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CAPÍTULO 14 Alergia a venenos de himenópteros Antonio Peláez Hernández, Eduardo Fernández Alonso INTRODUCCIÓN Las primeras referencias del ataque de himenópteros a seres humanos se encuentran en pinturas rupestres localizadas en el Levante español y datan de unos 3.000 años antes de Cristo, aun- que probablemente la primera descripción de una reacción mortal, se halla en un jeroglífico de la tumba del faraón Menes, donde se hace referencia a su muerte hace 46 siglos, tras la picadura de una gran avispa. En 1765, en Francia, Desbrest describe con detalle un cuadro de colapso vascular inmediato con reacción cutánea y muer- te por la picadura de una abeja cerca del párpado. No se avanzó de forma relevante en el conocimiento del meca- nismo de las reacciones descritas hasta que von Pirquet, en 1906, postula que en el veneno de la abeja deben existir unos “alérge- nos” que al igual que sucede con pólenes o alimentos pueden producir reacciones clínicas. En 1914 Waterhouse estableció la naturaleza alérgica de las reacciones sistémicas desencadenadas por picaduras de himenópteros. Más tarde, en la década de los treinta, Benson y Semenov adelantan el papel preponderante de unas proteínas integrantes del veneno, que pudieran tener un carácter sensibilizante actuando como alérgenos. A principios de 1939, Benson prepara un extracto derivado de cuerpo entero, que se empleó hasta los años setenta, tanto para el diagnóstico como para inmunoterapia. En 1976 Hunt et al., tras demostrar la inefica- cia de la inmunoterapia con extracto de cuerpo entero, desarrollan 208 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA la inmunoterapia con veneno puro, que viene empleándose hasta el momento actual, consiguiéndose la prevención de reacciones anafilácticas ante nuevas picaduras, en porcentajes que giran alre- dedor del 95%. Hoy en día, se estima que existe una prevalencia de sensibiliza- dos a veneno de himenópteros en torno al 15-25% en la población general, determinada mediante técnicas in vivo como lo son los tests cutáneos o in vitro como el BAST o el CAP. Esta prevalencia es proporcional al grado de exposición, siendo en grupos como el de apicultores la proporción de sensibilización superior al 30%. En nuestro medio, según los resultados del estudio epidemiológico de Navarro LA y Peláez A, efectuado en una población de 1.064 suje- tos trabajadores de una industria automovilística, la prevalencia de reacciones alérgicas por venenos de himenópteros fue del 7,6%, presentando reacciones locales severas tras picadura el 5,3% y sis- témicas el 2,3%. En un estudio epidemiológico llevado a cabo por Fernández J et al en 310 sujetos de una población rural cercana al Mediterráneo la prevalencia de reacciones sistémicas sorpren- dentemente fue también del 2,3%, mientras que la de las reacciones locales fue del 26,4%. Estos datos son bastante acordes con los obtenidos en otros países de la Comunidad Europea, con cifras de prevalencia de reacciones locales severas que oscilan entre el 3,1% y 17% y de reacciones sistémicas comprendidas entre un 0,4% y 3,3%, según los diferentes autores. La mortalidad por picaduras de himenópteras en España, según el análisis de los datos del Instituto Nacional de Estadística elabo- rado por Navarro y Peláez, muestra cifras de 34 muertes en 11 años (3 por año) con una media de 0,008 por millón y habitantes/año, datos muy similares a los del resto de países de nuestro entorno y EE UU. Sin embargo, es probable que la mortalidad por estas pica- duras sea mayor, dado que algunas de las muertes súbitas no acla- radas podrían corresponder a cuadros de anafilaxia por picadura de himenópteros. Los himenópteros más relevantes en nuestro país son del géne- ro Apis cuya especie más conocida es la Apis mellífera o abeja de la miel y la familia de los véspidos. Las especies de véspidos que pueblan nuestra Península presentan una distribución no homogé- nea, según se desprende del sondeo entomológico realizado hace años por Blanca y colaboradores, mientras que en la zona norte y centro dominaba la Véspula, en la cuenca mediterránea el predo- minio es del Polistes dominulus en detrimento de la Véspula. En la ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 209 zona sur, a pesar de predominar el Polistes, éste se encuentra más equilibrado con Véspula. BIOLOGÍA DE LOS HIMENÓPTEROS Los himenópteros son un subgrupo dentro de los artrópodos insectos, caracterizados por poseer alas. Se subdividen en tres superfamilias, diferentes entre sí (Figura 14.1). Por un lado están los Vespoideos (avispas y avispones) que siguen una dieta parcialmen- te carnívora; los Apoideos (abejas y abejorros), que optan por el vegetarianismo, aprovechando el néctar y el polen de las flores; y los Formicoideos, comúnmente denominadas hormigas, las cuales optan por una vida subterránea (difícil depredación) y hábito dietéti- co diversificado (vegetariano-carnívoro). Nos vamos a centrar en las dos primeras dado que, en nuestro medio, las hormigas carecen de Interés como productoras de reac- ciones alérgicas. Vespidae Su morfología es característica y fácilmente diferenciare de las abejas. Son todas muy parecidas entre sí, de color negro con rayas transversales amarillas y escaso vello. Viven en sociedad, constru- yendo nidos al aire libre o en huecos, formados por celdillas hexa- gonales elaboradas a base de celulosa. Siempre son colonias esta- cionales y no suele reutilizar los nidos. Las hembras jóvenes fecun- dadas abandonan el nido en el otoño, pasando en invierno al abri- go, fundando cada una nueva colonia al llegar la primavera. El agui- jón de su aparato vulnerador es liso, por lo que es posible picar en más de una ocasión. Los tres géneros más abundantes son: • Género Vespa. Conocidos como avispones. Poseen un tama- ño superior a la media y con tonos naranja característicos. Los nidos siempre están situados en huecos, no al aire libre y su tendencia a morder es mayor que a picar, pudiendo compor- tarse como depredadores de otras avispas. Sus dos especies mas importantes son la Vespa crabro y la Vespa orientalis. • Género Véspula. Los nidos pueden ser tanto aéreos como situarse en huecos. Es característico su abdomen aguzado en Figura 14.1. Taxonomía de los himenópteros el extremo caudal, mientras que el extremo más cefálico es recto. Se divide en dos subgrupos, la Dolichovéspula o avispa de largas mejillas, propia de bosques o lugares de vegetación espesa, y la Paravéspula o Véspula sensu estrictu, de mandí- bulas cortas, donde se encuentra la Véspula germánica, muy común en Europa; Véspula vulgaris o avispas comunes; Véspula rufa o avispa rojiza. Se alimentan de carnes y pesca- dos, por lo que son atraídas extraordinariamente por las basu- ras. • Género Polistes. Representado por las avispas papeleras, lla- madas así por confeccionar sus nidos con dicho material que siempre son nidos aéreos. Es la especie más abundante en este momento. Su abdomen está aguzado por los dos extre- 210 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 211 mos, en forma de ojal. Sus especies más importantes en Europa son los Polistes gallicus, Polistes dominulus y Polistes nimpha. En nuestro país la especie de mayor interés alergoló- gico es el Polistes dominulus. Apidae Abejas y abejorros son los más evolucionados dentro de los himenópteros. Se caracterizan por la pilosidad que recubre su cuer- po, necesaria para el transporte del polen. Su aguijón presenta unos dientes en forma de arpón lo que Impide su desenclava miento una vez que se ha producido la picadura, de manera que el insecto sue- le morir por evisceración. Distinguimos dos géneros: 1. Género Bombus. Abejorro. Sus colonias son siempre estacio- nales. La especie mas representativa es el Bombus terrestris y se caracterizan por ser más voluminosos que las abejas, además de poseer varias listas horizontales de coloramarillo o blanco. Sus nidos suelen estar en el suelo, aprovechando huecos o madrigueras de otros anímales, construyendo en su Interior varías celdillas semiesféricas de cera. 2. Género Apis. Abeja de la miel. La especie Apis melífera, dado su aprovechamiento por el hombre como productora de miel y otros productos, y polinizadora de cultivos, es el himenóptero más frecuente en nuestro medio. Forman colonias permanen- tes denominadas colmenas o enjambres, cuando éstas son silvestres. Al ser una especie con sociedades muy numerosas tienen un gran instinto defensivo, por lo que pican cuando se sienten mínimamente agredidas. El enjambre tiene un instinto de defensa menor. Son las responsables de la casi totalidad de las reacciones alérgicas producidas por ápidos. COMPONENTES DE LOS VENENOS DE HIMENÓPTEROS Los venenos de himenópteros son mezclas complejas de