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© E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 342 32 Aterosclerosis César Rodríguez Gilabert, Elsa Verónica De la Chesnaye Caraveo, Gerardo Rodríguez Diez DEFINICIÓN El término aterosclerosis proviene de los vocablos grie- gos athere (pasta) y skleros (duro), y se originó por el aspecto pastoso del contenido lipídico de las lesiones ateromatosas. El término se utiliza, en la actualidad, para designar el engrosamiento focal de la capa íntima de las arterias medianas y grandes como consecuencia del de- pósito crónico, en un principio de colesterol y posterior- mente de células de músculo liso, colágena, calcio y otros elementos que van formando una estructura conocida como placa aterosclerosa. La placa, al inicio, remodela la arteria en forma excéntrica engrosando sólo la pared, y con el tiempo invade y estrecha la luz del vaso. Esta placa puede erosionarse o romperse aun cuando no esté muy grande y ocluir el vaso en forma súbita, sin mani- festar necesariamente síntomas previos, o bien crecer y ocluir el vaso en forma paulatina produciendo indicios que ayudan a efectuar el diagnóstico antes de la oclusión total. La arteria más comúnmente afectada es la aorta y sus ramas, dañando principalmente al corazón, cerebro, riñones y miembros inferiores. El término aterosclerosis debe diferenciarse de arterioesclerosis, ya que este últi- mo se refiere, en general, al endurecimiento y pérdida de la elasticidad de las grandes arterias, relacionándose con la rigidez y calcificación de la pared arterial común en la edad avanzada. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS EN MÉXICO Los factores de riesgo mayores que favorecen el desarro- llo de lesiones aterosclerosas se clasifican en no modifica- bles y modificables. Los no modificables son la herencia, la edad y el género; los modificables, y por eso los de ma- yor interés médico, son el tabaquismo, la diabetes, las dis- lipidemias y la hipertensión arterial. Existen otros facto- res de menor importancia, que en algunos casos pueden tener relevancia, como obesidad, estrés, estrato socioeco- nómico, tipo de dieta y elevación de las concentraciones séricas de algunos marcadores, como homocisteína, pro- teína C reactiva ultrasensible, fibrinógeno, lipoproteína A, lipoproteína asociada a la fosfolipasa A2 y otros. En México hay alta prevalencia de dislipidemias, hi- pertensión y diabetes, la mayor parte de las personas no sabe que tiene esta alteración y quienes ya están diag- nosticados no llevan el tratamiento en forma adecuada, por esta razón no se ha logrado disminuir la mortalidad cardiovascular, como lo han hecho otros países con mejor cobertura preventiva. La incidencia en México de los factores modificables de riesgo mayor se obtiene de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición que se ha realizado en los años 1993, 2000, 2006 y 2012. Los datos referentes a diabetes, dis- lipidemias e hipertensión se limitan a personas mayores de 20 años de edad. Las concentraciones medias de los lípidos sanguíneos en la población mexicana adulta reportados más recien- temente derivan de la encuesta realizada en 2006 y fue- ron los siguientes: colesterol total 198.5 mg/dL, triglicé- ridos 139.6 mg/dL, colesterol de alta densidad (C-HDL) 39 mg/dL y colesterol de baja densidad (C-LDL) 131.5 mg/dL. La anormalidad lipídica encontrada con más fre- cuencia fue hipoalfalipoproteinemia (C-HDL < de 40 mg/dL) con 60.5% de la población, le sigue hipercoleste- rolemia (colesterol total > 200 mg/dL) con 43.6% e hi- pertrigliceridemia (TG mayor de 150 mg/dL) en el 31% de las personas. La frecuencia de hipertensión arterial en 1993 fue de 23.8%, en el año 2000 de 30.08%, en el año 2006 de 30.8% y en el año 2012 de 31.5%, la prevalencia va en aumento conforme a la edad, de tal manera que a los 70 años llega a 63.5% de la población. Existe una relación directa entre la prevalencia de hipertensión y el índice de masa corporal (IMC), obesidad abdominal y diagnóstico previo de diabetes e hipercolesterolemia. Casi la mitad http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aterosclerosis 343 de los pacientes hipertensos ya tenían el diagnóstico pre- vio, 73.5% tomaba algún medicamento pero sólo 45.4% tenía presión arterial controlada (<140/90 mm Hg). La prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 es muy superior al promedio mundial, para el año 2000 fue de 10.8% y para 2006 aumentó a 14.4% y 7.34% ya tenían diagnóstico previo, 7.07% se diagnosticaron durante la investigación. En la encuesta del año 2012, el diagnóstico previo de diabetes se obtuvo en 9.2% de los encuestados, pero hasta enero de 2015 no se habían publicado los ca- sos nuevos de diabetes hallados en la investigación. Un dato preocupante derivado del trabajo del año 2006, es que, aunque la mayoría de los pacientes estaban con tra- tamiento farmacológico, sólo 5.21% tenían hemoglobina glucosilada (Hb A1c1) menor de 7%, valor mínimo para considerar un buen control de la glucemia. El incremen- to de la prevalencia de diabetes está en estrecha relación con el incremento de la obesidad que pasó de 24.4% en el año 2000 a 30% en el año 2006 y 32.4% en 2012. Según la Encuesta Nacional de Adicciones del año 2008, 27.8% de los hombres son fumadores activos y 9.9% de las mujeres; 58.9% de los adultos nunca fuma- ron. El tabaco además de ser un factor predisponente para enfermedades pulmonares y diversos tipos de cán- cer, favorece el desarrollo de placas aterosclerosas, ero- sión y rotura de las mismas y formación de trombos en el sitio de rotura. La mortalidad por enfermedades aterosclerosas es la principal causa de muerte en México y en la mayor parte de los países. Las estadísticas vitales oficiales en Méxi- co consideran la diabetes como causa directa de muerte, cuando no lo es, ya que por información de otros países sabemos que los pacientes con diabetes mueren, en 70% de los casos, por complicaciones aterosclerosas, el resto por insuficiencia renal, coma diabético o hipoglucemia y otras más. Si se quiere disminuir la mortalidad en los pa- cientes diabéticos, los programas institucionales se deben enfocar a prevenir la aterosclerosis y sus complicaciones mediante un buen control de la glucemia, hipertensión y dislipidemia que, de acuerdo con los datos que se tienen en México, es muy deficiente. El INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geo- grafía) reportó en el año 2012 a la diabetes como la pri- mera causa de muerte con una tasa de 73 muertes por cada 100 000 habitantes y corresponde a 14.1% de mor- talidad total. La segunda causa es enfermedad isquémica del corazón con tasa de 64 y corresponde a 12.2% de todas las muertes. La tercera causa es la enfermedad ce- rebrovascular con tasa de 27.6 y corresponde a 5.2% de la mortalidad total. Las tres principales causas de muerte en México se relacionan con aterosclerosis y corresponde a 31.5% de