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1
APUNTE DE CLASE – MARX Y EL COMERCIO 
INTERNACIONAL1 
Si bien se trata éste de un desarrollo muy somero e incompleto, se cree que será 
suficiente como para cumplir con el objetivo propuesto: es decir, presentar a los 
alumnos los principales determinantes del valor y los precios en Marx de acuerdo a la 
llamada “Ley del Valor Trabajo”, a partir de los cuales analizar los principales aportes 
de Marx al análisis del comercio internacional y sentar las bases para el análisis de 
otras teorías desarrolladas por autores marxistas en relación al mercado mundial. Para 
ello se partirá desde el análisis de la mercancía en Marx, se abordará la discusión 
sobre la transformación de los valores en precios de producción, y se desarrollará la 
ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, junto con sus factores 
contrarrestantes. 
1. Ley del Valor Trabajo en Marx 
Marx dedica el Capítulo 1 de su obra cumbre, El Capital2, al análisis de la mercancía. 
Ésta, debido a sus propiedades, “satisface necesidades humanas del tipo que fueran”3, 
sin importar si se trata de necesidades fisiológicas –que se originen en el estómago, 
diría Marx- o necesidades culturales o espirituales –que se originen en la fantasía, 
diría también Marx. Por tanto, la primera característica de las mercancías es la de ser 
elementos útiles; es condición necesaria para éstas servir positivamente a la 
satisfacción de necesidades, poseer utilidad. En tanto útiles, las mercancías, desde el 
punto de vista del sujeto, son valores de uso. Dicha utilidad “no flota por los aires”4 ni 
mucho menos, sino que “está condicionada por las propiedades del cuerpo de la 
mercancía”5. Por ende, el cuerpo mismo de la mercancía es valor de uso. 
Las mercancías son también portadoras de valor de cambio; ello implica que posean 
una segunda cualidad, más allá de su utilidad: la de ser cambiables. Ese valor de 
cambio se presenta como relación cuantitativa, como proporción en que se 
intercambian valores de uso distintos. El hecho de que el valor de cambio se presente 
de tal forma, lo lleva a tener un carácter fluctuante, contingente y puramente relativo, 
en tanto las proporciones en que se intercambian valores de uso distintos se modifican 
 
1 Apunte de clase realizado por el Prof. Carlos Bianco para el curso de “Teorías del Comercio 
Internacional” de la Universidad Nacional de Quilmes. 
2 Marx, Karl (2004), “El Capital”, Siglo XXI Editores, Primera reimpresión, Buenos Aires. 
3 Marx, ibid. 
4 Marx, ibid. 
 2
de acuerdo a la mercancía que haga las veces de equivalente. Por tanto, el valor de 
cambio no puede ser de ninguna manera algo inmanente, intrínseco o propio de la 
mercancía. En tal sentido, en tanto una mercancía individual se intercambia por otras 
en las proporciones más diversas, pero su valor de cambio se mantiene inalterado 
respecto de cada una de ellas, ambas deben poseer un contenido diferenciable de 
estos modos de expresión. Ese valor de cambio es sólo la forma en que se expresa o 
manifiesta otro algo, un contenido que todas las mercancías tienen en común. 
Ese “algo común” que poseen todas las mercancías no puede ser de ninguna manera 
una propiedad natural, “en la medida en que ellas hacen útiles a las mercancías”6 y, 
por ende, las hacen ser valores de uso. Para conocer ese “algo común” que poseen 
las mercancías, no queda otra, entonces, que hacer abstracción de sus propiedades 
materiales. De esa forma, se deja a un lado el cuerpo de la mercancía y se pone de 
relieve qué es lo que realmente permite la relación de cambio: la circunstancia de ser 
productos del trabajo. 
Sin embargo, el ejercicio de abstraer los valores de uso del cuerpo de las mercancías, 
lleva también a abstraerse de los trabajos particulares que hacen de esa mercancía un 
valor de uso. Como mejor diría Marx, “con el carácter útil de los productos del trabajo 
se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos”7, de manera que 
el trabajo se reduce en su totalidad a “trabajo humano indiferenciado, a trabajo 
abstractamente humano”8. De acuerdo con esto, el valor no es otra cosa que la 
cristalización, la acumulación de esa sustancia social común a toda mercancía que es 
el mero gasto de fuerza de trabajo humana. Por tanto, las mercancías, tal como se ha 
dicho, son valores de uso. Pero no sólo valor de uso, sino también valor. 
La magnitud de ese valor está determinada por la cantidad de trabajo promedialmente 
necesario en una sociedad y época determinadas que insume la producción de la 
mercancía. El trabajo al que se refiere Marx es tanto trabajo ejercido de manera 
directa como indirecta. Tal como ya lo había visto Ricardo9, sólo crea valor el trabajo 
directa e inmediatamente ejercido por el trabajador, mientras que el trabajo 
incorporado a los medios de producción utilizados por éste sólo transfiere su valor en 
la medida en que se desgasta. Por tanto, el valor total de una mercancía es la suma 
 
