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REGION BUCAL

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FIGURA C8-12. Luxación de la articulación temporomandibular.
Artritis de la ATM
La articulación temporomandibular puede inflamarse a causa de una
artrosis, por ejemplo. La función anormal de la articulación puede
originar problemas estructurales, como oclusión dental y chasquidos
articulares (crepitación). Se cree que los chasquidos se producen por retraso en
los movimientos anteriores del disco durante el descenso y la elevación de la
mandíbula.
REGIÓN BUCAL
La región bucal u oral incluye la cavidad bucal (boca), los dientes, las encías, la
lengua, el paladar y la zona de las tonsilas palatinas. Los alimentos se ingieren a
través de la cavidad bucal y son preparados en ella para su digestión en el estómago y
el intestino delgado. Al masticar los alimentos, los dientes y la saliva de las glándulas
salivares facilitan la formación de un bolo alimenticio manejable.
Cavidad bucal
La cavidad bucal u oral consta de dos partes: el vestíbulo bucal y la cavidad bucal
propiamente dicha (fig. 8-48). El vestíbulo bucal comunica con el exterior a través
del orificio de la boca. El tamaño de la hendidura bucal u orificio de la boca,
abierto, es controlado por músculos, como el orbicular de la boca (el esfínter de la
hendidura bucal). La cavidad bucal propiamente dicha es el espacio posterior y
medial a los arcos dentales superior e inferior. Está limitada lateral y anteriormente
por los arcos alveolares maxilar y mandibular que alojan los dientes. El techo de la
cavidad bucal está formado por el paladar. Posteriormente, la cavidad bucal se
comunica con la bucofaringe, la porción oral de la faringe. Cuando la boca está
cerrada y en reposo, la cavidad bucal está completamente ocupada por la lengua.
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Vestíbulo bucal
El vestíbulo bucal es el espacio en forma de hendidura entre los labios y las mejillas,
superficialmente, y entre la lengua y las encías, en profundidad. Los labios, los
pliegues musculares gruesos y móviles que rodean la hendidura bucal, contienen el
orbicular de la boca y los músculos, vasos y nervios labiales inferiores y superiores.
Externamente, están cubiertos por piel e, internamente, por mucosa. El labio superior
tiene un surco vertical, el filtro (fig. 8-49). A medida que la piel de los labios se
acerca a la hendidura bucal, cambia de color súbitamente hacia el rojo; este borde
rojizo del labio es el borde bermellón, una zona de transición entre la piel y la
mucosa. La piel de la zona de transición de los labios (habitualmente considerada
como el propio labio) carece de pelo y es tan delgada que parece roja a causa del
lecho capilar subyacente. El labio superior está irrigado por las ramas labiales
superiores de las arterias facial e infraorbitaria. El labio inferior está irrigado por las
ramas labiales inferiores de las arterias facial y mentoniana. El labio superior está
inervado por los ramos labiales superiores de los nervios infraorbitarios (NC V2) y
el labio inferior está irrigado por los ramos labiales inferiores de los nervios
mentonianos (NC V3) (fig. 8-52 A).
FIGURA 8-48. Cavidad bucal. El dibujo orientativo muestra el plano de la
sección.
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FIGURA 8-49. Anatomía de superficie y drenaje linfático de las mejillas, labios
y mentón.
La linfa del labio superior y de las porciones laterales del labio inferior
drena principalmente hacia los nódulos linfáticos submandibulares (fig. 8-
49), mientras que la linfa de la porción medial del labio inferior drena
inicialmente hacia los nódulos linfáticos submentonianos.
Las mejillas constituyen las paredes laterales distensibles de la cavidad
bucal y las prominencias faciales sobre los huesos cigomáticos. Las mejillas
tienen esencialmente la misma estructura que los labios, con los que se
continúan. Los músculos principales de las mejillas son los buccinadores
(fig. 8-48). Los labios y mejillas actúan como un esfínter bucal que empuja
la comida desde el vestíbulo bucal hacia el interior de la cavidad bucal
propiamente dicha. La lengua y los buccinadores trabajan juntos para
mantener la comida entre las superficies oclusales de los dientes molares
durante la masticación. Las glándulas labiales y bucales son pequeñas
glándulas mucosas situadas entre la mucosa y los músculos orbicular de la
boca y buccinador, subyacentes (v. fig. 8-42 B).
