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Parto prematuro: -Definición; se definía al lactante prematuro por un peso al nacer <2 500 g. A partir de esa edición, se considera que los productos prematuros son los que nacen antes de las 37 semanas completas, es decir, ≤366/7. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la International Federation of Gynecology and Obstetrics difundieron dicha defi nición a partir de 1976 y se ha utilizado durante casi 40 años; esta defi nición se basó en el análisis estadístico de la distribución de la edad gestacional al nacer (Steer, 2005). No tiene bases funcionales específi cas y debe diferenciarse del concepto de premadurez; ésta representa el desarrollo incompleto de órganos y sistemas al nacer el producto. Los órganos más afectados son los pulmones y ello da origen al síndrome de insufi ciencia respiratoria. TENDENCIAS EN LOS ÍNDICES DE PARTOS PREMATUROS: CAUSAS DEL PARTO PREMATURO: Se conocen cuatro causas directas de los nacimientos prematuros en Estados Unidos: 1) parto prematuro espontáneo no explicado, con membranas intactas; 2) rotura prematura idiopática de membranas (PPROM, preterm premature rupture of membranes); 3) parto por indicaciones maternas, fetales o de ambos tipos, y 4) gemelos y concepciones multifetales. De todos los partos prematuros, están indicados 30 a 35%; 40 a 45% lo están por parto prematuro espontáneo, y 30 a 35% ocurren después de la rotura de membranas prematura (Goldenberg, 2008). En efecto, gran parte del incremento de la cifra de nacimientos de feto único prematuro se explica en Estados Unidos por la cifra cada vez mayor de nacimientos de pretérmino indicados (Ananth, 2005). Las causas del nacimiento del producto prematuro incluyen innumerables factores, a menudo interrelacionados, antecedentes y contribuyentes; dicha complejidad ha desorientado en grado notorio los intentos de evitar y tratar tal complicación. Esto es en particular evidente en el caso de rotura prematura de membranas y parto prematuro espontáneo que, en conjunto, representan 70 a 80% de los nacimientos prematuros. ANTECEDENTES Y FACTORES CONTRIBUYENTES; ■ Amenaza de aborto La expulsión de sangre por la vagina al principio del embarazo se vincula con una mayor frecuencia de resultados adversos. Weiss (2004) publicó los hallazgos con metrorragia entre las semanas 6 y 13 en casi 14 000 mujeres. Las hemorragias escasa y profusa se acompañaron del surgimiento ulterior de parto prematuro, desprendimiento prematuro de placenta y pérdida del embarazo antes de las 24 semanas. ■ Factores del estilo de vida El tabaquismo, el incremento ponderal inadecuado por parte de la gestante y el consumo de drogas ilícitas intervienen en grado notorio en la incidencia y las consecuencias para los neonatos de bajo peso natal (cap. 12, pág. 253). El sobrepeso y la obesidad de la mujer imponen un mayor riesgo para parto prematuro (Cnattingius, 2013). Otros factores maternos que intervienen son la juventud o la edad avanzada de la madre, pobreza, talla corta e hipovitaminosis C (Casanueva, 2005; Gielchinsky, 2002; Kramer, 1995; Meis, 1995; Satin, 1994). Como se expuso ya en la página 837, algunos factores psicológicos como la depresión, la ansiedad y el estrés crónico, según algunos protocolos, se vinculan con el parto prematuro (Copper, 1996; Li, 2008; Littleton, 2007). Neggers et al. (2004) identifi caron un vínculo signifi cativo entre el peso natal bajo y el parto prematuro en mujeres lesionadas por abuso físico (cap. 47, cap. 951). Los estudios de trabajo y actividad física en relación con el parto prematuro han generado resultados inconsistentes (Goldenberg, 2008). Sin embargo, hay algunas pruebas de que trabajar muchas horas y el trabajo físico pesado se relacionan tal vez con un mayor riesgo de parto prematuro (Luke, 1995). Factores genéticos La naturaleza recurrente, familiar y racial de los partos prematuros ha llevado a sugerir que los factores genéticos pueden tener participación causal. Los datos publicados sobre variantes genéticas sustentan este concepto (Gibson, 2007; Hampton, 2006; Li, 2004; Macones, 2004). Como se expuso en la página 839, algunos de los estudios también han planteado la intervención de genes inmunorreguladores para potenciar la corioamnionitis en caso de parto prematuro secundario a infección (Varner, 2005). ■ Enfermedades periodontales La infl amación de las encías es un trastorno anaeróbico crónico el cual afecta incluso a la mitad de las embarazadas en Estados Unidos (Goepfert, 2004). Vergnes