5 Marx, ibid. 
6 Marx, ibid. 
7 Marx, ibid. 
8 Marx, ibid. 
9 Ricardo, David (1959), “Principios de economía política y tributación”, FCE, México, 
 3
del trabajo abstracto socialmente necesario contenido en ella ejercido por el trabajador 
en el proceso productivo –trabajo vivo- y el valor que los medios de producción le 
traspasan en la medida en que se desgastan –trabajo muerto o, en términos 
dinerarios, capital constante (c). 
No obstante, al intentar conocer la magnitud de este valor se presenta un problema: el 
valor es invisible. Por más que se dé vuelta, examine con el microscopio o desmenuce 
a la mercancía, la “gelatina” de trabajo humano indiferenciado nunca aparece. 
Tampoco las mercancías se presentan en el mercado con una etiqueta pegada en su 
rostro diciendo qué cantidad de trabajo tienen incorporado; no podría ser así. Esta 
circunstancia hace que el valor de cambio no sea otra cosa que el modo de expresión 
o forma de manifestarse necesaria del contenido de las mercancías (su valor), el cual 
no se puede expresar por las suyas. 
El valor nuevo añadido por el trabajo vivo del trabajador, se resuelve en dos partes: 
por un lado, el trabajador es retribuido con aquella parte del producto que es 
equivalente a las necesidades de reproducción de su fuerza de trabajo en la calidad 
requerida por el capital individual que lo contrata, cosa que Marx denomina trabajo 
necesario (TN); por la otra, el capitalista se apropia del trabajo en exceso respecto de 
las necesidades de reproducción de la fuerza de trabajo del obrero, lo que se 
denomina plustrabajo (PT). 
A su vez, el TN está determinado por tres variables distintas. En primer lugar, por la 
necesidad de formación del trabajador antes de entrar en el mercado de trabajo. En tal 
sentido, se puede decir que a mayor formación del trabajador, se lo retribuye con un 
mayor TN como contraprestación al esfuerzo realizado para desarrollar su fuerza de 
trabajo y en compensación por los años que pasó fuera del mercado de trabajo. En 
segundo lugar, por la intensidad a la que se somete al trabajador a lo largo de la 
jornada laboral. A este respecto, a mayor intensidad, mayor es el TN. En tercer lugar, 
por el consumo que requiere realizar el trabajador diariamente de modo de reproducir 
su fuerza de trabajo en la calidad requerida. En relación con esto, mayor o más 
sofisticado consumo, implica mayor TN. Al transformar tanto al TN como al PT a 
montos en dinero, éstos se convertirán en capital variable (v) y plusvalía (p) 
respectivamente. 
Sigamos ahora en la búsqueda de una definición completa del valor. Los valores de 
uso adoptan la forma de mercancía porque son productos de trabajos privados e 
 4
independientes. Cuando el trabajo de la sociedadse realiza de forma privada, todos 
los productores deciden sobre el carácter individual de su trabajo, pero no sobre su 
carácter social, que se pondrá de manifiesto sólo a través del intercambio. La sociedad 
no asigna su capacidad de trabajo de manera conciente, voluntaria y directa ya que no 
sabe cómo hacerlo, en tanto el trabajo social se presenta como su contrario, el trabajo 
individual, como trabajo privado, autónomo e independiente. Es sólo bajo esta 
circunstancia en que el producto del trabajo adquiere, además de su forma natural de 
valor de uso, la forma de valor: ese ser dual es la mercancía. 
Por tanto, para que un valor de uso sea mercancía, no sólo debe ser útil y producto del 
trabajo humano, sino que se debe tratar de un valor de uso social, un valor de uso 
producido para otros. No sólo eso, debe ser un valor de uso producido para otros sino 
que también debe transferirse a través del intercambio a quien se sirve de él como 
valor de uso. Pero hay más. También debe haber sido producido por parte de 
productores libres, autónomos y recíprocamente independientes.10 Sintéticamente, la 
magnitud del valor de una mercancía está determinada por la cantidad de trabajo 
abstracto socialmente necesario para su producción realizado de manera libre, 
autónoma y recíprocamente independiente. 
 
 
 
10 Para comprender de manera más acabada las condiciones que hacen de un valor de uso también un 
valor y, por tanto, una mercancía, vayamos a un ejemplo. Pensemos en tres platos de sopa, exactamente 
iguales. El primero me lo preparo a la noche cuando llego a casa luego de una larga jornada laboral en la 
UNQ. Claramente, es un valor de uso, en tanto tiene utilidad: satisface mi necesidad de alimentación. 
Pero no es valor (no tiene valor), ya que no está producido para otros, sino para mi propio consumo y, por 
ende, no se lo podría vender a nadie, ya que no fue producido para la venta. El segundo, me lo prepara mi 
padre cuando voy a visitarlo un domingo al mediodía. Obviamente, también es un valor de uso, en tanto 
satisface esa misma necesidad de alimentación. Pero tampoco es valor (no tiene valor), porque si bien está 
producido para otros, respecto de mi padre no soy un productor libre, autónomo y recíprocamente 
independiente. Con mi padre nos une una relación de dependencia mutua; una relación, justamente, de 
padre-hijo. Por tanto, desde el momento de su producción, está pensado para ser ofrecido y no 
comerciado. El tercero, es un plato de sopa que me tomo en el bar que está a la vuelta de mi casa cuando 
vuelvo demasiado tarde y muy cansado de la UNQ y ya no tengo ganas de cocinar. No hay dudas de que 
también es un valor de uso, en tanto satisface aquella misma necesidad de alimentación a la que nos 
referimos en ocasión del primer y segundo plato de sopa (que además, no difieren entre ellos en el más 
mínimo detalle). Sin embargo, en este caso sí el plato de sopa, además de valor de uso, será valor (tendrá 
valor). Eso se debe no sólo a que está producido para otros (al igual que el segundo plato de sopa), sino 
que además contará con la condición suficiente como para que se transforme en valor: está producido por 
un productor libre, autónomo y recíprocamente independiente respecto de mí y, por tanto, desde el mismo 
momento de producción, está pensado para la venta. Solamente en este último caso, el plato de sopa es 
mercancía (valor de uso y valor). En los dos primeros casos, el plato de sopa era solamente un producto 
(valor de uso). 
 5
2. Inconsistencia entre la LVT "directa" y Ley de Igualación de la Tasa de 
Ganancia (LIG) 
De acuerdo al desarrollo realizado, se puede definir a los valores (W) como la 
sumatoria del trabajo muerto incorporado a la mercancía en la medida de su desgaste, 
bajo su forma dineraria o capital constante que es consumido durante un determinado 
período de tiempo (cc)
11, y el trabajo vivo añadido a ella, que se resuelve en trabajo 
necesario (TN) y plustrabajo (PT) en sus respectivas formas dinerarias, capital variable 
(v) y plusvalía (p). 
cW c v p   (1) 
Una vez definido el valor, de acuerdo a la LVT en su forma "directa", diremos 
sumariamente que, en principio, los precios son la expresión dineraria del valor. En 
efecto, dentro de las relaciones de producción capitalistas, en donde las mercancías 
no son valores de uso para su productor, el intercambio es la forma necesaria de 
realizar el valor de dichas mercancías. Ese intercambio desarrollado implica la 
necesidad de una mercancía que haga las veces de equivalente general, es decir que 
tenga el atributo de ser directamente aceptada a cambio de otras mercancías por parte 
de todos los productores. Esa mercancía tan particular no es otra cosa que el dinero, 
bajo las formas particulares que éste adquiera, cuyo valor se define también de la 
misma forma que el valor de otra mercancía cualquiera. El valor de cambio de una 
mercancía en términos de dinero está regulado también por la LVT. 
Ahora bien, si tal como lo analiza Marx en el Tomo III de El Capital, opera la Ley de 
Igualación de la Tasa de Ganancia (LIG), se producirá una inconsistencia en la 
determinación de los precios de venta de los productos a través de la operación de la 
LVT en su forma "directa" y la LIG. Para ello, veamos un sencillo ejemplo, cuyos 
valores numéricos son tomados del modelo presentado por Arghiri Emmanuel12 para 
determinar el "intercambio desigual". 
 
11 Téngase en cuenta que los capitales constantes (maquinarias, edificios, herramientas, insumos 
productivos, materias primas, etcétera) no son necesariamente consumidos en su totalidad a lo largo de un 
determinado período de tiempo. Por ejemplo, una maquinaria no se desgasta de manera absoluta en un 
año, sino que se va desgastando en la medida que participa del proceso productivo transfiriendo parte de 
su valor. Mucho menos, los edificios. Contablemente, ese desgaste es la amortización de los bienes de 
capital o de los edificios. 
12 Emmanuel, Arghiri (1969), “El intercambio desigual”, en Amin, Samir; Bettlheim, Charles; Emmanuel, 
Arghiri y Palloix, Christian: Imperialismo y comercio internacional: el intercambio desigual, Ediciones 
PyP, Cuadernos de Pasado y Presente N° 24, 8ª Edición (1981), pp. 1-32. 
 6
Suponga la existencia de dos ramas de producción a nivel mundial (A y B) dentro de 
un mercado nacional (en donde tanto el trabajo como el capital son absolutamente 
móviles y, por ende, funciona perfectamente el llamado mecanismo de "ajuste clásico", 
en donde el valor de sus respectivas mercancías se determinan, de acuerdo con la 
ecuación (1), de la siguiente forma: 
 
Rama c cc v p W 
A 850 200 50 50 300 
B 50 10 50 50 110 
 
Siguiendo con el ejemplo, si funcionara la LVT de manera "directa" (es decir, si los 
precios relativos de los bienes expresaran estrictamente la relación de horas de 
trabajo incorporadas a cada uno de los productos), las mercancías de las ramas de 
producción A y B se intercambiarían de la siguiente forma: 
1 unidad de A_________________2,73 unidades de B (300/110) 
1 unidad de B_________________0,37 unidades de A (110/300) 
Ahora bien, si esto fuese "directamente", veamos cuáles serían las rentabilidades que 
obtendría cada rama de producción, para lo cual debemos desarrollar, junto con Marx, 
la ecuación de la tasa de ganancia. En primer lugar, la ganancia del capitalista no es 
otra cosa que el plustrabajo (PT) que realiza el trabajador y del cual el primero se 
apropia en virtud de su monopolio sobre los medios de producción; en términos 
monetarios, como ya vimos, se denomina plusvalía (p)13. La tasa de ganancia (g) se 
calcula relacionando a la masa de ganancias obtenidas (G), que no son otra cosa que 
la representación monetaria de la plusvalía (p) obtenida por el capitalista, por el total 
invertido porél (Ci), o sea los salarios adelantados (v) y el capital constante total 
invertido (c). Por tanto, la fórmula resultante es: 
i
G
g
C

 (2) 
p
g
c v


 (3) 
 
13 “La ganancia es el equivalente en dinero, la forma monetaria de la plusvalía”, Shaikh, op. cit., p. 47. 
 7
1
p
vg
c
v


 (4) 
De acuerdo con esta fórmula, la tasa de ganancia (g) depende de dos cocientes: de la 
tasa de plusvalía (p/v) y de la composición orgánica del capital (c/v). Como se supone 
(al igual que lo hacen Marx14 y Shaikh15) que existe un solo nivel de salarios para los 
distintos trabajadores y que todos agregan la misma cantidad de valor a la mercancía 
que producen en un determinado período de tiempo, la tasa de plusvalía es la misma 
para todos los sectores de una economía nacional. No así la composición orgánica del 
capital (c/v), la cual debido al distinto ritmo del cambio técnico entre sectores se va 
modificando constantemente. 
Por consiguiente, siguiendo el ejemplo, la tasa de ganancia a la que se enfrentarían 
los capitalistas de una y otra rama ante el funcionamiento "directo" de la LVT sería la 
siguiente: 
A
A
A A
p
g
c v

 (5) 
50
5,6%
850 50
Ag  

 
B
B
B B
p
g
c v


 (6) 
50
50%
50 50
Bg  

 
Tal como se observa, el funcionamiento "directo" de la LVT implica la existencia de 
distintas tasas de ganancia entre ramas de producción, lo que viola la LIG que tanto 
Ricardo como Marx observaban que se cumplía dentro del modo de producción 
capitalista y que daba lugar a la existencia del llamado “ajuste clásico” entre sectores. 
Es decir, dado que la observación empírica demuestra el funcionamiento de la LIG, 
entonces los precios relativos de los productos no pueden ser explicados única y 
exclusivamente a través de la LVT en su forma "directa". Por consiguiente, entre los 
 
14 Marx, op. cit. 
15 Shaikh, op. cit. 
 8
precios de venta y los valores de los productos existe una "mediación" que permite 
hacer compatible el funcionamiento de la LVT (aunque de manera "indirecta") y la LIG. 
3. Transformación de valores en precios de producción 
Marx introduce la noción de los precios de producción (Pp), que son efectivamente 
precios por encima o por debajo de los valores de las mercancías que permiten igualar 
las tasas de ganancia. Ello sucede dado que la determinación de la tasa de ganancia 
de la economía es un proceso "social" (y no "individual"), del que participa el conjunto 
del capital social (y no meramente los capitales individuales de acuerdo a su tasa de 
plusvalía y su composición orgánica del capital). 
Por consiguiente, dentro de una economía capitalista, bajo los supuestos de libre 
movilidad de trabajo y capital y de libre acceso a la tecnología, existirá una sola tasa 
de ganancia promedio para todos los sectores. En tal sentido, ramas de producción 
con una alta composición orgánica del capital, venderán sus mercancías a un precio 
que excede a su valor, mientras que ramas de producción con una baja composición 
orgánica del capital enajenarán sus productos por debajo de su valor. En este sentido 
es que junto con la LVT y la LIG, opera la transformación de valores en precios de 
producción. 
Para ello, y dado que como se dijo anteriormente, la determinación de la tasa de 
ganancia es un proceso "social", existirá una única tasa de ganancia de acuerda a la 
siguiente fórmula, siguiendo nuestro modelos de dos ramas de producción en una 
economía sujeta a libre movilidad del capital y el trabajo: 
( ) ( )
A B
A B A B
p p
g
c c v v


