Logo Studenta

7 Rta B

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

RESPUESTA MEDIADA POR LINFOCITOS B
Los linfocitos B son células que intervienen en la inmunidad adaptativa humoral, reconociendo antígenos y diferenciándose en células plasmáticas productoras de anticuerpos. Cabe destacar que son las únicas células con la capacidad de síntesis de anticuerpos secretorios que median la respuesta inmune en defensa a microorganismos.
Las funciones principales de los linfocitos B son:
· Fabricar anticuerpos.
· Funcionar como células presentadoras de antígeno (APC)
· Eventualmente transformarse en células B de memoria después de ser activados por la interacción con un antígeno.
Los linfocitos B sufren un proceso de maduración en la médula ósea y el bazo, desde donde salen a la periferia y expresan sus receptores antigénicos (BCR) de isotipo IgM principalmente. Cabe mencionar que el BCR está compuesto por la IgM y por dos moléculas adicionales (Igα e Igβ) que median la producción de señales intracelulares. La madruación de los LB conlleva una serie de sucesos similares a la maduración de linfocitos T. En primer lugar se produce el reordenamiento de los genes que expresan el BCR para luego dar lugar a la selección negativa de aquellos LB autorreactivos. En segundo lugar los LB maduros pueden reconocer el antígeno, interiorizarlo y presentarlo para finalmente transformarse en células plasmáticas productoras de anticuerpos o en células de memoria. 
Existen tres poblaciones de células B, los linfocitos B1, B2 y los linfocitos B de la zona marginal del bazo (LB ZMB). La población B2 es la más abundante en la circulación sanguínea y en los tejidos linfáticos secundarios, se ubican generalmente en la región B del ganglio linfático donde llegan vía circulación sanguínea y se extravasan a nivel de las vénulas del endotelio alto, mediante señales que se describen más adelante. 
A pesar de que no se conocen en detalle muchos aspectos de su fisiología, se sabe que los linfocitos B1 y los BZM cumplen un papel muy importante en la defensa contra las bacterias capsuladas. 
LINFOCITOS B1
Los linfocitos B1 son las primeras células B que se generan durante el desarrollo embrionario y el hígado fetal es su principal productor. Recién a los dos años de vida completan su maduración, no obstante, la cantidad de estas células en el individuo adulto es aproximadamente la misma que la cantidad original producida por el hígado fetal. 
Estos linfocitos constituyen una pequeña proporción de los LB presentes en los órganos linfáticos secundarios y en la sangre, pero prevalecen en las cavidades pleural y peritoneal. Donde representan la primera línea de defensa frente a patógenos que ingresen por vías de contacto relacionadas con los órganos de las cavidades mencionadas. Además, poseen la capacidad de auto renovarse localmente sin necesidad de contactar con antígenos extraños. 
Los LB1 expresan en su superficie niveles altos de IgM, la cual reconoce epitopes antigénicos compartidos por diferentes moléculas, a los que se unen con baja afinidad. Por esta razón, su repertorio de BCR es limitado. Una propiedad adicional muy particular es su capacidad de producir anticuerpos “naturales” (principalmente IgM secretoria), es decir, generan anticuerpos sin la necesidad de existir el contacto con antígenos extraños. Podemos citar como ejemplos a los anticuerpos anti ABO y a los anticuerpos anti Ag capsulares o virales. Mediante activación las células B1 también producen anticuerpos (IgM) en respuesta a antígenos no proteicos (T-independientes), estos anticuerpos alcanzan niveles significativos a las 72 hs de la exposición, a diferencia de las células B2 que tardarán entre 7-10 días. 
LINFOCITOS DE LA ZONA MARGINAL DEL BAZO 
El bazo es el órgano linfoide más grande del cuerpo y se encarga principalmente de filtrar los componentes de la sangre. Morfológicamente podemos diferenciar dos zonas, la pulpa roja y la pulpa blanca, la primera está compuesta principalmente por senos capilares donde se reciclan los eritrocitos, mientras que la segunda contiene células del sistema inmune. Ambas zonas del bazo se encuentran separadas entre sí por la zona marginal, en esta se encuentras los LB ZMB y algunos macrófagos. 
Los LB ZMB representan la primeria línea de defensa contra los microorganismos que viajan por sangre, una función muy importante ya que los microorganismos que se encuentran en sangre deben ser rápidamente neutralizados para que no se diseminen en todos los tejidos. Estos linfocitos responden en los primeros 3-4 días de estimulación antigénica, en donde una vez activados, son capaces de abandonar la zona marginal, diferenciarse en plasmocitos y producen anticuerpos, principalmente cantidades importantes de IgM específica. 
Al igual que los linfocitos B1 se activan y diferencian en plasmocitos sin requerir la clásica colaboración T-B. Además, también tienen capacidad para auto renovarse. 
El complemento y sus receptores desempeñan un papel crucial en la activación de los LB ZMB, ya que, estos linfocitos expresan CR2 (o CD21), un receptor del complemento que puede reconocer antígenos opsonizados. El componente CR2 une el componente C3d que, como recordamos, es un producto de la degradación del componente C3 activado. En este caso, las células ZMB son particularmente dependientes del complemento para diferenciarse en plasmocitos y producir anticuerpos, porque en ausencia del componente C3, los LB ZMB no pueden unirse al antígeno de manera eficaz, lo que reduce en gran medida los niveles de anticuerpos específicos. 
En conclusión, los Linfocitos B1 y los BZM son cruciales como primera línea de defensa, ya que pueden responder rápidamente a la infección por bacterias capsuladas sin requerir la activación previa de LT. La localización anatómica de los B1 y los BZM determina el perfil de respuesta. Esto es, los LB1, por encontrarse en las cavidades pleural y peritoneal, son ideales para responder a patógenos que ingresan por respiratoria o vía intestinal. Por su parte, los BZM responden con de forma eficaz contra los patógenos presentes en la sangre.
LINFOCITOS B2 
Constituyen más del 95% de los LB presentes en la sangre y en los tejidos linfáticos secundarios y su función principal es reconocer antígenos proteínicos y diferenciarse en células productoras de anticuerpos específicas, gracias a la colaboración que reciben por parte de los linfocitos T foliculares. 
1. ENCUENTRO CON EL ANTÍGENO
Los linfocitos B vírgenes residen en los órganos linfáticos secundarios y circulan a través de ellos en búsqueda de sus antígenos. La entrada de los LB a los folículos está guiada por la quimiocina CXCL-13 secretadas por las células dendríticas foliculares y otras células del ganglio linfático. Esta quimiocina se une al receptor CXCR-5 situado en los LB y los atrae a los folículos. Una vez que llegan al ganglio por la sangre, los LB extravasan las vénulas del endotelio alto hacia la corteza del ganglio y migran por los conductos reticulares fibroblásticos hacia la zona B. 
El antígeno puede llegar a los linfocitos B vírgenes en los órganos linfáticos en diferentes formas y por múltiples vías. La mayoría de los antígenos procedentes de los tejidos llegan al ganglio linfático a través de los vasos linfáticos aferentes. Aquellos antígenos con una peso <70 kDa pueden ingresar en la zona B, a través de poros o conductos del ganglio, e interactuar directamente con los LB. No obstante, aquellos con un peso >70 kDa ingresan mediante macrófagos subcapsulares, los cuales, mediante sus receptores del complemento, reconocen antígenos opsonizados. Ciertos antígenos pueden unirse al CR2 situado en la superficie de las células dendríticas foliculares y presentarse a los linfocitos B específico. Los linfocitos B también poseen receptores del complemento que pueden reconocer antígenos opsonizados directamente. 
En todos los casos, el antígeno que se presentó a los LB está generalmente en su estructura tridimensional original intacta y no ha sido procesado por las células presentadoras de antígenos. Esto evidencia una distinciónimportante entre las formas de los antígenos reconocidas por los linfocitos T y B. 
2. ACTIVACIÓN
El antígeno se une al BCR en los LB vírgenes maduros, y activa estas células, esta activación induce su proliferación lo que conduce a la expansión clonal, seguida de la diferenciación, que culmina en la generación de LB de memoria y de células plasmáticas productoras de anticuerpos. 
El BCR tiene dos funciones clave en la activación. En primer lugar, la unión del antígeno al receptores envía señales que inician el proceso de activación y, en segundo lugar, el receptor es capaz de interiorizar el antígeno y, si es una proteína, lo procesa en péptidos que pueden presentarse en la superficie del LB para su reconocimiento por los linfocitos T helper. El entrecruzamiento del BCR por diferentes tipos de antígenos puede inducir distintos acontecimientos celulares:
· La activación frente a antígenos multivalente no proteicos con determinantes repetitivos (Ag T- independientes) no requieren linfocitos T helpers para producir anticuerpos específicos. En este caso el mecanismo de activación puede darse por medio del reconocimiento de PAMPs, gracias a los TLR (como el TRL-5, TLR-7 o TRL-9) del linfocito B; mediante el entrecruzamiento de BCR debido a la estructura repetitiva del antígeno; o mediante el reconocimiento de antígenos opsonizados por receptores del complemento (CR2). En este último caso la activación del LB a través del BCR se ve aumentada gracias a que el antígeno se encuentra opsonizado y puede unirse simultáneamente al BCR y al receptor del complemento CR2 mediante C3d. 
