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Los antimicrobianos descritos en este capítulo pueden agruparse como sigue: • Bacteriostáticos inhibidores de la síntesis de proteínas dirigidos al ribosoma, como las tetraciclinas y las glicilciclinas, cloranfenicol, macrólidos y cetólidos, lincosamidas (clindamicina), estreptograminas (quinu‑ pristina/dalfopristina), oxazolidinonas (linezolida) y aminociclitoles (espectinomicina). • Compuestos que actúan en la pared o la membrana celulares, como polimixinas, glucopéptidos (vancomi‑ cina y teicoplanina) y lipopéptidos (daptomicina). • Compuestos diversos que actúan por distintos mecanismos, con indicaciones limitadas: bacitracina y mupirocina. TETRACICLINAS Y GLICILCICLINAS Las tetraciclinas son una serie de derivados de una estructura con cuatro anillos básicos que se ejemplifica a continuación con la doxiciclina. Las glicilciclinas son congéneres de la tetraciclina con sustituyentes que les confieren actividad de amplio espectro y actividad contra bacterias que son resistentes a otros antibióticos; la glicilciclina disponible es la tigeciclina. O O O OH OH10 9 8 7 11 6 5 4 3 1 212 OH H C OH NH2 CH3 HOH N(CH3)2 DOXICICLINA MECANISMO DE ACCIÓN. Las tetraciclinas y glicilciclinas inhiben la síntesis bacteriana de proteínas al unirse con el ribosoma 30S bacteriano e impedir el acceso del aminoacil tRNA al sitio aceptor (A) en el complejo-mRNA-ribosoma (figura 55-1). Estos fármacos entran a las bacterias gramnegativas por di - fusión pasiva a través de los conductos formados por las porinas en la membrana celular externa y por transporte activo que bombea a las tetraciclinas a través de la membrana citoplásmica. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. Las tetraciclinas son antibióticos bacteriostáticos con actividad contra una amplia variedad de bacterias aeróbicas y anaeróbicas, grampositivas y gramnegativas. La doxiciclina, el miembro más importante de las tetraciclinas, es un fármaco de elección para las enfermedades de transmisión sexual, infecciones por rickettsias, peste, brucelosis, tularemia e infecciones por espiroquetas; también se usa en el tratamiento de las infecciones respiratorias, incluida la neumonía por patógenos atípicos; y para infeccio‑ nes de la piel y tejidos blandos producidas por cepas adquiridas en la comunidad de Staphylococcus aureus resistente a meticilina (MRSA, methicillin-resistant Staphylococcus aureus), para el cual también es efectiva la minociclina. Las glicilciclinas tienen actividad contra bacterias resistentes a la primera y segunda generaciones de tetraciclinas. Estos fármacos son efectivos contra algunos microorganismos como Rickettsia, Coxiella burnetii, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia, Legionella, Ureaplasma, algunas micobacterias atípicas y especies de Plasmodium, que son resistentes a los antimicrobianos activos en la pared celular. Las tetraciclinas son activas contra muchas espiro‑ quetas, incluidas Borrelia recurrentis, Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme), Treponema pallidum (sífilis) y Treponema pertenue. La demeclociclina, tetraciclina, minociclina y doxiciclina están disponibles en Estados Unidos para uso sistémico. La resistencia de una bacteria a cualquier miembro de la clase farmacológica puede o no causar resistencia cruzada con otras tetraciclinas. La tigeciclina casi siempre tiene actividad contra organismos susceptibles a tetraciclinas, así como aquéllos con resistencia adquirida a las tetraciclinas. Las tetraciclinas tienen más actividad intrínseca contra microorganismos grampositivos que gramnegativos, pero con frecuencia existe resistencia cruzada adquirida. Los datos recientes de Estados Unidos sobre la actividad de la tetraci - Inhibidores de la síntesis de proteína y antibacterianos diversos55capítulo 980 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII clina y otros fármacos se presentan en el cuadro 55-1. Bacillus anthracis y Listeria monocytogenes son susceptibles. La doxiciclina y la minociclina pueden tener actividad contra algunos aislados resistentes a la tetraciclina. Por lo general, Haemophilus influenzae es susceptible, pero muchas Enterobacteriaceae desarrollaron resistencia. Aunque todas las cepas de Pseudomonas aeruginosa son resistentes, 90% de las cepas de Burkholderia pseudomallei (causa de la melioidosis) es sensible. La mayoría de las cepas de Brucella también es susceptible. Las tetraciclinas conser‑ van su utilidad para las infecciones causadas por Haemophilus ducreyi (chancroide), Vibrio cholerae y V. vulnificus, e inhiben el crecimiento de Legionella pneumophila, Campylobacter jejuni, Helicobacter pylori, Yersinia pestis, Yersinia enterocolitica, Francisella tularensis y Pasteurella multocida. Las tetraciclinas poseen actividad contra muchos microorganismos anaeróbicos y facultativos. La tetraciclina es un fármaco de elección para el tratamiento de la actinomicosis. En general, la tigeciclina tiene tanta o más actividad in vitro contra bacterias que las tetraciclinas, incluidos los microorganismos resistentes a la tetraciclina, en particular los gramnegativos. Existen pocas excepciones en las que otras tetraciclinas tienen mayor actividad contra ciertos patógenos, como Stenotrophomonas y Ureaplasma. RESISTENCIA A LAS TETRACICLINAS Y GLICILCICLINAS. La resistencia está mediada casi siempre por plás ‑ midos y a menudo es inducible. Los tres principales mecanismos de resistencia son: • Decremento de la acumulación de tetraciclina por la disminución de la entrada del antibiótico o por desarrollo de una vía de salida dependiente de energía. • Síntesis de una proteína de protección ribosómica que desplaza la tetraciclina de su objetivo. • Desactivación enzimática de las tetraciclinas. La resistencia cruzada entre las tetraciclinas o la falta de ésta dependen del mecanismo que opere. La resistencia a la tetraciclina causada por un mecanismo de protección ribosómico (tetM) produce resistencia cruzada a la doxiciclina y la minociclina, ya que el sitio de acción protegido es el mismo para todas las tetraciclinas. La fracción glicilamido característica de la tigeciclina reduce su afinidad por la mayoría de las bombas de salida, lo que restaura la actividad contra muchos patógenos resistentes a tetraciclina debido a este mecanismo. La unión de las glicilciclinas con los ribosomas también se intensifica, lo que mejora la actividad contra microorganismos con proteínas protectoras de los ribosomas que confieren resistencia a otras tetraciclinas. ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN La absorción de la mayor parte de las tetraciclinas después de la administración oral es incompleta. El porcentaje del fármaco no absorbido se eleva conforme aumenta la dosis. La tigeciclina sólo está disponible para administración parenteral. La ingestión concurrente de cationes divalentes y trivalentes (p. ej., Ca2+, Mg2+, Al3+, Fe2+/3+ y Zn2+) afecta la absorción. Por tanto, los lácteos, antiácidos, gel de hidróxido de aluminio; las sales de calcio, magnesio, hierro o cinc; el subsalicilato de bismuto y los complementos dietéticos de Fe y Zn interfieren con la absorción de las tetracicli nas. Después de una dosis oral única, la concentración plasmática máxima se alcanza en 2 a 4 h. La semivida de estos fármacos varía entre 6 y 12 h, y muchas veces se administran dos a cuatro veces al día. La absorción de la figura 55-1 Inhibición de la síntesis proteínica bacteriana por las tetraciclinas. El mRNA se une con la subunidad 30S del RNA ribosómico bacteriano. El sitio P (peptidilo) de la subunidad de RNA ribosómica 50S contiene la cadena polipeptídica naciente; en condiciones normales, el aminoacil tRNA cargado con el siguiente aminoácido (aa) que se agrega se mueve al sitio A (aceptor), con emparejamiento de bases complementarias entre la secuencia de anticodón de tRNA y la secuencia de codón del mRNA. Las tetraciclinas se unen con la subunidad 30S, bloquean la unión de tRNA con el sitio A y, por tanto, inhiben la síntesis deproteínas. Cadena polipeptídica naciente Sitio P Sitio A Aminoacil tRNA Plantilla mRNA Sitio transferasa 50S 30S aa Tetraciclina 981 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs Cuadro 55-1 Actividad de algunos antibióticos contra patógenos grampositivos clave. CONCENTRACIÓN DE ANTIMICROBIANOS REQUERIDA PARA INHIBIR EL CRECIMIENTO DEL 90% DE LOS AISLADOS, μg/ml (% SUSCEPTIBLE CON CONCENTRACIONES DEL FÁRMACO ALCANZABLES EN CLÍNICA) Streptococcus pyogenes Streptococcus pneumoniae Staphylococcus aureus Enterococcus faecalis Enterococcus faecium PCNS PCNR MSSA MRSA Tetraciclina 4 (89.7) £ 2 (94.6) > 8 (36.7) £ 2 (95.7) £ 2 (93.4) > 8 (24.6) > 8 (58.7) Tigeciclina £ 0.03 (100) £ 0.03 (NR) £ 0.03 (NR) 0.25 (100) 0.25 (99.9) 0.25 (99.9) 0.12 (NR) Eritromicina 1 (89.7) > 2 (87.3) > 2 (17.2) > 2 (70.8) > 2 (6.1) > 2 (9.1) > 2 (3.0) Clindamicina £ 0.25 (97.7) £ 0.25 (97.1) > 2 (44.4) £ 0.25 (94.6) > 2 (57.9) NA NA Quinupristina/ dalfopristina £ 0.12 (100) 0.5 (99) 0.5 (100) 0.25 (100) 0.5 (100) 8 (3.9) 2 (92.6) Linezolida 1 (100) 1 (100) 1 (100) 2 (99.9) 2 (99.9) 2 (99.9) 2 (98.0) Vancomicina 0.25 (100) £ 1 (100) £ 1 (100) 1 (99.9) 1 (99.9) 2 (94.5) > 16 (26.6) Daptomicina 0.06 (100) 0.12 (NA) 0.12 (NA) 0.25 (100) 0.5 (100) 2 (100) 4 (100) PCNS, susceptible a penicilina; PCNR, resistente a penicilina; MSSA, Staphylococcus aureus susceptible a meticilina; MRSA, Sta‑ phylococcus aureus resistente a meticilina; NR, no reportado; NA, no aplicable. Las cifras son concentraciones farmacológicas, en μg/ml, necesarias para inhibir el crecimiento de 90% de los aislados de ese microorganismo. Abajo entre paréntesis aparece el porcentaje de aislados inhibidos con concentraciones farmacológicas útiles en clínica. Fuentes: Gales A.C., Sader H.S., Fritsche T.R. Diagn Microbiol Infect Dis, 2008;60:421-427 y Critchley I.A., Blosser-Middleton R.S., Jones M.E. et al. Antimicrob Agents Chemother, 2003;47:1689-1693. demeclociclina también es