persona. 
Pavez comparte esta perspectiva 
"En este caso se considera que la vida de los individuos es un fenómeno social 
desde el nacimiento y, por lo tanto, toda la vida social está afectada por las fuerzas 
y el poder de la estructura social. El individuo, incluso siendo niña o niño, siempre 
tiene un cierto grado de autonomía y una subjetividad propia (Rodríguez, 2007:40 
y ss.) " (2012:90). 
De la Rosa plantea en una investigación muy interesante respecto a las representaciones 
sociales de niñas y niños de 8 a 15 años sobre ser niñas o niños, que ha realizado durante 
varios años con diferentes grupos en el Distrito Federal, que 
"... como actores sociales, los niños se relacionan y actúan en su entorno social, no 
sólo en función de aquellas condiciones y oportunidades que se les ofrecen, sino a 
partir de aquellas que perciben, es decir, desde aquellas desde las cuales se sienten 
interpelados/as, de acuerdo a las representaciones sociales que se hayan formado 
de sí mismos/as" (2012:16). 
Pero a la vez, al trabajar con este grupo de niñas, niños y adolescentes su relación con sus 
derechos, explica que 
	
   30	
  
"... [l]os niños relacionan sus derechos con bienes materiales, sociales y simbólicos 
presentes en su vida diaria, e identifican que tienen principalmente una función de 
protección. También les atribuyen una función orientadora de lo que pueden o no 
hacer, tanto desde el punto de vista legal como moral" (2012:16). 
Vale la pena detenerse a reflexionar un poco sobre el hecho de la relación que establece 
este grupo estudiado entre sus derechos y la idea de protección, ya que se puede identificar 
una similitud entre la percepción de necesitar protección que tienen estas NNA y la revisión 
que se puede hacer la obligación del mundo adulto para con la infancia, de manera que nos 
podemos cuestionar si, en efecto, ésta es la interpretación propia de NNA respecto a una 
reflexión e interiorización propia de su existencia y coexistencia como persona frente a 
otras personas, o es la reproducción de la información que por diversas maneras han 
recibido del contexto respecto a su ser infante, de manera que se debe examinar de otra 
manera o más profundamente el origen de esta auto-percepción. 
Así, de la Rosa señala más adelante en el texto que 
"... [l]os derechos que tienen más presentes los niños son aquellos relacionados 
con la provisión, seguidos por los de protección especial [...] Dar mayor relevancia 
a los derechos de provisión y de protección, dejando a un lado los de participación, 
es consecuente con una representación adultocéntrica y paternalista sobre la 
infancia, donde los niños vuelven a quedar, a pesar del reconocimiento de sus 
derechos, en un papel de subordinación y dependencia respecto de los adultos" 
(2012:16). 
Esto da pie a las reflexiones del siguiente apartado respecto a la universalización de la 
infancia, añadiendo a la comprensión de lo ya expuesto en dos vías: la construcción 
adultocéntrica de la infancia, y la carencia de una autoconstrucción conceptual de las 
infancias por sí mismas, facilitando la difusión y aceptación social de la niñez como un 
concepto único e igual en todo el mundo. 
 
I.4. Universalización de los conceptos de niñez o infancia, y adolescencia. 
La idea generalizada que existe sobre niñas, niños y adolescentes es que son un grupo de 
personas homogéneas y universales, que están representadas cabalmente bajo el término 
infancia, sin embargo este término no considera ninguno de los elementos contextuales que 
hacen diferentes a niñas de niños, de adolescentes mujeres, de adolescentes hombres, 
incluso de diferentes perfiles de niñas entre ellas, niños entre ellos, como si todas las 
	