Dientes y encías
Los dientes son estructuras cónicas y duras, insertadas en los alvéolos dentarios de
la mandíbula y los maxilares, que se usan en la masticación y ayudan a la articulación
de las palabras. Los niños tienen 20 dientes deciduos (primarios). El primer diente
normalmente erupciona a los 6-8 meses de edad y el último a los 20-24 meses. La
erupción de los dientes permanentes (secundarios), normalmente 16 en cada
maxilar (3 molares, 2 premolares, 1 canino y 2 incisivos en cada lado), se completa
normalmente hacia la mitad de la adolescencia (fig. 8-50), con excepción de los
terceros dientes molares («muelas del juicio») que suelen erupcionar hacia el final de
la adolescencia o alrededor de los 20 años de edad.
Un diente tiene corona, cuello y raíz. Cada tipo de diente tiene un aspecto
característico (figs. 8-51 y 8-52). La corona sobresale de la encía. El cuello
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es la parte del diente entre la corona y la raíz. La raíz está fijada en el
alvéolo por el periodonto fibroso (membrana periodontal). La mayor parte
del diente está compuesta de dentina, que está cubierta por esmalte en la
corona y por cemento en la raíz. La cavidad pulpar contiene tejido
conectivo, vasos sanguíneos y nervios. El conducto radicular (conducto
pulpar) da paso a los nervios y vasos que entran y salen de la cavidad pulpar
a través del foramen apical.
FIGURA 8-50. Dentición mandibular del adulto.
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FIGURA 8-51. Sección de los dientes. A) Incisivo y molar. B) Radiografía de
dientes premolares y molares maxilares que muestra las características descritas en la
parte A.
Las arterias alveolares superiores e inferior, ramas de la arteria
maxilar, irrigan los dientes maxilares (superiores) y mandibulares
(inferiores), respectivamente (v. figs. 8-43 y 8-44 A). Las venas con los
mismos nombres y distribución acompañan a las arterias (v. fig. 8-44 B). Los
vasos linfáticos desde los dientes y encías se dirigen principalmente hacia
los nódulos linfáticos submandibulares (fig. 8-49). Los nervios alveolares
superior e inferior, ramos de los NC V2 y V3, respectivamente, forman los
plexos dentarios superior e inferior que inervan los dientes maxilares y
mandibulares (fig. 8-52 A).
Las encías están formadas por tejido fibroso cubierto con mucosa, que
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están firmemente adheridos a los procesos alveolares de la mandíbula y el
maxilar y al cuello de los dientes. La encía bucal de los dientes molares
mandibulares está inervada por el nervio bucal, un ramo del nervio
mandibular (fig. 8-48). La encía lingual de todos los dientes mandibulares
está inervada por el nervio lingual (fig. 8-52 C). La encía palatina de los
dientes premolares y molares maxilares está inervada por el nervio palatino
mayor, y la encía palatina de los dientes incisivos, por el nervio
nasopalatino. Las porciones bucal y labial de la encía maxilar están
inervadas por los ramos anterior, medio y posterior de los nervios alveolares
superiores (fig. 8-52 A).
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FIGURA 8-52. Inervación de los dientes y las encías. A) Nervios alveolares
superior e inferior. B) Caras de un incisivo y de un molar. C) Inervación de la boca y
los dientes.
C U A D R O C L Í N I C O
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Caries dental, pulpitis y dolor dental
La destrucción de los tejidos duros de un diente provoca la formación
de caries dental. La invasión de la pulpa del diente por una caries da
lugar a infección e irritación de lostejidos de la cavidad pulpar. Esta
dolencia causa un proceso inflamatorio (pulpitis). Como la cavidad pulpar es un
espacio rígido, la tumefacción de los tejidos pulpares causa dolor (dolor dental).
