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SRAA

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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA DEL SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA ALDOSTERONA Y SU IMPORTANCIA EN LA REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL
 El presente proyecto científico engloba una investigación exhaustiva sobre la fisiología del SRAA, enfocándose primordialmente en la Enzima Convertidora de Angiotensina (ECA), ECA2, angiotensina II (AGII) y los receptores de la angiotensina tipo 1, tipo 2 y 4, como piezas claves en la cascada hormonal involucrada en los procesos metabólicos, renales y cardiovasculares. 
 La secreción de renina está dada por las células yuxtaglomerulares localizadas en la arteriola aferente del glomérulo del riñón, está controlada por señales intrarrenales tales como la presión de perfusión renal y la composición del líquido tubular y extrarrenales, debidas a cambios en la ingesta de sodio, potasio o calcio y por el sistema nervioso simpático. De modo que la producción de renina es segregada en respuesta a estos estímulos presentados en cifras de hipotensión, ya sea por hemorragias, problemas cardiacos, deshidratación, entre otros. 
 El paso inicial para la síntesis de renina es la formación de preprorenina por el ARN mensajero correspondiente. Esta forma intermedia es transportada al retículo endoplásmico, donde es clivada y libera la prorenina que pasa a través del aparato de Golgi, es glicosilada y depositada en gránulos lisosomales. En estos se forma, por hidrólisis, la renina activa. Los gránulos que contienen renina activa migran hacia la membrana celular y liberan la enzima por exocitosis al lumen vascular. 
 En consecuencia, al ser sintetizada, la renina hidroliza al angiotensinógeno, el cual es una alfaglobulina de origen hepático presente en el plasma. Posteriormente se libera el decapéptido aminoterminal denominado Angiotensina I que se encuentra inactivo, ya que necesita de la actuación de la Enzima Convertidora de Angiotensina (ECA) capaz de hidrolizar los dos últimos aminoácidos, dando como resultado al octapéptido Angiotensina II. Los vasos del pulmón, cerebro y retina son ricos en ECA. 
 Una vez estimulado el receptor AT-1 por la AGII, inicia una secuencia de transcripciones que conllevan a una serie de efectos sistémicos, actuando de dos formas: 
1). Como hormona circulante: produciendo vasoconstricción, estimulando a su vez la síntesis de aldosterona y vasopresina. 
2). Un efecto local (autocrino y paracrino): estimulando la proliferación celular de miocitos y de músculo liso vascular, formación de colágeno e induciendo la apoptosis celular al inhibir la regulación transcripcional de la proteína antiapoptósica Bcl-2. 
 La cascada enzimática tiene un papel fundamental en la regulación de la presión arterial y en la homeostasis hidrosalina a través de la formación de angiotensina. 
 Las acciones rápidas de la Ang. II constituyen la respuesta inmediata, cuyo objetivo es mantener la homeostasis circulatoria cuando se encuentra amenazada por una disminución del volumen intravascular. Los efectos agudos son los siguientes:
a) Vasoconstricción para disminuir la capacidad del sector arterial.
b) Aumento de la secreción de aldosterona para promover la
retención de sodio.
c) Efecto dipsógeno y liberación de vasopresina para conservar los fluidos.
d) Mayor fuerza de contracción miocárdica para aumentar el volumen minuto.
e) Potenciación de los efectos simpáticos para incrementar la acción vasoconstrictora e inotrópica de la angiotensina.
Receptores de angiotensina tipo I y II 
 La mayoría de las acciones del polipéptido se ejercen a través de los receptores AT1. Los receptores AT1 pertenecen a la familia de los receptores de hormonas peptídicas con siete regiones intramembrana, ligados a una proteína G. En todos los órganos en que se ha estudiado, la ocupación de los receptores por la Ang. II activa la fosfolipasa C, que induce la hidrólisis de un éster del fosfatidilinositol y libera inositol trifosfato y diacil glicerol. Estos segundos mensajeros aumentan la concentración de calcio intracelular y activan la proteína cinasa C. Los principales efectos son la contracción del músculo liso vascular y la liberación de aldosterona. Estimula también la fosfolipasa A2, que genera la cascada de las prostaglandinas y eicosanoides. La autofosforilación de los receptores AT1, que tienen capacidad intrínseca de tirosina cinasa similar a los receptores de insulina, aumenta su actividad. Los receptores AT2 son más prevalentes en el feto que en la adultez. 
 En este sentido, los receptores AT2 antagonizarían los efectos que la Ang. II ejerce a través de los AT1, específicamente el efecto presor y promotor del crecimiento celular. Se los ha relacionado también con los mecanismos de apoptosis. El receptor AT2 tiene muy baja afinidad por los antagonistas AT1, como el losartan. 
Receptor de angiotensina tipo 4
La angiotensina IV es un importante péptido de degradación de la angiotensina; ésta se une al receptor AT-4, el cual se expresa principalmente en la célula endotelial. La estimulación de este receptor condiciona un incremento en la expresión del PAI-1. La angiotensina IV, además, funciona como un mediador de relajación vascular pulmonar y cerebral e interviene en la proliferación de células endoteliales en la microvasculatura pulmonar. 
Importancia de ECA2 
 La angiotensina II ejerce la mayoría de sus funciones, como la vasoconstricción y la reabsorción de sodio en el túbulo renal, a través del receptor de la angiotensina II tipo 1. En contraste, al receptor de la angiotensina II tipo 2 se le atribuyen los efectos opuestos, entre ellos, vasodilatadores y antiproliferativos. La ECA2 también degrada la angiotensina I a angiotensina 1-9, un péptido inactivo.
 Mientras que la ECA cataliza la angiotensina I a angiotensina II, la ECA2 facilita la conversión de la angiotensina II en angiotensina 1-7 y de la angiotensina I en angiotensina 1-9, entre otros. 
 La expresión de la ECA2 en el organismo mamífero es generalizada. En el riñón, se localiza principalmente en el túbulo renal proximal, en el glomérulo y en las arteriolas renales. En el túbulo renal proximal, la ECA y la ECA2 se localizan ambas en el borde en cepillo. Sin embargo, en el glomérulo la ECA y la ECA2 no tienen la misma localización: mientras que la ECA se encuentra en las células endoteliales, la ECA2 se localiza principalmente en las células epiteliales y, en menor cuantía, en las células mesangiales.
 El descubrimiento de la ECA2, una enzima homóloga de la ECA encargada de la degradación de la angiotensina II a angiotensina 1-7, ofrece una nueva línea de estudio en el SRAA. La presente revisión expone la importancia de la ECA2 en diferentes órganos: el corazón, el pulmón y el riñón. A su vez, se detalla la importancia de dicha enzima mediante los diversos estudios realizados en modelos genéticamente manipulados con deleción del gen de la ECA2 y mediante la administración de un inhibidor de la ECA2. Los resultados de dichos estudios apuntan a un papel emergente de la ECA2 como una nueva diana terapéutica del SRAA.
 Tanto la inhibición como la deleción del gen de la ECA2 se han asociado a un efecto perjudicial en el riñón, con aumento de la albuminuria y empeoramiento de las lesiones histológicas renales. A su vez, la inhibición de la ECA2 se acompaña de la sobreexpresión glomerular de la ECA. En el riñón, la combinación de elevadas concentraciones glomerulares de la ECA con valores disminuidos de la ECA2 conducirá a un aumento de la formación de angiotensina II intraglomerular, con una disminución de la degradación de ésta, y a la aparición de sus consiguientes efectos nocivos
CONCLUSIÓN
 
 El sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) tiene implicaciones en vías inflamatorias, apoptóticas, proliferativas, regenerativas de matriz celular y metabólicas. Sin embargo, su principal dominio radica en que es un importante regulador de la función cardiovascular y renal. Su bloqueo mediante los inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina y/o los antagonistasdel receptor de la angiotensina II se acompaña de una reducción de los valores de presión arterial, reducción del riesgo cardiovascular y enlentecimiento de la progresión de la insuficiencia renal.
 Consecuentemente, mantener los niveles controlados de presión arterial mediante el uso de ARA II también disminuye el riesgo de ICTUS, reafirmando con esto que estos fármacos muestran un gran potencial en las regulaciones de los procesos proinflamatorios endoteliales, no sólo por bloquear los AT-1, sino también porque disminuyen la expresión génica de éstos, fomentando en forma secundaria la mayor expresión de los AT-2. 
 Aun cuando usar fármacos antihipertensivos conlleva a múltiples beneficios es necesario acotar que existen casos especiales donde van a estar contraindicados, tal como durante la gestación. 
 Por tanto, la Ang. II aumenta la resistencia periférica por su efecto constrictor directo y extremadamente potente sobre el músculo liso vascular. Simultáneamente, a través de la homeostasis hidrosalina modula el volumen plasmático y el volumen minuto al actuar sobre la segunda variable, que regula la presión arterial. Por otra parte, la Ang. II posee, además de su efecto presor directo sobre el músculo liso vascular, un efecto presor indirecto, a través del SNC. La activación de receptores centrales de Ang. II produce un aumento de la actividad simpática periférica y liberación de ADH.
 Finalmente, es importante destacar que el SRAA no sólo tiene implicaciones en la presión arterial, sino también en otras vías, tanto metabólicas como proinflamatorias.
BIBLIOGRAFÍA
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