la mortalidad total. FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA PLACA ATEROSCLEROSA Las alteraciones endoteliales que conducen a la forma- ción de la placa empiezan en edades tempranas de la vida. Las lesiones iniciales conocidas como estría grasa se pueden encontrar antes de los 10 años de edad, estas lesiones progresan en forma asintomática a placas ateros- clerosas en la tercera o cuarta década, y por lo general, después de los 50 años en el hombre y 60 años de edad en la mujer, aparecen complicaciones que conducen a obstrucciones en el flujo arterial que provocan principal- mente infarto del miocardio e infarto cerebral. La grave- dad, velocidad de progresión y posibilidad de complica- ciones de las placas está estrechamente relacionada con los factores de riesgo ya mencionados, el control de los mismos y el estilo de vida de la persona. Se ha demostra- do en múltiples estudios que el buen control de los facto- res deriesgo cuando se hace en forma integral, reduce el tamaño de las placas aterosclerosas y el riesgo de eventos clínicos y muerte de origen cardiovascular. El colesterol es el elemento más importante en la génesis de la lesión aterosclerosa, la importancia de su papel se conoce desde principios del siglo XIX, cuan- do se descubrió que administrado por vía oral en forma de yema de huevo, era capaz de producir aterosclerosis experimental en animales que naturalmente no tienen aterosclerosis, como los conejos. En la actualidad, se tiene evidencia en múltiples estudios epidemiológicos de que las concentraciones séricas de colesterol en una pobla- ción se relacionan directamente con la mortalidad por enfermedad cardiovascular, además en estudios, tanto experimentales como en humanos, se ha demostrado que al reducir los valores séricos de colesterol se modifica la placa y se reduce la aparición de eventos coronarios, de ahí que sea el objetivo principal en la prevención de la enfermedad aterosclerosa. Un punto importante a tener en cuenta es el hecho de que, si bien las cifras elevadas de colesterol aumentan el riesgo de aterosclerosis, una cifra de colesterol normal o por debajo de lo normal no evita que ésta se produzca, ya que además de la concen- tración de colesterol en un individuo, es muy importante su función endotelial, la cual depende de muchos facto- res; si ésta no es adecuada, el colesterol se deposita en mayor medida en el subendotelio aunque sus cifras séri- cas sean bajas. Esto explica que cerca de la mitad de las personas que sufren infarto del miocardio tienen valores de colesterol considerados como normales por abajo de 200 mg/dL, es más frecuente encontrar en esos pacientes otros factores para disfunción endotelial, como diabetes, tabaquismo, hipertensión, etc. Esta característica del ser humano para formar placas aunque no haya elevación del promedio de colesterol, hace que en algunos estu- dios realizados con angiotomografía coronaria cuando se consideran sólo los valores de colesterol no se encuentre correlación directa entre estos y el tamaño de la placa aterosclerosa. El colesterol es indispensable para la vida, forma par- te importante de la estructura de las células y de muchas hormonas, y por eso todas las células del ser humano, a excepción de las sanguíneas, tienen la capacidad de sin- tetizar colesterol; de tal forma que la ingesta de coleste- rol en la dieta es innecesaria, esto hace que en términos generales el ser humano debido a su vida prolongada, al tipo de alimentación y el estilo de vida tenga concen- traciones circulantes de colesterol mayor de lo que se- http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 344 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 32) ría deseable para limitar el desarrollo de aterosclerosis a través de su larga vida, otros animales sólo desarrollan aterosclerosis cuando son manipulados genéticamente o sometidos a dietas en cautiverio con alto contenido de colesterol, es probable que la aterosclerosis dejara de ser la primera causa de muerte y el promedio de vida del ser humano aumentara si se pudieran mantener valores de C-LDL por debajo de 60 mg/dL desde el nacimiento hasta la muerte. La aterosclerosis se inicia con el depósito de co- lesterol en el subendotelio. El colesterol viaja entre los diferentes compartimentos transportado por una mo- lécula llamada lipoproteína, que contiene colesterol li- bre, colesterol esterificado, triglicéridos, fosfolípidos y diferentes apoproteínas. Según sea la concentración de sus componentes, modifica su tamaño, densidad y cam- bia su nomenclatura, desde el punto de vista fisiopatoló- gico las lipoproteínas consideradas más importantes son las de alta densidad (HDL), baja densidad (LDL), baja densidad pequeñas y densas, quilomicrones y las de muy baja densidad (VLDL), en algunos laboratorios especiali- zados se pueden medir subclases de HDL como HDL2 y HDL3 que dan una mejor idea de la capacidad funcional de las HDL. Las lipoproteínas ricas en colesterol y que contienen apoproteína B, principalmente las LDL, cuando quedan atrapadas en el subendotelio sufren modificaciones en su estructura química, principalmente por oxidación, la cual depende de la cantidad de LDL circulante y fac- tores locales que causen disminución del óxido nítrico disponible (disfunción endotelial), inflamación, aumento del estrés oxidativo, elevación de la glucosilación e incre- mento de la actividad inmunológica. Las lesiones ateros- clerosas se encuentran con mayor frecuencia en los sitio de bifurcación arterial o de turbulencia, donde las condi- ciones hemodinámicas son desfavorables para la correcta función endotelial. Un elemento importante que contra- rresta la modificación de las LDL es la concentración de HDL, ya que tienen un poderoso efecto local para inhibir la oxidación de las LDL. Las HDL además tienen la im- portante función de regular el metabolismo del coleste- rol, ya que se sintetizan pequeñas y en forma de disco en el intestino e hígado y van modificando su forma al cap- turar el colesterol sobrante de las células, incluso de las lesiones aterosclerosas. Una vez cargadas de colesterol, lo intercambian por triglicéridos con otras lipoproteínas, principalmente las lipoproteínas de muy baja densidad, por la acción de la enzima proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP, por sus siglas en inglés) o lo llevan al hígado para depurarlo, a esto se le llama trans- porte reverso de colesterol. Estas funciones de la HDL explican el hecho de que tener elevados sus valores séri- cos en general sea un factor de protección para ateroscle- rosis, por lo que se le ha llamado coloquialmente “coles- terol bueno”, y al colesterol de las LDL “colesterol malo”. En casos particulares, puede suceder que personas con concentraciones bajas de HDL tendrían pocos eventos aterosclerosos, esto se debe a particularidades individua- les del HDL que le otorga mayor capacidad funcional, tanto antioxidante como para el transporte reverso de colesterol, tal es el caso de la variedad HDL Milano que se describió por primera vez en una población longeva de la ciudad de Milano, Italia, en que se identificó una mutación natural en la Apo A1 (componente principal de la HDL) que le otorga estas características, este des- cubrimiento ha llevado a sintetizar Apo A1 Milano para administrarlo por vía intravenosa para reducir el tamaño de la placa aterosclerosa con resultados prometedores. En otros casos, el HDL puede estar elevado y no ser fac- tor de protección, de ahí que medir las fracciones HDL2 y HDL3 o medir la capacidad funcional de las HDL para el transporte reverso de colesterol podría ser un mejor indicador del riesgo individual del paciente. Una vez modificadas, las lipoproteínas se convierten inmunológicamente en un cuerpo extraño, y favorece la generación de gran cantidad de diferentes citocinas (se conocen más de 100) que actúan como mensajeros de corto rango entre las células para regular la actividad in- flamatoria e inmunitaria;t sin embargo, altera la función endotelial, debilita la unión entre las células endoteliales y generan mensajes al endotelio para producir molécu- las de adhesión (ICAM, VCAM-1, selectina-E y selec- tina-P), lo que facilita la adhesión de linfocitos T y la penetración de monocitos que se convierten en macrófa- gos y capturan las LDL modificadas a través de recepto- res, principalmente los llamados carroñeros (scavengers). A los macrófagos, una vez cargados de lipoproteínas ricas en colesterol, se les llaman células espumosas por la gran cantidad de lípidos en su interior y que dan el aspecto de espuma. Los macrófagos pueden replicarse localmente influidos por el factor estimulante de colonias de ma- crófagos (M-CSF). Las citocinas generadas localmente hacen que células de músculoliso de la capa media de la arteria migren al sitio de la lesión, incluso pueden cap- turar lipoproteínas y almacenarlas (figura 32-1). Con los años la placa crece, los macrófagos, las células de múscu- lo liso y las células endoteliales mueren por necrosis o apoptosis, aparecen pequeños lagos de colesterol extra- celular, se acumula calcio y colágeno, y se desarrolla un proceso de angiogénesis a partir de los vasa vasorum de la adventicia de la arteria que favorece la aparición de hemorragias intraplaca y contribuye al crecimiento de la misma. La placa, una vez formada, tiene un centro lipí- dico y una cubierta llamada capa fibrosa, la cual puede ser de diferente grosor, algunas placas, por lo general las más recientes y con un núcleo lipídico mayor, tienen la capa más delgada y por eso mismo son más propensas a romperse, por lo que se les llama vulnerables. En estos casos la capa fibrosa tiene un grosor menor de 65 mi- cromilímetros y está infiltrada con macrófagos y células inflamatorias (figura 32-2). Cuando la placa se rompe o erosiona acuden plaquetas para tratar de sellar la lesión y se inicia la cascada de coagulación formando un trombo en el sitio de la rotura, lo que obstruye el vaso (figura 32-3). En ocasiones mecanismos fibrinolíticos y el óxi- do nítrico generado en el endotelio pueden evitar que el trombo crezca y ocluya la arteria, si la arteria no se ocluye, los coágulos pueden quedar incluidos en la placa. Los estudios de autopsia demuestran que en la mayoría de los casos de placas obstructivas existen restos de varias http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aterosclerosis 345 hemorragias intraplaca que contribuyeron al crecimiento de la misma y que pudieron cursar asintomáticas. En la actualidad se utiliza la clasificación de la Aso- ciación Americana del Corazón (AHA) para describir anatómicamente el tipo de lesión aterosclerosa. Las lesiones I a III son pequeñas y no obstructivas, aparecen en las primeras décadas de la vida y pueden ser reversibles en su totalidad al disminuir agresivamente los valores de colesterol sérico. Las lesiones IV a VIII no son completamente reversibles pero sí pueden modifi- car el contenido lipídico con fármacos que disminuyan el colesterol sérico, estas lesiones pueden llegar a obstruir la luz del vaso, pero aún pequeñas son capaces de frac- turarse ocasionando el desarrollo de un coágulo in situ y producir síntomas agudos. I. Lesión inicial: células espumosas aisladas. II. Estría grasa: múltiples células espumosas forman- do placas. III. Intermedia (pre-ateroma): células espumosas y acumulación de lípidos extracelulares aislados. IV. Ateroma: se identifican lesiones aún con capa del- gada semejante a la íntima normal, pero ya con centro lipídico evidente. V. Fibroateroma: la capa fibromuscular reemplaza a la íntima, hay centro lipídico, hematomas o trom- bos organizados en el interior de la placa, calcio, colágena y fibras de músculo liso. VI. Se agregan lesiones en la superficie de la placa, ul- ceración, fisuras, hematomas y trombosis. VII. Lesiones tipo VI en que predomina la calcificación. VIII. Lesiones tipo VI en que predomina el tejido fi- brótico. ALTERACIONES GENÉTICAS EN LA ATEROSCLEROSIS La inflamación en las lesiones ateroscleróticas y su es- trecha relación con el proceso mutagénico son sujetos de diversos estudios científicos. Hay evidencias que su- giere que las células de la placa aterosclerosa aumentan LDL modificadas Célula espumosa LDL que cruzan libremente el endotelio Monocitos que son atraídos y fijados por moléculas atrayentes y de adhesión y se transforman en macrófagos para depurar las LDL modificadas Rotura de la capa, exposición de lípidos, agegración plaquetaria y formación de coágulo Placa formada por células espumosas, colesterol en forma de gotas de grasa, calcio, colágena, células muertas, eritrocitos y células musculares lisas Células de músculo liso en la capa media y migración hacia la placa Figura 32-1. Células de músculo liso de la capa media de la arteria que migran al sitio de la lesión. Figura 32-2. Imagen esquemática de una placa vulnerable. El sitio de rotura o erosión habitualmente es en los hombros, donde la capa filosa es más delgada. Pared arterial Luz del vaso Hombro de la capa fibrosa Capa fibrosa delgada Células inflamatorias Núcleo lipídico grande Neo formación de vasos http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 346 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 32) el daño al DNA, en comparación con el tejido vascular sano. Otro aspecto que refuerza el concepto referente a un mayor daño al DNA en la aterosclerosis es la pre- sencia de micronúcleos en las células de la placa ateros- clerosa. Los micronúcleos se definen como fragmentos pequeños de DNA unidos a porciones de membrana presentes en el citoplasma celular, los cuales resultan de rompimientos de la doble hélice, o bien de cromosomas completos que no segregaron en forma eficiente. Estos micronúcleos constituyen un biomarcador indicativo tanto de alteraciones cromosómicas como de inestabi- lidad genómica, y su número se ha relacionado con la gravedad de la aterosclerosis en las arterias coronarias y las complicaciones, como muerte, infarto del miocardio y procedimientos de revascularización. Las células de la placa aterosclerosa presentan ines- tabilidad en el DNA microsatelital que se origina a partir de un proceso deficiente de reparación del DNA posre- plicativo, lo que conlleva a deleciones o inserciones en di- chas regiones. Un ejemplo lo constituyen las mutaciones identificadas en el receptor para el factor de crecimiento transformante β1 (TGF-β1). Este último, se considera un factor antiproliferativo de la placa aterosclerosa y se propone que las mutaciones en el microsatélite A10 del DNA de su receptor (TGFBR2) contribuyen a la forma- ción del ateroma. Los estudios realizados en ratones en los que se ha interrumpido la señalización de TGF-β1 muestran un mayor nivel de inflamación dentro de la pla- ca aterosclerosa, así como una disminución en la fibrosis; ambas características indicativas de una placa vulnerable. Se han identificado mutaciones en el DNA microsateli- tal tanto de células endoteliales como del músculo liso provenientes de ateroma aórtico. Los resultados obteni- dos muestran una relación entre alteraciones alélicas en loci específicos con el riesgo de desarrollar aterosclerosis. Los loci: 1p32-p31, 1q22-q25 y 6p21.3 incluyen la mo- lécula de adhesión de células vasculares 1 (VCAM-1), la selectina E (SELE), el gen expresado preferentemente en la aorta (APEG-1) y el factor inflamatorio de injerto alogénico (AIF-1), respectivamente. Los dos primeros se expresan en las células endoteliales a partir de la señali- zación generada por diversas citocinas y participan en la adhesión de los leucocitos a la pared vascular, mientras que APEG-1 está relacionado con la diferenciación de las células del músculo liso vascular. Se sabe que la edad avanzada representa en sí un factor de riesgo para el desarrollo de aterosclerosis. La se- nectud celular se refiere a un límite en la tasa de replica- ción de una célula. En las células vasculares, la senectud involucra una disminución en la producción de óxido ní- trico que provoca rigidez arterial, expresión de proteínas proinflamatorias y tumor-supresoras, así como reducción de los telómeros presentes en los cromosomas. Se ha de- mostrado que la presencia de mutaciones somáticas en la telomerasa (enzima transcriptasa reversa que sintetiza las secuencias repetitivas de los telómeros) conlleva senec- tud celular prematura a causa del acortamiento de los telómeros, y por tanto, al desarrollo de aterosclerosis.Diversos estudios, tanto clínicos como epidemio- lógicos, han demostrado una correlación inversa entre concentraciones altas de la lipoproteína plasmática de alta densidad o HDL, y un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Se sabe que las HDL retrasan la formación de las lesiones ateroscleróticas al remover el exceso de colesterol en las células y prevenir la disfunción endotelial. Estudios recientes han mostrado mutaciones en el gen que codifica para la lecitin-coleste- rol acetiltransferasa (LCAT), enzima que participa en la formación y maduración de las HDL y, por consiguiente, en el transporte reverso del colesterol intravascular. La deficiencia de LCAT genera un déficit en la esterifica- ción del colesterol plasmático y, por tanto, un transporte deficiente del mismo, lo que promueve el proceso de ate- rosclerosis. Más aún, existen reportes sobre alteraciones moleculares tanto en el gen para LCAT como en los que codifican para la apolipoproteína A1 y el cassette A1 de unión a ATP; estas mutaciones se transmiten en forma autosómica recesiva y llevan al desarrollo de un desorden metabólico poco común. Asimismo, cada vez hay mayor evidencia del papel que juegan diversos factores mitocondriales en la pato- génesis de la aterosclerosis, diversos estudios demuestran que los cambios tanto estructurales como alteraciones en la función o bien la presencia de mutaciones heteroplas- máticas (coexistencia de DNA mitocondrial mutado con DNA mitocondrial silvestre en un mismo tejido) en un individuo, tienen repercusión directa en el desarrollo de los diferentes mecanismos (estrés oxidativo, disfunción en el metabolismo de la glucosa y los lípidos, así como Figura 32-3. Obstrucción del vaso. Capa media Capa endotelial Núcleo lipídico Luz del vaso arterial Capa fibrosa delgada Plaquetas activadas Sitio de rotura de la capa exponiendo los lípidos Se forma el coágulo de fibrina sobre la agregación plaquetaria para tratar de sellar el sitio de rotura http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aterosclerosis 347 alteración en la homeostasis energética de la células) que resulta en aterosclerosis. Se sugiere que la gravedad de la enfermedad está directamente relacionada con la tasa de mutación mitocondrial dentro del tejido afectado. Más aún, se ha observado que las deleciones a larga escala en el DNA de las mitocondrias ejercen efecto más ne- gativo que las mutaciones puntuales. En la actualidad, las alteraciones moleculares en el DNA mitocondrial de las células endoteliales presentes en el tejido vascular se analizan como posibles marcadores tempranos que pue- den predecir estadísticamente el desarrollo de diferentes enfermedades cardiovasculares, incluida la aterosclerosis. MEDIDAS PREVENTIVAS EN LA ATEROSCLEROSIS El valor sérico de colesterol se eleva paulatinamente desde el nacimiento hasta los dos años de edad. In útero la cifra promedio es de 69 mg/dL, en el periodo neonatal, cuando se inicia la alimentación con leche puede aumentar su concentración hasta 115%. A partir de los dos años los valores se elevan lentamente hasta los 20 a 30 años de edad y se mantienen durante toda la vida con variaciones entre 10 y 20% de acuerdo al estilo de vida de la persona. Los lineamientos actuales para la prevención de la aterosclerosis indican que llevar un estilo de vida sano con dieta baja en grasas saturadas, azúcares refinados y sal, y rica en frutas y verduras, con las calorías adecuadas para mantener el índice de masa corporal en los adul- tos por debajo de 25, aunado a actividad física regular y abstención total del tabaco, sería la conducta con mejor costo/beneficio para retrasar la evolución de la enferme- dad. Esta conducta debe ser desde edades tempranas de la vida, ya que como se ha visto, la aterosclerosis se inicia en esta edad e inevitablemente acompaña al ser huma- no durante toda la vida. Iniciar los cambios del estilo de vida o tratamiento farmacológico cuando ya existen evi- dencias de lesiones y daño establecido es menos efec- tivo y sólo ayuda a retrasar las complicaciones de la en- fermedad. Varios trastornos lipídicos pueden manifestar ate- rosclerosis prematura, principalmente aquellos que se relacionan con elevación del C-LDL o disminución del C-HDL. Algunas formas hereditarias se pueden recono- cer desde la infancia y otras se manifiestan en la edad adulta, estas enfermedades consideradas como dislipide- mias se tratan con amplitud en otro capítulo de este libro. Una vez establecida la aterosclerosis, el tratamien- to está encaminado a retrasar su evolución y prevenir complicaciones. Los lineamientos se basan principal- mente en la disminución de los valores de C-LDL sin importar que se encuentren en concentraciones consi- deradas como “normales” o incluso por debajo de éstas. Cuando la persona no tiene factores de riesgo importan- tes o evidencia de enfermedad aterosclerosa, el manejo preventivo es con un estilo de vida sano y sólo cuando están elevadas las cifras de colesterol podría indicarse medicamentos. Cuando existen factores que aumentan el riesgo para enfermedad aterosclerosa o bien hay evi- dencia del padecimiento deben usarse fármacos que ba- jen significativamente los valores de colesterol, aún en cifras “normales”. Los medicamentos de primera elección son las estatinas por ser las más potentes para bajar el C-LDL y además han demostrado en diferentes estudios su efectividad para reducir el tamaño de la placa y los eventos cardiovasculares. Desde el punto de vista clínico se debe conocer la potencia del medicamento para re- ducir C-LDL y así elegir el adecuado. Las estatinas son más potentes y, por lo tanto, las usadas en prevención secundaria, pues reducen los valores de C-LDL entre 40 y 60%, son rosuvastatina y atorvastatina, otras estatinas de menor potencia que disminuyen el C-LDL entre 30 y 40% se usan principalmente en prevención primaria o circunstancias en que las estatinas potentes pueden pro- ducir efectos secundarios, como en los pacientes mayores de 75 años de edad o con disminución de la función re- nal, es el caso de la pitavastatina, simvastatina y pravas- tatina. El manejo farmacológico de los triglicéridos o el C-HDL se considera como una meta secundaria una vez que se llega a la meta de C-LDL, ya que si bien los estu- dios han mostrado el claro beneficio al bajar el C-LDL, no se han encontrado suficientes evidencias de beneficios cuando el tratamiento se enfoca primariamente a bajar los triglicéridos o subir HDL. Los fibratos se usan prima- riamente en personas con cifras de triglicéridos mayo- res a 500 mg por riesgo de pancreatitis o bien agregados a estatinas en pacientes de alto riesgo cuando después de usar dosis óptimas de estatinas persisten valores muy elevados de triglicéridos. El uso sólo de fibratos puede disminuir los eventos cardiovasculares en relación con la reducción de los valores de C-LDL; sin embargo, lo hacen en menor medida que las estatinas, pues tienen menor potencia para bajar el C-LDL, de ahí que su uso como fármaco hipolipemiante único sea la excepción. Se ha postulado que en los pacientes diabéticos por cursar generalmente con triglicéridos elevados podría ser un medicamento útil para prevenir eventos aterosclerosos, esta hipótesis se planteó en el estudio FIELD, en el cual se usó fenofibrato en pacientes diabéticos con dislipide- mia, ya fuera que estuvieran tomando estatinas o no, y no se encontraron diferencias estadísticas al compararlo con placebo en el punto final primario, aunque hubo una pequeña reducción en infarto no mortal. En el estudio ACCORD en una población diabética de alto riesgo que estaba en tratamiento con una estatina (simvastatina) se agregó fenofibrato, al final del estudio no hubo diferencia significativa entre los dos grupos, aunque en un análisisposterior se encontró beneficio en aquellos pacientes que mantenían triglicéridos > 204 mg/dL y C-HDL < de 34 mg/dL a pesar de tomar simvastatina. En cuanto a la niacina, un medicamento que princi- palmente disminuye triglicéridos, aumenta el C-HDL y disminuye levemente el C-LDL, se usaba poco por los efectos adversos a la vasodilatación secundaria que el medicamento produce y dejó de comercializarse desde que se publicó en 2011 el estudio AIM-HIGH, en que se comparó el uso de estatinas sola y la combinación de es- tatina-niacina, el estudio se suspendió en fase temprana http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 348 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 32) por exceso de enfermedad cerebrovascular en el grupo de la combinación. Cuando se duplica la dosis de estatinas para llegar a las metas deseadas, sólo tiene la capacidad de incre- mentar alrededor de 6 a 7% la disminución del C-LDL, de tal forma que una estrategia para aumentar el efec- to de la estatina es agregar un inhibidor de la absorción intestinal de colesterol llamado ezetimibe, que aumenta entre 15 y 20% la reducción del C-LDL, sin embargo, aunque comercializado desde hace varios años solo y aso- ciado a estatina, había sido cuestionado en cuanto a su capacidad para la reducción de eventos cardiovasculares comparado con la estatina sola, pero recientemente se presentaron los resultados del estudio IMPROVE-IT en el que se compara la combinación de ezetimibe asociado a una estatina (simvastatina) contra simvastatina sola en pacientes posinfarto del miocardio con C-LDL menor de 125 mg/dL, al final del estudio que duró nueve años, la combinación logró un C-LDL promedio de 53.7 mg/dL contra 69.5 mg/dL en los pacientes que sólo tomaron estatina, observándose reducción significativa de nuevos casos de infarto del miocardio y enfermedad cerebro- vascular isquémica, apoyando el concepto de que lograr cifras muy bajas de C-LDL con medicamentos se tra- duce en menores eventos cardiovasculares y que ezeti- mibe utilizado para aumentar la potencia de la estatina puede ofrecer en ciertos pacientes más beneficio que la estatina sola. Las estatinas disminuyen la síntesis intracelular de colesterol inhibiendo la enzima hidroxi- metil-gluta- ril-coenzima-A-reductasa, la cual cataliza la reacción para formar colesterol a partir del mevalonato, las más potentes pueden reducir los valores de C-LDL hasta en 60%, los triglicéridos en 15 a 20% y elevar el C-HDL entre 10 y 15%, son en general bien tolerados, están con- traindicados en mujeres embarazadas y debe vigilarse la posibilidad de que produzcan alteraciones musculares, principalmente cuando se usan dosis altas o se mezclan con otros medicamentos, como fibratos y antimicóticos, también se relacionan con un pequeño incremento en casos nuevos de diabetes, sin que esto contraindique su uso en personas con riesgo de diabetes, ya que el bene- ficio en prevención cardiovascular es muy superior. Los efectos secundarios rara vez son graves, aunque deben vigilarse, si se sospecha daño muscular deben medirse los valores séricos de creatina-fosfocinasa (CPK). La decisión de usar estatinas para disminuir la ate- rosclerosis se basa en el riesgo individual del paciente para cursar con eventos cardiovasculares secundarios a aterosclerosis, el enfoque es la reducción del colesterol aunque el paciente no tenga alteraciones en sus concen- traciones séricas (dislipidemias), ya que si se enfoca sólo a los pacientes con dislipidemias se dejarían a muchos enfermos sin el beneficio del tratamiento, ya que se sabe que las personas con aterosclerosis con frecuencia tienen valores de lípidos en cifras óptimas que por sí mismos no calificarían para tratamiento. Las recomendaciones pu- blicadas más recientemente están avaladas por el Colegio Americano de Cardiología (ACC) y la Asociación Ame- ricana del Corazón (AHA) y se conocen como “Guías para el tratamiento del colesterol sérico para reducir el riesgo cardiovascular ateroscleroso en adultos”. Estas guías proponen usar estatinas potentes (atorvastatina 80 mg o rosuvastatina 20 a 40 mg) en todos los adultos en- tre 40 y 75 años de edad con C-LDL mayor de 70 mg/ dL si ya tuvieron algún evento ateroscleroso o son de alto riesgo. Se señalan también algunas sugerencias para reducir las dosis, cómo es que el C-LDL llegue a menos de 40 mg/dL en personas de edad avanzada o que tengan efectos secundarios con dosis altas. Estas guías son para personas entre 40 y 75 años con base en los estudios que los autores revisaron; sin embargo, aunque no hay estu- dios enfocados exclusivamente a personas mayores, nada indica que ellos no puedan beneficiarse con el tratamien- to si su riesgo individual lo justifica. La Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Europea de Aterosclerosis proponen un manejo con- ceptual semejante para los pacientes con aterosclerosis clínica o de muy alto riesgo, indican que deben usarse los medicamentos necesarios para llegar a una meta de C-LDL menor de 70 mg/dL o al menos reducir en 50% del valor basal de C-LDL sin fijar límites de edad. La meta de C-LDL menor de 70 mg/dL o, al menos reduc- ción de 50% del valor inicial, están basados en estudios que demuestran que a partir de esas cifras se logra mayor reducción de la placa aterosclerosa. En personas con hipercolesterolemia primaria ma- yores de 21 años de edad con C-LDL > 190 mg/dL am- bas guías están de acuerdo en usar estatinas potentes, ya que estos pacientes pueden tener eventos aterosclerosos antes de los 40 años de edad y entran en el grupo de dislipidemias. La principal discrepancia entre las guías americanas y las europeas está en el método para calificar el riesgo que indiquen estatinas en prevención primaria. Las guías americanas proponen un nuevo método denominado riesgo ASCVD (del inglés, atherosclerotic cardiovascular disease) que calcula en 10 años la posibilidad de muerte cardiovascular, infarto no mortal y enfermedad cerebro- vascular mortal y no mortal en personas sin datos clínicos de enfermedad aterosclerosa (prevención primaria), si el riesgo para eventos aterosclerosos es mayor de 7.5% en 10 años y el C-LDL es mayor de 70 mg/dL se indica usar estatinas, esto tiene la ventaja de que muchos pacientes con enfermedad aterosclerosa no detectada y con co- lesterol normal pueden beneficiarse con el tratamiento, pero por otro lado puede sobreestimar el riesgo y usar el medicamento en personas en quien no hay evidencias de beneficio, por ejemplo; con este método para calcular el riesgo todas las personas mayores de 65 años aún con parámetros óptimos de factores de riesgo califican para uso de estatinas, esto aumenta en forma muy importante el universo de personas que teóricamente deben tomar el medicamento, lo que incrementa la carga económica de los servicios de salud sin evidencias sólidas de beneficio. La guía europea aconseja tratamiento en preven- ción primaria sólo cuando los pacientes tienen cifras de C-LDL no óptimas y el riesgo del paciente lo justifica. El método para calcular el riesgo que proponen es el deno- minado SCORE (por sus siglas en inglés, Systematic Coro- http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aterosclerosis 349 nary Risk Evaluation), que se basa en población europea, señala el riesgo para muerte cardiovascular en 10 años y tiene fórmulas para poblaciones de bajo y alto riesgo, por lo que puede adecuarse con más facilidad a diferentes países. Para indicar hipolipemiantes debe relacionarse el riesgo individual con los valores de C-LDL, tomando en cuenta que la concentración de colesterol per se es el fac- tor de riesgo a modificar, de tal forma que, si bien, la edad es un factor que influyeen el riesgo sólo se indican medi- camentos si el C-LDL está por arriba de ciertas cifras de acuerdo a su riesgo individual, el valor más bajo en que se indican estatinas en prevención primaria y sólo para los pacientes de muy alto riesgo es de 100 mg/dL o más, mientras que la guía americana marca 70 mg/dL o más. Las principales diferencias entre las guías ameri- canas y las europeas se muestran en el cuadro 32-1. Las tablas para el cálculo de riesgo SCORE pue- den obtenerse en la página web http://www.escardio. org/communities/EACPR/toolbox/health-professionals/ Pages/SCORE-Risk-Charts.aspx, y las del riesgo ASC- VD la página web http://tools.cardiosource.org/ASC- VD-Risk-Estimator En conclusión, en los pacientes de alto riesgo o que ya han tenido un evento ateroscleroso los valores de C-LDL deben bajarse a menos de 70 mg/dL, y es posible que en el futuro puedan ser menores a 60 mg/dL, el tra- tamiento debe mantenerse durante toda la vida y en caso de no obtenerse las metas deseadas puede agregarse otro hipolipemiante, en este momento se tienen evidencias positivas sólo para ezetimibe. En prevención primaria la indicación se debe basar en el riesgo individual del paciente y probablemente en los valores de C-LDL. Para tomar la decisión el médico debe estar familiarizado con los métodos para calcular el riesgo y discutirlo con el paciente con base en el costo, los posibles efectos secundarios y el beneficio que puede obtenerse a largo plazo. MANIFESTACIONES CLÍNICAS La aterosclerosis puede permanecer asintomática duran- te muchas décadas, los síntomas se presentan cuando el padecimiento está avanzado y los más frecuentes están en relación con la enfermedad coronaria (angina de pe- cho, infarto del miocardio) enfermedad arteria-cerebral (isquemia cerebral transitoria, trombosis cerebral) y arte- rias iliacas y femorales (claudicación intermitente), desa- fortunadamente en muchas ocasiones el primer síntoma puede ser un evento grave, como infarto del miocardio, infarto cerebral o muerte súbita, por lo que el manejo de factores de riesgo en población asintomática es lo más importante para prevenir las secuelas de la enfermedad. La consecuencia más grave de la aterosclerosis coronaria es el infarto del miocardio que tiene alta mortalidad y, en el mejor de los casos, el paciente queda con limita- ciones físicas, con alto riesgo de un nuevos eventos y con tratamiento farmacológico intensivo de por vida. Se con- sidera que alrededor de 50% de los pacientes que sufren infarto del miocardio mueren rápidamente sin atención hospitalaria, en la mayoría de los casos la muerte se debe a taquiarritmias ventriculares (taquicardia o fibrilación ventricular), 80% de las muertes súbitas de origen cardia- co se deben a cardiopatía isquémica por aterosclerosis. En EUA se calcula alrededor de 300 000 muertes súbitas anuales fuera de un hospital, muchas recuperables con atención inmediata, por eso es tan importante la preven- ción y los programas de desfibriladores externos en luga- Cuadro 32-1. Comparación entre las guías de la Sociedad Europea de Cardiología y las del Colegio Americano de Cardiología/Asociación Americana del Corazón en las recomendaciones para reducir el colesterol como estrategia en el tratamiento de la aterosclerosis Categoría de riesgo Guía europea 2011 Cifra de C-LDL mg/dL para iniciar tratamiento con estatinas y meta AHA/ACC 2013 Cifra de C-LDL mg/dL para iniciar tratamiento con es- tatinas Prevención secundaria Inicio > 70 mg meta < 70 Inicio ≥70 Estatinas dosis altas sin meta Alto prevención primaria Riesgo 5 a < 10% Inicio > 100 meta < de 100 Riesgo > 7.5% y diabetes Inicio > 70 estatina potencia alta sin meta Moderado prevención primaria Riesgo 1 a < 5% Inicio > 100 si no hay control con dieta con meta < 100 Todos los diabéticos independiente del riesgo Inicio C-LDL > 70 Estatinas potencia media sin meta Bajo prevención primaria Riesgo < 1% Inicio > 190 si no hay control con dieta con meta < 160 Riesgo > 7.5% Inicio C-LDL > 70 Estatinas potencia media sin meta En la guía europea se utiliza para calcular el riesgo el método SCORE que predice muerte cardiovascular en 10 años e indica el tratamiento sin precisar el tipo de estatina en adultos de acuerdo al nivel de C-LDL y el riesgo individual. La guía de la Asociación Americana del Corazón (AHA) y el Colegio Americano de Cardiología (ACC) utilizan la tabla de riesgo ASCVD que predice riesgo de eventos de aterosclerosis coronarios, cerebrales, y vasculares en 10 años e indica tratamiento con estatinas si el riesgo es > de 7.5% en todas las personas entre 40 y 75 años con C-LDL > 70 mg/dL, de acuerdo al riesgo se indica estatina de alta potencia o de potencia media. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 350 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 32) res públicos, ya que un choque eléctrico es la única ma- nera de revertir la arritmia a ritmo normal. En el primer minuto del evento la posibilidad de reversión es superior a 90%; sin embargo a los 10 min la posibilidad de recu- peración es menor a 10%, y los que llegan a sobrevivir quedan con secuelas graves derivadas de la hipoxia y falta de circulación sanguínea. Se puede calcular la posibilidad de que una persona tenga lesiones aterosclerosas significativas asintomáticas con base en la suma de sus factores de riesgo, incluso en edades tempranas. El estudio PDAY determinó el por- centaje de lesiones aterosclerosas grado IV o V en la arte- ria descendente anterior en personas menores de 35 años de edad muertas por accidentes. Desde los 15 años se encontraron algunas lesiones y ya entre 20 y 35 años de edad aparecían en 20% de los hombres y 8% de las mu- jeres, pudiendo calcularse la posibilidad de presentarlas de acuerdo con sus factores de riesgo, el principal factor en esta edad para la manifestación de la enfermedad es el tabaquismo, principalmente en las mujeres. La detec- ción y tratamiento de estos factores puede modificar la evolución de la enfermedad, pero debe abarcarlos todos y mantenerlos con control por toda la vida, poco bene- ficio se obtiene si se administra un medicamento para disminuir el colesterol sólo por unos meses o años, o bien si únicamente se trata la hipertensión o la dislipidemia y el paciente continúa fumando. En el caso del infarto del miocardio, que es la causa de muerte más frectuente atribuible a aterosclerosis, el cuadro clínico depende del grado y el tiempo de obstruc- ción de la arteria coronaria. Cuando una placa se ero- siona o se rompe, se forma un coágulo, inicialmente su principal componente son las plaquetas, si éste no ocluye completamente la arteria o la ocluye unos minutos, no se produce en el electrocardiograma elevación del segmen- to ST (signo de lesión subepicardica) permanente, ni ne- crosis identificable por medio de onda Q anormal (figura 32-4), y se le llama infarto del miocardio sin elevación ST (antes llamado no Q), se diagnostica por dolor en el pecho, alteraciones cambiantes en el electrocardiograma I aVR V1 V4 II aVL Elevación del segmento ST V2 V5 III aVF V3 V6 I aVR V1 V4 II aVL V2 V5 III aVF V3 V6 Sin elevación del segmento ST A B Figura 32-4. A) Infarto agudo del miocardio con elevación de ST correspondiente a una obstrucción total aguda de una arteria coronaria. B) Infarto agudo del miocardio sin elevación de ST, generalmente no queda onda Q de necrosis y corresponde a una obstrucción parcial de la arteria coronaria o microinfarto por embolia intracoronaria. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Aterosclerosis 351 y elevación de enzimas marcadoras de necrosis muscu- lar (troponina y creatina-fosfocinasa), o ambas. En estoscasos es urgente establecer tratamiento con mezcla de antiadhesivos plaquetarios potentes (clopidogrel, prasu- gel o ticagrelor, más ácido acetilsalicílico e inhibidores de la glucoproteína IIb IIIa), todo esto con el fin de evitar que progrese el coágulo, ya que en estos casos la adhesión y agregación plaquetaria es el principal mecanismo para que evolucione el coágulo. En los pacientes inestables o catalogados de alto riesgo, además es necesario prac- ticarles cateterismo cardiaco con fines diagnóstico-tera- péuticos. Cuando la obstrucción de la arteria es completa se le llama infarto del miocardio con elevación ST (figura 32-4), es fácil de reconocer ya que la imagen electro- cardiográfica es típica y mayor la elevación de enzimas. En este caso el tratamiento está encaminado a abrir rá- pidamente la arteria, dado que el principal componente en estos casos es la fibrina, se deben administrar fibrino- líticos (estreptocinasa o activador tisular del plasminó- geno), o bien, realizar angioplastía primaria llevando al paciente lo más pronto posible a una sala de hemodiná- mica para realizar cateterismo y tratar de abrir la arteria ocluida con un catéter balón y si es necesario colocar un dispositivo metálico en forma de espiral denominado endoprótesis, que pueden tener adheridos fármacos que inhiben la proliferación celular, lo cual ayuda a mantener abierta la arteria con mayor posibilidad. Si se logra abrir la arteria en la primera hora de iniciado el infarto, ya sea con fibrinólisis o con angioplastía, el pronóstico es bueno, si pasan más de 6 h, aunque se logre abrir la arteria el beneficio es mínimo y el pronóstico depende de la ar- teria afectada y la extensión del daño miocárdico, estos pacientes deben recibir estatinas y antiadhesivos plaque- tarios de por vida, ya que el procedimiento disminuye el riesgo inmediato de infarto pero no influye en la evolu- ción de la aterosclerosis, la cual siempre es progresiva lo que hace que con el tiempo la arteria vuelva a ocluirse, o bien, otras arterias afectadas. En pacientes con sospecha de aterosclerosis signifi- cativa, aunque no tengan un cuadro agudo, pueden rea- lizarse estudios radiológicos con medio de contraste que permitan identificar la lesión y tratarla antes de que se presente un evento agudo. El estudio considerado más específico es la angiografía coronaria, un método invasi- vo pues deben canalizarse las arterias coronarias a través de la arteria femoral o radial, si el diagnóstico se com- prueba, en el mismo proceso se realiza la dilatación de la arteria (angioplastía), este procedimiento se indica cuando ya se realizaron otros métodos no invasivos para demostrar isquemia miocárdica (prueba de esfuerzo, me- dicina nuclear, eco estrés) y se tiene cierta seguridad de que existe una lesión obstructiva significativa. En caso de que existan dudas diagnósticas y no se desee llegar a la angiografía coronaria, puede realizarse angiotomo- grafía computarizada con tomógrafo helicoidal multi- corte, idealmente de 128 canales o más, realizado por un operador entrenado; tiene la ventaja de que sólo se utiliza una inyección intravenosa de material de contras- te aproximadamente de 70 mL, obteniéndose imágenes adecuadas para el diagnóstico, permite visualizar la luz y la pared del vaso y cuantificar la cantidad de calcio co- ronario; tiene un importante valor pronóstico (figura 32- 5). Aunque este estudio es poco invasivo, el paciente está expuesto a radiación, por lo que debe estar bien indicado y repetirlo sólo en casos excepcionales. En caso de que el infarto del miocardio sea extenso y derive en dilatación ventricular e insuficiencia cardiaca sistólica es importan- te la evaluación del paciente y la necesidad de colocar un desfibrilador automático implantable (DAI), que es un A B Figura 32-5. A) Angiotomografía flash 256. Arterias coronarias con bordes irregulares, se aprecia una lesión importante que ocluye el 80% de la luz del vaso. B) Angiotomografía flash 256. La misma proyección se aprecia en la arteria coronaria izquierda y sus ramas normales. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 352 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 32) marcapaso con funciones adicionales que permiten iden- tificar taquiarritmias ventriculares y entregar un choque eléctrico para revertir a ritmo normal. Según los criterios del estudio MADIT-II, si el paciente tiene fracción de expulsión ventricular izquierda de 30% o menor y ante- cedentes de cardiopatía isquémica requiere la colocación de un DAI, ya que el número de pacientes a tratar para salvar una vida es de 17 en 2 años y 6 pacientes en 8 años. EL FUTURO La enfermedad aterosclerosa es un padecimiento com- plejo con muchos componentes, que acompaña al ser humano durante toda su vida con diferentes formas in- dividuales de expresión, por lo tanto, existen diversas líneas de investigación para encontrar nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos, lo más prometedor a corto plazo está encaminado en tres campos: a) Mejoría de los métodos diagnósticos no invasivos En imagen lo más prometedor son técnicas que emitan menor radiación que la tomografía axial computarizada, como es la resonancia magnética nuclear de alta reso- lución, tomografía por emisión de positrones (PET) y tomografía por emisión de fotones únicos (SPECT) con técnicas de imagen molecular. En marcadores bioquí- micos se están estudiando varios, como fosfolipasa A2 asociada a lipoproteína (Lp-PLA2), la cual es secretada principalmente por macrófagos/monocitos, células ce- badas y linfocitos T. Esta enzima favorece la oxidación de las LDL, tiene propiedades inflamatorias y atrayentes de monocitos y su elevación se ha relacionado con in- cremento de eventos coronarios en varios estudios, re- cientemente fue aprobada por la Administración de Ali- mentos y Medicamentos de EUA (FDA) para uso clínico como marcador de riesgo principalmente en mujeres y afroamericanos. De los muchos marcadores en estudio destacan la determinación de moléculas de adhesión, interleucina 6, MCP-1 (monocyte chemoattractant pro- tein-1) y metaloproteinasas. b) Nuevos fármacos para modificar los lípidos El mipomersen es un oligonucleótido que específica- mente altera al mRNA para la síntesis de apoB-100, lo que disminuye significativamente los valores de C-LDL, no tiene estudios que avalen reducción de eventos clíni- cos, es de alto costo y tiene diversos efectos secundarios principalmente hepáticos, por lo que sólo está autoriza- do para administrarse a pacientes con hipercolesterole- mia familiar homocigota. Un medicamento muy prometedor que en los estu- dios publicados parece ser muy efectivo y seguro para re- ducir el C-LDL y que se espera que pronto esté disponi- ble en el mercado, es un anticuerpo monoclonal contra la PCSK9 (del inglés, proprotein convertasa ubtilisin/Kexin tipo 9), que es una serin proteasa producida principal- mente en el hígado que al unirse al receptor de las LDL facilita su degradación, de tal forma que al inhibirla hay más receptores disponibles y se logra reducciones impor- tantes del C-LDL. Los estudios muestran que agregado a una estatina logra incrementos adicionales al de la es- tatina en alrededor de 60%. Por el momento, los estudios publicados están limitados a pacientes con hipercoleste- rolemia familiar o aquellos con alto riesgo que no están en metas con dosis altas de estatinas. Los fármacos inhibidores de CETP (del inglés, coles- teril ester transfer protein) pueden elevar los valores de HDL hasta en 80%. Los que se han estudiado son dalce- trapib, anacetrapib, torcetrapib y evacetrapid, aunque si bien han demostrado su eficacia para elevar C-HDL, no han probado que disminuyan los eventos clínicos y que sean seguras, por lo que aún no se han autorizado. Otra alterativa que ha mostrado elevar HDL y re-ducir la placa aterosclerosa es la infusión intravenosa de Apo A1 Milano y HDL reconstituida, los estudios publi- cados hasta la fecha muestran que en unas cuantas se- manas se reduce la placa en pacientes con enfermedad coronaria evaluados con ultrasonido intracoronario; sin embargo, estos medicamentos aún están en estudio y no han sido aprobados. Otros fármacos en estudio, principalmente para hi- percolesterolemias familiares graves, incluyen inhibidores de MTP (por sus siglas en inglés, microsomal transfer pro- tein) y miméticos de hormona tiroidea con selectividad hepática. c) Intervenciones para inhibir el proceso inflamatorio Se han probado experimentalmente en animales con cierto éxito fármacos para inhibir citocinas proinflama- torias buscando inhibir la adhesión de monocitos y la modificación de las lipoproteínas, los estudios en huma- nos no han tenido éxito, aunque aún hay investigaciones en este campo. Se ha documentado la disminución de eventos cardiovasculares en pacientes con artritis reuma- toide que reciben inhibidores del FNTa. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición Sección VI. Síndrome metabólico 32. Aterosclerosis booksmedicos.org Botón1: