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EL MEJORAMIENTO GENÉTICO 
DE OVINOS EN LA ARGENTINA
JOAQUÍN P. MUELLER, INTA, Bariloche
mueller.joaquin@inta.gob.ar
Sistemas de producción
Argentina cuenta con 14-15 millones de ovinos que son criados 
en sistemas ganaderos mixtos, agrícola ganaderos mixtos 
y en sistemas de mono-producción. Aunque la mayor parte 
de los rebaños son menores a 100 ovinos, en la Patagonia, 
donde se crían dos tercios de los ovinos del país también 
hay grandes productores y empresas con rebaños de más de 
50,000 animales. Prácticamente toda la producción ovina es 
de doble propósito carne y lana, con énfasis según la región 
y la raza utilizada. En las zonas más secas se enfatiza la lana 
y en las más húmedas la carne (Tabla 1). Más detalles de los 
sistemas de producción ovina argentina se describen en otro 
capítulo de estas memorias (Mueller, 2013a).
Razas utilizadas
En la Argentina más del 90% de los ovinos son de razas 
definidas, menos del 10% son ovinos de tipo criollo o cruzas 
indefinidas. Se crían unas 20 razas pero 40% de los ovinos 
son de la raza lanera Merino (del tipo australiano) y otro 40% 
son de la raza doble propósito lana-carne Corriedale (raza 
de origen neozelandés basada en Merino y Lincoln). El 10% 
restante son ovinos de otras razas de doble propósito como 
Romney Marsh, Lincoln y Polwarth (que en la Argentina se 
denomina Ideal). En la Argentina se desarrollaron algunas 
razas con propósitos específicos como Pampinta (una raza 
sintética basada en ¼ Corriedale y ¾ Frisona, Figura 1), Cormo 
Argentino (basada en Merino, Corriedale y Cormo Australiano), 
Comarqueña (basada en Corriedale, Texel e Ile de France) y 
Valletana (Texel y Merino). También se introdujeron nuevas 
razas y líneas genéticas como Ile de France, Dohne Merino y 
Merino Multi-Propósito. Las razas utilizadas en cruzamientos 
terminales son Hampshire Down, Scottish Blackface, Texel, 
Suffolk y Poll Dorset. Además hay pequeñas cantidades de 
animales de razas prolíficas y/o lecheras como Finnish, Bor-
der Leicester y Frisona. En todo caso los cruzamientos y los 
rebaños productores de leche ovina son muy escasos en la 
Argentina. Más detalles sobre razas y cruzas con ovinos en la 
Argentina se describen en Mueller (2005).
Tabla 1: Sistemas de producción y objetivos de mejora genética.
Región Característica Sistema de producción
Principales 
Razas
Objetivos 
de mejora
Patagonia Sur Pastizales naturales. 
Clima frío
Mono-producción 
ovina
Corriedale 
Merino
Carne Lana
Patagonia 
Norte
Pastizales naturales. 
Clima seco
Mono-producción 
ovina
Merino Lana Carne
Patagonia 
valles
Pasturas bajo riego.
 Clima seco
Mixto ovino - 
frutícola
Varias Carne
Pampeana Pasturas, rastrojos. 
Clima húmedo
Mixto ovino - 
bovino - agrícola
Corriedale
Otras
Carne Lana
Mesopotamia Pastizales naturales. 
Clima caluroso húmedo
Mixto ovino - 
bovino
Corriedale 
Polwarth
Carne Lana 
Puna Pastizales naturales. 
Gran amplitud térmica
Mixto ovino - 
caprino - camélido
Criollas Carne
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MEJORAMIENTO GENÉTICO
CONVENCIONAL
Estructura genética convencional
Todas las razas definidas se organizan en estructuras 
genéticas del tipo piramidal con criadores de animales 
puros que se nuclean en respectivas asociaciones de 
criadores e inscriben a sus animales en libros de pedi-
grí cerrados. El mejoramiento genético convencional en 
esas razas se basa en la selección y el apareamiento de 
candidatos por fenotipo y genealogía. La selección de 
animales en los planteles puros es, en general, visual 
por características raciales y productivas. Padres de 
cabaña con gran influencia en las respectivas razas 
surgen de las competencias en exposiciones (Figura 
2). La inseminación artificial con semen fresco es fre-
cuente en los establecimientos con majadas grandes 
y la inseminación con semen congelado o la transfe-
rencia de embriones se realizan en casos especiales. 
