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275 14Hígado, vías biliares y páncreas ENFERMEDADES DEL HÍGADO Existen diferencias funcionales en los hepatocitos dentro del lóbulo hepático El hígado está constituido por hepatocitos que son una forma de células epiteliales dispuestas en placas o trabéculas. La sangre es abastecida por ramas de la arteria hepática, así como de la vena porta. Después de que la sangre ha pasado entre las placas de hepatocitos, en los espacios sinusoidales, es drenada a través de ramas de la vena hepática. La bilis producida por hepatocitos drena del hígado por conductos biliares ramifi cados. El principal tejido conectivo del hígado es un armazón delicado de reticulina que da soporte a los hepatocitos. Los tractos portales dan paso a ramas de la vena porta, arteria hepática y conductos biliares, rodeados por colágeno (fi gura 14-1). No todos los hepatocitos son iguales. Los hepatocitos de diferentes partes del lóbulo hepático tienen distintas pro- piedades metabólicas, lo que hace que cada tipo sea vulne- rable a diversas clases de procesos patológicos. Los hepatocitos situados en el centro del lobulillo, cerca de las venas (zona 3 del acino), reciben sangre que está relati- vamente agotada de oxígeno, lo que las hace muy vulnerables al daño causado por hipoxia o perfusión defi ciente. Los hepatocitos en esta zona central también tienen un nivel bajo de enzimas oxidantes, pero un alto nivel de esterasas que generan sustancias metabólicas intermediarias que son vulnerables a ciertas toxinas, como por ejemplo el parace- tamol (acetaminofén). En contraste, los hepatocitos en la periferia del lobulillo, cerca de los tractos portales (zona 1 del acino) están bien abastecidos de sangre y estas células resisten el daño por perfusión defi ciente. Además, no son lesionados por ciertos agentes, ya que carecen de enzimas para la conversión de intermediarios tóxicos. Figura 14.1 Histología del hígado. En esta preparación teñida para mostrar reticulina, los hepatocitos (morado) están dispuestos en placas soportados por reticulina (negro fi no). Un tracto portal (P) contiene colágeno (negro grueso). Una vena central (V) también está rodeada por un poco de colágeno. • Metabolismo de los carbohidratos. El hígado es un sitio de almacenamiento de glucógeno y fuente principal de glucosa del plasma. • Metabolismo de las grasas. El hígado es central en la transformación de las grasas dietéticas a lipoproteínas que ingresan en la sangre para metabolismo periférico. • Metabolismo de las proteínas. El hígado es un sitio de orden mayor de síntesis de proteínas, sobre todo de proteínas del plasma. Grupos importantes son la albúmina, factores de coagulación, proteínas de transporte para hierro y cobre y la mayor parte de las proteínas de fase aguda. Varios de los signos y síntomas de las enfermedades crónicas del hígado son un refl ejo de la defi ciencia de la síntesis de estas vitales proteínas del plasma. El hígado también es un sitio mayor de catabolismo de las proteínas dando lugar a la formación de urea. • Síntesis de bilis. El hígado secreta bilis que contiene bilirrubina, colesterol, electrólitos y sales biliares. En la enfermedad, el metabolismo anormal de la bilirrubina es la base de la ictericia. • Almacenamiento. El hígado almacena glucógeno, hierro, cobre y vitaminas liposolubles, que en la enfermedad pueden llegar a cantidades patológicamente excesivas. • Destoxifi cación. El hígado destoxifi ca ciertos fármacos y muchos metabolitos, sobre todo compuestos nitrogenados y hormonas esteroides. V P Puntos clave Principales funciones del hígado 14 PATOLOGÍAPatología clínica 276 Sólo existen algunos patrones clínicos principales de las enfermedades del hígado El hígado tiene un conjunto restringido de respuestas pato- lógicas a la enfermedad y, por tanto, existen sólo algunos patrones de enfermedades del hígado. • La colestasis y la ictericia obstructiva se presentan debido a la lesión u obstrucción de los conductos biliares, tanto intrahepáticos como extrahepáticos. • La hepatitis aguda ocurre en las enfermedades que ocasionan necrosis de las células hepáticas, asociadas con infl amación, de las cuales, las más comunes son la infección viral o el daño tóxico. • La hepatitis crónica se produce cuando hay una infl amación hepática continua por más de seis meses. También puede deberse a muchas causas, como las enfermedades virales o las mediadas desde el punto de vista inmunitario. Este trastorno progresa de manera habitual al desarrollo de fi brosis hepática. • La cirrosis es el punto fi nal común de la destrucción de las células hepáticas sufrido durante un tiempo prolongado que culmina en la formación de fi brosis, por cualquiera que sea la causa. El hígado desarrolla una extensa cicatrización, asociada con la formación de nódulos de células hepáticas regeneradas. El desarrollo de este tipo de respuesta, causa distorsión en la arquitectura del hígado, y conduce a un aumento de la presión al retorno en los vasos sanguíneos portales (hipertensión portal). El daño del hígado puede evaluarse con pruebas bioquí- micas de sangre. Los estudios de investigación de un paciente con sospecha de enfermedad del hígado se indican en la fi gura 14-2. Enfermedades del hígado -medicina de laboratorio y estudios Bioquímica: las pruebas de función hepática dan una buena idea de la causa probable de la enfermedad del hígado. Ciertos patrones de anormalidad sugieren un tipo particular de enfermedad del hígado, aunque ninguno es específico. Fosfatasa alcalina: es una enzima localizada en la membrana celular de los canalículos biliares. Las concentraciones muy altas indican enfermedad del sistema biliar (colestasis intrahepática, obstrucción biliar extrahepática o cirrosis biliar primaria). Las concentraciones moderadas son menos útiles para predecir la causa de la enfermedad del hígado. Transaminasas: son enzimas localizadas en el citoplasma del hepatocito. Las concentraciones altas en la sangre reflejan necrosis activa de células hepáticas por cualquier causa. La ALT es más específica para el hígado que la AST. Puede observarse un aumento leve de las transaminasas en la colestasis, asi como también en la activación de las enzimas por medicamentos tales como los anticonvulsivantes. Las concentraciones elevadas de γ-glutamil transpeptidasa son un signo sensible de daño de célula hepática, aunque no son específicas para la causa. Bilirrubina conjugada: es secretada por células hepáticas. Las concentraciones más altas de esta enzima se observan en la obstrucción de los canalículos biliares, pero la bilirrubina conjugada también se ha visto asociada con destrucción de las células hepáticas. Las concentraciones de bilirrubina no conjugada aumentan en trastornos que causan destrucción excesiva de eritrocitos. Albúmina: las concentraciones en la sangre reflejan propiedades sintéticas del hígado. A causa de su vida media, las concentraciones bajas reflejan enfermedades crónicas del hígado (enfermedades de duración prolongada = sobre todo la cirrosis. La α 1-antitripsina está reducida en la enfermedad causadas por la deficiencia de la enzima. Ceruloplasmina: sus niveles están reducidos en la enfermedad de Wilson. Transferrina: en la hemocromatosis se eleva su saturación. Coagulación: las anormalidades de la coagulación se ven comúnmente en las enfermedades del hígado con deficiencia en la síntesis hepática de proteínas del suero. Esta es una característica de la insuficiencia hepática, así como de la etapa terminal de las enfermedades hepáticas crónicas, como la cirrosis. El tiempo de protrombina en un paso, es un índice sensible de factores de coagulación dependientes de vitamina K, sobre todo el factor VII. Inmunología: varias enfermedades graves se asocian con parámetros inmunológicos anormales. La cirrosis biliar primaria se asocia con autoanticuerpos antimitocondriales y concentraciones elevadasde IgM en el suero. La hepatitis crónica autoinmunitaria se asocia con anticuerpos antimúsculo liso. Imágenes: los estudios de imagen son valiosos como estudios primarios de pacientes con ictericia. El ultrasonido puede revelar dilatación de conductos biliares extrahepáticos e intrahepáticos o tumores como parte de la evaluación preoperatoria. Biopsia: en el hígado suele practicarse biopsia percutánea. La biopsia ciega del lado derecho del hígado se usa para evaluar probables procesos de enfermedades difusas. La biopsia guiada por tomografía computarizada (TC) o ultrasonido puede utilizarse para muestrear lesiones aisladas. Figura 14.2 Estudio de las enfermedades del hígado. Las enfermedades hepáticas pueden estudiarse por imágenes, pruebas sanguíneas y biopsia de hígado. 14Hígado, vías biliares y páncreas 277 ICTERICIA La ictericia es causada por anormalidades en el metabolismo y excreción de la bilirrubina En el recuadro de Puntos clave que se muestra más adelante, se muestra el metabolismo normal de la bilirrubina. Las anormalidades en el metabolismo o excreción de bilis dan lugar al desarrollo de ictericia. La ictericia bioquímica puede defi nirse como un incremento en la concentración de bili- rrubina en el plasma, por encima del nivel normal, el cual se encuentra entre 18 a 24 μmol/L (1.2 mg/dL). La ictericia clínica es evidente cuando las concentraciones son superiores a 50 μmol/L (2.5 mg/dL), manifestándose por una colo- ración amarilla de las escleróticas y la piel. Diferentes labo- ratorios pueden tener distintos límites de referencia. La ictericia se divide desde el punto de vista bioquímico en los tipos conjugado y no conjugado La ictericia puede ser causada por el deterioro del metabo- lismo de la bilirrubina en varios niveles. Puede dividirse en tres tipos bioquímicos principales. En la hiperbilirrubinemia no conjugada, hay una can- tidad excesiva de bilirrubina no conjugada en la sangre. Los trastornos causados por este tipo de enfermedad son en especial, la generación excesiva de bilirrubina, como por ejemplo, por destrucción de eritrocitos o el metabolismo anormal del hepatocito. En la hiperbilirrubinemia conjugada hay una cantidad excesiva de bilirrubina conjugada en la sangre. La causa más común es la obstrucción de la secreción de bilis. Las enfermedades que causan lesión generalizada de los hepatocitos dan lugar a un tipo mixto de hiperbilirrubine- mia, conjugada y no conjugada. Como el principal paso limi- tante en la formación de bilirrubina es la excreción por los canalículos, en este tipo de ictericia, por lo general hay un predominio de bilirrubina no conjugada. La generación excesiva de bilirrubina es la causa más importante de hiperbilirrubinemia no conjugada El aumento en la formación de bilirrubina es el resultado de la destrucción excesiva de eritrocitos, cuyas causas prin- cipales son: anemia hemolítica (pág. 321); disociación de hematomas grandes; y la formación anormal de eritrocitos (diseritropoyesis), que se ve en la anemia megaloblástica (págs. 319-20). La cantidad producida de bilirrubina excede la capacidad del hígado para conjugarla y excretarla. La bilirrubina cir- culante en la sangre es no conjugada, pero como circula en un complejo con albúmina, no aparece en la orina. La cantidad de bilirrubina conjugada excretada al intestino es aumentada por el incremento en la carga; parte de ella es reabsorbida como urobilinógeno, el cual es excretado por la orina en cantidades importantes. La captación reducida de bilirrubina por los hepatocitos también puede causar hiperbilirrubinemia no conjugada. Fármacos, como la rifampicina, interfi eren con la captación de bilirrubina. Gran parte de la población padece de deterioro en la conjugación de la bilirrubina Entre el 5 y 10% de la población sufre de una hiperbilirru- binemia no conjugada leve hereditaria, como resultado de la conjugación hepática defectuosa de la bilirrubina. El síndrome de Gilbert es autosómico dominante y ligado a mutaciones del gen de recuadro TATA, adelante del gen de la glucoroniltransferasa difosfoglucosa uridina, resultando en el deterioro de la glucuronidación de la bilirrubina. Es posible que las concentraciones de bilirrubina aumenten en presencia de enfermedades intercurrentes, aunque el hígado es normal de forma estructural. También es común ver el deterioro en la conjugación de la bilirrubina en neonatos, pues la actividad de la glucoro- niltransferasa es baja durante las primeras dos semanas de vida (ictericia neonatal) (pág. 298). En el síndrome con- génito de Crigler-Najjar se observa la falta hereditaria de glucoroniltransferasa. La hiperbilirrubinemia conjugada es causada en especial por obstrucción biliar Las anormalidades en la secreción o excreción de bilirru- bina conjugada producen como resultado la acumulación de bilirrubina conjugada en la sangre. Las características clínicas claves, cuya combinación también se conoce como ictericia colestática u obstructiva, son como sigue: • La bilirrubina es derivada del desdoblamiento de la hemoglobina, que penetra al hígado por la vena esplénica y la vena porta, cuando deriva de la destrucción normal de eritrocitos. • La bilirrubina no conjugada se fi ja a la albúmina (no puede excretarse en la orina) y circula al hígado, donde es internalizada de forma normal y conjugada a ácido glucurónico. • La bilirrubina conjugada (hidrosoluble) es excretada en la bilis alcanzando el intestino. En el intestino distal las bacterias dividen el conjugado a urobilinógeno, cuya mayor parte sale en las heces. No obstante, 20% es reabsorbido a la sangre y excretado por el hígado (recirculación enterohepática). • Una cantidad muy pequeña de urobilinógeno es excretada en la orina. • La bilirrubina no conjugada es liposoluble. En los neonatos, altas concentraciones en la sangre pueden entrar al encéfalo y causar daño (kernicterus). Puntos clave Metabolismo de la bilirrubina 14 PATOLOGÍAPatología clínica 278 • Ictericia, por lo común pronunciada (ver conjunto de datos). • La bilis no puede ingresar al intestino por las vías biliares y está ausente de las evacuaciones, las cuales son pálidas como resultado. • La absorción de grasa está perturbada (formación de esteatorrea) y, en consecuencia, hay deterioro en la absorción de vitamina K. • Se presenta comezón (prurito) por acumulación de sales biliares. • La orina contiene bilirrubina (orina oscura), debido a que la bilirrubina conjugada es soluble en agua y puede excretarse. Hay dos tipos de causas de hiperbilirrubinemia conju- gada, como se listan en la fi gura 14-3. ENFERMEDADES DEL HÍGADO La insufi ciencia hepática aguda causa ictericia, coma y tendencia a la hemorrágia La insufi ciencia aguda hepática se presenta cuando ya se han lesionado la mayor parte de los hepatocitos, y se ve en tres situaciones clínicas importantes (fi gura 14-4): después de un daño grave a los hepatocitos, como por ejemplo la necrosis extensa de la célula hepática por infección viral o daño tóxico; después de un choque sistémico, como parte de la insufi ciencia de órganos múltiples y como declinación aguda en una enfermedad crónica del hígado relativamente estable, con lentitud progresiva, de ordinario causada por hepatitis crónica o cirrosis. La insufi ciencia hepática aguda (fi gura 14-5) es un tras- torno grave que pone en peligro la vida, de la cual 80% de los pacientes muere. La esteatosis (cambios grasos) es causada por lo común por enfermedades metabólicas y alcohol. La esteatosis (págs. 24-5) es una respuesta hepática a varios estímulos adversos (fi gura 14-6). Sus principales cau- sas son: • Metabólicas; obesidad, diabetes mellitus (pág. 569), hipoxia y kwashiorkor (pág. 148). • Tóxicas: de las cuales la más común es el alcohol (pág. 144). La enfermedad no alcohólica de hígado graso (NAFLD, por sus siglas en inglés) es una complicación del síndrome metabólicoy está siendo reconocida cada vez más como causa de enfermedad hepática crónica. Mujer de 45 años de edad con ictericia y dolor abdominal superior derecho. Plasma Bilirrubina total 163 μmol/L (hasta 70) 9.5 mg/dL (hasta 1) Albúmina 42 g/L (30 a 48) Transaminasa alanina (ALT) 38 U/L (hasta 50) Fosfatasa alcalina 354 U/L (40 a 120) γ-glutamil transferasa (GGT) 356 U/L (hasta 70) Orina Bilirrubina positiva El cuadro de bilirrubina, fosfatasa alcalina y GGT elevadas en el plasma es característico de la ictericia obstructiva. La bilirrubina entra en las células del hígado y es conjugada con ácido glucurónico. Debido a la obstrucción no puede ser eliminada y es regurgitada al plasma. La bilirrubina conjugada es hidrosoluble y, por tanto, puede ser excretada en la orina. En esta paciente la ultrasonografía mostró un cálculo en el colédoco. insuficiencia hepática aguda declinación aguda enfermedad del hígado crónica estable daño celular grave del hígado daño celular grave del hígado daño tóxico viral agudo del hígado choque sistémico Figura 14.3 Causas de hiperbilirrubinemia conjugada Causas intrahepáticas Defectos de enzimas hereditarios (raros) Colestasis intrahepática (fi gura 14-7) Daño hepatocelular Obstrucción extrahepática de conductos biliares Cálculos biliares (pág. 299) Estrecheces del colédoco Carcinoma del páncreas (pág. 304) Compresión de conductos biliares por masas extrínsecas, como ganglios linfáticos crecidos Figura 14.4 Tres situaciones principales que conducen a la insufi ciencia aguda del hígado. Conjunto de datos Ictericia obstructiva 14Hígado, vías biliares y páncreas 279 La colestasis puede ser de origen intrahepático o extrahepático Muchos de los trastornos que causan hiperbilirrubinemia conjugada inducen al desarrollo de colestasis. Este trastorno se caracteriza por hiperbilirrubinemia conjugada y un consi- derable incremento en las concentraciones séricas de fosfa- tasa alcalina, que es una enzima situada normalmente en las membranas celulares de los canalículos biliares. (Este perfi l bioquímico es conocido de manera habitual como pruebas de función hepática en patrón obstructivo –ver conjunto de datos). Se reconocen dos tipos de colestasis y se encuentran clasifi cadas de acuerdo con el bloqueo que se produzca dentro del hígado o fuera de éste en las vías biliares. La colestasis intrahepática es causada por enfermedades que afectan la secreción de bilis en el hígado, ya sea por anormalidades de los hepatocitos y/o de los canalículos biliares o por enfermedad de conductos biliares intrahepá- ticos (fi gura 14-7). Como por lo general son tratados por médicos internistas, estos trastornos a veces se agrupan como ‘ictericia médica’. En este tipo de ictericia los cam- bios son aparentes en la biopsia de hígado (fi gura 14-8). La colestasis extrahepática es causada por el bloqueo de los conductos biliares mayores, los cuales se encuentran localizados fuera del hígado. Esta entidad se expone más adelante en la sección de enfermedades de las vías biliares (págs. 299-301). Como muchos de los trastornos respon- sables son susceptibles a una intervención operatoria, este tipo de problema se conoce, a veces, como ‘ictericia qui- rúrgica’. La biopsia de hígado muestra colestasis con edema en los tractos portales, y algunas alteraciones infl amatorias (fi gura 14-9). B Figura 14.5 Características de la insufi ciencia aguda del hígado. necrosis de los hepatocitos liberación de enzimas ↑ AST ↑ ALT deficiencia del metabolismo de la bilirrubina causante de hiperbilirrubinemia deficiencia de destoxificación de compuestos nitrogenados. Circulación de aminoácidos excitativos falla de síntesis de proteínas. Agotamiento de factores II VI IX X baja filtración glomerular detectada por prueba de laboratorio ictericia encefalopatía hepática (coma) tendencia hemorrágica insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal) Figura 14.7 Colestasis intrahepática Intraacinar Hepatitis viral Fármaco (p. ej., clorpromacina y estrógenos) Enfermedad alcohólica del hígado Colestasis relacionada con embarazo Septicemia Extraacinar Cirrosis biliar primaria Colangitis esclerosante Tumores en el hígado Figura 14.8 Colestasis intrahepática. Puede verse la bilis (B) dilatando canalículos, de forma predominante en las zonas centrolobulillares. Figura 14.6 Esteatosis hepática. Desde el punto de vista macroscópico, el hígado graso está aumentado de tamaño, y en vez de tener color rojo oscuro, está pálido. En el aspecto histológico se observa grasa en los hepatocitos. 14 PATOLOGÍAPatología clínica 280 La muerte de los hepatocitos puede verse en varias formas 1. En diversas enfermedades, algunos hepatocitos aislados mueren mediante el proceso de apoptosis. Los hepatocitos muertos forman estructuras esféricas y eosinófi las, conocidas como cuerpos de regidor o de “Councilman” (fi gura 14-14). 2. En las lesiones tóxicas o infecciones virales, se ven células apoptóticas, esparcidas en todo el lóbulo, tanto sueltas como en pequeños grupos necrosis en mancha (spotty) de cerca de 20 células. 3. En ciertas enfermedades, se observa necrosis de hepatocitos limitada a ciertas zonas. Por ejemplo, el área centrolobulillar (zona 3) es afectada en la toxicidad por paracetamol (acetaminofén) (fi gura 14-10) (ver Conjunto de datos), y el área periportal (zona 1) está implicada en la toxicidad por fósforo. 4. La necrosis gradual (picemeal) describe la muerte de células del hígado en forma dispersa, de forma inmediata junto al tejido conectivo del tracto portal, en la zona de la “placa limitante”. Este tipo es característico de la hepatitis activa crónica. 5. Las regiones de necrosis extensas que hacen conexión entre las venas centrales, o entre tractos portales y venas centrales, se conocen como necrosis con formación de puentes. 6. La necrosis masiva describe a la necrosis que afecta a la mayoría de los hepatocitos, lo que sucede con el daño de la hepatitis fulminante y además se ve en algunos casos de lesión viral e inducida por toxinas. L P P N N N P Un varón de 24 años de edad tomó un número desconocido de tabletas de paracetamol (acetaminofén). Al día siguiente fue admitido al hospital en coma después de una convulsión. Plasma Bilirrubina total 173 μmol/L (hasta 17) 10 mg/dl (hasta 1) Albúmina 40 g/dL (30 a 48) Transaminasa alanina 6 831 U/L (hasta 50) (ALT) γ-glutamil transferasa 82 U/L (hasta 70) (GGT) Tiempo de protrombina 67.6 s (control 9.5) Orina Bilirrubina positiva La necrosis hepática aguda se caracteriza por concentraciones de ALT y AST notablemente elevados, liberados de hepatocitos dañados. El tiempo de protrombina elevado indica que la función sintética del hígado está deteriorada; debido a su vida media prolongada (tres semanas) la albúmina en el plasma no es una prueba sensible para valorar la función de síntesis del hígado en enfermedades agudas. Los estudios adicionales en este varón enfermo de gravedad, deben incluir glucosa y creatinina en sangre y el estado ácido- base. La hipoglucemia debe tratarse con glucosa intravenosa. Figura 14.10 Necrosis centrolobulillar (zona 3) causada por paracetamol (acetaminofén). Se ve necrosis confl uente (N) de áreas centrolobulillares (zona 3), con hepatocitos supervivientes alrededor de áreas portales (P) (zona 1). Figura 14.9 Colestasis extrahepática. Además del taponamiento de los canalículos biliares por la bilis, una manifestación característica de este tipo de colestasis es el edema de los tractos portales (P) los cuales se encuentran expandidos. En los casos de duración prolongada, hay proliferación de los conductos biliares pequeños en la periferia de los tractos portales. La bilis puede escapar de los canalículos, asociada con degeneración hidrópica de hepatocitos, causando los llamados infartos biliares pequeños, o lagos (L). Conjunto de datos Necrosis hepática aguda14Hígado, vías biliares y páncreas 281 Después de la necrosis del hepatocito se produce una regeneración de la célula Por lo general hay un nivel muy bajo de proliferación de la célula hepática. Después de una lesión del hígado, inclu- yendo la hepatectomía parcial, se produce ordenadamente la regeneración de las células hepáticas para restaurar la función del hígado. En los trastornos que causan lesiones crónicas del hígado, la regeneración puede ser distorsio- nada por fi brosis, causando cirrosis (págs. 294-6). En otros casos puede producirse hiperplasia nodular. En la Fibrosis hepática, las células estrelladas son la fuente de células secretoras de colágeno Una importante complicación de varias enfermedades del hígado es el desarrollo de fi brosis y además es una de las manifestaciones características de la cirrosis. Se piensa que algunos factores de crecimiento, producidos como parte de respuestas infl amatorias, estimulan a las células mesenqui- matosas en el hígado a proliferar y diferenciarse en fi bro- blastos secretores de colágeno. Las células mesenquimatosas implicadas son las células estrelladas, almacenadoras de grasa que en general son poco notables (células de Ito), situadas en el espacio de Disse. El hígado puede estar implicado en varias enfermedades por almacenamiento El hígado almacena varias sustancias que se vuelven pato- lógicas en estados de enfermedad. En la hemocromatosis y hemosiderosis, hay un almacenamiento excesivo de hierro y en la enfermedad de Wilson se observa un exceso en el depósito de cobre. El almacenamiento anormal de productos metabólicos puede verse en el hígado, como en algunos errores innatos del metabolismo. En algunas de las enfermedades por alma- cenamiento se producen depósitos de glucógeno (fi gura 14-11), y se almacenan lípidos en trastornos multisistémicos del metabolismo, como por ejemplo, en la enfermedad de Gaucher o en la enfermedad de Niemann-Pick. ENFERMEDADES VASCULARES DEL HÍGADO La sangre es abastecida al hígado por circulaciones, tanto arterial (arteria hepática) como venosa (vena porta) y aban- dona el hígado, después de pasar, a través de los sinusoides, por las venas central y hepática para ingresar a la vena cava inferior. Como cada componente vascular del hígado puede ser afectado por enfermedad, hay varios síndromes clínicos y patológicos. El infarto verdadero del hígado es poco frecuente El infarto verdadero del hígado es raro debido a su abas- tecimiento doble de sangre, y a la rica anastomosis del fl ujo de sangre a través de los sinusoides. El infarto verdadero se puede observar en cinco situaciones: • Traumatismo quirúrgico o ligadura accidental de la arteria hepática. • Embolización arterial terapéutica del hígado o ligadura arterial hepática terapéutica (practicada para tratar masas neoplásicas aisladas). • Endocarditis bacteriana. • Eclampsia. • Poliarteritis nudosa. • Las áreas de infarto aparecen como áreas geográfi cas de tejido necrótico amarillo. La insufi ciencia cardiaca derecha causa congestión venosa pasiva del hígado La insufi ciencia cardiaca derecha provoca un aumento de presión en el sistema venoso sistémico, la cual es transmitida hacia atrás de la vena hepática, a las venas centrales, aumen- tando levemente el tamaño del hígado. Esto se ve sobre todo en la insufi ciencia de la válvula tricúspide en la que el hígado es pulsátil. El aspecto macroscópico, que se describe como hígado moscado (fi gura 10-34), es llamado apropiadamente congestión venosa pasiva crónica. Los sinusoides centrolo- bulillares están dilatados con sangre y los hepatocitos cen- trolobulillares están atrófi cos. Cuando la hipotensión arterial complica la insufi ciencia cardiaca derecha, se puede producir necrosis de los hepatocitos centrolobulillares, con elevación de las concentraciones de transaminasas del suero, que es llamada hepatitis isquémica. La hipertensión portal es causada por la obstrucción del fl ujo sanguíneo en el sistema portal La hipertensión portal es una elevación continua de la presión venosa portal, que causa un aumento de presión en el lecho Figura 14.11 Glucogénesis del hígado. En las glucogénesis tipos IV, III, II y I las células hepáticas acumulan excesos de glucógeno. En este lugar, las células del hígado de un caso de glucogénesis tipo II (defi ciencia de desramifi cador (?) ) muestra una vacuolación notable de hepatocitos y núcleos del hígado, debido a la acumulación de glucógeno. 14 PATOLOGÍAPatología clínica 282 vascular portal, con la producción subsecuente de espleno- megalia y ascitis. En esta situación se abren nuevos conductos entre el sistema portal y el sistema venoso sistémico formando conductos venosos varicosos. Los principales sitios en los que esto sucede son esófago inferior, donde surgen varices esofá- gicas que pueden causar hemorragias (pág. 251); el ombligo, donde los conductos se llaman ‘cabeza de medusa’, y el ano, donde se conocen como hemorroides. Las causas de la hipertensión portal se consideran mejor en base anatómica, de acuerdo con el sitio de obstrucción del fl ujo (fi gura 14-12). • Presinusoidales, bloqueo de vasos antes de los sinusoides hepáticos. • Sinusoidales, bloqueo en los sinusoides. • Posinusoidales, bloqueo en las venas centrales, venas hepáticas o cava inferior. La obstrucción sinusoidal en el hígado es la causa más común de hipertensión portal La enfermedad hepática es la causa más común de hiper- tensión portal. • La cirrosis causa distorsión y destrucción de la arquitectura vascular hepática. • La fi brosis del tracto portal, causada por esquistosomiasis es un motivo importante de hipertension portal en áreas endémicas. La hipertensión portal presinusoidal es causada por trombosis de la vena porta La oclusión del sistema venoso portal, en un punto anterior a los tractos portales, suele deberse a trombosis de la vena porta. Los factores predisponentes son la infección local, policitemia (pág. 323), e hipertensión portal sinusoidal preexistente, a causa de cirrosis. La oclusión de las ramas intrahepáticas de la vena porta genera áreas de infarto venoso, con forma de cuña. Estas áreas también se llaman infartos rojos o infartos de Zahn. La hipertensión portal posinusoidal es causada por enfermedad de venas y ramas hepáticas La hipertensión portal posinusoidal es producida por enfer- medades que bloquean las venas centrales y las ramas veno- sas hepáticas. En varias enfermedades se ve la obliteración de las venas centrales en el hígado y estimula el desarrollo gradual de hipertensión portal. Por ejemplo, el abuso del alcohol puede producir oclusión venosa central con cicatrización y ciertos fármacos citotóxicos, cicatrización centrolobulillar y obli- teración de las venas centrales. La enfermedad venooclusiva del hígado es provocada por la ingestión de plantas que contienen alcaloides tóxicos. Estas sustancias causan inicialmente fi brosis alrededor de las venas centrales, seguida por su obliteración por la fi bro- sis. El problema se ve en Jamaica y ciertas áreas de África, en los individuos que beben infusiones de yerbas. La irra- diación del hígado también puede causar fi brosis venosa central y el desarrollo de hipertensión portal. La oclusión de la vena hepática principal produce el síndrome de Budd-Chiari. En este síndrome hay predis- posición a la trombosis por compresión local de la vena hepática, como por ejemplo en casos de carcinoma hepa- tocelular, embarazo, y tratamiento anticonceptivo oral con estrógenos. En muchos casos no se identifi ca factor predis- ponente alguno. Los pacientes desarrollan una enfermedad aguda grave, con congestión vascular masiva del hígado que es causante de hipertensión portal aguda e ictericia. Hay un crecimiento doloroso del hígado con formación rápida de ascitis, y a menos que se practique una anastomosis vascular portosistémica terapéutica, se produce la muerte. HEPATITIS Lasenfermedades infl amatorias del hígado se llaman ‘hepatitis’ La hepatitis, que puede ser aguda o crónica, tiene varias causas, que incluyen a las infecciones virales, trastornos autoinmunitarios, reacciones a fármacos y alcohol. En hígado sinusoides tracto portal conducto biliar arteria hepática presión aumentada en el sistema venoso portal → esplenomegalia → anastomosis portosistémica → ascitis POSTSINUSOIDAL trombosis de vena hepática fibrosis de vena central PRESINUSOIDAL trombosis de vena porta SINUSOIDAL fibrosis hepática cirrosis Figura 14.12 Clasifi cación morfológica de la hipertensión portal. Los tres grupos principales de causas de hipertensión portal son: • Presinusoidal • Sinusoidal • Posinusoidal Los efectos que se ven en el recuadro rosa son causados por aumento de la presión venosa portal. 14Hígado, vías biliares y páncreas 283 todos los tipos de hepatitis hay algunas características clí- nicas comunes. La infección viral es una causa común de hepatitis Los principales virus de la hepatitis son un grupo de virus hepatotrófi cos. Aunque todos ellos causan una hepatitis primaria, no están relacionados entre sí, y pertenecen a diferentes tipos víricos. Los principales virus son los de las hepatitis A y E (transmitidos por la vía del mecanismo de transmisión ano-mano-boca), y hepatitis B, C, D y G (transmitidos por vía parenteral). Varios virus no hepato- trófi cos también pueden causar hepatitis. La infección con un virus de hepatitis se asocia con un conjunto de posibles manifestaciones clínicas que son listadas en la fi gura 14-13. La histología de la hepatitis viral aguda es similar en todos los tipos Independientemente del virus causal, las características de la hepatitis viral aguda son similares (fi gura 14-14): • Los hepatocitos están tumefactos y pueden sufrir muerte por apoptosis, formando cuerpos de Regidor eosinófi los. • Infi ltración focal del hígado por células linfoides, asociada con necrosis de células del hígado. • Número aumentado de células linfoides en los tractos portales. • La regeneración de células del hígado produce desarreglo lobulillar. • Puede observarse colestasis leve. La hepatitis A es transmitida por la vía del mecanismo ano-mano-boca y no conduce a una enfermedad crónica del hígado La hepatitis A es causada por un enterovirus RNA del grupo picornaviridae. Desde el punto de vista clínico, la enfermedad es transmitida por la vía del mecanismo de transmisión ano-mano-boca y pueden producirse pequeñas epidemias en instituciones. La enfermedad también se ha contraído por el uso recreacional de aguas contaminadas B D C Síntomas: náusea, anorexia, fi ebre de grado bajo y malestar general. Signos: el hígado puede volverse palpablemente crecido y dolorido. Ictericia una semana después de iniciarse los síntomas, alcanzando un máximo en alrededor de10 días. Los signos y síntomas por lo general se recuperan en un periodo de tres a ocho semanas. Pruebas bioquímicas: la bilirrubina, que está conjugada en su mayor parte, está considerablemente elevada; las concentraciones de transaminasa alcalina (ALT) y de transaminasa aspartato (AST) son muy altas en la enfermedad de manera temprana, refl ejando necrosis de célula hepática, aunque caen con la recuperación clínica; la albúmina del suero por lo general permanece normal. La concentración de fosfatasa alcalina en el suero puede elevarse de forma leve. Pruebas de coagulación: pueden volverse anormales; el tiempo de protrombina de una etapa es un indicador sensible de la gravedad de la enfermedad del hígado. Figura 14.13 Patrones clínicos que siguen a la hepatitis viral Patrón de enfermedad Virus Asintomática A, B, C, D y E Hepatitis aguda sin ictericia (hepatitis anictérica) A, B, C, D y E Hepatitis aguda con ictericia (hepatitis ictérica) A, B, C, D y E Necrosis masiva del hígado con insufi ciencia hepática aguda (rara) A, B, C, D y E Una de las formas de hepatitis crónica (pág. 285) B, C y D Estado de portador crónico B, C y D Características clínicas y bioquímicas de la hepatitis viral aguda Figura 14.14 Histología de la hepatitis aguda. Biopsia de hígado de un paciente con hepatitis viral aguda. Muchas células del hígado están infl amadas y vacuoladas, llamadas ‘degeneración globoide’ (B). Se produce muerte focal de hepatocitos (D) con infi ltración infl amatoria asociada. Se ven células muriendo por apoptosis como cuerpos de regidor eosinófi los encogidos (C). 14 PATOLOGÍAPatología clínica 284 con drenaje, y por comer mariscos contaminados con aguas de albañal. Una a cuatro semanas después del momento de la infección, se instala un periodo de incubación caracteri- zado por fi ebre, malestar general, y anorexia (fi gura 14-15). La ictericia aparece de manera típica entre las semanas cinco y seis. Los pacientes se recuperan por completo, con res- tauración de las pruebas de función del hígado anormales. El virus está presente en las evacuaciones de los pacientes afectados cerca de dos semanas antes, y una semana des- pués, de la iniciación de la ictericia clínica. Esta enfermedad no causa hepatitis crónica y la infección confi ere inmunidad subsecuente por el desarrollo de los anticuerpos anti-HAV, que se usan en el diagnóstico. La histología del hígado muestra características de hepatitis aguda (fi gura 14-14). La infección de hepatitis B es transmitida parenteralmente, y puede causar enfermedad crónica del hígado El virus de la hepatitis B (HBV) es un virus de DNA del grupo hepadna viridae. El virus infectante es transmitido en la sangre, semen y saliva, por medio de contacto físico cercano, y la inoculación se produce a través de soluciones de continuidad en la piel o membranas mucosas. Por tanto, la hepatitis B es una enfermedad transmitida sexual- mente. La transmisión por transfusión de sangre es poco común en la actualidad gracias a los estudios de detección de las donaciones de sangre, pero la propagación de la infección entre drogadictos usuarios de drogas intraveno- sas por medio de agujas no estériles compartidas, es un modo importante de transmisión. También se observa transmisión vertical de madre a hijo. La infección produce cuatro tipos clínicos de infección (fi gura 14-16). 1. La hepatitis aguda autolimitada es un resultado común. Los pacientes se recuperan, y tienen inmunidad durante toda la vida. 2. La hepatitis aguda fulminante es muy rara, y causa necrosis masiva de células hepáticas. 3. La hepatitis crónica afecta a 5 a 10% de los casos. Puede progresar a cirrosis, o se puede recuperar (fi gura 14-16). 4. Infección crónica asintomática (puede desarrollar posteriormente hepatitis crónica). La importancia de los estados infecciosos crónicos es que los pacientes están en riesgo de desarrollar carcinoma hepa- tocelular. En los adultos, menos de 10% de los pacientes desarrolla un estado de infección crónica, pero prácticamente todos los neonatos infectados con HBV por la madre se infectan crónicamente, quizá debido a una respuesta inmu- nitaria inmadura. En la prueba diagnóstica, el HBsAg es un componente de proteína de superfi cie; el HBeAg es un componente nuclear asociado con replicación viral. La detección por PCR (del inglés Polymerase Chain Reaction) del HBV-DNA, es el estándar para la detección de la replicación viral en muestras de sangre. La infección activa se ha defi nido como un nivel mínimo de unidades detectadas en un análisis PCR están- dar, por debajo del cual la infección se considera inactiva. Infección por hepatitis A 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 infección semanas incubación virus en las heces IgG HAV IgM HAV transaminasa en suero virus en la sangre malestar general ictericia recuperación carcinoma hepatocelular portador asintomático de HBsAg cirrosis hepatitis crónica recuperación > 90% 90% 80%20% 3% infección subclínica hepatitis fulminante 1% 90% infección crónica 10% hepatitis aguda INFECCIÓNAGUDA POR HBV 75%25% Figura 14.16 Tipos de evolución después de la infección por el virus de la hepatitis B. Diagrama de fl ujo que muestra las posibilidades de resultados clínicos diferentes después de la infección por hepatitis B. La anchura de las líneas indica los porcentajes respectivos. No se ilustran las escalas de tiempo implicadas; algunas etapas pueden durar muchos años, otras algunas semanas. Figura 14.15 Infección por hepatitis A. 14Hígado, vías biliares y páncreas 285 La infección aguda por el virus de la hepatitis B es una enfermedad de resolución espontánea en la mayoría de los pacientes En la infección aguda sintomática, los pacientes desarrollan síntomas después de un periodo de incubación de 3 a 6 meses. En la mayor parte de los pacientes, en los que la enfermedad es de resolución espontánea (fi gura 14-18), hay una elevación en el suero del HBsAg, que alcanza su punto máximo inmediatamente antes del de la enfermedad clínica, volviéndose indetectable después de seis meses. Los marcadores de la replicación viral activa alcanzan su máximo justo antes que la enfermedad clínica (HBcAg, HBeAg, HBV DNA). Las concentraciones de transaminasas en el suero comienzan a elevarse justamente antes de la enfermedad sintomática, y persisten hasta la resolución de la enferme- dad. Con la caída en las concentraciones del HBeAg, apa- rece anti-HBe en la sangre. El anti-HBs se desarrolla en la sangre después de la fase aguda de la enfermedad, y más adelante, persiste durante la vida. En la infección crónica por el virus de la hepatitis B hay una falla en la eliminación del virus del hígado En algunos pacientes hay una falla en la eliminación de HBV del hígado, con persistencia del HBsAg en la sangre por seis meses después de la detección inicial. Hay dos posi- bles consecuencias principales de esta situación. • Estado de portador crónico asociado con ausencia de replicación viral activa. • Enfermedad crónica del hígado asociada con replicación viral activa. La evolución natural de la infección crónica con HBV se puede considerar en cuatro fases, cuyas relaciones se mues- tran en la fi gura 14-18. Cada fase puede durar muchos años, y hasta decenios. • Fase de tolerancia inmunitaria. La presencia del HBsAg se asocia con la presencia de HBcAg, HBeAg, y HBV-DNA en la sangre, indicadores de replicación viral activa. La histología del hígado muestra de manera típica hepatitis crónica, con riesgo de desarrollar cirrosis. • Fase de depuración inmunitaria. Aparece el anti-HBe en la sangre (denominado seroconversión HBeAg). Las concentraciones del HBeAg caen y hay un aumento asociado en las concentraciones de transaminasas en el suero, que refl ejan necrosis activa de la célula hepática. La histología muestra una hepatitis crónica activa que afecta gran parte del lobulillo hepático. • Fase del control inmunitario. Hay evidencia de que la replicación viral se ha suspendido (no se detectan en la sangre HBcAg, HBeAg, pero pueden encontrarse concentraciones bajas de HBV DNA). El paciente se puede clasifi car como en estado ‘latente’ de infección, en la cual el sistema inmunitario está controlando la replicación de HBV. La biopsia de hígado muestra evidencia mínima de infl amación, pero los hepatocitos pueden verse saturados de HBsAg (fi gura 14-19), pues una vez que la integración de DNA viral se realiza, puede producirse el antígeno de superfi cie (HBsAg) sin replicación viral. La seroconversión de HBsAg se asocia con debilitamiento de la progresión de la enfermedad • Fase HBe-negativa. En algunos pacientes puede producirse una fase adicional de la enfermedad cuando la viremia retorna, pero en ausencia de antígeno HBe por la emergencia de una cepa mutante de virus pre- núcleo (HBe-negativa). El hecho de que hay replicación viral se muestra por las concentraciones de HBV DNA. Por tanto, la detección de HBeAg es de menos uso que la detección de HBV DNA en la predicción de replicación viral. En la histología del hígado hay desarrollo de infl amación y hepatitis crónica, con el riesgo de desarrollar cirrosis. Infección por hepatitis B - resolución infección incubación malestar general ictericia y síntomas recuperación 1 2 3 4 5 6 meses Anti-HBs transaminasas Anti-HBc HBsAg HBeAg Anti-HBe tolerancia inmunitaria depuración inmunitaria control inmunitario HBe-negativo DNA viral transaminasas hepatitis crónica hepatitis crónica activa hepatitis crónica activa hepatitis mínima células vidrio despulido cirrosis activa carcinoma hepatocelular carcinoma hepatocelular cirrosis sin inflamación Figura 14.17 Eventos en la infección por hepatitis B de remisión espontánea. Figura 14.18 Fases en la infección por hepatitis B crónica. 14 PATOLOGÍAPatología clínica 286 La integración de HBV al genoma es oncógena y la infección con HBV crónica se asocia con un aumento en el riesgo de desarrollar un carcinoma hepatocelular. El virus de hepatitis D sólo puede causar infección en presencia de HBV El virus de la hepatitis D (HDV) es un virus del RNA hepatotrófi co. Es un virus defectuoso, que requiere la pre- sencia de infección por HBV para ensamblarse. En conse- cuencia, sólo puede causar enfermedad cuando hay una infección por HBV. Su forma de transmisión es la misma que la de la hepatitis B y predomina sobre todo en droga- dictos y pacientes en diálisis. La infección crónica por HDV raramente se resuelve y más del 60% de los pacientes afec- tados desarrollará cirrosis. En algunos pacientes hay una rápida progresión de la enfermedad en pocos años. La infección puede adquirirse de manera simultánea con la infección por HBV o suceder más adelante, como super- infección. La infección se confi rma con el hallazgo de IgM anti-D en el suero, en presencia de IgM anti-HBc. El HDV-DNA también se puede detectar en la sangre. La hepatitis C es desde el punto de vista clínico similar a la infección por hepatitis B La hepatitis C es causada por un fl avivirus RNA. Hay seis subtipos con diferentes incidencias geográfi cas, y se estima que 3% de la población aloja una infección. Su modo de transmisión es el mismo que en la hepatitis B y es una causa importante de hepatitis postransfusión. Aunque es respon- sable de muchos casos de hepatitis aguda esporádica, con frecuencia no puede identifi carse fuente conocida de infección. Hay un periodo de incubación de cerca de dos meses seguido, en algunos casos, por hepatitis aguda con fi ebre, malestar general, anorexia y por lo común ictericia ligera. La mayoría de los pacientes tiene una infección aguda asintomática. Algunos casos se recuperan después de un periodo de cerca de dos meses, con eliminación completa del virus; otros, tienen pruebas de función hepática persistentemente anorma- les por más de un año, desarrollando una hepatitis crónica, con periodos de remisión y recidivas. De los últimos, la mayor parte evolucionará a hepatitis crónica, y muchos progre- san a cirrosis, con un riesgo de carcinoma hepatocelular. El curso de esta enfermedad se muestra en la fi gura 14-20. Las manifestaciones extrahepáticas de la enfermedad, como artritis y agranulocitosis, son comunes. El diagnóstico puede confi rmarse con detección de anticuerpos contra HCV, y detección de HCV en la sangre con pruebas de PCR. La hepatitis E es desde el punto de vista clínico similar a la infección por hepatitis A La infección de hepatitis E es causada por un calicivirus RNA. Transmitida por la vía del mecanismo ano-mano-boca, se encuentra de manera habitual en abastecimientos de agua contaminados y causa hepatitis aguda de resolución espon- tánea. Tiene un periodo de incubación de cerca de un mes y es típico que cause infección asociada con ictericia, la que por lo general es más intensa que la que se ve con hepatitis A. La infección en mujeres embarazadas puede dar lugar a hepatitis aguda fulminante en 20% de los casos. No hay progresión a hepatitis crónica, yla inmunidad es para toda la vida. La hepatitis puede ser causada por otros virus Además de los virus hepatotrófi cos específi cos, otros virus también pueden causar hepatitis. Por ejemplo, la fi ebre ama- rilla es causada por un arbovirus grupo B. También puede haber hepatitis aguda con infección por el virus de Epstein- Barr y el citomegalovirus. La infección por rubéola y herpes simple puede causar graves enfermedades en la infancia. a b Figura 14.19 Infección por hepatitis B crónica. En la hepatitis crónica debida a infección por hepatitis B, las células el hígado acumulan HBsAg en el citoplasma, que se ve homogéneo, pálido y vidrioso (a). Estos hepatocitos llamados ‘vidrio despulido’ pueden ser teñidos inmunitariamente por anticuerpos HBsAg, como se muestra en (b) donde están teñidos de color pardo. 14Hígado, vías biliares y páncreas 287 INFECCIONES NO VIRALES El hígado puede estar implicado en varias enfermedades parasitarias La infestación parasitaria del hígado es un problema impor- tante a nivel mundial. Las principales enfermedades impli- cadas se presentan en la fi gura 14-21, y algunas se exponen en el capítulo 8. La infección bacteriana del hígado se realiza por tres vías principales • Propagación ascendente por colonización de las vías biliares por bacterias. Esto es casi siempre precipitado por obstrucción biliar. • Invasión ascendente de los vasos portales (piemia portal) por un foco de infección en el abdomen, por ejemplo, absceso causado por apendicitis complicada (pág. 269). • Propagación en sangre en caso de septicemia, que puede causar insufi ciencia hepática aguda grave. Una complicación importante de la infección bacteriana del hígado es el desarrollo de un absceso hepático. Ésta es una enfermedad muy grave, con una alta mortalidad si no se trata. La infección del hígado por Leptospira causa la enfer- medad de Weil, en la cual hay fi ebre, ictericia, un exantema cutáneo purpúreo e insufi ciencia renal. El hígado muestra necrosis focal de hepatocitos y colestasis. La sífi lis puede afectar al hígado en infección congénita, causando fi brosis difusa del parénquima. En la sífi lis terciaria se puede formar necrosis gomosa (pág. 100), que causa cicatrices profundas en el hígado (hígado liado). La infección tuberculosa del hígado se ve en la tuberculosis miliar (pág. 197). recuperación Cirrosis hepatitis recidivante y remitente crónica hepatitis subclínica o clínica aguda infección por hepatitis C Carcinoma hepatocelular hepatitis fulminante <1% 15% 85% 20% por año Figura 14.21 Enfermedades parasitarias que afectan al hígado Protozoarios Amibiasis Entamoeba histolytica El absceso amibiano contiene material necrótico que asemeja pasta de anchoas. Se puede romper el abdomen o perforar el diafragma causando enfermedad en el tórax Paludismo Causa crecimiento del hígado. Las células de Kupff er son hiperplásicas y contienen pigmento de paludismo Leishmaniasis visceral El hígado está crecido. Las células de Kupff er contienen Leishmania que aparece como cuerpos de Donovan Helmintiasis Ascariasis Ascaris lumbricoides Los huevecillos y los gusanos en las vías biliares causan colangitis. Se han comunicado abscesos hepáticos Esquistosoma Los huevecillos y los gusanos causan fi brosis en los tractos portales Duelas del hígado Clonorchis sinensis Las duelas colonizan el árbol biliar y causan infl amación crónica, así como obstrucción biliar. Predispone a desarrollo de carcinoma del árbol biliar Hidatidosis Echinococcus granulosus Se desarrollan quistes que contienen los escólices de gusanos en desarrollo Figura 14.20 Infección por hepatitis C. Diagrama de fl ujo que ilustra las probabilidades de diferentes resultados clínicos después de la infección por hepatitis C. La anchura de las líneas indica los porcentajes respectivos. No se ilustran las escalas de tiempo implicadas. 14 PATOLOGÍAPatología clínica 288 ENFERMEDADES INFLAMATORIAS CRÓNICAS DEL HÍGADO Las enfermedades infamatorias crónicas del hígado son causadas por muchos agentes diferentes Varias enfermedades del hígado que se caracterizan por daño hepático ocasionado en el transcurso de un periodo de meses, pueden agruparse como enfermedades infamato- rias crónicas del hígado. Las consecuencias más importan- tes de estas enfermedades, a largo plazo, son la pérdida progresiva de las células hepáticas, la fi brosis y la regenera- ción de hepatocitos. Cuando este proceso es difuso y pro- gresivo puede producir cirrosis. La hepatitis crónica se defi ne como una infl amación del hígado que persiste por más de seis meses La hepatitis crónica no es una enfermedad simple, sino un síndrome con varias causas. Se defi ne desde el punto de vista clínico como pruebas de función hepática anormales, con patrón de hepatitis, de seis meses de duración. El diagnóstico de hepatitis crónica suele establecerse en tres situaciones principales: • Un paciente está bajo seguimiento médico (que incluye pruebas de función del hígado y serología repetidas). En lugar de recuperarse, las pruebas de función hepática muestran concentraciones anormales continuas de transaminasas séricas por más de seis meses. • Un paciente desarrolla características inespecífi cas de anorexia, malestar general, y pérdida de peso y se descubre que tiene pruebas del hígado anormales que son sugestivas de hepatitis, (con elevación de las concentraciones de transaminasas). En los estudios se encuentra una causa de enfermedad del hígado (viral, autoinmunitaria, o tóxica/metabólica) y, al persistir la enfermedad por seis meses, se practica una biopsia de hígado para establecer el tipo de infl amación crónica del hígado. • Muchos pacientes son por completo asintomáticos y llegan a recibir atención médica, sólo tienen pruebas positivas a HBV o HCV en un estudio de detección sistemática, por ejemplo, cuando donan sangre. Los estudios pueden, entonces, sugerir una hepatitis crónica. La clasifi cación de hepatitis crónica que es basada en la etiología de la enfermedad se muestra en la fi gura 14-22. La hepatitis crónica puede ser estadifi cada y graduada de acuerdo a la histología del hígado La hepatitis crónica se caracteriza por presentar grados variables de necrosis hepatocelular, con infl amación fi brosis asociada (fi guras 14-23 y 14-24). a b N P Figura 14.22 Clasifi cación de la hepatitis crónica Causada por infecciones virales Hepatitis B crónica Hepatitis C crónica Hepatitis D crónica Causada por enfermedades autoinmunitarias Hepatitis autoinmunitaria Cirrosis biliar primaria Colangitis esclerosante primaria Causada por daño tóxico/metabólico Hepatitis fármacosa crónica Enfermedad de Wilson Defi ciencia de α1-antitripsina Figura 14.23 Variación en gravedad de la infl amación en la hepatitis cónica. (a) Infl amación grado 2 en el tracto portal (P), que se derrama sobre el parénquima adyacente con necrosis del hígado (N). (b) Infi ltración linfoide grado 1 limitada al tracto portal sin necrosis de las células. 14Hígado, vías biliares y páncreas 289 • La infl amación puede estar presente en los tractos portales, alrededor de los bordes de los tractos portales, o dentro del lobulillo hepático. El aumento en la intensidad de la infl amación se asocia con la necrosis de las células hepáticas. La evaluación de la intensidad de la infl amación y la necrosis de las células hepáticas, se emplean para determinar el grado de la enfermedad, y la infamación activa es un factor pronóstico adverso (fi guras 14-25 y 14-26). • Suele formarse fi brosis alrededor de los tractos portales, que luego progresa formando puentes entre los tractos portales, y más adelante puede estar asociada con cirrosis verdadera (ver abajo). El grado de fi brosis en una biopsia de hígado se usa para estadifi car la enfermedad. La hepatitis viral crónica es causada en especial por las hepatitis B y C La infección crónica por el virus dela hepatitis B se debe a la defi ciencia de la eliminación del virus en el hígado y conduce a pruebas bioquímicas que muestran daño de la célula hepática de más de seis meses. (Ver conjunto de datos). Hay marcadores de infección viral activa presentes (fi gura 14-18). La actividad infl amatoria varía, con infl ama- ción en los lobulillos preponderantemente linfocítica, aso- ciada con necrosis de hepatocitos. La necrosis de células hepáticas puede ser adyacente a los tractos portales. En la enfermedad grave se ven puentes de fi brosis, que pueden progresar a cirrosis. La infección crónica de la hepatitis C causa necrosis continua de células hepáticas, con duración mayor de seis meses. Los marcadores serológicos de infección viral activa se encuentran presentes. En contraste con el HBV, la infl a- mación se caracteriza por la presencia de folículos linfoides en el hígado y esteatosis en los hepatocitos. Un varón de 35 años de edad, con una historia de drogadicción intravenosa contrajo infección de la hepatitis B. Ocho meses después permanecía bien. Plasma Bilirrubina total 41 μmol/L (hasta 17) 2.4 mg/dL (hasta 1) Albúmina 30 g/L (30 a 48) Transaminasa alanina (ALT) 261 U/L (hasta 50) Fosfatasa alcalina 360 U/L (40 a 120) γ-glutamil transferasa (GGT) 233 U/L (hasta 70) Proteína total 97 g/L (63 a 78) La hepatitis crónica produce un perfi l variable de las pruebas de función hepáticas, como resultado de la infl amación continua. La fosfatasa alcalina, GGT, y bilirrubina aumentadas indican colestasis; la elevación de la concentración de ALT se debe a necrosis de células hepáticas. El deterioro de la función sintética del hígado contribuye a la hipoalbuminemia. Sin embargo, la concentración total de proteína está elevada debido a una alta producción de inmunoglobulinas. Las pruebas adicionales deben incluir pruebas para hepatitis B y C y evaluación de las pruebas de coagulación. Figura 14.24 Graduación y estadifi cación de la hepatitis crónica Grado de lesiones necroinfl amatorias Califi cación de grado Portal Lobular 0 1 2 3 4 Ninguno o mínimo Infl amación portal Necrosis leve de hepatocitos periportales Necrosis moderada de hepatocitos periportales Necrosis intensa de hepatocitos periportales Ninguna Infl amación pero sin necrosis Células necróticas focales con cuerpos acidófi los Daño celular focal intenso El daño incluye necrosis de hepatocitos que forman puentes entre tractos portales Etapa de fi brosis Califi cación de etapa Gravedad 0 1 2 3 4 Ninguna Tractos portales expandidos, fi bróticos La fi brosis se extiende a las áreas periportales La fi brosis se extiende a entre los tractos portales pero no distorsiona la arquitectura del hígado Fibrosis asociada con distorsión arquitectural correspondiente a cirrosis Conjunto de datos Hepatitis viral crónica 14 PATOLOGÍAPatología clínica 290 La hepatitis crónica autoinmunitaria se asocia con anticuerpos anti-Sm y antinucleares La hepatitis crónica autoinmunitaria se produce típicamente en mujeres entre los 20 y 40 años de edad. Se asocia con hipergamaglobulinemia, autoanticuerpos en el suero, y otros trastornos autoinmunitarios, como la tiroiditis, artritis, y el síndrome de Sjögren. Hay un comienzo insidioso de ano- rexia, malestar general y fatiga, los estudios revelan elevación de bilirrubina, concentraciones de transaminasas elevadas de forma moderada, y aumento ligero de la fosfatasa alcalina. La velocidad de sedimentación globular (VSG) está común- mente aumentada, y en algunos casos hay anemia mono- crómica. La enfermedad puede presentar un curso alternado de recidiva y remisión o progresar de forma inexorable a cirrosis. La etiología es desconocida. Se encuentran en el suero anticuerpos antimúsculo liso SMA (80% de los casos), autoan- ticuerpos nucleares ANA (40-60% de los casos, anticuerpos microsómicos antihígado/riñón LKM-1 (4% de los casos), y anticuerpos solubles contra hígado antiSLA (25% de los casos), pero no son específi cos para la enfermedad y a menudo se ven en infección por HCV. En 10% de los casos no se detectan autoanticuerpos. Se cree que ninguno de los autoanticuerpos causa daño de células hepáticas, se piensa que la citotoxicidad mediada por célula T desempeña un papel en la enfermedad. En el establecimiento del diagnóstico de hepatitis crónica autoinmunitaria deben excluirse otras causas de enferme- dades infamatorias crónicas del hígado (p. ej., infección viral, enfermedad alcohólica del hígado, colangitis esclero- sante, cirrosis biliar primaria, hepatitis relacionada con fár- macos y enfermedad de Wilson). La biopsia de hígado es parte de la evaluación del paciente. La hepatitis crónica relacionada con fármacos debe excluirse por la historia clínica Ciertos fármacos pueden causar hepatitis crónica, de los cuales los más comunes son la metildopa, nitrofurantoína, mino- ciclina, lisinoprol y diclofenaco. Muchos otros fármacos se han implicado, aunque raramente, por lo que es importante considerar cualquier remedio con fármacos o compuestos her- bolarios, como causa potencial de hepatitis crónica. El mecanismo es desconocido, pero se ha sugerido hep- totoxicidad directa y respuestas autoinmunitarias inducidas. Otras formas de enfermedad del hígado pueden ser el resul- tado de la ingestión de fármacos, incluyendo a la necrosis aguda de los hepatocitos (pág. 280). La cirrosis biliar primaria se asocia con anticuerpos mitocondriales La cirrosis biliar primaria (CBP) se caracteriza por la destruc- ción crónica de los conductos biliares intrahepáticos. La incidencia es 10 veces mayor en las mujeres que en los hombres, y es una causa importante de enfermedad crónica del hígado y cirrosis en mujeres mayores de 50 años de edad. Aunque están implicados fenómenos inmunitarios, la etiología de la cirrosis biliar primaria es incierta. Se encuen- tran autoanticuerpos en la sangre, pero no se cree que sean responsables directos de la enfermedad. Los anticuerpos antimitocondriales AMA están dirigidos contra enzimas mitocondriales internas. También se ven ANA contra la proteína de poro nuclear gp120. Se reconoce una fase sintomática temprana, en la cual, se encuentra que los pacientes tienen pruebas de de la función hepática anormales y autoanticuerpos circulantes. Este grupo de pacientes desarrolla de manera típica una enfermedad sintomática dentro de un periodo de cinco años. En las etapas sintomáticas tempranas de la enfermedad, los pacientes presentan prurito, cansancio e hiperbilirrubi- nemia leve (ver conjunto de datos). Los pacientes sintomá- ticos, desarrollan tipicamente enfermedad avanzada en un periodo de seis a 10 años. Algunos pacientes que se presentan con enfermedad des- compensada avanzada, con evidencia clínica de cirrosis complicada, tienen un pronóstico adverso sin trasplante de hígado. Se practica biopsia de hígado para evaluar la etapa de la enfermedad; la enfermedad temprana revela obliteración de los conductos biliares en los tractos portales, asociada con granulomas pequeños. Más adelante hay infi ltración de los tractos portales por células linfoides, con extensión al hígado y destrucción de hepatocitos adyacentes, en forma similar a la que se ve en la hepatitis crónica. Al progresar la enfer- medad, hay pérdida de conductos biliares grandes y fi brosis progresiva. En las etapas fi nales se produce cirrosis. Se genera una progresión gradual a lo largo de un periodo de cerca de 10 años. El tratamiento con el uso de ácido ursodesoxi- cólico puede mejorar la función hepática, aunque con fre- cuencia el trasplante de hígado es necesario. Una mujer de 51 años de edad se quejó de prurito generalizado creciente durante un periodo de 12 meses. Plasma Bilirrubina total 24 μmol/L (hasta 17) 1 mg/dL (hasta 1) Albúmina 30 g/L (30 a 48) Transaminasa alanina (ALT) 78 U/L (hasta 50) Fosfatasa alcalina 531 U/L (40 a 120) γ-glutamil transferasa (GGT) 421 U/L (hasta 70) Proteína total 91g/L (63 a 78) La fosfatasa alcalina y GGT altas indican colestasis. La ictericia no es un dato constante en la cirrosis biliar primaria; esta paciente no estaba visiblemente ictérica. Las concentraciones de IgM suelen estar elevadas, como lo indica la concentración total de proteína. Las pruebas de laboratorio adicionales deben incluir títulos de anticuerpos antimitocondriales, que son de manera característica altos en la cirrosis biliar primaria. Conjunto de datos Cirrosis biliar primaria 14Hígado, vías biliares y páncreas 291 La colangitis esclerosante primaria es el resultado de la infl amación y fi brosis de los conductos biliares, y conduce a la cirrosis La colangitis esclerosante primaria (CEP) causa ictericia obstructiva progresiva, y se caracteriza por infl amación cró- nica y fi brosis de los conductos biliares. Es un trastorno con preponderancia masculina y una incidencia máxima entre los 25 y 40 años de edad. Se asocia con la presencia de enfermedad infl amatoria intestinal crónica: 60% de los pacientes con CEP tiene colitis ulcerosa, aunque sólo cerca de 5% de los pacientes con colitis ulcerosa desarrolla CEP. Los anticuerpos que se observan en la CBP no se encuen- tran en los casos de colangitis esclerosante primaria. La CEP afecta los conductos biliares tanto intrahepáticos como extrahepáticos. Los conductos intrahepáticos y extra- hepáticos grandes forman estrecheces fi brosas con dilata- ción segmentaria. El estudio radiológico, después de la inyección de un agente de contraste en el colédoco de vuelta al hígado (colangiografía endoscópica retrógrada, o CER) revela un aspecto “arrosariado” de los conductos afectados (fi gura 14-25a). Los conductos de tamaño mediano y los conductos por- tales, muestran infl amación y una confi guración de fi brosis concéntrica alrededor de los conductos (fi gura 14-25b), mientras que los conductos biliares pequeños en los tractos portales son remplazados por cicatriz colágena (conductos biliares evanescentes). Los pacientes desarrollan ictericia colestásica, con pro- gresión a cirrosis a lo largo de un periodo de cerca de 10 años. Hay un aumento en el riesgo de desarrollar colangio- carcinoma (pág. 297). ENFERMEDADES TÓXICAS DEL HÍGADO Los fármacos son una causa común e importante de enfermedades del hígado Los fármacos son una causa muy común de enfermedades del hígado, y la obtención de una historia sobre éstos es una parte vital de la evaluación de cualquier paciente con función anormal el hígado. Los fármacos hepatotóxicos pueden dividirse en dos grupos principales: hepatotoxinas intrínsecas, que son dependientes de la dosis, predecibles, y responsable de una alta incidencia de daño tóxico en el hígado, y las heptotoxinas idiosincráticas, que causan enfer- medades del hígado en un porcentaje reducido de indivi- duos expuestos, por hipersensibilidad o metabolismo de los fármacos. Los fármacos pueden causar todos los tipos de patología del hígado, cuyas formas principales se proporcionan en la fi gura 14-20. En vista del hecho de que casi cualquier fármaco puede causar enfermedad del hígado, es aconseja- ble consultar un texto especializado cuando se relate una historia de los fármacos que utiliza para determinar daño hepático potencial. El alcohol es la causa más común de las enfermedades crónicas del hígado El abuso del alcohol es la causa más común de las enfer- medades del hígado en los países occidentales, las mujeres tienen una mayor tendencia que los hombres al daño del hígado inducido por el alcohol. a b D E Figura 14.25 Colangitis esclerosante. En la colangiografía retrógrada se ve un aspecto de rosario con dilatación y estrechamiento (a). Desde el punto de vista histológico, los conductos en el hígado están rodeados por una confi guración de fi brosis concéntrica (E); e infl amación crónica asociada, que conduce a obliteración posterior del conducto. Figura 14.26 Daño del hígado inducido por fármacos Patología del hígado Fármacos causantes de daño Esteatosis Metotrexato, tetraciclinas, valproato de sodio Granulomas hepáticos Sulfonamidas, alopurinol Hepatitis aguda Isoniazida, halotano Hepatitis crónica Isoniacida, metildopa Colestasis Esteroides, clorpromacina Oclusión de vena central Fármacos citotóxicos Tumores Anticonceptivos orales (adenomas), esteroides anabólicos (carcinoma) Necrosis aguda Paracetamol 14 PATOLOGÍAPatología clínica 292 El alcohol es una hepatotoxina, y el daño del hígado se relaciona con su ingestión diaria. No existe un límite seguro para la ingestión de alcohol, pero las ingestiones diarias máximas aconsejables se han defi nido, cuando se el riesgo de daño hepático es reducido (50 a 60g/día en varones y 30 a 40 g/día en mujeres). La toxicidad del etanol se debe quizás a varios factores: la generación de su producto metabólico de disociación (acetaldehído); generación de especies reactivas de oxí- geno, que causan daño oxidante a los hepatocitos; y acti- vación de la respuesta del retículo endoplasmático al estrés en los hepatocitos. El alcohol causa esteatosis del hígado, hepatitis aguda y cirrosis La lesión alcohólica del hígado puede conducir a esteatosis (fi gura 14-6), en la cual la acumulación de grasa en los hepatocitos es reversible con abstinencia. En la hepatitis alcohólica aguda, la ingestión de grandes cantidades de alcohol causa una hepatitis verdadera, con necrosis focal de los hepatocitos. La enfermedad semejar la hepatitis viral aguda, y las pruebas de funcionamiento hepá- tico revelan concentraciones elevadas de transaminasas y γ-glutamil transpeptidasa (fi gura 14-27). Si un paciente con hepatitis alcohólica se abstiene, la infl amación se resuelve sin daño alguno. Con la ingestión continua de alcohol se desarrolla fi brosis alrededor de las venas centrales, en respuesta a la necrosis continua de los hepatocitos. El resultado es una fi brosis hepática que puede llevar hacia la cirrosis. La cirrosis alcohólica afecta a menos del 10% de los pacientes que padecen