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www.cienciaytrabajo.cl C IE N C IA & T R A B A J O • A Ñ O 1 1 • N Ú M E R O 3 2 • A B R IL / J U N IO • 2 0 0 9 A Ñ O 1 1 • N Ú M E R O 3 2 • A B R I L / J U N I O • 2 0 0 9 ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2009 abr-jun; 11 (32) Mirando Hacia Adentro | A36 Comprendiendo el Burnout | 37 Consecuencias del Trabajo Emocional ¿Riesgos Psicosociales o Salud Laboral? | 85 Autoestima y Autoeficacia en los Chilenos | 111 C i e n c i a & T r a b a j o Riesgos Psicosociales en el Trabajo Ciencia & Trabajo | AÑO 10 | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl A27 Durante los últimos años la creciente globalización de la economía, los nuevos mercados, los fuertes desarrollos tec- nológicos de la era de la información y la comunicación, así como los profundos cambios sociales, demográficos, políticos y culturales, han ocasionado importantes transformaciones en el mundo del tra- bajo, sus organizaciones y sus contex- tos comunitarios. Este nuevo escenario de vertiginosos cambios del entorno organizacional nos invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las dis- ciplinas que abordan, desde sus propias perspectivas, estas complejidades, en especial las ciencias sociales y, en par- ticular, la sociopsicología del trabajo. En este sentido, el estudio de los diver- sos factores psicosociales presentes en los contextos laborales requiere que nos aproximemos desde una mirada positiva que trascienda los paradigmas más centrados en los aspectos negativos. Los factores psicosociales son las condiciones presentes en una situación laboral directamente relacionadas con la organización del trabajo, su contenido y con la realización de la tarea, que se presentan con capacidad de afectar positiva o negativamente al desarrollo del trabajo, y la salud física, psíquica y/o social del tra- bajador. Cuando esos factores psicosociales son percibidos nega- tivamente por los individuos se convierten en factores de riesgo, y pueden producir estrés laboral que, potencialmente, pueden causar daño psicológico, fisiológico o social en las personas. Este fenómeno se ha incrementado en las últimas décadas hasta el punto de constituir un problema laboral y social similar al de otro tipo de riesgos, como los físicos, químicos o biológicos. Desde hace ya varias décadas, múltiples actores sociales vienen planteando –desde distintas consideraciones paradigmáticas– la limitada capacidad de respuesta de los modelos de compor- tamiento organizacional actuales, para no tan sólo comprender debidamente este fenómeno, sino también intervenir en las orga- nizaciones de forma eficaz. Esta imperiosa necesidad de formu- lar y poner en práctica enfoques teóricos y metodológicos acordes con las demandas de los nuevos tiempos que enfrentan los trabajadores es nuestro gran desafío. Las transformaciones de la sociedad y sus instituciones laborales emplazan, cada vez con más fuerza, el desarrollo de nuevas estrategias, mecanismos, modelos teóricos y modalidades técni- cas para una intervención profesional más efectiva en un diálo- go permanente entre el hombre y su relación con el trabajo. Desde allí, es necesario considerar modelos futuros que centren sus planteamientos de estudio en aquellos factores de resiliencia que actúan muchas veces como fuerzas positivas, atenuando las negativas que disminuyen y menoscaban lenta y progresiva- mente el actuar integral de las personas y de las organizaciones. Estas formas de intervención alternati- vas, que se desvían frente al síntoma psi- copatológico, descansan en el entorno positivo del contexto organizacional, donde el comportamiento tiene sentido y significado bajo el prisma que acoge la salud integral. Su acción se enmarca en la prevención y en el fomento del bien- estar psicológico percibido, que renueva en los trabajadores la energía y el vigor necesarios para realizar los mejores esfuerzos en sus trabajos, resistiendo a la fatiga y perseverando pese a la adversi- dad. Es posible así desarrollar un involucramiento sostenido con el trabajo a través de sólidos sentimientos de entusiasmo, que les dan sentido y significado a sus acciones y tenaces creencias de eficacia, que les ayudan a desempeñarse de forma óptima y a superar con mayor facilidad los escollos que el entorno organi- zacional les ofrece. Desde hace algunos años ha comenzado a denominarse aquello como «Engagement», un constructo moti- vacional positivo relacionado con el trabajo, que puede consid- erarse como el conjunto de características intrínsecas de las per- sonas que refuerzan la capacidad para enfrentar enérgicamente los estresores laborales. En consonancia a lo anterior, este volumen refleja los sostenidos esfuerzos de la Fundación Científica y Tecnológica –FUCYT– de la Asociación Chilena de Seguridad por encontrar el debido equi- librio entre el bienestar personal, el trabajo y la productividad de las organizaciones, desde una perspectiva positiva e integral enmarcada en el respeto al trabajador, la empresa, la comunidad y el medio ambiente, donde se preste mayor atención a los esta- dos positivos de la persona, a su buen ajuste y rendimiento en el trabajo, y no sólo a sus disfunciones. El presente volumen se enmarca en las líneas de investigación que acoge la calidad de vida laboral, y tiene como objetivo reflexionar y adentrarse en los interrogantes, vacíos y debates que estas importantes temáticas del trabajo arrastran en su definición, y donde cada uno de los investigadores que partici- pan en este trabajo intenta aportar a su real comprensión y entendimiento. Esperamos que los presentes artículos sean de utilidad y, una vez más, agradecemos a los autores por habernos confiado sus importantes trabajos. Editorial Editorial | Ciencia & Trabajo FACTORES PSICOSOCIALES DESDE UNA PERSPECTIVA POSITIVA Michael Taub Editor Jefe Victor Olivares Editor Invitado A28 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo A “C&T, Ciencia & Trabajo” es una publicación trimestral, propiedad de la Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. Derechos Reservados. Todos los textos publicados están protegidos por derecho de autor, conforme a la ley No 17.336 de la República de Chile. Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite “C&T, Ciencia & Trabajo”, como fuente primaria de publicación. Vicuña Mackenna 210, piso 6, Providencia - Chile. Teléfono: (56-2) 685 3884 • Fax: (56-2) 685 2963 • e-mail: cyt@achs.cl • Internet: www.cienciaytrabajo.cl Imprenta: Puerto Madero Ciencia & Trabajo Director: Gustavo Contreras T. Editor Jefe: Michael Taub S. Editores Invitados: Víctor Olivares Referencias e Indización: Katherinne Rivas C. Corrector de Texto: Ramón Espinoza Traducción: Eduardo Bayas F. Diseño Gráfico: Corina García H. Jefe Administración: Michael Taub S. Secretaria: Julieta Aguilar Distribución: Mauricio Millares CONSEJO EDITORIAL: Dra. Luz Claudio Mount Sinai School of Medicine, New York. USA. Oscar Nieto, Saúl Ángel Vivas Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina. Dr. Guillermo Acuña Clínica las Condes, Chile. Dr. Eduardo Algranti FUNDACENTRO, Brasil. PhD Shrikant Bangdiwala Escuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA. PhD Marisol Concha Asociación Chilena de Seguridad, Chile. Dra. Catterina Ferreccio Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica, Chile. PhD Francisco Cumsille Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile. PhD Pedro R. Gil-Monte Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad de Valencia, España. PhD Thomas Goehl Consulting for the US National Library of Medicine and the Fogarty International Center. PhD Arturo Juárez García Facultad Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, UAEM. PhDDana Loomis Escuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA. PhD Steven Markowitz Queens College, New York, USA. Víctor Olivares F. Departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad de Valencia, España. PhD Claudio Silva Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile. PhD Kyle Steenland Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA. Aldo Vera C. Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina Universidad de Chile. Revista Ciencia & Trabajo se encuentra en las siguientes bases de datos: LILACS (www.bireme.br) •Ulrich´s International Periodicals Directory • Latindex (www.latindex.org) scholar.google.com (www.scholar.google.com) AÑO 11 • NÚMERO 32 • ABRIL / JUNIO • 2009 ISSN 0718-0306 vers ión impresa ISSN 0718-2449 versión en l ínea Para revisar y descargar éste y números anteriores de Ciencia & Trabajo en formato PDF, visite www.cienciaytrabajo.cl Fo to P or ta da : Ba nc o de f ot os A C H S FE DE ERRATA Cienc Trab. Ene-Mar; 11(31). Dice: Editores Invitados Dr. Horacio Tovalín A. Mtra Susana Martínez A. Mtra. Clara Hernández V. Dr. Arturo Juárez Debió decir: Editores Invitados Dr. Arturo Juárez Dr. Horacio Tovalín A. Psic. Anabel Camacho A. Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl A29 Index | Ciencia & Trabajo A27 Editorial A29 Índice A30 En este número A31 Prefacio Artículos de Difusión A36 Sección Ehp Mirando Hacia Adentro. Entendiendo el Rol de la Ciencia y de los Reglamentos Artículos Originales 37 Comprendiendo el Burnout Maslach C 44 Acerca de la Validez del Constructo, Predictores y Consecuencias del Burnout en el Lugar de Trabajo Shirom A 55 Exposición a la Tecnología de la Información y la Comunicación y su Relación con el Engagement Salanova M, Llorens S 63 Prevalencia del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Burnout) en una Muestra de Profesionales que Trabajan con Personas con Discapacidades en Chile Olivares V, Vera A, Juárez A 72 Efectos de los Conflictos Interpersonales Sobre el Desarrollo del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Burnout) y su Influencia Sobre la Salud. Un Estudio Longitudinal en Enfermería Grau E, Gil P, García J, Figueiredo H 80 Consecuencias Positivas y Negativas en el Trabajo: El Rol de las Expectativas Laborales en el Proceso de Desgaste Profesional Moreno B, Itzel F, Rodríguez R, Villalpando J 85 Consecuencias del Trabajo Emocional en el Sector Turístico: ¿Riesgos Psicosociales o Salud Laboral? Ramis C, Manassero M, García E 96 El Estrés Como Amenaza y Como Reto: Un Análisis de su Relación Escamilla M, Rodríguez I, González G 102 Cambios en la Organización del Trabajo. Dirección Orientada a los Resultados y sus Implicaciones para los Empleados Bahamondes C, Wilde B, Hinrichs S, Schüpbach H 111 Autoestima y Autoeficacia de los Chilenos Aguirre C, Vauro R 117 Factores Psicosociales en Pequeñas Empresas de Artesanía: Resultados de una Investigación-Acción- Participativa para Mejorar las Condiciones de Seguridad e Higiene en el Trabajo Anaya A Índice Index A27 Editorial A29 Index A30 In this Issue A31 Preface Diffusion Articles A36 Ehp’s Section Outside Looking In. Understanding the Role of Science in Regulation Original Articles 37 Understanding Burnout Maslach C 44 On the Construct Validity, Predictors and Consequences of Burnout at Work Shirom A 55 Exposure to Information and Communication Technology and its Relationship to Work Engagement Salanova M, Llorens S 63 Burnout Prevalence in Professionals Working with Physically Impaired Chilean People Olivares V, Vera A, Juárez A 72 Longitudinal Study of the Influence of Interpersonal Conflicts in Burnout and its Influence on Health Problems Among Nurses Grau E, Gil P, García J, Figueiredo H 80 Positive and Negative Consequences in the Process of Burnout: the Role of Labor Expectations Moreno B, Itzel F, Rodríguez R, Villalpando J 85 Consequences of Emotion Work in Touristic Services: Psychosocial Risks or Health? Ramis C, M. Manassero A, García E 96 Stress as a Threat and as a Challenge: An Analysis of their Relationship Escamilla M, Rodríguez I, González G 102 Changes in the Organisation of Work. Output-Oriented Control and the Implications for Employees Bahamondes C, Wilde B, Hinrichs S, Schüpbach H 111 Self Esteem and Self Eficacy in Chileans Aguirre C, Vauro R 117 Psychosocial Factors in Small Craft Enterprises: Results of a Participatory Action Research for Improving Safety and Hygienic Conditions at the Workplace Anaya A A30 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Mirando Hacia Adentro No siempre el conocimiento científico es tomado en cuenta por los políticos a la hora de legislar. Este interesante artículo revisa los aspectos relacionados a las regulaciones y la ciencia. Comprendiendo el Burnout Esta investigación es una importante revisión analítica sobre el burnout, donde se expone un interesante modelo de mediación del fenómeno, con su esquema de seis áreas de ajuste persona-trabajo, que proporciona una herramienta de diagnós- tico importante para adaptar soluciones a los problemas reales que este fenómeno conlleva. Acerca de la Validez del Constructo, Predictores y Consecuencias del Burnout en el Lugar de Trabajo Esta investigación es un completo análisis conceptual del fenómeno del burnout, donde se analizan modelos, constructos similares, conse- cuencias y predictores, para al finalizar entregar importantes recomendaciones para las futuras investigaciones. Exposición a la Tecnología de la Información y la Comunicación y su Relación con el Engagement En el presente estudio se pone a prueba la hipótesis de que la valo- ración positiva de la exposición juega un papel mediador en el impacto de la exposición de la tecnología sobre el engagement en el trabajo. Se discuten las limitaciones e implicaciones prácticas del estudio. Prevalencia del “Síndrome de Quemarse por el Trabajo” (burnout) en una Muestra de Profesionales que Trabajan con Personas con Discapacidades en Chile En este artículo se analiza la prevalencia del síndrome de quemarse por el trabajo (burnout) en profesionales de atención a personas con discapacidad física de Chile, siguiendo criterios de diferentes países, y su posterior comparación. Efectos de los Conflictos Interpersonales sobre el Desarrollo del Síndrome de Quemarse por el Trabajo (burnout) y su Influencia sobre la Salud. Un Estudio Longitudinal en Enfermería Esta investigación analiza la influencia de los conflictos interper- sonales en las organizaciones hospitalarias, sobre el Síndrome de Quemarse por el Trabajo (SQT) (burnout) y sus efectos sobre la salud. Consecuencias Positivas y Negativas en el Trabajo: El Rol de las Expectativas Laborales en el Proceso de Desgaste Profesional. Este trabajo estudia la relación entre las expectativas laborales y consecuencias tanto positivas como negativas en el trabajo. Se demuestra la existencia de un peso diferencial de las expectativas laborales en función de las variables estudiadas. Consecuencias del Trabajo Emocional en el Sector Turístico: ¿Riesgos Psicosociales o Salud Laboral? En este trabajo se analizan las consecuencias del trabajo emocional en el sector turístico. Se exponen los resultados de tres investigaciones realizadas en este sector, A raíz de los diferentes análisis se desarro- llan importantes conclusiones. El Estrés como Amenaza y como Reto: Un Análisis de su Relación Este estudio investiga el proceso de valoración del estrés para explorar los patrones de las relaciones existentes entre la valoración de los potenciales estresores como amenaza y como reto. Cambios en la Organización del Trabajo–Dirección Orientada a los Resultados y sus Implicaciones para los Empleados. Este estudio indaga que condiciones de trabajo están relacionadas con problemas psicosociales de los empleados en sistemas con dirección orientada a los resultados. Autoestima y Autoeficacia de los Chilenos Enesta investigación se analizan la autoestima y autoeficacia en los chilenos, contrastándolas con datos demográficos, señalando posterior- mente una serie de hipótesis sobre los resultados obtenidos. Factores Psicosociales en Pequeñas Empresas de Artesanía: Resultados de una Investigación-Acción- Participativa para Mejorar las Condiciones de Seguridad e Higiene en el Trabajo Trabajo mexicano que busca comprender y mejorar las condi- ciones de trabajo en pequeñas empresas de muebles de artesanía con el fin de mejorar la salud ocupacional, la productividad del negocio y su desarrollo sustentable. ARTÍCULOS DE REVISIÓN ARTÍCULO DE DIFUSIÓN En este Número ARTÍCULOS ORIGINALES Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl A31 Globalización y riesgos laborales emergentes no son dos hechos aislados, sino mutuamente intricados y dependientes. Ambos son formas de esta Sociedad del riesgo (Beck 1986) que amenazan al bienestar global, a la salud en general de los ciudadanos y de los trabajadores en especial. Hasta hace unos meses, la globalización era un hecho de cara y cruz, tenía sus lados negativos y sus positivos (Beck 2008). Sus detractores leían sólo los negativos, sus defensores real- zaban sus beneficios para el desarrollo y su impulso de la eco- nomía y el desarrollo, aunque entrañara problemas. Hoy, con la crisis económica mundial, la globalización sigue siendo un contexto del que no se puede escapar, pero que sólo tiene una cara, y ésa tiene mirada hosca de perro airado. Hoy, la globa- lización sólo puede inquietarnos y angustiarnos. La crisis general del desempleo global es la primera y principal conse- cuencia negativa (Beck 1999). Formas de globalización han estado presentes desde siempre. El comercio y su historia han tenido siempre como horizonte de sus posibilidades un marco global de transacciones econó- micas y de productos. Parece propio de la búsqueda del desa- rrollo de las naciones y de los mundos materiales del progre- so la extensión de los propios lindes geográficos, el comercio y de formas derivadas de colonización (Fernández-Armesto 2002). Pero la globalización actual tiene un verdadero marco mundial. Las materias primas provienen de unos países; la manufacturación se hace en otros; la venta y el consumo en otros –y un poco en todos– el capital de fondo que hace posi- ble todo esto está por doquier y en ningún sitio. La aldea glo- bal ha dejado de ser una metáfora para convertirse en una realidad soportada por la informática, las nuevas tecnologías y los nuevos desarrollos organizacionales. El gran protagonista de la globalización –no se suele insistir suficientemente en ello– es la aparición de un nuevo tipo de empresa y de nuevos tipos de organizaciones que han marca- do a nivel mundial el desarrollo industrial y la tecnología, la acumulación de capitales financieros de enorme poder y su ubicación por todo el orbe. Si ha aparecido un mercado glo- bal y una economía única es porque el mundo se ha hecho plano (Friedman 2006). Parece un dato contrastado que en la economía mundial, el poder industrial se ha acortado y cen- trado cada vez más en grandes empresas que imponen la mar- cha del mercado en su sector, e incluso de la creación de esti- los de vida sectoriales. Este hecho está inflado de consecuen- cias: una de ellas, que aquí nos interesa, es el cambio corpo- rativo. Manifestación de ello es el continuo trasiego de adqui- siciones y fusiones que reorganizan interna y externamente a las empresas. Las consecuencias parecen importantes. Toffler (Toffler 1990) proponía hace ya años la empresa flexi- ble como la empresa del futuro; era el objetivo crítico de cual- quier empresa, su capacidad para retroalimentarse con los datos de la realidad y los mercados, de las nuevas demandas y de las nuevas