Reconocimiento mediante receptor del complemento CR2, que se asocia con CD19 y CD81 para estimular la activación.
· 
· 
· 
· 
· Reconocimiento vía TLR
Entrecruzamiento de BCR por antígeno repetitivo.
· 
· La respuesta de anticuerpos a los antígenos proteicos requieren el reconocimiento y el procesamiento del antígeno por los linfocitos B, seguidos de la presentación de un fragmento peptídico a los linfocitos T helper. El BCR reconoce al antígeno y media la endocitosis del mismo y su consiguiente procesamiento por la vía exógena. 
La unión del antígeno al BCR constituye la primera señal de activación para el LB, sin embargo, este reconocimiento no es suficiente para inducir la proliferación de LB y su diferenciación en célula productora de anticuerpos. Para que esto ocurra es necesario que reciba una segunda señal de activación proporcionada por un linfocito T folicular (Tfh) activado, específico para el péptido presentado en el contexto del MHC II. Para que esto se produzca los LB y Tfh deben reconocer epitopes antigenicos presentes en el mismo antigeno, aunque no necesariamente el mismo. 
En el caso de que se expresen varios peptidos de un mismo antigeno, el Tfh que han sido activados previamente por las células dendríticas reconocerán, sobre el Linfocito B, el mismo péptido viral que les presentó originalmente la células dendrítica. 
¿Cómo se produce esta colaboración?
Los LB activados que se encuentran en la zona B del ganglio comienzan a disminuir la expresión de CCR-5 y aumentan la de CCR-7, un receptor de las quimiocinas CCL-19 y CCL-21, que inducen la migración de los LB activados hacia el borde del folículo de la zona T donde se ponen en contacto con los linfocitos Tfh específicos. 
La proteína CD40L presente en el linfocito Tfh activado reconoce en la superficie del LB a la proteína CD40, lo que induce la segunda señal de activación. Además los LTfh producen citoquinas que también contribuyen a la activación de los LB. 
El contacto establecido entre el LB y el linfocito Tfh está dado no sólo por el reconocimiento del péptido presentado por la moléculas de clase II por el TCR y por la interacción CD40-CD40L, sino también por otras moléculas que ayudan a que el LB prolifere y se diferencie. Entre estas tenemos moléculas de adhesión ICAM-1 y LFA-1 que se expresan tanto en los LB como en los LTfh, favoreciendo el contacto estrecho entre ambos tipos celulares. Otras proteínas que incrementan su expresión en el LB luego del contacto antigénico son las moléculas coestimuladoras CD80 y CD86, que con su unión a la molécula CD28 favorecen la estimulación de Tfh. 
Respuestas funcionales inducidas por el entrecruzamiento del complejo BCR mediado por el antígeno.
Secuencia de acontecimientos en las respuestas de los linfocitos B frente a antígenos T dependientes.
La supervivencia de los linfocitos B estimulados aumenta como resultado de la producción de varias proteínas antiapoptósicas, y las células pueden proliferar y secretar anticuerpos. 
3. DIFERENCIACIÓN 
Los linfocitos B tienen dos formas para diferenciarse en células plasmáticas, una es inmediata en donde producen principalmente el anticuerpo del isotipo IgM, y otra manera es mediante la formación de un CENTRO GERMINAL. 
La diferenciación inmediata, si bien puede ser necesaria para una respuesta rápida, no genera células de memoria y las células plasmáticas tienen una vida media corta. Por el contrario la formación del centro germinal es fundamental para que exista memoria inmunológica de LB. 
¿Qué determina el mecanismo de diferenciación?
Existen factores de transcripción que dirigen la diferenciación de los linfocitos B activados. Aquellos que serán destinados a formar plasmocitos de vida larga y linfocitos de memoria, van a ser controlados por los factores Pax-5 y Bcl-6, las cuales dirigen a la formación del centro germinal. Por otro lado los factores IRF-4 y BLIMP-1, dirigen la diferenciación inmediata, generando células plasmáticas productoras de anticuerpos. En ambos casos, la activación de uno u otro factor, son excluyentes entre sí.
