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505 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Otros tumores broncopulmonares y torácicos INTRODUCCIÓN Exclusión hecha del carcinoma broncogénico de células no pequeñas, los demás tumores broncopulmonares primitivos suponen tan solo el 3-5% de todas las neoformaciones de este origen. No obstante, la heterogeneidad de su histogénesis y los distintos aspectos clínicos y terapéuticos que tienen estas neo- plasias convierten su análisis en necesario. Aproximadamente la mitad de los casos son de estirpe epitelial y, entre ellos, las tumoraciones neuroendocrinas exhiben un origen distinto al del resto, además de un fenotipo característico. Las neoplasias mesenquimales, nerviosas y linfáticas son otros grupos que se analizan también en este capítulo por su singularidad e interés. TUMORES EPITELIALES Tumores neuroendocrinos Los tumores pulmonares neuroendocrinos, constituidos por un amplio espectro de entidades patológicas, se definen por sus características histopatológicas y por su comportamiento clí- nico. En un extremo del espectro se sitúan los carcinoides típicos y, en el opuesto, los carcinomas de células pequeñas (SCNEC). Las otras neoplasias pertenecientes a este espectro, como los carcinoides atípicos y los carcinomas neuroendo- crinos de células grandes (LCNEC), se caracterizan por grados intermedios de diferenciación y comportamiento. La morfología histopatológica y sus propiedades neurose- cretoras (la cromogranina A y la sinaptofisina son los marcado- res más frecuentes) son las manifestaciones de la diferenciación neuroendocrina propias de estos tumores. No obstante, un fenotipo histopatológico común permite reconocer su natura- leza neuroendocrina mediante el uso de técnicas microscópicas ordinarias. La gradual desestructuración de su patrón, la alte- ración del estroma y las variaciones en la morfología celular y en el índice mitótico marcan las diferencias histológicas entre los tumores que muestran este fenotipo. La clasificación de estas neoformaciones ha sufrido distintas modificaciones en las últimas dos décadas. En la actualidad se acepta la clasificación de la Organización Mundial de la Salud —basada en los criterios de Travis y Dressler—, que define los tipos posibles como carcinoide típico, carcinoide atípico, LCNEC y SCNEC. Esta clasificación establece criterios histopatológicos más estrictos para distinguir los carcinoides típicos de los atípicos, sobre todo en razón del número de mitosis y de la presencia de necrosis. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Existen diferencias en el sexo y la media de edad en los indivi- duos que padecen alguna de las distintas neoplasias pulmona- res neuroendocrinas. Además, se ha encontrado una asociación entre el incremento de la desdiferenciación tumoral y el de la edad de los enfermos. Así, el carcinoide típico afecta a las mujeres con una frecuencia significativamente superior a la que se halla en el carcinoide atípico, y el sexo femenino tiene, en conjunto, una menor incidencia de tumoraciones con grados de agresividad mayores. Las manifestaciones clínicas de los tumores pulmonares neuroendocrinos se relacionan con la localización de la neo- plasia, la existencia o no de metástasis y la posible aparición de síndromes paraneoplásicos. Desde el punto de vista res- piratorio, los carcinoides de localización periférica son casi siempre asintomáticos y en un alto porcentaje de casos se descubren en el curso de un estudio radiológico (fig. 60.1). En los de localización central, la clínica se relaciona con la ocupa- ción o la obstrucción bronquial, con síntomas tales como tos, expectoración hemoptoica (repetitiva en el 50% de los casos), fiebre, dolor torácico y disnea. Estos síntomas se catalogan muchas veces como inespecíficos, lo que a veces ocasiona un retraso en el diagnóstico. La disnea puede ser consecuencia de la obstrucción de un gran bronquio o de un episodio asmático o pseudoasmático dependiente de la producción de neuropép- tidos por la tumoración. Al igual que en el resto de los carcinomas broncogénicos, en los LCNEC y los SCNEC los síntomas coinciden en el 80% de los casos con una clínica respiratoria de comienzo insidioso. No obstante, en el 20% restante los síntomas se correlacionan con los de un proceso neumónico agudo, subsiguiente a la obs- trucción bronquial. Dada la agresividad tisular de estos tumo- res, pueden aparecer, de manera simultánea, datos diversos, 60 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 506 relacionados por ejemplo con el crecimiento intratorácico gan- glionar por contigüidad o por el desarrollo de metástasis por una extensión extratorácica de la enfermedad. Las manifestaciones neuroendocrinas, representadas fun- damentalmente por el síndrome carcinoide, afectan al 2-5% de los pacientes. La elaboración de numerosas hormonas peptídicas y no amínicas explica la posible aparición de otras alteraciones endocrinas, como la acromegalia, el síndrome de Cushing o el hiperinsulinismo. En la experiencia del «Estudio multicéntrico español de los tumores pulmonares neuroendo- crinos» (EMETNE) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se ha constatado la presencia de síndromes paraneoplásicos en 16 de 569 carcinoides típicos (2,8%), de los que 5 casos tenían un síndrome carcinoide, 6 una acromegalia y 8 un síndrome de Cushing. Además, en 4 de los 91 individuos con un