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CAPÍTULO 9 Urticaria y angioedema Jerónimo Hernández García La urticaria y el angioedema son patologías cutáneas bastante frecuentes, incidiendo en un 15-20 % de la población general en algún momento de su vida. Predominan en el sexo femenino y en los adultos jóvenes. En el documento Alergológica, basado en el análisis de parte de los datos recogidos en 4.029 pacientes de todo el territorio nacional, en el que participamos 266 alergólogos y se recopilaron los hallaz- gos de más de 4.000 primeras consultas, pudimos constatar que, en efecto, esta patología es más frecuente en mujeres (57,1%), con una media de edad de 25,4 años. DEFINICIÓN Entendemos por urticaria aquella erupción cutánea caracterizada por la aparición de un habón o pápula Inflamatoria dérmica circuns- crita, de forma y dimensiones muy variables, casi siempre de evolu- ción fugaz, de color variable (rojo-rosa-blanquecíno), de superficie más o menos convexa, y habitualmente pruriginosa (Figura 9.1). En los casos de angioedema, la inflamación se localiza en el teji- do celular subcutáneo, por lo que, generalmente, no suele ser pru- riginoso, y se describe más bien como una sensación de hormi- gueo, tensión o hinchazón de intensidad variable (Figura 9.2). Figura 9.1. Urticaria aguda generalizada tras inyección de metamizol magnésico (dipirona). CLASIFICACIÓN Cuando intentamos buscar una clasificación racional y didáctica de los diferentes tipos de urticaria/angioedema, nos encontramos con el arduo y complejo problema de que cada autor establece una propia, ya sea en función de su patogenia (inmunológica y no inmu- nológica), de sus factores ecológicos, de sus agentes desencade- nantes, etc., haciendo en ocasiones una mezcolanza de datos diver- sos todavía mucho más difícil de asimilar y recordar. Teniendo en cuenta que esta revisión va destinada, fundamen- talmente, a MIR de Alergología y Atención Primaria, me parece más 132 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA URTICARIA Y ANGIOEDEMA 133 Figura 9.2. Angioedema de cara tras ingestión de ácido acetilsalicílico. útil y práctico hacer una clasificación mucho más sencilla y simplifi- cada (Tabla 9.1), basada en la patología del «día a día» que se atiende en cualquier consulta, pasando a comentar las que, real- mente, tienen una mayor incidencia. FORMAS ORDINARIAS O COMUNES Las denominamos así por ser las más convencionales y clási- cas, una vez descartadas, por supuesto, otras causas y formas de urticaria-angioedema (resto de apartados de la Tabla 9.1.) 134 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tabla 9.1. Clasificación de urticaria y angioedema (simplificada) 1. ORDINARIAS O COMUNES • Agudas. • Crónicas. 2. POR AGENTES FÍSICOS • Mecánicas o por presión. — Inmediatas. — Retardadas. • Térmicas. — Frío. — Calor. • Luz solar. — Probablemente alérgicas. — Idiopáticas. 3. PIGMENTOSA (con o sin mastocitosis sistémica) 4. FORMAS HEREDITARIAS 5. ACOMPAÑANDO A DETERMINADAS PATOLOGÍAS SUBYACENTES • Enf. malignas con depleción adquida de C, y Ci-INH. • Otras (vasculitis, etc.). 6. MISCELÁNEA • Del embarazo. • Otros. URTICARIA Y/O ANGIOEDEMA AGUDOS Comienzan de forma súbita, persisten horas o pocos días, desa- parecen sin dejar huella y no suelen volver a hacer acto de presen- cia o surgen muy pocas veces. En este caso, etiquetaríamos estos procesos de curso agudo intermitente URTICARIA Y ANGlOEDEMA 135 Principales etiologías Entre las causas más frecuentes de urticaria aguda (o aguda intermitente) cabe citar las siguientes: • Fármacos: aspirina y antiinflamatorios no esteroideos (unas formas sólo aparecen con ácido acetilsalicílico, pero, otras, también con el resto de los AINES no emparentados químicamente]. Con el reciente y (recuente uso de paracetamol, hemos comenzado a ver urticarias agudas inducidas, exclusivamente, por este antipirético; antibióticos betalactámicos (penicilinas y sobre todo amoxicilina y, en menor medida, cefalosporinas); igualmente, va aumentando la incidencia con quinolonas (ciprofloxacino, norfloxacino, etc.), antihi- pertensivos