Ahora bien, ¿Qué es un centro germinal?
Es un área dentro de la zona B donde existe una intensa proliferación de los linfocitos. En el centro germinal se pueden diferenciar dos zonas, una zona oscura donde existe una elevada proliferación de células B que se conocen como centroblastos y; una zona clara donde se encuentran los linfocitos B, linfocitos T foliculares y las células dendríticas foliculares.
Es importante destacar que la formación de centros germinales no es un atributo exclusivo de los ganglios linfáticos, sino que este proceso ocurre de manera similar en otros tejidos linfáticos secundarios (como el bazo y las placas de Peyer). No obstante, los antígenos T-independientes no pueden inducir la formación de centros germinales. 
¿Qué ocurre en el centro germinal?
En el centro germinal los genes que codifican las cadenas pesadas y livianas de los anticuerpos sufren una serie de importantes modificaciones que darán como resultado la producción de anticuerpos con mayor afinidad por el antígeno y de isotipos diferentes a la IgM, ya que como vimos es la que principalmente se produce en una respuesta temprana. 
HIPERMUTACIÓN SOMÁTICA
CAMBIO DE ISOTIPO
Cuando los linfocitos B comienzan a proliferar, durante la división celular ocurre un evento que se conoce como HIPERMUTACIÓN SOMÁTICA, en donde el ADN comienza a mutar espontáneamente en las zonas que codifican la región variable del BCR. Esto da origen a cambios en la afinidad, que pueden resultar benéficos, en cuyo caso hablamos de MADURACIÓN DE LA AFINIDAD, o simplemente no contribuir a un aumento de la misma. Una vez que culmina este proceso, todos los linfocitos B se mueven a la zona clara, en donde se encuentran con las células dendríticas foliculares (CDF) y los linfocitos Tfh.
Las células dendríticas foliculares no expresan moléculas de clase II del MHC ni tienen capacidad fagocítica, en cambio, expresan altos niveles de receptores para el complemento (CR1 y CR2) y de receptores para el fragmento Fc de la IgG2b (RFcγIIB). La expresión de estos receptores les permite a las células dendríticas foliculares retener el antígeno por periodos prolongados de tiempo en su membrana celular, bajo la forma de complejos opsonizados por complemento. 
En la zona clara son seleccionados aquellos LB que hayan madurado su afinidad, estaselección es mediada por las células dendríticas foliculares que tienen la capacidad de mostrar el antígeno. Los LB con mayor afinidad por el antígeno se unirán recibiendo señales de supervivencia, mientras que los de menor afinidad serán excluidos y eventualmente morirán por apoptosis (supervivencia del más apto). 
Los LB seleccionados van a interiorizar y presentar el antígeno a los Tfh, que colaboran en las señales de activación y diferenciación en células plasmática de vida media larga y células de memoria. Por último, los LB pueden volver a la zona oscura cuando son inducidos a proliferar por los Tfh, y así el ciclo se repite. 
MECANISMO DE HIPERMUTACIÓN SOMÁTICA
Es un mecanismo por el cual los genes que codifican la región variable de las cadenas pesada y liviana de las inmunoglobulinas sufren mutaciones puntuales con una tasa muy alta. Como consecuencia, luego de cada mitosis, las células hijas expresan secuencias en sus dominios variables, diferentes respecto del linfocito B que le dio origen. 
El proceso es iniciado por una enzima expresada selectivamente en las células B denominada AID (Activation Induced Cytidine-deaminase). Esta enzima actúa directamente sobre el ADN correspondiente a las regiones VDJ, convirtiendo la citosina en uracilo, al quitarle el grupo amino. Luego, el uracilo es eliminado del ADN por enzimas específicas y el sitio sin ninguna base es reparado por enzimas de reparación del ADN que cometen “errores” y dan lugar a mutaciones azarosas, principalmente en zonas ricas en C-G, con una frecuencia de 1 mutación cada 1000bp.
Los linfocitos T foliculares y las interacciones CD40-CD40L son necesarios para iniciar la hipermutación somática y, como resultado de ello, la maduración de la afinidad se observa sólo en las respuestas frente a antígenos proteicos dependiente de T. La necesidad del CD40 refleja la capacidad de este receptor de inducir la AID, así como también una proliferación extensa en los linfocitos B. 
Muchas de las mutaciones son perjudiciales para el LB ya que pueden impedir la expresión de Ig en su membrana y disminuir la capacidad de reconocimiento del antígeno lo que conducirá a la apoptosis celular. 
