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Informar de los errores de medicación y registrarlos

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Informar de los errores de medicación y registrarlos
Los efectos de un error cometido u observado por el profesional de enfermería pueden ser duraderos y tener múltiples consecuencias. Aunque algunos errores no se notifican, la responsabilidad legal y ética del profesional de enfermería es informar de todas las incidencias. En los casos más graves, las reacciones adversas secundarias a errores de medicación pueden exigir el inicio de medidas de soporte vital en el paciente; tras un incidente de estas características, puede ser necesaria una supervisión cuidadosa y tratamientos médicos adicionales.
La Food and Drug Administration (FDA) se encarga de los errores de medicación a nivel nacional. Desde 1992, la FDA ha recibido unas 20.000 notificaciones de este tipo de errores pero, dado que estas notificaciones son voluntarias, el número real es probablemente mucho mayor. La FDA exige que los profesionales de enfermería y otros profesionales sanitarios registren los errores de medicación en su base de datos, empleada para ayudar a otros profesionales a evitar errores similares. Los errores de medicación, así como las situaciones que pueden conducir a ellos, pueden notificarse de forma confidencial contactando directamente con la FDA en el teléfono 1-800-23-ERROR.
Existe otra organización que proporciona ayuda con los errores de medicación, la National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Prevention (NCC MERP). Esta organización se fundó durante la Convención sobre farmacopea de 1995 para ayudar a normalizar el sistema de notificación de errores de medicación, analizar las causas interdisciplinarias de estos errores y fomentar la seguridad en la administración de fármacos. La NCC MERP coordina los datos sobre errores de medicación y proporciona información sobre la prevención de los mismos. El número de teléfono de esta organización es 1-800-822-8772.
Registro en la historia clínica del paciente
Las políticas y los protocolos de los centros constituyen la guía para la notificación de los errores de medicación. El registro del error debe llevarse a cabo basándose en los hechos; debe evitarse culpabilizar o emitir juicios. La anotación en la historia clínica recogerá las acciones de enfermería específicas que se realizaron tras el error para proteger al paciente, tales como monitorizar las constantes vitales y valorar la aparición de posibles complicaciones. El registro no consiste simplemente en consignar que ha ocurrido un error; omitir el registro de las acciones de enfermería implica, bien negligencia, bien negar que el incidente ha ocurrido. Además, el profesional de enfermería debe dejar reflejado todos los individuos a los que se les notificó el error. La hoja de medicació (MAR, por sus siglas en inglés) también debe reflejar la información sobre la medicación administrada u omitida.
Redacción de un informe de incidencia
Además de registrarlo en la historia clínica del paciente, el profesional de enfermería que ha cometido o presenciado el error de medicación debe elaborar un informe de incidencia que refleje los detalles específicos del incidente de una forma objetiva. Este informe ofrece al profesional de enfermería la posibilidad de identificar los factores que han contribuido al error. No obstante, este informe no se incluirá en la historia clínica del paciente.
El registro de una información precisa en la historia clínica y en el informe de incidencia es fundamental desde el punto de vista legal. Estos documentos verifican que se protegió la seguridad del paciente y sirven como instrumento para mejorar el proceso de administración de los fármacos. Las consecuencias legales pueden ser muy negativas si se demuestra que existe un intento de ocultar el error o de retrasar las medidas correctoras o si el profesional de enfermería olvida registrar las intervenciones en la gráfica del paciente.
Los hospitales e instituciones incluyen la vigilancia de los errores de medicación en sus programas de calidad. El resultado de estos programas alerta al personal sanitario y administrativo de las tendencias en una unidad específica al tiempo que sirve como un indicador de calidad de la atención al paciente. La recogida de estos datos permitirá el planteamiento de soluciones específicas para reducir el número de errores de medicación.
Estrategias para reducir los errores de medicación
¿Qué puede hacer el profesional de enfermería en el ámbito clínico para evitar los errores de medicación y fomentar una administración segura? El primer paso es seguir las cuatro fases del proceso de enfermería:
1. Valoración: pregunte al paciente sobre sus alergias alimentarias o medicamentosas, problemas de salud actuales y el empleo de medicamentos de venta libre y suplementos fitoterápicos. Asegúrese de que el paciente recibe la dosis correcta, en el momento correcto y por la vía correcta. Valore las funciones renal y hepática y determine si existe un deterioro de algún otro sistema corporal que pudiera afectar a la farmacoterapia. Identifique las áreas donde es necesaria la educación del paciente en materia de medicamentos.
2. Planificación: minimice los factores que contribuyen a los errores de medicación: evite el empleo de abreviaturas que podrían llevar a confusión, confirme las órdenes que no estén claras, no acepte órdenes verbales y siga las políticas y protocolos específicos del centro en materia de administración de medicación. Haga que el paciente repita las indicaciones sobre las dosis, incluyendo la dosis correcta y el momento de administrarla. Pídale al paciente que explique lo que ha comprendido de los objetivos del tratamiento.
3. Aplicación: valore qué factores pueden distraerle durante la administración de la medicación y elimínelos en la medida de lo posible. Cuando aborde una tarea relacionada con la medicación, préstele toda su atención. El ruido, otras incidencias y la charla de los compañeros de trabajo pueden distraer al profesional de enfermería y provocar un error de medicación. Ponga en práctica la regla de los cinco correctos de la administración de fármacos: paciente correcto, medicamento correcto, dosis correcta, vía de administración correcta y momento de administración y frecuencia correctos. No olvide los siguientes pasos:
· Compruebe la identidad de cada paciente usando dos datos distintos (ej. nombre y fecha de nacimiento) antes de administrar el medicamento de acuerdo con la política y los protocolos del centro.
· Emplee los procedimientos y técnicas adecuados para cada vía de administración. Use material estéril y técnicas asépticas cuando administre medicación parenteral u ocular.
· Calcule correctamente las dosis de medicación y mida los líquidos cuidadosamente. Algunos medicamentos, como la heparina, disponen de un estrecho margen de seguridad antes de producir efectos adversos graves. Cuando administre estos medicamentos, pídale a un compañero o al farmacéutico que compruebe el cálculo para asegurarse de que la dosis es correcta. Realice una doble comprobación del cálculo de las dosis pediátricas antes de administrarlas.
· Abra el medicamento justo antes de administrarlo y en presencia del paciente.
· Registre el medicamento en la hoja de medicación inmediatamente después de su administración.
· Compruebe siempre que el paciente ha tragado el medicamento. No deje nunca el medicamento en la mesita salvo que exista una orden específica que indique lo contrario.
· Fíjese en las formas orales de efecto prolongado que presentarán indicadores como retard. Estos comprimidos o cápsulas deben estar intactos para que pueda producirse la liberación retardada. Indíquele al paciente que no debe triturar, masticar ni partir el medicamento por la mitad, ya que esto puede ocasionar una sobredosis.
4. Evaluación: valore los resultados esperados en el paciente y determine si han aparecido reacciones adversas.
Los profesionales de enfermería deben conocer los errores de medicación más frecuentes y la gravedad de las distintas categorías de errores (figura 9.2). La FDA evaluó los informesde errores de medicación mortales recibidos entre 1993 y 1998. Los errores más habituales consistían en la administración de una dosis inadecuada (41%), la administración de un fármaco distinto (16%) o el empleo de otra vía de administración (16%). Casi la mitad de los errores de medicación afectaban a pacientes mayores de 60 años. Este grupo de población presenta un mayor riesgo de errores debido a que suelen recibir múltiples medicamentos, les atienden numerosos profesionales sanitarios y experimentan los cambios fisiológicos normales relacionados con la edad. Los niños constituyen otra población vulnerable dado que reciben dosis calculadas en función del peso (lo que incrementa la posibilidad de errores de cálculo) y las dosis terapéuticas son mucho más pequeñas.
Los profesionales de enfermería deben mantenerse al día en farmacoterapia y nunca deben administrar un medicamento hasta que conocen sus usos terapéuticos y efectos secundarios. Existen múltiples medios por los que puede actualizar sus conocimientos sobre medicación. Cada unidad de enfermería debería disponer de documentación farmacológica actualizada. También se puede obtener información sobre un fármaco llamando a la farmacia o, si se dispone de él, buscando en páginas fiables de Internet. Son muchos los profesionales que hacen uso de una PDA para obtener información actualizada; estos dispositivos pueden actualizarse diaria o semanalmente mediante la descarga de información, lo que permite una actualización continua. Asimismo, es necesario que estén en contacto con la investigación sobre la prevención de errores médicos para desempeñar una práctica basada en la evidencia.
Fig. 9-2. Índice de clasificación de errores de medicación del NCC MERP.
Educación sanitaria sobre el uso de medicamentos
Una estrategia básica para evitar los errores de medicación es educar al paciente mediante folletos adecuados para su edad, material educativo audiovisual sobre el medicamento e información de contacto para notificar la aparición de reacciones adversas.
Enseñe al paciente a:
· Aprenderse los nombres de todos los medicamentos que toma, sus indicaciones, cuándo debe tomarlos y sus dosis.
· Conocer los efectos secundarios que debe notificar inmediatamente.
· Leer la etiqueta antes de cada toma y emplear el dispositivo de medida que acompaña a los medicamentos líquidos en lugar de cucharas domésticas.
· Llevar una lista de todos los medicamentos, incluyendo los fármacos de venta libre, así como los suplementos dietéticos y fitoterápicos que está tomando. Si es posible, acudir siempre a la misma farmacia.
· Preguntar; los profesionales sanitarios quieren ayudarle a mantener los principios de seguridad de los medicamentos.
Reducción de los errores de medicación en las instalaciones sanitarias
Los centros sanitarios tienden a emplear armarios de seguridad, informatizados y automatizados, para el almacenamiento de la medicación en las unidades hospitalarias. Cada profesional de enfermería de la unidad tiene un código de acceso que le permite abrir el armario y coger medicación. Estos sistemas automatizados también mantienen un inventario de los fármacos.
Las grandes instituciones sanitarias tienen departamentos de control de riesgos para analizar los riesgos y minimizar los errores de medicación, investigando los incidentes, analizando los datos, identificando los problemas y elaborando recomendaciones para mejorar la atención. Los profesionales de enfermería colaboran con los comités de control de riesgos buscando medios para reducir los errores de medicación mediante la modificación de políticas y protocolos de la institución. Ejemplos de políticas y protocolos son:
· Almacenar adecuadamente la medicación (control de la luz y la temperatura).
· Leer la etiqueta del fármaco para evitar el empleo de medicamentos caducados.
· Evitar la transferencia de dosis de un envase a otro.
Evitar almacenar demasiados medicación.

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