y Sixou (2007) realizaron un metaanálisis de 17 estudios y llegaron a la conclusión de que la enfermedad periodontal estaba relacionada de una manera signifi cativa con el nacimiento prematuro (razón de posibilidades, 2.83). Sin embargo, los investigadores concluyeron que los datos no tenían el sufi ciente peso para recomendar la detección y el tratamiento de las embarazadas (Stamilio, 2007) Intervalo entre embarazos Desde hace mucho se sabe que la brevedad que media entre uno y otro embarazos supone consecuencias perinatales adversas. En un metaanálisis, Conde-Agudelo et al. (2006) indicaron que intervalos <18 meses y >59 meses se acompañaron de mayores riesgos de nacimiento de productos prematuros y de neonatos pequeños para la edad gestacional Parto prematuro previo Un grave factor de riesgo para la aparición de parto prematuro es un antecedente de éste (Spong, 2007). En el cuadro 42-6 se indica la incidencia de la repetición del parto prematuro en alrededor de 16 000 mujeres atendidas en el Parkland Hospital. El riesgo de que recurra el parto prematuro en mujeres cuyo primer parto también fue prematuro aumentó tres veces en comparación con el riesgo de mujeres cuyo primer neonato nació en un embarazo de término. Más de 33% de las mujeres cuyos dos primeros partos y neonatos fueron prematuros más tarde tuvieron parto de un tercer producto de igual forma. Se identifi có que gran parte de los nacimientos recurrentes en tales estudios (70%) se produjo en el término de dos semanas de la edad gestacional del parto prematuro anterior. Como aspecto importante, también se repitieron las causas del parto prematuro de la ocasión pasada ■ Infección Como se indicó en secciones anteriores, parece irrefutable la existencia de un vínculo entre el parto prematuro y las infecciones. Goldenberg et al. (2008) han revisado dicho nexo. Se presupone que las infecciones intrauterinas desencadenan el parto prematuro al activar al sistema inmunitario innato. Según esta hipótesis, los microorganismos inducen la liberación de citocinas infl amatorias como las interleucinas y el TNF-α, que estimulan a su vez la producción de prostaglandinas, enzimas que degradan matriz, o ambas sustancias. Las prostaglandinas estimulan las concentraciones uterinas, en tanto que la degradación de la matriz extracelular en las membranas fetales produce la rotura prematura de ellas. Se ha calculado que 25 a 40% de los nacimientos prematuros son consecuencia de la infección intrauterina. DIAGNÓSTICO: ■ Síntomas Es difícil la diferenciación temprana entre el parto verdadero y la primera fase del parto falso, antes de que ocurran el borramiento y la dilatación demostrable del cuello uterino. La actividad uterina sola puede ser un signo desorientador, a causa de las contracciones de Braxton Hicks, que se expusieron en detalle en el capítulo 21 (pág. 409). Estas contracciones, que se describen como fenómenos indoloros o dolorosos, irregulares y arrítmicos, pueden generar enorme confusión en el diagnóstico del parto prematuro verdadero. Algunas veces, las mujeres que parieron antes del término presentan actividad uterina atribuible a las contracciones de Braxton Hicks, lo cual conduce a establecer el diagnóstico erróneo de primera fase del parto falso. Con base en ello, la American Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2012) defi nieron la primera fase del parto prematuro como las contracciones regulares antes de las 37 semanas que se acompañan de cambios en el cuello uterino. Además de las contracciones dolorosaso indoloras del útero, se han vinculado de forma empírica con la inminencia del parto prematuro otras manifestaciones, entre ellas sensación de presión pélvica, espasmos similares a los menstruales, expulsión de material acuoso por la vagina y lumbalgia. Tales molestias, según algunos especialistas, son frecuentes en el embarazo normal y por ello la paciente, los clínicos y las enfermeras no les conceden importancia. Vaginosis bacteriana En este trastorno, la fl ora vaginal normal que produce peróxido de hidrógeno, y en la que predominan los lactobacilos, es sustituida por anaerobios, los que incluyen Gardnerella vaginalis, especies de Mobiluncus y Mycoplasma hominis (Hillier, 1995; Nugent, 1991). El diagnóstico y tratamiento de esta entidad se expone en el capítulo 65 (pág. 1276). Por medio de la tinción de Gram se cuantifi can y gradúan (p. ej., la califi cación de Nugent) las concentraciones relativas de los morfotipos bacterianos que son característicos de la vaginosis bacteriana