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trastorno disocial

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Trastorno disocial 
 
Pintor, N. 
 
Junto con el trastorno negativista desafiante, son los trastornos predominantes entre los 
jóvenes atendidos en clínicas y hospitales mentales. 
 
¿Qué es el Trastorno disocial (TD)? 
El trastorno disocial es una conducta repetitiva y persistente en la que los derechos 
básicos de los demás y las normas y reglas básicas de la sociedad se infringen. 
 
¿Cuáles son los criterios para su diagnóstico? 
Los criterios diagnósticos según el DSM-IV son los siguientes (resultando casi idénticos a 
los de la CIE-10): 
 
A – Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos 
básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad, 
manifestándose por la presencia de tres o más de los siguientes criterios durante los 
últimos 12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6 meses: 
Agresión a personas o animales 
(1) a menudo fanfarronea, amenaza o intimida a otros. 
(2) a menudo inicia peleas físicas. 
(3) ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras personas 
(4) ha manifestado crueldad física con personas 
(5) ha manifestado crueldad física con los animales 
(6) ha robado enfrentándose a la víctima (ataque con violencia, arrebatar bolsos, 
extorsión, robo a mano armada) 
(7) ha forzado a alguien a una actividad sexual. 
Destrucción de la propiedad 
(8) ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar daño graves 
(9) ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas (distinto de provocar 
incendios) 
Fraudulencia o robo 
(10) ha violentado el hogar, la casa o el automóvil de una persona 
 
 
 
 
 
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(11) a menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar obligaciones 
(tima a otros) 
(12) ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la víctima (robos en 
tiendas, pero sin allanamientos, falsificaciones, etc.) 
 
Violaciones graves de normas 
(13) a menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de las prohibiciones 
paternas, iniciando este comportamiento antes de los 13 años de edad 
(14) se ha escapado de casa durante la noche por lo menos dos veces, viviendo 
en la casa de sus padres o en un hogar sustituto ( o sólo una vez sin regresar 
durante un largo periodo de tiempo) 
(15) suele hacer novillos en la escuela iniciando esta práctica antes de los 13 
años de edad. 
 
B – El trastorno disocial provoca deterioro clínicamente significativo de la actividad social, 
académica o laboral. 
C – Si el individuo tiene 18 años o más, no cumple los criterios de Trastorno antisocial de 
la personalidad 
 
¿Qué tipos de trastorno disocial existen según la edad de inicio? 
Según la edad de inicio del trastorno hay dos tipos: 
- el tipo de inicio infantil, en el que se inician al menos una de las características del 
criterio de TD antes de los 10 años. 
- el tipo de inicio adolescente, en el que hay ausencia de cualquier característica del 
criterio antes de los 10 años de edad. 
 
¿Qué tipos existen según la gravedad del trastorno? 
- Leve: pocos o ningún problema de comportamiento exceden de los requeridos para 
establecer el diagnóstico y sólo causan daños mínimos a otros. 
- Moderado: el número de problemas de comportamiento y su efecto sobre otras 
personas son intermedios entre leves y graves. 
- Grave: varios problemas de comportamiento exceden los requeridos para establecer 
el diagnóstico o causan daños considerables a otros. 
 
¿Qué tipos de comportamiento existen en el TD? 
 
 
 
 
 
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Los comportamientos abiertos llevan desde la agresión menor hasta la lucha física y la 
violencia. Los comportamientos encubiertos, que aparecen antes de los 15 años de 
edad, van desde conductas reactivas, hurtos, fraudes, hasta el daño a la propiedad 
(incendios, vandalismo), y luego a formas más serias de delincuencia en los que no hay 
confrontación. Estos últimos son más característicos de las chicas diagnosticadas de TD. 
Finalmente, existen los comportamientos de conflicto con la autoridad, que aparecen 
antes de los 12 años y que van desde un comportamiento testarudo, hasta la provocación 
y desafío a la autoridad. 
 
¿Cuál es la prevalencia? 
Es uno de los trastornos más diagnosticados en los centros de salud mental tanto en 
régimen ambulatorio como hospitalario. Parece que ha incrementado en las últimas 
décadas, siendo más elevada en zonas urbanas que rurales. Las tasas varían 
dependiendo de la población estudiada y la metodología de análisis. En varones menores 
de 18 años de edad oscila entre el 6 y el 16%, mientras que en chicas es entre el 2 y el 
9%. También se han obtenido datos en los que la prevalencia en la población general se 
estima entre el 1,5% y el 3,4% si se utiliza la entrevista como método de detección. 
 
¿Cuál es la diferencia entre sexos? 
La proporción sería de 5:1 y de 3,2:1, dependiendo del nivel de edad estudiado. Tras 
distintos estudios, se ha llegado a las siguientes conclusiones: 
- Los chicos están más afectados en todas las edades, sin embargo, conforme 
maduran, la diferencia entre los chicos y las chicas se reduce. 
- A pesar del menor predominio del comportamiento disruptivo en chicas que en 
chicos, en cuanto esta conducta aparece en chicas se mantiene por lo menos tan 
estable en el tiempo como en los chicos. 
- En chicas el TD está asociado a varias consecuencias negativas como el Trastorno 
antisocial de la personalidad, embarazos precoces, etc. Las chicas con TD tienden 
a buscar chicos con TD, lo cual aumenta el riesgo de padecer el trastorno en los 
hijos. 
- Las chicas suelen destacar por violencia no agresiva o encubierta, como robo en 
tiendas o fraude. 
- Las diferencias entre sexos en referencia a comportamientos disruptivos no 
aparecen hasta la edad de 6 años, cuando empiezan a destacar más los chicos por 
este tipo de comportamiento. 
- Hay ciertos indicios de que la diferencia entre sexos ha disminuido en los últimos 
años, con un aumento de la delincuencia en chicas y la aparición de bandas 
femeninas. 
- Se necesitan más estudios para llegar a conclusiones más concretas. 
 
 
 
 
 
 
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¿Y según el nivel económico? 
Tanto el Trastorno disocial como el trastorno negativista desafiante se presentan con más 
frecuencia en familias de bajo nivel socioeconómico. El TD y la delincuencia son más 
comunes en un barrio con alto índice de criminalidad y desorganización social. De todos 
modos, no hay mucha documentación respecto a esto. En cuanto a las etnias no ha 
habido suficientes estudios. 
 
¿Hay diferencias según la edad? 
Algunos estudios sugieren que el predominio de TD tiende a aumentar desde la mitad de 
la infancia hasta la adolescencia. Por el contrario, otros estudios no han encontrado 
diferencias. Hay consenso en cuanto a que hay un aumento desde la infancia hasta la 
adolescencia del predominio de comportamientos no agresivos como hurtos, allanamiento 
de morada o fraude. Es decir, van creciendo los comportamientos de tipo encubierto, 
mientras que los agresivos o abiertos van disminuyendo durante el mismo periodo. 
 
¿Cómo cursa el trastorno disocial? 
Su curso es variable. En una mayoría de individuos, el trastorno remite en la edad adulta. 
Aunque una proporción importante de sujetos sigue manifestando los comportamientos 
que cumplen los criterios para el diagnóstico del trastorno antisocial de la personalidad. 
 
¿Cuál es la edad de inicio? 
El inicio del trastorno disocial puede producirse hacia los 5-6 años de edad, pero 
normalmente, se observa al final de la infancia o al inicio de la adolescencia. Es muy 
extraño que se inicie después de los 16 años de edad. 
 
¿Qué características presenta? 
Pueden tener escasa empatía y poca preocupación por los sentimientos, los deseos y el 
bienestar de los otros. Sobre todo en situaciones ambiguas, los sujetos con este trastorno 
tienden a percibir mal las intenciones de los otros, interpretándolas como hostiles o 
amenazantescuando no lo son, a lo que responden, según ellos justificadamente, de 
forma agresiva. Pueden ser insensibles, carecer de sentimientos apropiados de culpa o 
remordimientos. Si lo manifiestan puede ser por el interés de evitar el castigo. Es probable 
que acusen a otros de sus propias trastadas. Aunque muestren una imagen de “duros” su 
autoestima es baja, tienen escasa tolerancia a la frustración, irritabilidad, rabietas y son 
imprudentes (los índices de accidentes son más elevados que en población normal). Se 
suele asociar a sexualidad temprana, abuso de sustancias, tabaco y alcohol, y a cometer 
actos temerarios y peligrosos. Todo ello puede tener como consecuencias expulsiones 
escolares, problemas laborales, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión 
sexual, problemas legales, etc. Las acciones suicidas, tentativas de suicidio y suicidios 
consumados son más de los que se podría esperar. El nivel intelectual suele ser inferior al 
promedio. 
 
 
 
 
 
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¿Cuál es el pronóstico? 
Muchos sujetos con trastorno disocial, sobre todo, los de inicio adolescente y con 
síntomas leves y escasos, alcanzan en la vida adulta una adaptación social y laboral 
adecuada. Cuando el inicio es temprano, el pronóstico es peor, está más relacionado con 
el comportamiento agresivo y hay más riesgo de sufrir en la vida adulta un trastorno 
antisocial de la personalidad, trastornos por abuso de sustancias y psicopatía. La 
psicopatía incluye una dimensión de características de la personalidad que incluyen 
egocentrismo, insensibilidad y manipulación, y una segunda dimensión más similar al 
trastorno antisocial de la personalidad que incluye impulsividad, irresponsabilidad y 
conducta antisocial. Se ha comprobado que los chicos con síntomas de insensibilidad y 
falta de emotividad, además del trastorno disocial, tenían más problemas de agresividad y 
de conflictos con la policía que los que sólo presentaban un trastorno disocial. Por lo 
tanto, aparte del debut y la gravedad de los síntomas, los factores de atipicidad de edad y 
género, el tipo de comportamiento abierto o encubierto la naturaleza de cualquier 
agresión, la presencia de síntomas de inicio temprano del trastorno antisocial de la 
personalidad o de síntomas relacionados con la psicopatía, son todos ellos importantes 
para el diagnóstico del trastorno. 
 
 
¿Cuál es la etiología del trastorno disocial? 
Los estudios con gemelos y niños adoptados demuestran que el TD tiene tanto 
componentes genéticos como ambientales. El riesgo de TD aumenta en niños con un 
padre biológico o adoptivo con trastorno antisocial de la personalidad o con un hermano 
afecto del TD. También hay más riesgo de padecerlo si el padre biológico tiene 
dependencia del alcohol, trastornos del estado de ánimo, esquizofrenia, trastorno por 
déficit de atención con hiperactividad o TD. 
 
¿Hay factores de predisposición o riesgo del TD? 
Hay factores que predisponen el desarrollo del TD, son los siguientes: 
- Factores biológicos del niño: Son los factores intrínsecos del niño. 
(1) Factores genéticos: Se han hecho estudios de genética de la conducta valorando la 
influencia de los genes y del ambiente compartido y no compartido. Los resultados 
sugieren que hay relaciones diferenciadas entre los factores genéticos y la 
agresión, los factores ambientales y la delincuencia no agresiva, entre el 
comportamiento criminal de inicio temprano y los factores ambientales, y el 
comportamiento criminal adulto con los factores genéticos. El comportamiento 
agresivo en los familiares es un factor de riesgo importante para el desarrollo de 
TD en el niño. 
 
 
 
 
 
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(2) Factores neuroanatómicos: Se baraja la posibilidad de relación entre la agresividad 
y las lesiones del lóbulo frontal. También se cree que hay más partes relacionadas, 
pero no hay evidencias científicas de todo ello. 
(3) Factores neurotransmisores: Se han centrado en la investigación de la relación 
entre la agresión y los niveles de serotonina neurotransmisora. 
(4) Factores neuroquímicos: Se ha relacionado el bajo nivel de cortisol en la saliva con 
el TND, con el TD y el trastorno antisocial de la personalidad. El nivel de cortisol 
también es menor en hijos de padres con antecedentes de TD. 
(5) Infraestimulación del SNA: Se ha comprobado que la frecuencia cardiaca baja y la 
baja conducción de la piel está relacionada con los problemas de conducta. 
(6) Problemas prenatales y perinatales: que la madre fume durante el embarazo, 
abuso de sustancias de los padres, complicaciones en embarazo o parto. El bajo 
peso e el nacimiento está más relacionado con el ADHD. 
(7) Neurotoxinas: Los altos niveles de plomo en el ambiente están relacionados con la 
agresividad. 
 
- Factores funcionales infantiles. 
(1) Temperamento: Un temperamento difícil temprano (emocionalidad negativa, 
respuestas intensas y reactivas e inflexibilidad) es predecible de problemas de 
comportamiento en la infancia tardía. 
(2) Apego: No está demostrada la relación entre un apego inadecuado y el 
comportamiento agresivo. 
(3) Funcionamiento neuropsicológico: Se piensa que los déficits neuropsicológicos y el 
mal funcionamiento ejecutivo están muy relacionados con el comportamiento 
agresivo. 
(4) CI bajo y déficits en aprendizaje: Parece que no está tan clara la relación entre CI 
bajo y comportamiento agresivo, puesto que si se controla el ADHD, la correlación 
entre ambos disminuye significativamente. Parece evidente que las dificultades de 
aprendizaje, sobre todo de lectura, correlacionan con el comportamiento agresivo. 
(5) La impulsividad y la inhibición del comportamiento están relacionadas con el 
comportamiento agresivo. 
(6) Conocimiento social. Los niños que están faltos de normas sociales, tienden a 
seguir el ejemplo social de otros. Los chicos con TD responden con más 
agresividad ante un conflicto social. La misma relación existe sobre el conocimiento 
moral. 
 
 
 
 
 
 
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- Factores psicosociales: son los factores extrínsecos del niño. Tendrían que ver 
con el rechazo y abandono por parte de los padres, prácticas educativas 
incoherentes con disciplina dura, abusos físicos y sexuales, carencia de 
supervisión, primeros años de vida en instituciones, frecuentes cambios de 
cuidadores, ser testigo de violencia real, asociación a un grupo de compañeros 
delincuentes y ciertos tipos de psicopatología familiar, factores socioeconómicos 
desfavorables, etc. Todo ello influye en el TD, sobre todo el comportamiento de los 
padres hacia el niño. Las enfermedades crónicas y las discapacidades también son 
consideradas como factores de riesgo para el TD. Los niños con este tipo de 
problemas tienen 3 veces más de posibilidades de desencadenar un TD y si la 
cronicidad depende de una alteración del SNC el riesgo aumenta hasta 5 veces 
más. 
En general, cuánto mayor es el número de factores de riesgo y cuánto más pronto 
aparecen, mayor riesgo habrá de delincuencia. También hay que tener en cuenta el 
feedback que se crea: los factores propios del niño se unen a los familiares y ambientales 
que producen agresividad temprana en el niño, lo que lleva al rechazo y a nuevas 
relaciones negativas. 
Los estudios sugieren que es más la acumulación de riesgos y la interacción entre ellos 
los que llevan al TD, que los factores de riesgo que operan por sí solos. 
 
¿Cuáles son los factores de resistencia y protección? 
Hay varios factores que protegen al niño o adolescente del desarrollo de un trastorno 
disocial: 
- CI alto, temperamento fácil, habilidad para relacionarse, buenos hábitos de trabajo 
en la escuela, áreas de competencia fuera de la escuela, buena relación con al 
menos uno de los padres u otro adulto importante. 
- Un grupo de amigos pro-sociales, un ambiente escolar apropiado que representa 
responsabilidades, autodisciplina, selección de amigos no delincuentes y 
relaciones interpersonales estables. 
- La capacidad de “dominio”. El dominio tiene que ver con el controlde impulsos, la 
consideración para los demás, la responsabilidad y la supresión de la agresión. 
Cabe decir que, así como los delincuentes “dominados” cometen menos actos 
delictivos, cuando los realizan son más graves que los de los “no dominados”. 
¿Qué es el modelo de resistencia al riesgo? 
 
 
 
 
 
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Se parte de la base de que un criterio simple e inespecífico no es necesario para el 
diagnóstico de TD y que cualquier combinación de criterios será suficiente. Esto significa 
que la categoría diagnóstica es, de forma inherente, más heterogénea que los modelos de 
enfermedades médicas clásicas. Este modelo plantea que los factores de resistencia 
aparecen de forma paralela a los factores de riesgo que se van desarrollando e 
interactuando. Ya empiezan a operar a partir del nacimiento y son de mucha utilidad 
durante el desarrollo. Mientras el niño crece, hay un aumento de riesgo, lo que lleva a 
mayor protección y resistencia a dicho riesgo. El tratamiento no es más que la reducción 
activa de riesgo y aumento de la resistencia. 
 
¿Cómo se lleva a cabo la evaluación del trastorno disocial? 
Puesto que los problemas asociados al TD abarcan múltiples áreas, la evaluación debe 
hacerse de forma multidimensional. El contacto inicial suele ser complejo ya que en la 
mayoría de las ocasiones se inicia bajo circunstancias de trasgresión legal. El objetivo de 
la evaluación (forense, tratamiento, tratamiento clínico) debe quedar claro desde el inicio 
de la misma. Este proceso ha sufrido distintas evoluciones debido a la variabilidad de 
criterios diagnósticos de los DSM. A la hora del diagnóstico, es muy importante distinguir 
entre los trastornos y las respuestas funcionales a unas condiciones ambientales 
negativas (como vivir en un barrio con un alto índice de criminalidad). 
 
¿Qué métodos de evaluación se utilizan? 
 Se pueden considerar los siguientes: 
- Existen entrevistas como NIMH Diagnostic Interview Schedule for Children Version 
IV, The Child and Adolescent Psychiatric Assessment, The Schedule for Affective 
Disorders and Schizophrenia for School-Age Children y Diagnostic Interviews for 
Children and Adolescents, pero están pendientes los estudios comparatives. 
- Debido a que las entrevistas son lentas y costosas, se utilizan los criterios de 
clasificación para el diagnóstico de TD y TND (trastorno negativista desafiante). 
- También existen instrumentos de evaluación mediante el dibujo como el Pictorial 
Instrument for Children and Adolescents-III-R y el Dominic-R, pero tampoco hay 
estudios sobre su fiabilidad y validez. 
- Se está avanzando en cuanto a la evaluación de los niños en edad preescolar, sin 
embargo, las evaluaciones en esa franja de edad requieren una distinción más 
precisa de los parámetros que definen la conducta “normativa para la edad”, lo cual 
es difícil debido a la poca evidencia empírica con la que se cuenta hasta el 
momento. 
- También se puede contar con instrumentos psicométricos del tipo Conner Parent-
Teacher Rating Scales (que contiene un factor de dificultades de conducta), el 
Jessness Inventory, el Carlson Psycological Survey y el Hare Psycopathy 
Checklist, desarrollados con poblaciones delincuentes que proporcionan mucha 
información sobre el TD y los comportamientos avanzados de Trastorno antisocial 
de la personalidad. 
 
 
 
 
 
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- El Weinberger Adjustment Inventory propone subcategories específicas de 
sufrimiento y control, que pueden predecir la actuación y la impulsividad. 
 
¿Qué se puede decir de los informantes? 
La correlación entre los distintos informantes es baja, pero cada uno aporta distintas 
informaciones. Comparando padres y maestros, los primeros informan de una incidencia 
mayor TD mayor que los maestros. Los mismos chicos son unos informadores básicos, 
puesto que sus comportamientos encubiertos muchas veces no son detectados por los 
adultos. En definitiva, se ha comprobado que los informes de los padres y los maestros 
sobre la conducta delictiva de los chicos, complementan los informes de los chicos sobre 
estas conductas. 
 
¿Cuál es el diagnóstico diferencial para el Trastorno Disocial? 
El TD puede confundirse con los siguientes trastornos: 
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: Aunque los niños con este 
trastorno suelen presentar un comportamiento hiperactivo e impulsivo que puede 
resultar perturbador, no viola por sí mismo las normas sociales propias de la edad. 
Si se cumplieran los criterios para ambos trastornos, deben diagnosticarse los dos. 
- Episodio maníaco: También hay irritabilidad y problemas comportamentales en un 
episodio maníaco, se distinguen por el curso episódico y por los demás síntomas 
acompañantes del episodio maníaco. Si se dan los dos grupos de síntomas deben 
diagnosticarse los dos trastornos. 
- Trastorno adaptativo (con alteración del comportamiento o con alteración mixta 
del comportamiento y las emociones) hay que tenerlo en cuenta si los problemas 
comportamentales no satisfacen los criterios de otro trastorno específico y se 
desarrollan en asociación de forma clara de estrés psicosocial. 
- Comportamiento antisocial en la niñez o la adolescencia: si hay problemas 
comportamentales y no cumplen los criterios de TD ni de T. Adaptativo pueden 
codificarse como comportamiento antisocial. El TD sólo se diagnostica si el 
comportamiento responde a unos patrones persistentes y repetitivos que se asocia 
a alteraciones de la actividad social, académica o laboral. 
- En los sujetos de más de 18 años sólo se aplicará el TD si no se cumplen los 
criterios de trastorno antisocial de la personalidad. 
- Trastorno de comportamiento perturbador no especificado: incluye los 
trastornos caracterizados por un comportamiento negativista desafiante que no 
cumple los criterios de trastorno disocial ni de trastorno negativista desafiante 
(incluye cuadros clínicos pero no cumple todos los criterios exigidos). 
 
 
 
 
 
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- Trastorno negativista desafiante: Incluye algunas de las características 
observadas en el trastorno disocial (desobediencia y oposición a las figuras de 
autoridad), no incluye el patrón persistente de las formas más graves de 
comportamiento, que implican la violación de los derechos básicos de otras 
personas o de las normas sociales propias de la edad del individuo. Al ser el más 
parecido al TD, vamos a detallar más este trastorno. Estos son los criterios 
diagnósticos según el DSM-IV: 
 
A – Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos 6 
meses, estando presentes cuatro (o más) de los siguientes comportamientos: 
(1) a menudo se encoleriza e incurre en pataletas 
(2) a menudo discute con adultos 
(3) a menudo desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus demandas 
(4) a menudo molesta deliberadamente a otras personas 
(5) a menudo acusa a otros de sus errores o mal comportamientos 
(6) a menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros. 
(7) a menudo es colérico y resentido 
(8) a menudo es rencoroso o vengativo 
 
Nota. Considerar que se cumple un criterio sólo si el comportamiento se presenta con 
más frecuencia de la observada típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo 
comparables. 
B – El trastorno de conducta provoca deterioro clínicamente significativo en la actividad 
social, académica o laboral. 
C – Los comportamientos en cuestión no aparecen exclusivamente en el transcurso de un 
trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo. 
D – No se cumplen los criterios de trastorno disocial, y si el sujeto tiene 18 años o más, 
tampoco los de trastorno antisocial de la personalidad. 
 
Cuando el patrón comportamental satisface los criterios tanto del trastorno disocial como 
del trastorno negativista desafiante, el trastorno disocial debe ocupar el lugar preferente y 
el trastorno negativista desafiante no debe diagnosticarse. 
 
¿Qué trastornos pueden ser asociados o concomitantes al Trastorno Disocial?11 
Se ha comprobado que la aparición de problemas de salud coincidentes al TD puede 
indicar distintos grados de gravedad del trastorno, de forma que las diferencias sean 
mayores que las sólo debidas al mismo trastorno. Además hay trastornos que no cumplen 
criterios de ningún diagnóstico de DSM y que coinciden con TD: uso de sustancias, 
alteraciones del estado de ánimo, etc. 
Hay pocos estudios que presenten evidencia de trastornos coincidentes con TD, quizás 
por que estos trastornos tienen tendencia a aparecer más delante de la vida del sujeto, sin 
embargo, hay evidencia de que el TD está asociado a un riesgo más elevado de padecer 
otros trastornos durante la infancia y la adolescencia que niños sin TD. 
Por otro lado, hay estudios que demuestran que es más probable que se desarrollen más 
trastornos asociados cuando hay un TD de base que no que se desarrolle un TD cuando 
hay otro trastorno de base. 
Los trastornos concomitantes más frecuentes son los siguientes: 
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Se ha intentado 
relacionar el efecto del ADHD sobre el TD. Hay muchos estudios contradictorios, 
sin embargo, coinciden en que el ADHD influye en el desarrollo, curso y gravedad 
del TD. Los jóvenes con TD (o problemas de conducta definidos de otras maneras) 
y ADHD coincidente presentan a edad más temprana alteraciones en el 
comportamiento y muestran más agresión física y TD más persistente que los 
chicos con sólo TD. 
- Trastornos del estado de ánimo. Hay estudios que valoran la relación entre el TD 
y los trastornos del estado de ánimo, pero los resultados son inconsistentes. No se 
sabe con certeza si el TD es un precursor de la depresión en algunos niños o un 
trastorno concomitante. La alta incidencia de la depresión coincidente con TD es de 
interés especial porque la presencia conjunta de estos trastornos parece aumentar 
el riesgo de consecuencias graves como el abuso de sustancias y el suicidio. Se ha 
estudiado la relación con el trastorno bipolar y se ha visto que es posible que sea 
en fase relajada y maníaca cuando se puedan cometer los actos delictivos o 
graves, pero no hay resultados determinantes. 
- Trastornos de ansiedad. Hay una considerable evidencia sobre la influencia entre 
el TD y los trastornos de ansiedad. Paradójicamente, parece que los trastornos de 
ansiedad protegen a los niños de padecer un TD cuando se presentan solos, sin 
embargo, los chicos que presentan un TD corren más riesgo de presentar 
trastornos de ansiedad coincidentes. Hay que distinguir entre inhibición de 
comportamiento y retraimiento. El primero es un factor protector del TD, mientras 
que el segundo es un factor de riesgo que predecía positivamente la delincuencia. 
Los chicos disruptivos y retraídos a la vez tenían más probabilidad de delinquir y 
deprimirse que los chicos sólo disruptivos. 
 
 
 
 
 
12 
- Trastorno somatoforme: El DSM-IV identifica el TD como un riesgo para posibles 
trastornos somatoformes futuros. Se han hecho estudios relacionándolos con el 
trastorno antisocial de la personalidad y sobre genética familiar en poblaciones 
adultas, pero los datos no son significativos. También se ha visto que un alto índice 
de somatizaciones en el adolescente predecía una alto índice de delincuencia en 
chicas pero no en chicos. 
- Uso de sustancias: El TD es el trastorno psiquiátrico más relacionado con el uso 
de sustancias. El inicio del TD precede o coincide con el inicio del trastorno por uso 
de sustancias, por lo tanto, es posible que la relación entre TD y uso de sustancias 
sea recíproca, es decir, uno aumenta la expresión del otro. 
 
 
¿Cómo afecta el género a la concomitancia de trastornos? 
Según diversos estudios, se han llegado a las siguientes conclusiones: 
- Las chicas con antecedentes de TD, tienen un índice alto en casi todos los 
trastornos (ADHD, trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo y abuso 
sustancias). 
- En las chicas los trastornos coincidentes con el TD son relativamente predecibles, 
por ejemplo, en ansiedad y depresión para las que corren más riesgo de sufrirlas 
que los chicos. 
- Parece que hay una paradoja en cuanto al género para trastornos coincidentes, ya 
que el género con menor incidencia de un trastorno está más en peligro de 
desarrollar otro trastorno relativamente raro. 
- Se ha visto que las chicas diagnosticadas de ADHD tiene más probabilidad de ser 
diagnosticadas de TD que los chicos, aunque ambos trastornos tengan mayor 
incidencia en chicos que en chicas. Parece que la impulsividad es el factor de 
relación entre ADHD y TD. La investigación en chicas no se ha realizado. 
- Se ha comprobado que las chicas pre-adolescentes tienen menor incidencia de 
distimia y mayor de depresión que los chicos pre-adolescentes. 
- Las conductas suicidas tiene una proporción de 8.6 frente al 5.6 de los chicos. 
También se ha comprobado que las chicas muy agresivas entre 14 y 15 años 
tienen un nivel de intentos de suicidio tres veces superior al de los chicos. 
- Se ha visto que en los chicos está relacionada la gravedad de los síntomas de TD 
con la gravedad del uso de sustancias. En las chicas esta relación no se cumple. 
- Los chicos están más relacionados con comportamientos anti-sociales, mientras 
que las chicas experimentan con mayor frecuencia problemas relacionados con la 
actividad sexual temprana, abuso del alcohol y consumo de marihuana. 
 
 
 
 
 
13 
- Un índice elevado de mujeres alcoholizadas estaban a la vez deprimidas y tenían 
una conducta delictiva elevada (un 17,8% frente a un 11,8% en chicos) a pesar de 
que la incidencia del abuso del alcohol en mayores era la mitad que en los 
hombres (8,4% frente al 17,3%) 
- En definitiva, el TD pone a los chicos en un riesgo elevado para padecer otros 
trastornos mentales: El trastorno negativista desafiante (TND) puede ser un 
precursor del TD y éste, a su vez, serlo del trastorno antisocial de la personalidad. 
El ADHD es concomitante al TND y al TD, pero parece que no afecta al curso del 
TD si no aparece antes un TND. La ansiedad y la depresión no poco probables en 
la infancia, coincidiendo posteriormente con el TD, primero la ansiedad y luego la 
depresión. El abuso de sustancias se desarrolla ala vez que el TD. 
 
¿Cuál es el tratamiento en caso de Trastorno Disocial? 
Siempre se ha considerado el TD como intratable y resistente a cualquier intervención. 
Las intervenciones con éxito son las dirigidas a padres, pero sobre todo la más exitosa es 
la intervención multimodal, puesto que hay muchos factores que influyen en el desarrollo y 
estabilidad del TD. Hay que tener en cuenta la cantidad de trastornos que aparecen junto 
al TD (abuso sustancias, ADHD, ansiedad, etc.). 
 
¿Cómo debe ser la prevención? 
Es un elemento clave para el tratamiento del TD. Se piensa que sería más efectivo 
convertir los factores de riesgo individualizados en factores de riesgo a otros niveles 
mediante intervenciones universales o comunitarias y multimodales. Frecuentemente, 
estos mecanismos de intervención multimodal incluyen intervenciones a los padres, 
entrenamiento en conocimiento social, entrenamiento a los profesores, terapias de grupo. 
¿Y el tratamiento farmacológico? 
El tratamiento psicofarmacológico por si solo es insuficiente. Se han recogido los 
siguientes hallazgos: 
- el litio resultó ser eficaz y seguro para el tratamiento a corto plazo de los niños y 
adolescentes con TD ingresados. 
- el haloperidol también resultó eficaz en comparación con el litio para los niños 
agresivos ingresados, pero el litio se toleraba mejor que el haloperidol. 
- la carbamazepina a niveles terapéuticos no era mucho mejor que el placebo para el 
tratamiento de la agresividad. 
- La molindona y la tioridazina eran eficaces, aunque la primera era mejor tolerada. 
- La risperidona era eficaz y seguro para el tratamiento a corto plazo para niños y 
adolescentes no hospitalizados. 
- El metilfenidato no sólo reducía lasintomatología del ADHD sino también síntomas 
específicos del TD. 
 
 
 
 
 
14 
- La clonidina puede ser útil para el tratamiento de los comportamientos agresivos 
del ADHD en jóvenes con TD y TND. 
- Se ha comprobado que en caso de TD con ADHD mejoraban un 20% si se le 
añadía tratamiento psicológico al tratamiento farmacológico. 
- Se deben sopesar los efectos secundarios como la sedación, hipertensión, 
síntomas extrapiramidales, etc., con los posibles beneficios del tratamiento 
farmacológico. 
- Se debe tener en cuenta la tendencia de estos chicos al abuso de sustancias a la 
hora de indicar un tratamiento con estimulantes. 
 
¿Cómo son las intervenciones individuales? 
No se ha probado que el tratamiento individual sea una forma superior de tratamiento. Se 
realizan entrenamientos de control de impulsos, de inoculación de estrés, terapia racional 
emotiva. También son efectivos los entrenamientos en resolución de problemas. Son 
mucho más efectivos unidos a otras vías de intervención. 
 
¿Cómo es el tratamiento familiar y parental? 
El tratamiento a los padres es uno de los más eficaces en caso de TD y los buenos 
resultados se mantienen en el tiempo, sin embargo, hay un problema de interacción padre 
e hijo que se debe tratar con programas de entrenamiento (PCIT). Estos programas tienen 
2 fases de entrenamiento: la interacción dirigida al niño y la interacción dirigida el padre. 
 
¿Qué se sabe de las intervenciones comunitarias? 
Se han desarrollado programas de intervención desarrollados en la escuela, como la 
instalación de detectores de metales, actividades de recreo, organización escolar, etc. Los 
resultados son poco consistentes. También se realizan programas de reducción de las 
peleas en la escuela. La composición de estos grupos de tratamiento a veces provoca 
que los resultados sean negativos. 
 
¿Cómo debe ser la intervención multimodal? 
Es la que ofrece un nivel superior de éxito. Existe la MST que es una terapia 
multisistémica, la cual se ha comprobado que reduce el comportamiento antisocial con 
bajos costes. Interviene a nivel individual, familiar, relacional, escolar y comunitario. El 
tratamiento suele ser intensivo y sirve para manejar las barreras terapéuticas como el 
abuso de sustancias paternal, psicopatologías, conflictos de pareja, etc. Se realizan 
revisiones periódicas para valorar la eficacia del tratamiento. También existe el proyecto 
LIFT que actúa de forma multimodal que incluye entrenamiento a los padres, programas 
de comportamiento en el recreo, comunicación sistemática entre profesores y niños, etc.

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