Gingivitis y periodontitis
La ausencia de una higiene oral adecuada da lugar a depósitos de
comida en los dientes y grietas gingivales, que pueden causar
inflamación de las encías (gingivitis). Si no se trata, la enfermedad se
extiende a las otras estructuras de so-porte (incluyendo el hueso alveolar) y
produce periodontitis. La periodontitis causa inflamación de las encías y puede
provocar la absorción del hueso alveolar y retracción gingival. La retracción
gingival expone el cemento sensitivo del diente.
Paladar
El paladar forma el techo arqueado de la cavidad bucal propiamente dicha y el suelo
de las cavidades nasales (fig. 8-53). El paladar consta de porciones dura y blanda: el
paladar duro anterior y el paladar blando posterior. El paladar duro separa la parte
anterior de la cavidad bucal de las cavidades nasales, mientras que el paladar blando
separa la parte posterior de la cavidad bucal de la nasofaringe, superior a ella.
El paladar duro es la porción anterior, abovedada (cóncava); este
espacio es ocupado por la lengua cuando esta se encuentra en reposo. El
paladar duro (cubierto por una mucosa) está formado por los procesos
palatinos de los maxilares y las láminas horizontales de los huesos palatinos
(fig. 8-54 A). En la superficie bucal del paladar duro se abren tres orificios:
la fosa incisiva y los forámenes palatinos mayor y menor. La fosa incisiva es
una pequeña depresión posterior a los dientes incisivos centrales. Los nervios
nasopalatinos pasan desde la nariz a través de un número variable de
conductos y forámenes incisivos que desembocan en la fosa incisiva (fig. 8-
54 A y B). Medial al tercer diente molar, el foramen palatino mayor
atraviesa el borde lateral del hueso palatino. Los vasos y el nervio palatinos
mayores emergen de este foramen y corren anteriormente por el paladar. Los
forámenes palatinos menores conducen los nervios y vasos palatinos
menores hacia el paladar blando y las estructuras adyacentes.
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FIGURA 8-53. Paladar, cavidad nasal, cavidad bucal y faringe.
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FIGURA 8-54. Paladar. A) Huesos que forman el paladar duro. B) Para mostrar las
glándulas palatinas, se ha disecado parte del lado derecho. Para mostrar los músculos
del paladar blando y las arterias y nervios palatinos, se ha disecado el lado izquierdo.
El paladar blando es el tercio móvil del paladar, que está suspendido del
borde posterior del paladar duro (figs. 8-54 B y 8-55 A). El paladar blando se
extiende posteroinferiormente como un borde libre curvado del cual cuelga
una prolongación cónica, la úvula. El paladar blando está reforzado por la
aponeurosis palatina, formada por la expansión del tendón del tensor del
velo del paladar. La aponeurosis, insertada en el borde posterior del paladar
duro, es gruesa anteriormente y delgada posteriormente. La porción anterior
del paladar blando está formada por la aponeurosis palatina, mientras que su
porción posterior es muscular.
Cuando una persona deglute, el paladar blando se tensa inicialmente para
permitir que la lengua presione contra él y empuje el bolo alimenticio hacia
la parte posterior de la cavidad bucal propiamente dicha. Luego, el paladar
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blando se eleva posterior y superiormente contra la pared de la faringe, y
previene así el paso de comida hacia el interior de la cavidad nasal.
Lateralmente, el paladar blando se continúa con la pared de la faringe y se
une con la lengua y la faringe mediante los arcos palatoglosos y
palatofaríngeos (figs. 8-54 B y 8-55 A), respectivamente. Las tonsilas
palatinas (amígdalas palatinas), descritas a menudo como «las amígdalas»,
son masas de tejido linfoide, una a cada lado de la bucofaringe (fig. 8-55 A).
Cada tonsila se sitúa en una fosa tonsilar (seno tonsilar), limitada por los
arcos palatogloso y palatofaríngeo y la lengua.
VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN DE LOS DIENTES
El paladar tiene una rica irrigación, principalmente de las arterias palatinas
mayores derecha e izquierda, ramas de las arterias palatinas descendentes (fig. 8-54
B). La arteria palatina menor, una rama más pequeña de la arteria palatina
descendente, entra en el paladar a través del foramen palatino menor y se
anastomosa con la arteria palatina ascendente, una rama de la arteria facial. El
drenaje venoso del paladar, el cual corresponde a venas que acompañan a las ramas
de la arteria maxilar, es tributario del plexo venoso pterigoideo (fig. 8-44 B).
