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09_endocrino_adrenal

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Las glándulas suprarrenales son órganos pares 
situados retroperitonealmente en los polos 
superiores de los riñones, es decir al nivel de la 12ª 
vértebra torácica. Su forma es piramidal del lado 
derecho y semilunar del izquierdo. Tienen un masa 
de 4 a 6 g cada una. 
 Cada glándula adrenal posee una corteza y 
una médula (Fig. 1) que constituyen sendos 
órganos endocrinos, que producen hormonas 
diferentes y están sujetos a distintos mecanismos de 
regulación. La corteza, que forma 90 % de la masa 
suprarrenal, deriva embriológicamente del 
mesodermo, mientras que la médula es de origen 
neuroectodérmico. La glándula está rodeada por 
una cápsula de tejido conectivo. 
 La corteza suprarrenal produce hormonas 
esteroides. Posee tres capas que, desde la 
superficie a la profundidad, se denominan 
glomerular, fascicular y reticular. La capa 
glomerular produce aldosterona en tanto que otras 
dos capas sintetizan cortisol y andrógenos. La 
aldosterona y el cortisol son, respectivamente, el 
principal mineralocorticoide y el principal 
glucocorticoide. 
Se llaman mineralocorticoides a los 
esteroides cuyo efecto biológico más destacado es 
promover la conservación de sodio (y 
secundariamente de agua). Los glucocorticoides 
por su parte se llamaron así por su efecto sobre el 
metabolismo de los hidratos de carbono – en 
particular hiperglucemia – aunque también tienen 
una serie de efectos importantes sobre el 
metabolismo de proteínas y lípidos, además de 
muchas otras acciones. 
 La médula suprarrenal corresponde a un 
ganglio simpático modificado, que al igual que los 
demás ganglios simpáticos posee células 
cromafines que sintetizan catecolaminas y 
diversos péptidos, pero las secretan directamente a 
la sangre, en lugar de formar axones 
postganglionares que inervan efectores viscerales 
(ver SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO). 
 No existe ningún tabique conectivo ni otra 
estructura de división entre la corteza y la médula. 
En la corteza hay células cromafines y 
prolongaciones de células cromafines medulares 
que se introducen en ella, y en la médula hay 
células esteroidogénicas intercaladas entre 
cordones de células cromafines. Esta disposición 
permite interacciones paracrinas entre corteza y 
médula. 
 Irrigación sanguínea. Existen de cada lado 
tres arterias adrenales: superior (rama de la arteria 
frénica inferior), media (rama de la aorta) e inferior 
(rama de la arteria renal). Estas arterias forman un 
profuso plexo arteriolar subcapsular, del cual 
parten dos tipos de vasos: 
1. Capilares sinusoides que irrigan la corteza. 
2. Arteriolas que se dirigen a la médula, 
donde forman redes capilares. 
El drenaje venoso de la suprarrenal derecha 
desemboca en la vena cava inferior, y el de la 
izquierda en la vena renal y la vena frénica inferior. 
El caudal sanguíneo de las glándulas adrenales es 
muy elevado para la masa de la glándula, y se 
incrementa cuando aumenta la actividad secretoria, 
sobre todo en la corteza. 
 Vasos linfáticos: los vasos linfáticos 
originados en las glándulas suprrarenales drenan a 
los ganglios laterales aórticos. 
 Inervación. La médula es inervada por 
fibras preganglionares mielínicas cuyos somas se 
encuentran en la columna intermediolateral de la 
médula espinal, en los segmentos T10 a L1. Tanto 
la corteza como la médula tienen inervación 
simpática vasomotora (postganglionar). Existen 
fibras nerviosas que inervan las células de la capa 
glomerulosa, pero su función se desconoce. 
 
Corteza adrenal 
 
Macroscópicamente, la corteza adrenal es 
amarillenta debido al alto contenido lipídico de sus 
Glándulas suprarrenales 
Fig. 1 
Posgrado-00
Sello
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
2
células. Las células de la capa glomerular son 
pequeñas y se agrupan en racimos. Estas células 
conservan la capacidad de dividirse y pueden 
originar nuevas células que se diferencian y migran 
hacia las capas más internas. En la capa 
fascicular, las células son más grandes y se 
disponen en cordones a lo largo de los capilares 
sinusoides. En la capa reticular, las células son de 
tamaño intermedio y forman una red en torno de 
los capilares. 
 La capa fascicular forma la mayor parte de 
la corteza (75 %). La capa glomerular ocupa 15 % 
y la reticular 10 %. 
 Las células adrenales están comunicadas 
entre sí por nexos o uniones comunicantes, 
formados con conexina Cx43, que permiten el paso 
de moléculas menores de 1000 Da desde el citosol 
de una célula al de otra adyacente. El paso de 
señales químicas, en particular cAMP, estimula la 
síntesis de hormonas esteroides (esteroidogénesis) 
e inhibe la proliferación. 
 
ESTEROIDOGÉNESIS 
Las hormonas esteroides se caracterizan por 
compartir la estructura básica del ciclopentano-
perhidrofenantreno, de 17 átomos de carbono con 
Fig. 2 
Nomenclatura de esteroides
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
3
cuatro anillos nombrados A a D (Fig. 2). Las 
hormonas esteroides pueden clasificarse, según su 
número de átomos de carbono (21, 19 ó 18) en 
pregnanos (C21), androstanos (C19) y estranos 
(C18). No hay síntesis significativa de estranos en 
la corteza suprarrenal. 
La síntesis de esteroides se realiza en parte 
en las mitocondrias y en parte en el retículo 
endoplásmico. En el proceso intervienen varias 
enzimas del tipo citocromo P450, llamadas 
convencionalmente CYP con 
números y letras que identifican 
cada enzima. 
La síntesis de hormonas 
esteroides se realiza a partir del 
colesterol proveniente de la sangre 
y almacenado en la glándula como 
ésteres de colesterol que forman 
vacuolas en el citosol o, en menor 
medida, colesterol sintetizado de 
novo a partir de acetilcoenzima A. 
La incorporación de colesterol 
plasmático se realiza mediante 
receptores para lipoproteínas de baja 
densidad (LDLR). 
El colesterol esterificado es 
transformado en colesterol libre por 
una esterasa. El colesterol libre se 
une a una proteína específica 
llamada proteínas esteroidogénica 
agudamente regulada o StAR 
(Steroidogenic Acute Regulatory 
protein) que posee dos dominios 
funcionales: una bolsa hidrofóbica 
que liga colesterol y (en el extremo 
N-terminal) una secuencia de 
importación a la mitocondria (Fig. 3). 
La StAR transporta el colesterol a la 
membrana mitocondrial interna. Esta transferencia, 
se considera actualmente el paso limitante en la 
síntesis de hormonas esteroides. Es bloqueada por 
el fármaco cicloheximida. 
Ligada a la membrana mitocondrial interna 
está la enzima colesterol desmolasa (CYP11A1 = 
P450scc) que corta la cadena lateral del colesterol, 
generando pregnenolona (C21). La desmolasa es 
inhibida por el fármaco aminoglutetimida, que por 
esta razón es un eficaz bloqueante de la síntesis de 
hormonas esteroides. 
La pregnenolona sale de la mitocondria y 
es transformada en progesterona en el retículo 
endoplásmico por la 3β-hidroxiesteroide 
dehidrogenasa. 
En la Fig. 2 se esquematizan las vías de 
síntesis de esteroides suprarrenales. La capa 
glomerular carece de la enzima del retículo 
endoplásmico 17α-hidroxilasa y por tanto no 
puede sintetizar cortisol ni andrógenos. En cambio, 
posee las enzimas mitocondriales 21-hidroxilasa 
(CYP21) y aldosterona sintasa (CYP11B2), que 
transforma sucesivamente 11-deoxicorticosterona 
en corticosterona, 18-hidroxicorticosterona y 
Fig. 3 
Fig. 4
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
4
finalmente aldosterona. La misma enzima cataliza 
las tres últimas reacciones mencionadas, ya que 
CYP11B2 posee actividad de 11β-hidroxilasa, 18-
hidroxilasa y 18-oxidasa. Por su parte, las capas 
fasciculada y reticular poseen 17α-hidroxilasa pero 
carecen de CYP11B2. Por tanto no sintetizan 
aldosterona, pero sí cortisol y andrógenos. La 
transformación de 11-deoxicortisol a cortisol es 
catalizada por una 11β-hidroxilasa mitocondrial 
(CYP11B1) que carece de actividad de aldosterona 
sintasa (Fig. 4). Esta enzima es inhibida por el 
fármaco metirapona. 
La CYP11B1 (50 kDa) y CYP11B2 (48.5 
kDa)son codificadas por genes diferentes, 
dispuestos en tándem en 8q24.3. Ambas enzimas 
difieren entre sí en sólo 29 de los 479 aminoácidos 
que las componen. 
La 17α-hidroxilasa también es 
indispensable para la síntesis de andrógenos a 
través de su actividad de 17,20 liasa que elimina la 
cadena lateral unida al carbono 17, generando 
dehidroepiandrosterona (DHEA) y 
androstenediona. La DHEA es en gran medida 
sulfatada antes de ser secretada. Este producto 
(DHEA-S) conserva actividad biológica y es 
esteroide adrenal que se secreta con una mayor 
tasa. 
El fármaco ketoconazol, empleado para 
tratar diversas micosis, bloquea la esteroidogénesis 
porque inhibe la desmolasa, la 11β-hidroxilasa y la 
17α-hidroxilasa. 
 
SECRECIÓN, CIRCULACIÓN Y METABOLISMO 
DE LOS ESTEROIDES SUPRARRENALES 
No existe almacenamiento de las hormonas 
esteroides sintetizadas, que se secretan tan pronto 
son sintetizadas. Las tasas de secreción diaria y las 
concentraciones plasmáticas de los principales 
esteroides suprarrenales se muestran en la Tabla 1. 
La producción de cortisol es cerca de 100 veces 
mayor que la de aldosterona, y la concentración 
plasmática de cortisol es aproximadamente 1000 
veces mayor que la de aldosterona. Nótese 
que la secreción diaria de cortisol está 
expresada en miligramos y la de 
aldosterona en microgramos. Las 
concentraciones plasmáticas están en 
microgramos/L (cortisol) y nanogramos/L 
(aldosterona). 
 
Cortisol 
En el plasma, 75 a 80 % del cortisol circula 
unido reversiblemente a una α2-globulina 
transportadora de 52 kDa llamada CBG (Cortisol 
Binding Globulin) o transcortina. Un 15 % del 
cortisol se une a la albúmina plasmática. En 
consecuencia, solamente 5 a 10 % del cortisol 
plasmático total se encuentra en forma libre. 
 La concentración plasmática de 
transcortina es de 3 a 4 mg/L. Al igual que la 
tiropexina, que transporta hormonas tiroideas, la 
concentración de transcortina es incrementada por 
los estrógenos. Por esta razón, durante el embarazo 
los valores de cortisol total aumentan, pero el 
cortisol libre permanece dentro del rango normal. 
El cortisol libre también permanece en el rango 
normal en caso de reducción de la concentración de 
transcortina, como en la cirrosis hepática. 
 Cada molécula de transcortina posee un 
único sitio de unión para el cortisol (Fig. 5). Su 
capacidad para ligar cortisol es de aprox. 200 μg de 
cortisol/L de plasma. Un exceso de cortisol 
plasmático puede ser atenuado por la unión a 
transcortina, pero cuando el cortisol total supera 
280 μg/L, la transcortina se satura, de manera que 
la fracción de cortisol libre aumenta rápidamente. 
 La transcortina unida al cortisol es 
degradada por proteasas leucocitarias, lo cual 
resulta en liberación del esteroide. Esto puede 
aumentar la concentración de cortisol libre en sitios 
donde existe inflamación. 
 El cortisol plasmático se encuentra en 
equilibrio con su análogo inactivo cortisona. El 
cortisol es oxidado a cortisona en el riñón por la 
enzima 11-hidroxiesteroide dehidrogenasa (11-
HSD) tipo 2. La concentración plasmática total de 
cortisona es 5 a 10 veces menor que la de cortisol, 
pero como la cortisona tiene menor afinidad por la 
transcortina, las concentraciones de cortisol y 
cortisona libres son similares. 
 En tejidos blancos para la acción del 
cortisol, como el hepático, muscular, óseo, adiposo 
y gonadal, existe otra 11-HSD (tipo 1) que 
transforma la cortisona en cortisol. 
 Tabla 1: Esteroides suprarrenales. 
 
Hormona 
esteroide 
Tasa de 
secreción diaria 
Concentración total 
plasmática media 
Cortisol 10 a 15 mg 80 a 150 μg/L 
Aldosterona 60 a 200 μg 50 a 150 ng/L 
DHEA 3 a 7 mg 1 a 15 μg/L 
Sulfato de DHEA 7 a 15 mg 40 a 3000 μg/L 
Androstenediona 2 a 3 mg 1 a 2 μg/L 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
5
 Tanto el cortisol como la cortisona son 
metabolizados mayormente en el hígado por 
reducción y conjugación con glucuronato. La 
conjugación aumenta la hidrosolubilidad de los 
esteroides. Estos metabolitos se excretan por el 
riñón como 17-hidroxicorticoides. Solamente 0.3 % 
del cortisol secretado por la adrenal aparece como 
cortisol libre en orina (30 a 50 μg/día). 
 
Aldosterona 
La aldosterona se une a las proteínas plasmáticas en 
menor proporción que el cortisol. Se ha postulado 
una proteína transportadora específica para 
aldosterona, cuya existencia no ha sido confirmada. 
Entre 25 y 40 % de la aldosterona circula libre, y el 
resto unida a albúmina o transcortina. La vida 
media de la aldosterona en plasma es breve (15 a 
20 min). El 90 % es reducida en el hígado a 
tetrahidroaldosterona y conjugada con glucuronato 
en posición 3. El 10 % restante se conjuga en 
posición 18 sin reducción previa. Ambos 
metabolitos se excretan por orina, pero el que se 
mide clínicamente es el 18-glucurónido, del cual se 
elimina diariamente 5 a 20 μg con una dieta normal 
en sodio. 
 
Andrógenos suprarrenales 
Los llamados andrógenos suprarrenales (DHEA, 
sulfato de DHEA y androstenediona) tienen en 
realidad escasa actividad androgénica por sí 
mismos, ya que son muy débiles activadores del 
receptor androgénico. No obstante, son substratos 
para la producción de testosterona en tejidos 
periféricos. 
 Durante la vida fetal, la corteza adrenal se 
diferencia en dos zonas: una externa o neocorteza, 
que dará lugar a la corteza adrenal definitiva, y una 
interna o fetal. La neocorteza posee escasa 
actividad esteroidogénica, mientras que la zona 
fetal tiene gran actividad sintética, particularmente 
de andrógenos. Estos andrógenos sirven como 
precursores para la síntesis de estrógenos en la 
placenta. Las adrenales del neonato alcanzan una 
masa próxima a la del adulto, y un tamaño poco 
menor que el de los riñones. Luego del nacimiento, 
la porción fetal de la corteza involuciona y se 
reduce drásticamente la producción de andrógenos. 
En esta etapa postnatal no hay desarrollo de la zona 
reticular. 
 Hacia los 7 u 8 años de edad, se reanuda la 
síntesis de andrógenos, asociada con el desarrollo 
de la zona reticular. Este fenómeno se denomina 
adrenarca (ver DESARROLLO PUBERAL). La 
testosterona producida a partir de los andrógenos 
suprarrenales es responsable del crecimiento del 
vello axilar y pubiano en la mujer (en el varón la 
producción testicular de testosterona supera con 
mucho la fuente adrenal). 
 La producción de andrógenos suprarrenales 
se reduce con la edad a partir de la tercera década 
de vida. No obstante, luego del cese de la función 
ovárica marcado por la menopausia, el estradiol 
sintetizado por aromatización de la testosterona 
producida a partir de los andrógenos suprarrenales 
es la principal fuente de estrógenos remanente. 
 
REGULACIÓN DE LA ESTEROIDOGÉNESIS EN 
LAS CAPAS FASCICULADA Y RETICULAR 
El control de la producción de aldosterona está en 
gran medida disociado del control de la producción 
de cortisol y andrógenos. Estos últimos dependen 
principalmente de la corticotropina, mientras que 
el principal estímulo para la secreción de 
aldosterona es la angiotensina II. 
 
Fig. 5 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
6
Corticotropina 
La corticotropina o ACTH, secretada por las 
células corticotropas de la adenohipófisis, se liga a 
su receptor en la membrana de las células de la 
corteza adrenal. El receptor para corticotropina es 
el tipo 2 (MCR2) de la subfamilia de receptores 
para melanocortina (MCR), que pertenecen a la 
familia de receptores acoplados a proteínas G. 
Mediante una proteína Gs, la corticotropina unida a 
MCR2 activa la síntesis de cAMP (Fig. 6). 
También hay acoplamiento con proteína Gq con 
activación de la fosfolipasa C y síntesis de 
diacilglicerol (que activa la proteína kinasa C) 
inositol trifosfato que causa liberación de Ca2+ del 
retículo endoplásmico. 
 La ACTH produce la liberación rápida de 
la relativamente escasa cantidad de glucorticoides 
ya sintetizados, y activa la maquinaria sintética. El 
efecto rápidorequiere activación de la síntesis de 
óxido nítrico. Este gas activa a su vez la 
cicloxigenasa, con producción de prostaglandina 
E2, la cual induce la liberación de glucocorticoides. 
La corticotropina estimula virtualmente 
todos los pasos que conducen a la síntesis de 
esteroides y su posterior liberación. Cuando la 
acción hormonal es persistente, la estimulación de 
la esteroidogénesis es amplificada por aumento de 
la expresión génica de proteínas que participan en 
el proceso. Además de los citocromos (CYP) esto 
incluye el receptor para LDL y la adrenodoxina, 
una ferrosulfoproteína de la familia de las 
ferredoxinas necesaria como donante de electrones 
para los citocromos. En el largo plazo, la 
corticotropina promueve el aumento del tamaño y 
la complejidad de las organelas involucradas en la 
síntesis de esteroides. La ACTH tiene un efecto 
trófico importante que mantiene el número de 
células necesario para preservar la función 
corticoadrenal normal. Durante la estimulación 
excesiva prolongada, la corteza adrenal sufre 
hipertrofia e hiperplasia. En esta condición, puede 
llegar a producir 10 a 20 veces más cortisol que lo 
normal (hasta 250 mg/día). 
 Para preservar su funcionamiento normal y 
su capacidad de responder a estímulos, las células 
de las capas fascicular y reticular requieren la 
exposición continua a corticotropina. Durante la 
falta de corticotropina por tiempo prolongado 
(causada, por ejemplo, por la administración de 
glucocorticoides con fines terapéuticos) la síntesis 
de esteroides se torna virtualmente nula y la 
corteza adrenal se atrofia. En estas condiciones, la 
administración de corticotropina es poco eficaz 
para aumentar la esteroidogénesis en forma aguda, 
porque no hay concentraciones adecuadas de las 
enzimas necesarias. 
 
Otros factores 
Varias aminas biógenas, entre ellas las 
catecolaminas, estimulan la secreción de 
cortisol actuando directamente sobre la 
corteza. Otro tanto ocurre con péptidos 
neurohormonales como vasopresina, 
galanina, péptido activador de la adenilato 
ciclasa hipofisiaria (PACAP), neuropéptido 
Y, péptido intestinal vasoactivo (VIP), 
atriopeptinas, corticoliberina (CRH) y 
adrenomedulinas. 
 Diversas citokinas como las 
interleukinas (IL) 1, 3 y 6 estimulan la 
liberación de cortisol, mientras que otras la 
inhiben, como por ejemplo factor de 
necrosis tumoral alfa (TNF-α) e interferón 
gamma. 
 La liberación de cortisol también 
puede ser estimulada por sustancias 
producidas por el endotelio, como el 
péptido vasoconstrictor endotelina 1 y el 
gas óxido nítrico. 
 Finalmente, varios factores de 
crecimiento, en particular el factor símil 
Fig. 6 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
7
insulina 1 (IGF-1) y el factor transformante de 
crecimiento beta (TGF-b) estimulan la secreción 
cortical adrenal. 
 Algunos de los factores citados circulan en 
la sangre, pero la mayoría de ellos se producen 
localmente y pueden influenciar la función de la 
corteza adrenal de manera paracrina. 
 Dado que la corticotropina es el principal 
estimulante de la capa fasciculada, y que en su 
ausencia la corteza adrenal sufre atrofia, podría 
cuestionarse la importancia fisiológica de otras 
influencias neurohumorales. De hecho, la situación 
no es clara en el adulto. No obstante, durante las 
primeras semanas de vida la corteza adrenal 
responde escasamente a la ACTH pero es sensible a 
la activación de los nervios esplácnicos, Esto indica 
que las catecolaminas y posiblemente otros 
mediadores químicos producidos en la glándula son 
importantes para permitir la liberación de cortisol 
en la etapa postnatal temprana, de manera 
independiente de la corticotropina. 
 
Síntesis de andrógenos 
La corticotropina tiene un efecto modesto sobre la 
síntesis de andrógenos suprarrenales, lo que sugiere 
la existencia de uno o más factores diferentes que 
estimulan la zona reticular. Los estrógenos 
producidos localmente están entre los posibles 
reguladores. Las células de la zona reticular poseen 
receptores estrogénicos beta (ERβ) y las células de 
la médula adrenal presentan actividad de 
aromatasa, la enzima que produce estradiol. Dada 
la estrecha proximidad de la médula con la zona 
reticular de la corteza, el estradiol podría estimular 
Fig. 7 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
8
de manera paracrina la síntesis de andrógenos. Se 
postula que una sinergia entre el IGF-1 y los 
estrógenos inicia la adrenarca, o aumento de la 
síntesis de andrógenos en la glándula adrenal 
prepuberal. 
 
MECANISMO DE ACCIÓN DE LOS 
GLUCOCORTICOIDES 
Los glucocorticoides ejercen sus efectos mediante 
mecanismos que afectan directamente la 
transcripción de DNA en RNA (genómicos) y 
también mediante mecanismos no genómicos. Los 
primeros median efectos lentos e intermedios 
(horas a días), mientras que los efectos no 
genómicos son más rápidos (segundos a minutos). 
Ver la Fig. 7. 
 
Mecanismos genómicos 
Como se explicó en MECANISMOS DE LA ACCIÓN 
HORMONAL, los glucocorticoides se unen a su 
receptor en el citoplasma. Esta unión cambia la 
conformación tridimensional del receptor y permite 
que se libere del complejo de chaperoninas 
formado por HSP90 y otras proteínas. 
El receptor migra al núcleo, se dimeriza y 
se une específicamente a secuencias de DNA que 
forman elementos de respuesta a los 
glucocorticoides. Estos elementos pueden ser de 
respuesta positiva (transactivación) o negativa 
(transrrepresión) según activen o repriman la 
transcripción génica. 
En el primer caso, el receptor dimérico 
unido al DNA recluta un complejo coactivador y 
promueve la síntesis de mRNA del gen 
correspondiente. En el segundo caso, en lugar de un 
complejo coactivador recluta un complejo 
correpresor, que inhibe la transcripción del gen 
regulado. Esto último ocurre en particular en el 
hipotálamo y la hipófisis, como parte de las asas de 
retroalimentación negativa que regulan el eje 
hipotálamo-hipófiso-adrenal (que se trata más 
adelante). No obstante, hay ejemplos de 
transrrepresión también en células del sistema 
inmune. 
Un tercer modo de acción vinculado a la 
transcripción génica es la interacción directa del 
receptor dimerizado con factores de transcripción, 
cuya función es así inhibida (por ejemplo, factores 
de transcripción proinflamatorios como NF-kB y 
AP-1; véase INMUNIDAD). 
La aldosterona también puede unirse al 
receptor glucocorticoide. A igual concentración, el 
efecto antiinflamatorio de la aldosterona es un 
cuarto (25 %) del efecto antiinflamatorio del 
cortisol. No obstante, la concentración de 
aldosterona libre es una milésima parte de la 
concentración de cortisol libre, por lo cual la 
influencia de la aldosterona es insignificante a este 
respecto. 
 
Mecanismos no genómicos 
Los efectos no genómicos han sido menos 
explorados y sólo se conocen parcialmente. 
Muchos efectos no genómicos pueden ser mediados 
por receptores específicos para glucocorticoides 
presentes en el citosol, que no migran al núcleo. 
Otros pueden ser causados por receptores 
específicos presentes en la membrana plasmática. 
Por ejemplo, se ha demostrado que la activación de 
receptores glucocorticoides de la membrana 
interfiere con la función del receptor de los 
linfocitos T (TCR; ver INMUNIDAD). Los efectos no 
genómicos pueden modificar los flujos iónicos 
transmembrana, la concentración de calcio 
intracelular y la actividad de diversas kinasas y 
fosfatasas. 
Una tercera posibilidad es que los 
glucocorticoides causen efectos inespecíficos, que 
no requieren interacción con un receptor, sino que 
son el resultado de la presencia del glucocorticoide 
en la membrana plasmática o de organelas como las 
mitocondrias. Por ejemplo, el glucocorticoide 
sintético metilprednisolona previene el efecto 
estimulante del consumo de oxígeno que tiene la 
lectinas concavalina A sobre los linfocitos y otras 
células inmunes, o lo bloquea de inmediato si es 
agregado después de la lectina. 
 
EFECTOS DE LOS GLUCOCORTICOIDESLos glucocorticoides poseen numerosas acciones, 
que se enumeran en la Tabla 2. 
 
Metabolismo intermedio 
Los glucocorticoides poseen efectos anabólicos y 
catabólicos, aunque predominan estos últimos. El 
cortisol y los compuestos relacionados elevan la 
glucemia por dos mecanismos principales: 1) 
aumentan la producción hepática de glucosa a 
partir de glucógeno (glucogenolisis) y aminoácidos 
(gluconeogénesis); 2) antagonizan la acción de la 
insulina sobre el músculo y el tejido adiposo, con lo 
cual reducen la incorporación de glucosa a estos 
tejidos. 
 El efecto gluconeogénico es importante 
para mantener la glucemia durante el ayuno 
prolongado, ya que en estas condiciones, las 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
9
reservas hepáticas de glucógeno se agotan en 
menos de 24 h. 
La menor incorporación de glucosa al 
tejido adiposo disminuye la lipogénesis. También 
poseen una acción lipolítica directa, que libera 
ácidos grasos y glicerol. Los primeros pueden 
emplearse como fuente de energía mediante beta-
oxidación, mientras que el glicerol se emplea como 
sustrato para la gluconeogénesis hepática. La 
lipólisis inducida por cortisol es en parte 
contrarrestada porque la hiperglucemia aumenta la 
secreción de insulina, que es lipogénica. 
Cuando hay exceso de glucocorticoides, 
como en la enfermedad de Cushing, el efecto neto 
es un aumento de la masa adiposa acompañado de 
una redistribución de la grasa corporal: las 
extremidades se adelgazan y el tronco se engrosa. 
La acumulación de grasa en la espalda da la 
apariencia típica de “giba de búfalo.” 
Los glucorticoides tienden a reducir la 
síntesis de proteínas en el músculo y el tejido 
conectivo, con aumento de la concentración 
plasmática de aminoácidos y de la degradación 
hepática de éstos para producir glucosa; el 
efecto neto es aumentar el catabolismo de las 
proteínas. Los glucorticoides tienen una 
acción permisiva sobre los efectos lipolíticos y 
termogénicos de las catecolaminas. 
 
Aparato digestivo 
El cortisol tiene un efecto trófico sobre la 
mucosa del aparato digestivo. Se requieren 
concentraciones normales de glucocorticoides 
para mantener la integridad estructural y las 
funciones secretoria y absortiva del epitelio 
gastrointestinal. Estimula la secreción 
gástrica de ácido clorhídrico y pepsina; el 
exceso de glucocorticoides puede causar o 
favorecer la aparición de úlceras pépticas. Los 
glucocorticoides también aumentan el apetito 
y por tanto promueven un aumento de peso. 
 
Aparato cardiovascular y masa eritrocitaria 
Se requieren concentraciones normales de 
cortisol para que las catecolaminas ejerzan su 
acción vasoconstrictora; el déficit de 
glucocorticoides causa hipotensión 
ortostática. Por el contrario, el exceso causa 
hipertensión por una combinación de 
vasoconstricción y aumento del gasto cardíaco. 
El cortisol posee un efecto inotrópico 
positivo cardíaco, posiblemente porque 
aumenta el número de receptores adrenérgicos 
beta. El cortisol estimula la síntesis y liberación 
de la hormona renal eritropoyetina, la cual 
estimula la producción de eritrocitos; el déficit de 
cortisol produce anemia, y su exceso policitemia. 
 
Tejido conectivo 
Los glucorticoides inhiben la proliferación de los 
fibroblastos y la síntesis de colágeno. En exceso, 
debilitan la dermis lo cual causa estrías rojo 
vinosas y reducen el tejido de sostén de los 
capilares, facilitando la aparición de equimosis. 
 
Músculo estriado 
En concentración normal el cortisol facilita la 
síntesis de acetilcolina y la transmisión 
neuromuscular. El exceso de glucocorticoides 
causa reducción de la masa muscular por 
inhibición de la síntesis y aumento de la 
degradación de las proteínas. La debilidad 
resultante puede acentuarse por hipokalemia. 
 
 
Tabla 2: Acciones biológicas de los glucocorticoides 
 
Metabolismo Tejido conectivo 
Hiperglucemia Inhiben división de 
Glucogenogénesis fibroblastos 
Gluconeogénesis Reducen la síntesis de 
Catabólica proteínica colágeno 
Lipolítica 
Movilización de grasas Músculo 
Antagonista de la Efecto inotrópico en 
insulina en adipocitos músculo esquelético 
y miocitos y cardíaco 
 
Gastrointestinales Hueso 
Estructura y función Inhiben la formación y 
Del tracto digestivo estimulan la resorción 
Estimulan la secreción 
gástrica Renales 
Aumentan el apetito Inhiben la secreción y el 
 efecto de la vasopresina 
Cardiovasculares y Aumentan filtración 
Hemáticas 
Permisiva para el efecto Psíquicas 
vasoconstrictor de las Depresión/euforia 
catecolaminas (también 
del efecto calorigénico Antiinflamatorio e 
y lipolítico) inmunosupresor 
Aumenta la secreción de Inhiben fosfolipasa A2 
eritropoyetina y la Estabilizan lisosomas 
producción de eritrocitos Inhiben quimiotaxis 
 Deprime la respuesta 
 inmune 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
10
Hueso 
Los glucocorticoides reducen la absorción 
intestinal y la reabsorción renal de calcio. Además 
poseen efectos directos sobre el hueso, donde 
deprimen la actividad de los osteoblastos 
(formadores de hueso) y estimula la acción 
reabsortiva de los osteoclastos. El exceso crónico 
de glucocorticoides causa osteoporosis. 
 
Riñón 
El cortisol aumenta la filtración glomerular por 
un efecto directo sobre el riñón y porque aumenta 
el gasto cardíaco. Además se comportan como un 
antagonista de la vasopresina (ADH) pues reduce 
tanto su secreción por la neurohipófisis como su 
efecto sobre la retención renal de agua. El déficit de 
cortisol, por el contrario, potencia la acción de la 
vasopresina y aumenta el riesgo de intoxicación 
acuosa. 
 
Psiquis 
Los glucocorticoides pueden alterar el ánimo. El 
déficit de cortisol se asocia con depresión, apatía e 
irritabilidad. El exceso, por otra parte, puede causar 
inicialmente una sensación de bienestar y euforia, 
pero luego labilidad emocional y depresión. 
También puede causar psicosis e insomnio, con 
reducción del sueño REM. 
 
Inflamación e inmunidad 
Los glucocorticoides son poderosos 
antiinflamatorios. Incluso en concentraciones 
normales el cortisol es capaz de reducir la respuesta 
inflamatoria por múltiples mecanismos (Fig. 8): 
1. Inhiben la fosfolipasa A2, enzima clave 
para la síntesis de prostaglandinas, 
leucotrienos y tromboxanos, importantes 
mediadores de la inflamación. 
2. Reducen la síntesis y liberación de 
citokinas como las interleukinas 1 y 6 y el 
factor de necrosis tumoral alfa. 
3. Reducen la actividad de moléculas de 
adhesión endoteliales y leucocitarias. 
4. Inhiben la extravasación y migración de 
leucocitos hacia áreas de inflamación. 
5. Estabilizan la membrana de los lisosomas 
leucocitarios, con lo cual reducen la 
liberación de enzimas proteolíticas. 
6. Disminuyen la actividad fagocitaria de los 
neutrófilos. 
7. Disminuyen el número de eosinófilos 
circulante (aunque aumentan la liberación 
de neutrófilos por parte de la médula ósea). 
8. Reducen la liberación de histamina y 
leucotrienos mediada por IgE por parte de 
los mastocitos. 
9. Reducen la respuesta proliferativa de los 
fibroblastos que tiende a limitar la 
diseminación del foco inflamatorio. 
También deprimen la respuesta inmune, en 
particular la mediada por células e indirectamente 
también la mediada por anticuerpos. En 
concentraciones elevadas, disminuyen el número de 
linfocitos T circulantes y reducen su migración 
Fig. 8 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
11
Estas acciones de los glucocorticoides son 
fisiológicamente importantes para resolver la 
inflación y modular las respuestas inmunes. 
En dosis farmacológicas, se emplean en 
terapéutica cuando se requiere un potente efecto 
antiinflamatorio (como en las enfermedades 
reumáticas) o inmunosupresor, como en los 
transplantes de órganos o tejidos. No obstante, 
aumentan la susceptibilidad a las infecciones, 
además de otros muchos efectos colaterales. 
 
REGULACIÓN DE LA SECRECIÓNDE CORTISOL 
La regulación de la secreción de cortisol depende 
de la actividad del eje hipotálamo-hipófiso-
suprarrenal, también llamado hipotálamo-pituitario- 
adrenal (HPA). 
 
Control de la secreción de corticotropina 
En el núcleo paraventricular del hipotálamo existen 
neuronas parvocelulares que sintetizan 
corticoliberina (CRH) y la liberan en los capilares 
de la eminencia media. La CRH circula hasta la 
adenohipófisis por los vasos portas largos y 
estimula las células corticotropas. 
La liberación de CRH (y de ACTH) es 
pulsátil. La pulsatilidad es necesaria para evitar la 
desensibilización de los receptores CRH1 que se 
produce frente a niveles constantes de 
corticoliberina. 
 La vasopresina (hormona antidiurética) 
también estimula por sí misma la secreción de 
corticotropina, aunque más débilmente que la CRH. 
No obstante, el efecto de la corticoliberina se ve 
potenciado por la vasopresina. Esta sinergia es 
interesante porque existen neuronas parvocelulares 
que liberan vasopresina al sistema porta, y algunas 
neuronas parvocelulares secretan CRH y 
vasopresina. A diferencia de las neuronas 
magnocelulares que secretan vasopresina a la 
circulación general, las neuronas parvocelulares 
que secretan vasopresina en la eminencia media no 
responden a estímulos osmóticos pero son muy 
sensibles al estrés, un poderoso activador del eje 
HPA que se trata más abajo. 
 La sinergia entre CRH y vasopresina se 
debe a que ambas hormonas, actuando sobre 
diferentes receptores acoplados a proteínas G, 
activan vías de señalización complementarias. 
 En la membrana de la célula corticotropa, 
la corticoliberina actúa sobre receptores de 
membrana CRH1, acoplados a proteína Gs, cuya 
activación aumenta la síntesis de cAMP (Fig. 9). 
El cAMP activa diversos sistemas efectores, 
incluyendo ingreso de Ca2+ y activación de factores 
de transcripción, que resultan en la liberación 
rápida de corticotropina y la estimulación de la 
transcripción del gen de su molécula precursora, 
proopiomelanocortina (POMC). 
 Por su parte, la vasopresina activa 
receptores acoplados a proteína Gq, que activan la 
fosfolipasa C. Como consecuencia se produce 
inositol trifosfato, que libera Ca2+ del retículo 
sarcoplásmico, y diacilglicerol que activa la 
proteína kinasa C. Además de favorecer la 
liberación de corticotropina, la vasopresina 
aumenta la transcripción del receptor para 
corticoliberina CRH1 en las células corticotropas. 
La POMC puede ser procesada en péptidos 
diferentes por las prohormonas convertasas 1/3 y 
2 (Fig. 10). 
Estas enzimas escinden sus sustratos en 
pares de residuos básicos de lisina o arginina. Los 
productos finales del procesamiento de la POMC 
son específicos del sitio de producción. En el 
lóbulo anterior de la hipófisis se produce 
corticotropina (ACTH) y β-lipotropina, esta última 
de función incierta. La β-lipotropina es parciamente 
procesada a β-endorfina. Todos estos péptidos se 
almacenan en gránulos secretorios y son liberados 
conjuntamente con la corticotropina. 
 
Retroalimentación negativa 
La corticotropina estimula la síntesis y liberación 
de cortisol en las glándulas suprarrenales, por 
Fig. 9 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
12
mecanismos ya descritos. A su vez el cortisol 
inhibe tanto la liberación de CRH por parte del 
hipotálamo como de ACTH por parte de la 
hipófisis. Parte del efecto de retroalimentación 
negativa es rápido, y probablemente involucra 
mecanismos no genómicos. Además, en un plazo 
mayor el cortisol reprime la transcripción de 
mRNA de corticoliberina y de corticotropina. 
Otros glucocorticoides, incluidos los sintéticos, 
como dexametasona, poseen efectos similares. 
 También existe un asa corta de 
retroalimentación, pues la corticotropina, actuando 
sobre el hipotálamo, inhibe la liberación de CRH 
 
Ritmo circadiano 
En ausencia de estímulos como estrés o citokinas, 
la liberación de ACTH y cortisol sigue un ritmo 
circadiano, con liberación creciente durante la 
noche que alcanza un máximo hacia las 8 y un 
mínimo en horas de la tarde (Fig. 11). 
En promedio, la concentración plasmática 
de corticotropina de 0 a 12 es de 25 ng/L, mientras 
que de 12 a 24 es de 10 ng/L. Las concentraciones 
medias de cortisol son de 110 μg/L de 0 a 12 y de 
40 μg/L de 12 a 24. 
Este ritmo está generado endógenamente 
por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, y 
se sincroniza con el día solar mediante los ciclos de 
luz y oscuridad. El núcleo supraquiasmático 
influencia la actividad de las neuronas 
parvocelulares secretoras de CRH, aumentando o 
reduciendo la frecuencia de los episodios de 
liberación. 
Este ritmo circadiano tiene importancia 
clínica. Cuando se estudia el funcionamiento de la 
corteza adrenal, la extracción de sangre para 
determinar cortisol debe realizarse entre las 8 y 
las 9. 
 
Activación del eje HPA por estrés 
La palabra estrés proviene de la física mecánica, y 
fue aplicada a la fisiología por Hans Selye. En este 
sentido, el estrés puede definirse como cualquier 
fenómeno que altera o pone el riesgo la 
homeostasis, o es percibido como una amenaza 
para el bienestar del individuo. 
Un estímulo puede causar estrés por sí 
mismo o por ser percibido como una amenaza 
Fig. 10 
Fig. 11 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
13
potencial. Por ejemplo, los traumatismos, el 
maltrato psicológico, las temperaturas ambientales 
extremas y la hipoglucemia causan estrés. 
La respuesta fisiológica al estrés tiene 
como objetivo evidente preparar al organismo 
para afrontar una situación de emergencia, de modo 
que aumenta el estado de alerta, se enfoca la 
atención, aumenta el gasto cardíaco, y el aporte de 
oxígeno y nutrientes al cerebro, el corazón y los 
músculos. Al mismo tiempo se inhiben vías 
nerviosas que cumplen funciones poco útiles para 
la emergencia, como alimentación y 
comportamiento reproductivo. 
La respuesta al estrés puede ser inadecuada 
en la situación de emergencia cuando es 
insuficiente o excesiva. Además, se torna 
contraproducente (maladaptativa) cuando se 
prolonga excesivamente y se torna crónica. 
La respuesta neuroendocrina al estrés es 
similar independientemente de su causa 
(estereotipada) y consiste en una activación del 
sistema simpático y del eje HPA. La vía final 
común de los diferentes estímulos estresantes sobre 
el eje HPA son las neuronas secretoras de CRH y 
de vasopresina del núcleo paraventricular. Otras 
neuronas que emplean CRH como 
neurotransmisor participan en la respuesta al 
estrés del sistema límbico (ver COMPORTAMIENTO 
EMOCIONAL E INSTINTIVO). 
El control de la secreción de CRH por 
estrés es en extremo complejo. Aquí sólo se 
proporcionará una versión 
deliberadamente simplificada (Fig. 12). 
Los estímulos estresantes pueden 
clasificarse en reactivos y 
anticipatorios. En los primeros hay una 
activación debida a un cambio ya 
ocurrido que amenaza la homeostasis, 
como dolor, hipoglucemia o inflamación 
(que se trata aparte). En contraposición, 
son anticipatorios aquellos estímulos en 
los cuales el individuo por instinto o por 
experiencia anticipa problemas en 
determinada situación (como un 
ambiente o una situación desconocidos, 
la presencia de sujetos amenazantes y, 
por supuesto, exámenes finales). 
Los estímulos debidos al estrés 
reactivo provienen principalmente del 
núcleo del tracto solitario en el bulbo 
raquídeo, que recibe e integra aferencias 
viscerales de todo tipo, y de neuronas 
noradrenérgicas del tallo cerebral que 
se activan frente al dolor o la exposición al frío. 
Estas áreas envían eferencias excitatorias directas 
a las neuronas parvocelulares del núcleo 
paraventricular. Los neurotransmisores serotonina 
y acetilcolina y neuropéptidos liberados 
centralmente, como vasopresina y PACAP, 
también poseen efectos activadores sobre el eje 
HPA. 
La influencia de los estímulos que causan 
estrés anticipatorio sigue vías indirectas. Las 
neuronas parvocelulares están sujetas a una 
inhibicióntónica por parte de regiones como el 
núcleo del lecho de la estría terminal y el 
hipotálamo dorsomedial. La inhibición es mediada 
por ácido gamma-aminobutírico (GABA). 
Las eferencias de la amígdala, principal 
centro subcortical relacionado con la conducta 
emocional e instintiva, tienden a aumentar la 
liberación de CRH por supresión de la inhibición 
tónica antes mencionada. Por el contrario, las 
eferencias desde la corteza prefrontal y cingular 
anterior, relacionadas con el control cognitivo de la 
conducta, envías fibras excitatorias que acentúan 
la inhibición tónica mediada por GABA y por tanto 
tienden a reducir la actividad de las neuronas 
parvocelulares secretoras de CRH. 
 
Activación del eje HPA por citokinas 
Como se explicó antes, los glucocorticoides tienen 
gran importancia como moduladores de la 
inflamación y la respuesta inmune. Como 
Fig. 12 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
14
contrapartida, diversas citokinas 
producidas por células inmunes 
pueden activar el eje HPA en 
múltiples niveles: 
1. La interleukina (IL) 1β y 
el factor de necrosis 
tumoral alfa (TNF-α) se 
unen a receptores en el 
endotelio de la barrera 
hematoencefálica, donde 
estimulan la producción 
de prostaglandina E2 que 
activa el eje HPA. 
2. La IL-1, IL-6, el factor 
inhibidor de la leucemia 
(LIF) y el TNF-α son 
transferidos al cerebro 
mediante mecanismos de 
transporte específicos. 
3. Las citokinas también 
penetran pasivamente por 
regiones carentes de 
barrera hematoencefálica 
(órganos 
circumventriculares). 
4. Algunas citokinas pueden 
ser sintetizadas en el sistema nervioso 
central por células de la microglia y 
astroglia. 
En el sistema nervioso central, las citokinas actúan 
directamente sobre las neuronas parvocelulares 
productoras de corticoliberina, pero también 
indirectamente por activación de neuronas del 
núcleo del tracto solitario que envían eferencias 
estimulantes de las neuronas parvocelulares como 
se indicó en la Fig. 12. El núcleo del tracto solitario 
también puede activarse por aferentes vagales 
estimulados por citokinas en la periferia. 
 Las células corticotropas de la hipófisis 
tienen receptores para la familia de citokinas 
denominada gp130, que incluye LIF e IL-6 y 11. 
La activación de estos receptores inicia la 
activación de kinasas tipo Janus (JAK) y otras 
activadas por éstas. Las citokinas pg130 estimulan 
la secreción de ACTH incluso en ausencia de CRH. 
Al igual que la vasopresina, tienen además un 
efecto sinérgico con la corticoliberina sobre las 
células corticotropas. Los ratones deficientes en 
LIF tienen una respuesta subnormal incluso al 
estrés no inflamatorio (por ejemplo, producido por 
inmovilización). Esto sugiere que las citokinas son 
necesarias para preservar la capacidad de 
respuesta de las células secretoras de 
corticotropina. 
 Como se mencioná antes, además de 
estimular el eje HPA a nivel central e hipofisiario, 
algunas citokinas como IL-6 también estimulan 
directamente la capa fasciculada de la corteza 
adrenal y aumentan la liberación de cortisol. 
 Los glucocorticoides liberados como 
resultado del estímulo proporcionado por las 
citokinas permiten un balance (freno) de las 
respuestas inflamatoria e inmune, evitando una 
excesiva intensidad y duración de las mismas. 
 
Resumen 
Los factores que influyen en la secreción de 
ACTH, y por tanto de cortisol, se resumen 
gráficamente en la Fig. 13. 
 
 
 
REGULACIÓN DE LA ESTEROIDOGÉNESIS EN 
LA CAPA GLOMERULAR 
Como se mencionó, la angiotensina II es el 
principal estimulante de la secreción de 
aldosterona, aunque también participan otros 
factores. 
 
Fig. 13 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
15
Angiotensina II 
El péptido angiotensina II se produce, a partir de 
angiotensina I, catalizada por la enzima de 
conversión principalmente en el endotelio 
pulmonar. La angiotensina I es liberada del 
angiotensinógeno, una proteína precursora 
sintetizada en el hígado, por la acción de la 
enzima circulante renina, secretada por el 
riñón. La secreción de aldosterona sigue un 
ritmo circadiano, con mayor secreción 
nocturna que se asocia con la actividad de 
renina plasmática, lo que subraya la 
importancia del sistema renina-angiotensina 
en la secreción basal de aldosterona (Fig. 
14). Este ritmo es similar pero 
independiente del ritmo de secreción del 
cortisol, que es debido a las variaciones de 
corticoliberina y corticotropina. 
La función del sistema renina-
angiotensina-aldosterona en el 
mantenimiento del volumen extracelular y la 
presión arterial, y los estímulos que 
favorecen la secreción de renina, se explican 
en el capítulo REGULACIÓN DE LA PRESIÓN 
ARTERIAL. 
 La angiotensina II tiene dos tipos de 
receptores, llamados AT1 y AT2. Ambos son 
receptores de siete dominios transmembrana 
acoplados a proteínas G. El receptor responsable de 
los efectos de la hormona sobre la zona glomerular 
es el subtipo AT1. Sin embargo, la activación de 
receptores AT2 del endotelio de los vasos 
adrenales, por su parte, permite el aumento del 
caudal sanguíneo que acompaña a la estimulación 
de las células corticoadrenales. 
 La angiotensina II tiene múltiples acciones 
en las células glomerulosas. En forma rápida (Fig. 
15) produce un aumento de la concentración 
intracelular de Ca2+ mediante efectos mediados por 
proteínas G. Activa los canales de Ca2+ tipo T en 
forma directa e indirectamente por inhibir la 
corriente de K+ en los canales TASK, cuya función 
se describe luego (aunque inhibe la conductancia 
de otros canales de Ca2+ llamados L, el efecto neto 
es un aumento del ingreso del ión). Además, la 
angiotensina II activa la fosfolipasa C, que produce 
inositol trifosfato, el cual mediante receptores 
específicos induce la liberación de Ca2+ del retículo 
endoplásmico. A su vez esta liberación activa 
canales de Ca2+ llamados capacitivos (SOC) cuya 
función es mantener la reserva de Ca2+ del retículo 
endoplásmico. Como se indica en el recuadro de la 
Fig. 15, el Ca2+ estimula la síntesis de aldosterona 
por efectos sobre la transcripción de genes críticos, 
como StAR y CYP11B2 (aldosterona sintasa), 
acelera el transporte de colesterol hacia la matriz 
Fig. 14 
Fig. 15 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
16
mitocondrial y aumenta la disponibilidad de 
NADPH para la síntesis de aldosterona. 
 En una escala temporal mayor, la 
angiotensina II tiene un efecto trófico fundamental 
sobre las células glomerulosas, que mantiene la 
capacidad de producir aldosterona. Este efecto se 
debe a la activación de diversos sistemas de kinasas 
que fosforilan factores de transcripción (Fig. 16). 
 En la glándula adrenal se ha descrito un 
sistema renina-angiotensina local, que produce 
angiotensina, angiotensinógeno y enzima de 
conversión de la angiotensina. El sistema local es 
activado por exceso de K+ y déficit de Na+. Sin 
embargo, se desconoce aún la importancia de su 
contribución relativa en la regulación hidrosalina. 
 
Potasio (K+) extracelular 
Las células de la zona glomerular son muy 
sensibles a cambios en la concentración 
extracelular de K+, que es normalmente de 4 
mmol/L. Un aumento de apenas 10 % de la 
potasemia causa una rápida respuesta adrenal, de 
modo que la concentración plasmática de 
aldosterona se duplica ó triplica. Una mayor ingesta 
de potasio en la dieta tiene un efecto similar. Por el 
contrario, la reducción de la potasemia y la 
deficiencia de potasio en la 
dieta reducen la secreción de 
aldosterona. 
 Las células de la zona 
glomerular tienen un potencial 
transmembrana de reposo 
elevado, de aprox. – 80 mV. 
Este potencial es mantenido 
por la continua salida de K+ 
mediante canales de potasio 
de dos poros llamados TASK1 
y TASK3. Un aumento de la 
salida de K+ hiperpolariza la 
célula, mientras que una 
reducción de la salida de K+ 
despolariza la célula, tornando 
menos negativo el potencial 
transmembrana. 
 Los canales TASK 
son menos sensibles al 
potencial transmembranapero 
mucho más sensibles a 
aumentos de la potasemia que 
los demás canales de K+ 
conocidos. Cuando aumenta la 
potasemia, la corriente de 
salida de K+ se reduce y la célula se despolariza. La 
despolarización activa canales de Ca2+ 
dependientes de potencial. El Ca2+ activa la StAR y 
además aumenta la esteroidogénesis directamente o 
mediante la activación de kinasas dependientes de 
Ca2+-calmodulina. 
Fig. 16 
Fig. 17 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
17
 El efecto estimulante del K+ extracelular 
sobre la secreción es sinérgico con el de la 
angiotensina II. En completa ausencia de 
angiotensina II el efecto del K+ es muy débil. La 
razón es que la angiotensina II reduce la 
conductancia de los canales TASK y acentúa el 
efecto de aumentos en la potasemia. 
Los animales en los cuales se suprime 
experimentalmente el gen TASK muestran 
respuestas anormales a los cambios en la ingesta de 
sodio, que es un regulador importante del sistema 
renina-angiotensina-aldosterona (Fig. 17). En 
condiciones normales, la deficiencia de sodio en la 
dieta incrementa la secreción de renina y la 
producción de angiotensina II. En animales con 
supresión de canales TASK el efecto se magnifica. 
El exceso de sodio en la dieta suprime la secreción 
de renina, la producción de angiotensina II y la 
secreción de aldosterona. En animales que carecen 
de canales TASK, una dieta con exceso de sodio no 
suprime la secreción de aldosterona. En estos 
aspectos, el fenotipo de estos animales se asemeja 
al de pacientes humanos con hiperaldosteronismo 
primario idiopático. 
 
Corticotropina 
La administración aguda de corticotropina es capaz 
de estimular la liberación de aldosterona de la zona 
glomerulosa en proporción comparable a la de 
cortisol en la zona fascicular. Sin embargo, el 
efecto es transitorio. El aumento de la aldosterona 
causa retención de sodio y expansión del líquido 
extracelular y el volumen intravascular, lo que 
deprime la secreción de renina y por tanto la 
producción de angiotensina. Además, la 
aldosterona aumenta la excreción renal de K+, por 
lo que tiende a disminuir la potasemia. En 
condiciones de baja angiotensina II y bajo K+ 
plasmático, el efecto de la corticotropina sobre la 
secreción de aldosterona se vuelve insignificante. 
 No obstante, las concentraciones normales 
de corticotropina son importantes como un 
estímulo tónico de la transcripción génica en la 
zona glomerulosa. En ausencia de este estímulo 
basal, las células pierden su capacidad de responder 
a la angiotensina II y al K+ plasmático. 
 
Atriopeptinas 
Las atriopeptinas o péptidos natriuréticos 
auriculares se secretan en respuesta a la expansión 
del volumen intravascular. Poseen un efecto 
inhibitorio (mediado por cGMP) sobre la secreción 
de aldosterona y reducen la respuesta de la zona 
glomerular a la angiotensina II o el aumento de la 
potasemia. 
 
Otros factores 
La reducción en la concentración plasmática de 
Na+, las aminas biógenas acetilcolina y serotonina 
y los neuropéptidos VIP y PACAP estimulan la 
secreción de aldosterona, mientras que la 
dopamina, el óxido nítrico y la somatostatina la 
inhiben. El papel de estos factores en la regulación 
normal se desconoce. 
 
FUNCIONES DE LOS MINERALOCORTICOIDES 
La principal función de la aldosterona es conservar 
sodio y secundariamente agua, lo cual tiende a 
mantener el volumen del líquido extracelular. La 
hormona es capaz de reducir la secreción de sodio 
en diversos epitelios, como las glándulas 
sudoríparas, salivales, gástricas y el epitelio del 
colon. Su principal efector es, sin embargo, parte 
de la porción distal de la nefrona, es decir el 
último segmento del túbulo contorneado distal y el 
túbulo colector cortical. Allí la aldosterona 
incrementa el número de canales epiteliales de 
sodio (ENaC) en la membrana apical en contacto 
con el fluido endotubular, y el número de unidades 
de Na,K-ATPasa de la membrana basolateral, en 
contacto con el intersticio. De este modo, favorece 
el transporte vectorial de sodio (reabsorción) y 
secundariamente de cloruro y agua. Asimismo la 
aldosterona estimula los antiportes sodio 
luminal/potasio intracelular, y sodio 
luminal/hidrogeniones intracelulares (este último 
en parte por una acción no genómica). Por tanto, 
una acción excesiva de la aldosterona tiende a 
causar hipokalemia y baseosis metabólica por 
pérdida de dichos iones en la nefrona distal. 
Cuando los niveles de aldosterona persisten 
elevados por varios días, el aumento en el volumen 
extracelular no prosigue indefinidamente, sino que 
se produce un fenómeno de escape. El escape se 
debe al incremento en el volumen intravascular, 
que por un lado aumenta la filtración glomerular, lo 
cual conduce a una mayor carga de sodio a nivel 
distal; y por otro estimula la secreción de péptidos 
natriuréticos auriculares, hormonas que promueven 
la excreción de sodio. Sin embargo, no se produce 
escape para la pérdida de potasio y de 
hidrogeniones que resulta de un exceso de 
aldosterona. 
 
 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
18
MECANISMO DE ACCIÓN DE LOS 
MINERALOCORTICOIDES 
La aldosterona y otros mineralocorticoides 
producen sus efectos mediante la unión a 
receptores específicos de alta afinidad. Las 
acciones más estudiadas y mejor comprendidas son 
de tipo genómico pues involucran cambios en la 
tasa de transcripción de determinados genes. De 
todos modos, existe ya abundante evidencia de que 
la aldosterona tiene diversas acciones no 
genómicas que tienen importancia en la fisiología 
normal y patológica. 
 
El receptor mineralocorticoide (MR) 
EL MR es el receptor más grande de la familia de 
los receptores nucleares (Fig. 18). Existe un único 
gen de MR, llamado NR3C2 y localizado en 
4q31.1. La forma más común de MR tiene 984 
aminoácidos, aunque existen diversas variantes. El 
mayor tamaño con respecto a otros receptores 
nucleares se debe a la región A/B (en el extremo N-
terminal) de 601 aminoácidos, donde se 
encuentran dos dominios de activación AF-1 (a y 
b). En ausencia de ligando, se encuentra 
normalmente en el citoplasma, unido a un complejo 
de chaperoninas. Cuando se une al ligando, se 
disocia del citado complejo, se dimeriza y es 
traslocado al núcleo 
gracias a varias 
secuencias de 
localización nuclear 
(NLS). 
 La función y 
la estabilidad del MR 
puede ser modificada 
por fosforilación, 
acetilación, 
sumoilación y 
ubiquitinación en 
ciertos sitios 
específicos (Fig. 18). 
 El MR se 
expresa en mayor 
medida en epitelios 
funcionalmente 
polarizados, como el 
de la nefrona distal, 
del colon y de las 
glándulas sudoríparas, 
donde la aldosterona 
regula el transporte 
transepitelial de Na+. 
También se expresa en el tejido adiposo, el 
miocardio y en neuronas del hipotálamo e 
hipocampo, donde participa en efectos diversos. 
 
Selectividad del efecto mineralocorticoide 
La afinidad in vitro de los MR por aldosterona y 
cortisol es aproximadamente equivalente. Dado que 
la concentración plasmática de cortisol libre es 
aproximadamente 300 veces mayor que la de 
aldosterona libre, se plantea el problema de cómo 
se evita que los glucocorticoides activen 
inapropiadamente el MR. 
 Existen tres niveles generales que 
fisiológicamente preservan una relativa pero 
importante selectividad para la aldosterona sobre el 
MR, y comprenden fenómenos previos a la unión al 
receptor, relacionados con la unión al receptor y 
Fig. 18 
Fig. 19 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
19
consecutivos a la unión al receptor. 
1. En células epiteliales que transportan Na+ 
(pero no en otros tejidos que poseen MR), 
parte de la selectividad se debe a la 
presencia de la enzima 11β hidroxi-
esteroide dehidrogenasa 2 (11β-HSD2) que 
no afecta a la aldosterona, pero transforma 
cortisol en cortisona (Fig. 19). La cortisona 
posee muy escasa afinidad por el MR. 
2. La unión del cortisol al MR es menos 
estable que la de la aldosterona. Además, la 
aldosterona producevarios cambios 
conformacionales en el MR que el cortisol 
es incapaz de producir. Dichos cambios 
promueven la unión al DNA y el 
reclutamiento de coactivadores y 
correpresores específicos del MR. 
3. Mientras que algunos factores 
coactivadores son comunes a diversos 
receptores nucleares, otros son 
relativamente específicos. Por ejemplo, 
ELL (Eleven-nineteen Lysine-rich 
Leukemia) coactiva el MR pero suprime 
fuertemente la coactivación del receptor 
glucocorticoide. Entre los correpresores 
específicos para MR pueden mencionarse 
DAXX (Death Associated Protein Six) y 
PIAS1 (Protein Inhibitor of Activated 
STAT-1). Los coactivadores, correpresores 
y otras moléculas asociadas que expresa 
cada tejido determinan en parte la 
consecuencia de la activación del MR. 
 
Otras hormonas que pueden ligarse al MR 
son la progesterona y los andrógenos. La 
progesterona funciona como un antagonista de la 
acción de la aldosterona y su efecto es importante 
durante el embarazo, durante el cual el sistema 
renina-angiotensina está activado, pero los niveles 
de progesterona son altos. Esto último limita la 
excesiva retención hidrosalina (ver 
ENDOCRINOLOGÍA DE LA GESTACIÓN Y 
ADAPTACIONES FISIOLÓGICAS DURANTE EL 
EMBARAZO). 
 En terapéutica se emplean diversos 
antagonistas que actúan sobre el MR. El más 
conocido es la espironolactona, que también tiene 
cierto efecto antagonista sobre otros receptores para 
esteroides. Actualmente, la espironolactona tiende 
a reemplazarse por eplerenona, que es más 
selectiva para el MR. 
 
Efectos genómicos de la aldosterona 
La principal función de la Los efectos identificados 
han sido bien estudiados en epitelios que participan 
en la conservación de Na+, como el epitelio del 
Fig. 20 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
20
túbulo colector cortical en el riñón y el epitelio del 
colon. En estos epitelios, el transporte de Na+ desde 
la luz tubular al intersticio se realiza en dos pasos 
(Fig. 20, A): 
 
1. Ingreso del Na+ en la membrana apical, 
mediado por el canal epitelial de Na+ 
(ENaC). 
2. Salida de Na+ desde el citoplasma al 
intersticio mediada por la Na,K-ATPasa. 
 
La aldosterona aumenta la expresión de las 
proteínas que forman ENaC y Na,K-ATPasa. 
Además aumentan la expresión de proteínas que 
facilitan o prolongan la acción de ENaC y Na,K-
ATPasa. Una de ellas es la kinasa de serina y 
treonina SGK1 (Serum and Glucocorticoid-
induced Kinase 1) que fosforila la ligasa de 
ubiquitina Nedd4-2 e impide la degradación de 
ENaC en proteasomas. La aldosterona también 
aumenta la expresión de la proteasa de ubiquitina 
Usp2-45 que causa la disociación de la ubiquitina 
ya ligada al ENaC. El factor inductor de canales 
(CHIF), inducible por aldosterona, aumenta la 
actividad de Na,K-ATPasa. Se conocen otras 
proteínas con efectos similares que son inducidas 
por activación del MR. Por otra parte, en estos 
epitelios la aldosterona también aumenta la 
expresión de otras proteínas (como endotelina 1) 
cuyo significado funcional en dicho tejido se 
desconoce. Finalmente, aunque la activación del 
MR reprime la transcripción de varios genes, se 
ignora aún la importancia de este efecto en el 
transporte epitelial. 
 En tejidos no epiteliales, se ha observado 
que la aldosterona modifica la expresión de 
diversos genes. En algunos casos, la activación del 
MR contrarresta efectos de la activación del 
receptor glucocorticoide. Por ejemplo, el cortisol 
promueve la apoptosis de neuronas del hipocampo 
y de linfocitos, mientras que la aldosterona tiene un 
efecto protector. Los glucorticoides aumentan la 
resorción de hueso, pero la aldosterona favorece la 
diferenciación de osteoblastos. Al contrario que las 
hormonas tiroideas, la aldosterona causa represión 
de proteínas desacoplantes de la fosforilación 
oxidativa (UCP1 y UCP3) en la grasa parda. 
 Por otra parte, en el aparato circulatorio los 
efectos genómicos de la aldosterona observados 
hasta ahora poseen mayormente importancia 
fisiopatológica. Por ejemplo, en el endotelio la 
aldosterona aumenta la expresión del gen de la 
enzima de conversión de angiotensina y reprime la 
del gen de la glucosa-6-fosfato dehidrogenasa. Esto 
último genera estrés oxidativo y reduce la 
producción de óxido nítrico, que requiere NADPH. 
También estimula la síntesis de colágeno en 
fibroblastos cardíacos y renales, lo cual puede 
favorecer la fibrosis de dichos órganos. La 
aldosterona también aumenta la expresión de otros 
genes que participan en la regulación de la matriz 
extracelular, la regulación del tono vascular y la 
inflamación. 
 
Efectos no genómicos de la aldosterona 
Los efectos no genómicos se caracterizan por no 
ser bloqueados por inhibidores farmacológicos de 
la transcripción de DNA a mRNA (actinomicina A) 
o de la transducción de mRNA a una cadena 
peptídica (cicloheximida). Además, muchos de 
ellos se inician en intervalos mucho más breves que 
los exigidos para la síntesis proteica. Si un efecto 
aparece en menos de 45 min, ello indica que es no 
genómico. Esto no significa, sin embargo, que 
todos los efectos lentos sean necesariamente 
genómicos. Existe abundante evidencia sobre 
efectos no genómicos de la aldosterona, aunque en 
algunos casos aún no sean claras sus implicaciones 
fisiológicas o fisiopatológicas.1 
 En epitelios que reabsorben Na+, además de 
poseer efectos genómicos, la aldosterona activa 
rápidamente canales iónicos, antiportes y ATPasas 
de la membrana apical y basolateral (Fig. 20, A). 
En los efectos no genómicos participan diversas 
vías de señalización intracelular, como aumento de 
la concentración intracelular de Ca2+, activación de 
adenilato ciclasa y diversas kinasas (por ejemplo, 
proteína kinasa C, fosfoinositósido 3 kinasa y Erk 
1/2). Es posible que ciertas vías no genómicas 
faciliten o potencien algunos efectos genómicos 
(Fig. 20, B). Aunque el tema no está resuelto, es 
posible que los efectos no genómicos sean 
mediados tanto por MR clásicos como por otros 
receptores aún no identificados (“no clásicos”). 
 Los efectos no genómicos sobre el aparato 
cardiovascular y el riñón son de considerable 
interés, pero los resultados son contradictorios. La 
inconsistencia puede deberse al contexto biológico. 
Por ejemplo, cuando la presión de oxígeno y la 
 
1 El primer efecto no genómico fue descrito en 
1958 por William F. Ganong y Patrick J. Mulrow. 
La inyección de aldosterona a perras adrenalec-
tomizadas redujo la excreción renal de Na+ y 
aumentó la excreción renal de K+ al cabo de 5 a 30 
min (Am J Physiol 195: 337-342). 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
21
ingesta de sodio son bajas, la aldosterona induce 
vasodilatación e inhibición de la agregación 
plaquetaria por activación de la sintasa de óxido 
nítrico 3 (NOS3 ó eNOS). En caso de alta presión 
de oxígeno y alto sodio dietario o inflamación, el 
efecto predominante es vasoconstrictor y 
activación plaquetaria por producción de radicales 
libres superóxido y peroxinitrito, al tiempo que se 
inhibe la NOS3. 
 La aldosterona puede causar contracción de 
las células del músculo liso vascular por efectos no 
genómicos mediados por proteína kinasa C, Ca2+, 
fosfolipasa C y fosfoinositósido 3 kinasa. En perros 
en los que se ha provocado isquemia cardíaca la 
aldosterona reduce adicionalmente la perfusión y 
afecta la función contráctil del miocardio. 
 Algunas vías no genómicas activadas por la 
aldosterona se superponen e interactúan con las 
activadas por angiotensina II (Fig. 21). Dado que 
la angiotensina II es el principal estímulo para la 
secreción de aldosterona, esta superposición reviste 
interés. La aldosterona tiene un efecto permisivo 
sobre la respuesta contráctil y proliferativa 
(hiperplasia e hipertrofia) del músculo liso a la 
angiotensina II. La aldosterona también contribuye, 
por vía genómica y no genómica, a aumentar la 
contracción y proliferación del músculo liso 
vascular causadapor activación de receptores para 
factor de crecimiento epidérmico (EGFR). 
 
ENFERMEDADES DE LA CORTEZA ADRENAL 
La corteza adrenal puede afectarse por diversas 
enfermedades donde hay exceso o déficit de 
producción de sus hormonas. Típicamente, algunas 
enfermedades afectan la secreción de cortisol y 
otras la de aldosterona, aunque en algunos casos 
ambas están afectadas. 
 
Secreción excesiva de glucocorticoides: Síndrome 
de Cushing 
Harvey Cushing (1869-1939) describió la 
enfermedad causada por un adenoma (tumor 
benigno) hipofisiario secretor de corticotropina. Tal 
tumor no es sensible a la retroalimentación 
negativa por cortisol. El exceso de ACTH causa 
hipersecreción de cortisol. A esta entidad se le 
llama enfermedad de Cushing. Posteriormente se 
identificaron otras causas que provocaban un 
cuadro clínico similar, excepto que no había 
adenoma hipofisiario ni agrandamiento de la silla 
turca. El síndrome de Cushing es el conjunto de 
signos y síntomas de exceso crónico de 
glucocorticoides causado por enfermedad de 
Cushing o por otras causas (Fig. 22). Entre ellas 
se incluyen tumores no hipofisiarios productores de 
corticotropina, tumores adrenales que secretan 
cortisol fuera del control por el eje HPA, y la 
administración de glucocorticoides con fines 
terapéuticos (iatrogénico). Esta última es hoy la 
causa más frecuente de síndrome de Cushing. 
 El diagnóstico de síndrome de Cushing no 
iatrogénico se basa en demostrar un exceso de 
secreción de cortisol, para lo cual puede medirse el 
cortisol libre excretado en orina de 24 h o la 
concentración de cortisol plasmático a las 8 
(cuando es máximo) y a las 24, cuando debe de ser 
mínima. Como la concentración de cortisol libre 
plasmático es proporcional a la de la saliva, puede 
alternativamente medirse el cortisol salival. 
 Una vez demostrado un exceso de cortisol, 
la causa se explora mediante la determinación de 
ACTH y pruebas funcionales con glucocorticoides 
sintéticos (dexametasona) que debieran suprimir la 
secreción de corticotropina (y por tanto de cortisol). 
Además, se indican estudios por imágenes que 
evalúan si existe un tumor en la hipófisis o en la 
propia glándula adrenal. 
 
 
Fig. 21 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
22
Exceso de aldosterona: Hiperaldosteronismo 
primario 
La producción de aldosterona puede aumentar en 
diversas condiciones que se acompañan de 
retención de sodio y agua, como la insuficiencia 
cardíaca congestiva. En este caso, la hipersecreción 
de aldosterona se debe a uno o más factores que 
activan el sistema renina-angiotensina, y se 
denomina hiperaldosteronismo secundario. 
 Cuando el exceso de aldosterona es el 
problema de base, la condición se denomina 
hiperaldosteronismo primario. Puede ser causado 
por un adenoma productor de aldosterona o a 
hiperplasia adrenal bilateral (hiperaldosteronismo 
idiopático). Existen otras causas menos frecuentes 
(hiperaldosteronismo primario familiar). 
El hiperaldosteronismo primario es una 
causa relativamente frecuente de hipertensión 
arterial secundaria, y por tanto curable. Además de 
hipertensión, los pacientes suelen presentar 
hipokalemia y una baseosis metabólica debido a 
que la aldosterona causa una pérdida excesiva de 
K+ y H+ por la orina. El diagnóstico se basa en estas 
características clínicas, las alteraciones 
morfológicas de las glándulas, y la demostración de 
una relación entre la concentración de aldosterona 
plasmática y la actividad de renina plasmática 
mayor de 25. Una relación elevada indica que la 
secreción de aldosterona no se debe a la 
angiotensina II. El diagnóstico se confirma si la 
administración de un mineralocorticoide sintético, 
como fludrocortisona, no es capaz de reducir 
significativamente la concentración de aldosterona 
plasmática. 
 
Insuficiencia adrenal: Enfermedad de Addison 
La enfermedad de Addison se debe a destrucción 
bilateral de las glándulas suprarrenales. La 
etiología más frecuente en el pasado era la 
tuberculosis. Actualmente, la causa más frecuente 
es un proceso autoinmune que puede afectar las 
adrenales en forma aislada o involucrar también 
otros órganos y tejidos. La mayor parte de sus 
manifestaciones se deben a un déficit combinado 
de glucorticoides y mineralocorticoides. 
 La enfermedad de Addison se establece 
habitualmente de manera gradual e insidiosa. El 
signo más constante es la hiperpigmentación de la 
piel, más marcada en los pliegues de la mano, que 
afecta también las mucosas y los lechos ungueales. 
Esto se debe al exceso de MSH que se segrega 
junto con la corticotropina. Cuando la causa es 
autoinmune, la mayor pigmentación puede 
acompañarse de zonas de vitiligo. El vello axilar y 
pubiano se adelgaza y se torna escaso. 
Los síntomas generales incluyen fatiga, 
astenia, malestar general y pérdida de peso. Los 
síntomas digestivos suelen ser prominentes: 
náuseas y vómitos, dolor abdominal, constipación o 
diarrea. En ambos sexos puede disminuir el deseo 
sexual y en la mujer en edad fértil es común la 
amenorrea. Hay tendencia a la depresión (trastorno 
del ánimo), aunque en ocasiones se desarrolla una 
psicosis (trastorno del curso y contenido del 
pensamiento). 
Generalmente hay hiponatremia porque la 
pérdida de sodio causa contracción del volumen del 
líquido extracelular que causa aumento de la 
secreción de vasopresina y retención de agua. Los 
pacientes refieren un intenso apetito por la sal. El 
potasio se eleva y hay una leve acidosis metabólica 
por déficit de aldosterona. Otros datos de 
laboratorio son anemia normocítica leve, aumento 
de uremia y creatininemia, linfocitosis, eosinofilia e 
hipercalcemia. 
Los pacientes con enfermedad de Addison 
son muy sensibles al estrés, que puede causarles 
una agudización severa de su enfermedad, llamada 
Fig. 22 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
23
crisis addisoniana y caracterizada por 
deshidratación, hipotensión arterial e insuficiencia 
circulatoria aguda (shock). 
El diagnóstico de enfermedad de Addison 
se basa en el cuadro clínico, las alteraciones de 
laboratorio, las imágenes que muestran destrucción 
de tejido suprarrenal. Además el cortisol 
plasmático es bajo y la ACTH es alta; la 
aldosterona también es baja y la actividad de renina 
plasmática está elevada. La confirmación del 
diagnóstico se realiza mediante la administración 
de un análogo de corticotropina, que normalmente 
debe causar una elevación importante del cortisol 
plasmático. Este aumento no se produce o es muy 
escaso en la enfermedad de Addison. 
Otra forma de insuficiencia suprarrenal es 
secundaria a tratamientos prolongados (semanas o 
más) con glucocorticoides, que causan supresión 
del eje HPA y atrofia de las glándulas adrenales. Si 
la administración de glucocorticoides se interrumpe 
de manera abrupta, puede incluso precipitarse una 
crisis adrenal. La semiología es similar a la de la 
enfermedad de Addison, excepto que no hay 
pigmentación de la piel (la secreción de MSH 
estaba suprimida) ni tampoco hiponatremia ni 
hiperkalemia, porque el efecto sobre la secreción de 
aldosterona es mínimo. 
 
Déficit de enzimas esteroidogénicas 
Los defectos genéticos en algunas enzimas 
responsables de la esteroidogénesis adrenal causan 
diversas enfermedades, colectivamente llamadas 
síndromes adrenogenitales o hiperplasia adrenal 
congénita. En ellos, la deficiencia en la síntesis de 
cortisol interrumpe el circuito de retroalimentación 
negativa del eje HPA, por lo que la corticotropina 
está muy elevada. Esto causa hiperplasia de las 
glándulas. 
En 90 % a 95 % de los casos, la enzima 
afectada es la 21β-hidroxilasa, necesaria para la 
síntesis de cortisol y aldosterona (Fig. 22). El gen 
de esta enzima se localiza en el brazo corto del 
cromosoma 6, en la región del complejo mayor de 
histocompatibilidad. Diferentes mutaciones 
producen fenotipos muy variables en severidad. 
 Como la producción de cortisol está 
bloqueada, bajo el estímulo de la corticotropina seproducen andrógenos en gran cantidad. Esto causa 
virilización de los fetos femeninos, con hipertrofia 
del clítoris y genitales externos ambiguos. En 
ambos sexos, puede haber pseudopubertad precoz. 
En 75 % de los casos la producción de aldosterona 
está suficientemente afectada como para causar 
hipovolemia e hipotensión arterial, que pueden ser 
severas. 
 Otros defectos son más raros. En la 
deficiencia de 3β-hidroxiesteroide dehidrogenasa 
(gen en 1p13.1) afecta todas las vías 
esteroidogénicas y produce un exceso de 
dehidroepiandrosterona, que puede virilizar fetos 
femeninos pero interfiere en el desarrollo genital de 
los varones (por ejemplo, causa hipospadias). El 
Fig. 23 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
24
fenotipo es muy variable. 
 La falta de 17α-hidroxilasa (CYP17; gen 
en 10q24.3) impide la síntesis de cortisol, pero 
también la de andrógenos. La falta de producción 
de andrógenos adrenales y gonadales produce 
feminización de los fetos masculinos. La secreción 
de aldosterona está aumentada, por lo cual hay 
manifestaciones de hiperaldosteronismo 
(hipertensión e hipokalemia). Si bien no se produce 
cortisol, tal déficit es en parte paliado por una 
mayor producción de corticosterona, que tiene 
actividad glucocorticoide. 
 Los defectos en la 11β-hidroxilasa 
(CYP11B1; gen en 8q21) impiden la formación de 
cortisol y aumentan la producción de 11-
deoxicortisol y 11-deoxicorticosterona. Esta última 
posee actividad mineralocorticoide, por lo cual 
además de virilización de fetos femeninos y 
pseudopubertad precoz en ambos sexos, la 
hipertensión arterial es un signo destacado. 
 Una forma muy particular de hiperplasia 
adrenal congénita se produce por defectos en la 
P450 oxidorreductasa (gen en 7q11.2), que sirve 
como donante de electrones para la 17α-hidroxilasa 
y 21β-hidroxilasa. El fenotipo es el de una 
deficiencia combinada de ambas enzimas. Causa 
ambigüedad sexual con bajas concentraciones de 
andrógenos en ambos sexos, y además (por causa 
aún desconocida) malformaciones craneofaciales. 
 La pérdida de función de la proteína StAR 
causa una hiperplasia notable debida a la ACTH, 
pero como el transporte de colesterol a la 
mitocondria es defectuoso, se acumula colesterol 
en la glándula (hiperplasia adrenal lipoide). 
 Finalmente, la deficiencia de colesterol 
desmolasa (CYP11A1) es letal in utero porque en 
este caso la adrenal fetal no puede producir los 
andrógenos precursores necesarios para la síntesis 
de estrógenos en la placenta (ver 
ENDOCRINOLOGÍA DE LA GESTACIÓN Y 
ADAPTACIONES FISIOLÓGICAS EN EL EMBARAZO). 
 
Médula adrenal 
 
La médula adrenal es considerada un efector 
primario de la respuesta sistémica del organismo al 
estrés de diferentes orígenes. Tiene un espesor de 
sólo 2 mm y está rodeada por la corteza. Las 
principales células de la médula adrenal son los 
feocromocitos (“feo” del griego phaios, gris) o 
células cromafines (Fig. 24, A) que derivan de la 
misma porción de la cresta neural que las neuronas 
postganglionares simpáticas y forman dos 
poblaciones diferentes: una secretora de adrenalina 
y otra secretora de noradrenalina. 
 Las células secretoras de adrenalina son 
más numerosas y se disponen en la región vecina a 
la corteza, mientras que las secretoras de 
noradrenalina ocupan el centro de la médula. En 
ambos casos, forman acúmulos de cerca de 100 
células cada uno. 
Las células cromafines están vinculadas 
entre sí por nexos (uniones comunicantes). Los 
nexos permiten el paso de diversas sustancias 
químicas y de corriente eléctrica entre una y otra 
célula. En el ser humano, los nexos están formados 
por conexinas 43 y 50. 
 
VESÍCULAS CROMAFINES 
Además de otras características 
morfológicas, las células poseen 
gránulos o vesículas cromafines 
donde se almacenan las 
catecolaminas y péptidos con 
actividad biológica (Fig. 24, B). 
Son muy abundantes, y se estima 
que ocupan más del 10 % del 
volumen de la célula cromafín. 
Estas vesículas poseen un 
centro denso a los electrones. Las 
que acumulan noradrenalina se 
distinguen de las que acumulan 
adrenalina por varias 
características. Cuando se las fija 
para microscopía electrónica 
Fig. 24 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
25
(glutaraldehído-osmio) las vesículas 
noradrenérgicas son de mayor tamaño medio (400 
nm), más densas y de forma elipsoide u oval. Las 
vesículas adrenérgicas son esféricas, de 200 nm de 
diámetro medio, menos densas en su centro, el cual 
está rodeado de un halo claro limitado por la 
membrana de la vesícula. Cada célula cromafín 
posee un solo tipo de vesícula, lo que permite 
determinar que, en el hombre, aproximadamente 80 
% de las células cromafines secretan adrenalina. 
 La vesícula cromafín es una organela 
formada en el complejo de Golgi, que además de 
catecolaminas contiene varias proteínas llamadas 
colectivamente cromograninas, nucleótidos de 
adenina, activador del plasminógeno, proteínas que 
participan en la exocitosis de las vesículas como 
sintaxina 1 y sinaptotagmina I, la enzima dopamina 
β-hidroxilasa y diversos péptidos con actividad 
biológica (Fig. 25). Las vesículas tienen una 
elevada concentración de Ca2+, en parte porque las 
cromograninas poseen decenas de sitios de fijación 
de Ca2+ en cada molécula. En su membrana posee 
transportadores necesarios para transferir 
dopamina y adrenalina del citosol a la vesícula y de 
noradrenalina de la vesícula al citosol y proteínas 
necesarias para la exocitosis (ver más abajo). 
 
SÍNTESIS DE CATECOLAMINAS 
Las catecolaminas se sintetizan a partir del 
aminoácido tirosina (Fig. 26). La tirosina 
hidroxilasa y la L-aminoácido aromático 
decarboxilasa se encuentran en el citosol, mientras 
que la dopamina β-hidroxilasa se localiza en las 
vesículas. La feniletanolamina N-metiltransferasa 
(PNMT) es una enzima citosólica que se expresa 
sólo en las células que sintetizan adrenalina. 
La concentración de dopamina en el citosol 
es de 0.5 a 2 μmol/L. La dopamina es transportada 
hacia el interior de la vesícula cromafin por un 
transportador vesicular de monoaminas (VMAT). 
Hay dos VMAT, llamados 1 y 2. El VMAT1 es 
propio de las neuronas, y el VMAT2 de tejido no 
nervioso. Ambos pueden transportar dopamina, 
adrenalina, noradrenalina y serotonina. El VMAT2 
transporta también histamina. 
Los VMAT transportan monoaminas en 
intercambio con dos protones. Para su 
funcionamiento, debe existir un gradiente 
electroquímico favorable a la salida de protones. 
Para ello existe una H+-ATPasa tipo Vo en la 
membrana vesicular, cuya acción torna al interior 
de la vesícula 1.7 unidades de pH más ácido y 40 
mV más positivo que el citosol (Fig. 27). 
En el interior de la vesícula, la dopamina es 
transformada en noradrenalina por la dopamina b-
hidroxilasa, que emplea como cofactor ácido 
ascórbico. El ácido ascórbico se transforma en 
dehidroascorbato, que debe ser reducido a ácido 
ascórbico por medio del transporte de electrones 
mediado por un citocromo llamado b561. 
La concentración de catecolaminas en las 
vesículas alcanza valores miles de veces mayores 
Fig. 25 
Fig. 26 
Glándula suprarrenal 
 Dr. Fernando D. Saraví 
26
que en el citosol (0.5 a 1 mol/L), en parte porque 
una fracción importante se une reversiblemente a 
las cromograninas. 
Para que la noradrenalina producida en la 
vesícula sea transformada en adrenalina por la 
PNMT, debe transferirse al citosol. Una vez 
producida, la adrenalina se incorpora a las vesículas 
mediante VMAT. 
La PNMT no se expresa constitutivamente 
en las células cromafines. Su expresión es 
estimulada por el cortisol en concentraciones 
mucho más altas que las que existen en plasma, 
pero que se alcanzan localmente en la médula 
adrenal. Así, principalmente por un efecto 
paracrino, el cortisol permite la síntesis y secreción 
preferencial de adrenalina. 
 El efecto del cortisol requiere la presencia 
de varios activadores transcripcionales (Egr1, SP1, 
AP-2 y MAZ) del gen de la PNMT

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