incompleta, pero puede administrarse en dosis diarias más bajas porque su t½ de 16 h produce concentraciones plasmáticas efectivas durante 24 a 48 horas. Las dosis orales de doxiciclina y minociclina se absorben bien (90 a 100%) y su semivida es de 16 a 18 h; puede administrarse con menor frecuencia y en dosis más bajas que la tetraciclina o la demeclociclina. Las concentraciones plasmáticas de la doxiciclina son equivalentes cuando se administra por vía oral o parenteral. Los alimentos, inclui‑ dos los lácteos, no interfieren con la absorción de la doxiciclina y la minociclina. Las tetraciclinas se distribuyen de manera amplia en todo el cuerpo, incluidas la orina y la próstata. Se acumulan en las células reticuloendoteliales del hígado, bazo y médula ósea, así como en el hueso, dentina y esmalte de los dientes que no han hecho erupción. La tigeciclina se distribuye de manera rápida y extensa en los tejidos, con un volumen de distribución aparente de 7 a 10 L/kg. No es necesaria la inflamación de las meninges para el paso de las tetraciclinas al líquido cefalorraquídeo. Las tetraciclinas cruzan la placenta y entran a la circulación fetal y el líquido amniótico. En la leche materna alcanza concentraciones relativamente altas. Con excepción por la doxiciclina, la mayoría de las tetraciclinas se elimina sobre todo por vía renal, aunque también se concentra en el hígado, se excreta en la bilis y se reabsorbe de manera parcial a la circulación enterohepática. Se eliminan cantidades comparables de tetraciclina (es decir, 20 a 60%) en la orina después de la administración oral o intravenosa. La doxiciclina se excreta en su mayor parte sin cambios, en la bilis y la orina, la tigeciclina se elimina sin cambios junto con una pequeña cantidad de metabolitos glucuronidados y la minociclina se somete a metabo‑ lismo hepático extenso antes de su excreción. No es necesario ajustar la dosis de estos fármacos en pacientes con disfunción renal. Sólo hay recomendaciones para ajuste posológico específico para tigeciclina en sujetos con enfer - medad hepática. Existe cierta evidencia de interacciones farmacológicas entre doxiciclina y compuestos inductores de enzimas hepáticas, como fenitoína y rifampicina, pero no para minociclina o tigeciclina. 982 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS Las tetraciclinas se han usado de manera extensa para tratar enfermedades infecciosas y como aditivo en los alimen‑ tos animales para facilitar el crecimiento (un empleo que quizá contribuya al desarrollo de resistencia bacteriana). Los fármacos conservan su utilidad como tratamiento de primera línea para las infecciones por rickettsias, micoplas‑ mas y clamidias. Las glicilciclinas han restaurado gran parte de la actividad antibacteriana perdida de las tetraciclinas a causa de la resistencia y pueden usarse para diversas infecciones por bacterias grampositivas y gramnegativas. La dosis oral de tetraciclina varía de 1 a 2 g/día en adultos. Los niños mayores de ocho años deben recibir 25 a 50 mg/kg al día divididos en cuatro tomas. El pH bajo de la tetraciclina, pero no de la doxiciclina o minociclina, siempre provoca flebitis si se infunde en una vena periférica. La dosis oral o intravenosa de doxiciclina para adultos es de 100 mg cada 12 h el primer día y luego 50 mg cada 12 h, 100 mg una vez al día o 100 mg dos veces al día cuando se trata de una infección grave; para los niños mayores de ocho años, la dosis es de 4 a 5 mg/kg al día dividida en dos apli‑ caciones el primer día, luego 2 a 2.5 mg/kg una o dos veces al día. La dosis inicial de minociclina para adultos es de 200 mg por vía oral o intravenosa, seguida de 100 mg cada 12 h; para los niños, la dosis inicial es de 4 mg/kg, seguida de 2 mg/kg cada 12 h. La tigeciclina se administra por vía intravenosa a los adultos en dosis de impregnación de 100 mg, seguida por 50 mg cada 12 h. Para pacientes con daño hepático grave, la dosis de impregnación debe ir seguida de una dosis de mantenimiento menor, de 25 mg cada 12 h. No hay datos posológicos para tigeciclina en pediatría. Las tetraciclinas no deben administrarse por vía intramuscular debido a la irritación local y la absorción deficien - te. La molestia gastrointestinal, náusea y vómito pueden reducirse al mínimo si se administran las tetraciclinas con alimentos. Por lo general, la administración oral de las tetraciclinas debe hacerse 2 h antes o 2 h después de la admi‑ nistración de cualesquiera de los compuestos mencionados antes. La colestiramina y colestipol también se unen con las tetraciclinas orales e interfieren con la absorción del antibiótico. Infecciones respiratorias. La doxiciclina tiene actividad adecuada contra Streptococcus pneumoniae y H. influenzae, y excelente actividad contra patógenos atípicos como Mycoplasma y Chlamydophilia pneumoniae. La tigeciclina tiene efectividad demostrada como fármaco único en adultos hospitalizados con neumonía bacteriana adquirida en la comunidad. Infecciones cutáneas y de