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Teoricos Psicopatología resumen - Andrea sack

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CLASE 1 – INTRODUCCIÓN A LA MATERIA
Entrada a la psicopatología: Hasta aquí llegó el sentido común.
Lacan dice que para empezar a trabajar con alguien hay que entender que no hay sentido común, hay un malentendido fundamental en toda relación. No hay un código común en el cual entendernos y esto pone un límite fundamental a la comprensión. 
La psicología plantea una comprensión del otro en su práctica, una idea donde habrá funciones básicas idénticas a todos.
Para Lacan el inconsciente plantea una articulación de sentido que es radicalmente distinta en cada uno, es decir que no habría nada en común para entender al otro, entonces no habría garantía de toda interpretación. La interpretación sería una puntuación del discurso del otro, pero que no tiene una garantía general.
La comprensión se fundamenta en una idea moderna, en donde la razón es el centro del yo. La modernidad se construye bajo la idea del yo: yo como centro de la razón, de la consciencia, inherente ontogénicamente a mi aparato. El psicoanálisis rompe con esta idea al plantear que el yo es una construcción que reconoce al yo como una entidad, con una construcción identificatoria y carece de todo dominio pleno del aparato, es decir que ubica que la enfermedad está fuera de la comprensión del sujeto y también del que lo escucha. No habría una identidad común porque la enfermedad residiría en un campo exterior al yo, pero dentro del sujeto.
Freud dice que la enfermedad, su núcleo, estaría en un campo asociado que llama inconsciente, que me pertenece pero no es reconocido por el yo. Establece que las formaciones del inconsciente solamente pueden ser reconocidas para el yo bajo la forma de la negación. Es decir que el síntoma es mío, pero no soy yo el que lo entiende, no soy yo quien lo domina. Los sueños son míos pero no soy yo quien sueña, es “alguien en mí”, es por esto que Lacan habla del inconsciente como el discurso del Otro. 
El psicoanálisis o la psicopatología psicoanalítica no es una ciencia exacta, sino que es conjetural, se arman conjeturas ficcionales para acercarse a un fenómeno, pero esas conjeturas no guardan ninguna relación de exactitud. Se presentan como una ficción. Freud utiliza el mito del Edipo para describir un complejo, no tiene nada que ver con una medición exacta de la realidad sino que utiliza un mito, una ficción, como una conjetura de cómo funciona el aparato, su etapa de construcción. 
¿Sobre qué conjetura el psicoanálisis? Sobre accidentes, ubicando que no habría una linealidad en el tiempo, el cómo se construye una enfermedad, tiene que ver con cierta determinación simbólica que debe ser asociada a algo imprevisto en esa cadena, ese accidente que determinará una reinterpretación de la cadena anterior para establecer el síntoma, es decir, hay un hecho 1, un accidente 2 reinterpreta a posteriori el hecho 3 para producir el síntoma. 
Es diferente a la idea lineal biológica, que tiene un pasado un presente y un futuro. El psicoanálisis no puede prever cuándo va a iniciarse la enfermedad, hay algo indeterminado que depende de un accidente que puede ser hasta inocente. Por ejemplo en la bella carnicera, la mirada de los hombres, esa mirada desencadena una asociación con un hecho traumático anterior, más allá de la voluntad del paciente.
El psicoanálisis es una ciencia conjetural de los accidentes de un cuerpo erótico, profundicemos en los conceptos de erótico y cuerpo.
El cuerpo se construye sobre el organismo, el organismo reconociéndolo como la condición biológica, con la cual nacemos. Al cuerpo se lo entenderá como una construcción erótica, de pasiones ligadas al encuentro con el Otro, ese encuentro va a marcar y construir ese cuerpo. Esto será clave para distinguir la psicosis de la neurosis.
Neurosis: se construyen zonas erógenas a partir de escenas traumáticas que van a marcar (en ciertas etapas) esa idea de cuerpo y ese cuerpo va a estar marcado por todas estas escenas, también estarán articuladas en la neurosis a una fantasía sexual.
Psicosis: ese accidente originario del cuerpo en algún sentido va a estar forcluido, no va a haber un encuentro erótico que marque ese cuerpo por sobre el organismo. Como un intento de estabilización, el cuerpo va a construirse como una imagen especular a Otro (sucede en la paranoia). O vamos a ver que si no hay esa estabilización en la paranoia o hay imposibilidad de construir una paranoia, encontramos el campo de la esquizofrenia, en el cual es un campo de fragmentación del cuerpo. 
La psicosis va a fluctuar entre al autoerotismo y la estabilización en el narcisismo primario. Esta tensión va a poner ciertas condiciones de posibilidad o de precariedad de la idea de cuerpo como cuerpo erógeno.
CLASE 2 unidad 1 
TEXTOS:
Aliani - “Psicopatología, psicoanálisis y orden médico” Cap 1 ‘Una lección de anatomía’.
Focault – “El nacimiento de la clínica” Cap 6 y 7.
Freud - “El Moisés de Miguel Ángel” (1913) tomo XIII
Godoy Claudio - “Psicopatología: de la psiquiatría al psicoanálisis”
Trabajaremos el surgimiento del psicoanálisis en el contexto de la medicina moderna y el establecimiento de dos modelos semiológicos que se van a establecer a lo largo de la historia de la medicina para pensar la enfermedad mental.
	DIACRONÍA
	SINCRONÍA
	Análisis histórico (etimologías)
	Análisis descriptivo (cómo funciona en este momento, congelado en el tiempo)
	Estudiar los fenómenos tal como están dispuestos en el eje de la sucesión o eje temporal.
	Estudiar los fenómenos tal como están dispuestos en el eje de la simultaneidad.
	Estudiar la relación entre los fenómenos anteriores o posteriores.
	Estudiar la relación entre los fenómenos coexistentes ahora (congelados en el tiempo)
EJE DIACRÓNICO: 
El origen de la medicina se establece en el siglo XVIII, todo lo real visible tiene una palabra. La modernidad se construye a partir de poder describir todo lo visible, se establecen diferentes taxonomías: reino animal, vegetal, etc. En la medicina hay distintos grupos divididos en aparatos, aparecen las diferentes enfermedades. Si algo se puede nombrar y organizar en distintas especies, esto permitiría controlar el tiempo, si se analiza determinada enfermedad describiendo los estados presentes, es decir establecer un diagnostico basándose en las experiencias anteriores, puede suponer cuál es el estado del pasado, verlo como una anamnesis y también podrá prever una evolución. Prever y ver es el mandato fundamental del positivísimo. 
La medicina moderna hace una relectura del pathos clásico, el cual es leído como una lesión fisicoquímica, que debe establecerse con valores específicos. En el siglo XIX las condiciones generales de la medicina van a establecerse a partir de la especificidad, utilizando la psiquiatría (que nace en el siglo XVIII y se consolida en el XIX) la neurología y la psicología (la más tardía). Este desarrollo histórico constituye la especificidad de lo mental, ahí el análisis que era del cuerpo en un principio se empieza a centrar en entender las enfermedades mentales, ahí surge la psicopatología. 
En este contexto (fines del siglo XIX) cuando la medicina se centra en las enfermedades mentales, entra en crisis porque el modelo semiológico establecido para lo orgánico, no puede establecerse plenamente para lo mental. En medio de esta crisis aparece Freud. Surge por esta crisis de la medicina, hubo muchos médicos, neurólogos, que querían establecer un modelo de análisis para lo mental ante la crisis que surge a partir de analizarlo como una enfermedad orgánica, como Janet, Breuer que hablan de consciente y subconsciente.
EJE SINCRÓNICO:
Hay un modelo de leer lo real, primero aparece lo orgánico y después se traslada a lo mental en el SXIX y XX. Freud con el inicio del siglo XX establece un modelo, el psicoanálisis, que se desarrolla en la construcción metapsicológica (textos de 1910 a 1918, como Lo Inconsciente, La represión, etc.) donde Freud tiene que diseñar una metodología y una conceptualización más allá de las conceptualizaciones psicológicas, como la memoria,la razón, la consciencia que aparecen como campos muy acotados para describir los fenómenos que él trata de decir en relación al origen de la enfermedad y el síntoma. 
Foucault en su texto “Freud, Marx y Nietzsche” establece que estos tres pensadores plantean otro modo de leer lo visible, la realidad simbólica.
¿Cómo hace Freud para pensar otro método de leer? Retoma la idea de pathos clásica, el pathos como una pasión. Antiguamente el pathos era pensado como que la enfermedad estaba causada por una pasión, estas pasiones influían sobre cuatro fluidos del cuerpo. Freud retoma la idea de que el síntoma esta liado a una pasión, a una carga psíquica que está expresada en sentimientos (angustia), que moviliza la construcción del síntoma. Esta pasión que pasa a ser angustia por medio de la elaboración sintomática, puede transformarse en miedo, dolor o culpa. 
Freud tome este significante clásico pero lo pone en juego con el conjunto de otros significantes de su época, entonces pathos adquiere otra significación respecto al pensamiento clásico para establecer un nuevo orden. 
También establece el registro de lo visible, Freud propone un método de lectura no sobre lo que se ve, sino lo que nombra como MIRADA. La mirada no es idéntico a lo visible, dice por ejemplo que el sueño tiene que leerse como un texto, por lo tanto, lo que uno puede mirar de un sueño a través del relato del paciente, está articulado a un saber inconsciente, esto es clave. 
Freud va a ubicar que la mirada del psicoanalista, distinto a lo visible del orden médico, está construida por un relato y va ver que en el fondo (llega con su segunda teoría del trauma) de la enfermedad, uno con el relato del paciente puede mirar una fantasía inconsciente, la cual es la causalidad de la enfermedad. 
Hay una metodología que va de la visión de la mirada, de lo visible a lo escuchado. Retomamos el texto de Freud “el Moisés de Miguel Ángel” de 1913: ”Mucho antes de toda actividad psicoanalítica supe que un crítico de arte ruso, Iván Lermolieff, cuyos primeros trabajos publicados en alemán datan de los años 1874 a 1876, había provocado una revolución en las galerías de pinturas de Europa, revisando la atribución de muchos cuadros a diversos pintores, enseñando a distinguir con seguridad las copias de los originales y estableciendo, con las obras así libertadas de su anterior clasificación, nuevas individualidades artísticas. A estos resultados llegó prescindiendo de la impresión de conjunto y acentuando la importancia característica de los detalles secundarios, de minucias tales como la estructura de las uñas de los dedos, el pabellón de la oreja, el nimbo de las figuras de santos y otros elementos que el copista descuida imitar y que todo artista ejecuta en una forma que le es característica. Me interesó luego mucho averiguar que detrás del seudónimo ruso se había ocultado un médico italiano llamado Morelli, muerto en 1891, cuando ocupaba un puesto en el Senado de su patria. A mi juicio, su procedimiento muestra grandes afinidades con el psicoanálisis. También el psicoanálisis acostumbra deducir de rasgos poco estimados o inobservados, del residuo -el «refuse» de la observación-, cosas secretas o encubiertas.”
Hay un mismo método de lectura que vemos que se aplica tanto a la obra pictórica como al trabajo médico, como al análisis psicoanalítico. Freud ve que el método que puede aplicar Morelli al análisis de una obra, viendo los detalles, se parece mucho al análisis sintomatológico, y ese método de lectura de los síntomas y del cuadro clínico, él lo va a aplicar también a las obras literarias, por ejemplo en un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci, varias. 
Paradigma indiciario: un detalle minúsculo proporciona la clave para acceder a una realidad profunda e inasible por otros métodos. Como por ejemplo en los sueños, donde cada elemento tiene un sentido por su relación con el otro. 
Indiciariamente también trabaja todos los simbolismo de las fantasías sexuales, deconstruye la forma de la Gestalt y conjetura nuevas constelaciones a partir de los elementos similares, los contradictorios, incoherentes o inconscientes. 
Freud se apoya en este nuevo método, en oposición al modelo positivista fundado en la física de Galileo. 
 
	PARADIGMA POSITIVISTA (FISICA GALILEANA)
	PARADIGMA INDICIARIO
	Prioriza lo repetible, medible y comunicable. Las generalidades, las coincidencias y la buena forma general (Gestalt)
	Prioriza lo irrepetible, lo singular y el punto de fracaso de lo común. Lo fragmentario, lo original y lo sorprendente.
	Cuantitativo
	Cualitativo
	Interés en lo universal, en la regla que domina lo individual. Control de la norma
	Interés por lo singular del caso descompleto de la regla. Análisis del conflicto.
	Estudio de lo típico.
	Estudio de lo excepcional.
El paradigma positivista funda la epistemología y metodología médica, donde se teoriza lo medible, las generalidades, la buena forma, la unidad de un cuadro. Ahí podemos ver que la lógica que se traslada para definir una enfermedad orgánica, el cuadro de una peritonitis, es lo mismo que se utiliza como construcción de un cuadro para establecer un trastorno obsesivo compulsivo en el DSM. Hay un interés por lo universal, que domina y subsume todo lo individual, esto individual queda reducido a una condición general clasificatoria. 
Por eso vamos a ver que en los textos se hace mucho hincapié en la construcción de lo patológico y lo normal, es decir establecer una norma y su desvío.
El paradigma indiciario que aplica Freud teoriza lo irrepetible, lo fragmentario, original. Hay un interés por el caso y el caso no puede ser reducido a una regla. El síntoma y el conjunto sintomático establece una relación que siempre escapa a la norma, no hay norma que pueda establecer la repetición de ese síntoma en nuestro paciente. Los síntomas que vamos a encontrar en el hombre de las ratas, no los encontramos idénticamente, ni con la misma significación que en otros casos. No hay una norma, por eso Freud se apoya en la idea de conflicto. 
La gran crisis positivista establece el surgimiento y la búsqueda de un nuevo método, se apoya en la escoria de la observación, en ese punto fragmentario, eso que está fuera del orden de la norma. El campo medico pictórico o del arte y el psicoanalítico, comparten un mismo concepto, que es la idea de cuadro.
¿Qué es un cuadro? Es un recorte de la realidad, una ficción que establece un profesional o un artista en el cual recorta la realidad y esa ficción tiene efectos de verdad. Tiene que construir esa ficción para construir una significación verdadera. Focault lo plantea como la condición para el surgimiento de la ciencia moderna, se pudo establecer una ciencia moderna cuando se consideró la transmisión de la ciencia como un espectáculo. Por eso no es casual que la pintura de Rembrandt está pintada en el teatro de anatomía donde el maestro, el Dr Tulp, transmite a sus alumnos un saber. Esta montado como un espectáculo, por eso ubicamos que el campo del psicoanálisis dentro del campo de lo indiciario, ubica una ficción. Lo que se ve, esta sostenido de ciertas coordenadas simbólicas que no son directamente visibles, sino que son interpretables. Por ejemplo: la castración no es algo que se ve, sino que es una ficción que está más allá de lo visible. El niño no ve al año y medio o dos por primera vez a su madre o a su hermana desnuda, seguramente ya lo ha visto reiteradas veces, no era ciego. Pero ¿por qué en algún momento ve que falta pene en la madre o en la hermana? ¿A la madre le falta algo en lo real? No, no le falta nada, es una mujer. ¿Vio alguna vez ese pene? Tampoco. La castración se ve con los ojos tapados, porque lo que se ve no está en lo visible, opera la ficción de la castración cuando hay una interpretación de la amenaza de castración del padre y se mira con una fantasía. Él ve lo visible pero sobre eso visible, proyecta la fantasía de la prohibición del incesto, entonces hay una mirada ficcional que está guiada por vectores establecidos por un ordensimbólico, que se proyectan por lo visible, porque en lo visible no hay ninguna castración. 
Es decir, la mirada construye una interpretación sobre lo real, en psicoanálisis eso se llama pulsión escopica, esto se ve también en el esquema del espejo de Lacan, que es la mirada a través de lo simbólico del espejo del Otro que establece estas coordenadas (en este caso la prohibición del incesto), se proyecta sobre lo real generando otra visión, una visión fantasmatica. Esto es clave porque en ese engaño se juega una verdad, es decir, no se confunde lo visible para el yo. Hay una mirada que está más allá del yo, que proyecta una serie de fantasías y ahí es donde estaría la verdad del síntoma. Por eso hacemos esta distinción entre lo visible entre el universo del yo, de la comprensión, y del universo de la mirada, que va más allá del dominio del yo, lo que Lacan llama el sujeto del inconsciente. También lo que expresa todo ese universo de fantasías de significación inconscientes que se proyectan sobre la realidad. 
Dos órdenes semiológicos de la medicina y el psicoanálisis: 
Hay un axioma en medicina que afirma que no hay enfermedad sin sede, si se admite la opinión contraria, seria menester también que existen funciones sin órgano, lo que es un palpable absurdo. La determinación de las sedes de las enfermedades y su localización es una de las mas grandes conquistas de la medicina moderna.
La medicina moderna se basa en que el órgano es igual al cuerpo, esto tiene dos consecuencias, que toda patología tiene una sede y esa sede puede ser explicada en términos físicos y químicos. Cada orden, aparato, sistema, tiene una función específica, no puede adquirir otras funciones que son inherentes a la composición orgánica.
A partir de aquí vemos el cuadro en donde se organiza la semiología. 
	SINTOMA
	SIGNO
	SINDROME
	Cambio, desviación, desarreglo, conflicto, accidente, señal, alteración, queja.
	Indicio, prueba, dato, hecho, hallazgo, significación.
	Conjunto, cuadro dinámico, serie, complejo, constelación, agrupamiento.
	Subjetivo
	Objetivo
	Orden clasificador que relaciona lo individual con lo general.
	Indicación o relato del paciente, sensaciones singulares.
	Lo observado por el profesional. Prueba visible y generalizable.
	Uniformidad racional de los signos en un orden temporal.
	Hecho aislado que puede ser simulado (del cual se duda)
	Hecho verdadero simbolizado con un sentido convencional.
	Hecho contextualizado en el saber sobre la patología.
	La apariencia de un fenómeno.
	Lo percibido como dato significativo.
	Lo comprendido por el profesional cuando establece el cuadro dinámico.
	Conducta o enunciado de un paciente sobre fenómeno físico-mental que desconoce. 
	Lo nombrado, el hallazgo de saber que el profesional hace del fenómeno físico-mental.
	El conjunto de lo nombrado en un orden temporal: anamnesis, diagnostico, pronostico. 
. 
