Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
490 © 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 53Parvovirus Parvoviridae son los virus de ácido desoxirribonucleico (ADN) de menor tamaño. Su pequeño tamaño y su limitada dotación genética hacen que para replicarse sean más dependientes de la célula hospedadora o necesiten de la presencia de otro virus adyuvante en mayor medida que ningún otro virus ADN. El parvovirus B19 y el bocavirus son los únicos parvovirus conocidos capaces de provocar enfermedades en el ser humano. Normalmente, el B19 provoca el eritema infeccioso o quinta enfermedad, una enfermedad exantematosa febril leve que afecta a los niños. Este último nombre lo recibe debido a que constituía el quinto de los exantemas de la infancia (los cuatro primeros eran varicela, rubéola, roséola y sarampión). El B19 también causa episodios de crisis aplásica en pacientes con anemia hemolítica crónica y provoca poliar- tritis aguda en los adultos. La infección intrauterina de un feto puede provocar abortos. Los bocavirus son virus descubiertos recientemente que pueden producir enfermedad respiratoria aguda, que en los niños pequeños puede ser grave. Otros parvovirus, como el RA-1 (aislado a partir de un su- jeto aquejado de artritis reumatoide) y los parvovirus fecales no han demostrado ser capaces de provocar enfermedades en el ser humano. Los parvovirus felinos y caninos no afectan al ser humano, y en los animales se pueden prevenir mediante la vacunación. Los virus adenoasociados (VAA) pertenecen al género Dependovirus. Por lo general suelen infectar al ser humano, pero se multiplican solamente con la ayuda de un segundo virus «adyuvante», normalmente un adenovirus. Los depen- dovirus no provocan enfermedades ni modifican la infección causada por los virus adyuvantes. Estas propiedades, junto con la tendencia de los VAA a integrarse en el cromosoma del hospedador, han convertido a los VAA genéticamente modificados en candidatos para la terapia genética. Hay un tercer género de la familia, Densovirus, que únicamente infecta a los insectos. estructurA y rePlicAción Los parvovirus son extremadamente pequeños (18 a 26 nm de diámetro) y poseen una cápside icosaédrica carente de envoltura (cuadro 53-1 y fig. 53-1). El genoma del virus B19 se compone de una molécula de ADN monocatenario lineal con un peso molecular de 1,5 a 1,8 × 106 Da (5.500 bases de longitud) (cuadro 53-2). Los viriones contienen cadenas de ADN positivas o negativas que son empaquetadas en ellos por separado. El genoma codifica tres proteínas estructurales y dos proteínas principales no estructurales. A diferencia de los virus ADN de mayor tamaño, los parvovirus deben infectar células activas mitóticamente ya que no codifican elementos para estimular el crecimiento celular o una polimerasa. Sola- mente se conoce la existencia de un serotipo de B19. Los virus B19 se replican en células en mitosis activa, pre- ferentemente de la estirpe eritroide, como células jóvenes de médula ósea humana, células eritroides de hígado fetal y células de leucemia eritroide (fig. 53-2). Tras su unión al antígeno eritrocitario del grupo sanguíneo P (globósido) y su internali- zación, la cápsula se desprende del virión y el genoma de ADN monocatenario se introduce en el núcleo. La síntesis de una cadena complementaria de ADN exige la presencia de factores que solamente existen durante la fase S del ciclo de crecimiento celular y de polimerasas celulares de ADN. La transcripción y la replicación requieren la conversión del genoma de ADN monocatenario del virión en una molé- cula bicatenaria. Las secuencias con repeticiones invertidas de ADN localizadas en ambos extremos del genoma se doblan sobre sí mismas y se hibridan con el genoma para crear un cebador para la polimerasa celular de ADN. De este modo se genera una cadena complementaria y se replica el genoma del virión. Las dos proteínas principales no estructurales y las proteínas estructurales de la cápside VP1 y VP2 se sinte- tizan en el citoplasma y las proteínas estructurales vuelven al núcleo para el ensamblaje del virión. La proteína VP2 se degrada en una fase posterior para formar la proteína VP3. Las membranas nucleares y citoplásmicas degeneran y el virus se libera tras la lisis celular. Una niña de 6 años sufrió una infección respiratoria de origen vírico y posteriormente presentó un cuadro de palidez acusada, debilidad, cansancio y anemia grave debida a una crisis aplásica transitoria. 1. ¿Qué patología predisponente empeoró la enfermedad relativamente benigna de esta niña? 2. ¿Qué tipo celular es el hospedador para este virus y qué determina este tropismo? 3. ¿Qué signos de la enfermedad aparecen tras la infección de un adulto? ¿Y tras la infección de un feto? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es CUADRO 53-1 Características propias de los parvovirus Son los virus ADN más pequeños Cápside icosaédrica desnuda Genoma (sentido + o −) de ADN monocatenario Necesitan células en crecimiento (B19) o un virus asistente (dependovirus) para su replicación PARVOVIRUS 491 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. PAtogeniA e inmunidAd El B19 tiene como objetivo las células precursoras eritroides, para las cuales es citolítico (cuadro 53-3). La enfermedad asociada al B19 está condicionada por la destrucción directa de estas células y la respuesta inmunitaria subsiguiente a la infección (exantema y artralgia). Algunos estudios realizados en voluntarios sugieren que el virus B19 empieza a replicarse en la nasofaringe y las vías respiratorias superiores, y después se extiende por viremia a la médula ósea y a cualquier otra localización, donde se multi- plica y destruye las células precursoras eritroides (fig. 53-3). Los bocavirus también inician la infección en las vías res- piratorias, donde se replican en el epitelio respiratorio y producen enfermedad. La enfermedad por los virus B19 presenta una evolución bifásica. La fase febril inicial es la fase infecciosa. En esta etapa, la producción de eritrocitos se detiene aproximada- mente durante 1 semana debido a la muerte de las células precursoras provocada por el virus. Transcurridos 8 días des- de el comienzo de la infección se produce una abundante viremia acompañada de síntomas inespecíficos semejantes a los de la gripe. Con las secreciones orales y respiratorias se desprenden, igualmente, grandes cantidades de virus. Los anticuerpos detienen la viremia y son importantes para la resolución de la enfermedad, pero también participan en la aparición de los síntomas. La segunda fase sintomática está mediada por el sistema inmunitario. El exantema y la artralgia observados en esta fase coinciden con la aparición de anticuerpos específicos para el Figura 53-1 Imagen de microscopio electrónico de un parvovirus. Los parvovirus son virus sin envoltura de pequeño tamaño (18 a 26 nm) que contienen ADN monocatenario. (Cortesía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Atlanta). CUADRO 53-2 Genoma del parvovirus Genoma lineal de ADN monocatenario Longitud aproximada 5,5 kilobases Cadenas positivas y negativas encapsuladas en viriones B19 distintos Los extremos del genoma poseen repeticiones invertidas que se hibridan para formar bucles en forma de horquilla y un cebador para la síntesis de ADN Regiones independientes que codifican para proteínas no estructurales (NE) y estructurales (PV) Figura 53-2 Hipótesis de replicación de un parvovirus (B19) basada en la información obtenida de virus parecidos (virus minúsculo del ratón). El parvovirus internalizado transmite su genoma al núcleo, donde el ADN mo- nocatenario (positivo o negativo) se convierte en ADN bicatenario mediante los factores del hospedador y polimerasas de ADN que solamente existen en las células en crecimiento. La transcripción, la replicación y el ensamblaje tienen lugar en el núcleo. El virus selibera por lisis celular. CUADRO 53-3 Mecanismos patogénicos del parvovirus B19 El virus se transmite por las secreciones respiratorias y orales. El virus infecta a células precursoras eritroides de la médula ósea con actividad mitótica, y provoca una infección lítica. El virus provoca una gran viremia y puede atravesar la placenta. Los anticuerpos son importantes para la curación y la profilaxis. El virus provoca una enfermedad bifásica: La fase inicial está relacionada con la viremia: Síntomas similares a la gripe y diseminación del virus La fase tardía está relacionada con la respuesta inmunitaria: Complejos inmunitarios de anticuerpos y viriones circulantes, que no fijan el complemento Resultado: exantema maculopapuloso eritematoso, artralgia y artritis El agotamiento de las células precursoras eritroides y la desestabilización de los eritrocitos desencadenan una crisis aplásica en los individuos con anemia crónica. 