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406 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedad tromboembólica venosa: etiología, patogenia, manifestaciones clínicas y diagnóstico ETIOLOGÍA Y PATOGENIA En 1856 Virchow describió tres alteraciones en la homeostasis sanguínea que, de manera simultánea o aisladamente, podían favorecer la formación de un trombo: las alteraciones del flujo sanguíneo o estasis venosa, las alteraciones de la composición de la sangre o hipercoagulabilidad y las alteraciones de la pared vascular. Esta tríada es o, mejor dicho, sigue siendo la base de la patogenia de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV). La ETV no es más que el resultado de un desequilibrio entre las fuerzas protrombóticas y las antitrombóticas existentes en el torrente sanguíneo (tabla 49.1). Esta enfermedad se mani fiesta de modo habitual en situaciones clínicas en las que los pacientes desarrollan una predisposición patológica a padecer una trombosis. La vía de la coagulación puede esquematizarse en numerosas reacciones que culminan con la producción de una cantidad suficiente de trombina para convertir una pequeña parte del fibrinógeno plasmático en fibrina. Cada una de estas reacciones, regulada por cofactores plasmáticos y celulares, así como el ion calcio, requiere la constitución de un complejo de superficie y la conversión de proteínas precursoras inactivas en proteasas activas mediante una pro teólisis limitada. Es importante reseñar que la frontera entre lo homeostático y lo patológico es tan débil que algunos autores sostienen que la trombosis es un proceso de la coagulación que se produce en un lugar y un momento equivocados. La cascada de la coagulación y su sistema regulador se ilustran en la figura 49.1. Lo más frecuente es que la trombosis de la ETV se inicie como pequeños acúmulos de fibrina en las zonas cercanas a las válvulas venosas de las venas de las pantorrillas o del mús culo. A partir de ahí se produce un crecimiento progresivo del trombo, por acumulación de plaquetas y de fibrina, hasta que se origina una obstrucción venosa o una trombosis venosa profunda (TVP). Algunas porciones del trombo pueden des prenderse y circular por el torrente sanguíneo, hasta causar un tromboembolismo pulmonar (TEP). Por tanto, la TVP y el TEP son manifestaciones clínicas de una misma entidad, la ETV, que puede acontecer bien como un fenómeno aislado, espontáneo o idiopático, o bien acompañando a diferen tes factores de riesgo, que a su vez pueden ser heredados o adquiridos. A grandes rasgos, las causas de la ETV se clasifican en dos grupos: primarias o heredadas y adquiridas o secundarias. En el cuadro 49.1 se resumen los principales factores de riesgo de la ETV. No obstante, esta división es más bien didáctica que real, ya que para algunos de esos factores no se sabe si su existencia obedece a causas heredadas, adquiridas o a ambas simultáneamente. En la mayoría de las ocasiones, en el caso de los factores de naturaleza adquirida se desconocen los meca nismos fisiopatológicos precisos que inducen la tendencia trombótica. En la tabla 49.2 se resumen los mecanismos que pueden contribuir a la trombosis en los estados de hipercoagu labilidad secundaria. Al respecto, se han seguido las referencias conceptuales de Virchow. SÍNDROMES DE HIPERCOAGULABILIDAD Hipercoagulabilidad y trombofilia son los términos que se usan para describir una predisposición o un mayor riesgo a padecer una trombosis venosa y, en ocasiones, una trombosis arterial debida a alteraciones hematológicas congénitas o adquiridas. En la tabla 49.3 se resumen la prevalencia de los déficits que conducen a una trombofilia congénita y el riesgo relativo a sufrir una ETV. 49 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 49 Enfermedad tromboembólica venosa: etiología, patogenia, manifestaciones clínicas y diagnóstico 407 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Hipercoagulabilidad congénita RESISTENCIA A LA PROTEÍNA C ACTIVADA: FACTOR V LEIDEN Es la alteración que más frecuentemente produce una trom bofilia hereditaria. En la mayoría de los casos, la resistencia a la proteína C activada (RPCA) es la consecuencia de una mutación en el gen del factor V, mutación que determina que en la molécula de dicho factor se produzca la sustitución del aminoácido arginina 506 por una glutamina, lo que se conoce como factor V Leiden. Esta sustitución hace que la resistencia del nuevo factor a la degradación proteolítica de la proteína C activada sea mayor. Los pacientes portadores de un factor V Leiden suelen sufrir el primer episodio trombótico más allá de la tercera o cuarta décadas de la vida. MUTACIÓN 20210A DEL GEN DE LA PROTROMBINA Origina un incremento de los niveles plasmáticos de pro trombina y, con ello, un riesgo tres veces mayor de padecer una ETV que el que tienen las personas en las que no existe este tipo de mutación. Al igual que ocurre con los portadores del factor V Leiden, los episodios trombóticos generalmente aparecen por encima de los 35 años de edad y, al respecto, es importante el efecto potenciador de otras circunstancias de tipo adquirido, como la gestación o la toma de fármacos anticonceptivos orales. FIGURA 49.1 Mecanismo de la coagulación y sus factores reguladores. α-2PI, alpha 2-plasmin inhibitor; FIPT-1, factor inhibidor del activador del plasminógeno; KAPM, quininógeno de alto peso molecular; PK, precalicreína. TABLA 49.1 Factores protrombóticos y antitrombóticos Protrombóticos Antitrombóticos Lesión endotelial ● Directa ● Por activación de citocinas Propiedades del endotelio intacto Adhesión y agregación plaquetarias Inhibición endógena de la agregación plaquetaria (prostaciclina, óxido nítrico) Activación de factores de la coagulación Mecanismos anticoagulantes naturales ● Mecanismo de la heparina-antitrombina III ● Mecanismo de la proteína C ● Mecanismo inhibidor del factor tisular Inhibición de la fibrinólisis Elevación del inhibidor I del plasminógeno Reducción del activador del plasminógeno Disolución de la fibrina por la vía fibrinolítica (plasminógeno-activador del plasminógeno) Estasis del flujo sanguíneo Dilución de los factores trombóticos por el flujo luminal Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 408 HIPERHOMOCISTEINEMIA La hiperhomocisteinemia (HH) se asocia con un mayor riesgo de trombosis venosa o arterial. Algunos estudios han estima do que su presencia incrementaría dos veces el riesgo de una trombosis venosa. El mecanismo por el cual este trastorno se acompaña de una mayor incidencia de complicaciones vascula res no se ha establecido aún con claridad, si bien se ha puesto en relación con la existencia de un daño endotelial previo. La HH puede tener un origen hereditario, pero también adquirido. La causa más frecuente de la HH congénita es la mutación del gen de la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR), anomalía que conlleva la síntesis de una enzima anormal, que ocasiona una elevación en los niveles de homo cisteína. Sin embargo, la relación de esta mutación con la trombosis es dudosa, ya que el 30% de la población tiene este defecto genético heterocigótico sin que en ella se aprecie incremento alguno en el riesgo trombótico. En los individuos homocigóticos se cree que la trombosis aparece solo si aumenta suficientemente la homocisteinemia. La HH también puede tener un origen adquirido, por ejemplo como consecuencia de una ingesta insuficiente de vitaminas(vita mina B6, vitamina B12, ácido fólico, etc.). En estos casos, cuando se confirma la HH, se postula que el tratamiento con vitaminas puede reducir de manera significativa la homocisteinemia. Cuadro 49.1 FACTORES DE RIESGO DE LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA Heredados: ● Déficit de antitrombina III ● Déficit de proteína C ● Déficit de proteína S ● Mutación del factor V (Leiden) ● Resistencia activada a la proteína C sin factor V Leiden ● Mutación del gen de la protrombina (20210A) ● Disfibrinogenemia ● Déficit de plasminógeno Adquiridos: ● Cirugía y traumatismos ● Inmovilización prolongada ● Enfermedades agudas de causa médica ● Parálisis de los miembros inferiores ● Edad avanzada ● Neoplasias ● Trastornos mieloproliferativos ● Obesidad ● Quimioterapia ● Embarazo y puerperio ● Uso de anticonceptivos u otro tipo de tratamientos hormonales ● Síndrome antifosfolipídico primario ● Viajes prolongados (en avión) Factores probables: ● Niveles elevados de lipoproteína*, niveles bajos de inhibidores del factor tisular, niveles elevados de homocisteína, factores VIII, IX y XI, fibrinógeno e inhibidores de la fibrinólisis *La asociación con un tromboembolismo venoso aún no se ha establecido. Modificado de Tapson, 2008. TABLA 49.2 Factores de riesgo adquiridos de la enfermedad tromboembólica venosa Factor de riesgo Estasis venosa Lesión vascular Alteración de la coagulación Inmovilización +++ – – + Cirugía ++ +++ + Traumatismo ++ ++ ++ Edad avanzada + + + Neoplasia ++ + ++ Insuficiencia cardíaca ++ – – – – Embarazo y puerperio +++ – – + Tratamiento hormonal – – – – ++ ETV previa +++ ++ – – Varices +++ ++ – – Estasis crónica +++ ++ – – Anticuerpos antifosfolipídicos – + ++ ETV, enfermedad tromboembólica venosa. TABLA 49.3 Prevalencia de los distintos déficits en la trombofilia congénita y el consiguiente riesgo relativo para tener una enfermedad tromboembólica venosa Trombofilia congénita Prevalencia Riesgo relativo Población general Pacientes con una ETV Déficit de antitrombina III 0,07-0,16 1-3 20 Déficit de proteína C 0,2-0,4 3-5 10 Déficit de proteína S 0,03-0,13 1,5 10 Mutación del factor V (Leiden) 3-15 20 5 Mutación de la protrombina 1-2 4-7 2-3 Hiperhomocisteinemia 5 10 2,5 Factor VIII elevado 11 25 5 ETV, enfermedad tromboembólica venosa. Modificado de Nicolaides et al., 2005. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 49 Enfermedad tromboembólica venosa: etiología, patogenia, manifestaciones clínicas y diagnóstico 409 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. DÉFICIT DE PROTEÍNA C El gen de la proteína C se localiza en el cromosoma 2. Es una proteína plasmática dependiente de la vitamina K. Actúa como anticoagulante, degradando las proteínas procoagulantes fac tor Va y factor VIIIa. Se han detectado más de 160 mutaciones aisladas y, entre ellas, la más frecuente es la heterocigótica tipo I. Las complicaciones trombóticas suelen suceder cuando existen otros factores congénitos o adquiridos de riesgo. La deficiencia homocigótica de la proteína C se observa en los recién nacidos que tienen una púrpura fulminante y en un pequeño porcentaje de los adultos que padecen una necrosis cutánea al inicio de un tratamiento con anticoagulantes orales. DÉFICIT DE PROTEÍNA S El gen de la proteína S se localiza en el cromosoma 3. Es una proteína plasmática dependiente de la vitamina K. Actúa como cofactor en la degradación de las proteínas procoagulantes factor Va y factor VIIIa, que se inicia por la activación de la proteína C. Se han identificado más de 130 mutaciones, cuya existencia se traduce en una disminución de los niveles antigé nicos, una disminución de la actividad de la proteína o ambas circunstancias a la vez. Los déficits de la proteína S pueden pro ducir episodios trombóticos venosos o arteriales, o accidentes vasculares cerebrales en personas jóvenes. También, junto con otros tipos de trombofilias, pueden originar una osteonecrosis de la cadera, probablemente por una trombosis de las venas que drenan la cabeza del fémur. Los déficits homocigóticos de la proteína S se asocian con una púrpura neonatal fulminante. DÉFICIT DE ANTITROMBINA III El gen de la antitrombina III (AT III) se localiza en el cromoso ma 1 (q 2325). El déficit heterocigótico es raro en la población normal asintomática. El déficit tiene relevancia clínica si está repetidamente por debajo del 60 o 70%. La combinación del déficit de AT III con la mutación del factor V Leiden incrementa el riesgo de trombosis, que entonces tiende a presentarse en sujetos jóvenes. No se ha descrito la existencia de enfermos homocigóticos ni de doble heterocigóticos con unos niveles muy bajos o indetectables de AT III, probablemente porque son situaciones incompatibles con la vida. NIVELES ELEVADOS DE FACTOR VIII Y OTROS FACTORES Recientemente se ha señalado que la elevación del factor VIII es un factor de riesgo para la aparición de una trombosis venosa, pero no está claro si existe una condición heredada relacionada con esta posibilidad. Esta elevación se asocia con un mayor riesgo de recurrencia de una ETV tras un primer episodio idiopático. Algunos datos apuntan a que el aumento de los factores IX y XI, así como algunos polimorfismos del inhibidor de la fibrinólisis activado por la trombina (TAFI), se relacionan con un aumento del riesgo trombótico. Además, el incremento del TAFI se asocia con un riesgo de trombosis recurrentes dos veces mayor que el que se observa cuando los niveles son bajos. DISFIBRINOGENEMIA Las alteraciones en la estructura del fibrinógeno pueden llevar a la producción de una fibrina resistente a la acción proteolítica de la plasmina y, con ello, a un mayor riesgo de trombosis. Las disfibrinogenemias hereditarias son menos habituales que los déficits de AT III, proteína C y proteí na S. Además, casi siempre son asintomáticas y solo en el 15% de las ocasiones se acompañan de trombosis venosas o arteriales. Hipercoagulabilidad adquirida Al igual que la hipercoagulabilidad congénita, la adquirida tiene un amplio espectro clínico, que depende, asimismo, de la coincidencia de otras circunstancias concomitantes. La más importante consecuencia de la existencia de un factor de hipercoagulabilidad adquirido es la alta tasa de recurrencias y la mortalidad que se produce si se suspende el tratamiento anticoagulante. En la tabla 49.4 se resumen los mecanismos patogénicos más probablemente implicados en algunas de las enfermedades que se asocian con una hipercoagulabilidad adquirida. A continuación se exponen las dos situaciones patológicas adquiridas más habituales: las neoplasias y el anticoagulante lúpico. TABLA 49.4 Mecanismos patogénicos de la hipercoagulabilidad adquirida y su asociación con algunas enfermedades Hipercoagulabilidad adquirida Enfermedades asociadas Mecanismo autoinmune Síndrome antifosfolipídico primario Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana Disfunción endotelial Enfermedad de Behçet Síntesis anormal de sustancias protrombóticas Neoplasias Leucemia aguda Liberación de sustancias protrombóticas por destrucción celular Hemoglobinuria paroxística nocturna Trombocitopenia inducida por heparina Incremento de sustancias protrombóticas debido a un mayor catabolismo Hiperhomocisteinemia grave Disminución de los inhibidores naturales de la coagulación Síndrome nefrótico Enfermedades intestinales inflamatorias Incremento en el número o en la función de algunos elementos celulares Policitemia vera Trombocitemia esencial Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización.Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 410 NEOPLASIAS Y ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA VENOSA Las células tumorales producen factores procoagulantes, entre los cuales el factor tisular es el más característico. La trombo filia paraneoplásica se debe a una constelación de elementos concomitantes: el reposo en cama, la compresión vascular, la administración de agentes antineoplásicos y hormonales, y la implantación de catéteres venosos centrales. Los médicos deben estar alerta y llevar a cabo un estudio de una neoplasia oculta tras el diagnóstico de un primer episodio idiopático de ETV. Además, el 8% de los pacientes que sufren una ETV desarrollan un cáncer en los 2 primeros años de seguimiento. ANTICOAGULANTE LÚPICO Y ANTICUERPOS ANTICARDIOLIPINAS La existencia de un anticoagulante lúpico se ha descrito en un 4 a un 20% de los individuos que padecen una ETV. El diagnós tico del síndrome antifosfolipídico primario se realiza sobre, al menos, un criterio clínico y un criterio de laboratorio. Los crite rios clínicos se refieren a la existencia de una trombosis arterial o venosa objetivamente diagnosticada o a una complicación obs tétrica previa con, al menos, tres abortos espontáneos antes de la semana 10, al menos una muerte fetal después de la semana 10 o, al menos, un nacimiento prematuro antes de la semana 14. Los criterios de laboratorio consisten en la detección de un anticoagulante lúpico o de un anticuerpo anticardiolipina de tipo inmunoglobulina (Ig) G o M a un nivel alto o moderado, al menos en dos ocasiones con un intervalo de 6 semanas. La presencia de un anticoagulante lúpico se asocia con un riesgo de trombosis venosa que es entre 4 y 16 veces mayor. Por el con trario, la presencia de un anticuerpo anticardiolipina produce un riesgo que no incrementa más de 2,5 veces el riesgo de trombosis. Otros anticuerpos antifosfolipídicos también se han relaciona do con la trombosis: el anticuerpo antiβ2glucoproteína I y el anticuerpo antiprotrombina. Los factores de hipercoagulabilidad congénita y el anticoa gulante lúpico o los anticuerpos anticardiolipinas, aun siendo factores de riesgo reconocidos para la aparición de una ETV, tienen un papel más dudoso como elementos de recurrencia. Por ello, también es un tema controvertido si la investigación de esos factores podría aportar alguna modificación en la estra tegia terapéutica. En un metaanálisis reciente se estimó que el riesgo de recurrencia trombótica fue de 1,6 (intervalo de con fianza [IC] al 95%: 1,12,1) para los enfermos heterocigóticos con un factor V Leiden, de 2,7 (IC al 95%: 1,26,0) para los pacientes homocigóticos y de 1,2 (IC al 95%: 0,91,7) para los individuos heterocigóticos para el gen de la protrombina 20210A. Por otro lado, los estudios que han evaluado la asocia ción de los anticuerpos anticardiolipinas y del anticoagulante lúpico con el riesgo de una recurrencia trombótica no aportan datos consistentes para decidir cuál debe ser la duración de la anticoagulación cuando se confirma la detección de esos anti cuerpos. El reciente consenso al que han llegado seis sociedades científicas españolas sobre el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el tratamiento de los enfermos con un TEP no aconseja la investigación sistemática de estos factores para decidir cuál ha de ser la duración del tratamiento anticoagulante que se prescriba. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO La sospecha clínica de una ETV se basa en la presencia de unos síntomas y signos determinados y a la existencia o no de factores de riesgo. Estos últimos se observan en, aproximadamente, el 75% de los casos y son aquellas condiciones inherentes al enfermo o a situaciones clínicas particulares que se asocian con un aumento de la incidencia de una ETV (v. cuadro 49.1). Trombosis venosa profunda Los síntomas y signos de la TVP son poco sensibles y poco específicos desde un punto de vista diagnóstico, ya que muchas trombosis cursan con síntomas muy discretos, con síntomas atípicos o son asintomáticas. Sin embargo, estos síntomas y signos, junto con la existencia o no de algún factor de riesgo y la identificación o no de alguna otra enfermedad, son de utilidad para poder establecer una estratificación en la sospecha clínica. PROBABILIDAD CLÍNICA PRETEST Y MARCADORES BIOLÓGICOS Las escalas clínicas ayudan a categorizar la probabilidad clínica de que un paciente tenga una TVP. De los diversos modelos clínicos publicados, la escala de Wells es la más conocida y de la que se poseen más datos de validación prospectiva (tabla 49.5). Los dímeros D (DD) se producen como consecuencia de la degradación de la fibrina. Su determinación en sangre tiene una alta sensibilidad y una baja especificidad diagnósticas. Los métodos cuantitativos basados en un análisis de inmunoad sorción ligada a las enzimas (ELISA) (normal hasta 500 ng/ mL) y los test turbidimétricos son las dos técnicas que tienen una sensibilidad más elevada. Un resultado positivo no es útil para establecer el diagnóstico, pero un resultado negativo tiene un alto valor predictivo negativo. Para estimar bien la utilidad de los niveles de los DD séricos es aconsejable establecer pre viamente la probabilidad clínica. Cuando esta probabilidad pretest es baja o intermedia, el nivel de los DD séricos tiene un valor predictivo negativo muy alto. TABLA 49.5 Modelo predictivo de Wells relacionado con la probabilidad de una trombosis venosa profunda Criterios Puntuación Neoplasia activa 1 Parálisis o escayola reciente 1 Inmovilización o cirugía mayor reciente 1 Dolor localizado en el trayecto de la vena 1 Tumefacción de la extremidad 1 Asimetría de los perímetros de la extremidad inferior > 3 cm en el tobillo 1 Edema con fóvea en la pierna afecta 1 Venas superficiales dilatadas 1 Diagnóstico alternativo probable –2 Alta probabilidad: > 2 puntos. Media probabilidad: 1-2 puntos. Baja probabilidad: < 1 punto. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 49 Enfermedad tromboembólica venosa: etiología, patogenia, manifestaciones clínicas y diagnóstico 411 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. TÉCNICAS DE IMAGEN Las técnicas basadas en la utilización de los ultrasonidos se han convertido en la principal prueba de imagen que ha de realizarse inicialmente ante la sospecha de una TVP, debido a su alta sensibilidad y especificidad, sobre todo en el sector venoso proximal. La ecografía de compresión (CUS) de las venas femorales y poplíteas es el examen complementario de primera elección. Se lleva a cabo con rapidez, no tiene carácter invasivo y permite las exploraciones seriadas. Su rentabilidad es similar a la de la flebografía, con una sensibilidad y una especificidad del 97 y del 94%, respectivamente, para identificar trombos ubicados en las venas proximales. La sensibilidad es menor (73%) en el caso de la TVP sóleogemelar, debido al pequeño calibre que tienen las venas en esta región. En todo caso, su menor sensibilidad y la posibilidad de que la trombosis progrese a zonas más proximales hacen que sea muy recomendable efectuar estudios seriados. La ecografía tampoco es fiable para detectar una trombosis en las venas profundas de la pelvis. En situaciones diagnósticas difíciles (obesidad, sector iliocavo, compresiones extrínsecas venosas, TVP aisladas de las venas sóleogemelares, traumatismos, sín dromes postrombóticos y TVP recurrente) debe recurrirse a la fle bografía o a otras pruebas de más reciente incorporación, como la tomografía computarizada (TC) con contraste y la resonancia magnética de los miembros inferiores (MMII). ESTRATEGIAS DIAGNÓSTICASLas recomendaciones recogidas en la 9th American College of Chest Physicians evidenced-based clinical practice guidelines, publicadas en 2012, sugieren que la elección de las pruebas diagnósticas se haga en atención a la probabilidad clínica, en lugar de realizar siempre, a todos los pacientes en los que se sospecha una TVP, las mismas exploraciones y técnicas. Este planteamiento lleva a que sea necesario emplear diferentes algoritmos diagnósticos en atención a la probabilidad clínica existente, incluso en los casos en los que no se ha evaluado esa probabilidad o en situaciones en las que no se han determi nado los DD. En términos generales cabe señalar que, en los enfermos que tienen una probabilidad clínica baja y unos DD séricos negativos, el diagnóstico de una TVP podría excluirse con seguridad, sin necesidad de tener que recurrir a otras prue bas complementarias. En los individuos con una moderada o alta probabilidad, con independencia de cuál sea el nivel de los DD séricos, o que tienen una baja probabilidad y unos DD séricos elevados, debe establecerse la confirmación diagnóstica con una ecografía venosa. Si la exploración fuese negativa, ha de efectuarse una ecografía seriada entre 7 y 10 días después, que permitiría detectar una posible extensión proximal del trombo (fig. 49.2). Hay que tener en cuenta que estas recomen daciones son válidas para los enfermos extrahospitalarios, que acuden a un servicio de urgencias, sin el antecedente de una TVP previa y sin síntomas que sugieran un TEP. Tromboembolismo pulmonar PROBABILIDAD CLÍNICA PRETEST Y EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS BÁSICAS La sospecha clínica de un TEP se establece en atención a unos síntomas y unos signos iniciales, que al igual que en la TVP son muy inespecíficos y que también aquí deben considerarse junto con la posible existencia de algún factor de riesgo. Las pruebas complementarias básicas ayudan a establecer el diagnóstico diferencial y a graduar la sospecha clínica. La radiografía de tórax puede ser anormal, aunque muestra alteraciones ines pecíficas en el 80% de los enfermos con un TEP que no tienen alteraciones cardiopulmonares previas. El electrocardiogra ma (ECG) es útil para descartar otros procesos (pericarditis, infarto de miocardio) y para valorar los signos de sobrecarga cardíaca derecha que puedan coexistir. En la gasometría arterial es frecuente encontrar una hipoxemia con hipocapnia, cuya intensidad se relaciona con el tamaño del émbolo y el estado funcional respiratorio previo. Su normalidad no excluye el TEP. El gradiente alveoloarterial de oxígeno (Aa)O2 está elevado (más de 20 mm Hg) en el 95% de los casos. Al igual que en la TVP, los niveles de los DD séricos, en el caso de que la probabilidad clínica sea baja, tienen un valor predictivo negativo muy elevado para descartar la existencia de un TEP. En cambio, su determinación no resulta útil en los pacientes con una probabilidad alta, ya que si son negativos no lo excluyen. Existe un consenso sobre la utilidad de las escalas de predic ción diagnóstica del TEP en áreas de atención multidisciplinar, como el área de urgencias, y para los médicos en formación. Los modelos más validados prospectivamente son la escala simplifica da de Wells (tabla 49.6) y la de Ginebra modificada (tabla 49.7). FIGURA 49.2 Algoritmo diagnóstico de la trombosis venosa profunda. DD, dímeros D séricos; PC, probabilidad clínica; TVP, trombosis venosa profunda. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 412 En los pacientes estables desde un punto de vista hemodi námico, la probabilidad clínica y los niveles de los DD séricos (ELISA) son dos herramientas de bajo coste y de bastante utilidad. Si la probabilidad es baja, unos DD séricos negativos excluirían el TEP. Cuando la probabilidad es intermedia y los DD son negativos, habría que individualizar cada caso. En los enfermos con una probabilidad alta, unos DD séricos negativos no evitarían la realización de otras pruebas diagnós ticas. En los sujetos que tienen unos DD séricos elevados, independientemente de la probabilidad clínica existente, habría que efectuar técnicas de imagen para confirmar, en su caso, el diagnóstico. TÉCNICAS DE IMAGEN En los últimos años se han desarrollado varios algoritmos diagnósticos, que incluyen la probabilidad clínica, el resul tado de la determinación de los DD séricos (medidos por ELISA) y diversas técnicas de imagen. La selección de la prueba más idónea debe hacerse teniendo en cuenta las particularidades de cada caso, así como la experiencia y la disponibilidad de cada prueba en cada centro hospitalario concreto (fig. 49.3). La angiografía por tomografía computarizada helicoidal (angioTC) torácica es la técnica que, de forma paulatina, ha desplazado a la gammagrafía pulmonar, hasta el punto de ser, hoy en día, el procedimiento de elección. Tiene la ventaja de que puede realizarse de urgencia y de que puede proporcio nar un diagnóstico alternativo al TEP. Esto es especialmente importante en los enfermos cuya radiografía de tórax muestra anomalías en el parénquima pulmonar. Su inconveniente está en que no es capaz de detectar los émbolos distales pequeños en las arterias subsegmentarias, aunque la mejoría técnica que se ha producido en este campo ha sido notable en estos años, lo que se traduce en la obtención de exploraciones con una mejor resolución. La gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión (V/Q) es en algunos centros la prueba de imagen inicial más accesible. Lo más habitual es que solo se efectúe una gamma grafía pulmonar de perfusión. Fundamentalmente se utiliza en los hospitales que no cuentan con una angioTC torácica y como alternativa en los pacientes que son alérgicos al con traste o que sufren una insuficiencia renal. Una gammagrafía pulmonar normal descarta un TEP y una de alta probabilidad lo confirma. Los demás patrones gammagráficos «no diagnós ticos» requieren otras pruebas de imagen y no debe concluirse sobre ellos de manera definitiva basándose solo en la sospecha clínica. La ecografía venosa de los MMII se ha incorporado a los algoritmos en los pacientes en los que se sospecha un TEP sin tener un diagnóstico concluyente (probabilidad clínica pretest + DD séricos + ecografía de los MMII + angioTC torá cica), aunque algunos estudios recientes han demostrado que la rentabilidad para la identificación del TEP es la misma se realice o no una ecografía venosa. La resonancia magnética con gadolinio permite obtener una imagen directa del TEP, igual que se consigue con la angioTC torácica. Se emplea como alternativa en los individuos que son alérgicos al contraste o que tienen una insuficiencia renal. En los últimos años se ha discutido mucho la utilidad de la arteriografía pulmonar con sustracción digital, que en ciertos foros sigue considerándose como la prueba diagnóstica de referencia del TEP. La flebografía aprovecha el mismo contraste introducido en la angioTC pulmonar apara analizar el sistema venoso de los MMII, las venas ilíacas y la cava inferior. La flebografía de contraste es la prueba de referencia para el diagnóstico de la TVP en los MMII y superiores. Ante la sospecha de un TEP se usa como último recurso, siempre que antes no se haya llegado a un diagnóstico concluyente. También se lleva a cabo como prueba previa a la implantación de un filtro en la vena cava inferior. TABLA 49.6 Escala de Wells relacionada con la probabilidad de un tromboembolismo pulmonar Criterios Puntuación Primera posibilidad diagnóstica: TEP 3 Signos de una trombosis venosa profunda 3 TEP o trombosis venosa profunda previos 1,5 Frecuencia cardíaca > 100 latidos/minuto 1,5 Intervención quirúrgica o inmovilizaciónen las 4 semanas previas 1,5 Neoplasia tratada en los 6 meses previos o en tratamiento paliativo 1 Hemoptisis 1 Probabilidad clínica ● Baja 0-1 ● Intermedia 2-6 ● Alta > 7 ● Improbable < 4 ● Probable > 4 TEP, tromboembolismo pulmonar. TABLA 49.7 Escala de Ginebra modificada relacionada con la probabilidad de un tromboembolismo pulmonar Criterios Puntuación Edad > 65 años 1 Enfermedad tromboembólica venosa previa 3 Cirugía (bajo anestesia general) o fractura de un miembro inferior en el mes previo 2 Neoplasia activa (sólida o hematológica, activa o considerada curada en el año previo) 2 Dolor unilateral de un miembro inferior 3 Hemoptisis 2 Frecuencia cardíaca ● 75-94 latidos/minuto 3 ● 95 latidos/minuto 5 Dolor a la palpación del sistema venoso profundo del miembro inferior o edema unilateral 4 Probabilidad clínica ● Baja 0-3 ● Intermedia 4-10 ● Alta > 11 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org 413 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. FIGURA 49.3 Algoritmo diagnóstico del tromboembolismo pulmonar en un enfermo ambulatorio hemodinámicamente estable. A. Basado en una angiografía por tomografía computarizada multidetector (angio-TC) torácica. B. Basado en una gammagrafía pulmonar de ventilación-perfusión. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VI Patología pulmonar vascular 414 La ecocardiografía no es un procedimiento sensible en el diagnóstico del TEP. Se aplica como un marcador de gravedad en los enfermos hemodinámicamente inestables en los que se sospecha un TEP que no se ha confirmado (fig. 49.4). Además, puede justificar la administración de un fibrinolítico en las situaciones en las que no es posible la realización de otros procedimientos. Es útil para reconocer una disfunción del ventrículo derecho y puede detectar la existencia de trombos intracardíacos o situados en el tronco de la arteria pulmonar. Bibliografía Bates SM, Jaeschke R, Stevens SM, Goodacre S, Wells PS, Stevenson MD, et al. Diagnosis of DVT. Antithrombotic therapy and prevention of thrombosis. Chest 2012;141(Suppl):e351S418S. Bauer KA, Rosenberg R. The pathophysiology of the prethrombotic state in humans: insights gained from studies using markers of hemostatic system activation. Blood 1987;70:34350. Ho WK, Hankey GJ, Quinlan DJ, Eikelboom JW. Risk of recurrent venous thromboembolism in patients with common thrombophi lia: a systematic review. Arch Intern Med 2006;166:72936. Kyrle PA, Eichinger S. New diagnostic strategies for pulmonary embo lism. Lancet 2008;371(19):13125. National Institute for Health and Clinical Excellence. CG144 Venous thromboembolic diseases: the management of venous thromboem bolic diseases and the role of thrombophilia testing. NICE clinical guidelines 2012. Disponible en: www.nice.org.uk/guidance/cg. Consultado en febrero de 2014. Raja AS, Greenberg JO, Qaseem A, Denberg TD, Fitterman N, Schuur JD. Evaluation of patients with suspected acute pulmonary embo lism: best practice advice from the Clinical Guidelines Com mittee of the American College of Physicians. Ann Intern Med 2015;163(9):70111. Righini M, Le Gal G, Aujesky D, Roy PM, Sanchez O, Verschuren F, et al. Diagnosis of pulmonary embolism by multidetector CT alone or combined with venous ultrasonography of the leg: a randomised noninferiority trial. Lancet 2008;371:134352. Tapson VF. Acute pulmonary embolism. N Engl J Med 2008;358: 103752. Uresandi F, Monreal M, GarcíaBragado F, Domenech P, Lecumberri R, Escribano P, et al. Consenso nacional sobre el diagnóstico, estratifi cación de riesgo y tratamiento de los pacientes con tromboembolia de pulmón. Arch Bronconeumol 2013;49:53447. Wells PS. Advances in the diagnosis of venous thromboembolism. J Thromb Thrombolisis 2006;21:3140. FIGURA 49.4 Algoritmo diagnóstico del tromboembolismo pulmonar en un paciente hemodinámicamente inestable. Angio-TC, angiografía por tomografía computarizada multidetector. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1: