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SISTEMA INMUNOLÓGICO Se encarga de proporcionar defensas a nuestro cuerpo, ayuda a combatir de bacterias, virus, hongos, toxinas, y otras sustancias capaces de dañar al organismo. Todos los seres humanos tenemos Tres líneas de defensa. Primera línea de defensa: La barrera epitelial y el tracto digestivo secretan sustancias que impiden el alojamiento de microorganismos, estas atrapan a los patógenos para después expulsarlos. Segunda línea de defensa: Las células fagocíticas destruyen patógenos, mientras que otras células llamadas “células asesinas” destruyen a las infectadas. El sistema lanza una respuesta inflamatoria y fiebre. Tercera línea de defensa: En esta línea entra en acción la respuesta inmunitaria específica, la cual ataca a una amenaza en particular para luego proteger de futuras infecciones. El sistema inmunológico tiene a su cargo las dos últimas líneas de defensa y lo hace a través de los órganos linfoides primarios. MÉDULA ÓSEA Genera las células progenitoras de los linfocitos T, que migran al timo, y las progenitoras de los linfocitos B, las cuales maduran transformándose en linfocitos B inmunocompetentes. Se encuentra en el hueso esponjoso y las cavidades medulares de la diálisis ósea. La médula ósea es roja o amarilla. La roja produce sangre, la amarilla tiene gran contenido de grasa y su actividad hematopoyética es insignificante. En la médula ósea roja se generan las siguientes células: TIMO Es el sitio donde se diferencian y reproducen los linfocitos T, responsables de la inmunidad celular. Se localiza en la parte anterior del mediastino superior, entre los pulmones por delante de la tráquea y se extiende sobre los grandes vasos del corazón. Tiene consistencia blanda, su morfología es irregular y variable; en la pubertad puede llegar a pesar entre 40 y 60 gramos. Está constituido por dos lóbulos tímicos y rodeado por tejido conectivo que divide a los lóbulos en lobulillos, cada uno de los cuales tiene corteza y médula: la corteza es oscura debido a la cantidad de linfocitos T, entre la coraza y la célula se hayan macrófagos, células dendríticas interdigitantes y células epiteliales reticulares. Celular: Medida por linfocitos T. Estas células tienen en su superficie receptores para los antígenos y no producen anticuerpo, si no otro tipo de moléculas llamadas citocinas. Linfocitos T: actúan frente a virus o bacterias que se introducen en las células, donde los anticuerpos no pueden llegar y auxiliar a la célula fagocítica a destruirlos, o bien, matan directamente a la célula infectada. La forma en la que los antígenos ingresan al cuerpo determina el tipo de inmunidad adquirida que se desarrollara, ya sea pasiva o activa. ENFERMEDADES DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO El VIH es un virus de inmunodeficiencia humana que destruye el sistema inmunológico, especialmente a los linfocitos T colaboradores, los cuales se encargan de activar a otros linfocitos T y a los linfocitos B; así, el VIH no permite la respuesta inmunológica humoral ni la mediada por células. Este virus se transmite de manera sanguínea o por medio de los fluidos genitales. Los síntomas que presenta son: Dolor muscular y de cabeza, fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos, esta enfermedad no tiene cura. ALERGIAS Son reacciones exageradas a sustancias que no son en sí dañinas y a las que muchas personas no responden. Los antígenos que producen alergias se llaman alérgenos; entre los más comunes encontramos el polen, polvo, plumas, picaduras de abeja, caspa o saliva de animales. Las reacciones alérgicas pueden ocurrir en las vías respiratorias, digestivas o en la piel. Cuando el alérgeno ingresa al organismo se pone en contacto con los linfocitos B, estos fabrican anticuerpos contra él, los cuales se unen a mastocitos, mismos que inician una respuesta inflamatoria, liberando histamina la cual produce inflamación nasal, comezón en la piel e incremento en la secreción de moco.
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