El síntoma es lo que trae el paciente como un relato subjetivo, son todas sus sensaciones. Es un hecho generalmente aislado, que puede ser simulado o el medico pone en duda esto, indagando lo que trae hasta qué grado esto puede encubrir una verdad científica. La medicina pone el síntoma como un fenómeno que no solamente es físico, sino que también tiene una continuidad con lo mental. Todo síntoma necesariamente debe ser construido como signo, toda cuestión que es un desarreglo, un accidente, tiene que ser construido como una significación objetiva. Esto solamente lo puede constituir como signo un profesional, alguien que puede ver y generalizar según una nomenclatura. Esto sería un hecho verdadero. Lo percibido como un dato significativo, es aquello que nombra el profesional y es una entidad científica y de significación univoca. Alguien puede decir: tengo calor, y el signo seria 39° de fiebre. 
¿Qué particularidad tiene el campo de lo mental? Que no está construida por enfermedades, porque son una etiopatogenia única y suficiente, esto quiere decir que tiene que haber una causa única y determinada, que sea suficiente para producir un cuadro, determinando exactamente la lesión. En el campo medico aplicado al campo de lo mental, el DSM está construido de síndromes porque no pueden encontrar la lesión especifica de una enfermedad, y cuando se encuentran pasan a ser problemas neurológicos. 
El síndrome es una construcción, una convención como un conjunto, un cuadro. El síndrome igual que un trastorno, el TOC se construye como un conjunto de signos. Vemos la idea de uniformidad de signos de un orden temporal y son los signos contextualizados en el campo de la patología, de lo normativizado. Por ejemplo en el caso de las patologías psiquiátricas, en el manual del DSM. Es lo que se comprende, no lo que se interpreta. Comprender es establecer una correlación entre los signos y un cuadro, este conjunto nombrado se establece para un dominio del tiempo al igual que cualquier enfermedad orgánica, donde si yo puedo establecer un diagnóstico, supongo como se construyó este síndrome (lo que se llama anamnesis, que pasó antes) y puedo también establecer el futuro a través de un pronóstico y una técnica de un método para modificar este estado de situación.
¿Qué pasa con el psicoanálisis cuando intenta entender estos dos axiomas, el que no hay enfermedad sin sede y que no hay funciones más allá que las específicas de un órgano? 
Freud se encuentra que en el estudio que hacen sobre las histéricas, lo que muestran las histéricas es totalmente contrario a estos axiomas. No hay una lesión visible, se hacen estudios de las parálisis histéricas y no hay ninguna lesión establecida. Por eso su primer texto importante es distinguir entre las parálisis motrices y las parálisis histéricas: una parálisis motriz tiene específicamente una serie de signos que especifican la lesión orgánica, en cambio la histérica no tiene signo que se pueda construir de esa sintomatología. Hay una enfermedad supuesta, la histeria, sin una lesión establecida en términos físico químicos.
El segundo axioma que queda descompletado es que la pierna pasa a tener atributos, funciones, que exceden sus funciones de motricidad o de ciertos reflejos que pueden establecerse a partir de ciertas acciones nerviosas. En una pierna Freud descubre a partir de lo que ve en Charcot que podía haber un dolor histérico que podía aparecer y desaparecer, estando en hipnosis o no, o que esa parte del cuerpo podía tener una función de gozar hasta un orgasmo, fuera de toda función específica de una pierna. 
Freud a partir de eso construye un corpus que se llama metapsicología, donde va a deconstruir la idea de organismo, separándola de la idea de cuerpo. Plantea el cuerpo erógeno como una construcción narcisista, no natural, que es producto de imágenes y simbolizaciones que devienen del otro y se construyen en un proceso que se llama complejo de Edipo. Supone que las enfermedades mentales no pueden ser reducidas a órganos, por esto establece las zonas erógenas sobre las cuales se proyectan fantasías que desbordan las funciones mismas, como la pulsión oral, anal, lo que lacan trabaja como pulsión escopica, que se establecen sobre zonas, pero que van a exceder en sus efectos, en sus pasiones, a las funciones mismas de esos lugares. 
En función de esto tenemos unas consecuencias con respecto a la semiología médica, la primera es que un síntoma no puede hacerse un signo, un síntoma que trae un paciente no puede construirse con una significación univoca, el significante la palabra que trae el paciente, no puede adosarse a un significado univoco para todos los pacientes. Segundo: la única alternativa que tiene Freud para analizar el síntoma, es ubicarlo en conjunto en un cuadro con los otros síntomas que le traen. Es decir, lo único que puede entender de un síntoma es entendiéndolo como una cadena sintomática que tiene efectos de significación que son singulares. 
En el último punto de construcción de síndrome el psicoanálisis tiene una posición particular, que la enfermedad mental es una ficción del propio psicoanálisis, es una ficciónconjetural donde el analista interpreta un modo de defensa del paciente, pero esta ficción sirve para el psicoanalista, no es necesario que el paciente la conozca o la entienda, el diagnostico no cura a nadie, pero todos vienen con un diagnostico que los tranquiliza por un tiempo.
Entender un cuadro, establecer una ficción de un modo de defensa, le sirve al profesional para pensar la cura. El psicoanálisis tiene trazos muy amplios, va a plantear que hay tres modos de defensa: la represión, denegación y forclusion, y que todo diagnostico no es fijo ni generalizable. 
 
 
Clase 3 – Unidad 2
TEXTOS:
Aliani: “Psicopatología, psicoanálisis y orden médico” Cap. 3 
Clavereul Jean “El orden médico”.
Freud: “Conferencias de introducción al psicoanálisis” 16 conferencia: psicoanálisis y psiquiatría (1916)
Distinción entre el modelo de comprensión médico y modelo de interpretación psicoanalítica.
Lacan seminario 3: “cuídense de la gente que les dice: ¿usted comprende? Quiere decir que no esta muy seguro de su significación, y que esta remite no tanto a un sistema de significación continuo y ajustable, sino a la significación en tanto inefable, en tanto intrínseca a su realidad fragmentaria, en tanto intrínseca a su conocimiento particular. Comiencen por creer que no comprenden, partan de la idea del malentendido fundamental, esta es la predisposición primera de un analista, sin la cual no existe verdaderamente ninguna razón para que comprendan todo y cualquier cosa.”
Existe el orden de la comprensión, del entendimiento, en ese plano uno se comunica desde la semejanza, pero lo que descubre el psicoanálisis es que hay otro plano más allá de las semejanzas, de eso continuo, de eso común, y en ese plano estaría la verdad del síntoma y de la causación del síntoma, de que hay una significación particular para cada uno. 
Experiencia de un hospital, viñeta:
Un hombre de mediana edad sensiblemente angustiado se presentó al dpto. de psicología de un hospital público, derivado por un especialista en gastroenterología del nosocomio. El hombre comento que sufría una afección que no le permitía tragar los alimentos y que si lo hacía, lo acompañaba un terrible dolor. No se le descubrió afección alguna. En la primera entrevista su relato era minucioso, recordaba cada detalle clínico, cada uno de los especialistas que consulto, cada estudio y explicación que había recibido. Todos descartaban un origen orgánico para su dolor, esta falta de un saber comprensible para su dolor corporal lo angustiaba cada vez más. En la segunda entrevista siguió con su relato detallado, estableciendo una relación entre los alimentos y su dolor al tragar. En un momento lo interrumpa y le pregunte: ¿Qué otra cosa usted no traga? Allí detuvo su exposición, dio lugar a un largo silencio y salió de esa vacilación diciendo: a mi suegra. 
Con esta pregunta se produjo un sinsentido en su discurso, que lo saco del a escena del médico y lo introdujo a una escena más personal, Freud llama: la novela familiar del neurótico. Sobre este punto reconstruyo el inicio de su sintomatología, con la llegada de su suegra a vivir con él y su esposa en la misma casa. A partir de este hecho se constituyeron una serie de situaciones que se estructuraban en función de una pregunta: ¿qué quiere esta mujer (mi esposa) de mí, que trajo a su madre a nuestra casa? Ante la partida del hogar de sus hijos, la esposa trajo a vivir con ellos a su madre, una mujer que gozaba de buena salud y que hacía tiempo vivía sola después de haber enviudado. La esposa decidió esto sin consultarle a él y sin espacio alguno para la interpelación, desde ese momento la suegra, con la que el paciente decía tener buena relación, se interpuso en la intimidad de la pareja. Bajo estas circunstancias no fue casual que la comida que él tenía que tragar, haya sido cocinada por la suegra. 
¿Qué es lo que produce el cambio? El paciente venia tomado por la búsqueda de un sentido orgánico para lo que le pasaba, en el cual la medicina establece un límite, porque le dicen que no tiene nada como lesión orgánica. Pero el sentía que tenía algo, ¿Qué es lo que hace este cambio, este corte? Una pregunta, y esta pregunta es una pregunta necia, tonta. Toda pregunta, toda interpretación siempre tiene un sentido de desconocimiento de parte del analista, porque no sabe, y para interpretar tiene que ponerse en el lugar de absoluta ignorancia.
La pregunta se responde desde un lugar donde al analista le asigna un saber, es una pregunta desde la ignorancia de quien escucha, pero el lugar que tiene el analista es una suposición del otro de saber, lo que lacan llama sujeto supuesto saber, esto es muy importante porque aquí aparece la transferencia. La transferencia es darle un saber al otro o información al otro, donde le supongo un saber a pesar de que él no sabe nada de mí. 
Esta pregunta tiene un efecto sobre quien enuncia, este paciente viene tomado por un saber dónde buscan un sentido, el sentido es lineal, tiene una doble significación como significación de la palabra y también como dirección del texto o de lo que quiero decir. La pregunta funciona como una interpretación donde el sentido se quiebra y tragar no supone un alimento, porque se utiliza con el sentido de soportar, querer, etc. a una persona. La pregunta desde un sentido, si lo cuestionamos como un sinsentido y aparecen muchos sentidos, puede tener muchos valores significantes. 
Este paso para constituir la palabra “tragar” como un significante sintomático, no está desligado de la angustia, cuando alguien separa el sentido que le daba la medicina y empieza a hablar de otro sentido que tiene que ver con el valor significante para el su suegro, su mujer, su sexualidad, el amor, vemos que aparece ligado al problema de tragar no un dolor sino algo angustiante. También la pregunta hace que el mensaje no vaya dirigido a que un médico de respuesta, sino que la pregunta hace que el propio mensaje que dice el paciente vuelva sobre sí, esto es lo que Lacan planteaba como el objetivo de la interpretación. Por un lado, la comprensión tiende a completar los sentidos del paciente “¿Dr., que tengo? Ud, tiene esto”, y en cambio en la interpretación del psicoanálisis no trata de completar el sentido que trae el paciente, sino que hace que el paciente se pregunte ¿qué estoy diciendo con todo esto?
Este punto es el punto de la interpretación que si un paciente la toma, es la entrada en análisis. La entrada ubica que el paciente ya no demande algo a un profesional, sino que se ubique en un lugar donde se pregunta qué está pidiendo. Hay otro detalle importante en la operación de la interpretación, que es una pregunta ya no solamente de mi lugar como anunciador, sino de que objeto hablo. Porque claramente el buscaba un objeto que tenga que ver con los alimentos y su sistema digestivo, pero la pregunta empieza a desdibujar el objeto: ¿de qué está hablando? Cada vez que más se avanza en todo este conjunto de elementos particulares que están alrededor del tragar en su historia (suegros, mujer, los hijos que no están), el objeto ya no es la laringe ni la comida, el objeto es el objeto de su deseo y se va desdibujando, bordeando. Es un objeto indefinible que solamente se puede decir sintomáticamente, este objeto que es el objeto pulsional freudiano, lacan le da el nombre de objeto a, a porque no tiene otro nombre, puede ser b, z, x. Es un objeto que solo se nombra metafóricamente, no tiene nombre entonces todo nombre es una metáfora y puede ser desplazable. En este caso es tragar, en otro caso puede ser rata, en otro puede ser caballo. 
Freud en la conferencia 19 aborda una circunstancia bastante similar a la viñeta, aquí explica la distinción entre la psiquiatría y el psicoanálisis, y toma el caso de una mujer que construye una serie de celos delirantes respecto a las infidelidades de su marido y como estos celos no tienen un correlato con la¿ realidad, son tomados como signos de una psicosis. 
Freud plantea CONFERENCIA 16 otra interpretaciónde estos Celos delirantes, de este síntoma “la psiquiatría no aplica los métodos técnicos del psicoanálisis, omite todo otro anudamiento con el contenido de la idea delirante, y el remitirnos a la herencia nos proporciona una etiología muy general y remota, en vez de poner en manifiesto primero la causación más particular y próxima, que ubicaría las relaciones de los elementos sintomáticos”. 
Acá nuevamente vemos lo que planteábamos con el modelo indicial, no plantear la idea de un signo que se corresponde con una forma general, sino tomar el elemento en sus relaciones internas.
Freud descubre una serie de vivencias con su paciente, y descubre un amor reprimido por su yerno. Esos deseos amorosos no podían exteriorizarse más que por la construcción de una fantasía, suponer un engaño del marido con una mujer mas joven. Esta idea la aliviaba inconscientemente de la culpa concomitante de sus deseos sexuales reprimidos. Nos muestra que la idea delirante ha dejado de ser algo disparatado o incomprensible, que posee un sentido particular perteneciente a la trama de la vida afectiva de la enferma. El proceso anímico demuestra su resistencia a los ataques basados en la lógica y la realidad, para preservar una forma de realización fantaseada de lo deseado, como una suerte de consuelo de aquello reprimido.
 Toda idea de comprender científicamente la idea de celos en una paciente o la idea de tragar en un hombre, estos dos elementos sintomáticos no pueden ser comprendidos como un signo de una enfermedad, y ¿Por qué fracasa esto? El modelo médico, psiquiátrico y psicológico, están fundados en un modelo de comunicación, el cual supone que hay un emisor y un receptor, estos tienen que estar presentes y ser conscientes de lo que enuncian y escuchan. Tienen que emitir un mensaje ordenado sintácticamente que debe tener un código común (una misma lengua), debe darse dentro de un canal y que los dos actores estén hablando de lo mismo, estando en el mismo contexto refiriendo la misma cosa. 
Si uno de estos elementos falla, cada falla de la función de la comunicación está determinada por un concepto, lo que falla acá es la función metalingüística. En los síntomas de una enfermedad, lo que falla es la comunicación médico – paciente, donde el código común que esta referenciado en un elemento metalingüístico, no puede proporcionar una medida fija entre el mensaje del emisor y el receptor. Falla la función metalingüística, las ideas o los conceptos en ambos no son comunes, no son claros a pesar de que comparten la misma lengua. El paciente espera que el medico ubique un código de sentido de su palabra, y esto falla. 
Cuando cada paciente va a un médico o a un psiquiatra, uno le dice: “usted no tiene nada” y otro le dice “usted tiene un delirio”: en ambos ninguna de las percepciones de los pacientes tiene un lugar en la realidad. 
¿Qué es la realidad? es un mundo hecho e códigos comunes. El significante tragar o el significante celos se resiste a ser considerado un signo, es como si estuvieran cargados de una significación que los excede, esta significación siempre alusiva, metafórica, que no puede ser dicha toda, es el deseo del propio enunciador. Tragar y celos son marcas de un deseo, del deseo del que hablar, pero esas marcas lo dicen negativamente, hablan del deseo, pero sin poder decir qué es, solamente lo dicen negativamente. Representan algo que no pueden representar, si algo representa algo que no puede representar exactamente, es un significante. Es decir, los significantes tienen esa propiedad, refieren a algo, pero no lo pueden explicar específicamente, por ejemplo, yo les digo “madre” y se entiende, pero cuando se les pregunta a cada uno qué se entendió particularmente por la idea de madre, veremos que cada uno ubico un referente distinto. Nunca hay un mismo referente para esa significación, la experiencia de cada uno de su madre o de la madre que pensaron, excede toda definición del diccionario o de cualquier referencia cultural. 
Hay un exceso que la palabra contiene, pero no puede ser expresada bajo un orden preestablecido, un código sintomático no puede ser preestablecido por ningún código de una enfermedad mental. 
Lacan dice en su seminario 20: los efectos del significado parecen no tener nada que ver con lo que los causa, un código. Esto quiere decir que las referencias a las cosas que el significante permite acercarse siguen siendo, justamente, aproximativas (lo que falla en la comunicación es el código, y las palabras nunca pueden ser precisas, es imposible hablar de un mismo signo. Cuando hablo de pierna o de tragar, no estamos diciendo lo mismo, particularmente en los casos) Lo que importa no es que todo eso sea imaginario, después de todo si el significante permite señalar la imagen que necesitamos para ser felices, todo eso estaría bien, pero no es el caso. (si existiera un significante común a todos, existiría una felicidad común. ¿Que nos demuestra muchas veces el síntoma? Si hubiera una verdad para todos, todos gozaríamos de lo mismo, existiría la felicidad y yo podría decirle al otro qué le falta para ser feliz. Como no hay un signo para la satisfacción de todos, lo que gozamos siempre es fragmentario, no hay una palabra que pueda garantizar una satisfacción común a todos ni una palabra que pueda ser la marca del dolor para todos.) lo que caracteriza en el plano de la extinción significado-significante, es que la relación del significado con el que está allí como tercero es indispensable, a saber, el cuerpo erógeno es principalmente el significado el que lo yerra, el colimador no funciona. (El ubica que, en la relación entre el significante y el significado, que haría un signo de la enfermedad, hay un elemento tercero que siempre hace que esto falle, el cuerpo erógeno. El cuerpo construido por las vivencias simbólicas del paciente en su Edipo, y que tiene un código inconsciente muy particular, la distinción fundamental que hace Freud para entender su técnica, de no entender el organismo igual a cuerpo, que el cuerpo es una construcción simbólica del paciente. Lacan va directamente ahí, si no hay posibilidad de construir un signo de la enfermedad, es porque hay un cuerpo erógeno que lo desborda, el colimador son las miras telescópicas para acertar en un punto, el colimador, la técnica de observación de la mirada de un médico siempre yerra ahí, porque el código que sostiene ese cuerpo solamente pertenece al paciente.
Otra vía que vamos a trabajar para ver lo fallido del código en un mensaje cuando aparece lo sintomática va a ser con la forma más básica del grafo del deseo en Lacan. 
 
Partimos en la elaboración de un mensaje de una necesidad corporal, afectiva, sería la parte de CA (ello), como sede de las necesidades pulsionales que va en busca de una satisfacción. La carga pulsional debe articularse en la representación para satisfacerse, como nos plantea Freud. En su tendencia se encuentra con la demanda del Otro (la línea que empieza en la letra D, que va de izquierda a derecha). Esta demanda del Otro, trae consigo un código: la lengua materna, todo código simbólico es aprendido, nos viene del Otro. Es el encuentro de dos fuerzas, la demanda pulsional interior del ello (línea punteada, que sube) y la demanda del Otro, exterior (línea) en el primer encuentro que hubo entre estas dos fuerzas se originó lo traumático y el aparato, ya que la carga sexual desborda a la palabra del Otro significante que intercepta, este exceso siempre tenderá a repetirse en los síntomas, una carga que excede a la representación, que la embaraza de algo extraño y es inexistente a toda comprensión racional.
Para que el sujeto haga su propia demanda por medio de la elaboración de un mensaje (curva superior de la línea punteada) debió identificarse a los significantes palabras de demandas originales del Otro, estas identificaciones con esas palabras quedan reprimidas, esto produce un fenómeno particular: generalmente las demandas de un paciente a un profesional están hechas de las mismas palabras, aquellas que lademanda del Otro recibió o puso en el niño en el Complejo de Edipo, es decir un paciente en su demanda a su profesional demanda como fue demandado como niño de esa madre.
Una vez elaborado el mensaje con un código que tiene una parte consciente o pre-consciente y otra reprimida, inconsciente, (dada por las identificaciones con los significantes del Otro materno) hay dos destinos posibles: 
- Uno es la línea punteada, que es la forma mas lograda: por medio del mensaje se logra cierta satisfacción sublimatoria, el mensaje logra articular la necesidad pulsional con un objeto parcial de la realidad representada. También se logra satisfacer la demande del ideal del yo y baja la tensión pulsional. 
- Pero si esto no se da, la línea superior vuelve de M (mensaje) a C (el código), esto quiere decir que si algo falla en la satisfacción de la carga pulsional, hay una vuelta al código, como un pedido de rectificación al otro de la palabra fallida en el mensaje. Esto se ve claramente en el niño: cuando dice “mamá tengo hambre quiero comer mamanesa” y el Otro sanciona el mensaje rectificando el código: “se dice milanesa”. De la misma manera el neurótico queda encerrado en este circuito, con un significante de su síntoma que lo envía constantemente a un llamado de sanción del Otro y no le permite sublimar la tensión sexual. El paciente demanda constantemente que le rectifiquen el código, bajo esa forma de “doctor dígame lo que tengo.”
¿Cómo salir de esta encerrona que presenta el caso? Si de lo que demanda el paciente, (la respuesta a ‘Dr. Dígame lo que tengo’) no tenemos la respuesta, y ¿por qué no tenemos la respuesta? Freud nos indica que toda demanda de un paciente no refiere al síntoma, sino toda demanda en el fondo es una demanda de amor. Enseña también que el síntoma es como un disfraz de una demanda que no se puede decir, esta demanda de amor articula una pregunta fundamental para el sujeto ¿qué desea el otro de mí? ¿Por qué me desea? Esto se ve claramente en el caso, porque detrás del ‘dígame lo que tengo, que no puedo tragar’ hay una pregunta mucho más angustiante para el paciente: ¿por qué me quiere mi mujer? ¿Qué pasa con el deseo de ella, que ella misma obtura poniendo a su misma madre en la intimidad? Aquí hay una pregunta respecto del amor, más que una pregunta por un síntoma orgánico, pero la única forma que puede hacer esa pregunta angustiante es haciendo una pregunta por el síntoma orgánico. ¿Por qué hay un problema con esto? Hay un problema fundamental que es que los códigos no tienen las respuestas a la pregunta por la demanda de amor, al ¿Qué soy para el otro? Entonces Freud nos propone una salida, que es recorrer todas las condiciones de este síntoma, todas las marcas de esos disfraces, toda la historia para inventarnos una respuesta al deseo del Otro. Recorrer toda la historia sintomática nos da la posibilidad de construir un acto poético de decir una verdad, refiere a mi existencia, intenta significar algo que la lengua aprendida del Otro estructuralmente carece, mi deseo y el lugar que ocupo en el deseo del otro no existe como algo dado, preciso, anterior y oculto. Al nombrarlo se engendra una nueva presencia en el mundo simbólico, es una nueva presencia que refuerza y reinventa la lengua materna, por eso el síntoma insiste en esa forma fallida: tragar intenta fallidamente nombrar o nombrar al propio sujeto frente al deseo del otro, y siempre falla porque termina referenciándose solamente a ingerir alimentos. 
	Semiología de la Comprensión
	Semiología de la interpretación
	Hace constante referencia a la categoría de la intencionalidad en su análisis, tomando a un emisor y un receptor conscientes de su acto.
	La palabra revela poseer una significación más allá de lo consciente, dependiendo de un código singular e inconsciente del propio emisor.
	Se establecen lugares reversibles y simétricos para el emisor y el receptor, como individuos que entienden lo mismo.
	No solo se dirige un mensaje a un receptor, sino que también se lo dirige a sí mismo bajo la forma de un desconocimiento inconsciente. En su enunciado el emisor es al mismo tiempo un receptor del mensaje.
	Se representa la comunicación como un proceso más o menos simple en el cual una persona le envía un mensaje a otra, y sería despejable cualquier error o malentendido.
	Hay en la comunicación un punto de malentendido, un significado que le es propio y único al emisor. El sujeto del inconsciente está afectado por su encarnación mortal y sexual.
Clase 4: 
UNIDAD 2: 
TEXTOS:
Aliani: “Psicopatología, psicoanálisis y orden médico” Cap 3
Freud: “La negación” (1925) tomo XIX
Soler Colette; “La querella de los diagnósticos” Cap 1
 
Sujeto dividido								Yo - Individuo
(afectado/tensión sexual)	Receptor
	Plano simbólico 2 						 1 plano imaginario
 Inconsciente / interpretación 				 comunicación / comprensión
		Malentendido						 entendimiento
 Yo- individuo					 Otro
			Emisor 					 (historia significante)
Los dos esquemas que estamos pensando, las dos semiologías: la de la comprensión y la de la interpretación no se excluyen una a la otra, de lo que se trata es que son dos planos. El análisis positivista lógico se centra en la comunicación imaginaria. El psicoanálisis plantea que existe la comunicación, el entendimiento, pero hay un plano más allá de ese entendimiento donde está la significación del síntoma, que es el plano simbólico. Vamos a ver que el movimiento que hacemos con el esquema a partir del Lambda y centrándonos en el esquema de la comunicación, el plano de la comunicación entre emisor y receptor se inclina. Vemos que hay un emisor y un receptor, que los dos pueden ser reducidos a una idea de individuo y es homologable a la idea de YO en la psicología. 
A este plano lo denominaremos imaginario, donde en una comunicación, en una plena comprensión del código hay un entendimiento donde la imagen del Otro supondría una identidad común. Este plano en algunas ocasiones con la aparición de lo que Freud llama una formación del inconsciente, hace aparecer otro plano, donde la formación del inconsciente (el síntoma es una) plantearía una ruptura del entendimiento, con la aparición del malentendido, donde Freud descubre que aparece la afección del individuo, un sujeto afectado. Hay una palabra que no se entiende pero al mismo tiempo capta una carga libidinal, lo que definimos como atención sexual, el representante de la pulsión son puntos de ruptura con la identidad o la buena interpretación de la palabra y cuando va a preguntarse por el sentido de la palabra, encuentra que ese sentido no está en un código, en un manual, en un diccionario, sino que el sentido de la palabra está en un código inconsciente: un grupo asociativo reprimido en la historia del paciente. 
La idea de individuo está planteada como un elemento homologable a una cosa, como un objeto de un sistema. El modelo de la comunicación (emisor-receptor-canal), fue planteado para ejemplificar el modelo de la comunicación telefónica, este modelo también es aplicable a la psicología conductiva, puede ser un perro el que emita el mensaje. También en el modelo de la neurociencia un emisor y receptor pueden ser un cerebro y otro. Individuo para el diccionario es: individual o indivisible, cualquier cosa o ser, vegetal o animal, que represente una especie como miembro de una especie. 
Entonces un individuo es un ser que representa a una especie en todo momento y en todo espacio, entre un elemento y otro no hay diferencia. Por eso la idea de individuo es muy clara y se aplica tanto en el modelo taxonómico de las enfermedades mentales, donde se clasifican distintas especies de enfermedades, un conjunto de especies y cada persona es clasificada como idéntica a otra si tengo la característica de la especie, por eso muchos pacientes dicen ‘yo soy esto’. El individuo es algo objetualizado, es objeto de una taxonomía y cuando alguien dice ‘yo soy eso’ puede expresarsecomo ‘eso’ que es un objeto. 
La subjetividad de la comprensión psicológica es algo que bascula entre un lugar vacío y transparente, tan solo indicativo de un ejecutante, de un individuo que hace un acto de enunciación o comunicación, y al mismo tiempo se plantea este individuo como un ser consistente y plenamente racional, que puede ser fijado por el sentido del enunciado en un tipo de personalidad. A partir del análisis que se haga desde un campo científico determinado sobre un mensaje consciente, si algo puede ser individualizable puede ser clasificable en campos indentitarios claramente establecidos.
¿Qué nos plantea la noción de sujeto? Lacan lo retoma a partir de esta idea de Freud, que habría una acción, algo que habla más allá del yo. Freud ubica que hay una enunciación por fuera del dominio consciente o preconciente, a eso Lacan lo llama SUJETO DEL INCONSCIENTE. La idea de sujeto no es homologable a la idea de yo, este sujeto está parcialmente representado en la lengua materna y es efecto de la lengua materna. Esto es una diferencia importante, porque la idea de YO, sería la de alguien que hace uso de la lengua en la cual está estableciendo su mensaje. El sujeto es un efecto de una forma de incorporación de esa lengua general, que llamaremos lengua materna. 
Sujeto también tiene una acepción etimológica con la idea de súbdito, alguien que está bajo cierta legalidad del lenguaje pero que esa legalidad que lo habita no dice todo. Es decir, en la idea de sujeto está inscripta también la idea de que el sujeto es una marca que no puede expresar todo o la totalidad de la significación, por eso la idea de la marca subjetiva es una marca que no puede determinar todo lo que está referenciando. Cuando yo digo ‘casa’ en la idea del lenguaje, estoy referenciando todo lo que uno se imagina y todo lo que dice el diccionario, pero cuando digo ‘tragar’ o ‘pierna´ hay algo que estoy referenciando que no puede decirlo un código. 
Acá aparece una idea etimológica muy importante que toma Lacan, que es la idea de subjectum, quiere decir aquello que cae por debajo. La idea de individuo está basada en la idea de sustancia, es aquello que puede representar el ser y la esencia de su totalidad, de la vía de la comunicación imaginaria plantea que todo puede decirse plenamente y transparentemente, sin puntos oscuros. 
En la idea de subjectum lo que se expresa es algo que queda por debajo de la sustancia. Lacan da una definición muy compleja de la idea de sujeto condensada en una frase: “el sujeto es lo que representa un significante para otro significante”. El sujeto no es un significante, ni otro, ni la suma de las dos. Es lo que representa uno para otro en la imposibilidad de representar. 
El sujeto es más un efecto que una cosa en sí, y es la marca de una ausencia que la representación de una presencia. El sentido entronca claramente con la idea de Freud, reconstruyendo una serie de marcas ¿en qué marca está él? Podemos decir en ninguna y en todas, de eso se trata. Cuando armamos un caso vamos a encontrar un montón de elementos sintomáticos que se articulan, se desplazan, etc. algún elemento representa a la persona en su totalidad? No, pero todas las marcas tienen que ver con él. Por eso ubicamos que es la marca de una ausencia. 
Esto es muy importante porque trastoca toda la idea de diagnóstico, como no hay una marca que pueda representar todas las condiciones de la enfermedad, siempre el diagnóstico es parcial, es decir hay un sujeto cuando lo que lo marca no puede ser reducido a un diagnóstico. Podemos decir: ‘es obsesivo’, pero la rata en el hombre de las ratas, ¿representa a un obsesivo? ¿en todo obsesivo vamos a encontrar una obsesión por el suplicio de las ratas? No, entonces el síntoma no es lo que completa el cuadro, lo que puede ser reducido a algo individual del cuadro, sino al contrario, la rata, el tragar, la pierna, es una marca que siempre descompleta, se sustrae, se cae, subjectum, a la clasificación general. Es una condición muy particular del síntoma, lo más sintomático es lo más singular de la persona, que constantemente descompleta la idea de generalidad. 
El esquema (líneas en negrita) está planteando una flecha superior y una inferior, la flecha superior va a ser el movimiento que va a hacer el analista, ese movimiento ya lo va a plantear no como receptor de un mensaje de un paciente, sino como alguien que se dirige a la división del sujeto, que presta atención al grado de angustia con el cual la representación se liga. Freud ubica claramente que el análisis avanza con el trabajo sobre la angustia. Cuando uno escucha a alguien que no está angustiado, que no trae nada que lo afecte, es un dialogo que no termina produciendo nada de este quiebre de los planos. 
El otro punto de abajo, marca lo que ya hemos hablado cuándo del emisor pesca o se escucha que hay un mensaje que no solamente lo dirige al receptor, sino que se lo dirige a sí mismo, a su historia significante, un preguntarse ¿qué digo?
Caracterizaremos cada eje del esquema bajo tres propiedades que vamos a tomar de una teoría biológica de un filósofo de principios del siglo XX que va a influenciar todas las corrientes psicológicas. Él plantea una teoría de la adaptación que es que hay un mundo interior, subjetivo, ligado a una cuestión congénita y ese mundo va a coincidir y debe adaptarse al mundo exterior donde hay condiciones naturales y sociales, a estas dos condiciones las pone en el mismo plano. A esta teoría Lacan la critica y la utiliza para contrastar con la idea de una psicogénesis distinta en el niño a partir del estadío del espejo y la aparición del lenguaje a partir del discurso del Otro. El filósofo dice que la comunicación se encuentra restringida a partir de toda necesidad en pos de una conservación, las dos conservaciones más importantes son la alimentación y la reproducción, él ve que la comunicación es igual en la danza de las abejas para comunicar dónde está el alimento o en el cortejo de un pingüino en época de apareamiento. Esto está influenciado en Freud en tres ensayos donde él tiende a ubicar que todo el fin de la pulsión y todo lo caótico de la pulsión se reuniría en un único fin que es el de la reproducción. Vemos que esta hipótesis de Freud de 1905 después queda bastante cuestionada por sus propios desarrollos teóricos.
El orden animal como el orden humano en esta teoría de la comunicación plantearía una dimensión de complementariedad, en este orden no existiría ninguna diferencia ontológica entre lo comunicado, el mensaje hacia afuera, y lo predeterminado en el paquete genético con el mundo interior, es decir, el mensaje no miente. Esta idea que Lacan ubica viendo la sexualidad y los modos de relaciones humanas trascienden el problema de la reproducción y que no estamos abrochados a los ciclos biológicos del mundo exterior, no está abrochado el ciclo biológico interior. Estas teorías solo son aplicadas en el campo psicológico cuando lo piensan en el orden de la psicología comparada como Watson o Pavlov que trabajaban con animales, pero cuando se trata de pensar esto en el campo de la sexualidad humana y el campo mental, vemos que el código siempre se desfasa.
 La hipótesis que plantea el otro plano es que lo humano está totalmente trastocado por el lenguaje, porque vehiculiza la existencia de un saber y este saber nos dice que somos mortales y sexuados, entonces el lenguaje se plantearía como ese tercer elemento que impone una suplementariedad, ya no una complementariedad entre dos sino una suplementariedad entre tres. El suplemento que nos posibilita saber sobre la encarnación sexual y mortal del cuerpo (a esto lo desconoce el animal) en cambio en el hombre este saber se desplaza, se prolifera, no se ajusta, invade todo el lenguaje, pero es un saber que al mismo tiempo agrega un plus de conocimiento al mismo tiempo que imposibilita la completud. Esto es lo que ubicamos que cuando aparece la sexualidad en la experiencia del lenguaje con otro, esta está marcada por el malentendido, el malentendidomarca que está apareciendo ese tercer elemento que descompleta la comunicación. Al inscribirse la sexualidad humana en el orden simbólico se instala una hiancia respecto de todo ideal adaptativo y natural, no existiendo ninguna tendencia preformada en la elección del objeto sexual para cada persona, la ausencia de una regla o programación de la sexualidad se traduce en una apertura hacia la mentira, hacia la ficción. Los comportamientos sexuales se muestran como engañosos, enigmáticos, extraviados y movidos por un impulso que no puede reducirse a los ciclos biológicos. La imagen del objeto sexual está marcada profundamente por estas significaciones, rito, modas, fetiches, guiños, señas, chats, consejos, etc. no hay encuentro sexual sino mediante la intervención simbólica, lo que constituye una enorme variedad del encuentro sexual.
Freud en tres ensayos plantea una separación con la teoría biologicista de la comunicación, porque se da cuenta que el objeto no está predeterminado y Lacan formula esta cuestión de que no hay complementariedad en los sexos, por eso plantea esta hipótesis de no hay relación proporcional entre los sexos, es decir no hay una relación entre macho y hembra, sino que entre los sexos siempre hay un desfasaje, Lacan lo plantea en el campo de que el desfasaje es un síntoma, el desfasaje entre las relaciones sexuales de uno con el otro siempre aparece hace aparecer ese tercer elemento que tiene un anclaje en el lenguaje, en el significante, que es el síntoma. 
Plano de la simetría entre emisores y receptores: se plantea esta teoría de imaginario en una relación especular, en el cual emisor y receptor se corresponderían como un espejo del otro, pero de otro lado vamos a ver que toda semejanza entre los hablantes depende de una realidad que los trasciende, el Otro, la lengua, designa una alteridad radical y trascendente a toda simetría o igualdad, en tal sentido es importante que consideremos al hombre como el único animal que posee una legalidad escrita, cuyo principal objeto es la prohibición de toda acción que desconozca la igualdad de los hombres. La igualdad es una ortopedia en el orden humano, hay un mandato que la ley trata de constantemente suturar que es la idea de que puede haber diferencia y el hombre siempre goza de la diferencia. Es decir, que si gozamos o sufrimos el sexo es porque nos desviamos del fin abrochado a nuestra naturaleza, que es el fin reproductivo.