carcinoide atípico (4,4%) también se observaron estos síntomas. Dos de ellos tenían un síndrome de Cushing y otros 2 una acromegalia. Entre los 40 casos de LCNEC, 2 enfermos (5%) padecían un síndrome de Cushing. DIAGNÓSTICO Diagnóstico de sospecha Las manifestaciones radiológicas dependen en gran medida de la ubicación del tumor. En los de localización central la obstrucción bronquial condiciona la frecuente aparición de atelectasias o condensaciones, mientras que los que se sitúan en la periferia se muestran habitualmente como nódulos soli- tarios o como masas intraparenquimatosas. En raras ocasiones, sobre todo en los carcinoides, si la lesión asienta en grandes bronquios y resulta demasiado pequeña para obstruir la luz, la radiografía de tórax puede ser normal. La utilidad de la tomografía computarizada torácica en estos tumores deriva de su capacidad para precisar la extensión intra- y extraluminal de la neoplasia, así como conocer la posible la participación hiliar o mediastínica. Puede establecerse así la estadificación tumoral prequirúrgica. No obstante, si existe una afectación hiliar o mediastínica, las imágenes de la resonancia magnética consiguen una mejor definición que la que ofrece la tomografía computarizada torácica para saber si existe o no una invasión vascular. Diagnóstico de confirmación En razón de su escasa descamación intraluminal, el estudio citológico del esputo resulta mucho menos útil, en la inves- tigación diagnóstica preoperatoria, en los tumores carcinoides que en los LCNEC y los SCNEC. En las tumoraciones de locali- zación central el reconocimiento de su naturaleza histológica se basa habitualmente en la broncoscopia. Los carcinoides suelen presentarse como neoformaciones bien circunscritas, con el aspecto de un mamelón polipoide o sésil, que implican sobre todo a los tejidos subepiteliales de los bronquios proximales, exhibiendo, como norma, una mucosa intacta en la visión endoscópica (fig. 60.2). El resto de las neoplasias pulmonares neuroendocrinas tienen una apariencia broncoscópica similar a la que con frecuencia se observa en el cáncer de pulmón. La biopsia debe ser amplia y profunda, teniendo en cuenta que, en el caso de los carcinoi- des, puede originarse una hemoptisis por la rica vascularización existente.En los tumores periféricos, la tomografía computari- zada torácica supone una ayuda importante a la hora de efectuar la biopsia mediante una punción-aspiración transparietal con aguja fina (PAAF). La videotoracoscopia o la intervención qui- FIGURA 60.1 Imagen macroscópica de un tumor carcinoide pulmonar de localización periférica. (V. lámina en color al final del libro.) FIGURA 60.2 Imagen obtenida a través de un broncoscopio rígido de un tumor carcinoide central. (V. lámina en color al final del libro.) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 60 Otros tumores broncopulmonares y torácicos 507 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. rúrgica diagnóstica pueden estar justificadas cuando el resultado de las exploraciones previas no es concluyente. Diagnóstico de extensión Se refiere a la afectación ganglionar, mediastínica y metas- tásica. La primera es un factor con un gran valor pronóstico. En el análisis comparativo de la experiencia del EMETNE- SEPAR se incluyeron 361 casos valorados retrospectivamente, desde 1980 hasta 1997. Había 261 carcinoides típicos, 43 carcinoides atípicos, 22 LCNEC y 35 SCNEC. En otros 404 casos, recogidos de manera prospectiva entre 1998 y 2002, se encontraron 308 carcinoides típicos, 49 carcinoides atípicos, 18 LCNEC y 29 SCNEC. La comparación de los hallazgos de ambos estudios puso de manifiesto algunos cambios signifi- cativos. En los pacientes pertenecientes al grupo prospectivo (disección ganglionar sistemática en todos ellos) se observó un aumento notable del porcentaje de afectación ganglionar en los tumores carcinoides típicos (del 4 al 9,5%) y atípicos (del 23,26 al 34,85%). Además, la proporción de afectación ganglionar tipo N2/N1 en estos enfermos fue bastante más alta que la hallada en el grupo retrospectivo. El porcentaje de afectación ganglionar en los LCNEC y los SCNEC fue similar en ambos grupos (41% en los LCNEC y 20% en los SCNEC). La baja afectación ganglionar en los SCNEC se explica por haber restringido la indicación quirúrgica a los tumores catalogados preoperatoriamente como un estadio I. De acuerdo con estos hechos, es obligatoria la valoración prequirúrgica de la parti- cipación ganglionar mediante una tomografía computarizada. Cuando esta participación se hace patente, la tomografía por emisión de positrones (PET) y la confirmación histológica preoperatoria mediante una ecobroncoscopia (EBUS), una ecoesofagoscopia (EUS) o una mediastinoscopia son, en nues- tra opinión, absolutamente necesarias. No obstante, en los tumores pulmonares neuroendocrinos, al menos en los que muestran un grado de diferenciación menor, la gammagrafía con octreótido es superior a la PET combinada con una tomografía computarizada (PET-TC) torá- cica en la estadificación mediastínica. En las neoplasias con un alto grado de diferenciación, la PET puede llevarse a cabo de manera electiva cuando la gammagrafía con octreótido es negativa. En caso de sospecha, es preciso investigar la presencia de metástasis a distancia mediante el empleo de diferentes técnicas de imagen, tales como la ecografía, la tomografía computarizada torácica, la resonancia magnética, la gamma- grafía ósea, la gammagrafía con octreótido y la PET. TRATAMIENTO La cirugía es, sin duda, el procedimiento más efectivo en el tratamiento del carcinoma broncogénico. En los LCNEC y, en ocasiones, en casos muy seleccionados, en los SCNEC la resección sigue en esencia las mismas normas. La consideración de una malignidad más atenuada en los carcinoides típicos y en los atípicos ha suscitado y puesto de manifiesto algunas controversias cuando se plantea la intervención quirúrgica. En los carcinoides típicos las actuaciones conservadoras del parénquima —como la lobectomía broncoplástica en mangui- to— pueden plantearse en las neoformaciones de localización central, excepto en los casos en los que el desarrollo de lesiones distales irreversibles (bronquiectasias, patrón destructivo, neu- monitis obstructiva, etc.) haga que sea inadecuado, en princi- pio, este planteamiento. Si existe una neumonía obstructiva distal, la desobstrucción inicial del eje bronquial mediante una vaporización del componente intraluminal de la tumoración con láser-YAG (fig. 60.3) puede permitir la indicación de una cirugía broncoplástica, tras la recuperación del parénquima dis- tal, lo que evita la neumonectomía (fig. 60.4). En razón de su comportamiento más agresivo, en los carcinoides atípicos casi siempre se precisa una exéresis reglada de la unidad pulmonar afectada, que la mayoría de las veces es lobular. Con independencia del grado de malignidad del tumor y del crecimiento existente, la detección en los tumores neu- roendocrinos de pulmón de un elevado porcentaje de casos en los que hay una afectación ganglionar podría explicarse por la aceptación del tratamiento quirúrgico como norma y la realización habitual de una correcta resección pulmonar y una buena disección ganglionar del mediastino. Este procedimiento ha permitido individualizar mejor a los pacientes con peor pronóstico, efectuar un tratamiento quirúrgico más completo, racionalizar las posibilidades terapéuticas complementarias e incrementar la tasa de supervivencia. La experiencia acumulada por el EMETNE-SEPAR corrobora estos hechos fehacientemente (figs. 60.5-60.7). El seguimiento de los tumores carcinoides debe ser similar al que se lleva a cabo en los enfermos que padecen un carcino- ma broncogénico y se tratan por tal motivo. La obtención de imágenes basadas en la aplicación de análogos de la somatos- tatina (p. ej., la SPECT o single photon emission computed tomo- graphy con indio111-penteótrido, o la PET/TC con galio68-DOTA- TOC) puede ser útil en el diagnóstico de las recurrencias de la neoplasia. La enfermedad metastásica secundaria a un tumor carcinoide pulmonar típico o atípico puede responder a la qui- miorradioterapia, aunque con tasas de respuesta inferiores a las observadas en los SCNEC. La paliación que se consigue con la inmunoterapia, incluyendo sustancias como el interferón y los análogos de la somatostatina, es interesante. El intervalo libre de enfermedad tras la recurrencia de estos tumores es largo, aunque diferente entre los carcinoides típicos y los atípicos. FIGURA 60.3 Tratamiento endobronquial mediante fotorresección con láser de un tumor carcinoide. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 508 En los LCNEC las referencias al pronóstico resultan hetero- géneas en los distintos trabajos publicados hasta la fecha y el tratamiento óptimo aún no se ha establecido con seguridad. La influencia en el pronóstico de este tipo histopatológico y el efecto de las terapias adyuvantes son, actualmente, objeto de intensa investigación. Basados en nuestra propia experiencia afirmamos que, aceptando el tratamiento quirúrgico como adecuado en los estadios precoces, la gravedad del pronós- tico obliga a considerar la necesidad de instaurar una terapia oncológica complementaria. Casi todos los enfermos con un SCNEC que se tratan qui- rúrgicamente tienen tumores periféricos en estadios precoces y en ellos, muy habitualmente, el diagnóstico preoperatorio de carcinoma de células no pequeñas es erróneo. En estos casos debería realizarse una radio y una quimioterapia adyuvantes, además de una radioterapia holocraneal asociada. Carcinoma adenoquístico o cilindroma Su frecuencia entre las neoplasias epiteliales bronquiales es muchomenor que la que se observa en las tumoraciones neuroendocrinas. Su localización primordial se encuentra en el tercio inferior de la tráquea y en los grandes bronquios. Es una neoformación constituida por estructuras cilíndricas o tubulares con poco estroma, que exhibe una queratinización ocasional y bastantes atipias. Crece a partir del epitelio bron- quial y se extiende directamente hacia la pared subyacente y el tejido extrabronquial. Es muy común la metastatización ganglionar y visceral (pulmón, hígado, etc.). Para mejorar el pronóstico en lo posible debe intentarse la realización, siempre que sea factible, de un tratamiento quirúrgico. Junto con la exéresis tumoral que se precise, se necesita llevar a cabo una disección ganglionar mediastínica. FIGURA 60.5 Carcinoides típicos y atípicos. Supervivencia calculada según el método de Kaplan-Meier para los pacientes de los grupos 1 (retrospectivo) y 2 (prospectivo). A. Total. B. Relativa a la afectación ganglionar o N+ (experiencia EMETNE-SEPAR). (Véase la explicación en el texto.) FIGURA 60.4 Resección lobular broncoplástica en manguito de un tumor carcinoide. (V. lámina en color al final del libro.) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 60 Otros tumores broncopulmonares y torácicos 509 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. En las neoformaciones de localización traqueal, la resección con anastomosis requiere el empleo de importantes recursos técnicos, anestésicos y quirúrgicos. La fotorresección con láser y el mantenimiento de la luz traqueal, con la colocación de una endoprótesis, pueden ser soluciones útiles para mejorar preoperatoriamente las condiciones respiratorias del enfermo o cuando no es posible el tratamiento quirúrgico. La radioterapia puede considerarse con fines adyuvantes o paliativos. Tumor mucoepidermoide Su localización preferente es central, por lo que de manera habi- tual en los bronquios lobulares y, en menor proporción, en los bronquios principales (fig. 60.8). Su estructura histopatológica recuerda a la de los tumores mucoepidermoides de las glándulas salivales y se caracteriza por la presencia de células escamosas, mucíparas y de tipo intermedio. Puede distinguirse una variedad con un bajo grado de malignidad, más frecuente en los niños y en los adolescentes, que se identifica por su tendencia invasora local, y otra con un alto grado de malignidad que, en realidad, casi puede considerarse como un carcinoma adenoescamoso. Al igual que en el resto de las neoplasias centrales, la broncos- copia y la biopsia son altamente rentables desde un punto de vista diagnóstico. La recientemente introducida tomografía de coherencia óptica podría permitir la visualización del epitelio, la lámina propia, el cartílago, los alvéolos y los cambios de estas estructuras, lo cual facilitaría el diagnóstico de estos y de otras tumoraciones ubicadas en las vías aéreas. FIGURA 60.6 Carcinoide atípico y carcinoma neuroendocrino de células grandes. Supervivencia calculada según el método de Kaplan-Meier para los pacientes de los grupos 1 (retrospectivo) y 2 (prospectivo). A. Total. B. Relativa a la afectación ganglionar o N+ (experiencia EMETNE-SEPAR). LCNEC, carcinomas neuroendocrinos de células grandes. (Véase la explicación en el texto.) FIGURA 60.7 Carcinoma neuroendocrino de células grandes y de células pequeñas. Supervivencia calculada según el método de Kaplan-Meier para los pacientes de los grupos 1 (retrospectivo) y 2 (prospectivo). A. Total. B. Relativa a la afectación ganglionar o N+ (experiencia EMETNE-SEPAR). LCNEC, carcinomas neuroendocrinos de células grandes; SCNEC, carcinomas neuroendocrinos de células pequeñas. (Véase la explicación en el texto.) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 510 En los tumores con un bajo grado de malignidad resul- tan adecuadas las técnicas de cirugía broncoplástica. Deben considerarse —y adecuarse a cada caso— las normas de trata- miento del carcinoma broncogénico: quirúrgico, de inducción o adyuvante. Adenoma de glándulas mucosas Es una neoformación rara, solitaria, bien circunscrita, mul- tiquística y predominantemente benigna. Se origina en las glándulas mucosas o seromucosas de la submucosa de las vías aéreas proximales. Tiene una superficie de corte mucoide, quís- tica y casi siempre firme. Puede ofrecer una apariencia glandu- lar y tubuloquística o poliquística. Se trata de un tumor rico en mucina e inmunopositivo para los marcadores epiteliales. De localización preferencial en los bronquios lobulares, los hallazgos broncoscópicos son semejantes a los que se encuen- tran en el resto de las neoplasias epiteliales. Se precisa de la biopsia para su correcto diagnóstico. Dado que se trata de un tumor benigno, están indicadas las resecciones broncoplásticas, siempre que la exéresis sea completa. TUMORES MESENQUIMALES Hamartoma El hamartoma pulmonar es una neoformación benigna fre- cuente en las personas de mediana y avanzada edad. En casi todas las ocasiones cursa de manera asintomática y suele ser un hallazgo radiológico casual. Es un tumor bien delimitado, que exhibe al corte una super- ficie blanca y brillante. Está constituido microscópicamente por una mezcla desproporcionada de los componentes normales de la pared bronquial. Es una lesión benigna, que tiene un escaso o nulo riesgo de transformación maligna o de recurren- cia. Habitualmente se manifiesta como un nódulo periférico y son pocas las descripciones de hamartomas endobronquiales (4-8%). Rara vez es múltiple y, en estos casos, debe descartarse la metastatización de un leiomioma benigno. El patrón radiológico más frecuente es el de un nódulo pulmonar solitario con calcificaciones groseras. La tomografía computarizada torácica permite identificar mejor su estructura. Su carácter asintomático y su aspecto radiológico característico sirven para aproximarse a su diagnóstico. Sin embargo, para alcanzar una confirmación histopatológica suele ser necesaria la cirugía, ya que la broncoscopia y la punción aspiración suelen ser negativas o no concluyentes. La exéresis quirúrgica debe ser limitada (resección atípica o segmentaria) y realizarse preferentemente mediante técnicas mínimamente invasivas (videotoracoscopia). Tumores del músculo liso LEIOMIOMA El leiomioma pulmonar se localiza mayoritariamente en el propio parénquima pulmonar o en los bronquios y solo en un 10% de los casos en la tráquea. Su origen está en el músculo liso traqueobronquial y crece hacia la vía aérea. Los que tienen una localización parenquimatosa pueden surgir de las paredes de las arteriolas, el tejido muscular liso