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Dr. Fernando D. Saraví ANATOMÍA RENAL Los riñones son órganos pares situados en la cavidad abdominal en situación retroperitoneal. Tienen forma de guisante, de 10 a 12 cm de largo, 5 a 6 cm de ancho máximo y 3 cm de espesor máximo. Cada riñón tiene una masa media de 150 g. Los riñones están rodeados de una cápsula delgada pero resistente al estiramiento y una capa de grasa perirrenal. El hilio renal, situado en la curvatura interna (cóncava) del riñón, es el sitio por el cual ingresa la arteria renal y egresan la vena renal, los linfáticos y el uréter (Fig. 1). En un corte longitudinal se aprecia una capa externa o corteza y una capa interna, la médula renal. La médula renal se subdivide en una porción externa y otra interna. Está formada por las pirámides, estructuras cónicas cuyo vértice, la papila, se abre hacia un espacio llamado pelvis renal, que se continúa con el uréter. El uréter transporta la orina desde la pelvis renal hacia la vejiga urinaria. La unidad funcional del riñón es la nefrona, una estructura tubular formada por epitelio, con el extremo ciego (llamado cápsula de Bowman) en la corteza y el otro extremo abierto a un túbulo colector, que drena en la pelvis renal. La cápsula de Bowman forma parte del corpúsculo renal, el sitio de ultrafiltración del plasma, que se describe en FILTRACIÓN GLOMERULAR. La cápsula tiene un epitelio parietal (externo) continuo, que se refleja en una capa visceral como células especializadas llamadas podocitos, provistos de múltiples extensiones citoplásmicas (pedicelos) que rodean los capilares glomerulares. En los corpúsculos renales hay además células mesangiales de origen mesenquimatoso, cuya apariencia es semejante a la de monocitos. Las células mesangiales poseen actividad contráctil y fagocítica. La nefrona se divide en una serie de porciones con diferentes propiedades funcionales, llamadas sucesivamente –desde la cápsula de Bowman hacia la papila – túbulo contorneado proximal, asa de Henle, túbulo contorneado distal y túbulo colector. Varias de estas porciones tienen subdivisiones, como se indica en la Fig 2. Existen dos tipos principales de nefronas. Las que poseen su cápsula de Bowman más próxima a la cápsula se llaman nefronas corticales y las que poseen la cápsula de Bowman cerca de la corteza se denominan nefronas yuxtamedulares (Fig. 3). Las nefronas corticales se subdividen a veces en superficiales y mesocorticales. Existe cerca de 1 millón de nefronas en cada riñón. El asa de Henle se orienta radialmente y penetra en la corteza. En las nefronas corticales superficiales, el asa de Henle es corta y está íntegramente situada en la capa medular externa, mientras que el asa de Henle de las nefronas yuxtamedulares es larga y desciende hasta la Organización del aparato urinario Fig. 1 Fig. 2 Posgrado-00 Sello Organización del aparato urinario Dr. Fernando D. Saraví 2 papila. Las nefronas mesocorticales pueden tener asas de Henle cortas o largas. IRRIGACIÓN RENAL La masa de ambos riñones equivale a 0.5 % de la masa corporal, pero reciben de 20 a 25% del gasto cardíaco. Cada arteria renal, rama de la aorta abdominal, se divide en arterias segmentarias, que se dirigen radialmente hacia la corteza y se ramifican originando las arterias interlobares, que se anastomosan entre sí como arterias arcuatas, de las cuales emanan las arterias interlobulares (también llamadas arterias radiales corticales). De estas arterias interlobulares surgen las arteriolas aferentes que irrigan cada corpúsculo renal. En el corpúsculo, la arteriola aferente se ramifica en una densa red capilar que está rodeada por la cápsula de Bowman y fue llamada por Marcello Malpighi glomérulo (latín glomerulus, ovillito o madeja). Es en este sitio que se produce la ultrafiltración del plasma. Los capilares glomerulares se reúnen en una arteriola eferente. Esta disposición, con dos arteriolas con una red capilar intercalada, es única del riñón. La arteriola eferente forma una segunda red capilar, los capilares peritubulares, que irrigan los túbulos de la corteza renal. Las arteriolas yuxtamedulares dan además ramas que descienden radialmente hacia las papilas, llamados vasos rectos. Los vasos rectos forman una red capilar en torno de las asas de Henle. Los capilares peritubulares y de los vasos rectos se reúnen nuevamente formando vénulas y venas, que siguiendo un recorrido inverso al de las arterias (excepto en los corpúsculos renales) desembocan en la vena renal. Los riñones también poseen vasos linfáticos que forman tres plexos: uno en el parénquima, otro subcapsular y un tercero en la grasa que rodea al riñón. Los plexos parenquimatoso y subcapsular convergen en vasos linfáticos que salen por el hilio y drenan en los ganglios aórticos laterales. INERVACIÓN RENAL El riñón recibe eferentes simpáticos que inervan los vasos intrarrenales, las células mesangiales, los túbulos contorneados y la porción gruesa de la rama ascendente del asa de Henle. Además de contribuir a la regulación del flujo sanguíneo renal, la inervación simpática estimula la liberación de renina y modifica la función tubular. La inervación aferente al sistema nervioso viaja por los nervios autónomos. Se trata de fibras amielínicas (C) y mielínicas delgadas (A δ) que proceden de mecanorreceptores que sensan la presión vascular y ureteral, y de quimiorreceptores localizados en el intersticio renal. Algunos mecanorreceptores son nociceptores responsables de la sensación dolorosa causada por la distension de la pelvis renal. Otros aferentes pueden originar reflejos intrarrenales o sistémicos. Los relevos de estos aferentes alcanzan el núcleo del tracto solitario y pueden modificar la descarga simpática y la secreción hipotalámica de vasopresina. Fig. 3 Organización del aparato urinario Dr. Fernando D. Saraví 3 FUNCIONES DE LOS RIÑONES Los riñones son considerados órganos excretores o emuntorios, lo cual es una noción correcta pero incompleta por dos razones. En primer lugar, la función excretora está cuidadosamente regulada de modo que tiende a mantener constante la composición del líquido extracelular. En segundo lugar, los riñones tienen varias funciones que no se relacionan directamente con su papel como órgano depurador. Las numerosas funciones renales pueden resumirse como sigue. 1. Regulación del equilibrio hidrosalino. El riñón es capaz de modificar la composición final de la orina producida de modo que, dentro de ciertos límites bastante amplios, elimina exactamente las cantidades de agua y de cada electrolito que se requiere para mantener constante la osmolaridad y composición de los líquidos corporales. La composición de la orina es muy variable, ya que la cantidad de cada sustancia excretada depende del aporte dietario o la producción metabólica. Por ejemplo, en término medio se elimina 1500 mL de agua por día, pero en condiciones de escasez de agua el volumen diario de orina puede reducirse a un tercio (500 mL), mientras que si se ingiere gran cantidad de agua el volumen diario puede alcanzar cerca de 20 L. 2. Excreción de desechos metabólicos. Diversos productos finales del metabolismo se forman de manera continua, carecen de valor para el cuerpo y pueden ser tóxicos si se acumulan. Muchos de estos desechos son eliminados en la orina. Por ej., la urea procedente de la desaminación de aminoácidos, el ácido úrico producido en la metabolización de las purinas, la creatinina procedente de la degradación de la creatina muscular, y el urobilinógeno procedente del metabolismo del grupo hemo (ver ERITROCATERESIS). 3. Excreción de hormonas. Aunque el hígado es el principal órgano de degradación de hormonas, diversas hormonas intactas y sus metabolitos se eliminan por la orina, al igual que otras sustancias endógenas con actividad biológica. 4. Excreción de fármacos.La mayoría de los fármacos que ingresan al organismo (como también contaminantes ambientales) se elimina por la orina intactos o previa biotransformación. Por esta razón, es a menudo necesario reducir las dosis a ser administradas a pacientes cuya función renal está reducida (el ajuste se realiza sobre la base de la magnitud de la FILTRACIÓN GLOMERULAR). 5. Regulación de la presión arterial. El riñón participa en la regulación de la presión arterial por múltiples mecanismos. Por una parte, por su papel directo en la excreción de sodio y agua, de los cuales depende el grado de repleción intravascular, y por otra parte porque es el principal productor de la enzima renina. La renina estimula la producción de angiotensina I, que tras convertirse en angiotensina II , tiene importantes efectos vasoconstrictores periféricos y estimulantes de la secreción de dos hormonas centrales para la regulación hidrosalina: aldosterona y vasopresina. 6. Regulación de la producción de 1,25 dihidroxivitamina D. La vitamina D tiene un papel fundamental en el metabolismo fosfocálcico (además de otras funciones). Su forma activa, 1,25 dihidroxivitamina D o calcitriol, es producida por una alfa-1 hidroxilasa renal. Fig. 4 Organización del aparato urinario Dr. Fernando D. Saraví 4 7. Regulación de la eritropoyesis. El riñón es la principal fuente de eritropoyetina, la hormona que regula la producción de eritrocitos. Uno de los problemas clínicos en pacientes con insuficiencia renal avanzada o anéfricos es precisamente una anemia que se debe en gran parte al déficit de eritropoyetina. 8. Gluconeogénesis. Durante el ayuno se requiere la generación de glucosa a partir de diversos sustratos no glúcidos (gluconeogénesis) con el objeto de mantener la glucemia dentro de límites normales, ya que la glucosa es un substrato indispensable para el cerebro. El principal órgano gluconeogénico es el hígado, pero aprox. 20 % del total de glucosa aportada a la sangre durante el ayuno proviene de la corteza renal. PROCESOS BÁSICOS EN LA FORMACIÓN DE ORINA La formación de orina depende de tres procesos que se combinan en grado variable para el agua y para cada soluto, para determinar la composición final: filtración, reabsorción y secreción (Fig. 4). Cerca de 20% del plasma que llega a los glomérulos se filtra. La composición del filtrado es similar a la del plasma, excepto que está virtualmente libre de proteínas. El agua y muchos de los solutos filtrados son reabsorbidos en alta proporción (Tabla 1). Se llama excreción fraccional a la proporción del filtrado que se excreta, expresada como porcentaje. Algunas sustancias, como ciertos metabolitos orgánicos y fármacos, se secretan hacia la luz tubular. Para algunas sustancias, como el ácido úrico, la excreción fraccional es el resultado del balance entre filtración glomerular, reabsorción y secreción tubulares. En la Fig. 5 se esquematiza el manejo renal de diversos solutos a lo largo de la nefrona. Los túbulos renales están formados por un epitelio simple, cuya altura varía a lo largo de la nefrona. Las células epiteliales están unidas entre sí por uniones adherentes. Las células epiteliales están funcionalmente polarizadas, lo que significa que las propiedades de transporte de la porción de membrana que da a la luz (apical) son diferentes de las de la porción de membrana que limita con el intersticio (basolateral). Las uniones adherentes constituyen la frontera entre ambas porciones de membrana (Fig. 6). Las sustancias pueden transferirse mediante mecanismos ya mencionados en TRANSPORTE PASIVO Y ACTIVO: difusión simple, difusión facilitada, transporte activo primario y transporte activo secundario. Las sustancias pueden pasar del túbulo al intersticio (o e las hendiduras entre las células, llamada vía paracelular por transporte convectivo o por diferencias de concentración y, en el caso de iones, por gradiente electroquímico Fig. 5 Organización del aparato urinario Dr. Fernando D. Saraví 5 si existe un diferencia de potencial entre la luz tubular y el intersticio. La vía paracelular es más importante en el túbulo proximal, cuyas uniones adherentes son relativamente permeables, pero también contribuye a la reabsorción de Ca2+ y Mg2+ en el segmento grueso de la rama ascendente del asa de Henle. El otro camino posible es a través de las células (via transcelular), lo que exige que la sustancia sea transferida a través de las membranas apical y basolateral. Las sustancias liposolubles pueden atravesar las membranas por difusión, pero las que no son liposolubles requieren mecanismos de transporte relativamente específicos, en general diferentes para la membrana apical y para la basolateral. La tasa de transporte tubular puede ser limitada tanto para el transporte difusional como para el mediado por transportadores. En la transferencia difusional la tasa de transporte está limitada por el gradiente máximo que puede crearse, el cual depende inversamente de la permeabilidad de la vía paracelular. En la transferencia mediada por transportadores, la limitación se debe a que éstos son saturables. La tasa de transporte cuando se alcanza la saturación se denomina transporte máximo (Tm). En el caso de sustancias que se reabsorben, la cantidad que excede el Tm es excretada en la orina. Para sustancias que se secretan, al superarse el Tm el excedente permanece en el plasma y el intersticio. En los siguientes segmentos se producen, de manera regulada hormonalmente, procesos selectivos de secreción y reabsorción de electrolitos y de reabsorción de agua, que determinarán la composición final de la orina. TRANSPORTE, ALMACENAMIENTO Y ELIMINACIÓN DE LA ORINA Desde los túbulos colectores, la orina ya formada drena hacia el sistema pielocalicial y circula por el tracto urinario (Fig. 7). La orina es transportada hacia la vejiga gracias a la contracción cíclica de los uréteres, comandada por marcapasos localizados en la pelvis renal. La vejiga es un órgano hueco que, cuando está relajado, permite almacenar la orina. Durante dicho almacenamiento, los esfínteres uretrales interno y externo permanecen contraídos. La vejiga y la uretra están bajo control nervioso, que permite en forma voluntaria el paso de la condición de almacenamiento a la condición de evacuación, por relajación de los esfínteres uretrales y contracción del músculo liso vesical (detrusor). Fig. 7 Fig. 6 Fig. 7 Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví El agua compone entre 45 y 65 % de la masa corporal; la variabilidad se debe a la proporción del tejido adiposo, que sólo contiene 10 % de agua. En el tejido magro (como el músculo esquelético) hay 0.72 mL de agua por gramo. Las células están bañadas por el líquido intersticial, cuya composición electrolítica es cuantitativamente diferente del líquido intracelular (LIC); ver Tabla 1. La composición del LIC es mantenida en un estado estacionario (equilibrio dinámico) debido a la barrera selectiva formada por la membrana celular. Como primera aproximación, los medios líquidos mencionados pueden considerarse disoluciones acuosas diluidas. DISOLUCIONES DILUIDAS La composición del líquido intersticial se aproxima a la de una disolución diluida. Se denominan disoluciones diluidas a aquéllas cuya concentración de solutos es inferior a la concentración eutéctica. Esta última es la concentración a la cual, al enfriarse, la disolución se congela como una sustancia homogénea. En las disoluciones diluidas, al bajar la temperatura se produce inicialmente la congelación del disolvente puro (el agua), de modo que la concentración de partículas (solutos) en la fase líquida aumenta progresivamente. Cuando la disolución se ha concentrado hasta la concentración eutéctica, una disminución adicional de temperatura haceque se congele toda, como si fuera una sustancia homogénea (Fig. 1). CONCENTRACIONES, MOLES Y OSMOLES La concentración de un soluto puede expresarse de diferentes formas. Una forma muy común es en unidades de masa del soluto por unidad de volumen de disolución; por ejemplo, mg/dL o g/L. Aunque esta forma está consagrada por la práctica, en la actualidad se tiende a uniformar la expresión de concentraciones (por ejemplo, en los líquidos corporales) como cantidad de sustancia presente en un determinado volumen. La magnitud “cantidad de sustancia” tiene en el Sistema Internacional de Unidades la unidad mol. Un mol es la cantidad de sustancia que tiene tantos entes elementales como átomos hay en 0.012 kg de carbono 12. Ese número corresponde al número de Avogadro (aprox. 6 . 10 23 ). Debe especificarse la clase de entes elementales, que pueden ser, por ejemplo, moléculas, iones o electrones. La relación entre una concentración expresada en masa/volumen y una concentración en cantidad de sustancia/volumen es simple, y está dada por el mol gramo. El mol gramo es el número de gramos que tiene un mol de la sustancia. Por ejemplo, 1 mol de NaCl tiene una masa de 58.5 g. Si una disolución tiene 7.02 g/L de NaCl, su molaridad es de 7.02/58.5 = 0.12 mol/L. En medicina el mol resulta generalmente una unidad demasiado grande, por lo cual se emplean submúltiplos, típicamente milimoles (mmol). Un mol de partículas disueltas se denomina por convención un osmol. La concentración de partículas puede expresarse por litro de disolución (concentración osmolar) o por kg de disolvente Tabla 1: Composición electrolítica del líquido intra y extracelular. Líquido Intracelular (músculo) Líquido extracelular Intersticial Plasma Cationes Na + K + Ca 2+ Mg 2+ 12 150 1.8 34 140 4 1.7 0.65 142 4.1 2.5 1 Aniones Cl - HCO3 - H2PO4 - – HPO4 2- Otros Proteinatos 4 12 40 90 54 107 25 2.3 6.6 4 102 24 0.7 6 17 Fig. 1: Concentración eutéctica y com- portamiento de las disoluciones concen- tradas y diluidas al bajar la temperatura. Posgrado-00 Sello Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 2 (concentración osmolal). Para disoluciones diluidas, como las de los líquidos corporales, el valor numérico de las concentraciones osmolar y osmolal es semejante. La relación entre la concentración molar de un soluto está dada por la siguiente ecuación: Concentración osmolar = i . concentración molar La constante de proporcionalidad es el coeficiente i de Van’t Hoff. i = 1 + (n – 1) donde n es el número de iones en los que se disocia la molécula y el coeficiente de disociación, es decir el cociente entre las moléculas disociadas y el total de moléculas del mismo soluto presentes. Obviamente, puede variar entre 0 (no hay disociación) y 1 (todas las moléculas se disocian). Para una molécula que no se asocia ni se disocia es simple: i vale 1 y la concentración osmolar es igual a la concentración molar; son ejemplos comunes la glucosa y la urea. Cuando el soluto se disocia, como ocurre con las sales, la relación es algo más compleja, pues en general i es diferente de 1. Por ejemplo, el cloruro de sodio es una sal que está ionizada ya en su forma cristalina. Cuando se disuelve en agua, los iones se hidratan. Aunque el agua es electroneutra, su molécula tiene una carga parcial negativa donde está el oxígeno (más electronegativo) y una carga parcial positiva donde están los hidrógenos (más electropositivos). La carga parcial negativa es atraída por el sodio y la carga parcial positiva por el cloruro, que en solución acuosa se rodean de moléculas de agua que los aíslan electrostáticamente uno del otro. Por tanto, cada molécula de NaCl genera dos iones disueltos ( = 1). Por tanto el valor de i es 1 + 1 (2-1) = 2. Una sal como el fosfato monoácido de sodio (Na2HPO4) tiene un de aproximadamente 0.8 pero se disocia en 3 iones, de modo que i = 1 + 0.8 (3 – 1) = 2.4. Si en una solución existen dos o más solutos que no reaccionan químicamente entre sí, la concentración osmolar de la disolución es la suma de las osmolaridades de sus solutos. Para solutos a, b, c de concentración molar [a], [b] y [c]: OsmTOTAL = ia . [a] + ib . [b] + ic [c] Por ejemplo, una disolución que contenga 0.1 mol/L de glucosa, 0.05 mol/L de NaCl y 0.04 mol/L de Na2HPO4 poseerá una osmolaridad de: 1 . [0.1] + 2 . [0.05] + 2,4 [0.04] = 0.1 + 0.1 + 0.096 = 0.296 osmol/L glucosa NaCl Na2HPO4 El plasma tiene una concentración de partículas de aproximadamente 0.3 osmol/L, que se expresa habitualmente en miliosmoles/L: 300 mOsm/L (su osmolalidad aprox. es de 285 mOsm/kg H2O). PROPIEDADES COLIGATIVAS Las propiedades coligativas son aquellas características de las disoluciones debidas a la concentración de partículas en disolución, y es independiente de la naturaleza, tamaño o carga eléctrica de dichas partículas. Las propiedades coligativas de una disolución se caracterizan por variar concomitantemente con la concentración de partículas disueltas, según constantes que son características de cada disolvente; dichas propiedades son la presión osmótica, el aumento del punto de ebullición, el descenso crioscópico y la reducción de la presión de vapor del disolvente. Presión de vapor de un líquido La presión de vapor de un líquido puede considerarse una medida de la tendencia del líquido a escapar hacia una fase gaseosa (Fig. 2). Si se pone en contacto un líquido con una masa de gas seco (a) en un recipiente cerrado, algunas moléculas del líquido pasarán a la Fig. 2: Evaporación de un líquido hasta saturar una fase gaseosa. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 3 fase gaseosa (b). Transcurrido cierto tiempo se alcanza un equilibrio de saturación. Cuando la fase gaseosa se satura de vapor, el número de moléculas que se condensa, retornando a la fase líquida, iguala al número de moléculas que se evapora (c) en la unidad de tiempo. En esta condición, la presión del vapor en la fase gaseosa es igual a la presión de vapor del líquido. La presión de vapor saturado depende de la naturaleza del líquido y aumenta con la temperatura. Es independiente de la presión atmosférica; esta última modifica, sin embargo, la tasa de evaporación según la ley de Dalton de la evaporación (recuadro). La presencia de un soluto reduce la presión de vapor del disolvente según la ley de Raoult: Ps = P0 . m0 Donde P0 y Ps son la presión de vapor del disolvente puro y de la disolución, respectivamente, y m0 es la fracción molar del disolvente (número de moles de disolvente sobre número total de moles en la disolución). Ascenso ebulloscópico y descenso crioscópico La temperatura de un cuerpo es una medida de la energía cinética media de sus moléculas. Un gas, un líquido y un sólido que se encuentren a igual temperatura tienen, por tanto, la misma energía cinética molecular media. 1 Los cambios de estados involucran cambios en la energía potencial de las moléculas. La máxima energía potencial se alcanza cuando las moléculas componentes son completamente independientes entre sí. Cuando existe dependencia (fuerzas atractivas o repulsivas) entre las moléculas, la energía potencial es negativa. La energía potencial de un compuesto en estado sólido es menor que la del mismo compuesto en estado líquido, y ésta a su vez es menor que la energía potencial en el estado gaseoso. En este último idealmente la energía potencial se hace nula (cero) porque las moléculas son completamente independientes unas de otras. De lo dicho surge que los cambios de estado requieren energía cuando involucran el paso de un estado de menor energía potencial a otro mayor, y liberan energía en el procesoinverso. Por ejemplo, la evaporación de 1 g de agua requiere aprox. 600 calorías. En un sistema aislado, la ganancia de energía potencial se hace a expensas de la pérdida de energía cinética. Cuando un líquido se evapora, las moléculas de líquido que tienen mayor probabilidad de pasar a la fase gaseosa son las que tienen mayor energía cinética. La salida de la fase líquida de moléculas con alta energía cinética hace descender el promedio de energía cinética del líquido; en otras palabras, éste se enfría. Por esta razón, la evaporación del sudor es un mecanismo eficaz de termolisis (ver TERMORREGULACIÓN). La ebullición es el fenómeno por el cual se produce evaporación no sólo en la interfase entre líquido y gas, sino en el mismo seno del líquido. Se produce cuando la presión de vapor del líquido iguala a la presión total de la fase gaseosa. Dicha igualación se alcanza a una temperatura mayor para una solución que para el disolvente puro, ya que Ps es menor que P0 (ley de Raoult; ver el gráfico de la derecha). La constante de ascenso ebulloscópico 1 En el gas y en el líquido la energía cinética se manifiesta como traslación y rotación. En el sólido estos movimientos no son posibles, por lo que la energía cinética está dada por la vibración de las moléculas en la estructura sólida. Mv = A. S (PL – PG) t PB Ley de Dalton. Mv = masa evaporada ; t = tiempo; PL = presión de vapor en la fase líquida; PG= presión de vapor en la fase gaseosa; PB = presión barométrica; S = superficie de evaporación; A = constante dependiente del líquido. Fig. 3: Diagrama de fases para el disolvente puro (fucsia) y en presencia de un soluto (azul). Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 4 para el agua es de 0.52 ºC.L/osmol. Por otra parte, la congelación ocurre cuando se iguala la presión de vapor de una fase líquida con la presión de vapor del sólido (puntos triples en el gráfico). Dicha igualdad se alcanza a una menor temperatura para la disolución, lo cual explica el descenso crioscópico. La constante de descenso crioscópico es de 1,86 ºC.L/osmol. Presión osmótica La tendencia del agua de atravesar una membrana se reduce en proporción a la reducción de su presión de vapor. Si una disolución y agua pura están separadas por una membrana hemipermeable (que sólo deja pasar el disolvente), el agua atravesará la membrana en ambos sentidos, pero el flujo neto irá del agua pura hacia la disolución. Se puede suprimir este flujo neto aplicando a la disolución una presión, por ejemplo mediante un émbolo (Fig. 4). La presión que cancela exactamente el flujo neto del disolvente se denomina presión osmótica (). Nótese que la presión osmótica de una disolución es mayor cuanto menor sea su presión de vapor con respecto al disolvente puro, es decir cuantas más partículas disueltas posea por unidad de volumen. Desde luego, también existen diferencias de presión osmótica entre disoluciones cuya concentración de partículas sea diferente. Van’t Hoff observó la similitud del comportamiento de un gas ideal y la presión osmótica de una disolución. Según la ecuación general del estado gaseoso: P.V = nRT Donde P = presión, V = volumen, n = número de moles, R = 0.082 atm.L/mol/K (= 8.3 J/K) y T = temperatura absoluta. Si la presión se expresa en atmósferas y el volumen en litros, a 0 ºC (273.15 K), un mol de un gas ideal ocupa 22.4 L a la presión de 1 atmósfera, ya que el producto P.V (= nRT) es de 22.4 atm.L. Obviamente, para llevar el volumen a 1 L se requiere una presión de 22.4 atm. Análogamente, para la presión osmótica puede escribirse: .V = nRT = (n/V) RT donde el producto .V es 22.4 atm.L a 0 ºC cuando n = 1 (un mol de partículas ó 1 osmol). De esta manera, si el volumen es de 1 L la concentración de partículas es 1 osm/L y = 22.4 atm. Por tanto, para el agua a 0 ºC, el coeficiente de presión osmótica es de 22.4 atm.L/osmol. El LEC y el LIC tienen una osmolaridad de 300 mOsm/L y es 0.3 . 22.4 = 6.7 atm (5092 mmHg). DIFUSIÓN A TRAVÉS DE LA MEMBRANA CELULAR Los constituyentes de un líquido pueden desplazarse por diversos mecanismos, pero desde el punto de vista energético todos ellos tienen en común la existencia de una fuerza impulsora y de una oposición. Son ejemplos de fuerza impulsora las diferencias Fig. 4: Ósmosis. La tendencia del agua a ingresar a la disolución (A) puede ser cancelada por presión externa (B) o, si el recipiente es rígido, por el aumento de presión hidrostática ocasionado por el mismo ingreso de agua (C). Fig. 5: Gradiente de concentración y difusión neta a través de una membrana (x, espesor de la membrana) Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 5 de potencial eléctrico (electrodifusión), de concentración de solutos sobre el agua (ósmosis), de presión hidrostática (caudal) y de potencial químico sobre el mismo soluto (difusión). Estas formas de transporte se denominan disipativas porque al producirse tienden a suprimir las fuerzas que las impulsan y alcanzar un estado de equilibrio. Analizaremos con mayor detalle la difusión libre de especies disueltas sin carga eléctrica neta. En un medio fluido, la cantidad neta de una sustancia S que es transferida a través de una sección unitaria (1 cm 2 ) en la unidad de tiempo (flujo neto, J) es función de la diferencia de concentración C y de la distancia x entre los lugares considerados: J = - D.A (C/x) [Primera ley de Fick]. D es una constante para cada sustancia en un medio dado, que se denomina coeficiente de difusión. 2 Si J se expresa en mmol.s -1 .cm -2 , C en mmol.cm -3 y x en cm, la unidad de D es cm 2 . s -1 . El cociente C/x se denomina gradiente. Como la dirección del gradiente es en sentido del aumento de la concentración, se requiere signo negativo en la ecuación porque la difusión neta ocurre en sentido opuesto al gradiente (Fig. 5). En disoluciones acuosas diluidas el gradiente de difusión de las moléculas pequeñas es próximo a 10 -5 cm 2 . s -1 . Cuando el flujo tiene lugar a través de una membrana, el cociente D/x se denomina coeficiente de conductividad hidráulica (Lp). El flujo de agua (Jw) a través de una membrana hemipermeable depende de las diferencias de presión osmótica () e hidrostática (P): Jw = Lp ( - P) Las membranas biológicas no son, sin embargo, membranas hemipermeables perfectas. Por el contrario, tienen una permeabilidad baja pero no despreciable a diversos solutos. Por esta razón, la observada (obs) es generalmente menor que la teórica (teor) basada en la osmolaridad medida en un osmómetro o calculada a partir de las concentraciones de solutos. La relación obs/teor corresponde al coeficiente de reflexión de Staverman, . El coeficiente de reflexión varía entre 0 para un soluto al cual la membrana sea igualmente permeable que al agua, y 1 para un soluto al cual la membrana sea completamente impermeable. Por ejemplo, en muchas membranas el valor de para la urea es casi 0, mientras que para una proteína es próximo a 1. El flujo de agua a través de una membrana biológica es, entonces: Jw = Lp (. - P) Esta ecuación es adecuada para estimar el flujo de agua en el endotelio capilar, donde la estructura del vaso permite la existencia de una diferencia de presión hidrostática (véase Microcirculación). En cambio, la membrana celular no permite el establecimiento de una diferencia de presión hidrostática. 3 Por esta razón, el factor P puede despreciarse y, para la membrana celular: Jw = Lp . . Esto significa que cualquier diferencia de presión osmótica generará un flujo de agua a través de la membrana, de modo que la osmolaridad del LIC y del LEC se igualen en condicionesde estado estacionario (equilibrio dinámico). OSMOLARIDAD Y TONICIDAD Dado que las membranas biológicas no se comportan del mismo modo que la membrana de un osmómetro, exclusivamente permeable al disolvente, en fisiología y medicina es común hablar de la tonicidad de las disoluciones. Se describe una disolución como isotónica, hipotónica o hipertónica. La noción de tonicidad se refiere a la osmolaridad efectiva de una disolución con respecto a las células. Por ejemplo, si en una disolución de NaCl con 9 g/L, que medida en un osmómetro tiene una osmolaridad de aproximadamente 300 mOsm/L, se colocan eritrocitos, éstos no experimentan prácticamente cambio de volumen porque no ganan ni pierden agua. Esto se debe a que el coeficiente de reflexión de la membrana eritrocítica para el sodio y el cloruro es próximo a 1. Por consiguiente, la disolución de NaCl es isotónica. 2 D se calcula por la ecuación de Stokes-Einstein: D = kT/(6Rhd) , donde k = constante de Boltzman (1,38 .10 -23 J/K), T = temperatura en K, = viscosidad (poise) y Rhd = radio efectivo de la sustancia. 3 En los organismos que poseen una pared celular poco extensible, como los vegetales, los hongos y las bacterias, sí pueden generarse diferencias elevadas de presión hidrostática. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 6 En cambio, los eritrocitos colocados en una disolución de urea de 300 mOsm/L (medida en un osmómetro), incorporan agua y se henchirán hasta hemolizarse. Esto se debe a que la membrana eritrocítica tiene un bajo coeficiente de reflexión para la urea, por lo cual este soluto no puede equilibrar la osmolaridad intracelular. La disolución de urea, aunque de igual osmolaridad que el plasma, es marcadamente hipotónica. Por el contrario, una disolución hipertónica es aquella cuya osmolaridad efectiva es mayor que la del plasma normal y por tanto deshidrata las células sumergidas en ella. COLOIDES Una característica básica de las disoluciones verdaderas es que son sistemas monofásicos cuyos solutos están presentes como moléculas o iones con un diámetro inferior a 1 nm. Un soluto forma una disolución coloidal –también llamada un sol – cuando sus partículas dispersas tienen diámetros superiores a 1 nm pero inferiores a 200 nm (si superan los 200 nm se trata de una suspensión). Diversas macromoléculas de interés biológico forman disoluciones coloidales. 4 Son ejemplos las proteínas, el glucógeno y el ADN. Por tanto, aunque para muchos efectos prácticos los líquidos corporales puedan considerarse disoluciones diluidas de cristaloides, en realidad tanto el plasma como el citoplasma son disoluciones coloidales. Las disoluciones coloidales son sistemas dispersos con dos fases. En un sol acuoso, las partículas coloidales forman la fase dispersa, discontinua, y el agua la fase dispersante, continua. Los coloides pueden también formar un gel, cuya característica es que en ellos el coloide forma una fase continua. Por ejemplo, el plasma es un sol que pasa a gel cuando coagula y la red de fibrina forma una fase continua (véase HEMOSTASIA). Un coloide en solución tiene una determinada tensión superficial que tiende a aglutinar las partículas coloidales. Los factores que evitan la aglutinación son la hidratación debida a la afinidad por el disolvente (hidrofilia) y la carga eléctrica. Por ejemplo, las proteínas plasmáticas son aniones al pH fisiológico. Propiedades de las disoluciones coloidales Las disoluciones coloidales presentan ciertas propiedades características que las diferencian de una disolución verdadera. 1) No sedimentan con la fuerza gravitatoria normal, pero pueden sedimentar cuando se las ultracentrifuga; esta es la base de muchos métodos bioquímicos de separación. 2) En un campo eléctrico, migran según su carga eléctrica, con mayor velocidad cuanto menor sea su masa y mayor su carga (electroforesis). 3) Si se las ilumina con un haz de luz blanca, las partículas coloidales dispersan la luz, de modo que el haz puede observarse desde una línea perpendicular a su trayectoria (esto no ocurre en una disolución verdadera, que por eso se denomina “ópticamente vacía”). Este fenómeno, llamado efecto de Tyndall, permite la observación de las partículas coloidales en el ultramicroscopio. 5 4) Las partículas coloidales presentan movimiento browniano, que consiste en trayectorias erráticas e impredecibles que aumentan con la temperatura y se deben a la energía cinética del disolvente y de los cristaloides, que impactan de manera aleatoria contra las partículas coloidales. 5) Los coloides no atraviesan membranas que dejan pasar fácilmente agua y cristaloides, como el celofán. Por eso puede modificarse la composición de cristaloides en una disolución sin afectar la concentración de coloides. Esto es el fundamento del empleo de la diálisis y de ultrafiltración para depurar el plasma en la insuficiencia renal. La diálisis es un fenómeno difusional, impulsado por la diferencia de concentración de los solutos difusibles. La ultrafiltración es un fenómeno convectivo, en el cual se aplica una diferencia de presión hidrostática que impulsa al agua y los 4 En 1861, Thomas Graham clasificó las sustancias en coloides y cristaloides, que al disolverse formaban disoluciones coloidales y verdaderas, respectivamente. Los cristaloides podían cristalizarse y que atravesaban membranas de pergamino. Los coloides no podían cristalizarse y no atravesaban las citadas membranas. Aunque la terminología se ha conservado, hoy se sabe que muchos “cristaloides” pueden ser llevados a un estado coloidal, y por otra parte que coloides típicos pueden cristalizarse. 5 El ultramicroscopio es un microscopio óptico cuya fuente luminosa emite luz de manera tangencial al campo. Si en el campo hay partículas coloidales, éstas dispersan la luz de modo que pueden observarse desde el ocular. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 7 solutos difusibles disueltos en ella. En los vasos capilares ocurren normalmente ambos fenómenos (véase MICROCIRCULACIÓN). 6) Las disoluciones coloidales presentan muy débilmente las propiedades coligativas. Esto se debe simplemente a que, a igual concentración de masa en volumen existen muchas menos partículas de un coloide que de un cristaloide. Por ejemplo, una disolución de glucosa (~ 180 Da) de 54 g/L tiene aprox. 300 mOsm/L, mientras que una disolución de albúmina (~ 60 kDa) de 54 g/L tiene aprox. 0.9 mOsm/L. Por esta razón, las proteínas plasmáticas desarrollan una presión osmótica (llamada también presión coloidoosmótica) de 1.5 mOsm/L que es aprox. 0.5 % de la osmolaridad total del plasma. No obstante, esta pequeña presión de aproximadamente 25 mmHg es en extremo importante para el normal intercambio capilar, y la hipoproteinemia es una causa importante de edema (véase MICROCIRCULACIÓN). Efecto de Donnan Cuando en uno de los lados de una membrana permeable al disolvente y a los cristaloides existe un coloide con carga eléctrica, en el equilibrio aparece una diferencia de potencial eléctrico. En la Fig. 6 A se muestran una disolución (E) de KCl separada por una membrana de diálisis de una disolución coloidal I (P - , un proteinato de K). Inicialmente la concentración de K + es igual a ambos lados de la membrana, y no hay Cl - donde está P - . K + y Cl - difunden libremente, y en el equilibrio deben cumplirse las siguientes condiciones (Fig. 6 B): 1) Electroneutralidad en el seno de cada disolución: Debe haber igual concentración total de cationes y aniones en cada lado: [K + ]I = [P - ]I + [Cl - ]I y [K + ]E = [Cl - ]E. 2) Igual producto de las concentraciones de iones difusibles en ambos lados: [K + ]I . [Cl - ]I = [K + ]E . [Cl - ]E. Dada la presenciade P - en I, para que esto se cumpla, la concentración de K + en I debe ser mayor que en E, y lo opuesto ocurre con el Cl - . 3) Diferencia de potencial eléctrico. La diferencia de concentración de K+ representa una fuerza difusional neta de I hacia E, y para el Cl - una fuerza neta de E hacia I. En el equilibrio estas fuerzas difusionales son exactamente canceladas por una diferencia de potencial generado a través de la membrana. Como tanto el K + como el Cl - se encuentran en equilibrio electroquímico, el potencial transmembrana puede calcularse según la ecuación de Nernst para el K + o para el Cl - . VDonnan = 2,3 RT log [K + ]E = 2,3 RT log [Cl - ]I zF [K + ]I zF [Cl - ]E En el ejemplo de la Fig. 6 B, el potencial eléctrico a 37 ºC es de aprox. 5.3 mV. 4) Diferencia de pH. La distribución asimétrica de iones difusibles afecta también a los iones H+ y OH - . Por esta razón, [H + ]I será mayor que [H + ]E. En el ejemplo, el pH en I será 0.09 unidades menor que en E. 5) Desequilibrio osmótico. El efecto Donnan (también llamado de Gibbs-Donnan) lleva a una situación de equilibrio electroquímico, pero crea un desequilibrio osmótico, pues la concentración de partículas es mayor del lado I que del lado E. La diferencia puede ser pequeña cuando P - es una proteína que actúa como un anión polivalente. 6 Debido al efecto de Donnan, existe una diferencia de potencial de aprox. 2.3 mV a través del endotelio entre el plasma (negativo) y el intersticio. En los capilares glomerulares, el efecto de Donnan explica que la concentración de aniones difusibles en el ultrafiltrado sea aprox. 5 % mayor que en el plasma, mientras que la concentración de cationes difusibles es 5 % menor. 6 Por ejemplo, cada milimol de hemoglobina puede combinarse con 10 miliequivalentes de K + . Los 10 mEq de la Fig. 6 corresponderían entonces a sólo 1 mOsm/L. Fig. 6: Efecto de Donnan. A, condición inicial; B, condición en equilibrio de Donnan. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 8 Por otra parte, si bien el efecto de Donnan contribuye al potencial transmembrana, su influencia es pequeña en la mayoría de las células, en las cuales el potencial transmembrana es de decenas de milivoltios. EL CITOPLASMA COMO SISTEMA DISPERSO Se suele imaginar el citoplasma de las células eucariotas como si fuese una solución diluida y extensa; así, se habla de la concentración de K + intracelular, o del pH intracelular, como si fueran constantes en todo el citosol. No obstante, la situación es más compleja, por diversas razones. En primer lugar, el citoplasma contiene numerosas organelas como mitocondrias, lisosomas, peroxisomas, retículo endoplásmico, que poseen membranas con selectividad y contenido que difiere mucho en la concentración de algunas sustancias. En otras palabras, existen varios compartimientos intracelulares con características particulares. Por ejemplo, la concentración intracelular de Ca 2+ se indica en la tabla como 1 mmol/kg H2O, pero este es un valor medio. En el citosol (la parte acuosa “libre”del citoplasma) la concentración es mil veces menor, mientras que en el retículo endoplásmico es mucho mayor. En segundo lugar, la fracción del citoplasma no ocupada por organelas es un sistema coloidal, que por esta razón se denomina citosol. El citosol de la mayoría de las células tiene una concentración de proteínas de aprox. 20 % que causa un fenómeno conocido como hacinamiento molecular (Fig. 7). El hacinamiento molecular obstaculiza la difusión haciéndola, según la sustancia, de diez a mil veces más lenta que en una disolución diluida. Esto puede generar diferencias de concentración estables (mantenidas dinámicamente en el tiempo) para diversos solutos entre diferentes partes del citosol. Otra consecuencia de la presencia de organelas y una elevada concentración de macromoléculas es que no todo el volumen celular participa en los fenómenos osmóticos que tienden a modificar el volumen celular (Fig. 8). Si se bloquean los mecanismos que protegen a la célula contra una disminución del volumen (que se trata más abajo) y la célula es sometida a medios de creciente tonicidad, su volumen se reduce. No obstante, la extrapolación a osmolaridad infinita indica que la máxima reducción alcanza a ~ 70 % del volumen normal; el 30 % restante no puede reducirse por aumento de osmolaridad. COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS Fig. 7: Hacinamiento molecular en el citosol visto con una amplificación de 106. La difusión de una pequeña proteína de prueba es considerablemente dificultada. En los espacios “vacíos” hay agua y cristaloides. Según Minton, J Biol. Chem 276: 10577-10580, 2001. Fig. 8: Sólo 70% del volumen celular participa en fenómenos osmóticos. Basado en Wehner y col., Rev Physiol Biochem Pharmacol 148: 1-80, 2003. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 9 CORPORALES El agua constituye aproximadamente 60 % de la masa corporal en un varón joven sano de complexión mediana. Con una masa corporal de 70 kg, esto corresponde a 42 litros de agua. Aproximadamente 2/3 del agua se encuentra dentro de las células (líquido intracelular = LIC). El tercio restante es extracelular (LEC). En esto se basa la “regla 60/40/20”: El 60 % de la masa corporal corresponde al agua total, el 40 % del peso corporal al agua intracelular y el 20 % al agua extracelular (Fig. 9). El LEC, a su vez, comprende líquido intersticial y plasma (intravascular). Existe asimismo una pequeña cantidad de líquidos transcelulares como el líquido cefalorraquídeo y el humor acuoso, que no es necesario incluir en los cálculos. En el ejemplo anterior, hay aproximadamente 28 litros de LIC y 14 litros de LEC, de los cuales 3.5 litros corresponden al volumen plasmático. El volumen sanguíneo o volemia es de alrededor de 5.5 litros, de los cuales 2 litros corresponden a los eritrocitos (cuya agua se incluye en la intracelular). La proporción de agua corporal varía inversamente con la del tejido adiposo, ya que éste contiene sólo 10 % de agua. Por tanto, es menor de 60 % en una mujer joven normal, y la diferencia se torna mayor si es obesa. Por el contrario, en una persona que haya sufrido adelgazamiento importante (por ejemplo a causa de desnutrición o un tumor) puede tener una proporción mayor de agua corporal. La composición normal de los líquidos corporales se indica en la 1. Como primera aproximación, puede concebirse el LEC como una disolución de NaCl y el LIC como una de potasio, fosfato y proteinatos, concepto a recordar cuando se trata de reemplazar líquido perdido. Es asimismo importante tener en cuenta que, debido a la facilidad con la que el agua es transferida a través de las membranas, en condiciones estacionarias (es decir, fuera de desbalances transitorios) el líquido intra y extracelular tienen la misma osmolaridad, de aproximadamente 300 mOsm/L. RECAMBIO DIARIO DE AGUA, SODIO Y POTASIO La incorporación de agua al organismo ocurre normalmente por ingesta (agua de bebida + agua contenida en los alimentos) y por producción como parte de las reacciones químicas del metabolismo intermedio (agua metabólica). Las pérdidas normales ocurren debido a la producción de orina, las heces, la perspiración insensible (evaporación cutánea y mucosa), la exhalación de vapor de agua en el aire espirado y, en caso de ambientes cálidos, la sudoración. Tabla 2: Balance diario típico de agua, sodio y potasio en un adulto sano. Ganancias Pérdidas AGUA (mL) Bebida 1200 Alimentos 500 Metabólica 300 Total 2000 Orina1000 Heces 100 Insensible 900 Total 2000 SODIO (mEq) Dieta 200 Total 200 Orina 180 Heces 6 Insensible 14 Total 200 POTASIO (mEq) Dieta 80 Total 80 Orina 65 Heces 15 Total 80 Fig. 9: Compartimientos líquidos corporales y regla 60/40/20. Los volúmenes en L y masas en kg corresponden a un varón joven de 70 kg de masa. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 10 En la Tabla 2 se indica la magnitud respectiva de estas ganancias y pérdidas, que deben cancelarse entre sí cuando el sujeto está en equilibrio hídrico En circunstancias patológicas a menudo ocurre un desbalance entre la incorporación y las pérdidas; lo más común es que las pérdidas excedan a las ganancias, y el resultado es la deshidratación. La composición del fluido eliminado en exceso (orina, plasma, sudor, bilis, diarrea, jugo gástrico) determinará qué tipo de disolución electrolítica ha de emplearse para reemplazarlo (Tabla 3). Los cambios en el peso corporal que ocurren de un día para otro son una guía confiable en cuanto al volumen de líquido que ha de administrarse. Tabla 3: Composición electrolítica de algunas secreciones. Sodio (mEq/L) Potasio (mEq/L) Cloro (mEq/L) Otros (mEq/L) Jugo gástrico 20 a 120 15 130 H+ 60 Bilis 140 5 140 HCO3 - 44 Jugo pancreático 140 5 70 HCO3 - 70 Ileostomía 120 20 100 HCO3 - 40 Diarrea 100 40 100 HCO3 - 40 Sin embargo, existe otra forma de pérdida de líquido extracelular, que ocurre por una redistribución de los líquidos corporales y no se manifestará en una disminución de peso. Tal es el caso de la pérdida de líquido hacia cavidades como la pleural y peritoneal, o desde el espacio intravascular hacia el intersticio cuando ocurre edema generalizado. Esta redistribución se denomina pérdida al tercer espacio y la estimación de su volumen debe tenerse en cuenta a la hora de proceder a su reposición. REGULACIÓN DEL VOLUMEN CELULAR Por razones antes expuestas, las células del organismo humano se encuentran en equilibrio osmótico con el medio extracelular. Si la tonicidad del medio extracelular varía, también se modificará la osmolaridad del medio intracelular. Cuando aumenta la osmolaridad del LEC las células tienden a perder agua, y, a la inversa, si disminuye la osmolaridad del LEC las células tienden a incorporar agua (Fig. 10). No obstante, las células del organismo no se comportan pasivamente frente a los cambios de tonicidad extracelular. Las células tienden a mantener un volumen constante aunque la osmolaridad extracelular cambie. Los eritrocitos constituyen una notable excepción, pues se comportan aproximadamente como osmómetros cuyo volumen varía inversamente con la osmolaridad del medio (Fig. 11). Los eritrocitos normales comienzan a hemolizarse (umbral de hemólisis) cuando la osmolaridad del medio es de 170 mOsm/L. Los eritrocitos más viejos son los primeros en destruirse. Aunque los eritrocitos jóvenes son ma´s resistentes, la hemólisis es completa cuando la osmolaridad desciende a 115 mOsm/L. El aumento de volumen en el umbral de hemólisis es de 45 %, los eritrocitos más jóvenes toleran aumentos de volumen de hasta 65 %. Cuando el esqueleto de membrana del eritrocito (véase Reología de la sangre) es anormal, como en la esferocitosis familiar, el umbral de hemólisis se desplaza hacia osmolaridades mayores, y la hemólisis es completa con tonicidades que no causan hemólisis ni siquiera en los eritrocitos normales más viejos. Fig. 10: Respuesta pasiva y activa de las células nucleadas a los cambios en la tonicidad del medio. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 11 Ya que la membrana celular no soporta diferencias de presión hidrostática, el único modo que una célula tiene para mantener su volumen es igualar la concentración de partículas osmóticamente activas (osmolitos) de su citosol con la del medio que la rodea. Esto se denomina regulación de volumen isoosmótica. Cuando la célula es colocada en un medio hipotónico, debe reducir su contenido de osmolitos para equiparar su osmolaridad con la del medio. El resultado es una disminución regulatoria del volumen (DRV). Por el contrario, en un medio hipertónico debe ganar osmolitos para producir un aumento regulatorio de volumen (ARV). Ambos fenómenos ocurren con un curso temporal bifásico: un cambio rápido causado por movimiento de iones y un cambio adicional más lento causado por cambios en la concentración de osmolitos orgánicos. Los cambios de concentración citosólica de iones como K + , Na + y Cl - se producen rápidamente pero su magnitud es limitada porque las modificaciones en la fuerza iónica y en la concentración de iones específicos modifica la función celular. Los cambios en la concentración intracelular de K + alteran además el potencial transmembrana. Los osmolitos orgánicos son sustancias simples que normalmente se encuentran en alta concentración (decenas a centenas de milimoles/L) en el citosol. Las principales clases de solutos orgánicos compatibles son polialcoholes como el mioinositol y el sorbitol, metilaminas como la betaína, y algunos aminoácidos como la taurina. Todos comparten la propiedad de que su concentración puede variar mucho sin afectar la estructura celular ni las reacciones metabólicas fundamentales. Por esta razón se los llama solutos “compatibles” o no intrusivos. Diferentes tipos de célula muestran preferencia por determinados mecanismos iónicos o de modificación de los osmolitos orgánicos en lugar de otros; la regulación de volumen es algo diferente, por ejemplo, en neuronas, células epiteliales o hepatocitos. La descripción que sigue es de carácter general y omite analizar las citadas diferencias. Disminución regulatoria de volumen La fase rápida de la DRV se produce por salida de electrolitos, principalmente K + y Cl - , ya sea a través de canales para cada ión, o mediante un cotransportador (simporte). Estos canales y transportadores están presentes en la membrana (o almacenados en vesículas susceptibles de exocitosis) y sólo deben ser activados. En esta fase también se activa la salida de osmolitos orgánicos por mecanismos no bien caracterizados. Con mayor lentitud, pues requiere cambios en la Fig. 11: Hemólisis en eritrocitos normales y en esferocitos sumergidos en diferentes concentraciones de NaCl. Fig. 12: Regulación del volumen celular. A, disminución regulatoria. B, aumento regulatorio. Fisicoquímica de los líquidos corporales Dr. Fernando D. Saraví 12 transcripción génica y síntesis de proteínas, se produce una disminución de la síntesis de osmolitos orgánicos y una disminución de los transportadores de membrana capaces de incorporarlos en simporte con Na + (Fig. 12 A). Aumento regulatorio de volumen La fase rápida del ARV se produce por ingreso de Na + , K + y Cl - mediado por a) cotransporte Na,K,2 Cl y b) antiportes Na + /H + y Cl - /HCO3 - . Como en la RVD, estos cambios ocurren en segundos porque las moléculas transportadoras pertinentes están presentes en la membrana (algunas de estas moléculas cumplen otras funciones, como regulación del pH intracelular y, en los epitelios, transporte transepitelial). A lo largo de horas se producen aumentos en la expresión génica de proteínas encargadas de la síntesis de osmolitos orgánicos y de los transportadores que incorporan estos osmolitos desde el LEC. Al mismo tiempo, se inhibe la síntesis de proteínas que degradanintracelularmente los osmolitos orgánicos (Fig. 12 B). Los mecanismos que inician la DRV y el ARV no están totalmente claros, pero se cree que las integrinas de la membrana son los sensores que detectan la modificación del volumen (por cambios en la tensión de la membrana). Las integrinas son capaces de activar tirosina kinasas unidas a receptores (por ejemplo EGFR, el receptor para factor de crecimiento epitelial) y tirosina kinasas citosólicas, en especial de la familia SRC. Las kinasas median la fosforilación y activación de transportadores de membrana – responsables de los ajustes rápidos – y también activan factores de transcripción que actúan sobre el ADN en elementos sensibles a la tonicidad (TonEBP), de modo que activan o reprimen los genes involucrados en la respuesta lenta (Fig. 13). Fig. 13: Síntesis de la regulación del volumen celular. Dr. Fernando D. Saraví Antes de que la función renal pudiera ser estudiada con microtécnicas, pudo obtenerse importante información mediante la determinación de diversas tasas de depuración, también llamada aclaramiento o clearance. El concepto de clearance deriva de una aplicación del principio de Fick, que es esencialmente un principio de conservación de la masa (ver GASTO CARDÍACO). Aplicado a la fisiología renal, el principio de Fick para una sustancia X puede formularse así: [X]a . FPRa = [X]v . FPRv + [X]u . Vu Donde [X] es la concentración de la sustancia, FPR es el caudal plasmático renal, Vu es la cantidad de orina producida en la unidad de tiempo, y los sufijos a, v y u indican arterial, venoso y urinario respectivamente. Expresada en palabras, la ecuación dice que en la unidad de tiempo (generalmente minuto) la cantidad total (masa) de una sustancia que llega al riñón es igual a la suma de la cantidad de la misma sustancia en la sangre que deja el riñón más la cantidad en la orina producida (Fig. 1). Esto se cumple para cualquier sustancia que no sea degradada en el riñón o sintetizada por él. Debe notarse que los tres productos de la ecuación tienen unidades de masa en la unidad de tiempo (Por ej., mg/min) o cantidad de materia en la unidad de tiempo (por ej., mmol/día). La ecuación anterior resulta de difícil aplicación por el número de variables que deben medirse, pero puede emplearse para evaluar la función excretoria del riñón, representada por el producto [X]u . Vu. Independientemente de cuánto vale [X]v . FPRv, la cantidad de X excretada debe de ser directamente proporcional a [X]a, la concentración de la sustancia de interés en el plasma arterial. La tasa de depuración o clearance de X (ClX) es la constante de proporcionalidad. Generalmente se supone que la concentración de X en plasma arterial es igual que en cualquier vaso periférico, y por tanto se simboliza [X]p (de plasmática). Entonces, [X]p . ClX = [X]u . Vu Y despejando ClX, Por tanto, ClX tiene unidades de volumen/tiempo (mL/min) y corresponde al volumen de plasma que contiene la cantidad de X que aparece en la orina en cada unidad de tiempo. Por ej., si la concentración plasmática de una sustancia es de 2 mg/mL, la concentración urinaria es de 25 mg/mL y se produce 1.6 mL de orina/min, su depuración será: 25 mg/mL . 1.5 mL/min = 20 mL/min 2 mg/mL Según la ecuación, en el ejemplo 20 mL de plasma son totalmente librados de la sustancia en cada minuto. Como es excepcional que una sustancia sea totalmente extraída del plasma en un solo paso por el riñón, se trata de un volumen virtual. En la mayoría de los casos no se extrae 100 % de la sustancia a un volumen de plasma, sino una proporción menor a un volumen mayor. El resultado de la ecuación solamente indica cuál es el volumen de plasma que contiene la cantidad de sustancia que se excreta en la orina en la unidad de tiempo. A pesar de esta limitación, la determinación del clearance tiene una serie de aplicaciones, como la determinación de la tasa de filtración glomerular (TFG), del FPR, de la tasa de eliminación de agua (clearance de agua libre), de solutos osmóticamente activos (clearance PX VuuX ][ .][ClX = Fig. 1 Clearance (depuración) renal Posgrado-00 Sello Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 2 osmolar) y de la excreción de numerosos fármacos. DETERMINACIÓN DE LA FILTRACIÓN GLOMERULAR La TFG es la medida más importante de la función renal, como lo demuestra el hecho de que la clasificación del grado de insuficiencia renal se basa principalmente en ella (Tabla 1). Por esta razón, la determinación precisa y exacta de la TFG es de gran interés. Si una sustancia filtra libremente y no se reabsorbe ni se secreta en los túbulos, toda la sustancia presente en la orina provendrá del plasma ultrafiltrado. Por tanto, su aclaramiento corresponderá exactamente a la TFG. Clearance de inulina Para emplear una sustancia para medir la TFG, además de las condiciones enunciadas debe cumplir otros requisitos: no ser tóxica, no alterar la TFG ni el FPR, y su concentración debe poder determinarse exactamente en plasma y orina. Una sustancia que cumple todas estas condiciones es el polímero de fructosa llamado inulina. Filtra libremente, no se reabsorbe ni se secreta, no es tóxica, puede determinarse analíticamente y no altera TFG ni FPR con una concentración plasmática adecuada para medir su aclaramiento. El único inconveniente práctico es que, como se trata de una sustancia ajena al organismo, para medir la depuración de inulina su concentración plasmática debe mantenerse constante mediante infusión endovenosa. El clearance de inulina Fig. 2 Tabla 1: Etapas de la enfermedad renal crónica según los lineamientos K/DOQ1 de la National Kidney Foundation (USA). Etapa Designación Filtración glomerular (mL/min/1.73 m2 SC) Anormalidades concomitantes 0 Riesgo aumentado > 90 Diabetes, hipertensión u otro factor de riesgo 1 Daño renal con TFG normal o elevada > 90 Albuminuria, proteinuria, hematuria 2 Daño renal con TFG disminuida levemente 60 a 89 Albuminuria, proteinuria, hematuria 3 Reducción moderada de TFG 30 a 59 Proteinuria, hematuria, anemia, acidosis, hipocalcemia, hiperfosfatemia 4 Reducción severa de TFG 15 a 29 Proteinuria, hematuria, anemia, acidosis, hipocalcemia, hiperfosfatemia 5 Insuficiencia renal terminal < 15 ó diálisis Uremia Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 3 refleja fielmente la filtración glomerular (Fig. 2). Clearance de creatinina endógena El clearance de inulina es el método patrón (gold standard) para la medición de la TFG. Sin embargo, para obviar la infusión endovenosa continua, en la práctica clínica se determina el clearance de creatinina. La creatinina es un metabolito de la creatina muscular. Su concentración plasmática es relativamente constante, según el balance entre su tasa de producción (proporcional a la masa muscular) y su tasa de eliminación renal. Más de 90 % de la creatinina es eliminada por filtración glomerular y por tanto proporciona una aceptable estimación de la TFG. Aproximadamente 10 % de la creatinina eliminada en la orina procede de secreción en el túbulo proximal y esto tendería a sobreestimar la TFG. El método espectrofotométrico que se empleaba para determinar la creatinina plasmática mide también otras sustancias (cromógenos) y por tanto sobreestima en aprox. 10 % la concentración plasmática de creatinina. Como resultado, ambos errores tendían a cancelarse y la correspondencia entre el clearance de creatinina y el clearance de inulina (patrón de referencia) era mejor de lo que cabría esperar. No obstante, actualmente se emplean métodos enzimáticos más precisos y exactos para la determinación de la creatinina. Concentración de creatinina plasmática El clearance de creatinina tiene la desventaja de requerir la recolección completa de orinadurante 24 h, lo cual además de ser engorroso puede ocasionar errores importantes. Por esta razón, para muchos fines se reemplaza por una estimación de la TFG (eTFG) basada en la concentración de creatinina sérica. Esto es teóricamente posible porque si la tasa de producción de creatinina es constante, su nivel sérico dependerá inversamente de la TFG (Fig 3). Debe subrayarse que, cualesquiera sea la ecuación empleada, la relación entre creatinina sérica y el clearance de creatinina no es lineal. Por esta razón es necesario emplear ecuaciones para una estimación adecuada. Para transformar un valor de concentración de creatinina en eTFG se han propuesto varias ecuaciones. En pediatría se emplea la ecuación de Schwartz: eTFG [mL/min/1.73 m2] = k .talla [cm] Cr [mg/dL] Si la creatinina sérica (Cr) se determina mediante métodos modernos, la constante k vale 0.45 para lactantes, 0.55 para niños de 2 a 12 años y mujeres adolescentes, y 0.70 para varones adolescentes. La ecuación más empleada en adultos es la MDRD (del estudio Modification of Diet in Renal Disease). Una versión simplificada y actualizada de esta ecuación, donde Cr está en mg/dL y la edad en años, es: eTFG (mL/min) = 175 . Cr - 1.154 . edad - 0.203 Esta fórmula es aplicable a varones blancos. El resultado se multiplica por 0.742 si se trata de una mujer o por 1.212 si el sujeto es negro de origen africano. El coeficiente 175 y los exponentes varían si Cr se expresa en μmol/L. La masa molecular de la creatinina es aprox. 113 Da, de modo que 1 mg/dL = 88.5 μmol/L. Otra ecuación frecuentemente empleada, menos precisa pero con la ventaja de no requerir exponentes negativos ni decimales, es la de Cockroft-Gault, donde la edad se expresa en años, la masa corporal (MC) en kg y Cr en mg/dL: Fig. 3 Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 4 eTFG (mL/min) = ([140 – edad]. MC)/(72.Cr) El resultado se multiplica por 0.85 para la mujer. Esta ecuación no se normaliza por superficie corporal. Incluso si se normaliza, los resultados muestran mayor dispersión que con la ecuación MDRD (Fig. 4). La eTFG según la creatininemia se emplea actualmente para detectar enfermedad renal crónica en poblaciones (valor de corte 60 mL/min/1.73 m2), para clasificar grado de deterioro de la función renal (Tabla 1) y para seguir la evolución de pacientes con insuficiencia renal. La correspondencia de eTFG con métodos de referencia es muy buena cuando la TFG es menor de 60 mL/min/1.73 m2, pero tiende a subestimar TFG reales más altas. Además, Cr tiene bastante variabilidad entre individuos e incluso en el mismo individuo a lo largo del tiempo. La producción de creatinina varía principalmente con la masa muscular, por lo cual decrece cuando ésta es menor (mujeres, ancianos, desnutridos). También disminuye con una dieta vegetariana y es diferente según la raza (comparada con blancos, es mayor en negros y menor en asiáticos). Las correcciones por superficie corporal pueden subestimar la función renal en sujetos obesos. Concentración de cistatina C plasmática La cistatina C es una proteína básica de 13 kDa que es producida con una tasa esencialmente constante por todas las células nucleadas del organismo. La cistatina C filtra libremente y es totalmente degradada en el túbulo proximal, por lo que no puede medirse su depuración. De todos modos, su concentración plasmática es inversamente proporcional a la TFG, por lo cual se han desarrollado varias ecuaciones para calcular eTFG a partir de la concentración de cistatina C sérica. Una ecuación propuesta es: (Cys)eTFG = (100 /Cistatina C) – 14 donde la concentración de cistatina sérica se expresa en mg/L y la TFG en mL/min/1.73 m2. Aunque la cistatina C puede aumentar levemente con el hipertiroidismo y con altas dosis de glucocorticoides, en general su concentración sérica es más estable que la de creatinina, sin influencia significativa de la edad, el sexo, la dieta, el estado nutricional ni enfermedades inflamatorias o malignas. La concentración sérica de cistatina es especialmente útil en circunstancias donde la creatinina sérica no es confiable, como en el intervalo de TFG previsto de 60 a 90 mL/min/1.73 m2, en pacientes obesos o en insuficiencia renal aguda. Algunos estudios indican que la concentración de cistatina es un mejor estimador de la TFG que Cr, y es posible que, una vez que se valide la metodología, la cistatina C reemplace a la Cr como estimador de elección para eTFG. DETERMINACIÓN DEL CAUDAL PLASMÁTICO RENAL Para medir el caudal plasmático renal por medio de una tasa de depuración, se requiere idealmente una sustancia que se elimine completamente de cada volumen de plasma que circula por el riñón y que no sea degradada por éste, de modo que toda la sustancia aparezca en la orina. Una sustancia que cumple con buena aproximación estos requisitos es el ácido para-aminohipúrico (PAH). El PAH filtra libremente y el PAH contenido en el plasma que no se filtró es secretado en el túbulo proximal, por un Fig. 4 Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 5 mecanismo saturable. Cuando la concentración plasmática de PAH es inferior a 8 mg/dL, esencialmente todo el PAH que llega a los túbulos es eliminado. Por el contrario, a concentraciones mayores, parte del PAH permanece en la sangre. Por tanto, el clearance de PAH se aproxima al de inulina (sin alcanzarlo) a medida que aumenta la concentración plasmática. Esta situación es opuesta a la observada con sustancias que se reabsorben totalmente en condiciones normales, como la glucosa. Para esta última el clearance es normalmente cero, pero cuando se supera el umbral renal su clearance se aproxima (sin alcanzarlo) al de la inulina (Fig. 5). Cuando la concentración plasmática de PAH es baja, su tasa de depuración corresponde con buena aproximación al caudal plasmático renal. Si se aplica el principio de Fick visto antes al PAH, [PAH]a .FPRa = [PAH]v.FPRv+[PAH]u.Vu Si el PAH es completamente extraído por el riñón en cada paso, [PAH]v = 0 y [PAH]a . FPRa = [PAH]u . Vu Como el PAH no es extraído por otros órganos, puede determinarse su concentración plasmática [PAH]p en una vena periférica, de modo que FPR = [PAH]u . Vu [PAH]p En el hombre, el clearance de PAH corresponde a aprox. 90 % del FPR. El PAH no es completamente extraído porque 10 % del caudal sanguíneo no irriga los túbulos proximales. Esto incluye sangre que irriga la cápsula renal y también sangre que irriga los vasos rectos (médula renal). De todos modos, el clearance de PAH mediría el llamado flujo plasmático efectivo. Una vez determinado el FPR, puede calcularse el caudal sanguíneo mediante una corrección por el hematocrito. Por ej., si el hematocrito es 45 %, el FPR es 55 % del caudal sanguíneo renal (CSR): CSR = FPR/(100 – hematocrito) ELIMINACIÓN RENAL DE OSMOLITOS La cantidad de osmolitos o solutos osmóticamente activos que se elimina diariamente en la orina es relativamente constante (600 a 900 miliosmoles), pero esos solutos pueden estar contenidos en un volumen muy variable. Por esta razón la osmolaridad de la orina humana oscila entre 50 y 1200 mOsm/L, según la necesidad del organismo de eliminar un exceso de agua o, por el contrario, retener agua. Clearance osmolar Es posible calcular una depuración plasmática de osmolitos (ClOSM) como: ClOSM = UOSM . Vu POSM Donde UOSM y POSM corresponden a la osmolaridad urinaria y plasmática, respectivamente. El ClOSM indica cuántos mililitros de plasma son librados de solutos osmóticamente activos por minuto. Por ej., si la osmolaridad del plasma es de 300 mOsm/L, la de la orina de 600 mOsm/L y Vude 1.2 mL/min, ClOSM = 2.4 mL/min (en un día Vu es 1728 mL y ClOSM = 3456 mL). Clearance de agua libre De manera análoga puede estimarse cuanta agua es extraída del plasma en la unidad de tiempo, como ClH2O que es el clearance de agua libre de solutos. El Vu puede imaginarse como compuesto por dos volúmenes: uno que contiene los solutos Fig. 5 Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 6 con igual concentración osmolar que el plasma (ClOSM) y otro que contiene agua pura, el ClH2O: Vu = ClOSM + ClH2O ClH2O = Vu – ClOSM O reemplazando a partir de la ecuación de ClOSM, ClH2O = Vu (1 – UOSM/ POSM) En caso que la orina sea isoosmótica con el plasma, UOSM/ POSM = 1 y ClH2O = 0. Si la orina es hipoosmótica, ClH2O es positivo, lo que significa que se está eliminando un exceso de agua con respecto a la necesaria para mantener la orina isoosmótica con el plasma. Por ej., si Vu es de 5 L/día, UOSM = 100 mOsm/L y POSM = 300 mOsm/L, ClH2O = 5 (1 – 0.33) = 3.35 L/día. Cuando la orina posee mayor osmolaridad que el plasma, ClH2O es negativo. En este caso el ClH2O se llama a veces, con signo positivo, TcH2O o conservación tubular de agua, porque el significado físico del valor negativo es que el riñón está reteniendo parte del agua que sería necesaria para producir una orina isoosmótica. La expresión correspondiente es: TcH2O = Vu ([UOSM/ POSM] – 1) Por ej., si Vu es 1000 mL/día, UOSM = 900 mOsm/L y POSM = 300 mOsm/L, entonces ClH2O = – 2000 mL/día y TcH2O = 2000 mL/día. Sin embargo, no se requieren en realidad dos ecuaciones diferentes para emplear el mismo concepto, y su uso causa innecesaria confusión. Basta recordar que un valor positivo de ClH2O corresponde a una orina hipoosmótica y un valor negativo a una orina hiperosmótica. Clearance de agua libre de electrolitos Los conceptos de clearance osmolar y de agua libre fueron desarrollados para facilitar la predicción de los cambios en la concentración plasmática de Na+ (natremia). No obstante, la mayor o menor eliminación urinaria de osmolitos orgánicos como urea o glucosa no tienen efecto directo sobre la natremia. Lo que cuenta es la proporción de agua y electrolitos (primariamente Na+ y K+) que se eliminan en la orina. Los osmolitos orgánicos contribuyen a la osmolaridad de la orina pero son irrelevantes en cuanto a la natremia. Por esa razón se desarrollaron varias ecuaciones para estimar el clearance de agua libre de electrolitos (ClH2OLE). La ecuación más adecuada es la derivada por Nguyen y Kurtz: ClH2OLE = Vu (1 – 1.03 ([Na+] + [K+])u ) [Na+]p + 23.8 mmol/L Esta ecuación es válida cuando la glucemia es normal. Si existe hiperglucemia, la natremia disminuye porque la glucosa extracelular extrae osmóticamente agua del líquido intracelular. Por cada 100 mg de aumento de la glucemia por encima de 120 mg/dL, la natremia disminuye 1.6 mmol/L. En este caso, el ClH2OOLE es igual a: Como en el clearance de agua libre clásico, un valor positivo indica pérdida neta de agua, mientras que un valor negativo corresponde a retención neta de agua en proporción a la cantidad de electrolitos excretados. Se denomina isonátrica a la orina cuya concentración de Na+ y K+ es tal que no produce modificación de la natremia. Por definición, cuando la orina es isonátrica, ClH2OLE = 0. Con glucemia normal, la orina es isonátrica cuando ([Na+] + [K+])u = 0.97 [Na+]p + 23.1 mmol/L (Fig. 6). El siguiente ejemplo ilustra la diferencia entre ClH2O y ClH2OLE. Un paciente diabético tiene [Na+]p = 120 mmol/L, la suma de [Na+] y [K+] urinario es de 100 mmol/L, la glucemia es de 720 mg/dL, la glucosa en orina es de 270 mg/dL, la osmolaridad plasmática es de 315 mOsm/L y la urinaria de 600 mOsm/L. La diuresis es 2 L/día. El cálculo basado en el clearance osmolar da 110 120 130 140 150 160 170 130 140 150 160 170 180 190 Natremia (mmol/L) ([ N a+ ] + [K + ] )u is on át ri co (m m ol /L ) ) )/120(016.0/8.23][ ])[]([03.11.(2 dLmgglucLmmolpNa uKNaVuCl OOLEH −++ + −= + ++ Fig. 6 Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 7 ClH2O = 2 L (1 – 600/315) = – 1.8 L/día En otras palabras, esto significaría hay una retención renal neta de agua, y por lo tanto la natremia debería disminuir. Sin embargo, el clearance de agua libre de electrolitos nos informa correctamente todo lo contrario: ClH2OLE = 2 L (1 – 1.03 . 100 ) 120 + 23.8 + 0.016 (720 – 120) ClH2OLE = 0.657 L/día Lo que significa que en realidad el paciente está perdiendo 657 mL/día de agua libre de electrolitos. ELIMINACIÓN RENAL DE FÁRMACOS En medicina es importante determinar la tasa de eliminación de los fármacos. La depuración total de un fármaco es la suma de las tasas de depuración por diferentes vías, como la metabolización y la eliminación por bilis, orina o sudor. Para la mayoría de los fármacos la eliminación renal es la forma predominante de depuración. El concepto de depuración resulta particularmente útil porque normalmente los procesos de los cuales depende la eliminación no se hallan saturados, lo que significa que la tasa de depuración de un fármaco en un organismo dado es independiente de la concentración (Fig. 7). Por ej., si la concentración plasmática de un fármaco es de 2 mg/dL y se eliminan 3 mg/min, la depuración es de 150 mL/min. Si la concentración del fármaco fuese de 4 mg/dL, en lugar de 3 mg/min se eliminarían 6 mg/min, y la tasa de depuración continuaría siendo de 150 mL/min. Lo anterior equivale a decir que la depuración sigue una cinética de primer orden, que se caracteriza porque la cantidad eliminada en cada intervalo es una fracción constante (por ejemplo, 15 %) del total del fármaco presente. Cuanto mayor es la concentración, mayor es la eliminación, y la tasa de depuración permanece constante. Cuando existe saturación de los sistemas de eliminación, la cinética es de orden cero, lo que significa que la cantidad eliminada en cada intervalo es constante e independiente de la concentración; en tal caso, la tasa de depuración es variable. Para una cinética de primer orden la depuración Cl corresponde al cociente entre la cantidad del fármaco eliminada en la unidad de tiempo, Qt, y su concentración en los líquidos biológicos, C: Cl = Qt/C Por ejemplo, si se eliminan 60 mg/min cuando la concentración plasmática de un fármaco es de 0.2 mg/mL, la depuración es de (60 mg/min)/(0.2 mg/mL) = 300 mL/min. La depuración guarda una estrecha relación con la dosificación de un fármaco. Generalmente se desea mantener una concentración plasmática adecuada para el tratamiento. Ésta puede ser estable cuando se emplea infusión endovenosa continua. Aunque con dosis discretas la concentración plasmática oscila entre un máximo y un mínimo, siempre puede determinarse una concentración media en estado de equilibrio dinámico (Ced). Dicha Ced corresponde a la concentración en la cual la tasa media de incorporación (dosis/tiempo, Dt) es igual a la tasa de depuración Cl. Esto puede expresarse como una ecuación: Ced = Dt / Cl 0 1 2 3 4 5 6 0.0 2.5 5.0 7.5 10.0 Concentración plasmática (mg/dL) C an tid ad e lim in ad a (m g/ m in ) 0 1 2 3 4 5 0 30 60 90 120 150 180 Concentración plasmática (mg/dL) C le ar an ce (m L/ m in ) Fig. 7 Clearance (depuración) renal Dr. Fernando D. Saraví 8 Si se conoce la concentración plasmática útil y la tasa de depuración, la dosificación apropiada puede calcularse como: Dt = Cl. Ced Por ej., para un fármaco dado se requiere una Ced de 2 mg/L de plasma, y la depuración CL es de 240 mL/min. La dosificación Dt será de 0.24 L/min . 2 mg/L = 0.48 mg/min. Esto puede lograrse con una infusión endovenosa con tasa constante de 0.48 mg/min, o por dosis discretas parenterales
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