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1- Sangre e Inmunidad

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Texto virtual de fisiología y biofísica 
 
Dr. Fernando D. Saraví 
Profesor Titular 
Instituto de Fisiologia 
Facultad de Ciencias Médicas 
Universidad Nacional de Cuyo 
Mendoza 5500 Argentina 
E-mail: fernando.saravi@hotmail.es 
 profesorsaravi@gmail.com 
 
Este es un tratado actualizado, con énfasis en la fisiología humana, orientado a 
estudiantes de medicina y otras ciencias de la salud. Los archivos de sus 95 capítulos 
están disponibles de manera pública y gratuita en: 
 
http://fisiologiahumana.weebly.com 
 
Secciones 
 
Parte 1: Sangre e inmunidad 
Parte 2: Sistema endocrino 
Parte 3: Reproducción 
Parte 4: Sistema nervioso 
Parte 5: Circulación 
Parte 6: Respiración 
Parte 7: Riñón y medio interno 
Parte 8: Digestión 
 
 
1. Sangre e inmunidad 
 
01. Sangre: Composición, funciones y eritrocateresis 
02. Hemopoyesis 
03. Sistema inmune 
04. Hemostasia 
 
2. Sistema endocrino 
 
05. Organización del sistema endocrino 
06. Mecanismos de acción hormonal 
07. Hipotálamo e hipófisis 
08. Tiroides 
09. Glándulas suprarrenales 
10. Páncreas endocrino y metabolismo intermedio 
11. Crecimiento y desarrollo 
12. Envejecimiento y senectud 
13. Hueso y metabolismo fosfocálcico 
mailto:fernando.saravi@hotmail.es
mailto:profesorsaravi@gmail.com
http://fisiologiahumana.weebly.com/
2 
 
 
3. Reproducción 
 
14. Diferenciación sexual 
15. Pubertad 
16. Aparato sexual masculino 
17. Aparato sexual femenino 
18. Embarazo: Endocrinología y adaptaciones fisiológicas 
19. Embarazo: Intercambio materno-fetal 
20. Parto y lactancia 
 
4. Sistema nervioso 
 
21. Organización y soporte del sistema nervioso 
22. Transporte transmembrana y potencial de reposo 
23. Fenómenos electrotónicos 
24. Propagación: El potencial de acción 
25. Sinapsis 
26. Receptores sensoriales 
27. Somestesia 
28. Nocicepción y dolor 
29. Audición 
30. El ojo como instrumento óptico 
31. Visión: Retina, vías y centros 
32. Sentidos químicos: gusto y olfato 
33. Organización de los sistemas motores 
34. Músculo esquelético: Electrofisiología 
35. Músculo esquelético; Mecánica 
36. Reflejos espinales 
37. Equilibrio y postura 
38. Corteza motora 
39. Ganglios de la base 
40. Cerebelo 
41. Fisiología de la marcha 
42. Atención y memoria 
43. Funciones nerviosas superiores 
44. Sueño y vigilia 
45. Comportamiento emocional e instintivo 
46. Sistema nervioso autónomo 
47. Regulación de la temperatura 
 
5. Circulación 
 
48. Organización del sistema circulatorio 
49. Principios de hemodinámica 
50. Reología de la sangre 
51. Electrofisiología cardíaca 
52. El electrocardiograma 
53. Mecánica de las células cardíacas 
54. El ciclo cardíaco 
3 
 
55. El corazón como bomba 
56. Circulación coronaria 
57. El gasto cardíaco 
58. Vasos sanguíneos 
59. Músculo liso vascular 
60. Presión y flujo en las arterias 
61. Microcirculación 
62. Función endotelial 
63. Sistema venoso y linfático 
64. Regulación cardiovascular 
 
6. Respiración 
 
65. Organización del sistema respiratorio 
66. Mecánica de la respiración y fisiología del habla 
67. Volúmenes y capacidades pulmonares: Espirometría 
68. La circulación pulmonar 
69. Hematosis y relación ventilación/perfusión 
70. Transporte de gases en sangre 
71. Regulación de la respiración 
72. Fisiología de la fonación 
73. Hipoxia 
74. Respuesta respiratoria y circulatoria al ejercicio 
 
7. Riñón y medio interno 
 
75. Organización del aparato urinario 
76. Fisicoquímica de los líquidos corporales 
77. Clearance (depuración) 
78. Filtración glomerular 
79. Función tubular 
80. Concentración y dilución de la orina 
81. Transporte, almacenamiento y eliminación de la orina 
82. Balance de agua, sodio, potasio y magnesio 
83. Estado ácido-básico 
 
8. Digestión 
 
84. Organización del sistema digestivo 
85. Regulación neurohumoral 
86. Masticación y deglución 
87. Motilidad del estómago e intestino delgado 
88. Motilidad del colon, continencia y defecación 
89. Secreción salival 
90. Secreción gástrica 
91. Secreción pancreática exocrina 
92. Secreción biliar y función hepática 
93. Digestión y absorción 
94. Principios de nutrición 
95. Regulación de la ingesta de alimentos 
 
Dr. Fernando D. Saraví 
 
En el adulto el volumen total de sangre o 
volemia comprende 8 % de la masa corporal 
(rango, 7 y 9 % , ó aprox. 70 a 80 mL/kg de 
peso), es decir 4 a 5 L en la mujer no embarazada 
y 5 a 6 L en el varón.. El pH de la sangre es de 
7.40 (rango 7.35 a 7.45). La densidad de la 
sangre es en término medio 1.055 g/cm3 (rango 
1.045 a 1.065 g/cm3) y su viscosidad normal es 
de 4 cP (rango 3.5 a 5.5 cP) con una tasa de corte 
de 100 s-1 o mayor (véase más abajo). 
La sangre cumple múltiples funciones, 
entre las que merecen citarse las siguientes: 
 
1) Transporte de gases: Oxígeno desde los 
pulmones hacia los tejidos y dióxido de 
carbono desde los tejidos hacia los pulmones. 
2) Transporte de nutrientes desde el tracto 
digestivo hacia el hígado y otros tejidos, e 
intercambio de nutrientes entre diversos 
tejidos. 
3) Transporte de señales hormonales desde las 
glándulas endocrinas hacia sus órganos 
blanco. 
4) Transporte de sustancias de desecho hacia 
los órganos de eliminación (riñón, hígado). 
5) Transporte de calor y regulación de la 
temperatura 
6) Metabolismo de hormonas y diversas 
sustancias biológicas 
7) Regulación del equilibrio ácido básico 
8) Regulación del equilibrio hidrosalino 
9) Defensa contra microorganismos 
 
Las funciones múltiples de la sangre se reflejan 
en su compleja composición (Fig. 1). Consta de 
células o elementos formes y de una fase fluida, 
llamada plasma. 
Los elementos formes comprenden 
trombocitos, leucocitos y eritrocitos. Los 
primeros, también llamados plaquetas, cumplen 
un papel fundamental en la hemostasia 
(prevención y detención de las hemorragias). Los 
leucocitos o glóbulos blancos son parte del 
sistema inmunológico. Aunque sus funciones son 
muy importantes, las plaquetas y los leucocitos 
constituyen una fracción muy pequeña de cada 
volumen de sangre. 
Las concentraciones de elementos formes 
se expresan en unidades por microlitro o mm3 (1 
μL = 1 mm3). Las células más abundantes son 
con mucho los eritrocitos o glóbulos rojos (4 a 6 
milllones por μL). Su principal función es el 
transporte de oxígeno y dióxido de carbono, para 
lo cual contienen una elevada concentración de 
hemoglobina. La fracción porcentual de cada 
volumen de sangre ocupado por los eritrocitos se 
denomina hematocrito. Por ejemplo, un 
hematocrito de 40 % significa que hay 400 mL de 
glóbulos rojos por cada 1000 mL de sangre. 
El plasma tiene una concentración de 
proteínas de 70 g/L (rango 60 a 80 g/L) y aprox. 
2 g/L de diversos solutos de bajo peso molecular, 
llamados colectivamente cristaloides, que 
incluyen cationes y aniones inorgánicos, glucosa, 
urea, y otras moléculas. 
 La composición de cristaloides en el plasma 
es similar a la del líquido intersticial, debido a 
que estas moléculas atraviesan libremente el 
endotelio de la mayoría de los capilares. Por el 
contrario, la transferencia de proteínas 
plasmáticas es limitada por el endotelio (excepto 
en los sinusoides hepáticos, esplénicos y de la 
médula ósea). 
 
PROTEÍNAS PLASMÁTICAS 
 
Las principales proteínas 
plasmáticas son la albúmina, las 
globulinas y el fibrinógeno. La 
concentración plasmática de 
fibrinógeno es de 200 a 400 
mg/dL. Cuando la sangre 
coagula, se consume fibrinógeno 
y algunas proteínas que son 
factores de coagulación (ver 
HEMOSTASIA). La fase líquida 
restante luego de la coagulación 
se llama suero sanguíneo. A pH 
básico, las proteínas del suero son 
polianiones que migran en un 
La sangre: Composición y 
funciones; eritrocateresis 
 
Posgrado-00
Sello
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
2
campo eléctrico en proporción directa a su carga 
eléctrica e inversa a su masa. Esto permite 
separar las diversas fracciones mediante 
electroforesis (Fig. 2). 
La albúmina no contieneresiduos de 
carbohidratos, pero el resto de las proteínas 
plasmáticas son casi todas glicoproteínas. Con 
excepción de las γ−globulinas, las proteínas 
plasmáticas se sintetizan en el hígado (aunque 
pequeñas cantidades de ciertas proteínas 
provienen de otros orígenes, como por ej. el 
endotelio). 
 La albúmina es una proteína globular de 
69 kDa que constituye 60 % de la masa de 
proteínas plasmáticas (3.5 a 5.5 g/dL). La mitad 
de la proteína secretada por el hígado es albúmina 
(12 g/día). Su vida media en el plasma es de 20 h. 
La albúmina es responsable por 75 a 80 % de la 
presión coloidoosmótica del plasma. Además 
contribuye al transporte de diversas sustancias en 
el plasma, como calcio, ácidos grasos libres y 
bilirrubina. Muchos fármacos, como aspirina y 
penicilina, también circulan unidos a la albúmina. 
 La fracción α1-globulina es aprox. 3 % 
del total. Incluye entre otras proteínas la α1-
glicoproteína ácida, la α1-antitripsina y la α1-
fetoproteína (la cual normalmente no supera 2 
mg/dL). La fracción α2-globulina (aprox. 10 % 
del total) abarca la α2-macroglobulina, la 
ceruloplasmina (transporte de Cu2+), la 
haptoglobina (que se liga a la hemoglobina libre 
en plasma e impide que se pierda por orina), la 
α2-antitrombina (regulación de la coagulación) 
y la proteína C reactiva. Esta última participa en 
la regulación de la coagulación y en mecanismos 
inmunitarios. Es la principal de las llamadas 
proteínas de fase aguda, cuya concentración 
aumenta enormemente (hasta 1000 veces) en 
estados inflamatorios por mayor producción 
hepática. 
 La fracción β-globulina contiene 
fibronectina, transferrina (transporta Fe2+), 
transcobalamina (transporta vitamina B12), 
componentes del complemento (ver INMUNIDAD 
INESPECÍFICA) y lipoproteínas fundamentales 
para el transporte de lípidos entre el hígado y los 
tejidos. 
 Las inmunoglobulinas que componen la 
fracción γ-globulina son sintetizadas por células 
plasmáticas y corresponden principalmente a 
tipos G, M y A, que se describirán con el 
SISTEMA INMUNE. 
 El proteinograma revela alteraciones 
cuantitativas en las fracciones normales, como 
por ej. hipoalbuminemia en la desnutrición, el 
síndrome nefrótico y la insuficiencia hepática o 
hipergamaglobulinemia en infecciones y 
enfermedades autoinmunes. También detecta 
proteínas anormales (paraproteinemia), en 
enfermedades como mieloma múltiple y 
macroglobulinemia de Waldeström. 
 
EL HEMOGRAMA 
 
El hemograma es una descripción cuantitativa y 
cualitativa de las células sanguíneas. Actualmente 
se realiza mediante analizadores automáticos 
que en general brindan resultados más confiables 
y precisos que el examen manual. No obstante, en 
casos particulares se necesita el examen manual 
de un frotis (Fig. 3) por un hematólogo para 
establecer un diagnóstico (por ejemplo, detectar 
poiquilocitosis, alteraciones en la forma de los 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
3
glóbulos rojos o anisocitosis, disparidad en su 
diámetro o volumen). El hemograma brinda 
información sobre eritrocitos, leucocitos y 
plaquetas. 
 
Serie roja 
Los datos cuantitativos son el recuento de 
eritrocitos (millones por microlitro; 1 μL = 1 
mm3), el hematocrito (%), la concentración de 
hemoglobina (g/dL de sangre). Los valores 
normales se indican en la Tabla 1. En la 
embarazada se admiten cifras menores que las 
indicadas. 
Los llamados índices hematimétricos se 
calculan a partir de los datos anteriores y son: 
 
1. Volumen corpuscular medio (MCV): 
Volumen promedio de los eritrocitos en 
femtolitros (1 fL = 10-15 L). Se calcula como 
hematocrito x 10 dividido millones de 
eritrocitos por mm3. Por ej., si el hematocrito 
es 45 % y hay 5 M/μL, MCV = 450/5 = 90 
fL. Rango normal: 80 a 95 fL. 
2. Hemoglobina corpuscular media (MCH): 
Cantidad promedio de hemoglobina en cada 
eritrocito en picogramos (1 pg = 10-12 g). Se 
calcula como el cociente entre la 
concentración de hemoglobina en 
gramos/litro y el número de eritrocitos en 
millones/mm3. Por ej., si hay 15 g/dL y 5 
millones/mm3, MCH = 150/5 = 30 
pg/eritrocito. Rango normal: 27 a 31 pg. 
3. Concentración de hemoglobina 
corpuscular media (MCHC): Es la 
concentración promedio de hemoglobina en 
gramos por dL de eritrocitos. Se calcula 
dividiendo la hemoglobina en g/dL y el 
hematocrito como fracción. Para el ejemplo 
antes dado, MCHC = 15/ 0.45 = 33.3 g/dL. 
Rango normal: 32 a 36 g/dL. 
4. Amplitud de distribución del volumen 
eritrocitario (RCDW): Es una medida de la 
dispersión en el tamaño de los eritrocitos. Su 
aumento se llama anisocitosis. El rango 
normal es de 11 a 15 %. 
 
La anemia es una condición muy común, en 
la cual hay anormalidades en los eritrocitos o sus 
precursores. La anemia obedece a numerosas 
causas congénitas o adquiridas. Se define como 
una reducción en la masa de eritrocitos 
circulantes. En la práctica se diagnostica por una 
concentración de hemoglobina menor de 12 g/dL 
o un hematocrito menor de 36 % en la mujer, o 
respectivamente < 14 g/dL o < 41 % en el varón. 
El número de eritrocitos/mm3 es un criterio 
menos útil pues este recuento es poco exacto, con 
un error de ± 20 %. 
El recuento de reticulocitos no forma parte 
del hemograma estándar pero es indispensable 
para el estudio de la anemia. Los reticulocitos son 
glóbulos rojos jóvenes que aún conservan restos 
de ARN extranuclear de sus precursores, 
evidenciable en un frotis teñido con azul de 
metileno. Normalmente son 1 a 2 % de los 
glóbulos rojos de la sangre periférica. 
La anemia reconoce numerosas causas, pero 
en definitiva se produce por dos causas 
principales: insuficiente producción o excesiva 
pérdida de eritrocitos. La producción 
insuficiente puede deberse a defecto en la 
proliferación (Por ej., anemia aplástica) o en la 
maduración de los precursores de eritrocitos (por 
ej., déficit de hierro o de folato). En las fallas de 
producción los reticulocitos permanecen bajos 
(típicamente < 2 %). Estas anemias se denominan 
no regenerativas. 
La pérdida excesiva puede deberse a 
destrucción acelerada (hemólisis) o hemorragia. 
En las anemias por pérdida excesiva, también 
llamadas regenerativas, la médula ósea 
responde produciendo más eritrocitos, y la 
fracción de reticulocitos corregida es > 2.5 %. 
La corrección es necesaria porque un 
porcentaje “normal” de reticulocitos en un sujeto 
anémico indica una concentración absoluta baja 
de eritrocitos. Por ej., 1 % de 5 000 000 
eritrocitos/mm3 = 50 000 reticulocitos/mm3; pero 
1 % de 3 000 000 eritrocitos/mm3 (anemia) 
corresponde a sólo 30 000 reticulocitos/mm3. 
El recuento en porcentaje debe corregirse por 
el cociente entre la concentración de 
hemoglobina del paciente anémico y la media 
normal, o entre el hematocrito del paciente y el 
hematocrito medio normal. 
Por ejemplo, cuando la concentración de 
hemoglobina es 9 g/dL y el hematocrito 27 %, los 
factores de corrección son 9/15 y 27/45 
respectivamente. Un recuento no corregido de 4 
Tabla 1: Valores normales para las 
variables eritrocíticas en el varón adulto 
y la mujer adulta no embarazada. 
Variable Varón Mujer 
Eritrocitos (106/mm3) 4.7- 6.1 4.2 - 5.4 
Hematocrito (%) 42 – 52 34 – 47 
Hemoglobina (g/dL) 14 – 18 12 – 16 
MCV (fL) 80 - 95 
MCH (pg) 27 – 31 
MCHC (g/dL) 32 – 36 
RCDW (%) 11 – 14.5 
Reticulocitos (%) 1 - 2 
La sangre 
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4
% en un paciente con 9 g/dL corresponde a un 
valor corregido de 4 . 9/15 = 2.4 % (si aparecen 
precursores eritroides inmaduros en sangre 
periférica se requiere una segunda corrección, 
típicamente dividiendo por dos el resultado de la 
primera corrección). 
 
Serie blanca 
Los datos cuantitativos son el recuento de 
leucocitos y la proporción de cada uno de los 
principales tipos de leucocitos (Tabla 2). 
Normalmente la concentración de leucocitos es 
mayor en la mujer que en el varón, y esta 
diferencia se acentúa durante el embarazo. En los 
niños normales es mayor el porcentaje de 
linfocitos que de neutrófilos.Un exceso de glóbulos blancos se llama 
leucocitosis y se encuentra, por ej., en 
infecciones, grandes quemaduras y leucemias. El 
déficit se denomina leucopenia y se asocia con 
depresión primaria de la médula ósea, vasculitis 
generalizadas, quimioterapia y reacciones a 
fármacos. El recuento diferencial también brinda 
información importante. Por ejemplo, la 
neutrofilia (exceso de neutrófilos) es típica de las 
infecciones bacterianas, mientras que la 
neutropenia puede deberse a quimioterapia y a 
ciertos fármacos. En el recuento diferencial, los 
neutrófilos con núcleo en cayado representan 
formas jóvenes y su exceso, llamado desviación 
a la izquierda, se toma como indicativo de 
infección aguda. No obstante, excepto en la 
sepsis del neonato, el valor de una desviación a la 
izquierda está muy cuestionado. Un exceso de 
linfocitos (linfocitosis) se observa en hepatitis 
viral y mononucleosis infecciosa. Por el 
contrario, se encuentra linfopenia en la infección 
por HIV y luego de la radioterapia. El exceso de 
monocitos (monocitosis) puede observarse en la 
tuberculosis, y el exceso de eosinófilos 
(eosinofilia) en enfermedades parasitarias y 
alérgicas. Los basófilos circulantes disminuyen 
en una reacción alérgica aguda, pero como su 
concentración normal es baja, esto puede ser 
difícil de demostrar. 
 
Plaquetas 
En el hemograma se describe su apariencia y su 
concentración. Normalmente hay entre 150 000 y 
400 000 trombocitos/μL. Este rango es válido 
para niños y adultos. El exceso de plaquetas 
(trombocitosis) puede ser primario por 
enfermedad de la médula ósea, pero con mayor 
frecuencia es secundario a hemorragia, infección, 
quemaduras, tumores o inflamación crónica. La 
trombocitopenia puede también ser primaria por 
falla de la médula ósea o una enfermedad propia 
de las plaquetas (púrpura trombocitopénica), o ser 
secundaria a enfermedades como coagulación 
intravascular diseminada, hiperesplenismo, 
infección por HIV, síndrome urémico-hemolítico. 
 
ERITROSEDIMENTACIÓN 
 
Los eritrocitos son más densos que el plasma. Si 
se impide la coagulación de la sangre y se la deja 
en reposo en un tubo, los eritrocitos decantan y 
dejan una capa de plasma sobrenadante. Este 
fenómeno es más intenso cuando aumenta la 
concentración plasmática de fibrinógeno, proteína 
C o inmunoglobulinas. Esto se debe a que estas 
proteínas facilitan la asociación de los eritrocitos 
en “pilas de monedas” al reducir la repulsión 
electrostática entre sus membranas. Los 
eritrocitos agregados decantan más rápidamente. 
El espesor de la capa de plasma formada al cabo 
de 1 h de dejar la sangre en reposo en un tubo 
especial milimetrado, llamado de Westergren, se 
denomina incorrectamente (aunque está 
consagrado por el uso) “velocidad de 
sedimentación globular” (VSG); Tabla 3. 
 La medición válida de la VSG exige una 
serie de precauciones técnicas. Por ej., si el tubo 
no se encuentra perfectamente vertical la VSG 
medida es mayor que la real. Además, la VSG es 
mayor cuando existe anemia y puede ser normal 
en la policitemia y la hipofibrinogenemia. 
 La VSG contribuye decisivamente al 
Tabla 3: Valores normales de 
eritrosedimentación 
(www.nlm.nih.gov) 
Edad y sexo VSG (mm en 
1a h) 
Neonatos 0 a 2 
Hasta 13 años 3 a 13 
Varones < 50 años < 15 
Varones > 50 años < 20 
Mujeres < 50 años < 20 
Varones > 50 años < 30 
Tabla 2: Valores normales de la serie 
blanca en el varón adulto y la mujer adulta 
no embarazada. 
Variable Varón Mujer 
Leucocitos 
(103/mm3) 
5 - 10 4.5 - 11 
Neutrófilos 55 – 70 % 
Neutróf. en cayado 0 – 3 % 
Linfocitos 20 – 40 % 
Monocitos 2 – 8 % 
Eosinófilos 1 – 4 % 
Basófilos 0.5 – 1 % 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
5
diagnóstico de unas pocas enfermedades, como 
arteritis de células gigantes, tiroiditis subaguda y 
polimialgia reumática, cuando una VSG muy alta 
se acompaña de las manifestaciones clínicas 
pertinentes. También se mide en forma seriada 
para seguir la evolución de una enfermedad. Por 
ej., en la tuberculosis y en la artritis reumatoidea 
la VSG se reduce progresivamente cuando hay 
respuesta al tratamiento. 
 Además, la VSG es una prueba de rutina 
que a veces alerta sobre una enfermedad no 
sospechada y la necesidad de estudios 
adicionales. Valores muy altos de VSG (a veces > 
100 mm) pueden observarse en pacientes, aún 
asintomáticos, con infecciones, tumores o 
enfermedades autoinimunes. 
 
ERITROCATERESIS 
 
La eritrocateresis es el conjunto de procesos 
mediante los cuales se depuran (eliminan de la 
circulación) los eritrocitos viejos o anormales. 
Los eritrocitos normales subsisten en la 
circulación por 120 días (rango 116 a 124 días). 
Durante ese período recorren el aparato 
circulatorio aprox. 1.7 x 105 veces, con un 
recorrido total de 200 km. 
En sus 4 meses de vida están 
constantemente sujetos a estrés físico y 
bioquímico. Los glóbulos rojos sufren reiterados 
ciclos de deformación reversible en su paso por 
los capilares, flujo turbulento y altas tasas de 
corte en las grandes arterias, y un medio 
hipertónico en la médula renal. 
Los reiterados ciclos de oxigenación en 
los capilares pulmonares y desoxigenación en los 
capilares sistémicos suponen un estrés químico. 
La unión del O2 a la hemoglobina se realiza 
mediante un enlace coordinado en el cual el O2 y 
el Fe2+ del grupo hemo comparten 
transitoriamente un electrón. El electrón 
debe permanecer con el Fe2+ al 
desoxigenarse la hemoglobina. No 
obstante, a veces es retenido por el O2, 
lo que origina un anión superóxido y 
deja el hierro oxidado (Fe3+), lo cual 
transforma a la hemoglobina en 
metahemoglobina. 
Cada día aprox. 1 % de la 
hemoglobina (en fumadores hasta 3 %) 
forma metahemoglobina. Esta última 
puede formar derivados llamados 
hemicromos, que generan especies 
reactivas del oxígeno y causan daño a la 
membrana y a macromoléculas. 
El estrés mecánico es bien tolerado 
debido a la deformabilidad de la membrana 
eritrocítica y a un esqueleto de membrana flexible 
pero resiliente (ver REOLOGÍA DE LA SANGRE). 
El estrés químico es contrarrestado por 
un conjunto de enzimas antioxidantes: catalasa, 
superóxido dismutasa, NADH-metahemoglobina 
reductasa, glutatión peroxidasa y glutatión 
reductasa. 
A pesar de las citadas defensas, los 
eritrocitos terminan sufriendo las consecuencias 
de las agresiones citadas, y deben ser removidos 
de la circulación. Debe notarse que normalmente 
los glóbulos rojos envejecidos no se fragmentan, 
sino que son activamente fagocitados por el 
sistema retículo-endotelial (ver SISTEMA 
INMUNE). 
Los eritrocitos viejos tienen menor 
volumen que los jóvenes. Contienen menos agua 
y hemoglobina, se reduce su dotación de enzimas 
antioxidantes y su metabolismo energético 
(exclusivamente glucolítico). Su superficie de 
membrana se reduce en hasta 20 %. Todo esto los 
torna frágiles pero no explica su remoción de la 
sangre, ya que, como se dijo, los eritrocitos viejos 
normales no se fragmentan en la circulación, sino 
que son fagocitados íntegros. 
Los glóbulos rojos envejecidos son 
fagocitados por macrófagos de la médula ósea, 
del hígado y, sobre todo, del bazo. En este 
órgano, los eritrocitos que llegan a la pulpa roja 
deben atravesar la pared de los senos venosos 
deslizándose entre células endoteliales, para lo 
cual deben deformarse (Fig. 4). Los macrófagos 
de la pulpa roja fagocitan los glóbulos rojos más 
viejos y rígidos. No obstante, la fagocitosis de 
los eritrocitos viejos no resulta de un simple 
problema mecánico, sino que es un fenómeno 
inmune, mediado por interacciones específicas 
con los macrófagos (ver SISTEMA INMUNE). La 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
6
especificidad es proporcionada por al menos dos 
mecanismos (Fig. 5). 
En la membrana de los glóbulos rojos 
viejos aumenta la concentración de la 
fosfatidilserina, que puede ser reconocida por 
receptores tipo Toll presentes en los 
macrófagos. Más importante parece ser la 
expresión de un antígeno de membranaque no 
está presente en los eritrocitos jóvenes. Se cree 
que este antígeno se debe a la degradación o 
polimerización de la proteína banda 3 
(capnoforina) que es muy abundante en la 
membrana eritrocítica. El antígeno se liga a una 
inmunoglobulina G normalmente presente en el 
plasma. Se discute si esta unión activa o no al 
complemento, pero en todo caso la 
inmunoglobulina fijada a la membrana 
eritrocítica se une a receptores FcγR de los 
macrófagos, lo cual inicia la fagocitosis. 
 
METABOLISMO DEL GRUPO HEMO 
 
Se produce aprox. 50 mg de grupo hemo por día. 
El hemo se sintetiza a partir de glicina y 
succinilCoA que, en la mitocondria, forman 
ácido δ-aminolevulínico (ALA) por acción de la 
ALA sintasa (paso limitante de la síntesis de 
hemo). El ALA se transfiere al citosol, donde por 
varios pasos enzimáticos se condensa en un 
núcleo tetrapirrólico y forma protoporfirinógeno 
IX, que retorna a la mitocondria. Allí se forma 
protoporfirina IX, que incorpora Fe2+ por acción 
de una ferroquelatasa, generando el hemo. En los 
precursores de los eritrocitos, el hemo es luego 
ligado a las cadenas de globina para formar 
hemoglobina. 
Cuando los eritrocitos son fagocitados y 
lisados dentro de los macrófagos, la globina y el 
hemo se separan (Fig. 6). La porción globina 
sufre proteólisis y los aminoácidos resultantes se 
incorporan al pool plasmático. El hemo es 
atacado por la enzima hemo oxigenasa, que abre 
el anillo tetrapirrólico 
formando biliverdina, 
libera el hierro (como 
Fe3+) y forma monóxido 
de carbono como 
subproducto. La 
biliverdina (verde) se 
transforma en 
bilirrubina (anaranjada) 
por acción de una 
reductasa. 
 
La bilirrubina es 
liberada a la sangre, en 
la cual circula 
principalmente unida a la albúmina, en equilibrio 
con una pequeña fracción de bilirrubina libre. La 
bilirrubina es incorporada a los hepatocitos por 
tres mecanismos: 1) La bilitranslocasa, una 
proteína de 37 kDa que incorpora bilirrubina 
aniónica electrogénicamente; 2) un mecanismo de 
transporte electroneutro aún no dilucidado y 3) 
una proteína de transporte de aniones orgánicos 
(OATP-1) que intercambia bilirrubina aniónica 
por Cl-. 
En el retículo endoplásmico del 
hepatocito, las uridina difosfato glucuronil 
transferasas (UGT) de la familia 1 (hay 4 
familias) conjugan la bilirrubina con una o dos 
moléculas de glucuronato, lo cual aumenta su 
solubilidad. La bilirrubina conjugada es 
transferida luego a la bilis mediante el 
transportador canalicular de aniones órgánicos 
multiespecífico (cMOAT), también llamado 
MRP2. El proceso es electrogénico y requiere 
ATP. 
En el íleon, la bilirrubina es librada del 
glucuronato por bacterias de la flora intestinal y 
reducida a urobilinógeno (incoloro), la mitad del 
cual se absorbe en el intestino. Parte del 
urobilinógeno absorbido es recaptado por el 
hígado y excretado en la bilis. El resto se elimina 
por orina, donde se oxida a urobilina, pigmento 
que le da a la orina su color amarillo.El 
urobilinógeno que permanece en el intestino es 
oxidado a estercobilina, que es el principal 
pigmento fecal. 
 
Ictericia 
Cerca de 80 % de la bilirrubina generada en el 
organismo proviene de la eritrocateresis. El resto 
viene 1) del metabolismo de hemoproteínas 
(principalmente hepáticas) como citocromo P450; 
2) la destrucción en la médula ósea de 
eritroblastos (eritropoyesis ineficaz) y 3) la 
producción en el intestino a partir del hemo 
presente en la dieta. La concentración plasmática 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
7
de bilirrubina total no debe superar 1 mg/dL, y la 
de bilirrubina conjugada es de 0.4 mg/dL o 
menor. El exceso de producción o el déficit en la 
eliminación de la bilirrubina aumenta su 
concentración plasmática, que cuando supera 2 ó 
3 mg/dL causa una coloración amarilla de la piel, 
las mucosas y la conjuntiva (lugar donde se 
observa mejor) llamada ictericia. 
En la ictericia por exceso de degradación 
del hemo (Por ej., hemólisis), predomina en 
plasma la bilirrubina no conjugada (“indirecta”). 
El recién nacido con frecuencia desarrolla una 
ictericia benigna, leve y transitoria de este tipo, 
porque por una parte tiene un mayor catabolismo 
del hemo y por otra su sistema de conjugación 
hepático es inmaduro (el feto transfiere la 
bilirrubina por la placenta hacia la sangre 
materna). Por otra parte, la bilirrubina no 
conjugada aumenta mucho cuando el neonato 
sufre hemólisis importante (eritroblastosis fetal) 
o tiene un defecto congénito en la conjugación 
(déficit de UGT). Por la falta de madurez de la 
barrera hematoencefálica y la liposolubilidad de 
la bilirrubina no conjugada, ésta se acumula en el 
cerebro y puede causar una encefalopatía 
irreversible llamada kernicterus. 
La ictericia causada por lesión del 
hepatocito u obstrucción de la vía biliar se debe a 
aumento plasmático de la bilirrubina conjugada 
(“directa”). Como la bilirrubina no llega al 
intestino, no se produce estercobilina y las heces 
se tornan claras (como arcilla). Además, la 
bilirrubina conjugada es más hidrosoluble y se 
elimina por la orina, dándole un color oscuro 
(como “té cargado” o Coca-Cola). Estos cambios 
de coloración de heces y orina se llaman, 
respectivamente, acolia y coluria. 
 
RECAMBIO DE HIERRO 
 
Biológicamente, el hierro es un oligoelemento 
indispensable. El humano adulto posee de 40 a 50 
mg de hierro por kg de peso. Se distingue una 
fracción de hierro esencial que forma parte de 
proteínas fisiológicamente importantes, y otra 
fracción de depósito. Aproximadamente la mitad 
del total de hierro está en la hemoglobina. Cada 
mL de glóbulos rojos contiene 1.1 mg de hierro 
(0.5 mg/mL de sangre con un hematocrito de 45 
%). De 300 a 400 mg se encuentra en otras 
hemoproteínas, como la mioglobina del músculo 
esquelético y los citocromos P450 del hígado. 
Entre 8 y 20 % del hierro total se 
encuentra en depósitos titulares (300 a 1000 mg). 
Se almacena normalmente como ferritina, que 
está compuesta por la apoferritina, una proteína 
de 450 kDa que forma un caparazón, en el 
interior del cual se encuentra el hierro como un 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
8
fosfato de óxido férrico hidratado. En 
condiciones anormales de exceso de hierro, el 
metal puede hallarse como hemosiderina 
(probablemente una forma degradada de 
ferritina). El hierro de la ferritina es fácilmente 
intercambiable, pero el de la hemosiderina no lo 
es. 
 En el varón adulto se pierde aprox. 1 mg 
de hierro por día, por las secreciones digestivas 
(50 %), la descamación de células intestinales (30 
%), la descamación de la piel y el sudor (10 %) y 
la eliminación urinaria (10 %). En la mujer en 
edad reproductiva el promedio diario de 
eliminación es de 1.7 mg debido al sangrado 
menstrual (20 mg/mes). Durante el embarazo se 
detiene la pérdida menstrual, pero la necesidad 
diaria de hierro aumenta. Cerca de 300 mg van al 
feto, 100 mg a la placenta y 150 mg se pierden 
por hemorragia durante el parto. Además la 
madre incrementa fisiológicamente su masa total 
de eritrocitos. Por todo esto, se requiere la 
incorporación de aprox. 800 mg extra por cada 
embarazo. En el niño la pérdida es menor que en 
el adulto, pero por el crecimiento la demanda 
diaria de hierro es de aprox. 1.5 mg/día. Debido a 
que la absorción intestinal de hierro es 
incompleta, el requerimiento diario en la dieta es 
de 10 a 20 mg (las cifras mayores son para niños 
y mujeres en edad reproductiva). 
 
 
 
Recambio diario de hierro 
El hierro circula en el plasma fundamentalmente 
unido a la transferrina, proteína que puede ligar 
uno o dos iones Fe3+. Sólo 35 % de la transferrina 
plasmática está unida a hierro (rango normal 20 a 
50 %). Las células poseen receptores de 
membrana para transferrina (TfR-1) que permiten 
su endocitosis, con posterior liberación del Fe3+ 
en el citosol. 
Aunque en el plasma hay sólo 3 a 4 mg 
de hierro, esta fracción es funcionalmente 
importante pues es la que permite el intercambio 
entre lostejidos. El recambio diario corresponde 
a una masa aprox. 10 veces mayor (30 a 40 mg) 
que el total del plasma. En el adulto se destruyen 
diariamente 20 mL de eritrocitos que contienen 
25 mg de hierro (Fig. 7). Ese hierro es reciclado 
por el sistema retículoendotelial (macrófagos) 
que fagocitan los eritrocitos viejos. La médula 
ósea debe recibir una cantidad similar (25 mg) 
para mantener constante la masa de glóbulos 
rojos. El recambio de hemoproteínas implica una 
transferencia de aprox. 5 mg de hierro por día. 
 
Absorción intestinal de hierro 
Una dieta mixta estándar proporciona aprox. 6 
mg de hierro por cada 1000 kCal, por lo cual el 
varón ingiere en promedio 16 mg/día y la mujer 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
9
12 mg/día. El hierro alimentario se divide en 
hemo y no-hemo. El hierro unido al hemo 
proviene de alimentos de origen animal. Los 
vegetales, en particular verduras y granos, 
contienen hierro no-hemo. Aunque el hierro 
hemo es sólo 6 % del total ingerido, representa un 
tercio del hierro incorporado, porque se absorbe 
con facilidad. Ciertos compuestos presentes en 
los vegetales – en especial fosfatos y fitatos – 
forman compuestos poco solubles con el hierro y 
disminuyen su absorción. La absorción de hierro 
no hemo es mayor cuando el Fe3+ dietario se 
reduce a Fe2+, paso promovido por el HCl 
gástrico y el ácido ascórbico. El Fe3+ forma más 
fácilmente complejos con aniones orgánicos que 
el Fe2+, y es insoluble a pH > 3 (el Fe2+ es soluble 
hasta pH 8). 
 El hierro se absorbe en el duodeno (los 
números refieren a la Fig. 8). 1. El hemo es 
incorporado por un transportador llamado HCP-1 
(Heme Carrier Protein-1). En el enterocito 
duodenal, el hemo es atacado por la hemo 
oxigenasa, con formación de biliverdina y 
liberación de Fe3+, que luego es reducido. 
El hierro no hemo se absorbe por dos 
mecanismos. A) Los enterocitos del duodeno 
secretan una forma soluble de transferrina se 
liga al Fe3+ en la luz intestinal. El complejo Fe2+-
transferrina es ligado por receptores para 
transferrina (TfR-1) de los enterocitos y 
endocitado (2). Los endosomas se acidifican, el 
Fe2+ se disocia, y el complejo transferrina-TfR-1 
puede reciclarse hacia la luz. B) El Fe2+ puede 
también absorberse por cotransporte con H+ por 
un transportador de metales divalentes (DMT-
1). Para ello, el Fe3+ luminal debe ser reducido a 
Fe2+ por una reductasa férrica del borde en cepillo 
(3) llamada DcytB (citocromo B duodenal). En el 
citosol, parte del Fe2+ absorbido forma ferritina 
como depósito (4), y se pierde cuando la célula 
epitelial se descama. El resto se liga a la proteína 
movilferrina que lo traslada a la membrana 
basolateral (5). De allí es transferido al intersticio 
por el transportador ferroportina (IREG-1). La 
ferroportina es el único transportador conocido 
que media la salida de Fe2+ (no Fe3+) de las 
células intestinales, hepáticas y del sistema 
retículoendotelial (6). En la membrana 
basolateral hay una ferrooxidasa llamada 
hefaestina que transforma Fe2+ en Fe3+ (7) el cual 
entonces se une a la transferrina plasmática (8). 
 
Regulación de la absorción de hierro 
Es fundamental tener en cuenta que no existe un 
mecanismo fisiológico para regular la 
eliminación de hierro incorporado al organismo. 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
10
Por tanto, la homeostasis del hierro requiere 
mecanismos eficaces que regulen la absorción 
intestinal del metal. Hace mucho se sabe que la 
fracción de hierro absorbida es mayor en 
personas con carencia de hierro (hasta 20 % del 
total ingerido) que en personas sin tal carencia 
(10 % o menos). Existe evidencia de que la 
absorción intestinal de hierro está sujeto a un 
doble control, provisto (a) por mecanismos 
intrínsecos de la mucosa intestinal y (b) por una 
hormona hepática denominada hepcidina, que, 
además de la absorción intestinal, también regula 
la incorporación de hierro a diversas células del 
organismo, como los propios hepatocitos, los 
macrófagos y los eritroblastos. 
 
Regulación local. La regulación se efectúa 
mediante la cantidad de Fe2+ plasmático que 
incorporan las células de las criptas duodenales, 
donde se originan las células que reemplazan a 
aquéllas que se descaman continuamente en las 
vellosidades. 
Si el hierro plasmático es alto, las células 
de la cripta se cargan de ferritina. Esto hace que 
las proteínas relacionadas con el transporte 
transepitelial de hierro DcytB, DMT-1, hefaestina 
y ferroportina se regulen en menos y que el 
transportador de hemo HCP-1 no se inserte en el 
borde en cepillo, sino que permanezca en 
vesículas intracelulares. Además de reducir la 
transferencia de hierro hacia la circulación 
sistémica, estas 
células ricas en 
ferritina aumentan la 
pérdida por 
descamación. Lo 
opuesto ocurre 
cuando el hierro 
plasmático es alto. 
Este mecanismo 
requiere la 
integridad funcional 
de la proteína ligada 
a la membrana HFE 
(de High FErrum) 
que cuando está 
mutada causa 
hemocromatosis, 
enfermedad por 
exceso de hierro. 
En el 
enterocito existen 
proteínas 
regulatorias del 
hierro (Iron 
Regulatory Proteins) 
llamadas IRP1 e 
IRP2. Ambas actúan como sensores 
intracelulares de la concentración de hierro. 
Cuando la concentración de hierro es baja, las 
IRP se unen a secuencias específicas del mARN 
de diversos productos génicos, llamados 
elementos responsivos al hierro (Iron Responsive 
Elements) o IRE. El sistema IRP/IRE regula la 
traslación del mARN de proteínas claves, como 
TfR1, DMT1, ferroportina y el factor inducible 
por hipoxia 2 alfa (HIF-2α). Las IRP aumentan 
la traslación de DMT1 y HIF-2α, pero reducen 
la traslación de ferroportina. A su vez, HIF-2α 
aumenta la expresión de DcytB y DMT1. El 
resultado neto es aumentar la absorción de hierro. 
Por el contrario, cuando la concentración 
intracelular de hierro es elevada, las IRP no se 
unen a los IRE y disminuye la absorción de 
hierro. 
 
Regulación hormonal: Hepcidina. El hígado 
produce un péptido de 20 a 25 aminoácidos 
llamado hepcidina, cuya principal función se 
creyó originalmente antibacteriana. Actualmente 
la hepcidina se considera una hormona hepática 
con un papel central en la regulación de la 
homeostasis del hierro. 
La hepcidina se une a la ferroportina de 
los macrófagos, los enterocitos duodenales y el 
propio hígado, causando endocitosis del 
transportador, seguida de su degradación. Esto 
reduce el ingreso de hierro a la circulación. En 
La sangre 
Dr. Fernando D. Saraví 
11
los enterocitos, adicionalmente la hepcidina 
reduce la absorción de hierro mediada por DcytB 
y DMT-1. En ratones, la ausencia de hepcidina 
causa hemocromatosis. 
La regulación de la secreción de 
hepcidina es objeto de activa investigación. Se 
sabe que es regulada por la concentración 
plasmática de hierro, pero otros factores, como la 
actividad eritropoyética, la hipoxia y señales 
inflamatorias (Fig. 9). 
Como las demás células del organismo, 
los hepatocitos poseen en su membrana TfR1. 
Adicionalmente, poseen un segundo tipo de 
receptor de transferrina, llamado TfR2, que se 
expresa muy poco en otros tejidos. El TfR-2, 
solamente liga transferrina unida a dos iones Fe3+, 
por lo cual la tasa de unión es mayor cuanto 
mayor sea la saturación de la transferrina. El TfR-
2 se asocia a HFE y el complejo resultante media 
una señal estimulante de la secreción de 
hepcidina. Cuando se absorbe hierro en el 
duodeno, la sangre venosa portal tiene mayor 
concentración de transferrina diférrica, lo cual 
estimula la secreción de hepcidina. 
Otro mecanismo sensor del hierro 
plasmático está constituido por proteínas 
morfogenéticas óseas (BMP), que pertenecen a la 
familia del factor de crecimiento transformante 
(TGF). La BMP6 actúa como un sensor del 
hierro acoplado a otras BMP de la membrana y a 
la hemojuvelina. Esta última es una proteína 
unida a glicofosfatidilinositol presente en la 
membrana (aunque también se secreta). La 
sobrecarga de hierro activa el complejode 
señalización BMP6-hemojuvelina y estimula la 
expresión y secreción de hepcidina. 
La hemojuvelina se ha identificado como 
un regulador importante del recambio de hierro. 
Las mutaciones del gen de la hemojuvelina son la 
principal causa de hemocromatosis juvenil (en 
menor medida lo son las mutaciones del gen de la 
propia hepcidina). 
La hipoxia inhibe la secreción de 
hepcidina y el efecto es mediado por el HIF-
2α, ya mencionado a propósito de la regulación 
intrínseca duodenal. 
La eritropoyesis activa es otro inhibidor 
de la secreción de hepcidina. El efecto parece 
mediado por señales extracelulares secretadas por 
los eritroblastos (GDF-15 y TWSG1), que 
interfieren con la vía de señalización BMP6-
hemojuvelina. Esta vía intracelular también es 
inhibida por la testosterona. 
Finalmente, los estados inflamatorios 
crónicos estimulan la secreción de hepcidina. 
Este efecto es, al menos en parte, responsable por 
la anemia que acompaña a diversas enfermedades 
crónicas. Los mediadores principales de la 
estimulación de la secreción de hepcidina en este 
caso son las interleukinas 6 y 1. 
 
Anemia ferropénica 
Según datos de la Organización Mundial de la 
Salud, aproximadamente dos tercios de la 
población mundial padece deficiencia de hierro. 
En cerca de mil millones de personas, la 
deficiencia es suficiente para causar anemia. 
La carencia de hierro es, pues, una causa 
muy común de anemia, en particular en mujeres 
en edad reproductiva y en niños y ancianos 
desnutridos. Típicamente es una anemia 
hipocrómica (los eritrocitos se ven pálidos por 
menor contenido de hemoglobina) y microcítica 
(MCV < 80 fL). El metabolismo del hierro puede 
evaluarse mediante pruebas de laboratorio (Tabla 
4). La anemia es una manifestación tardía de 
falta de hierro, pues la eritropoyesis se mantiene 
normal hasta que se agotan los depósitos. Por 
esta razón, el paciente con anemia ferropénica 
debe recibir suficiente hierro para normalizar su 
concentración de hemoglobina y además reponer 
el hierro de depósito. 
Tabla 1-4: Valoración del metabolismo del 
hierro. 
Variable Valor normal Ferropenia 
Absorción de Fe (%) 5 a 10 Aumenta 
Ferremia (μg/dL) 115 ± 50 Disminuye 
Transferrina (μg/dL) 330 ± 30 Aumenta 
Saturación de 
transferrina (%) 
35 ± 15 Disminuye 
Ferritina plasmática 
(μg/dL) 
100 ± 60 Disminuye 
Eritrocitos 
(afectación tardía) 
Normocíticos 
Normocromía 
Microcíticos 
Hipocromía 
Hemopoyesis 
 
Dr. Fernando D. Saraví 
 
La hemopoyesis es el proceso mediante el cual se producen las células de la sangre. En el adulto 
normal, todas las células sanguíneas provienen de la médula ósea del esqueleto axial (cráneo, 
vértebras, costillas, cinturas escapular y pelviana) y en las porciones proximales de las diáfisis de los 
fémures y húmeros.1 
La hemopoyesis es un proceso que continuamente reemplaza las células sanguíneas que han 
cumplido su ciclo vital. En condiciones normales, diversas asas de realimentación negativa mantienen 
eficientemente la formación de cada tipo de célula en equilibrio con el número que se destruye en la 
periferia. Además, la médula ósea tiene la capacidad de aumentar selectivamente la producción de 
un tipo de célula en caso de aumento de la demanda. Por ejemplo, la producción de eritrocitos 
aumenta en caso de hemorragia o hipoxia ambiental, la producción de leucocitos frente a una 
infección, y la producción de plaquetas en caso de hemorragia o inflamación. 
La proporción de precursores de eritrocitos y leucocitos en la médula ósea (Tabla 1) guarda 
una relación inversa con la sobrevida media de cada progenie. La vida promedio de un eritrocito es de 
120 días, mientras que los neutrófilos perduran por sólo 6 a 8 horas (casi 500 veces menos). Por esta 
razón, aunque la concentración de eritrocitos en la sangre es 1000 veces mayor que la de neutrófilos, 
en la médula la serie granulocítica es normalmente más abundante que la serie eritroide. 
Las plaquetas o trombocitos se forman a partir de 
grandes células multinucleadas llamadas 
megacariocitos. Las plaquetas tienen una vida en 
circulación de 7 a 10 días, intermedia entre la de 
los eritrocitos y la de los neutrófilos. No obstante, 
la proporción de megacariocitos es muy baja, lo 
cual se debe a que cada megacariocito genera 
varios miles de trombocitos. 
 
 
 La población celular de la médula ósea es 
mantenida gracias a unos pocos miles de células 
troncales pluripotentes (CTP) que originan los diversos linajes (Fig. 1). Además de originar las 
células de la sangre, las CTP constituyen una población que se automantiene. Esto significa que al 
menos algunas de sus divisiones (mitosis) son asimétricas: Al dividirse, la CTP origina una célula 
hija que conserva la pluripotencialidad de la madre, y otra célula hija que está comprometida para la 
multiplicación de una o más progenies sanguíneas. 
En ratones cuyas células troncales han sido eliminadas por radiación ionizante, puede bastar 
una sola CTP para regenerar todas las líneas de células sanguíneas. Las CTP se asemejan a linfocitos 
pequeños y carecen de una morfología que las distinga. Pueden identificarse por la ausencia de 
antígenos marcadores de estirpe y la presencia del antígeno Sca1 y c-Kit (CD 117) en alta 
concentración, por lo cual se las llama células LSK (Lineage -, Scal1+, KitHigh). Las células madres 
comprometidas no pueden originar todas las poblaciones sino una o más de éstas. Estas células 
expresan, entre otros, el CD34 (que antes se creía propio de las CTP). Las menos diferenciadas de 
estas células comprometidas son unas que dan origen a los linfocitos (células madres linfoides) y otras 
que originan las líneas celulares precursoras de los eritrocitos, trombocitos, monocitos y 
polimorfonucleares, llamadas células madres mixtas o GEMM (de Granulocito, Eritrocito, Monocito 
y Megacariocito); Fig. 1. 
 
1 En el embrión, las células sanguíneas surgen en el mesénquima aorto-gonadal-mesonéfrico y en el 
saco vitelino. Luego la hemopoyesis fetal se traslada al hígado y bazo, hasta el segundo trimestre del 
embarazo, cuando la médula ósea deviene el principal órgano hemopoyético. En el adulto, el hígado y 
el bazo conservan capacidad de albergar células hemopoyéticas en casos de mayor demanda (Ej., 
anemias hemolíticas) o de ocupación de la médula ósea por fibrosis o células neoplásicas. 
Tabla 1: Proporción de células nuclea-
das en la médula ósea (valores redon-
deados). 
 
Línea celular Porcentaje 
Serie eritroide 26 % 
Megacariocitos < 1 % 
Serie granulocítica 56 % 
Células linforreticulares 18 % 
Posgrado-00
Sello
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
2
 
 
 
MICROAMBIENTE HEMOPOYÉTICO 
Algunas CTP abandonan la médula ósea regularmente por 
breves períodos, de modo que unos pocos cientos de ella pueden 
hallarse en sangre circulante. No obstante, la hemopoyesis tiene 
lugar entre las trabéculas de la médula ósea, que proporcionan 
un microambiente adecuado para la proliferación controlada de 
las CTP. Dicho microambiente permite interacciones específicas 
entre las CTP y otras clases de células, y también un medio 
enriquecido en factores solubles, endocrinos, paracrinos y 
autocrinos, necesarios para la hemopoyesis. 
 Normalmente, 75 % de las CTP se encuentran fuera del 
ciclo celular, en fase G0. La mayor parte del resto (20 %) se 
encuentra en G1 en un momento dado (Fig. 2). Solamente 5 % 
de las CTP están en mitosis (M) , síntesis de ADN (S) o fase 
G2. No obstante, las CTP que están ciclando no son siempre las 
mismas. Cada día, 8 % de las CTP ingresan al ciclo y otro tanto 
sale de él. Al cabo de 2 meses, 99 % de las CTP han ingresado 
al ciclo y se han reproducido al menos una vez. 
 Dentro del microambiente medular, se reconocen dos 
entornos o nichos que regulan la actividad de las CTP, a saber: 
un nicho osteoblástico y un nicho perivascular. En cada nicho, 
el número y la función de las CTP son precisamente regulados 
medianteinteracciones físicas con otras células, y señales 
químicas estimulantes e inhibitorias (Fig. 3). 
 En el nicho osteoblástico, las CTP tienden a permanecer 
Fig. 1: Origen de las células sanguíneas a partir de células troncales pluripotentes 
(CTP). Ver el texto. 
Fig. 2: Proporciones de 
células troncales pluripoten- 
ciales (CTP) en diferentes 
partes del ciclo celular. 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
3
en un estado de quiescencia, caracterizado por escaso metabolismo (predominantemente anaeróbico), 
inmovilidad y falta de actividad mitotica. El nicho osteoblástico comprende regiones del endostio, 
donde las CTP se fijan a los osteoblastos fusiformes que recubren las trabéculas mediante diversas 
moléculas presentes en la membrana del osteoblasto y de las CTP. Las CTP tienen afinidad por estas 
superficies 1) porque poseen en su membrana un receptor de Ca2+, y en las trabéculas en 
remodelación la concentración de Ca2+ puede alcanzar un valor diez veces superior al del líquido 
extracelular o el 
plasma, y 2) porque la 
quimokina CXCL 12, 
también conocida 
como factor derivado 
de células del estroma 
1 (SDF-1), interactúa 
con un receptor de las 
CTP llamado CXCR4. 
Una vez situadas en la 
proximidad del 
endostio, las CTP 
establecen uniones con 
los osteoblastos 
mediadas por 
moléculas de adhesión 
como integrinas y n-
cadherinas, por el 
receptor tirosina-kinasa 
Tie-2 que se liga a la 
angiopoyetina 1 de la 
membrana 
osteoblástica, y por otras uniones menos caracterizadas. Otros factores, como la osteopontina y la 
proteína morfogenética ósea 4 (BMP-4) contribuyen a mantener quiescentes las CTP. 
 Por el contrario, las CTP alojadas en el nicho perivascular, próximo a los capilares sinusoides, 
muestran mayor actividad mitótica, de diferenciación y de movilización. Tal actividad está 
controlada por un complejo conjunto de moléculas de adhesión y de factores tróficos producidos por 
macrófagos, fibroblastos, 
células endoteliales y 
adipocitos, o presentes en la 
matriz extracelular. Además, 
las CTP próximas a los 
sinusoides pueden responder 
a estímulos hemopoyéticos 
procedentes de la circulación. 
Se desconocen los 
mecanismos que controlan el 
paso de las CTP de un nicho 
al otro. 
 
REGULACIÓN HUMORAL 
La hemopoyesis es regulada 
por un gran número de 
mediadores químicos 
llamados citokinas, cuya 
importancia relativa varía 
según la progenie 
considerada. Los factores de 
crecimiento hemopoyéticos 
Tabla 2: Características generales de las citokinas 
 
Glicoproteínas de masa molecular variable (6 a 70 kDa) 
Fundamentales en los procesos de comunicación celular. 
Pueden actuar sobre células madres, progenitoras, y 
diferenciadas. 
Activas en concentraciones muy bajas. 
Pueden estimular o inhibir la supervivencia, división, 
diferenciación y el estado funcional de sus células blancos. 
Cada citokina tiene muchas acciones diversas (pleotropas). 
Diversas citokinas pueden tener efecto sinérgico o 
antagónico 
sobre una célula determinada. 
Suelen producirse por células activadas por una señal 
inductora 
Su acción es transitoria y regulada. 
Se ligan a receptores de membrana acoplados a sistemas 
de segundo mensajero (por ejemplo, tirosina kinasas). 
Modifican la transcripción génica de sus células blancos. 
Con frecuencia poseen efectos sobre las células 
transformadas (cancerosas) derivadas de la estirpe 
normal. 
Fig. 3: El microambiente en el que se hallan las células troncales 
pluripotenciales (CTP) determina en gran medida su actividad 
proliferativa. Ver el texto.
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
4
son en general glicoproteínas de origen sistémico o producidas localmente, que controlan la 
autorenovación, la proliferación y la diferenciación de las células progenitoras en condiciones basales 
y frente a estímulos específicos para eritrocitos, leucocitos o plaquetas. Las propiedades de las 
citokinas se resumen en la Tabla 2. En la Tabla 3 se describen el origen y las acciones de las 
principales citokinas. 
 Por ejemplo, el factor de células troncales (SCF, Stem Cell Factor), conocido también como 
factor de Steel y ligando Kit, es un factor de crecimiento para las CTP, al igual que el ligando de Flt-3, 
el llamado factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF), y las interleukinas 
3 y 6. Estos factores tienen efectos sinérgicos entre sí, y además de actuar sobre las CTP también 
estimulan las células progenitoras comprometidas. Su presencia es necesaria durante toda la 
hemopoyesis. 
Otros mediadores químicos actúan conjuntamente con los citados para promover la 
diferenciación hacia determinada progenie. Tal es el caso de la eritropoyetina y la trombopoyetina. 
Asimismo, algunas citokinas son capaces de inhibir la hemopoyesis. Entre ellos está el MIP-1 
α, que bloquea el ingreso de las CTP al ciclo celular, los interferones y el factor de necrosis tumoral 
(TNF α). El factor transformante del crecimiento (TGF- β), por su parte, inhibe a las células madres 
precoces al tiempo que estimula las progenitoras comprometidas. 
 
MANTENIMIENTO DE LAS CÉLULAS TRONCALES PLURIPOTENCIALES 
La capacidad de mantener una población estable de CTP depende de la expresión de factores de 
transcripción y de reguladores del ciclo celular. Entre los principales factores de transcripción 
involucrados se encuentran HoxB4, la vía Wnt, y SCL. Los reguladores del ciclo celular que 
participan en la autorrenovación de las CTP incluyen Notch-1, Bmi-1, p21, p27 y enzimas que actúan 
sobre los cromosomas. 
HoxB4 pertenece a la familia de genes homeobox, que consta de casi 40 miembros. Los genes 
homeobox tienen un papel fundamental durante la embriogénesis para el establecimiento del patrón 
corporal y la organogénesis. Tanto en el feto como en el adulto, la expresión de HoxB4 es intensa en 
las CTP, y se considera necesaria para la conservación de la población de estas células, al menos en 
parte por su capacidad de activar la transcripción del protooncogén c-myc. A su vez c-myc actúa sobre 
el ciclo celular, acortando G1 y facilitando la transición de G1 a S (c-myc activa y reprime numerosos 
genes). La sobreexpresión de Hox4B aumenta el número de CTP, aunque no altera la capacidad de los 
progenitores comprometidos de proliferar y diferenciarse en las diversas progenies. 
La familia de genes Wnt codifica una serie de glicoproteínas que actúan sobre receptores de 
membrana llamados Frizzled y otros. La unión del ligando al receptor causa una disminución en la 
degradación de la proteína β-catenina, que además de formar parte del citoesqueleto cumple funciones 
de segundo mensajero intracelular. Al no ser degradada en el citosol, la β-catenina ingresa al núcleo, 
donde se une a factores de células T (TCF), y activa la transcripción de varios genes, entre ellos c-
myc, ciclina D1, metaloproteinasa 7 y factor 2 de transcripción de inmunoglobulinas (ITF-2). Además, 
aumenta la expresión de genes que participan en regular la renovación de las CTP, como el ya 
mencionado HoxB4 y Notch-1 (que se trata más abajo). La vía Wnt tiene un importante papel en la 
inducir la multiplicación de las CTP y los progenitores comprometidos en el desarrollo fetal y en la 
vida extrauterina. 
La proteína de la leucemia de células troncales (SCL) es un factor de transcripción de la 
familia de hélice-asa-hélice básica. Los factores de esta familia se dimerizan y se ligan al surco mayor 
del ADN. La SCL muestra una expresión inversamente proporcional al grado de diferenciación de las 
células hemopoyéticas, aunque puede continuar elevada en células más diferenciadas de las líneas 
eritroide, megacariocítica y basófila. La deleción del gen SCL causa muerte por ausencia completa de 
precursores hemopoyéticos durante el desarrollo embrionario, aunque su expresión no es 
imprescindible en el adulto. 
 
 
 
 
 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
5
 
Tabla 3: Factores de crecimiento hemopoyéticos (la lista no es exhaustiva). 
 
Citokina CromosomaProducida por Células blanco Efectos 
Ligando Kit 
(SCF, factor Steel) 
 
12q22-24 Estroma, fibro-
blastos, 
hepatocitos 
CTP, células madre 
GEMM y linfoide 
Factor estimulante de CTP y 
células madre primitivas 
Flt-3 ¿? Fibroblastos del 
estroma 
CTP, células madre 
GEMM y linfoide 
Factor estimulante de CTP y 
células madre primitivas 
LIF 22q14 Estroma CTP, células madre 
GEMM y linfoide 
Factor de crecimiento estimulante 
de CTP y células madre primitivas
GM-CSF 
 
5q31-32 Estroma 
Mastocitos 
Linfocitos T 
Células madre GEMM 
y su progenie 
Estimula la granulopoyesis, 
monocitopoyesis y eritropoyesis 
G-CSF 17q21-22 Estroma 
monocitos 
Progenitores de 
granulocitos 
Estimula la producción de 
granulocitos 
M-CSF 5q33.1 Estroma 
monocitos 
Precursores de 
monocitos 
Estimula la producción y función 
monocítica 
Eritropoyetina 7q22 Riñón, hígado Progenitores 
eritroides 
Factor de crecimiento para 
producción de eritrocitos 
Trombopoyetina 3q26-27 Hígado, riñón CTP, megacario- 
citos, BFUE 
Factor de crecimiento para 
producción de plaquetas 
Interleukina 1 αβ 2q12-21 Monocitos 
Otras células 
Hemopoyéticas e 
inmunes 
Estimula proliferación de linfocitos 
NK; inflamación 
Interleukina 2 4q26-27 Linfocitos T Linfocitos T y B Factor de crecimiento para 
linfocitos T 
Interleukina 3 
(Multi-CSF) 
5q23-31 Linfocitos T Precursores 
hemopoyéticos 
Factor de crecimiento 
hemopoyético 
Interleukina 4 5q31 Linfocitos T 
Mastocitos 
Linfocitos T y B 
Precursores 
hemopoyéticos 
Factor de crecimiento 
hemopoyético e inmune 
Interleukina 5 5q23-31 Linfocitos T 
Mastocitos 
Eosinófilos Factor de crecimiento y diferen- 
ciación de eosinófilos 
Interleukina 7 8q12-13 Estroma Linfocitos T y B 
inmaduros 
Factor de crecimiento para 
linfocitos T y B 
Interleukina 9 5q31.1 Linfocitos Th2 Mastocitos, precurso- 
res eritroides 
Estimula hemopoyesis y desarro- 
llo de linfocitos T 
Interleukina 10 1q31-32 Linfocitos T y B, 
macrófagos, 
keratinocitos 
Linfocitos T y B, 
Monocitos, 
Mastocitos 
Proliferación de mastocitos y 
linfocitos B, producción de 
anticuerpos. Suprime liberación 
de citokinas por monocitos y Th 
Interleukina 11 19q13.3-
13.4 
Fibroblastos 
Estroma 
Megacariocitos, 
precursores hemopo-
yéticos, linfocitos B 
Estimula hemopoyesis y 
trombopoyesis. Aumenta 
secreción de inmunoblobulinas 
Interleukina 15 4q31 Monocitos 
Granulocitos 
Fibroblastos 
Linfocitos T Estimula crecimiento y diferen- 
ciación de linfocitos T 
Interleukina 17 5,6,12-14, 
16 
Linfocitos T 
CD4 + 
Estroma 
monocitos 
Estimula granulopoyesis por 
aumento de secreción de G-CSF 
Interleukina 21 4q26-27 Diversos tipos Precursores hemo- y 
linfopoyéticos 
Aumenta hemopoyesis y 
producción de linfocitos 
Interleukina 22 12q15 Linfocitos T 
activados 
Linfocitos T y B, 
Monocitos, 
Similar a interleukina 10 pero no 
suprime liberación de citokinas 
MIP-1 α 17q11-21 Linfocitos T y B, 
neutrófilos, 
macrófagos 
Células progenitoras, 
linfocitos B, 
macrófagos 
Factor inhibidor de la 
hemopoyesis 
 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
6
 Notch (muesca) es una familia de receptores glicoproteicos con un solo dominio 
transmembrana.2 La unión del ligando induce la proteólisis de la porción intracelular del receptor, que 
migra hacia el núcleo celular, donde actúa como activador de la transcripción. 
Tanto Notch-1 como Notch-2 se expresan en células hemopoyéticas. Notch-1 es el más 
estudiado y, al igual que HoxB4, activa el promotor de c-myc. Notch-1 facilita la multiplicación de 
CTP e inhibe la apoptosis. Además parece participar en los procesos de decisión para la diferenciación 
de los progenitores, en general inhibiendo la diferenciación. No obstante, también participa en la 
diferenciación de los linfocitos T. El gen se encuentra mutado y anormalmente activado en más de la 
mitad de casos de leucemia linfoblástica aguda de células T. 
 Bmi-1 es una proteína que pertenece a la familia de genes llamada grupo Polycomb. Como 
otros miembros del grupo, reprime la transcripción génica mediante la formación de complejos que 
causan modificaciones epigenéticas, como metilación y desacetilación de las histonas asociadas al 
ADN. Bmi-1 es intensamente expresado en las CTP, y dicha expresión disminuye con la 
diferenciación. Su principal función en la hemopoyesis parece ser la de permitir la autorrenovación de 
CTP del adulto. 
 Las proteínas p21 y p27 son miembros de la familia Cip/Kip de inhibidores de las kinasas 
dependientes de ciclinas (CKI). Las kinasas dependientes de ciclina permiten la progresión del ciclo 
celular. El ingreso al ciclo celular de las CTP es limitado por p21, en cuya ausencia el conjunto de 
CTP crece, presenta más actividad mitótica mitosis y mayor tendencia al agotamiento. En cambio, p27 
tiende a incrementar el número de progenitores comprometidos pero no el número de CTP. 
 La telomerasa es un complejo de ribonucleoproteínas que evita el acortamiento progresivo de 
los telómeros con las sucesivas divisiones celulares. La telomerasa es activa durante la vida 
intrauterina, pero es cuidadosamente reprimida en la mayoría de las líneas celulares luego del 
nacimiento. No obstante, en las CTP la actividad de telomerasa persiste en cierto grado, y al parecer es 
indispensable para la autorrenovación de la población de CTP. 
 
2 El gen Notch se identificó en 1985 como responsable de una mutación descripta en 1917 por T.H. 
Morgan en la mosca Drosophila melanogaster, que causaba la aparición de muescas en sus alas. 
Posteriormente se identificaron 4 genes homólogos en mamíferos, numerados de 1 a 4. 
Fig. 4: Algunos genes cuya expresión participa en determinar los linajes hemopoyéticos. 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
7
 
REDES DE GENES PARTICIPANTES EN LA HEMOPOYESIS 
Clásicamente se ha considerado la hemopoyesis como un modelo jerárquico en el cual las divisiones 
sucesivas implican una serie de ramificaciones que sucesivamente restringen el potencial de las células 
de originar líneas diferentes, al tiempo que promueven su diferenciación por caminos unidireccionales 
relativamente inmutables. El consenso actual es que el proceso en su conjunto es más flexible y 
plástico, ya que además de su regulación por citokinas involucra la actividad de conjuntos de efectores 
intracelulares, como factores de transcripción y reguladores del ciclo celular. De todos modos, pueden 
esbozarse líneas principales de diferenciación que dependen críticamente de la expresión secuencial y 
concertada de determinados genes (Fig. 4). 
 
ERITROPOYESIS 
La eritropoyesis es el proceso de producción de eritrocitos. Las células madres comprometidas GEMM 
(definidas más arriba) originan unidades de precursores morfológicamente indiferenciados que son 
capaces de formar rápidamente – “explosivamente” – colonias eritroides (BFUE , Burst Forming 
Units, Erythroid). Las BFUE dan lugar a unidades formadoras de colonias eritroides (CFUE) con 
menor potencial proliferativo, cuya progenie se diferencia progresivamente. La primera célula de esta 
progenie reconocible morfológicamente es el proeritroblasto (Fig. 5). Para la producción de 
eritrocitos es 
indispensable el aporte de 
Fe2+, folato y vitamina 
B12. 
Los 
proeritroblastos se dividen 
mitóticamente 4 a 6 
veces, originando 16 a 64 
eritrocitos cada uno. En 
los proeritroblastos 
comienza la síntesis de 
hemoglobina. Estas 
células se diferencian 
primero en eritroblastos 
basófilos y luego en eritroblastos policromatófilos, progresivamente de tamaño menor y con mayor 
concentración de hemoglobina. A continuación el núcleo se vuelve picnótico y es expulsado, al igual 
que las mitocondrias y otras organelas. La célula resultante es el reticulocito, que conserva restos de 
ARN ribosomal y todavía sintetiza hemoglobina. El tiempo necesario desde la etapa de proeritroblasto 
hasta la de reticulocito es de 7 días. Los reticulocitos permanecen 1 ó 2 días enla médula ósea. Luego 
alcanzan la circulación y al 
cabo de 1 ó 2 días más 
pierden el retículo, con lo 
que se transforman en 
eritrocitos maduros. Los 
eritrocitos maduros 
obtienen energía mediante 
glicólisis anae-robia, y 
carecen de capacidad para 
sintetizar proteínas. 
El conjunto de la 
progenie roja se denomina 
eritrón. El eritrón 
comprende una fracción 
inmóvil, situada en la 
médula ósea, que incluye 
los proeritroblastos, 
Fig. 5: Diferenciación de la serie eritroide. 
Fig. 6: Regulación de la eritropoyesis por la eritropoyetina. 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
8
eritroblastos y reticulocitos tempranos, y una fracción circulante, constituida principalmente por 
eritrocitos y un pequeño porcentaje de reticulocitos. La insuficiente formación o la excesiva pérdida de 
eritrocitos ocasiona anemia, que puede considerarse una hipoplasia del eritrón. En individuos 
adaptados a la altura y en diversas condiciones patológicas (por ejemplo, enfermedad pulmonar 
obstructiva crónica) hay hiperplasia del eritrón, que se denomina policitemia. 
Sin embargo, en condiciones normales, la masa del eritrón permanece relativamente 
constante, aunque es mayor en el varón que en la mujer (principalmente por el efecto anabólico de la 
testosterona). La vida media de los eritrocitos es de 120 días. La producción normal diaria es de 
aproximadamente 2 . 1011 eritrocitos (20 mL), los cuales reemplazan a un número igual de eritrocitos 
envejecidos que son sacados de la circulación por el sistema retículoendotelial (véase Eritrocateresis). 
La producción de eritrocitos está regulada por un asa de realimentación negativa (Fig. 6) 
que involucra la hormona eritropoyetina, la cual es sintetizada y liberada principalmente por células 
peritubulares de la corteza renal, semejantes a fibroblastos.3 La producción de eritropoyetina en el 
riñón está regulada por el aporte de oxígeno a dicho órgano (mayormente transportado por los 
eritrocitos). Cualquier condición que reduzca dicho aporte, como disminución en la concentración de 
eritrocitos, baja presión de oxígeno arterial, o reducción del flujo sanguíneo renal, aumenta 
exponencialmente la producción de eritropoyetina. La concentración plasmática normal de 
eritropoyetina es de 15 U/L, pero bajo estimulación puede alcanzar valores 700 veces mayores. 
La eritropoyetina es una proteína de 165 aminoácidos intensamente glicosilada, 
particularmente por residuos de ácido siálico que le proporcionan una carga neta negativa. Su masa es 
de aproximadamente 30 kDa, de los cuales 40 % corresponde a las porciones glúcidas. La 
glicosilación aumenta notablemente la estabilidad de la eritropoyetina en la circulación, aunque 
reduce su afinidad por el receptor de membrana sobre el cual actúa. estimula todas las células 
nucleadas de la serie eritroide, a partir de la BFUE, pero en especial las CFUE (Fig. 6), que son las que 
poseen mayor densidad de receptores de eritropoyetina. 
El receptor para eritropoyetina pertenece a la superfamilia de receptores para citokinas, a la 
cual también pertenecen los receptores para G-CSF, GM-CSF, trombopoyetina, algunas interleukinas, 
la somatotropina y la prolactina. En ausencia de eritropoyetina, el receptor es un monómero inactivo. 
La eritropoyetina se liga a dos receptores, causando su dimerización (Fig. 7). El dímero recluta una 
kinasa de tirosina citosólica, JAK2, que fosforila al propio receptor. El receptor fosforilado y la JAK2 
asociada a él activan tres vías vinculadas con factores de transcripción: STAT5, kinasa de 
fosfatidilinositol-3-kinasa (PI3K), y proteína kinasa activada por mitógenos (MAPK). El principal 
efecto de la eritropoyetina es prevenir la apoptosis (principal forma de muerte celular programada) 
en los precursores eritroides, y 
permitir así su proliferación. 
La finalización de la acción 
de la eritropoyetina se debe a una 
fosfatasa de células hemopoyéticas 
(SHP1) que defosforila al receptor 
y a la JAK2, con lo cual se 
interrumpen las vías de 
señalización intracelular. El 
receptor unido a eritropoyetina 
puede también ser internalizado y 
degradado. 
Además de eritropoyetina, 
la eritropoyesis normal requiere la 
presencia de citokinas y hormonas 
que actúan de manera sinérgica con 
ella. Entre las principales citokinas 
deben mencionarse SCF (ligando 
de c-Kit, factor Steel), el GM-CSF 
 
3 La eritropoyetina también se produce en el hígado y probablemente en la misma médula ósea, pero 
tal producción es insuficiente para sostener la eritropoyesis normal. 
Fig. 7: Efectores intracelulares de la eritropoyetina.
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
9
y la interleukina 3 (por el contrario, la interleukina 2 tiene un efecto inhibidor). Entre las hormonas 
que favorecen directamente la eritropoyesis están la insulina, el factor símil insulina 1 (IGF-1) y los 
andrógenos (testosterona). Es necesaria además la presencia de concentraciones normales de hormonas 
tiroideas. El cortisol y otros glucocorticoides estimulan indirectamente la eritropoyesis porque 
incrementan la secreción de eritropoyetina. 
 
TROMBOCITOPOYESIS 
La trombocitopoyesis es el proceso de producción de plaquetas, y presenta tanto similitudes como 
diferencias con la eritropoyesis. La concentración normal de plaquetas en sangre es más variable que 
para otras células sanguíneas, ya que oscila entre 150 000 y 450 000/mm3 (mediana 300 000/mm3). 
Las plaquetas permanecen en circulación aproximadamente 10 días, lo que significa que la médula 
ósea debe producir 1,5 . 1011 trombocitos por día, cantidad que equivale a 10 % de las plaquetas 
circulantes. 
 Las células GEMM origina colonias de precursores comprometidos que, al igual que para los 
eritrocitos, se inicia con un alto potencial proliferativo de tipo “explosivo” (BFUMk) que luego decrece 
a medida que progresa la diferenciación. Los progenitores más inmaduros sólo pueden distinguirse por 
marcadores de membrana. A diferencia de los proeritroblastos, los promegacariocitos 
(megacarioblastos) se diferencian por sucesivas replicaciones del ADN sin dividirse en células hijas, 
con lo cual el número de cromosomas presentes en el mismo núcleo se duplica en cada ciclo. Este 
fenómeno se llama endomitosis, y origina células con 2, 4, 8, 16, 32 y excepcionalmente 64 veces más 
ADN que una célula somática (llamadas 2N, 4 N, etc). Al mismo tiempo que aumenta el tamaño del 
núcleo, se incrementa la cantidad de citoplasma. Por su gran núcleo, estas células se conocen como 
megacariocitos. Los megacariocitos 8 N y mayores se diferencian, adquiriendo un gran número de 
gránulos azurófilos, y son los que originan las plaquetas. El proceso de maduración demora 5 días. 
 Los megacariocitos pueden superar los 100 mm de diámetro; su volumen medio es de 7500 fL, 
unas 80 veces mayor que el de los eritrocitos. Cada megacariocito origina de 2 000 a 4 000 plaquetas, 
en proporción a su tamaño: los megacariocitos 32 N producen más plaquetas que los 16 N, y éstos más 
que los 8 N (Fig. 8). 
 
 
Los megacariocitos se disponen próximos a los capilares sinusoidales de la médula ósea, y emiten 
prolongaciones citoplásmicas que atraviesan el sinusoide. La membrana del megacariocito se invagina 
Fig. 8: Trombocitopoyesis. 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
10
y forma una red de túbulos, llamada sistema de demarcación de la membrana. Dicha red divide al 
citoplasma del megacariocito en pequeños volúmenes, cada uno de los cuales constituirá una plaqueta. 
Casi todo el citoplasma de un megacariocito forma plaquetas. Los restos del citoplasma y el núcleo 
son luego fagocitados por el sistema reticuloendotelial. 
 La formación de plaquetas requiere de varias citokinas, como SCF (ligando de c-Kit, factor 
Steel), interleukinas 3 y 11 y GM-CSF. La hormona que estimula la producción de plaquetas se 
denomina trombopoyetina y actúa sinérgicamente con las citokinas mencionadas. La trombopoyetina 
es una glicoproteína de 332aminoácidos que guarda semejanza con la eritropoyetina y tiene una masa 
molecular de aproximadamente 38 kDa. Se sintetiza principalmente en el hígado, y en menor medida 
en el riñón. El bazo y la médula ósea pueden también producir pequeñas cantidades de la hormona. 
 La trombopoyetina favorece la sobrevida y proliferación de los precursores de los 
megacariocitos, ya a partir de las CTP. Además estimula la endomitosis y la maduración de los 
megacariocitos, la expresión de marcadores plaquetarios (CD41 y CD61) y la liberación de plaquetas a 
la circulación. Si bien muchas citokinas e incluso la eritopoyetina pueden estimular la 
trombocitopoyesis, solamente el ligando de c-Kit y la trombopoyetina son imprescindibles. La 
trombocitopoyesis normal requiere, al igual que la eritropoyesis, el aporte de folato y vitamina B12. 
 Presumiblemente, la secreción de trombopoyetina está sujeta a una realimentación negativa, 
vinculada a la concentración de plaquetas circulantes, aunque se desconoce la señal precisa que ejerce 
la regulación. 
 
LEUCOPOYESIS 
Se llama leucopoyesis o mielopoyesis al proceso de producción de granulocitos y monocitos. La 
producción de linfocitos o linfopoyesis se considera por separado. Como ocurre con la eritropoyesis y 
la trombopoyesis, la leucopoyesis requiere SCF (ligando de c-Kit, factor Steel), GM-CSF e 
interleukina 3. Estas citokinas actúan sobre las CTP, sobre las células mixtas GEMM, y sobre los 
progenitores más diferenciados. Adicionalmente, cada línea de leucocitos es estimulada por citokinas 
más específicas (Fig. 9). Así, las unidades formadoras de colonias de monocitos son estimuladas por 
G-CSF, las unidades formadoras de colonias de neutrófilos por G-CSF, las de eosinófilos por la 
interleukina 5, y las de basófilos por interleukina 4. Un gen cuya expresión es importante para la 
diferenciación granulocítica es el del factor de transcripción EBPα. 
 
 En ausencia de estímulos, el endotelio, los fibroblastos y células mesenquimales de la médula 
ósea producen pequeñas cantidades de las citokinas mencionadas que mantienen una leucopoyesis 
basal, necesaria para suplir los leucocitos que reemplacen a los que normalmente mueren en la 
periferia. Por ejemplo, la producción diaria de neutrófilos se estima en 1,2 . 1011. 
 No obstante, la producción de leucocitos puede incrementarse hasta 8 veces en respuesta a 
mayor demanda. Las endotoxinas bacterianas actúan sobre los monocitos circulantes, que en respuesta 
Fig. 9: 
Granulocitopoyesis. 
Hemopoyesis 
Dr. Fernando D. Saraví 
11
liberan interleukina 1 y TNF. Estas citokinas estimulan la producción de factores leucopoyéticos por 
parte del endotelio y los fibroblastos. Por su parte, los linfocitos T pueden producir también factores 
leucopoyéticos en respuesta a la estimulación por un antígeno específico, como asimismo por efecto 
de las citokinas liberadas por los monocitos (Fig. 9). De este modo, la leucopoyesis puede adaptarse 
rápidamente a una mayor demanda. 
 
Linfopoyesis 
La linfopoyesis es el proceso de generación de todas las poblaciones de linfocitos (T, B y NK). Los 
linfocitos son producidos a partir de precursores cuya potencialidad se restringe progresivamente hasta 
limitarse a una línea específica. Se admite generalmente la existencia de un precursor linfoide común 
que sufre un proceso de especificación hacia una línea determinada (T ó B) , mientras que su 
descendencia sobrelleva un compromiso de linaje específico. Todo el proceso es conducido por la 
expresión selectiva de determinados genes que son factores de transcripción o receptores de membrana 
para factores de transcripción. Estos factores actúan, según el caso, de manera sinérgica o secuencial. 
La especificación es el mecanismo regulador que causa la activación de los genes asociados con el 
linaje (y la inactivación de los genes de linajes alternativos). El compromiso, a su vez, es el desarrollo 
progresivo de las características funcionales del linaje especificado. 
 El desarrollo del precursor linfoide común requiere la 
expresión de Ikaros y PU.1. El regulador de transcripción Notch-
1 favorece el desarrollo de linfocitos T, al tiempo que inhibe el 
de linfocitos B. Otros reguladores se indican en la Fig. 10. En particular, la expresión del activador y 
represor de transcripción Pax-5 (BSAP) es esencial para el desarrollo de los linfocitos B, al igual que 
Sox4 que se expresa en una etapa posterior de la diferenciación. La diferenciación y capacitación de 
los linfocitos se describirá a propósito de los mecanismos de inmunidad. 
Fig. 10: Linfopoyesis. 
Según Rothemberg, 2000. 
El sistema inmune 
 
Dr. Fernando D. Saraví 
 
El sistema inmune está formado por un conjunto de células, estructuras y órganos (llamados órganos 
linfoides) cuya función fundamental es defender al organismo humano contra agentes biológicos patógenos 
(capaces de causar enfermedades): bacterias, hongos, parásitos y virus. También protege al individuo contra 
células del propio cuerpo infectadas por virus o que han sufrido una transformación maligna (cáncer). Su 
importancia en la adaptación al ambiente se nota por las graves consecuencias de sus deficiencias. 
 Para cumplir su cometido, las células componentes del sistema inmune deben distinguir entre 
células propias normales, cuya integridad debe preservarse, y células propias anormales y patógenos, que 
deben destruirse. La distinción es química, ya que las células normales presentan en su membrana 
plasmática moléculas características, diferentes de las presentes en células anormales o en la superficie de 
los patógenos. El sistema inmune debe atacar selectivamente los agentes patógenos y las células propias 
anormales, respetando la integridad de las células normales (“lo propio”) y evitando asimismo reaccionar 
contra agentes ajenos al organismo pero incapaces de causar enfermedad. 
 Una respuesta inmune útil implica la integración de múltiples señales positivas y negativas que 
afectan las células participantes. Cuando predominan las señales positivas, la activación y la respuesta 
inflamatoria permite eliminar los patógenos agresores. Cuando prevalecen las señales negativas, la 
activación celular es suprimida y no hay inflamación (estado de tolerancia inmunológica). El equilibrio 
entre señales positivas y negativas es dinámico y requiere ajustes finos. 
 En forma amplia, el sistema inmune constituye, junto con los sistemas nervioso y endocrino, un 
órgano de comunicación entre diferentes clases de células (no solamente las propias del sistema inmune). 
Esta comunicación se realiza por señales químicas solubles de diferente clase y por contactos entre célula y 
célula. Ambos activan cascadas de señalización intracelular que modifica la función de la célula blanco. 
 
BARRERAS MECÁNICAS Y QUÍMICAS 
La epidermis y los epitelios simples que tapizan los órganos huecos son primera línea de defensa contra el 
ingreso de agentes patógenos al organismo. En la piel, la mucosa oral y esofágica, la vagina y el intestino 
distal existen bacterias que forman parte de la flora microbiana normal e inhiben la proliferación de 
agentes patógenos. Diversas sustancias químicas presentes en estas barreras son protectoras: Lisozima y 
lactoferrina en muchas secreciones, espermita en el semen, Hcl gástrico, ácidos grasos en la piel. 
En ausencia de lesiones, el epitelio pavimentoso estratificado y queratinizado de la piel es una 
excelente barrera contra agentes patógenos. Los epitelios simples o pseudoestratificados que recubren la 
mayor parte de las vísceras huecas son más vulnerables. Este problema es en gran medida compensado por 
la existencia de abundantes células del sistema inmune en la mucosa de las vías respiratorias y del intestino, 
llamadas en conjunto tejido linfoide asociado a mucosas (MALT por la sigla en inglés, como las demás 
siglas empleadas aquí). Estos epitelios también secretan mucus, que constituye una barrera adicional y, en 
el caso de las vías respiratorias,

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