Los nervios sensitivos del paladar atraviesan el ganglio pterigopalatino
y son considerados ramos del nervio maxilar. El nervio palatino mayor
inerva las encías, mucosa y glándulas de la mayor parte del paladar duro (fig.
8-54 B). El nervio nasopalatino inerva la mucosa de la parte anterior del
paladar duro. Los nervios palatinos menores inervan el paladar blando. Los
nervios palatinos acompañan a las arterias a través de los forámenes
palatinos mayor y menor, respectivamente. Excepto el tensor del velo del
paladar, inervado por el NC V3, todos los músculos del paladar blando están
inervados a través de nervios del plexo faríngeo, derivado de los ramos
faríngeos del nervio vago (NC X).
MÚSCULOS DEL PALADAR BLANDO
Los músculos del paladar blando se originan en la base del cráneo y descienden
hacia el paladar (figs. 8-54 B y 8-55 B). El paladar blando puede elevarse hasta que
entra en contacto con la pared posterior de la faringe y sella así la vía digestiva desde
la nasofaringe (p. ej., cuando se traga o respira a través de la boca). El paladar blando
también puede extenderse inferiormente hasta que entra en contacto con la porción
posterior de la lengua, sellando la cavidad bucal de las vías nasales (p. ej., cuando se
respira exclusivamente a través de la nariz, incluso con la boca abierta). Para las
inserciones, inervación y acciones de los cinco músculos del paladar blando, véase la
figura 8-55 B y la tabla 8-10.
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FIGURA 8-55. Paladar blando. A) Anatomía de superficie de la cavidad bucal y el
paladar blando. B) La disección del paladar blando muestra los músculos y sus
relaciones con la parte posterior de la lengua.
TABLA 8-10. MÚSCULOS DEL PALADAR BLANDO
Los músculos del paladar blando son los siguientes:
El elevador del velo del paladar es un músculo cilíndrico que discurre
inferoanteriormente y se extiende por el paladar blando, donde se inserta en
la cara superior de la aponeurosis palatina.
El tensor del velo del paladar es un músculo con un vientre triangular que
pasa inferiormente; el tendón formado en su ápice se incurva alrededor del
gancho del proceso pterigoides, la proyección inferior en forma de gancho
de la lámina medial del proceso pterigoides, antes de extenderse hacia la
aponeurosis palatina.
El palatogloso es una delgada tira muscular cubierta de mucosa; forma el
arco palatogloso. A diferencia de otros músculos cuyo nombre también
termina en -gloso, el palatogloso es más un músculo palatino (por su
función e inervación) que un músculo de la lengua.
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El palatofaríngeo es un músculo plano y delgado cubierto por una mucosa;
forma el arco palatofaríngeo y se mezcla inferiormente con los músculos
longitudinales de la faringe.
El músculo de la úvula se inserta en la mucosa de la úvula.
Lengua
La lengua es un órgano muscular móvil que puede adoptar variedad de formas y
posiciones. La lengua está situada en parte en la cavidad bucal propiamente dicha y
en parte en la bucofaringe (fig. 8-53). En reposo, ocupa casi por completo la cavidad
bucal propiamente dicha. La lengua, formada sobre todo por músculos y cubierta por
mucosa, interviene en la masticación, el sentido del gusto, la deglución,la
articulación de las palabras (fonación) y la limpieza de la boca. La lengua tiene una
raíz, un cuerpo, un ápice, una superficie dorsal (dorso) curvada y una superficie
inferior (fig. 8-56 A). Un surco en forma de V, el surco terminal de la lengua (fig. 8-
56 B), marca la separación entre la porción anterior (presurcal) y la porción
posterior (postsurcal).
La raíz de la lengua (base de la lengua) es el tercio dorsal que se apoya
en el suelo de la boca. Los dos tercios anteriores de la lengua forman el
cuerpo de la lengua. La porción anterior del cuerpo, puntiaguda, es el ápice
de la lengua. El cuerpo y el ápice son extremadamente móviles. El dorso
(cara dorsal) de la lengua es la superficie posterosuperior de la lengua, que
incluye el surco terminal. En el ápice de este surco se encuentra el foramen
ciego (fig. 8-56 B), una pequeña depresión que es un resto afuncional de la
porción proximal del conducto tirogloso embrionario a partir del cual se
desarrolla la glándula tiroides. La mucosa de la porción anterior de la lengua
es rugosa debido a la presencia de numerosas papilas linguales:
Las papilas circunvaladas son grandes y en forma de sombreros de copa
aplanados; se encuentran directamente anteriores al surco terminal,
rodeadas por surcos profundos semejantes a fosos, cuyas paredes están
recubiertas por botones gustativos; los conductos de las glándulas linguales
serosas (de von Ebner) se abren en estos surcos.
Las papilas foliadas son pequeños pliegues laterales de la mucosa lingual;
están poco desarrolladas en la especie humana.
Las papilas filiformes son largas, numerosas, semejantes a filamentos y
escaladas; contienen terminaciones nerviosas aferentes que son sensibles al
tacto.
Las papilas fungiformes tienen forma de seta y aparecen como puntos rosas
o rojos; están esparcidas entre las papilas filiformes, pero son más
numerosas en el ápice y los bordes de la lengua.
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FIGURA 8-56. Lengua. A) Partes. B) Características del dorso de la lengua.
Las papilas circunvaladas, foliadas y muchas de las fungiformes
contienen receptores gustativos en los botones gustativos. En el epitelio que
recubre la superficie bucal del paladar blando, la pared posterior de la
bucofaringe y la epiglotis, también se encuentran algunos botones gustativos.
La mucosa del dorso de la lengua es delgada en la porción anterior de la
lengua, y está unida firmemente a los músculos subyacentes (fig. 8-56 A).
Una depresión en la superficie dorsal de la lengua, el surco medio de la
lengua, divide la lengua en dos mitades, derecha e izquierda (fig. 8-56 B);
también señala el punto de fusión de las yemas linguales embrionarias
distales.
La raíz de la lengua se sitúa en la bucofaringe, posterior al surco
terminal y a los arcos palatoglosos (fig. 8-56 B). Su mucosa es gruesa y
móvil. No presenta papilas linguales, pero los nodulillos linfoides
subyacentes, a los que se conoce colectivamente como tonsila (amígdala)
lingual, confieren su aspecto adoquinado a esta porción de la lengua.
La cara inferior de la lengua (cara sublingual) está cubierta por una
mucosa delgada, transparente, a través de la cual son visibles las venas
linguales profundas subyacentes. Con la lengua elevada, se puede observar
el frenillo lingual (fig. 8-57), un grueso pliegue de la mucosa en la línea
media que se extiende desde la encía que cubre la cara lingual del borde
alveolar anterior hasta la superficie posteroinferior de la lengua. El frenillo
conecta la lengua con el suelo de la boca, aunque permite a la porción
anterior de la lengua moverse libremente. En la base del frenillo están los
orificios de los conductos submandibulares, en los que desembocan las
glándulas salivares submandibulares.
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FIGURA 8-57. Suelo de la boca y vestíbulo bucal. La lengua está elevada y
retraída hacia arriba. (Cortesía del Dr. B. Liebgott, Professor Emeritus, División de
Anatomía, Departamento de Cirugía, University of Toronto, Ontario, Canadá.)
MÚSCULOS DE LA LENGUA
La lengua es esencialmente una masa de músculos cubierta, en su mayor parte, por
una mucosa. Aunque es usual describir las acciones de los músculos de la lengua
asociando una única acción a un músculo específico, o describiendo un movimiento
particular como consecuencia de la acción de un único músculo, es una
simplificación excesiva que lleva a confusión. Los músculos de la lengua no actúan
aisladamente, y algunos de ellos llevan a cabo múltiples acciones con partes del
músculo capaces de actuar independientemente y producir acciones diferentes,
incluso antagonistas. Sin embargo, en general, los músculos extrínsecos varían la
posición de la lengua y los músculos intrínsecos alteran su forma (fig. 8-58; tabla 8-
11).
Los cuatro músculos intrínsecos y los cuatro extrínsecos de cada mitad
de la lengua están separados por el tabique lingual fibroso, que se extiende
verticalmente desde la línea media del surco de la lengua (fig. 8-58 C). Los
músculos intrínsecos de la lengua (longitudinal superior e inferior,
transverso y vertical) están confinados a la lengua y no se insertan en el
hueso. Los músculos extrínsecos de la lengua (geniogloso, hiogloso,
estilogloso y palatogloso) se originan fuera de la lengua y se insertan en esta.
INERVACIÓN DE LA LENGUA
Todos los músculos de la lengua están inervados por el NC XII, el nervio hipogloso
(fig. 8-59), excepto el palatogloso (que, en realidad, es un músculo palatino, inervado
por el plexo faríngeo, el plexo nervioso que incluye ramos motores del NC X). La
sensibilidad general (tacto y temperatura) de la mucosa de los dos tercios anteriores
de la lengua se recoge a través del nervio lingual, un ramo del NC V3 (fig. 8-59 B).
La sensibilidad especial (gusto) de esta porción de la lengua, con excepción de las
papilas circunvaladas, se recoge a través de la cuerda del tímpano, un ramo del NC
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VII. La cuerda del tímpano se une al nervio lingual y discurre ante-riormente en su
vaina (fig. 8-59 A).
Las sensibilidades general y especial (gusto) de la mucosa del tercio
posterior de la lengua y las papilas circunvaladas se recogen por el ramo
lingual del nervio glosofaríngeo (NC IX). Pequeños ramos del ramo interno
del nervio laríngeo superior, un ramo del nervio vago (NC X), transmiten
la sensibilidad general y una parte de la sensibilidad especial de una pequeña
área de la lengua justo anterior a la epiglotis. Estos nervios principalmente
sensitivos también transportan fibras parasimpáticas secretomotoras para las
glándulas serosas de la lengua. Estas fibras nerviosas probablemente hacen
sinapsis en el ganglio submandibular que cuelga del nervio lingual (fig. 8-
59 A).
Existen cuatro sensaciones gustativas básicas: dulce, salado, ácido y
amargo. La dulzura es captada en el ápice, el sabor salado en los bordes
laterales y los sabores ácido y amargo en la parte posterior de la lengua.
Todos los demás gustos expresados por los gourmets son sensaciones
olfatorias (olfato y aroma).
VASCULARIZACIÓN DE LA LENGUA
Las arterias de la lengua derivan de la arteria lingual, que se origina en la arteria
carótida externa (fig. 8-60 A). En su entrada en la lengua, la arteria lingual pasa
profunda al músculo hiogloso. Las principales ramas de la arteria lingual son:
FIGURA 8-58. Músculos de la lengua extrínsecos e intrínsecos.
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TABLA 8-11. MÚSCULOS DE LA LENGUA
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FIGURA 8-59. Inervación de la lengua. A) Vista general de la inervación
sensitiva y motora. B) Trayecto de los nervios linguales e hipoglosos.
Las arterias dorsales de la lengua, que irrigan la parte posterior (raíz) de
la lengua y envían una rama tonsilar para la tonsila palatina.
La arteria profunda de la lengua, que irriga la parte anterior de la lengua;
las arterias dorsales y profunda se anastomosan en el ápice de la lengua.
Laarteria sublingual, que irriga la glándula sublingual y el suelo de la
boca.
Las venas de la lengua son (fig. 8-60 B):
Las venas dorsales de la lengua, que acompañan a la arteria lingual.
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Las venas profundas de la lengua, que se inician en el ápice de la lengua y
discurren posteriormente al lado del frenillo lingual para unirse a la vena
sublingual.
Todas las venas linguales terminan, directa o indirectamente, en la VYI.
El drenaje linfático de la lengua sigue las siguientes rutas (fig. 8-60 B y
C):
La linfa del tercio posterior drena en los nódulos linfáticos cervicales
profundos superiores de ambos lados.
La linfa de la porción medial de los dos tercios anteriores drena en los
nódulos linfáticos cervicales profundos inferiores.
La linfa de las porciones laterales de los dos tercios anteriores drena en los
nódulos linfáticos submandibulares.
La linfa del ápice de la lengua y el frenillo lingual drena en los nódulos
linfáticos submentonianos.
La linfa del tercio posterior y del área cercana al surco medio de la lengua
drena bilateralmente.
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FIGURA 8-60. Irrigación y drenaje linfático de la lengua. A) Irrigación arterial.
B y C) Drenaje linfático.
Glándulas salivares
Las glándulas salivares incluyen las glándulas parótidas, submandibulares y
sublinguales (fig. 8-61 A). La saliva, el líquido viscoso claro, insípido e inodoro que
secretan estas glándulas y las glándulas mucosas de la cavidad bucal:
Mantiene húmeda la membrana mucosa de la boca.
Lubrica la boca durante la masticación.
Inicia la digestión de los almidones.
Sirve como colutorio intrínseco.
Tiene un papel significativo en la prevención de la caries dental y en la
capacidad gustativa.
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Además de los tres pares de glándulas salivares mayores, pequeñas
glándulas salivares accesorias están dispersas por el paladar, los labios, las
mejillas, las tonsilas y la lengua.
Las glándulas parótidas son las más grandes de las glándulas salivares
mayores (fig. 8-61 A). Cada glándula parótida tiene una forma irregular
porque ocupa el espacio entre la rama ascendente de la mandíbula y los
procesos estiloides y mastoides del hueso temporal. La secreción puramente
serosa de la glándula pasa a través del conducto parotídeo y se vierte en el
vestíbulo bucal frente al segundo diente molar maxilar. Además de la
función digestiva, arrastra las partículas de alimento de la cavidad bucal
propiamente dicha. La irrigación arterial de la glándula y el conducto
parotídeo proviene de ramas de las arterias carótida externa y temporal
superficial (v. fig. 8-44 A). Las venas de la glándula parótida drenan en las
venas retromandibulares (v. fig. 8-44 B). Los vasos linfáticos de la glándula
parótida terminan en los nódulos linfáticos cervicales superficiales y
profundos (fig. 8-61 B). La glándula parótida ya ha sido descrita en este
capítulo, al comentar su inervación.
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FIGURA 8-61. Glándulas salivares. A) Localización e inervación. B) Drenaje
linfático de la cara y las glándulas.
Las glándulas submandibulares se sitúan a lo largo del cuerpo de la
mandíbula, en parte superiores y en parte inferiores a la mitad posterior de la
mandíbula, y en parte super-ficiales y en parte profundas al músculo
milohioideo (fig. 8-61 A). El conducto submandibular se origina de la
porción de la glándula que se sitúa entre el milohioideo y el hiogloso. En su
recorrido de lateral a medial, el nervio lingual se incurva por debajo del
conducto mientras se dirige anteriormente para desembocar luego, mediante
uno a tres orificios, en una pequeña papila sublingual, carnosa, a cada lado
del frenillo lingual (fig. 8-59 B). Los orificios de los conductos
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submandibulares son visibles y a menudo rocían saliva cuando se eleva y
retrae la lengua.
La irrigación arterial de las glándulas submandibulares proviene de las
arterias submentonianas (v. fig. 8-44 A). Las venas acompañan a las
arterias. La glándula submandibular está inervada por fibras parasimpáticas
presinápticas secretomotoras transportadas desde el nervio facial hacia el
nervio lingual a través de la cuerda del tímpano (fig. 8-61 A), que hacen
sinapsis con neuronas postsinápticas en el ganglio submandibular. Estas
últimas fibras acompañan las arterias hasta alcanzar la glándula, junto con
fibras simpáticas postsinápticas vasoconstrictoras del ganglio cervical
superior. Los vasos linfáticos de la glándula submandibular drenan en los
nódulos linfáticos cervicales profundos, particularmente en el nódulo
linfático yuguloomohioideo (fig. 8-61 B).
Las glándulas sublinguales son las de menor tamaño y situadas más
profundamente (fig. 8-61 A). Cada glándula, en forma de almendra, se sitúa
en el suelo de la boca entre la mandíbula y el músculo geniogloso. Las
glándulas de cada lado se unen para formar una masa en forma de herradura
alrededor del frenillo lingual. Un gran número de pequeños conductos
sublinguales se abre en el suelo de la boca a lo largo de los pliegues
sublinguales.
La irrigación arterial de las glándulas sublinguales se debe a las arterias
sublinguales y submentonianas, ramas de las arterias linguales y faciales,
respectivamente (figs. 8-44 A y 8-60 A). La inervación de las glándulas
sublinguales es idéntica a la de la glándula submandibular.
C U A D R O C L Í N I C O
Diagnóstico por la imagen de las glándulas salivales
Las glándulas salivares parótida y submandibular se pueden examinar
radiográficamente después de la inyección de un medio de contraste en
sus conductos. Este tipo especial de radiografía (sialografía) muestra
los conductos salivares y algunas unidades secretoras. Los cálculos de los
conductos salivares son visibles en la TC. Los tumores de la glándula salival se
evalúan con TC o RM.
Reflejo faríngeo
Se puede tocar la porción anterior de la lengua sin sentir molestias, pero
cuando se toca la porción faríngea, habitualmente se presentan náuseas.
Los NC IX y X son responsables de la contracción muscular de cada
lado de la faringe. Ramos de los nervios glosofaríngeos (NC IX) proporcionan la
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vía aferente del reflejo faríngeo.
Parálisis de geniogloso
Cuando se paraliza el geniogloso, la lengua tiene tendencia a caer
posteriormente, de manera que obstruye la vía aérea y crea riesgo de
asfixia. Durante la anestesia general se produce la relajación total de los
músculos genioglosos; por ello se debe evitar, mediante la colocación de una
cánula bucofaríngea, que la lengua de un paciente anestesiado caiga hacia atrás.
Lesión del nervio hipogloso
Los traumatismos, tales como una fractura de mandíbula, pueden
lesionar el nervio hipogloso (NC XII) y provocar así parálisis y atrofia
eventual de un lado de la lengua. La lengua se desvía hacia el lado
paralizado durante la protrusión debido a la acción (sin oposición) del geniogloso
no afectado del lado opuesto (v. cap. 10, fig. C10-7).
Absorción sublingual de fármacos
Para la absorción rápida transmucosa de un fármaco –por ejemplo,
cuando se usa nitroglicerina como vasodilatador en la angina de pecho
(dolor precordial)–, la píldora (o el nebulizador) se coloca bajo la
lengua, donde la delgada mucosa permite la absorción del fármaco al entrar en las
venas linguales (v. fig. 8-57) profundas en menos de un minuto.
Carcinoma lingual
Los tumores malignos en la parte posterior de la lengua metastatizan
hacia los nódulos linfáticos cervicales profundos superiores de ambos
lados. Por el contrario, los tumores del ápice y las porciones
anterolaterales de la lengua no metastatizan habitualmente hacia los nódulos
linfáticos cervicales profundos inferiores hasta las últimas fases de la
enfermedad. Dado que estos nódulos profundos están en estrecha relación con las
VYI, las metástasis del carcinoma de lengua pueden diseminarsehacia las
regiones submentoniana y submandibular y a lo largo de las VYI en el cuello.
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FIGURA 8-62. Fosa pterigopalatina: comunicaciones y contenido. La fosa
pterigopalatina comunica con la mayoría de los compartimentos de la cara profunda
de muchas vías de paso (forámenes, fisuras y conductos). A) Fotografía. B)
Ilustración esquemática.
FOSA PTERIGOPALATINA
La fosa pterigopalatina es un pequeño espacio piramidal inferior al vértice de la
órbita. Se sitúa entre el proceso pterigoides del esfenoides posteriormente y la cara
posterior del maxilar anteriormente (fig. 8-62 A). La frágil lámina perpendicular del
hueso palatino forma su pared medial. El techo incompleto de la fosa pterigopalatina
está formado por el ala mayor del esfenoides. El suelo de la fosa pterigopalatina es el
proceso piramidal del hueso palatino. Su amplio extremo superior se abre en la fisura
orbitaria inferior; su extremo inferior está cerrado excepto por los forámenes
palatinos. La fosa pterigopalatina comunica (fig. 8-62 B):
Lateralmente, con la fosa infratemporal a través de la fisura
pterigomaxilar.
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