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Dopamina

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Dopamina
Es una hormona que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central. Es un neurotransmisor inhibitorio derivado de la tirosina que se encuentra en los ganglios basales y es producida tanto en vertebrados como invertebrados. 
La dopamina en los ganglios basales tiene una función fundamental para el control de los movimientos por parte de nuestro cerebro. La dopamina es también una neurohormona liberada por el hipotálamo. Su función principal en éste, es inhibir la liberación de prolactina del lóbulo anterior de la hipófisis.
Este neurotransmisor cerebral se relaciona con las funciones motrices, las emociones y los sentimientos de placer.
La destrucción de las neuronas que producen dopamina en la zona del cerebro, es la causa de la enfermedad de Parkinson y algunos estudios también ligan la dopamina con tendencia hacia el alcoholismo.
Enfermedad de Parkinson: Es una enfermedad neurológica que se asocia a la rigidez muscular, dificultades para andar, temblor y alteraciones en la coordinación de los movimientos, y esto debido a que la enfermedad afecta las zonas del cerebro encargadas de estas funciones. La presencia de dopamina es esencial para la regulación de los movimientos, es decir, para que los movimientos se realicen de una forma efectiva y armónica. En esta enfermedad, las neuronas productoras de dopamina van degenerando lentamente, y aunque se desconocen las causas de esta degeneración neuronal, algunos casos parecen estar muy relacionados con la toxicidad de ciertos compuestos químicos, como los pesticidas. Por el contrario, la esquizofrenia se asocia con un aumento excesivo en los niveles de dicho neurotransmisor.
La enfermedad es tanto crónica, lo que significa que persiste por un largo periodo de tiempo, como progresiva, que significa que sus síntomas empeoran con el tiempo. No es contagiosa ni usualmente se hereda, es decir no pasa directamente de un miembro de la familia o de una generación a la siguiente. No es una enfermedad fatal, lo que significa que el afectado no va a fallecer a causa del Parkinson.
La dopamina controla el sistema retiniano y los sistemas encargados de activar los centros responsables de la actividad motora, así como los de regular ciertas secreciones hormonales, de mandar información a células del mesencéfalo que conectan con el cortex frontal y con distintas estructuras del sistema límbico. Estos dos últimos sistemas tienen una función muy importante en la vida emocional de las personas y su mal funcionamiento es característico en algunos tipos de psicosis.
La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje. Las respuestas físicas de las neuronas dopaminérgicas (neuronas cuyo neurotransmisor primario es la dopamina), son observadas cuando se presenta una recompensa inesperada. Estas respuestas se trasladan al inicio de un estímulo condicionado después de apareamientos repetidos con la recompensa. La dopamina es comúnmente asociada con el sistema del placer del cerebro, suministrando los sentimientos de gozo y refuerzo para motivar una persona proactivamente para realizar ciertas actividades. En la naturaleza, aprendemos a repetir comportamientos que conducen a maximizar recompensas, cambiando nuestra conducta. La dopamina por lo tanto, como se cree, proporciona una señal instructiva a las partes del cerebro responsable de adquirir el nuevo comportamiento. La diferencia temporal del aprendizaje proporciona un modelo computacional describiendo cómo el error de predicción de neuronas de dopamina se usa como una señal instructiva. 
Memoria: La dopamina también controla la duración de la memoria, es decir, si una información se conserva durante sólo 10 o 12 horas en el cerebro y desaparece, o si perdura por más tiempo. Si creemos que lo que aprendemos es importante, la dopamina activa al hipocampo para que se archive, si por el contrario lo que aprendemos no nos satisface, el recuerdo se diluye.
La dopamina es también usada como una droga inotrópica en pacientes con shock para incrementar el gasto cardiaco y la presión sanguínea 
Trastornos como déficit de atención con hiperactividad, esquizofrenia o adicción a sustancias estimulantes se caracterizan por una alteración en los circuitos dopaminérgicos cerebrales. Pero hasta este momento no se conocía si la alteración era la causa o el efecto de estos trastornos de conducta. Ahora, investigadores del Reino Unido han relacionado el temperamento impulsivo con el riesgo a desarrollar adicciones.
Adicciones: Las neuronas de los adictos, abocadas a una anormal y elevada cantidad de dopamina responden defensivamente y reducen el número de receptores dopaminérgicos. Así se explica por qué los drogadictos empiezan tomando drogas para sentirse mejor, para luego tener que consumirlas para evitar la sensación de malestar y necesitan cada vez más sustancia para lograr el mismo efecto. Los neurocientíficos sostienen hoy que la predisposición a la adicción a la heroína puede ser en muchos casos hereditaria, hasta el punto que se han identificado ya los genes que codifican la actividad de la dopamina en el cerebro.
Variaciones hereditarias en estos genes podrían alterar la eficacia con la que las neuronas procesan la dopamina. La mayoría de las drogas adictivas, bien sean estimulantes o relajantes, imitan la estructura de los neurotransmisores. De los neurotransmisores identificados hasta la fecha, muchos (incluyendo la dopamina) desempeñan un papel relevante en las adicciones. A nivel bioquímico, todas las experiencias que el ser humano encuentra placenteras, tanto si se trata de escuchar música, comer chocolate o hacer el amor con un ser querido, responden a una cascada de reacciones químicas activada por la dopamina.
Conducta: la cantidad de dopamina que contiene la amígdala cerebral de una persona podría definir si es tranquila y confiada en sí misma (baja concentración) o si es miedosa y con tendencia a sufrir estrés (alta concentración).
Depresión: Ante una situación de estrés, sobre todo si el estrés es continuado, nuestro sistema nervioso se “descontrola” y desemboca una depresión. El mecanismo molecular que explica el vínculo entre una situación de estrés crónico y los trastornos depresivos es la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que se sintetiza en el cerebro estresado y que afecta a la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, región del cerebro relacionada con la motivación, la recompensa, el placer y el comportamiento social. En circunstancias normales, cuando algo excitante o motivador nos sucede, o cuando un acontecimiento nos despierta curiosidad, la CRH se une a un receptor cerebral y desencadena la liberación de dopamina, que nos hace sentir bien. Sin embargo, cuando el estrés se alarga en el tiempo, este mecanismo falla, la dopamina se deja de liberar y, alterada la cascada química que nos aporta la sensación de bienestar y placer, todo lo que nos rodea deja de resultarnos interesante, generando una depresión. 
La depresión es una de las enfermedades con la que los profesionales médicos como psicólogos y psiquiatras combaten el día a día, ya que se necesita de la motivación del paciente (que se encuentra en estrés), para lograr un cambio en su estado de ánimo y evitar así a toda costa la tercera etapa, que es el suicidio.

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