del intersticio o las células mesenquimales primitivas. Los de ubicación periférica son asintomáticos y suelen ser un hallazgo radiológico. Los signos de obstrucción endobronquial o la expectora- ción hemoptoica son la manifestación más común en los de localización central. La tomografía computarizada torácica y la broncoscopia corroboran el diagnóstico. Teniendo en cuenta su benignidad histopatológica, la cirugía de exéresis segmentaria, en los tumores periféricos, y las resecciones broncoplásticas, en los centrales, son las intervenciones quirúrgicas aconsejables en cada caso. LEIOMIOSARCOMA El leiomiosarcoma es más común en el sexo masculino y su localización es preferentemente periférica. Puede alcanzar grandes dimensiones y experimentar una necrosis en su núcleo central. Los tumores centrales se manifiestancomo una masa carnosa y pediculada ubicada en la luz bronquial o traqueal. Las manifestaciones clínicas y radiológicas dependen de su topografía y los patrones radiográficos más habituales son el nódulo pulmonar y, en ocasiones, los signos propios de una obstrucción bronquial. En razón de su escaso poder de descamación y su frecuente carácter periférico, su diagnós- tico de certeza se realiza, en más del 50% de los casos, des- pués del tratamiento quirúrgico. Dada su pobre respuesta a la radioterapia y a la quimioterapia, el tratamiento debe ser siempre quirúrgico. La exéresis pulmonar ha de ser reglada y acompañarse de una linfadenectomía mediastínica. LIPOMA El lipoma endobronquial es un tumor benigno raro, que representa el 0,1% de las neoformaciones broncopulmonares. Normalmente se localizan en los bronquios principales. Es más frecuente en el sexo masculino y suele aparecer a partir de los 50 años de edad. Desde un punto de vista clínico puede ser asintomático, aunque a veces produce tos, hemoptisis, disnea o cuadros pseudoasmáticos. La situación endoluminal de la neoformación, su densidad grasa y las repercusiones que puede FIGURA 60.8 Imagen macroscópica de un tumor mucoepidermoide del bronquio principal izquierdo. (V. lámina en color al final del libro.) Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 60 Otros tumores broncopulmonares y torácicos 511 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. tener sobre el parénquima deben objetivarse mediante técnicas broncoscópicas y de diagnóstico por imagen. El tratamiento de elección es el endoscópico, haciendo una fotorresección con láser o utilizando la crioterapia. La exéresis solo está indicada cuando se asocia con una lesión pulmonar irreversible. Tumores de origen vascular HEMANGIOMA ESCLEROSANTE Es una lesión bien delimitada dentro del parénquima pul- monar. Exhibe al corte un aspecto necrótico hemorrágico o parcialmente calcificado, así como una rica vascularización. Microscópicamente se caracteriza por incluir una prolifera- ción vascular, áreas de hialinización y esclerosis, hemorragias en diferentes estadios de organización y una infiltración del estroma y de los espacios aéreos por células redondas cargadas de grasa, que se asemejan a los histiocitos. La radio- grafía y la tomografía computarizada torácicas muestran el tumor como un nódulo pulmonar bien delimitado, sin datos radiológicos que resulten patognomónicos. El tratamiento es quirúrgico y, dada su benignidad, la resección ha de ser conservadora. HEMANGIOENDOTELIOMA Es un tumor de origen endotelial y crecimiento lento. En el 85% de los casos afecta a mujeres. Más de la mitad de los pacientes permanece asintomática. Desde un punto de vista radiológico puede expresarse como un nódulo solitario pulmo- nar o como un patrón multinodular, casi siempre concomitante con la existencia de nódulos en otros órganos, que se aseme- jan a metástasis hematógenas pulmonares. Los individuos con un nódulo único deben intervenirse quirúrgicamente con intención curativa. En el caso de una enfermedad diseminada no existe tratamiento eficaz, si bien se han preconizado los fármacos antiestrogénicos, al haberse identificado receptores estrogénicos en alguno de estos tumores. HEMANGIOPERICITOMA El hemangiopericitoma pulmonar es una neoformación sarco- matosa que se origina en el pericito o célula de Zimmermann. La implicación pulmonar más frecuente es la metastásica de una lesión primaria situada en otra zona del organismo. La afectación pulmonar primaria es más rara. En el 40-50% de los casos se comporta como una neoplasia maligna, porcentaje que es aún mayor en los niños. Los criterios de malignidad se basan tanto en aspectos histopatológicos como en los referentes a la extensión locorregional o la aparición de recidivas o metástasis. Los enfermos pueden estar asintomáticos o aquejar síntomas respiratorios (tos, hemoptisis, dolor torácico) o trastornos debidos a las metástasis o a los síndromes paraneoplásicos que puedan existir (hipoglucemia, hipertensión arterial u osteoar- tropatías). La radiografía de tórax y la tomografía computarizada torá- cica pueden mostrar bien una lesión nodular y única o bien una imagen que se asocia con una alteración mediastínica o pleural. En los casos en los que es posible la exéresis quirúrgica, se produce una recidiva local hasta en el 50% de las ocasiones, por lo que la exéresis pulmonar debe cumplir criterios radicales como los que se usan en el carcinoma broncogénico. La radio y la quimioterapia solo a veces son eficaces, por lo que en cada paciente han de valorarse estos tratamientos en relación con la situación local o la extensión general de la enfermedad que se haya establecido tras la estadificación del tumor. Coriocarcinoma primitivo pulmonar El coriocarcinoma es una neoplasia extremadamente maligna, que contiene células germinales sincitiotrofoblásticas pro- ductoras de β-gonadotropina coriónica humana (β-HCG). Es una neoformación muy rara, si bien más frecuente en los hombres. Excepción hecha de las localizaciones pulmona- res primitivas, lo habitual en el coriocarcinoma es su apari- ción como un tumor trofoblástico gestacional en las mujeres o como un tumor testicular no seminomatoso en los hombres. También puede encontrarse en el mediastino, la vejiga urinaria, la próstata o la glándula pineal. Cuando lo hace de forma primitiva en el pulmón, su origen parece estar en relación con un error en la migración de los genocitos, que se implantan de manera anómala en el esbozo pulmonar, en el que crecen y se desarrollan ulteriormente. Una β-HCG sérica positiva en un enfermo con hemoptisis y disnea progresiva que tiene una tumoración pulmonar debe llevar a la sospecha de esta tumoración. En ocasiones se acompaña de una ginecomastia o de otros signos de hiperpro- lactinemia, como una disminución de la libido o una atrofia testicular. La radiografía de tórax no evidencia signos espe- cíficos, pero pueden observarse tanto formas definidas como difusas miliares o micronodulares que, básicamente, se co- rresponden con la diseminación metastásica. El tratamiento indicado es la exéresis del tumor, de acuerdo con los criterios que se llevan a cabo en el caso del carcinoma broncogénico. Pese a todo, el pronóstico es desfavorable la mayoría de las veces, con una supervivencia que, como norma, no supera el año. En todos los pacientes se requiere un seguimiento de los niveles séricos de la β-HCG. Cualquier elevación de estos niveles debe tomarse como un indicador de la presencia de micrometástasis y llevar, en consecuencia, a la instauración de la oportuna quimioterapia. En resumen, el diagnóstico pre- coz, la quimioterapia de inducción y la resección quirúrgica pueden mejorar el pronóstico, si bien en menos de un 5% de los casos la supervivencia llega a los 5 años. Blastoma pulmonar El blastoma pulmonar es un tumor maligno primitivo que se caracteriza por tener una estructura bifásica, constituida por componentes epiteliales y mesenquimales inmaduros, que se asemejan a la morfología del pulmón fetal existente entre la décima y la decimosexta semana de gestación. Puede observarse a cualquier edad, aunque en el 25% de las ocasiones aparece en la infancia, coexistiendo a menudo con alguna enfermedad pulmonar congénita. Su incidencia es similar en ambos sexos. En el 40% de los casos los enfermos están asintomáticos. Cuan- do aparecen síntomas, estos son respiratorios y de naturaleza inespecífica (fiebre, anorexia e, incluso, afectación del estado general en los estadios más avanzados). Algunas veces puede aumentar la α-fetoproteína sérica. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonomade Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 512 El patrón radiológico más frecuente es el de una lesión periférica densa, en la que en ocasiones pueden verse signos de lobulación o de cavitación. El diagnóstico histopatológi- co puede lograrse, si bien no es fácil, mediante una biopsia obtenida por una punción con aguja fina, aunque en general se realiza tras la exéresis del tumor. Según los datos micros- cópicos, estas neoplasias pueden dividirse en dos tipos: 1) las que solo están compuestas por glándulas malignas de aspecto embrionario, también llamadas adenocarcinomas fetales bien diferenciados, y 2) las que ofrecen el típico aspecto bifásico con glándulas bronquiales y mórulas, inmersas en un mesénquima blando y primitivo. El tratamiento de elección es la resección quirúrgica y la radioterapia postoperatoria. A veces está indicada la combina- ción de la radio y la quimioterapia. La PET-TC torácica permite una mejor selección de los enfermos que deben someterse a la cirugía. El pronóstico es desfavorable y la supervivencia a los 5 años es escasa. Los factores que hablan de un peor pronóstico son un tamaño tumoral superior a 5 cm, la existencia de adeno- patías o metástasis en el momento del diagnóstico y el patrón bifásico en el estudio histopatológico. Las metástasis suelen aparecer en el hígado, los huesos y el sistema nervioso central. Pseudotumor inflamatorio También se denomina granuloma de células plasmáticas. Sus características son más de tipo reactivo que verdaderamente neoplásicas. Representa el 0,7% de todas las tumoraciones pulmonares. Suele aparecer como nódulos amarillos y firmes recubiertos por la pleura. Tiene como rasgo común la existen- cia de un gran número de células inflamatorias (fibroblastos, macrófagos y células inflamatorias crónicas, sobre todo plas- mocitos, linfocitos y ocasionales células cebadas). Su localiza- ción habitual es periférica y, como excepción, endobronquial. Su tratamiento es quirúrgico. La resección pulmonar debe ser reglada y amplia, al objeto de evitar las recidivas. En las formas endobronquiales la resección endoscópica se asocia con un 50% de recaídas. Tumores nerviosos El schwannoma pulmonar puede surgir en el contexto de una enfermedad de von Recklinghausen o, más rara vez, como un tumor pulmonar aislado. En las formas multifocales no es excepcional la observación de una degeneración