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30Capítulo Marco A. Becerril Flores Óscar Vázquez Tsuji Ignacio Martínez Barbabosa Contenido ■ Introducción ■ Características generales del parásito ■ Ciclo biológico ■ Mecanismos patogénicos y manifestaciones clínicas ■ Diagnóstico ■ Tratamiento ■ Prevención ■ Epidemiología Características generales del parásito Como todos los nematodos, E. vermicularis pasa por las fases de huevo, cuatro larvarias y la de adulto (fi gura 30-1). El hue- vo es ovoide y tiene apariencia plana en uno de sus lados; su longitud varía entre 50 y 60 μm y 20 a 30 μm de ancho. En su interior se forma una larva seis horas después de su ex- pulsión. La hembra mide de 8 a 13 mm de largo por 0.3 a 0.5 mm de ancho; su tamaño es mayor cuando se encuentra grávida, ya que su útero se ensancha al estar lleno de hue- vos. Su vulva se localiza en la región media ventral de su cuerpo (fi gura 30-2). El extremo posterior es muy afi lado. Preguntas de evaluación inicial 1. ¿En cuánto tiempo se forma la larva en el huevo de Entero- bius vermicularis? 2 . ¿En qué sitio se establece dentro del cuerpo humano? 3 . ¿Qué regiones extraintestinales puede invadir el parásito? 4 . ¿En qué consiste la técnica de Graham? 5 . ¿Cuáles son las condiciones epidemiológicas que favorecen la enterobiasis? Introducción La enterobiasis es una infección intestinal cuyo agente cau- sal es el nematodo Enterobius vermicularis, también conoci- do como oxiuro. A pesar de ser una infección intestinal en el humano, es la única que para su transmisión no requiere del mecanismo oral-fecal, pero sí del mecanismo ano-ma- no-boca. Tampoco es una geohelmintiasis, y el ambiente ideal para que la infección surja es el contacto estrecho entre personas, particularmente la convivencia en hacinamiento, o que la gente infectada intercambie ropa interior. En inglés se denomina “pinworm” o gusano alfi lerillo, debido a que su extremidad posterior es delgada y afi lada como un alfi ler. Enterobiasis Figura 30-1 Porción cefálica del adulto. El macho mide de 2 a 5 mm de largo y 0.1 a 0.2 mm de ancho. Como en la mayoría de los nematodos, la región pos- terior del macho es curva. Dos características importantes para identifi car a los parásitos adultos pueden ser la presen- cia de dos aletas cefálicas en la región anterior y una espícu- la copulatoria en la región posterior (fi gura 30-3). Ciclo biológico La fase infectiva para el humano es el huevo larvado (fi guras 30-4 y 30-5), el cual entra por vía oral. Se presume que el parásito puede invadir al humano al ser inhalado por éste, aunque esto no ha sido comprobado. El huevo de E. vermi- cularis tiene un metabolismo tan rápido que en menos de 10 horas los huevos desarrollan una larva en su interior. Esto trae consecuencias en la transmisión, de manera que algún portador puede transmitir huevos no larvados, pero en el transcurso del mismo día de infección los huevos pueden desarrollar sus larvas y convertirse en infectantes. El huevo larvado de E. vermicularis pasa hacia el tubo digestivo, y al llegar al estómago y al duodeno se eliminan las capas de su cubierta, lo que favorece que la larva eclosione y migre por el intestino delgado. Cuando ésta llega al ciego, el parásito se ha convertido en adulto, y macho y hembra copulan. La hembra llena su útero de huevos. Por razones aún descono- cidas, el ensanchamiento de la hembra ocasiona que se des- pegue de la mucosa intestinal y comience a reptar hasta alcanzar la periferia anal del humano. Al arribar a esa zona, deposita los huevos, los cuales se vuelven pegajosos debido a la presencia de polisacáridos en su cubierta, lo que les per- mite adherirse a la piel de la región perianal. Cada hembra pone más de 10 000 huevos. Se ha sugerido que las hembras son capaces de regresar de nuevo al intestino grueso, pero este hecho no ha sido comprobado. Lo que sí es cierto es que siguen reptando alrededor del ano, y en las mujeres infecta- das el helminto puede desplazarse hacia la vagina, ovarios y peritoneo. Después de la ovoposición, las hembras mueren y los machos pueden permanecer en el ciego adheridos a la mucosa, aunque también se desplazan por todo el intestino grueso; por lo general mueren después de la cópula. Los huevos evolucionan con tanta rapidez que dentro del intes- tino grueso o en la región perianal se desarrollan a fase lar- varia, y después a adulta; en esta última fase el parásito deposita sus huevos. Éstos llegan a larvarse en sólo seis ho- ras y la larva que se encuentra en su interior alcanza el tercer estadio, pudiendo ser infectiva para el ser humano (fi gura 30-6). Figura 30-2 Porción ventral de la hembra. Figura 30-4 Huevo larvado. Figura 30-3 Huevos de Enterobius vermicularis; examen directo (100 ). (Cortesía del Dr. J. Tay.) Figura 30-5 Huevo de Enterobius larvado. Capítulo 30 Enterobiasis228 Mecanismos patogénicos y manifestaciones clínicas Los síntomas que caracterizan a la enterobiasis son causa- dos por la irritación que induce la presencia de parásitos adultos en el ciego y durante su migración intestinal para alcanzar la zona perianal y perineal, y por la presencia de huevos en estas regiones. En el caso de la mujer, puede haber migración errática de la hembra de E. vermicularis hacia la región vulvovaginal e invadir vagina, trompas de Falopio y ovarios; en los varones puede afectar próstata y epidídimo. La sintomatología más común en esta parasitosis consiste en prurito anal de predominio nocturno, insomnio, irrita- bilidad, dolor abdominal en fosa iliaca derecha, disminu- ción del apetito, bruxismo, prurito nasal y vulvovaginitis en la mujer. El traumatismo de la mucosa intestinal que producen los gusanos adultos con la afi lada extremidad posterior durante su desplazamiento hacia el exterior facilita la penetra- ción de la mucosa de bacterias. La introducción de los adultos en la luz del apéndice vermiforme ha dado origen a cuadros de apendicitis, y en disección del apéndice se han encontrado parásitos adultos de E. vermicularis (fi gura 30-7). En la mucosa dañada se ha observado infi ltrado infl amatorio por la presencia de huevos de E. vermicularis. Es probable que el mismo parásito produzca sólo un foco infl amatorio con infi ltrado celular sin eosinófi los como respuesta a la infec- ción. Como ya se mencionó, las hembras pueden llegar a la vulva, vagina, útero, trompas de Falopio y ovarios, e incluso al peritoneo. La presencia de la hembra en estos sitios indu- ce una reacción infl amatoria que ocasiona vulvovaginitis, salpingitis y peritonitis. Recuerde que en las mucosas se produce una reacción infl amatoria local que muy probable- mente se deba a lesiones físicas que el gusano causa debido a sus movimientos de desplazamiento. También debe consi- derarse que este parásito se alimenta de sustancias que en- cuentra en el medio y las metaboliza; como consecuencia de lo anterior elimina los productos de excreción y secreción, los cuales pueden ser tóxicos o actuar como antígenos al huma- no, desencadenando una respuesta inmune local o al menos causar reacción infl amatoria. + Figura 30-6 Ciclo biológico de Enterobius vermicularis. Figura 30-7 Corte transversal del adulto de Enterobius vermicularis en el apéndice. (Tinción con hematoxilina férrica, 40 .) Mecanismos patogénicos y manifestaciones clínicas 229 En la mujer se puede presentar leucorrea, así como prurito y malestar en los genitales. Hay casos en los que se aprecia la presencia de E. vermicularis en hígado y pulmo- nes. En el caso de la enterobiasis hepática, los gusanos pre- sentan una migración errática y, en vez de desplazarse hacia las márgenes del ano, migran hacia los conductos biliares para alcanzar el tejido hepático. En la mujer también se han reportado casos de enfermedad pélvica infl amatoria. La presencia de E. vermicularis en los pulmones no ha tenido una explicación clara. Se ha mencionado la hipótesis de que la invasión pulmonar del nematodo se realizamediante la inhalación de huevos larvados infectantes y el ulterior desa- rrollo del gusano hasta su fase adulta. La enterobiasis es más frecuente en niños en edad es- colar que en personas adultas. La presencia de los huevos en la región perianal o perineal y el movimiento de las hembras ocasiona el prurito anal, el cual es de predominio nocturno y tan intenso que obliga al rascado consciente o inconscien- te. El prurito nasal que se presenta en la enterobiasis se ha relacionado con procesos de hipersensibilidad inducidos por la presencia de antígenos del parásito y la producción de productos metabólicos del mismo. El prurito intenso puede ser la causa de que el infectado no duerma con tran- quilidad; en ocasiones se presenta bruxismo, es decir, el en- fermo rechina los dientes durante el sueño. La falta de sueño produce irritabilidad, nerviosismo, somnolencia y cansan- cio. El rascado constante de la zona afectada llega a producir dermatitis eccematosa e infecciones bacterianas secundarias. La enuresis (micción involuntaria) nocturna que presentan los niños en esta parasitosis se ha atribuido a la presencia de adultos de E. vermicularis en la región perianal y perineal, y en la vagina en el caso de niñas. Aunque no está del todo confi rmado, resulta intere- sante saber que una consecuencia “benéfi ca” observada en el ser humano debida a la infección por E. vermicularis es el papel inmunorregulador contra la diabetes y el asma. Los niños diabéticos o asmáticos infectados con este nematodo no presentan riesgo de problemas por ambos padecimien- tos, o al menos los disminuye. Las razones aún no son cla- ras, pero remiten a considerar la presencia de sustancias que secreta el parásito y que desencadenan tal respuesta. La infec- ción por E. vermicularis produce disminución de los niveles séricos de zinc y cobre, así como de ácido fólico y vitamina B12, cuya defi ciencia se asocia con el deterioro pondoesta- tural. Diagnóstico Los datos clínicos antes señalados (sobre todo en niños) y las condiciones epidemiológicas en que vive el paciente con- ducen a la sospecha de la infección. Información importan- te son noches de insomnio, prurito anal y nasal. Aunque puede haber huevos y parásitos adultos en la luz intestinal, no es frecuente observarlos con los métodos de laboratorio convencionales. Los huevos se encuentran adheridos a la re- gión perianal, por lo que es preciso extraerlos de esa región. El procedimiento más efi caz para identifi carlos es el uso de la cinta engomada en contacto perianal, conocida como téc- nica de Graham. Como en la madrugada las hembras de E. vermicularis efectúan la oviposición, en ese momento el pa- ciente presenta mayor cantidad de huevos del parásito. Por esta razón se recomienda que el enfermo sea examinado an- tes de bañarse por la mañana, con objeto de aumentar la probabilidad de encontrar los huevos del helminto. La técnica consiste en preparar una cinta de celofán engomada, “durex”, o cinta adhesiva (fi gura 30-8, A), la cual se coloca en un abatelenguas de tal forma que la parte pega- josa se encuentre hacia afuera y sujetada con los dedos pul- gar e índice. En seguida se pone en contacto con el ano del paciente (fi gura 30-8, B); luego, la cinta se separa del abate- lenguas y se coloca sobre un portaobjetos de manera que la parte engomada se adhiera a éste. El portaobjetos se observa bajo el microscopio sin teñir y sin cubreobjetos. Un caso de infección por E. vermicularis se diagnostica al ver los hue- vos del parásito. Es muy rara la presencia de huevos del pa- rásito y del gusano adulto en las heces. Es muy importante señalar que con la cinta adhesiva se pueden encontrar acci- dentalmente huevos de Taenia spp. Figura 30-8 A, Colocación de la cinta engomada para realizar la téc- nica de Graham. B, Contacto perianal del abatelenguas para la técnica de Graham. (Cortesía del Dr. Rubén Álvarez Ch.) A B Capítulo 30 Enterobiasis230 Tratamiento Mebendazol y albendazol son fármacos cuya acción consis- te en evitar que el helminto pueda captar la glucosa que le proporciona energía para sus funciones metabólicas; dichos medicamentos se administran en una sola dosis. El pamoato de pirantel bloquea el sistema neuromuscular del parásito, con lo que queda inmovilizado. Este fármaco se administra en dosis única, y se aconseja otra dosis 2 a 4 semanas después con el fi n de eliminar los huevos que eclosionaron desde el momento del tratamiento inicial. La piperazina también se recomienda, pero durante siete días. Debido a que más de un miembro de la familia puede estar infectado, se reco- mienda el tratamiento de la familia completa. Es imperativo establecer medidas de higiene y reglas sanitarias en la co- munidad (cuadro 30-1). Prevención Las medidas preventivas tienen que ver con los mecanismos de transmisión. A este respecto, la higiene personal desem- peña un papel importante, ya que los huevos del parásito se adhieren a la periferia anal. El baño diario con jabón ayuda a eliminar los huevos, pero no la parasitación. Otras medi- das preventivas son evitar el contacto con fomites, por lo que se recomienda no usar la ropa de otra persona, evitar el hacinamiento, mantener limpio el interior de la casa, dor- mir en camas separadas (sobre todo los niños) y comer ali- mentos limpios. En las niñas es muy importante la higiene en la región vulvar. Epidemiología La enterobiasis es de las parasitosis más frecuentes a nivel mundial. Se estima que E. vermicularis infecta a más de 400 millones de personas en todo el orbe, lo que representa alre- dedor de 10% de la población total. En Estados Unidos y Europa es el nematodo más común. Las condiciones que fa- vorecen la infección son el hacinamiento, la falta de higiene y la onicofagia (hábito de morderse las uñas). Debido a que el parásito se encuentra en la periferia anal y la infección propicia el prurito, los infectados se rascan y se llevan en sus manos los huevos del parásito. La ropa es un vehículo muy importante en la transmisión, por lo que el intercambio de la misma, a menudo entre hermanos, favorece el contagio. Las personas infectadas contagian a quienes duermen junto a ellas, razón por la que la enterobiasis es común en asilos, orfanatos, casas de huéspedes, escuelas, internados, etcéte- ra. Además, en los lugares de clima templado o frío los ni- ños duermen juntos, lo que propicia la propagación de la enfermedad, siendo más frecuente en la población de 5 a 14 años de edad. La higiene escasa o nula es otro factor que favorece la diseminación de esta parasitosis debido a que la falta de aseo impide la eliminación de los huevos del parásito y per- mite que se transmitan de una persona a otra. La falta de limpieza en el hogar también propicia la infección, ya que sábanas, ropa y colchones pueden contener huevos del pará- sito, que pueden pegarse en la piel. La onicofagia es un fac- tor muy importante, pues cuando el enfermo se rasca, los huevos del helminto quedan en las uñas, y al mordérselas los lleva a la boca. No lavarse las manos antes de comer o preparar los alimentos también favorece la transmisión, sobre todo en estratos de bajo nivel socioeconómico. Los hijos de madres que no tienen la higiene adecuada se infectan en forma constante. Algunos autores opinan que al sacudir las sába- nas los huevos fl otan y pueden ser inhalados. Es probable que éste sea el mecanismo de infección por vía respiratoria, lo cual justifi caría la presencia de parásitos en los pulmones. La infección se observa tanto en mujeres como en va- rones, aunque es más frecuente en varones púberes debido quizá a la mayor higiene de la mujer; sin embargo, la edad también infl uye desde el punto de vista inmunológico. Antiparasitario Dosis pediátrica Dosis en adultos Mebendazol 100 mg, una dosis, repetir en dos semanas 100 mg, una dosis, repetir en dos semanas Albendazol 400 mg, una dosis, repetir en dos semanas 400 mg, una dosis, repetir en dos semanasPamoato de pirantel 11 mg/kg, una sola vez; repetir en dos semanas 11 mg/kg, una sola vez; repetir en dos semanas • Cuadro 30-1 Fármacos para el tratamiento de la enterobiasis Bibliografía Acosta M, Cazorla D, Garvett M. Enterobiasis en escolares de una población rural del Estado Falcón, Venezuela, y su relación con el nivel socioeconómico. Invest Clin 43:173-182. 2002. Ayala-Castellanos MM, Monroy Rodríguez F, Gómez López EM. 2009. Enterobiasis vaginal. Comunicación de un caso. Gi- necol Obstet Méx 77(10):491-3. 2009. Epidemiología 231 1. ¿Cómo se puede explicar que una reacción de hipersensibi- lidad ocasionada por antígenos del parásito provoque ner- viosismo, prurito anal y nasal? 2. ¿Cómo podría la infección de E. vermicularis determinar una acción inmunorreguladora en que diabetes y asma no se manifi esten? 3. ¿Cómo infl uye la nutrición en la infección? Preguntas para refl exionar tastasis of ovarian cancer. Rev Soc Bras Med Trop 35(2):191- 3. 2002. Saxena AK, Springer A, Tsuka J et al. Laparoscopic appendectomy in children with Enterobius vermicularis. Surg Laparosc Endosc Percutan Tech 11(4):284-6. 2001. Sung JF, Lin RS, Huang KC et al. Pinworm control and risk factors of pinworm infection among primary-school children in Taiwan. Am J Trop Med Hyg 65(5):558-62. 2001. Tandan T, Pollard AJ, Money DM et al. Pelvic infl ammatory dis- ease associated with Enterobius vermicularis. Arch Dis Child 86(6)439-40. 2002. 1. Después de seis horas a la temperatura del cuerpo. 2 . En el ciego intestinal y, en segundo lugar, en el colon ascendente. 3 . La vagina, trompas de Falopio, hígado y pulmones. 4 . Consiste en poner un pedazo de cinta engomada en contacto con la región perianal para colocarlo luego en un portaobjetos y hacer la observación al microscopio con el fi n de buscar los huevos del parásito. 5 . Mala higiene, hacinamiento, clima templado. Respuestas a las preguntas de evaluación inicial Devera R. Enterobius vermicularis y enuresis. Enferm Infecc Mi- crobiol Clin 19:411-12. 2001. Gale EA. A missing link in the hygiene hyphotesis? Diabetology 45(4):588-94. 2002. Georgiev VSt. Chemotherapy of enterobiasis (oxyuriasis). Expert Opin Pharmacother 2(2):267-75. 2001. Herrstrom P, Henricsson KA, Raberg A et al. Allergic disease and the infestation of Enterobius vermicularis in swedish chil- dren 4-10 years of age. J Invest Allergol Clin Immunol 11(3):157-60. 2001. Hong ST, Choi MH, Chai JY et al. A case of ovarian enterobiasis. 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