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294 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Absceso pulmo CONCEPTO El absceso pulmonar es una lesión infecciosa cavitaria locali- zada en el parénquima, generada por la acción necrotizante de determinados microorganismos. La diferenciación entre un absceso de pulmón y la denominada neumonía necrotizante es puramente académica, ya que en realidad se trata de distintas fases evolutivas de un mismo proceso, a menudo coexistentes. En general, se reserva el término absceso para definir aquellos episodios en los que se detectan cavitaciones únicas o predo- minantes de un tamaño superior a los 3 cm de diámetro. Dado que la aspiración de secreciones orofaríngeas es el mecanismo patogénico principal, también se conoce a menudo a esta entidad como neumonía aspirativa, neumonía por aspiración o neumonía por broncoaspiración. Los microorganismos que poseen la capacidad de necrosar el parénquima pulmonar son numerosos. En el caso de las infecciones aspirativas, las bacterias anaeróbicas de la boca tienen una notable capacidad destructora, motivo por el cual suelen estar involucradas en la mayoría de los abscesos pul- monares. EPIDEMIOLOGÍA La incidencia del absceso pulmonar ha disminuido signifi- cativamente en las últimas décadas debido a la mejora de las condiciones higiénicas y nutricionales de la población general en nuestro medio. Aun así, sigue siendo una enfermedad que se ha de tener en cuenta en las poblaciones marginales, en las que las malas condiciones sanitarias se asocian con el abuso del alcohol o con la drogadicción. Si bien la introducción del tratamiento antibiótico mejoró notablemente el pronóstico, la mortalidad sigue siendo importante en los pacientes ancianos, las personas desnutridas o los individuos inmunodeprimidos. PATOGENIA Varios mecanismos pueden llevar al desarrollo de un absceso pulmonar: la broncoaspiración de secreciones orofaríngeas, la obstrucción bronquial con infección retrógrada, la extensión directa de un foco infeccioso subfrénico o la diseminación hematógena de microorganismos procedentes de un foco supurativo, preferentemente abdominal. Sin embargo, se considera que en la gran mayoría de los casos la aspiración del contenido orofaríngeo es el mecanismo responsable de la supuración. La aspiración de secreciones orofaríngeas es, hasta cier- to punto, un proceso normal. Se ha demostrado que apro- ximadamente en la mitad de los adultos sanos se produce la aspiración de pequeñas cantidades de estas secreciones durante el sueño. En estos casos, sin embargo, la baja carga de bacterias virulentas en el material aspirado, junto con el correcto funcionamiento de los mecanismos defensivos (p. ej., reflejo de la tos, transporte mucociliar y defensas celulares y humorales), permite la rápida eliminación de las secreciones llegadas a la vía aérea inferior sin que se originen secuelas. Tal como se describe en el cuadro 37.1, cualquier condición que haga aumentar el volumen de las secreciones orofaríngeas aspiradas o modifique las características de su carga bacte- riana —especialmente si ello acontece en una persona con unos mecanismos de defensa alterados— puede conducir al desarrollo de una neumonía aspirativa con necrosis del parénquima y subsiguiente formación de un absceso. La enfer- medad periodontal (gingivitis, periodontitis) es un factor muy determinante, ya que comporta un incremento exponencial de la carga bacteriana con un sobrecrecimiento de las especies más virulentas y con mayor capacidad necrotizante, entre las que destacan algunas bacterias anaeróbicas. La distribución del contenido aspirado dentro del árbol bronquial suele tener cierta influencia gravitacional, de modo que los segmentos que se afectan más habitualmente son los posteriores y los inferiores de los diferentes lóbulos. Una vez que se ha producido la aspiración y han fracasado los mecanismos defensivos broncopulmonares tiene lugar un rápido proceso de consolidación pulmonar (neumonitis), que se sigue de la formación de focos de necrosis (neumo- nía necrotizante). Finalmente, la confluencia de los diversos focos necróticos da lugar, tras la eliminación parcial o total al exterior, por vía bronquial, del material purulento, a cavidades de mayor tamaño (absceso). En cualquiera de estas tres fases evolutivas la infección puede extenderse a la cavidad pleural, originándose así un empiema. Cuando el mecanismo patogénico es la siembra hemató- gena, es frecuente observar infiltrados pulmonares múltiples bilaterales y de distribución periférica. En estos casos el foco infeccioso suele estar en una endocarditis tricuspídea o bien en 37 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 37 Absceso pulmonar 295 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. un absceso ubicado en la cavidad oral (dentario o periamigda- lino), que progresa ocasionando una tromboflebitis supurada de la vena yugular interna y da lugar a un embolismo séptico. Esta última entidad es la que clásicamente se conoce como enfermedad de Lemierre. Finalmente, los procesos sépticos infradiafragmáticos pueden migrar, aunque rara vez, a través del diafragma, para originar un empiema e incluso una lesión pulmonar basal, que puede ser múltiple. ETIOLOGÍA La flora bacteriana habitual de la saliva está constituida, en condiciones normales, por unos 108 microorganismos/mL, gran parte de ellos anaeróbicos, principalmente de especies como Bacteroides, Fusobacterium y cocos anaeróbicos estrictos o microaerofílicos, sobre todo estreptococos. La relación entre los gérmenes anaeróbicos y los aeróbicos es de 10:1. La tasa de los primeros es muy inferior a lo normal en los individuos edéntulos y mayor en los sujetos con caries o con una enfer- medad periodontal avanzada. Las bacterias anaeróbicas son los microorganismos impli- cados con más frecuencia en los abscesos pulmonares, de manera especial cuando la aspiración es el mecanismo pato- génico responsable. Las especies habitualmente aisladas son Prevotella melaninogenica, Fusobacterium nucleatum, Bacteroides urealyticus, estreptococos anaeróbicos (Peptostreptococcus) y estreptococos microaerofílicos facultativos (Streptococcus grupo viridans) (cuadro 37.2). Bacteroides fragilis, especie común en las infecciones abdominales, es en cambio raro en la infección pulmonar. Casi todas las infecciones anaeróbicas son polimicrobianas, con una media de tres microorganismos por episodio. Aproximadamente en la mitad de ellas solo participan gérmenes anaeróbicos, mientras que en la otra mitad se hallan, de forma concomitante, microorganismos aeróbicos —entre ellos, Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus o Haemophilus influenzae—, sin que se observen, en estos casos, características diferenciales con respecto a la infección exclusivamente anaeróbica. La broncoaspiración en el medio hospitalario suele dar lugar a una infección mixta aeróbica y anaeróbica. En estos casos, el componente aeróbico está constituido por gérmenes de adquisición clásicamente noso- comial, como Staphylococcus aureus, bacterias gramnegativas entéricas y Pseudomonas aeruginosa, sobre todo en los pacientes ancianos, los diabéticos o los individuos que han recibido una antibioticoterapia previa. En cambio, en los sujetos con una inmunodepresión grave (neoplásicos, trasplantados, infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH] o sometidos a una corticoterapia crónica en altas dosis), el espectro microbiológico incluye también otras especies de carácter oportunista, como Nocardia, Cryptococcus, Aspergillus y algunas micobacterias. Cuadro 37.2 PRINCIPALES MICROORGANISMOS CAUSANTES DE UN ABSCESO PULMONAR Microorganismos anaeróbicosBacilos gramnegativos: ● Prevotella (P. melaninogenica, P. intermedia) ● Porphyromonas (P. assacharolytica) ● Bacteroides (B. ureolyticus) ● Fusobacterium (F. nucleatum, F. necrophorum) Cocos gramnegativos: ● Veillonella parvula Cocos grampositivos: ● Peptostreptococcus (P. anaerobius) ● Micromonas (M. micros) Bacilos grampositivos: ● Actinomyces spp. ● Propionibacterium (P. propionicum) ● Eubacterium spp. ● Lactobacillus spp. Microorganismos aeróbicos o aeróbicos facultativos Gramnegativos: ● Haemophilus influenzae ● Enterobacteriaceae (Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae) ● Pseudomonas aeruginosa Grampositivos: ● Streptococcus grupo viridans ● Staphylococcus aureus Cuadro 37.1 PRINCIPALES FACTORES QUE FAVORECEN LA ASPIRACIÓN OROFARÍNGEA Alteraciones del nivel de consciencia: ● Alcoholismo ● Abuso de drogas o de fármacos sedantes o hipnóticos ● Anestesia ● Epilepsia Alteraciones de la inervación o del control muscular en la faringe, la laringe o el esófago Trastornos neurológicos (pérdida del reflejo glótico) Anomalías de la boca y de las vías aéreas superiores: ● Sepsis dental ● Gingivitis ● Sinusitis ● Tumores laríngeos Anomalías gastroesofágicas: ● Divertículos esofágicos ● Estenosis y hernia esofágicas ● Acalasia o megaesófago Instrumentalización de la vía aérea: ● Intubación traqueal ● Traqueostomía ● Broncoscopia Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 296 MANIFESTACIONES CLÍNICAS El curso clínico de un absceso pulmonar se caracteriza por ser progresivo e insidioso, de semanas o meses de evolución, con una importante repercusión en el estado general, fiebre, sudoración, pérdida de peso y tos productiva con expectoración purulenta y, generalmente, fétida. Este último signo suele considerarse como patognomónico de una infección anaeróbica, dado que algunas de las especies más frecuentes de los géneros Prevotella y Bacte- roides son productoras de metano y otros gases. En ocasiones los pacientes pueden tener hemoptisis, así como un dolor torácico pleurítico, lo que podría indicar la presencia concomitante de un empiema. La infección pleuropulmonar anaeróbica suele afectar a varones de edad media, con antecedentes de alcoholismo, malnutrición, mala higiene bucal o enfermedad periodontal avanzada. También puede asociarse con trastornos neurológicos o con pérdidas de conocimiento recientes, secundarias a crisis comiciales, drogadicción, traumatismos, accidentes o interven- ciones quirúrgicas llevadas a cabo con anestesia general. La exploración física puede ser inespecífica, pero en general permite detectar signos orientativos, como una boca séptica con piorrea y caries dentales, un aliento fétido o la desaparición del reflejo nauseoso. La ausencia total de dentadura prácticamente descarta la presencia de especies anaeróbicas. La auscultación respiratoria suele mostrar los signos de una consolidación pul- monar, como estertores crepitantes húmedos y un soplo tubárico. También pueden observarse signos que sugieren una afectación pleural en función de que exista o no un empiema. DIAGNÓSTICO Los datos de laboratorio suelen ser inespecíficos, aunque es habitual la anemia, la leucocitosis con neutrofilia, la tromboci- tosis y una elevación importante de la velocidad de sedimenta- ción globular y de la proteína C reactiva. El estudio radiológico es determinante en el diagnóstico del absceso pulmonar. Tanto la radiografía simple como la tomografía computarizada (TC) torácicas ponen de manifiesto la presencia única o múltiple de una cavitación pulmonar, de tamaño variable y muchas veces con un nivel hidroaéreo en su interior (figs. 37.1 a 37.3). En general, estas imágenes coexisten con infiltrados paren- quimatosos o con una consolidación pulmonar franca. La distribución gravitacional de las lesiones suele ser la norma, aunque cualquier segmento puede verse afectado en función de la postura del enfermo en el momento en el que se produjo la aspiración. No obstante, la localización de los abscesos pulmonares en zonas no declives obliga a considerar otras alteraciones capaces de producir una necrosis del parénquima pulmonar, tanto de causa infecciosa como no infecciosa. La observación de múltiples imágenes cavitadas de tamaño similar y de distribución bilateral sugiere la posibilidad de una dise- minación hematógena (figs. 37.4 y 37.5). El diagnóstico microbiológico es muy importante. Debido a la abundante flora bacteriana existente en la orofaringe normal, el esputo y el broncoaspirado son muestras de escaso valor microbiológico, ya que habitualmente están contaminadas. La tinción de Gram de dichas secreciones puede mostrar un gran pleomorfismo, es decir, la abundancia de diversos morfotipos bacterianos en un fondo citológico muy inflamatorio. Sin embargo, el procesamiento de estas muestras puede ser de utilidad en la detección de otros microorganismos patógenos obligados y causantes de una infección pulmonar oportunista, como es el caso de Nocardia, micobacterias u hongos. Si bien no suelen ser estrictamente necesarias, algunas técni- cas instrumentales permiten la obtención de muestras respira- torias no contaminadas por la flora orofaríngea. De este modo es posible determinar con certeza qué especies anaeróbicas están implicadas o son responsables en un caso determinado. El aspirado transtraqueal fue una técnica muy utilizada en el pasado en estudios clásicos, ya que permitía acceder a la trá- quea a través de la membrana cricotiroidea, para lograr así una muestra no contaminada por las secreciones orofaríngeas. Su principal inconveniente, además de las molestias que ocasiona al paciente, reside en la falta de especificidad de los hallazgos, debido a la posible colonización traqueobronquial, habitual en determinadas situaciones clínicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las bronquiectasias o el cáncer FIGURA 37.1 Radiografía posteroanterior de tórax en la que se observa un absceso de grandes dimensiones con un nivel hidroaéreo localizado en el lóbulo superior derecho. FIGURA 37.2 Radiografía posteroanterior de tórax en la que se observan diversas imágenes cavitarias localizadas en la língula. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 37 Absceso pulmonar 297 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. FIGURA 37.4 Radiografía posteroanterior del tórax de un paciente con una enfermedad de Lemierre. Obsérvense las múltiples imágenes cavitarias bilaterales de distribución periférica y de tamaño homogéneo. FIGURA 37.5 Tomografía computarizada torácica de un paciente con una enfermedad de Lemierre. Obsérvense las cavidades con niveles hidroaéreos. FIGURA 37.3 Radiografías posteroanterior (A) y lateral (B) de tórax en las que se observa un absceso localizado en el lóbulo inferior izquierdo. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 298 broncogénico. La aspiración percutánea transtorácica tiene, en cambio, una elevada sensibilidad y especificidad. Si bien entraña algunos riesgos, suele tolerarse mucho mejor. El pro- cesado microbiológico de la muestra obtenida por punción es el que permite el aislamiento de un mayor número de especies anaeróbicas. La broncoscopia efectuadacon un cepillado bronquial protegido también es muy eficaz en el diagnóstico microbio- lógico de las infecciones pulmonares anaeróbicas. Dado que la práctica de una broncoscopia suele ser habitual ante la existencia de una cavitación pulmonar, al objeto de descartar una enfermedad maligna subyacente, puede aprovecharse este procedimiento para tomar muestras de secreciones bron- quiales no contaminadas. En los casos en los que coexiste un empiema es indispensable la realización de una toracocente- sis, que brinda una muestra altamente representativa desde el punto de vista microbiológico. Finalmente, el hemocultivo es poco rentable, dado que un escaso porcentaje de los abscesos pulmonares cursa con bacteriemia. Sea cual sea la técnica empleada, el material obtenido debe recogerse en condiciones de anaerobiosis estricta y transportarse inmediatamente al laboratorio. En general, el cultivo, el aislamiento, la iden- tificación y el antibiograma de las especies anaeróbicas son lentos y complejos. El carácter invasivo de los métodos descritos, la necesidad de contar con un personal experimentado para llevarlos a cabo y las limitaciones para el procesado de las muestras obtenidas son circunstancias que hacen que el diagnóstico de la infección pulmonar anaeróbica sea generalmente de presunción —basado en las manifestaciones clínicas—, por lo que su tratamiento ha de instaurarse de forma empírica. La toma de muestras fiables, su cultivo, el reconocimiento de los gérmenes y, en su caso, el antibiograma se reservan solo para los enfermos en los que se plantean dudas diagnósticas iniciales o bien para los pacientes que tienen una evolución tórpida a pesar de haberse efectuado un tratamiento antibió- tico empírico correcto. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Las principales enfermedades con las que debe hacerse un diagnóstico diferencial, tanto por su frecuencia como por tener una presentación clínica y radiológica superponible, son el carcinoma broncogénico y la tuberculosis pulmonar. Los sujetos con un absceso pulmonar pueden tener un car- cinoma bronquial subyacente (del 7,6 al 17,5%, según varios trabajos clásicos), por lo que no es de extrañar, tal y como se ha comentado ya, que la realización de una fibrobroncoscopia en los enfermos con un absceso pulmonar sea una práctica habitual. La observación de un carcinoma bronquial como una imagen radiológica cavitaria puede ser el resultado de una neumonitis postobstructiva, complicada con la formación de un absceso, o también la consecuencia de la necrosis del propio tumor. La ausencia de factores predisponentes para la bron- coaspiración debe llevar a la sospecha de un proceso maligno. En cambio, en la población pediátrica debe tenerse en cuenta la posibilidad de un cuerpo extraño aspirado previamente. La tuberculosis es aún frecuente en nuestro medio y afec- ta a una población con características similares a las de los pacientes que padecen un absceso pulmonar. Las manifes- taciones clínicas características son, por lo general, la fiebre de larga evolución, la expectoración abundante, la hemoptisis y el síndrome tóxico, que son superponibles a las que se refieren en el absceso. Incluso es posible, de manera excepcional, la coexistencia de ambos procesos. Por este motivo, siempre es aconsejable realizar una baciloscopia de esputo ante la existen- cia de una cavitación pulmonar, a fin de descartar precozmente cualquier riesgo de contagio. Otras enfermedades que pueden cursar con lesiones pul- monares cavitadas se resumen en el cuadro 37.3. En general, el diagnóstico diferencial entre el absceso pulmonar y esas entidades no suele plantear grandes dificultades. El antecedente de haber tenido una broncoaspiración o el riesgo de sufrirla, la presentación subaguda o crónica, la afectación predominante de los segmentos gravitacionales y, sobre todo, la expectoración fétida suelen ser la clave para el diagnóstico. TRATAMIENTO Los pacientes que padecen un absceso pulmonar requieren, en general, de un ingreso hospitalario y de una antibioticoterapia parenteral. Esta última ha de prescribirse de forma empírica en la mayoría de las ocasiones. Durante muchos años, el tra- tamiento de elección fue la penicilina. Luego se introdujo la clindamicina, al demostrarse que los resultados que se conse- guían con este fármaco eran mejores. De todos modos, se han descrito fracasos terapéuticos con ambos antibióticos, como expresión de la existencia de resistencias bacterianas. La resis- tencia a la penicilina es especialmente prevalente entre los bac- teroides orales, como Prevotella melaninogenica, mientras que la Cuadro 37.3 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL ABSCESO PULMONAR Procesos infecciosos Bacterias anaeróbicas Bacterias aeróbicas Micobacterias (M. tuberculosis, M. kansasii) Hongos (Aspergillus) Actinomyces Nocardia Neoplasia pulmonar cavitada Obstrucción bronquial: ● Tumoración endobronquial ● Cuerpo extraño Otras enfermedades Infarto pulmonar isquémico Bulla infectada Fibrosis masiva progresiva Secuestro pulmonar Quiste hidatídico Quiste broncogénico Vasculitis pulmonares (granulomatosis de Wegener) Nódulo reumatoideo Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 37 Absceso pulmonar 299 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. resistencia a la clindamicina se ha relacionado con la presencia de bacterias aeróbicas, sobre todo Haemophilus influenzae, o de algunas especies anaeróbicas primariamente resistentes a dicho antibiótico, como es el caso de Eikenella corrodens. Sabiendo que tanto la penicilina como la clindamicina tienen ciertas limitaciones en el tratamiento empírico del abs- ceso pulmonar, desde hace años se ha propuesto la utilización de otros antibióticos, con un espectro de acción más completo. La administración, en dosis elevadas, de la combinación de una aminopenicilina con un inhibidor de las β-lactamasas es la mejor opción, dado que esta fórmula es muy activa frente a casi la totalidad de las especies anaeróbicas implicadas y también frente a la mayoría de las bacterias aeróbicas que más se asocian con ellas en la génesis del absceso pulmonar. En la práctica se recomienda el empleo de la combinación amoxicilina-ácido clavulánico, que debe pautarse inicialmente por vía intravenosa, en dosis de 2 g/200 mg cada 8 horas, hasta lograr una mejoría clínica y radiológica, para continuar luego 875 mg/125 mg cada 8 horas por vía oral. Otro antibiótico clásicamente usado en el tratamiento de las infecciones por gérmenes anaeróbicos es el metronidazol. Aunque tiene unas propiedades anaerobicidas muy notables, lo que justifica su utilización en la infección abdominal, es poco activo frente a algunas especies aeróbicas. Por ello, su asociación con otro antibiótico —habitualmente un β-lactá- mico— es imperativa. En la actualidad se emplea poco en el tratamiento del absceso de pulmón debido a la existencia de otras alternativas más eficaces. Si bien las quinolonas no destacan por su capacidad anae- robicida, moxifloxacino es muy activo frente a la gran mayoría de las especies anaeróbicas, lo que completa un amplio espec- tro de acción contra muchas especies aeróbicas, a excepción de Pseudomonas aeruginosa. Recientemente se ha comparado su eficacia en el tratamiento empírico del absceso pulmonar con la de la asociación ampicilina-sulbactam, obteniéndose unos resultados similares. Por tanto, la administración de moxifloxacino, en dosis de 400 mg una vez al día, podría ser una alternativa razonable a la asociación amoxicilina- ácido clavulánico en los pacientes con hipersensibilidad a la penicilina. Esta pauta tendría el beneficio adicional de que puede darse en una dosis única diaria, lo que podría facilitar laadherencia a un tratamiento que ha de mantenerse durante mucho tiempo. Otro antibiótico que puede ser válido en el tratamiento de las infecciones pulmonares aspirativas es el ertapenem, que posee una buena actividad frente a las bacterias anaeróbicas, así como frente a la mayoría de las especies aeróbicas implica- das en el absceso pulmonar, con la excepción de Pseudomonas aeruginosa. Se administra exclusivamente por vía intravenosa, en dosis de 1 g/24 horas, lo que lo hace poco atractivo cuando hay que completar una pauta prolongada. La existencia de un absceso pulmonar en un entorno nosocomial o bien en pacientes que tienen una neoplasia como enfermedad concomitante (laríngea, bronquial) obli- ga a considerar la participación de Pseudomonas aeruginosa. En este caso, ninguna de las alternativas mencionadas con anterioridad cubre adecuadamente este microorganismo, lo que obliga al uso de antibióticos que tengan una actividad antipseudomónica clara. En este sentido, la prescripción por vía intravenosa de imipenem (500 mg/6 horas) o de la asocia- ción piperacilina-tazobactam (4 g/8 horas) puede justificarse sin duda alguna. Respecto a la duración de la antibioticoterapia, suele seña- larse que ha de prolongarse por un tiempo que no debe ser inferior a entre 4 y 6 semanas. Es posible que el empleo, en el futuro, de nuevas alternativas antimicrobianas, de mayor potencia, permita que el tratamiento sea más corto, aunque en la actualidad no existen estudios al respecto. Por tal moti- vo se aconseja individualizar la duración del tratamiento en cada caso, basándose para ello en la evolución radiológica que experimenta el enfermo. Otras medidas terapéuticas, como el drenaje percutáneo del contenido del absceso o la resección quirúrgica, no tienen una indicación establecida y se reservan para los casos que muestran una evolución desfavorable a pesar de que la antibioticoterapia haya sido la adecuada. Finalmente, hoy en día no existe eviden- cia científica respecto a la eficacia de las técnicas de fisioterapia respiratoria como medidas para favorecer el drenaje bronquial del absceso pulmonar. EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO Casi todos los abscesos pulmonares evolucionan de manera lenta pero favorable, con una tasa de curación que supera el 90%. En ausencia de un tratamiento adecuado, el absceso pulmonar puede llevar a una destrucción progresiva del parén- quima, una siembra broncogénica, la aparición de un empiema crónico, el desarrollo de fístulas broncopleurales o pleurocu- táneas, o la diseminación hematógena de la infección a otros órganos. En general puede afirmarse que los abscesos de gran tamaño, los que afectan a pacientes de edades avanzadas o los que coexisten con una neoplasia o con un estado de inmunode- presión se asocian con un peor pronóstico. Bibliografía Barlett JG. Anaerobic bacterial infections of the lung and pleural space. Clin Infect Dis 1993;16(Suppl 4):S248-55. 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Reservados todos los derechos Bronquiectasias Javier de Gracia Roldán y Montserrat Vendrell Relat CONCEPTO Las bronquiectasias son dilataciones anómalas e irreversibles de los bronquios cartilaginosos de tamaño mediano, que se acompañan de una destrucción de los componentes muscular y elástico de la pared bronquial, y que con frecuencia se asocian con una infección bronquial crónica. Las lesiones estructurales de la pared de las vías aéreas predisponen a la infección y a un grado variable de alteraciones ventilatorias de predominio obstructivo. Las bronquiectasias no deben confundirse con las dilataciones bronquiales reversibles secundarias a procesos inflamatorios agudos, como ocurre en las traqueobronquitis, las neumonías o las atelectasias. Estas dilataciones suelen resol- verse en períodos de tiempo no superiores a unos 3-4 meses. EPIDEMIOLOGÍA La incidencia y la prevalencia de las bronquiectasias no se conocen con exactitud. La frecuencia de las bronquiecta- sias postinfecciosas ha disminuido en los países desarro- llados durante las últimas décadas gracias a los programas de vacunación infantil, a la eficacia del tratamiento anti- tuberculoso y a la disponibilidad de un número mayor de antimicrobianos efectivos frente a la infección pulmonar. Sin embargo, la incidencia sigue siendo importante en los países pobres y no es despreciable en los países ricos. Así, en Estados Unidos se ha calculado que existe una prevalencia de 53 casos/100.000 adultos, con un coste anual medio por paciente de 13.244 dólares. ANATOMÍA PATOLÓGICA Las lesiones estructurales suelen afectar a la pared de los bronquios de calibre mediano, con alteración del cartílago, el músculo liso y el tejido elástico. Desde un punto de vista macroscópico, las bronquiectasias se clasifican en los siguientes tipos: a) cilíndricas, cuando los bronquios tienen aspecto de tubos dilatados de manera uniforme y terminan bruscamente en el punto en el que las vías aéreas más pequeñas están obs- truidas por secreciones; b) varicosas, cuando muestran un patrón de dilatación irregular, y c) saculares o quísticas, cuando tienen una forma redondeada, que se hace mayor a medida que progresan periféricamente y que acaban en fondos de saco ciegos, sin estructuras bronquiales por detrás de los sacos (fig. 38.1). Microscópicamente, las bronquiectasias, salvo las congéni- tas, cursan con una inflamación crónica de la pared bronquial, con una obstrucción distal debida a la presencia de moco en la luz de la vía aérea. Otras características son la sustitución del epitelio ciliar por un epitelio escamoso, la ulceración de la mucosa, la fibrosis bronquial y peribronquial, y la hiperplasia de las glándulas mucosas. El parénquima pulmonar ventilado por los bronquios afectos sufre una combinación de altera- ciones consistentes en fibrosis, enfisema, bronconeumonía y atelectasia. Las arterias bronquiales son tortuosas e hiper- tróficas, lo que explica su propensión a sangrar con facilidad, y tienden a hacer anastomosis precapilares con las arterias pulmonares, que pueden llegar a determinar entre el 3 y el 12% del flujo pulmonar. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA Las bronquiectasias no deben considerarse en sí mismas como una enfermedad, sino que son el resultado final de una variedad heterogénea de procesos patológicos, los cuales tienen encomún el favorecer la reacción inflamatoria local, la destrucción de los componentes estructurales de la pared bronquial y el retraso en la eliminación de las secreciones respiratorias (cuadro 38.1). Su patogenia se explica con la hipótesis del círculo vicioso, que pre- supone que un episodio inicial (ya sea una infección, la aspira- ción del contenido gástrico, una anomalía en la motilidad ciliar, un trastorno en la composición del moco, etc.) compromete el aclaramiento mucociliar, que es el mecanismo de defensa sino- bronquial de primera línea. Un trastorno del sistema mucociliar en cualquier zona impide una adecuada eliminación del moco y permite el contacto prolongado de las bacterias con el epitelio bronquial. Este contacto provoca una respuesta inflamatoria local que, si no consigue eliminar esas bacterias, se amplía y se cronifica, con la consiguiente liberación de proteasas. Estas pro- teasas producen un mayor daño del epitelio, que a su vez origina una mayor deficiencia en el aclaramiento mucociliar, cerrándose así un círculo vicioso que se perpetúa sin que pueda eliminarse la infección. La respuesta inflamatoria del hospedador pasa de ser protectora a ser dañina. Además, esta inflamación puede 38 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 38 Bronquiectasias 301 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ser no solo local sino también sistémica. En el primer caso las secreciones respiratorias muestran un incremento en el número de neutrófilos, un aumento de la actividad de la elas- tasa, la mieloperoxidasa, el factor de necrosis tumoral α, las interleucinas 6, 8, 1α y 1β, y el factor estimulador de colonias de granulocitos. Algunos estudios recientes, realizados en muestras de biopsias bronquiales, han puesto de manifiesto que existe un mayor infiltrado celular, rico en neutrófilos, linfocitos —prin- cipalmente CD4 positivos— y macrófagos. En general, las bacterias que colonizan la mucosa respira- toria son menos virulentas que las que ocasionan una enfer- medad invasiva. No se adhieren al epitelio, pero pueden poner en marcha ciertos mecanismos que facilitan su persistencia y entorpecen la acción de los sistemas de defensa y de los antimi- crobianos (constitución de biopelículas, hipermutabilidad, formación de cápsula, etc.). El espectro etiológico de las bronquiectasias está cambian- do. Así, mientras que han disminuido las de causa infecciosa, las debidas a otras enfermedades, como las inmunodeficiencias primarias y la fibrosis quística, se diagnostican cada vez con mayor frecuencia en la edad adulta (tabla 38.1). Bronquiectasias postinfecciosas Las infecciones siguen siendo la causa más frecuente de bronquiectasias. Cualquier neumonía grave puede dañar la pared bronquial y favorecer su aparición, en especial cuan- do la neumonía se debe a microorganismos como Staphy- lococcus aureus, Klebsiella spp. o patógenos anaeróbicos; también cuando se retrasa de manera significativa el inicio del tratamiento antibiótico o este no se prescribe en absoluto. Cuadro 38.1 CAUSAS DE BRONQUIECTASIAS Bronquiectasias postinfecciosas: ● Tuberculosis ● Micobacteriosis no tuberculosas ● Neumonía necrotizante (Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Bordetella pertussis) ● Tos ferina ● Síndrome de Swyer-James o síndrome de McLeod ● Infecciones víricas: Adenovirus, Morbillivirus (sarampión) Bronquiectasias por obstrucción bronquial: ● Cuerpo extraño ● Tumor endobronquial ● Compresión extrínseca: adenopatías, aneurismas, tumor Bronquiectasias por alteraciones de la respuesta inmunitaria: ● Inmunodeficiencias con déficit de producción de anticuerpos (agammaglobulinemia, inmunodeficiencia común variable, síndrome hiper-IgM, déficit de IgG2, déficit de producción de anticuerpos específicos, timoma, etc.) ● Alteraciones de la función fagocítica ● Inmunodeficiencias secundarias (infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, neoplasias hematológicas, tratamiento inmunodepresor) ● Otras Bronquiectasias por alteraciones primarias del sistema mucociliar: ● Fibrosis quística ● Discinesia ciliar primaria (síndrome de Kartagener) ● Síndrome de Young (azoospermia obstructiva) Bronquiectasias por neumonitis inflamatorias: ● Broncoaspiración de contenido gástrico ● Inhalación de tóxicos Bronquiectasias por enfermedades congénitas: ● Secuestro pulmonar intralobular ● Déficit de α1-antitripsina ● Traqueobroncomegalia congénita (síndrome de Mounier-Kuhn) ● Síndrome de Williams-Campbell (déficit de cartílago bronquial) ● Síndrome de Ehlers-Danlos ● Síndrome de Marfan Bronquiectasias por respuesta hiperinmune: ● Aspergilosis broncopulmonar alérgica Bronquiectasias por otras enfermedades: ● Enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso, síndrome de Sjögren, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn) ● Síndrome de las uñas amarillas ● EPOC, asma, panbronquiolitis difusa EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica; Ig, inmunoglobulina. FIGURA 38.1 Las bronquiectasias pueden adoptar, según su apariencia tomográfica, las siguientes formas: a) cilíndricas, que dan lugar a imágenes en «anillo de sello» o en «raíl», según la orientación del bronquio sea perpendicular o paralela al plano de corte; b) varicosas, que aparecen como dilataciones irregulares en «cuentas de rosario» o en «árbol en brote», y c) quísticas, con o sin un nivel hidroaéreo, que en general se presentan agrupadas en «racimos». Estas imágenes pueden coexistir en un mismo enfermo y la monitorización de su evolución, mediante una tomografía computarizada de alta resolución torácica, es útil para evaluar la progresión y la respuesta al tratamiento. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 302 Entre los microorganismos que con mayor frecuencia se asocian con la aparición de bronquiectasias cabe citar a Mycobacterium tuberculosis, micobacterias no tuberculosas (p. ej., Mycobacterium avium), Bordetella pertussis, Adenovirus e Influenzavirus. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) origina alteraciones en la inmunidad humoral, que pueden facilitar las infecciones pulmonares de repetición y favorecer así la aparición de bronquiectasias. El diagnóstico de la causa infecciosa de unas bronquiectasias puede ser difícil por la pérdida de la documentación original y la vaguedad de los datos y antecedentes que proporcionan los pacientes en la historia clínica. Las bronquiectasias también se han asociado con el síndro- me de Swyer-James o síndrome de McLeod, que se caracteriza por cursar con una hiperclaridad unipulmonar, una hipovas- cularización ipsolateral y un atrapamiento aéreo debido a una bronquiolitis obliterante secundaria a un proceso infeccioso ocurrido durante los primeros 8 años de vida. Bronquiectasias por obstrucción bronquial La obstrucción bronquial, ocasionada por un tumor endo- bronquial, la aspiración de un cuerpo extraño o la compre- sión bronquial extrínseca originada por unas adenopatías, puede dar lugar a unas bronquiectasias localizadas secundarias a la retención de moco y a la infección distal a la obstrucción (fig. 38.2). El síndrome del lóbulo medio se relaciona con las peculiares características anatómicas del bronquio de dicho lóbulo (luz bronquial más estrecha) y con una ventilación colateral inefectiva. Su causa suele encontrarse en una com- presión extrínseca de la vía aérea por adenopatías, muchas veces tuberculosas. Bronquiectasiaspor alteraciones en la respuesta inmunitaria Las inmunodeficiencias primarias, en especial las debidas a un déficit predominante de anticuerpos, se acompañan de una ausencia o un mal funcionamiento de las inmunoglobulinas (Ig), que son el principal mecanismo de defensa pulmonar frente a la infección. Enfermedades como la inmunodeficiencia común variable, el déficit de subclases de IgG 2 y el déficit de TABLA 38.1 Causas de bronquiectasias, expresadas en porcentaje, según distintas series de la literatura médica Causa Glauser et al., 1966a n = 187 Landau et al., 1974b n = 34 Ellis et al., 1981c n = 111 Trucksis y Swartz, 1991d n = 100 Pasteur et al., 2000e n = 150 SEPAR, 2014f n = 1.827 Infecciones 48 65 46 16 29 27 Aspiración broncopulmonar 9 — — — 2 2 Síndrome del cilio inmóvil 4 3 — 1 2 2 Déficit de anticuerpos 3 3 — 1 8 11 Fibrosis quística — — — 31 3 19 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica — — — — — 9 Miscelánea 16 — 5 6 3 8 Desconocida 19 29 49 45 53 22 aGlauser EM, Cook CD, Harris GB. Bronchiectasis: a review of 187 cases in children with follow-up pulmonary function studies in 58. Acta Paediatr Scand 1966;Suppl 165:1-150. bLandau LI, Phelan PD, Williams HE. Ventilatory mechanics in patients with bronchiectasis starting in childhood. Thorax 1974;29:304-12. cEllis DA, Thornley PE, Wightman AJ, Walker M, Chalmers J, Crofton JW. Present outlook in bronchiectasis: clinical and social study and review of factors influencing prognosis. Thorax 1981;36:659-64. dTrucksis M, Swartz MN. Bronchiectasis: a current view. Curr Clin Top Infect Dis 1991;11:170-205. ePasteur MC, Helliwell SM, Houghton SJ, Webb SC, Foweraker JE, Coulden RA, et al. An investigation into causative factors in patients with bronchiectasis. Am J Respir Crit Care Med 2000;162:1277-84. fSociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Registro español informatizado de pacientes con bronquiectasias (Ribron). 2014. Disponible en: separ.es/separ/investigacion/registros-separ. Consultado en mayo de 2014. FIGURA 38.2 Tomografía computarizada torácica en la que se observan bronquiectasias, localizadas en el lóbulo inferior izquierdo, debidas a una compresión extrínseca por adenopatías secundarias a una infección tuberculosa. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 38 Bronquiectasias 303 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. producción de anticuerpos, con niveles séricos de inmuno- globulinas normales, pueden pasar inadvertidas durante la infancia y manifestarse en la edad adulta, en la que todavía siguen estando infradiagnosticadas (fig. 38.3). Un simple pro- teinograma y una determinación de inmunoglobulinas séricas pueden orientar el diagnóstico. La importancia de establecer el origen de estas bronquiectasias estriba en que a veces son tributarias de un tratamiento sustitutivo con gammaglobuli- nas, que es eficaz en la prevención de las infecciones, de las bronquiectasias en sí mismas y de su progresión cuando ya se han establecido. Todo paciente con infecciones respiratorias recurrentes ha de investigarse correctamente para descartar la existencia de una inmunodeficiencia primaria, en especial si se acompañan de una otitis crónica o de una sinusitis. En las inmunodeficiencias secundarias a una neoplasia hematológica (mieloma múltiple, leucemia linfática crónica, linfoma, etc.), en los tratamientos inmunodepresores y en la infección por el VIH también son frecuentes las infecciones respiratorias de repetición, por lo que es habitual el desarro- llo de bronquiectasias. Los casos en los que se demuestra un déficit de producción de anticuerpos pueden ser tributarios, asimismo, de un tratamiento sustitutivo con gammaglobulinas. En los pacientes portadores de un trasplante pulmonar, la disminución de los mecanismos locales de defensa, la terapia inmunodepresora y la colonización de las vías aéreas superiores en el momento del trasplante pueden ser factores determinan- tes para que aparezcan unas bronquiectasias en el pulmón trasplantado. Bronquiectasias por alteraciones primarias en el sistema mucociliar Alteraciones como la fibrosis quística, la discinesia ciliar pri- maria y el síndrome de Young dan lugar a bronquiectasias por ocasionar un trastorno en el aclaramiento de las secreciones respiratorias. La fibrosis quística es una enfermedad mono- génica autosómica recesiva, cuya incidencia en España es de 1 caso/5.300 niños nacidos a término. El defecto genético produce una carencia o una disfunción de la proteína CFTR (del inglés cystic fibrosis transmembrane conductance regulator), que se halla en la membrana apical de las células epiteliales secretoras y cuya función es la de regular el intercambio iónico del cloro y del sodio (canal de cloro) entre la célula y la luz tubular. Esta anomalía favorece la desecación de las secreciones y, como consecuencia, la obstrucción de las vías y conductos de diferentes órganos. Puede originarse así una insuficiencia pancreática, un íleo meconial, una cirrosis biliar primaria, una disminución de la fertilidad o una afectación respiratoria. Esta última es la que marca el pronóstico de la enfermedad, al ser responsable del 90% de la mortalidad que se asocia con la fibrosis quística. El espesamiento de las secreciones bronquiales predispone a la obstrucción progresiva de las vías aéreas, a la colonización e infección del tracto respira- torio, especialmente por S. aureus y Pseudomonas aeruginosa (tabla 38.2), y a la aparición de bronquiectasias (fig. 38.4). Se han descrito más de 1.400 mutaciones del gen mencionado FIGURA 38.3 Tomografía computarizada torácica en la que se observan unas bronquiectasias quísticas bilaterales, con gran dilatación y engrosamiento de la pared bronquial, en un paciente con una inmunodeficiencia común variable. TABLA 38.2 Microorganismos causantes de colonización o infección bronquial crónica, expresados en porcentaje, según distintas series de la literatura médica Microorganismo causante Pang et al., 1989a n = 22 Pasteur et al., 2000b n = 150 Angrill et al., 2002c n = 75 SEPAR, 2014d n = 1.827 Haemophilus influenzae 23 17 32 13 Pseudomonas aeruginosa 18 24 16 30 Staphylococcus aureus 9 7 3 12 Streptococcus pneumoniae 4 4 8 5 Otros 5 14 9 20 No microorganismos 41 23 31 20 aPang JA, Cheng A, Chan HS, Poon D, French G. The bacteriology of bronchiectasis in Hong Kong investigated by protected catheter brush and bronchoalveolar lavage. Am Rev Respir Dis 1989;139:14-7. bPasteur MC, Helliwell SM, Houghton SJ, Webb SC, Foweraker JE, Coulden RA, et al. An investigation into causative factors in patients with bronchiectasis. Am J Respir Crit Care Med 2000;162:1277-84. cAngrill J, Agustí C, de Celis R, Rañó A, Gonzalez J, Solé T, et al. Bacterial colonisation in patients with bronchiectasis: microbiological pattern and risk factors. Thorax 2002;57:15-9. dSociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Registro español informatizado de pacientes con bronquiectasias (Ribron). 2014. Disponible en: separ.es/separ/investigacion/registros-separ. Consultado en mayo de 2014. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 304 capaces de causar la enfermedad y de condicionar diferencias en su expresión fenotípica, como reflejo de una mayor o menor función residual de la proteína CFTR. Esto explica que del 16 al 20% de los pacientes con una fibrosis quística tengan una suficiencia pancreática y poca afectación pulmonar durante lainfancia y que, por tal motivo, sean diagnosticados en la edad adulta. En la discinesia ciliar primaria se producen distintas ano- malías congénitas en la composición de los cilios, lo que puede dar lugar a la aparición de bronquiectasias. También se afectan los cilios de otras estructuras del organismo, por lo que los individuos que padecen esta enfermedad sufren, con frecuencia, sinusitis, otitis o infertilidad (espermato- zoides inmóviles). Estas alteraciones se asocian, en algunos casos, con una dextrocardia y un situs inversus (síndrome de Kartagener). Bronquiectasias por enfermedades congénitas Las enfermedades congénitas que se acompañan de altera- ciones en los elementos estructurales de la pared bronquial, como el síndrome de Williams-Campbell (ausencia o déficit de cartílago bronquial), la traqueobroncomegalia congénita o síndrome de Mounier-Kuhn (atrofia de los componentes elásticos y musculares de la pared bronquial) (fig. 38.5), el sín- drome de Marfan, el síndrome de Ehlers-Danlos o el secuestro pulmonar intralobular, son causa frecuente de bronquiectasias. Todas estas anomalías hacen que se retengan las secreciones respiratorias, facilitándose así la colonización bronquial y las infecciones de repetición. Otras causas de bronquiectasias Las bronquiectasias pueden estar relacionadas con una bron- coaspiración crónica del contenido gástrico o con la inhalación de gases tóxicos o de amoníaco. Una respuesta inmunitaria intensa puede ser, asimismo, la causa de unas bronquiectasias, como las que se asocian con la aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) (fig. 38.6). En los pacientes con una colitis ulcerosa, una artritis reumatoide o un síndrome de Sjögren también pueden observarse bronquiectasias, aunque se des- conoce si existe o no una reacción inmunitaria que ponga en marcha una inflamación crónica en las vías aéreas. Finalmente, las bronquiectasias pueden encontrarse a veces en el síndrome de las uñas amarillas y en el 30 al 50% de los pacientes que tienen un déficit congénito de α 1-antitripsina. Bronquiectasias de causa no conocida En el 20 al 50% de las ocasiones, según las distintas series de la literatura médica, las bronquiectasias son de origen des- conocido, catalogándose entonces, si bien con frecuencia equivocadamente, de idiopáticas. FIGURA 38.4 Radiografía posteroanterior de tórax en la que se observan unas bronquiectasias difusas llenas de secreciones en un paciente con una fibrosis quística. FIGURA 38.5 Reconstrucción frontal de una tomografía computarizada torácica de un enfermo con un síndrome de Mounier-Kuhn o traqueobroncomegalia. Obsérvense las bronquiectasias quísticas centrales bilaterales. FIGURA 38.6 Tomografía computarizada torácica en la que se observan unas bronquiectasias centrales en un enfermo con una aspergilosis broncopulmonar alérgica. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 38 Bronquiectasias 305 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Anamnesis Los individuos con bronquiectasias suelen tener infecciones respiratorias de repetición. Entre uno y otro episodio los enfer- mos pueden estar asintomáticos o presentar una expectora- ción crónica de carácter mucoso, mucopurulento o purulento. También pueden tener expectoración hemoptoica, hemoptisis recidivantes, hiperreactividad bronquial, disnea de intensidad variable, astenia o pérdida de peso. El inicio de los sínto- mas varía según cuál sea la causa de las bronquiectasias. Así, las manifestaciones clínicas pueden aparecer después de sufrir un proceso infeccioso pulmonar grave o, de manera más lenta y silente, tras la aparición de varios episodios de bronquitis. Las agudizaciones se acompañan de un incremento en la expecto- ración, con un esputo que es más viscoso y purulento, y que cursa, a veces, con un aumento de la disnea, sibilancias, fiebre, astenia, dolor pleurítico y, con menor frecuencia, hemoptisis. La rinosinusitis suele acompañar a las bronquiectasias difu- sas y su detección sugiere la existencia de una enfermedad subyacente. La amiloidosis secundaria es, actualmente, una complicación bastante rara. Exploración física Suelen encontrarse estertores crepitantes de predominio ins- piratorio en las zonas afectas y roncus y sibilancias cuando se ha producido ya una obstrucción al flujo aéreo. Las acropaquias acompañan a las bronquiectasias difusas y su presencia indica que existe un trastorno importante de la relación entre la venti- lación y la perfusión pulmonares. En fases avanzadas de la enfer- medad pueden aparecer los signos propios de una insuficiencia respiratoria, un cor pulmonale crónico y una malnutrición. Exploración funcional respiratoria Las bronquiectasias suelen cursar con un grado variable de obs- trucción al flujo aéreo (disminución del volumen espiratorio forzado en el primer segundo [FEV1] y del índice de Tiffeneau), que se acompaña, en algunos casos, de una hiperreactividad bronquial, con una prueba de metacolina positiva. Con menor frecuencia la alteración ventilatoria es mixta o restrictiva, lo que suele deberse a la presencia de atelectasias. En las fases avanzadas de la enfermedad puede aparecer una hipoxemia, una hipercapnia o un trastorno en la capacidad de difusión alveolocapilar para el monóxido de carbono. DIAGNÓSTICO La existencia de unas bronquiectasias debe sospecharse en los pacientes con tos y expectoración persistentes, infecciones respiratorias recurrentes, hemoptisis recidivantes, infiltrados pulmonares crónicos o con unas imágenes en la radiografía de tórax que sugieran esta posibilidad. El diagnóstico se confirma tras la realización de una tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) torácica, que es la exploración que tiene mayor sensibilidad (96%) y especificidad (93%) en su identifi- cación y en la valoración de su curso evolutivo. A este respecto, los criterios diagnósticos son los siguientes: a) signos directos: dilatación bronquial con una relación broncoarterial superior a 1:1,5 (signo del anillo de sello), falta de afilamiento de los bronquios y visualización de bronquios a 1 cm de la pleura, y b) signos indirectos: engrosamiento de la pared bronquial, pérdida de volumen lobular, patrón en mosaico, nódulos en «árbol en brote» y tapones de moco (v. fig. 38.1). Aunque algunas lesiones en la radiografía de tórax pueden llevar a la sospecha de unas bronquiectasias (márgenes bron- quiales indefinidos, imágenes en «raíl», que parten del hilio pul- monar, o imágenes quísticas, con o sin niveles hidroaéreos en su interior), en más del 50% de los casos la radiografía torácica suele ser inespecífica. La broncografía ha quedado en desuso. Una vez establecido el diagnóstico de bronquiectasias debe investigarse su causa. En la figura 38.7 se muestra el algoritmo de diagnóstico etiológico propuesto por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). En ocasiones, el origen puede sospecharse por la historia clínica y familiar del paciente (infecciones en la infancia, inhalación de drogas, tuberculosis, enfermedades hereditarias, etc.) o por los hallaz- gos encontrados en la TCAR de tórax (malformaciones congé- nitas, síndrome de Kartagener, síndrome de Mounier-Kuhn, etc.). La distribución de las bronquiectasias en la TCAR torácica puede orientar el diagnóstico. Efectivamente, las de situación central sugieren la existencia de una ABPA (v. fig. 38.6) y las de ubicación predominante en los lóbulos superiores una tubercu- losis. La indicación de una broncoscopia debe considerarse en el caso de las bronquiectasias localizadas, al objeto de excluir la posibilidad de un cuerpo extraño, un tumor endobronquial, una estenosis inflamatoriao una estenosis secundaria a una compresión extrínseca. También en las hemoptisis, para identi- ficar la zona de la que procede el sangrado. Asimismo, cuando se sospeche la existencia de una discinesia ciliar, para efectuar las oportunas biopsias bronquiales. Finalmente, para realizar la correspondiente investigación bacteriológica en los enfermos que no han respondido al tratamiento antimicrobiano que haya podido instaurarse. Las enfermedades que siempre hay que descartar cuan- do se está ante unas bronquiectasias de causa no conocida son aquellas que pueden ser tributarias de un tratamiento específico, como ocurre con las inmunodeficiencias debidas a un déficit de producción de anticuerpos (determinación de las inmunoglobulinas séricas y de las subclases de la IgG, respuesta a la producción específica de anticuerpos frente a Streptococcus pneumoniae y a Haemophillus influenzae), el reflujo gastroesofágico (manometría esofágica y pH-metría gástrica), la ABPA (cultivo de esputo, determinación de la IgE sérica total y de la IgG e IgE específicas frente a Aspergillus), la infección por micobacterias (baciloscopia y cultivo en medio de Lowënstein- Jensen), la fibrosis quística (prueba del sudor, estudio genético, potencial nasal diferencial), la discinesia ciliar primaria y el déficit de α 1-antitripsina (niveles séricos de la antienzima y fenotipo del déficit). EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO El pronóstico de las bronquiectasias depende de la enfermedad subyacente, de la extensión de las lesiones y de la repercusión funcional respiratoria. Sin embargo, sea cual sea la causa, todas las ectasias bronquiales son susceptibles de colonizarse y de Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 306 FIGURA 38.7 Algoritmo diagnóstico de las bronquiectasias. ABPA, aspergilosis broncopulmonar alérgica; EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica; Ig, inmunoglobulina; PFR, pruebas de función respiratoria; PPD, purified protein derivative RT-23 tuberculin (derivado proteico purificado de tuberculina RT-23). Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 38 Bronquiectasias 307 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ocasionar una importante respuesta inflamatoria, que se asocia con una progresión del daño parenquimatoso pulmonar. La infección bronquial crónica por Pseudomonas, las exacerbacio- nes agudas graves y la inflamación sistémica favorecen la evolu- ción de la enfermedad y el declive de la función pulmonar. La insuficiencia respiratoria crónica, la hipertensión pulmonar y el cor pulmonale son factores de mal pronóstico. La adminis- tración de antibióticos y los tratamientos sustitutivos, en los casos en los que esto es posible, pueden retrasar la progresión de la enfermedad y aumentar la supervivencia. TRATAMIENTO Todas las bronquiectasias tienen aspectos comunes en su tratamiento, con independencia de cuál es la causa que las ha producido. El objetivo se dirige siempre a aliviar las manifestaciones clínicas y a prevenir la progresión del daño pulmonar. Para ello hay que controlar la infección bronquial, disminuir la hiperreactividad de las vías aéreas y evitar en lo posible la aparición de complicaciones. También debe facilitarse la eliminación de las secreciones respiratorias y, sobre todo, actuar sobre las enfermedades subyacentes y las alteraciones asociadas que existan, siem- pre que sea factible. Antibióticos El objetivo de la antibioticoterapia se cifra en tratar la agu- dización y la infección bronquial crónica (tabla 38.3). Se recomienda elegir antibióticos que tengan un alto grado de penetración en las secreciones respiratorias y utilizar dosis elevadas. (Continúa) TABLA 38.3 Tratamiento antibiótico de las bronquiectasias en diferentes situaciones clínicasa Situación clínica Comentario Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Duración Agudización Tratamiento empírico: cubrir los microorganismos previamente aislados; modificar en función del cultivo de esputo 10-21 días (excepto con azitromicina, con la que se recomienda mantener el tratamiento durante 3-5 días)Agudización leve Haemophilus influenzae Amoxicilina/ácido clavulánico 875/125 mg/ 8 horas por vía oral Amoxicilina 1-2 g/8 horas por vía oral o ciprofloxacino 750 mg/12 horas por vía oral o azitromicina 500 mg/ 24 horas por vía oral Staphylococcus aureus Cloxacilina 500-1.000 mg/ 6 horas por vía oral Amoxicilina/ácido clavulánico 875/125 mg/8 horas por vía oral Pseudomonas aeruginosa Ciprofloxacino 750 mg/ 12 horas por vía oral Levofloxacino 750 mg/ 24 horas por vía oral Agudización grave o sin respuesta a la vía oral Haemophilus influenzae Amoxicilina/ácido clavulánico 1-2 g/ 8 horas IV Ceftriaxona 2 g/24 horas IV Pseudomonas aeruginosa Ceftacidima 2 g/8 horas IV + Tobramicina 5-10 mg/ kg/24 horas IV o amikacina 15-20 mg/ kg/24 horas IV Imipenem 1 g/8 horas o piperacilina/tazobactam 4 g/8 horas o aztreonam 2 g/8 horas o cefepima 2 g/ 8 horas o meropenem 2 g/ 8 horas o ciprofloxacino 400 mg/12 horas IVb + Amikacina 15-20 mg/kg/ 24 horas IV Colonización inicial (esputo mucoso) Pseudomonas aeruginosa Ciprofloxacino 750 mg/ 12 horas por vía oral + Tobramicina 300 mg/ 12 horas inhalada o colistimetato de sodio 2 mU/12 horasc inhalado Tratamiento IV con dos fármacos + Tobramicina 300 mg/ 12 horas inhalada o colistimetato de sodio 2 mU/12 horasc inhalado 3 semanas Continuar el antibiótico inhalado Continuar el antibiótico inhalado 3-12 meses Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 308 TRATAMIENTO DE LA AGUDIZACIÓN El tratamiento inicial es empírico y debe modificarse en fun- ción de los resultados del cultivo de esputo. Si existe una colonización o una infección bronquial previa conocida, el antibiótico ha de prescribirse teniendo en cuenta los microor- ganismos que anteriormente se hayan aislado, a la espera del cultivo solicitado. Debe tenerse en cuenta el riesgo de colonización por P. aeruginosa (antibioticoterapia u hospita- lización reciente, enfermedad grave, aislamientos previos). El tratamiento debe administrarse hasta que el esputo deje de ser purulento, si bien siempre durante un tiempo mínimo de 10 días, excepto si se aísla Pseudomonas, en cuyo caso debe prolongarse de 14 a 21 días. La vía intravenosa se recomienda en las agudizaciones graves, la infección bronquial crónica por microorganismos resistentes a antibióticos indicados por vía oral, la falta de respuesta al antibiótico oral y las agudizaciones por Pseudomonas no aislada previamente en los pacientes que padecen una fibrosis quística. En las agudizaciones modera- das o graves por Pseudomonas se aconseja el empleo de dos antibióticos por vía intravenosa (un aminoglucósido y un β-lactámico). TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN BRONQUIAL CRÓNICA Se basa en la administración prolongada de un antibiótico para romper el círculo vicioso que se perpetúa entre la infección y la inflamación. El objetivo es reducir la carga bacteriana y la respuesta inflamatoria y, con ello, el volumen y la purulencia del esputo, el número y la gravedad de las agudizaciones y el deterioro de la función pulmonar. El antibiótico debe elegirse en función del microorganismo causantede la infección y del antibiograma. El tiempo y la pauta de dosificación dependen del control de la infección que se consiga, que ha de moni- torizarse vigilando el esputo, que debe ser lo más mucoso posible, y valorando la menor frecuencia de las agudizaciones. La vía de administración puede ser la oral o la inhalatoria. Esta última se recomienda cuando no se logra una respuesta clínica adecuada, cuando aparecen efectos secundarios a la antibioticoterapia oral, en la infección por Pseudomonas y en la infección por microorganismos resistentes a los antibióticos prescritos por vía oral. Rehabilitación respiratoria Su objetivo se cifra en facilitar la eliminación de las secreciones y en mejorar la calidad de vida de los pacientes. Al respecto, los enfermos con bronquiectasias deben incluirse en un pro- grama de rehabilitación respiratoria para indicar la técnica más efectiva en cada caso (fisioterapia convencional, drenaje autógeno, dispositivos de oscilación de la vía aérea, maniobras de espiración forzada, etc.). Es aconsejable realizar de una a tres sesiones de 15 a 30 minutos cada día. Situación clínica Comentario Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Duración Infección bronquial crónica (esputo purulento) Haemophilus influenzae Amoxicilina/ácido clavulánico 875/125 mg/ 8 horas por vía oral Ciprofloxacino 750 mg/ 12 horas por vía oral o amoxicilina 1-2 g/8 horas por vía oral Prolongada, depende del control de la infección (mantenimiento de esputo mucoso) Staphylococcus aureus Cloxacilina 500-1.000 mg/ 6 horas por vía oral Amoxicilina/ácido clavulánico 875/125 mg/8 horas por vía oral Pseudomonas aeruginosa Tobramicina 300 mg/ 12 horas inhalada en ciclos alternos de 28 díasd o colistimetato de sodio 2 mU/12 horas inhaladoc Burkholderia cepacia Cotrimoxazol 160/800 mg/ 12 horas por vía oral Doxiciclina 100 mg/12 horas por vía oral o tobramicina 300 mg/12 horas inhalada en ciclos alternos de 28 díasd Stenotrophomonas spp. Cotrimoxazol 160/800 mg/ 12 horas por vía oral Doxiciclina 100 mg/12 horas por vía oral IV, vía intravenosa. TABLA 38.3 Tratamiento antibiótico de las bronquiectasias en diferentes situaciones clínicasa (cont.) aLos antibióticos referidos son los más utilizados. La selección de estos, de otros o de sus combinaciones depende del microorganismo aislado y de su antibiograma. Las dosis referidas son las recomendadas en la población adulta. bEs aconsejable reservar el ciprofloxacino para su administración por vía oral. Pueden utilizarse otras combinaciones dependiendo del antibiograma. cLa dosis de colistimetato de sodio depende del tipo de nebulizador empleado. Un nebulizador con menor volumen residual, como el I-neb pw, permite utilizar menor dosis (1 mU/12 horas). dValorar en casos con una infección bronquial de difícil control. Administrar ciprofloxacino por vía oral u otro antibiótico inhalado durante los períodos de descanso. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 38 Bronquiectasias 309 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Mucolíticos La fluidificación de las secreciones puede facilitarse si se hidrata adecuadamente al individuo o nebulizando suero salino hipertónico. Mucolíticos como la desoxirribonuclea- sa (DNasa) solo están indicados en algunos pacientes con fibrosis quística. Broncodilatadores Son útiles en los enfermos con manifestaciones clínicas atribui- bles a una hiperreactividad bronquial. Antiinflamatorios Los macrólidos tienen una probable acción moduladora de la respuesta inflamatoria y cierta capacidad para interferir en la formación de biopelículas, un mecanismo de defensa de las bacterias que favorece la infección bronquial crónica. Se aconseja la azitromicina oral durante 3 días por semana en los pacientes con una infección bronquial crónica por Pseudomonas o por otros microorganismos de difícil control clínico a pesar de seguir un tratamiento adecuado. Los corti- coesteroides inhalados están indicados en los enfermos con manifestaciones clínicas compatibles con una hiperreactividad bronquial. También pueden ser eficaces en los sujetos en los que el volumen de la expectoración es importante, aunque no se cree que deban prescribirse de manera habitual, salvo que se objetive un beneficio individual claro. Vacunas En todos los casos debe recomendarse tanto la vacunación antigripal como la antineumocócica. Tratamiento quirúrgico Está indicado en situaciones muy concretas, como son la extirpación de un tumor o la extracción de un cuerpo extraño. También en las bronquiectasias localizadas con infecciones recurrentes frecuentes que no responden al tratamiento médico (v. fig. 38.2). Asimismo, si hay áreas de bronquiectasias res- ponsables de hemoptisis graves, en las que la embolización de las arterias bronquiales ha sido inefectiva, o si existen zonas bronquiectásicas sospechosas de albergar microorganismos resistentes, como Mycobacterium avium o M. tuberculosis multi- rresistente. Tratamiento de las complicaciones INSUFICIENCIA RESPIRATORIA CRÓNICA La aparición de una insuficiencia respiratoria crónica obliga, según la mayoría de los autores, a una oxigenoterapia conti- nua domiciliaria. La ventilación mecánica no invasiva puede emplearse si existe una hipercapnia. Hay que valorar la posi- bilidad de un trasplante pulmonar bilateral cuando el FEV 1 es menor del 30% o se detecta una pérdida progresiva rápida de la función pulmonar en los pacientes que tienen una enfer- medad grave (insuficiencia respiratoria crónica, hipercapnia, hipertensión pulmonar y agudizaciones o complicaciones importantes frecuentes). HEMOPTISIS Su tratamiento requiere, además de las medidas habituales, la administración de antibióticos por vía intravenosa y la evitación de fármacos inhalados y de medidas fisioterápicas. La embolización de las arterias bronquiales patológicas de la zona del sangrado es el tratamiento de elección en la mayoría de los casos. No obstante, en la hemoptisis masiva también debe valorarse la posibilidad de una intervención quirúrgica, siempre que no esté contraindicada. MALNUTRICIÓN El índice de masa corporal (IMC) mínimo recomendado que ha de alcanzarse y mantenerse se estima en 22 kg/m2 en las mujeres y en 23 kg/m2 en los hombres. Un IMC inferior a 18,5 kg/m2 o pérdidas superiores al 5% en 2 meses o al 10% en 6 meses deben considerarse como índices absolutos de desnutrición, por lo que se aconseja que, en estos casos, el enfermo sea remitido para su valoración a una unidad de nutrición y dietética. AMILOIDOSIS SECUNDARIA El tratamiento depende del órgano afectado. Además, deben tratarse la infección y la inflamación crónicas. Bibliografía Baker AF. Clinical manifestations and diagnosis of bronchiectasis. Dis- ponible en: www.uptodate.com. Consultado en mayo de 2014. Baker AF. Treatment of bronchiectasis. Disponible en: www.uptodate. com. Consultado en mayo de 2014. Bradley JM, Moran FM, Elborn JS. Evidence for physical therapies (air- way clearence and physical training) in cystic fibrosis: an overview of five Cochrane systematic reviews. Respir Med 2006;100:191-201. Cantón R, Fernández Olmos A, Gómez de la Pedrosa E, del Campo R, Meseguer MA. Infección bronquial crónica: el problema de Pseu- domonas aeruginosa. Arch Bronconeumol 2011;47(Suppl 6):8-13. Chang AB, Bilton D. Exacerbations in cystic fibrosis: non-cystic fibrosis bronchiectasis. Thorax 2008;63:269-76. Evans DJ, Bara AI, Greenstone M. Prolonged antibiotics for purulent bronchiectasis in children and adults. Cochrane Database Syst Rev 2007;2:CD001392. Feldman C. 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