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INTRODUCCIÓN El intestino delgado es la razón de ser del tubo digestivo, porque es el principal sitio de la digestión y absorción de nutrientes.1 Asimismo, el intestino delgado es el reservorio más grande del cuerpo que con- tiene células inmunitariamente activas y productoras de hormonas y, por lo tanto, se conceptualiza como el órgano más grande de los sistemas inmunitario y endocrino, respectivamente. Esta diversidad de acción la obtiene por sus características anatómicas únicas que le otorgan una enorme superficie, una diversidad de tipos celulares y una red neural compleja para coordinar estas funciones. A pesar de su tamaño e importancia, las enfermedades del intestino delgado son relativamente infrecuentes y presentan desa- fíos diagnósticos y terapéuticos. Los tratamientos para trastornos frecuentes como el íleo posoperatorio son un poco más efectivos que los usados a principios del siglo pasado. Las tasas de mortali- dad relacionadas con la isquemia mesentérica aguda no han mejo- rado en los últimos 50 años. Introducción 1137 Anatomía macroscópica 1137 Histología 1138 Desarrollo 1139 Fisiología 1140 Digestión y absorción / 1140 Funciones de barrera e inmunitaria / 1143 Motilidad / 1144 Función endocrina / 1145 Adaptación intestinal / 1145 Obstrucción del intestino delgado 1146 Epidemiología / 1146 Fisiopatología / 1147 Presentación clínica / 1147 Diagnóstico / 1147 Tratamiento / 1149 Resultados / 1151 Prevención / 1151 Íleo y otros trastornos de la motilidad intestinal 1151 Fisiopatología / 1151 Presentación clínica / 1152 Diagnóstico / 1152 Tratamiento / 1152 Enfermedad de Crohn 1153 Fisiopatología / 1153 Presentación clínica / 1154 Diagnóstico / 1154 Tratamiento / 1155 Resultados / 1157 Fístulas intestinales 1157 Fisiopatología / 1158 Presentación clínica / 1158 Diagnóstico / 1158 Tratamiento / 1158 Resultados / 1158 Neoplasias del intestino delgado 1159 Fisiopatología / 1159 Presentación clínica / 1160 Diagnóstico / 1161 Tratamiento / 1161 Resultados / 1162 Enteritis por radiación 1162 Fisiopatología / 1162 Presentación clínica / 1162 Diagnóstico / 1162 Tratamiento / 1163 Resultados / 1163 Prevención / 1163 Divertículo de Meckel 1163 Fisiopatología / 1164 Presentación clínica / 1164 Diagnóstico / 1164 Tratamiento / 1164 Divertículos adquiridos 1165 Fisiopatología / 1165 Presentación clínica / 1166 Diagnóstico / 1167 Tratamiento / 1167 Isquemia mesentérica 1167 Padecimientos diversos 1167 Hemorragia de tubo digestivo de sitio desconocido / 1167 Perforación del intestino delgado / 1168 Ascitis quilosa / 1169 Intususcepción / 1170 Neumatosis intestinal / 1170 Síndrome de intestino corto 1171 Fisiopatología / 1171 Tratamiento / 1171 Resultados / 1172 1 A pesar de la introducción de nuevas técnicas de imagenolo- gía, como la cápsula endoscópica y la endoscopia con doble globo, las pruebas diagnósticas carecen de poder predictivo suficiente para guiar en forma definitiva la toma de decisiones clínicas para pacientes individuales. Además, hay pocos datos de alta calidad de estudios comparativos sobre la eficacia de tratamientos quirúrgicos para el intestino delgado. Por consiguiente, son esenciales un juicio clínico sólido y un conocimiento completo de la anatomía, fisiología y fisiopatología en la atención de enfermos con trastornos intestinales. ANATOMÍA MACROSCÓPICA El intestino delgado es una estructura tubular que se extiende des de el píloro al ciego. La longitud calculada de esta estructura varía según la medición que se haga: radiológica, quirúrgica o en autopsia. En el sujeto vivo se calcula que mide entre 4 y 6 m.2 El intestino del- Intestino delgado Ali Tavakkoli, Stanley W. Ashley y Michael J. Zinner28capítulo http://booksmedicos.org gado consta de tres segmentos situados en serie: duodeno, yeyuno e íleon. El duodeno, el segmento más proximal, está situado en el retroperitoneo inmediatamente adyacente a la cabeza y al borde inferior del cuerpo del páncreas. El píloro delimita al duodeno del estómago y el ligamento de Treitz delimita al yeyuno. El yeyuno y el íleon están dentro de la cavidad peritoneal y fijados al retrope- ritoneo por medio de un mesenterio de base ancha. No existe una referencia anatómica precisa que delimite el yeyuno del íleon; el 40% proximal del segmento yeyunoileal se define de modo arbi- trario como yeyuno y el 60% distal se considera el íleon. Éste se encuentra separado del ciego por la válvula ileocecal. El intestino delgado contiene pliegues mucosos internos que se conocen como pliegues circulares o válvulas conniventes que se observan a simple vista. Estos pliegues también son visibles radio- lógicamente y ayudan a distinguir entre el intestino delgado y el colon (que no contiene pliegues) en las radiografías del abdomen. Estos pliegues son más notables en la porción proximal del intes- tino delgado que en la porción distal. Otras características eviden- tes al observar a simple vista el intestino delgado, que diferencian la porción proximal de la distal son una circunferencia mayor, pared más gruesa, mesenterio con menos grasa y vasos rectos más largos (fig. 28-1). El examen a simple vista de la mucosa del intes- tino delgado muestra también acumulaciones de folículos linfoides. Estos folículos, localizados en el íleon, son los más notables y se denominan placas de Peyer. Casi toda la irrigación del duodeno proviene de ramas de las arterias celiaca y mesentérica superior. La irrigación de la porción distal del duodeno, del yeyuno y del íleon proviene de la arteria mesentérica superior. La vena mesentérica superior se encarga del drenaje venoso. Los vasos linfáticos responsables del drenaje lin- fático se dirigen paralelos a las arterias correspondientes. Esta linfa drena por los ganglios linfáticos mesentéricos hasta la cisterna del quilo, después a través del conducto torácico y, por último, a la vena subclavia izquierda. La inervación parasimpática y simpática del intestino delgado proviene de los nervios vago y esplácnico, respectivamente. Yeyuno Íleon Figura 28-1. Características a simple vista del yeyuno comparadas con las del íleon. Con res- pecto a este último, el yeyuno tiene un diáme- tro más grande, una pared más gruesa, pliegues circulares más prominentes, un mesenterio menos adiposo y vasos rectos más largos. Puntos clave 1 El intestino delgado realiza varias funciones diversas. 2 La obstrucción del intestino delgado es uno de los diagnósticos quirúrgicos más frecuentes. 3 La mayor parte de los casos de obstrucción de intestino delgado es ocasionada por adherencias por cirugías previas y se resuelven con tratamiento conservador. 4 Los tumores benignos y malignos del intestino delgado son raros y difíciles de diagnosticar. 5 El intestino delgado puede ser el origen de una hemorragia gastrointestinal, la cual puede ser de difícil diagnóstico. 6 Si después de una resección quirúrgica quedan menos de 200 cm del intestino delgado, los pacientes están en riesgo de desa- rrollar el síndrome del intestino corto. HISTOLOGÍA La pared del intestino delgado consiste en cuatro capas distintivas: mucosa, submucosa, muscular externa y serosa (fig. 28-2). La mucosa es la capa más interna y consiste en tres capas: epitelio, lámina propia y muscular de la mucosa. El epitelio está expuesto a la luz intestinal y es la superficie a través de la cual ocurren la absorción desde la luz y la secreción hacia la misma. La lámina propia es adyacente al epitelio y consiste en tejido con- juntivo y una población heterogénea de células. Está delimitada de la submucosa más externa por la muscular de la mucosa, una hoja delgada de células de músculo liso. La mucosa está organizada en vellosidades y criptas (criptas de Lieberkühn). Las vellosidades son prominencias digitiformes de epitelio y de lámina propia subyacente que contienen vasos sanguí- neos y linfáticos (quilíferos) que se extienden hasta la luz intestinal. La proliferación celularepitelial del intestino se limita a las criptas, cada una de las cuales contiene en promedio 250 a 300 células. Todas las células epiteliales que hay en cada cripta provienen de un número desconocido de células madre multipotentes aún no caracterizadas; éstas se localizan en la base de la cripta o cerca de la misma. El conocimiento sobre estas células de la cripta se está incrementando con rapidez. Parece que hay dos subgrupos de célu- las madre intestinales con marcadores celulares específicos. Las células positivas para Bmi1 son células inducidas por lesiones, que suelen encontrarse inactivas y que son resistentes a la radiación, mientras que las células positivas para LGR5 facilitan la regene- ración homeostática en contra de la inducida por lesiones y son sensibles a la radiación.3 Las células madre pueden diferenciarse en una de cuatro vías que finalmente dan origen a los enterocitos, a las células calicifor- mes, las células enteroendocrinas y las células de Paneth. Con la excepción de las células de Paneth, estas líneas celulares completan su diferenciación terminal durante la migración ascendente de cada cripta a la vellosidad adyacente. El trayecto desde la cripta a la punta de la vellosidad se efectúa en dos a cinco días, y termina con 1138 http://booksmedicos.org 1139 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 la eliminación de las células por apoptosis, exfoliación, o ambas. Por consiguiente, el epitelio del intestino delgado está sometido a una renovación constante, que lo hace uno de los tejidos más diná- micos del cuerpo. La elevada tasa de recambio celular contribuye a la elasticidad de la mucosa, pero también vuelve al intestino espe- cialmente susceptible a ciertas formas de lesión, como la inducida por radiación y quimioterapia. Los enterocitos son las células de absorción predominantes del epitelio intestinal. Su membrana celular apical (que ve hacia la luz) contiene enzimas digestivas especializadas, mecanismos