tejidos blandos. La tigeciclina está aprobada para el tratamiento de infecciones complicadas de la piel y tejido blando. Se han empleado dosis bajas de tetraciclina para tratar el acné (250 mg por vía oral dos veces al día). Infecciones intraabdominales. La resistencia entre las Enterobacteriaceae y los anaerobios gramnegativos limita la utilidad de las tetraciclinas para las infecciones intraabdominales. Sin embargo, la tigeciclina tiene actividad exce‑ lente contra estos patógenos y Enterococcus. Infecciones gastrointestinales (GI). El tratamiento con tetraciclinas es a menudo inefectivo en infecciones causadas por Shigella, Salmonella u otras enterobacterias a causa de las cepas resistentes al fármaco. La resistencia limita la utili‑ dad de las tetraciclinas parala diarrea del viajero. La doxiciclina (300 mg como dosis única) es efectiva para reducir el volumen fecal y erradicar V. cholerae de las heces en 48 h. Algunas cepas de V. cholerae son resistentes a las tetraciclinas. Enfermedades de transmisión sexual. La doxiciclina ya no se recomienda para infecciones gonocócicas. Chlamydia trachomatis coexiste muchas veces con la enfermedad pélvica inflamatoria aguda. Se recomienda la doxiciclina, 100 mg por vía intravenosa dos veces al día, al menos 48 h después de la mejoría clínica sustancial, seguida por el tratamiento oral en la misma dosis para completar un curso de 14 días. La epididimitis aguda se debe a la infección con C. trachomatis o Neisseria gonorrhoeae en varones menores de 35 años de edad. Los regímenes efectivos inclu‑ yen una sola inyección de ceftriaxona (250 mg) más doxiciclina, 100 mg por vía oral dos veces al día durante 10 días. Las parejas sexuales también deben recibir tratamiento. La doxiciclina (100 mg dos veces al día por 21 días) es tra‑ tamiento de primera línea para el linfogranuloma venéreo. En ausencia de embarazo, las personas alérgicas a la penicilina que tienen sífilis primaria, secundaria o latente pueden tratarse con un régimen de tetraciclina, como doxi- ciclina, 100 mg por vía oral dos veces al día por dos semanas. Las tetraciclinas no deben usarse en el tratamiento de la neurosífilis. Infecciones por rickettsias. Las tetraciclinas salvan la vida cuando hay infecciones por rickettsias, incluida la fiebre exantemática de las Montañas Rocosas, tifo epidémico recidivante (enfermedad de Brill), tifo murino, tifo de los matorrales, rickettsiosis exantemática y fiebre Q. La mejoría clínica es evidente con frecuencia 24 h después de ini‑ ciar el tratamiento. La doxiciclina es el fármaco de elección para el tratamiento de la fiebre exantemática de las Mon- tañas Rocosas en adultos y niños, incluidos los menores de nueve años, en los que el riesgo de manchas de los dientes permanentes queda rebasado por la gravedad de esta infección que puede ser letal. Carbunco. La doxiciclina, 100 mg cada 12 h (2.2 mg/kg cada 12 h para niños con peso < 45 kg), está indicada para la prevención o tratamiento del carbunco. Debe usarse combinada con otro fármaco cuando se trate la infección por inhalación o GI. La duración recomendada del tratamiento es de 60 días para exposiciones bioterroristas. 983 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs Aplicación local. Con excepción del uso local en los ojos, no se recomienda el empleo tópico de las tetraciclinas. La minociclina en microesferas de liberación sostenida se utiliza en odontología. Otras infecciones. Las tetraciclinas combinadas con rifampicina o estreptomicina son efectivas para las infecciones agudas o crónicas causadas por Brucella melitensis, Brucella suis y Brucella abortus. Aunque es preferible la estrep‑ tomicina, las tetraciclinas también son efectivas en la tularemia. Si bien la actinomicosis responde más a la penicilina G, el tratamiento con tetraciclina puede ser exitoso. La minociclina es una alternativa para el tratamiento de la nocar‑ diosis, pero debe administrarse una sulfonamida al mismo tiempo. La frambesia y la fiebre recidivante responden de manera favorable a las tetraciclinas. Éstas son útiles en el tratamiento agudo y la profilaxis de la leptospirosis (Leptospira spp.). Las especies de Borrelia, incluidas B. recurrentis (fiebre recidivante) y B. burgdorferi (enfermedad de Lyme), responden al tratamiento con una tetraciclina. Esta clase de fármacos se han usado en el tratamiento de infecciones micobacterianas atípicas por microorganismos susceptibles, entre ellos Mycobacterium marinum. EfECTOS SECUNDARIOS Gastrointestinales. Todas las tetraciclinas pueden causar irritación GI, más frecuente después de la administración oral. La tolerabilidad mejora si se administran con alimentos, pero las tetraciclinas no deben tomarse junto con lác‑ teos o antiácidos. La tetraciclina se ha relacionado con esofagitis, úlceras esofágicas y pancreatitis. La colitis seudo- membranosa provocada por crecimiento excesivo de Clostridium difficile es una complicación que puede poner en peligro la vida. Fotosensibilidad. La demeclociclina, doxiciclina y, en menor medida, otras tetraciclinas y glicilciclinas pueden preci‑ pitar reacciones de fotosensibilidad en personas tratadas expuestas a la luz solar. Toxicidad hepática. Se ha desarrollado toxicidad hepática en pacientes con insuficiencia renal que reciben ≥ 2 g del fármaco al día por vía parenteral, pero este efecto también ocurre cuando se administran grandes cantidades por vía oral. Las embarazadas tienen una susceptibilidad particular. Toxicidad renal. Las tetraciclinas pueden agravar la hiperazoemia en pacientes con insuficiencia renal por sus efectos catabólicos. La doxiciclina, minociclina y tigeciclina tienen menos efectos colaterales renales que otras tetraciclinas. Se ha observado diabetes insípida nefrógena en algunos sujetos que reciben demeclociclina y este fenómeno se ha aprovechado para el tratamiento del síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (capítulo 25). Se han notificado casos de síndrome de Fanconi en individuos que ingirieron tetraciclina caducada, quizá por los efectos tóxicos en los túbulos renales proximales. Efectos en los dientes. Los niños tratados con tetraciclina o glicilciclina pueden experimentar una coloración parda permanente en los dientes. La duración del tratamiento parece menos importante que la cantidad total de antibiótico utilizada. El riesgo es mayor cuando se administra una tetraciclina a lactantes antes de la primera dentición, pero puede ocurrir si se administra entre los dos meses y cinco años de edad, cuando estos dientes se hallan en proceso de calcificación. El tratamiento de mujeres embarazadas con tetraciclinas puede causar coloración anormal de los dien‑ tes de sus hijos. Otros efectos tóxicos e irritantes. Las tetraciclinas se depositan en el esqueleto durante la gestación y durante toda la infancia, y pueden aminorar el crecimiento óseo en lactantes prematuros. Esto es fácil de revertir si el periodo de exposición al fármaco es corto. La tromboflebitis es frecuente después de la administración intravenosa. Este efecto irritante de las tetraciclinas se ha usado con fines terapéuticos en pacientes con derrames pleurales malignos. El tra‑ tamiento prolongado con tetraciclinas puede ocasionar leucocitosis, atipias linfocíticas, granulación tóxica de los granulocitos y púrpura trombocitopénica. Las tetraciclinas pueden elevar la presión intracraneal (seudotumor cere‑ bral) en lactantes jóvenes, incluso cuando se administran en las dosis terapéuticas habituales. Los pacientes que reciben minociclina pueden experimentar toxicidad vestibular, manifestada por mareo, ataxia, náusea y vómito. Los síntomas surgen poco después de la primera dosis y casi siempre desaparecen 24 a 48 h luego de suspender el fár‑ maco. Existen varias reacciones cutáneas raras que pueden aparecer después de usar cualquier tetraciclina. Entre las reacciones alérgicas más graves se encuentran el angioedema y la anafilaxia; las reacciones anafilactoides pueden activarse incluso después de la administración oral. Otras reacciones de hipersensibilidad son ardor ocular, queilosis, glositis atrófica o hipertrófica, prurito anal o vulvar y vaginitis. Es posible que haya fiebre de intensidad variable y eosinofilia cuando se emplean estos fármacos. También hay informes de asma. La sensibilización cruzada entre las tetraciclinas es frecuente. CLORANfENICOL El cloranfenicol puede producir discrasias sanguíneas graves y letales; por consiguiente, el fármaco se reserva ahora para el tratamiento de infecciones que ponen en peligro la vida de pacientes que no pueden tomar fármacos alternativos más seguros a causa de resistencia o alergia. MECANISMOS DE ACCIÓN. El cloranfenicol inhibe la síntesis proteínica delas bacterias y, en menor medida, de las células eucariotas. El cloranfenicol actúa sobre todo mediante la unión reversible con la subunidad 984 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII ribosómica 50S (cerca del sitio de unión para los antibióticos macrólidos y clindamicina). El fármaco previene la unión del extremo del aminoacil tRNA que tiene el aminoácido con el sitio aceptor en la subunidad ribosómica 50S. Se impide la interacción entre la peptidiltransferasa y su sustrato aminoácido y se inhibe la formación del enlace peptídico (figura 55-2). El cloranfenicol también suprime la síntesis proteínica mitocondrial en las células de mamíferos, quizá porque los ribosomas mitocondriales se asemejan a los bacterianos (ambos son 70S); las células eritropoyéticas son muy sensibles. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. El cloranfenicol es bacteriostático contra la mayoría de las especies, aunque puede ser bactericida contra H. influenzae, Neisseria meningitidis y S. pneumoniae. Inhibe a muchas bacterias gramnegativas y la mayor parte de las anaeróbicas in vitro. Las cepas de S. aureus tienden a ser menos susceptibles. El cloranfenicol posee actividad contra Mycoplasma, Chlamydia y Rickettsia. Las Enterobacteriaceae tienen sensibilidad variable al cloranfenicol. P. aeruginosa es resistente, aun a con‑ centraciones muy altas de cloranfenicol. Las cepas de V. cholerae todavía son muy susceptibles al cloran‑ fenicol. Las cepas prevalentes de Shigella y Salmonella son resistentes a múltiples fármacos, incluido el cloranfenicol. RESISTENCIA AL CLORANFENICOL. La resistencia al cloranfenicol casi siempre se debe a una acetiltransfe‑ rasa codificada por un plásmido que desactiva al fármaco. La resistencia también puede ser resultado del descenso de la permeabilidad y mutación ribosómica. ABSORCIÓN, DISTRIBuCIÓN, METABOLISMO y ELIMINACIÓN. El cloranfenicol se absorbe con rapidez desde el tubo digestivo. Para uso parenteral, el succinato de cloranfenicol es un profármaco que se hidroliza in vivo por acción de esterasas para producir cloranfenicol. El succinato de cloranfenicol se elimina con rapidez del plasma por vía renal; esto reduce la biodisponibilidad general del fármaco porque hasta 30% de la dosis puede excretarse antes de la hidrólisis. La función renal deficiente en el recién nacido y otros estados de insuficiencia renal elevan las concentraciones plasmáticas del succinato de cloranfenicol. Se ha observado disminución de la actividad de esterasa en el plasma de recién nacidos y lactantes, lo cual prolonga el tiempo hasta la concentración máxima del cloranfenicol activo (hasta 4 h) y extiende el pe‑ riodo en el que puede ocurrir la eliminación renal del succinato de cloranfenicol. El cloranfenicol tiene una distribución amplia en los líquidos corporales y alcanza con facilidad las concentraciones terapéuticas en el líquido cefalorraquídeo (CSF, cerebrospinal fluid). En realidad, el fármaco puede acumularse en el cerebro. El cloranfenicol se encuentra en la bilis, leche y líquido amniótico. También se encuentra en el humor acuoso figura 55-2 Inhibición de la síntesis bacteriana de proteínas por cloranfenicol. Éste se une con la subunidad ribosómica 50S en el sitio peptidiltransferasa, lo que inhibe la transpeptidación. El cloranfenicol se une cerca del sitio de acción de la clin‑ damicina y los antibióticos macrólidos. Estos compuestos interfieren con la unión de cloranfenicol y por tanto pueden ha ‑ cerlo también con las acciones mutuas si se administran al mismo tiempo. Véase la figura 55‑1 para obtener información adicional. Cadena polipeptídica naciente Sitio P Sitio A Plantilla de mRNA Sitio transferasa Cloranfenicol 30S 50S aa 985 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs después de inyección subconjuntival. La principal vía de eliminación es el metabolismo hepático hasta el glucuró‑ nido inactivo. El metabolito y el cloranfenicol se excretan en la orina. Los pacientes con disfunción hepática tienen menor capacidad para esta eliminación metabólica y es preciso ajustar la dosis. Cerca de 50% del cloranfenicol está unido con proteínas plasmáticas; esta unión se reduce en sujetos cirróticos y recién nacidos. La insuficiencia renal y la hemodiálisis no alteran de manera significativa la semivida, por lo que no suele ser necesario ajustar la dosis. Sin embargo, si la dosis de cloranfenicol se redujo por la presencia de cirrosis, la eliminación por hemodiálisis puede ser significativa. Este efecto puede reducirse al mínimo con la administración del fármaco al final de la hemodiálisis. La variabilidad en el metabolismo y farmacocinética del cloranfenicol en recién nacidos, lactantes y niños exige vigilan‑ cia de las concentraciones plasmáticas del fármaco. uSOS TERAPÉuTICOS y DOSIS. El tratamiento con cloranfenicol debe limitarse a las infecciones en las que los beneficios del fármaco rebasen los riesgos de toxicidad. Cuando se dispone de otros antimicrobianos con la misma efectividad y menor toxicidad, deben utilizarse en lugar del cloranfenicol. Fiebre tifoidea. Las cefalosporinas de tercera generación y las quinolonas son los fármacos de elección para el trata‑ miento de la fiebre tifoidea. La dosis de adulto del cloranfenicol en este caso es de 1 g cada 6 h durante cuatro semanas. Meningitis bacteriana. El cloranfenicol es todavía una alternativa para el tratamiento de la meningitis causada por H. influenzae, N. meningitidis y S. pneumoniae en pacientes con alergia grave a los lactámicos b y en los países en vías de desarrollo. La dosis diaria total para niños debe ser de 50 mg/kg de peso corporal, dividida en cuatro dosis iguales administradas cada 6 h por vía intravenosa. Enfermedades por rickettsias. Por lo general, las tetraciclinas son los fármacos preferibles para el tratamiento de las rickettsiosis. Sin embargo, en individuos alérgicos a estos fármacos, en aquéllos con disfunción renal, en embaraza‑ das y en niños menores de ocho años de edad que requieren cursos terapéuticos prolongados o repetidos, el cloranfe‑ nicol puede ser el compuesto de elección. La fiebre exantemática de las Montañas Rocosas; el tifo epidémico, murino, de los matorrales y recidivante, y la fiebre Q responden bien al cloranfenicol. Para los adultos y niños con estas enfermedades se recomienda una dosis diaria de 50 mg/kg/día dividida en cuatro dosis cada 6 h. El tratamiento debe continuarse hasta que las condiciones generales del paciente mejoren y permanezca afebril durante 24 a 48 h. EFECTOS SECuNDARIOS. El cloranfenicol inhibe la síntesis de proteínas de la membrana mitocondrial in‑ terna, parece que por inhibición de la peptidiltransferasa ribosómica. Gran parte de la toxicidad observada con este fármaco puede atribuirse a estos efectos. Reacciones de hipersensibilidad. La hipersensibilidad al cloranfenicol puede causar exantemas. Es posible que al mismo tiempo haya fiebre o que ésta sea la única manifestación. El angioedema es una complicación rara. Son posi‑ bles reacciones de Jarisch-Herxheimer después de instituir el tratamiento con cloranfenicol para sífilis, brucelosis y fiebre tifoidea. Toxicidad hemática. El cloranfenicol afecta al sistema hematopoyético de dos maneras: la toxicidad relacionada con la dosis se manifiesta como anemia, leucopenia o trombocitopenia, y una reacción idiosincrática se presenta en la forma de anemia aplásica, que en muchos casos conduce a pancitopenia letal. Esta última es más frecuente en perso‑ nas que reciben tratamiento prolongado, en particular las expuestas al fármaco en más de una ocasión. Aunque la incidencia de la reacción es baja, ~ 1 en ≥ 30 000 cursos terapéuticos, la mortalidad es alta cuando la aplasia de la médula ósea es completa, y existe una incidencia elevada de leucemia aguda entre los enfermos que se recuperan. La anemia aplásica representa ~ 70% de los casos de discrasias sanguíneas ocasionadas por cloranfenicol; la anemiahipoplásica, agranulocitosis y trombocitopenia representan el resto. El mecanismo propuesto implica la conversión del grupo nitro en un intermediario tóxico por acción de las bacterias intestinales. El riesgo de anemia aplásica no es contraindicación para el uso de cloranfenicol en situaciones en las que puede salvar la vida. Sin embargo, el fármaco nunca debe emplearse en situaciones indefinidas ni en enfermedades que pueden tratarse de manera fácil, segura y efectiva con otros antimicrobianos. Es probable que la supresión eritroide reversible relacionada con la dosis sea reflejo de una acción inhibidora del cloranfenicol en la síntesis proteínica mitocondrial en los precursores eritroides, lo que a su vez afecta la incorpora‑ ción de hierro al hem. Siempre hay supresión de la médula ósea cuando la concentración plasmática es ≥ 25 μg/ml y ocurre con el uso de grandes dosis de cloranfenicol, tratamiento prolongado o ambos. La supresión medular depen‑ diente de la dosis puede evolucionar hasta la aplasia letal si se continúa el fármaco, pero la mayoría de los casos de aplasia medular se desarrolla sin que haya antes supresión medular relacionada con la dosis. Otros efectos tóxicos e irritantes. Luego de la administración oral de cloranfenicol puede haber náusea, vómito, sabor desagradable, diarrea e irritación perineal. Rara vez existe visión borrosa y parestesias digitales. Los tejidos con una tasa elevada de consumo de oxígeno (p. ej., corazón, cerebro) son muy susceptibles a los efectos del cloranfenicol en las enzimas mitocondriales. 986 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII Los recién nacidos, en especial si son prematuros, pueden desarrollar un trastorno grave llamado síndrome del lac- tante gris, si se exponen a dosis excesivas de cloranfenicol. Este síndrome comienza por lo regular dos a nueve días después de iniciar el tratamiento. En las primeras 24 h se observan vómito, renuencia a succionar, respiración rápida e irregular, distensión abdominal, periodos de cianosis y evacuaciones de heces verdes y flojas. En las 24 h siguien‑ tes, los recién nacidos adquieren una coloración gris cenicienta, además de tornarse flácidos e hipotérmicos. Hay notificaciones de un “síndrome gris” similar en adultos con sobredosis accidentales del fármaco. La muerte sobre‑ viene en ~ 40% de los pacientes en los dos días siguientes a los primeros síntomas. Los que se recuperan casi nunca muestran secuelas. Hay dos mecanismos que parecen provocar la toxicidad por cloranfenicol en los recién nacidos: 1) una deficiencia del desarrollo en la glucuronil transferasa, enzima hepática que metaboliza el cloranfenicol; y 2) una excreción renal inadecuada del fármaco no conjugado. Al inicio del síndrome clínico, las más de las veces las concentraciones plasmáticas de cloranfenicol son mayores de 100 μg/ml y pueden ser de tan sólo 75 μg/ml. Los niños £ 2 semanas de edad deben recibir cloranfenicol en dosis diarias no mayores de 25 mg/kg de peso corporal; después de esta edad, los lactantes de término pueden recibir cantidades diarias hasta de 50 mg/kg. Interacciones farmacológicas. El cloranfenicol inhibe las enzimas CYP hepáticas, por lo que prolonga la semivida de los fármacos que se metabolizan mediante este sistema. Se han publicado casos de toxicidad grave y muerte por falta de identificación