CAMBIO DE ISOTIPO (SWITCH)
Es un acontecimiento que ocurre en la zona clara del centro germinal en respuesta a la unión de CD40 a su ligando en los Tfh y a las citoquinas que estos producen. Este mecanismo permite obtener distintos isotipos de anticuerpos, proporcionando una plasticidad notable de las respuestas inmunes humorales. 
Los primeros anticuerpos producidos en una respuesta humoral son siempre de isotipo IgM, pero a medida que progresa la respuesta comienzan a observarse anticuerpos de igual especificidad antigénica, pero de distintos isotipos. Esto es consecuencia de la asociación de los genes VDJ de la cadena pesada con una porción constante diferente respecto a la cadena µ. En definitiva se producen cambios en los genes que codifican la porción constante del anticuerpo, lo que permitirá la producción de IgG, IgA e IgE, cada uno de los cuales presenta distintas funciones efectoras en la inmunidad humoral.
¿Cómo ocurre el proceso?
Cuando los linfocitos activados con el antígeno se encuentran con señales de los linfocitos Tfh (la unión CD40 a su ligando y citoquinas) se produce una recombinación genética, en donde el exón VDJ que codifica para la cadena pesada de una Ig se combina con una región génica C situada en sentido 3’ y el ADN intermedio es eliminado. Esta recombinación del ADN afecta a secuencias de nucleótidos llamadas región SWITCH (S) situadas entre los segmentos J y C. 
La enzima clave en el cambio de isotipo es la enzima AID, inducida por la unión CD40-CD40L entre los Tfh y los LB activados. La región S es rica en pares C-G, por lo que resulta un buen target para la enzima. 
La enzima AID desamina a las Citosinas en la región S generando Uracilos. Luego, la acción de distintas enzimas forma muescas en el ADN. La existencia de estas roturas bicatenarias en dos regiones S da lugar a la eliminación del ADN intermedio y a la unión de las dos regiones S mediante el uso de la maquinaria de reparación que une extremos homólogos. Es decir que, la rotura de la región S situada en sentido 5’ se une a la rotura en la región S seleccionada en sentido 3’. 
El isotipo que se forma depende principalmente de las citoquinas secretadas por los LT cooperadores que actúan sobre los LB. Las citoquinas se unen a receptores específicos en los LB y generan una cascada de señalizaciones vía STAT, un factor de transcripción que se ubica en distintas regiones del genoma y produce la expresión de determinados mensajeros que regulan la ubicación de la enzima AID.
A medida que la infección se resuelve y disminuyen los niveles de antígeno, el centro germinal se hace cada vez más pequeño. Esto sucede ya que la expansión del mismo se regula mediante el control del número de los linfocitos Tfh, que después de varias rondas de proliferación incrementan la expresión de moléculas que impiden que colaboren con el linfocito B y, así el sistema vuelve a su estado de reposo. 
LOS ANTICUERPOS EN ACCIÓN
Las respuestas primarias se deben a la activación de linfocitos B vírgenes no estimulados, mientras que las respuestas secundarias se deben a la estimulación de clones expandidas de linfocitos B de memoria. Por tanto, la respuesta secundaria se desarrolla con mayor rapidez que la respuesta primaria, y se producen mayores cantidades de anticuerpos. El cambio de isotipo de la cadena pesada y la maduración de la afinidad también aumentan con la exposición repetida a los antígenos proteicos. 
Se desencadena una respuesta inmunitaria secundaria cuando el mismo antígeno estimula a estos linfocitos B memoria, lo que lleva a una proliferación y diferenciación más rápidas y a la producción de mayores cantidades de anticuerpos específicos que los que se producen en la respuesta primaria.
Las funciones principales que cumplen los anticuerpos son:
· Bloqueo de receptores (neutralización).
· Fijadores del complemento mediante C1 de la vía clásica.
· Opsonizar y promover la fagocitosis por parte de macrófagos.
· Citotoxicidad mediada por anticuerpos (las células NK tienen receptores Fc).
Muchas de las funciones de los anticuerpos no solo dependen de la interacción epitope-paratope, sino también de su unión a receptores específicos que se unen a la porción Fc, que como sabemos es la región efectora. Estos receptores generalmente presentan la máxima afinidad cuando el anticuerpo está unido a un antígeno, lo cual resulta lógico si pensamos que la activación de las funciones efectoras del anticuerpo solo es viable si el mismo se encuentra unido a un antígeno especifico.

Continuar navegando