de transporte y microvellosidades que, según estimaciones, incremen- tan el área superficial de absorción del intestino delgado alrede- dor de cuarenta veces. Las células caliciformes producen mucina, que se considera actúa en la defensa de la mucosa contra agentes patógenos. La característica de las células enteroendocrinas son los gránulos secretores que contienen agentes reguladores y que se tratan con mayor detalle más adelante en la sección Función endocrina. Las células de Paneth están situadas en la base de la cripta y producen gránulos secretores que contienen factores de crecimiento, enzimas digestivas y péptidos antimicrobianos. Ade- más, el epitelio intestinal contiene células M y linfocitos intraepite- liales. Más adelante se estudian estos dos componentes del sistema inmunitario. La submucosa consiste en tejido conjuntivo denso y una población heterogénea de células que incluye leucocitos y fibro- blastos. La submucosa contiene asimismo una red extensa de vasos sanguíneos y linfáticos, fibras nerviosas y células ganglionares del plexo submucoso (de Meissner). La muscular propia está formada por una capa externa de fibras de músculo liso orientadas longitudinalmente y otra interna orientada en sentido circular. En la interfase de estas dos capas se encuentran células ganglionares del plexo mientérico (de Auerbach). La serosa está constituida por una capa de células mesotelia- les y es un componente del peritoneo visceral. DESARROLLO El primer precursor identificable del intestino delgado es el tubo intestinal embrionario, que se forma a partir del endodermo durante la cuarta semana de gestación. El tubo digestivo se divide en intes- tino anterior, medio y posterior. Aparte del duodeno, que es una estructura del intestino anterior, el resto del intestino delgado deriva del intestino medio. El tubo intestinal comunica inicialmente con el saco vitelino; sin embargo, la comunicación entre estas dos estructuras se reduce alrededor de la sexta semana para formar el 4. Membrana mucosa Capa circular Capa longitudinal 2. Muscular propia Capa subserosa 1. Serosa Corte longitudinal de una vellosidad, red vascular Epitelio cilíndrico simple con células mucosas Lámina propia, células de músculo liso, vasos sanguíneos Capilar linfático central (quilífero) Muscular de la mucosa 3. Submucosa 4 3 2 1 Aberturas de criptas (de Lieberkühn) Figura 28-2. Capas de la pared del intestino delgado. Se representan esquemáticamente las capas individuales y sus características más notables. conducto vitelino. El saco vitelino y el conducto vitelino suelen desaparecer hacia el final de la gestación. La desaparición incom- pleta del conducto vitelino da por resultado la gama de defectos relacionados con divertículos de Meckel. Asimismo, durante la cuarta semana del embarazo, el me- sodermo del embrión se divide. La porción del mesodermo que se adhiere al endodermo forma el peritoneo visceral, en tanto que la porción adherida al ectodermo constituye el peritoneo parietal. Esta división mesodérmica forma una cavidad celómica que es la pre- cursora de la cavidad peritoneal. Alrededor de la quinta semana de gestación, comienza a alar- garse el intestino a una extensión mayor de la que puede contener la cavidad abdominal en desarrollo, lo cual da por resultado la hernia- ción extracelómica del intestino en desarrollo. Durante las semanas siguientes, el intestino continúa alargándose y se retrae nuevamente en la cavidad abdominal en la décima semana de la gestación. Des- pués, el duodeno se vuelve una estructura retroperitoneal. La extru- sión y retracción coinciden con una rotación del intestino de 270° en el sentido contrario a las manecillas del reloj, con respecto a la pared posterior del abdomen. Esta rotación explica la ubicación usual del ciego en el cuadrante inferior derecho y de la unión duo- denoyeyunal a la izquierda de la línea media (fig. 28-3). Las arterias y venas celiacas y mesentéricas superiores deri- van del sistema vascular vitelino, que proviene, a su vez, de los vasos sanguíneos que se formaron dentro del mesodermo esplac- nopleural durante la tercera semana de la gestación. El origen de las neuronas que se encuentran en el intestino delgado es el de las células de la cresta neural que comienzan a migrar, alejándose del tubo neural, durante la tercera semana de la gestación. Estas células de la cresta neural penetran en el mesénquima del intestino primi- tivo anterior y luego migran al resto del intestino. La luz del intestino en desarrollo disminuye durante la sexta semana del embarazo, a medida que se acelera la proliferación del epitelio intestinal. En las semanas posteriores se forman vacuolas dentro de la sustancia intestinal y coalescen para formar la luz del intestino alrededor de la novena semana del embarazo. Los errores en esta recanalización suelen explicar los defectos como membra- nas y estenosis intestinales. Sin embargo, la opinión general es que casi todas las atresias intestinales se relacionan con episodios de isquemia, que ocurren después de terminar la organogénesis y no con errores en la recanalización. Durante la novena semana de la gestación, el epitelio intes- tinal desarrolla características específicas del intestino, como la estructura de cripta y vellosidad. La organogénesis está terminada alrededor de la decimosegunda semana de la gestación. http://booksmedicos.org 1140 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii FISIOLOGÍA Digestión y absorción El epitelio intestinal es el límite a través del cual ocurren la absor- ción y la secreción. En general, tiene características distintivas de los epitelios de absorción, incluso células epiteliales con membra- nas celulares que poseen dominios apical (luminal) y basolateral (seroso) precisos, delimitados por uniones intercelulares firmes y una distribución asimétrica de mecanismos de transporte trans- membrana que favorecen el transporte vectorial de solutos a través del epitelio. Los solutospueden atravesar el epitelio mediante transporte activo o pasivo. El transporte pasivo de solutos ocurre por difusión o convección, y es impulsado por los gradientes electroquímicos existentes. El transporte activo es la transferencia neta de solutos dependiente de energía, en ausencia de un gradiente electroquímico o contra el mismo. El transporte activo se lleva a cabo por vías transcelulares (a través de las células), en tanto que el transporte pasivo se efectúa por vías transcelulares o paracelulares (entre las células a través de las uniones firmes). El transporte transcelular requiere que los solutos atraviesen las membranas celulares mediante proteínas de membrana especializadas, como conductos, portadores y bombas. La clasificación molecular de las proteínas transportadoras evo- luciona a gran velocidad; ahora se identifican distintas familias de transportadores, cada una con muchos genes individuales que codifican transportadores específicos. También está evolucionando el conocimiento de la vía paracelular. Al contrario de lo que se pen- saba, cada vez es más evidente que la permeabilidad paracelular es específica de sustrato, dinámica y, además, está sujeta a regulación por proteínas específicas de las uniones estrechas.3 Absorción y secreción de agua y electrólitos. En el intes- tino delgado entran diariamente de 8 a 9 L de líquido. Casi todo este volumen está constituido por secreciones salivales, gástricas, biliares, pancreáticas e intestinales. En condiciones normales, el intestino delgado absorbe más del 80% de este líquido y deja alre- dedor de 1.5 L que pasan al colon (fig. 28-4). La absorción y la secreción del intestino delgado están reguladas rigurosamente; las alteraciones en la homeostasis del agua y los electrólitos caracterís- ticas de muchos de los trastornos que se comentan en este capítulo, ocupan un lugar importante en la contribución a sus rasgos clínicos asociados. Figura 28-3. Rotación del intestino durante el desarrollo. A. En el transcurso de la quinta semana de la gestación, se hernia el intestino en desarrollo fuera de la cavidad celómica y comienza a rotar en el sentido contrario al de las manecillas del reloj sobre el eje de la arteria mesentérica superior. B y C. Continúa la rotación intestinal a medida que el colon transverso en desarrollo pasa ade- lante del duodeno en desarrollo. D. Las posiciones finales del intestino delgado y el colon resultan de una rotación de 270° en el sentido contrario a las manecillas del reloj, del intestino en desarrollo y su retorno a la cavidad abdominal. Estómago Duodeno Extremo proximal del asa intestinal primaria Conducto vitelino Extremo distal del asa intestinal primaria Arteria mesentérica superior Estómago Colon transverso Yema cecal Conducto vitelino Colon ascendente Asas yeyunoileales A C Duodeno Yema cecal Colon transverso Intestino delgado Ángulo hepático Apéndice Colon transverso Colon descendente Colon sigmoide Ciego B D Figura 28-4. Transporte de agua en el intestino delgado. Se propor- cionan las cantidades representativas (en volumen por día) del líquido que se incorpora y que abandona la luz del intestino delgado en un adulto sano. • Absorción de intestino delgado, 7 500 ml • 1 500 ml al colon • Ingestión, 2 000 ml • Saliva, 1 500 ml • Secreciones gástricas, 2 500 ml • Bilis, 500 ml • Secreciones pancreáticas, 1 500 ml • Secreciones de intestino delgado, 1 000 ml El epitelio intestinal tiene dos vías para el transporte de agua: a) la vía paracelular, que implica el transporte a través de los espa- cios entre las células y b) la ruta extracelular, a través de las mem- branas celulares apical y basolateral. Aunque se pensaba que la mayor parte de la absorción del agua ocurría a través de la vía para- celular, ahora está bien documentado que la mayor parte del trans- porte intestinal de agua ocurre a través de la vía transcelular.4 El mecanismo específico que media este transporte transcelular no se ha identificado por completo y puede involucrar la difusión pasiva a través de la bicapa de fosfolípidos, el cotransporte con otros iones y nutrientes o la difusión a través de los conductos de agua conocidos como acuaporinas. Se han identificado muchos tipos de http://booksmedicos.org 1141 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 acuaporinas; sin embargo, su contribución a la absorción general de agua a través del intestino parece ser relativamente menor.5 En la figura 28-5 se muestra el modelo más aceptado de la absorción de Na+ por el epitelio intestinal. La actividad de la enzima Na+/K+ ATP-asa que se localiza en la membrana baso- lateral que intercambia tres Na+ intracelulares por cada dos K+ extracelulares en un proceso dependiente de energía, genera el gradiente electroquímico que impulsa el transporte de Na+ desde la luz intestinal hasta el citoplasma de los enterocitos. Los iones de Na+ atraviesan la membrana apical por medio de varios meca- nismos de transporte distintos, como el transporte de sodio aco- plado a nutrientes (p. ej., cotransportador de sodio y glucosa 1, SGLT1), conductos del sodio e intercambiadores de sodio e hidrógeno (NHE). A continuación los iones de Na+ absorbidos son expulsados de los enterocitos por acción de la Na+/K+ ATP-asa localizada en la membrana basolateral. Existen también modelos mecanísticos similares que explican el transporte de otros iones comunes como K+ y HCO3 −. Existe una heterogeneidad importante de mecanismos de transporte del epitelio intestinal con respecto a cripta-vellosidad y ejes craneocaudales. Esta distribución espacial de expresión es compatible con un modelo en el cual la función de absorción reside, sobre todo, en la vellosidad y la función secretora en la cripta. La absorción y la secreción intestinales están sujetas a modu- lación en condiciones fisiológicas y fisiopatológicas por una amplia gama de mediadores reguladores hormonales, neurales e inmuni- tarios (cuadro 28-1). Digestión y absorción de carbohidratos. Alrededor de 45% del consumo de energía en la dieta occidental promedio está cons- tituida por carbohidratos, de los cuales casi la mitad se encuentra en forma de almidón (polímeros de glucosa lineales o ramificados) derivados de cereales y plantas. Otras fuentes importantes de car- bohidratos de la dieta son los azúcares provenientes de la leche (lactosa), frutas y verduras (fructosa, glucosa y sacarosa), o azú- cares purificados de caña de azúcar o remolacha (sacarosa). Los alimentos procesados contienen una diversidad de azúcares, entre los que se encuentran fructosa, oligosacáridos y polisacáridos. El glucógeno que proviene de la carne sólo contribuye con una frac- ción pequeña de los carbohidratos de la dieta. Figura 28-5. Modelo de la absorción transepitelial de Na+. En este modelo, el Na+ atraviesa la membrana apical de los enterocitos a través de varios mecanismos, como transporte de Na+ acoplado a nutrientes, intercambio de Na+/H+ y conductos del Na+. La actividad de la ATPasa de Na+/K+ localizada en la membrana basolateral genera el gradiente electroquímico que proporciona la fuerza impulsora para absorber Na+. LUZ – SANGRE + Na+ Glucosa Na+ K+ Na+ Na+ H+ Cuadro 28-1 Regulación de la absorción y secreción intestinales Fármacos que estimulan la absorción o inhiben la secreción de agua Aldosterona Glucocorticoides Angiotensina Noradrenalina Adrenalina Dopamina Somatostatina Neuropéptido Y Péptido YY Encefalina Fármacos que estimulan la secreción o inhiben la absorción de agua Secretina Bradicinina Prostaglandinas Acetilcolina Factor natriurético auricular Vasopresina Péptido intestinal vasoactivo Bombesina Sustancia P Serotonina Neurotensina Histamina La amilasa pancreática es la principal enzima que digiere el almidón, aunque la amilasa salival inicia el proceso. Los productos terminales de la digestión de almidones mediada por amilasa son oligosacáridos, maltotriosa, maltosa y dextrinasde límite alfa (fig. 28-6). Estos productos, así como los principales disacáridos de la dieta (sacarosa y lactosa), no pueden ser absorbidos en esta forma. Deben someterse primero a fragmentación hidrolítica para obte- ner sus monosacáridos constituyentes; los catalizadores de estas reacciones hidrolíticas son hidrolasas de membrana específicas del borde en cepillo, que se expresan de manera más abundante en las vellosidades del duodeno y el yeyuno. Los tres monosacáridos principales que representan los productos terminales de la digestión de carbohidratos son glucosa, galactosa y fructosa. En condiciones fisiológicas, la mayor parte de estos carbo- hidratos se absorbe a través del epitelio por la vía transcelular. La glucosa y la galactosa se transportan a través de la membrana del borde en cepillo del enterocito por el cotransportador intestinal de Na+-glucosa, SGLT1 (fig. 28-7). La fructosa se transporta a tra- vés de la membrana del borde en cepillo por difusión facilitada mediante la GLUT5 (un miembro de la familia facilitadora de transportadores de glucosa). Estos tres monosacáridos se expulsan a través de la membrana basolateral mediante difusión facilitada usando los transportadores GLUT2 y GLUT5. Los monosacáridos expulsados se difunden a las vénulas y, finalmente, penetran en el sistema venoso portal. Hay evidencia de que en algunas enfermedades, como la dia- betes, existe expresión excesiva de transportadores para hexosas, en particular el SGLT1.6 Hay varias estrategias en investigación que pre- tenden disminuir la actividad de esos transportadores como un trata- miento novedoso para enfermedades como la diabetes y la obesidad.7 Digestión y absorción de proteínas. En la dieta occidental pro- medio, de 10 a 15% del consumo energético consiste en proteínas. Además de las proteínas de la alimentación, casi la mitad de la http://booksmedicos.org 1142 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii carga de proteínas que penetra en el intestino delgado proviene de fuentes endógenas, que incluyen secreciones salivales y gastroin- testinales y células descamadas del epitelio intestinal. La digestión de las proteínas se inicia en el estómago por acción de las pepsinas. Sin embargo, este no es un paso esencial porque los pacientes qui- rúrgicos con aclorhidria y los que perdieron una parte o la totalidad del estómago, son capaces de digerir proteínas sin dificultad. La digestión continúa en el duodeno con las actividades de varias pep- Glucosa, galactosa, fructosa Absorción Almidón de la dieta Amilasa salival Amilasa pancreática Hidrolasas del borde en cepillo Oligosacáridos Maltotriosa Maltosa Dextranos límite alfa Sacarosa y lactosa Figura 28-6. Digestión de carbohidratos. Los carbohidratos de la dieta, incluso el almidón y los disacáridos sacarosa y lactosa, se hidrolizan en los monosacáridos constituyentes, glucosa, galactosa y fructosa, antes de ser absorbidos por el epitelio intestinal. La amilasa salival y pancreática y las hidrolasas del borde en cepillo de los enterocitos catalizan estas reacciones hidrolíticas. LUZ Unión estrecha Unión estrecha SANGRE SGLT1 GLUT5 GLUT5 GLUT2 Fructosa FructosaGLUT5GLUT5G Na+ Glucosa Galactosa Glucosa Galactosa Na+ G G Figura 28-7. Transportadores de hexosas. La glucosa y la galactosa penetran en el enterocito a través de un transporte activo secundario mediante el cotransportador de sodio y glucosa 1 (SGLT1) localizado en la membrana apical (borde en cepillo). La fructosa ingresa por me- dio de difusión facilitada mediante el transportador de glucosa 5 (GLUT5). La glucosa y la galactosa se expulsan basolateralmente mediante difu- sión facilitada por el transportador de glucosa 2 (GLUT2). La fructosa se expulsa basolateralmente mediante GLUT5. tidasas pancreáticas. Estas enzimas se secretan como proenzimas inactivas, lo cual contrasta con la amilasa y la lipasa pancreáticas, que se secretan en sus formas activas. En respuesta a la presencia de ácidos biliares, el borde en cepillo de la membrana intestinal libera enterocinasa, la cual cataliza la conversión de tripsinógeno en tripsina activa; a su vez, la tripsina se activa a sí misma y a otras proteasas. Los productos finales de la digestión intraluminal de las proteínas consisten en aminoácidos neutros y básicos y péptidos de dos a seis aminoácidos de longitud (fig. 28-8). Hay una digestión adicional gracias a las acciones de peptidasas que existen en el borde en cepillo de los enterocitos y en el citoplasma. La absorción epitelial de aminoácidos individuales y de dipéptidos o tripéptidos se efectúa por medio de transportadores específicos unidos a la membrana. Los aminoácidos y péptidos absorbidos penetran enton- ces en la circulación venosa portal. De todos los aminoácidos, al parecer la glutamina es una fuente única e importante de energía para los enterocitos. La cap- tación activa de glutamina al interior de los enterocitos se efectúa a través de mecanismos de transporte tanto apicales como basola- terales. Digestión y absorción de grasas. Alrededor de 40% de la dieta occidental promedio consiste de grasas. Más de 95% de la grasa alimenticia se encuentra en forma de triglicéridos de cadena larga; el resto incluye fosfolípidos como lecitina, ácidos grasos, colesterol y vitaminas liposolubles. Más de 94% de las grasas ingeridas se absorbe en la parte proximal del yeyuno. Como las grasas son insolubles en agua, una clave para la digestión exitosa de las grasas ingeridas es su disolución en una emulsión por la acción mecánica de la masticación y la peristalsis antral. Aunque la lipólisis de los triglicéridos para formar ácidos grasos y monoglicéridos se inicia en el estómago por acción de la lipasa gástrica, su principal sitio es la parte proximal del intestino, donde el catalizador es la lipasa pancreática (fig. 28-9). Dipéptidos + tripéptidos + aminoácidos Absorción Proteínas de la alimentación Polipéptidos Aminoácidos Tripsina Quimotripsina Elastasa Carboxipeptidasa A Carboxipeptidasa B Oligopéptidos Peptidasas del borde en cepillo Aminoácidos + + Pepsina Figura 28-8. Digestión de proteínas. Las proteínas de la dieta se hidrolizan en los aminoácidos sencillos constituyentes y en dipéptidos y tripéptidos, antes de que los pueda absorber el epitelio intestinal. Las peptidasas pancreáticas (p. ej., tripsina) y las peptidasas del borde en cepillo del enterocito catalizan estas reacciones hidrolíticas. http://booksmedicos.org 1143 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 Los ácidos biliares actúan como detergentes que ayudan a solubilizar los lípidos mediante la formación de micelas mixtas. Estas micelas son agregados de múltiples moléculas con un cen- tro hidrófobo de grasa y una superficie hidrofílica que actúa como transportador, que traslada los productos de la lipólisis a la mem- brana del borde en cepillo de los enterocitos, donde se absorben. Sin embargo, las sales biliares permanecen en la luz intestinal y viajan a la parte terminal del íleon, donde se reabsorben por un pro- ceso activo. Ingresan a la circulación portal y se secretan de nuevo en la bilis, con lo que se completa la circulación enterohepática. La disociación de lípidos de las micelas ocurre en una capa delgada de agua (50 a 500 μm de grosor) con un microambiente ácido, inmediatamente adyacente al borde en cepillo llamada capa de agua no agitada. Casi todos los lípidos se absorben en el yeyuno proximal, en tanto que las sales biliares se absorben en el íleon dis- tal a través de un proceso activo. Las proteínas de unión de ácidos grasos (FABP) son una familia de proteínas que se localizan en el borde en cepillo de la membrana, las cuales facilitan la difusión de ácidos grasos de cadena larga al otro lado de dicha membrana. El colesterol cruza el borde en cepillo de la membrana por medio de un proceso activo que todavía no se ha descrito por completo. Dentro de los enterocitos, los triglicéridos son nuevamente sinte-tizados, y se incorporan en quilomicrones que se secretan en los vasos linfáticos intestinales y, finalmente, penetran en el conducto torácico. En estos quilomicrones, las lipoproteínas cumplen una función parecida a un detergente, que es similar a la que llevan a cabo las sales biliares en las micelas mixtas. Los pasos descritos son los que se requieren para la digestión y absorción de triglicéridos que contienen ácidos grasos de cadena larga. Empero, los triglicéridos formados por ácidos grasos de cadenas corta y mediana son más hidrófilos y se absorben sin sufrir hidrólisis intraluminal, solubilización micelar, reesterificación por la mucosa y formación de quilomicrones. Sencillamente se absor- ben y pasan en forma directa a la circulación venosa portal y no a la Figura 28-9. Digestión de grasas. Los triglicéridos de cadena larga, que constituyen la mayor parte de las grasas de la dieta, deben some- terse a lipólisis para obtener ácidos grasos de cadena larga y monogli- céridos para que los pueda absorber el epitelio intestinal. Las lipasas gástrica y pancreática catalizan estas reacciones. Los productos de la lipólisis se transportan en forma de micelas mixtas a los enterocitos, en donde se vuelven a sintetizar en triglicéridos, que a continuación se empacan en forma de quilomicrones que se secretan en la linfa intesti- nal (quilo). El epitelio intestinal absorbe directamente los triglicéridos compuestos de ácidos grasos de cadena corta y de cadena media, sin sufrir lipólisis, y se secretan a la circulación venosa portal. Triglicéridos de cadena larga de la alimentación Triglicéridos de cadena corta y cadena mediana Ácidos grasos de cadena larga y monoglicéridos Triglicéridos resintetizados en enterocitos Lipasa gástrica Lipasa pancreática Quilo (vasos linfáticos) Sangre venosa portal Absorbidos Absorbidos linfática. Este conocimiento es lo que justifica la administración de complementos nutricionales que contienen triglicéridos de cadena mediana a pacientes con enfermedades gastrointestinales que se relacionan con mala digestión, absorción deficiente, o ambos, de triglicéridos de cadena larga. Absorción de vitaminas y minerales. La absorción deficiente de vitamina B12 (cobalamina) puede ser resultado de una diversidad de manipulaciones quirúrgicas. Primero, la vitamina se une a la proteína R derivada de la saliva. En el duodeno, enzimas pancreá- ticas hidrolizan a la proteína R, lo que permite a la cobalamina libre unirse al factor intrínseco derivado de las células gástricas parieta- les. Las enzimas pancreáticas son incapaces de hidrolizar al com- plejo de cobalamina y factor intrínseco, por lo que pueden llegar al íleon terminal, el cual expresa receptores específicos para el factor intrínseco. Aún falta describir bien los fenómenos posteriores en la absorción de la cobalamina, pero es probable que el complejo intacto entre en los enterocitos por transferencia. Debido a que se requiere cada uno de estos pasos para asimilar la cobalamina, la resección gástrica, la derivación gástrica y la resección ileal pueden dar como resultado carencia de vitamina B12. Otras vitaminas hidrosolubles cuyos procesos específicos de transporte mediados por portador ya se han descrito son el ácido ascórbico, el folato, la tiamina, la riboflavina, el ácido pantoténico y la biotina. Al parecer, las vitaminas liposolubles A, D y E se absorben mediante difusión pasiva. En cuanto a la vitamina K, ésta se absorbe tanto por difusión pasiva como por captación mediada por transportador. El calcio se absorbe tanto por transporte transcelular como por difusión paracelular. El duodeno es el sitio importante de transporte transcelular; el transporte paracelular se presenta en todo el intes- tino delgado. La calbindina, una proteína de unión de calcio que se encuentra en el citoplasma de los enterocitos, media un paso funda- mental en el transporte transcelular de calcio. La regulación de la sín- tesis de calbindina es el mecanismo principal por el que la vitamina D regula la absorción intestinal de calcio. Cada vez es más común encontrar concentraciones anormales de calcio en pacientes quirúr- gicos que se sometieron a derivación gástrica. Aunque la comple- mentación de calcio es usualmente en forma de carbonato de calcio, que es barato, en tales casos con presencia baja de ácido, el citrato de calcio es una mejor formulación para el tratamiento de restitución. El hierro y el magnesio se absorben tanto por la vía transcelu- lar como por la paracelular. Un transportador de metales divalentes capaz de llevar Fe2+, Zn2+, Mn2+, Co2+, Cd2+, Cu2+, Ni2+ y Pb2+ que se localizó en fecha reciente en el borde en cepillo intestinal, tal vez explique cuando menos una parte de la absorción transcelular de estos iones.8 Funciones de barrera e inmunitaria Aunque el epitelio intestinal permite la absorción eficiente de nutrientes de la dieta, debe diferenciar entre antígenos patógenos e inocuos, como proteínas alimenticias y bacterias comensales, y resistir la invasión de microorganismos patógenos. Entre los facto- res que contribuyen a la defensa epitelial se encuentran la inmuno- globulina A (IgA), las mucinas y la impermeabilidad relativa del borde en cepillo de la membrana y las uniones estrechas a macro- moléculas y bacterias. Es probable que los factores recién descritos tengan funciones importantes en la defensa de la mucosa intestinal; entre dichos factores están los péptidos antimicrobianos, como las defensinas.9 El componente intestinal del sistema inmunitario, que se conoce como tejido linfoide asociado con el intestino (GALT, gut-associated lymphoid tissue), contiene más de 70% de las célu- las inmunitarias del cuerpo. El GALT se divide conceptualmente en sitios inductor y efec - tor.10 Los sitios inductores comprenden las placas de Peyer, gan- glios linfáticos mesentéricos y folículos linfoides aislados, más pequeños, dispersos en la totalidad del intestino delgado (fig. 28-10). http://booksmedicos.org 1144 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii Las placas de Peyer son acumulaciones macroscópicas de folícu- los de células B y áreas de células T intercurrentes situadas en la lámina propia del intestino delgado, sobre todo en el íleon distal. Un epitelio especializado cubre las placas de Peyer. Este epitelio contiene células M que poseen una membrana apical con micro- pliegues en lugar de microvellosidades, lo cual es una característica de la mayor parte de las células epiteliales intestinales. Las células M transfieren microorganismos a células presentadoras de antígeno (APC) profesionales subyacentes, como las células dendríticas, mediante transporte vesicular transepitelial. Además, las células dendríticas pueden muestrear directamente antígenos luminales mediante sus prolongaciones parecidas a dendritas que se extienden a través de las uniones epiteliales estrechas. Las células presenta- doras de antígeno interactúan con linfocitos indiferenciados, y los preparan; éstos salen entonces a través de los vasos linfáticos de drenaje para penetrar en ganglios linfáticos mesentéricos en donde se lleva a cabo su diferenciación. Estos linfocitos migran luego a la circulación sistémica por el conducto torácico y, por último, se acu- mulan en la mucosa intestinal en sitios efectores. Es probable que existan también otros mecanismos de inducción, como la presen- tación de antígeno dentro de los ganglios linfáticos mesentéricos. Los linfocitos efectores están distribuidos en compartimien- tos precisos. Las células plasmáticas que producen IgA derivan de células B y se localizan en la lámina propia. Las células T CD4+ también se encuentran en la lámina propia. Las células T CD8+ migran de preferencia al epitelio, pero se encuentran también en la lámina propia. Estas células T son fundamentales en la regu- lación inmunitaria; además, las células T CD8+ tienen una activi- dad citotóxica potente (CTL). La IgA se transporta por las célulasepiteliales intestinales hasta la luz, en donde sale en forma de un dímero complejo con un componente secretor. Con esta configu- ración, la IgA se vuelve resistente a la proteólisis que realizan las enzimas digestivas. Supuestamente, la IgA ayuda tanto a prevenir la entrada de microorganismos a través del epitelio, como a promo- ver la excreción de antígenos o microorganismos que ya penetraron la lámina propia. Cada vez se reconoce más que el tubo digestivo está colo- nizado por muchas bacterias que son esenciales para la salud. La comunicación entre microbiota y las defensas del hospedador per- miten las respuestas inmunitarias protectoras contra patógenos, a la vez que previenen respuestas inflamatorias adversas que podrían lesionar a los microbios comensales innocuos, lo que podría ocasio- Luz intestinal Placa de Peyer Lámina propia FAE SED DC GC IgA Célula plasmáticaCélula M B Vellosidad T T Figura 28-10. Tejido linfoide relacionado con el intestino. Se representan esquemáticamente los componentes seleccionados del tejido lin- foide relacionado con el intestino (GALT). Las placas de Peyer consisten en un epitelio espe- cializado relacionado con el folículo (FAE) que contiene células M, un domo subepitelial (SED) abundante en células dendríticas (CD) y centros germinales (GC) que contienen fo - lículos de células B. Las células plasmáticas en la lámina propia producen inmunoglobulina A (IgA), que se transporta a la luz del intestino en donde sirve como primera línea de defensa contra patógenos. Otros componentes del tejido linfoide relacionado con el intestino son folículos linfoides aislados, ganglios linfáticos mesentéricos y linfocitos reguladores y efecto- res. B, células B; T, células T. nar trastornos inflamatorios crónicos como la enfermedad celiaca y la enfermedad de Crohn.11 Motilidad Los miocitos de las capas musculares del intestino están coordina- dos tanto eléctrica como mecánicamente en forma de sincitios. Las contracciones de la muscular propia son las que originan la peristal- sis del intestino delgado. La contracción de la capa muscular longi- tudinal externa ocasiona acortamiento del intestino; la contracción de la capa circular interna da por resultado estrechamiento luminal. Las contracciones de la muscular de la mucosa contribuyen a la motilidad de la mucosa o las vellosidades, pero no a la peristalsis. Se sabe que existen varios patrones característicos de activi- dad de la muscular propia en el intestino delgado. Estos patrones incluyen la excitación ascendente y la inhibición descendente en donde se presenta contracción muscular proximal a un estímulo, que puede ser un bolo de alimento ingerido, y relajación muscu- lar distal al estímulo (fig. 28-11). Estos dos reflejos se observan incluso en ausencia de cualquier inervación extrínseca al intestino EMN SN IMN Proximal Distal Figura 28-11. Excitación ascendente e inhibición descendente. Una neurona sensorial (SN) detecta la presencia de bolo alimenticio en la luz del intestino, y transmite señales hacia a) neuronas motoras exci- tadoras (EMN) que tienen proyecciones hacia las células del músculo intestinal que son proximales al bolo alimenticio y b) a neuronas motoras inhibidoras (IMN) que tienen proyecciones hacia las células musculares intestinales situadas distalmente al bolo alimenticio. El sis- tema nervioso intestinal controla este reflejo motor estereotípico, que ocurre sin inervación extraintestinal. Contribuye a la peristalsis. http://booksmedicos.org 1145 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 delgado, y contribuyen a la peristalsis cuando se propagan en forma coordinada a lo largo de todo el intestino. El patrón de alimen- tación o posprandial se inicia en el transcurso de 10 a 20 min después de la ingesta de alimentos y desaparece 4 a 6 h más tarde. Asimismo, se observan segmentaciones rítmicas u ondas de pre- sión que viajan sólo distancias cortas. Se plantea hipotéticamente que este patrón de segmentación ayuda a mezclar el contenido intraluminal y a facilitar su contacto con la superficie mucosa de absorción. El patrón de ayuno o ciclo motor interdigestivo (IDMC, interdigestive motor cycle) consiste en tres fases: la I se caracteriza por latencia motora; la II, por ondas de presión aparentemente des- organizadas que ocurren a ritmos submáximos, y la fase III, por ondas de presión sostenidas que se presentan a frecuencias máxi- mas. Supuestamente, este patrón expulsa desechos y bacterias resi- duales del intestino delgado. La duración mediana del IDMC varía de 90 a 120 min. En cualquier momento determinado, diferentes porciones del intestino delgado pueden encontrarse en distintas fases del IDMC. Los mecanismos reguladores que impulsan la motilidad del intestino delgado consisten en marcapasos intrínsecos para el intes- tino delgado y señales neurohumorales moduladoras externas. Las células intersticiales de Cajal son células mesenquimatosas pleo- mórficas, localizadas en la muscular propia del intestino, que gene- ran la onda eléctrica lenta (ritmo eléctrico básico o potencial que establece el paso); esta onda desempeña una función de marcapaso para establecer la ritmicidad fundamental de las contracciones del intestino delgado. La frecuencia de la onda lenta varía a lo largo del eje longitudinal del intestino: sus valores van de 12 ondas por minuto en el duodeno a 7 ondas por minuto en el íleon distal. La contracción del músculo liso ocurre sólo cuando se superpone un potencial de acción eléctrico (brote en espiga) en la onda lenta. Por consiguiente, esta última determina la frecuencia máxima de contracciones; pero no todas las ondas lentas se acompañan de una contracción. Este mecanismo contráctil intrínseco está sujeto a regulación neural y hormonal. El sistema nervioso entérico (ENS, enteric ner- vous system) proporciona estímulos tanto inhibidores como excita- dores. Los transmisores excitadores predominantes son acetilcolina y sustancia P, y los transmisores inhibidores comprenden óxido nítrico, péptido intestinal vasoactivo y trifosfato de adenosina. En general, la inervación motora simpática inhibe al ENS; por lo tanto, el incremento de impulsos simpáticos en el intestino disminuye la actividad del músculo liso intestinal. La inervación motora para- simpática es más compleja, ya que existen proyecciones inhibido- ras y excitadoras hasta las neuronas motoras del ENS, por lo que es más difícil predecir los efectos de los impulsos parasimpáticos en la motilidad intestinal. Función endocrina La endocrinología, como disciplina, surgió con el descubrimiento de la secretina, un péptido intestinal regulador que fue la primera hormona identificada. La mejor comprensión de la fisiología del intestino delgado ha llevado a la identificación de muchas hor- monas intestinales adicionales que hacen de éste el mayor órgano productor de hormonas en el organismo. Además, se sabe que se expresan más de 30 genes de hormonas peptídicas en el tubo diges- tivo. Dado el proceso diferencial postranscripcional y postraduc- cional, se elaboran más de 100 péptidos reguladores distintos. En el intestino se producen, además, monoaminas, como histamina y dopamina, y eicosanoides con actividades parecidas a hormonas. El concepto previo de las “hormonas intestinales” planteaba que las células enteroendocrinas de la mucosa intestinal elaboraban péptidos, que se liberaban luego a la circulación sistémica, para llegar hasta ciertos receptores en sitios específicos del tubo gas- trointestinal. En la actualidad, es evidente que genes de “hormonas intestinales” se expresan ampliamente en la totalidad del cuerpo, no sólo en células endocrinas, sino también en neuronas centrales y periféricas.12 Los productos de estos genes suelen ser mensaje- ros intercelulares capaces de actuar como mediadores endocrinos, paracrinos, autocrinos o neurocrinos. Por consiguiente, podrían actuar como hormonas transportadas en la sangre, así comoa tra- vés de efectos locales. Existen patrones notables de semejanza entre los péptidos reguladores individuales que se encuentran en el tubo digestivo. Con base en estas homologías, casi la mitad de los péptidos regu- ladores conocidos se clasifica en familias.12 Por ejemplo, la familia secretina comprende secretina, glucagón y péptidos parecidos a glucagón, péptido insulinotrópico dependiente de glucosa, poli- péptido intestinal vasoactivo, péptido isoleucina histidina, hormona liberadora de hormona del crecimiento y el péptido hipofisario acti- vador de adenilato ciclasa. Otras familias de péptidos son la de la insulina, la del factor de crecimiento epidérmico, la de la gastrina, la del polipéptido pancreático, la de la taquicinina y la de la so - matostatina. La multiplicidad de subtipos de receptores y los patrones de expresión específicos de células para estos subtipos de receptores, que son característicos de estos mediadores reguladores, compli- can la definición de sus acciones. La descripción detallada de estas acciones queda fuera del objetivo de este capítulo, pero en el cua- dro 28-2 se resumen ejemplos de los péptidos reguladores que ela- boran las células enteroendocrinas del epitelio del intestino delgado y las funciones que se les atribuyen con mayor frecuencia. Algunos de estos péptidos, o sus análogos, se utilizan en la práctica clínica rutinaria. Por ejemplo, las aplicaciones terapéuticas del octreótido, un análogo de la somatostatina de acción prolongada, abarcan mejoría de síntomas relacionados con tumores neuroendocrinos (p. ej., síndrome carcinoide), síndrome de evacuación gástrica rápida posgastrectomía, fístulas enterocutáneas y el tratamiento inicial de la hemorragia aguda causada por várices esofágicas. La respuesta secretora de gastrina a la administración de secretina, constituye la base de la prueba estándar que se utiliza para establecer el diag- nóstico del síndrome de Zollinger-Ellison. La colecistocinina se emplea para valorar la fracción de expulsión de la vesícula biliar, un parámetro que a veces es útil en enfermos con síntomas de cólico biliar en quienes no se encuentran cálculos biliares. De los péptidos listados en el cuadro 28-2, el péptido-2 parecido a glucagón (GLP- 2, glucagon-like peptide) se identificó como una hormona potente y específica que muestra tropismo intestinal. En la sección Síndrome de intestino corto, se menciona que en la actualidad se encuentra en valoración clínica como un agente que tiene tropismo intestinal en pacientes con síndrome de intestino corto. Adaptación intestinal El intestino delgado tiene la capacidad de adaptarse en respuesta a las diversas exigencias que imponen las condiciones fisiológicas y patológicas. Un hecho de particular importancia para muchas de las enfermedades que se mencionan en este capítulo, es la adap- tación que se observa en el remanente intestinal después de la resección quirúrgica de una porción grande del intestino delgado (resección masiva del intestino delgado). La adaptación intesti- nal posresección se ha estudiado con detalle mediante modelos de animales. En un plazo de pocas horas después de resecar el intes- tino, el remanente de intestino delgado manifiesta evidencias de hiperplasia celular epitelial. Poco tiempo después se alargan las vellosidades, aumenta el área superficial de absorción intestinal y mejoran las funciones digestivas y de absorción. La adaptación intestinal posresección en seres humanos se ha estudiado menos, pero al parecer sigue pasos similares a los que se han observado en modelos experimentales y se lleva a cabo en el transcurso de uno a dos años después de la resección intestinal.13 Los mecanismos que inducen la adaptación intestinal pos- resección se encuentran en investigación activa. Varias clases de factores que estimulan el crecimiento del intestino incluyen nutrientes específicos, hormonas peptídicas y factores de crecimiento, http://booksmedicos.org 1146 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii la obstrucción del intestino delgado y pocas están relacionadas con cáncer intestinal. Las causas más frecuentes de obstrucción del intestino delgado se resumen en el cuadro 28-3. Generalmente, las anormalidades congénitas que pueden obstruir el intestino delgado se manifiestan casi siempre durante la infancia, pero en ocasiones no se detectan y se diagnostican por primera vez en pacientes adultos que presentan síntomas abdominales. Por ejem- plo, no debe olvidarse la rotación anómala intestinal, ni el vólvulo del intestino medio cuando se considera el diagnóstico diferencial de pacientes adultos con síntomas agudos o crónicos de obstruc- secreciones pancreáticas y ciertas citocinas. Los componentes nutricionales que estimulan el crecimiento intestinal son fibra, áci- dos grasos, triglicéridos, glutamina, poliaminas y lectinas. La adaptación después de una resección sirve para compensar la función del intestino que se resecó. Por lo general, la resección yeyunal es más tolerable, ya que el íleon tiene mejor capacidad para compensar. Sin embargo, la magnitud de esta respuesta es limitada. Cuando se hace resección de gran parte del intestino delgado, el resultado es un trastorno devastador que se conoce como síndrome de intestino corto. Esta condición se trata en la sección Síndrome de intestino corto en este mismo capítulo. OBSTRUCCIÓN DEL INTESTINO DELGADO Epidemiología La obstrucción mecánica del intestino delgado es el trastorno qui- rúrgico que se encuentra con mayor frecuencia en esta parte del cuerpo. Aunque este trastorno tiene causas muy diversas, la lesión obstructiva puede conceptualizarse según su relación ana- tómica con la pared intestinal, como: 1. Intraluminal (p. ej., cuerpos extraños, cálculos biliares o meconio). 2. Intramural (p. ej., tumores, estenosis inflamatorias relacionadas con la enfermedad de Crohn). 3. Extrínsecas (p. ej., adherencias, hernias o carcinomatosis). Las adherencias intraabdominales causadas por intervencio- nes quirúrgicas previas representan 75% de los casos de obstruc- ción del intestino delgado. Se calcula que en Estados Unidos más de 300 000 pacientes se someten a una operación cada año, para corregir la obstrucción del intestino delgado causada por adherencias. Un análisis de tendencias de 20 años entre 1988 y 2007, documentó que no ha ocurrido disminución en esta tasa durante ese periodo, resaltando los problemas con esta “antigua enfermedad”.14 Las causas menos frecuentes de obstrucción del intestino delgado son hernias, obstrucción neoplásica del intestino y enfer- medad de Crohn. La frecuencia con que se encuentra obstrucción relacionada con estos padecimientos varía según la población de pacientes y el marco de especialidad. Por lo regular, la compresión extrínseca o invasión por neoplasias malignas avanzadas que se originan en otros órganos diferentes al intestino delgado, provoca Cuadro 28-2 Péptidos reguladores representativos que se producen en el intestino delgado HoRMoNA oRIgENa AccIoNEs Somatostatina Célula D Inhibe la secreción y motilidad gastrointestinales y el riego esplácnico Secretina Célula S Estimula la secreción pancreática exocrina. Estimula la secreción intestinal Colecistocinina Célula I Estimula la secreción pancreática exocrina. Estimula el vaciamiento de la vesícula biliar. Inhibe la contracción del esfínter de Oddi Motilina Célula M Estimula la motilidad intestinal Péptido YY Célula L Inhibe la motilidad y secreción intestinales Péptido 2 parecido a glucagón Célula L Estimula la proliferación del epitelio intestinal Neurotensina Célula N Estimula la secreción pancreática y biliar. Inhibe la motilidad del intestino delgado. Estimula el crecimiento de la mucosa intestinal a En este cuadro se indican los tipos de células enteroendocrinas localizadas en el epitelio intestinal que producen estos péptidos. Estos últimos también se expresan ampliamente en tejidos extraintestinales. 34 2 Cuadro 28-3 Causas comunes de la obstrucción del intestino delgado Adherencias Neoplasias Neoplasias primarias de intestino delgado Cáncer secundario de intestino delgado (p. ej., metástasis derivadas de melanomas) Invasión local por neoplasia maligna intraabdominal (p. ej., tumores desmoides) Carcinomatosis Hernias Externas (p. ej., inguinal y femoral) Internas (p. ej., después de cirugía de derivación gástrica en Y de Roux) Enfermedad de Crohn Vólvulo Intususcepción Estenosis inducida por radiación Estenosis posisquémica Cuerpo extraño Íleo por cálculo biliar Diverticulitis Divertículo de Meckel Hematoma Anormalidades congénitas (p. ej., membranas, duplicaciones y rotación anómala) http://booksmedicos.org 1147 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 ción del intestino delgado, en especial en quienes no han sufrido una intervención quirúrgica previa del abdomen. Una causa rara de obstrucción es el síndrome de la arteria mesentérica superior, cuya característica es que esta arteria comprime la tercera porción del duodeno al cruzar sobre ella. Debe considerarse este trastorno cuando se encuentra un paciente joven asténico que presenta sín- tomas crónicos que sugieren obstrucción proximal del intestino delgado. Fisiopatología Cuando inicia una obstrucción, se acumula tanto gas como líquido en la luz intestinal proximal al sitio de obstrucción. La actividad intestinal aumenta en un esfuerzo por vencer la obstrucción, lo que explica el dolor tipo cólico y la diarrea que algunos presentan, incluso en presencia de obstrucción intestinal completa. La mayor parte del gas que se acumula proviene del aire deglutido, aunque parte se produce en el intestino. El líquido está constituido por el inge- rido y por secreciones gastrointestinales (la obstrucción estimula al epitelio intestinal a secretar agua). Con la acumulación constante de gas y líquido, se distiende el intestino y aumentan las presiones intraluminal e intramural. Eventualmente, la motilidad intestinal se reduce y hay menos contracciones. Con la obstrucción, la luz del intestino delgado, que casi siempre es estéril, cambia y se han cul- tivado diversos microorganismos de su contenido. Ya se demostró la migración de estas bacterias a los ganglios linfáticos regiona- les, aunque no se comprende bien la importancia de este proceso. Si la presión intramural es bastante alta, se deteriora la irrigación microvascular del intestino, lo cual origina isquemia intestinal y, en última instancia, necrosis. Este trastorno se denomina obstrucción intestinal estrangulante. En la obstrucción parcial del intestino delgado sólo hay una porción ocluida de la luz intestinal, lo cual permite el paso de un poco de gas y líquido. La progresión de los fenómenos fisiopato- lógicos es más lenta que en la obstrucción completa del intestino delgado y es menos probable que haya estrangulamiento. Una forma muy peligrosa de obstrucción intestinal es la obs- trucción de asa cerrada, en la que un segmento del intestino se obstruye en sentido proximal y distal (p. ej., con vólvulo). En tales casos, la acumulación de gas y líquido no puede escapar en nin- guno de los dos sentidos del segmento obstruido, lo que provoca un aumento rápido de la presión luminal y pronta progresión hasta el estrangulamiento. Presentación clínica Los síntomas de obstrucción del intestino delgado son dolor abdominal tipo cólico, náusea, vómito y estreñimiento. El vómito es un síntoma más prominente en las obstrucciones proximales que en las distales. El carácter del vómito es importante, ya que con crecimiento bacteriano excesivo, el vómito es más fecaloide, lo que sugiere una obstrucción más establecida. La expulsión continua de flatos, heces, o ambos, más de 6 a 12 h después del inicio de los síntomas, es característica de la obstrucción parcial, más que de la completa. Los signos de obstrucción del intestino delgado incluyen distensión abdominal, que es más pronunciada si el sitio de obstrucción está en el íleon distal, y que puede