Esporádicamente se importan reproductores, semen 
y embriones.
Problemas con el mejoramiento genético 
convencional
El mejoramiento genético convencional tiene virtudes y 
ha sido beneficioso para la ganadería ovina argentina, 
pero también tiene defectos e ineficiencias. El primer 
defecto tiene que ver con los libros genealógicos 
cerrados. Es fácil observar que en muchas razas el 
número de madres puras de pedigrí (PDP) no alcanza 
para cubrir las necesidades de reproductores de la 
población general. Por ejemplo la raza Merino tiene 
aproximadamente 4 millones de ovejas en rebaños 
generales que requieren unos 40 mil reproductores nuevos por año. 
Estos reproductores deberían ser producidos por unas 320,000 
ovejas de planteles multiplicadores, que a su vez necesitan 3200 
reproductores nuevos por año. Pero resulta que la cantidad de 
madres PDP necesarias para producir esos reproductores es cuatro 
veces mayor a la cantidad de madres PDP que efectivamente hay 
en la raza. Aun suponiendo inseminaciones masivas, niveles de 
multiplicación de padres adicionales, altas tasas reproductivas, 
la conclusión es que faltan madres de padres o que la estructura 
genética no es funcional a la población de la raza. Estudios más 
detallados del pedigrí de la raza Merino en la Argentina demuestran 
también que el 40% de los animales que nacen son consanguíneos 
y que su nivel de consanguinidad promedio es del 3 al 4%. Además 
esos estudios evidencian que la raza depende fuertemente de pocos 
padres importados ya que estos contribuyen gran parte de los genes 
de la población (Vozzi et al., 2012). Con otras razas esta situación 
quizá sea aún más crítica. 
El segundo defecto del mejoramiento convencional tiene que ver 
con la presión y con la exactitud de selección ejercida. La escasez 
de animales PDP eleva sus precios artificialmente lo cual desalien-
ta la eliminación de animales, aunque sean inferiores. Entonces, 
ovejas o borregas PDP no se consiguen o son el descarte de otros 
planteles. Eso significa que hay baja presión de selección y por ende 
bajo progreso genético. Por otro lado, la preparación de machos 
para competir en exposiciones rurales es costosa lo que obliga al 
criador a elegir a temprana edad a los animales que van a competir. 
Resulta que animales inmaduros, recién destetados, no expresan su 
potencial genético con exactitud y el criador puede haber apostado 
al animal equivocado. La exactitud también suele ser baja en las 
decisiones de selección del criador y en las decisiones del jurado en 
una competencia de reproductores cuando esas decisiones se basan 
solo en el fenotipo observado visualmente. En el caso de reproduc-
tores de razas lecheras es obvio que el fenotipo de un padre no dice 
Figura 1: 
Oveja Pampinta, raza sintética argentina 
con aptitud lechera y carnicera.
Figura 2: 
Pista de jura de carneros 
Merino en Patagonia
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EL MEJORAMIENTO GENÉTICO DE OVINOS EN LA ARGENTINA
mucho de la capacidad lechera de las hijas, pero tampoco lo 
es en reproductores de razas carniceras y laneras. Es decir 
que criadores y jurados tienen dificultades para acertar el 
mérito genético de un reproductor basándose solamente en 
su aspecto visual. 
El tercer tema que preocupa al productor que compra repro-
ductores alimentados especialmente para una exposición 
es saber si el animal elegido también tendrá la progenie 
deseada. Es posible que un reproductor responda mejor que 
otro a esa alimentación especial, pero que en condiciones de 
alimentación menos favorables no supere al otro o incluso sea 
inferior. Este fenómeno conocido como interacción genotipo-
ambiente puede ser importante en caracteres reproductivos 
y de crecimiento. En última instancia el comprador necesita 
padres que mejoren la producción de su rebaño general que 
suele criarse en condiciones muy diferentes a las condiciones 
de crianza de los padres en cabaña.
REGISTROS DE PRODUCCIÓN 
Y EVALUACIÓN GENÉTICA
Estructuras genéticas abiertas
A los fines de superar el problemade la falta de reproductores 
ovinos de pedigrí en la Argentina se fueron generando estruc-
turas genéticas paralelas con animales no registrados. Por 
ejemplo, en muchos establecimientos medianos a grandes 
(>1000 ovejas) se establecieron núcleos genéticos con las 
mejores madres y los mejores padres disponibles. Los machos 
nacidos en estos núcleos no son castrados y los mejores se 
usan en el propio núcleo; los siguientes mejores se usan en 
los rebaños generales. Las mejores hembras nacidas en el 
núcleo y/o en los rebaños generales a su vez se usan para 
reemplazar ovejas viejas o inferiores del núcleo. Esa caracte-
rística de aceptar hembras de estratos inferiores en el núcleo 
convierte a estos núcleos en “abiertos”. Los beneficios de los 
núcleos abiertos versus núcleos o planteles cerrados son: una 
menor tasa de consanguinidad, mayor progreso genético y 
mayor consistencia en el objetivo de mejora genética (Mueller 
2013). En los núcleos abiertos comenzó el uso de mediciones 
objetivas, lo cual aumentó sensiblemente la exactitud de 
selección y por ende el progreso genético.
El uso de mediciones objetivas
Pesos corporales, pesos de vellón y análisis de muestras de 
lana (para determinar finura y rinde al lavado) comenzaron a 
utilizarse en la década de 1970. En la década de 1980 ya se 
utilizaban índices multi-carácter de selección genética y se 
realizaban pruebas de performance públicas. En la década 
de 1990 comenzó el uso de BLUP en modelos mixtos para la 
predicción de mérito genético a nivel poblacional en algunas 
razas y también comenzaron pruebas de progenie en centrales 
de prueba (Mueller et al., 2007a, 2009) y en campos particu-
lares (Figura 3). Esas pruebas sirvieron para convencer a los 
criadores de la utilidad de las mediciones en las decisiones 
de selección y sirvieron para demostrar la distorsión en la 
evaluación genética que genera la preparación de los animales 
de exposición. Las pruebas de progenie demostraron que en el 
país hay padres de gran calidad y se comprobó que no todos 
los padres importados resultan mejores que los locales. Sin 
embargo, las pruebas de progenie centralizadas son costosas, 
toman tiempo y el número de padres que se puede evaluar 
es muy limitado. Eso llevó, en la década del 2000, a enfatizar 
las evaluaciones genéticas formales a nivel de los planteles 
de pedigrí, tal que ahora se pueden comparar animales de 
diferentes planteles y años si pertenecen a una población 
con vínculos genéticos. Actualmente se realizan evaluaciones 
genéticas poblacionales rutinarias en varias razas de ovinos. 
Las evaluaciones genéticas de ovinos, tanto las realizadas en 
los núcleos como en los planteles de pedigrí se organizan a 
través de un servicio nacional.
Figura 3: 
Bretes con 
progenie de 
diferentes
 padres en 
evaluación 
en central de 
prueba (raza 
Merino).
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Provino: el servicio nacional 
de evaluación genética de ovinos
En el año 1991 el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria 
(INTA) y las principales asociaciones de criadores de ovinos 
del país acordaron la creación de un servicio nacional de 
evaluación genética de ovinos o “Provino” que se basa en el 
uso de registros de producción (típicamente pesos corporales 
y pesos de vellón), resultados de análisis de muestras de 
lana (típicamente diámetro de fibra y rendimiento al lavado) 
y eventualmente resultados de ultrasonografía (profundidad 
del ojo de bife) y producción de leche para estimar mérito 
genético y así facilitar la selección y la comercialización de 
animales con mayor garantía de producción. Los registros 
de producción están a cargo del criador y los análisis de lana 
son realizados en alguno de los tres laboratorios de lana que 
cuenta el país. La evaluación genética está a cargo del INTA, 
en algunos casos a través de un convenio con la asociación de 
criadores correspondiente. En Tabla 2 se resumen los registros 
de producción, méritos genéticos y efectos considerados en 
su análisis.
El servicio es arancelado y provee méritos genéticos para 
animales sin genealogía dentro de grupos contemporáneos 
(Provino Básico) y para poblaciones de animales cuando existe 
adecuada vinculación genética entre grupos contemporáneos 
(Provino Avanzado). Aproximadamente 5000 carneros de 200 
productores son evaluados anualmente por Provino Básico y 
unos 2000 animales se suman anualmente a la base de da-
tos de Provino Avanzado. Provino provee el mérito genético 
en términos de desvío esperado en la progenie (DEP) con su 
exactitud en porcentaje y también provee un mérito genético 
agregado en términos de índices de selección según raza y 
sistema de producción. Periódicamente se ajustan las ponde-
raciones económicas para los diferentes índices de selección. 
Se ha logrado comprobar progreso genético en peso corporal, 
finura de la lana e índice de selección en planteles que utilizan 
Provino (Figura 4).
Razas Registros de campo Registros de laboratorio
Laneras Peso vivo a los 10-14 meses*
Peso de vellón sucio*
Finura*
Coeficiente de variación de finura
Factor de confort 
Peso de vellón limpio*
Resistencia a la tracción*
Largo de mecha*
Doble 
propósito
Peso vivo a los 4 meses*
Peso vivo a los 10-14 meses*
Peso de vellón sucio*
Finura*
Peso vellón limpio*
Carniceras Peso vivo a los 4 meses*
Peso vivo a los 10-14 meses*
Profundidad ojo de bife
--
Prolíficas 
Lecheras
Tipo de nacimiento*
Peso vivo a los 3-4 meses*
Producción de leche*
--
Tabla 2: Resumen de registros de producción y méritos genéticos estimados por Provino.
Nota: *Predicción de mérito genético.
Figura 4: Ejemplo de progreso genético logrado en Merino. Valores de cría de peso corporal (vcpce, kg), peso de vellón 
limpio (vcpvl, kg), promedio de diámetro de fibra (vcpdf, mic) e índice de selección 10 (i10, desvío estándar=10).
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EJEMPLOS DE PROGRAMAS 
DE MEJORAMIENTO GENÉTICO
El programa Merino Puro Registrado
La Asociación Argentina Criadores de Merino (AACM) promueve el 
mejoramiento genético de su raza en los tres niveles de la pirámide 
genética. Para los planteles de pedigrí ofrece usar Provino Avanzado. 
Para los planteles multiplicadores ofrece un programa denominado 
Merino Puro Registrado (MPR) y para los rebaños generales ofrece 
un programa denominado Merino Puro (MP). Este último es simple-
mente la revisación visual de madres de los rebaños generales por 
parte de un inspector de la AACM y la identificación de los animales 
aceptados. Interesante es el programa MPR (Mueller et al., 2007). 
Este programa apunta a aumentar el número de padres mejoradores 
disponibles en la raza. Los machos nacidos en este nivel se evalúan 
usando los resultados de Provino Básico. Aquellos machos con ín-
dice de selección mayor al promedio de su grupo contemporáneo y 
que un inspector de la AACM revisa y aprueba visualmente, reciben 
una identificación especial habilitándolos para servir a madres 
MP (Figura 4). Machos MPR excelentes pueden incluso ser usados 
en el propio plantel MPR. Las identificaciones que reciben estos 
animales sirven como garantía de productividad y calidad visual. 
En las exposiciones rurales estos animales suelen recibir precios 
diferenciales a pesar de no presentarse con la preparación de ani-
males de cabaña. Por su sencillez y efectividad el concepto MPR se 
está aplicando a otras razas.
Grupos de mejoramiento 
En algunos casos, productores disconformes con los reproductores 
disponibles en el mercado se organizan para producir sus propios 
reproductores. Por ejemplo en el año 2003 un grupo de productores 
de la raza Polwarth con un total de aproximadamente 2500 madres 
formó un núcleo con sus mejores 210 madres y mejores 3 padres, 
dando comienzo a un programa de selección y produc-
ción de machos para todos los miembros del grupo. El 
núcleo quedó al cuidado de uno de los productores 
y a través de los años se incrementó el número de 
madres y se sumaron núcleos multiplicadores en cadaestablecimiento, llegando a un total de 700 madres. El 
grupo produce todos los reproductores que necesita y 
organiza una feria anual para la venta de reproducto-
res excedentes. La evaluación genética anual permite 
observar progreso genético en peso al destete y finura 
de lana (Figura 5). 
Otro grupo de productores con un total de 30,000 ove-
jas también estableció un núcleo con las 700 mejores 
madres, pero en este caso las madres seleccionadas 
quedaron “dispersas” en los campos de los distintos 
establecimientos y son inseminadas con padres selec-
cionados de tal forma que se establecen vínculos gené-
ticas que permiten la evaluación conjunta de padres e 
hijos (López Valiente et al., 2011). Los mejores machos 
en términos de índice de selección, y que visualmente 
son aceptables, se usan como padres de la próxima 
generación (Figura 6).
Figura 4: Inspección visual de ovejas 
del Programa Merino Puro Registrado.
Figura 5: Progreso genético en núcleo 
Polwarth de Mesopotamia.
Figura 6: Inspección visual final de machos 
seleccionados por alto índice de selección
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CRUZAMIENTOS
En la Argentina no son comunes los cruzamientos 
en ovinos pero hay productores comerciales que 
no tienen el apego a una raza en particular como lo 
tienen los criadores y están dispuestos a cambiar 
de raza o cruzar su rebaño con otra raza si de esa 
manera pueden aumentar los ingresos. El cambio 
de raza o la formación de una línea sintética a partir 
de cruzamientos siempre implican asumir un riesgo 
ya que normalmente no se conoce la adaptación 
del nuevo genotipo al particular establecimiento. 
Cruzamientos terminales son relativamente senci-
llos de organizar pero cruzamientos sistemáticos 
requieren instalaciones adicionales, mayor atención 
y la disponibilidad en tiempo y calidad de los corres-
pondientes reproductores.
Cruzamientos con Merino
Los corderos Merino son de crecimiento lento y de po-
bre conformación. Para la producción de corderos más 
precoces, pesados y de mejor conformación se realizan 
cruzamientos terminales o industriales con razas que 
confieren características carniceras y provocan vigor 
híbrido en sus cruzas. Hay varias experiencias de cruza-
mientos de ovejas Merino con razas carniceras. En gene-
ral se ha comprobado que los cruzamientos terminales 
en áreas regadas o valles de buen forraje, utilizando 
las razas Texel, Pampinta, Suffolk, Hampshire Down, 
Southdown, Scottish Blackface, Karakul e Ile de France 
generan corderos más precoces y de mejor conformación 
(Durañona et al., 1999; García Vinent et al., 2004; Miñón 
et al., 2004). En cambio en condiciones extensivas y de 
escaso forraje la superioridad de las cruzas puede ser 
insignificante (Cueto et al., 1997; La Torraca et al., 1998). 
Como en esos ambientes además suele ser baja la tasa 
reproductiva, el número de ovejas disponibles para ser 
cruzadas es bajo. 
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Cruzamientos con Corriedale
Cruzamientos terminales en Corriedale se justifican menos 
que en Merino por la característica doble propósito de la raza 
Corriedale y porque se crían en condiciones más favorables 
donde es posible aprovechar genotipos más eficientes (García 
Vinent et al., 2003, 2004). De todos modos el cruzamiento de 
Corriedale con razas de “cara negra” es común en diferentes 
zonas del país. En Buenos Aires Solanet et al. (1996) encon-
traron ventajas de peso corporal y conformación a los 90 días 
de edad en cruzas de Corriedale con Texel pero no con Ile de 
France ni con Hampshire Down.
El futuro del mejoramiento genético
de ovinos en la Argentina
Aunque en algunas razas se observa un sostenido y eficaz 
trabajo de los criadores para mejorar sus animales, en otras 
razas el mejoramiento genético es menos sistemático y se 
restringe al esfuerzo de pocos criadores. En muchos casos 
todavía prevalecen criterios de pureza racial por sobre cri-
terios de productividad evaluada objetivamente. De todos 
modos se observa un incremento en el interés de productores, 
criadores y sus organizaciones para la oferta y adquisición 
de reproductores con información genética y productiva. La 
nueva generación de productores, más familiarizada con los 
avances en TICs, comprende la utilidad del servicio Provino 
en la implementación de programas de mejora genética. A su 
vez, la Ley 25,422 (2001) tiene instrumentos de financiación 
de programas de mejora genética ovina tanto a nivel particular 
como a nivel grupal o regional. 
En los últimos años han habido avances en la búsqueda de 
genes con impacto en la producción ovina (en la Argentina 
Bidinost et al., 2008) y ya existe un chip que permite testear 
50 mil fragmentos de ADN (SNPs) en ovinos. Es posible que en 
el futuro la información genómica sea utilizada en la evalua-
ción genética de ovinos, pero no será posible saltear etapas 
y en la Argentina todavía hay mucho trabajo que hacer en la 
aplicación de las tecnologías convencionales para aprovechar 
la variabilidad genética existente. 
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www.provino.com.ar/publicaciones

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