tecnologías. El éxito y el desarrollo de las empresas se fundamentaban en su capacidad de ser flexible en sus métodos, productos, sistemas financieros y plantillas de trabajo. Dicho así parece un objetivo deseable y con bene- ficios generalizados para todos. Los hechos suelen ser más complejos que su imagen inmediata. Las nuevas organizacio- nes, la empresa flexible, suelen tener mayores márgenes de desarrollo personal y profesional que la clásica, pero también mayor carga de estrés. La sobrecarga de rol, y el conflicto y la ambigüedad de rol suelen ser elementos inevitables de una flexibilidad engañosa. La globalización ha impuesto otra realidad que tiene claras contrapartidas: el tamaño de las corporaciones y empresas. La actuación mundial, global, exige empresas y organizaciones potentes con grandes capitales y enormes recursos tecnológi- cos, capaces de responder a los diferentes retos que el merca- do mundial pueda dictar. El tamaño de la economía que se maneja y la competencia con otras empresas rivales de pode- río similar generan problemas complejos de difícil solución y con repercusiones importantes en la cultura organizacional y la calidad de vida laboral. En primer lugar, la capitalización de las empresas. Gran parte de las enormes sumas económicas requeridas por las empre- sas pasa por la salida a bolsa de las empresas. Pero eso supo- ne, casi siempre, una subordinación de la gestión empresarial a los intereses accionariales. El accionista se convierte en el primer protagonista de la empresa y sus intereses inmediatos son el beneficio accionarial. La dirección de las empresas se convierte así con frecuencia en una estrategia de ingeniería financiera que tiene consecuencias para quienes trabajan en ella. No se pueden simplificar los hechos, pero parece un dato que la dirección de la empresa se centra más en los intereses de los accionistas –que son quienes mantienen a los directi- vos en sus puestos y les pagan– que en la calidad de vida de sus trabajadores. Las consecuencias son varias; una de ellas, importante, consiste en la disminución de los costes estructu- rales innecesarios, con importantes repercusiones en la cali- dad de vida laboral. Uno de los resultados habituales de este planteamiento, resul- tado lógico en la óptica empresarial, ha sido el outsourcing o subcontratación (Castillo 2008). Las empresas se han centra- do cada vez más en sus objetivos prioritarios y en los aspec- tos nucleares de su negocio. Gran parte de las actividades ligadas al negocio, aunque sean necesarias, se subcontratan a empresas de menor calibre y que, es importante, generalmen- GLOBALIZACIÓN Y RIESGOS LABORALES EMERGENTES Prefacio Prefacio | Ciencia & Trabajo A32 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Prefacio | Ciencia & Trabajo te carecen de estrategias y capacidades para asegurar su nivel y mantenimiento de negocio, por lo que actúan con políticas irregulares de empleo y subempleo. La inseguridad laboral, la incertidumbre en el propio trabajo, la incapacidad para poder obtener y seguir un desarrollo profesional parecen conse- cuencias inmediatas. Hay, además, otras que suelen acompa- ñar, consistentes en el desarrollo de condiciones de trabajo irregulares que propician la acumulación del riesgo y el aumento de los accidentes (Benavides et al. 2006). Los datos obtenidos en diferentes estudios y trabajos indican que la siniestralidad está unida a la subcontratación. La subcontra- tación parece repercutir por partida doble en la calidad de vida laboral: en la calidad de empleo y en la calidad de con- diciones de trabajo. Lógicamente este resultado tiene efectos sobre el sistema de implicaciones del trabajador. En segundo lugar, el protagonismo competitivo por los mer- cados. Las empresas realmente mundiales son verdaderos cen- tros de poder, de manejo de la economía a nivel mundial y a veces por encima de los estados (Ziegler 2006), pero tienen enfrente a empresas competidoras con recursos similares. Aunque las políticas de enfrentamiento empresarial y corpo- rativo sean de lo más diverso, lo habitual ha sido de nuevo su resolución en el marco de la resolución financiera, la fusióno la compra acordada o beligerante, la oferta pública de adquisición (OPA) amistosa u hostil. Las fusiones y adquisi- ciones empresariales es un mundo complejo a la búsqueda del dominio del mercado, de la supresión de la competencia y del control de los sistemas de producción (Zozaya 2007). Las alternativas y formas que pueden tomar –financiera, econó- mica y socialmente– son múltiples, pero aunque los resulta- dos a plazo medio y largo pueden ser disimilares, los perjudi- cados más directos suelen ser los trabajadores, y en este caso de cualquier nivel jerárquico. Fusiones y adquisiciones suelen tener consecuencias amplias y profundas en el tamaño, con- figuración y organización de las plantillas de trabajo. De nuevo, la calidad de vida laboral sale habitualmente perjudi- cada. Todos los estudios vienen a indicar que el desarrollo del estrés laboral y de las enfermedades asociadas al estrés son habituales en este contexto. Como en el caso anterior, la pri- mera consecuencia de las reestructuraciones empresariales es, otra vez, la calidad del empleo; la segunda, el diseño del tra- bajo; la tercera, el aumento del estrés laboral. El diseño del trabajo se hace más ambiguo e incierto, y la sobrecarga labo- ral más alta por la habitual reducción de plantilla (Jiménez y Sánchez 2006). Tal como los datos de todo el mundo están dando actualmen- te, la primera consecuencia de la globalización es la calidad del empleo y, en segundo lugar, la calidad del trabajo: ambos son datos inmediatos que se presentan casi sin necesidad de análisis. Pero hay un dato que parece escapar de la atención de los analistas: hay otro tipo de riesgos laborales: los riesgos psicosociales, en gran parte producto de la globalización. No siempre se distingue adecuadamente factores y riesgos psicosociales. Aunque se suele identificar unos y otros, son elementos cualitativamente diferentes. Una de las primeras definiciones de los factores psicosociales, frecuentemente referida, es la que propone el Comité conjunto OIT/OMS en su novena reunión (18-24 de septiembre de 1984) que la define literalmente como “Interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización por una parte, y, por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual a través de percepciones y experiencias pueden influir en la salud y en el rendimiento y la satisfacción en el trabajo” (p. 3) (OIT/OMS 1984). Aunque la definición es amplia, el énfasis está en las condiciones de vida derivadas de la organización. Hay un dato que es central y consiste en que los factores psicosociales se relacionan con la salud, pero tanto positiva como negativamente. La cultura empresarial puede afectar tanto positiva como negativamen- te a la salud de los trabajadores, lo mismo ocurre con un sis- tema de liderazgo. Los riesgos laborales tienen un énfasis diferente pues se refie- ren a la “la posibilidad de que un trabajador sufra un deter- minado daño derivado del trabajo”. Un riesgo laboral se defi- ne básicamente por la probabilidad de que produzca un daño y la severidad del mismo. Si se asume que los riesgos psico- sociales son riesgos estrictamente, de la misma forma que lo pueden ser los de seguridad o higiene, hay que asumir enton- ces que el riesgo psicosocial alude principalmente a la proba- bilidad de un daño a la salud y a la severidad del mismo. Parece pues entenderse que mientras los factores psicosocia- les se refieren a la relación positiva o negativa con la salud, los riesgos lo hacen sólo con la relación negativa. Factores y riesgos psicosociales están ambos ligados con los factores organizacionales, pero de forma diferente. Hay un dato que ha sido reiteradamente constatado, pero que probablemente no se ha valorado suficientemente en sus con- secuencias: el protagonismo y el dinamismo de las nuevas formas de organización que los nuevos mercados imponen (Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo 2002). El dinamismo, pero también la agitación, es una carac- terística de la empresa actual, no sólo de las grandes sino también de las pequeñas o de cualquier tamaño. El mercado es proteico, continuamente cambiante, con cambios conti- nuos en las materias primas, en los sistemas de financiación, en la economía real de mercado, en la aparición de nuevos productos, en las exigencias de los clientes y consumidores. Las organizaciones no tienen más alternativa para sobrevivir y mantenerse que ser igualmente cambiantes y polimorfas. Es la organización de un sistema continuo de cambios inevita- bles para subsistir en un sistema ultracompetitivo. El cambio, la incertidumbre de futuro, lo que caracteriza a las organizaciones actuales es, casi al dictado, la misma defini- ción que Selye hacía del estrés: la respuesta al cambio. El “cambiante mundo del trabajo actual” es la primera y más importante amenaza para el bienestar psicológico y la prime- ra causa de estrés laboral crónico, difícil de evitar. En los mer- Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl A33 do a la aparición de formas de estrés postraumático laboral (Tehrani 2004). En no pocos casos, la activación generalizada del estrés se ha convertido en auténtico miedo físico. Menos dramático, pero también ampliamente extendido, es el riesgo psicosocial derivado de la sobrecarga emocional. En el mercado de servicios, la relación clientelar marca una direc- ción transaccional determinada principalmente por la compra de servicios –que exige un servicio-producto– y, habitual- mente, un sistema relacional. Los posibles desequilibrios son múltiples. El trabajo