estar ausente si la obstrucción está en la parte proximal del intestino delgado. Es probable que los ruidos intestinales sean hiperacti- vos al principio, pero en etapas avanzadas de la obstrucción se escuchan ruidos mínimos. Los hallazgos de laboratorio reflejan deficiencia de volumen intravascular y consisten en hemocon- centración y anormalidades electrolíticas. Es frecuente la leu- cocitosis leve. Las manifestaciones de la obstrucción estrangulada incluyen dolor abdominal, a menudo desproporcionado con los hallazgos abdominales, lo cual sugiere isquemia intestinal. A menudo hay taquicardia, dolor localizado a la palpación abdominal, fiebre, leu- cocitosis marcada y acidosis. Cualquiera de estos hallazgos debe alertar al médico sobre la posibilidad de estrangulación y la nece- sidad de intervención quirúrgica. Diagnóstico La valoración diagnóstica debe dirigirse a los objetivos siguientes: a) distinguir una obstrucción mecánica de íleo; b) determinar la causa de la obstrucción; c) diferenciar una obstrucción parcial de la total, y d) distinguir una obstrucción simple de la que se acompaña de estrangulamiento. Los elementos importantes que deben obtenerse en el inte- rrogatorio incluyen operaciones previas en el abdomen (que sugieren la presencia de adherencias) y la existencia de trastornos abdominales (p. ej., cáncer intraabdominal o enfermedad intesti- nal inflamatoria), que suelen proporcionar información sobre la causa de la obstrucción. En el examen debe investigarse meticu- losamente si hay hernias (en particular en las regiones inguinal y femoral). El diagnóstico de obstrucción del intestino delgado se con- firma mediante un examen radiológico. La serie abdominal con- siste en a) una radiografía del abdomen con el paciente en decúbito dorsal, b) una radiografía abdominal con el enfermo de pie y c) una radiografía de tórax en la misma postura. El hallazgo más espe- cífico en el caso de una obstrucción del intestino delgado es la tríada compuesta por asas de intestino delgado dilatadas (> 3 cm de diámetro), niveles hidroaéreos en las radiografías con el paciente de pie y escasez de aire en el colon. La sensibilidad de las radiogra- fías del abdomen en la detección de una obstrucción del intestino delgado varía de 70 a 80%.15 La especificidad es baja, porque el íleo y la obstrucción del colon se acompañan de datos que simu- lan a los que se observan en la obstrucción del intestino delgado. Puede haber hallazgos falsos negativos en las radiografías cuando el sitio de obstrucción se localiza en el intestino delgado proximal y cuando la luz intestinal está llena con líquido pero no con gas, con lo cual se impide la observación de niveles hidroaéreos o disten- sión. Esta última situación se relaciona con una obstrucción en asa cerrada. A pesar de estas limitaciones, las radiografías del abdomen siguen siendo un estudio importante en pacientes con posible obs- trucción del intestino delgado, por su amplia disponibilidad y bajo costo (fig. 28-12). El estudio de tomografía por computadora (CT) tiene una sensibilidad de 80 a 90% y especificidad de 70 a 90% para detectar una obstrucción del intestino delgado.15 Los hallazgos comprenden una zona de transición discreta con dilatación proxi- mal del intestino, descompresión distal del intestino, contraste intraluminal que no pasa más allá de la zona de transición y colon con poco gas o líquido (figs. 28-13 y 28-14). El estudio de CT también proporciona pruebas de la presencia de una obs- trucción en asa cerrada y estrangulamiento. La presencia de un asa intestinal dilatada en forma de U o de C acompañada de dis- tribución radial de los vasos mesentéricos que convergen en un punto de torsión, sugieren obstrucción en asa cerrada. El engro- samiento de la pared del intestino, neumatosis intestinal (aire en la pared del intestino), gas en la vena porta, opacidad mesenté- rica y captación deficiente del contrasteintravenoso en la pared del intestino afectado, hacen pensar en estrangulamiento (fig. 28-15). El estudio de CT proporciona también una valoración total del abdomen y, por consiguiente, algunas veces revela la causa de la obstrucción. Esta característica también es importante en casos agudos, cuando la obstrucción intestinal sólo representa uno de muchos diagnósticos en pacientes que manifiestan pade- cimientos agudos del abdomen. Por lo general, la CT se realiza después de administrar un medio de contraste hidrosoluble por vía oral o bario diluido. El contraste hidrosoluble también tiene valor pronóstico y terapéutico. Varios estudios y un metaanálisis subsiguiente mostraron que la http://booksmedicos.org 1148 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii aparición del contraste en el colon dentro de 24 h predice la resolu- ción no quirúrgica de la obstrucción intestinal.16 Aunque el uso de contraste oral no alteró el índice de intervención quirúrgica, dismi- nuyó la duración de la estancia en el hospital de los pacientes con obstrucción del intestino delgado. Una limitación del estudio de CT es su baja sensibilidad (< 50%) para detectar una obstrucción del intestino delgado de grado bajo o parcial. Puede ser difícil identificar una zona de tran- sición sutil en las imágenes axiales que se obtienen durante el estudio de CT. En estos casos, suelen ser útiles los exámenes del in - testino delgado con un medio de contraste, como una serie de intes- tino delgado (seguimiento del intestino delgado) o una enteroclisis. En las series estándar de intestino delgado, el paciente ingiere el Figura 28-12. Obstrucción del intestino delgado. La radiografía simple en decúbito (A) muestra dilatación de asa de intestino delgado en el cuadrante superior derecho del abdomen y la radiografía de pie (B) confirmó la presencia de niveles hidroaéreos en las asas de intestino delgado y estómago, que son compatibles con obstrucción de intestino delgado. Figura 28-13. Obstrucción del intestino delgado. Tomografía com- putarizada de un paciente con signos y síntomas de obstrucción intes- tinal. La imagen muestra asas intestinales muy dilatadas, con íleon terminal (I) y colon ascendente (C) descomprimidos, lo que sugiere una obstrucción completa de la parte distal del intestino delgado. En la laparotomía se identificaron y dividieron bridas de una intervención quirúrgica previa. Figura 28-14. Obstrucción parcial crónica del intestino delgado. Este paciente se presentó con dolor abdominal crónico de varios meses de evolución y vómito intermitente. La imagen de la tomografía compu- tarizada coronal muestra asas intestinales proximales muy dilatadas en el lado izquierdo (flecha gruesa) con asas intestinales descompri- midas del lado derecho (flecha delgada). El segmento dilatado tiene evidencia de fecalización del contenido intestinal, consistente con la naturaleza crónica de la obstrucción. El vómito del paciente tenía olor y calidad fecaloides. En la laparotomía exploradora se identificaron y dividieron bridas. contraste o se le instila en el estómago a través de una sonda naso- gástrica. A continuación, se toman radiografías abdominales en serie a medida que el contraste desciende en sentido distal dentro del intestino. Aunque puede utilizarse bario, es necesario emplear agentes de contraste hidrosolubles, como amidotrizoato de sodio (Gastrografin), por si hay una perforación intestinal. Estos exáme- nes requieren una labor más intensa y se ejecutan con menos rapi- dez que el estudio de CT, pero a veces tienen mayor sensibilidad en la detección de causas luminales y murales de obstrucción, como en tumores primarios del intestino. En el caso de la enteroclisis, http://booksmedicos.org 1149 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 se instilan 200 a 250 ml de bario seguidos de 1 a 2 L de solución de metilcelulosa en agua en la parte proximal del yeyuno por medio de una sonda nasoentérica larga. La técnica de doble con- traste usada en la enteroclisis permite una mejor valoración de la superficie mucosa y detección de lesiones relativamente pequeñas, incluso a través de asas superpuestas de intestino delgado. La ente- roclisis rara vez se realiza en el cuadro agudo, pero ofrece mayor sensibilidad que la serie del intestino delgado para la detección de lesiones que pudieran estar causando obstrucción parcial del intes- tino delgado. En fecha reciente se ha usado la enteroclisis con CT y se informa que es mejor que los estudios radiográficos del intestino delgado con contraste. Tratamiento Por lo regular, la obstrucción del intestino delgado se acompaña de un agotamiento notable del volumen intravascular, debido a la disminución del consumo oral, vómito y secuestro de líquidos en la luz y la pared del intestino. Por consiguiente, una parte del trata- miento es la reanimación con líquidos. Es necesario administrar por vía intravenosa líquidos isotónicos y colocar una sonda permanente en la vejiga a fin de vigilar la diuresis. Quizá se requiera vigilancia venosa central o mediante un catéter en la arteria pulmonar, a fin de ayudar a regular los líquidos, en particular en pacientes con una cardiopatía subyacente y deshidratación crónica. Lo común es admi- nistrar antibióticos de amplio espectro debido a que podría ocurrir migración bacteriana en casos de obstrucción del intestino delgado, pero no existen datos controlados que apoyen esta práctica. Es necesario extraer en forma constante aire y líquido del estómago mediante una sonda nasogástrica (NG). La descom- presión gástrica eficaz disminuye las náuseas, la distensión y el riesgo de vómitos y aspiración. Antes se favorecía el uso de sondas nasoentéricas más largas, con la punta situada en el yeyuno o íleon, pero ahora rara vez se usan, ya que se acompañan de mayores índi- ces de complicaciones que las sondas NG y en varios estudios no se ha probado que tengan una mayor eficacia. El tratamiento estándar para la obstrucción completa de intes- tino delgado en términos generales es la intervención quirúrgica inmediata, guiados por la máxima “nunca debe ocultarse o salir el sol sin haber resuelto una obstrucción intestinal completa”. Sin embargo, en fechas recientes algunos autores han recomendado Figura 28-15. Neumatosis intestinal. Esta imagen de la tomografía computarizada muestra neumatosis intestinal (flecha). La causa de este hallazgo radiográfico era isquemia intestinal. El paciente se trasladó urgentemente al quirófano y se sometió a resección de un segmento infartado del intestino delgado. métodos no quirúrgicos para el tratamiento de estos pacientes, siempre y cuando se haya descartado el asa cerrada y no existan evidencias de isquemia intestinal.Tales pacientes deben mantenerse en observación estrecha y someterse a exploraciones repetidas. La justificación de favorecer la intervención quirúrgica temprana es reducir al mínimo el peligro de estrangulamiento del intestino, que se acompaña de un riesgo mayor de morbilidad y mortalidad. Los signos clínicos, las pruebas de laboratorio y los estudios de imagen disponibles en la actualidad no permiten diferenciar con seguridad entre los pacientes con una obstrucción simple y los que tienen una obstrucción con estrangulamiento antes del inicio de isquemia irreversible. Por lo tanto, el objetivo es operar antes del inicio de la isquemia irreversible. Sin embargo, otros sugieren que es adecuado un periodo de observación y descompresión NG, siempre que no haya taquicardia, dolor a la palpación, o aumento en el recuento de leucocitos (véase la figura 28-16 que presenta un algoritmo de propuesta terapéutica). Sin embargo, el tratamiento conservador con descompresión NG y reanimación con líquidos es comúnmente la recomendación inicial para: 1. Obstrucción parcial del intestino delgado. 2. Obstrucción que ocurre en el periodo posoperatorio temprano. 3. Obstrucción intestinal causada por enfermedad de Crohn. 4. Carcinomatosis. Es improbableque una obstrucción parcial de intestino del- gado progrese hasta estrangulamiento, por lo que se recomienda un intento de resolución no quirúrgico. Está documentado que el tratamiento no quirúrgico tiene éxito en 65 a 81% de los pacien- tes con una obstrucción parcial del intestino delgado. De aquellos tratados satisfactoriamente sin intervención quirúrgica, sólo se ha dado a conocer que 5 a 15% tiene síntomas que no mejoraron de manera importante en el transcurso de 48 h después de iniciar el tratamiento.17 Por lo tanto, debe operarse a la mayoría de los enfermos con una obstrucción intestinal parcial cuyos síntomas no mejoran en el transcurso de 48 h después de iniciar la atención no quirúrgica. En un estudio reciente, utilizando la National Impa- tient Sample, este principio fue nuevamente resaltado. Los autores concluyeron que un periodo de espera con límite de dos días antes de la intervención quirúrgica, no se asociaba con incremento de la mortalidad o de la morbilidad posoperatorias, aunque se incremen- taban los costos por hospitalización.18 Los pacientes que se tratan sin operación deben ser vigila- dos muy de cerca con el objeto de detectar signos que sugieran peritonitis, cuya presencia requeriría una operación urgente. Como se indicó antes, la administración de agentes de contraste hidro- solubles hipertónicos, como el amidotrizoato de sodio (Gastro- grafin), usados en valoraciones del tubo digestivo superior (GI) y seguimiento del intestino delgado, produce un desplazamiento de líquido hacia la luz intestinal, lo que aumenta el gradiente de presión a través del sitio de obstrucción. Este efecto podría acelerar la resolución de la obstrucción parcial del intestino delgado; sin embargo, hay menos evidencia de que la administración de agentes de contraste hidrosolubles aumente la probabilidad de tener éxito con el tratamiento no quirúrgico para un episodio de obstrucción intestinal.16 Se ha dado a conocer que la obstrucción que se presenta en el periodo posoperatorio temprano ocurre en 0.7% de los pacientes en los que se practicó laparotomía.19 Los enfermos con cirugía pélvica, en especial procedimientos colorrectales, tienen mayor riesgo de padecer una obstrucción posoperatoria temprana del intestino del- gado. Si ocurren síntomas de obstrucción intestinal después del res- tablecimiento inicial de la función del intestino o ésta no se recupera en el transcurso de los tres a cinco días esperados después de una operación abdominal, entonces cabe la posibilidad de una obstrucción. http://booksmedicos.org 1150 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii A veces es posible observar en las radiografías simples asas dilata- das del intestino delgado con niveles hidroaéreos, pero hasta en una tercera parte de los pacientes con obstrucción posoperatoria tem- prana se interpretan como normales o inespecíficas. Con frecuencia se requiere un estudio de CT o una serie de intestino delgado para establecer el diagnóstico. La obstrucción que ocurre en el posope- ratorio temprano suele ser parcial y muy pocas veces se acompaña de estrangulamiento. Por lo tanto, se justifica un periodo ampliado de tratamiento no quirúrgico (dos a tres semanas) que consiste en reposo intestinal, hidratación y administración de nutrición parenteral total (TPN, total parenteral nutrition). Sin embargo, si hay pruebas de una obstrucción completa o se detectan signos que sugieren peritonitis, debe operarse de nuevo sin demora. La enfermedad de Crohn como causa de obstrucción del intestino delgado se describe con más detalle adelante, en la sec- ción Enfermedad de Crohn. En 25 a 33% de pacientes que cuentan con antecedentes de cáncer y presentan obstrucción del intestino delgado, la causa de la obstrucción son las adherencias; es necesario, por consiguiente, instituir el tratamiento apropiado.20 Incluso en los casos en que la obstrucción se relaciona con la recurrencia de una neoplasia maligna, puede realizarse resección o una derivación paliativa. Los pacientes con carcinomatosis obvia representan un problema difícil, si se toma en cuenta su pronóstico limitado. El tratamiento debe ajustarse al pronóstico y deseos del paciente en particular; la mejor forma de aliviar la obstrucción podría ser un procedimiento de derivación, con lo que se evita una resección intestinal potencialmente difícil. Obstrucción del intestino delgado por bridas Continuar tratamiento conservador La duración depende de la causa y la elección del cirujano Quirófano para exploración Continuar tratamiento y vigilancia estrecha Quirófano para exploración Quirófano para exploración Obstrucción intestinal parcial Obstrucción intestinal completa No No No ¿Signos y síntomas de estrangulación e isquemia intestinal? ¿Desarrolla signos o síntomas de isquemia intestinal? Ayuno IVF Sonda NG Exploración abdominal frecuente seriada Ayuno IVF Sonda NG si es necesaria Exploración abdominal en serie ¿Desarrolla signos o síntomas de isquemia intestinal? Sí No Sí Sí Sí ¿Mejora después de 24 h de tratamiento conservador? Figura 28-16. Algoritmo para tratamiento de obstrucción del intestino delgado. IVF, líquido intravenoso; NG, nasogástrica. El procedimiento quirúrgico que se practica para la obstruc- ción intestinal varía según la causa de la obstrucción. Por ejemplo, las adherencias se rompen, los tumores se extirpan, las hernias se reducen y reparan. Sin importar la causa, debe revisarse el intestino afectado y si hay un segmento no viable, se realiza resección de este último. Los criterios que sugieren la viabilidad son color normal, peristalsis y pulsaciones arteriales marginales. Por lo general, la ins- pección visual por sí sola es adecuada para juzgar la viabilidad. En casos limítrofes, puede usarse una sonda Doppler para revisar el flujo pulsátil en el intestino y se verifica la perfusión arterial mediante la visualización de pigmento de fluoresceína, administrado por vía intravenosa, en la pared intestinal con iluminación ultravioleta. Sin embargo, ninguna técnica ha resultado superior al criterio clínico. En general, si el paciente conserva la estabilidad hemodinámica, deben extirparse segmentos cortos de intestino con viabilidad cuestionable y practicar anastomosis primaria del intestino restante. No obstante, si la viabilidad de un segmento largo de intestino es cuestionable, debe hacerse un esfuerzo concertado para conservar el tejido intes- tinal. En tales situaciones, el intestino con viabilidad dudosa debe dejarse intacto y el paciente se explora de nuevo 24 a 48 h después en una operación de “segunda vista”. En ese momento se completa la resección definitiva del intestino no viable. Cada vez son más frecuentes los reportes de cirugía laparos- cópica exitosa para obstrucción intestinal.22,23 Aquellos pacientes sometidos a procedimientos laparoscópicos exitosos tuvieron una recuperación más rápida, menos complicaciones y costos menores. Como las asas intestinales distendidas pueden interferir con la http://booksmedicos.org 1151 in testin o delgado CaPÍtU lo 28 visualización adecuada, los casos tempranos de obstrucción proxi- mal del intestino delgado, que probablemente se deban a una sola adherencia, son más adecuados para esta estrategia. La presencia de distensión abdominal y múltiples adherencias dificulta estos procedimientos y pueden ser peligrosos. El índice de conversión a cirugía abierta está entre 17 y 33%.21-23 Resultados El pronóstico se relaciona con la causa de la obstrucción. La mayo- ría de los pacientes que se trata en forma conservadora por obstruc- ción del intestino delgado por bridas no requiere hospitalizaciones ulteriores; menos de 20% de tales pacientes ingresa de nuevo al hospital en los cinco años siguientes con otro episodio de obstruc- ción intestinal.23 La mortalidad perioperatoria que se relaciona con el procedi- miento en el caso de obstrucción del intestino delgado sin estran- gulamiento es menor de 5%, y
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