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Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 1 Nuevas formas de organización de la producción. El modelo del agronegocio y sus repercusiones en el agro salteño 1 Miriam Adriana Barbera Introducción En Argentina, como en otros países latinoamericanos subdesarrollados, se aplicó un patrón económico de apertura comercial y valorización financiera, que se impuso a través de políticas coercitivas y de represión durante la última dictadura militar (1976-1983). En la década de 1990, durante la presidencia de Carlos S. Menem, operó una profundización económica- política neoliberal, con una reestructuración del Estado que favoreció a los sectores económicos dominantes fomentando una gran concentración del capital en detrimento de otras fracciones de la economía (Basualdo y Teubal, 1998:1). El plan económico de “convertibilidad” asentado, básicamente, en un tipo de cambio fijo impulsa un conjunto de medidas que consolidan el patrón de acumulación de las cúpulas: liberalización y desregulación de los mercados, privatización de organismos estatales de regulación, cambios en las políticas impositivas, precarización del empleo, créditos con tasas elevadas, etc. El modelo de desarrollo agropecuario emergente es el del agronegocio, centrado en el crecimiento de la escala de producción, el uso intensivo de capital y formas de organización tendientes cambiar la organización social del trabajo hacia adentro de las explotaciones y hacia afuera del espacio agropecuario (Teubal y Rodríguez, 2002; Hernández 2009). Dólar barato, eliminación de impuestos para la exportación de granos y la importación de insumos, confluyen en un aumento de la productividad del trabajo y de la producción de granos para exportación, que se incrementa notablemente con respecto a décadas anteriores2 apoyada en la incorporación de áreas agrícolas3. El desarrollo e innovación tecnológica, con semillas genéticamente modificadas, el uso generalizado de agroquímicos, la difusión de siembra directa, y equipos de máquinas de grandes dimensiones incentivaron el paso de una producción agrícola extensiva a una relativamente intensiva en capital por unidad de producto. Esta situación habilitó la expansión de la agricultura, principalmente del cultivo de soja, hacia regiones del Noroeste argentino (NOA) antes no imaginadas debido al escaso registro de precipitación anual que presentan (Slutzky, 2011). En esos “nuevos” sitios, mientras las grandes emprendimientos capitalistas obtenían una significativa rentabilidad, la producción pequeña y mediana sufría una intensa crisis originada, en parte, por el incremento de sus costos de producción debido a la incorporación de un paquete tecnológico indiferenciado4 (Teubal y Rodríguez, 2002; Sultzky, 2010). Para completar un panorama general de la concatenación de sucesos debe comentarse que en la Pampa húmeda, durante los primeros momentos de la expansión agrícola, se emplearon superficies que con anterioridad habían sido destinadas a la ganadería, provocando la disminución de las 1 Documento de cátedra, 2016. 2Tan sólo entre 1993 y 2001 el volumen de producción de granos en Argentina registra un incremento de 64% (Azcuy Ameghino, 2004). La producción de soja pasó de 6.5 millones de toneladas en 1988, a 54.8 milones en el ciclo agrícola 2009-2010 (Slutzky, 2011). 3 El área sembrada en el país pasó de 30,8 millones de hectáreas en 1988 a 38,1 millones en 2002. El aumento se debe casi en su totalidad al incremento del área sojera; la oleaginosa paso de ocupar 4,7 millones de has. en 1988, a 11.7 en 2002. En 2009-2010 se sembraron alrededor de 19 millones de hectáreas (Fernández, 2011) 4 La posibilidad de reducir los costos por debajo de los costos medios, sólo está al alcance de grandes productores capitalistas, a través de economías de escala (Azcuy Ameghino, 2004). existencias animales, la intensificación de la producción ganadera y el desplazamiento de la actividad hacia regiones extra pampeanas (Azcuy Ameghino 2004). El Agronegocio. Algunas definiciones La situación a partir de la década de 1990 en Argentina se caracteriza, entre otras cuestiones, por el desmantelamiento de las organizaciones públicas de regulación del funcionamiento del sector agropecuario, lo que derivó en una nueva organización de la producción, surgiendo una economía de contrato. Comienzan a desdibujarse las diferencias entre el proceso de producción de bienes primarios y todos aquellos servicios que integran la cadena y agregan valor. La agroindustria de transformación aparece como el eslabón estratégico de la cadena entre la actividad primaria y el consumo, interviniendo la gran distribución cada vez en mayor medida en la orientación de los modelos de producción agrícola. La expansión del nuevo patrón productivo, al tiempo que, prioriza las necesidades del consumidor global respecto del local altera la división social del trabajo dentro del sector agropecuario y entre distintos sectores. Desde la faz productiva un agronegocio tipo, puede pensarse como una red que integra producción primaria, la elaboración industrial de alimentos sobre la base de ese producto, el turismo rural en la zona de producción, la prestación de servicios de management a otras empresas menos desarrolladas, la formación de capacidades empresariales a través de maestrías, etc. Tal reorganización intra e intersectorial redistribuye roles entre los distintos actores económicos, “[…] redefine perfiles profesionales, reinaugura ramas productivas, revoluciona la institucionalidad que ordenaba el espacio rural y llega incluso a re jerarquizar los factores de la producción subordinando algunos –que en el modelo de agricultura familiar eran prioritarios-, como es el caso del “factor propiedad de la tierra” y revalorizando otros que no eran reconocidos suficientemente, como el conocimiento […] decimos que el paradigma de los agronegocios es un caballo de Troya, a través del cual se hace referencia a un modelo de organización societal que supone mucho más que una mera opción de negocios. Es posible pensarlo como un marco ideológico que construye sentido y legitima (social y políticamente) el nuevo modo de relacionamiento productivo argentino, cuyo horizonte se ha globalizado definitivamente.” (Hernández, 2009:42-43) Teubal y Rodriguez afirman que los profundos cambios que se han dado en cada complejo agroindustrial5 han mutilado la capacidad de decisión del productor agropecuario tradicional sobre su producción, los insumos utilizados, incluso las técnicas productivas desarrolladas. A ello se le suma una merma en el poder de negociación de los precios de venta, que tienen los productores frente al acopiador o a la industria. Todo esto se agregó a la imprevisión que generan los precios internacionales agrícolas, afectando al productor agropecuario sobre todo a partir de la desregulación y la apertura externa. Para Guerra (2002:17-18), “el agronegocio es un complejo agroempresarial que involucra: provisión de insumos, producción, procesamiento y distribución de productos 5 El Complejo agroindustrial comprende el ciclo de etapas y características del sistema, pero, referidos a un producto o conjunto de productos determinados"(Teubal y Rodriguez, 2002). Ejemplos: � Complejo cárnico: abarca desde la cría y el engorde hasta la actividad frigorífica y la venta en comercios o su exportación � Complejo tabacalero: implica la producción, procesamiento y distribución del tabaco, sus subproductos y cigarrillos. Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria3 agropecuarios, agroindustriales y alimenticios como una cadena integrada con interacción entre los agentes económicos intervinientes”. El autor completa su definición mencionando que, además, puede presentarse integración vertical u horizontal de procesos y actividades. La integración horizontal (IH) persigue la conformación del tamaño más adecuado, de manera que la producción se realice de la forma más apropiada y tecnificada posible, para aprovechar las economías de escala6 y adquirir competitividad; busca también hacer frente al mercado que requiere homogeneidad y cantidad en los productos entregados. La integración vertical (IV) es la completa centralización de las decisiones de coordinación, por medio de la propiedad única de empresas, en las diferentes fases de producción, transformación y distribución. Incluye arreglos contractuales que contienen la aceptación de obligaciones mutuas por parte de negocios interdependientes. La IV conduce a la conformación de empresas que integran, dirigen y controlan, bajo una misma administración, todo el proceso de producción transformación y distribución de alimentos; constituye la verdadera centralización empresarial basada en el control de los medios de producción. De conformidad con la Organización Mundial del Comercio (OMC), los agronegocios, deben ser competitivos y deben seguir sus regulaciones desde el productor hasta la mesa del consumidor. El Ing. Agr. H. Ordóñez docente de la UBA fue un importante protagonista en la incorporación de la teoría del agronegocio en la Argentina. Bajo la denominación NENA (nueva economía y negocios agroalimentarios) elaboró una propuesta conceptual para 6 Existen economías de escala (rendimientos crecientes de escala o costos decrecientes a escala) cuando el costo de producción unitario decrece al aumentar del número de unidades producidas. Los rendimientos a escala creciente permiten disminuir el costo medio de producción al aumentar la escala de producción, mejorando de este modo, la rentabilidad de la unidad productiva. Para los economistas clásicos, esto es posible en el largo plazo cuando, 1) aumenta el número de trabajadores y el tamaño de la estructura productiva (en el agro se incluiría el recurso tierra en este rubro) ya que la eficiencia aumenta con la especialización y división del trabajo; 2) debido al factor de cambio tecnológico. Para los clásicos, las economías a escala no son procesos que sucedan fácilmente en la producción del agro. Ricardo, específicamente, señala que la productividad marginal de un factor o grupos de factores (trabajo y capital) más allá de cierto límite es decreciente, manteniendo constante la cantidad de tierra (en el corto plazo, cuando no cambian los factores fijos, constantes o estructurales). Sin embargo, esta propiedad general, que surge de concebir a priori la imposibilidad de aumentar indefinidamente la producción sin modificar las cantidades empleadas de los otros factores de la producción, no necesariamente ocurre dada la situación tecnológica actual del agro, que aumenta la productividad del trabajo con la intensificación del capital. Por el contrario, cuando se habla de economías de escala, se trata de desarrollar el análisis de una situación en que se aumenta el capital utilizado (lo cual probablemente implique un cambio en la función de producción, cambio en el nivel tecnológico) que por sus características técnicas o de producción requieren que se lo utilice sobre gran superficie de tierra, si se quiere obtener el menor costo por unidad producida, o una mayor rentabilidad total. Estas consideraciones sobre la incorporación de capital no solo involucran a los bienes de capital (tractores, cosechadoras, etc.) sino también a los insumos demandados para la producción agropecuaria (combustible, semillas, fertilizantes, herbicidas, etc.). En este último caso la escala se relaciona a reducciones de precios que ofrecen los proveedores cuando se demandan las grandes cantidades de determinados insumos. O sea, que en muchos casos esas economías a escala, pueden no deberse, fundamentalmente, a factores inherentes a una producción en escala propiamente dicha sino a economías que provienen de la comercialización de un caudal en escala de esos productos, llamadas específicamente economías externas. (Basualdo y Teubal, 1998) los negocios agropecuarios7. Ordóñez (2000) se refiere al agronegocio diciendo que la unidad de análisis es la transacción, el campo de análisis el sistema agroalimentario: cadenas de abastecimiento, redes o distritos. Según Hernández (2009:44) el agronegocio “propone al productor otro tipo de territorialidad”, hay un cambio radical, una nueva geografía que ya no tiene como eje a la explotación agropecuaria. Según la nueva perspectiva, la innovación juega un papel fundamental y supone un cambio de mentalidad en los productores. “Se innova si y sólo si se incorpora a las prácticas la visión de agronegocio” (Hernández, 2009:45). Hacia adentro de la explotación el productor deberá adquirir una nueva cultura que le permita la “managerialización” de recursos humanos, materiales y naturales; y hacia afuera la innovación se relaciona por la integración económica que supere los ´limites del subsector económico, y si es posible del sector. Ejemplos representativos de este paradigma son la semillera Don Mario y Los Grobo S.A. Según lo expuesto, quien quiera incorporarse al agribusines, deberá alejarse del concepto de la “explotación” y aceptar la volatilidad del capital, de manera de lograr proyectarse hacia el mercado global, con modalidad vertical (cadena por producto), horizontal (filial, cluster), o reticular (red de producción). A la vez, el empresario innovador ya no se identifica con “el productor”, y esto está dado por una subordinación de la variable “propiedad de la tierra” en este nuevo modelo. Grobocopatel, en un artículo de Página 128 dice “La propiedad no se está concentrando, lo que se está concentrando es el gerenciamiento”. Gracias a este sistema de arrendamientos […]”. El empresario contemporáneo se mueve en un mundo virtual de contratos según las oportunidades y necesidades, flexible y cambiante. Según Hernández (2007), fue la soja con su “paquete cerrado” (junto a sus “filiales agroalimentarias”: las aceiteras y las harineras), la que indujo a la producción argentina a grandes transformaciones en el espacio agropecuario. Entre las mutaciones más importantes se mencionan: • Expansión de la frontera agrícola, sustituyendo y desplazando la producción ganadera y de cultivos regionales, en muchos casos sobre ambientes nativos muy frágiles. • La tercerización de los servicios con la irrupción omnipresente de la figura del contratista • Importante concentración en la producción, no acompañada por una concentración similar en la propiedad de la tierra • Fuerte presencia del capital financiero en el agro a través de los pool y fondos de inversión • Transnacionalización en el mercado de los insumos (semillas, biocidas, etc.) • Re significación del mapa institucional. Cambios en los roles de las instituciones tradicionales del agro, originalmente representantes de intereses políticos y gremiales del sector (SRA, FAA, CONINAGRO, CARBAP, CRA). • Aparición de nuevas instituciones técnico productivas que se suman a las transformaciones de otra existentes que, por una parte, integran toda la cadena 7 Además fue pionero en la creación de la Carrera de Postgrado de Agronegocios de la UBA. 8 Domingo, 25 de abril de 2004, Suplemento Cash. Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 5 vertical de la producción para consensuar estrategias,expandir el consumo de estas mercancías, así como impulsar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías (AAPRESID, ASAGIR, la Asociación del Maíz Argentino (MAIZAR), la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) y la Asociación Argentina de Trigo (ARGENTRIGO). Por otra parte, otro tipo de asociación nuclea a capitalistas dedicados a la producción primaria que, inicialmente, se proponen como objetivo el intercambio de experiencias en torno a la utilización de nuevas tecnologías y formas de producción (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, AACREA, fundada en 1960 reuniendo a los grupos CREA, que realizaban básicamente ensayos tecnológicos). También ASAGIR inició con similares objetivos. Quizás la más representativa dentro de este grupo sea AAPRESID (Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa) nacida como promotora del intercambio de experiencias en torno a la producción con siembra directa, así como la potenciación de la rentabilidad de las empresas agropecuarias, más recientemente, se agrega a sus actividades la creación de empresas de investigación y desarrollo con capitales de sus miembros,. Cabe destacar, por otra parte, que en este proceso han incorporado a la asociación, en calidad de alianzas, a los restantes capitales de la agroindustria, de forma similar a las asociaciones de cadena (Pérez Trento, 2013). Las transformaciones acontecidas en la organización social y productiva del agro dieron lugar a un nuevo perfil: el de los actores que las llevan adelante, aquellos que se identifican con estas nuevas modalidades empresariales. A continuación mencionaremos algunas de las características sobresalientes investigadas y descriptas por Hernández (2007) para estos nuevos actores: � Se auto describen como empresarios, separándose claramente de la categoría de agricultores o productores agropecuarios, como se autodenominaban sus antepasados � La relación con la tierra es en el discurso distante, es considerado un factor de producción secundario, subordinado al conocimiento. Se preocupan por remarcar tal diferencia con “los agricultores”, se autodenominan siempre que tienen oportunidad como “los sin tierra”9. � La tercer evidencia distintiva en su perfil es la pertenencia a la “sociedad del conocimiento”10, un “escenario futurista gobernado por la ciencia y la técnica”, en el cual se visualizan como líderes, “conscientes de la responsabilidad social que […] tienen a fin de conducir a sus conciudadanos hacia […] el nuevo paradigma” (Hernández, 2007:332-333). Desde la visión de este “nuevo empresariado agropecuario” no se basa únicamente en el saber agronómico, según Gropocopatel11 ”cualquier persona que tenga una buena 9 Ver entrevista a Gustavo Grobocopatel, Página 12 25/04/2004. 10 Para autores como Bisang, Anlló y Campi (2008), la disponibilidad de conocimientos tecnológicos debe ser considerado como un factor productivo más. 11 Diario Página 12 op. cit. idea y un buen management12 puede sembrar”. Este saber de la organización o gerenciamiento, puede aplicarse a distintos ámbitos, no solo al agropecuario. De hecho los miembros de AAPRESID desarrollan sus actividades en diferentes sectores, productivos y comerciales. Estos empresarios reivindican esta modalidad como una estrategia que se dan para lograr la integración. En la entrevista periodística a Grobocopatel, haciendo referencia a su holding13 menciona que otra de las actividades de su “empresa red” es la red de coordinación de los proveedores de servicios “Es una integración vertical que está hecha en forma horizontal, donde producimos y vendemos insumos a productores que son clientes nuestros, comercializamos a través de una acopiadora y una corredora, eso va a un molino harinero propio y hacemos algo de exportación y eso finalmente va a la distribución, a los consumidores”. Esta lógica de red de redes es la lógica de administración o management de este tipo de empresa. La red está basada en su propio código de comunicación relacionado al conocimiento, el código tiene tres dimensiones básicas: información digital, genética y relacional. (Hernández, 2007). La redefinición interna de la empresa agropecuaria tuvo su contraparte en la división social del trabajo hacia afuera de ella. Es así que, apelando a una forma didáctica de exposición14, haremos una somera mención a la heterogeneidad social y productiva generada al interior de este nuevo paradigma productivo y brevemente señalaremos algunos actores participantes en el “paradigma”, unos que participan del proceso de producción desde el modelo anterior y otros más recientes (Hernández, 2007, Bertolasi y Pena de Ladaga, 2008). Los actores participantes en el agronegocio En la Tabla 1 observamos un esquema de los actores, participantes activos, del agronegocio. A continuación realizaremos una caracterización de los mismos. 1) Actores del escenario productivo-financiero i. El contratista o prestador de servicios El sistema incentivó el desarrollo de empresas prestadoras de servicios, ante la demanda de los pooles gerenciadores con muchos miles de hectáreas. Es el más frágil 12 Management es un término anglosajón, que comúnmente en español entendemos como gerencia, dirección, administración o gestión empresarial. 13 Holding es una palabra inglesa utilizada para referirse a la compañía que controla las actividades de otras empresas mediante la adquisición de todas o de una parte importante de sus acciones. 14 Gras (2012), plantea una serie de interrogantes y debates sobre el tipo de actores que ha asumido el perfil del “nuevo paradigma” y la medida en que su lógica ha sido asumida no sólo por aquellas empresas que manejan grandes escalas y volúmenes de producción, sino por un espectro más amplio. En definitiva, la autora realiza un cuestionamiento sobre la existencia o no de este nuevo actor empresarial y, en tal caso, la relación con antiguos actores y la heterogeneidad interna del empresariado. “El énfasis en conceptualizar la transformación como un “cambio paradigmático” cuya consecuencia sería el desplazamiento de la figura del “productor” a favor de la creciente presencia y dominio de la agricultura en red requiere entonces dar cuenta de dos movimientos: en primer lugar, las transformaciones en los rasgos de los empresarios vis a vis a su constitución preexistente, y en relación con ello el modo en que pueden combinarse elementos nuevos y viejos en sus actuales perfiles socioproductivos. En segundo lugar, la recomposición vinculada a los individuos que integran el empresariado; vale decir, si son ingresantes recientes, si han permanecido y en tal caso cómo, o bien, si antiguos ocupantes de la posición han sido desplazados.” (Gras,2012:8) Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 7 de la red. En general son ex productores que arriendan su campo y abren un negocio o compran maquinaria para dar servicios en la zona. Sin embargo existen en este grupo prestadores con gran inversión en maquinarias en base a la participación del capital financiero. Han protagonizado durante varias décadas distintos acuerdos con propietarios de tierra principalmente para la siembra de cereales y oleaginosas. La elevada capacidad de trabajo de las actuales equipos y su alto costo incrementó la participación de este actor, respecto a períodos anteriores. La tercerización de tareas ha contribuido a los altos niveles de productividad. La integración de contratistas entre sí o con otros actores ha dado lugar a formas asociativas algo más complejas. Tabla 1. Modelo del agronegocio. Nuevos actores 1) Actores delescenario productivo- financiero surgen del sector de la producción o tienen lazos importantes con ella) i. Contratistas rurales ii. Emprendimientos locales o regionales a. Pooles de siembra b. Sociedades de explotación (de origen familiar o productores asociados) c. Grandes productores y distribuidores de insumos iii. Arrendatarios iv. Empresario innovador v. Administrador vi. Productor contratista 2) Actores del escenario financiero (sin más compromiso con el aspecto productivo que la muy buena rentabilidad ocasional que éste les pueda aportar) i. Fondos comunes cerrados de inversión ii. Fideicomisos agropecuarios iii. Fideicomisos financieros ii. Emprendimientos locales o regionales a) Pool de siembra El “pool de siembra” constituye un nuevo concepto entre los negocios agropecuarios y se convirtió en una figura que está en pleno auge y crecimiento (Cristiano, 2012). La superficie trabajada bajo esta modalidad que era de aproximadamente 400.000 hectáreas en 199715, en 2003 superaba los 2 millones de hectáreas16. Los pool de siembra son una forma de organización empresarial, de la cual participan varios socios, intentan maximizar el beneficio del negocio agropecuario a partir del aumento de la escala de producción y la disminución de aquellos riesgos intrínsecos del sector (precios, fenómenos climáticos, etc.). La conformación de los mismos supone, por lo menos, la participación de tres actores principales: los productores agropecuarios que según el tamaño del pool actúan sólo como rentistas, una consultora o agrónomo 15 IICA, (1997) 16 AACREA (2005) local, en los pools más chicos o “grupos de siembra”, una administradora y/o consultora en los de mayor envergadura y los inversionistas o financistas Inicialmente su desarrollo se concentró en la región pampeana ampliándose posteriormente a otras regiones y diversificando los cultivos. La experiencia argentina se ha concentrado casi exclusivamente en la agricultura, existiendo muy poca experiencia en pool vinculados a otras actividades (por ejemplo, ganadería). Su estrategia principal consiste en aprovechar economías de escala con siembra de grandes extensiones a través del alquiler de campos, buscando financiamiento a través de inversores de diversos sectores, de la región, del país o externos, y diseñar un plan anual de actividades aplicando una tecnología de avanzada. El resultado económico ofrece perspectivas de mayor rentabilidad, seguridad y estabilidad. Se pueden encontrar “pools” con contrato legal y /o “pools” de hecho. Por una parte, el pool de siembra intenta replicar el modelo de comportamiento de los grandes productores con respecto a la diversificación del riesgo del clima mediante la utilización de establecimientos en las distintas zonas del país (Basualdo, E., 1996) y por otra parte, el riego de mercados (precios) a través de la asociación. El “pool” es una figura creada por necesidad de financiamiento del productor; sin embargo, comúnmente está formado por inversores no propietarios del factor tierra que arriendan campos para que un tercero los administre. Mediante el “pool” se integran contratistas rurales, empresas de agroquímicos, productores e inversores que no provienen del agro. Todos estos socios llevan a cabo un determinado emprendimiento. Para la constitución del pool se aconseja la figura legal del fideicomiso de administración financiero o no financiero, por sus ventajas impositivas, de costos y alta seguridad jurídica. Otra forma que tienen los ahorristas interesados en la actividad agropecuaria de constituir un pool de siembra es a través de los fondos agrícolas17. Así, los FCI constituyen un elemento importante de financiamiento para los productores agropecuarios que conforman el pool, generalmente pertenecientes al segmento de las PYMES. La diferencia entre ambas modalidades de financiamiento (fideicomiso y fondo de inversión) es de carácter legal e impositivo (Bertolasi y Pena de Ladaga, 2008; Cristiano, 2012). Algunas críticas que se efectúan a los pools de siembra se refieren a que explotan el suelo una o dos campañas, migrando luego a otros campos, sin tomar recaudos para la preservación del recurso. “En el agro pampeano, fueron los pool de siembra quienes entendieron que para utilizar satisfactoriamente las nuevas tecnologías debían operar a escala, motivo por el cual, en cierto modo, motorizaron el proceso de concentración de tierras. En este punto, sería importante evaluar qué relación existe entre esta modalidad de gestión y el incesante deterioro de los suelos en la región pampeana a partir de la década de los ochenta” (Mussari, S. 2002). Las actividades productivas de esta forma de organización se están diversificando cada vez más. Los cultivos desarrollados son generalmente girasol, soja, maíz, trigo, sorgo granífero, algodón, poroto, maní y forrajes. 17 Más adelante, en este mismo documento, se reseñarán estas figuras financieras legales. Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 9 En el contexto argentino existe una diversidad de formas que son identificadas bajo la denominación de pools de siembra. A continuación, se sintetizan tres tipos principales presentes en la Argentina: el pool informal o “vaquita”, el pool de siembra propiamente dicho y las grandes empresas que utilizan modos de acción asociados a la noción de pool18. La distinción se realiza a partir de tres variables: la duración del emprendimiento, la forma jurídica dominante y el actor responsable de la gestión (Grosso et al., 2010). Fuente: Grosso et al. (2010:130) b) Sociedades de explotación (de origen familiar o productores asociados) La sociedad de explotación trabaja tierras que toma generalmente en arrendamiento, aparcería y/o contratos accidentales. Las combinaciones son múltiples ya que puede poseer también campo propio, o arrendar campos a sus socios. De esta forma, la sociedad de explotación no posee activos fijos o los mismos representan sólo una parte del total de la explotación. Algunos de estos grupos son casos emblemáticos, que crecieron considerablemente en la región pampeana y se ampliaron su accionar en otras provincias argentinas y países limítrofes, como en los casos, ya mencionados, de El Tejar S.A. y Los Grobo Agropecuaria S.A. La empresa que gerencia la actividad asociativa es quien posee le personería jurídica. Las formas más comunes que toma la gerenciadora son, generalmente, la sociedad anónima y la sociedad de responsabilidad limitada (Bertolasi y Pena de Ladaga, 2008) 18 Cuando se habla de pool de siembra, muchos piensan en Gustavo Grobocopatel, conocido también como “el rey de la soja”, pero, no es el productor más grande de soja del país ni el gestor de un pool. Es uno de los empresarios que mejor utilizó los medios de comunicación para atraer inversores hacia su empresa a través de la implementación de fideicomisos financieros. Los Grobo Agropecuaria S.A. reúne con la producción agrícola la provisión de insumos, la comercialización de granos (posee instalaciones de lmacenamiento) y la industrialización de materias primas. La empresa emplea a 450 personas, mantiene una red de 1.800 pequeñas y medianas empresas proveedoras de servicios (transportes, siembra, pulverización, cosecha, embolsado, agronomías, laboratorios, etc.), produce 1,5 millones de toneladas en la Argentina y tiene una facturación anual de 380 millones de dólares americanos (http://www.losgrobo.com.ar ). El Tejar S.A utilizó estrategias similares, se autodefine como un “gestión de contratos”; contrata serviciosde laboreo y cosecha, utiliza su capital y apalancamientos con capitales del mercado como fideicomisos financieros (Grosso et al., 2010). c) Grandes productores y distribuidores de insumos Empresas nacionales y multinacionales (Nidera, Monsanto, Ciagro, Isihara, etc.) han tenido (y tienen) participación en la producción agrícola, en algunos casos en forma directa, y en gran medida, a través de convenios de producción. Este tipo de acuerdos, que cobró auge en las últimas décadas, es una forma de financiamiento dónde se realiza el aporte de insumos y asesoramiento tecnológico, en la mayoría de los casos, a cambio de un porcentaje en la cosecha. El accionar de estas grandes empresas ha sido tanto a través de contratos privados, como utilizando mecanismos previstos por la legislación. Un aspecto diferente a este accionar de las empresas, son los casos en que se realiza aprovisionamiento de insumos sin asociarse a la producción, sino a través del canje por producto a cosecha. Esta es una forma de financiamiento muy difundida en la última década, que a su vez suma ventajas impositivas para el empresario del agro (Bertolasi y Pena de Ladaga, 2008). iii. Arrendatario Los autodenominados “sin tierra” arriendan los campos de productores propietarios impedidos de continuar el movimiento de la innovación tecnológica, de tal manera que, de productores chacareros se convierten en arrendatarios (Hernández, 2007). iv. Empresario innovador Siendo la movilidad un principio del nuevo sistema, este empresario se interesa en que su realidad local entre en la dinámica de la “sociedad del conocimiento”. Los capitales fluyen por las redes que el empresario construye. Está permanentemente fundando nuevos negocios para lo cual su principal herramienta es su propia capacidad de innovar. El capital social y cognitivo debe renovarse en forma permanente, actualizando conocimiento, adaptándose a las nuevas demandas de los consumidores, nuevas tecnologías, etc. No tiene como aspiración social su relación con la clase terrateniente, no le interesa hundir su capital en la tierra inmovilizándolo, pues es la movilidad una característica fundamental de este nuevo sistema (Hernández, 2007). v. Administrador Es una figura muy cercana a la descripta con anterioridad. No es el propietario de las tierras el que gerencia, sino un asalariado de alto nivel que presta sus servicios a una empresa agrícola, un pool de siembra, o a las sociedades anónimas nacionales e internacionales. Los últimos dos actores sociales presentados generalmente son ingenieros agrónomos tienen un posgrado en management agropecuario, mayormente pertenecen a familias con alguna relación productiva con el agro, es posible que la posición que ocupan esté relacionada al conjunto de su capital social, cognitivo y económico. Ambos basan su gestión en una red de contratistas, disminuyendo la necesidad de inversión en capital fijo y mano de obra (Hernández, 2007). Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 11 vi. Productor contratista Propietario de todas o la mayor parte de las tierras que trabaja pero, para aprovechar al máximo sus equipos, siembra o cosecha para terceros en la zona. No se puede decir que este actor gerencie su empresa al modo de un innovador (Hernández, 2007). 2. Actores del escenario financiero i. Fondos Comunes Cerrados de Inversión Agrícola Un Fondo Común de Inversión es un patrimonio indiviso, formado por aportes de un grupo de inversores que tienen los mismos objetivos de rentabilidad y riesgo respecto de las inversiones que realizan y cuya administración es delegada a un equipo de profesionales. Los Fondos Comunes de Inversión iniciaron sus operaciones en 1961 pero recién pudieron desarrollarse cuantitativamente en la década de los noventa. El crecimiento de los mismos se debió a que en 1991 la legislación amplió sus objetivos incorporando nuevos medios paras las inversiones. La reglamentación de la Ley Nº 24.083 y la sanción en 1994 de la Ley Nº 24.441 posibilitaron la creación de los Fondos Comunes Cerrados de Inversión19 con objeto específico. Los Fondos de inversión agrícola son una variante de instrumentación de Fondos Cerrados. Los mismos se constituyen con el propósito de desarrollar las tareas de producción y comercialización de productos agrícolas buscando maximizar la rentabilidad basándose, para este fin, en la diversificación de cultivos y la diversificación geográfica. También es posible la creación de fondos ganaderos (sobre la base del engorde y los precios del kilo del animal) y fondos forestales. Los Fondos Cerrados se caracterizan por establecer la emisión de una cantidad máxima (fija) de cuotas partes en que se divide el fondo, por lo tanto los aportes no pueden ser rescatados hasta la disolución del fondo o cumplimiento del plan de inversión encarado20. Estos Fondos se constituyen a un plazo predeterminado. Los Fondos de Inversión tienen cierta complejidad organizacional y deben poseer reglamento interno, con aprobación de la Comisión Nacional de Valores y controles determinados. Intervienen varios actores: los inversionistas o clientes (nacionales y extranjeros pertenecientes a distintos sectores económicos y distinta magnitud), el organizador u operador técnico, la sociedad gerente, el agente colocador (los dos últimos son los que comercializan el fondo), auditores y los productores agropecuarios que alquilan sus campos (en arrendamiento, en aparcería y/o mediería) ¿Cómo operan los fondos? 19 Los FCI Abiertos pueden recibir suscripciones o rescates de los inversores en cualquier momento, a diferencia de los Cerrados, en los cuales las suscripciones se realizan en un período anterior al comienzo de las operaciones del Fondo, y el rescate de la inversión se realiza al momento de la liquidación del Fondo, cuando finaliza su vida. 20 Para salir de un FCI Cerrado, se deben vender las cuotapartes en el Mercado Secundario. El precio al cual se negocia en el mercado dependerá de la oferta y la demanda, y de expectativas específicas al Fondo en cuestión, entre otras cuestiones. Las sociedades gerentes están creadas para la administración de fondos de terceros con destino exclusivo de producción agrícola, administran y realizan balances e informes periódicos sobre la evolución de la inversión. El aporte de los inversores se establece en un monto mínimo (cuota parte mínima), al comienzo de cada campaña agrícola y con una fecha máxima para su integración. La relación con el inversor se formaliza a través de un contrato en donde se establecen los compromisos mutuos. Luego de establecida la fecha del cierre de suscripción all fondo, la Sociedad Gerente informa el monto total y la cuota parte21 correspondiente a cada suscriptor. El organizador u operador técnico ejecuta la actividad productiva y está constituido por empresas destacadas en el sector. Una vez que se constituye el fondo, se procede al arrendamiento de los establecimientos seleccionados y la locación de servicios22, donde se llevará a cabo cada uno de los cultivos de acuerdo con un plan de producción previamente determinado. Este plan es el que decide la diversificación de cultivos y regiones con el objetivo primordial de disminuir los riesgos climáticos. La rentabilidad de estos fondos es en general muy atractiva (altos niveles de rotación del capital). A continuación, en la figura 1, se muestran las rentabilidades reales23 obtenidas en un trabajo de simulación realizado en 2015 para la provincia de Córdoba, en relación a distintas inversiones agropecuarias. El ejercicio supone campo alquilado a precios representativos y rendimientos productivos normales (para las zonasdonde se encuentran los emprendimientos. “Se trabaja con precios observados y con precios esperados en las variables relevantes para los meses que restan hasta el cierre de campaña (junio de 2016). Se consideran también una tasa de inflación del 35% anual en el ciclo y un tipo de cambio de cierre de $15,5 por dólar. 21 La Cuota parte representa los derechos de copropiedad de los inversores que constituyen el fondo. 22 Los contratistas tradicionales, figuras que se conocen desde hace tiempo en la Argentina son elegidos por inversores de origen no agropecuario para realizar sociedades seguramente por poseer un comportamiento netamente empresarial que los llevó perdurar en su actividad. En la actualidad, buscan conseguir muchas hectáreas a trabajar para encontrar niveles altos de rentabilidad. Los contratistas alquilan, siembran a porcentaje o cumplen tareas de servicios como siembras, pulverizaciones o cosechas en distintas formas de arreglos. 23 Descontada la inflación estimada correspondiente al ciclo del cultivo suponiendo una inflación anual del 35%. Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 13 Figura 1 (Garzón, Torre y Bullano, 2016) ii. Fideicomisos agropecuarios (fiduciante-benefici ario) En el contrato de fideicomiso una persona, el fiduciante, transmite la propiedad fiduciaria de determinados bienes a otra, el fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe como beneficiario y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario. Si bien suele darse al fideicomiso un tratamiento como alternativa de financiamiento, en la práctica no es el único efecto logrado. Un pool de siembra puede organizarse bajo esta forma de contrato. Los participantes se convierten en fiduciantes y a su vez beneficiarios de acuerdo a los porcentajes establecidos en el contrato y el fiduciario queda obligado a rendir cuentas a los beneficiarios con una periodicidad no mayor a un año. Este tipo de contratos no implica la creación de una nueva figura jurídica, lo que se traduce en ventajas tanto operativas como impositivas (el impuesto a las ganancias cae en cabeza de los participantes y no del fideicomiso, pero las responsabilidades de los participantes están limitadas). En el fideicomiso existen productores dispuestos a producir, un equipo administrador, y dos tipos de inversionistas: � Inversores en títulos de deuda, que aportan capital y reciben una retribución fija como interés. � Inversores con certificados de participación, que una vez descontado del ingreso los gastos y los intereses pagados a los poseedores de títulos de deuda, reparten el remanente en modo proporcional (Bertolasi y Pena de Ladaga, 2008). iii. Fideicomisos financieros Fideicomiso financiero es aquel contrato de fideicomiso sujeto a las reglas comentadas en el título anterior, en el cual el fiduciario es una entidad financiera o una sociedad especialmente autorizada por la Comisión Nacional de Valores para actuar como fiduciario financiero, y los beneficiarios son los titulares de certificados de participación en el dominio fiduciario o de títulos representativos de deuda garantizados con los bienes así transmitidos. El artículo 22 de la Ley 24.441 establece que “pueden emitirse diversas clases de certificados de participación con derechos diferentes. Dentro de cada clase se otorgarán los mismos derechos”. Esto constituye una diferencia con los FCI, que sólo tienen la posibilidad de emitir cuota partes con idénticas características para todos los participantes. Estos fideicomisos financieros se han realizado tanto mediante el aporte “en especias” (provisión de insumos agrícolas por parte de las grandes empresas) como de aportes en dinero (inversores grandes, medianos e incluso chicos, aseguradoras e incluso las propias entidades bancarias). Generalmente, los fideicomisos son en dólares, se suscriben en pesos y se cobran al valor del dólar del momento de liquidación. Usualmente la ejecución del plan técnico queda a cargo de un estudio agropecuario y en general (no en todos los casos relevados se verifica lo mismo) se busca la diversificación de zonas y cultivos, contratación de seguros y coberturas de precios para mitigar los riesgos de la actividad. Repercusiones de la nueva modalidad de negocios en el agro salteño En el NOA, el avance del agronegocio se sustentó, al comienzo, en la producción agrícola que promovió un desmonte masivo en la región del umbral al Chaco, mientras, la ganadería local sufría un apreciable retroceso y desplazamiento (Reboratti, 1996b). Actualmente, según Colina et al. (2012), una sostenida demanda internacional de soja con precios muy elevados y un tipo de cambio favorable para las exportaciones, continúan haciendo del cultivo una alternativa atractiva. Sumado a esto, “[…] el bajo precio relativo (la baja renta)24 de las tierras del Chaco semiárido, completa la ecuación para empujar el avance de la frontera agraria para el desarrollo del cultivo, sobre esta región” (Colina et al.2012:8). 24 Paréntesis de la autora (M.A.B) Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 15 Dijimos al principio que el agronegocio, entre otras características, es impulsor del avance de la frontera agropecuaria. El proceso se ilustra en el Tabla 2, a través de datos de los censos agropecuarios (CNA) 1.988 y 2.002 para los departamentos Anta, General San Martín y Rivadavia, utilizando la variable superficie implantada total. Tabla 2. Superficie implantada en tres departamento s salteños 1988 2002 Dif % 88/02 200825 Dif % 02/08 Anta 119.539,4 302.595,5 253,1 510.538,8 168,7 Gral. S . Martín 45.626,5 90.500,4 198,4 181.009,3 200,0 Rivadavia 25,1 427,5 1.703,1 1.036,2 242,3 Total 165.191,0 393.523,4 692.584,3 Fuente: INDEC. Elaboración propia Las principales especies que ampliaron su superficie en estos departamentos fueron soja (Glycine max) y “gatton panic” (Panicum maximum cv Gatton panic). Para el cultivo de soja la superficie utilizada se triplicó, correspondiéndole el 75% de este crecimiento a los departamentos de Anta y San Martín. La expansión de la ganadería empresarial, desplazada desde superficies con mejores rentas agrícolas desde el sur del país, se ha establecido de la mano del gatton panic como forraje perenne. En el Censo Agropecuario 1988, solo el 30% del forraje perenne implantado correspondía a esta forrajera. Esta situación cambia drásticamente en el 2002 cuando constituye el 72% (Colina et al., 2012). Entre el 2002 y 2008, con las salvedades indicadas en relación al CNA2008, la superficie forrajera en general se incrementa en los departamentos de referencia aproximadamente 206,9% (2002:137.772,5 ha; 2008: 285.054,9 ha). A modo de ejemplo de lo ocurrido en los otros departamentos salteños, informaremos lo acontecido San Martín. En la Tabla 3 a través de otra variable: el número de explotaciones agropecuarias (EAP) se indica el movimiento de la frontera agropecuaria. Con respecto a esta variable censal, entre los CNA 2002 y 2008, se observa un importante incremento en el número de las EAP con límites definidos, lo que indica un avance de explotaciones empresariales por sobre las EAP familiares26, 25 Se hace la salvedad que censo nacional agropecuario 2008 fue publicado sólo parcialmente. Si bien se handivulgado datos generales en el sitio oficial www.indec.gov.ar, allí mismo se aclara que “[…] Si bien algunas provincias realizaron el barrido territorial en los plazos convenidos, en la mayoría el operativo censal se desarrolló en un lapso más amplio que el previsto originalmente. En algunos casos, ello permitió alcanzar una mejor cobertura, pero en otros fue la expresión de causas que determinaron resultados inferiores o muy inferiores a los que cabía esperar en esas jurisdicciones.[…]”. Por otra parte, cabe agregar que fue de gran importancia para la obtención de estos resultados deficientes la circunstancia de haberse llevado adelante en un momento en que el Gobierno Nacional y los productores agropecuarios atravesaban un fuerte conflicto 26 Para una aclaración de lo expresado, recurriremos a Manzanal (1997), quien sostiene que la indefinición de límites en una EAP es un indicador de la pobreza de la familia que en ella produce, ya que tal situación promueve inestabilidad en la organización de la producción y en la obtención de resultados físicos y económicos. Manzanal (1997), trabaja con datos del CNA 1988 y toma la decisión metodológica “[…] lo que implica en la mayoría de los casos un proceso de revalorización de tierras debido […] a un nuevo rol productivo […] En Argentina […] la expansión de la frontera agraria presenta como común denominador el desmonte de nuevas tierras […] tiene un lugar preponderante en las últimas dos décadas en el noroeste.” (Audero y León, 1996:148). Junto a este proceso de revalorización de las tierras (incremento de su precio), ocurre indefectiblemente, el desmonte de más tierras, ya sea, para la venta, para el arrendamiento o para la explotación en propiedad bajo una nueva organización acorde a los tiempos: el agronegocio. Ocurre que en las tierras con monte existen ocupantes, en esta zona, generalmente campesinos criollos o indígenas, que como ganaderos o recolectores realizan su actividad de supervivencia en espacios abiertos, “sin límites definidos” al decir de los censos. Por lo tanto, las expulsiones estuvieron y están al orden del día27. Tabla 3. Departamento General San Martín. EAP con y sin límites definidos. Su evolución 2002-2008 (Barbera, 2016) La variación de la superficie de las EAP con límites definidos entre 2002 y 2008 fue de 234.161,60 hectáreas. Casi el 95% de ésta área pertenece a EAP con límites definidos de más de 500 hectáreas. Dentro de ellas, el mayor crecimiento (más del 30%) lo aporta el estrato de más de 5.000 hectáreas, con una extensión incremental total para el período de 81.901,7 hectáreas. Otro dato interesante, que confirma la expansión de la frontera agropecuaria es a variación del área implantada en San Martín que entre 2002 y 2008 fue de 115.507 hectáreas, el 50% de superficie de crecimiento de las EAP con límites definidos (Barbera, 2016). Ahora, nos ubicaremos dentro del departamento San Martín en la zona agroeconómica del umbral al Chaco donde los suelos tienen aptitud para la agricultura a secano (Volante et al., 2006)28 y a continuación, presentamos la superficie cultivada en el umbral desde el año 2000 al 2015. El poroto es uno de los principales cultivos pero durante varios años la soja fue avanzando hacia el oeste de la región, sobre terrenos con mayores pendientes, por disponerse allí de mayor nivel de precipitaciones anuales. de considerar a todas las EAP sin límites definidos explotaciones de tipo familiar. Sobre esta base tomaremos una inferencia idéntica. 27 http://llamaralascosasporsunombre.blogspot.com.ar/2014/01/avanza-el-desmonte-por-los- agronegocios.html ; https://www.google.com.ar/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF- 8#q=Cuchuy+desalojo; http://www.quepasasalta.com.ar/noticias/politica_1/denuncian-que-a-las- comunidades-las-estan-matando-para-quedarse-con-sus-tierras_96600 28 http://inta.gob.ar/documentos/monitoreo-de-cultivos-del-noroeste-argentino-a-traves-de-sensores- remotos/ CNA 2002 CNA 2008 Variación intercensal EAP con limites def. EAP sin límites def. EAP TOTA- LES EAP con limites def. EAP sin límites def. EAP TOTA LES EAP con limite def. EAP sin límites def. EAP TOTA- LES 621 194 815 780 128 908 159 -66 93 +26% -34% +11,4 % Universidad Nacional de Salta - Facultad de Ciencias Naturales - Carrera de Agronomía Cátedra de Administración Agropecuaria 17 En temporadas con fuertes caídas de lluvias, como en año 2006, en estas zonas desmontadas se produjeron importantes deterioros del ambiente, provocados por la erosión del suelo con formación de socavones y cárcavas. Como se observa, la superficie destinada a poroto va decayendo en el período, a medida que la cultivada con soja aumenta; esto es hasta el año 2006 dónde se presenta la extensión máxima del segundo cultivo junto al área mínima del poroto, pionero de los emprendimientos capitalistas en la zona29. Tabla 4. Distribución de la superficie cultivada en el departamento San Martín. Cultivos de verano (en hectáreas) Soja Maíz Poroto Algodón Maní Chía Sésa mo Total 2000-2001 34.508 4.123 109.171 1.193 8.900 0 0 157.895 2001-2002 36.650 2050 101.870 n/d 4.740 0 0 145.310 2002-2003 59.890 3.750 95.490 0 4.530 0 0 163.660 2003-2004 90.740 3.160 78.520 0 5.700 0 0 178.120 2004-2005 86.120 6.520 83.630 0 8.540 0 0 184.810 2005-2006 111.710 7.610 89.190 0 3.430 0 0 211.940 2006-2007 130.510 13.920 79.550 0 2.760 0 0 226.740 2007-2008 143.340 4.600 76.800 0 3.940 0 0 228.680 2008-2009 124.290 12.580 87.450 0 n/dato 0 0 224.320 2009-2010 141.575 22.570 89.440 0 7.705 0 0 261.290 2010-2011 131.690 37.350 105.390 0 4.760 0 0 279.190 2011-2012 134.485 36.905 107.350 0 10.095 0 0 288.835 2012-2013 102.640 25.530 120.405 0 n/dato 0 0 248.575 2013-2014 57.465 44.570 151.770 0 7.745 39.755 0 301.305 2014-2015 65.720 43.320 166.110 0 5.320 615 6.405 287.490 (extractado de Paoli, y otros, 2006) Durante el lapso abarcado por el estudio, el precio de la soja fue en ascenso mostrando algunas bajas en 2005-2006 para repuntar con énfasis en 2007 con un aumento constante de los precios internacionales hasta el año 2013, donde comienza un período de fuertes caídas. Esto ocasiona la brusca retracción de la superficie sembrada, a la par del aumento del área de poroto y la búsqueda de alternativas rentables, como lo muestran algunas incursiones con chía, sésamo, etc. También es de resaltar que como resultado de los “vientos favorables” para la soja la superficie se amplía a través del desmonte (como también lo observamos en los censos para todo el departamento). Así lo marcan Colina et al. (2012), quienes señalan que hasta el año 2004 los frentes de desmonte se organizaron en San Martín en torno a la agricultura en el umbral al Chaco y a partir de ese año la tendencia cambió hacia el predominio de planteos mixtos (agricultura y ganadería) seguramente por el agotamiento o el elevado precio de las escasas tierras aptas para agricultura. Los autores también remarcan una tendencia incremental hacia los desmontes para planteos ganaderos, lo que implica un 29 Para la campaña 2012- 2013 se produjo en la zona una de sequía notoria que afectó los cultivos extensivos de secano y los suplementados con riego, por lo cual, la superficie sembrada difiere notablemente de la superficie efectivamente cosechada. (Monitoreo de cultivos del NOA realizado por INTA) desplazamiento capitalista hacia regiones más áridas del departamento donde la agriculturaes riesgosa. A modo de cierre Si bien la década de 1990, en la cual hace su aparición el agronegocio, se caracteriza por importantes incrementos en la producción y la productividad de los principales rubros agropecuarios, los beneficios no alcanzaron a todos los integrantes del sector por igual. En términos generales se vieron favorecidas las unidades de mayor tamaño, mejor preparadas para obtener financiamiento e incorporar tecnología. Gran cantidad de pequeños y medianos productores agropecuarios dejaron la actividad y como contrapartida se consolidaron las grandes explotaciones. En el caso de Salta, la lucha emprendida por las poblaciones campesinas e indígenas y diversas asociaciones y ONG en defensa de la tierra y el medio ambiente alcanzó particular notoriedad, a partir de la decisión del gobierno salteño de liberar para el cultivo una reserva forestal ocupada en forma parcial por pequeños ganaderos criollos y wichis, una de las etnias indígenas. Conforme a Reboratti (1996b), el impacto social de la difusión del cultivo de la soja es más fuerte en el noroeste que en la región pampeana como resultado del enfrentamiento entre dos formas productivas que implican dos formas culturales y de vida: la de los pequeños productores criollos e indígenas y la de las grandes empresas capitalistas que compiten por el mismo territorio con finalidades diferentes. Los primeros practican una economía de subsistencia de pequeña escala, apoyada en la recolección de recursos naturales del monte y en el ganado, en tanto para las comunidades indígenas se trata, de manera fundamental, de conservar su cultura. Para las grandes empresas, por el contrario, el monte o el bosque son simplemente escollos para la expansión de la producción sojera. El desarrollo capitalista de las últimas décadas en las zonas de cultivos extensivos de la provincia de Salta y en desarrollos ganaderos más recientes, está emparentado al agronegocio y, como lo remarca Gras (2013) para la región pampeana y lo mencionara anteriormente (Reboratti, 1996a) para el umbral al Chaco, asume particularidades de acuerdo la zona bajo estudio y en relación a las propias trayectorias empresariales, lo que muestra la heterogeneidad interna del modelo. Bibliografía citada: ASOCIACIÓN ARGENTINA DE CONSORCIOS REGIONALES EXPERIMENTALES AGROPECUARIOS (AACREA). (2005). Agroalimentos Argentinos II. 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