dife- rentes sustancias, que han sido perfectamente estudiados median- te técnicas inmunológicas y bioquímicas (Tabla 14.1), El veneno de abeja contiene fosfolipasa A2 (PLA2), que es una enzima muy extendida dentro del reino animal. Tiene un 212 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tabla 14.1. Principales componentes de los venenos de himenópteros peso molecular entre 16.000-22.000 D y representa entre el 5- 20% del peso seco del veneno de abeja. Hidroliza los ácidos gra- sos de los fosfolípidos para dar lisofosfolípidos que son altamen- te tóxicos. Además ha sido identificado como el principal alérge- no, ya que más del 90% de los pacientes sensibles a veneno de abeja tienen IgE específica a PLA2, denominándosele Api m 1. Otra enzima muy alergénica es la hialuronidasa, que tiene un peso molecular de 44.000 D, con actividad sinérgica, ya que rom- pe los mucopolisacáridos del tejido conectivo y favorece la pene- tración del resto de los componentes a las capas más profundas de la piel. Tiene una elevada actividad alergénica y ha sido deno- minada Api m2. La melitina es el componente más abundante, representando el 50-60% del peso seco del veneno de abeja, con un peso molecular de 2.800 D. Es capaz de alterar la permeabilidad de las membranas ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 213 plasmáticas, alterando sus propiedades fisicoquímicas, y tiene ade- más una actividad citolítica. Es poco alergénica, y se le denomina Api m 4. Otro componente moderadamente alergónico, llamado Api m 5, es el alérgeno C, cuya función es poco conocida. Además de éstos, el veneno contiene aminas y péptidos activos como apamina, proteína degranuladora de mastocitos y otros. Los principales componentes de los venenos de avispas son la fosfolipasa A1B, con un peso molecular de 37.000 D, la cual hidroli- za los grupos acilos en posición 1 y 2 de fosfolípidos, liberando lipofosfolípidos que alteran las funciones de las membranas plas- máticas. La hialuronidasa tiene un peso molecular de 43.000 D, con la misma actividad que la hialuronidasa de abeja y es responsable de la débil reactividad cruzada entre los véspidos y las abejas. El Antígeno 5, es un componente con moderada alergenicidad, tiene un peso molecular de 23.000 D y no se conoce muy bien su función biológica. También poseen los venenos aminas y péptidos activos, similares a los de la melitina. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las manifestaciones clínicas habituales secundarias a la pica- dura de himenópteros son el resultado de un fenómeno tóxico de naturaleza no inmunológica, que desencadena una reacción local consistente en dolor, prurito, enrojecimiento e hinchazón, que por lo general ceden gradualmente en pocas horas. A veces algunos indi- viduos, con especial sensibilidad a los efectos tóxicos e inflamato- rios de los venenos, presentan reacciones locales exageradas que ocasionalmente pueden llegar a acompañarse de síntomas gene- rales como náuseas, vómitos, cefalea y otros. Cuando el número de picaduras es elevado puede desencadenarse un cuadro clínico tóxi- co, similar a una anafilaxia. En los pacientes alérgicos a veneno de himenópteros, el meca- nismo patogénico implicado no es tóxico, sino inmunológico, desencadenando una reacción alérgica de tipo inmediato (tipo I de acuerdo con la clasificación de Gell y Coombs) mediada por IgE frente al veneno implicado. Distinguimos dos formas de manifesta- ción clínica: 214 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA 1. Reacciones alérgicas 1.1. Reacciones locales severas Se definen como reacciones cutáneas circunscritas y prurigino- sas, en ocasiones dolorosas, con un eritema y edema de más de 10 cm de diámetro que aparece en minutos a horas después de la picadura y persiste más de 24 horas. Suelen durar de 2 a 7 días, y por lo general, abarcan dos articulaciones contiguas. Tienen las características de las reacciones tardías IgE mediadas y se acepta que ésta es la inmunoglobulina responsable (el 50-80% de los pacientes presentan un test cutáneo o RAST positivo). También, podría estar implicado un mecanismo de hipersensibilidad celular (tipo IV de Gell y Coombs), responsable de la aparición de indura- ción de más de 24 horas de duración. Aunque es posible encontrar pacientes que previamente a una reacción sistémica habían presentado reacciones locales severas, se considera que el riesgo se encuentra entre el 5-10%. Por des- gracia, no se conoce ningún marcador que nos indique qué pacien- te con reacción local importante desarrollará una reacción sistémi- ca en el futuro. 1.2. Reacciones sistémicas Se producen por mecanismo tipo I, por lo cual la presencia de anticuerpos IgE específicos juega un papel fundamental. Clínicamente suelen aparecer dentro de los primeros 30 minutos siguientes a la picadura, siendo la urticaria generalizada acompaña- da de angioedema la forma clínica más frecuente. En un intento de clasificar la gravedad de las manifestaciones sistémicas por picadu- ra de himenóptero, Mueller establece cuatro grados de severidad: — Grado I, con urticaria generalizada, prurito, malestar general, ansiedad. — Grado II, sólo angioedema o cualquiera de las anteriores manifestaciones más al menos dos de las siguientes: opre- sión torácica, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y mareo. — Grado III, sólo disnea, sibilancias, estridor o cualquiera de las anteriores y por lo menos dos de los siguientes: disfagia, disartria, ronquera, debilidad, confusión y/o sensación de muerte inminente. ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 215 — Grado IV, cualquiera de las anteriores más al menos dos de las siguientes: hipotensión, colapso, pérdida de consciencia, incontinencia de esfínteres y/o cianosis. 1.2.1. Síntomas cutáneos La manifestación más común es la urticaria, que puede abarcar desde el área que rodea la picadura hasta cubrir toda la superficie corporal. Suele acompañarse con frecuencia de angioedema, aun- que éste puede aparecer solo. Puede comprometer la vida cuando se afecta la laringe y obstruye la vía aérea. 1.2.2. Síntomas digestivos y ginecológicos Aparecen en un tercio de las reacciones sistémicas, habitual- mente acompañando a la clínica respiratoria o cutánea en forma de vómitos, diarrea y dolor abdominal. Se deben fundamentalmente al edema submucoso y espasmo muscular que aparece en el tracto digestivo en las reacciones tipo I. Se han descrito casos de aborto por picaduras de himenópteros, debido a espasmos uterinos. 1.2.3. Síntomas respiratorios El más frecuente es la disnea, resultante de una broncocons- tricción que se manifiesta con sibilancias. También puede aparecer un estridor, consecuencia de un edema de laringe. 1.2.4. Síntomas cardiovasculares Puede haber desde palpitaciones hasta shock anafiláctico con hipotensión arterial y pérdida de consciencia. Aparecen en combi- nación con síntomas respiratorios, digestivos y cutáneos. Se deben fundamentalmente al aumento de la permeabilidad vascu- lar y a la vasodilatación capilar producida por la liberación de mediadores comola histamina, leucotrienos, prostaglandinas y quininas. 1.2.5. Otros síntomas subjetivos Aparecen en el contexto de una reacción sistémica, y pueden ser parestesias, prurito ano-genital, cefalea, sabor metálico y sofo- co. 216 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA 2. Reacciones inusuales Aunque poco frecuentes, se encuentran descritas vasculitis generalizadas (púrpura vasculítica), enfermedad del suero, síndro- me nefrótico, glomerulonefritis, afectación del sistema nervioso (neuritis periférica, polirradiculitis), alteraciones hematológicas (trombocitopenia, anemia hemolítica, coagulación intravascular diseminada). Su patogenia no está bien aclarada, siendo el meca- nismo tóxico el más probablemente implicado, sin que pueda des- cartarse el inmunológico. DIAGNÓSTICO Fundamentalmente va a basarse en una meticulosa historia clí- nica, en la realización de pruebas cutáneas con venenos de hime- nópteros y en la determinación de los niveles de IgE específica. La historia clínica Es imprescindible en el diagnóstico por picadura de himenópte- ros. En ella el especialista debe encontrar respuesta a las siguien- tes preguntas: • ¿Cuál es el insecto responsable? En agricultores, apicultores, jardineros, dados sus conocimientos del medio, la respuesta será más fácil y verosímil que en otros pacientes, pero nos pueden ser útil para su identificación datos tales como si que- dó el aguijón clavado en la piel (abejas), cuál fue la estación del año de la picadura (abejas sobre todo en el inicio del vera- no; los véspidos más hacia finales de verano y otoño), donde ocurrió la picadura (cerca de árboles frutales, en el comedor, basureros, más propio de los véspidos; cerca de panales, cor- tando flores, la abeja puede ser la implicada con mayor pro- babilidad), o qué características recuerda del insecto (color, tamaño). Si a pesar de las preguntas, no se puede identificar el insecto, las pruebas cutáneas y las determinaciones seroló- gicas suelen ser aclaratorias. • ¿Se trató de una reacción alérgica o no? Consideraremos si la sintomatología descrita por el paciente tiene características clínicas de una reacción alérgica tipo I IgE mediada, o tal vez de una reacción tóxica (picaduras múltiples). ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 217 • ¿Cuál fue el grado de severidad clínica tras la picadura? Realizar una descripción detallada de las manifestaciones clíni- cas, si hubo síntomas cutáneos, respiratorios, digestivos, preci- sando si hubo mareo o pérdida de conocimiento y tiempo de latencia hasta la aparición de la sintomatología, lo que nos per- mitirá establecer una graduación de su gravedad. • ¿Cuál es el riesgo de una nueva picadura? Profundizar en su hábitat habitual (ámbito rural o urbano), profesión, hobbies, cercanía de panales o vertederos próximos a sus domicilios. Tanto la severidad de la reacción tras la picadura como el riesgo de nuevas picaduras son de gran valor para planear el tratamiento, sobre todo cuando nos planteamos la instauración de inmunotera- pia. Pruebas cutáneas Se realizan habitualmente intradérmicas, con venenos purifi- cados, empleando diluciones progresivas desde 0.001 mcg/ml, siendo las concentraciones óptimas 0,01 mcg/ml y 0,1 mcg/ml para venenos de Apis mellifera y Véspula germánica, encontrán- dose gran número de falsos positivos a 1 mcg/ml o concentracio- nes superiores. El veneno de Polistes comercial es mezcla de muchas especies, siendo en consecuencia menos potente, aconsejándose llegar hasta la concentración de 1 mcg/ml si las anteriores dan resultado negativo. El prick es considerado poco eficaz necesitándose, en todo caso, concentraciones muy eleva- das (superiores a los 100 mcg/ml). Por otra parte el riesgo de las pruebas intracutáneas es prácticamente nulo y por tanto no se requiere la utilización previa del pick. Determinación de niveles de IgE específica Hasta hace unos años se llevaba a cabo mediante la técnica RAST pero en la actualidad se utiliza, en la mayoría de los labora- torios, su variante CAP (Pharmacia CAP System). Niveles mayores o iguales a 0,35 KU/L indican la presencia significativa de anticuer- pos específicos. La sensibilidad y especificidad del CAP son muy elevadas, aunque algo inferior a la de los tests intradérmicos, y su correlación con las pruebas cutáneas es muy buena. No existe concordancia entre la gravedad de las manifestaciones clínicas y la intensidad de la sensibilización, medida mediante el 218 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA grado de positividad de los tests cutáneos o de los niveles de IgE sérica específica. PROFILAXIS Y TRATAMIENTO Conociendo la biología de los himenópteros es posible adoptar unas medidas profilácticas que reduzcan la posibilidad de una nue- va picadura, como las que se recogen en la Tabla 14.2. Tratamiento de emergencia En las reacciones locales severas deberá aplicarse frío local (bolsa de hielo o compresas frías) y posteriormente se pueden utili- zar corticoides tópicos asociados a un antihistamínico oral, durante unos días. Si la picadura es de abeja, debe intentar retirarse lo antes posible el aguijón, puesto que éste lleva asociado la bolsa del vene- no, con lo que evitaremos la inyección de una cantidad mayor de veneno. Dicha maniobra se llevará a cabo con ayuda de una pinza, pero nunca exprimiendo con los dedos. En las reacciones sistémicas salvo que sean muy leves, en cuyo caso bastaría la administración de antihistamínicos y en todo caso corticoides parenterales, debe administrarse en primer lugar Tabla 14.2. Precauciones para pacientes alérgicos a veneno de himenópteros • Evitar loa movimientos bruscos cuando se detecte una abeja o avispa cerca. • No llevar ropa de colores brillantes (naranja, amarillo, rojo]. Los más ade- cuados son el blanco y el marrón claro. • En las tareas en el jardín deberán emplearse camisa, pantalón largo, sombrero y guantes. • Evitar usar perfumes, lacas, cremas o champús de olores intensos. • Evitar andar descalzo por el campo, intentando llevar calzado cerrado. • Tener cuidado con los picnics al aire libre, ya que suelen atraer a véspi- dos. • En los paseos con bicicleta o motocicleta, intentar llevar casco, guantes y chaqueta. • Siempre deben llevar a mano su Kit de emergencia en sus salidas al campo, con adrenalina, corticoides y antihistamínicos. • Notificar a las autoridades la detección de colmenas o nidos de avispas próximos a su domicilio. ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 219 adrenalina, inyectada por vía subcutánea o intramuscular, en dosis de 0,3-0.5 ce (en niños 0,01 cc/kg) pudiendo repetir la misma cada 15 minutos en caso de no ser efectiva; además habrá que añadir antihistamínicos y corticoides a dosis altas (2 mg/kg), preferente- mente por vía endovenosa, una vez canalizada una vía periférica. El paciente deberá ser trasladado a un servicio de urgencias, con las medidas de reanimación adecuadas, fluidoterapia y control de constantes, donde se mantendrá en observación vigilada. Inmunoterapia con veneno de himenópteros (ITVH) Es aceptada a nivel mundial como el modelo de inmunoterapia más eficaz, proporcionando unos niveles de protección tras nuevas picaduras del 92-98%, según diferentes estudios efectuados en pacientes susceptibles. Todavía existe controversia en la selección apropiada de pacientes para ser vacunados, para no excluir a los que puedan tener riesgo y evitar indicar en otros casos tratamien- tos innecesarios. También sucede lo mismo en cuanto a la pauta de administración y duración de la ITVH. 1. Selección de pacientes. La indicación absoluta viene dada por una historia de reacciones sistémicas severas, con síntomas respiratorios o cardiovasculares y pruebas diagnósticas positivas, tanto los tests cutáneos como la determinación de IgE sérica espe- cífica. Las reacciones sistémicas leves, tales como urticaria y angio- edema sin participaciónrespiratoria o cardiovascular, tienen un pro nóstico más favorable, especialmente en niños, pero también en adultos, por lo que en estos casos lo más recomendable sería admi- nistrar ITVH en aquellos pacientes muy expuestos, en los cuales se pueden repetir estas reacciones o en aquellos en los que su calidad de vida puede empeorar por el miedo a nuevas picaduras. Las reac- ciones locales severas y las reacciones inusuales no son indicación de ITVH. El embarazo habitualmente no se considera una contrain- dicación para continuar con una ITVH ya establecida y bien tolera- da pero, sin embargo, no se debe iniciar durante la gestación. 2. Protocolo de tratamiento. La dosis de mantenimiento reco- mendada habitualmente es de 100 microgramos de proteína de veneno. En cuanto a los intervalos de tratamiento, se intenta buscar aquellos que proporcionen una protección satisfactoria, con efectos secundarios mínimos y comodidad para el paciente (Tabla 14.3). Los protocolos rápidos consiguen una protección más acelerada que los convencionales, con sesiones cada una o dos semanas e 220 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tabla 14.3. Protocolos orientativos de tratamiento para inmunote- rapia con veneno de himenópteros (ITVH) incremento de la dosis hasta alcanzar la de mantenimiento, pero presentan con mayor frecuencia reacciones secundarias por lo general leves. Los protocolos lentos parecen ser mejor tolerados. Otras alternativas son los agrupados (cluster) y los ultrarrápidos. ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 221 Una vez alcanzada la dosis de mantenimiento de 100 microgramos, ésta se inyecta mensualmente durante el primer año, pasando a intervalos de seis semanas a partir del segundo año y cada dos meses una vez alcanzado el tercer año y hasta el final del trata- miento. 3. Seguimiento. Se acepta como estándar para conocer la efec- tividad de la ITVH una reexposición bien tolerada tras picadura espontánea o por provocación con picadura en el hospital. Las prue- bas cutáneas y los niveles de IgE específica, suelen ir disminuyen do poco a poco, habitúa I mente después de un año de ITVH, pudien- do llegar a hacerse negativas las pruebas cutáneas si se mantiene aquella durante años. La IgE desaparece más rápidamente que las pruebas cutáneas, no siendo estos hallazgos compatibles con pro- tección clínica. La IgG específica a veneno aumentará rápidamente durante la fase inicial de la ITVH y permanece elevada durante todo el tratamiento. En la fase inicial se detecta una respuesta importan- te de tipo lgG1, mientras que la respuesta lgG4 predomina más y durante más tiempo, sin embargo, no hay correlación entre estos niveles y el grado de protección alcanzado. 4. Seguridad de la ITVH. Los efectos adversos más frecuentes son las reacciones alérgicas de tipo inmediato, principalmente mediante manifestaciones cutáneas (prurito, habones). Son más frecuentes durante la fase inicial de incremento de dosis y general- mente entre los 10 y 50 mcg, siendo muy raros por debajo de 1mcg. Las reacciones locales son frecuentes, en casi todos los pacientes, siendo su severidad muy variable. Los venenos de abeja inducen más efectos secundarlos que los de véspidos, por razones desco- nocidas. Por lo general los efectos secundarios son más frecuentes en los protocolos rápidos, sin embargo se han descrito pocos efec- tos secundarios en los protocolos ultrarrápidos, en comparación con los rápidos. A pesar de tomar todo tipo de medidas pueden apare- cer reacciones alérgicas sistémicas, que deben tratarse exacta- mente Igual que las que se presentan tras una picadura. En un reciente estudio multicéntrico llevado a cabo por la EAACI (Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica) sobre 840 pacientes que recibieron un total de 26.601 Inyecciones, el 20% pre- sentó reacciones sistémicas, la mayor parte de ellas durante el periodo de incremento de dosis. La intensidad de las reacciones fue leve en su gran mayoría, de tal manera que únicamente un tercio de los pacientes requirió tratamiento. El sexo femenino, el veneno de abeja y la rapidez del incremento de las dosis se correlacionaron 222 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA con el riesgo de sufrir reacciones, pero no así la gravedad de la reacción sufrida tras la picadura. Para la continuación de la ITVH, tras la aparición de efectos secundarios, se recomienda que: • Las reacciones locales grandes no necesitan reducción de la dosis. Se pueden tratar con medidas antiinflamatorias tópicas, como la aplicación de bolsa de hielo o una crema de corticoi- des. Si este tipo de reacciones reaparece, se pueden adminis- trar de forma profiláctica antihistamínicos por vía oral. • Ante la aparición de síntomas subjetivos como parestesias, prurito, mareo o cefalea, se debe repetir la misma dosis en la siguiente inyección. Si los síntomas reaparecen se pueden administrar de forma profiláctica antihistamínicos. • Tras la aparición de síntomas sistémicos objetivos, la dosis se reduce en uno o dos escalones. 5. Duración de la ITVH. Por lo general se recomienda una dura- ción mínima de 3 a 5 años. Para algunos autores la negativización de las pruebas cutáneas o una significativa disminución de los nive- les de la IgE específica es razón suficiente para suspenderla, sin embargo, en la gran mayoría de casos la positividad de los tests cutáneos se mantiene durante más de ocho años e incluso indefini- damente, por tanto si se sigue este criterio la duración del trata- miento sería muy prolongada en la mayor parte de los pacientes. De acuerdo con los resultados de un amplio estudio llevado a cabo por Goleen, una duración de 5 años sería suficiente en la gran mayoría de los casos, independientemente del resultado de las pruebas cutá- neas y de los niveles de IgE específica. En el momento actual las recomendaciones con respecto a la discontinuación de la inmunoterapia más aceptadas son las siguien- tes: 1) la decisión debe realizarse de acuerdo con una discusión cui- dadosa sobre el tema entre el médico y el paciente; deben tenerse en cuenta las variables individuales de cada paciente, como su ofi- cio o afición, medicaciones o enfermedades coexistentes; 2) uno de los criterios de interrupción es la negativización de las pruebas cutá- neas; 3) pacientes con reacciones a picaduras leves o moderadas antes de la inmunoterapia pueden suspenderla tras 3 a 5 años y 4) pacientes con reacciones a picaduras graves (hipotensión, edema laríngeo o broncoespasmo) deberían continuar la inmunoterapia con veneno durante más de cinco años y quizá indefinidamente; sin ALERGIA A VENENOS DE HIMENÓPTEROS 223 embargo, dado que la mayoría de los pacientes de alto nesgo tole- ran la suspensión de la inmunoterapia con venenos tras cinco años de tratamiento, la interrupción de la misma es una opción si se tie- ne la constancia de la tolerancia a una nueva picadura, bien espon- tánea o provocada en medio hospitalario. 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