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Asociación de Profesores - Universidad de Antioquia 
Medellín s Nos, 8-9 • 2005
LECTIVA 
Noe. - 9 • 2005 • Medellin, CoIoniba 
ASOCIACIÓN DE PROFESORES -UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 
594:0123-3386 
Comité editorial 
Gonzalo Medina Pérez 
Hernán Mira Fernández 
Jorge Aristizábal Ossa 
Paula Andrea Sepúlveda Sánchez 
Editor
VIctor \411a Mejía 
Digitación 
Marta Lucia Jiménez Madrid 
Diagramación 
Elkin Londoño Mejía 
Portada 
Panorámica de la Universidad, insertada en un detalle 
del mural del maestro Pedro Nel Gómez (Biblioteca Central). 
Arte de Juan Juan Fernando Mejía Ochoa. 
Composición de textos, diseño, 
preprensa digital e impresión: 
Impresos Begón Ltda.
ASOPRUDEA
Bloque 22, oficina 107. Ciudad Universitaria 
Teléfonos 2105360 2636106
asoprof@quimbay&udea.edu.co 
4	 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
JUNTA DIRECTIVA 
ASOCIACIÓN DE PROFESORES 
JHON JAIRO ZAPATA VASCO ...................................................Presidente 
izapata@ayura.udea.edu.co 
GABRIEL ÁLVARO CADAVID MARULANDA..............................Vicepresidente 
alcadam@hotmail.com 
JORGE ARISTIZÁBAL OSSA .....................................................Secretario 
iarist@epm.net.co 
FLOR ÁNGELA TOBÓN MARULANDA ..................................... Tesorera 
jvm@epm.net.co 
LUIS GABRIEL AGUDELO VIANA ............................................ Vocal 1. Representante 
gagudelo@asustinianos.udea.edu.co al Consejo Superior 
JHON JAIRO ARTEAGA RUEDA ................................................ Vocal 2 
iarteaga@iaibana.udea.edu.co 
JOSÉ LUIS	 PÉREZ	 LÓPEZ ........................................................ Vocal 3 
iolupelo@matematicas.udea.edu.co 
JAIME RAFAEL NIETO LÓPEZ .................................................. Suplente 1 
cotis@epm.net.co 
DÍDIER ÁLVAREZ ZAPATA ........................................................ Suplente 2 
dial@nutabe.udea.edu.co 
VÍCTOR VILLA MEJÍA .............................................................. Suplente 3 
nelo@epm.net.co
CARLOS ARTURO MORALES VALLECILLA ..............................Suplente 4 
carlosarmo@epm.net.co 
EFRAÍN OVIEDO REGINO .......................................................Suplente 5 
eoviedo@udea.edu.co 
HERNÁN MIRA FERNÁNDEZ ...................................................Suplente 6 
mira@epm.net.co 
MARGARITA MARÍA MEJÍA .....................................................Suplente 7 
mmmejia@agusrinianos.udea.edu.co 
NELSON OROZCO ALZATE ....................................................Representante al 
norozco@udea.edu.co 	 Consejo Académico 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005 	 LECTIVA	 5 
TABLA DE CONTENIDO 
LECTIVA EDITORIAL 
LA FINANCIACIÓN DE LAS
	
jhon Jairo Zapata Vasco
UNIVERSIDADES PÚBLICAS
LECTIVA GREMIAL 
PLIEGO DE SOLICITUDES DEL
	
Jorge Aristizábal Ossa 
PROFESORADO
	
19 
ACERCA DE LA EVALUACIÓN DEL
	
Lillian Cañas Rodríguez 
DESEMPEÑO PROFESORAL EN LA
	
Luis Ahílo López Giraldo 
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
	
21	 Flor Ángela Tobón Marulanda 
LECTIVA DOCUMENTAL 
LA UNIVERSIDAD NACIONAL EN EL	 Marco Palacios Rozo 
SIGLO XXI
	 29 
LA REFORMA ACADÉMICA Y LA 
CALIDAD DE LA EDUCACIÓN 
PORQUÉ OPONERSE LA REFORMA DE 
LA UNIVERSIDAD NACIONAL 
OTRAS MIRADAS SOBRE LAS REFORMAS 
EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL 
LA NACIONAL EN LA RUTA 
DEL SIGLO XXI 
RESOLUCIÓN N° 001 DEL 6 DE MAYO 
DE 2005
UN Periódico 
35
Jorge Enrique Robledo 
39
Seminario Permanente 
47	 de Profesores 
Marco Palacios 
49
Comité Nacional de 
53	 Representantes Profesorales 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA	 7
LECTIVA INSTITUCIONAL 
LAS BASES ESTRATÉGICAS DEL PLAN DE 	 Oficina de Planeación 
DESARROLLO 2006-2016	 57 
LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA 	 Alejandro Uribe Tirado 
'EDUCACIÓN VIRTUAL' EN LOS PLANES 
DE DESARROLLO Y DE ACCIÓN 	 67 
LECTIVA PUNTUAL 
PARA NO SEGUIR EN SALDO ROJO.	 81	 Eduardo Domínguez Gómez 
EL ENSAYO INVE5TIGATIVO	 93	 Jhon Jairo Zapata Vasco 
LA CIENCIA Y LAS HUMANIDADES: 	 Álvaro Bustos González 
UNA PERSPECTIVA BIOÉTICA 	 105 
LECTIVA CONTROVERSIAL 
INTRODUCCIÓN A MANUALITO DE
	
Fernando Vallejo 
IMPOSTUROLOGÍA FÍSICA	 113 
UN DESAFORTUNADO MANUALITO DE
	
Juan Diego Vélez 
IMPOSTUROLOGÍA FÍSICA	 119 
LECTIVA FRUGAL 
EL INCUMPLIMIENTO: UN DEFECTO 
CON PERFIL DE VIRTUD 
LA NOVENA SINFONÍA Y LOS PASOS 
PERDIDOS DE ALEJO CARPENTIER 
SOBRE EL CASO GÓMEZ BUENDÍA 
ÉTICA DE LA DISCUSIÓN 
LOS CAMAJANES DE MEDELLÍN 
¿TRIBUS URBANAS?
Juan Leonel Giraldo Salazar 
125
Pablo Montoya Campuzano 
131
Alfonso Llano 
Carlos Gaviria 
137	 Alejandro Sanz de Santamaría 
143	 Alberto Valencia Gutiérrez 
Víctor Villa Mejía 
147 
8	 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
r
9 
SOPRUUE,1
LECTIVA 
Editorial 
/ / /
Reivindica tu 
1••
LA FINANCIACIÓN DE LAS 
UNIVERSIDADES PÚBLICAS. 
Un asunto que preocupa a todos 
los estamentos universitarios 
Jhon Jairo Zapata Vasco* 
La vía de la concertación y el diálogo parece que fuera imposible con el actual 
Gobierno y menos aún con su Ministra. El "lobby" con senadores y políticos que les 
duele la educación colombiana, para que se legisle a favor de la financiación de la 
universidad pública no ha surtido efecto; pues parece que están ahora muy 
ocupados con el tema de la reelección presidencial. 
La Ley 30 de 1992, por la cual se organiza el servicio público de la educación superior, legisló en 
materia de presupuesto para las universidades estatales lo siguiente: 
Artículo 86: Los presupuestos de las universidades nacionales, departamentales y municipales 
estarán constituidos por aportes del presupuesto nacional para funcionamiento e inversión, por 
los aportes dé los entes territoriales, por los recursos y rentas propias de cada institución. Las 
universidades estatales u oficiales recibirán anualmente aportes de los presupuestos nacionales 
y de las entidades territoriales, que signifiquen siempre un incremento en pesos constantes, 
tomando corro base los presupuestos de rentas y gastos, vigentes a partir de 1993. 
Articulo 87. A partir del sexto año, de la vigencia de la presente Ley, el gobierno nacional 
incrementará sus aportes para las universidades estatales u oficiales, en un porcentaje no inferior 
al 30°fo del incremento real del producto interno bruto. 
Este incremento se efectuará de conformidad con los objetivos previstos para el Sistema de 
Universidades Estatales (SUE) yen razón al mejoramiento de la calidad de las instituciones que 
lo integran". 
¿Qué hacer cuando las peticiones respetuosas no son escuchadas? 
Se ha presentado un Pliego Nacional Multiestamentario (docentes, trabajadores y estudiantes) al 
Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación Nacional, y pasan y pasan los días sin 
respuesta alguna por parte del ente gubernamental. La voz de la ministra aún no se escucha; han 
Presidente de Asoprudea. Profesor de la Facultad de Educación. 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 11
pasado semanas, meses y quizás también 
pasen años como ha ocurrido con el 
incumplimiento continuo de la Ley 30, antes 
de que el Estado arrogante escuche de los 
estamentos universitarios el clamor por el 
respeto de sus derechos, tales como: 
• El ejercicio de la mayoría de edad 
(autonomía), donde se puedan tomar 
decisiones, como por ejemplo, darse su 
propio currículo y nombrar sus dignatarios 
para la rectoría, facultades, escuelas e 
institutos. 
• El aumento y no la disminución del 
presupuesto estatal para las universidades 
públicas, la reconsideración del régimen 
salarial en el decreto 1279/03, el 
mejoramiento del bienestar universitario. 
El respeto de los derechos humanos, la 
libertad de expresión y la libertad de 
cátedra. 
Quedaentonces la sensación de que sólo será 
posible que sean escuchados los estamentos 
universitarios cuando éstos comiencen a 
presionar al Ministerio a través de las vías de 
hecho, caso de la protesta, la anormalidad 
académica, las asambleas permanentes, los 
enfrentamientos con la fuerza pública (y, 
con ello, las consecuencias funestas y 
desgraciadas, de triste recordación, cuando 
inmolan sus vidas jóvenes estudiantes, y se 
hacen detenciones masivas). Esta vía, 
pensamos, no es la más apropiada en nuestro 
país; tal vez sí sea válida en los paises vecinos 
de Ecuador y Bolivia, ya que cuando el pueblo 
indígena se lanza a la protesta callejera es 
escuchado por el Gobierno, quien se apresta 
a dar soluciones a sus problemas. 
Se suspenden clases, se declara la universidad 
en asamblea permanente, para buscar que los 
estamentos sean escuchados; pero el 
gobierno no se da por enterado: desconoce
estas acciones de movilización y sólo suele 
manifestar ante los medios de comunicación 
que las protestas son de unos pocos y unas 
cuantas universidades. También aparecen en 
el escenario los eternos enemigos de la 
universidad pública, amenazando con su 
cierre si no se reanudan las clases. 
La vía de la concertación y el diálogo parece 
que fuera imposible con el actual Gobierno y 
menos aún con su Ministra. El "lobby" con 
senadores y políticos que les duela la 
educación colombiana, para que se legisle a 
favor de la financiación de la universidad 
pública no ha surtido efecto; pues parece que 
están ahora muy ocupados con el tema de la 
reelección presidencial. 
¿Qué hacer, entonces? 
Se presentan otras alternativas para que la uni-
versidad pública no continué desangrando, 
como las demandas contra el Estado que ac-
tualmente están en curso. Por un lado el SUE 
(Sistema Universitario Estatal) contra el decre-
to 2566/03; y por el otro, la demanda del 
exrectorde la Universidad Nacional, Marco 
Palacio, en contra del decreto 3545 de 2004, 
por considerarlo inconstitucional y violatorio 
de la autonomía universitaria, cuando regla-
menta las trasferencias para ser redistribuidas 
con base en indicadores de gestión del 4% 
para el 2004, 8% para el 2005 y un 12% para 
el 2006, indicadores dirigidos inicialmente a 
la cobertura. Es válido aclarar que no hay re-
cursos frescos, el presupuesto no se 
incrementa. 
La realidad financiera de las universidades 
públicas es bastante preocupante; el derecho 
a la educación parece que no fuera posible, 
ya que del Producto Interno Bruto, sólo el 
0.27% se le entrega a la educación superior, 
cifra que a nivel latinoamericano sólo supera 
a Haití. 
12 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
Un estudio reciente realizado por la 
Asociación Colombiana de Universidades 
(Ascun) revela que las proyecciones de 
cobertura del gobierno aún no se cumplen, y 
que incluso han llevado al Gobierno a revisar 
la meta de 400 mil nuevos cupos propuestos 
para este cuatrienio. El presupuesto nacional 
para las universidades oficiales ha bajado en 
los últimos años, al pasar del 11,7 por ciento 
en el año 2003 al 5,7 en el 2005. 
También confirma este estudio que en el 
presupuesto por indicadores que destina el 
gobierno a las universidades, el 68 por ciento 
de los aportes es asignado a 8 instituciones 
(las 22 restantes reciben el 32%). En el año 
2004 en la participación de los aportes la 
Universidad Nacional ocupó el primer lugar 
con un 29,2%; seguida por la Universidad de 
Antioquia, con el 10,34%; y luego la 
Universidad del Valle, con el 7,82%. 
Una puerta de entrada se abre para las 
universidades estatales que presenten déficit 
financieros... ¡aplicarles la ley de quiebras! 
Las universidades públicas ingresan a la Ley 
de Quiebras de empresas del Estado mediante 
la Ley 922 de 29/12/2004, por medio de la 
cual se prorroga la vigencia de la Ley 550 del 
30 de diciembre de 1999. Bien sabemos que 
los convenios de concurrencia donde el 
Ministerio de Hacienda presiona a las 
universidades para que asuman las pensiones, 
los pocos recursos de gestión propia de la 
mayoría, la no participación efectiva en el 
presupuesto de los entes departamentales y 
municipales, los malos manejos y la 
corrupción en todo el territorio nacional, 
llevarán más tarde que temprano a la 
aplicación de la Ley de Quiebras como 
ocurrió con la Universidad del Atlántico, 
donde el Consejo Superior presionado por la 
crisis económica, con acreedores encima, 
jubilados sin salarios por más de once
mesadas, retraso en los pagos a profesores 
activos, acepta la intervención: se comienzan 
entonces los acuerdos de reestructuración 
ejecutados por el Ministerio de Hacienda y 
crédito público, desde donde comienza a 
darse el recorte de personal (trabajadores, 
profesores de contrato, de cátedra y de planta) 
y el alza exagerada de matriculas, entre otros. 
Los estudiantes de las universidades públicas 
siguen demostrando cómo, a pesar del 
asfixiante presupuesto, ocupan los primeros 
puestos. Es el caso de la Universidad de 
Antioquia, cuyos estudiantes ganaron el 
Primer Concurso Académico Nacional de 
Medicina realizado en Bogotá. Igualmente, en 
las Pruebas ECAES los resultados son los 
mejores, (recordemos al estudiante de la 
Facultad de Derecho de la Universidad del 
Atlántico, ocupó el primer lugar en estas 
pruebas el año pasado). 
Parece que las leyes y decretos del actual go-
bierno no tienen tiempo ni calendario, porque 
su misión es trabajar y trabajar cada día en 
contra de los trabajadores colombianos y par-
ticularmente del profesorado. Es triste ver la 
decisión de la Comisión Primera del Senado, 
que aprobó mantener para los congresistas el 
privilegio de obtener pensiones multimillona-
rias hasta el 2010, mientras al mismo tiempo 
se elimina, de manera inmediata, la mesada 
catorce para los demás ciudadanos que se 
pensionan desde la entrada en vigencia de la 
reforma. 
¿Y ahora, qué pasa con el decreto 1279/03, 
donde se reglamenta el régimen salarial de los 
profesores universitarios? ¿Por qué muchos 
profesionales no quieren trabajar con la 
universidad pública? ¿Porqué ha mermado la 
productividad académica en más de un 30% 
en el último año? 
Basta leer el comunicado de la Rectoría de la 
Universidad de Antioquia, del 28 de abril del 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 13
2005 "El decreto 1279 de 2002, por medio del 
cual se establece el régimen salarial y presta-
cional de los docentes de las universidades 
estatales, ha sido cuestionado por las desme-
joras que introdujo y, especialmente, por lo 
que afecta el salario de enganche. Sin embar-
go, los rectores de las universidades públicas 
insisten ante el Ministerio de Educación en 
una modificación concertada de ese régimen, 
y ya el SUE con algunas universidades públi-
cas, entre ellas la Universidad de Antioquia, y 
el Ministerio de Educación Nacional constitu-
yeron una comisión encargada de proponer 
una reforma al régimen salarial de los docen-
tes universitarios oficiales. Cree la Universi-
dad que la participación de delegados de los 
docentes en esta comisión resulta plausible, y 
está dispuesta a impulsarla. Invita a la comu-
nidad universitaria a hacer conocer sus co-
mentarios y propuestas y remitirlas a la 
rectoría". 
Al respeto, el rector encargado de la Universi-
dad Nacional, Ramón Fayad Nafah, en una 
entrevista al periódico Alma Mater (Nro. 533, 
p. 11) manifiesta que en relación con el decre-
to 1279 y los demás decretos del salario de los 
profesores universitarios se han encontrado 
enormes dificultades, sobre todo en las áreas 
de ciencias humanas; en particular en artes, 
porque el decreto está concebido desde las 
ciencias naturales, donde se notan grandes 
vacíos; hay que reformarlo porque la produc-
tividad académica casi se mide en términos 
de lo que sería un artículo científico en las 
ciencias naturales, donde se espera que haya 
una publicación en revista de amplia circula-
ción de nivel internacional, difícil de cuantifi-
car en la expresión artística; agregando quepara el caso artes, el número de pares en Col-
ciencias no es suficiente para evaluar la pro-
ductividad artística de los profesores y la ley 
impide que las universidades nombren sus 
propios pares.
¿Y finalmente qué pasa con la autonomía 
universitaria desde el currículo? 
El artículo 28 de la Ley 30/92 contempla la 
autonomía universitaria consagrada en la 
Constitución Política de Colombia y reconoce 
a las universidades el derecho a darse y modi-
ficar sus estatutos; a designar sus autoridades 
académicas y administrativas; a crear, organ i-
zar y desarrollar sus programas académicos; a 
definir y organizar sus labores formativas, aca-
démicas, docentes, científicas y culturales; a 
otorgar los títulos correspondientes; a selec-
cionar a sus profesores; a admitir a sus 
alumnos ya adoptar sus correspondientes re-
gímenes; y a establecer, arbitrar y aplicar sus 
recursos para el cumplimiento de su misión 
social y de su función institucional. 
El decreto 2566/03 desconoce la autonomía 
de las universidades para darse sus propios 
currículos; como en la reglamentación del 
artículo 4 frente al cual, con la presión de los 
estamentos universitarios, la Ministra de 
Educación tuvo que proferir la Directiva No 
19 del 24 de septiembre de 2004, en la que 
aclara que en ningún caso puede entenderse 
que el citado artículo autoriza al Ministerio 
para definir currículos o imponer planes de 
estudio. Así, "es la respectiva institución de 
educación superior la que propone el modelo 
pedagógico que guía los procesos de diseño, 
planeación y ejecución de los cursos y de los 
ambientes de trabajo académico". 
Pues bien; esperaremos el decreto presiden-
cial que respalde la directiva de la ministra, 
para que tenga validez. Recordemos que el 
Decreto 2566 tiene 15 indicadores de calidad 
para obtener el registro calificado para iniciar 
un programa. Las instituciones de educación 
superior deberán demostrar el cumplimiento 
de condiciones mínimas y características es-
pecíficas de calidad, como el nombramiento 
de profesores de planta, grupos de investiga-
14 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
ción, medios educativos, infraestructura, 
bienestar universitario y recursos financieros, 
los cuales no se cumplen en todas las univer-
sidades estatales. 
Frente a Ja problemática anterior, se propone 
entonces la iniciación de clases, el restableci-
miento de la normalidad académica y la bús-
queda de alternativas de solución por medios 
pacíficos y de diálogo. Pero nos preguntamos 
quién será nuestro interlocutor, si tenemos un 
gobierno que no quiere escuchar a la comuni-
dad universitaria (estudiantes, profesores, tra-
bajadores y directivas). 
¿Será entonces la solución un pliego nacional 
respetuoso, con una ministra que no quiere 
concertar soluciones con los estamentos uni-
versitarios?, ¿o esperar al SUE (Sistema 
Universitario Estatal) donde están todos los 
rectores para que sean nuestros intermedia-
nos, cuando el mismo exrector de la Universi-
dad Nacional tuvo que presentar demanda?, 
o, por último, ¿esperar que los honorables 
jueces de la república en su inmensa sabidu-
ría interpreten la ley cuando habla de 
financiación y autonomía de las universida-
des públicas en un estado social de derecho? 
Requerimos de un Plan de Desarrollo Nacio-
nal para todas las universidades estatales, pues 
así tengamos un Plan de Desarrollo para cada 
una de las universidades, en unas a tres o cin-
co años y en otras a diez, la universidad 
pública no tiene un Plan, elaborado conjunta-
mente con todas las universidades, acorde 
con las necesidades y particularidades de 
cada una de las regiones. Lo cual permitiría 
que no continuemos a merced de los políti-
cos, gobiernos y ministros de turno. En otras 
palabras, un proyecto unificado de universi-
dad pública. 	 O 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 15
LECTIVA 
Gremial 
7 
/ 
7/ Lucha por tu
PLIEGO DE SOLICITUDES DEL PROFESORADO. 
Una aspiración de concertación 
con las directivas 
Jorge Aristizábal Ossa* 
Vinculara los docentes de mayor preparación a los cursos básicos de las diferentes 
disciplinas y hacer cumplir las normas internas sobre la docencia mínima de todos 
los vinculados como tales por la institución. Esto para frenar la tendencia, también 
nacional, de priorizar los pos grados por encima de los pregrados disminuyendo 
notoriamente su calidad. 
Desde finales del mes de octubre del año anterior la Junta Directiva de la Asociación de Profesores, 
conjuntamente con el Ateneo —espacio ya institucional nuestro que congrega a la Junta y los 
representantes profesorales—se dio inicio a la tarea de definir los diferentes temas, que por ser 
obstáculos al desarrollo de los docentes o de la institución o aspiraciones legitimas de los 
docentes, pasarían a ser el pliego de solicitudes o de reivindicaciones justificadas. Este Pliego de 
Solicitudes oficialmente se presentó al señor Rector el pasado 3 de marzo, con copias a los 
consejos Académico y Superior. 
Las 32 solicitudes se agruparon en cinco grupos temáticos de acuerdo con los problemas o 
aspiraciones que abarcaban para su tratamiento y discusión con la administración universitaria. 
Ellos son: democracia universitaria (8), estabilidad de los docentes (9), salarios y reajustes (8), 
derecho de jubilación (3), y bienestar universitario (4). 
Democracia universitaria. Estos primeros ocho puntos del Pliego tienen como base ampliar la 
democracia en la Universidad, buscando una mayor participación de los docentes en el 
nombramiento de los administradores académicos, en la discusión y redacción de las 
reglamentaciones que definen la dedicación exclusiva y el año sabático; contribuir a definir el 
rumbo de nuestra Universidad en los próximos años en el Plan de Desarrollo, la reforma 
administrativa y la investigación; y mantener informado al profesorado de todos los proyectos y 
cambios que se vayan presentando e implementando. 
Estabilidad de los docentes. La problemática que aqueja a los diferentes grupos de docentes de la 
Universidad (tiempo completo, medio tiempo, ocasionales y vinculados 200 años) se recoge en 
* Secretario de Asoprtidea. Profesor de la Facultad de ln gen¡ ería-
Medellín • Nos. 81- 9 • 2005	 LECTIVA 19
este grupo proponiendo salidas viables para 
cada uno de ellos, Ocupa espacio central la 
situación de los docentes ocasionales, la cual 
fue tratada en un artículo de Alma Mater por 
nuestro presidente Juan Ignacio Sarmiento. 
Las soluciones propuestas recogen el sentir del 
grueso del profesorado y son viables y justas. 
Este problema, ya de magnitud nacional, me-
rece que sea resuelto en forma autónoma por 
nuestra Universidad. Se pretende, asimismo 
vincular a los docentes de mayor preparación 
a los cursos básicos de las diferentes discipli-
nas y hacer cumplir las normas internas sobre 
la docencia mínima de todos los vinculados 
como tales por la institución. Esto para frenar 
la tendencia, también nacional, de priorizar 
los posgrados por encima de los pregrados 
disminuyendo notoriamente su calidad. 
Salarios y reajustes. Los ocho puntos de este 
grupo buscan mejorar las condiciones salaria-
les de todos los docentes universitarios, inde-
pendientemente de su categoría -se incluyen 
los catedráticos y los docentes de las sedes 
regionales-, porque aún seguimos en desven-
taja con los docentes de otras universidades 
públicas tanto del ámbito nacional como re-
gional y local. Apoyos para compra de textos, 
material didáctico y estudio de los hijos son 
más que justos. El reajuste del valor hora cáte-
dra y el reconocimiento de la atención a estu-
diantes también los es. Y llevar a puntos 
salariales del Decreto 1279 los bajos incre-
mentos salariales gubernamentales es más 
que justo. 
Derecho de jubilación. En sólo tres puntos se 
trata de mejorar la condición de los docentes 
en trámite de jubilación y de aquellos defini-
dos como del Régimen de Transición de la Ley 
100. Sabemos que la subrogación o el recono-
cimiento que hace la Universidadsobre la di-
ferencia no liquidada por el Instituto de 
Seguros Sociales en la pensión de jubilación 
termina, de acuerdo a la Resolución Rectora¡ 
12094 del 4 de mayo de 1999, el próximo 30
de junio de este año 2005. Los docentes (tam-
bién los empleados no docentes) protegidos 
por el régimen de transición que se jubilen 
después del 1 0 de julio quedan por fuera de 
este derecho, lo que significa una disminución 
real y efectiva del monto de su pensión, un 
20% menor aproximadamente. Y sobre ellos 
se cierne la amenaza de la reforma pensional 
uribista en curso, que debe ser aprobada en la 
segunda vuelta antes de julio, que les quitaría 
la mesada catorce, un 8% adicional menos, y 
pagar retención en la fuente por su pensión 
mayor a dos salarios mínimos, entre el 3 y el 
15% menos de acuerdo al monto de la pen-
sión. No estamos con la racionalización labo-
ral. Defendemos el derecho adquirido y 
entendemos que la pensión de jubilación 
debe seguir siendo un reconocimiento a aque-
llos docentes que dedicaron gran parte o toda 
su vida laboral al progreso de la Universidad 
de Antioquia. 
Bienestar universitario. Contribuyen a mejo-
rar el nivel de vida de los docentes y su grupo 
familiar las condiciones de salud ocupacio-
nal: continuar con el Programa de Asistencia 
Social —PRASS— permitiendo nuevas afiliacio-
nes y construir una sede social para todos los 
servidores de la Universidad. Son aspiracio-
nes todas ellas legítimas. 
La Rectoría respondió oficialmente a la solici-
tud expresada en su presentación de recibir a 
la Junta Directiva en pleno para sustentar con 
argumentos, leyes de la República y fallos de 
las Cortes, la justeza de nuestras peticiones. A 
nombre de la Junta Directiva actual, hago un 
llamado a todos los docentes del Alma Mater 
a apropiarse de este pliego de solicitudes, a 
estudiarlo y discutirlo, a movilizarse por él, 
para que autónomamente, directivas y profe-
sores establezcamos las bases para unas mejo-
res realizaciones de nuestro trabajo. Y si no 
¿dónde está la pretendida autonomía acadé-
mica, administrativa y financiera?
o 
20 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
ACERCA DE LA EVALUACIÓN
DEL DESEMPEÑO PROFESORAL 
EN LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 
Lillian Cañas Rodríguez 
Luis Afino López Giraldo" 
Flor Angela Tobon Marulanda 
Es necesario afinar los instrumentos de evaluación con indicadores de calidad y 
pertinencia en el marco de/plan de desarrollo de la universidad, articulado al plan 
de desarrollo de la unidad académica; pues es claro que el plan de trabajo del 
profesor es el resultado de una concertación entre él y su jefe inmediato, coherente 
con dichos planes de desarrollo. Además, debe indagarse acerca de las habilidades 
y competencias de quien evalúa para determinar la calidad y pertinencia de los 
criterios de evaluación utilizados en tan complejo proceso, el cual debe ser 
realizado haciendo seguimiento de la calidad y el cumplimiento del mismo. 
Introducción 
La evaluación profesora¡ es un pilar fundamental en el desarrollo de la actividad universitaria y la 
normatividad vigente en la materia la considera prioritaria. Sin embargo, la importancia que se le 
concede desde lo administrativo suele contrastar con la ambigüedad de los procedimientos 
realizados en las diferentes facultades, escuelas e institutos para aplicarla. Dichos procedimientos 
asumen un matiz muy variado, en el que son pocas las unidades académicas de la universidad que 
han logrado precisar una metodología adecuada para desarrollar objetivamente los componentes 
de la evaluación. 
La falta de coherencia en los procedimientos aplicados para evaluar puede conducir más a generar 
un clima de desconcierto que al logro de los objetivos para los cuales fue propuesta la 
normatividad vigente. Este artículo busca aportar elementos críticos para iniciar un debate en la 
universidad pública en torno a la evaluación del desempeño profesoral, entendida como un 
proceso encaminado al continuo mejoramiento de las actividades profesorales. 
* Profesora de la Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia 
** Profesor de la Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. 
* Profesora de la Facultad de Química Farmacéutica, Universidad de Antioquía. 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 21
Asoprudea, tiene interés en indagar y analizar 
acerca de las implicaciones que generan los 
procesos de evaluación del desempeño profe-
soral en diversos ámbitos de la vida universita-
ria. La Asociación de Profesores, como un 
escenario de discusión, ha sido el lugar para la 
interacción de diversos actores universitarios 
y la puesta en común de inquietudes plantea-
das en el tema de la evaluación, entendida 
ésta como un proceso que sin duda tiene hoy, 
características muy diferentes. El objetivo ge-
neral propuesto por la Asociación es el de es-
tablecer un diagnóstico del proceso evaluativo 
del desempeño profesora¡, en todas las depen-
dencias de la Universidad de Antioquia, e in-
dicar una política holística de mejoramiento a 
la administración central articulada a las dife-
rentes unidades académicas. 
En la evaluación integral confluyen muchas 
fuerzas que generan serias dificultades para 
llevar un proceso difícil a la práctica, superan-
do supuestos en donde se generan opiniones, 
ideas e interpretaciones de diferentes órdenes. 
En este sentido, el estudio propone presentar 
algunos hallazgos preliminares de un tema 
que amerita un análisis a profundidad que ge-
nere propuestas para mejorar el proceso de 
evaluación del desempeño profesoral, a la luz 
de la normatividad existente, el cual se pre-
senta actualmente con una dinámica confusa 
de significados e interpretaciones. Los aspec-
tos más relevantes fueron objeto de análisis en 
cuatro ejes articuladores: la normatividad re-
guladora, las instancias administrativas, los 
comités de evaluación y las diversas maneras 
de asumir la evaluación docente por parte de 
las unidades académicas. Asimismo, estable-
cer un diagnóstico acerca de la evaluación del 
desempeño profesora¡ se constituye en el pun-
to de partida para conocer la información real 
de dicha evaluación y su relación con el con-
texto en que se halla inmersa. Además, nos 
plantea la posibilidad de continuar generando 
conocimiento en torno al tema, el cual es de
interés para los diferentes estamentos univer-
sitarios. 
Es de anotar que por tratarse de un estudio de 
corte cualitativo no estuvo orientado a partir 
de la formulación de hipótesis sino a partir de 
la enunciación de algunos interrogantes desti-
nados a arrojar luz sobre la comprensión del 
tema a tratar. A través de dichos interrogantes 
se indagó acerca de la composición de los di-
ferentes Comités de Evaluación, los procesos 
de evaluación de la experiencia calificada do-
cente, la evaluación del desempeño destaca-
do en docencia o extensión, las fuentes 
utilizadas en el proceso de evaluación y los 
mecanismos de información para la retroali-
mentar el proceso. 
El proceso muestra poca objetividad en la 
apropiación de los mecanismos de evaluación 
y una escasa articulación en aspectos de do-
cencia, investigación, extensión y administra-
ción, en los que se pueden desempeñar los 
sujetos universitarios. 
Aspectos metodológicos 
1. La Junta Directiva de Asoprudea nombró 
una Comisión de Asuntos Evaluativos, confor-
mada por los profesores: John Jairo Arteaga 
—Ingeniería (coordinador)—, Carlos Mejía 
—Medicina—, María Angélica Arzuaga —Enfer-
mería-, Flor Ángela Tobón —Química Farma-
céutica—, Luz Estella Isaza —Educación—, 
Lilliam Cañas —Medicina—y Luis Alirio López 
—Medicina—, (asesor en el análisis cualitativo 
de la información recolectada). 
2. Se diseña una entrevista, en la cual se for-
mulan cinco preguntas a las diferentes unida-
des académicas de la universidad, así: 
• ¿Cómo está compuesto el comité de eva-
luación y cómo diseñan los instrumentos 
para las evaluaciones del desempeño pro-
fesoral? 
22 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
• ¿Cómo se hace la evaluacióndel desempe-
ño por experiencia calificada y la evalua-
ción por desempeño destacado en docen-
cia o extensión?
las diferentes unidades académicas revelan un 
intento por aplicar literalmente la normativi-
dad general, especialmente el Acuerdo 0111. 
• ¿Cuáles son las fuentes válidas de informa-
ción y cómo las obtienen? 
• ¿Cómo se hizo el retorno del proceso a los 
profesores? 
• ¿Para la evaluación del desempeño profe-
soral durante el año 2003 se tenia normati-
vidad interna en la dependencia? 
3. Se envía por escrito una invitación a cada 
unidad académica para que participe en el 
estudio, donde se le solicita a la administra-
ción de cada dependencia y mediante su co-
mité de evaluación una respuesta por escrito 
con sustentación oral. En dicha invitación se 
anexa el cuestionario de la entrevista y luego 
se acuerda con cada dependencia una re-
unión, en la cual se reciben las respuestas. De 
igual manera se les solicita anexar los instru-
mentos pertinentes utilizados para efectuarel 
proceso de evaluación. 
4. Con el propósito de ordenar y clasificar la 
información se construyen cinco matrices en 
donde se consignaron las respuestas obteni-
das a cada una de las cinco preguntas y se ini-
cia el proceso de análisis. 
5. El análisis indaga, entre otros aspectos, 
acerca del proceso de evaluación que se está 
implementando para evaluar el desempeño 
profesoral, tanto de la experiencia calificada 
como de la evaluación del desempeño desta-
cado en docencia o extensión. 
Resultados 
De una revisión crítica de la normatividad vi-
gente en materia de evaluación se evidencia 
una ausencia de regulación interna para pres-
cribir las directrices que deben seguir las dife-
rentes unidades académicas. Los informes de
La evaluación del desempeño destacado en 
docencia o extensión, no tiene unas directri-
ces claras emanadas desde las instancias su-
periores de la universidad hacia las diferentes 
unidades académicas, desconociendo el Arti-
culo 18 del Decreto 1279 de 2002. Al pare-
cer, en la mayoría de ellas el procedimiento se 
realiza partiendo de los mismos parámetros 
utilizados para realizar la evaluación de la ex-
periencia calificada y no diferenciándolos. 
Además, no se evidencia una diferenciación 
en la evaluación de las actividades relaciona-
das con la docencia y aquellas relacionadas 
con la extensión. Asimismo, no existen evi-
dencias claras sobre la interpretación y la apli-
cación de la norma, entendida como un pro-
ceso permanente encausado a conocer y 
mejorar el nivel de desempeño de los profe-
sores. 
La intención de la normatividad es entendible 
en lo que se respecta a la evaluación profeso-
ra¡, pero se queda corta a la hora de definirla, 
son deficientes, y en ocasiones nulos, los ins-
trumentos que cada Facultad, Escuela o Insti-
tuto, tiene para su aplicación. En general, la 
norma concibe la evaluación de los profeso-
res más desde el punto de vista cuantitativo 
que cualitativo. 
Se evidencia un vacío en la producción de la 
normatividad interna con respecto al proceso 
de evaluación profesoral, con excepción de 
dos unidades académicas. De este modo, las 
unidades que no producen normatividad inter-
na, se basan en la aplicación literal de la nor-
ma en los aspectos más relevantes, presentán-
dose variaciones con respecto a la evaluación 
para la asignación de puntaje en el desempe-
ño destacado en docencia o extensión. Ello, 
evidencia que la norma general se queda cor-
ta, cuando se dedica tiempo a la elaboración
- 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 23
de una normatividad interna para dar cuenta 
de las condiciones específicas de cada Facul-
tad, Escuela o Instituto.
do, el proceso de evaluación debe ser analiza-
do en detalle para ser transformado, para no 
seguir reproduciendo indefinidamente sus fa-
lencias. 
No existe un sistema unificado de evaluación 
de las actividades de los profesores debida-
mente definido, articulado y con retroalimen-
tación. En tal sentido, las directrices de 
evaluación profesora¡ no están centradas en 
evaluar y mejorar la rigurosidad académica. 
De esta forma, son las diferentes Facultades, 
Escuelas o Institutos las que finalmente deben 
asumir los procesos de evaluación profesora¡ 
desde una forma empírica, sin que medie un 
ejercicio de reflexión académica que redunde 
en el progreso del desempeño profesora¡ y por 
consiguiente en el mejoramiento de la respec-
tiva unidad académica. Además, el proceso 
de evaluación es desarticulado de las instan-
cias administrativas superiores. 
Resulta notable la gran autonomía por parte de 
las diferentes unidades académicas para reali-
zar el proceso de evaluación, pero a su vez 
existe insuficiente coordinación entre las ins-
tancias universitarias; con lo cual el interés se 
centra en evaluar el cumplimiento de los com-
promisos del profesor y no en indagar acerca 
de la calidad de los mismos. 
De acuerdo con la dinámica de las acciones 
cotidianas universitarias, la normatividad de 
la evaluación profesora¡ ha sido continua-
mente reinterpretada, asumida y llevada a la 
práctica de diversas formas, tanto por las dis-
tintas unidades académicas como por sus co-
mités de evaluación e incluso por los mismos 
docentes; con lo cual se pasa de estar ante un 
proceso concebido para optimizar el desem-
peño profesora¡ a un instrumento que sólo re-
sulta útil para sumar o restar puntos. 
Los resultados de la evaluación del desempe-
ño profesoral se ponderan de acuerdo con cri-
terios que no provienen claramente de 
principios de calidad académica. En tal senti-
Conclusiones 
Existen grandes vacíos en cuanto a la calidad 
y el contenido de la información suministrada 
por parte de las diferentes unidades académi-
cas. Ello generó muchas dificultades y suscitó 
interrogantes acerca de las razones por las 
cuales varias unidades académicas no dieron 
respuesta del proceso de evaluación profeso-
ral, a pesar de las reiteradas solicitudes de 
Asoprudea a cada una de las direcciones ad-
ministrativas. 
La falta de reglamentación y claridad en los 
delineamientos de la administración central 
de la universidad ha originado una diversidad 
de interpretaciones y aplicaciones en la ma-
yoría de las dependencias, lo que puede expli-
car el poco interés y escaso compromiso en el 
proceso de evaluación profesoral. También es 
notable que varias dependencias, no acatan 
lo reglamentado para el proceso evaluativo, 
por ejemplo, carecen de comité asesor y no 
evalúan a los profesores no vinculados. Las 
carencias detectadas deben ser entendidas 
más como un problema de la Universidad por 
falta de una estructura sistémica en el proceso 
de evaluación, que únicamente de la Facul-
tad, Escuela o Instituto que lo presenta. Se tra-
ta de un problema que tiene que ver en muy 
buena medida con la necesidad de generar 
una cultura de la evaluación al interior de la 
comunidad universitaria. 
Para establecer la normatividad, así como 
para la aplicación del proceso de evaluación 
M desempeño profesora¡ no hay democracia, 
porque los profesores son ignorados en la 
mayoría de las dependencias. Dicha normati-
vidad es producida unilateralmente en el ám-
24 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
bito de las instancias administrativas universi-
tarias. El proceso, así visto se hace más com-
plejo y está afectado por relaciones de poder, 
constituyéndose en un escenario de tensiones 
en el que se manifiestan innumerables postu-
ras sustentadas en concepciones diversas, des-
de las cuales se estructuran las prácticas de las 
actividades profesorales. Pero, la que más lla-
ma la atención es la que vislumbra, en gene-
ral, una complacencia de los profesores hacia 
el proceso, dando lugar a la inquietud ¿será 
que no les preocupa?. Superar esa compleji-
dad requiere la participación de un trabajo 
interdisciplinario continuo y sistémico. 
Se observa la tendencia, por parte de las dife-
rentes unidades académicas, a centrarse casi 
exclusivamente en lo dispuesto en el Acuerdo 
Académico 0111 para generarnormatívidad 
interna. A pesar de que el mencionado Acuer-
do hace referencia a los Artículos 80 y 88 del 
Estatuto Profesora¡, los mecanismos diseña-
dos por las unidades académicas no recogen 
los principios orientadores consignados en el 
mismo, originandb deficiencia o carencia de 
instrumentos que permitan valorar los indica-
dores del desempeño del profesor de manera 
objetiva. 
El proyecto de Acuerdo Académico del 10 de 
febrero de 2005, por medio del cual se regla-
menta la evaluación del desempeño profeso-
ra¡, carece de aportes nuevos que contribuyan 
al mejoramiento del proceso de la evaluación 
profesora¡ de una manera sistémica, articula-
da y participativa. Por el contrario, se reduce a 
un diseño con un contenido simple y se cons-
tituye en un resumen del acuerdo académico 
0111 de 1997. 
Dado que la evaluación profesora¡ está conce-
bida como "un proceso permanente encauza-
do a conocer y mejorar el nivel de desempe-
ño de los profesores", queda planteado el reto 
de afianzar, redefinir y perfeccionar los meca-
nismos que se han venido implementando en 
las diferentes unidades académicas para desa-
rrollarlo y retroalimentarlo. Ello no debe ser 
un compromiso aislado entre las unidades 
académicas, ni desarticulado con la normati-
vidad emanada de instancias superiores. 
Finalmente, este análisis deja abierto yen pers-
pectiva un espacio por construir. Para su cons-
trucción se requiere del concurso de todas las 
instancias universitarias involucradas en el 
proceso de evaluación. 
Recomendaciones 
La aplicación de la norma debe ser un proce-
so democrático en donde la información sea 
acesible a todos los actores interesados en el 
proceso; lo cual no se evidencia al interior de 
las Facultades, Escuelas o Institutos. Con ello 
se estaría avanzando en el fortalecimiento de 
un auténtico consenso universitario para lo-
grarequilibrio entre los intereses de los profe-
sores y los intereses institucionales. 
Se requiere cualificar el proceso de evalua-
ción del desempeño profesoral y abolir la uti-
1 ización de parámetros subjetivos por parte de 
los evaluadores. La evaluación debe partir de 
una puesta en común de sus objetivos entre 
los diversos actores involucrados en el proce-
so. Para esto se requiere avanzar en la cons-
trucción de instrumentos de evaluación 
reflexivos por parte de las diferentes unidades 
académicas, que generen espacios críticos de 
análisis del desempeño profesoral. 
Es importante afinar los instrumentos de eva-
luación con indicadores de calidad y pertinen-
cia en el marco del plan de desarrollo de la 
universidad, articulado al plan de desarrollo 
de la unidad académica; pues es claro que el 
plan de trabajo del profesor es el resultado de 
una concertación entre él y su jefe inmediato, 
coherente con dichos planes de desarrollo. 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 25
Además, debe indagarse acerca de las habili-
dades y competencias de quien evalúa para 
determinar la calidad y pertinencia de los cri-
terios de evaluación utilizados en tan comple-
jo proceso, el cual debe ser realizado 
haciendo seguimiento de la calidad y el cum-
plimiento del mismo. 
Con respecto al proyecto de Acuerdo Acadé-
mico que derogaría el Acuerdo Académico 
0111, la recomendación planteada es que 
debe mantenerse en tos "Considerandos" la 
definición y los propósitos de la evaluación 
profesora¡, de acuerdo con los Artículos 80 y 
81 del Estatuto Profesoral. De igual manera, 
deben presentarse explícitamente varias con-
sideraciones importantes del Instructivo que 
acompaña el Acuerdo, por ejemplo lo referen-
te a la explicación de las fuentes válidas de in-
formación para la evaluación del desempeño 
profesoral. Si se contara con un acuerdo bien 
definido, sería innecesario anexar un instruc-
tivo para comprenderlo y aplicarlo 
Se requiere elaborar un instrumento que reco-
ja la opinión de los profesores y estudiantes 
con respecto al proceso de evaluación. Ello 
con el fin de comprender e involucrar sus pun-
tos de vista, conocer sus expectativas y obte-
ner sugerencias para construir una propuesta 
más adecuada y eficaz.
o 
26 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
vav 
/ 
/ /
LECTIVA 
Documental 
N 
ASOPRUDEA
II 
1:
LA UNIVERSIDAD NACIONAL 
EN EL SIGLO XXI 
Marco Palacios Rozo* 
Ante la realidad del desarrollo mundial de la educación continua y de los pos grados, 
estamos obligados a revalorar las condiciones en que se otorga el título de 
pregrado.Quizás estemos "enseñando demasiado", entregando un profesional que 
supera los requerimientos del mercado y quizás menos preparado para la 
elasticidad del mundo ocupacional de nuestros días. 
Uno de los temas más importantes de nuestros días es cómo podremos adaptarnos a los cambios 
en el mundo yen la sociedad, que, a su turno, exigen reformas en la enseñanza que impartimos, en 
la investigación que desarrollamos, en la extensión que prestamos. 
Para abordar el tema, es menester subrayar aspectos específicos de la Universidad Nacional que 
la hacen única, diferente al resto de universidades colombianas, con las cuales, por supuesto, 
comparte muchos atributos fundamentales, en especial con las públicas. 
Desde 1867, la UN ha sido un elemento esencial en la lucha por alcanzar la modernidad. Esa 
especificidad permite entender mejor su presente y, por ende, proyectar el futuro de una manera 
razonable. Lejos de cualquier grandilocuencia, es comprobable el rol que acredita a la Universidad 
Nacional en la propuesta y realización de la igualdad y el laicismo, valores modernos por 
antonomasia. 
Al contribuir más que cualquier institución al desarrollo de las profesiones en el siglo XIX y 
primera mitad del XX, la UN desarrolló dos elementos esenciales de la modernidad: Ja 
profundización de la división social del trabajo y el afianzamiento de la movilidad social por la vía 
de la meritocracia. Sin profesiones y sin clases medias no se concibe el mundo moderno. Sin libre 
examen y sin igualdad de oportunidades para la realización individual, tampoco. Ese fue un 
momento definitorio de la relación de esta Universidad con el país. 
El segundo momento se da hacia 1936 con la reforma universitaria y los trabajos emprendidos dos 
años más tarde, que dieron lugar a ese maravilloso conjunto que se llamó la Ciudad Blanca o la 
Ciudad Universitaria, ubicada entonces en los extramuros de Bogotá. La UN se planteó como una 
ciudad del conocimiento en la cual todas las disciplinas, profesiones y escuelas profesionales 
Rector de la Universidad Nacional de Colombia. Apartes de la propuesta rector¿¡ Hacia la innovación 
institucional en la Universidad Nacional de Colombia", del 30 de septiembre de 2003. Tomado de 
www.unal.edu .cp 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 29
pudieran habitar armónicamente el mismo 
campo. Ese soporte material expresa profun-
das convicciones y creencias en el papel de las 
ciencias, las artes y las humanidades al servi-
cio de una Colombia que ingresaba, entre es-
peranzada y atónita, al mundo de las relacio-
nes sociales realmente modernas. 
Hay un tercer momento en que la UN es pio-
nera en el país. En la década del sesenta se 
plasmó en la UN una reforma institucional. 
Asumía explícitamente que la Universidad 
debía ser un instrumento al servicio de la na-
cionalidad, el crecimiento económico y la 
democracia representativa. Tal instrumento 
debía ser eficiente y «moderno». En pos de es-
tos propósitos habrían de redefinirse los mo-
delos institucionales y acometerse una vasta 
reorganización interna. 
Enunciemos sumariamente sus elementos: a) 
Integrarla Universidad, es decir, demoler las 
murallas corporativas de las viejas Facultades. 
La Universidad se reorganizó unitariamente 
para cumplirlas tres tareas de docencia, inves- 
tigación y servicios a la comunidad, desempe-
ñadas en una estructura con base en los Depar-
tamentos, relativamente autónomos, cuyo pa-
pel principal sería prestar servicios de 
investigación y enseñanza. b) Fortalecer un sis-
tema de reclutamiento,evaluación y promo-
ción del profesorado, bajo el principio de que 
la función docente debería estar ligada a la 
investigación e idealmente debía desempeñar-
se en la modalidad de tiempo completo o de-
dicación exclusiva. Meta relativamente exi-
tosa, si vemos que en 1968 Colombia y Chile 
tenían el porcentaje más alto de profesores 
universitarios de tiempo completo en América 
Latina: 36,7°I y 37, 5 01° respectivamente. Hoy, 
el 74% de ellos es de tiempo completo y dedi-
cación exclusiva, en contraste con el 24% de 
todo el sistema universitario. c) La Uni-
versidad debía hacer menos rígidos los 
currículos, inculcando el espíritu investigativo
y mejorando los servicios culturales y bibliote-
carios. Además debía desarrollar un sistema 
de bienestar estudiantil de amplia cobertura. 
Legalizada la reforma, fue posible entonces 
acceder a los fondos del recién creado Banco 
Interamericano de Desarrollo (BID) para desa-
rrollar una ambiciosa infraestructura física, 
incluidas las megacafeterías y residencias es-
tudiantiles. Paradójicamente, esta infraestruc-
tura creó una ecología que promovió lo que se 
deseaba suprimir: la agitación permanente, la 
sobrepolitización y la interrupción de la mar-
cha académica. 
Mala imagen y realidad 
El complejo residencias-cafeterías reforzó las 
ideas de extraterritorialidad de los campos 
universitarios. La muralla mental, y a veces 
física, levantada entre la Universidad y 
las calles y zonas adyacentes, magnificó ideo-
lógicamente la dinámica política antiestatal, 
verbigracia, la propaganda armada de la gue-
rrilla. De allí los ambientes conspiradores, de 
rumor, sospecha, recelo, aptos para el funcio-
namiento de las redes informales de poder 
(profesoral, sindical, estudiantil) y el descrédi-
to en que entraron las jerarquías formales. 
En 1967, el Estado enfrentó los movimientos 
estudiantiles universitarios con la supresión 
por decreto presidencial de todos los meca-
nismos de representación estudiantil. Medida 
que cristalizó en un modelo de pugnacidad 
abierta, del que todos los actores saldrían per-
diendo: el Estado, el movimiento estudiantil 
organizado y la institucionalidad de la univer-
sidad pública. 
Eliminar ese corto circuito fue el objetivo fun-
damental de sucesivas administraciones recto-
rales. Éste era el requisito para encontrar una 
solución, una vía a la normalización, reforma 
y modernización de la Universidad.
- 
30 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
La descarga de la pugnacidad fue exitosa a 
comienzos de la década del ochenta en la 
Universidad Industrial de Santander y, poco 
después, en la Universidad del Valle. A me-
diados de la década llegaría a la UN. Aunque 
las universidades públicas no están claramen-
te estratificadas, ni tienen un centro dominan-
te, lo que ocurra en la UN, dado su liderazgo 
indiscutible, puede ayudar a acelerar o conso-
lidar procesos en marcha. 
La reconstrucción de la autoridad interna en la 
UN y la clarificación de los nexos entre la ins-
titución y el Estado, así como cambios en la 
subcultura juvenil de los años ochenta, permi-
tieron el retorno de la vida académica regular. 
Desde la reapertura de la UN en abril de 1985 
a la fecha (segundo semestre de 2003) en la 
sede de Bogotá se han cursado todos los se-
mestres programados. Algo parecido ha ocu-
rrido en las demás universidades públicas. 
La estabilidad envió una señal tranquilizadora 
a las clases sociales que habían desertado 
años atrás, como se aprecia en el crecimiento 
de la demanda por cupos y la aceptación ge-
neralizada de incrementos graduales y razo-
nables de derechos de matrícula y otros 
derechos académicos. 
Reforma inevitable 
En las últimas décadas, estamos sujetos a 
otro tipo de retos: la globalización, la revolu-
ción científica y tecnológica y la aparición 
avasalladora de la sociedad de la informa-
ción convergen en un hecho histórico de 
gran amplitud. Las universidades pierden 
crecientemente el monopolio del conoci-
miento, que pasa en muchos lugares a las 
empresas y a otras instituciones especializa-
das en investigación. Y ahora la sociedad 
pide cuentas a la universidad en cuanto 
prestadora del servicio educativo.
Con este panorama, veamos cuáles son los 
problemas que debe abordar la Universidad 
Nacional. Simultáneamente con el plantea-
miento, ofreceremos propuestas al debate. 
Dada la velocidad de los cambios, la Univer-
sidad necesita mucha más flexibilidad admi-
nistrativa y académica. ¿Cómo hacerlo? En la 
larga marcha hacia la flexibilidad, o sea hacia 
la capacidad institucional, pedagógica y cog-
nitiva que demuestre la Universidad para asi-
milar y adaptarse a los cambios incesantes. 
Desde un ángulo académico, están dados los 
síntomas de fatiga institucional: rigidez y obso-
lescencia de los planes de estudio, alta dura-
ción injustificada de los estudiantes en las 
carreras, altísimas tasas de «mortalidad» estu-
diantil. 
Creemos que la respuesta a estos problemas 
lleva a la reforma académica. ¿Por dónde 
empezar? Pensamos en el sistema de créditos. 
Actualmente, en la UN se rigen por el sistema 
de créditos 18 doctorados, 80 especial izacio-
nes, 34 especialidades y 88 maestrías. Esta-
mos en mora de aplicar este sistema a la 
totalidad de los 98 programas de pregrado. 
Los créditos facultan al estudiante para que 
fije la ruta y el ritmo de su travesía universita-
ria de acuerdo con sus necesidades particula-
res, sus disponibilidades. El sistema permite 
migrar de una carrera a otra, de una institu-
ción a otra, de una ciudad a otra y, en Europa 
y Norteamérica, de un país a otro. Por sí mis-
mo, introduce no solo la simplificación, sino 
la flexibilización curricular, ya que habrá asig-
naturas de carácter obligatorio. 
Otro síntoma grave en la marcha académica 
es la alta repetición de asignaturas, que reper-
cute en la deserción y la permanencia del es-
tudiante. Por eso es importante revisar el 
examen de admisión y estudiar la convenien-
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 31
cia de establecer de nuevo el específico, se-
gún las áreas de conocimiento. 
Soportes 
El crecimiento vertiginoso de los conocimien-
tos en todas las áreas, la fragmentación del 
conocimiento, el manejo de grandes volúme-
nes de información, son presiones reales que 
obligan a replantear el tema de la docencia. 
La Universidad debe poner más atención para 
que los laboratorios y las bibliotecas, integra-
dos en un sistema nacional, ofrezcan soportes 
adecuados y suficientes. La prioridad de esta 
rectoría es la ampliación de estas infraestruc-
turas, de suerte que puedan mejorar la calidad 
y ampliar la cobertura de los servicios. 
Para apoyar los proyectos académicos que la 
actual administración se propone desarrollar, 
la infraestructura y el desarrollo de las teleco-
municacionesy la informática jugarán un pa-
pel decisivo. 
Además se harán inversiones en las comuni-
caciones telefónicas, Internet y el portal web 
para fortalecer los métodos de la llamada uni-
versidad virtual, mejorar los procesos admi-
nistrativos y la cobertura geográfica, y reducir 
los costos, la complejidad y el riesgo. 
Empleo del tiempo en el día y en el año 
La propuesta más controvertida, aparente-
mente la más difícil de establecer, y la que 
ofrecerá, sin duda alguna, mayores resisten-
cias, es la de reducir el tiempo que actualmen-
te emplean los estudiantes para obtener su 
primer titulo universitario. Y aquí debemos ser 
claros: estamos rezagados, porque el debate 
ya se dio en la mayoría de países y universida-
des del mundo. 
El planteamiento parte de la premisa del cono-
cimiento continuo a lo largo de la vida que
implica una revaloración del significado so-
cial y peso cognitivo del primer grado univer-
sitario. Hoy no se puede ofrecer el ingeniero 
definitivo, el médico definitivo, o el abogado 
definitivo, como se pretendía hace medio si-
glo. Todo grado universitario se otorga reco-
nociendo implícitamente un matiz importante 
de insuficiencia. Todo conocimiento es insu-
ficiente.Por eso, ante la realidad del desarrollo mun-
dial de la educación continua y de los posgra-
dos, estamos obligados a revalorar las 
condiciones en que se otorga el título de 
pregrado.Quizás estemos «enseñando dema-
siado», entregando un profesional que supera 
los requerimientos del mercado y quizás me-
nos preparado para la elasticidad del mundo 
ocupacional de nuestros días. 
Es indispensable pensaren ampliar el número 
de horas laborables de 7a.m. a 10p.m. y en 
Medellín desde las 6a.m., y pasar de un régi-
men semestral a uno trimestral. 
Actualmente se hacen dos semestres de 16 
semanas lectivas cada uno, para un total de 32 
semanas. De las restantes 20 semanas, unas 
siete corresponden a las vacaciones. Las otras 
13 no tienen un trabajo académico definido y 
sus resultados son difíciles de valorar. 
En un sistema trimestral se programarían tres 
períodos de 14 semanas, para un total de 42 
semanas al año. De las 10 restantes, se toma-
rían siete para vacaciones y exámenes de ad-
misión. Las otras tres separarían los períodos 
académicos. Las ventajas para los estudiantes 
serian: disminución del tiempo de duración 
de la carrera; si se pierden materias, el atraso 
será de un trimestre y no de un semestre; el 
estudiante tiene un menor número de asigna-
turas por período académico. En cada trimes-
tre el estudiante tendrá mayor intensidad de 
trabajo en menor número de materias, lo que 
32 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
significa también menos pruebas intermedias 
y finales por período. 
En cuanto a los profesores, proponemos que 
organicen su trabajo por trimestres, de tal 
manera que en un trimestre tengan «alta)) asig-
nación de cursos (tres a cuatro cursos teóricos 
o prácticos para un total de 12 a 16 horas por 
semana), un trimestre con asignación ((media» 
(dos a tres cursos, para un total de ocho a 10 
horas por semana) y un trimestre sin asigna-
ción decursos, que dedique a intensificar sus 
actividades de investigación, pasantías, exten-
sión, consultorí4 o capacitación, de acuerdo 
con sus interese$ y las necesidades de la uni-
dad a la cual pertenezca. 
Eso aumentaría la productividad del trabajo 
académico, en la medida en que cada año ten-
drá un mayor número de semanas de trabajo 
formal orientado a un aprendizaje activo, 
constructivo y significativo que invite a la cu-
riosidad y al descubrimiento, al desarrollo de 
la capacidad de asombro. Que dote a los estu-
diantes con una disciplina intelectual bien ci-
mentada para el autoaprendizaje en las 
diversas circunstancias en que se encuentre. 
Salto a la universidad de posgrados 
La UN puede plantearse razonablemente ser 
la mejor universidad de pregrados del país y 
tener los mejores estudiantes, profesores y 
egresados. Para realizar la misión actual de la 
UN, habremos de pasar de una manera más 
resuelta a la universidad investigativa'sin 
abandonar los elementos de la universidad 
profesional. 
Hay condiciones para dar el salto. Más que 
ninguna otra institución, la UN ha desarrolla-
do los principios de la multidisciplinariedad, 
pese a la rigidez administrativa, a la osifica-
ción en Facultades, a la rutina de muchos de-
partamentos y unidades básicas. La UN tiene 
especialistas de primer nivel en áreas estraté-
gicas del conocimiento. Ha formado comuni-
dades académicas maduras, que llevan a lo 
largo de los años proyectos de investigación 
de amplio alcance y gran aliento. Y tiene una 
enorme capacidad y potencial para desarrollar 
maestrías y doctorados. 
Las acciones orientadas a mejorar la investiga-
ción en la Universidad a lo largo de tres déca-
das echaron las bases sobre las que descansan 
actualmente los programas de posgrado, al 
tiempo que apoyan las lineas de profundiza-
ción de los pregrados. 
La investigación requiere financiamiento. Este 
viene por la vía del tiempo que la Universidad 
concede a sus profesores calificados con vo-
cación y compromiso, y hace parte de la ca-
rrera docente, del plan de capacitación del 
profesorado, de la dedicación exclusiva. En 
ciertos casos, con recursos propios, o con 
préstamos, o como contrapartida a préstamos 
de distintos organismos. 
La UN debe concebirse a sí misma con esas 
fortalezas y posibilidades como el gran centro 
nacional de doctorados del país. No hay otro 
camino, si quiere continuar jalonando la edu-
cación superior de Colombia. 
Hace diez años, en el informe de la Misión de 
Ciencia, Educación y Desarrollo, propusimos 
contemplar la necesidad que tenía el país de 
formar 36.000 doctores e ingenieros de alto 
nivel. Eso, teniendo en cuenta la población, el 
nivel de desarrollo educativo y las necesida-
des de una apropiación endógena de la cien-
cia y la tecnología. El gobierno nacional 
acogió las conclusiones de la Misión, que en 
lo fundamental continúan siendo válidas. 
En la sociedad del futuro, la calidad y la perti-
nencia del conocimiento serán fundamenta-
les. Existe una oportunidad real para que la 
Universidad Nacional sea la formadora de los 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 33
profesores universitarios del país. Profesores 
que deberán tener un bagaje de conocimien-
tos, destrezas y hábitos académicos propios 
de quien ha pasado por un doctorado. 
La UN propone al Estado colombiano y al sis-
tema universitario un contrato para que los 
recursos de financiamiento de los doctorados, 
habida cuenta de los altísimo costos de prose-
guir doctorados en el exterior, se canalicen a 
esta casa de estudios. 
Cambiar la UN para el país, no para la UN 
Son inmensas las dificultades para embarcar-
se en cambios sustanciales como estos, y no 
sobra añadir que no todo cambio, por innova-
dor que sea, representa necesariamente una 
mejoría. 
De un modo más preciso y claro, la idea fue 
expuesta por un hombre del Renacimiento de 
esta manera: ((Nada hay más difícil de tomar 
en nuestras manos, que requiera más pericia 
para conducir o que sea más incierto en sus 
resultados, que el tomar el mando para intro-
ducir un nuevo orden en la cosas». Como 
Rector, me alienta la plena certeza de que los 
cambios aquí esbozados desbordan el térmi-
no de la actual gestión rectoral. Nuestra 
ambición se limita a dejar encaminada una 
reforma de la UN al servicio de la nación co-
lombiana del siglo XXI.
o 
34 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
LA REFORMA ACADÉMICA 
Y LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN LA UN 
UN Periódico* 
Un debate mejor informado, como corresponde a la cuna de la universidad en 
Colombia, es la propuesta de este ensayo, que intenta responder a los interrogantes 
ya las suspicacias que ha generado ¡a formulación de cambios en la dinámica 
académica de ¡a Universidad Nacional. Cambios, por demás, necesarios para la 
estructura y los retos de ¡a actual sociedad colombiana. 
Sorprende que algunos críticos de la reforma académica propuesta por la Rectoría hayan planteado 
que ésta sacrifica la calidad de la formación ofrecida por la Universidad Nacional de Colombia. De 
las distintas reformas que ha emprendido la Nacional, la actual es, tal vez, una de las que considera 
de manera más integral y explícita las distintas dimensiones del modelo educativo en función de 
la búsqueda de la excelencia. Cada aspecto tanto de dicho modelo como de la organización 
académica ha sido evaluado con respeto a la tradición y vocación de la Universidad, pero con 
especial cuidado a incorporar de manera crítica los conceptos que transforman hoy en día a las 
mejores universidades en todo el mundo. Por lo anterior, consideramos oportuno sintetizar la 
propuesta de reforma en aquellos aspectos que influyen en la calidad de la educación que ofrece 
la Nacional, y así contribuir a un debate mejor informado 
Quienes plantean la preocupación por un posible deterioro de la calidad, parten de una premisa: 
la Universidad Nacional es la mejor universidad del país —algunos dirían que es lo más parecido 
que tenemos a una universidad en Colombia—, y mencionan, entre otras evidencias, los resultados 
de los Exámenes de Calidad de la EducaciónSuperior (Ecaes) que acaban de divulgarse. No 
discutimos que, en general, la Nacional aventaja a las demás en muchos aspectos, pero para evitar 
la superficialidad de un juicio de esta naturaleza, habría que precisar: ¿Mejor que quién y en qué? 
¿Qué tan buena es si se tiene en cuenta la calidad de sus recursos fundamentales: sus profesores y 
sus estudiantes? ¿Qué tan buena es considerando su potencial? ¿Qué tan buena es con respecto a 
lo que el país necesita de ella hoy? ¿Qué tan buena es con respecto a lo que el país necesitará en las 
próximas décadas? 
Inherente a los académicos ya sus organizaciones es que no parecen sentirse nunca lo suficiente-
mente buenos. MAS aún, cuando tienen el reconocimiento como líderes, están obligados a pensar 
Editorial del No. 65, octubre 24 de 2004. 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 35
en cómo ser mejores, en interpretar los retos y 
las oportunidades que otros no podrían apro-
vechar, en considerar en forma propositiva el 
futuro. En la Nacional hay un importante mar-
gen de mejoramiento de la calidad y hacia él 
apuntan las propuestas de reforma de la ac-
tual administración. 
Reestructuración del pregrado 
Un punto de partida ineludible de la reforma 
es la preocupación por la pertinencia de la for-
mación ofrecida. Es difícil minimizar la im-
portancia de los cambios sucedidos en las 
últimas décadas. El conocimiento y las organi-
zaciones sociales que lo conservan, renuevan 
y diseminan han alcanzado altos niveles de 
complejidad y han incrementado su valor so-
cial como consecuencia de su inserción en 
esquemas de reproducción material de las 
sociedades. Los ciclos de renovación de los 
cuerpos de conocimiento se han acortado y el 
mundo del trabajo demanda cada vez, en for-
ma más clara, conocimientos de frontera y 
competencias generales y específicas que fa-
vorezcan la flexibilidad. 
Con este trasfondo, desde hace varios años, 
diversos sectores de la UN han propuesto la 
reestructuración y actualización de los pro-
gramas de pregrado. En la última década se 
avanzó un poco en la superación del enci-
clopedismo que tiende a recargar de conteni-
dos los planes curriculares y las asignaturas. 
Sin embargo, la lógica con la que se conci-
ben los programas y se diseñan el currículo y 
los cursos, tiende a atiborrarlos nuevamente, 
sin una clara distinción entre lo principal y lo 
accesorio. La excesiva duración de los pro-
gramas no responde necesariamente a una 
consideración sobre la calidad, sino a la lógi-
ca de composición fragmentaria del currícu-
lo, más en función del docente y el territorio 
que le pertenece, y no de acuerdo con un 
perfil de formación que consulte las tenden-
cias del mundo del trabajo y de la vida acadé-
mica, y comprenda el alcance inevitablemen-
te parcial del pregrado. 
La reestructuración académica en curso pue-
de implicar, como uno de sus resultados, no 
como punto de partida, el acortamiento dife-
rencial de las carreras. La reducción en el nú-
mero de asignaturas y sus contenidos resulta-
ría de un cambio en la forma de concebir, di-
señar y gestionar los programas curriculares: 
se superaría la concepción de éstos como co-
lecciones de feudos profesorales para pasar a 
una gestión integrada en función de objetivos 
de formación, expresados en términos de 
competencias y contenidos nucleares. En aras 
de la simplicidad, puede decirse que las carre-
ras actuales incluyen un posgrado pero sólo 
otorgan título de pregrado. El pregrado de 
hoy no puede tener un carácter terminal: es 
sólo la fase de fundamentación de un proceso 
continuo de formación avanzada, que debe 
prolongarse a lo largo de la vida. 
Parte de la reducción en la duración de las 
carreras se deberá a la racionalización del tra-
bajo de grado, que hoy se prolonga indebida-
mente por dos razones: falta de comprensión 
de los alcances del pregrado y ausencia de un 
plan sistemático deformación del espíritu in-
vestigativo y de las competencias asociadas a 
él desde el primer semestre. 
Ahora, y según la propuesta, en algunas carre-
ras como las de Ingeniería, el estudiante reci-
birá dos títulos en lugar de uno, pues en el 
término de la duración actual de los progra-
mas podrá obtener el título profesional y uno 
de especialización. Así mismo, desarrollará 
un aprendizaje más pertinente, más acorde 
con el mundo actual, más adecuado para fun-
damentar un proceso continuo de formación, 
sin sacrificar la profundidad. 
Cuando un estudiante se gradúa como profe-
sional, es probable que más del 500/o de lo 
36 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
aprendido durante la carrera haya sido supera-
do, gracias a la labor investigativa de las gran-
des redes científicas y culturales en el mundo. 
Si la formación está anclada en contenidos, el 
estudiante estaría desarmado frente ese proce-
so de renovación del conocimiento. La forma-
ción por competencias, lejos de trivializar la 
educación o bajarle el perfil, da más solidez al 
profesional, pues en ella, aunque se siguen 
asimilando los contenidos disciplinarios 
fundamentales, se hace énfasis en el método, 
en las capacidades de análisis, síntesis, forma-
lización y creación asociadas a esos conteni-
dos. El principal resultado del proceso forma-
tivo es una capacidad más compleja de apren-
dizaje. 
Esta concepción es lejana a la idea de formar 
mano de obra flexible y barata, como algunos 
han planteado. Con la reforma se pretende 
que el egresado de la Nacional tenga una for-
mación más universal e interdisciplinaria, 
pero que conserve el énfasis crítico que la ha 
caracterizado desde siempre. Lo que hace cri-
tico al profesional no es el volumen de los 
contenidos que acumula, sino un ambiente de 
formación, una masa crítica de pensadores y 
científicos que le transmiten los valores de la 
cultura académica y una actitud de libre exa-
men; el rigor en la argumentación, la capaci-
dad de sintetizar información de diferente na-
turaleza, de mirar la realidad desde diferentes 
puntos de vista: nada de eso es contrario a la 
formación por competencias. Eso es precisa-
mente lo que busca la reforma. 
En la estructura propuesta para los progra-
mas curriculares se introduce una fase inicial 
de formación general, común a los estudian-
tes de un área del conocimiento. Se ha dicho 
que dicha fase sacrifica tiempo para el apren-
dizaje especializado y se constituye, de he-
cho, en un intento de remediar las deficien-
cias del bachillerato. En realidad la introduc-
ción de esta fase busca enriquecer el perfil
de formación con una experiencia interdisci-
plinaria, un contacto temprano con otras for-
mas de abordar un mismo objeto de estudio, 
la comprensión de otros lenguajes, lo que 
será importante en la vida profesional; desa-
rrollar habilidades de lectura, escritura, argu-
mentación y formalización a un nivel más 
elevado. 
La idea de que los estudiantes ingresen a un 
área del conocimiento tiene dos objetivos 
íntimamente relacionados. Por un lado, que 
el estudiante haga una mejor elección de ca-
rrera, por el otro, que la universidad pueda 
ser aún más selectiva de lo que ya es. Se trata 
de que la elección libre e ilustrada, después 
de explorar diferentes carreras de una misma 
área, mejore las posibilidades de éxito y re-
duzca la deserción, en la medida en 
que aumente la motivación del estudiante, lo 
que es tan importante como su nivel acadé-
mico. 
La reforma le concede importancia especial a 
la docencia. Sobre una tradición valiosa de 
respeto por la autonomía del docente y del 
estudiante se considera necesario estructurar 
un marco de docencia que garantice la cohe-
rencia del proceso de aprendizaje, genere una 
tensión hacia los resultados del mismo y hacia 
su mejoramiento continuo. Este cambio en la 
docencia supone que los profesores trabajen 
en equipo, en forma coordinada, compartien-
do las experiencias y visiones para que sus 
estudiantes, en medio de la diversidad de 
perspectivas, desarrollen un sólido conjunto 
de competencias específicas y asimilen los 
conocimientosfundamentales. 
Cambios en la organización para fortalecer 
la comunidad académica 
[a reforma académica de una universidad tan 
compleja como la Nacional es un proceso de 
largo plazo, que se apoya en unas condiciones 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 37
sociales y de organización. La renovación de 
los programas curriculares y el fortalecimiento 
de los doctorados y la investigación exigen 
una redefinición del papel de las facultades y 
los departamentos y un ajuste en la carrera 
docente. En lo que sigue expondremos en qué 
consiste ese nuevo papel de las unidades aca-
démicas, y dejamos para otra ocasión el tema 
de la carrera docente. 
Los departamentos son esencialmente comu-
nidades de profesores que desarrollan su pro-
ducción académica dentro de una disciplina. 
Su papel es mantener el proceso de comunica-
ción, vigilar los estándares de producción y 
divulgarla. El departamento debe mantener 
un cuerpo docente de alto nivel, motivado y 
productivo. 
Por su parte, la facultad se encarga de los estu-
diantes y los programas curriculares. Desde 
una visión más amplia que la del departamen-
to, define los programas curriculares y vela 
por la calidad de los cursos que se ofrecen. 
Igualmente, está atenta a los estudiantes, se 
preocupa porque su experiencia educativa sea 
valiosa y culmine con éxito.
Esta separación de funciones entre los niveles 
de organización de la Facultad busca, por una 
parte, garantizar mejores condiciones para la 
articulación de una comunidad académica, y 
por otra parte, generar un esquema de 
interacción entre los docentes y una instancia 
externa al departamento, y que se especialice 
en mejorar la docencia, que sería el caso de 
una vicedecanatura de pregrado. Este esque-
ma de especialización sería el primer paso 
hacia la separación de la gestión del pregrado 
y la del posgrado. 
Con lo expuesto hasta aquí, es claro que hay 
una visión nueva de la Universidad, de su or-
ganización y de sus programas curriculares. 
Lo peor que podría pasarle a la Nacional es 
que archive el caso, con un parde juicios, a la 
hora de la verdad, superficiales y con escaso o 
ningún fundamento en el cuerpo de conoci-
mientos que sobre la educación y las organi-
zaciones del conocimiento existe hoy en día. 
Eso mostraría la menos académica de las acti-
tudes: rechazar algo sin haberlo siquiera com-
prendido. 
38 LECTIVA	 Medellín • Nos. 8-9 • 2005
PORQUÉ OPONERSE A LA REFORMA
DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL 
DE COLOMBIA 
Jorge Enrique Robledo* 
El argumento de que los catedráticos que sustituirán a los profesores de tiempo 
completo serán muy especializado(s) y (de) alta reputación, como los embellece e-
rector, no significa que ese cambio no lesionaría lo que hoy es una de las grandes 
fortalezas de la Nacional: que un alto porcentaje de sus profesores sean de tiempo 
completo y dedicación exclusiva. Porque ningún grado de calidad de los 
catedráticos puede sustituir bien las funciones que cumplen los profesores de tiempo 
completo y dedicación exclusiva como fundamento de las universidades de alto 
nivel, y más a la hora de investigar. 
La decisión del rector de la Universidad Nacional de Colombia, Marco Palacios Rozo, de 
.reorganizar y reorientar nuestras instituciones en consonancia con los desafíos del presente"', 
para "adaptarnos a los cambios del mundo de hoy"', transformaciones que en el otro documento 
básico de su propuesta se dice que son las de la llamada "globalización", debe interesarnos a 
todos los co l ombianos. Porque cada vez se entiende mejor la importancia del conocimiento en la 
prosperidad de las naciones, porque la Nacional es el principal centro de educación superior del 
país y porque sus decisiones suelen ejercer una gran influencia sobre las demás universidades 
públicas colombianas. Yen mi caso el derecho de opinar se convierte en un deber, en razón de que 
durante 26 años fui profesor de tiempo completo en su Sede de Manizales. 
El siguiente análisis, que no agota el tema ni toca todos los aspectos en debate, se dividirá en cuatro 
partes: 1. Los aspectos de la reforma que pueden compartirse, aunque les quepan reparos o 
advertencias. 2. La posición de los reformadores sobre el tipo de país que debe generar el proyecto 
globalizador, al que, según ellos, debe adecuarse la Universidad. 3. El problema financiero de la 
Nacional. 4. Las propuestas que de ninguna manera pueden aceptarse, porque conspiran contra 
* Tomado de www.moir.org.co/roblcdo.php . Fechado el 23 de febrero de 2005. 
1 Palacios, Marco, Hacia la innovación institucional en la Universidad Nacional, Bogotá, 30 de septiembre de 
2003. 
2 Ibid. 
3 villa, Leonardo. La reforma académica que requiere la Universidad Nacional de Colombia, Rectoría, Bogotá, 
2004. 
Medellín • Nos. 8-9 • 2005	 LECTIVA 39
la esencia misma de una institución de 
educación superior de alto nivel, y más 
tratándose de la Universidad Nacional de 
Colombia. 
1. Lo que puede aceptarse con ciertas condi-
ciones 
No debe generar resistencias que la Univer-
sidad le dé una mayor importancia a la inves-
tigación y las especializaciones y, en espe-
cial, a los doctorados. Pero desde ya hay que 
advertir que es inaceptable que se ofrezcan 
programas mediocres para echarse al bolsillo 
unos pesos o que, en este yen todos los ca-
sos, una idea correcta se use para impulsar 
otras que no lo son. 
Puede ser plausible trabajaren el desarrollo 
de las llamadas competencias básicas para Ja 
vida académica, tales como argumentación, 
escritura, lectura crítica, aprendizaje en equi-
po'. Mas aquí el pero es muy grande, porque 
el énfasis en ellas se propone para sustituir la 
formación básica que deben recibir los estu-
diantes. 
Aunque con la concepción ya se ha trabajado 
en la Nacional por décadas, es positivo que se 
refine la idea de estructurarla por facultades 
que articulen diversas disciplinas o profesio-
nes que compartan regiones de la realidad, en 
las que los profesores se organicen principal-
mente por departamentos (campos de conoci-
miento) y los estudiantes por programas curri-
culares o carreras. Tampoco debiera tener 
objeciones la existencia de institutos, proyec-
tos y líneas de investigación. 
La tesis de que debe controlarse el tamaño y 
complejidad de los trabajos de grado de las 
carreras, así como su tiempo de realización,
no tiene porqué usarse para afectar negativa-
mente la iniciación de los estudiantes en la in-
vestigación ni la calidad de los programas que 
se imparten. 
El empleo del sistema de créditos puede servir 
para medir el peso de cada asignatura en el tra-
bajo del estudiante, lo que resulta útil de varias 
maneras. Pero los créditos también pueden 
tener el propósito condenable planteado en el 
TLC de facilitar la conversión de la educación 
superior en una mercancía destinada a ser 
controlada por las transnacionales del sector, 
cuya mayor presencia en el país, según los 
documentos de la reforma, hace parte de ten-
dencias inevitables5. 
Y puede compartirse la idea de diferenciar 
entre gobierno académico y administración 
universitaria, de manera que en el trabajo del 
rector y los decanos gane importancia su de-
dicación a los asuntos académicos. Pero al 
respecto hay que advertir que la administra-
ción debe quedar sometida a los intereses y al 
poder colegiado de la academia y no al revés, 
riesgo que es mayor donde las concepciones 
neoliberales predominan, pues puede condu-
cir al empleo de criterios vulgarmente geren-
ciales y autoritarios que lesionen el derecho 
de agremiarse y las libertades de cátedra e in-
vestigación. 
2. Silencio explicable 
Mientras el documento firmado por Marco 
Palacios suaviza el origen de la reforma, el 
que redactó el asesor externo Leonardo Villa, 
"con base en los lineamientos" del rector, sí 
plantea con toda franqueza que de lo que se 
trata es de adecuar la Universidad Nacional 
de Colombia al mundo neoliberal, aunque, 
como es de esperarse, no emplea esta conno-
4 Villa, op. cit., p. 51. 	 5 ¡bid, p. 23.

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