  
 (7) 
50 50
10%
(850 50) (50 50)
g

 
  
 
Una vez definida la tasa de ganancia general (social) de la economía (g), la forma en 
que participan los capitales individuales (en nuestro caso, A y B) de la masa de 
ganancias (G) es a partir de su capital invertido total (Ci). Ello implica que cada rama 
de producción se apropia de un porcentaje determinado de la plusvalía (p) total 
obtenida de manera proporcional al capital invertido individualmente. Por tanto, de 
 9
haber dos ramas de producción, la forma de calcular sus respectivas masas de 
ganancia (G), sería la siguiente: 
( )A A A AiG gC g c v   (8) 
0,1*(900) 90AG   
( )B B B BiG gC g c v   (9) 
0,1*(100) 10AG   
La transformación de los valores (W) en precios de producción (Pp) opera a partir de 
esta definición de las ganancias individuales de cada una de las ramas de producción. 
Los precios de producción, en última instancia, serán los precios a los cuales se venda 
el producto final de cada una de las ramas de producción; los mismos se definen cómo 
la sumatoria de los costos de producción (Cp) y la ganancia (G) individual de cada 
rama de producción. Los costos de producción se definen de la siguiente manera: 
A A A
p cC v c  (10) 
50 200 250ApC    
B B B
p cC v c  (11) 
50 10 60BpC    
Y, por último, los precios de producción serían los siguientes: 
A A A
p pP C G  (12) 
250 90 340ApP    
B B B
p pP C G  (13) 
60 10 70BpP    
Por consiguiente, no son los valores sino los precios de producción quienes reflejan -
bajo condiciones "normales" de oferta y demanda- los precios de venta de los 
productos en el mercado de cada una de las ramas de producción. En términos 
 10
relativos, se observa que los precios relativos (o términos de intercambio) entre estos 
bienes serían los siguientes: 
1 unidad de A_________________4,86 unidades de B (340/70) 
1 unidad de B_________________0,21 unidades de A (70/340) 
En síntesis, en virtud de la LIG, los precios relativos de los bienes no son 
determinados de manera "directa" por la LVT, sino a través de una "mediación" que 
implica el proceso de transformación de valores en precios de producción. De esta 
manera, la rama con mayor composición orgánica del capital venderá sus productos 
por encima de su valor (y se apropiará de una mayor proporción de plusvalía que la 
generada por ella), y la rama con menor composición orgánica del capital venderá sus 
productos por debajo de su valor (y se apropiará de una menor proporción de plusvalía 
que la generada por ella). 
4. La competencia capitalista 
El proceso de competencia capitalista conduce a la necesidad permanente de abaratar 
los costos, de modo de desplazar a los competidores. La forma en que opera la 
competencia en Marx es compleja y se sucede en distintos estadios. En términos 
generales, la razón de ser del "capital" como sujeto es su auto-valorización, para lo 
cual opera en función de la maximización de sus ganancias. Como hemos visto, la 
ganancia capitalista no es otra cosa que la expresión monetaria del plusvalor; por 
ende, para entender el proceso de valorización del capital y la competencia capitalista 
es necesario entender las distintas formas de apropiación de plusvalor por parte de los 
capitalistas individuales y de los capitales en su conjunto. 
En primer lugar, los capitalistas buscan apropiarse de la plusvalía de una manera 
"absoluta". Para ello, echan mano de la extensión y la intensificación lo máximo 
posible de la jornada laboral de sus obreros, así como de la reducción al máximo de 
sus salarios reales, de modo de mejorar sus costos de producción y estar en mejores 
condiciones de competir ante otros capitalistas. Sin embargo, esas formas de 
competencia se encuentran sujetas a límites marcados por la naturaleza, que tienen 
que ver con las posibilidades de reproducción de la clase obrera. 
 11
En segundo lugar, buscarán valorizar su capital y salir airosos de la competencia ante 
otros capitalistas a través del cambio tecnológico (en procesos). De esa forma, la 
introducciónde métodos de producción más eficientes permitirá incrementar su 
plusvalía de manera "extraordinaria". No obstante, el proceso mismo de concurrencia 
capitalista llevará a que las innovaciones, tarde o temprano, se difundan. Si estaban 
protegidas por el secreto industrial, en algún momento los competidores podrán copiar 
los métodos más eficientes; si estaban protegidas por patentes, en algún momento 
vencerán o podrán ser adquiridas por otros capitalistas. 
De esta manera, al difundirse al resto de los capitalistas, el efecto general que se 
produce es el abaratamiento de los medios de vida de los trabajadores por una mayor 
eficiencia productiva en su proceso de elaboración. Por consiguiente, el conjunto de 
los capitalistas se ve beneficiado al apropiarse de una mayor plusvalía de manera 
"relativa". 
Este proceso continuo y necesario de mejora de los procesos productivos a partir del 
perfeccionamiento de la maquinaria y una mejor organización del proceso productivo 
redunda, en última instancia, en la concentración y centralización del capital como 
tendencia de largo plazo. 
5. Ley Tendencial de Caída de la Tasa de Ganancia (LCG) 
El proceso antes descripto, que como vimos conduce siempre a la maximización de 
las ganancias de los capitalistas en términos individuales, en términos sociales 
conduce a su contrario: la caída de la tasa de ganancia para la economía capitalista en 
su conjunto. Tomemos la ecuación (4) que define la fórmula de la tasa de ganancia: 
1
p
vg
c
v