maligna. Por otra parte, los neurilemomas se manifiestan habitualmente como un nódulo pulmonar. El paraganglioma o quemodectoma pulmonar es muy poco frecuente. Predomina en las mujeres y en las edades medias de la vida. Generalmente es asintomático y en ocasiones se asocia con una hipertensión arterial. Es un tumor bien delimitado y encapsulado, que está constituido, desde un punto de vista microscópico, por células principales y de sostén. Las prime- ras son positivas con las técnicas inmunohistoquímicas para la enolasa neuronal específica y la cromogranina, mientras que las segundas lo son para marcadores neuronales, como la proteína S-100. Suele ser un tumor benigno, si bien siempre debe descartarse la posible existencia de un tumor primario en el corpúsculo carotídeo. El mioblastoma de células granulosas del bronquio es una rara neoformación de la que se han publicado pocos casos. Con un probable origen neurogénico en las células de Schwann, está constituido por grandes células que contienen granulaciones eosinófilas. Son excepción las formas endobronquiales, que no suponen más del 6% del total. No se han descrito variedades malignas de localización broncopulmonar, pero es un tumor que puede recidivar si su resección no es completa. LINFOMAS Linfoma pulmonar primitivo Es una proliferación linfoide monoclonal desarrollada a partir del tejido linfoide existente en la mucosa bronquial. Por tanto, el origen de la mayoría de los linfomas debe situarse en el BALT (bronchus-associated lymphoid tissue), constituido por agregados linfoides B ubicados en la lámina propia del árbol bronquial. La mayoría de los llamados pseudolinfomas y neumonías intersticiales linfocíticas también se incluyen dentro de los lin- fomas BALT, debido a las semejanzas morfológicas (lesiones linfoepiteliales, citología de tipo centrocitoide o B monocitoi- de, diferenciación plasmocitoide, colonización folicular por elementos neoplásicos e infiltración ganglionar semejante a la descrita en los linfomas del MALT [mucosa-associated lymphoid tissue]) y clínicas (evolución indolente y recidiva en otros terri- torios del MALT) que existen. El carácter monoclonal de los lin- fomas no se observa siempre en este difícil grupo de desórdenes proliferativos y el criterio de policlonalidad permite eliminar un número importante de proliferaciones malignas. Por tanto, para el diagnóstico de un linfoma pulmonar primitivo no solo deben usarse los criterios morfológicos, sino también los his- toquímicos y los citogenéticos, que permiten excluir de estos procesos a los pseudolinfomas. El diagnóstico y la tipificación exigen la puesta en práctica de distintas técnicas. La broncoscopia, excepto en los raros casos en los que hay una proliferación endobronquial, es casi irrelevante para confirmar la existencia de un linfoma, ya que la participación bronquial es submucosa y no aflora a la vía aérea. Sin embargo, se recomienda hacerla para excluir otras anomalías endobronquiales, cuya existencia puede estar en concordancia con los hallazgos radiológicos descritos. Muchos de los casos recogidos en la literatura médica han precisado para su diagnóstico de una biopsia pulmonar obtenida por toracotomía. Sin embargo, la alta sensibilidad y especificidad demostradas por la biopsia pulmonar conseguida con una aguja fina, guiada con una tomografía computariza- da torácica o con una PET, hacen recomendable per primam intentionem, este procedimiento en la mayor parte de los casos. Cuando existe un derrame pleural, el análisis citológico del líquido puede ser de gran ayuda en el diagnóstico. Al haberse publicado muy pocos linfomas pulmonares primitivos, la actitud terapéutica más adecuada aún no se ha establecido con seguridad. La toracotomía muchas veces es necesaria para llegar al diagnóstico y entonces, cuando es posible la exéresis tumoral, la supervivencia a los 5 años puede alcanzar hasta un 60% de los casos, la mayoría de las veces gracias a la ayuda de la radio- y la poliquimioterapia. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 60 Otros tumores broncopulmonares y torácicos 513 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Linfoma T El linfoma T de localización primaria pulmonar es raro. Se trata de un linfoma T periférico con un pleomorfismo varia- ble, si bien su morfología no es un buen indicador de cuál va a ser su evolución. El estadio evolutivo es probablemente el factor pronóstico más relevante. Muestra tendencia a la angioinvasión. Para su diagnóstico es necesario demostrar su estirpe T y su monoclonalidad mediante técnicas inmu- nohistoquímicas o de biología molecular. En un 50% de las ocasiones se demuestra la presencia del genoma del virus de Epstein-Barr (EBV), aun en ausencia de una inmunodepresión acompañante. Granulomatosis linfomatoide Descrita por Liebow en 1972, forma parte del conjunto de las lesiones angiocéntricas linfoproliferativas del tracto respirato- rio, en las que se incluyen el granuloma letal de la línea media y la reticulosis polimorfa. Es un proceso con hallazgos que están en relación con los de las vasculitisgranulomatosas y también con los de las proliferaciones linfomatosas. La angioinvasión no es un marcador específico, pero el grado de atipicidad citológica es un factor pronóstico más importante. El estudio inmunofenotípico ha puesto de manifiesto que casi siempre existen marcadores asociados con las células T y con las células NK (natural killer), que rara vez se encuentran en los linfomas T. También se ha evidenciado la presencia del genoma del EBV en la mayoría de casos. El espectro clínico y morfológico es amplio y a la afectación pulmonar puede sumarse, asimismo, la de otros órganos. Los síntomas generales, como la fiebre, las artromialgias o las manifestaciones neurológicas, suelen acom- pañar a los torácicos. En el pulmón suelen formarse nódulos múltiples, que con frecuencia se cavitan. Su conducta biológica puede ser agresiva. Enfermedad de Hodgkin pulmonar primaria La enfermedad de Hodgkin (EH) y, sobre todo, la variedad escleronodular afecta al mediastino e infiltra el pulmón adya- cente de forma secundaria. Sin embargo, la enfermedad de Hodgkin pulmonar primaria (EHPP) es extremadamente rara. De acuerdo con los criterios de estadificación de la EH propues- tos por Carbone y Kaplan, para clasificar una lesión pulmonar como EHPP deben cumplirse las tres condiciones fijadas por L’Hoste: 1) hallazgos histopatológicos pulmonares propios de una EH; 2) ausencia de afectación de los ganglios linfáticos, y 3) exclusión clínica y patológica de una EH a distancia. La EHPP es, como ocurre en los demás linfomas pulmona- res, una proliferación linfoide desarrollada en la mucosa bron- quial. Desde un punto de vista anatomopatológico pueden distinguirse tres formas bien diferenciadas: 1) escleronodular; 2) de celularidad mixta, y 3) de predominio linfocítico. Las dos terceras partes suelen corresponderse con la primera de ellas. Es más frecuente en las mujeres que en los varones, con una proporción de 2/1. La edad de presentación es variable, si bien la mediana en la EHPP tiende a situarse al final de la quinta década de la vida para las mujeres y de la tercera para los hombres. Radiológicamente es una lesión multinodular o una masa pulmonar, cuya localización predominante se encuentra en los lóbulos superiores. Los patrones de atelectasia por ocupación endobronquial, la forma reticulonodular o la participación pleural son modos de aparición más raros. La participación pulmonar es bilateral en el 50% de los casos. El pronóstico está ligado a distintos factores, pero es des- favorable cuando el paciente supera los 60 años de edad o tiene síntomas semejantes a los de los linfomas B, múltiples lesiones pulmonares, una afectación bilateral, una invasión pleural o una lesión cavitada. El tratamiento propuesto para la EHPP incluye la radiotera- pia, combinaciones poliquimioterápicas o protocolos mixtos con radio y quimioterapia. Una correcta estadificación es pri- mordial para que el tratamiento consiga un resultado favorable. En resumen, el diagnóstico de las proliferaciones clonales linfoides del pulmón ha evolucionado mucho gracias al análisis del tejido por técnicas biomoleculares y métodos basados en la citometría de flujo. Sin embargo, los resultados de los trabajos en los que se investigan los factores pronósticos y las dianas terapéuticas más apropiadas para estos tumores aún son escasos y están lejos de proporcionar beneficios terapéuticos claros. Bibliografía Battafarano RJ, Fernández FG, Ritter J, Meyers BF, Guthrie TJ, Cooper JD, et al. Large cell neuroendocrine carcinoma: an aggressive form of nonsmall cell lung cancer. J Thorac Cardiovasc Surg 2005;130: 166-72. Caplin ME, Baudin E, Ferolla P, Filosso P, Garcia-Yuste M, Lim E, et al. Pulmonary neuroendocrine (carcinoid) tumors: European Neu- roendocrine Tumor Society expert consensus and recommendations for best practice for typical and atypical pulmonary carcinoids. Ann Oncol 2015;26:1604-20. Chen CH, Huang WC, Liu HC, Chen CH, Chen TY. Surgical outcome of inflammatory pseudotumor in the lung. Thorac Cardiovasc Surg 2008;56:214-6. Detterbeck FC. Clinical presentation and evaluation of neuroendocrine tumors of the lung. Thorac Surg Clin 2014;24:267-76. Filosso PL, Giobbe R, Mossetti C, Ruffini E, Oliaro A. Hemoptysis caused by an endobronchial lipoma. J Thorac Cardiovasc Surg 2008;135:954-5. García-Yuste M, Matilla JM, Cueto A, Rodríguez Paniagua JM, Ramos G, Cañizares MA, et al. and members of the Spanish multicenter study of neuroendocrine tumors of the lung by the Spanish Society of Pneumonology and Thoracic Surgery (EMETNE-SEPAR). Typical and atypical carcinoid tumours: analysis of the experience of the Spanish multicentric study of neuroendocrine tumours of the lung. Eur J Cardiothorac Surg 2007;31:192-7. García-Yuste M, Matilla JM, González Aragoneses F. Neuroendocrine tumors of the lung. Curr Opin Oncol 2008;20:148-54. García-Yuste M, Molins L, Matilla JM, González Aragoneses F, López- Pujol J, Ramos G, et al. y miembros del estudio multicéntrico espa- ñol de los tumores neuroendocrinos del pulmón de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (EMETNE-SEPAR). Tendencias en los factores pronósticos de los tumores pulmonares neuroendocrinos. Arch Bronconeumol 2007;43:549-56. Guerra Gutiérrez F, Torres Sánchez I, Gallardo Madueño G, Mari- ño Enríquez A, Nistal M. Hemangioma esclerosante pulmonar en un paciente con síndrome de Cowden. Arch Bronconeumol 2007;43:418-20. Guo W, Zhao YP, Jiang YG, Wang RW, Ma Z. Surgical treatment and outcome of pulmonary hamartoma: a retrospective study of 20-year experience. J Exp Clin Cancer Res 2008;27:8. Hariri LP, Applegate MB, Mino-Kenudson M, Mark EJ, Medoff BD, Luster AD, et al. Volumetric optical frequency domain imaging of Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1: