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3076 Medicine. 2018;12(52):3076-84 Infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (nosocomiales) E. Flores Cabeza*, M. Sánchez Sánchez, J.M. Añón Elizalde y C. Gutiérrez Melón Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Universitario La Paz-Carlos III/IdiPAZ. Madrid. España. Resumen Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria, denominadas clásicamente como nosocomiales, son aquellas adquiridas durante la estancia en un hospital. Suponen un aumento de la morbimortalidad, de la estancia hospitalaria, de los costes asociados y de las resistencias a los antibióticos. En España, la prevalencia es del 8%. Las localizaciones más frecuentes de la infección se relacionan con los procedi- mientos invasivos y son: la respiratoria, la urinaria, la herida quirúrgica y la bacteriemia asociada al uso de catéteres. En cuanto a la etiología, los gérmenes más habituales son los Gram negativos, los Staphylo- coccus y los hongos, variando en función del foco de infección. Tanto la clínica como el diagnóstico va- rían en función de la localización, siendo necesaria su detección y tratamiento precoz para su control y mejora del pronóstico. Los aspectos fundamentales para reducir su prevalencia son las medidas de pre- vención y vigilancia, entre las que la higiene de las manos se considera la medida más eficaz. Abstract Healthcare-related (nosocomial) infections Health care associated infections, classically called nosocomial infections, are those acquired during hospital stay. They suppose an increase of the morbimortality, the stay hospital, the associated costs and the antibiotic resistances. In Spain the prevalence is 8%. The most frequent sites of infection are related to invasive procedures and are: respiratory, urinary, surgical wound and bacteremia associated with the use of catheters. As for etiology, the most common germs are gram negative, Staphilococcus and fungi, varying depending on the source of infection. Both the clinic and the diagnosis vary according to the location being necessary its detection and early treatment for its control and improvement of the prognosis. It is necessary its diagnosis and early treatment for its control to improve the prognosis. The fundamental aspect to reduce its prevalence are the prevention and surveillance measures among which hand hygiene is considered the most effective measure. Palabras Clave: - Infección - Nosocomial - Prevención Keywords: - Infecction - Nosocomial - Prevention ACTUALIZACIÓN Concepto Las infecciones nosocomiales son una causa importante de morbimortalidad, prolongando la estancia hospitalaria y au- mentando los costes asistenciales. Las infecciones nosocomiales (del latín nosocomium «hos- pital») son infecciones adquiridas durante la estancia en un hospital que no estaban presentes ni en período de incuba- ción en el momento del ingreso del paciente1. Hoy en día, este concepto se extiende no solo al hospital sino a todo el entorno sanitario no estrictamente hospitalario (hospital de día, centros de cirugía ambulatoria, centros de hemodiálisis ambulatoria, centros de enfermedades crónicas, etc.), por lo que el término se amplía a infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS). *Correspondencia Correo electrónico: evamercedesflores@gmail.com Medicine. 2018;12(52):3076-84 3077 INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA SANITARIA (NOSOCOMIALES) Epidemiología Las IRAS continúan siendo la complicación más frecuente de los pacientes hospitalizados, constituyendo un problema con repercusiones en la mortalidad y en la estancia hospita- laria, suponiendo un elevado coste debido al uso de antimi- crobianos, necesidad de aislamiento y realización de pruebas diagnósticas y terapéuticas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1,4 millones de personas contraen en el mundo infecciones en el hospital. Entre el 5 y el 10% de los pacientes que ingre- san en hospitales del mundo desarrollado contraerán una o más infecciones, siendo el riesgo de infección en los países en desarrollo de 2 a 20 veces mayor que en los países desarro- llados. En los EE. UU. uno de cada 136 pacientes hospitala- rios enferman gravemente a causa de una infección contraída en el hospital; esto equivale a 2 millones de casos y aproxi- madamente 80.000 muertes al año, lo que supone un coste de unos 4,5 billones de dólares americanos2,3. Por todo ello, se vienen realizando programas de vigilan- cia epidemiológica e intervenciones dirigidas al control de la infección nosocomial: en EE. UU. el NHSN (National Heal- hcare Safety Network), en Alemania el KISS (Krankenhaus In- fections Surveillance Sysyem) y en Reino Unido el NHS (Na- tional Health System). En España se realizan desde 1990 diferentes estudios a nivel nacional: el EPINE (Estudio de Prevalencia de Infección Nosocomial), ENVIN HELICS (Estudio de Vigilancia de Infección en UCI) y por comuni- dades autónomas: VIRAS (vigilancia y control de las infec- ciones relacionadas con la asistencia sanitaria de la Comuni- dad de Madrid), VIN Cat (vigilancia de Infección Nosocomial en Cataluña), PIRASO/SVEA (Programa Integral de pre- vención, control de las infecciones relacionadas con la asis- tencia sanitaria y uso apropiado de los antimicrobianos/siste- ma de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía), SVIRAS (Sistema de Vigilancia de la Infección Relacionada con la asistencia Sanitaria Canarias); con el fin de: 1. Establecer las tasas de infección nosocomial. 2. Identificar los factores de riesgo relacionados con los propios pacientes o con los procedimientos llevados a cabo. 3. Establecer medidas de prevención y mejora4. A partir de los datos obtenidos del Estudio de Prevalen- cia de Infección Nosocomial (EPINE)5 que se viene reali- zando en España desde hace más de 20 años, se calcula que aproximadamente un 8% de los pacientes hospitalizados pre- senta una infección relacionada con la hospitalización o los procedimientos realizados5 (fig. 1). Estas cifras varían según el tipo de hospital estudiado, siendo más elevadas en los hospitales universitarios o de ter- cer nivel, con más de 500 camas. En cuanto a los servicios, los de medicina intensiva presentan las tasas más elevadas (21,37%), seguidos de las especialidades quirúrgicas (6,89%), debido a la mayor gravedad de los pacientes ingresados, y a la complejidad de técnicas diagnósticas y terapéuticas utiliza- das, mientras que los servicios de psiquiatría y ginecología/ obstetricia son los que presentan las menores tasas (0,92% y 1,41, respectivamente)5. Factores implicados en las infecciones nosocomiales Agente microbiano La posibilidad de exposición que conduce a una infección depende de las características de los microorganismos, como la virulencia intrínseca, la resistencia a los antimicrobianos, la infectividad y la cantidad de inóculo6. Vulnerabilidad de los pacientes Los factores del huésped pueden ser intrínsecos como la edad, el estado nutricional, las enfermedades subyacentes o el estado de la inmunidad y extrínsecos, entre los que se incluyen los procedimientos médicos o quirúrgicos invasivos, la duración de la terapia antimicrobiana, y de la hospitalización y el personal sanitario como transmisor de la infección. Factores ambientales Los pacientes hospitalizados que tienen infección o son por- tadores de microorganismos patógenos son focos potenciales de infección para los demás pacientes y para el personal sa- nitario. El agente infeccioso puede multiplicarse y colonizar las superficies. El contagio a través de las manos del personal sanitario que contactó con pacientes colonizados o infecta- dos o superficies contaminadas constituye el principal meca- nismo de transmisión de las infecciones nosocomiales. Resistencia bacteriana El uso indiscriminado de antibióticos es el principal factor determinante para la aparición de resistencias Aspectos microbiológicos Los diferentes programas de vigilancia de las infecciones no- socomiales nos daninformes anuales con la frecuencia de los diferentes microorganismos causantes de infección nosoco- Fig. 1. Prevalencia (en % de pacientes con infección nosocomial) adquirida durante la hospitalización (extraído de datos del EPINE 2016). Prevalencia total de pacientes con infección nosocomial. EPINE 2010-2015 8,58 8,55 8,16 2012 7,62 7,56 8,06 2010 2011 2013 2014 2015 7,92 2016 3078 Medicine. 2018;12(52):3076-84 ENFERMEDADES INFECCIOSAS (IV) mial y los distintos focos de la misma. Los gérmenes más habituales son los Gram negativos, los Staphylococcus y los hongos, variando en función del foco de infección. Conside- rando los focos más habituales, S. aureus es la causa más fre- cuente de neumonía asociada a ventilación mecánica y de infección quirúrgica, mientras que Escherichia coli lo es para las infecciones del tracto urinario y estafilococos del grupo coagulasa negativa para la bacteriemia. Disponer de esta in- formación es de enorme importancia tanto clínica como epi- demiológica, especialmente si se tiene en cuenta que la ma- yor parte de estos microorganismos puede presentar resistencias a los antimicrobianos. Según el EPINE-2016, el germen aislado con más frecuencia en las infecciones noso- comiales es Escherichia coli, seguida de Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. Localización de la infección En los hospitales generales típicos, las localizaciones más frecuentes de las infecciones nosocomiales (según datos del EPINE 2017) son las infecciones del sitio quirúrgico (25,6%), seguidas de las respiratorias (19,9%), las urinarias (18,1%) y las bacteriemias (13,4%), estos datos reflejan el impacto de los factores de riesgo extrínsecos. Infecciones nosocomiales del tracto urinario La infección del tracto urinario (ITU) de origen nosocomial se relaciona en más del 80% de los casos con la presencia de una sonda urinaria (SU), estando el resto asociado a otras manipulaciones genitourinarias (cirugía urológica) y consti- tuyen una de las causas más usuales de bacteriemia nosoco- mial7. Entre el 15 y el 25% de los pacientes atendidos en hospitales de agudos (y más del 85% de los atendidos en Unidades de Cuidados Intensivos –UCI–) son portadores de SU. Son la causa de infección nosocomial más importante en la UCI8, constituyendo un problema de salud pública, por su alta frecuencia y morbilidad y porque los pacientes portado- res de SU son un importante reservorio de microorganismos multirresistentes, entre los que se incluyen los Gram negati- vos productores de betalactamasas de espectro extendido (BLEE). Hay que distinguir distintos cuadros, enumerados a continuación. Bacteriuria asintomática relacionada con sonda vesical Definida como la presencia de 105 o más unidades formado- ras de colonias (UFC)/ml de una o más especies bacterianas en una muestra de orina obtenida a través de la sonda vesical, sin sintomatología compatible con infección urinaria9. Me- nos del 25% evolucionan a infección urinaria y solo un 1-4% se relacionan con un episodio de bacteriemia secundaria. Su importancia radica como fuente de reservorio de gérmenes multirresistentes, fácilmente transmisibles en ambiente hos- pitalario. Ante el bajo riesgo de complicaciones, las guías de práctica clínica recomiendan el tratamiento solo en mujeres gestantes y en los pacientes sometidos a cirugía urológica con riesgo de sangrado a nivel de la mucosa10. Infección urinaria asociada a sonda vesical Definida como la presencia de signos o síntomas compatibles con infección urinaria, sin otro foco de infección asociado, y el hallazgo de 103 o más UFC/ml de una o más especies bac- terianas en una muestra de orina obtenida a través de la son- da vesical o muestra de orina a mitad de la micción de un paciente al que se le retiró la sonda antes de 48 horas. Entre los signos y síntomas están la fiebre de nueva aparición o escalofríos, cambios en las características de la orina, hema- turia aguda, dolor en flanco o suprapúbico, alteración del estado mental o letargia sin otra causa identificada en pacien- tes mayores de 65 años, hipotensión o evidencia de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS). Un pequeño porcentaje de las ITU asociadas a SV se relacionan con un episodio de bacteriemia secundaria. Los gérmenes más frecuentemente aislados son: E. coli, Enterococ- cus spp., Cándida spp., P. aeruginosa y Klebsiella spp.11. Ante una sospecha clínica razonada es necesario tomar una muestra de orina antes de comenzar el tratamiento anti- microbiano y, en el caso de sondas urinarias de más de 2 se- manas de permanencia, se debe considerar el recambio de la sonda para facilitar la resolución de los síntomas y reducir el riesgo de bacteriemia secundaria. El tratamiento antimicrobiano debe estar basado en el resultado de los cultivos. El tratamiento empírico se basará en los resultados de los cultivos previos, el uso de antibióti- cos con anterioridad, la prevalencia de gérmenes resistentes y las alergias a antibióticos del paciente. Si el paciente no presenta signos de sepsis y no se sospe- chan gérmenes multirresistentes se tratará empíricamente con una cefalosporina de tercera generación (ceftriaxona o cefotaxima) o una quinolona (ciprofloxacino o levofloxaci- no). Si el paciente presenta signos de sepsis o se sospecha la existencia de gérmenes multirresistentes se usarán regímenes antibióticos más amplios (tabla 1). TABLA 1 Tratamiento de la infección urinaria asociada a catéter vesical Bacteriuria asintomática No tratamiento ITU sin signos de sepsis y no sospecha de BMR (bacterias multirresistentes) Cefalosporinas de 3ª generación Ceftriaxona: 1-2 g/24 h Cefotaxima: 1-2 g/8 h o Quinolona Ciprofloxacino: 400 mg iv/12 h (750 mg vo/12 h) Levofloxacino: 500 mg/12 h ITU con signos de sepsis o sospecha de BMR Gram positivos No sospecha de SAMR: amoxicilina-clavulánico 1-2 g/6-8 h Sospecha de SAMR: cotrimoxazol 800/160 mg/12 h o glicopéptido (vancomicina o teicoplanina) Gram negativos Paciente grave o BLEE previo: carbapenem antipseudomónico (imipenem o meropenem) + aminoglucósido (amikacina 15 mg/kg/día) si shock séptico o BMR Paciente no grave: piperacilina/tazobactam (4 g/500/6-8 h) o ertapenem (1 g/24 h) Alergia a betalactámicos Amikacina, colistina, fosfomicina BLEE: betalactamasas de espectro extendido; ITU: infección del tracto urinario; SAMR: Staphylococcus aureus resistente a meticilina.; BMR: bacterias multirresistentes. Medicine. 2018;12(52):3076-84 3079 INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA SANITARIA (NOSOCOMIALES) La duración del tratamiento recomendada es de 7 días en pacientes con una rápida resolución de los síntomas y 14 días si la respuesta es tardía, independientemente de que se man- tenga la sonda vesical o no9. Se estima que hasta el 60% de las infecciones urinarias asociadas a SU son evitables, por lo que es fundamental establecer estrategias de prevención y control. Infecciones nosocomiales del tracto respiratorio inferior La neumonía nosocomial (NN) es un proceso inflamatorio de origen infeccioso, ausente en el momento del ingreso, que se desarrolla tras más de 48 horas desde el ingreso. Se deno- mina precoz si ocurre antes de las 96 horas desde la estancia hospitalaria y de inicio tardío si aparece posteriormente12. Un subgrupo importante de las neumonías hospitalarias son las asociadas a la ventilación (NAV) que se desarrolla en pa- cientes intubados con ventilación mecánica, llegando a re- presentar el 80% de todas las neumonías nosocomiales. Los factores de riesgo más importantes para la NN se resumen en la tabla 2. Patogenia Los microorganismos que causan las neumonías pueden al- canzar las vías respiratorias inferiores por alguna de las si- guientes vías: 1. Por inhalación a través de las vías respiratorias del tubo endotraqueal si el paciente está intubado. 2. Por aspiración de microorganismos que colonizan la nasofaringe y/o el tracto intestinal del paciente (mecanismomás habitual). 3. Por vía hematógena a partir de focos distantes al pul- món o de la propia flora intestinal por fenómenos de traslo- cación bacteriana. 4. Por contigüidad de infecciones adyacentes a los pul- mones13. En cuanto a la etiología, los microorganismos implicados con más frecuencia son Pseudomonas aeruginosa y Staphylococ- cus aureus. Diagnóstico Se basa en la combinación de criterios clínicos y radiológi- cos: presencia de fiebre, hipoxemia o leucocitosis y presencia de infiltrados radiológicos de nueva aparición (fig. 2). Siem- pre que se pueda se deben obtener muestras respiratorias para análisis cualitativo y cuantitativo antes de iniciar el tra- tamiento antibiótico empírico. Se tendrá en cuenta la calidad de la muestra (la presencia de más de un 10% de células es- camosas sugiere contaminación y la ausencia de más de un 10% de neutrófilos hace que el diagnóstico de neumonía sea poco probable) y el análisis cuantitativo (más de 105 UFC en aspirado traqueal o más de 104 UFC en lavado broncoalveo- lar)14. Asimismo, se deben obtener hemocultivos. En cuanto a los biomarcadores, la proteína C reactiva y la procalcitoni- na están elevadas. Tratamiento Es importante obtener muestras de cultivo antes de iniciar el tratamiento empírico que debe iniciarse lo antes posible. El tratamiento empírico dependerá de si el paciente presenta riesgo para microorganismos multirresistentes (tabla 3). En la neumonía precoz sin factores de riesgo para mi- croorganismos potencialmente resistentes (tabla 3) se em- pleará monoterapia con ceftriaxona o levofloxacino12. En la neumonía tardía o precoz con factores de riesgo para microorganismos potencialmente resistentes está indi- cada la terapia combinada con dos fármacos con actividad antipseudomónica como piperacilina-tazobactam o merope- nem asociados a amikacina o a una quinolona antipseudomo- na, dependiendo de la sensibilidad de la flora local. Si existe endemia de SARM añadir linezolid o vancomi- cina empíricamente (tabla 4). La duración óptima del tratamiento no está claramente establecida. Un tratamiento de 8 días es eficaz para erradicar el germen de la NAV, excepto si está causada por Gram ne- gativos no fermentadores. La duración debe individualizarse TABLA 2 Factores de riesgo para el desarrollo de neumonía nosocomial Factores intrínsecos Factores extrínsecos Enfermedades crónicas subyacentes Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Otras enfermedades pulmonares Enfermedades del SNC Enfermedades neuromusculares Diabetes mellitus Insuficiencia renal/diálisis Tabaco y alcohol Alteración del nivel de conciencia Coma Sinusitis Traumatismos craneoencefálicos Malnutrición (albúmina sérica < 2,2 g/dl) Colonización gástrica Inmunodepresión Traqueobronquitis Aerosoles Hospitalización prolongada Antibioterapia prolongada/inadecuada Antisecretores Citotóxicos Corticoides Sedantes del SNC Nutrición enteral Cirugía toracoabdominal complicada Posición en decúbito supino Transfusión de > 4 U de hemoderivados Sondas nasogástricas Mal control de la infección No lavarse las manos No cambiarse los guantes No aislar correctamente a los pacientes SNC: sistema nervioso central. Fig. 2. Diagnóstico clínico de la neumonía nosocomial (NN). Diagnóstico clínico de la NN + Criterios radiológicos Presencia de infiltrado de nueva aparición Criterios clínicos Secreciones purulentas + Algunos de los siguientes: fiebre, hipoxemia o leucocitosis 3080 Medicine. 2018;12(52):3076-84 ENFERMEDADES INFECCIOSAS (IV) y desescalonar antibioterapia a partir del tercer día según los resultados de los cultivos y la respuesta clínica, siendo la me- joría de la oxigenación el parámetro más precoz y sensible de la mejoría. Infecciones de las heridas quirúrgicas Las infecciones de las heridas quirúrgicas (IHQ) suponen las infecciones hospitalarias más frecuentes en pacientes some- tidos a intervenciones quirúrgicas y, según el informe del EPINE 2016, alcanzan el 25,6% del total de las infecciones nosocomiales en España. Se clasifican en tres tipos: 1. Superficial: dentro de los 30 días posoperatorios y que solo involucre piel y tejido celular subcutáneo sin sobrepasar la fascia muscular. 2. Profunda: dentro de los 30 días posoperatorios si no hay implante definitivo o dentro del año si lo hubiera y que parezca relacionada con la cirugía e involucre tejidos profundos (fascia y/o planos musculares). 3. De órgano o cavidades: dentro de los 30 días posope- ratorios si no hay implante definitivo o dentro del año si lo hubiera y que parezca relacionada con una cirugía que involucre cualquier sitio anatómico distinto de la incisión, como órganos o cavidades profundas (pleura, peritoneo, re- troperitoneo, espacio subaracnoideo, etc.) abiertos o mani- pulados durante el acto quirúrgico16. Etiología Las IHQ raramente ocurren en las primeras 48 horas y, si ocurren, la mayoría están producidas por S. pyogenes o espe- cies de Clostridium17. En cirugías limpias, la infección suele ser monomicrobiana, con predominio de cocos Gram positi- vos (en particular del género Staphylococcus), en cirugías lim- pia-contaminada, contaminadas y sucias, las infecciones sue- len ser polimicrobianas: bacilos Gram negativos (sobre todo E. coli), Enterococcus spp. y anaerobios. Clínica La manifestación clínica patognomónica de la IHQ es la apa- rición de signos locales de infección: dolor, eritema y drena- je purulento. En cuanto a la fiebre, hay que tener en cuenta que la mayoría de las fiebres que se presentan en las 48 horas siguientes a la operación no están asociadas a IHQ, en cam- bio, la aparición de fiebre a las 48 horas obliga a descartar la IHQ. Diagnóstico Se basa en sus manifestaciones clínicas. En cuanto al diag- nóstico microbiológico, se debe tener en cuenta que la ma- yoría de las heridas están contaminadas por gérmenes, pero esto no implica que estén infectadas. Se prefiere la punción aspiración o biopsia a los frotis superficiales para análisis mi- crobiológico. En pacientes con fiebre se deben obtener tam- bién hemocultivos. Tratamiento Dependerá de la situación clínica del paciente, de la profun- didad de la infección y de la presencia de síntomas o signos de gravedad18. En las infecciones superficiales sin datos de gravedad pueden ser suficientes las medidas locales (apertura y limpieza de la escisión). El papel de los antibióticos es se- cundario y la escasa evidencia existente no apoya su uso en infecciones de la herida19. TABLA 3 Factores de riesgo para la infección por microorganismos multirresistentes Factores de riesgo generales Tratamiento antibiótico en los últimos 90 días Ingreso hospitalario 5 o más días en los 90 días previos Frecuencia elevada de resistencias antibióticas en la comunidad o en la unidad hospitalaria Presencia de factores de riesgo para neumonía nosocomial Ingreso de 2 o más días en los últimos 90 días Residencia en un centro de cuidados crónicos Tratamiento endovenoso domiciliario (incluyendo antibióticos) Diálisis crónica en los últimos 30 días Curas de heridas en domicilio Miembro de familia afecto de un patógeno multirresistente Enfermedad inmunosupresora y/o tratamiento inmunosupresor Factores de riesgo específicos Pseudomonas aeruginosa: estancia prolongada en la UCI, corticoterapia, tratamiento antibiótico previo, enfermedad pulmonar estructural Staphylococcus aureus: coma, traumatismo craneoencefálico, diabetes mellitus, insuficiencia renal Streptococcus pneumoniae: uso previo de antibióticos en los últimos tres meses, contacto con niños con infecciones respiratorias Legionella: tratamiento con altas dosis de corticoides, neoplasias (sobre todo hematológicas) Anaerobios: cirugía abdominal reciente, aspiración presenciada UCI: Unidad de Cuidados Intensivos. Fuente: Blanquer J, et al12 y ATS/IDSA Guidelines15. TABLA 4 Etiología y tratamiento de la neumonía nosocomial Neumonía nosocomial de inicio precoz sin factores de riesgo para BMRMicroorganismos probables Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Stahylococcus aureus sensible a meticilina; bacilos entéricos gramnegativos: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Enterobacter spp., Proteus spp., Serratia marcescens Tratamiento empírico recomendado Ceftriaxona (1 g iv/12 h) o Levofloxacino (500 mg/12 h) Neumonía nosocomial de inicio tardío, con factores de riesgo para BMR Microorganismos probables Además de los de la NN precoz, Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella pneumoniae (BLEE+) Acinetobacter spp., Legionella pneumophila Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM) Otros bacilos Gram negativos no fermentadores (Stenotrophomonas maltophilia) Tratamiento empírico combinado Cefalosporina antipseudomónica (ceftazidima 2 g/8 h o cefepima 2 g/8 h) o Carbapenem (imipenem 500 mg/6 h o meropenem 0,5-1 g/6-8 h) o Betalactámico inhibidor de betalactamasa: piperacilina/tazobactam 4/0,5 g/6 h + Fluoroquinolona antipseudomónica (ciprofloxacino 400 mg/8 h o levofloxacino 500 mg/12 h) o Aminoglucósido (amikacina 15 mg/kg/día) + Linezolid 600 mg/12 h o vancomicina 1 g/8-12 h BLEE: betalactamasas de espectro extendido; BMR: bacterias multirresistentes; NN: neumonía nosocomial; SAMR: Staphylococcus aureus resistente a meticilina. Medicine. 2018;12(52):3076-84 3081 INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA SANITARIA (NOSOCOMIALES) En cambio, en las infecciones profundas o con afectación de órganos se requiere un tratamiento quirúrgico con des- bridamiento amplio, además del tratamiento antibiótico de amplio espectro que deben cubrir las bacterias Gram positi- vas, considerando la endemia local de SAMR. Si ha habido solución de continuidad de mucosas del tracto digestivo, del peritoneo o del tracto genital femenino se cubrirán anaero- bios y Gram negativos20 (fig. 3). Bacteriemias primarias e infecciones de los catéteres El 70% de los pacientes hospitalizados son portadores de dispositivos intravasculares. Entre un 15 y un 30% de todas las bacteriemias nosocomiales se relacionan con el uso de catéteres percutáneos21. Etiología Los principales agentes causales son estafilococos, y en espe- cial las especies coagulasa negativa y los Staphyloccus aureus, causando hasta el 70% de las infecciones asociadas a catéte- res. Otros patógenos frecuentes son los bacilos Gram nega- tivos (enterobacterias, Pseudomonas aeruginosa y otros no fer- mentadores) y diversas especies de Candida21,26. Patogenia Los catéteres se pueden contaminar por vías diferentes. La más frecuente es la colonización por microorganismos que migran de la piel hasta la punta de inserción del catéter. La vía intraluminal (en la que los microorganismos acceden al interior del catéter desde la conexión solo está involucrada en el 10-30% de los casos, la vía hematógena en el 3-10% de los casos y el uso de fluidos contaminados en menos del 3%22,23 (fig. 4). Clínica Los signos locales en el lugar de inserción de catéter (erite- ma, dolor, drenaje purulento en el punto de inserción) son usuales en bacteriemias relacionadas con catéteres periféri- cos, pero poco frecuentes en los catéteres vasculares centra- les (CVC)23. La mayoría de los pacientes con bacteriemia por catéter tienen síntomas de sepsis, con fiebre, escalofríos, ta- quipnea, taquicardia y leucocitosis. Entre las complicaciones Fig. 3. Manejo de sospecha de la infección de las heridas quirúrgicas (IHQ). *Antibioterapia: cirugía limpia, tronco, cabeza, cuello, extremidad (cefazolina); riesgo de Staphylococcus aureus resistente a meticilina: vancomicina, daptomicina o linezolid; herida de periné o intervención del tracto gastrointestinal o tracto genital femenino: cefalosporina más metronidazol o levofloxacino más metronidazol o ertapenem. Modificada de Stevens DL, et al20. Posoperatorio Fiebre < 48 h tras IQ Buscar causas posibles de fiebre IHQ improbable Supuración de la herida o signos locales de inflamación Tinción de Gram. Si presencia de bacterias: abrir herida, desbridar + penicilina o clindamicina Fiebre > 48 h tras IQ Exploración de herida No datos de infección Eritema o induración Abrir herida No Sí Temperatura > 38° Leucocitos > 1200 Eritema < 5 cm Medidas locales No antibióticos Inicio antibióticos* y medidas locales Buscar otro foco Fig. 4. Patogenia de las bacteriemias. Tomada de Solana MJ, et al24. Vena Piel Microorganismos de la piel 70-90% Formación de fibrina, trombos Conexión contaminada 10-50% Infusión contaminada 3% Diseminación hematógena 3082 Medicine. 2018;12(52):3076-84 ENFERMEDADES INFECCIOSAS (IV) graves están la trombosis séptica, la endocarditis y las metás- tasis sépticas a distancia, cuya presencia debe sospecharse ante la persistencia de hemocultivos positivos y del cuadro infeccioso a los 3 días de retirar el catéter y seguir con el tratamiento antibiótico adecuado. Diagnóstico Se basa en la sospecha clínica y técnicas microbiológicas. En más del 70% de los catéteres retirados por sospecha de infec- ción esta no se detecta. Se recomiendan cultivos semicuanti- tativos, cultivando la superficie externa del catéter (técnica de referencia) utilizando como criterio de positividad más de 15 UFC25. Son útiles los cultivos y tinciones de sangre aspi- rados a través del catéter. En el caso de no retirar el catéter, recuentos entre el cociente de cultivos cuantitativos obteni- dos de sangre adquirida a través del catéter supuestamente infectado y sangre obtenida de una vena periférica mayores de 5-10 son indicativos de bacteriemia por catéter. Tratamiento La decisión de retirar el catéter debe tener en cuenta la situa- ción clínica del paciente, la presencia de signos locales de infección, la necesidad de mantener el catéter o no, su utili- zación, la zona de inserción, el tipo de catéter, el microorga- nismo causal, el coste y las posibilidades de un tratamiento conservador exitoso. En caso de sepsis grave se debe retirar siempre el catéter, en las situaciones donde el paciente esté estable se puede esperar 24 horas hasta tener los resultados de microbiología. Una vez confirmado el diagnóstico, la retirada del catéter es la principal maniobra terapéutica y se debe iniciar un trata- miento antibiótico sistémico empírico, teniendo en cuenta la epidemiología del hospital, las resistencias y las característi- cas del paciente. Se recomienda la administración de un glu- copéptido o lipopéptido (vancomicina frente a daptomicina) para cubrir los cocos Gram positivos asociado o no a aztreo- nam o a un aminoglucósido o cefalosporina de tercera gene- ración (ceftazidima) con actividad frente a Gram negativos o carbapenémico si la unidad es endémica para bacilos Gram negativos multirresistentes. Se debe asociar un antifúngico si el paciente presenta factores de riesgo para la infección por hongos. El tratamiento antibiótico debe adaptarse a los resultados microbiológicos. Se recomienda una duración de 7-10 días, con un máximo de 15 si la respuesta clínica es favorable y el paciente no es portador de cardiopatía valvular o material protésico susceptible de colonizarse a distancia. Si se de- muestra endocarditis, tromboflebitis séptica o persiste la bacteriemia/fungemia el tratamiento debe prolongarse 4-6 semanas26 (fig. 5). Prevención de la infección nosocomial Las infecciones nosocomiales son la cusa más prevenible de eventos adversos graves en pacientes hospitalizados, por ello hay consenso absoluto entre la OMS, los CDC, el ECD y la comisión Europea en que la prevención y el control son la clave para reducir las infecciones nosocomiales y la transmi- sión de las bacterias multirresistentes, constituyendo un ob- jeto prioritario de los sistemas sanitarios. Actualmente se dispone de directrices para prevenirlas y controlarlas basadas en la evidencia científica. La aplicación de las mismas se es- tima que reduce la aparición de infecciones en más de un 33%2,28. Es esencial reducir la contaminacióncruzada provenien- te de otros pacientes o del medio ambiente para evitar la transmisión de patógenos8, para ello la higiene de manos es el elemento esencial que nunca debe faltar. Asimismo, se debe proceder al aislamiento de contacto de pacientes colo- nizados o infectados por organismos multirresistentes, así como realizar cultivos periódicos de vigilancia y cribado de portadores asintomáticos. La primera medida para evitar las infecciones nosoco- miales asociadas a dispositivos invasivos es la retirada del dispositivo en cuanto este no sea necesario. En segundo lu- gar, se deben aplicar estrictamente las medidas habituales del lavado de manos y la asepsia tanto en la colocación como en la manipulación del dispositivo invasivo. Se deben aplicar estrategias preventivas a modo de paquetes que engloban re- comendaciones generales y específicas según el tipo de dis- positivo29. Medidas preventivas de la infección del tracto urinario asociadas a sonda urinaria La más importante es limitar el uso de las sondas vesicales a los casos que estén indicados y retirarlas precozmente. La Fig. 5. Algoritmo de actuación en el paciente portador de catéter vascular central (CVC) con fiebre. Modificada de Capdevilla JA, et al27. No otro foco Paciente con buen estado y catéter necesario Hemocultivos Si se confirma bacteriemia: retirar catéter y tratarla Hemocultivos Retirar catéter y cultivo punta catéter Iniciar tratamiento antibiótico empírico Si hemocultivos positivos tratar bacteriemia, adecuar antibióticos a resultado microbiológico Fiebre en paciente portador de CVC Paciente con sepsis y/o catéter innecesario Proceder según clínica y exploraciones complementarias Posibilidad de foco alternativo Medicine. 2018;12(52):3076-84 3083 INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA SANITARIA (NOSOCOMIALES) sonda vesical debe ser insertada empleando una técnica asép- tica y un material estéril. Se deben usar sistemas colectores cerrados. Se desaconseja el uso de antimicrobianos profilác- ticos30. Medidas preventivas de neumonía nosocomial Son pautas preventivas orientadas a reducir la colonización orofaríngea, disminuir el inóculo, reducir la contaminación cruzada proveniente de otros pacientes o del medio ambien- te y evitar la transmisión de patógenos a través de aerosoles13. Estas pautas generales incluyen: la higiene de manos, baño diario con esponjas o toallitas impregnadas con clorhexidina al 2%, aislamiento de pacientes, aspiración de secreciones subglóticas, posición del paciente con cabecero elevado a 30º, descontaminación oral con clorhexidina12 y otras medi- das específicas para pacientes en ventilación mecánica (que se explican en un capítulo aparte). Tras los excelentes resul- tados del proyecto Bacteriemia Zero se desarrolló el proyec- to Neumonía Zero31 con el objetivo de disminuir la tasa de NAV, con medidas preventivas específicas para pacientes in- tubados y conectados a ventilación mecánica. Prevención de la infección de herida quirúrgica El factor más importante de prevención de la IHQ es la co- rrecta administración de antibióticos profilácticos y la espe- cial atención a las medidas de control de infección preopera- torias. Los antibióticos profilácticos deben ser administrados en los 30-60 minutos previos a la escisión de la piel. El antibió- tico seleccionado debe cubrir los gérmenes que con más pro- babilidad se van a encontrar en función de la cirugía. Los antibióticos más utilizados son las cefalosporinas. Cefazolina suele ser de elección para cirugías limpias y limpias-contami- nadas. En cirugías de colon se recomienda cefotixima. En casos de alergia a betalactámicos se administrará vancomici- na para cubrir Gram positivos, clindamicina y metronidazol para anaerobios y fluoroquinolonas o aminoglucósidos para Gram negativos. En cuanto a las medidas de control perioperatorias, se recomienda ducha o baño preoperatorio y la aplicación de antisépticos en la piel para garantizar la reducción de la carga bacteriana de la piel32. Los pacientes con evidencia de infección activa previa a un procedimiento quirúrgico electivo deben completar el trata- miento de la infección previamente a la cirugía, especialmente en casos de inserción o recambio de material protésico. No se recomienda la detección preoperatoria rutinaria de detección de colonización ni descolonización de Staphylo- coccus aureus en pacientes que van a ser intervenidos quirúr- gicamente. Puede ser razonable la descontaminación preope- ratoria en pacientes portadores conocidos de S. aureus que van a ser sometidos a cirugía cardíaca o procedimientos or- topédicos con implantación de material protésico o en inmu- nodeprimidos. Una buena técnica quirúrgica, así como co- rrectos cuidados postoperatorios reducen el riesgo de IHQ33. Prevención de la bacteriemia relacionada con catéter El cumplimiento adecuado de la higiene de manos y el uso de técnicas asépticas durante la inserción y los cuidados de los catéteres vasculares son las medidas fundamentales para prevenir las infecciones relacionadas31,34. El proyecto Bacte- riemia Zero que se implantó en las UCI españolas durante los años 2009 y 2010 permitió reducir drásticamente las tasas de este tipo de infecciones. El proyecto tiene dos vertientes. La primera es un Plan de Seguridad Integral destinado a promover la cultura de seguridad en el trabajo diario y la segunda las medidas específicas destinadas a reducir la tasa de bacteriemia relacionada con catéter consistentes en: hi- giene de manos adecuadas, desinfección de la piel con clor- hexidina, máximas barreras de protección, utilizar preferible- mente la localización subclavia, retirada de catéteres no necesarios y mantenimiento higiénico del catéter (fig. 6)35. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses Bibliografía Importante Muy importante ✔ Metaanálisis ✔ Artículo de revisión ✔ Ensayo clínico controlado ✔ Guía de práctica clínica ✔ Epidemiología 1. CDC/NHSN Surveillance Definition of Healthcare-Associated Infec- tion and Criteria for Specific Types of Infections in the Acute Care Set- ting [January 2017)]. Disponible en http://www.cdc.gov/nhsn/pdfs/ pscmanual/17pscnosinfdef_current.pdf 2. Storr J, Twyman A, Zingg W, Damani N, Kilpatrick C, Reilly J, et al; and the WHO Guidelines Development Group. Core compo- nents for effective infection prevention and control programmes: new WHO evidence-based recomendations. Antimicrob Resist In- fect Control. 2017;6:6. Fig. 6. Medidas de control del proyecto Bacteriemia zero. BRC: bacteriema relacionada con catéter; CVC: catéter venoso central. 1. Higiene de manos adecuada 2. Desinfección de la piel con clorhexidina 3. Máximas barreras de protección 4. Preferencia de localización subclavia 5. Retirado de CVC no necesario 6. Mantenimiento higiénico del catéter Bacteriemia zero STOP BRC 3084 Medicine. 2018;12(52):3076-84 ENFERMEDADES INFECCIOSAS (IV) ✔3. Fariñas C, Teira R, Rodríguez P. Infección relacionada con la asistencia sanitaria (Infección nosocomial). Medicine. 2014:11 (57);3364-73. ✔4. Pujol M, Limon E. Epidemiología general de las infecciones nosocomia- les. Sistemas de vigilancia. Enferm Infcc Microbiol Clin. 2013;31(2):108- 13. ✔5. Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud pública e Higiene. Es- tudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España. Estudio EPINE-EPPS 2016. Disponible en: http://hws.vhebron.net/epine/Glo- bal/EPINE- EPPS%202016%20Informe%20Global%20de%20Espa% C3%B1a%20Resumen.pdf ✔6. Guía de Prevención y control de la infección nosocomial. Promoción de la calidad Guía de buenas prácticas. Servicio Madrileño de salud. 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