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FARMACOLOGÍA II DROGAS ANTIPARASITARIAS E. A. Vives, D. Medvedosky, M. Poggi y R. Rothlin 2014 1 INTRODUCCIÓN Existen un gran número de parásitos que infectan al ser humano, por lo que se debe tener en cuenta la complejidad de su ciclo de vida, la diferencia en su metabolismo y la gran cantidad de agentes que se han desarrollado para su tratamiento. Desde el punto de vista taxonómico los parásitos se dividen en protozoarios y helmintos. Los protozoarios a menudo presentan ciclos de vida complejos, pero son unicelulares. En cambio, los helmintos poseen sistemas neuromusculares, tracto digestivo, órganos de reproducción y tegumentos muy desarrollados. En consecuencia, no sorprende que la mayoría de los agentes que son efectivos contra los helmintos carezcan de actividad contra los protozoarios y viceversa. La sensibilidad de los parásitos a los agentes quimioterapéuticos está relacionada en gran medida con su taxonomía y su metabolismo. Los parásitos y las drogas antiparasitarias pueden ser agrupados entonces según estos dos parámetros, aunque el enfoque es imperfecto ya que algunos agentes son activos contra patógenos que pertenecen a más de un grupo. Esto es particularmente válido para el Praziquantel, que es activo contra un amplio espectro de trematodos y cestodos, para el Albendazol que posee actividad contra trematodos y cestodos y para la Ivermectina que es activa contra nematodos y artrópodos hematófagos. De todos modos este enfoque proporciona un marco lógico para la organización de los datos. A continuación describiremos brevemente a cada grupo, mencionando las drogas que se utilizan en el tratamiento de cada uno de ellos y luego desarrollaremos las drogas que se comercializan en nuestro país. Los fármacos antibacterianos mencionados, los nitroimidazoles y los nitrofuranos serán descriptos en otros cuadernillos. 2 PARTE I: PROTOZOOS Los seres humanos albergan una gran variedad de parásitos protozoarios que pueden ser transmitidos por insectos vectores, directamente desde otros reservorios mamíferos o de una persona a otra. Debido a que los protozoos se multiplican rápidamente y no existen disponibles vacunas eficaces, la quimioterapia ha sido la única manera práctica de tratar a las personas infectadas y de reducir la transmisión. El sistema inmune juega un papel crucial en la protección contra las consecuencias patológicas de infecciones protozoarias. Por lo tanto, las infecciones oportunistas con protozoos son más comunes en bebés, personas con cáncer, personas trasplantadas, personas bajo tratamiento con inmunosupresores o uso prolongado de antibióticos y las personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en estadío avanzado de la enfermedad. El tratamiento de las infecciones por protozoos es especialmente difícil en individuos inmunocomprometidos, y el resultado es a menudo insatisfactorio. La mayoría de los medicamentos antiprotozoarios han estado en uso durante años a pesar de los grandes avances en la ciencia biológica en cuanto a la biología del parásito, las defensas del huésped, y los mecanismos de la enfermedad. Sin embargo aún no existen agentes que sean satisfactorios para el tratamiento de las infecciones por protozoos importantes, como la tripanosomiasis africana (enfermedad del sueño) y la enfermedad de Chagas crónica. Muchos fármacos antiprotozoarios eficaces son tóxicos en dosis terapéuticas, un problema que además es exacerbado por el aumento de resistencia a los medicamentos. El desarrollo de resistencia también es una seria amenaza para la mejor tolerancia a los agentes antiprotozoarios en uso actual. Por desgracia, muchas de estas enfermedades afectan a los pobres en los países en desarrollo, y hay poco incentivo económico para las compañías farmacéuticas para desarrollar nuevos medicamentos antiparasitarios. Los científicos y los médicos que trabajan en este campo deben ser creativos y han recurrido a medicamentos desarrollados originalmente para otras indicaciones (como anfotericina y miltefosina para el tratamiento de la leishmaniosis), a fármacos en investigación, o a ciertos agentes desarrollados para uso veterinario, para poder contar con nuevas terapias antiparasitarias. Dentro de los Protozoos encontramos cuatro grupos distintos: amebas, flagelados, ciliados y apicomplexa. 1. Amebas: La amebiasis afecta alrededor del 10 % de la población mundial, causando enfermedad invasiva en aproximadamente 50 millones de personas y muerte en cerca de 100.000 personas al año. La amebiasis es más frecuente entre las personas que viven en la pobreza y en las zonas con saneamiento deficiente. Existen tres especies morfológicamente idénticas pero genéticamente distintas de Entamoeba (E. histolytica, E. dispar y E. moshkovskii) que se han aislado de las personas infectadas. Aunque las proporciones varían en todo el mundo, E. dispar y E. moshkovskii causan alrededor del 90 % de las infecciones humanas 3 y E. histolytica es responsable de sólo el 10 %. Sin embargo, sólo la E. histolytica es capaz de causar enfermedad y por lo tanto requiere tratamiento. Los seres humanos son los vectores conocidos para estos protozoos que se transmiten casi exclusivamente por la vía fecal-oral. Los quistes ingeridos de E. histolytica a través de alimentos o agua contaminados sobreviven al contenido gástrico ácido y se transforman en trofozoitos que residen en el intestino grueso (Esquema 1). El resultado de la infección por E. histolytica es variable. Muchas personas no presentan síntomas pero excretan la forma de quiste infeccioso, por lo que son una fuente de nuevas infecciones. En otras personas, los trofozoitos de E. histolytica invaden la mucosa colónica con generando colitis y diarrea con sangre (disentería amebiana). En una pequeña proporción de pacientes, los trofozoitos de E. histolytica que invaden la mucosa colónica logran llegar a la circulación portal alojándose en el hígado, donde generan un absceso hepático amebiano. Esquema 1: ciclo de vida de los protozoarios intestinales. La piedra angular del tratamiento de la amebiasis es el metronidazol (compuesto nitroimidazol) o sus análogos tinidazol y ornidazol, (que serán descriptos con más detalle en el cuadernillo correspondiente). Estos compuestos son los fármacos de elección para el tratamiento de la colitis amebiana, el absceso hepático amebiano y cualquier otra forma de amebiasis extra intestinal. Debido a que el metronidazol es absorbido en el intestino, los niveles en la luz del colon pueden llegar a ser subterapéuticos y ser menos eficaz contra los quistes. Por lo tanto los pacientes con amebiasis (colitis amebiana o absceso hepático amebiano) también deben recibir un agente luminal para erradicar los trofozoitos de E. histolytica que residen dentro de la luz intestinal. Los agentes luminales también se usan para tratar a los individuos asintomáticos que se encuentren infectados con E. histolytica. La paromomicina (un aminoglucósido no absorbido) y el iodoquinol (compuesto 8–hidroxiquinolina) son dos agentes luminales eficaces. El furoato de diloxanida es otro agente luminal eficaz, pero no está disponible en nuestro Los quistes infectan al hombre vía oral En el tubo digestivo liberan los trofozoitos a partir de los quistes El trofozoito (forma patógena) se reproduce en la pared intestinal En la luz del intestino dan origen a nuevos quistes Los quistes son eliminados con las heces La Amebiasis puede ser extraintestinal Los quistes contaminan agua, alimentos, manos, moscas, etc. 4 país. La nitazoxanida también es activa contra E. histolytica. 2. Flagelados 2.1 Sin kinetoplasto 2.1.1 Giardia: La giardiasis, causada por Giardia lamblia, es prevalente en todo el mundo y es la infección intestinal porprotozoarios más frecuente. La infección se produce por la ingestión de los quistes del parásito, que se encuentran en el agua o alimentos contaminados con materia fecal. La giardiasis es una zoonosis y los quistes se liberan de animales o de seres humanos infectados que pueden contaminar el agua potable. La transmisión de persona a persona a través de la vía fecal-oral es especialmente común entre los niños en los centros de atención de día y guarderías, así como entre los individuos institucionalizados y los homosexuales masculinos. La infección por Giardia resulta en uno de tres síndromes: el estado de portador asintomático, o la diarrea aguda auto limitada, o la diarrea crónica. La infección asintomática es más frecuente, estos individuos excretan quistes de Giardia y sirven como fuente de nuevas infecciones. La mayoría de los adultos con infección sintomática desarrollan una enfermedad auto limitada aguda con heces acuosas y malolientes, distensión abdominal y flatulencia. Sin embargo, una proporción significativa de estas personas llegan a desarrollar un cuadro de diarrea crónica (> 2 semanas de enfermedad) con signos de malabsorción (esteatorrea) y pérdida de peso. El tratamiento con un curso de 5 días de metronidazol por lo general es exitoso, aunque puede tener que ser repetido o prolongado en algunos casos. Una dosis única de tinidazol, probablemente sea superior al metronidazol para el tratamiento de la giardiasis. La paromomicina se ha utilizado para tratar a las mujeres embarazadas para evitar los posibles efectos mutagénicos de las otras drogas. La nitazoxanida, la furazolidona y el tinidazol se emplean para el tratamiento de la giardiasis en niños inmunocompetentes <12 años de edad. 2.1.2 Tricomonas La tricomoniasis es causada por Trichomonas vaginalis. Este organismo habita en el aparato genitourinario del huésped humano, donde causa vaginitis en la mujer y, con poca frecuencia, uretritis en los hombres. La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual con > 200 millones de personas infectadas en el mundo. La infección con Trichomonas se ha asociado con un mayor riesgo de adquirir la infección por VIH. Sólo las formas de trofozoitos de T. vaginalis han sido identificados en las secreciones infectadas. El metronidazol sigue siendo el fármaco de elección para el tratamiento de la tricomoniasis. Sin embargo, existen fracasos del tratamiento debido a que los organismos resistentes son cada vez más frecuentes. Tinidazol parece ser mejor tolerado y se ha utilizado con éxito en dosis más altas para tratar T. 5 vaginalis resistentes a metronidazol. La nitazoxanida muestra actividad frente a T. vaginalis in vitro, pero no ha sido objeto de ensayos clínicos y no está autorizada para el tratamiento de la tricomoniasis. 2.2 Con kinetoplasto 2.2.1 Tripanosomas La tripanosomiasis africana, o "enfermedad del sueño", es causada por la subespecie del hemoflagelado Trypanosoma brucei y es transmitida por la mosca tse-tsé hematófaga del género Glossinia. La infección causa una enfermedad seria y también amenaza el ganado, lo que lleva a la desnutrición proteica. En los humanos, la infección es mortal si no es tratada. El parásito es completamente extracelular, y la infección humana temprana se caracteriza por el hallazgo de los parásitos en el torrente sanguíneo o linfático, sin afectación del SNC (estadío1). El estadío 2 de la enfermedad se caracteriza por la afectación del SNC. Los síntomas de la enfermedad en etapa temprana incluyen enfermedad febril, linfadenopatía, esplenomegalia y miocarditis ocasional, estos resultan de la diseminación sistémica de los parásitos. Hay dos tipos de tripanosomiasis africana, la de África Oriental (Rhodesia) y la de África Occidental (Gambia), causadas por T. brucei rhodesiense y T. brucei gambiense, respectivamente. T. brucei rhodesiense produce una forma progresiva y rápidamente fatal de enfermedad que se caracteriza por la participación temprana del sistema nervioso central e insuficiencia cardíaca terminal. T. brucei gambiense causa una enfermedad que se caracteriza por la participación posterior del SNC y un curso más a largo plazo que progresa a los síntomas clásicos de la enfermedad del sueño durante meses o años. Los síntomas neurológicos incluyen confusión, falta de coordinación, déficits sensoriales, signos psiquiátricos, alteración del ciclo del sueño y la eventual progresión al estado de coma y muerte. Cuatro medicamentos se utilizan para el tratamiento de la enfermedad del sueño. El tratamiento estándar para la enfermedad en etapa temprana es la pentamidina para T. brucei gambiense y suramina para T. brucei rhodesiense. Ambos compuestos se deben dar por vía parenteral durante largos períodos y no son eficaces contra la enfermedad en etapa tardía. La fase del SNC tradicionalmente se ha tratado con melarsoprol, que es un agente altamente tóxico que causa una encefalopatía reactiva fatal en 2-10 % de los pacientes tratados. Por otra parte, la falta de respuesta a este agente está dando lugar a un número creciente de fracasos del tratamiento. La eflornitina, que fue desarrollado originalmente como un agente antitumoral y aprobado como medicamento huérfano, ofrece la única alternativa para el tratamiento de la enfermedad en etapa tardía. Este compuesto es un inhibidor de la ornitina decarboxilasa, una enzima clave en el metabolismo de la poliamina. Este compuesto ha demostrado marcada eficacia contra ambas etapas (temprana y tardía) de la infección por T. brucei gambiense, sin embargo, es ineficaz como monoterapia para las infecciones de T. brucei rhodesiense. Cabe destacar que la eflornitina tiene significativamente menos efectos secundarios que el melarsoprol y es más eficaz que el melarsoprol para 6 el tratamiento de la fase tardía de la tripanosomiasis gambiense, lo que sugiere que la eflornitina es el mejor tratamiento de primera línea entre los disponibles para esta forma de la enfermedad. Aunque eflornitina es caro y difícil de administrar, la terapia combinada con nifurtimox y eflornitina (NECT) permite una menor exposición a la eflornitina con buena eficacia y una reducción de eventos adversos. La tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas, una infección zoonótica causada por el Trypanosoma cruzi, afecta a unos 15 millones de personas desde México hasta Argentina y Chile. Cada año se añaden entre 50.000-200.000 nuevas infecciones. La forma crónica de la enfermedad en adultos es una causa importante de miocardiopatía, megaesófago, megacolon y muerte. Las vinchucas, insectos hematófagos triatomíneos infestan viviendas rurales pobres y más comúnmente transmiten la infección a los niños pequeños. En las zonas endémicas también puede ocurrir la transmisión transplacentaria. También puede ocurrir la reactivación de la enfermedad en pacientes que están inmunodeprimidos ya sea trasplantados enfermos con SIDA, leucemia y otras neoplasias. La infección por T. cruzi también puede transmitirse a través de transfusiones sanguíneas. Los signos y síntomas no siempre son completos e incluyen: nódulos cutáneos (chagomas) en el sitio de inoculación, fiebre, adenitis, erupciones en la piel y hepatoesplenomegalia. En raras ocasiones puede generar miocarditis aguda y muerte. Los tripomastigotes metacíclicos penetran en las células anfitrionas, especialmente macrófagos, donde proliferan como amastigotes. Estos se diferencian en tripomastigotes que entran en el torrente sanguíneo. Los tripomastigotes circulantes no se multiplican hasta que invaden otras células o son ingeridas por un insecto vector hematófago (Esquema 2). Esquema 2: ciclo de vida del T. cruzi. TUBO DIGESTIVO DEL VECTOR El vector del T. cruzi (Triatoma o vinchuca) se infecta al chupar sangre del hombre o mamífero infectado con tripomastigotes sanguíneos Esferomastigotes en el estómago Epimastigotes en el intestinomedio que se multiplican por división binaria Tripomastigotes metacíclicos (infectantes) El vector pica al hombre o animal y defeca los tripomastigotes metacíclicos Los tripomastigotes metacíclicos ingresan al organismo, son fagocitados por macrófagos, en cuyo citoplasma se transforman en amastigotes y se multiplican por división binaria Los amastigotes se diferencian en tripomastigotes, rompen las células, llegan a la sangre e invaden diversos órganos 7 Después de recuperarse de la infección aguda que dura un par de semanas a meses, los individuos suelen permanecer asintomáticos durante años a pesar de tener parasitemias esporádicas. Durante este período, la sangre puede transmitir los parásitos a los receptores de transfusiones y, accidentalmente, a los trabajadores de laboratorio. Aproximadamente el 20-30 % de los individuos infectados con el tiempo progresa a enfermedad clínicamente evidente que se caracteriza por una enfermedad crónica del tracto gastrointestinal y del corazón. La destrucción progresiva de las células del miocardio y las neuronas del plexo mientérico resultan del tropismo especial del T. cruzi por las células musculares. Dos medicamentos nitroheterocíclicos, nifurtimox y benznidazol se utilizan para tratar esta infección. Ambos agentes suprimen la parasitemia y pueden curar la fase aguda de la enfermedad de Chagas en el 60-80 % de los casos, sin embargo, ambos fármacos son tóxicos y deben tomarse durante largos períodos. Claramente, se necesitan nuevos fármacos con mejor potencia contra parásitos en la fase crónica y con menores efectos tóxicos. Sin embargo, anta la ausencia de nuevos fármacos, se han utilizado otras medidas tales como el control de vectores y la mejora de las viviendas para reducir la transmisión de la enfermedad de Chagas. 2.2.2 Leishmanias La leishmaniosis es una zoonosis transmitida por vectores y causada por alrededor de 20 especies diferentes de protozoos intramacrofágicos obligados del género Leishmania. Pequeños mamíferos y caninos generalmente sirven como reservorios de estos patógenos, que pueden ser transmitidos a los humanos a través de la picadura de algunas 30 especies diferentes de flebótomos hembras. Varias formas de leishmaniosis afectan a las personas en el sur de Europa y muchas regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo. Los promastigotes flagelados libres extracelulares, regurgitados por las moscas dentro del huésped cuando se alimentan, son fagocitados por los macrófagos tisulares. Estos se transforman en amastigotes, que residen y se multiplican en los fagolisosomas hasta que se liberan. Los amastigotes liberados luego propagan la infección por la invasión de más macrófagos. Los amastigotes ingeridos por los flebótomos durante su alimentación se transforman de nuevo en promastigotes, completando de este modo el ciclo de transformación. El tipo de enfermedad causada por Leishmania, ya sea localizada o sistémica, depende de la especie o subespecie de parásito infectante, la distribución de los macrófagos infectados y especialmente de la respuesta inmune del huésped. En orden creciente de afectación sistémica y el potencial de gravedad clínica, los síndromes de la leishmaniosis humana se han clasificado en: cutánea, mucocutánea, cutánea difusa y formas viscerales (kala azar). La leishmaniosis cada vez más está siendo reconocida como una infección oportunista asociada al SIDA. Las formas cutáneas de la leishmaniosis 8 generalmente son autolimitadas, y la curación ocurre entre los 3-18 meses después de la infección. Sin embargo, esta forma de la enfermedad puede dejar cicatrices deformantes Las formas mucocutáneas, cutánea difusa y visceral de la enfermedad no se resuelven sin tratamiento. La leishmaniosis visceral causada por L. donovani es fatal si no es tratada. La terapia clásica para todas las especies de Leishmania es el antimonio pentavalente (gluconato de antimonio sódico; estibogluconato de sodio).La resistencia a este compuesto ha llevado a un fallo generalizado de este medicamento en la India, aunque sigue siendo útil en otras partes del mundo. Como alternativa, la anfotericina B liposomal es un agente muy eficaz para la leishmaniosis visceral, y actualmente es el fármaco de elección para la enfermedad resistente al antimonio. Es importante destacar que el tratamiento de la Leishmania ha sufrido grandes cambios, debido al éxito del primer agente activo por vía oral, la miltefosina. La miltefosina fue aprobada por la FDA para el tratamiento de la leishmaniosis cutánea, mucosa y visceral en marzo de 2014. El fármaco también parece ser activo para el tratamiento de los perros, que sirven como un importante reservorio animal de la enfermedad. La paromomicina se ha utilizado con éxito como un agente parenteral para la enfermedad visceral, y las formulaciones tópicas de paromomicina tienen eficacia contra la enfermedad cutánea. La pentamidina también puede ser utilizada para la enfermedad cutánea. 3. Ciliados 3.1 Balantidium: La balantidiasis es causada por el protozoo ciliado Balantidium coli, es una infección del intestino grueso que se puede confundir con amibiasis. Sin embargo, a diferencia de la amebiasis, esta infección por lo general responde a la terapia con tetraciclina. 4. Apicomplexa 4.1 Subclase coccidia 4.1.1 Isospora belli: Isospora belli es un parásito coccidio, que causa diarrea en pacientes con SIDA y responde al tratamiento con trimetoprima-sulfametoxazol. 4.1.2 Cyclospora cayetanensis: Cyclospora cayetanensis Es otro parásito coccidio, que causa diarrea auto limitada en hospedadores normales y puede causar diarrea prolongada en personas con SIDA. Es susceptible a trimetoprima-sulfametoxazol. 4.1.3 Toxoplasma 9 La toxoplasmosis es una infección zoonótica cosmopolita causada por el protozoo intracelular obligado Toxoplasma gondii. Aunque los gatos y otras especies de felinos son los huéspedes naturales, quistes tisulares (bradizoítos) se han recuperado de otras especies de mamíferos. Las cuatro rutas más comunes de infección en humanos son: ingestión de carne mal cocida que contiene quistes tisulares, ingestión de materia vegetal contaminada con tierra que contiene ooquistes infectivos, contacto oral directo con heces de gatos con ooquistes e infección fetal transplacentaria con taquizoitos de madres con infección aguda (Esquema 3). Esquema 3: ciclo de vida del Toxoplasma gondii. La infección primaria por T. gondii produce síntomas clínicos en alrededor del 10 % de los individuos inmunocompetentes. La enfermedad aguda suele ser auto limitada y rara vez se requiere tratamiento. Sin embargo, las personas que inmunocomprometidas tienen el riesgo de desarrollar encefalitis por toxoplasma por la reactivación de los quistes depositados en el tejido cerebral. La gran mayoría de los casos de encefalitis por toxoplasma se observa en pacientes con SIDA, en los que la enfermedad es fatal si no se reconoce y se trata adecuadamente. Las manifestaciones clínicas de la toxoplasmosis congénita varían ampliamente, pero la coriorretinitis, que puede presentar décadas después de la exposición perinatal, es el hallazgo más comúnmente reconocido. El principal tratamiento para la encefalitis por toxoplasma consiste en pirimetamina (antifolato) y sulfadiazina junto con el ácido folínico (leucovorina). Sin embargo, la terapia debe interrumpirse en cerca del 40 % de los casos debido a la toxicidad causada principalmente al compuesto a base CICLO INTESTINAL: En las células epiteliales intestinales los taquizoitos se reproducen por esquizogonia (asexuada), dando lugar a esquizontes y luego merozoitos. Los merozoitos dan lugar a macro y microgametocitos que luego dan lugar a los gametos. Los gametos realizan la reproducción sexuada desarrollándose los ooquistes Los ooquistes seeliminan con la materia fecal En el medio ambiente los ooquistes maduran formando 2 esporoquistes con 4 esporozoitos c/u. Los ooquistes y los quistes infectan al hombre y otros animales vía oral (huésped intermediario). Hay reproducción intracelular de taquizoitos (infección aguda). Los taquizoitos hacen invasión extraintestinal (incluye feto) vía hematógena o linfática Se forman quistes en tejidos con bradizoitos (infección crónica) Gatos y otros felinos (huésped definitivo) 10 de sulfa. En este caso, la sulfadiazina puede ser sustituida por clindamicina sin pérdida de eficacia. Los regímenes alternativos que combinan azitromicina, claritromicina, atovacuona, o dapsona, ya sea con trimetoprima-sulfametoxazol o pirimetamina y ácido folínico son menos tóxicos pero también menos eficaces que la combinación de pirimetamina y sulfadiazina. . La espiramicina, que se concentra en el tejido placentario, se utiliza para el tratamiento de la toxoplasmosis aguda adquirida durante el embarazo para prevenir la transmisión al feto. Si se detecta infección fetal, se administra la combinación de pirimetamina, sulfadiazina y ácido folínico a la madre (sólo después de las primeras 12-14 semanas de embarazo) y al recién nacido en el periodo postnatal. 4.1.4 Cryptosporidium Cryptosporidia son parásitos protozoarios coccidios que pueden causar diarrea en un número de especies animales, incluyendo los seres humanos. Su taxonomía está evolucionando, pero Cryptosporidium parvum y C. hominis parecen dar cuenta de casi todas las infecciones en los seres humanos. Los ooquistes en las heces infectadas pueden propagarse por contacto directo de humano a humano o a través del agua contaminada, siendo esta último reconocida como una ruta establecida en la infección epidémica. Los grupos de riesgo son los viajeros, los niños en las guarderías, los homosexuales masculinos, los cuidadores de animales, los veterinarios y demás personal sanitario. Los individuos inmunodeprimidos son especialmente vulnerables. Después de la ingestión, el ovocito maduro se digiere y libera esporozoitos que invaden las células epiteliales del intestino y penetran en la membrana celular sin entrar en el citoplasma. En la mayoría de las personas, la infección es auto limitada. Sin embargo, en los pacientes con SIDA y otras personas inmunodeprimidas, la gravedad de la diarrea secretora puede requerir hospitalización y terapia de apoyo para prevenir graves desequilibrios electrolíticos y deshidratación. El tratamiento más efectivo para la criptosporidiosis en pacientes con SIDA es la restauración de la función inmune a través de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA). La nitazoxanida ha mostrado actividad en el tratamiento de la criptosporidiosis en niños inmunocompetentes y es posiblemente eficaz en adultos inmunocompetentes. Su eficacia en niños y adultos con infección por VIH y SIDA no está claramente establecida, aunque algunos estudios mostraron un beneficio modesto en un subgrupo de hombres adultos con SIDA y criptosporidiosis crónica. 4.1.5 Plasmodium El paludismo, también denominado malaria, representa actualmente la enfermedad tropical más importante con alrededor de 300 millones de personas infectadas y 3,5 millones de muertes anuales en todo el mundo. Se 11 considera una enfermedad re emergente, que está presente en más de 90 países, fundamentalmente en áreas tropicales. Los parásitos causantes de la malaria son esporozoarios del orden Eucoccida, familia Plasmodiidae, género Plasmodium. Diferentes especies parasitan al hombre y a diversos animales. Las 2 especies principales de Plasmodium que afectan al hombre son P. vivax y P. falciparum. Existen otras 2 especies, de importancia regional, que son P. malariae y P. ovale. El parásito más letal es P. falciparum porque puede producir parasitemias que incluyen a más del 20 % de los eritrocitos circulantes. Por el contrario, P. vivax, P. ovale y P. malariae producen menor parasitemia. Existen 2 ciclos diferentes, uno que se desarrolla en el mosquito, en el que hay reproducción sexual (ciclo esporogónico) y otro que se efectúa en el hombre, con reproducción asexual (ciclo esquizogónico) (Esquema 4). En esta parasitosis, el mosquito (del género anófeles) es un hospedero definitivo y el hombre un hospedero intermediario. Reproducción sexual (ciclo esporogónico): se efectúa en las hembras de los mosquitos del género Anófeles, que se infectan al ingerir sangre de una persona que tenga los parásitos sexualmente diferenciados. Estas formas sexuadas entran al estómago del mosquito, donde maduran y llegan a constituir gran cantidad de esporozoitos. Luego se diseminan por el cuerpo del mosquito, y se colocan de preferencia en las glándulas salivales, donde permanecen hasta ser inoculados al hombre durante una nueva picadura. La duración del ciclo en el mosquito varía entre 7 y 14 días, según la especie de Plasmodium. Reproducción asexual (ciclo esquizogónico): el ciclo en el hombre comienza con la penetración intracapilar de los esporozoitos a través de la piel, que rápidamente pasan a la circulación, donde permanecen alrededor de 30 min, antes de invadir los hepatocitos. Existen dos etapas en esta reproducción, la preeritrocítica y la eritrocítica. Etapa preeritrocítica: se inicia con la penetración de los esporozoitos a los hepatocitos. Dentro de cada hepatocito parasitado se forma el esquizonte hístico primario; después de 6 a 12 días, sufre ruptura y libera miles de merozoitos histológicos, que van a la circulación para invadir los eritrocitos. En P. vivax y ovale, algunas formas hísticas se desarrollan muy lentamente en el hígado y pueden permanecer latentes por varios meses, por lo que se han llamado hipnozoitos. Cuando éstos salen tardíamente a la circulación producen las recaídas. Esto no sucede con P. falciparum y malariae. Etapa eritrocítica: los merozoitos procedentes de esquizontes hísticos invaden los eritrocitos. El esquizonte maduro al romper el eritrocito libera merozoitos. Esta liberación ocurre cada 48 h en P. vivax, P. falciparum y P. ovale y cada 72 h en P. Malariae. Cada una de estas formas del parásito invade un nuevo eritrocito y da comienzo a otro ciclo eritrocítico. Algunos merozoitos al parecer, tienen una determinación genética para constituir los elementos masculinos y 12 femeninos, o sea los gametocitos, que circulan como formas infectantes para los mosquitos y no producen sintomatología en el hombre. Estos gametocitos si no son ingeridos por los mosquitos, desaparecen espontáneamente de la sangre. Esquema 4: ciclo de vida del Plasmodium spp. Las manifestaciones clínicas dependen del parásito, del número de parásitos y del estado inmunitario del paciente. El cuadro clínico característico se resume básicamente en escalofríos, fiebre y sudoración, asociados a anemia, leucopenia y posteriormente a esplenomegalia. El mecanismo de transmisión, en condiciones naturales, se hace mediante los mosquitos hembra del género anopheles. Otros mecanismos menos frecuentes son: inoculación directa de sangre con parásitos a través de la placenta, por transfusión sanguínea, accidentalmente por jeringas contaminadas o por transplante de órganos. En estos casos sólo aparece el ciclo eritrocítico, sin existir invasión previa al hígado. Los antipalúdicos se dividen dependiendo de la etapa del parásito que atacan y el fin clínico correspondiente. Esquizonticidas hísticos utilizados en la profilaxis causal: son fármacos que actúan contra las formas hísticas primarias de plasmodios en hígado, que en un mes o menos inician la etapa eritrocítica de la infección. Evitan la CICLO ESPOROGONICO (SEXUAL) CICLO ESQUIZOGONICO (ASEXUAL) La hembra de mosquito Anopheles se infecta al ingerir sangre de una persona con microgametocitos (macho) y macrogametocitos(hembra) Maduran y se transforman en macrogametos que son fecundados por los microgametos formando un ooquiste Dentro del ooquiste se constituyen gran cantidad de esporozoitos que se liberan y se localizan preferentemente en las glándulas salivales Los esporozoitos penetran la piel, pasan a la circulación e invaden los hepatocitos Etapa pre-eritrocitaria En cada hepatocito se forman el esquizonte tisular primario, madura, rompe el hepatocito y libera miles de merozoitos tisulares Etapa eritrocitaria Los merozoitos invaden eritrocitos y forman trofozoitos que a su vez se dividen y forman esquizontes, éste rompe al eritrocito y libera merozoitos que invaden eritrocitos e inician otro ciclo eritrocítico Algunos merozoitos se constituyen en con microgametocitos (macho) y macrogametocitos (hembra) infectantes para los mosquitos 13 maduración de los esquizontes hepáticos en el ciclo preeritrocítico, ejemplo: cloroguanida (proguanil), utilizado para la profilaxis causal del paludismo por P. falciparum. Esquizonticidas hísticos utilizados para evitar recaídas: los fármacos actúan en las formas histológicas latentes de P. vivax y P. ovale que persisten después de que pasaron a la circulación las formas hísticas primarias. Las formas hísticas latentes producen el paludismo recidivante o recaídas, meses o años después de la infección inicial. La primaquina es el fármaco prototipo reservado para evitar recaídas. Esquizonticidas hemáticos utilizados en la curación clínica y la supresión: actúan en las etapas eritrocíticas asexuadas de los parásitos del paludismo para interrumpir la esquizogonia Los medicamentos en cuestión pueden dividirse en dos grupos. Los de acción rápida, incluyen los clásicos alcaloides antipalúdicos como: cloroquina, quinina y sus derivados similares, quinidina, mefloquina, halofantrina, y los de acción más lenta, como la pirimetamina, cloroguanida y antibióticos antipalúdicos, éstos preparados más a menudo se utilizan junto con equivalentes de acción más rápida. Se considera que el Plasmodio es resistente una droga cuando el parásito sobrevive a concentraciones del fármaco que previamente lo eliminaban o prevenían su multiplicación. La resistencia a la cloroquina está descripta fundamentalmente para el P. falciparum. Para el P. vivax se ha reportado resistencia a la primaquina, pirimetamina y sulfas fundamentalmente, y en menor medida a la cloroquina. No se ha observado resistencia del P. ovale y P. malariae a la cloroquina. 4.2 Subclase piroplasmia 4.2.1 Babesia: La babesiosis, causada ya sea por Babesia microcoti o B. divergens, es una zoonosis transmitida por garrapatas, que superficialmente se parece a la malaria, ya que los parásitos invaden los eritrocitos produciendo una enfermedad febril, hemólisis y hemoglobinuria. Esta infección por lo general es leve y auto limitada, pero puede ser grave o incluso mortal en los individuos sin bazo o severamente inmunocomprometidos. Actualmente la terapia recomendada es con una combinación de clindamicina y quinina para la enfermedad severa, y la combinación de azitromicina y atovacuona para infecciones leves o moderadas. 4.3 Diversos géneros del Phylum Microspora 4.3.1 Microsporidium: Son hongos parásitos eucariotas unicelulares que forman esporas que pueden causar una serie de síndromes y enfermedades, incluyendo diarrea en individuos inmunocomprometidos. Las infecciones por microsporidios del 14 género Encephalitozoon, incluyendo E. Hellum, E. intestinalis y E. cuniculi, han sido tratados con éxito con albendazol, un derivado de bencimidazol inhibidor de la polimerización de tubulina. Las personas inmunocomprometidas con microsporidiosis intestinal por E. bieneusi (que no responde tan bien al albendazol) han sido tratadas con éxito con el antibiótico fumagilina. DROGAS ANTIPROTOZOARIAS I. Anfotericina B La farmacodinamia, farmacocinética y la toxicología de la anfotericina B se presentan en el cuadernillo de drogas antimicóticas. Sólo aquellas características de la droga pertinente para su uso en la leishmaniosis se describen aquí. La anfotericina B liposomal fue aprobada para el tratamiento de la leishmaniosis visceral. Es un agente muy eficaz que cura > 90 % de los casos de leishmaniosis visceral y se ha convertido en el fármaco de elección para los casos resistentes al antimonio. Se considera un fármaco de segunda línea para la leishmaniosis cutánea o mucosa, donde ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de pacientes inmunocomprometidos. El mecanismo de acción de la anfotericina B contra la Leishmania es similar a la base de las actividades antifúngicas de la droga. Leishmania tiene una composición de esteroles similar a patógenos fúngicos y el fármaco se une a estos. Después de casi 30 años de uso, aún no se han reportado casos de resistencia significativa a la droga. II. Eflornitina Eflornitina es un inhibidor irreversible, que se une covalentemente, a la enzima ornitina decarboxilasa. Esta enzima cataliza y limita el primer paso en la biosíntesis de las poliaminas (Esquema 5). Esquema 5: Mecanismo de acción de eflornitina Ornitina Putrescina Espermidina Crecimiento y división celular Eflornitina Ornitina decarboxilas 15 Estos compuestos, como putrescina, espermidina, y en los mamíferos, espermina, son requeridos para la división celular y para la diferenciación normal de las células. En los tripanosomas, la espermidina además, se requiere para la síntesis de tripanotión, que es un conjugado de espermidina y glutatión que reemplaza muchas de las funciones de glutatión en las células del parásito. El déficit de estas sustancias genera que los parásitos se transformen en las formas cortas, que no se replican y que además son incapaces de sintetizar las glicoproteínas variables de superficie, pudiendo ser removidas por el sistema inmune. Dado que en los seres humanos, eflornitina es rápidamente metabolizado con una vida media corta y que el parásito no puede metabolizarla con suficiente rapidez, el fármaco daña preferentemente el parásito. La eflornitina actualmente se usa para tratar la fase tardía de la tripanosomiasis por T. brucei gambiense, ya que es ineficaz para la tripanosomiasis de África Oriental. La eflornitina es a la vez más segura y más eficaz que el melarsoprol para la fase tardía de la enfermedad del sueño gambiense. La eflornitina se administra por infusión intravenosa. El fármaco no se une a las proteínas plasmáticas, pero se distribuye bien y penetra en el líquido cefalorraquídeo. Más del 80 % de la droga se elimina por riñón en forma inalterada. Las dosis terapéuticas de eflornitina son grandes y requieren la coadministración de grandes volúmenes de líquidos por vía intravenosa. Esto plantea limitaciones prácticas significativas en lugares remotos y puede causar sobrecarga de fluidos en pacientes susceptibles. La eflornitina causa reacciones adversas en la mayoría de los pacientes tratados, que generalmente son reversibles con la retirada del fármaco. Las reacciones más frecuentemente reportadas son dolor abdominal y cefalea, seguidas por reacciones en los sitios de inyección. Las reacciones más graves aunque menos frecuentes son fiebre, trombocitopenia, convulsiones y diarrea. Con los tratamientos prolongados puede ocurrir pérdida de audición reversible. III. 8-hidroxiquinolinas El 8-hidroxiquinolina iodoquinol halogenado (diiodohidroxiquina) y el clioquinol (iodoclorhidroxiquina) se han utilizado como agentes luminales para eliminar la colonización intestinal por E. histolytica. Iodoquinol es el más seguro de los dos agentes y se utiliza por vía oral. Ambos compuestos actúan por quelación de iones ferrosos esenciales para el metabolismo de los parásitos. Estos fármacos son pobremente absorbidos desde el tracto gastrointestinal. La mayorparte de una dosis oral se excreta en las heces. Puede ocurrir absorción sistémica que genera aumento de las concentraciones de iodo en sangre. Las drogas se distribuyen en los tejidos. El iodo libre y los metabolitos conjugados 16 con glucurónido y sulfato aparecen posteriormente en la orina. Las porciones no absorbidas se eliminan en las heces. Cuando se utilizan en las dosis apropiadas y la duración de la terapia no es mayor a los 20 días, los efectos adversos son poco frecuentes. La reacción tóxica más importante, que se ha atribuido principalmente al clioquinol, es la neuropatía mielo-óptica subaguda. La administración de iodoquinol en altas dosis en niños con diarrea crónica se ha asociado con atrofia óptica y pérdida permanente de la visión. Dado que estos compuestos contienen iodo, los pacientes pueden presentar iodismo cutáneo manifestado por: forunculosis generalizada, reacciones papulosas y pustulosas, erupciones acneiformes, bullas, vegetaciones o Iododermas tuberosos, urticaria y prurito. Además los pacientes pueden presentar: efectos gastrointestinales (anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, calambres abdominales, prurito anal), fiebre, escalofríos, cefaleas, vértigo y agrandamiento de la tiroides Debido a su perfil de efectos adversos, se prefiere el empleo de paromomicina como agente para tratar la amibiasis luminal, sin embargo. Iodoquinol se utiliza en combinación con metronidazol para tratar a individuos con colitis amebiana o absceso hepático amebiano, pero también puede ser utilizado como agente único en pacientes asintomáticos infectados con E. histolytica. IV. Nitroimidazoles: Pertenecen a este grupo el Metronidazol, el Secnidazol, el Tinidazol y el Ornidazol siendo el primero la droga patrón. Este grupo tiene indicaciones antiparasitarias y contra bacterias anaerobias patógenas. Su farmacodinamia, farmacocinética y reacciones adversas serán descriptas en el cuadernillo correspondiente. Aquí se describirán brevemente sus acciones terapéuticas. El Metronidazol y los nitroimidazoles relacionados son activos in vitro contra una amplia variedad de parásitos protozoos anaerobios y bacterias anaeróbicas. El compuesto es directamente trichomonicida. La droga también tiene una potente actividad amebicida contra E. histolytica. Los trofozoitos de G. lamblia también se ven afectados por el metronidazol. El metronidazol manifiesta actividad antibacteriana contra todos los cocos anaerobios, los bacilos Gram negativos anaerobios y los bacilos Gram positivos anaeróbicos formadores de esporas. Los bacilos Gram positivos no esporulados a menudo son resistentes, como así también los son las bacterias aerobias y anaerobias facultativas. El metronidazol es clínicamente efectivo en tricomoniasis, amebiasis, giardiasis y en una variedad de infecciones causadas por bacterias anaerobias obligadas, incluyendo Bacteroides, Clostridium y bacterias microaerofílicas tales como Helicobacter y Campylobacter spp. El Benznidazol, otro derivado de 5-nitroimidazol, es eficaz en la enfermedad de Chagas aguda. 17 V. Nitrofuranos: Furazolidona es un derivado nitrofurano utilizado como tratamiento alternativo para la giardiasis. La furazolidona está disponible en forma líquida útil para niños pequeños. Nifurtimox es un derivado nitrofurano activo contra las formas amastigote y tripomastigote de T. cruzi y T brucei y que puede ser curativo tanto en los estadíos tempranos como tardíos de la enfermedad. La farmacodinamia, farmacocinética y reacciones adversas de ambos compuestos serán descriptas en el cuadernillo correspondiente. VI. Nitazoxanida: La nitazoxanida es un agente antiparasitario oral, sintético, de amplio espectro, que fue sintetizado originalmente en la década de 1980 basado en la estructura de la niclosamida (antihelmíntico). Se encontró inicialmente que tenía actividad contra las tenias y los estudios posteriores in vitro sugirieron que era eficaz contra un número de helmintos intestinales y protozoarios. La nitazoxanida está aprobada por la FDA para el tratamiento de la criptosporidiosis y giardiasis en niños. La nitazoxanida y su metabolito activo, la tizoxanida, inhiben el crecimiento de esporozoitos y ovocitos de C. parvum e inhiben el crecimiento de los trofozoitos de G. intestinalis, E. histolytica, y T. vaginalis. También tiene actividad contra otros protozoos, incluyendo Blastocystis hominis, Isospora belli y Cyclospora cayetanensis. La nitazoxanida también demostró actividad contra los helmintos intestinales: Hymenolepis nana, Trichuris trichiura, Áscaris lumbricoides, Enterobius vermicularis, Ancylostoma duodenale, Strongyloides stercoralis y Fasciola hepática. También han sido reportados efectos contra algunas bacterias anaerobias o microaerofílicas, incluyendo Clostridium spp y H. pylori. La nitazoxanida tendría actividad antiviral y ahora está siendo sometida a ensayos clínicos para el tratamiento de la hepatitis C. La nitazoxanida interfiere con la reacción de transferencia de electrones de la enzima dependiente de PFOR, que es esencial para el metabolismo anaeróbico en protozoos y especies bacterianas. Un mecanismo propuesto para la nitazoxanida es el bloqueo de la primera etapa de la cadena PFOR mediante la inhibición de la unión del piruvato con el cofactor pirofosfato de tiamina (Esquema 6). Aún no han sido reportados casos de resistencia clínica a la misma. Tras la administración oral, la nitazoxanida se hidroliza rápidamente a su metabolito activo, la tizoxanida, que se somete a conjugación principalmente a glucurónido tizoxanida. La biodisponibilidad después de una dosis oral es excelente, y las concentraciones máximas en plasma de los metabolitos se detectan dentro de 1-4 horas después de la administración del compuesto original. Tizoxanida se une 99,9 % a las proteínas plasmáticas. Tizoxanida se 18 excreta por orina, bilis y heces. El glucurónido tizoxanida se excreta en la orina y la bilis. Esquema 6: Mecanismo de acción de Nitazoxanida. Hasta la fecha, los efectos adversos parecen ser raros con nitazoxanida. Se han reportado dolor abdominal, diarrea, vómitos y dolor de cabeza, además de un tinte verdoso en la orina de la mayoría de las personas que toman la nitazoxanida. VII. Pentamidina La pentamidina es una diamina aromática de amplio espectro, con actividad contra varias especies de protozoos patógenos y algunos hongos. La pentamidina se usa para el tratamiento de la etapa inicial la infección por T. brucei gambiense. La pentamidina es un agente alternativo para el tratamiento de la leishmaniosis cutánea. Se ha utilizado para el tratamiento de enfermedad visceral pero se prefieren los agentes menos tóxicos. La pentamidina también es un agente alternativo para el tratamiento y la profilaxis de la neumonía causada por el hongo ascomiceto Pneumocystis jirovecii (anteriormente conocido como P. carinii) en pacientes inmunocomprometidos, que no toleran a trimetoprima-sulfametoxazol y no son candidatos a agentes alternativos como atovacuona o la combinación de clindamicina y primaquina. El mecanismo de acción de las diamidinas se desconoce. Los compuestos dicatiónicos parecen mostrar varios efectos en un parásito dado y actuar por mecanismos dispares en diferentes parásitos. Las diamidinas se concentran en el interior parasitario a través de un sistema de captación de alta afinidad dependiente de energía. Las diamidinas hidrofóbicas cargadas positivamente pueden ejercer sus efectos tripanocidas reaccionando con una variedad de dianas intracelulares cargadas negativamente. Esto puede generar la agregación ribosómica, la inhibición de la síntesis de ADN y proteínas, la inhibición de varias enzimas y la pérdida del cinetoplasto, entre otros efectos. Membrana del trozofoíto Ferrodoxina Ferrodoxina Ferrodoxina:NAD oxidoreductasa NADH oxidasa Piruvato:Ferrodoxinaoxidoreductasa Piruvato + pirofosfato de tiamina NITAZOXANIDA 19 La pentamidina se comercializa para inyección o para su uso como un aerosol Después de una dosis intravenosa única, la droga desaparece del plasma con una t 1/2 aparente de varios minutos a unas pocas horas. La t1/2 de eliminación es muy lenta, con una duración de semanas a meses y la droga se une 70 % a las proteínas plasmáticas. Este compuesto altamente cargado no se absorbe bien por vía oral y no atraviesa la barrera hematoencefálica, lo que explica por qué es ineficaz contra la fase tardía de la tripanosomiasis. Después de múltiples dosis parenterales, las concentraciones más altas de la droga se encuentran en hígado, riñón, adrenales y el bazo, mientras que en el cerebro sólo se encuentran trazas. La inhalación pentamidina en aerosol se emplea para la profilaxis de la neumonía por Pneumocystis, el uso esta vía resulta en poca absorción sistémica y disminución de la toxicidad. La pentamidina es un agente tóxico, y alrededor del 50 % de los individuos que reciben el fármaco a las dosis recomendadas muestra algún efecto adverso. La administración intravenosa de pentamidina puede estar asociada con hipotensión, taquicardia y cefalea. Estos efectos son probablemente secundarios a la capacidad de pentamidina de unirse a receptores de imidazolina y se pueden mejorar disminuyendo la velocidad de la infusión. Las diamidinas fueron diseñadas originalmente para su uso como hipoglucemiantes y pentamidina conserva esa propiedad. La hipoglucemia, que puede ser potencialmente mortal, puede ocurrir en cualquier momento durante el tratamiento, incluso tras semanas en terapia. La supervisión estricta de la glucemia es clave. Paradójicamente, en algunos pacientes se han observado pancreatitis, hiperglucemia, y el desarrollo de diabetes dependiente de insulina. La pentamidina es nefrotóxica (~ 25 % de los pacientes tratados muestran signos de disfunción renal). Otros efectos adversos incluyen erupciones cutáneas, tromboflebitis, anemia, neutropenia y elevación de las enzimas hepáticas. La administración intramuscular de pentamidina, aunque es eficaz, se asocia con el desarrollo de abscesos en el sitio de la inyección. Pentamidina en aerosol se asocia con pocos eventos adversos. Dentro de las drogas antiprotozoarias, describiremos a un grupo en particular que son las DROGAS ANTIPALÚDICAS Desarrollaremos aquí las drogas más relevantes. Los organismos susceptibles para cada droga se describen en la siguiente tabla (Tabla 1) Tabla 1: Indicaciones de algunas drogas utilizadas en el paludismo DROGA EFICACIA COMPROBADA INAFICAZ PARA Cloroquina Formas eritrocíticas asexuadas del P. vivax y de cepas susceptibles del P. falciparum. Gametocitos del P. vivax. Estadíos extraeritrocitarios de los plasmodios. 20 Mefloquina Formas eritrocíticas asexuadas del P. falciparum y P. vivax resistentes a cloroquina Formas hepáticas y gametocíticas de P. falciparum y formas latentes tisulares de P. ovale Quinina Gametocitos del P. vivax y P. malariae. Formas eritrocíticas asexuadas de los cuatro plasmodios. Infecciones por P. falciparum, resistente a la Cloroquina y otros fármacos. Esporozoitos o formas pre- eritrocíticas de los cuatro plasmodios. Primaquina Recaídas de los P. vivax y P. ovale. Formas exoeritrocitarias de P. falciparum y P. vivax Estadíos eritrocíticos del P. vivax. Formas asexuadas sanguíneas del P. falciparum. Pirimetamina Infecciones por P. falciparum resistente a la Cloroquina. Formas eritrocíticas asexuadas de los cuatro plasmodios. Ataques palúdicos primarios agudos. Cura radical de las infecciones por P. vivax Los mecanismos de acción propuestos para cada droga se describen en la siguiente tabla (Tabla 2) Tabla 2: mecanismos de acción propuestos para las drogas DROGA MECANISMO DE ACCIÓN Cloroquina Interfieren con la desintoxicación del hemo parasitario (que en su metabolismo produce radicales libres), generando daño oxidativo a las membranas, las proteasas digestivas y otras biomoléculas importantes Mefloquina Quinina Primaquina La primaquina se puede convertir a intermediarios electrofílicos que actúan como mediadores en la reacciones de oxido-reducción. Esto generaría especies reactivas de oxígeno que interferirían con el transporte de electrones mitocondrial en el parásito. Pirimetamina Inhibe el pasaje de dihidrofolato a tetrahidrofolato , por inhibición de la enzima dihidrofolato reductasa + sulfonamidas: inhibe la síntesis de ácido dihidropteroico a partir del ácido p- aminobenzoico por la inhibición de la dihidropteroato sintetasa (paso metabólico previo a la síntesis de dihidrofolato) A continuación se describen la farmacocinética, reacciones adversas y precauciones a tener con cada una de las drogas descriptas anteriormente I. Cloroquina 21 Tiene buena absorción. Presenta un secuestro intenso en tejidos y, en particular, hígado, bazo, riñones, pulmones, tejidos que contengan melanina y, en menor extensión cerebro y médula espinal. La depuración renal constituye la mitad de su eliminación sistémica total, la excreción aumenta al acidificar la orina. La t1/2 terminal es de 30 a 60 días y es posible detectar huellas del medicamento en la orina años después de haber sido administrado con fines terapéuticos. Dada su unión extensa a tejidos, se necesita una dosis inicial de saturación para lograr cifras plasmáticas eficaces. Después de la administración parenteral junto con la salida lenta de cloroquina desde un pequeño compartimiento central, puede ocasionar concentraciones altas en plasma potencialmente letales, por un lapso transitorio. Por tal razón la cloroquina se administra en forma lenta, por goteo intravenoso constante o en fracciones pequeñas, por vía subcutánea o intramuscular. La toxicidad aguda suele surgir cuando se administran dosis terapéuticas o altas con demasiada rapidez por vía intravenosa. Las manifestaciones tóxicas afectan fundamentalmente al aparato cardiovascular y comprende hipotensión, vasodilatación, supresión de la función miocárdica, anormalidades electrocardiográficas y al final, paro cardiaco. Las dosis orales de cloroquina contra un ataque palúdico pueden ocasionar alteraciones gastrointestinales, cefaleas leves transitorias, alteraciones visuales y urticaria. La administración duradera de dosis supresoras a veces causan efectos adversos como cefalea, visión borrosa, diplopía, erupciones cutáneas liquenoides, aclaramiento del color del cabello, ensanchamiento del intervalo QRS y anormalidades de la onda T. Todas las complicaciones anteriores suelen ser leves y desaparecen poco después de interrumpir el fármaco. Siempre hay que esperar para la acción de la cloroquina 7 días contados a partir del primer día de iniciado el tratamiento. Se han señalado casos infrecuentes de hemólisis y discrasias sanguíneas. También puede manchar el lecho ungueal y las mucosas. Puede precipitar un ataque agudo de psoriasis. Si aparecen alteraciones hematológicas el tratamiento debe ser suspendido. No se debe emplear en embarazadas, y la lactancia debe suspenderse. II. Diaminopiridinas Incluye a los antifolatos pirimetamina y al fansidar, combinación de pirimetamina con la sulfonamida de larga acción sulfadoxina. La pirimetamina por vía oral se absorbe de forma lenta y completa. Se acumula en riñones, pulmones, hígado y bazo, y se elimina con lentitud. La t1/2 en plasma es de 80 a 95 h. Las dosis de pirimetamina sola, como antipalúdico, ocasionan poca toxicidad salvo en casos infrecuentes de erupciones cutáneas y depresión hematopoyética. Las cantidades excesivas generan una anemia megaloblástica similar a la de la deficiencia de ácido fólico, que involuciona fácilmente al interrumpir el uso del fármaco o con la administración de ácido folínico. Las sulfonamidasson las que generan la toxicidad que surge con la 22 administración conjunta de estos antifolatos. La combinación pirimetamina- sulfadoxina no se recomienda como profilaxis antipalúdica porque entre 1:5000 a 1:8000 personas presentan reacciones cutáneas graves y a veces mortales, como eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica. La pirimetamina-sulfadoxina está contraindicada en personas con reacciones previas a sulfonamidas, mujeres que dan de mamar y niños menores de 2 meses de edad. III. Mefloquina La mefloquina es oral, porque los preparados parenterales causan reacciones locales intensas. Una vez ingerida se absorbe de manera satisfactoria, proceso estimulado por la presencia de alimento. Posee extensa circulación entero hepática, se distribuye de forma amplia, fuertemente unida a proteínas plasmáticas (98 %), se elimina con lentitud, con una t1/2 terminal de unos 20 días. Se excreta por heces y bilis, sólo cantidades muy pequeñas de este fármaco aparecen en orina. En general es un fármaco bien tolerado. Se presentan a menudo reacciones adversas como náuseas, vómitos tardíos, dolor abdominal, diarreas, disforia y mareos, que muestran con frecuencia relación con la dosis y que desaparecen de modo espontáneo y a veces es difícil diferenciarlas del cuadro clínico del paludismo. Los signos de toxicidad en el sistema nervioso central (SNC) se observan en casi la mitad de las personas que reciben el fármaco: mareos, ataxia, cefalea, alteraciones de la función motora o en el nivel de conciencia, perturbaciones visuales y auditivas que desaparecen espontáneamente y suelen ser leves. Debido a que la mefloquina posee vida media larga, los efectos indeseables pueden presentarse tardíamente (a las 2 ó 3 semanas), también las dosis elevadas influyen en la incidencia de algunos efectos secundarios. Se debe evitar su uso en embarazadas y en niños menores de 2 años ó 15 kg. La administración conjunta de mefloquina con betabloqueantes, antagonistas cálcicos, digitálicos, antidepresivos, quinidina y quinidina, puede desencadenar alteraciones cardiovasculares graves. La mefloquina puede reducir los niveles séricos del ácido valproico. IV. Primaquina La primaquina ocasiona hipotensión intensa después de su administración parenteral, y por ello se utiliza mejor la vía oral. La absorción en el tubo digestivo es casi completa. Dosis mayores que las habituales causan a veces molestias epigástricas y abdominales leves o moderadas en algunos sujetos, las cuales suelen desaparecer si se ingiere el fármaco con los alimentos. Son menos comunes la anemia leve, cianosis (metahemoglobinemia) y leucocitosis. En los individuos con deficiencia de glucosa-6- fosfato deshidrogenasa, se puede producir fundamentalmente hemólisis intravascular aguda. Puede tener también efecto sobre la medula ósea y causar leucopenia, anemia y cianosis 23 por metahemoglobinemia. En casos severos pueden ser necesarias transfusiones de sangre. La primaquina no se debe administrar en embarazadas y en niños menores de 4 años por el riesgo de hemólisis. Tampoco cuando hay riesgo de granulocitopenia, incluyendo artritis reumatoidea y lupus eritematoso y en general, cuando existan daños hematológicos. La pirimetamina puede aumentar los efectos leucopénicos y trombocitopénicos de los fármacos depresores de médula, y cuando se administra con los antagonistas de los folatos existe la posibilidad de anemia megaloblástica. V. Quinina Se absorbe rápidamente por vía oral, es degradada extensamente (solo el 5 % se excreta inalterada en la orina). Se une en alto grado a proteínas plasmáticas. Tiene una t1/2 de 4-5 hs. Este fármaco alcanza en el líquido cefalorraquídeo solo 2-5 % de la concentración plasmática, atraviesa la barrera placentaria y ocasiona daños al feto. Si se administra repetidamente a dosis terapéuticas completas, surge un “conjunto” característico de síntomas que dependen de la dosis llamado cinconismo. En su forma leve aparecen tinnitus, cefalea, náuseas y trastornos visuales; cuando se continúa con el uso del medicamento o después de administrar dosis únicas elevadas pueden surgir manifestaciones gastrointestinales, cardiovasculares y dermatológicas. A dosis terapéuticas puede causar hiperinsulinemia e hipoglucemia profunda por sus efectos estimulantes potente en las células pancreáticas β, complicación que puede ser grave. Las expresiones usuales de la hipersensibilidad a la quinina son enrojecimiento, prurito, erupciones cutáneas, fiebre, molestias gástricas, disnea, zumbido en los oídos y perturbaciones visuales; la forma más común es la hiperemia extrema de la piel, acompañada de prurito intenso y generalizado. Con menor frecuencia surgen hemoglobinemia y asma por quinina. La quinina puede ocasionar hemólisis leve, en ocasiones sobre todo en sujetos con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa. Las soluciones parenterales de quinina son fuertemente irritantes y por ello no se deben aplicar por vía subcutánea. No se debe usar en embarazadas, ni durante la lactancia. Está contraindicada en pacientes con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa. La quinina tiene interacciones con múltiples fármacos. Los antiácidos incrementan la absorción de la quinina y su toxicidad. Sin embargo, la quinina aumenta el efecto de anticoagulantes orales con riesgo de hemorragia. El ácido fólico reduce el efecto de la quinina. La neostigmina causa reversión del efecto farmacológico de la quinina. Además, se debe administrar con precaución la nitroglicerina, cuando se recibe quinina, por la hipotensión postural. 24 PARTE II: HELMINTOS Las infecciones por helmintos o parásitos gusanos, afectan a más de dos mil millones de personas en todo el mundo. En las regiones de pobreza, rurales y en los trópicos, donde la prevalencia es mayor, la infección simultánea con más de un tipo de helmintos es común. Las formas patógenas para los seres humanos son Metazoos y se pueden clasificar en gusanos redondos (nematodos) y dos tipos de gusanos planos, trematodos (trematodos) y tenias (cestodos). Estos eucariotas biológicamente diversos varían con respecto al ciclo de vida, la estructura corporal, el desarrollo, la fisiología, la localización dentro del huésped y la susceptibilidad a la quimioterapia. Formas inmaduras invaden a los seres humanos a través de la piel o el tracto GI y evolucionan en gusanos adultos bien diferenciados con distribuciones características en los tejidos. Con pocas excepciones, como Strongyloides y Echinococcus, estos organismos no pueden completar su ciclo vital y replicarse en el huésped humano para producir crías maduras. Por lo tanto, la medida de la exposición a estos parásitos dicta el número de parásitos que infectan al anfitrión, una característica reconocida como intensidad de la infección, que a su vez determina la morbilidad causada por la infección. En segundo lugar, cualquier reducción en el número de organismos adultos por la quimioterapia se mantiene a menos que se produzca la re infección. Los fármacos antihelmínticos actúan de forma local dentro de los intestinos causando la expulsión del tracto GI o sistémica de los helmintos. Son drogas de amplio espectro seguras y efectivas. Sin embargo, la terapia para ciertos helmintos tisulares, como las filarias, no es plenamente eficaz. En las zonas endémicas la desparasitación se ha asociado con beneficios para la salud, incluyendo mejoras en los niveles de hemoglobina, el crecimiento y la condición física, el rendimiento cognitivo y el estado nutricional. Como con los protozoos, describiremos brevemente a cada grupo, mencionando las drogas que se utilizan en el tratamiento de cada uno de ellos y luego desarrollaremos las drogas que se comercializan en nuestro país. 1. Nematodos (gusanos redondos): Los principales nematodos parásitos de humanosincluyen los helmintos transmitidos por el suelo (“HTS” o "geohelmintos") y las filarias. 1.1 Áscaris lumbricoides Áscaris lumbricoides, conocido como "gusano redondo" parasita un billón o más personas en todo el mundo. En algunas regiones tropicales, la ascaridiasis afecta entre el 70 y el 90% de las personas. También se observa en los climas templados. Las personas se infectan por la ingestión de alimentos o suelos contaminados con huevos de A. lumbricoides embrionados. Las mayores cargas de áscaris se producen en niños en edad escolar en los que el parásito 25 puede causar obstrucción intestinal o ascaridiasis hepatobiliar. Los agentes preferidos para su tratamiento son los bencimidazoles (BZ), mebendazol y albendazol y el pamoato de pirantelo. La cura con cualquiera de estos fármacos se puede lograr en casi el 100 % de los casos. En casos raros, tras la quimioterapia con BZ, los áscaris hiperactivos pueden migrar a sitios inusuales y causar complicaciones graves, como apendicitis, oclusión de la vía biliar, obstrucción intestinal y perforación con peritonitis. Por esta razón, algunos profesionales recomiendan el uso de pirantelo ya que este agente paraliza los gusanos antes de su expulsión. Para aliviar las complicaciones obstructivas puede ser necesaria la cirugía. Pirantelo es considerado seguro para su uso durante el embarazo, mientras que los BZ deben evitarse durante el primer trimestre. 1.2 Toxocara canis La toxocariasis es una infección zoonótica causada por el áscaris canino Toxocara canis, es una helmintiasis común en América del Norte y Europa. Tres grandes síndromes son causados por la infección por T. canis: larva migrans visceral (LMV), larva migrans ocular (LMO), y toxocariasis encubierta (ToxE). La ToxE puede representar una causa subestimada de asma y convulsiones. El tratamiento específico de LMV se reserva para pacientes con síntomas severos, persistentes o progresivos. El albendazol es el fármaco de elección. Por el contrario, la terapia para el tratamiento antihelmíntico de LMO y ToxE es controvertido. En el caso de LMO, a menudo se indica el tratamiento quirúrgico, a veces acompañado de esteroides sistémicos o tópicos. 1.3 Anquilostoma Necator americanus, Ancylostoma duodenale Estas especies de anquilostomas estrechamente relacionados infectan ~ 1000 millones de personas en países en desarrollo. N. americanus es la anquilostomiasis predominante en todo el mundo, especialmente en América, África subsahariana, el sur de China y el sudeste de Asia, mientras que A. duodenale es endémica en Egipto y norte de la India y China. La infección también se produce en las minas y grandes túneles de montaña, por lo tanto, se conocen como “enfermedad de los mineros” y “enfermedad del túnel”. Las larvas de anquilostoma viven en los suelos y penetrar la piel expuesta. Después de llegar a los pulmones, las larvas migran a la cavidad oral donde son tragadas. Después de unirse a la mucosa del intestino delgado, los gusanos adultos se alimentan de la sangre del huésped. Hay una relación general entre el número de parásitos intestinales (carga), el recuento de huevos fecales y la pérdida de sangre fecal. En los individuos con reservas de hierro bajas, la correlación se extiende a la carga de anquilostomiasis y el grado de anemia por deficiencia de hierro. Las infecciones por anquilostoma ocurren mayormente en adultos. El albendazol es el agente de primera elección contra ambos A. duodenale y N. americanus. Esta droga tiene como ventaja la actividad contra otros 26 nematodos gastrointestinales. También puede utilizarse mebendazol. Albendazol oral también es el fármaco de elección para el tratamiento de larva migrans cutánea, que se debe más comúnmente a la migración por la piel de larvas del anquilostoma canino, A. braziliense. Ivermectina oral o tiabendazol tópico también pueden ser utilizados. 1.4 Trichuris trichiura La infección por Trichuris (triquina) afecta alrededor de 1000 millones de personas en países en desarrollo. Se adquiere por la ingestión de huevos embrionados. En los niños, la carga de helmintos Trichuris puede provocar colitis, síndrome disentérico y prolapso rectal. Mebendazol y albendazol son los fármacos más eficaces para el tratamiento de la triquina. Ambos fármacos proporcionan reducciones significativas en la carga de helmintos incluso cuando se utilizan en una dosis única. Sin embargo, la terapia de dosis única con cualquiera de los fármacos es a menudo ineficaz para lograr la "cura" (es decir, la eliminación total de la carga), por lo que se requiere típicamente un curso de 3 días de la terapia. 1.5 Strongyloides stercoralis S. stercoralis, a veces llamada lombriz enana, es casi único entre los helmintos en ser capaz de completar su ciclo vital en el huésped humano. El organismo infecta 30-100.000.000 personas en el mundo, con más frecuencia en las zonas tropicales y otros lugares cálidos y húmedos. También se encuentra en individuos institucionalizados que viven en condiciones insalubres y en los inmigrantes, viajeros y militares que viven en las zonas endémicas. Las larvas infectantes que se encuentran en el suelo contaminado con materia fecal, penetran en la piel o las membranas mucosas, viajan a los pulmones y finalmente maduran en gusanos adultos en el intestino delgado, donde residen. Muchas personas infectadas son asintomáticas, pero algunos manifiestan erupciones de la piel, síntomas gastrointestinales inespecíficos y tos. La enfermedad diseminada, potencialmente mortal, conocida como síndrome de hiperinfección, puede ocurrir en personas inmunodeprimidas, incluso décadas después de la infección inicial, cuando la replicación del parásito en el intestino delgado no es desactivada por una respuesta inmune competente. La ivermectina es el fármaco de elección para el tratamiento de la estrongiloidiasis. La hiperinfección puede requerir un tratamiento prolongado o repetido. Los BZ muestran son menos eficaces que la ivermectina. 1.6 Enterobius Vermicularis Enterobius, la “lombriz intestinal”, es una de las infecciones más comunes de helmintos en los climas templados. A pesar de que este parásito rara vez causa complicaciones serias, el prurito en la región perianal y perineal puede ser intenso, y el rascado puede causar una infección secundaria. En las mujeres, los gusanos pueden pasear en el tracto genital y penetrar en la cavidad peritoneal, pudiendo generar salpingitis o incluso peritonitis. Debido a que la 27 infección se propaga fácilmente a través de los miembros de una familia, escuela o institución, el médico debe decidir si se debe tratar a todas las personas en contacto cercano con una persona infectada. Puede ser requerido más de un curso de terapia. El pamoato de pirantelo, mebendazol y albendazol y son muy eficaces. Dosis orales únicas de cada uno deben repetirse después de 2 semanas. Cuando su uso se combina con normas de higiene personal, puede ser obtenida una proporción muy alta de curación. El tratamiento es simple y casi desprovisto de efectos secundarios. 1.7 Trichinella spiralis T. spiralis es un parásito zoonótico. La triquinosis generalmente es causada por el consumo de carne de cerdo sub o sin cocinar. Cuando son liberadas por el contenido ácido del estómago, las larvas enquistadas maduran en gusanos adultos en el intestino. Los adultos entonces, producen larvas infecciosas que invaden los tejidos, especialmente el músculo esquelético y el corazón. La infección severa puede ser mortal, pero más típicamente causa dolor muscular marcado y complicaciones cardíacas. Afortunadamente, la infección es fácilmente prevenible. Toda la carne se debe cocinar a fondo antes de ser comida. Las larvas enquistadas mueren por la exposición al calor de 60° C durante 5 minutos. El albendazol y mebendazol son eficaces contra las formas intestinales de T. spiralis que están presentesen la infección temprana. La eficacia de estos agentes o cualquier agente antihelmíntico sobre las larvas que han migrado al músculo es cuestionable. 1.8 Filariasis Linfática Wuchereria bancrofti, Brugia Malayi y B. Timori Los gusanos adultos que causan filariasis linfática humana (FL) habitan en los vasos linfáticos. La transmisión se produce a través de la picadura de mosquitos infectados. Cerca del 90 % de los casos se deben a W. bancrofti, la mayor parte del resto se deben a la B. malayi. Las principales regiones endémicas son el África subsahariana, el subcontinente indio, el sudeste de Asia y la región del Pacífico y en cuatro países tropicales de América (Haití, República Dominicana, Guyana y Brasil). La reacción del huésped a los gusanos adultos inicialmente causan inflamación linfática que se manifiesta por fiebre, linfangitis y linfadenitis. Esto puede progresar a la obstrucción linfática y es a menudo exacerbado por ataques secundarios de celulitis bacteriana, lo que lleva a linfedema que se manifiesta por hidrocele y elefantiasis. En algunas personas también ocurre una reacción inmune acentuada a microfilarias, denominada eosinofilia pulmonar tropical. El Programa Global para la Eliminación de la FL recomienda que todas las personas en situación de riesgo se traten una vez al año con una combinación oral de dos fármacos el dietilcarbamato (DEC) por su efecto sobre micro y 28 macrofilaras, en combinación con albendazol para aumentar la actividad sobre macrofilaras. En muchas partes de África subsahariana y Yemen, donde son co-endémicas la loiasis o la oncocercosis, se recomienda el uso de ivermectina en reemplazo de DEC. Ambas drogas disminuyen la microfilarias circulantes en sujetos infectados, lo que reduciría la probabilidad de que los mosquitos transmitan FL a otros individuos. Aunque la quimioterapia disminuye la incidencia de linfangitis filaria, no está claro si se revierte el daño linfático u otras manifestaciones crónicas de la FL. En la elefantiasis de larga data, se pueden requerir medidas quirúrgicas para mejorar el drenaje linfático y eliminar el tejido redundante. 1.9 Loa loa L. loa (loiasis) es un parásito filarial que migra en tejidos, y que se encuentra en grandes regiones de los ríos de África central y occidental. El parásito se transmite por moscas de venado. Los gusanos adultos residen en los tejidos subcutáneos y la infección pueden ser reconocida cuando estos gusanos migran causando inflamaciones subcutáneas episódicas y transitorias "Calabar”. Los gusanos adultos también pueden pasar a través de la esclerótica, causando "gusano ocular”. En raras ocasiones, se producen encefalopatía, cardiopatía o nefropatía sobre todo en pacientes con alta carga parasitaria que reciben tratamiento quimioterápico. El DEC actualmente es el mejor fármaco para el tratamiento de loiasis, pero es aconsejable comenzar con una dosis inicial pequeña para disminuir reacciones en el huésped que resultan de la destrucción de microfilarias. Para mejorar las reacciones agudas post-tratamiento se pueden administrar glucocorticoides. 1.10 Onchocerca volvulus Transmitida por la mosca negra cerca de arroyos y ríos caudalosos, O. volvulus infecta a personas en África subsahariana, Yemen, México, Guatemala, Ecuador, Colombia, Venezuela y Brasil, causando oncocercosis o “ceguera de los ríos”. Las reacciones inflamatorias, principalmente hacia las microfilarias en lugar de los gusanos adultos, afectan a los tejidos subcutáneos, los ganglios linfáticos y los ojos. La oncocercosis es una causa muy importante de ceguera infecciosa en todo el mundo y es consecuencia de la destrucción de microfilarias acumuladas en los ojos, un proceso que evoluciona a lo largo de décadas. . La ivermectina es el fármaco de elección para el control y tratamiento de la oncocercosis. El tratamiento elimina a las microfilarias de los tejidos, impide el desarrollo de ceguera, e interrumpe la transmisión. También da lugar una disminución de la producción de microfilarias en el útero de los gusanos hembras. 1.11 Dracunculus medinensis Conocido como dragón de guinea o gusano Medina, este parásito provoca la dracunculiasis, una infección < 5.000 casos a partir de 2009, la mayoría de los 29 cuales ocurrieron en la zona rural de Sudán, Ghana y Malí. Las personas se infectan al beber agua que contiene copépodos que transportan las larvas infectantes. Después de alrededor de 1 año, los gusanos hembras adultos migran y emergen a través de la piel, generalmente en las piernas o los pies. No hay antihelmíntico eficaz para el tratamiento de la infección por D. medinensis. El metronidazol puede proporcionar alivio sintomático y funcional, facilitando la eliminación del gusano a través de la supresión indirecta de las respuestas inflamatorias del huésped. 2. Cestodos (gusanos planos) 2.1 Taenia saginata Los seres humanos son los huéspedes definitivos para Taenia saginata, conocida como la tenia de vaca. Esta forma más común de la tenia se detecta por lo general después del paso de la proglótide desde el intestino. Es cosmopolita, y se producen con más frecuencia en el África subsahariana, Oriente Medio y América, donde se consume carne cruda o poco cocida. La cocción de la carne a 60° C durante > 5 minutos, previene esta infección que rara vez produce enfermedad clínica grave. El praziquantel es el fármaco de elección para el tratamiento de la infección por T. saginata, aunque también se pueden utilizar niclosamida. Ambos medicamentos son muy eficaces, fáciles de administrar y relativamente libres de efectos secundarios. La evaluación de la cura puede ser difícil debido a que los segmentos, así como escólex por lo general se expulsan en un estado parcialmente digerido. 2.2 Taenia solium Taenia solium o tenia del cerdo, también tiene una distribución cosmopolita. Este cestodo causa dos tipos de infección. La forma intestinal con tenias adultas, causada por el consumo de carne mal cocida, que contiene cisticercos, o más comúnmente por transmisión fecal-oral de huevos infectivos de T. solium de otro huésped humano infectado. La cisticercosis, es la forma sistémica y mucho más peligrosa que suele coexistir con la forma intestinal, y es causada por formas larvales invasoras del parásito. La infección sistémica se produce por la ingestión de material infeccioso con contaminación fecal o por los huevos liberados desde un segmento grávido que pasan hacia el duodeno, donde se digieren las capas externas. En cualquier caso, se da por el acceso de las larvas a la circulación y los tejidos, exactamente como en su ciclo en el huésped intermediario (por lo general el cerdo). La gravedad de la enfermedad resultante depende del tejido particular implicado. La invasión del cerebro (neurocisticercosis) es común y peligrosa, pudiendo generar epilepsia, meningitis y aumento de la presión intracraneal, en función de las reacciones inflamatorias a los cisticercos y/o su tamaño y ubicación. Niclosamida es la droga preferida para el tratamiento de las infecciones intestinales con T. solium, ya que no tendrá ningún efecto sobre la 30 neurocisticercosis oculta. El albendazol es el fármaco de elección para el tratamiento de la cisticercosis. La quimioterapia para el tratamiento de la neurocisticercosis es controvertida, siendo apropiada sólo cuando se dirige a los cisticercos vivos y no en contra de los cisticercos muertos o moribundos (se demuestra con el uso de contraste en la neuroimagen) o en lugares donde las imágenes cerebrales revelan un gran carga de parásitos. El tratamiento previo con glucocorticoides es muy recomendable en esta situación para minimizar las reacciones inflamatorias tras la muerte de los parásitos. 2.3 Diphyllobothrium Latum Diphyllobothrium latum, la tenia de los peces, se encuentra más comúnmente en los ríos y lagos del hemisferio norte. El consumo
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