inhibidores de la ECA (captopril, lisinopril, enalapril, etc.), calcitoninas sintéticas, antagonistas de los receptores H2 de la histamina (ranitidina, famotidina, nizatidina, etc.), mucolíticos (ace- tilcisteína, carbocisteína, etc.); parece mantenerse estable con el resto de medicamentos actuales que solemos manejar. • Alimentos: frutos secos (nueces, castañas, cacahuetes, pista- chos, pipas, etc.), frutas (melocotón, manzana, uvas, kiwi, aguaca- te, plátano, dátil, etc.), verduras (tomate, lechuga, legumbres), pes- cados, crustáceos, moluscos, huevos, cerveza y leche (de mucha mayor incidencia en niños, siendo excepcional que se mantenga la sensibilización en adultos). • Picaduras o mordeduras de himenópteros: fundamentalmente abejas y avispas (sin extrapolar las clásicas reacciones locales de insectos voladores como los mosquitos). • Patologías infecciosas locales o generalizadas (virus, bacterias, hongos, parásitos intestinales, etc.). • Contacto directo con plantas a las que el sujeto es hipersensi- ble (Parietaria judaica, gramíneas, artemisia, etc.) • Contacto, consciente o inadvertido, con pelos, caspas o sali- vas de animales domésticos (gato, perro, caballo, conejo, etc.) a los que el paciente es alérgico. • Error de dosis en la inyección subcutánea de una vacuna específica con alérgenos (o al haber transcurrido demasiado inter- valo entre dosis, sin disminuir la siguiente). • Pruebas de provocación diagnósticas con alimentos o medi- camentos en pacientes con dudosa historia clínica de hipersensibi- lidad a los mismos. • Súbita y alta exposición a neumoalergenos, incluso por vía inhalativa, a los que el sujeto es sensible (ácaros del polvo en casa 136 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA cerrada del litoral, permanencia en cuadra de caballos, cuidadores profesionales de animales, veterinarios, estancias rurales en días ventosos, etc.). • Administración o ingestión de sustancias liberadoras inespecí- ficas (sin mecanismo inmunológico) de histamina, como: bases orgá- nicas, determinados fármacos (codeína, vitamina B1, morfina, quina- na, etc.), compuestos biológicos (ovoalbúmina, sales biliares, etc), picaduras de insectos, intoxicación por alimentos en mal estado, con tacto con ortigas, etc. • Reacciones postransfusionales, al igual que patologías tar- días, tipo enfermedad del suero. • Rotura súbita de un quiste hidatídico, con liberación masiva del antígeno al torrente circulatorio. • Ingestión de pescados parasitarios por Anosakis simplex (nemátodo que vive en el tubo digestivo de mamíferos marinos, que tiene como huéspedes intermediarios a pescados, crustáceos y cefalópodos). • Sensibilización a látex, tanto por contacto como por vía inha- lativa (personal sanitario, sujetos con espina bífida, trabajadores de fábricas en que se maneje esta sustancia, etc.). • Causas aparentemente no filiadas (tras una exhaustiva, metó- dica y reiterativa historia clínica, no conseguimos, o no somos capa- ces de averiguar, el agente etiológico). Mecanismos patogénicos La gran mayoría de las urticarias agudas se producen por un conocido o supuesto mecanismo inmunológico dependiente de IgE (hipersensibilidad de tipo I), siendo su principal mediador la hista- mina. Una minoría se deben a mecanismo no IgE, bien de naturale- za inmunológica (hipersensibilidad de tipo II o III), bien por otras patogenias (activación del complemento por la vía alternativa, libe- ración ínespecífica de histamina, activación del metabolismo del áci- do araquidónico, etc.). • Puesto que los AINES figuran entre los principales agentes provocadores, sus reacciones urticariales las debemos clasificar en dos grandes grupos: • Las que son producidas por una sola familia química antiinfla- matoria,en cuyo caso cabe la posibilidad de que la prueba cutánea resulte positiva (pirazolonas, diclofenaco o ibuprofeno). URTICARIA Y ANGIOEDEMA 137 • Las que se inducen con dos o más familias de AINES quími- camente distintas (por ejemplo, ácido acetilsalicílico, metamizol y dlclofenaco), apoyando un mecanismo farmacológico, y la consi- guiente negatividad de pruebas cutáneas De aquí la importancia en conocer la existencia de los dos tipos de reacciones, los diferentes AINES capaces de provocarlas y la terapéutica alternativa más adecuada en cada situación. Diagnóstico Su diagnóstico clínico no debe entrañar especiales dificultades: en fase activa, la típica morfología de las lesiones hacen a la urtica- ria fácilmente reconocible (Figura 9.1). La erupción cutánea es epi- sódica y evanescente, con múltiples pápulas en diferentes etapas de evolución y resolución, sin dejar huellas, cicatrices o descama- ción, siendo excepcional que persistan más de 24-48 horas. Lo mismo suele suceder con su diagnóstico etiológico, puesto que, en bastantes ocasiones, es el propio paciente el que ya ha establecido una clara o aproximada relación causa-efecto, quedán- donos la misión de confirmar (o no) la supuesta causa. En caso de duda razonable, bastará, probablemente, con dirigir nuestro interro- gatorio a todas y cada una de las posibles causas que hemos men- cionado anteriormente. Tratamiento El tratamiento de la urticaria aguda/angioedema debe abarcar dos facetas: Eliminación del agente productor La primera medida terapéutica será la identificación y exclusión del agente causal, particularmente en los cuadros urticariales secundarios a la administración de fármacos, ingestión de determi- nados alimentos, posibles contactos con animales domésticos, ingestión de pescados o cefalópodos que pudieran estar parasita- dos por Anisakis, contactos con látex (globos, guantes, preservati- vos, etc.), etc. 138 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tratamiento sintomático Son de primera elección los antihistamínicos antiH1 no sedantes por vía oral: fexofenadina, mizolastina, mequitazina, loratadina, ebastina, cetirizina, etc. Dada su más que probada eficacia clínica, y la práctica ausencia de efectos colaterales, poseen una amplia manejabilidad de dosis, permitiendo, en casos necesarios, duplicar o triplicar su posología. Aunque, por definición, la urticaria aguda suele durar horas o pocos días, se deben mantener los antihistamí- nicos unos 10-15 días (pese a que el paciente ya esté asintomático), con objeto de evitar recidivas o el hipotético paso a la cronicidad. En las formas gigantes (habones de gran tamaño) o graves, y más si se asocian a angioedema que afecte a la cavidad oral o a la glotis, se debe administrar, simultáneamente, media ampolla (0,5 ml) de adrenalina subcutánea en solución al l/1.000 (1 mg/ml), dosis que puede repetirse, en caso necesario, cada 15-20 minutos. En los niños es aconsejable utilizar la adrenalina a razón de 0,1 mi por cada 10 kg, es decir, 0,01 ml/kg. En contra de una práctica bastante generalizada, los esferoides sólo se usarán en casos rebeldes y puntuales de urticaria aguda/angioedema que, transcurrido un tiempo prudencial, no han respondido a dosis adecuadas/altas de antiH1. URTICARIA CRÓNICA En esta forma las pápulas brotan a diario, o casi a diario, duran- te más de 6-8 semanas, y el proceso puede persistir desde varios meses a varios años. Posibles causas Se han barajado los medicamentos que tome el enfermo de for- ma más o menos habitual, alimentos de ingestión cotidiana, colo- rantes y conservantes de alimentos, salicilatos presentes como componentes naturales de ciertos alimentos (plátano, uva. meloco- tón, manzana, albaricoque, cereza, pomelo, limón, naranja, melón, etc.) y bebidas, ácido acetilsalicílico y otros AINES, infecciones foca- les (ORL y esto mato lógicas), parásitos intestinales, infecciones fún- gicas, alérgenos inhalados, factores psicógenos, etc. Sin embargo, las causas de esta incómoda patología constituyen uno de los puntos más debatidos y controvertidos en los campos de URTICARIA Y ANGIOEDEMA 139 la Alergología o la Dermatología. A pesar del listado precedente, la inmensa mayoría de los estudios no logran evidenciar algún tipo de alteración, ni descubrir un determinado agente etiológico Y. salvo que la historia clínica nos pudiese dar cierta orientación, a un ele- vado porcentaje de urticarias (entre el 70-80%) las tenemos que eti- quetar de idiopáticas. Algunas urticarias crónicas pueden formar parte de un síndrome paraneoplásico o de una patología tiroidea. Parece ético y legítimo realizar un exhaustivo protocolo (en conta- das ocasiones, las exploraciones analíticas y complementarías nos pueden dar la clave), pero, desafortunadamente, en la inmensa mayoría de los casos nos quedamos como estábamos al principio. Posible patogenia Al igual que su frecuentemente enigmática etiología, se mantie- ne oscura su patogenia. Continuamos pensando que el principal mediador es la histamina, pero no se ha demostrado que lo haga a través de un mecanismo dependiente de IgE (por lo general, estos pacientes no son atópicos, con habitual normalidad en los niveles de IgE total). Tampoco aporta gran cosa practicar una biopsia cutá- nea. Según Parish, existen indicios que apoyan que la urticaria cró- nica puede resultar de una particular susceptibilidad de los masto- citos y basófilos para liberar los mediadores, siendo ciertos estímu- los endógenos continuados o repetidos los que pueden inducir a la liberación de los mismos. Aunque en la mayoría de los casos no se ha aclarado el acon- tecimiento inicial que da lugar a tal proceso inflamatorio cutáneo de larga duración, en un 20-30 % se ha podido identificar un auto- anticuerpo IgG específico dirigido contra la IgE o sus receptores en los mastocitos cutáneos y basófilos periféricos (Figura 9.3). Así, autoanticuerpos IgG anti-FceRI se unen a los receptores para IgE formando puentes entre ellos, provocando la liberación de histamina y otros mediadores, y sugiriendo una posible etiolo- gía autoinmune (al menos, en algunos pacientes con urticaria crónica idiopática). Tratamiento Su tratamiento se basará en la administración diaria de antihis- tamínicos, que son capaces de controlar a más del 50-60 % de los pacientes. Figura 9.3. Posible patogenia autoinmune en un 20-30% de urticarias crónicas idiopáticas. Dada la rebeldía de esta patología, no es raro que tengamos que duplicar las dosis de los actuales antihistamínicos de segunda generación (un comprimido mañana y noche) o nacer combinacio- nes de no sedantes (fexofenadina, mizolastina, loratadina, cetirizina, ebastina, etc.) durante el día, y sedantes (hidroxizina, dexclorfenira- mina, clemastina, etc.) al acostarse. En algunos casos de urticaria refractaria a los antihistamínicos (incluso a altas dosis, y a pesar de hacer rotaciones con diferentes principios activos), nos vemos obligados, muy a pesar nuestro, a prescribir esferoides sistémicos. Siempre deben usarse las menores dosis capaces de controlarla, eligiendo el de menos efectos secun- darios (prednisona, deflazacort), en toma única matinal, y cada 48- 72 horas. En resumen, hasta que no lleguen a descubrirse los misterios que envuelven la iniciación y cronificación de la urticaria idiopática, va a resultar complicado avanzar en su conocimiento y más ade- cuado tratamiento. 140 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA URTICARIA Y ANGIOEDEMA 141 URTICARIA-ANGIOEDEMA POR AGENTES FÍSICOS Las ronchas aparecen como consecuencia de diferentes estí- mulos físicos: mecánicos o por presión, térmicos (trío o calor) y luz solar. Suelen presentarse en adultos jóvenes, su duración en el tiem- po es muy variable, en ocasiones se autolimitan con los años, pose- en una semiología muy particular y las lesiones son bastante fuga- ces, persistiendo entre 30-60minutos, excepto en el dermografismo y la urticaria retardada por presión. Aunque el estímulo precipitante es de naturaleza tísica, proba- blemente, en buena parte de los casos, exista un mecanismo inmu- nológico dependiente de IgE, puesto que en ocasiones, se ha con- seguido transferir pasivamente la sensibilidad con el suero del paciente. MECÁNICAS O POR PRESIÓN Inmediatas Es el dermografismo primario inmediato que se acompaña de una molesta sintomatología subjetiva, con sensación de intenso prurito generalizado (que obliga necesariamente al rascado), malestar general, insomnio (les molesta a los pacientes hasta el roce de las sábanas), irritabilidad, imposibilidad de llevar ropas ajustadas (gran problema en algunas mujeres!, necesidad de usar esponjas muy suaves, etc. Se conoce con el nombre de urticaria facticia (Figura 9.4), y requiere, además de consejos para evitar el tascado, roces, traumatismos, prendas de vestir holgadas, etc., tratamiento perma- nente con antihistamínicos antiH1 no sedantes. Conviene instruir al paciente en el sentido de que estos fármacos sólo le aliviarán el pru- rito y el rascado, pero no evitarán la aparición de las típicas lesiones papulosas (ni siquiera son capaces de hacerlo los esteroides sisté- micos, que en este caso están absolutamente contraindicados). Retardadas Son urticarias más raras que se caracterizan por la aparición de placas habonosas profundas, mal delimitadas, dolorosas, que se Figura 9.4. Urticaria facticia tras rascado en espalda. inician a las 4-6 horas después de aplicar una presión o peso sobre la piel. Afecta a la dermis y al tejido celular subcutáneo, persiste durante 8-24 horas, y se acompaña de sensación de quemazón y/o dolor (no de prurito), malestar general, algias difusas, cefaleas, febrícula, leucocitosis y rigideces articulares. Se diagnostican con la aplicación de pesos de 7-14 kg suspendidos o apoyados en los bra- zos, hombros o piernas durante 10-20 minutos. También aparecen hinchazones en las palmas de manos al manejar alicates o en las plantas de los pies al permanecer varias horas bailando (llega un momento en que no les cabe el zapato). Desafortunadamente, sir- 142 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA URTICARIA Y ANGIOEDEMA 143 ven de poco o nada los antihistamínicos, teniendo que recurrir a esteroides sistémicos en las condiciones señaladas con anteriori- dad. Aunque se cree que su principal mediador podría ser la bradi- cinina (y no la histamina), tampoco se puede descartar que, en algu- nos casos, tengan cierto papel los leucotrienos, no perdiéndose nada con ensayar los recientes antagonistas de sus receptores (montelukast o zafirlukast). En algunos casos se han recomendado los AINES, tipo indometacina. Térmicas Por frío La forma más común es la criourticaria adquirida idiopática (no congénita ni secundaria a otros procesos conocidos), y sus princi- pales características son: predominio en mujeres jóvenes, aparece al aumentar la temperatura, descendida previamente de forma súbi- ta (recalentamiento de la piel); su periodo de latencia es de pocos minutos, pudiendo mantenerse desde 5-15 minutos hasta 2-3 horas; en ocasiones, puede acompañarse de variadas manifestaciones sistémicas, que pueden llegar al choque anafiláctlco grave; la prue- ba del cubito de hielo suele ser positiva (Figura 9.5); puede desa- parecer espontáneamente en el transcurso de los años; y puede asociarse a otros tipos de urticarias físicas, tales como fáctica o colinérgica. Es muy importante instruir al paciente con una serie de consejos profilácticos: abrigarse bien en meses de frío y días húmedos (la humedad también es un condicionante a tener en cuenta); duchar- se o bañarse con agua templada; cuando se introduzca en piscinas o en el mar, lo hará con especial precaución, en las horas en que esté el agua más caliente, adentrándose muy despacio y permane- ciendo poco tiempo en el baño, para salirse inmediatamente si comienza con picores o máculas rojas. Además, obviamente, debe- rá tomar obligatoriamente antihistamínicos orales, permanentemen- te, a temporadas o a demanda, según aconseje la historia clínica, condiciones meteorológicas, época de baños, etc. Por calor La variedad más frecuente es la urticaria colinérgica: erupción prunginosa generalizada de habones múltiples, de 1 a 3 mm de diá- Figura 9.5. Prueba del cubito de hielo positiva en criourticaria adquirida idiopática. metro, rodeados por un halo eritematoso relativamente grande (Figura 9.6), que se desencadenan a los pocos minutos de entrar en un ambiente caluroso (de trío a calor), con motivo de una situación estresante o emotiva o después un variado ejercicio físico, pudien- do actuar dichos factores aislados o en combinación. Es más fre- cuente en adolescentes y adultos jóvenes masculinos, las lesiones suelen durar unos 30 minutos, con un periodo refractario de 12-24 horas; en casos severos, pueden aparecer signos sistémicos de actividad colinérgica: mareos, sudoración, vómitos, diarrea, hipo- tensión y colapso. También debe ser tratada con antihistamínicos (diariamente o según necesidades), preferentemente hidroxizina. 144 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA URTICARIA Y ANGIOEDEMA 145 Figura 9.6. Típicas lesiones de urticaria colinérgica tras la realización de un ejercicio físico. Por luz solar Aparecen los habones a los pocos minutos de exponerse a la luz solar, y las lesiones se limitan a las zonas de piel expuestas, desa- pareciendo, generalmente, a las dos horas. Según la intensidad de la exposición y amplitud del área expuesta, puede observarse erite- ma, ronchas puntiformes o habones múltiples con seudópodos. Su tratamiento consiste, en esencia, en evitar la luz solar, administrar antipalúdicos de síntesis (cloroquina a bajas dosis, con controles oculares periódicos ante el nesgo de que se desarrolle una retino- patía), cremas protectoras (generalmente se requieren filtros panta- 146 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA lla) y antihistamínicos permanentes en las épocas más soleadas (primavera-verano). FORMAS HEREDITARIAS Nos vamos a ocupar, exclusivamente, del angioedema (amular, que reúne las siguientes características: herencia autosómica domi- nante; su mecanismo de producción se debe a una falta cuantitati- va (la inmensa mayoría] o cualitativa (existe, pero no es activo) del inhibidor normal de C1-esterasa y calicreína, con la consiguiente activación de la cascada del complemento; se suele iniciar en la infancia o al comienzo de la edad adulta; cursa sin brotes urticaria- les; se localiza, preferentemente, en la cara, laringe y mucosa gas- trointestinal, pudiendo simular repetidos cuadros de abdomen agu- do (a tener muy en cuenta ante posibles planteamientos quirúrgi- cos); se presenta en forma de crisis recurrentes desencadenadas por traumatismos (amigdalectomía, extracción dentaria, etc.), ten- sión emocional, ejercicio físico, infecciones, cambios súbitos de temperatura, comidas abundantes, etc.; en general, de escasa res- puesta terapéutica, con muertes, antes de los 30 años, en un 30% de los pacientes. Su diagnóstico se confirmará con la cuantificación de los niveles de C4 (claramente disminuidos en casi todos los suje- tos, incluso en periodos de interbrote) y la detección de las cifras de proteína inactivadora de C1 (habituaImente baja o ausente). En su tratamiento son prácticamente ineficaces la adrenalina, los antihistamínicos y los esteroides. En la profilaxis a largo plazo suelen ser eficaces los agentes antifibrinolíticos, tales como el áci- do tranexámico, comenzando con 500 mg cada 12 horas y ajustan- do la dosis según respuesta; en caso de previsión de posibles agen- tes desencadenantes, se debe aumentar las dosis del fármaco des- de tres días antes, y administrar 1-2 ampollas endovenosas del inhi- bidor del C1 una hora antes de la intervención (amigdalectomía,extracción dentaria, etc.). En caso de ataque agudo se administra- rán 500-1.000 mg endovenosos de ácido tranexámico y dos ampo- llas endovenosas del inhibidor de C1 (por su corta vida media y ele- vado coste, debe quedar reservado para uso hospitalario). Obviamente, si la situación lo requiriera, se debe usar la intubación endotraqueal o recurrir a la traqueostomía. Hemos evitado, premeditadamente, exponer otras muchas for- mas de urticaria y angioedema, en primer lugar, por su escasa inci- URTICARIA Y ANGIOEDEMA 147 dencia (incluso en consultas especializadas), y en segundo, por no extendernos excesivamente en la intención práctica del “día a día”. BIBLIOGRAFÍA Champion RH. Greaves MW, Kobza Black A, Pye FU. The urticarias. Edlmburgh. Churchill Livingstone; 1985. Fox RW. Actualización de urticaria y angioedema. Allergy Proceedings. 1996; X. 2-5. Henz BM, ZuberbierT, Grabbe J, Monroe E. Urticaria. Ctimcal, diagnos- tic and therapeutic aspects. Berlín. Springer; 1998. Hernández J. 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