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1 Dr. Fernando D. Saraví El sistema nervioso es el más complejo y versátil de todos los sistemas del organismo. El objetivo de las ciencias neurológicas es comprender los procesos mediante los cuales percibimos, aprendemos, recordamos, sentimos y actuamos. La complejidad del sistema nervioso no se debe tanto a la biología de sus células, sino a la forma en que ellas se conectan y las operaciones que son capaces de realizar. En el presente capítulo se tratará de las neuronas y su organización general. Posteriormente se presentan los sistemas de soporte de la función del sistema nervioso central: La glía, la circulación cerebral y el líquido cefalorraquídeo. El sistema nervioso posee dos clases de células: neuronas y glía. Las células gliales son igual de numerosas que las neuronas y cumplen diversas funciones, que se explicarán luego. Las neuronas La neurona es la unidad funcional del sistema nervioso. Las neuronas poseen una morfología característica, que muestra variantes según el tipo de neurona de que se trate (Fig. 1). No obstante, todas obedecen a un plan común, vinculado a su capacidad de recibir, procesar y transmitir información. En el siglo XIX era popular la idea de que las células del sistema nervioso formaban un sincitio. Se debe a Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) la noción, firmemente establecida hoy, de que cada neurona es una unidad funcional, discontinua con otras neuronas; esta idea se conoce como doctrina de la neurona. 1 SINAPSIS La comunicación entre neuronas se realiza en zonas especializadas llamadas sinapsis por Sir Charles Sherrington (1857-1952, Premio Nobel 1932). Sinapsis significa “conjunción”; el 1 Es paradójico que Ramón y Cajal compartiera el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906 con su adversario científico, Camilo Golgi (1843-1926), el principal defensor de la naturaleza sincitial del sistema nervioso. sustantivo proviene del verbo griego sinapto, unir, asir o estrechar. En la mayoría de las sinapsis, la comunicación es química: un mediador químico o neurotransmisor liberado por una neurona (llamada presináptica) es reconocido por otra, llamada postsináptica, generando una respuesta. Existen también algunas sinapsis eléctricas, en las cuales se establece continuidad entre el citoplasma de neuronas adyacentes mediante uniones comunicantes o nexos (ver SINAPSIS). Cabe destacar que las sinapsis pueden ser tanto excitatorias como inhibitorias. Las sinapsis inhibitorias son fundamentales en mecanismos de retroalimentación y en limitar y moldear la descarga neuronal. La pérdida de la función inhibitoria resulta en convulsiones y muerte. ESTRUCTURA DE LAS NEURONAS En las neuronas es posible distinguir un soma o pericarion (palabra griega que significa “en torno al núcleo”) y prolongaciones llamadas dendritas que llevan información hacia el soma. La mayoría de las neuronas posee asimismo un axón, que en general conduce información desde el soma hacia las sinapsis, sitio principal de comunicación entre neuronas o entre neuronas y otros tejidos como músculo o glándulas (llamados efectores). Mientras que las dendritas son relativamente cortas, sin superar el orden del mm, los axones pueden ser extremadamente largos. Por ej., el axón de una motoneurona espinal que inerva un músculo del pie en un humano adulto tiene una extensión de ~ 1 m. Desde el punto de vista funcional, las neuronas poseen: 1. Una región sensible a estímulos, sea que se trate de estímulos químicos procedentes de otras neuronas que establecen sinapsis con ellas, o a estímulos químicos o físicos ambientales si se trata de neuronas sensoriales. 2. Un área especializada en la iniciación de un impulso propagado o potencial de acción, el llamado segmento inicial o cono del axón. 3. Un axón o fibra nerviosa, que transmiten el potencial de acción, que es una señal eléctrica de amplitud y duración constantes, a lo largo de distancias considerables. Organización y soporte del sistema nervioso central Posgrado-00 Sello 2 4. Los botones terminales, que establecen sinapsis con otras neuronas o con efectores. Cuando llega a ellas un potencial de acción, las terminales liberan sustancias químicas (neurotransmisores) que transmiten un mensaje a otras células. PRINCIPIOS FUNCIONALES En la función de la neurona hay tres principios sobresalientes. 1. Cada neurona central es una unidad de integración, que recibe estímulos excitatorios e inhibitorios capaces de modificar su potencial transmembrana de manera gradual (modulación de amplitud). El conjunto total de dichos estímulos en un momento dado se suma de manera ponderada en el segmento inicial, lo cual determina si la neurona habrá de generar o no un potencial de acción. Si se inicia un potencial de acción, éste se propaga por el axón de manera estereotipada. La neurona puede señalar la intensidad del estímulo por la frecuencia de descarga (modulación de frecuencia) y la duración del estímulo según la persistencia de la descarga. Un conjunto de neuronas posee un mecanismo adicional de codificar intensidad y duración, según el número de neuronas simultáneamente activas (reclutamiento). 2. Las neuronas muestran una polarización funcional, ya que su axón conduce normalmente impulsos desde el segmento inicial a las terminales sinápticas y no a la inversa (conducción ortodrómica). El axón puede también conducir en la dirección opuesta (antidrómica), pero no lo hace excepto en condiciones patológicas o experimentales. 3. Todas las neuronas forman parte de uno o más circuitos nerviosos. Las neuronas muestran especificidad en sus conexiones, que cumplen funciones determinadas según su ubicación. Los efectos de la activación de una neurona dependen de sus conexiones. Por ej., la estimulación eléctrica del axón de una neurona de la vía óptica es percibida subjetivamente como un destello luminoso; la estimulación eléctrica de una neurona motora produce una contracción muscular. TRANSPORTE AXÓNICO La síntesis de las proteínas estructurales, canales iónicos y enzimas se produce principalmente en el soma neuronal, aunque las dendritas poseen capacidad limitada para sintetizar algunas proteínas. Esto no ocurre en el axón, por lo cual todas las proteínas necesarias para su 3 funcionamiento, incluida la producción de neurotransmisores, deben ser transportadas desde el soma hacia los botones sinápticos. Por otra parte, las proteínas y vesículas degradadas de las terminales nerviosas deben ser devueltas al soma para su digestión y eliminación. Por lo expuesto, el transporte axónico es bidireccional. Según su sentido, se denomina anterógrado cuando va del soma hacia los botones sinápticos y retrógrado cuando va en sentido inverso. Ambas clases de transporte se producen simultáneamente, aunque uno de ellos pueda predominar según el caso. El transporte axónico también se puede clasificar según su velocidad. Existe un transporte rápido, que recorre el axón con velocidades de 100 a 400 mm/día, y un transporte lento, que avanza 0.2 a 10 mm/día. El transporte rápido lleva principalmente vesículas, proteínas sinápticas y canales iónicos, mientras que el transporte lento acarrea mayormente componentes del citoesqueleto. El transporte requiere ATP que lo energice, motores que lo impulsen y rieles que lo dirijan (Fig. 2). Los “rieles” son los microtúbulos, que están polarizados y son estabilizados por las proteínas tau. Los “motores” son las kinesinas en el caso del transporte anterógrado y las dineínas para el transporte retrógrado. Otras proteínas, como la dinactina,funcionan como adaptadoras entre las proteínas motoras y la carga transportada. CONJUNTOS DE NEURONAS Las neuronas se agrupan según dos tipos de disposición general. Un conjunto numeroso de neuronas cuyos somas se encuentran próximos entre sí, sin un orden geométrico evidente, se denomina un núcleo. Son ejemplos el núcleo del tracto solitario en el bulbo raquídeo y el globo pálido en los hemisferios cerebrales (Fig. 3 A). La otra forma común que tienen las neuronas de disponerse es en capas yuxtapuestas. Ejemplos destacados de esta disposición laminar son las cortezas cerebelar y cerebral (Fig. 3 B). Por otra parte, también puede encontrarse una disposición laminar dentro de algunos núcleos, como los tubérculos cuadrigéminos anteriores (colículos superiores). Además, hay conjuntos de neuronas cuyos somas no forman núcleos ni se disponen en láminas, sino que se encuentran dispersos en un determinado volumen formando un plexo o entretejido. Tal es el caso de muchas neuronas de la formación reticular del tallo cerebral. La mayor parte de los somas neuronales se encuentra dentro del sistema nervioso central. Los acúmulos de somas neuronales que se encuentran fuera del sistema nervioso central se denominan ganglios. Los somas de las neuronas que median la sensibilidad somática se encuentran en los ganglios de las raíces posteriores de la médula espinal. Los somas de las neuronas del sistema nervioso autónomo que 4 inervan los efectores (músculo liso y glándulas) se encuentran en los ganglios simpáticos y parasimpáticos. Además, se estima que en el sistema nervioso entérico, distribuido a lo largo del tracto digestivo, existe un número de neuronas comparable al existente en la médula espinal. Divergencia y convergencia Los conjuntos de neuronas muestran otras propiedades, como las complementarias de divergencia (una misma neurona envía proyecciones a muchas otras) y convergencia cuando una misma neurona recibe aferencias de muchas otras (Fig. 4). La divergencia permite que una única neurona afecte la función de muchas otras, y la convergencia es clave en la ya mencionada función integrativa de cada neurona. La excitabilidad de la neurona y su respuesta propagada son determinadas momento a momento por el conjunto de estímulos excitatorios e inhibitorios que recibe. ORGANIZACIÓN ANATÓMICA El sistema nervioso es uno solo, pero por razones anatómicas, históricas y prácticas se lo concibe como compuesto de una parte central, formada por el cerebro y la médula espinal, y una parte periférica, formada por los nervios craneales y espinales (Fig. 5). El sistema nervioso periférico conduce información sensitiva hacia el sistema nervioso central (vías aferentes), en tanto que el sistema nervioso central envía órdenes motoras (vías eferentes) hacia los efectores sujetos al control voluntario (músculos esqueléticos) e involuntario (músculo liso y glándulas), por las vías motoras somática y autonómicas, respectivamente (Fig. 6). El sistema nervioso central consta de la médula espinal, el bulbo raquídeo, la protuberancia y el cerebelo, el mesencéfalo, el diencéfalo y el telencéfalo (los hemisferios cerebrales); Fig. 7. La médula espinal recibe y procesa información sensorial y transmite la información a niveles superiores. En ella se encuentran asimismo las motoneuronas que inervan los músculos esqueléticos. Dichas neuronas pueden mediar reflejos segmentarios iniciados por la estimulación sensorial pero son asimismo influenciadas por eferencias de niveles superiores del neuroeje. En el asta intermedio- lateral de los segmentos tóracolumbares se encuentran los somas de las neuronas simpáticas preganglionares. El bulbo raquídeo tiene importantes funciones vegetativas relacionadas con la regulación autónoma del aparato cardiovascular, el ritmo respiratorio y las funciones digestivas. La protuberancia es un sitio de relevo de haces que provienen de la corteza cerebral 5 hacia el cerebelo, relacionadas con la ejecución de actos motores. El cerebelo recibe información de la médula, el vestíbulo, la visión, la audición y la corteza cerebral y cumple un papel importante en la ejecución del movimiento y el aprendizaje motor. El mesencéfalo media reflejos iniciados por estímulos visuales y auditivos. Junto con el bulbo, la protuberancia y el cerebelo participa también en el control del equilibrio y la postura corporal. En el diencéfalo, el hipotálamo es el sitio de integración y ejecución de funciones vegetativas que incluyen el control de las secreciones de la adenohipófisis (y la producción de las hormonas que se liberan en la neurohipófisis), de la descarga autónoma en diferentes situaciones, del apetito y de la temperatura corporal. El otro componente del diencéfalo, el tálamo, es una estación de relevo y procesamiento de todas las modalidades sensoriales excepto el olfato, y asimismo de influencias reguladoras del movimiento. Además modula la excitabilidad cortical. Los hemisferios cerebrales constan de la corteza y de núcleos subcorticales. Estos últimos participan en el control motor y otras funciones corticales (ganglios de la base), en el comportamiento instintivo y en las emociones (amígdala y otros componentes subcorticales del sistema límbico). La corteza cerebral o córtex, que alcanza máximo desarrollo en el ser humano, posee áreas relacionadas con la recepción de información sensorial de todo tipo (corteza sensitiva), y con el control de la musculatura (corteza motora). No obstante, aprox. 90 % de la superficie cortical no corresponde a ninguna de las categorías mencionadas, y clásicamente se las denomina áreas de asociación. Se reconocen clásicamente cuatro lóbulos cerebrales: Frontal, parietal, temporal y occipital. A ellos debe añadirse el lóbulo de la ínsula, oculto por la confluencia de los lóbulos frontal, parietal y temporal (Fig. 7). Una multitud de estudios ha permitido establecer la función de muchas de estas áreas. Por ejemplo, hay regiones especializadas que se encargan de: 1. Procesar información sensorial extrayendo aspectos específicos de los estímulos periféricos. 2. Integrar información procedente de diversas modalidades sensoriales. 3. Extraer la información necesaria para la ejecución de actos motores. 4. Planificar acciones o tomar decisiones. 5. Adquirir, almacenar y recuperar memorias. 6. Reconocer rostros, objetos y lugares. 7. Comprender y producir lenguaje. En otras palabras, está clara e indiscutiblemente establecido que existe una localización de muchas funciones específicas, al punto que lesiones diminutas de la corteza pueden producir defectos muy precisos en un tipo de actividad sin afectar otras. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS FUNCIONALES Solamente en los circuitos neuronales más básicos, que median los reflejos, existen conexiones relativamente simples entre información sensitiva y respuestas motoras. Las respuestas reflejas son muy importantes. Su estudio ha brindado mucha información sobre el funcionamiento del sistema nervioso y la evaluación de los reflejos es una parte importante del examen físico. No obstante, el sistema nervioso central realiza también operaciones mucho más complejas. Por ej., el sistema nervioso regula automáticamente la temperatura corporal, la 6 ventilación pulmonar, la presión arterial y la digestión. En un nivel mayor de complejidad, el sistema nervioso es responsable del comportamiento instintivo, por ej., en la alimentación y la reproducción. En el ser humano, el sistema nervioso es el órgano de la conciencia de la propia identidad y existencia, de la identificación de los demás, de los sentimientos, los pensamientosy las acciones voluntarias. La organización anatómica y las propiedades funcionales resultantes son determinadas fundamentalmente por el programa genético. Las posibilidades de modificación por influencia ambiental, si bien muy reales, son limitadas por los circuitos establecidos antes del nacimiento y, en la especie humana, completados en los primeros años de vida. El hecho de que aprendizaje y la práctica pueden modificar muchas funciones se debe a que existe la capacidad innata para realizar dichas funciones. Los circuitos nerviosos están organizados de manera jerárquica y transmiten información en serie (secuencial) y en paralelo. La jerarquía es bien ilustrada por el control motor. La corteza motora es el nivel superior de control, capaz de dominar la motricidad y la médula espinal (y los componentes motores de los pares craneales) el nivel inferior. Entre ellos, existen otras estructuras que influencian la motricidad. De todos modos, los movimientos somáticos son el resultado de las descargas de las motoneuronas alfa de la médula espinal, que reciben tanto aferencias de las neuronas sensoriales (que median reflejos espinales) como de todos los niveles superiores pertinentes. La descarga de cada motoneurona está determinada por la suma integrada de todas las influencias que recibe, por lo que de este modo constituye la vía final común para todos los movimientos. En la organización jerárquica, la corteza motora se encarga de enviar las órdenes pertinentes para el movimiento voluntario, y los sistemas subcorticales se encargan en forma automática de realizar los ajustes necesarios para asegurar la ejecución adecuada del acto motor. El procesamiento en serie es ilustrado por los diferentes relevos que realizan las aferencias somáticas en los núcleos de las columnas dorsales y en el tálamo (donde además de relevo hay verdadero procesamiento de la información). La interrupción de la vía en cualquier nivel detiene el flujo de información. El procesamiento de la información visual es un ejemplo de procesamiento en paralelo: diversos aspectos de lo observado son procesados en áreas especializadas en detectar el movimiento y computar dirección y velocidad, en percibir forma y tamaño, en identificar el color, etc. Aunque comparativamente se sabe menos del control de las emociones e instintos y de las funciones nerviosas llamadas superiores, como el pensamiento abstracto y la capacidad de tomar decisiones e iniciar acciones en ausencia de estímulos sensoriales, es claro que también dependen de estructuras y circuitos específicos y 7 están controlados por los mismos principios ya enunciados. En los capítulos que siguen se tratará de la electrofisiología de las neuronas y las sinapsis. A esto le siguen capítulos sobre sensibilidad somática y sentidos especiales, control de los movimientos voluntarios, funciones autonómicas y funciones superiores. En lo que resta del presente capítulo se tratará la fisiología de la glía, la circulación cerebral y la formación y reabsorción del líquido cefalorraquídeo. La glía Se denomina neuroglia o simplemente glía a las células del parénquima cerebral que no son neuronas. El nombre “glía” significa en griego “cola” o goma de pegar, porque los primeros en describir estas células – en el siglo XIX – pensaron que su función era la de mantener unidas las neuronas entre sí. Esta noción es errónea; sin embargo, desde entonces se han descubierto otras funciones diversas de la neuroglia. El número total de células gliales en el cerebro humano adulto es casi igual al número total de neuronas: aproximadamente 8.6 . 10 10 neuronas y 8.5 . 10 10 células gliales. No obstante, la proporción entre neuroglia y neuronas varía en las diferentes partes del cerebro: Es máxima en el cerebelo, intermedia en los hemisferios cerebrales y mínima en el resto del cerebro (Fig. 8). 2 En los hemisferios, 83 % de las neuronas, pero solamente 30 % de la neuroglia, se encuentra en la materia gris. En la Fig. 8, “resto del cerebro” se refiere a los ganglios de la base, el diencéfalo, el mesencéfalo y la protuberancia. CLASES DE CÉLULAS GLIALES En el sistema nervioso central se distinguen cuatro clases de células gliales (Fig. 9): 1. Astroglia 2. Oligodendroglia 3. Microglia 4. Células ependimarias La astroglia y la oligodendroglia se denominan en conjunto “macroglia”. Recientemente se ha descrito un quinto tipo, antes llamada precursor de la oligodendroglia y ahora células NG2. Actualmente se cree que son células multipotenciales que pueden diferenciarse en diferentes clases de glía e incluso en neuronas. Las células de la astroglia se llaman astrocitos. El nombre se debe a su forma estrellada (del latín aster = estrella). Existen dos tipos principales: astrocitos protoplásmicos, que se encuentran en la materia gris, y astrocitos fibrosos, que se encuentran en la materia blanca. Ambos tipos de astrocitos poseen dilataciones llamadas pies terminales, que rodean los capilares cerebrales y forman parte de la denominada unidad neurovascular (que se describe posteriormente). También se consideran astrocitos las células alargadas de Bergmann del cerebelo y de Müller en la retina. Los astrocitos protoplásmicos envían prolongaciones que rodean los somas neuronales 2 En varios libros de texto se afirma que las células de la glía son mucho más abundantes que las neuronas (¡hasta 10 veces más!), pero estudios recientes refutan concluyentemente tal afirmación. 8 y las sinapsis, contribuyendo a establecer cierta separación entre los elementos neuronales. Los astrocitos fibrosos envían prolongaciones a los nodos de Ranvier. Los oligodendrocitos son las células que forman las vainas de mielina en el sistema nervioso central. Cada oligodendrocito se enrolla en torno de varios axones vecinos (hasta 30). Las vainas de mielina son fundamentales para la conducción saltatoria del impulso nervioso (ver EXCITABILIDAD Y PROPAGACIÓN DEL IMPULSO NERVIOSO). En el sistema nervioso periférico la vaina de mielina es formada por las células de Schwann (Fig. 10). Cada célula de Schwann se enrolla rodeando un único axón entre dos nodos de Ranvier. Como los nodos están espaciados ~ 200 m entre sí, hay ~ 50 células de Schwann por cm de axón. Un axón largo puede estar rodeado por miles de células de Schwann. Las células de la microglia son pequeñas y poseen numerosas prolongaciones. Son células derivadas de la médula ósea y relacionadas con el sistema inmune. Se activan frente a diversas lesiones, adquiriendo capacidad fagocítica y de presentación de antígenos. Como se verá más adelante, es probable que la microglia también cumpla ciertas funciones en ausencia de daño cerebral. Las células ependimarias son un neuroepitelio cuboide simple que recubre los ventrículos cerebrales y el conducto del epéndimo. Son continuas con el epitelio de los plexos coroideos y, como éstos, probablemente contribuyen a formar el líquido cefalorraquídeo. FUNCIONES DE LA ASTROGLIA Los astrocitos tienen varias funciones establecidas y otras postuladas. Entre las funciones establecidas hay que mencionar el desarrollo de sinapsis, la homeostasis del K + extracelular, la captación y metabolismo de neurotransmisores y el mantenimiento de la barrera hematoencefálica. 1. Guía para la formación de sinapsis 2. Homeostasis del K+ extracelular 3. Regulación del pH extracelular 4. Transporte de agua 5. Captación y degradación de neurotrans-misores 6. Liberación de D-serina 7. Provisión de lactato a las neuronas 8. Protección antioxidante 9. Mantenimiento de la barrerahemato- encefálica 10. Regulación del flujo sanguíneo local 1. Guía para la formación de sinapsis Durante el desarrollo, los astrocitos secretan sustancias tróficas, como trombospondinas, que 9 contribuyen a la formación de sinapsis y su posterior estabilización. También liberan factores químicos que promueven la supervivencia de las neuronas y la oligodendroglia. 2. Homeostasis del K+extracelular La actividad neuronal propagada se acompaña de ingreso de Na + a las neuronas y egreso de K + desde las mismas hacia el intersticio. El líquido intersticial que constituye el medio interno o ambiente fisicoquímico de las neuronas es relativamente escaso (~ 20 % de la masa cerebral) y por tanto la concentración extracelular de K + puede variar en forma rápida con la actividad propagada. Aunque la Na, K-ATPasa neuronal es capaz de restablecer el equilibrio iónico, la actividad neuronal repetitiva puede causar incrementos locales del [K + ] extracelular que puede alterar el potencial transmembrana de las neuronas y su excitabilidad. Los astrocitos poseen varios canales de K + y, desde luego, Na,K-ATPasa, y son capaces de incorporar gran parte del K + liberado por las neuronas, lo cual amortigua rápidamente los cambios en la [K + ] extracelular y contribuye a mantener la excitabilidad neuronal. Los astrocitos están conectados entre sí por uniones comunicantes, de manera que el exceso local de K + podría distribuirse más ampliamente en la población de astrocitos vecinos, fenómeno llamado amortiguación espacial. Además, parte del K + secuestrado puede difundir hacia los capilares sanguíneos. 3. Regulación del pH extracelular La actividad nerviosa puede resultar en modificaciones del pH extraceular, las cuales a su vez modifican la excitabilidad neuronal. Los astrocitos poseen anhidrasa carbónica y varios transportadores de bicarbonato e hidrogeniones que pueden contribuir a amortiguar estos cambios y por tanto estabilizar el pH extracelular, aunque su exacto funcionamiento y papel no es aún bien comprendido. 4. Transporte de agua Los astrocitos expresan la acuaporina 4 (AQP4), que se localiza principalmente en la membrana de las prolongaciones perivasculares, formando placas de 4 a 6 nm de agregados macromoleculares. La AQP4 facilita el transporte bidireccional de agua e incluso puede contribuir a la transferencia de gases como oxígeno, dióxido de carbono y óxido nítrico. 5. Captación y metabolización de neurotransmisores La eliminación de neurotransmisores liberados en las sinapsis centrales es una de las funciones mejor establecidas de la astroglia. Los astrocitos protoplásmicos tienen prolongaciones que se disponen en estrecha proximidad de las sinapsis. El principal neurotransmisor excitatorio del sistema nervioso central es el glutamato. La astroglia capta el glutamato liberado en las sinapsis, poniendo fin a su efecto excitatorio. Luego lo metaboliza a glutamina mediante la glutamina sintetasa. La glutamina es liberada al medio extracelular y captada por las neuronas para la síntesis de nuevo glutamato mediante la enzima glutaminasa. Por otra parte, los astrocitos poseen transportadores de membrana GAT1 y GAT3 para GABA, que es el principal neurotransmisor inhibitorio. Por tanto, también contribuyen a la regulación de la transmisión gabaérgica. Los astrocitos también metabolizan otros neurotransmisores como serotonina y catecolaminas. 6. Liberación de D-serina Los astrocitos poseen una enzima llamada racemasa, que es capaz de transformar el aminoácido L-serina en su enantiómero D- serina. La D-serina es un co-agonista en los receptores ionotrópicos para glutamato de tipo 10 NMDA. Para la activación de estos receptores, además del agonista (glutamato) se requiere un co-agonista, de los cuales el más conocido es la glicina. No obstante, la D-serina parece ser el co-agonista fisiológico en muchas sinapsis. El glutamato liberado en la sinapsis actúa sobre receptores de la neurona postsináptica pero además activa receptores metabotrópicos presentes en la astroglia, que aumentan la concentración intracelular de Ca 2+ en los astrocitos y produce la liberación de D- serina. La acción conjunta del glutamato y la D-serina en los receptores postsinápticos NMDA tiene un papel importante en el desarrollo del fenómeno electrofisiológico llamado potenciación de largo plazo, que a su vez es fundamental para la adquisición de memoria (ver ATENCIÓN Y MEMORIA). 7. Provisión de lactato a las neuronas Las neuronas utilizan glucosa como combustible principal, que incorporan mediante el transportador GLUT3, pero también pueden emplear lactato. Las neuronas convierten el lactato en piruvato en condiciones aerobias. Esto se debe a que poseen la isoenzima lactato dehidrogenasa A, que preferentemente transforma el lactato a piruvato. Los astrocitos poseen transportadores de glucosa (GLUT1) y poseen la isoenzima lactato dehidrogenasa B, que genera lactato a partir de piruvato. El lactato producido es exportado al intersticio por cotransporte con H + . El lactato entonces ingresa a las neuronas, donde puede ser utilizado como fuente de energía química (Fig. 11). 8. Protección antioxidante El sistema nervioso central es susceptible al daño causado por especies reactivas del oxígeno (“radicales libres”) como anión superóxido y peróxido de hidrógeno, debido a su alta tasa metabólica aerobia y la presencia de una alta concentración de lípidos que pueden ser oxidados. Los astrocitos poseen varias enzimas capaces de detoxificar las especies reactivas del oxígeno, en particular glutatión reductasa y también catalasa y superóxido dismutasa. 9. Mantenimiento de la barrera hematoencefálica En la superficie de las prolongaciones perivasculares de los astrocitos se expresan complejos macromoleculares, como distrofina- distroglicano, que inducen y mantienen el fenotipo de las células endoteliales de los capilares cerebrales. Además, los astrocitos liberan mediadores solubles como factor de crecimiento transformante beta (TGF) que contribuyen al mismo efecto. A su vez, las células endoteliales secretan 11 moléculas como el factor inhibidor de la leucemia (LIF) que inducen la diferenciación de los astrocitos. Existe entonces una comunicación bidireccional entre ambos tipos de célula. 10. Regulación del flujo sanguíneo local El incremento del Ca 2+ intracelular causado por la activación de receptores metabotrópicos de glutamato causa la activación de la fosfolipasa A2 con producción de ácido araquidónico, a partir del cual se sintetiza prostaglandina E2. Esta prostaglandina relaja el músculo liso vascular de arteriolas y metaarteriolas, lo cual produce vasodilatación (Fig. 12). La prostaglandina E2 también puede causar relajación de los pericitos, disminuyendo la resistencia capilar (ver Barrera hematoencefálica). La vasodilatación disminuye la resistencia microcirculatoria y aumenta el flujo sanguíneo local. Este mecanismo sirve para acoplar el caudal sanguíneo a la demanda metabólica local. FUNCIONES DE LA MICROGLIA La microglia constituye ~ 10 % de las células gliales (8.5 . 10 9 ) y es un componente del sistema inmune presente normalmente en el sistema nervioso central. Clásicamente se considera la microglia como un conjunto de células fagocíticas relacionadas con los macrófagos y, como éstos, originadas en la médula ósea. No obstante, estudios recientes demuestran que la microglia deriva de precursores del saco vitelino que originan la hematopoyesis embrionaria. Si bien la microglia comparte la expresión de algunos genes que también son marcadores de los macrófagos,por otra parte expresa también genes diferentes. La microglia no depende para su desarrollo de factores de transcripción, como Myb, necesarios para los monocitos y macrófagos, pero sí de otros factores específicos como IL34, que es producido principalmente por neuronas. Por cierto, la microglia funciona como célula presentadora de antígenos y responde rápidamente con actividad fagocítica frente a lesiones inflamatorias, infecciosas, traumáticas o degenerativas del sistema nervioso. La microglia posee diversos receptores de membrana cuya activación produce respuestas activas de diferentes clases. Entre ellos, los mejores estudiados son receptores purinérgicos y receptores Toll-like como los que existen en otras células del sistema inmune. Además, se reconocen ahora varias funciones de la microglia en el sistema nervioso sano (Fig. 13). Las prolongaciones extensamente ramificadas de los microgliocitos se ponen en contacto con neuronas, astrocitos, sinapsis y capilares (en sitios no recubiertos por astrocitos). Estos contactos son de naturaleza cambiante, lo cual le permite a la microglia monitorear el estado funcional de las células vecinas. Aunque todavía no es claro el papel fisiológico de este monitoreo, es claro que, incluso en ausencia de lesión alguna, la microglia no está meramente en reposo. Entre las funciones recientemente reconocidas de la microglia están: 1. Regulación de la apoptosis del sistema nervioso en desarrollo 2. Poda de sinapsis en el sistema nervioso en desarrollo 3. Maduración de las sinapsis 4. Plasticidad sináptica en el adulto 1. Regulación de la apoptosis 12 Durante el desarrollo del sistema nervioso se genera un exceso de precursores neuronales, que luego se elimina por apoptosis. Se sabía que una función de la microglia era la fagocitosis de las neuronas apoptóticas. A esta función de limpieza se le ha agregado la capacidad de la microglia de inducir selectivamente apoptosis de algunas neuronas mediante diversos mecanismos, como liberación de especies reactivas del oxígeno, secreción de péptidos como factor de necrosis tumoral alfa (TNF) e interacciones directas mediadas por integrinas. 2. Poda sináptica Así como el sistema nervioso en desarrollo produce un exceso de precursores neuronales, también se establecen excesivas conexiones sinápticas que deben ser oportunamente eliminadas en el curso de la maduración. La fagocitosis de sinapsis inadecuadas requiere la expresión del receptor para C3 del complemento en la microglia. 3. Maduración de la sinapsis Una vez establecida una sinapsis, debe sufrir un proceso de maduración para ser plenamente funcional. Las sinapsis glutamatérgicas de la corteza cerebral y del hipocampo no maduran adecuadamente en ausencia de microglia. 4. Plasticidad sináptica La persistencia y funcionamiento de conexiones sinápticas maduras, ya establecidas, no parece depender de la microglia. No obstante, la microglia interviene en las modificaciones sinápticas iniciadas por aumento de la actividad de vías específicas, que se relacionan con procesos de aprendizaje. Diversas evidencias indican un papel de la microglia en la plasticidad sináptica y el aprendizaje. La microglia secreta el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), necesario para la potenciación de largo plazo tipo 3 y la adquisición de memoria episódica (ver ATENCIÓN Y MEMORIA). En uno de los estudios más importantes se observó la depleción de la microglia en ratones causaba déficits en diferentes pruebas de aprendizaje y reducía la formación de sinapsis asociada con el aprendizaje motor. Estos efectos fueron mayormente dependientes de la ausencia selectiva de BDNF producido por la microglia (Fig. 14; CX3R1 es un marcador que, en el sistema nervioso, solamente se expresa en la microglia). La circulación cerebral El tejido cerebral posee un metabolismo muy activo y casi exclusivamente aerobio, por lo cual requiere una profusa red vascular (Fig. 15). Aunque la masa del cerebro es sólo 2 % de la masa corporal (1.5 kg), consume 20 % del gasto energético en reposo y recibe 12 a 15 % del gasto cardíaco en reposo. El caudal sanguíneo cerebral es próximo a 0.5 mL/min por gramo de tejido, o 750 mL/min para un cerebro de 1500 g 13 de masa. Su consumo de oxígeno es de ~ 56 mL/min (3375 mL de O2/h). El cerebro es el órgano más sensible a la hipoxia e isquemia. La interrupción de la irrigación produce pérdida de la conciencia en 5 a 10 s y daño irreversible en pocos minutos debido a que las reservas de ATP sólo bastan para sostener el metabolismo energético de las neuronas y la glía por aproximadamente 1 min. Normalmente emplea como substrato casi exclusivamente glucosa, y consume 55 % del total de glucosa metabolizada en reposo (3.6 g/h), para generar 760 mmol de ATP. En el ayuno prolongado, el metabolismo energético cerebral se adapta para utilizar también cetoácidos. RESEÑA ANATÓMICA El cerebro es irrigado por las arterias carótidas internas y vertebrales. Las arterias vertebrales se reúnen en la arteria basilar, que irriga el tallo cerebral (bulbo raquídeo, protuberancia y cerebelo). El sistema arterial anterior (carótidas internas) se anastomosa el sistema posterior (basilar) para formar el polígono de Willis (Fig. 16). Las arterias comunicantes (anterior y posteriores) permiten la persistencia de cierto grado de flujo, por circulación colateral, en caso de obstrucción de alguna de las arterias principales. La corteza cerebral es irrigada por las arterias cerebrales anterior, media y posterior. En la Fig. 17 se indican las áreas corticales irrigadas por cada una. Las arterias cerebrales dan ramas leptomeníngeas (de la piamadre) que forman una red anastomótica colateral. Las arterias cerebrales también dan las ramas que irrigan el parénquima. A diferencia de las ramas leptomeníngeas, las ramas parenquimatosas carecen prácticamente de anastomosis, de manera que cada una irriga una porción bien delimitada de la corteza y sustancia blanca subyacente. Las arterias parenquimatosas se ramifican en arteriolas que irrigan la red capilar cerebral. La pared capilar consta de células endoteliales y pericitos; ambas clases de célula está rodeada por una membrana basal. Por fuera de la membrana basal, los capilares están rodeados por los pedicelos de los astrocitos y por células llamadas pericitos (ver más adelante, Barrera Hematoencefálica). Se denomina “unidad neurovascular” al conjunto de capilares, astrocitos, pericitos y neuronas adyacentes. La densidad de capilares es muy elevada, ya que hay 2500 a 3000/mm 3 de tejido cerebral (en el músculo esquelético hay 10 veces menos). La distancia media entre los capilares es de 40 m. Se estima que la superficie conjunta de los capilares cerebrales es de 14 m 2 . La sangre que llega a los capilares drena hacia diversos senos venosos, desde donde circula por diferentes venas, que tienen múltiples anastomosis con venas extracerebrales (Fig. 18). La sangre proveniente del cerebro drena por la vena yugular interna y en menor medida por las vertebrales, que desembocan en la vena yugular externa. Las venas vertebrales carecen de válvulas, por lo cual el sentido del flujo puede revertirse en ellas según los cambios de presión. El drenaje por las venas vertebrales se torna más importante en el individuo en posición erecta, ya que en esta condición la vena yugular interna tiende a colapsarse por su baja presión transmural (ver SISTEMA VENOSO Y LINFÁTICO). REGULACIÓN DEL CAUDAL SANGUÍNEO CEREBRAL En el individuo despierto, el caudal sanguíneo cerebral total se mantiene notablemente constante, si bien el aumento local del metabolismoincrementa el caudal en las áreas activadas. El caudal se reduce a la par del consumo de energía durante el sueño profundo (no REM) y durante la anestesia general. Presión de perfusión y autorregulación 14 El caudal sanguíneo cerebral depende del cociente entre la presión de perfusión Pp y la resistencia vascular cerebral Rvc. Caudal = Pp/Rvc La presión de perfusión es la diferencia entre la presión arterial media dinámica (Pamd) y la presión venosa (Pv), cuando ésta es mayor que la presión intracraneal (Pic). No obstante, cuando Pic es mayor que Pv, la presión de perfusión queda determinada por la diferencia entre la presión arterial media dinámica y la presión intracraneal: Pp = Pamd – Pic Con el individuo en posición erecta, la presión venosa en las venas cerebrales puede caer por debajo de la presión intracraneal. La situación es análoga a la que ocurre en la posición erecta en los vértices pulmonares, en los cuales la diferencia de presión relevante se calcula entre la presión en las arteriolas y la presión alveolar. Cuando la demanda metabólica del cerebro es constante, el caudal sanguíneo cerebral es relativamente independiente de la presión arterial media. A este fenómeno se lo denomina autorregulación. Con presiones intracraneanas constantes, el caudal se mantiene virtualmente constante en un rango de presión arterial media entre 50 y 150 mmHg por un aumento proporcional de la resistencia vascular cerebral (Fig. 19). Por debajo de 50 mmHg la vasodilatación es máxima y el caudal depende solamente de la presión. Entre 50 y 150 mmHg, el caudal depende de la presión y de la resistencia, que aumenta en paralelo con la presión, con lo cual el caudal se mantiene constante. El aumento de resistencia se debe principalmente a la contracción del músculo liso de arterias pequeñas y arteriolas. Por encima de 150 mmHg, la presión intravascular supera la tensión desarrollada por el músculo liso vascular, lo cual reduce la resistencia y aumenta el caudal. En personas que padecen de hipertensión arterial, la autorregulación sigue funcionando, pero el rango de presiones en el cual se mantiene la autorregulación se desplaza hacia la derecha (por ej., entre 80 y 180 mmHg). Dado el rango de autorregulación, en las personas normales la presión de perfusión debe mantenerse en al menos 50 mmHg. Las presiones de perfusión < 40 mmHg se asocian con mal pronóstico. En los hipertensos crónicos, pueden necesitarse mayores presiones mínimas por el fenómeno de desplazamiento del rango de autoperfusión indicado antes. La presión de perfusión puede reducirse por hipotensión arterial pero también por aumento de la presión intracraneana. En decúbito, la Pic no supera 7 mmHg en los niños pequeños ni 10 mmHg en niños mayores y adultos. En la posición sentada la Pic puede ser cero o incluso subatmosférica (este aspecto se trata con mayor detalle luego, a propósito del líquido cefalorraquídeo). Dada la rigidez de la caja craneana, el aumento del volumen intracraneano – por ej., por hemorragia o tumor – causa incremento de la Pic y, con Pamd constante, reduce la presión de perfusión. Cuando el aumento de volumen es tal que la Pic aumenta a 20 mmHg, ulteriores incrementos elevan muy rápidamente la Pic, 15 reducen la presión de perfusión y causan isquemia cerebral. Regulación nerviosa La inervación de las arterias cerebrales depende del tipo preciso de arteria. Las arterias de la piamadre reciben inervación autónoma o extrínseca principalmente del simpático (ganglio cervical superior), pero también de los ganglios ótico, esfenopalatino y trigeminal. Las fibras simpáticas son vasoconstrictoras. Liberan noradrenalina que actúa sobre 1- adrenoceptores y neuropéptido Y, ambos vasoconstrictores. La inervación desde el ganglio trigeminal libera serotonina, que también es vasoconstrictora (receptores 5HT1 y 5HT2), aunque también incluye neuropéptidos como sustancia P, péptido relacionado con el gen de calcitonina (CGRP), neurokinina A y polipéptido activador de la adenilato ciclasa pituitaria (PACAP). La inervación ótica y esfenopalatina es principalmente vasodilatadora colinérgica, aunque también libera los vasodilatadores óxido nítrico y péptido intestinal vasoactivo (VIP). A pesar de muchos estudios, no está claro el papel de la inervación extrínseca (autonómica) en la regulación normal de la circulación cerebral, aunque la inervación simpática está afectada en la hipertensión arterial y la inervación serotonérgica tiene un papel en la patogenia de la migraña. La regulación normal del caudal sanguíneo cerebral depende fundamentalmente de factores locales, en parte por cambios en la [K + ] y [H + ] extracelulares, así como a la liberación de adenosina (todos factores vasodilatadores). Las arterias parenquimatosas carecen de inervación extrínseca, pero son inervadas por neuronas intrínsecas, es decir, del propio sistema nervioso central. Por una parte hay interneuronas GABAérgicas (que además liberan neuropéptidos diversos). Por otra parte, los vasos parenquimatosos también reciben inervación del locus coeruleus (noradrenérgica), los núcleos del rafe (serotonérgica), y del núcleo de Meynert (colinérgica). En las arterias parenquimatosas, la noradrenalina tiene efecto vasodilatador, pues actúa sobre - adrenoceptores. Probablemente las interneuronas y las proyecciones desde núcleos subcorticales funcionan como reguladores del flujo sanguíneo local. 16 Efectos del dióxido de carbono y el oxígeno El regulador fisiológico más importante del caudal sanguíneo cerebral total es la presión de CO2. Con una presión de perfusión constante, las variaciones en la presión parcial de CO2 arterial en torno de su valor normal (40 mmHg) causan grandes cambios en el caudal sanguíneo cerebral (Fig. 20). El aumento de la paCO2 causa vasodilatación y su disminución causa vasoconstricción. El dióxido de carbono es, entonces, un importante vasodilatador cerebral. Las variaciones de la presión parcial de oxígeno tienen un efecto comparativamente menor. Incrementos de la paO2 por encima de su valor normal (100 mmHg) no modifican el caudal sanguíneo cerebral. Por el contrario, la hipoxemia arterial puede provocar vasodilatación cerebral, pero solamente cuando la paO2 cae por debajo de 60 mmHg, manteniendo la paCO2 constante. Esto no ocurre por hipoxia ambiental en sujetos sanos, ya que la hipoxia genera una respuesta hiperventilatoria que reduce la paCO2 y por tanto cancela el efecto vasodilatador de la baja paO2. En cambio, puede haber una importante vasodilatación cerebral durante la asfixia, en la cual se produce simultáneamente una reducción de la paO2 y un aumento de la paCO2. APOPLEJÍA Dado que el cerebro se encuentra en una estructura rígida (el cráneo), los aumentos del volumen intracraneano tienden a comprimir los vasos cerebrales por aumento de la presión extrínseca (ver más adelante el principio de Monro-Kellie). En condiciones fisiológicas, esto estabiliza el flujo cerebral frente a cambios de la posición de la cabeza. En estados anormales en los cuales existe un aumento creciente y sostenido de la presión intracraneana (causada, por ej., por un tumor, edema o un aneurisma cerebral), la reducción del caudal provoca una intensa respuesta presora (reflejo de Cushing) por estimulación directa de los centros vasomotores bulbares. Lamentablemente, la apoplejía (ictus apopleticus), llamada también “accidente cerebrovascular”, es un trastorno muy frecuente, cuya prevalencia crece con la edad. A veces es precedida por varios trastornos isquémicos transitorios (TIA), que generan déficitsreversibles. La apoplejía puede deberse a aterosclerosis, trombosis o hemorragia. El sitio probable de la obstrucción se puede determinar con bastante exactitud a partir del cuadro clínico que presenta el paciente, y puede confirmarse mediante tomografía computada o resonancia magnética. LA BARRERA HEMATOENCEFÁLICA Para su normal funcionamiento, las neuronas requieren un ambiente fisicoquímico determinado y relativamente constante. La integridad funcional de las neuronas centrales depende en parte, como ya se explicó, de las funciones metabólicas de la astroglia. Sin embargo, es fundamental la regulación de la transferencia de sustancias a través de los capilares cerebrales. Ya en 1885, Paul Ehrlich observó que un colorante (azul trípano) inyectado en la circulación ingresaba a todos los órganos, con excepción del sistema nervioso central. Erwin Goldmann, discípulo de Ehrlich, hizo en 1913 una simple contraprueba: Inyectó el mismo 17 colorante en el líquido cefalorraquídeo y observó que teñía el sistema nervioso sin escapar a la circulación general. Estudios posteriores demostraron la existencia de una barrera difusional que hoy se denomina barrera hematoencefálica (BHE). Los componentes de la BHE son los capilares cerebrales y los pericitos; la participación de la astroglia en la función de barrera es menos clara (Fig. 21). La BHE cumple las siguientes funciones: 1. Permitir el continuo aporte de nutrientes para las células cerebrales (neuronas y glía) 2. Permitir la continua eliminación de productos metabólicos de desecho. 3. Mantener la composición del líquido intersticial cerebral. 4. Limitar el paso por difusión simple de moléculas polares. 5. En caso de enfermedad, dirigir y permitir el paso de células del sistema inmune. Los capilares cerebrales permiten el paso de gases y sustancias liposolubles, incluidos muchos fármacos y los anestésicos generales volátiles, como halotano. Endotelio El endotelio de los capilares cerebrales se caracteriza por ser continuo y poseer uniones intercelulares muy poco permeables de tipo unión estrecha (zonula occludens). El vínculo mecánico entre las células endoteliales es reforzado por uniones adherentes. Ambos tipos de unión están formados por complejos macromoleculares característicos (Fig. 22). El endotelio está rodeado de una membrana basal de 30 a 40 nm de espesor, formada por colágeno tipo IV, proteoglicanos, laminina, fibronectina y otras proteínas. Dada la escasa permeabilidad de la vía paracelular, la transferencia de sustancias debe realizarse principalmente por vía transcelular. El endotelio de los capilares cerebrales numerosas mitocondrias, que sugieren alta actividad metabólica. 18 La transferencia transcelular de sustancias se realiza por diversos mecanismos (Fig. 23). El endotelio posee transportadores de glucosa (GLUT1 y GLUT4) y diferentes sistemas de transporte de aminoácidos y nucleósidos como adenosina. El transportador de glucosa GLUT1 tiene un Km elevado (11 mmol/L), de modo que trabaja lejos del valor de saturación con glucemias normales (90 mg/dL = 5 mmol/L). Como consecuencia, la BHE no es un factor limitante para el ingreso de glucosa al cerebro. En el endotelio hay también transferencia de ciertas moléculas mayores, mediadas por transportadores específicos; por ej., para el ingreso de insulina y leptina. Adicionalmente, el endotelio de los vasos cerebrales posee enzimas (como acetilcolinesterasa y monoaminooxidasa) que degradan compuestos neuroactivos. Finalmente, posee varios sistemas transportadores capaces de extraer activamente ciertos compuestos desde el intersticio hacia la sangre. Un ejemplo bien estudiado es la glicoproteína P-1 (P-Gp1), también conocida como MDR1, ABCB1 y CD243. La P-Gp1 pertenece a la familia de transportadores ABC (ATP Binding Cassette), que transfiere compuestos diversos con gasto de ATP. P-Gp1 puede transportar una gran variedad de compuestos anfipáticos, entre ellos fármacos como digoxina, cimetidina, colchicina y metotrexate. La anulación genética o farmacológica de la función de P-Gp1 en la BHE resulta en niveles elevados de estos fármacos en el cerebro, con el consecuente riesgo de neurotoxicidad. Pericitos Los pericitos o miofibroblastos son células estrechamente asociadas con el endotelio, ya que – al igual que éste – se encuentran por dentro de la membrana basal pericapilar. Los pericitos recubren ~ 25 % del endotelio. Poseen tienen algunas funciones específicas como inducir la expresión génica de las células endoteliales, que produce un fenotipo diferente del observado en otros endotelios. Entre otros efectos, inducen la expresión de P- Gp1 en el endotelio. Los pericitos también promueven la polarización funcional de las células gliales que recubren los capilares con sus pedicelos. Los pericitos poseen proteínas contráctiles características del músculo liso vascular. Su contracción y relajación contribuye a regular la resistencia hemodinámica capilar. Sitios carentes de barrera hematoencefálica La BHE está ausente en ciertas áreas del cerebro en las cuales el ingreso relativamente irrestricto de sustancias circulantes en la sangre o el egreso de sustancias hacia la sangre tiene importancia funcional, con neuronas neurosecretorias o neuronas quimiosensibles a sustancias circulantes en la sangre, Estos sitios carentes de BHE son siete áreas, llamadas en conjunto órganos circunventriculares (Fig. 24): 1. El órgano vasculoso de la lámina terminal 2. El órgano subfornical 3. El órgano subcomisural 4. La eminencia media 5. La neurohipófisis 6. La glándula pineal 7. El área postrema Estas regiones restringidas poseen capilares cuyo endotelio es más permeable que en la BHE, pero están efectivamente aisladas 19 por la glía del resto del cerebro, donde la BHE es funcional. El líquido cefalorraquídeo El líquido cefalorraquídeo (LCR), también llamado fluido cerebroespinal, es un líquido transparente contenido en los ventrículos cerebrales, el conducto del epéndimo y los espacios subaracnoideos. RESEÑA ANATÓMICA El sistema ventricular cerebral consiste en varias cavidades comunicadas entre sí (Fig. 25). Existe un ventrículo lateral en cada hemisferio, que se comunica con el tercer ventrículo (medial) por el agujero de Monro (interventricular). El tercer ventrículo está comunicado por el acueducto de Silvio con el cuarto ventrículo, ubicado en el tallo cerebral. El cuarto ventrículo se continúa en la médula espinal como el conducto del epéndimo. Los agujeros de Luschka (laterales) y Magendie (medial) comunican el cuarto ventrículo con el espacio subaracnoideo. Las meninges son tres membranas de tejido conectivo que rodean al sistema nervioso central y se denominan, de afuera hacia adentro, duramadre, aracnoides y piamadre. La duramadre está formada por tejido conectivo fibroso que se dispone en dos capas, una externa llamada perióstica y una interna llamada meníngea. La duramadre forma dos tabiques intracraneanos principales, que restringen los desplazamientos del cerebro durante las aceleraciones de la cabeza: La hoz del cerebro, que separa los hemisferios cerebrales y la tienda del cerebelo, que separa este órgano de la parte posterior del cerebro (Fig. 26 A). El seno venoso sagital transcurre envuelto por la capa meníngea de la duramadre (Fig. 26 B). En la médula espinal, la duramadre está separada del periostio de las vértebras por el espacio epidural, que contiene el plexo venoso vertebral interno, adipocitos y tejido conectivo laxo. La aracnoides también consta de dos capas. La capa externa es continua. Está formada porcélulas con numerosas uniones estrechas y adherentes y escaso espacio intercelular. La capa interna es trabeculada y se encuentra en el espacio subaracnoideo, el cual está revestido por un epitelio simple plano. La piamadre es una membrana delgada, formada por una única capa de células que se adhiere a la corteza cerebral. COMPOSICIÓN, VOLUMEN Y RECAMBIO El LCR es básicamente una disolución cristaloide (Tabla 1), ya que su concentración de proteína es de 0.2 a 0.4 g/L o 20 aproximadamente sólo 0,5 % de la concentración plasmática. Sin embargo, el LCR no es un simple ultrafiltrado de plasma. Por ej., su concentración de Cl - es algo superior y la de K + algo inferior a las respectivas concentraciones plasmáticas. Su osmolaridad es 5 mOsm/L mayor que la del plasma El volumen medio de LCR en un adulto es de ~ 150 mL, de los cuales 25 mL se hallan en los ventrículos y 125 mL en el espacio subaracnoideo. El volumen de LCR aumenta con la edad debido a la progresiva disminución de volumen del parénquima cerebral asociada con el envejecimiento (Fig. 27). En el adulto joven, la producción diaria de LCR es ~ 500 mL. A volumen constante, una cantidad igual es reabsorbida, por lo cual todo el volumen de LCR se recambia entre tres y cuatro veces por día. El recambio se reduce mucho en ancianos, ya que el volumen normal de LCR es mayor y la producción diaria media es de sólo ~ 250 mL/día. FORMACIÓN, CIRCULACIÓN Y ABSORCIÓN Clásicamente se admite que el LCR se forma en los plexos coroideos, aunque parte del volumen de LCR proviene del líquido intersticial del parénquima cerebral. Los plexos coroideos El sistema ventricular cerebral está recubierto por un epitelio ciliado formado por células ependimarias. Estas células carecen de membrana basal y están (como la piamadre) en contacto directo con el tejido nervioso. Las células están vinculadas entre sí por uniones comunicantes (nexos) y uniones estrechas, pero estas últimas son discontinuas, de modo que permiten el intercambio de moléculas grandes y pequeñas entre el intersticio cerebral y el LCR. En continuidad con el epitelio ependimario, existen en los ventrículos los pequeños órganos vascularizados conocidos como plexos coroideos. Estas estructuras se proyectan en forma de láminas en los ventrículos laterales, y de vellosidades en los ventrículos tercero y cuarto. Las células epiteliales cuboides (llamadas células de Kolmer) que recubren los plexos carecen de cilias pero poseen microvellosidades apicales (en contacto con el LCR) que aumentan notablemente su superficie. La masa conjunta de los plexos coroideos es de 2 g, pero su superficie apical es de 200 cm 2 . Su caudal sanguíneo relativo es muy elevado, de ~ 3 mL/min por g de tejido (6 veces más que el parénquima cerebral). No obstante, debido a la pequeña masa de los plexos coroideos, el caudal sanguíneo absoluto es de sólo 6 mL/min. El epitelio de los plexos coroideos posee uniones estrechas de muy baja permeabilidad y Tabla 1: Composición del líquido cefalorraquídeo (LCR) comparada con el plasma (valores medios). Componente Plasma LCR Relación LCR/plasma Na + (mmol/L) K + (mmol/L) Ca 2+ (mmol/L) Mg 2+ (mmol/L) Cl - (mmol/L) HCO3 - (mmol/L) Glucosa (mmol/L) Aminoácidos (mmol/L) Osmolaridad (mOsm/L) pH Densidad (g/cm 3 ) 140 4.5 1.25 0.54 102 24 5.0 2.9 300 7.40 1.030 141 2.9 1.25 0.83 120 22 3.0 0.9 305 7.30 1.007 ~ 1.0 0.64 0.50 1.54 1.18 0.92 0.60 0.31 1.02 0.99 0.98 21 uniones comunicantes. A diferencia del epitelio ependimario, asienta sobre una membrana basal. Por debajo de ésta hay tejido conectivo laxo, en el cual se encuentran abundantes capilares fenestrados (Fig. 28) y algunos linfocitos. Los plexos coroideos reciben inervación colinérgica, noradrenérgica, serotonérgica y peptidérgica. La acetilcolina estimula la secreción, mientras que las catecolaminas y la serotonina la reducen. Los plexos tienen receptores para atriopeptinas y vasopresina, cuya activación reduce la secreción. Los datos estructurales y estudios funcionales indican que en los plexos coroideos existe una barrera entre la sangre y el LCR, pero que dicha barrera está formada por el epitelio, a diferencia de la BHE, en la cual el endotelio es el que limita el pasaje de sustancias. La secreción en los plexos coroideos se realiza en dos pasos. En primer lugar, hay filtración pasiva del plasma sanguíneo a través del endotelio capilar fenestrado. El segundo paso depende de las propiedades funcionales del epitelio. La secreción de Na + muestra un ritmo circadiano, con valores máximos a las 8 y a las 18. Probablemente este ritmo está regulado por la inervación autónoma ya mencionada. El epitelio coroideo está funcionalmente polarizado y posee un conjunto de canales y transportadores iónicos, además de anhidrasas carbónicas (Fig. 29). Cabe notar que la Na, K- ATPasa se encuentra en la membrana apical. Además posee acuaporina 1 (AQP1) tanto en la membrana apical como en la membrana basolateral (sitio de acción de la vasopresina). Dado que la osmolaridad del LCR es levemente mayor que la del plasma, se piensa que el agua ingresa al LCR por el gradiente osmótico creado por el transporte iónico. Además de producir LCR, los plexos coroideos poseen transportadores que permiten el ingreso al LCR nutrientes como ácido ascórbico, folato y nucleósidos. También secretan factores de crecimiento como IGF2. El epitelio también es capaz de transferir algunas sustancias, como aminoácidos y ciertas drogas, desde el LCR hacia la sangre. Las células de Kolmer responden a la presencia de ciertas citokinas en el LCR (como TNF) secretando a su vez citokinas que atraen leucocitos, en particular linfocitos T CD4+. El líquido intersticial del cerebro El parénquima cerebral carece de vasos linfáticos, por lo cual esta vía de egreso del exceso de líquido intersticial causada por las fuerzas de Starling no está disponible en el cerebro (ver MICROCIRCULACIÓN y 22 CIRCULACIÓN EN VENAS Y LINFÁTICOS). Los capilares cerebrales poseen una gran superficie de intercambio (14 m 2 ), de modo que un pequeño exceso de ultrafiltración con respecto a la reabsorción pueden resultar en aumentos significativos del líquido intersticial. El líquido intersticial, que rodea las neuronas y la glía, constituye ~ 20 % de la masa del cerebro in vivo. Esto corresponde a 300 mL en un cerebro de 1500 mL. Por tanto, en el sistema nervioso central el liquido extracelular total tiene un volumen de 450 mL, de los cuales 1/3 corresponde al LCR (150 mL) y 2/3 al líquido intersticial (300 mL). Ambos compartimientos están comunicados entre sí. Aunque el intersticio cerebral es sumamente tortuoso (Fig. 30) y supone una considerable resistencia al flujo, se estima que el desbalance de las fuerzas de Starling en los capilares cerebrales produce cerca de 25 % del volumen del LCR; el 75 % restante es secretado por los plexos coroideos. No obstante, estas proporciones son actualmente objeto de controversia. Circulación del líquido cefalorraquídeo Desde su sitio principal de formación en los plexos coroideos el LCR circula desde los ventrículos laterales, tercero y cuarto. Parte del LCR sale por el agujero medial de Magendie desde el cuarto ventrículo hacia la cisterna magna del espacio subaracnoideo. Otra parte sale por los agujeros de Luschka hacia la cisterna del ángulo cerebelopontino. Parte del LCR puede continuar por el conducto del epéndimo. La fuerza impulsora del desplazamiento neto del LCR no ha sido claramente identificada. Intuitivamente se pensaría que existe un gradiente de presión estableentre los ventrículos laterales y el 23 espacio subaracnoideo, pero los datos experimentales no avalan tal suposición. Se sabe que las pulsaciones arteriales y, en menor medida, los movimientos respiratorios causan oscilaciones de la presión intracraneal (Fig. 31). La velocidad del LCR alcanza valores del orden de 10 cm/s en el acueducto de Silvio. 3 Con cada pulsación arterial, ingresa al cerebro un volumen de sangre de ~ 10 mL (para un caudal de 750 mL/min con una frecuencia cardíaca de 75/min). Dado que el cráneo es inextensible, un volumen similar de LCR o sangre venosa debe de ser desplazado fuera de él (la porción espinal del sistema nervioso central es más distensible debido al espacio peridural). Por otra parte, durante el ciclo respiratorio, la presión intratorácica disminuye durante la inspiración, lo cual incrementa el retorno venoso y presumiblemente reduce la presión venosa intracraneal, facilitando el desplazamiento del LCR hacia el seno sagital. Durante la espiración la presión intratorácica aumenta, dificultando el retorno venoso. El efecto combinado sobre la presión intracraneal del pulso arterial y los movimientos respiratorios origina oscilaciones del orden de 10 cmH2O. Por el contrario, los cambios en la presión lumbar asociados con movimientos cardiorrespiratorios son de 0.1 ó 0.2 cmH2O. Un estudio reciente con resonancia magnética de alta resolución espacial y temporal determinó que, en el ser humano, los 3 Dentro de los ventrículos laterales, el batido rítmico de las cilias del epitelio ependimario también producen desplazamiento y mezcla del LCR, pero no circulación neta. movimientos respiratorios son el factor preponderante que impulsa la circulación del LCR. 4 Reabsorción del líquido cefalorraquídeo Según el modelo clásico, el LCR circula por el espacio subaracnoideo en sentido ascendente y es reabsorbido en el seno venoso sagital superior a través de las granulaciones aracnoideas.. Las granulaciones aracnoideas son prolongaciones del espacio subaracnoideo, recubiertas por el endotelio del seno venoso, que atraviesan la capa meníngea de la duramadre (Fig. 32 A). Actúan como válvulas para la salida de LCR hacia la sangre venosa (Fig. 32 B). Cuando la presión del LCR 4 Dreha-Kulaczewski S y col. J Neurosci 35: 2485- 2491, 2015. 24 es alta, las vellosidades se dilatan y aumenta la transferencia de líquido, mientras que se retraen cuando la presión del LCR es baja. Además del drenaje hacia el seno sagital, se admite que el LCR también puede drenar hacia venas y linfáticos que rodean las vainas nerviosas de los pares craneanos y los nervios espinales. Una vía bien estudiada es a través de la placa cribiforme del etmoides, desde donde el filtrado alcanza las cadenas ganglionares linfáticas del cuello (Fig. 33). Recientemente se ha descubierto una red linfática en la duramadre, cuya importancia en la circulación de LCR aún se desconoce. Es probable que la importancia relativa de las vías de reabsorción varíe con la posición del cuerpo, en la medida en que dicha posición modifique la distribución de LCR en el espacio subaracnoideo. FUNCIONES DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO El LCR cumple diversas funciones mecánicas, químicas e inmunológicas, de las que deben mencionarse: 1. Empuje hidrostático del cerebro 2. Protección mecánica 3. Ecualización de presiones 4. Amortiguación del pH extracelular 5. Eliminación de sustancias de desecho 6. Distribución de sustancias neuroactivas 7. Señalización inmunológica 1. Empuje hidrostático del cerebro El cerebro es un órgano voluminoso y friable. Si un cerebro fresco (sin fijación) se deposita sobre un plano sólido, se deforma y se desgarra por su propio peso. 5 Según el principio de Arquímedes, en el campo gravitatorio, un cuerpo sumergido en el seno de un fluido recibe una fuerza ascendente (llamada empuje) igual al peso de la masa líquida que desplaza. El cerebro in situ está rodeado de LCR y por tanto recibe un empuje igual al peso del volumen de LCR que desplaza. El LCR tiene un peso específico de 1.007 gr/cm 3 (Tabla 1). El cerebro posee un peso específico algo mayor (1.040 g/cm 3 ). Un cerebro de 1500 cm 3 pesa 1558 gr en el aire. El empuje que recibe del LCR in situ es de 1500 cm 3 x 1.007 gr/cm 3 = 1510.5 gr. En esas condiciones, el peso neto del cerebro es: 1558 gr (aire) – 1510.5 gr (LCR) = 49.5 gr En conclusión, el cerebro flota en el LCR, lo cual impide la deformación e incluso los desgarros que su propio peso causarían (Fig. 34). 2. Protección mecánica La caja craneana protege al frágil tejido cerebral contra traumatismos. El LCR contribuye a la protección al interponer una capa fluida entre el rígido hueso y el blando cerebro. Desde luego, tanto la protección proporcionada por el cráneo y el LCR es relativa y resulta insuficiente ante traumatismos severos, más frecuentemente causados por accidentes de tránsito. 3. Ecualización de presiones En un individuo en decúbito, la presión del LCR es aproximadamente la misma a lo largo del neuroeje. Lo mismo se aplica a la presión venosa. 5 El aire es un fluido y también proporciona un empuje, pero debido a su baja densidad dicho empuje es ínfimo (< 2 gr para un cerebro de 1500 cm 3 ). 25 No obstante, en cualquier posición diferente de la horizontal, la presión venosa y del LCR también será afectada por la gravedad. Si la cabeza se encuentra por encima del plano horizontal, la presión del LCR disminuye en el cráneo y aumenta en la región lumbar (Fig. 35). Lo opuesto ocurre si la cabeza está por debajo del plano horizontal. Con inclinaciones pronunciadas, la presión en la que queda por encima del plano horizontal se torna subatmosférica (“negativa”). Los cambios en la presión venosa son cualitativamente similares a los del LCR. En la posición de pie (o sentado) la presión disminuye en el cráneo simultáneamente en las arterias, venas y LCR debido a la columna hidrostática entre el nivel del cráneo y el plano de referencia (aurícula derecha). La presión de perfusión disminuye solamente ~ 10 % porque el LCR se desplaza hacia el compartimiento espinal. De todos modos, el caudal sanguíneo cerebral disminuye también cerca de 10 % en la posición de pie con respecto al decúbito. 4. Amortiguación del pH El único sistema amortiguador presente en el LCR en concentración significativa es el sistema CO2/HCO3 - . Este sistema mantiene un pH estable en el líquido extracelular cerebral. La actividad de los plexos coroideos mantiene constante la concentración de bicarbonato en condiciones normales. En caso de producirse un aumento o una disminución de la presión arterial de CO2, la secreción de bicarbonato al LCR varía en el mismo sentido, de modo que el pH del LCR se normaliza en forma mucho más rápida (< 24 h) que la compensación metabólica del pH arterial, que demora varios días. La regulación del pH del LCR no solamente es importante para mantener la función de las neuronas, sino que influye en la capacidad de respuesta de los quimiorreceptores centrales, que son bañados por LCR (ver REGULACIÓN DE LA RESPIRACIÓN). 5. Eliminación de sustancias de desecho El transporte convectivo de LCR a través de sus diferentes vías de reabsorción permite la eliminación de productos finales del metabolismo cerebral, productos de peroxidación y proteínas glicosiladas. Esta función decae con la edad debido a la menor tasa de recambio de LCR asociada con el envejecimiento normal. La declinación de esta funciónpuede ser más grave en enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer. 26 6. Distribución de sustancias neuroactivas Diversas moléculas que influencian la actividad neuronal pueden llegar al LCR desde la sangre (por ej., leptina e insulina) o ser secretadas hacia el LCR por los plexos coroideos (por ej. IGF2) o por elementos nerviosos (por ej., melatonina y GnRH). Se desconoce aún la importancia de esta transferencia, pero es probable que el LCR sea una vía de señalización capaz de modificar la función de grupos neuronales distantes entre sí y sin conexión directa. 7. Señalización inmunológica El sistema nervioso central es una de las regiones que goza de privilegio inmune (ver EL SISTEMA INMUNE). No obstante, en diversas enfermedades infecciosas y degenerativas del sistema nervioso el LCR se torna una vía de tráfico de moléculas relacionada con la señalización inmunológica y de células de la inmunidad. PUNCIÓN LUMBAR En 1891, Heinrich Irenaeus Quincke introdujo la técnica de extracción de LCR conocida hoy como punción lumbar. Con el paciente en decúbito lateral, se introduce entre las vértebras lumbares tercera y cuarta una aguja hasta el espacio subaracnoideo para obtener una muestra de LCR (Fig. 36). Entre las variables que pueden estudiarse se encuentra (el sufijo “raquia” se refiere al LCR): 1. Presión del LCR 2. Aspecto macroscópico 3. Glucorraquia 4. Proteinorraquia 5. Recuento de leucocitos 6. Tinción para microorganismos Por ej., en una meningitis bacteriana la presión está aumentada (> 30 cmH2O), el aspecto es turbio, la glucorraquia está disminuida (< 2.2 mmol/L o < 40 mg/dL), la proteinorraquia es > 1000 mg/L, hay > 500 leucocitos/mm 3 (con predominio de polimorfonucleares) y la tinción de Gram permite detectar bacterias en 60 a 90 % de los casos. De no identificarse bacterias con la tinción de Gram, es posible realizar un cultivo. Transporte transmembrana y potencial de reposo Dr. Fernando D. Saraví MECANISMOS DE TRANSFERENCIA A TRAVÉS DE MEMBRANAS BIOLÓGICAS Pasivos: Son impulsados por la agitación térmica del soluto (difusión) o disolvente (ósmosis). Requieren diferencias de concentración (solutos no cargados) o electroquímicas (iones). Son procesos disipativos que tienden a llevar el sistema a un estado de equilibrio termodinámico. Por ejemplo, en la difusión simple a través de una membrana que separa dos medios A y B con diferente concentración de un soluto, se denomina gradiente al cociente entre la diferencia de concentración (A – B) y la distancia que las separa, en este caso el espesor X de la membrana (Fig. 1). A medida que avanza el proceso difusional, la concentración de A decrece y la de B crece, lo cual reduce progresivamente el gradiente. Activos: No explicables por agitación térmica. Pueden funcionar contra gradientes de concentración (solutos no cargados) o electroquímicos (iones). Se clasifican en transporte activo primario, donde el acoplamiento entre el transporte y el consumo de energía es directo (ATPasas), y transporte activo secundario, donde el acoplamiento es indirecto (otro mecanismo directo crea el gradiente necesario). Otra clasificación posible se basa en la ausencia o existencia de moléculas transportadoras específicas (transportadores o carriers). La difusión simple, la ósmosis y la ultrafiltración (transferencia por diferencia de presión hidrostática) no son mediados por transportadores (Fig. 2). TRANSFERENCIA MEDIADA POR TRANSPORTADORES A. Difusión facilitada: Una molécula específica facilita la transferencia de un soluto a favor de su diferencia de concentración. Por ejemplo, transportadores de glucosa que facilitan el ingreso de la hexosa a las células en la mayoría de los tejidos, y la salida en epitelios a través de los cuales se transfiere glucosa (túbulo proximal, intestino delgado, plexos coroideos). Para igual diferencia de concentración, la transferencia es mucho mayor en presencia del transportador (Fig. 3). B. Transporte activo primario. Una molécula específica permite la transferencia de uno o más solutos, en general iones, en contra de sus gradientes electroquímicos. La molécula tiene actividad de ATPasa (hidroliza ATP). Tres ejemplos son la Na,K- ATPasa presente en la membrana plasmática de todas las células, la Ca-ATPasa del retículo sarcoplásmico, y la H,K-ATPasa de las células oxínticas de la mucosa gástrica. C. Transporte activo secundario. Una molécula específica acopla el paso de un soluto en contra de su gradiente electroquímico con el paso de otro a favor de su gradiente. La energía perdida por este último es empleada para transportar el primero. Los solutos pueden trasportarse en el mismo sentido (cotransporte; o simporte; por ej., Na con glucosa) o en sentido opuesto (antiporte; por ejemplo, Na+/H+ o Cl-/HCO3-). Fig. 2 Fig. 1 Posgrado-00 Sello Transporte y potencial transmembrana Dr. Fernando D. Saraví 2 Estos transportes carecen de actividad de ATPasa. La energía se requiere para mantener el gradiente que permite el funcionamiento del sistema (Por ej., la Na,K-ATPasa es necesaria para mantener antiporte Na/H que acopla el ingreso de Na+ a favor de su gradiente electroquímico con el egreso de H+ en contra de su gradiente electroquímico). El transporte activo primario y secundario puede ser electrogénico (generar una corriente transmembrana) cuando hay transferencia neta de carga eléctrica (ej., simporte Na-glucosa, Na,K-ATPasa con estequiometría 3 Na, 2 K por molécula de ATP hidrolizada). CARACTERÍSTICAS DE LOS PROCESOS MEDIADOS POR TRANSPORTADORES 1. Especificidad. Solamente ciertos iones o moléculas son transferidos. 2. Estereoespecificidad. En caso de solutos ópticamente activos (por ejemplo, D-glucosa) 3. Saturación. La transferencia no aumenta indefinidamente sino que tiende a un máximo que depende del número de transportadores presentes y la duración del ciclo de cada uno. 4. Inhibición competitiva. Dos solutos de estructuras muy similares pueden competir por un mismo transportador (por ejemplo, glucosa y galactosa en el epitelio intestinal). 5. Dependencia del aporte de energía. Solamente en el caso de transporte activo primario o secundario (no para difusión facilitada). LA Na,K-ATPASA (BOMBA DE SODIO Y POTASIO) La Na,K-ATPasa es una enzima presente en la membrana de todas las células, que mantiene los gradientes de concentración del Na+ y del K+. Es fundamental para mantener en el tiempo los gradientes iónicos responsables del potencial de reposo y de la actividad eléctrica propagada. Extrae Na+ e introduce K+ con la misma tasa con que dichos iones se mueven pasivamente en sentido contrario. Dicho proceso requiere energía metabólica en forma de ATP. El funcionamiento de la bomba requiere 25 a 30 % del ATP que la célula consume. La Na,K-ATPasa posee dos subunidades, una α de 120 KDa y otra β de menor tamaño, la cual está glicosilada (Fig. 4). La subunidad α tiene los extremos amino y carboxilo en el interior de la célula, y diez segmentos transmembrana que en la figura aparecen desplegados, aunque en la molécula los segmentos están agrupados. La subunidad α es la que liga e hidroliza ATP y trasloca los iones. La subunidad β no participa en el transporte iónico, pero es necesaria para direccionar la Na,K-ATPasa a la membrana plasmática. Además su presencia modifica la cinética del transporte. Se ha descrito una tercera unidad, llamada γ, que también cumpliría funciones reguladoras. En la membrana se forman tetrámeros α2 β2. La Na, K- ATPasa es miembro de una familia llamada E1-E2 porque a lo largo de su ciclo cambia de una conformación (E1) con alta afinidad para el Na+ a otra E2 con alta afinidad por el K+. La bomba funciona en un ciclo de 10 ms de duración, por lo cual cada unidad de
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