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puede salir de la vesícula biliar, entra en la sangre y causa una ictericia obstructiva (v. cuadro clínico de la p. 300). FIGURA C5-11. Ecografía longitudinal de la vesícula biliar con cálculos biliares. Colecistectomía A las personas que sufren cólicos biliares graves suele extirpárseles la vesícula biliar. A menudo se utiliza la colecistectomía laparoscópica en lugar de la técnica quirúrgica abierta. La arteria cística casi siempre se origina en la rama derecha de la arteria hepática propia en el triángulo cistohepático (triángulo de Calot). En la práctica clínica habitual, el triángulo cistohepático está limitado inferiormente por el conducto cístico, medialmente por el conducto hepático común y superiormente por la cara inferior del hígado (fig. 5-43). La disección cuidadosa del triángulo cistohepático al principio de la colecistectomía mantiene a salvo a estas importantes estructuras en caso de que haya variaciones anatómicas. Riñones, uréteres y glándulas suprarrenales Los riñones se sitúan retroperitonealmente en la pared posterior del abdomen, uno a cada lado de la columna vertebral (figs. 5-44 y 5-46). Estos órganos urinarios eliminan de la sangre el exceso de agua, sales y desechos del metabolismo de las proteínas, devolviendo al torrente sanguíneo los nutrientes y las sustancias químicas necesarias. Los riñones conducen los productos de desecho desde la sangre a la orina, que drena en la vejiga urinaria a través de los uréteres. Los uréteres discurren inferiormente desde los riñones y pasan sobre la línea terminal al nivel de la bifurcación de las arterias ilíacas comunes. Luego discurren a lo largo de la pared lateral de la pelvis y entran en la vejiga urinaria. La cara superomedial de cada riñón contacta normalmente con una glándula suprarrenal. Un débil tabique de fascia separa 606 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org estas glándulas de los riñones. Las glándulas suprarrenales actúan como parte del sistema endocrino, con una función completamente distinta de la de los riñones, de modo que no están unidos entre sí. Secretan corticoesteroides y andrógenos y sintetizan adrenalina y noradrenalina. C U A D R O C L Í N I C O Hipertensión portal Cuando la cicatrización y la fibrosis de la cirrosis obstructiva obstruyen la vena porta hepática, aumenta la presión en la vena porta y sus tributarias y, por tanto, se produce una hipertensión portal. En las zonas de anastomosis entre los sistemas venosos porta y sistémico, la hipertensión portal hace que se formen venas varicosas agrandadas y que la sangre fluya de las venas del sistema porta a las del sistema sistémico. Las venas pueden estar tan dilatadas que sus paredes pueden romperse y causar una hemorragia. Un método común de reducción de la hipertensión portal es derivar la sangre del sistema venoso porta al sistema venoso sistémico mediante la creación de una comunicación entre la vena porta y la VCI o uniendo las venas esplénica (lienal) y renal izquierda, una anastomosis portocava o derivación portosistémica (fig. C5-12 A). La hemorragia de las varices esofágicas (venas esofágicas dilatadas) en el extremo distal del esófago a menudo es grave y puede ser mortal (fig. C5-12 B). 607 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C5-12. Hipertensión portal. A) Derivación portosistémica (flechas amarillas). B) Varices esofágicas. Esófago y estómago invertidos. Las estructuras venosas azules longitudinales son características de varices esofágicas. FASCIA Y GRASA RENAL La cápsula adiposa (grasa perirrenal) rodea al riñón y la glándula suprarrenal y se continúa con la grasa del seno renal (fig. 5-46). Los riñones, las glándulas suprarrenales y la cápsula adiposa que los rodea están recubiertos (excepto inferiormente) por una lámina membranosa de la fascia renal. Inferomedialmente, la fascia renal se prolonga a lo largo de los uréteres como fascia periureteral. Externo a la fascia renal está el cuerpo adiposo pararrenal (grasa pararrenal), la grasa extraperitoneal de la región lumbar que es más evidente posterior al riñón. La fascia 608 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org renal envía haces de colágeno a través del cuerpo adiposo pararrenal. Los riñones se mueven durante la respiración y cuando se pasa del decúbito supino a la posición bípeda; la movilidad renal normal es de unos 3 cm. Superiormente, la fascia renal se continúa con la fascia diafragmática en la cara inferior del diafragma. Inferiormente, las hojas anterior y posterior de la fascia renal están unidas de manera laxa, si es que llegan a hacerlo. RIÑONES Los riñones se sitúan en la pared posterior del abdomen, al nivel de las vértebras T12- L3. El riñón derecho está a un nivel algo más inferior que el riñón izquierdo, probablemente debido a su relación con el hígado (fig. 5-47). Cada riñón tiene caras anterior y posterior, bordes medial y lateral y polos superior e inferior (fig. 5-48). El borde lateral es convexo y el borde medial es cóncavo en la zona donde se localizan el seno y la pelvis renales, lo que da al riñón un aspecto similar a una judía. En el borde medial cóncavo de cada riñón hay una incisura vertical, el hilio renal. El hilio es la entrada a un espacio dentro del riñón, el seno renal, ocupado sobre todo por grasa, en la que están incluidos la pelvis, los cálices, los vasos y los nervios renales. En el hilio, la vena renal es anterior a la arteria renal, que a su vez es anterior a la pelvis renal. FIGURA 5-46. Relaciones musculoaponeuróticas de los riñones. 609 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-47. Vísceras retroperitoneales y vasos de la pared posterior del abdomen. A) Pared posterior del abdomen. Se observan los grandes vasos, los riñones y las glándulas suprarrenales Vísceras retroperitoneales y vasos de la pared posterior del abdomen. B) Relaciones entre los riñones, las glándulas suprarrenales, el páncreas y el duodeno. La glándula suprarrenal derecha está al nivel del foramen omental (flecha negra). 610 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Superiormente, los riñones se relacionan con el diafragma, que los separa de las cavidades pleurales y del 12.o par de costillas. Más inferiormente, la cara posterior del riñón se relaciona con el músculo cuadrado lumbar (fig. 5- 47). El nervio y los vasos subcostales y los nervios iliohipogástrico e ilioinguinal descienden en diagonal y atraviesan las caras posteriores de los riñones (v. fig. A5-3 B). El hígado, el duodeno y el colon ascendente son anteriores al riñón derecho. El riñón izquierdo se relaciona con el estómago, el bazo, el páncreas, el yeyuno y el colon descendente (fig. 5-47 B). FIGURA 5-48. Riñón y glándula suprarrenal derechos. URÉTERES Los uréteres son conductos musculares con una luz estrecha que transportan la orina de los riñones a la vejiga urinaria. El extremo superior ensanchado del uréter, la pelvis renal, está formado por la confluencia de dos o tres cálices mayores, cada uno de los cuales se forma por la confluencia de dos o tres cálices menores (figs. 5-49 y 5-50). Cada cáliz menor presenta una indentación producida por el vértice de la pirámide renal, la papila renal. Las porciones abdominales de los uréteres se adhieren estrechamente al peritoneo parietal y son retroperitoneales a lo largo de su recorrido. Los uréteres discurren inferomedialmente a lo largo de los procesos transversos de las vértebras lumbares (v. fig. A5-5 A) y cruzan la arteria ilíaca externa justo después de la bifurcación de la arteria ilíaca común. Después discurren a lo largo de la pared lateral de la pelvis para entrar en la vejiga urinaria (fig. 5-51). Los uréteres están constreñidos en grado variable en tres lugares: 1) en la unión de los uréteres y las pelvis renales; 2) en la zona donde los uréteres cruzan el borde de la abertura superior de la pelvis, y 3) durante su paso a través de la pared de la vejiga urinaria. Estos estrechamientos son posibles lugares de obstrucción por cálculos 611 https://booksmedicos.orghttps://booksmedicos.org uretéricos (renales). GLÁNDULAS SUPRARRENALES Las glándulas suprarrenales (adrenales) se localizan entre la cara superomedial de los riñones y los pilares del diafragma (fig. 5-47), donde están rodeadas por tejido conectivo que contiene abundante grasa perirrenal. Las glándulas están rodeadas por la fascia renal, mediante la cual se unen a los pilares del diafragma; sin embargo, están separadas de los riñones por tejido fibroso. La forma y relaciones de las glándulas suprarrenales difieren en ambos lados. FIGURA 5-49. Irrigación de los riñones y los uréteres. A) Segmentos renales y arterias segmentarias. Solo las arterias superior e inferior irrigan todo el espesor del riñón. B) Irrigación de los uréteres. La glándula derecha, de forma piramidal, se sitúa anterior al diafragma y contacta con la VCI anteromedialmente y con el hígado anterolateralmente. La glándula izquierda, de forma semilunar, se relaciona con el bazo, el estómago, el páncreas y el pilar izquierdo del diafragma. 612 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-50. Estructura interna del riñón y de la glándula suprarrenal. 613 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-51. Estrechamientos normales de los uréteres observables en una pielografía retrógrada. A) Se ha inyectado medio de contraste en los uréteres mediante un endoscopio flexible (uretroscopio) situado en la vejiga urinaria. B) Localización habitual de los estrechamientos relativos de los uréteres: (1) en la unión ureteropélvica, (2) al cruzar la arteria ilíaca externa y/o la línea terminal de la pelvis, y (3) cuando el uréter atraviesa la pared de la vejiga urinaria. Cada glándula suprarrenal tiene dos partes: la corteza y la médula suprarrenal (fig. 5-50). Estas partes tienen orígenes embriológicos diferentes y distintas funciones. La corteza suprarrenal secreta corticoesteroides y andrógenos, y la médula secreta adrenalina y noradrenalina. VASOS DE LOS RIÑONES, URÉTERES Y GLÁNDULAS SUPRARRENALES Las arterias renales se originan al nivel del disco IV entre las vértebras L1 y L2. La arteria renal derecha, más larga, pasa posterior a la VCI (fig. 5-47 A). Característicamente, cada arteria se divide cerca del hilio en cinco arterias segmentarias que son arterias terminales, es decir, que no se anastomosan (fig. 5-49). Las arterias segmentarias se distribuyen hacia los segmentos del riñón. Varias venas drenan los riñones y se unen de forma variable para formar la vena renal. Las venas renales se sitúan anteriores a las arterias renales; la vena renal izquierda, más larga, pasa anterior a la aorta (fig. 5-47 A). Cada vena renal drena en la VCI. Las arterias uretéricas nacen principalmente de tres arterias: la arteria renal, la arteria testicular u ovárica y la aorta abdominal (fig. 5-49 A). Las venas uretéricas drenan en las venas renales y testiculares u ováricas (fig. 5- 47 A). La función endocrina de las glándulas suprarrenales hace que sea necesario disponer de una vascularización abundante. Por ello, las arterias suprarrenales proceden de tres fuentes: Arterias suprarrenales superiores (de seis a ocho), de la arteria frénica inferior. Arterias suprarrenales medias (una o más), de la aorta abdominal, cerca del origen de la AMS. Arterias suprarrenales inferiores (una o más), de la arteria renal. 614 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-52. Linfáticos de los riñones y las glándulas suprarrenales. Las flechas indican la dirección del flujo linfático hacia los nódulos linfáticos. El drenaje venoso de la glándula suprarrenal se realiza en la gran vena suprarrenal (v. fig. 5-59). La vena suprarrenal derecha corta drena en la VCI, mientras que la vena suprarrenal izquierda, más larga, a menudo se une a la vena frénica inferior y desemboca en la vena renal izquierda. Los vasos linfáticos renales acompañan a las venas renales y drenan en los nódulos linfáticos lumbares (fig. 5-52). Los vasos linfáticos de la porción superior del uréter pueden unirse a los del riñón o pasar directamente a los nódulos lumbares (de la cava y aórticos). Los vasos linfáticos de la porción media del uréter drenan generalmente en los nódulos linfáticos ilíacos comunes, mientras que los vasos de su porción inferior drenan en los nódulos linfáticos ilíacos comunes, externos o internos. Los vasos linfáticos suprarrenales se originan de un plexo profundo a la cápsula de la glándula y de otro plexo que está en su médula. La linfa pasa hacia los nódulos linfáticos lumbares. NERVIOS DE LOS RIÑONES, URÉTERES Y GLÁNDULAS SUPRARRENALES 615 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Los nervios de los riñones y los uréteres proceden del plexo nervioso renal y están formados por fibras simpáticas, parasimpáticas y aferentes viscerales (fig. 5-53). El plexo nervioso renal recibe fibras de los nervios esplácnicos abdominopélvicos, en especial del imo. Los nervios de la porción abdominal de los uréteres proceden de los plexos renal, aórtico abdominal e hipogástrico superior. Las fibras aferentes viscerales conducen sensaciones dolorosas que siguen las fibras simpáticas en sentido retrógrado hacia los ganglios sensitivos de los nervios espinales y segmentos medulares T11-L5. Las glándulas suprarrenales cuentan con una rica inervación del plexo celíaco y de los nervios esplácnicos abdominopélvicos (mayor, menor e imo) (fig. 5-53). Los nervios están constituidos principalmente por fibras simpáticas presinápticas mielínicas procedentes del cuerno (asta) lateral de la médula espinal y atraviesan los ganglios paravertebrales y prevertebrales, sin hacer sinapsis, para distribuirse por las células cromafines de la médula suprarrenal. FIGURA 5-53. Inervación de los riñones y de las glándulas suprarrenales. A N A T O M Í A D E S U P E R F I C I E 616 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Riñones y uréteres El hilio del riñón izquierdo se sitúa cerca del plano transpilórico, aproximadamente a 5 cm del plano medio (fig. A5-3). El plano transpilórico pasa a través del polo superior del riñón derecho, que está aproximadamente 2,5 cm más inferior que el polo izquierdo. Posteriormente, las porciones superiores de los riñones se sitúan profundas a la 11.a y 12.a costillas (fig. A5-5 A). Durante la respiración y con los cambios de postura, la situación de los riñones cambia unos 2-3 cm en dirección vertical. Los riñones pueden ser impalpables. En adultos delgados, el polo inferior del riñón derecho puede palparse en la exploración bimanual como una masa firme, lisa, algo redondeada, que desciende durante la inspiración. El riñón izquierdo no suele ser palpable a no ser que haya aumentado de tamaño o se haya desplazado. Los uréteres ocupan un plano sagital que intersecta los vértices de los procesos transversos de las vértebras lumbares. 617 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA A5-5. Anatomía superficial de los riñones y uréteres. C U A D R O C L Í N I C O Absceso perifrénico Las inserciones de la fascia renal determinan la vía de extensión de un absceso perifrénico. Por ejemplo, en el hilio renal, la fascia se fija firmemente a los vasos renales y al uréter y, por lo general, impide la diseminación del pus hacia el lado contralateral. Sin embargo, el pus de un absceso (o la sangre de un riñón lesionado) puede forzar su camino hacia la pelvis entre las hojas anterior y posterior de la fascia pélvica, que están unidas 618 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org laxamente. Trasplante renal El trasplante renal es actualmente una intervención consolidada para el tratamiento de casos seleccionados de insuficiencia renal crónica. El lugar donde se realiza el trasplante renal es la fosa ilíaca de la pelvis mayor (v. cap. 6), donde tiene un soporte firme y solo es preciso contar con vasos renales y uréteres de una longitud pequeña para efectuar la intervención. La arteria y la vena renales se unen a la arteria y la vena ilíacas externas adyacentes, respectivamente;el uréter se sutura a la vejiga urinaria. Vasos renales accesorios Durante su «ascenso» hacia su ubicación definitiva, los riñones embrionarios reciben irrigación y drenaje venoso de vasos sucesivamente más superiores. En general, los vasos inferiores degeneran a medida que los superiores se encargan de la irrigación y del drenaje venoso. Si alguno de estos vasos no degenera, se forman arterias y venas renales accesorias (o polares). Las variaciones en el número y la posición de estos vasos ocurren aproximadamente en el 25 % de la población. Cálculos renales y ureterales La distensión excesiva del uréter a causa de un cálculo renal causa dolor intenso e intermitente, cólico ureteral, a medida que las ondas de contracción lo fuerzan a avanzar por el uréter. El cálculo puede causar una obstrucción completa o intermitente del flujo urinario. En función del nivel de obstrucción, el dolor puede referirse a las regiones lumbar o inguinal, a la cara anterior proximal del muslo o a los genitales externos y/o al testículo. El dolor se refiere hacia áreas cutáneas inervadas por los segmentos medulares y ganglios sensitivos de nervios espinales, que inervan el uréter, principalmente T11-L2. Los cálculos ureterales pueden observarse y eliminarse con un nefroscopio. Otra técnica, la litotricia, dirige a través del cuerpo una onda de choque que rompe los cálculos en fragmentos que luego se expulsan con la orina. Inyección intraperitoneal y diálisis peritoneal El peritoneo es una membrana semipermeable con una amplia superficie, gran parte de la cual (sobre todo, las porciones subdiafragmáticas) se encuentra sobre lechos capilares sanguíneos y linfáticos. En consecuencia, el líquido que se inyecta en la cavidad peritoneal se absorbe rápidamente. Por este motivo, pueden inyectarse anestésicos, como soluciones de barbitúricos, en la cavidad peritoneal mediante una inyección intraperitoneal. En la insuficiencia renal se acumulan productos de desecho, como la urea, en 619 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la sangre y los tejidos, que acaban por alcanzar unas concentraciones mortales. Puede llevarse a cabo una diálisis peritoneal, en la cual se eliminan del sistema sustancias solubles y el exceso de agua por transferencia a través del peritoneo, utilizando una solución estéril diluida que se introduce en un lado de la cavidad peritoneal y a continuación se drena por el otro lado. Los solutos que pueden difundir y el agua se transfieren desde la sangre a la cavidad peritoneal como resultado de los gradientes de concentración entre ambos compartimentos líquidos. Sin embargo, la diálisis peritoneal en general solo se usa temporalmente. A largo plazo, es preferible utilizar un flujo directo de sangre a través de una máquina de diálisis renal. Anomalías congénitas de los riñones y los uréteres La presencia de pelvis renal y uréteres bífidos es bastante frecuente. Estas anomalías se deben a la división del divertículo metanéfrico (yema ureteral), el primordio de la pelvis renal y el uréter. El grado de duplicación ureteral depende de lo completa que sea la división embrionaria del divertículo metanéfrico. La pelvis renal bífida y/o el uréter bífido pueden ser unilaterales o bilaterales; sin embargo, no es frecuente que haya desembocaduras separadas en la vejiga urinaria. La división incompleta del divertículo metanéfrico se traduce en un uréter bífido; la división completa tiene como resultado un riñón supernumerario. En la pelvis embrionaria, los riñones están muy juntos. En 1 de cada 600 fetos, los polos inferiores (excepcionalmente los superiores) se fusionan, formando un riñón en herradura. Este riñón, con forma de U, suele situarse a nivel de las vértebras L3-L5, debido a que la raíz de la AMI impidió la reubicación normal de los riñones. El riñón en herradura no suele provocar síntomas; sin embargo, puede haber anomalías asociadas en el riñón y la pelvis renal que obstruyan el uréter. En ocasiones, el riñón embrionario, en un lado o en ambos, no consigue entrar en el abdomen y se sitúa anterior al sacro. Aunque es infrecuente, si se tiene en cuenta la posibilidad de un riñón pélvico ectópico se podrá evitar confundirlo con un tumor pélvico y extirparlo. Resumen de la inervación de las vísceras abdominales La inervación autónoma del abdomen está constituida por varios nervios esplácnicos diferentes y un nervio craneal (el vago, NC X), que aportan fibras simpáticas presinápticas y parasimpáticas, respectivamente, al plexo aórtico abdominal y a sus ganglios simpáticos asociados (figs. 5-54 y 5-55; tabla 5-8). Las extensiones periarteriales de estos plexos aportan fibras simpáticas postsinápticas y la continuación de las fibras parasimpáticas para las vísceras abdominales, donde se localizan los ganglios parasimpáticos intrínsecos. 620 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Push Button0:
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