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CAPÍTULO 11 Alergia a medicamentos. Toxicodermias José Vigaray Conde, Mercedes Cueto Baelo Se denomina reacción adversa medicamentosa (RAM) a aquel efecto no deseado que sucede tras la administración de un fármaco a dosis terapéutica. Puede ser predecible en el 80% de los casos, siendo dosis dependiente y explicándose por acciones farmacológi- cas conocidas del fármaco. En otras ocasiones es impredecible e independiente de la dosis y puede ser explicada por existir una base inmunológica (reacciones de hipersensibilidad) o genética (reaccio- nes de idiosincrasia). Al referirnos a «alergia a medicamentos" englobamos a todas aquellas reacciones donde se confirma o pre- sume la existencia de un mecanismo de hipersensibilidad (tipos I a IV de Gell y Coombs). Según el tiempo transcurrido desde la toma del fármaco se dividen en inmediatas <<1 hora), aceleradas (1 a 72 horas) y tardías (>72 horas). Resulta más didáctico y coherente con sg patogenia dividirlas, simplemente, en inmediatas y no inmedia- tas. Las primeras se refieren a las reacciones por mecanismo IgE (hipersensibilidad tipo I) que cursan con urticaria-angioedema, asma y/o rinoconjuntivitis y anafilaxia. Por su similitud clínica para- lelamente se estudian las denominadas “reacciones pseudoalérgi- cas”, habitualmente producidas por liberación inespecífica de mediadores (histamina) o por mecanismos de idiosincrasia como la intolerancia a AINES. Entre las reacciones no inmediatas se engloban diversos cua- dros clínicos por hipersensibilidad tipo II, III o IV, y otros de meca- nismo desconocido. A su vez se clasifican en sistémicas (fiebre medicamentosa, enfermedad del suero, vasculitis, etc.) y organoes- 166 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA pecíficas (nefritis intersticial, hepatitis citolítica y colestásica, etc.). Por su interés en la clínica destacan aquellas con manifestaciones predominantes o exclusivamente cutáneas. Se engloban junto con otras entidades dermatológicas secundarias a fármacos en el epí- grafe de loxicodermias, y entre ellas se describen: — Exantemas: es la reacción cutánea por medicamentos más frecuente (50%), por delante de la urticaria. Presentan una gran variabilidad morfológica, distinguiéndose los escarlatini- formes (lesiones puntiformes y confluentes), rubeoliformes (máculas aisladas de tamaño lenticular) y morbiliformes (áre- as eritematosas de mayor tamaño a veces con centro claro). Afectan habitualmente a tronco y extremidades, pueden ser pruriginosos y a veces se asocian a fiebre y eosinofilia. Suelen ser autolimitados, resolviéndose en una o dos semanas, aun- que pueden progresar a eritrodermia. Su mecanismo es des- conocido. El diagnóstico diferencial se plantea con los exante- mas virales y es eminentemente clínico (morfología y curso de las lesiones e introducción de un fármaco sospechoso en los días previos). Los medicamentos responsables son múltiples, pero los más comunes son las aminopenicilinas, las sulfami- das y los AINES. — Exantema fijo medicamentoso se caracteriza por lesiones en piel y/o mucosas (sobre todo extremidades y región genital) que aparecen siempre en la misma localización al administrar el medicamento responsable. Morfológicamente son máculas eritematosas, circulares y bien delimitadas, a veces edemato- sas y en ocasiones ampollosas. Pueden ser únicas o múltiples, y evolucionan a lesiones residuales pigmentadas que se reac- tivan con la reexposición al fármaco. Su mecanismo es desco- nocido, aunque se especula con el papel de los linfocitos T. Los medicamentos que más lo originan son los AINES y las sulfa- midas. — Eritema exudativo multiforme (EEM): en la mayoría de los casos se asocia a infecciones, sobre todo por herpes simple, pero en el 10% se desencadena por fármacos, sobre todo en la forma mayor síndrome de Stevens-Jonhson. En éste coe- xisten lesiones típicas en forma de diana junto con otras ampollosas y erosiones en al menos dos mucosas. El cuadro se acompaña de síntomas generales (sobre todo fiebre) y a veces afectación multisistémica. Su mecanismo es desconoci- do pero también se especula con la mediación de linfocitos T. ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 167 Se ha descrito con múltiples fármacos como AINES, sulfami- das, penicilinas y anticonvulsivantes. — Necrolisis epidérmica tóxica (NET) o síndrome de Lyell: es la reacción cutánea más grave causada por fármacos. Se carac- teriza por la aparición súbita de eritema generalizado con sig- no de Nikolsky (despegamiento epidérmico al roce) positivo, seguido de ampollas fláccidas, y pérdida de epidermis en áre- as extensas similar a la de un gran quemado. La lesiones mucosas asociadas son frecuentes y muy severas. Sus múlti- ples complicaciones sistémicas originan una mortalidad ele- vada (30%), sobre todo por sepsis. Su mecanismo es discuti- do aunque se englobe entre las reacciones de hipersensibili- dad a fármacos. Existe controversia entre los autores, al con- siderarlo algunos una forma severa de eritema exudativo mul- tiforme. También se discute el empleo de corticoides en su tra- tamiento, planteándose como alternativas ciclofosfamida y ciclosporina. Se describe con más frecuencia con AINES, sul- famidas, hidantoínas, barbitúricos y penicilinas. — Pustulosis exantemática aguda generalizada (AGEP): entidad infrecuente caracterizada por un eritema difuso con pústulas no foliculares, habitualmente neutrofílicas. En su mayoría son cuadros autolimitados que desaparecen al suspender el fár- maco, aunque se han comunicado reacciones severas con afectación sistémica. Su mecanismo es desconocido. Se ha asociado a múltiples medicamentos: AINES, cefalosporinas, sulfamidas, etc. —Erupciones eczematosas: algunos fármacos son causa fre- cuente de eczema alérgico de contacto por mecanismo de hipersensibilidad tipo IV (neomicina, anestésicos locales del grupo PARA, antihistamínicos derivados de las fenotiacinas. como la prometacina, corticoides, etc.). En raras ocasiones la administración sistémica de fármacos con sensibilización de contacto previa o no, causa erupciones eczematosas con manifestaciones clínicas variadas que se engloban en el deno- minado “eczema de contacto sistémico”: brotes en el primiti- vo área del eczema de contacto, dishidrosis, eczema disemi- nado o síndrome Baboon (eritema delimitado en región glútea y zona genital, con eccema en flexuras de codos y axilas). —Reacciones de fotosensibilidad: erupciones causadas por medicamentos administrados por vía tópica o sistémica al exponerse al sol. Se generan por dos mecanismos: 168 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA • Fototóxico: no es específico, puede ocurrir en la primera expo- sición y se manifiesta como quemadura solar. Se ha descrito con tetraciclinas, fenotiacinas, sulfamidas, furosemida y oxicams. • Fotoalérgico: reacción de hipersensibilidad retardada con metabolitos generados por la acción solar sobre el medicamento. Es específico, no ocurre en la primera exposición y se manifiesta como eczema. Se ha notificado con fenotiacinas, sulfamidas, tiazidas, anti- diabéticos orales y quinidina. DIAGNÓSTICO DE REACCIONES ADVERSAS A MEDICAMENTOS 1. Historia clínica Es el pilar fundamental del diagnóstico. Hay que valorar la fecha, el medicamento implicado, la naturaleza de la reacción, el intervalo entre la toma del fármaco y su inicio, así como la tole- rancia posterior a otros medicamentos. Con frecuencia se alcanza un diagnóstico sólo con la historia, sobre todo si el test de provo- cación no está indicado. 2. Tests in vivo: Pruebas cutáneas: Se efectúan con las técnicas de prick (SPT) e intradermorreacción (IDT), cuando se sospecha un mecanismo IgE mediado, aunque la lectura tardía de las IDT diagnostica a veces reacciones retardadas. Son útiles con antibióticos betalactámicos, pirazolonas y ciertos anestésicos, sobre todo en reacciones recien- tes y en casos de anafilaxia.Con otros grupos ele fármacos su ren- tabilidad diagnóstica es muy baja. Su negatividad nunca descarta un diagnóstico, mientras que una positividad hay que valorarla según la historia clínica y el fármaco implicado. En aquellos casos donde se tenga la certeza de que no existe un mecanismo de hipersensibili- dad (por ejemplo, intolerancia a AINES), generalmente no están indicados. Raramente pueden originar reacciones sistémicas seve- ras, por lo que deben realizarse tras consentimiento escrito con la supervisión directa del alergólogo. En la Tabla 11,1 se resumen las concentraciones no irritantes recomendadas para tests cutáneos con los fármacos más usuales. ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 169 Tabla 11.1. Tests cutáneos: concentraciones recomendadas Penicilina: SPT 100 000 Ul/ml IDT 1.000-10.000 Ul/ml. Amoxicilima: SPT 200 mg/ml IDT 10-20 mg/ml. Cefalotina: SPT 100 mg/ml IDT 2-10-20' mg/ml (*puede ser irritante). Eritromicina: SPT SO mg/ml IDT 0.05 mg/ml. Ciprofloxacino: SPT 1 mg/ml IDT 0.01-0.1' mg/ml (*puede ser irritante). Dipirona: SPT 40 mg/ml e IDT 0.4-4 mg/ml. Propifenazona: SPT 100 mg/ml e IDT 0.2-2-20 mg/ml. Suxametonio: SPT 10 mg/ml e IDT 0.01 -0.1 mg/ml. Atracurio: SPT 10 mg/ml e IDT 0.0001 -0.00001 mg/ml. Pancuronio: SPT 2 mg/ml e IDT 0 2-0.02 mg/ml Fentanilo: SPT 0.05 mg/ml e IDT 0 0005-0.00005 mg/ml. Propofol: 10 mg/ml e IDT e IDT 0.1-1 mg/ml. Los tests epicutáneos (parches) están indicados en el estudio de reacciones retardadas y sobre todo cuando se sospecha un meca- nismo de hipersensibilidad tipo IV. Su rentabilidad diagnóstica es muy variable según el cuadro clínico, siendo elevada en casos de dermatitis de contacto. En el exantema fijo debe realizarse en el área donde previamente se localizó la lesión (suele quedar hiper- pigmentación residual marronácea), con la piel indemme en el momento de la prueba. Por su seguridad también se realizan tras reacciones severas tardías (Stevens-Johnson, NET, AGEP) donde está contraindicado el test de provocación, aunque su rentabilidad es muy baja. Test de provocación: El test de provocación oral y/o parenteral nos proporciona la confirmación diagnóstica de una posible reac- ción de hipersensibilidad. Se realiza con dosis crecientes, a simple ciego y siempre en hospital con UCI, previo consentimiento escrito y bajo la estricta supervisión del alergólogo. Las pautas recomen- dadas con los fármacos de mayor interés se resumen en la Tabla 11.2 aunque hay diferencias entre las distintas Unidades de Alergia y pueden ser modificadas dependiendo de la historia. Su indicación viene determinada por la severidad de la reacción y la necesidad del fármaco. También se emplea para confirmar la tolerancia con fármacos alternativos al de la reacción, sobre todo cuando se desea descartar reactividad cruzada (situación muy frecuente en la práctica clínica con betalactámicos) o una posible intolerancia a AINES. Está contraindicado en casos de anafilaxia, síndrome de Stevens-Johnson y NET. En pacientes asmáticos el FEV1 basal 170 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA debe ser > 80% o 1.500 cc. Alternativas en estos pacientes para el diagnóstico de intolerancia a AINES son los tests de provocación inhalativos en su modalidad bronquial o nasal. En reacciones de probable mecanismo IgE cuando ha trascurri- do un tiempo prolongado, la provocación puede ser inicialmente negativa y actuar como reestímulo de modo que en una segunda valoración sea positiva. Por ello en estos casos se repiten los tests cutáneos y la provocación tras un intervalo de 15 a 30 días para confirmar tolerancia. Esto se realiza de forma rutinaria con betalac- támicos, y aunque algunos grupos discuten su rentabilidad, la mayo- ría plantea llevarlo a cabo también con otros fármacos. 3. Test in vitro: La determinación de IgE específica (RÍA, RAST, CAP, etc.) está indicada para antibióticos beta I acta micos y en reacciones perianes- tésicas (miorrelajantes, formaldehído y óxido de etileno) o por pro- teínas como la insulina. Su rentabilidad diagnóstica es muy baja y disminuye con los años. Con otros fármacos no suele realizarse, excepto en casos de investigación. Igualmente ocurre con otras téc- nicas como el test de liberación de histamina, test de liberación de leucotrienos, test de transformación linfoblástica (con determinación de citocinas en sobrenadantes) y citometría de flujo (con marcado- res de homing cutáneo CLA + o marcadores de activación linfocita- ria). La determinación seriada de mediadores (triptasa e histamina) de forma inmediata a la reacción puede confirmar un mecanismo IgE, aunque raramente es factible su realización. En algunos casos es útil una biopsia cutánea que permita un diagnóstico histopatoló- gico, la realización de técnicas inmunohistoquímicas o la hibridación in situ de interleucinas. FÁRMACOS MÁS FRECUENTEMENTE IMPLICADOS EN PATOLOGÍA ALÉRGICA Antibióticos Betalactámicos Dentro de los antibióticos son los fármacos que originan más reacciones de hipersensibilidad (>30%) y en los que con mayor ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 171 frecuencia se confirma un mecanismo IgE. Aunque comparten un anillo bicíclico betaIactamo-tiazoIidina, se dividen en cuatro grupos con diferencias estructurales: Penicilinas (benzilpenicilinas y ami- nopenicilinas como la amoxicilina, que es el betalactámlco usado con más frecuencia), cefalosporinas, carbapenems y monobácta- micos. Se describen antígenos de betalactámicos formados por conjugados de metabolitos y proteínas: el determinante antigénico mayor (BPO-PPL; grupo peniciloil acoplado a la polilisina), y los determinantes antigénicos menores (mezcla de benzilpenicilina y ácido benzilpeniciloico). Clínicamente causan con mayor frecuencia reacciones inmedia- tas del tipo urticaria-angioedema o anafilaxia por un probable meca- nismo de hipersensibilidad tipo I. Es posible cuantificar IgE especi- fica frente a conjugados de penicilina G o V, ampicilina y amoxicili- na, en especial cuando se emplea corno carrier polilisina a pH alto. Sin embargo, su rentabilidad diagnóstica es inferior a la de los tests cutáneos y disminuye con el tiempo, siendo casi nula al año de la reacción. Esta negativización de la IgE específica con el tiempo es más acusada en sensibilizaciones selectivas, sobre todo por ami- nopenicilinas. En un 10% de los casos con IgE específica positiva los tests cutáneos son negativos, aportando una información com- plementaria cuya relevancia depende de la historia clínica. Otros tests in vitro sólo están indicados en casos de investigación. Los tests cutáneos permiten la detección de anticuerpos IgE in vivo. Deben realizarse con penicilina G sódica, aminopenicilinas (amoxicilina y/o ampicilina) y con los derivados antigénicos disponi- bles: PPL (determinante antigénico mayor o grupo peniciloil acopla- do a polilisina) y MDM (mezcla de determinantes antigénicos meno- res). Los MDM son los menos abundantes en la molécula de peni- cilina, pero paradójicamente son responsables del mayor número de reacciones graves e inmediatas. En las reacciones con cefalos- porinas además se realizan con la responsable de la historia y al menos otra más. Se llevan a cabo primero mediante SPT, y si dicho test es negativo con IDT. Las concentraciones recomendadas para su realización se recogen en la Tabla 11.1. Su especificidad es ele- vada y aunque se desconoce con exactitud su valor predictivo y sensibilidad, ésta disminuye con el trascurso de los años sobre todo con aminopenicilinas. Se observa una correspondencia entre la clí- nica y los tests cutáneos, de modo que los pacientes con MDM posi- tivo refieren en mayor proporción anafilaxia, y aquéllos con PPL positivo, urticaria. Entre los sujetos con pruebas cutáneas positivas 172 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA a las aminopenicilinas, la mayoría también había presentado anafi- laxia. El test de provocación diagnósticose plantea cuando el estudio in vitro y los tests cutáneos son negativos, y está especialmente indicado con éste grupo de antibióticos, excepto en pacientes con anafilaxia. Debe realizarse administrando por via oral o parenteral dosis crecientes cada hora hasta dosis terapéuticas. En la Tabla 11.2 se resumen pautas de provocación con diversos betaIactámicos, aunque hay diferencias entre las Unidades de Alergia. Transcurridos 15 a 30 días se aconseja repetir los tests cutáneos (IDT) y el test de provocación, pero se discute si en dosis seriadas o dosis única. El mayor conocimiento generado en los últimos años de las reacciones selectivas y de las diferentes reactividades cruzadas entre betalactámicos permite plantear el test de provocación con fármacos alternativos al implicado en la reacción. Hasta el 40% de las reacciones con aminopenicilinas son selectivas, con buena tole- rancia al resto de betalactámicos. Entre cefalosporinas la reactivi- dad cruzada es variable, describiéndose casos de sensibilización única a una sola cefalosporina. En relación con las penicilinas, su reactividad oscila desde el 0 al 30%, siendo superior con cefalos- porinas de primera generación. Esta variabilidad se justifica por las diferencias en su estructura química y viene condicionada por la cadena lateral en vez de por el anillo betalactámico (es caracterís- tica la elevada reactividad cruzada entre cefadroxilo y amoxicilina, por la homología de la cadena lateral). La reactividad entre carba- penems y benzilpenicilina es elevada. Con respecto a los mono- bactámicos se apunta la existencia de reacción cruzada entre aztreonam y ceftazidima. En conclusión, cuando se tenga un alto grado de sospecha o se confirme una sensibilización a un betalac- támico, debe valorarse la tolerancia al menos a otro de reactividad cruzada baja. En nuestra Unidad a los pacientes sensibilizados a penicilinas se les realiza el test de provocación al menos con cefu- roxima, alternativa eficaz por su amplio espectro, posible adminis- tración oral o parenteral y escasa reactividad cruzada. La posibili- dad de tolerar betalactámicos alternativos y el desarrollo de otros grupos de antibióticos de amplio espectro, ha eliminado en la prác- tica diaria la necesidad de desensibilización con penicilinas, excepto en indicaciones absolutas como la sífilis. Las reacciones tardías por betalactámicos son menos frecuen- tes que en otros grupos farmacológicos. En la mayoría su mecanis- mo sigue siendo incierto. Habitualmente cursan en forma de urtica- ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 173 ria o como exantemas maculopapuIosos, éstos típicamente desen- cadenados por aminopenicilinas en asociación a una infección viral, como la mononucleosis infecciosa. Otros cuadros más infrecuentes son: exantema fijo, síndrome de Stevens-Johnson, NET y AGER También se describen casos de eczcema de contacto. Otras reac- ciones tardías sistémicas u órgano específicas (discrasias sanguí- neas, fiebre medicamentosa, nefritis intersticial, hepatitis y vasculi- tis, etc.) podrían estar mediadas por reacciones de hipersensibilidad tipos II o lll por anticuerpos IgG. La IDT en lectura tardía y los tests epicutáneos se emplean con resultado desigual y aunque se comu- nican pruebas positivas, su rentabilidad es baja. Habitualmente el diagnóstico es clínico, y cuando no esté contraindicado se realizará un test de provocación con periodos de observación superiores a los empleados en reacciones inmediatas. Hay que mencionar aparte la enfermedad del suero descrita con cefaclor en niños pequeños (edad media 3,8 años). Habitualmente debuta en la primera o segunda semana de tratamiento, pero pue- de suceder tras la primera toma o incluso tras concluirlo. Se espe- cula que se trate de una reacción idiosincrática por metabolitos cito- tóxicos, originados por acción del citocromo P-450. En estos casos no existe «reactividad cruzada» con otras cefalosporinas. Macrólidos La incidencia de reacciones ha aumentado de forma significati- va en los últimos años, de forma paralela a un incremento en su uti- lización. Se dividen según el número de átomos de carbono de su molécula en: eritromicina, roxitromicina, claritromicina (14 átomos); azitromicina (15 átomos); josamicina y espiramicina (16 átomos). Los macrólidos más implicados son la espiramicina y con menor fre- cuencia la eritromicina. Clínicamente predominan cuadros inmedia- tos de urticaria o distintas reacciones cutáneas retardadas. Con espiramicina también se han publicado casos de urticaria de con- tacto y asma por exposición laboral. La rentabilidad de los tests cutáneos es muy baja, aunque se describen casos positivos con espiramicina, eritromicina y roxitromicina, recomendándose su rea- lización. También se han comunicado positividades en las pruebas de parche (hasta 10% en etanol o vaselina), fundamentalmente en historias de exantema fijo y eczemas. La mayor parte de los estu- dios de provocación confirman que son reacciones selectivas, pero hay referencias bibliográficas de reactividad cruzada entre eritromi- 174 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA cina y espiramicina, así como azitromicina y roxitromicina. Por tan- to, en casos de duda siempre debe confirmarse una posible tole- rancia, y además de testar el macrólido sospechoso se aconseja valorar antes otro alternativo. Quinolonas La incidencia de reacciones de hipersensibilidad es baja pero creciente. Las quinolonas implicadas con más frecuencia son: áci- do nalidíxico, ácido pipemídico, ciprofloxacino, norfloxacino y oflo- xacino. Con las últimas quinolonas de tercera y cuarta generación prácticamente no se han comunicado reacciones. Clínicamente se describen tanto reacciones inmediatas, de probable mecanismo IgE, como tardías. La rentabilidad diagnóstica de los tests cutáne- os es muy baja, encontrando además falsos positivos con IDT (con- centraciones >0,1 mg/ml) por su efecto irritante. Se comunican algunos casos de tests epicutáneos positivos (50% en vaselina). Los tests de provocación confirman la existencia de reactividad cru- zada entre distintas quinolonas. Por tanto, en casos confirmados o con un alto grado de sospecha de sensibilización a una quinolona, las restantes deben prohibirse. Otros antibióticos Cotrimoxazol: Continúa siendo relevante en el paciente VIH, donde origina sobre todo exantemas de origen tóxico-metabólico y se han desarrollado diferentes pautas de desensibilización. En el resto de pacientes sigue siendo una de las causas principales de exantema fijo, pudiendo realizar tests epicutáneos (sulfamida 5% en vaselina y trimetoprim 10% en dimetil-sulfóxido). Aminoglucósidos: La incidencia de reacciones ha caído drásti- camente ante su menor utilización, en particular de la estreptomici- na. Actualmente sólo estaría indicado realizar un estudio (tests cutá- neos y provocación parenteral) en historias poco sugerentes, cuan- do sea absolutamente imprescindible su empleo. Son relativamente frecuentes los casos de eczema de contacto (neomicina), donde se ha descrito reactividad cruzada. Tetraciclinas: La causa más frecuente de reacciones en la actua- lidad es la minociclina, utilizada en el acné. Destacan por su capa- cidad fotosensibiIizante. También se describen reacciones cruzadas entre ellas. ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 175 Vancomicina y teicoplanina: Existen casos de reactividad cruza- da entre ambas, aunque es infrecuente que se confirme un meca- nismo de hipersensibilidad. Los tests cutáneos son negativos y la provocación con vancomicina debe realizarse en infusión lenta para evitar el típico “síndrome del hombre rojo” (flushing y prurito por liberación inespecífica de histamina). ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS (AINES) Son el segundo motivo de consulta de reacción adversa tras los betaIactámicos (>25%). Según el grupo farmacológico al que perte- necen se clasifican en: Salicitatos: Ácido acetilsalicílico (AAS),acetilsalicilato de lisina (ASL), diflunisal, salsalato, salicilamida, etc. Ácidos propiónicos: Ibuprofeno, naproxeno, ketoprofeno, piketo- profeno, fenbufeno, etc. Ácidos fenámicos: Ac. mefenámico, ac. niflúmico, ac. flufenámi- co, ac. etofenámico, etc. Ácidos acéticos: Diclofenaco, aceclofenaco, ketorolaco, indo- metacina, sulindac, tolmetin, etc. Oxicams: Piroxicam, droxicam, tenoxicam, meloxicam, etc. Pirazolonas y pirazolidindionas: Propifenazona, fenilbutazona, dipirona (metamizol), oxifenbuzona, etc. Ácidos nicotínicos: Clonixinato de lisina, isonixina. Derivados del para-aminofenol (no ácidos): Paracetamol, pro- pacetamol, fenacetina, etc. Sulfonanilidas: Nimesulide. Inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa-2: Celecoxib. Rofecoxib. Según el mecanismo de la reacción se clasifican en: Alergia a AINES: Reacciones selectivas, probablemente IgE mediadas con un AINE de un único grupo, con buena tolerancia al resto. La mayoría son reacciones por pirazolonas (82%), aunque también son frecuentes con otros AINES como diclofenaco. El meca- nismo IgE se comprueba sobre todo con pirazolonas, donde los tests cutáneos con frecuencia son positivos, y en algún caso con parace- tamol a partir de formulaciones de propacetamol. Las concentracio- 176 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tabla 11.2. Pautas de provocación, hasta dosis máxima acumulada Penicilina: 125, 250, 400 mg. Amoxicilina: 125, 250, 500 mg. Cefuroxima: 125, 250, 500 mg. Cefaclor: 62.5,125, 250 mg. Eritromicina: 125, 250, 500 mg. Ciprofloxacino: 125, 250, 500 mg. Paracetamol: 100, 250, 500, 1000 mg. Piroxicam: 5, 10, 20 mg. Diclofenaco: 12.5, 25, 50 mg. Ibuprofeno: 100, 200, 400, 600 mg. Nimesulide: 50, 100, 200 mg. AAS: 25. 100, 250, 500, 1000 mg. Dipirona. 100, 300, 600 mg. Mepivacaina: 0.5, 1 ml. nes recomendadas se recogen en la Tabla 11.2. Con el resto de AINES habitualmente no se realizan tests cutáneos por su nula ren- tabilidad diagnóstica y/o su efecto irritante. No existen métodos in vitro fiables. Clínicamente causan urticaria-angioedema y analilaxia (asociación positiva con alelos HLA-DRB1"11), indistinguibles de las que se producen en intolerantes. Para diferenciarlos, si los tests cutá- neos son negativos o no están indicados, se valora la tolerancia a AINES alternativos mediante la historia clínica o el test de provoca- ción oral, habitualmente con AAS. Cuando se toleren otros AINES la indicación de la provocación con el fármaco implicado en la historia dependerá de su necesidad y de la gravedad de la reacción. Intolerancia a AINES: Reacciones provocadas por AINES estructuralmente diferentes y mediadas por un probable mecanismo farmacológico: la inhibición de la ciclooxigenasa (COX) disminuye la síntesis de PGE2 e incrementa la de cis-leucotrienos, responsables de la sintomatología. Se ha descrito una variante del alelo C que codifica la LTC4 sintetasa localizado en el cromosoma 5q, que cau- saría una sobreexpresión de esta enzima y un aumento de la sínte- sis de leucotrienos, condicionando la clínica en los pacientes intole- rantes. Existen dos isoformas de COX: isoenzima COX 1, constituti- va, responsable de la síntesis sistémica de prostaglandinas, su inhi- bición medía una posible intolerancia a AINES; Isoenzima COX 2, inducida, su expresión sucede ante un proceso inflamatorio. La ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 177 mayoría de los AINES inhiben ambas, aunque algunos presentan una selectividad total (rofecoxib y celecoxib) o parcial (nimesulide) para COX 2, que les permite mantener su eficacia antiinflamatoria y una posible tolerancia en intolerantes. La reacción se manifiesta con un intervalo de minutos a horas y su intensidad depende de la dosis del fármaco y su potencia inhibitoria sobre la COX Se describen tres tipos de respuestas: 1. Respiratoria: La mayoría son pacientes con el Síndrome ASA-Triada: asma intrínseco habitualmente moderado-seve- ro, rinitis crónica con poliposis e intolerancia a AINES que se manifiesta con broncoespasmo y/o clínica nasoconjuntival. Suele aparecer a los 30-40 años, con una relación mujer, varón de 3:2. Son intolerantes a AAS un 10-20% de los adul- tos asmáticos, subiendo la incidencia hasta el 30-40% si tam- bién tienen rinosinusitis y/o poliposis nasal. Raramente apa- rece broncoespasmo sin patología respiratoria previa o rino- conjuntivitis, como únicas manifestaciones. 2. Cutánea: Cursan con urticaria-angioedema, y se manifiesta sobre todo con AAS y en pacientes con urticaria crónica de base (20-30% de éstas se reactivan por AINES). En algunos casos se asocian sintonías nasoconjuntivales y rara vez broncoespasmo. 3. Anafilactoide: Pueden cursar con gran severidad sin diferen- cias clínicas evidentes con los casos de anafilaxia de reac- ciones selectivas, aunque estas últimas son más frecuentes. El diagnóstico de las reacciones de intolerancia se basa en la his- toria clínica y en el test de provocación. En el supuesto de reacciones con diferentes AINES, se valorará bien una provocación con AAS para confirmar el diagnóstico de intolerancia o quizás la provocación con fármacos alternativos: paracetamol y/o inhibidores selectivos de COX 2. En los casos de historia exclusiva con un AINE se actuará tal como se indicaba en el caso de reacciones selectivas. En la Tabla 11.2 se resumen pautas de provocación con los fármacos más empleados, aunque hay diferencias entre las distintas Unidades de Alergia. Se aconseja dar tomas con intervalos mínimos de 60 minu- tos, con controles espirométricos en asmáticos (en éstos se consi- dera positivo una disminución del FEV1>2O%). El riesgo de reacción con fármacos alternativos en intolerantes aumenta con dosis eleva- das superiores a las terapéuticas (paracetamol >1 g; nimesulide >100 178 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA Tabla 11.3. Metodología de las provocaciones inhalativas. TPB: Inhalación de suero salino y posterior de acetilsalicilato de lisina (ASL), (solución de 45 mg/ml): 1, 5, 5, 5 y 10 inhalaciones cada 30 minu- tos, con espirometrías entre las inhalaciones y posteriores seriadas hasta 8 horas después. Resultados: Se considera positiva una caída del FEV1 >20% con respecto al basal. Las reacciones tardías en las 2 horas siguien- tes son frecuentes, pero tras 4 horas son raras. En un tercio de los casos se asocian síntomas nasoconjuntivales. TPN: hay que determinar el flujo nasal inspiratorio (PPIN) y las resistencias nasales por rinomanometría anterior en situación basal y tras instilación en una fosa nasal de suero salino. Si el PFIN no cae más del 20% se continúa con instilaciones de ASL a concentraciones crecientes (5. 25. 50 y 100 mg/ml) cada 30 minutos, con medidas del PFIN 10, 20 y 30 minutos tras cada instilación y determinaciones seriadas posteriores según la respues- ta. Se recomiendan también controles espirométricos. Resultados: Es posi- tiva una caída del PFIN >40% o entre 20 y 40% junto con clínica nasal, con- juntival o bronquial. mg), según las series oscila entre el 10-30% de los casos. Los pri- meros datos con rofecoxib apuntan una excelente tolerancia, inclusi- ve a dosis altas. Los tests de provocación inhalativos bronquial (TPB) y nasal (TPN) con acetilsalicilato de lisina, son una alternativa segura en pacientes con clínica respiratoria y anafilactoide (sólo TPB). La correlación del TPB con la provocación oral con AAS es muy eleva- da. Algún falso negativo se encuentra en intolerantes sólo con clíni- ca rinoconjuntival. Por ahora se realizan sobre todo en estudios de investigación. Su técnica se resume en la Tabla 11.3. En pacientes intolerantes se prohíben todos los AINES, excep- to paracetamol e inhibidores de COX 2, siempre y cuando se con- firme su tolerancia. Su evitación no modifica la evolución del asma- rinitis en pacientes con ASA-triada, pero es imprescindible en la urticaria crónica, Se debe dar al paciente unlistado con fármacos alternativos, sin relación con los AINES: opiáceos (dextro pro pon ¡fe- no, pentazocina, meperidina, petidina, codeína) y espasmolíticos (bromuro de hioscina). La desensibilización con AAS esté indicada cuando sea preciso su empleo como antiagregante en intolerantes con clínica respirato- ria. Su éxito depende de la dosis umbral que causa clínica. Hay diversas pautas, que procuran alcanzar al menos el doble de la dosis umbral. En pacientes sólo con rinosinusitis es relativamente segura ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 179 y puede realizarse de forma rápida. En asmáticos debe llevarse a cabo en UCI, previo ciclo de corticoides en pacientes inestables. Otras reacciones: La mayor parte son toxicodermias probable- mente mediadas por linfocitos T, y se manifiestan de forma retardada. Los cuadros clínicos más relevantes son: exantemas (sobre todo por derivados del ácido propiónico), exantema fijo, vasculitis, síndrome de Stevens-Johnson y NET. También son fre- cuentes las dermatitis alérgicas de contacto, en especial fotoder- matitis producidas por AINES del grupo aril-propiónico. Raramente se describen reacciones de tipo eczema tras la administración sis- témica de AINES («dermatitis de contacto sistémica"). El diag- nóstico de estas entidades es eminentemente clínico. Pueden rea- lizarse tests epicutáneos de rentabilidad variable, y en casos de exantema tests de provocación oral. Otras reacciones tardías des- critas son: nefritis intersticial aguda, hepatitis citolítica y colestási- ca y discrasias sanguíneas. ANESTÉSICOS GENERALES La incidencia de reacciones perianestésicas es muy variable según las distintas series, oscilando entre 1/1.000 y 1/25.000 actos anestésicos. Aproximadamente el 52% son reacciones alérgicas y el 48% restante reacciones pseudoalérgicas o anafilactoides. Clínicamente son indistinguibles, pudiendo cursar con manifesta- ciones sólo cutáneas (eritema o urticaria) y con menor frecuencia broncoespasmo o anafilaxia Un 5% de estas reacciones anafilácti- cas intraoperatorias son mortales. Entre los agentes implicados los relajantes musculares son res- ponsables de más del 50% de las reacciones, seguidos del látex en un 13%. El resto son causadas por otros fármacos "anestésicos" como hipnóticos o inductores, opiáceos y neurolépticos, antibióticos, AINES y excepcionalmente otros agentes como sustitutos coloida- les del plasma (gelatinas y dextranos), proteínas (protamina) o sus- tancias químicas empleadas en la esterilización del instrumental médico-quirúrgico (formaldehído y óxido de etileno). Miorrelajantes Los más empleados son atracurio, pancuronio, vecuronio, succi- nilcolina y más recientemente mivacurio y cisatracurio (ambos este- 180 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA roisómeros del atracurio). El resto prácticamente no se utilizan en la actualidad. Originan tanto reacciones pseudoalérgicas por su poder histaminoliberador (succinilcolina y atracurio), como reacciones alérgicas mediadas por IgE: succinilcolina (43%)> vecuronio (37%)> pancuronio (13%)> atracurio (7%). El determinante antigénico lo forman dos iones amonio cuater- nario con capacidad para puentear con dos moléculas de IgE. Algunos autores asocian un mayor riesgo de sensibilización con los siguientes factores: antecedentes de reacciones perianestésicas, alergia a fármacos, exposición previa a miorrelajantes, exposición frecuente a otros amonios cuaternarios (tintes, cosméticos), atopia y sexo femenino. El diagnóstico se establece mediante tests cutá- neos: prick e intradermorreacción. Ambas técnicas presentan una correlación y reproductibilidad elevadas y una sensibilidad y especi- ficidad superior al 95%. La especificidad se reduce con los más his- taminoliberadores, siendo importante emplear las concentraciones apropiadas (Tabla 11.1). Se ha demostrado la presencia de IgE específica frente a miorrelajantes, pero su sensibilidad es inferior a la de los tests cutáneos. Tanto las pruebas cutáneas como los estudios de inhibición rea- lizados entre miorrelajantes, sugieren la existencia de reactividad cruzada elevada. En casos de sensibilización a un miorrelajante hay que realizar tests cutáneos con los restantes, permitiendo el empleo sólo de aquellos con los que se obtenga negatividad en las pruebas cutáneas. En los pacientes con tests cutáneos negativos y una alta sospecha de reacción anafilactoide hay que aconsejar los miorrela- jantes menos histaminoliberadores: vecuronio y pancuronio. Existe controversia respecto a la indicación de un preparamiento, pero es una práctica habitual la administración de un antihistamínico Inyec- table 30 minutos antes de la anestesia. Analgésicos opiáceos Las reacciones anafilactoides son infrecuentes y suceden en aquellos con gran poder de histaminoliberación (morfina y meperi- dina), en oposición a otros escasamente histaminoliberadores (fen- tanilo, alfentanilo, sulfentanilo y remifentanilo). Las reacciones ana- filácticas IgE-mediadas también son infrecuentes y se diagnostican mediante tests cutáneos. Se ha objetivado reactividad cruzada entre fentanilo, alfentanilo, sulfentanilo y meperidina. ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 181 Inductores e hipnóticos Tiopental: Es un barbitúrico que origina reacciones IgE-media- das con una incidencia aproximada de 1/25.000 anestesias. Se diagnostican mediante tests cutáneos, aunque su sensibilidad es muy baja. También causan reacciones retardadas en forma de exan- temas maculopapuIosos o descamativos. Propofol: se presenta diluido en un solubilizante lipídico (Intralipid) que contiene aceite de soja, lecitina de huevo y glicerol. Excepcionalmente causa reacciones IgE-mediadas, debiendo reali- zar tests cutáneos (Tabla 11.1), tanto con el fármaco como con la solución lipídica. Con mayor frecuencia origina eritemas leves y eve- nescentes, sin mecanismo inmunológico aparente. Etomidato y ketamina: ambos se pueden emplear como alterna- tivas seguras al no ser histaminoliberadores y sólo existir referen- cias excepcionales de posible reacción adversa. Benzodiacepinas se emplean como inductores, sobre todo dia- cepam, midazolam y loracepam. También son alternativas seguras, pues sólo existen casos excepcionales de reacciones anafilactoides con midazolam, y anafilácticas con diacepam. Neurolépticos Empleados en la neuroleptoanalgesia, sobre todo el droperidol. Éste causa el 1% de las reacciones anafilactoides al inhibir la enzi- ma histamina-N-metiltransferasa, que metaboliza la histamina. ANESTÉSICOS LOCALES Las consultas por reacción adversa con anestésicos locales son frecuentes, pero la gran mayoría son causadas por sustancias aso- ciadas como la adrenalina. Las reacciones alérgicas son raras y constituyen menos del 1% del total. Se dividen en dos grupos según la unión que hace interaccionar la parte lipófila (aromática) con la hidrófila: grupo I o ésteres del ácido PARA-aminobenzoico (procaí- na, tetracaína, benzocaína, butacaína, procainamida); y grupo II o amidas (lidocaína, mepivacaína, articaína, bupivacaína, pramoxi- na). Los fármacos del primer grupo se emplean sobre todo como anestésicos tópicos, son causa de eczema de contacto testado mediante parches (mezcla cainas de la batería estándar del GEDC) 182 GUÍA DE ALERGIA PARA RESIDENTES Y ATENCIÓN PRIMARIA y presentan reacción cruzada entre sí. Los anestésicos del segun- do grupo son los más utilizados, no tienen reactividad entre ellos mismos ni con el primer grupo y sus reacciones se estudian mediante tests cutáneos y tests de provocación. (Tabla 11.2). OTROS FÁRMACOS DE INTERÉS El listado de fármacos con capacidad de causar una reacción de hipersensibilidad es interminable, pero por su interés al menos hay que mencionar los siguientes: Corticoides: por vía tópica causan con frecuencia eczema alér- gico de contacto (prevalencia 4%), dividiéndose en 4 grupos según su reactividad cruzada: clase A (tipohidrocortisona), clase B (tipo triamcinolona y budesonida), clase C (tipo betametasona) y clase D (tipo hidrocortisona butirato). Los corticoides más frecuentemente implicados son: hidrocortisona, pivalato de tixocortol y budesonida. El diagnóstico se realiza mediante tests del parche con lectura has- ta el séptimo día. Se recomienda utilizar el pivalato de tixocortol como screening de una posible sensibilización de contacto a corti- coides. Tras su administración sistémica se han descrito casos de hiper- sensibilidad tipo I, sobre todo con hidrocortisona y metilprednisolo- na, así como otras reacciones tardías de mecanismo discutido. No se ha encontrado un patrón de reactividad cruzada como en el eczema de contacto. Los tests cutáneos (IDT) en ocasiones son úti- les, tanto en lectura inmediata como tardía. Anticonvulsivantes: las reacciones de hipersensibilidad son infre- cuentes, pero típicamente son causa de toxicodermias severas (eri- trodermia, NET, etc.). Se describen sobre todo con carbamacepina y difenilhidantoina, que son compuestos aromáticos derivados de la urea y de un éster de ácido malónico. El test de provocación habi- tualmente está contraindicado, pudiendo realizar pruebas de parche, que en ocasiones resultan positivas. La actitud recomendada como alternativa es el empleo de ácido valproico, anticonvulsivante de estructura no aromática sin reactividad cruzada con los anteriores. Antirretrovirales: su mayor utilización y la disminución que han causado en la morbimortalidad del SIDA, han provocado que actual- mente sean la principal causa de reacciones de hipersensibilidad en pacientes VIH. En especial sucede con los inhibidores de la trans- ALERGIA A MEDICAMENTOS. TOXICODERMIAS 183 criptasa inversa no nucleósidos: nevirapina (17%), delaviridina, etc.; al igual que con los inhibidores de las proteasas: ritonavir (12,5%), indinavir, nefilnavir, etc. La Clínica más frecuente son exantemas maculopapulosos, cuyo mecanismo es desconocido y la actitud habitual, la búsqueda de fármacos alternativos o inducción de tole- rancia. Qimioterápicos: la prevalencia de reacciones adversas es del 5 al 15%. La mayoría están mediadas por un probable mecanismo inmune: tipo I (urticaria y anafilaxia), tipo II (discrasias sanguíneas) y tipo III (neumonitis). También pueden ser causadas por liberación de sustancias vasoactivas. Destaca con más frecuencia la L-aspa- rraginasa, pero en menor medida pueden verse afectados otros grupos como hormonas (taxol), metales (sales de platino), alcaloi- des vegetales (etopósido, paclitaxel, etc.), análogos del ácido fóli- co (metotrexate), antibióticos (antraciclinas, bleomicina, etc.) y antagonistas de bases pirimidínicas (citarabina). Con los agentes alquilantes (clorambucil, ciclofosfamida, melfalán, etc.) también se describen efectos adversos, aunque más raramente y con posible reactividad cruzada entre sí. En algunos casos los tests cutáneos son positivos, si bien con la mayoría hay que realizar controles que discriminen reacciones irritantes. La actitud habitual es el empleo de pretratamiento (dexametasona y dexclorfeniramina) o la bús- queda de fármacos alternativos. BIBLIOGRAFÍA Blanca M, Canto G. Fernández J et al. Reacciones adversas a fármacos con base inmunológica. Una visión a largo plazo. Rev Esp Alergol Inmunol Clin, 1997; 12(5): 283-286. Blanca W, Canto G, Fernández J et al. Actualización de las normas generales para el diagnóstico de reacciones alérgicas a betalactámi- cos. Rev Esp Alergol Inmunol Clin. 1997; 12(3): 204-207. Blanca M, Juárez C, García J et al. Reacciones alérgicas a penicilinas. La experiencia española. Rev Esp Alergol Inmunol Clin, 1993; 8(1): 1-7. Birnbaum J, Porri F. Pradal M, Charpin D, Vervloet D. Allergy during ana- esthesia. Clin Exp Allergy, 1994:24: 915-21. García A, Aragües M. Reacciones cutáneas adversas a medicamentos. En: Iglesias L. (ed.). Tratado de dermatología. Madrid. Ed. Luzán 5, 1994; 755-786. lgea M, Fernández M, Lázaro M. 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