 
De acuerdo a lo dicho en el apartado anterior, la única forma de buscar ganancias que 
no encuentra límites en el marco de la competencia capitalista es a través de la 
maquinización y el cambio técnico. En términos de nuestras variables (categorías), el 
cambio técnico se traduce en un aumento del capital constante (c), a través de la 
incorporación de nuevas y más sofisticadas máquinas, que suplantan crecientemente 
a la fuerza de trabajo y, por ende, a la carga de capital variable (v) necesaria para 
 12
poner en marcha dicha maquinaria. Por consiguiente, ceteris paribus las demás 
variables, la competencia capitalista a través de la sustitución de trabajo vivo por 
trabajo muerto conduce a una reducción de la composición orgánica del capital (c/v) y, 
por consiguiente, a la caída de la tasa de ganancia capitalista (g). 
Sin embargo, existen causas o razones que actúan en contra de la ley general de la 
caída de la tasa de ganancia, ralentizando su ritmo declinante y, por ende, 
transformándola en una "ley tendencial". Es decir, LCG es sólo una ley tendencial que 
se ve contrarrestada comúnmente por factores que impiden o hacen más lenta tal 
caída. 
6. Factores contrarrestantes de la LCG 
De tales causas contrarrestantes de la ley tendencial de la caída de la tasa de 
ganancia, para Marx, las siguientes son las más importantes. Si bien también incluye 
como factor contrarrestante al “comercio internacional”, separaremos su análisis del 
resto de las causas contrarrestantes para evaluarlo con mayor detalle en el apartado a 
continuación. 
6.1. Elevación del grado de explotación del trabajo 
Esta mayor explotación del trabajo puede ser el resultado de dos fenómenos distintos, 
a saber: 
6.1.1. Prolongación de la jornada laboral 
El alargamiento de la jornada de trabajo tiene como consecuencia un aumento de la 
cantidad de plustrabajo o trabajo excedente (TE), al tiempo que mantiene constante, o 
aumenta en un grado proporcionalmente menor, el trabajo necesario (TN) para el 
sostenimiento del trabajador y su prole. De esta forma, se produce un aumento del 
coeficiente de explotación (TE/TN) y, por ende, de la tasa de plusvalor (p/v) de manera 
absoluta, que en última instancia llevar al repunte de la tasa de ganancia (g). 
 
 
 13
Esquema 1 – Prolongación de la jornada laboral 
 
 
6.1.2. Intensificación del trabajo 
La intensificación de la actividad laboral, por ejemplo, a través de la aceleración del 
ritmo al que funciona la máquina o mediante la adición de funciones al trabajador, 
manteniendo constante la duración de la jornada laboral, lleva a que se reduzcan las 
horas de trabajo necesario (TN) con que se retribuye al trabajador para la 
reproducción de él y su clase. Así, entonces, se produce también un aumento del 
coeficiente de explotación (TE/TN) y, junto con él, de la tasa de plusvalor (p/v), en este 
caso de manera relativa. En última instancia, esta mejora de la tasa de plusvalor 
desemboca en un aumento de la tasa de ganancia (g). 
Esquema 2 – Intensificación del trabajo 
 
 
5.2. Reducción del salario por debajo de su valor 
La reducción del valor del trabajo (salario) por debajo de su valor, que puede o no ser 
de subsistencia, lo que estará de acuerdo con la magnitud del “ejército de reserva” 
existente, tiene como consecuencia, al igual que la intensificación del trabajo, una 
caída en la cantidad de horas de trabajo necesario (TN) como para retribuir al 
trabajador y su prole. De tal manera, al aumentar, como contracara de la reducción del 
trabajo necesario, el trabajo excedente (TE), se produce un aumento del coeficiente de 
explotación (TE/TN), de la tasa de plusvalor (p/v) y, por último, de la tasa de ganancia 
(g). 
TN1 = 4 hs. TE1 = 4 hs. 
TE2 = 5 hs. 
8 hs. 
TN2 = 3 hs. 
TN = 4 hs. TE1 = 4 hs. 
TE2 = 6 hs. 
8 hs. 10 hs. 
 14
Esquema 3 – Reducción del salario por debajo de su valor 
 
 
6.3. Abaratamiento de los elementos del capital constante 
En este caso, el aumento de la tasa de ganancia (g) no se produce a causa del 
incremento del coeficiente de explotación (TE/TN) y de la tasa de plusvalor (p/v) sino 
debido a la caída de la composición orgánica del capital (c/v). Esta caída en la 
composición orgánica del capital se produce debido a la caída del capital constante (c) 
en relación con el capital variable (v), debido a que, si bien existe una tendencia 
intrínseca al sistema de producción y competencia capitalista a que aumente de 
manera constante la cantidad material o física de capital constante (c), las mejoras en 
la fuerza productiva del trabajo hacen que caiga el valor de los medios de producción 
en términos de trabajo social. 
6.4. Sobrepoblación relativa 
La evolución del capitalismo muestra que a mayor nivel de desarrollo de las relaciones 
de producción capitalistas, se produce una mayor sobrepoblación relativa. El aumento 
de este “ejército de reserva” hace que en muchas ramas de la industria no se 
incorpore nuevo capital o se sustituya capital por trabajo de la manera correspondiente 
a su estadio de desarrollo a causa de la baratura y disponibilidad de trabajo. De tal 
manera, al no aumentar la composición orgánica del capital (c/v), no se produce la 
caída de la tasa de ganancia (g). 
6.5. Aumento del capital accionario 
Las inversiones de capital a interés se caracterizan por tener una tasa de ganancia (g) 
menor al del resto de las inversiones, precisamente por ser sólo una porción de la tasa 
de ganancia general. Se trata de los denominados “dividendos”, que conforman la 
ganancia (g) junto con las otras ganancias de todas clases y la renta del suelo. Sin 
embargo, al no entrar estos capitales invertidos en acciones en el mecanismo de 
TN1 = 4 hs. TE1 = 4 hs. 
TE2 = 5 hs. 
8 hs. 
TN2 = 3 hs. 
 15
nivelación de la cuota general de ganancia, impiden que la tasa de ganancia baje aún 
mucho más. 
7. Comercio internacional y tasa de ganancia 
El comercio exterior tiene, en principio, dos efectos que elevan la tasa de ganancia, en 
ambos casos, a partir de la ampliación de la escala de producción. Estos efectos se 
hacen sentir tanto por el lado de la tasa de plusvalía como de la composición orgánica 
del capital. 
También hay un tercer efecto que discute Marx, vinculado con la nivelación de la tasa 
de ganancia general a partir del incremento de la tasa de ganancia del comercio 
internacional. 
7.1. Abaratamiento de los elementosdel capital constante 
La producción a gran escala de bienes de capital permite su producción a menores 
costos y, por ende, hace disminuir la composición orgánica del capital (c/v) y aumenta 
la tasa de ganancia (g). 
7.2. Abaratamiento de los medios de subsistencia 
El comercio exterior no sólo permite el abaratamiento de los medios de subsistencia 
en los que se transforma el capital variable (v) debido al aprovechamiento de 
economías de escala, sino también debido a que muchos de estos medios de 
subsistencia pueden ser conseguidos en los países del exterior en donde existen 
mejores condiciones para su producción, como por ejemplo, mayor fertilidad en las 
tierras y mejores condiciones climáticas. 
De esta manera, al incrementarse la capacidad productiva del trabajo, es menor la 
cantidad de trabajo social cristalizado en dichos bienes y menor, pues, su valor. Así es 
que, al caer el capital variable (v), por un lado desciende la composición orgánica del 
capital (c/v); por el otro, aumenta la tasa de plusvalía (p/v). Como resultado, se 
incrementa la tasa de ganancia (g) por esta doble vía. 
7.3. Mejora de la tasa de ganancia del comercio internacional 
 16
Los capitales invertidos en el comercio exterior pueden obtener una mayor tasa de 
ganancia debido a que, al competir en los mercados externos con productos 
elaborados con un menor grado de productividad en ese y otros países, las 
exportaciones del país más adelantado pueden ser realizadas por encima de su valor, 
aunque siempre por debajo del valor de los países menos adelantados. De esta forma, 
el país más adelantado obtiene mayor cantidad de trabajo en especie de la que 
entrega a través del comercio internacional. Por consiguiente, se obtiene una ganancia 
extraordinaria, que participa del mecanismo de nivelación de la tasa de ganancia en un 
nivel mayor. 
8. Comercio internacional y lucha de clases 
Marx aborda abierta y explícitamente la discusión sobre libre comercio versus 
proteccionismo en un discurso pronunciado en la Asociación Democrática de Bruselas 
en el año 1848.16 El contexto en que realiza dicho discurso es posterior a la abolición 
de las Leyes de Grano inglesas hacia 1846, que eliminó los aranceles a la importación 
de trigo en Inglaterra y abarató el precio del mismo y sus subproductos (básicamente, 
harina y pan), parte sustantiva de la dieta de los trabajadores ingleses. 
Marx argumenta que este hecho ha sido el mayor triunfo del librecambismo a lo largo 
del siglo XI y hasta 1848. Señala que los fabricantes, en general, cuando se refieren al 
libre cambio lo hacen en relación a la libre importación de materias primas y alimentos, 
bajo el argumento de "cheap food, high wages". Es decir, el reclamo de libre comercio 
de los capitalistas no refiere a su situación propia, sino a la necesidad altruista y 
filantrópica de bajar el precio de los alimentos para que aumenten los salarios en 
términos reales y, por consiguiente, la situación de la clase trabajadora. 
El argumento de los free-traders o librecambistas es el siguiente: los derechos a la 
importación de alimentos por un lado elevan su precio y, por ende, reducen los 
salarios de los trabajadores; por el otro, generan un aumento de la renta que se 
destina a los aristócratas y terratenientes por el uso de suelos impropios para el cultivo 
de granos (renta ricardiana). En tal sentido, los impuestos a la importación son una 
suerte de impuesto que pagan los trabajadores a los terratenientes (cae el salario real 
y aumenta la renta). 
 
16 Marx, K. (1848), "Discurso sobre la cuestión del libre cambio", en Marx, K. (1984): La miseria de la 
filosofía, SARPE, Madrid. 
 17
Por consiguiente, para los “economistas vulgares” y los free-traders, el libre comercio 
desarrolla las fuerzas productivas del trabajo al aumentar la división del trabajo y hacer 
que el capital y el trabajo fluyan hacia las actividades “naturalmente” más 
provechosas. En el caso particular de Inglaterra, la libre importación de granos 
permitirá desarrollar aún más la industria y, por ende, la demanda de trabajo, lo que 
conducirá a un aumento en el precio del trabajo (el salario). 
Sin embargo, Marx desenmascara el falaz argumento de los capitalistas, ya que en 
rigor la eliminación de los derechos de importación de trigo conducirán por un lado, a 
una reducción nominal del salario (manteniendo constante el salario real, en el mejor 
de los casos) y, por el otro, a una caída de la renta de la tierra. De este modo, el 
verdadero motivo por el cual los capitalistas industriales de la Anti-Corn Law League 
de Manchester pretendían la abolición de los derechos a la importación de granos era 
la reducción de renta de los terratenientes, la reducción nominal de los salarios de los 
obreros (y por ende, una mejora en la competitividad vis-à-vis los otros capitales 
industriales de Europa continental) y, en última instancia, la mejora de la tasa de 
ganancia capitalista. 
El argumento de Marx es el siguiente. Ante el libre comercio, se reducirá el precio de 
todas las mercancías al mínimo de su costo de producción, incluyendo al de la 
mercancía fuerza de trabajo; es decir, el salario del obrero se reducirá hasta hacer 
posible su reproducción y la de su clase. Esto se produce ante la mayor competencia 
(oferta) que se producirá entre los obreros. Los procesos de concentración y 
centralización del capital profundizan la división del trabajo y la maquinización, con lo 
que se destruye al “hombre de oficio”, y se lo suplanta por nuevos obreros poco 
capacitados que pueden ejecutar el trabajo en las nuevas máquinas. De esa manera 
se multiplica la oferta de brazos (el llamado “ejército industrial de reserva”) y se reduce 
el salario de los obreros hasta el valor de su reproducción. 
Al pasar al análisis agregado (entre países) del comercio internacional, Marx sostiene 
también que hay unos países que se benefician a costa de otros, sobre todo aquellos 
que poseen industrias de menores costos. En este sentido, muestra cómo el 
proteccionismo ha sido una herramienta que permitió desarrollar primero el libre 
comercio al interior de grandes naciones (eliminando aduanas e impuestos internos) y 
librarse de los vestigios del sistema feudal. En tal sentido, el proteccionismo es un 
medio para establecer la gran industria dentro de una nación, para luego hacerla 
depender del mercado universal y, por ende, del libre comercio. 
 18
Sin embargo, lejos de defender el proteccionismo, Marx se vuelva a favor del libre 
comercio (al menos en las naciones ya industrializadas). Sus palabras son más que 
evidentes en ese sentido: 
“…en nuestros días el sistema protector resulta conservador, mientras que el 
sistema de libre cambio es destructor. Disuelve las viejas nacionalidades y lleva al 
extremo el antagonismo entre la burguesía y el proletariado. En una palabra, el 
sistema de la libertad de comercio apresura la revolución social. Y es solamente 
en ese sentido revolucionario, señores, por lo que voto a favor del libre cambio.”
17
 
 
17 Marx, K., op. cit., p. 206.

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