de alcoholismo crónico. Puede desa- rrollarse después de episodios de hepatitis alcohólica aguda, o ser de inicio insidioso, presentándose sólo en la etapa termi- nal de la enfermedad del hígado. ENFERMEDADES METABÓLICAS DEL HÍGADO La hemocromatosis es causada por el depósito excesivo de hierro en los tejidos En la hemocromatosis, la acumulación excesiva de hierro causa una lesión crónica a las células del hígado. Se distin- guen dos tipos de enfermedades. La hemocromatosis primaria, que es heredada, con un carácter autosómico recesivo, conduce a la absorción exce- siva de hierro del intestino. El gen está situado en el cromo- soma 6, cerca del locus HLA, llamado HLA-H. El hierro se acumula como hemosiderina en muchos tejidos, incluyendo al hígado (fi gura 14-28), páncreas, hipófi sis, corazón y piel. La acumulación de hierro en el hígado causa muerte de los hepatocitos (es posible por generación de radicales libres) y conduce a la cirrosis. La acumulación en los islotes pancreá- ticos produce diabetes mellitus, y en el músculo cardiaco origina miocardiopatía, con insufi ciencia cardiaca. Desde el punto de vista macroscópico, el hígado y otros tejidos afectados adquieren un color pardo herrumbroso a causa de la hemosiderina presente en las células (hepatoci- tos, células de Kupffer, y epitelio biliar del hígado). H F N a b Figura 14.28 Hemocromatosis. La tinción de Perls revela depósito de hierro en los tejidos como un color azul. En (a) se ve hierro en las células del hígado, así como en el epitelio biliar. Desde el punto de vista macroscópico, los tejidos afectados se observan de color pardo herrumbroso, como se ilustra en el páncreas en (b), tomado de un paciente con hemocromatosis primaria. Figura 14.27 Hepatitis alcohólica. La biopsia de hígado muestra esteatosis (F) y necrosis focal de células del hígado, asociadas con infi ltración de neutrófi los adyacentes a célulasmuertas (N). La sustancia hialina de Mallory (H) se acumula en una proporción reducida de hepatocitos. Compuesta por fi lamentos intermediarios de citoqueratina, la ubiquitina aparece como glóbulos brillantes eosinófi los en el citoplasma de la célula hepática. 14Hígado, vías biliares y páncreas 293 El diagnóstico se puede establecer con el hallazgo de una saturación en extremo elevada de transferrina en la sangre, con concentraciones altas de hierro y ferritina en el suero y suele confi rmarse con biopsia de hígado. La hemocromatosis secundaria (llamada también hemosi- derosis) es el resultado de la acumulación excesiva de hierro causada por otras enfermedades primarias (p. ej., alcoho- lismo), y por transfusiones de sangre repetidas, en enfer- medades con anormalidades en la formación de eritrocitos, sobre todo talasemia (págs. 321-2). La enfermedad de Wilson es una enfermedad hereditaria del metabolismo del cobre La enfermedad de Wilson es una enfermedad del hígado destructiva, crónica y rara, pero tratable. El trastorno auto- sómico recesivo hereditario del metabolismo del cobre, causa la acumulación de una cantidad excesiva de cobre en el hígado y encéfalo. El defecto es una mutación en un gen ATPasa de transporte de cobre, el ATP7B, situado en el cromosoma 13. La tasa de portador es de cerca de 1:90 en la población, con aproximadamente 300 mutaciones des- critas actualmente. Como la mayoría de los casos representa heterocigotos compuestos con tantas mutaciones potencia- les, el diagnóstico genético es limitado, y la confi anza se basa en pruebas bioquímicas. El exceso de cobre en el hígado causa desde el inicio un cuadro de hepatitis crónica desde el punto de vista clínico, y progresa patológicamente a cirrosis. Algunos pacientes tienen esteatosis signifi cativa como característica dominante en la enfermedad de Wilson. La acumulación en el encéfalo induce trastornos psiquiá- tricos que comprenden cerca del 20% de los casos que se presentan, así como una presentación neurológica con movi- mientos oculares anormales, y un trastorno del movimiento semejante a la enfermedad de Parkinson. El diagnóstico se puede establecer por la presencia de un nivel bajo de ceruloplasmina, la proteína fi jadora de cobre, en el suero (ya que no es liberada por el hígado). El exceso de cobre es demostrable en material de biopsia de hígado con tinción especial. La defi ciencia de αα1-antitripsina causa enfermedad crónica del hígado y cirrosis La defi ciencia de α1-antitripsina (fi gura 14-29) es una causa hereditaria importante de enfermedad crónica del hígado, también produce enfi sema panacinar (pág. 204). Los indi- viduos afectados no pueden producir el inhibidor de la proteasa extracelular normal activa, llamada α1-antitripsina. Se conocen muchos alelos de este gen inhibidor de la pro- teasa (Pi), cada uno de los cuales se ha identifi cado con una letra. El fenotipo normal se conoce como PiMM. El alelo anormal más signifi cativo es llamado Z. Los hetero- cigotos (PiZM) conllevan un riesgo aumentado de daño pulmonar si se fuma, produciendo enfi sema. Los homoci- gotos (PiZZ) desarrollan enfi sema y enfermedad del hígado. La enfermedad puede manifestarse en neonatos como una hepatitis neonatal (pág. 298), aunque esto no es una consecuencia inevitable del genotipo PiZZ. En la vida adulta, la enfermedad se puede descubrir siguiendo los estudios de las pruebas anormales de funcionamiento hepático, los que pueden revelar una hepatitis crónica o cirrosis. En circunstancias normales el cobre dietético es llevado al hígado, forma un complejo con ceruloplasmina, y es secretado al plasma. La ceruloplasmina es reciclada en el hígado en el sistema endosoma-lisosoma, y el cobre libre es excretado de nuevo a la bilis. En la enfermedad de Wilson el hígado falla en excretar el complejo cobre- ceruloplasmina al plasma, acumulando cobre en el citoplasma de los hepatocitos. El cobre libre rebosa a la sangre y es depositado en el encéfalo y la córnea (anillos de Kayser-Fleischer). a b G G Figura 14.29 Defi ciencia de α1-antitripsina. La biopsia de hígado muestra acumulación de α1-antitripsina en los hepatocitos, como glóbulos (G) que se tiñen con PAS (a), y también puede ser teñida de manera específi ca con métodos de inmunoperoxidasa usando anticuerpos contra α1-antitripsina (b). Acumulación de cobre en la enfermedad de Wilson 14 PATOLOGÍAPatología clínica 294 CIRROSIS DEL HÍGADO En la cirrosis, el hígado es reemplazado de forma difusa, por nódulos de hepatocitos separados por fi brosis En la cirrosis, la arquitectura normal del hígado es rempla- zada difusamente por nódulos de células hepáticas en rege- neración, separados por bandas de fi brosis de colágena (fi gura 14-30). La cirrosis es una forma irreversible de enfer- medad crónica del hígado, es la etapa terminal de muchos procesos. Tiene tres características fundamentales: la des- trucción crónica de los hepatocitos, infl amación crónica aso- ciada que estimula la fi brosis y la regeneración de hepatocitos causante de la formación de nódulos. La fi brosis es causada por factores de crecimiento libe- rados por células infl amatorias, células de Kupffer, y hepa- tocitos. Es posible que las células infl amatorias sean parte del proceso de la enfermedad (p. ej., en hepatitis crónica), o hayan sido reclutadas en respuesta a la necrosis de las células hepáticas (p. ej., en el alcoholismo crónico). Células similares a miofi broblastos, llamadas células estrelladas, son las responsables de secretar colágeno. Los nódulos de hepatocitos se forman como parte de la capacidad normal de dichas células para dividirse y regene- rarse en respuesta al daño, pero carecen de conexiones vasculares y de drenaje biliar normal. La mejor forma de clasifi car la cirrosis es por su etiología. Las principales causas de cirrosis (fi gura 14-31) son trastor- nos en los que se sabe que producen como resultado necrosis crónica de las células hepáticas, con fi brosis y regeneración. En las clasifi caciones iniciales se describían dos tipos de cirrosis, con base en el tamaño de los nódulos de regene- Figura 14.30 Cirrosis. Macroscópicamente (a) (b) la superfi cie externa del hígado cirrótico tiene un aspecto multinodular en la superfi cie de corte (c) el parénquima está reemplazado por nódulos de hepatocitos con regeneración, separados por fi brosis fi na. Desde el punto de vista histológico (d), los nódulos de hepatocitos (teñidos de amarillo en esta preparación) están separados por bandas de tejido colágeno (teñidas de rojo). Los conductos biliares y los vasos portales recorren por los tabiques fi brosos. Algunos de los nódulos contienen una vena central, y otros no. Esta distorsión de la arquitectura vascular conduce a hipertensión portal. En algunos casos puede determinarse la causa de la cirrosis con una biopsia de hígado; por ejemplo, la cirrosis alcohólica de manera habitual se caracteriza por esteatosis de los hepatocitos como se muestra en (c). d e a b c Figura 14.31 Causas de cirrosis Comunes Enfermedad alcohólica del hígado Criptógena (causa no determinada) Hepatitis crónica causada por virus de hepatitis B y hepatitis C No comunes Hepatitis crónica autoinmunitaria y CBP Obstrucción biliar crónica (cirrosis biliar) Fibrosis quística Tratables, pero raras Hemocromatosis Enfermedad de Wilson Raras Defi ciencia de α1-anitripsina Glucogenosis tipo IV Tirosinemia 14Hígado, vías biliares y páncreas 295 ración: los nódulos de la cirrosis micronodular son peque- ños, con tamaño de hasta 3 mm.; los nódulos de la cirrosis macronodular son mayores de 3 mm, variando en tamaño hasta alcanzar 2 cm. Esta clasifi cación tiene poca utilidad clínica. La cirrosis da por resultado insufi ciencia hepática e hipertensión portal Las principales consecuencias de la cirrosis son: • Función hepática reducida (disminución de la síntesis de proteínas, defi ciencia de destoxifi
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