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personas que legalmente aún no son consideradas como mayores de edad, tuvieran 
exactamente las mismas características,perfiles, necesidades, proyectos, modos de vida, 
problemáticas, espacios de participación, ascendencia étnica, ideologías, religiones, estratos 
sociales, capacidades económicas familiares, y más. 
Esto además de reflejar una percepción única de infancia y adolescencia que no representa 
a todas las infancias y adolescencias, aporta a la perpetuación de la invisibilización y falta 
de reconocimiento a la diversidad misma. 
Con la intención de cubrir con una especie de paraguas conceptual amplio a todas las 
personas menores de edad -especialmente bajo el enfoque jurídico de los derechos- 
perpetúa una comprensión de una infancia a partir de la cual se entiende el resto de las 
infancias, ya sea por igualación, comparación, o puntualización de sus diferencias contra la 
infancia referente, extendiendo una narrativa que sugiere que hay una infancia modelo y 
otra serie de infancias que no son modelo, pero que también pueden ser consideradas bajo 
este paraguas de protección y conceptualización jurídica, usualmente reconocidas como con 
necesidades especiales, y que promueven una estratificación o jerarquización de las 
infancias de primera y de las especiales, manteniendo las desigualdades e inequidades. 
Tal es el caso, por ejemplo, de la información que se encuentra en el sitio web de la Red por 
los derechos de la infancia en México (REDIM), que es la más grande a nivel nacional al 
agrupar a 75 organizaciones en 16 diferentes estados de la República, y que en la forma en 
la que presenta la información permite ilustrar lo mencionado en el párrafo anterior, ya que 
entre la información que ofrece, se refiere a una infancia general o universal -se asume que 
mexicana- sobre la que versa la toda la información que se encuentra en el sitio, y en un 
apartado especial se encuentra un menú sobre otras infancias, donde se refiere a 
informaciones generales sobre infancias: callejera, indígena, jornalera, migrante y 
refugiada, privada del control parental, trabajadora, y niños y niñas con discapacidad. (Red 
por los derechos de la infancia en México, s/f). 
Si bien es absolutamente cierto que estas temáticas engloban muchos de los contextos en 
los que se insertan las infancias y adolescencias mexicanas, no son las únicas, ni son las 
principales o las menos importantes. Esta manera de sugerir una valoración de lo distinto 
frente a una infancia modelo es lo que debe permitirnos reflexionar sobre el trabajo diario y 
	
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que reproduce las concepciones de las infancias y adolescencias que les siguen restando 
valor a unas frente a otras y a todas frente al mundo adulto. 
Así como la REDIM en su lucha por los derechos de la infancia la conceptualiza como un 
grupo social universal, promueve además que en este concepto caben infancias y 
adolescencias como uno sólo. 
No es ajeno al discurso y las narrativas que sobre infancia y adolescencia se utilizan en los 
organismos internacionales que, hoy por hoy, tienen un peso muy importante sobre los 
estados respecto a los lineamientos y políticas públicas sugeridas para la atención y 
protección de estas poblaciones. En general, las disposiciones y concepciones se han 
homologado a la definición que promueve la propia Convención de los Derechos del Niño 
"se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en 
virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad" 
(Organización de las Naciones Unidas, 2014). 
Asumiendo ésta como la definición por antonomasia de la infancia, y en su carácter de 
jurídicamente válida, lo más común es encontrar que pocos organismos que trabajan en 
favor de la infancia a distintos niveles locales, regionales, estatales e internacionales, 
dediquen reflexiones a la concepción de las infancias y adolescencias como 
representaciones sociales, y asuman su papel pasivo en la recepción de las obligaciones del 
mundo adulto y legal hacia esta infancia homogeneizada, e incluso como meros 
consumidores. 
En el caso, por ejemplo de UNICEF, se puede encontrar que 
"... [l]a infancia es la época en la que los niños y niñas tienen que estar en la 
escuela y en los lugares de recreo, crecer fuertes y seguros de sí mismos y recibir 
el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad amplia de adultos. Es 
una época valiosa en la que los niños y las niñas deben vivir sin miedo, seguros 
frente a la violencia, protegidos contra los malos tratos y la explotación. Como tal 
la infancia significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y 
la edad adulta. Se refiere al estado y la condición de la vida de un niño, a la 
calidad de esos años" (UNICEF, s/f). 
A este concepto dominante de infancia, se oponen concepciones que en América Latina 
están siendo fuertemente rescatadas por distintos colectivos, y no sólo por los movimientos 
	
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de NNATs, de manera que encontramos la aportación muy precisa de Salvador Millaleo 
respecto a las culturas indígenas, en particular en la mapuche 
"en las culturas indígenas la noción de infancia se define por la participación 
activa de niños y niñas en los procesos comunitarios de sus pueblos; el niño 
indígena se desarrolla a partir de los contenidos culturales en que están inmersos. 
Por otra parte, para los pueblos indígenas los niños son su futuro, son el medio que 
asegura a las comunidades que podrán continuar existiendo como entidades 
culturales, sociales y políticas diferenciadas respecto de las sociedades no-
indígenas [...] allí está la diferencia con la concepción hegemónica occidental. La 
Convención se abstrae y ve al niño sólo como un sujeto individual. La ideas de qué 
es trabajar, de infancia e inocencia, de creatividad, no son las mismas en todas las 
culturas. En ciertas culturas las personas contribuyen a las labores de su 
comunidad desde niños. Entre los mapuche, por ejemplo, los walpife, que son los 
niños que ayudan a la machi, tienen una labor muy importante; y los niños también 
asisten a los trawun, las asambleas comunitarias, y son parte de las luchas de sus 
comunidades. Los niños son considerados parte de su comunidad y su desarrollo 
considera las más diversas áreas en las que van cultivando y demostrando sus 
aptitudes. Cómo se desarrollan, depende de su comunidad." (Comunicaciones 
ANIDE, 2014). 
Como se muestra en la Tabla 1. Concepciones de niñez o infancia en la historia, la 
tendencia a distinguir niñez de adolescencia y éstas de adultez es algo muy reciente en el 
tiempo, y cabe puntualizar que no es lo mismo que la pubertad, que en muchas culturas se 
refiere más al momento en el que la persona deja de ser niña o niño y va transformando su 
rol social de acuerdo con las tradiciones y maneras de la sociedad en la que vive. Reducir 
estas transformaciones solo a parámetros de edad o biológicos, es recaer en la 
homogeneización, sin embargo está siendo así asumido por los diferentes países que 
paulatinamente van modificando en estos términos sus propias legislaciones. 
En el siguiente apartado hay una breve revisión de la Sociología de la Infancia, que es una 
línea de estudios de reciente creación y que propone enfoques innovadores respecto a los 
estudios fenomenológicos de la infancia. 
 
I.5. Sociología de la infancia. 
Es necesario comenzar a distinguir entonces todas las disciplinas y enfoques que bajo los 
discursos y narrativas de representatividad de la infancia no hacen más que seguir 
excluyéndola, de los enfoques y estudios que buscan mirar más allá y recuperar a las NNA 
	
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como personas que viven en el presente, que son parte de la vida cotidiana en sus entornos, 
que sí se ven constantemente afectadas y afectados por el contexto, pero que también de 
manera activa -aunque no reconocida ni legitimada- afectan al entorno mismo. 
En este tenor Mayall sugiere que, a diferencia de lo que se promovió como el siglo de la 
niñez a través de la importante publicación de Ellen Keya principios del siglo XX, en lugar 
de hablar del siglo de la niñez se debe hablar del siglo de los profesionales de la niñez, 
"... y debemos agregar, la disciplina que ha conseguido su dominio, a través de 
ofrecer conocimiento autoritario y de facto para esos profesionales en la niñez, la 
psicología del desarrollo. Como otros, yo argumento que el conocimiento 
psicológico es relevante, pero no es suficiente (p.e. James and Prout 1990/7). Es 
también relevante y necesario acercarse a las niñas y niños y a la niñez desde 
nuevas perspectivas" (Mayall, 2000:244). 
A su vez, Iskra Pavez se refiere a la necesidad de des-naturalizar la concepción 
universalizada, estereotipada de la infancia que se le concede culturalmente a priori, a 
través de mirar la niñez como un fenómeno social y como grupo social, 
"... la Sociología de la Infancia nos permite analizar los estereotipos 
generacionales atribuidos normativa y arbitrariamente a las personas en función de 
su edad. Desde la Sociología de la Juventud (Duarte, 2001), la categorización por 
edades supone ciertos ritos de paso que deben ser cumplidos en cada etapa para 
ingresar a la siguiente, de manera ascendente y gradual, hasta llegar al estadio 
deseable que es la adultez; los sujetos que no cumplen con dichas demandas y 
exigencias según cada edad son excluidos de dicha categoría. Lo anterior se aplica 
en el estudio de la infancia respecto a las exigencias normativas que recaen sobre 
las niñas y los niños cuando se evalúa permanentemente la edad en la cual se debe 
aprender a caminar, a controlar esfínteres, a leer, a escribir... sin considerar los 
contextos sociales donde ocurren dichos procesos" (Pavez, 2012: 89). 
Dentro de la Sociología de la Infancia hay diferentes enfoques, principalmente el 
estructuralista, el constructivista y el relacional. 
Enfoque estructuralista. A diferencia de los estudios psicológicos, y haciendo especial 
hincapié respecto a la psicología del desarrollo, este enfoque reconoce que la condición de 
edad responde a características que resuelven el grado de autoridad (y autoritarismo) de los 
adultos sobre los que aún no llegan biológicamente a la edad adulta, 
"... intenta analizar la posición de la niñez en la estructura de las sociedades. La 
perspectiva estructural parte de la premisa de que la infancia como categoría existe 
permanentemente en la sociedad, aunque sus miembros se renueven 
constantemente -tal como ocurre con la juventud-" (Pavez, 2012: 92). 
	
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Este enfoque se sustenta básicamente sobre estos nueve puntos: 
• Dentro de cualquier sociedad, la infancia es una estructura social única y particular. 
• La infancia, desde la sociología, es una categoría social permanente y no una fase 
transitoria. 
• Niña o niño conlleva una problemática particular, mientras que la infancia como 
categoría es una variable claramente social e histórica. 
• La infancia como categoría es parte integral de la sociedad y de su propia división 
del trabajo. 
• Niñas y niños son co-constructores de la infancia y de la propia sociedad. 
• La infancia está expuesta y coexiste con las mismas fuerzas sociales que las 
personas adultas, instituciones, política, economía, etc., aunque postula que lo hace 
de un modo particular. 
• El que socialmente esté estipulado que niñas y niños son dependientes del mundo 
adulto, tiene un impacto claro en la invisibilidad y anulación de la infancia en la 
historia y en la sociedad. 
• La familia, entendida como institución social, -no padres y madres individuales- son 
una barrera para la exposición, socialización, difusión, etc., de los intereses y 
bienestar de niñas y niños, y de la infancia como categoría. 
• La infancia coincide en características con las clásicas minorías, que son grupos 
sociales marginados y objetos de paternalismos. (Pavez, 2012; Mayall, 2000). 
 Desde este enfoque estructural se muestran una serie de obstáculos importantes para 
el reconocimiento y validación de la infancia, en ese sentido, NNA, pero especialmente 
NNATs enfrentan además otra serie de perspectivas institucionales y categorizaciones que 
dificultan aún más su participación social y el reconocimiento y atención de sus 
necesidades e intereses particulares. 
Enfoque constructivista. El constructivista es un enfoque que postula que la infancia es 
una construcción social, siendo uno de los enfoques más fuertes. Se rescatan de Proust y 
	
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James (Pavez, 2012) seis rasgos clave para este nuevo paradigma sociológico respecto a la 
infancia: 
• La comprensión de la infancia es a través de una construcción social. 
• La infancia es una variable de análisis social. 
• Las relaciones entre niñas y niños son valiosas para el análisis social por sí mismas, 
sin depender de la perspectiva de las personas adultas. 
• Niñas y niños son actores sociales que participan activamente en la construcción y 
determinación de sus vidas y de las de todas las personas que las rodean, también a 
su vez, de las de las sociedades a las que pertenecen. 
• La etnografía es un método especialmente útil para la Sociología de la Infancia ya 
que es el que valora y valida las voces de la niñez como fuentes primarias de 
información y datos sociológicos. 
• "Un nuevo paradigma sociológico sobre la infancia da cuenta de la reconstrucción 
social y política de la infancia en nuestras sociedades" (Pavez, 2012:94). 
El enfoque constructivista asume que las personas son parte de una estructura social, y esta 
estructura social afecta a la vida y existencia de estas personas, de estas niñas y de estos 
niños, así como las personas también afectan a la estructura, de manera que reconoce la 
capacidad de niñas y niños no sólo de ubicarse en un espacio de esta estructura, sino de la 
manera en la que se coloca ahí. Este enfoque ofrece también herramientas útiles para 
estudiar y analizar los movimientos, posicionamientos, demandas y actuaciones de NNATs. 
Enfoque relacional. Este enfoque considera que en las acciones y definiciones de la 
infancia, está la propia infancia, y lo que busca es recuperar o rescatar esa participación, esa 
acción, reconociéndola como agente también constructor, y con un determinado poder en 
las relaciones establecidas. Entre las principales expositoras de este enfoque se promueven 
seis premisas (Mayall, 2000; Gaitán, 2012 y Pavez, 2012): 
1. Entender el papel que juega el concepto de generación en estas relaciones, y sus dos 
dimensiones: micro, en el plano individual, y macro, en el social. 
	
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2. La definición de infancia deriva de un proceso relacional establecido entre el 
conceptualizado grupo infancia y el conceptualizado adulto. Son las relaciones que 
se establecen. 
3. La infancia es un proceso relacional, pero no se limita exclusivamente a la relación 
con la adultez o las otras generaciones. 
4. Es necesario considerar, -y no sólo considerar sino priorizar ante la invisibilización-, 
la auto-concepción de la infancia, cómo viven y experimentan su ser relacional. 
5. La experiencia de niñas y niños produce un conocimiento necesario también como 
fundamento y reconocimiento de sus derechos. 
6. El orden generacional y de género operan de modo paralelo y complementario en 
las jerarquías entre hombres y mujeres, y entre personas adultas y niñas y niños. 
Esto automáticamente infiere un valor, o minusvalor, en relación al jerarca. 
En sí, desde los tres enfoques, o desde una combinación de enfoques, estamos atendiendo 
históricamente a un momento crucial en la emergencia de la infancia como generación, 
como actores sociales y políticos, como agentes vivos, estas transformaciones, de pronto, 
abren grandes posibilidades de modificar los esquemas históricos de invisibilización, 
explotación y anulación que las infancias y adolescencias, han vivido. 
"Mayall (2002: 27, 36) propone el término generationing (hacer generación) 
similar y complementario a gendering (hacer género)

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