emocional, conceptualizado por Hochschild ( Hochschild 1983) como la necesidad de mostrar sólo las emociones que facilitan la interacción comercial con el cliente, es una de las formas que puede adoptar la sobre- carga emocional. Una de las características habituales del trabajo actual es su tendencia a absorber tiempos complementarios, a requerir dedi- caciones temporales que nunca terminan. Con ello amenaza continuamente al tiempo personal y familiar. La aparición de leyes orgánicas en algunos estados y países indica que el pro- blema ha adquirido relevancia política. La conciliación vida laboral-vida familiar es hoy día uno de los riesgos propios del trabajo actual (Geurts y Demerouti 2003). Gran parte del bie- nestar y desarrollo personal proviene de este equilibrio que permite la identidad individual y no sólo corporativa. Parte de la calidad de vida laboral proviene de la calidad de vida perso- nal; la conciliación es la fuente de recuperación más importan- te de la tensión laboral (Sonnentag y Fritz 2007). La globalización se ha producido como un efecto del desarro- llo de la economía en un marco de recursos tecnológicos mul- tiplicados. La desregulación de los mercados ha ayudado a ello y ha producido desfases mundiales importantes a nivel económico, de bienestar social, de seguridad y salud laboral. No pocos riesgos laborales actuales parecen enraizarse en este contexto; el mercado de servicios y los riesgos psicosociales asociados tienen aquí gran parte de su fundamentación labo- ral. La prevención e intervención de los riesgos psicosociales no es actualmente una tarea secundaria sino prioritaria en la acción por la salud de los trabajadores. Prefacio | Ciencia & Trabajo cados actuales de trabajo, los riesgos laborales no provienen tanto de las condiciones materiales de trabajo, aunque conti- núen haciendo estragos, como del estrés organizacional. Gran parte del estrés laboral actual es organizacional, originado por los cambios a los que hay que responder y por los cam- bios que hay que provocar para anticipar problemas y solu- ciones; por eso el estrés laboral actual tiene su origen en la misma preocupación profesional. El modelo de activación cognitiva del estrés (Ursin y Eriksen 2004) puede servir como referencia a este marco. La consecuencia es importante pues equivalecasi a identificar el trabajo actual con las formas crónicas del estrés laboral. El estrés laboral sería la caracte- rística identificativa del trabajo globalizado, sometido a la confrontación y marcado por la incertidumbre. Hay otro aspecto, de enorme importancia, en el que tampoco se repara frecuentemente. La globalización, para mantenerse, necesita de un mercado de consumo masivo (Sempere 2009), lo que lleva inevitablemente a la terciarización de la econo- mía, a la creación de un mercado centrado en los servicios. Se trata de convertir los productos en servicios y los mismos ser- vicios en un producto. La terciarización de la economía no es ajena a la creación de un mercado único y a la eclosión de un tipo de riesgos laborales procedentes de la interacción, del intercambio y la transacción laboral y asistencial. El nuevo mercado de servicios tiene riesgos laborales propios, funda- mentalmente de tipo psicosocial. En el mercado laboral pri- mario y secundario, la materia prima y el producto eran los objetivos finales; ahora, el cliente, su exigencia y satisfacción son el objetivo último a conseguir. Probablemente, el riesgo psicosocial más genérico, y más importante actualmente, sea la violencia en el trabajo. Aunque el problema ha estado presente de siempre, ha adqui- rido una extensión, nocividad y formas de desarrollo ante- riormente desconocidas (Chapelle y Di Martino 2006). Bien como violencia externa –como violencia del cliente– o como violencia interna; bien como violencia física o violencia en las formas; incivismo; bien como violencia de género –acoso o discriminación–, el problema se ha hecho agudo y ha lleva- Bernardo Moreno-Jiménez Eva Garrosa Hernández Dpto. Ps. Biológica y de la Salud, Facultad de Psicología Universidad Autónoma de Madrid e-mail: bernardo.moreno@uam.es Descriptores: ECONOMÍA, DESARROLLO ECONÓMICO, INTERNACIONA- LIDAD, IMPACTO PSICOSOCIAL, RIESGOS LABORALES; SALUD LABO- RAL, AGOTAMIENTO PROFESIONAL. Descriptors: ECONOMY; ECONOMIC DEVELOPMENT; INTERNATIONALI- TY; PSYCHOSOCIAL IMPACT; OCCUPATIONAL RISKS; OCCUPATIONAL HEALTH; BURNOUT, PROFESSIONAL. A34 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Prefacio | Ciencia & Trabajo Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo. 2002. Research on chan- ging World of work. Bilbao. Beck U. 1986. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidós. ————. 1999. Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización. Barcelona: Paidós ————. 2008. ¿Qué es la globalización?: falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Barcelona: Paidós. Benavides F, Dleclos J, Benach J, Serra C. 2006. Lesiones por accidentes de trabajo. Una prioridad en atención pública. Revista Española de Salud Pública. 80: 553-565. Castillo JJ. 2008. La soledad del trabajador globalizado: memoria, presente y futuro. Madrid: Los libros de la catarata. Chapelle D, De Martino V. 2006. Violence at work. Geneva: ILO. Fernández-Armesto F. 2002. Civilizaciones. La lucha del hombre por controlar la naturaleza. Madrid: Taurus. 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REFERENCIAS Artículo Original | Título Artículo Environmental Health P E R S P E C T I V E S Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | A36/A43 A37 ehp | Mirando Hacia Adentro Cuando Rachel Carson emprendió latarea de definir la defensa de la saludambiental a principios de 1960, hizo que el proceso gubernamental de control pareciera simple y directo. “La mayor parte del conocimiento necesario ahora está disponible, pero no lo utilizamos”, escribió en su libro Silent Spring, de 1962. “Entrenamos ecologistas en nuestras universidades e incluso los contratamos en nuestras agencias gubernamentales, pero rara vez requerimos sus consejos. Permitimos que la lluvia química mortal caiga como si no hubiese otra alternativa, mientras que de hecho hay varias, y nuestro ingenio podría pronto descubrir más si se le diera la oportunidad.” Carson muy probablemente quedaría deslumbrada por la frecuencia con que los gobiernos de todos los colores han llamado a científicos expertos para ayudar a poblar una galaxia de reglamentos que se extiende desde la más humilde de las municipalidades hasta la economía global. No obstante, el nacimiento de este nuevo mundo de prevención y protección no ha sido ni ordenado ni consistente. La comu- nidad científica genera volúmenes de datos sobre los potenciales peligros para la salud humana, pero el proceso de interpretación —que termina en el desarrollo de políticas— es, por lo general, moldeado fuertemente por intereses políticos, económicos e, incluso, culturales, los que pueden variar dramáticamente de un riesgo a otro, tanto como de una jurisdicción a otra. El resultado de cualquier deliberación reglamentaria puede ser entonces inesperada y absolutamente frustrante. Un agente dado puede ser marcado como amenaza tóxica en un lugar mientras es tolerado sin prejuicios en otro, incluso si los arquitectos de cada política analizaron los Mirando Hacia Adentro D av e C ut le r/ Im ag es .c om Entendiendo el Rol de la Ciencia y de los Reglamentos A38 A36/A43 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Artículo de Difusión | ehp mismos datos. Esta situación puede complicar a muchos observadores que creen que los hallazgos científicos defini- tivos deberían generar respuestas igual- mente definitivas. Daniel Sarewitz recuerda sus primeros días como Encargado de Ciencia en el Congreso en 1989. “Las escamas cayeron de mis ojos después de una semana de estar [en Washington, DC]”, dice. “Cuando se es científico que trabaja en la academia, lo que se ve son científicos discutiendo sobre problemas difíciles para tratar de llegar a la verdad. Cuando estás en el congreso, te das cuenta que lo que está realmente pasando es que estos problemas son doblemente complicados en términos de la ciencia y en términos de valores. Es posible tener muchas visiones científicas diferentes —inter- pretación de datos, decisiones respecto a qué datos utilizar, qué teorías usar— para cualquier problema complicado. No es extraño que esas decisiones terminen en preferencias valóricas o preferencias políti- cas”. Hoy Sarewitz es director del Consorcio para la Ciencia, Política & Resultados que, en sus propias palabras, busca aumentar la capacidad de las políticas públicas para unir las investigaciones científicas a los resulta- dos benéficos para la sociedad. Pero Sarewitz dice queel consorcio enfrenta resistencia en el traslado de estas perspecti- vas al debate público abierto. La dificultad, como él destacó en un artículo de la edi- ción de octubre 2004 de Environmental Science & Policy, se origina en el deseo tanto de los defensores y como de los oponentes de un reglamento dado, de invocar a la ciencia para defender sus respectivas pos- turas. Uno dirá que el conocimiento actual obliga a hacer algo, mientras que el otro apunta a incertidumbres en el mismo conocimiento como justificación para hacer menos, o quizás nada. Un Caso de Interés El ejemplo es el bisfenol A (BPA) que ha sufrido hasta las más intrincadas sutilezas del proceso de reglamentación. Este compuesto orgánico es el componente básico en la construcción de un número de polímeros ampliamente usados, incluyendo la cubierta protectora aplicada al interior de latas de comida y el plástico usado para formar contenedores de brebajes, tales como mamaderas. Las agencias en Norteamérica y Europa han considerado regularmente los peligros potenciales para la salud de este producto desde que entró al uso comercial hace más de 50 años. Aunque varios estudios en animales han originado preguntas acerca de peligros específicos —tales como alteraciones del balance hormonal en ratas— los legis- ladores concluyeron que cualquier efecto en los humanos es demasiado pequeño para generar efectos mensurables. Sin embargo, Canadá rompió con el consenso internacional en el 2008, cuando declaró al BPA tóxico bajo su Acta de Protección del Ambiente Canadiense (CEPA), la que regula actividades de dos departamentos federales claves: Canadá Ambiente y Canadá Salud. “Hemos concluido que el desarrollo embrionario temprano es sensi- ble a los efectos del bisfenol A”, declaró el Ministro de Salud Tony Clement en su anuncio formal de la decisión guberna- mental. “Aunque nuestro conocimiento científico nos dice que los niveles de exposición para los recién nacidos e infantes están bajo los niveles que causan efectos, es mejor estar seguro que lamen- tarse. Por tanto, si no aparece información relevante, y bien fundada durante el perio- do de consulta pública, es nuestra inten- ción prohibir la importación, venta y avisos de mamaderas de policarbonato”. Mientras tanto, en el 2006, la Auto- ridad Europea para la Seguridad en los Alimentos (EFSA) –una agencia indepen- diente de evaluación de riesgo de la Comunidad Europea– condujo su propia evaluación del BPA y concluyó que, para la población general, la exposición al químico está bajo la ingesta diaria tolerable (TDI), o la mayor dosis que puede ser tolerada todos los días sin efectos secundarios. Este TDI se basó en los descubrimientos de diversos estu- dios de toxicidad en ratas, que han generado un NOAEL específico (Nivel de Efecto Adverso No Observado, o la dosis más alta a la cual no se observa el efecto adverso). En julio del 2008, la EFSA reexaminó la seguridad del BPA, concentrándose en las posibles diferencias entre neonatos y adultos (tanto en humanos como en ratas) en la eliminación del BPA desde el cuerpo. El panel científico del EFSA concluyó que los neonatos son suficientemente capaces E s posible obtener muchos puntos de vista científicos —interpretaciones de datos, elecciones sobre cuáles datos usar, qué teorías usar— para un problema complejo específico. No sorprende que esas elecciones terminen apuntando a preferencias de valores o de política. —Daniel Sarewitz Consorcio para la Ciencia, Políticas & Resultados Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | A36/A43 A39 ehp | Mirando Hacia Adentro de eliminar el BPA del cuerpo y que, debido a las diferencias metabólicas, las ratas están más expuestas al BPA que los humanos. Poco antes de que Canadá declarara el BPA tóxico, la EFSA hizo una declaración pública señalando que la infor- mación existente sobre el BPA no garanti- zaba tal acción. La Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA), por su parte, hizo una referencia específica a la observación de la EFSA y a un informe similar del Instituto Nacional Japonés de Ciencia Industrial y Tecnología Avanzada, sobre la seguridad del BPA. “Cada uno de estos documentos consideró el posible efecto de dosis bajas y concluyeron que en la actualidad no existen riesgos para la salud [humana] por el BPA en los niveles actuales de exposición”, estableció una publicación de la agencia en la primavera del año 2008. La FDA declaró el BPA seguro en un borra- dor de evaluación publicado el 15 de agos- to del 2008, pero para octubre un sub- comité de la comisión de ciencia de la FDA publicó un informe desafiando las conclu- siones de la agencia, señalando como inade- cuado el margen de seguridad usado en la evaluación. Steven Hentges, cuya visión como repre- sentante del Consejo Americano de Química se hizo parte del registro oficial de la reunión del 31 de octubre, rechazó esta caracterización. “Esta conclusión definitiva y otras declaraciones similares en el informe no parecen tener base sólida en análisis cien- tíficos y, en particular, uno que sigue las recomendaciones de su propio subcomité”, dijo. ¿Cuál es el Fondo? El debate en torno al BPA puede pare- cer bizarro a un padre que sólo quiere saber si la mamadera es peligrosa para su hijo. Para George Enei, director general del Directorio de Ciencia y Evaluación de Riesgo Ambiental de Canadá, el asunto descansa en un contexto burocrático mayor. “La mayor parte de las personas se preguntan: ¿Cómo una sustancia puede ser tóxica en Canadá, pero no en Estados Unidos o viceversa?”, dice. “La respuesta básica es que, mientras cada país está uti- lizando los mismos métodos y protocolos científicos, nuestra respectiva legislación es diferente.” Enei explica que mientras Estados Unidos combina varios procedimientos de evaluación y gestión ambiental, Canadá los ha separado en tres etapas bajo el CEPA. “Nosotros conducimos una evaluación de riesgos que ensambla toda la ciencia disponible para determinar si una sustancia es dañina o tiene el potencial de dañar a los humanos o al ambiente”, dice él. “Si la respuesta es sí, la sustancia es añadida a la lista de sustancias tóxicas. Una vez que está en la lista, tenemos acceso a una variedad de opciones bajo el CEPA para manejar los riesgos que la evaluación ha identificado. Esto incluye planes para prevenir la conta- minación, leyes o, en casos extremos, impedir que la sustancia sea usada o impor- tada a Canadá.” Enei destaca que Canadá lleva estos esfuerzos más allá con su Plan de Manejo de Químicos, que lidera la comunidad internacional en una clasificación exhaus- tiva de no menos de 23.000 químicos que pueden representar algún tipo de amenaza para la salud humana o el ambiente. Desde el lanzamiento de esta iniciativa en el 2006, los Estados Unidos y la Comunidad Europea han desarrollado programas simi- lares: el Programa de Evaluación y Manejo de Químicos (ChAMP) de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. y el Sistema para el Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas (REACH) de la Comisión Europea. Los tres programas son igualmente ambiciosos analizando decenas de miles de agentes nuevos y antiguos. El BPA se ubicó entre los 200 com- puestos identificados por el Plan de Manejo de Químicos para ser incluidos en el “desafío a la industria,” ya que ellos han sido identi- ficados como posibles causantes de proble- mas a la salud y/o al ambiente, y sus elabo- radores estarán entre los primeros en ser cuestionados acerca de cómo estas sustancias fueron manipuladas. También, de acuerdo a lo indicado por CEPA, los exámenes de tamizado escudriñan la información científi- ca y generan conclusiones basadas en evi- dencia y medidas precautorias. Bárbara McElgunn, oficial de políticas de salud en la Asociación de Problemas del Aprendizaje de Canadá, ha estado investi- gando durante años la evidencia científica en torno al BPA y la neurotoxicidad del L a mayor parte de las personas se pregunta: ¿Cómo unasustancia puede ser tóxica en Canadá, pero no en Estados Unidos o viceversa? La respuesta básica es que, mientras cada país está utilizando los mismos métodos y protocolos científicos, nuestra respectiva legislación es diferente. —George Enei Directorio de Ciencia y Evaluación de Riesgo Ambiental de Canadá A40 A36/A43 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Artículo de Difusión | ehp forma correcta y que no hay nuevas eviden- cias científicas en contra de la seguridad de la leche de vacas tratada con rbGH”. Por su parte, Andrée considera este intercambio desde una perspectiva dife- rente. “Mi tendencia es mirar primero hacia la política económica del problema”, dice. Más específicamente, él reconoce diferencias significativas entre las industrias lecheras de cada país. La mayor corpo- ración de productores centrada en EE.UU. da la bienvenida el prospecto de obtener más leche del mismo número de vacas, dice. Los sentimientos tienden en sentido contrario en Canadá, donde la mayoría de esos productores operan como empresas familiares. “Hay un sistema de gestión de insumos que ayuda a mantener los tamaños de las granjas razonablemente pequeños, lo que les permite ser rentables”, explica Andrée, añadiendo que estos productores serán más proclives a hacer lobby ante el gobierno canadiense para restringir el uso de rbST, manteniendo así el nivel existente de pro- ducción lechera dentro de un mercado pro- tegido. Cualquier prohibición ganará aprobación desde este grupo políticamente organizado a la vez que permitirá al gobier- no proclamarse campeón de la salud públi- ca, a pesar de que la evidencia científica señala que el peligro es muy pequeño o no existente. La urgencia de actuar crece una vez que un peligro ha sido demostrado, incluso si la naturaleza del peligro no es comprendido por completo, dice Manolis Kogevinas, un nante (rbST, también conocida como la hormona de crecimiento bovina recombi- nante (rbGH), una versión sintética de una proteína producida en las glándulas pitui- tarias del ganado que aumenta la produc- ción de leche. La FDA sancionó el uso de rbST en los Estados Unidos en 1993, mientras que Salud Canadá eventualmente lo prohibió en 1999, a pesar de los descubrimientos de un panel de expertos independiente que señaló que no había “ninguna razón biológicamente plausible para la preocu- pación por la seguridad humana si el rbST fuese aprobado para la venta en Canadá”, La única duda señalada por el panel fue un estudio de la toxicidad oral del rbST en ratas que resultó en que uno de los ani- males de prueba desarrolló una respuesta de anticuerpo a pequeñas dosis. En su Informe sobre la Revisión de la Administración de Drogas y Alimentos sobre la Seguridad de la Somatotrofina Bovina Recombinante de 1999, la FDA escribió que “tal respuesta era consistente con la pro- ducida por un número de proteínas en la comida y no es necesariamente una indi- cación de absorción de rbGH intacta. Como la rbGH produce efectos biológicos significativos cuando es inyectada en ratas, este estudio apoyó la incapacidad de la rbGH de causar efectos biológicos signi- ficativos luego de una administración oral incluso en dosis 50 veces mayor que la usada en inyección”. La FDA sugirió después que “los revisores Canadienses no interpretaron los resultados del estudio de desarrollo. “Esta es la primera vez que recuerdo que Canadá ha tomado el lideraz- go sobre un químico en materias de legis- lación”, dice ella, haciendo notar que con demasiada frecuencia las políticas reglamentarias han nacido tras decisiones tomadas con anterioridad en Estados Unidos. Esto también puede haber pasado con el BPA, agrega ella, pero el Plan de Manejo de Químicos parece haber dado impulso al trabajo de Canadá en este terreno. Gene- rando una agenda nueva que trasciende el mandato de los departamentos existentes de gobierno, este nuevo programa ha apor- tado al menos un debate importante al desarrollo. “El punto de quiebre es la preocu- pación política pública”, dice McElgunn. “Cuando aparece la preocupación política pública, entonces parece que los legis- ladores pueden tomar acciones. Si no hay preocupación pública y es sólo científica, es un problema distinto, desafortunada- mente.” Complejidad e Intereses en Competencia Desde el punto de vista de Peter Andrée, científico político de la Univer- sidad de Carleton, en Ottawa, los actores gubernamentales incorporarán otros fac- tores externos a las evidencias científicas a sus decisiones, a pesar de cuanto respeto tengan hacia la ciencia pertinente. Así explica él las discrepancias burocráticas hacia la somatotropina bovina recombi- E l punto de quiebre es la preocupación política pública. Cuando aparece la preocupación política pública, luego parece que los legisladores pueden tomar acciones. Si no hay preocupación pública y es sólo científica, es un problema distinto, desafortunadamente. —Bárbara McElgunn, Asociación de Problemas del Aprendizaje de Canadá Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | A36/A43 A41 ehp | Mirando Hacia Adentro epidemiólogo del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental en Barcelona. Ese ha sido el caso en Europa, donde el impacto de la encefalopatía espongiforme bovina (BSE) continúa resonando. Mientras miles de animales fueron diagnosticados con esta condición, los políticos se vieron inicial- mente defendiendo la seguridad de la carne, asegurando que la mejor ciencia de esos días no encontraba repercusiones para la salud humana. Luego, cuando nuevas investiga- ciones revelaron que el BSE era causado por una extraña clase de proteínas llamadas pri- ones, muchos de estos mismos políticos tuvieron que hacer un giro público muy ra- dical, admitiendo que podría existir una conexión con la salud humana. La experiencia con la BSE ha modelado sin lugar a dudas la perspectiva europea sobre la regulación de la salud ambiental, dice Kogevinas. En particular, los legis- ladores de la CE han adoptado una postura crítica hacia alegatos asociados con el uso de organismos genéticamente modificados (GMOs) en alimentos y en procesamiento farmacéutico. En 1998, esta situación ame- nazó con quitar uno de los pilares económi- cos de Suiza, donde a los votantes se les ofreció la oportunidad de declarar ilegales las investigaciones genéticas en plantas y animales dentro del país. El rechazo de este referendo fue un espaldarazo para gigantes farmacéuticos establecidos en Suiza como Novartis y Hoffman-La Roche, que depen- den fuertemente de sus habilidades para desarrollar este tipo de investigaciones. Si se hubiese aprobado la prohibición, este tra- bajo y la gente que lo desarrolla probable- mente habrían migrado a algún otro lugar, provocando un grave daño a la economía suiza. Pero esta decisión de 1998 no puso a descansar este problema. En el 2005 otro referendo instaló de forma exitosa una moratoria de cinco años en el uso de pro- ductos GMO en la agricultura Suiza. Aunque esta decisión no afecta directa- mente al trabajo en laboratorios, organiza- ciones como la Asociación Suiza de Biotecnología y la Asociación de Comercio Suiza han dado a conocer su preocupación acerca de cómo estas maniobras legislativas restringirán la libertad de los investi- gadores, promoviendo una percepción internacional de su nación como una a la cual no le agradan las actividades científi- cas. Kogevinas reconoció que el alboroto sobre los GMO no tiene equivalente en Norteamérica. Él sugiere que esta distin- ción refleja una diferencia más fundamen- tal en el compromiso público, particular- mente en la manera en que los proce- dimientos administrativos son ejecutados. “En Norteamérica se tiene un más estruc- turado y transparente sistema para contac- tar instituciones, organizaciones, comu- nidades”, dice. “Tenemos menos de tradi- ción en esto que en Europa”. De hecho, nuevas reglas han abierto las reuniones del comité de revisiones de la CE que antes permitíanpoco o nada de acceso público. Todavía, dice Kogevinas, después de mucho tiempo de haber sido excluidos de tales procedimientos, muchos miembros de la comunidad científica tienen poco interés por contribuir al desarrollo de las políticas públicas, excepto de la manera más técnica. Esa renuencia puede jugar un papel impor- tante en las estrategias de los creadores de las políticas, como Kogevinas descubrió cuando participó en las complejas delibera- ciones españolas acerca de la aprobación de incineradores de basura municipales, fuente potencial de emisiones de dioxinas. “El gobierno hace preguntas como si ellas fuesen realmente científicas, cuando en realidad son demandas políticas, y a veces nosotros mismos mezclamos cosas y tratamos de responder a estas preguntas, usando criterios estrictamente científicos”, explica. La pregunta real, dice, no es si las emisiones de dioxinas deberían ser limi- tadas a 0.1 ng/m3 o algún otro valor. En cambio, dice él, “la pregunta es: ¿qué hace- mos con todos los residuos? La pregunta es si necesitamos un incinerador en particular —o cualquier incinerador— como medio para reducir el desperdicio”. Relatos Precautorios Distracciones similares surgen en discu- siones en los EE.UU., si los participantes están analizando los incineradores, células madre, o GMO. Lo que normalmente determina las conclusiones europeas, de todos modos, es el compromiso de ajustarse a un principio conocido como el principio precautorio. El principio precautorio —otra manera de decir “mejor seguro que lamentar”— ha E l gobierno hace preguntas como si ellas fuesen realmente científicas, cuando en realidad son demandas políticas, y a veces nosotros mismos mezclamos cosas y tratamos de responder a estas preguntas, usando criterios estrictamente científicos. —Manolis Kogevinas Centro para la Investigación en Epidemiología Ambiental A42 A36/A43 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Artículo de Difusión | ehp estado abriéndose camino en las prácticas reguladoras de los gobiernos desde 1930. Para 1990, eventos importantes tales como la Conferencia de la Tierra de Río de Janeiro comenzaron a plasmar la idea en lenguaje legal. En 1998, la Red de Ciencia y Salud Ambiental organizó una reunión internacional de científicos, filó- sofos, abogados y activistas ambientales en el Centro de Conferencias de la Johnson Foundation Wingspread en Wisconsin, produciendo esta definición concisa del principio: “Cuando una actividad genera preocupación por el daño que puede causar al medio ambiente o la salud humana, se deben adoptar medidas pre- cautorias incluso si una relación de causa y efecto no está establecida científicamente por completo”. Miembros de la Unión Europea tomaron nota, y en dos años adoptaron una declaración similar como fundamento para la regulación ambiental de la CE. El resulta- do ha impuesto el equivalente jurídico de “culpable hasta que se demuestre la inocen- cia” a cualquier fabricante que esté buscando permiso para introducir un producto al mer- cado, argumentando que la protección pública a los daños potenciales es más importante que los intereses comerciales. Tal necesidad da cuenta de la distancia administrativa que separa Europa de los Estados Unidos, según John Bucher, direc- tor asociado del Programa Nacional de Toxicología (NTP), un programa multi- agencias de toxicología y ensayos ubicado en el Instituto Nacional de Ciencia de Salud Ambiental. “El sistema de los EE. UU. ha evolucionado alrededor de la suposición de que el gobierno es responsable de proveer información, o utilizar y actuar sobre infor- mación proporcionada por la industria, que sugiera que un químico en particular no debería usarse en el comercio”, dice. En otras palabras, la precaución no es impuesta sobre los intereses comerciales como una suposi- ción preconcebida; en cambio, los peligros y riesgos son definidos por el gobierno caso a caso. Bucher sugiere que aunque las agencias reguladoras evalúan los agentes de riesgos de manera muy similar, ellas podrían prestar más atención a los casos que aparecen de mayor prominencia política o social. Tampoco él y sus colegas pueden modificar esta tendencia en la NTP, dado que carecen del mandato de una agencia reguladora y no pueden definir o evaluar el riesgo como parte de sus observaciones. “Así que debemos empujar las cosas en términos de si tenemos preocupaciones sobre un nivel particular de exposición humana que esté ocurriendo en la población”, dice. “Sin embargo, nosotros sí seleccionamos agentes para evaluación a través de nuestros programas… que nosotros consideramos requieren reglamentación por la agencia.” La aproximación precautoria utilizada por los Estados Unidos ha sido detenida por una pequeña cláusula agregada a una cuenta de gastos del congreso en el 2001 —dos sen- tencias sin nombre oficial, pero conocidas alternativamente como el Acta de la Calidad de la Información o el Acta de la Calidad de los Datos. Ésta, aparentemente poco impor- tante ley, se ha convertido en un argumento para requerir que las agencias federales opti- micen “la calidad, objetividad, utilidad e integridad” de la información que apoye actividades regulatorias. Los críticos señalan que este requeri- miento es una alternativa de escape que uti- lizan las corporaciones para evitar la imple- mentación de restricciones a sus productos. Para Chris Money, autor del libro La Guerra Republicana sobre la Ciencia editado el 2005, esta estrategia ha representado “un proceso complejo y sin precedentes mediante el cual las agencias gubernamentales deben enfrentar avalanchas de reclamos sobre la información, los estudios e informes que ellos entregan al público. Es el sueño hecho realidad de los abusadores de la ciencia”. Por otra parte, cuando la EPA consideró el potencial de alteración endocrina del her- bicida atrazina en el 2003, el Acta de la Calidad de la Información fue invocada para pedir que se aclararan los métodos experimentales que estaban siendo usados pues argumentaron que los efectos provoca- dos por este agente habían sido observados en ranas. “La publicación de un artículo de investigación en una revista científica con revisión por pares no significa que los resul- tados han sido aceptados como válidos por la comunidad científica y que deben ser considerados confiables para fines reglamentarios”, argumentan miembros del Centro para la Efectividad de los Reglamentos (CRE) en una carta publicada en el número de enero del 2004 de EHP. C uando una actividad genera preocupación por el daño que puede causar al medio ambiente o a la salud humana, se deben adoptar medidas precautorias incluso si una relación de causa y efecto no está establecida científicamente por completo. —Declaración de Wingspread sobre el Principio de Precaución Enero 1998 Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | A36/A43 A43 ehp | Mirando Hacia Adentro El CRE, un grupo autodefinido como contralor de los reglamentos, aplaudió la introducción de la legislación ya que la consideró un freno contra el uso excesiva- mente entusiasta de resultados de investi- gación preliminares o incompletos. Dicho eso, el principio precautorio no está del todo ausente de los reglamentos de EE.UU. En el 2000, la FDA envió un artículo sobre su sistema nacional de seguridad de los alimentos a la Organi- zación para la Cooperación Económica y el Desarrollo, que incluía un anexo ilustrando el rol que la precaución juega en el sistema. Este documento señaló varios factores de ajuste que podían ser aplicados para dar cuenta de subgrupos más sensibles dentro de la población estudiada, extrapolación de efectos crónicos desde estudios de poca duración, extrapolación desde estudios en animales a aplicaciones humanas y varia- ciones dentro de una población humana, como edad o sexo. Es más, el aumento de la precaución puede generar nuevos desafíos que los cien- tíficos aún no saben cómo enfrentar. A comienzosdel 2009, el Parlamento Europeo estaba haciendo los últimos ajustes a reglamentos que prohíben el uso de químicos que forman parte de los pesti- cidas más usados a nivel mundial. Richard Tren, director de la organización sin fines de lucro para la Lucha Contra la Malaria en África, dice que la prohibición obligará a muchas naciones en ese continente a aban- donar el uso de esos pesticidas que están efectiva y seguramente controlando graves problemas de salud. “Esto es una victoria para el lobby ambientalista y una derrota para la ciencia sólida”, escribió en la edición del 20 de enero del 2009 del periódico de Vancouver The Province. “Los reglamentos sensibles deben evaluar los riesgos generados por los químicos a los seres humanos y al ambiente basados en evidencia científica sólida. Los reglamentos no deben preocuparse sólo si el pesticida es peligroso en el laboratorio. Es más importante saber cómo es usado y qué tan diluido está el ingrediente activo”. Observadores como McElgunn tienen otro punto de vista. “La dilución de los tó- xicos no es una solución, más aun cuando toda la ciencia y el NOAEL están disponibles para los aspectos sensibles”, dice. “Otros podrán argumentar que la evi- dencia científica sólida debiera incluir tanto pruebas para evaluar el efecto de bajas dosis sobre el sistema endocrino y el desarrollo neurológico temprano, como efectos acu- mulativos de sustancias que tienen efectos similares o que producen efectos parecidos”. Por su parte, Rachel Carson no desesti- ma el uso de productos químicos, sólo su uso indiscriminado —y ella transfiere la responsabilidad de discriminar a los legis- ladores. Pero sopesar la evidencia científica para desarrollar adecuadamente esa tarea no es fácil. De acuerdo a Sarewitz, los legis- ladores deben lidiar con la cruda realidad de que no siempre existe una sola forma segura de usar un compuesto químico, razón por la cual es tan difícil identificar y eliminar un tóxico. “Somos bastante sim- plistas acerca de qué tan fácil es la tarea”, dice, “tanto en términos de la cuestión de identificar qué es lo que hacen las cosas, y los costos y consecuencias de deshacerse de ellas.” Tim Lougheed Artículo original en Environmental Health Perspectives • VOLUMEN 117 | NÚMERO 3 | Marzo 2009 | pgs A104-A110. A44 www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Artículo de Revisión Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | 37/43 37 Comprendiendo el Burnout UNDERSTANDING BURNOUT Christina Maslach PhD in Psychology. Professor and Vice Provost, University of California, Berkeley. ABSTRACT In recent years, “burnout” has become a popular way to describe the personal agony of job stress. The evocative imagery of a flame being reduced to ashes seems to resonate with people’s own experience of a psychological erosion over time. The initial “fire” of enthusiasm, dedication, and commitment to success has “burned out,” leaving behind the smoldering embers of exhaustion, cynicism, and ineffectiveness. The literary model for this phenomenon, as portrayed in A Burnt-out Case (1961), is the spiritually tormented and disillusioned architect who quits his job and withdraws into the African jungle. But much research over the past 25 years has established that this phenomenon is not merely a fictional one, and that it is not reserved for rare cases. Rather, burnout is a fairly common and widespread job experience, which serves as an indicator of a major disruption in people’s relationship with their work. Descriptors: BURNOUT, PROFESSIONAL; OCCUPTATIONAL HEALTH; WORKING ENVIRONMENT; WORKING CONDITIONS; RISK FACTORS; OCCUPATIONAL RISKS. ¿QUÉ ES EL BURNOUT? El burnout laboral es un síndrome psicológico que implica una respuesta prolongada a estresores interpersonales crónicos en el trabajo. Las tres dimensiones claves de esta respuesta son un agotamiento extenuante, sentimiento de cinismo y desapego por el trabajo, y una sensación de ineficacia y falta de logros. Esta definición es una afirmación más amplia del modelo multidi- mensional que ha sido predominante en el campo del burnout (Maslach 1993). La dimensión del agotamiento representa el componente de estrés individual básico del burnout. Se refiere a sentimientos de estar sobreexigido y vacío de recursos emocionales y físicos. Los trabajadores se sienten debilitados y agotados, sin ninguna fuente de reposición. Carecen de suficiente energía para enfrentar otro día u otro problema, y una queja común es “Estoy aplastado, sobrecargado y con exceso de trabajo –simplemente es dema- siado”. Las fuentes principales de este agotamiento son la sobre- carga laboral y el conflicto personal en el trabajo. La dimensión del cinismo representa el componente del contexto interpersonal del burnout. Se refiere a una respuesta negativa, insensible, o excesivamente apática a diversos aspectos del trabajo. Normalmente se desarrolla en respuesta al exceso de agotamiento emocional, en principio auto-protector –un amorti- guador emocional de “preocupación”. Si la gente está trabajando muy intensamente y haciendo demasiadas cosas, comenzará a apartarse, a reducir lo que están haciendo. Pero el riesgo es que el desapego puede derivar en la pérdida de idealismo y en la deshumanización. Con el tiempo los trabajadores no están simplemente creando formas de contención y reduciendo la cantidad de trabajo, sino que también están desarrollando una reacción negativa hacia la gente y el trabajo. A medida que se desarrolla el cinismo, la gente cambia desde tratar de hacer su mejor esfuerzo a hacer sólo el mínimo. Su desempeño en el Correspondencia / Correspondence Christina Maslach Chancellor's Office University of California, Berkeley. 200 California Hall. Berkeley, California 94720 -1500, U.S.A. maslach@berkeley.edu Tel.: (510) 642-9594 - Fax: (510) 642-9483 Recibido: 1 de abril de 2009 / Aceptado: 4 de mayo de 2009 RESUMEN En años recientes, “burnout” se ha convertido en una forma popular de describir la agonía personal del estrés laboral. La imagen evocadora de una llama que se está reduciendo a cenizas parece resonar con la propia experiencia de la gente de una erosión psicológica con el paso del tiem- po. El “fuego” inicial de entusiasmo, dedicación y compromiso con el éxito se ha “quemado” (burned out), dejando detrás las brasas humeantes del agotamiento, cinismo e ineficacia. El modelo literario de este fenómeno, como se describe en A Burnt-out Case (1961), es el arquitecto espiritualmente atormentado y desilusionado que abandona su trabajo y se retira a la selva africana. Pero una abundante investi- gación en los últimos 25 años ha establecido que este fenómeno no es meramente ficticio, y que no está reservado para casos raros. Más bien, el burnout es una experiencia de trabajo bastante común y extendida, que sirve como un indicador de una alteración mayor en la relación de la gente con su trabajo. (Maslach C. 2009. Comprendiendo el Burnout. Cienc Trab. Abr-Jun; 11 (32): 37-43). Descriptores: AGOTAMIENTO PROFESIONAL, SALUD LABORAL, AMBIENTE DE TRABAJO, CONDICIONES DE TRABAJO, FACTORES DE RIESGO, RIESGO LABORAL. 38 37/43 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | Ciencia & Trabajo Artículo de Revisión | Maslach Christina trabajo puede reducirse a “¿Cómo termino lo que estoy haciendo, sigo recibiendo mi sueldo y salgo de aquí?”. Los trabajadores con cinismo reducen la cantidad de tiempo que pasan en la oficina o lugar de trabajo y la cantidad de energía que dedican a su trabajo. Siguen desempeñándose, pero haciéndolo al mínimo, por lo tanto la calidad de ese desempeño disminuye. La dimensión de la ineficacia representa el componente de auto- evaluación del burnout. Se refiere a los sentimientos de incom- petencia y carencia de logros y productividad en el trabajo. Este sentido disminuido de autoeficacia es exacerbado por una carencia de recursos de trabajo, así como por una falta de apoyo social y de oportunidadespara desarrollarse profesionalmente. La gente que experimenta esta dimensión del burnout se pregunta, “¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy aquí? Quizás este es el trabajo equivocado para mí”. Esta sensación de ineficacia puede hacer que los trabajadores con burnout sientan que han cometido un error al elegir su carrera y a menudo no les gusta el tipo de persona en que ellos creen que se han convertido. De este modo, llegan a tener una consideración negativa de ellos así como de los demás. A diferencia de las reacciones de estrés agudo, que se desarrollan en respuesta a incidentes críticos específicos, el burnout es una reacción a la contante acumulación de estresores ocupacionales en curso. Con el burnout, el énfasis ha estado más en el proceso de erosión psicológica, y los resultados psicológicos y sociales de esta exposición crónica, más que simplemente en los físicos. Debido a que el burnout es una respuesta prolongada a los estre- sores interpersonales crónicos en el trabajo, tiende a ser bastante estable con el tiempo. Diferentes factores en el lugar de trabajo son predictores de las diferentes dimensiones del burnout, pero las tres dimensiones deberían ser examinadas a fin de obtener una buena idea de lo que está ocurriendo cuando los trabajadores experimentan este fenómeno. El burnout es un problema que surgió primero en trabajos de cuidado y servicio humano, tales como cuidado de salud, salud mental, servicios sociales, el sistema de justicia criminal, profe- siones religiosas, orientación, y educación (Maslach 1982). Todas estas ocupaciones comparten un punto central de proporcionar ayuda y servicio a gente necesitada, en otras palabras, el aspecto principal del trabajo es la relación entre el proveedor y el que recibe. Este contexto interpersonal del trabajo significó que, desde el principio, el burnout fuese estudiado no tanto como una respuesta individual al estrés sino también, en términos transaccio- nales, respecto a las relaciones existentes de un individuo en el lugar de trabajo. Además, este contexto interpersonal centró la atención en las emociones del individuo, y en los motivos y valores que subyacen en su trabajo con los receptores. Las relaciones tera- péuticas o de servicio que los cuidadores o proveedores desarrollan con los receptores exigen un nivel permanente e intenso de contacto personal y emocional. Aunque tales relaciones pueden ser gratificantes y adaptativas, también pueden ser bastante estre- santes. Dentro de tales ocupaciones, las normas prevalecientes se circunscriben a ser desinteresado y poner primero las necesidades de los otros; trabajar muchas horas y hacer lo que sea necesario para ayudar a un cliente o paciente o alumno; hacer un esfuerzo extra y dar todo de sí. Además, los ambientes organizacionales para estos trabajos están conformados por diversos factores sociales políticos y económicos (tales como financiamiento de reducciones o restricciones de política) que derivan en ambientes de trabajo de elevada exigencia y bajos recursos. Recientemente, en la medida que otras profesiones se han vuelto más orientadas al servicio personal del cliente, el fenómeno del burnout se ha hecho cada vez más pertinente para estos trabajos (Maslach y Leiter 1997). Se han efectuado nuevas investigaciones con muestras de participantes en esta gama más amplia de ocupaciones, pero el grueso de los resultados de la investigación acerca del burnout se sigue basando en muestras de cuidado de salud, educación y servicios humanos (Maslach et al. 1996; Schaufeli y Enzmann 1998). Aunque el burnout ha sido identificado principalmente como un fenómeno en el mundo del trabajo, la importancia del contexto social y las relaciones interpersonales para el burnout sugiere que éste podría ser pertinente para otras áreas de la vida. En realidad, varios autores han aplicado el concepto de burnout a la familia. El burnout ha sido empleado para analizar la relación entre padres e hijos (Procaccini y Kiefaber 1983), y la relación entre los miembros de un matrimonio (Pines 1996). EL IMPACTO DEL BURNOUT EN EL TRABAJO ¿Por qué deberíamos preocuparnos del burnout laboral? No es poco frecuente que los gerentes de las organizaciones le resten impor- tancia al hecho que los empleados se sientan estresados y quemados (burned out) (Maslach y Leiter 1997). La opinión general es que si los trabajadores están teniendo un mal día, entonces ése es su problema personal, no es una preocupación importante para la organización. Sin embargo, los tipos de problemas identificados tanto por los investigadores como los profesionales, sugieren que el burnout debería en realidad ser considerado una preocupación importante porque puede tener muchos costos, tanto para la orga- nización como para el empleado. La investigación ha descubierto que el estrés laboral es predictor de un menor rendimiento en el trabajo, problemas con las relaciones de familia y mala salud, y algunos estudios han demostrado hallazgos equivalentes en el burnout laboral. De primordial interés para cualquier organización debería ser la mala calidad del trabajo que un empleado que sufre el burnout puede producir. Cuando los empleados cambian su desempeño, estándares mínimos de trabajo y mínima calidad de producción en vez de desempeñarse al máximo, cometen más errores, se ponen menos minuciosos, y tienen menos creatividad para resolver problemas. Por ejemplo, un estudio descubrió que las enfermeras que experimentan niveles más elevados de burnout estaban propor- cionando, según sus pacientes, un nivel más bajo de cuidado (Leiter et al. 1998), mientras que otro estudio descubrió que los oficiales de policía con burnout reportaban más uso de violencia en contra de civiles (Kop et al. 1999). El burnout ha sido asociado con varias formas negativas de respuestas al trabajo, incluyendo insatisfacción laboral, bajo compromiso con la organización, absentismo, intención de dejar el trabajo, y rotación de trabajo (Schaufeli y Enzmann 1998). Las personas que están experimentando burnout pueden tener un impacto negativo en sus colegas, ya sea ocasionando mayores conflictos personales, o alterando las tareas del trabajo. De este modo, el burnout puede ser “contagioso” y perpetuarse a través de las interacciones informales en el trabajo. Cuando el burnout alcanza la etapa de cinismo alto, puede derivar en un mayor ausen- tismo y rotación. Los empleados que padecen burnout hacen el mínimo, no se presentan con regularidad, dejan el trabajo Artículo de Revisión | Comprendiendo el Burnout Ciencia & Trabajo | AÑO 11 | NÚMERO 32 | ABRIL / JUNIO 2009 | www.cienciaytrabajo.cl | 37/43 39 temprano, y abandonan sus trabajos en mayor medida que los empleados comprometidos. La relación de la salud personal con el estrés humano ha estado siempre en el centro de la investigación del estrés. Éste siempre ha mostrado un impacto negativo tanto en la salud física (especial- mente problemas cardiovasculares), como en el bienestar psicoló- gico. La dimensión del estrés individual del burnout es el agota- miento, y, como uno pronosticaría, esa dimensión ha sido correla- cionada con diversos síntomas físicos del estrés: dolores de cabeza, desórdenes gastrointestinales, tensión muscular, hipertensión, episodios de resfrío/gripe, y alteraciones del sueño (Leiter y Maslach 2000a). El burnout también ha sido vinculado con la depresión, y ha habido mucho debate acerca del significado de esa vinculación (Maslach y Leiter 2005). Una suposición común ha sido que el burnout causa disfunción mental, es decir, precipita efectos negativos en términos de salud mental, tal como depresión, ansiedad, y baja autoestima. Un argumento alternativo es que el burnout no es precursor de la depresión, pero es, en sí mismo, una forma de enfermedad mental. La investigación más reciente sobre este tema indica que el burnout es realmente distinguible de la depresión clínica, pero que parece que se relaciona con los criterios de diagnóstico para la neurastenia relacionada con el trabajo (Schaufeli
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