Reversibilidad: en la idea del eje uno es que el emisor puede en otro momento ser receptor y viceversa, esto no supondría una diferencia en lo transmitido. Si vemos el otro plano vamos a ver que hay algo irreversible. En el esquema del grafo del deseo donde ubicamos el efecto del código sobre el mensaje con el ejemplo de tragar, allí la palabra adquiere una significación para la cual ningún semejante, maquina o saber técnico puede responder al sujeto, pero el sujeto reenvía constantemente una pregunta reclamando una sanción. No es esto lo mismo que una conducta en un animal o un acto de una máquina, el animal y la maquina no tienen un reenvío, no preguntan qué están diciendo, que lo corrijan. Un animal no es un sujeto en un acto, su relación no es ambigua, sino que su conducta está abrochada a su sentido biológico, la maquina responde a su programa, pero el hombre juega algo de su existencia en lo que transmite, en esta ambigüedad lo transmitido no le es totalmente ajeno, de eso es responsable. Aunque la responsabilidad que se ubica en el acto inconsciente no es idéntica a la legal, orientada a la intencionalidad consciente y de la verdad empírica, a modo paradójico se trata de una responsabilidad sobre un acto fallido, sobre aquello que permanece como falta, como lo no realizado del deseo y como un sentimiento de culpa que queda encerrado en toda esa repetición sintomática que vemos en el llamado de sanción en el esquema del grafo. En la cura el sujeto es enfrentado con el deber ético de asumir una responsabilidad frente a esos actos que se repiten de los cuales no pueden deshacerse, nadie puede deshacerse de un acto fallido, no hay una vuelta atrás. 
Es lo que ubicaríamos en la ética del inconsciente en la práctica, que apunta a que se responsabilice de lo que se repite en sus actos y en sus deseos inconscientes, fundamentalmente mostrando un deseo que no tiene forma de expresión en la palabra del Otro, y a ese deseo tiene que inventarlo. 
Clase 5:
Aliani: “Psicopatología, psicoanálisis y orden médico” Cap 3
Freud: “La negación” (1924 – tomo XIX)
Soler Colette “La querella de los diagnósticos” Cap 1 
La clase arranca respondiendo una pregunta respecto de las entrevistas preliminares y si hay un diagnostico diferenciado. Hay un diagnóstico diferencial para distinguir quién está dentro del discurso y si en ese discurso está inscripta la represión como condición de constitución de su relato. Esto va a distinguir entre el campo de la neurosis y la psicosis. En el campo del a psicosis el plano simbólico está forcluido, no está inscripto y esto tiene efectos en el plano imaginario, el plano de la comprensión. El esquema nos sirve para pensar qué efectos tiene esto cuando no hubo una represión y aparece en sustitución de los mecanismos de la represión un intento de delirio restitutivo. 
También se pregunta si esta distinción entre psicosis y neurosis afecta la regla fundamental, la respuesta es sí, porque Freud plantea que la regla fundamental para el trabajo es la asociación libre, es decir hace una invitación a cada paciente a que sea libre, que asocie libremente. Es una invitación engañosa porque Freud sabe que esto implica mostrar lo que desconozco en mi yo, y en ese punto no soy libre, los lapsus, los síntomas, los olvidos, los sueños, muestran que no soy libre de hacer todo, porque hay algo que yo desconozco que me domina. La asociación libre no funciona en la psicosis, ahí la enunciación no tiene dobles, no tiene ese lado negado que es efecto de la represión. 
El diccionario de psicología define a la consciencia como: consciencia es la facultad o estructura psíquica gracias a la cual adquirimos conocimiento del mundo exterior y de nosotros mismos, estructura de la personalidad en la que los fenómenos psíquicos son plenamente percibidos y comprendidos por la persona.
Sujeto dividido							Yo - Individuo
 por la pulsión sexual	Receptor
	Plano simbólico 2 						 1 plano imaginario
 Negación / desconocimiento 				 consciencia de sí / información
	 Enunciación						 enunciado
 Yo- individuo					 Inconsciente
			Emisor 					 discurso del Otro
En el cuadro vemos que en el plano imaginario aparece la idea de consciencia de si, información y esto tiene efectos en el plano del enunciado. Empezamos por el tema de la consciencia, la cual es una estructura de conocimientos plenamente percibidos y comprendidos tanto del mundo exterior como de la propia personalidad, y a la vez es una estructura de la cual seguimos acumulando información. Yo y consciencia son definidos por la psicología como unidades que trascienden la experiencia, es decir: conciencia y yo son unidades que no dependen de la experiencia, sino que son ontológicas, previas a la experiencia. Para el psicoanálisis el yo no es una unidad que viene abrochado a lo biológico, sino que es una construcción psíquica. 
Como vemos la relación de conciencia y yo, está determinado por tipos clasificatorios, que son las “personalidades psicológicas”, eso definiría tipos de conciencias y de yoes. La relación de dominio entre conciencia y yo se llama en lingüística reflexividad, esto es que el emisor del mensaje es al mismo tiempo receptor consciente, suponiendo que el hablar es escucharse sabiendo lo que estoy diciendo, es una propiedad que nos asegura ser testigo de nuestra propia enunciación, es decir que el yo es una unidad de conocimiento plenamente comprendido sobre sí y sobre el mundo exterior y emite un mensaje de cuál es un testigoconsciente, como también es consciente de todas las condiciones de esa producción. 
¿Qué piensa el psa de esto? Que entre el yo y la consciencia existe un vínculo que es de señuelo, de engaño. El yo consciente se cree transparente a sí mismo, pero de esta manera constantemente se resiste de saber aquello que no quiere saber de sí mismo. La conciencia de si es una reafirmación del autoconocimiento, autoayuda, (volverse sobre sí) y es para el psicoanálisis un modo de defensa, no tiene otro fin más que ese, toda la pedagogía o la psicología de la autoconsciencia no hace más que reforzar la resistencia del yo. 
Lacan en el seminario 1 aborda esta idea del otro plano: “desde el comienzo en que nos comprometemos con una persona en la búsqueda de la verdad en un análisis, comenzamos a constituir su ignorancia, somos nosotros, analistas los que creamos una situación y por consiguiente empezamos a generar el espacio de su ignorancia. Cuando decimos que el yo no sabe nada acerca de los deseos del sujeto es porque la elaboración de la experiencia en el pensamiento de Freud nos lo enseña. Esta ignorancia no es pura ignorancia, es lo que está expresado claramente en el proceso de la negación. La represión genera este conjunto inconsciente de des-conocimiento, que no es ignorancia, el desconocimiento representa cierta organización de afirmaciones y negaciones a la que está apegado el sujeto. No podemos pues concebir el desconocimiento sin un conocimiento correlativo, si el sujeto puede desconocer algo tiene que saber que de algún modo en torno a su operación hay una función. Tras su desconocimiento tiene que haber un conocimiento de lo que tiene que desconocer.”
Esta claro que hay una relación entre el yo y su conocimiento de sí y algo negado que por condición fue reprimido, que puede retornar y debe desconocer. Una cosa es la ignorancia (por ejemplo no saber un idioma), pero el desconocer implica un conocimiento: conozco que algo debo negar de eso. ¿Qué supone entonces el desconocimiento? Que en un momento lo conocí y después lo negué, esto es clave porque es la marca de la represión y si Freud ubica que hay una marca de una represión en ese movimiento quiere decir que hay un deseo inconsciente en juego en esa represión negada. 
 
En este cuadro ubicamos la verneinung y la verdrangung que son dos propiedades conjuntivas, o sea que no hay una sin otra, todo lo negado es reprimido y todo lo reprimido es negado. Esto es importante para establecer el mecanismo de la represión en el texto de las psiconeurosis en Freud, como se ve, represión no implica contener, oponer, resistirse, sino que (como se ve la descomposición de la palabra en alemán) implica un esfuerzo pulsional por negar, represión y negación son términos conjuntivos. 
Volvemos a la idea inicial de la descripción de los dos planos. Para el psicoanálisis no hay una idea de negar la racionalidad, este es un plano, pero ese plano implica un más allá. Muchas veces hablamos y estamos más implicados en lo que hablamos que en lo que debemos decir, por eso volvemos a una crítica del autoconocimiento, yo estoy más implicado en lo que desconozco que en lo que conozco de mí. Por eso el yo y el plano de lo imaginario hacen hincapié del enunciado, en la información y en la intencionalidad de la información que se establece en ese enunciado. Pero en la enunciación que vemos en el plano simbólico que es en lo que hace hincapié Lacan, sería la escena más que el mensaje, vemos que hay palabras del código que están dirigidas a otro que no es el semejante que está ahí. Es decir que el sentido ya no está determinado por el enunciado sino por la esencia de la enunciación, esto significa que la intencionalidad del sentido viene de otra escena de enunciación que se transfiere a esta y ahí tenemos una clave freudiana de la enunciación y la transferencia. Freud entiende que el que demanda un mensaje pide algo que viene de otra escena y no sabe qué es, y el que escucha el analista en esa escena de enunciación presente recibe un mensaje de otra escena de enunciación en el cual el analista ya no es el analista, sino que es otro personaje, que puede ser el padre, el marido, etc. ahí aparece este lugar de transferencia. Por eso es muy importante ubicar que la transferencia es transferir una enunciación de un momento histórico que ya se construyó como una fantasía a este momento actual. 
Para la teoría de la comunicación lo más importante es comunicar, transmitir información. Según uno de sus teóricos más importantes, Watzlawick, es imposible no comunicar. En el plano 1 no es posible no comunicar, siempre se está comunicando algo. Pero la postura que podemos leer desde esa posición a Freud, es que en este plano del discurso donde todo se centra en el individuo y el narcisismo yoico, hay constantemente un relato metonímico, continuo desplazamiento de la información, que se centra en un conjunto de certidumbres, creencias, autoafirmaciones, esto es lo que Freud llamaba el sistema ideacional del yo, esta idea de yo tengo esto, yo soy esto, etc. todas estas afirmaciones que se vuelven sobre sí. 
Pero también hay más información que la que se transmite y en este punto Freud descubre que el Yo también es un conjunto de resistencias y están al servicio de bloquear todo camino hacia el acceso del inconsciente, de cualquier representación sexual que sería inconveniente para el yo, por todo lo que ya sabemos de la censura del superyó. Por eso muchas veces el dialogo y la comunicación no solamente transmiten información, sino que está muy centrada en ver cómo me mira el otro, hacerle preguntas, ver (como dice Lacan) que ese sentido que yo quiero transmitir de información vaya por un carril donde el otro también se erija. Por eso Lacan decía muchas veces cuando un paciente nos pida que comprendamos, nos lleva a un camino a donde no deberíamos ir, porque como él plantea, la verdad del síntoma esta en ese plano de fragmentación, donde el código, la palabra que enuncia el paciente está fragmentada en muchos sentidos y muchos sentidos se vuelven sobre su propia enunciación, sobre un propio significado desconocido para sí mismo pero que él tiene. 
Muchas veces se ve en la experiencia clínica y cotidianamente, cuando se quiebra esa resistencia por la aparición de ese elemento sexual que insiste, aparecen lo que Freud llama los primeros diques, la vergüenza, el pudor. En una entrevista preliminar se debe estar muy atento en no decir algo inconveniente que produzca vergüenza o pudor, porque lo que aparece es una significación sexual.
Sujeto dividido por Yo - individuo
la pulsión sexual Receptor
 revelación 
 plano simbólico 2 1 plano imaginario 
 reconocimiento del deseo transmisión de la información 
 insistencia / escena enunciación resistencia / fijeza del enunciado 
 
 Yo - individuo inconsciente 
	Emisor							 Discurso del Otro
En el cuadro vemos lo que se va planteando. En el medio del cuadro se ubica la revelación, la aparición de ese elemento que vence la resistencia, que se originó como un elemento reprimido y rompe esta idea de comunicación de la información constante. La idea de revelación tiene un sentido religioso, porque revelación es la inspiraciónpor la cual Dios nos da a conocer su voluntad y sobre la cual no hay posibilidad de respuesta ni de apelación. Esta palabra nos indica lo propio de la relación entre el sujeto y el otro, lugar del discurso que no opera como mediación de semejanzas, sino como una imposición que se repite. 
En este punto de revelación que marcamos como quiebre de los dos ejes, es un punto donde aparece una palabra que revela un sentido más allá del cotidiano, casi como algo que revela un mensaje más allá de la escena que comparto con el semejante. Tiene un paralelismo con el mensaje religioso, que aparecía un mensaje, una invocación que va más allá del encuentro cotidiano. Este es un punto importante porque el inconsciente no se resiste para Freud, en el inconsciente encontramos una insistencia de esto reprimido, que trata de vencer las resistencias del yo, pero lo que encontramos siempre es insistencia, una tendencia a repetir una satisfacción que fue frustrada en el origen, por eso fue reprimido. 
Por eso la repetición es la característica general de la cadena significante, en tanto que representa a la pulsión y adquiere una tendencia compulsiva que impulsa a transgredir las resistencias. 
Lacan en el seminario 2 plantea: el hombre está comprometido en todo su ser en una posición de números y signos, es en medio de esto que algo del hombre tiene que hacerse reconocer, pero lo que tiene que hacerse reconocer, nos enseña Freud, no es expresado sino reprimido. Una maquina hecha de números y signos produce una acción programada, no precisa de ningún reconocimiento, pero en el hombre no sucede lo mismo. La escansión tiene vida, y lo que no llega a tiempo permanece suspendido, de eso se trata la represión. No hay duda de que algo que no es expresado no existe, pero lo reprimido esta siempre entre lo que está ahí insistiendo y lo que demanda ser expresado. La relación fundamental del hombre con ese orden simbólico es precisamente aquello que funda el orden simbólico mismo, la relación del no ser con el ser. Lo que insiste para ser satisfecho no puede ser satisfecho sino en el reconocimiento, en el final del proceso simbólico en que el no ser llega a ser, porque ha sido hablado ante otro.
Vemos que en un plano lo más importante es transmitir información, pero en el otro plano, ese que se abre a partir de la revelación de algo que está más allá del código, aparece en la escena el reconocimiento. Ahí hay un plano muy interesante de la comunicación, porque lacan lo plantea desde el principio y esta es la primera experiencia que tenemos en la comunicación. En todo niño si se observa bien, la primer experiencia que tiene en el lenguaje no es la de saber lo que dice, puede decir papá, papa, pero no sabe lo que dice, pero sí sabe que si lo dice es reconocido por el Otro, porque se alegra, responde algo. La primera experiencia no está dada por la satisfacción del sentido, sino que está dada por la satisfacción del reconocimiento y vamos a ver que esa primera condición del lenguaje se va a repetir en la escena de amor y esto es clave también para la práctica. Damos un ejemplo más cotidiano: en una relación entre amantes, cuando se termina, hay muchas preguntas y discusiones que llegan hasta el hartazgo, pero hay momentos donde un día alguien manda un mensaje y dice ¿qué haces? En esa necesidad donde ya no se puede comunicar algo porque se habló todo, queda ese resto de seguir existiendo para el otro, seguir buscando ser reconocido por el otro, como el último resto que queda, porque es el primero de la comunicación. Es como el niño que pide cosas, ¿Qué pide? Algo específico no, pide en última instancia ser reconocido por el otro, esa experiencia es trasladada a todo adulto neurótico. Y seguramente esa experiencia del reconocimiento que está en el fondo de la comunicación también va a ser la última. 
Para Lacan todo deseo es deseo de reconocimiento, es la condición fundamental del lenguaje y es algo que está más allá de la demanda del paciente, obviamente para reconocerlo hay que pasar toda la demanda, pero es lo que siempre abre un más allá. La demanda es un enunciado si es que esta en el plano imaginario, el enunciado puede ser no puedo tragar, demando poder tragar alimentos entonces demando alguien que me solucione ese problema. Pero esa demanda está inscripta en una demanda de reconocimiento inconsciente que tiene que ver con mi deseo y el deseo del Otro, entonces esa escena en donde se le demanda algo al médico se inscribe en una repetición, que como vimos en el caso, es una demanda puesta en una escena de enunciación hacia mi mujer que puso a su madre en nuestro hogar y seguramente esa demanda infantil que se asocia a una escena edipica. Hay distintas escenas de enunciación que unen distintas demandas y lo más importante es que la escena se repite, la cal es una escena de reconocimiento en el deseo del Otro. Por eso ubicamos que el deseo de reconocimiento está más allá de la satisfacción con el semejante, es más, debemos ser investidos por esa demanda para significar esas escenas anteriores donde el Otro pueda decir eso que está interrumpido.
Jean Clavreul en el Orden Médico dice “un signo es lo que representa a una cosa y no a un sujeto para alguien que sabe leerlo, es así como un médico puede interpretar los signos que recoge, la semiología medica se ha vuelto científica al establecer las relaciones como condiciones fijas, no problemáticas entre los signos y las cosas que representan.” El plantea que la comprensión es un establecimiento de signos en un orden, el cual es el orden del diagnóstico, donde esto es continuo y reajustable. Es decir, todo ese sentido oculto puede ordenarse en una observación empírica y objetiva, donde habría una metalenguaje que puede interpretar el lenguaje clínico. Es decir hay un lenguaje claro, ordenado, sin errores, sin agujeros, donde todo puede ser entendido que va a ordenar el caos subjetivo de la experiencia clínica. El planteo de la técnica psicoanalítica ya no considera la posibilidad de establecer un signo en el campo de lo clínico con un paciente, este signo al ser imposible hace que exista la posibilidad de que haya un significante particular para el paciente y el analista debe permanecer como en un lecho simbólico dice Clavreul, como sosteniendo un semblante, una apariencia de saber, donde el paciente intentará explicar, suponiéndole un sujeto supuesto saber al analista, y en eso intenta transmitir esos elementos reveladores para cambiar y volver hacia sí la significación de eso enigmático, el cual tiene un carácter puramente sexual para Freud.
Ese punto de detención que promueve el analista se llama interpretación, el cual es un punto de marcación para que algo se revele. Vamos a ver que la interpretación es lo opuesto a la contención, la interpretación es lo que tiende a romper la relación fija entre el significante y el significado, no es dar sentido a lo que dice el paciente, todo lo contrario, es dislocar toda relación entre el sentido y el significante. Para que haya una fragmentación ahí y haya lo que Lacan llama un paso de sentido a nuevos sentidos que están latentes producto del inconsciente. 
Freud siempre ubica esta cuestión de “no sé lo que digo” que les transmiten sus pacientes y eso es la condición clave de la interpretación, donde el sujeto ubica o entiende que hay una dimensión de suposición frente al lenguaje y frente a los otros que no es totalmente dominable para su yo, que un discurso lo habita desde otras escenas anteriores, edipicas, que determinan un punto de incerteza de su existencia. Comprender significa que todo debe terminar en un diagnóstico preciso de un síndrome ordenado, que agrupe todos los signos. La interpretación descompleta todo diagnóstico, no se puede determinar si un paciente es obsesivo, histérico, fóbico, perverso, el diagnostico tiende a disolver al signo de un síndrome. Vamos a ver que si hay una disquisición diagnostica en análisis es ubicar primeramente separar como se para alguien frente a la enunciación con un mecanismo y una defensa

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