492 MICROBIOLOGÍA MÉDICA virus, la desaparición de virus B19 detectable y la formación de complejos inmunitarios. Los sujetos con anemia hemolítica crónica (p. ej., anemia drepanocítica) e infectados por el B19 corren el riesgo de padecer una reticulocitopenia potencialmente mortal que se denomina crisis aplásica. La reticulocitopenia es el resultado de la combinación de: 1) el agotamiento por parte del B19 de los precursores de los eritrocitos y 2) la disminución de la duración de la vida de los eritrocitos provocada por la anemia subyacente. ePidemiologíA Alrededor de un 65% de la población adulta ha sufrido una infección por el B19 a la edad de 40 años (cuadro 53-4). El eritema infeccioso es más habitual en niños y adolescentes de 4 a 15 años, los cuales constituyen una fuente de contagio. En los adultos es más probable que aparezcan artritis y artralgias. Es muy probable que el virus se transmita a través de gotitas respiratorias y secreciones orales. La enfermedad suele darse a finales del invierno y en la primavera. También se ha descrito la transmisión parenteral del virus mediante concentrados de factores de coagulación de la sangre. Los bocavirus presentan una distribución mundial y produ- cen enfermedades en los niños menores de 2 años. Los virus se transmiten en las secreciones respiratorias pero también pueden aislarse en las heces. EnfErmEdadEs clínicas (caso clínico 53-1) El virus B19 es el agente etiológico del eritema infeccioso (quinta enfermedad) (cuadro 53-5). La enfermedad cursa con un período prodrómico inadvertido de 7 a 10 días durante el cual el paciente puede contagiar la enfermedad. La infec- ción del hospedador normal puede finalizar sin que aparezca ningún síntoma manifiesto, pero también puede provocar fiebre y síntomas inespecíficos como faringodinia, escalofríos, malestar y mialgias, así como un ligero descenso de los valores Figura 53-3 Mecanismo de diseminación del parvovirus en el interior del organismo. CUADRO 53-4 Epidemiología de la infección por parvovirus B19 Factores de la enfermedad/víricos La cápside del virus es resistente a la inactivación Un período contagioso precede a los síntomas El virus atraviesa la placenta e infecta al feto Transmisión Transmisión a través de gotículas respiratorias ¿Quién corre riesgos? Niños, en especial en edad de escuela primaria: eritema infeccioso (quinta enfermedad) Padres de niños infectados por el B19 Mujeres embarazadas: infección fetal y enfermedad Individuos con anemia crónica: crisis aplásica Geografía/estación El virus se encuentra por todo el mundo El eritema infeccioso es más habitual al final del invierno y en primavera Métodos de control No existen métodos de control CUADRO 53-5 Consecuencias clínicas de la infección por parvovirus (B19) Enfermedad moderada similar a la gripe (fiebre, cefalea, escalofríos, mialgias, malestar) Eritema infeccioso (quinta enfermedad) Crisis aplásica en individuos con anemia crónica Artropatía (poliartritis: síntomas en varias articulaciones) Riesgo de pérdida del feto, porque el virus B19 atraviesa la placenta provocando una enfermedad del tipo de la anemia, pero no anomalías congénitas CASO CLÍNICO 53-1 Infección por B19 en el receptor de un trasplante En los individuos inmunodeprimidos se produce una anemia persistente, en lugar de transitoria, cuando se infectan por el parvovirus B19. Un caso de este tipo fue publicado por Pamidi y cols. (Transplantation 69:2666-2669, 2000). Tras 1 año de tratamiento inmunodepresor (micofenolato mofetil, prednisona y tacrolimús) en relación con un trasplante renal, un varón de 46 años desarrolló disnea, mareo y fatiga durante el ejercicio. Las pruebas de laboratorio confirmaron la anemia. El análisis de la médula ósea demostró una hiperplasia eritroide con predominio de eritroblastos inmaduros. Se pudieron encontrar proeritroblastos con un citoplasma muy basófilo e inclusiones intranucleares que fueron positivas en la inmunohistoquímica para el antígeno del B19. El paciente recibió 16 concentrados de eritrocitos en 6 semanas y la anemia persistió. La serología indicaba existencia de anticuerpos IgM (1:10) frente al B19, pero los anticuerpos IgG eran insignificantes. El tratamiento con IgG i.v. durante 5 días consiguió una mejoría importante. El tratamiento inmunodepresor en este paciente impidió la expansión y el cambio de clase a una respuesta de anticuerpos IgG por la ausencia de linfocitos T cooperadores. La resolución de la infección por este parvovirus encapsulado depende de que exista una enérgica respuesta de anticuerpos, y si ésta no se produce no se consigue resolver la anemia transitoria normal secundaria a la replicación vírica dentro de los precursores eritroides. PARVOVIRUS 493 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de hemoglobina (fig. 53-4). Este período va seguido por un exantema característico de las mejillas, que parecen haber sido abofeteadas. El exantema suele extenderse en una fase posterior, especialmente a zonas de piel descubierta como brazos y piernas (fig. 53-5), y persiste durante 1 o 2 semanas. Es frecuente que haya recidivas del exantema. La infección por B19 en los adultos provoca poliartritis, acompañada o no de un exantema, que puede mantenerse durante varias semanas, meses o, incluso, un período más pro- longado. Predominan las artritis de manos, muñecas, rodillas y tobillos. El exantema puede preceder a la artritis, aunque con frecuencia no sea así. La infección por B19 en pacientes inmunodeprimidos puede originar una enfermedad crónica. La complicación más grave de la infección por parvovirus es la crisis aplásica que afecta a pacientes con anemia he- molítica crónica (p. ej., anemia drepanocítica). La infección de estos sujetos provoca una reducción transitoria de la eri- tropoyesis en la médula ósea. La reducción da lugar a una reticulocitopenia transitoria que durará entre 7 y 10 días, y un descenso del valor de hemoglobina. La crisis aplásica se acompaña de fiebre y síntomas inespecíficos como malestar, mialgias, escalofríos y prurito. Igualmente, se puede observar un exantema maculopapular con artralgia y algunas inflama- ciones articulares. La infección por B19 de una madre seronegativa aumenta el riesgo de muerte fetal. El virus puede infectar al feto y destruir sus precursores eritrocitarios, lo que origina anemia e insuficien- cia cardíaca congestiva (hydrops fetalis). Con frecuencia, la infección de una mujer embarazada seropositiva no tiene ningún efecto nocivo para el feto. No se ha demostrado que el B19 provoque anomalías congénitas (cuadro 53-6; v. cuadro 53-5). Los bocavirus pueden producir enfermedades respiratorias agudas leves o graves. Los cuadros más graves se producen en los niños menores de 2 años, que pueden presentar bron- quiolitis con sibilancias y con una viremia que se extiende durante un período prolongado pasada la enfermedad. Se ha descrito un caso mortal de bronquiolitispor bocavirus. diAgnóstico de lABorAtorio El diagnóstico del eritema infeccioso suele basarse en su presentación clínica. Sin embargo, el diagnóstico definitivo de la enfermedad provocada por el B19 requiere la detec- ción de inmunoglobulina M (IgM) específica o ADN vírico (p. ej., para distinguir el exantema del B19 del de la rubéola en una mujer gestante). Se han comercializado análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas para la IgM y la IgG del B19. La reacción en cadena de la polimerasa constituye un método muy sensible para detectar el genoma del B19 y de los bocavirus en muestras clínicas. No se suele aislar el virus. trAtAmiento, PreVención y control No existe ningún tratamiento antiviral concreto ni medios de control de la infección. Se han diseñado vacunas frente a la parvovirosis del perro y del gato. CASO CLÍNICO y PREGUNtAS La señora Doe llevó a su hija al pediatra a causa de un exantema. La cara de la niña tenía un aspecto como si hubiera sido abofeteada, pero no presentaba fiebre ni ningún otro síntoma aparente. Cuando le preguntaron, la señora Doe dijo que su hija había tenido un cuadro catarral leve durante las últimas 2 semanas, y que a ella le dolían las articulaciones más de lo habitual y se encontraba muy cansada. 1. ¿Qué características de este caso indican una etiología por parvovirus B19? 2. En el momento de la presentación, ¿la niña era contagiosa? Si no es así, ¿cuándo había sido contagiosa? Figura 53-4 Evolución temporal de una infección por parvovirus (B19). El B19 provoca una enfermedad bifásica: en primer lugar, una fase inicial de infección lítica caracterizada por fiebre y síntomas parecidos a la gripe; posteriormente, una fase inmunológica no infecciosa caracterizada por exantema y artralgia. Figura 53-5 El aspecto de «mejillas abofeteadas» es típico del exantema del eritema infeccioso. (De Hart CA, Broadhead RL: A color atlas of pediatric infectious diseases, Londres, 1992, Wolfe.) CUADRO 53-6 Resumen clínico Un paciente de 10 años acude a consulta con antecedentes de 5 días de duración de un proceso seudogripal (cefalea, fiebre, mialgias, cansancio), y a continuación presenta un exantema de color rojo intenso sobre las mejillas y un exantema en «ronchas» sobre el tronco y las extremidades. 494 MICROBIOLOGÍA MÉDICA 3. ¿Qué provocó los síntomas? 4. ¿Existía alguna relación entre los síntomas de la madre y los de la hija? 5. ¿Qué posible cuadro subyacente habría constituido un mayor riesgo de enfermedad grave para la hija tras una infección por B19? ¿Y para la madre? 6. ¿Por qué la cuarentena es un método poco eficaz para limitar la difusión del parvovirus B19? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Allander T: Human bocavirus, J Clin Virol 41:29-33, 2008. Anderson LJ: Human parvoviruses, J Infect Dis 161:603-608, 1990. Anderson MJ: Parvoviruses. In Belshe RB, editor: Textbook of human virology, ed 2, St Louis, 1991, Mosby. Berns KI: The parvoviruses, New York, 1994, Plenum. Berns KI: Parvovirus replication, Microbiol Rev 54:316-329, 1990. Brown KE: The expanding range of parvoviruses which infect humans, Rev Med Virol 20:231-244, 2010. Brown KE, Young NS: Parvovirus B19 in human disease, Annu Rev Med 48:59-67, 1997. Cann AJ: Principles of molecular virology, San Diego, 2005, Academic. Carter J, Saunders V: Virology: principles and applications, Chichester, England, 2007, Wiley. Cennimo DJ, et al: Parvovirus B19 infection, 2012. http://emedicine. medscape.com/article/961063-overview. Accessed June 5, 2012. Chorba T, et al: The role of parvovirus B19 in aplastic crisis and erythema infectiosum (fifth disease), J Infect Dis 154:383-393, 1986. Cohen J, Powderly WG: Infectious diseases, ed 2, St Louis, 2004, Mosby. Collier L, Oxford J: Human virology, ed 3, Oxford, England, 2006, Oxford University Press. Flint SJ, et al: Principles of virology: molecular biology, pathogenesis and control of animal viruses, ed 3, Washington, DC, 2009, American Society for Microbiology Press. Gorbach SL, Bartlett JG, Blacklow NR: Infectious diseases, ed 3, Phila- delphia, 2004, WB Saunders. Knipe DM, et al: Fields virology, ed 5, Philadelphia, 2006, Lippincott Williams & Wilkins. Mandell GL, Bennet JE, Dolin R: Principles and practice of infectious diseases, ed 6, Philadelphia, 2005, Churchill Livingstone. Naides SJ, et al: Rheumatologic manifestations of human parvovirus B19 infection in adults, Arthritis Rheum 33:1297-1309, 1990. Richman DD, Whitley RJ, Hayden FG: Clinical virology, ed 3, Was- hington, DC, 2009, American Society for Microbiology Press. Törk TJ: Parvovirus B19 and human disease, Adv Intern Med 37:431-455, 1992. Ursic T, et al: Human bocavirus as the cause of a life-threatening infec- tion, J Clin Microbiol 49:1179-1181, 2011. Voyles BA: The biology of viruses, ed 2, Boston, 2002, McGraw-Hill. Ware RE: Parvovirus infections. In Katz SL, et al, editor: Krugman's infectious diseases of children, ed 10, St. Louis, 1998, Mosby. Young NS, Brown KE: Parvovirus B19, N Engl J Med 350:586-597, 2004.
Compartir