de tales efectos. La administración concurrente de fenobarbital o rifampicina, inductores poten - tes de enzimas CYP, acorta la semivida del antibiótico y puede generar concentraciones subterapéuticas. MACRÓLIDOS Y CETÓLIDOS Los macrólidos y los cetólidos son efectivos en el tratamiento de las infecciones respiratorias causadas por los patógenos frecuentes de la neumonía adquirida en la comunidad. Salvo la azitromicina, todos tienen interacciones farmacológicas importantes porque inhiben las enzimas CYP hepáticas. El capítulo 55 de la obra mayor incluye una descripción más completa de los datos de estructura y actividad de estos compuestos. Los antibióticos macrólidos contienen un anillo lactona de múltiples elementos con el cual se unen uno o más desoxi azúcares. Las ligeras modificaciones estructurales (p. ej., en la claritromicina y la azitromicina) mejo‑ ran la estabilidad ácida y la penetración tisular, lo que amplía el espectro de su actividad. Los cetólidos son sistemas anulares similares con múltiples integrantes, pero con distintos sustituyentes. La telitromicina es el único cetólico aprobado hoy en día en Estados Unidos. Difiere de la eritromicina en que un grupo 3-ceto sustituye a la a‑L‑cladi‑ nosa del anillo macrólido de 14 elementos y existe un carbamato sustituido en C11-C12. Estas modificaciones hacen que los cetólidos sean menos susceptibles a los mecanismos de resistencia mediados por metilasa (erm) y mediados por expulsión (mef o msr). Por tanto, los cetólidos tienen actividad contra muchas cepas grampositivas resisten ‑ tes a los macrólidos. MECANISMO DE ACCIÓN. Los antibióticos macrólidos son bacteriostáticos que inhiben la síntesis de proteína mediante la unión reversible con las subunidades ribosómicas 50S de los microorganismos sen‑ sibles (figura 55-3), en o muy cerca del sitio para unión del cloranfenicol (figura 55-2). La eritromicina no inhibe por sí misma la formación del enlace peptídico, sino que inhibe el paso de translocación en el que una molécula de peptidil‑tRNA recién formada se mueve del sitio aceptor en el ribosoma al sitio donador de peptidilo. Las bacterias grampositivas acumulan ~ 100 veces más eritromicina que las gram‑ negativas. Los cetólidos y los macrólidos tienen el mismo sitio de acción en el ribosoma. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. La eritromicina casi siempre es bacteriostática, pero puede ser bactericida en altas concentraciones contra patógenos susceptibles. El antibiótico tiene mayor actividad in vitro contra cocos y bacilos aeróbicos grampositivos (cuadro 55-1). La resistencia a macrólidos entre S. pneumoniae coexiste a menudo con la resistencia a la penicilina. Los estafilococos no tienen sensibilidad confiable a eritromicina. Las cepas de S. aureus resistentes a macrólidos pueden tener resistencia cruzada a clindamicina y estreptogramina B (quinupristina). Los bacilos grampositivos también son sensibles a eritromicina, incluidos Clostridium perfringens, Corynebacterium diphtheriae y L. monocytogenes. La eritromicina es inactiva contra la mayor parte de los bacilos entéricos aeróbicos gramnegativos. Tiene escasa actividad in vitro contra H. influenzae y N. meningitidis y actividad adecuada contra casi todas las cepas de N. gonorrhoeae. También se observa actividad antibacteriana útil contra P. multocida, Borrelia spp. y Bordetella pertussis. Es frecuente la resistencia de B. fragilis. Por lo general, los macrólidos tienen actividad contra C. jejuni. La eritromicina ejerce actividad contra M. pneumoniae y L. pneumophila. La mayoría de las cepas de C. trachomatis se inhibe con eritromicina. Algunas de las micobacterias atípicas son sensibles a la eritromicina in vitro. La claritromicina es un poco más potente que la eritromicina contra cepas sensibles de estreptococos y estafilococos, y posee actividad menor contra H. influenzae y N. gonorrhoeae. La claritromicina y la azitromicina tienen actividad apropiada contra Moraxella catarrhalis, Chlamydia spp., L. pneumophila, B. burgdorferi, M. pneumoniae y H. pylori. La azitromicina y la claritromicina tienen actividad intensa contra Mycobacterium avium-intracellulare, así como contra algunos protozoarios (p. ej., Toxoplasma gondii, Cryptosporidium y Plasmodium spp.). La claritromi‑ cina muestra adecuada actividad contra Mycobacterium leprae. El espectro de actividad de la telitromicina es similar 987 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs al de la claritromicina y la azitromicina. La capacidad de la telitromicina para soportar muchos mecanismos de resistencia de macrólidos incrementasu actividad contra S. pneumoniae y S. aureus resistentes a macrólidos. RESISTENCIA A MACRÓLIDOS Y CETÓLIDOS. La resistencia a macrólidos se debe las más de las veces a uno de cua‑ tro mecanismos: • Salida del fármaco por un mecanismo de bomba activa. • Protección ribosómica por síntesis inducible o constitutiva de enzimas metilasa que modifican el sitio de acción en el ribosoma y reducen la unión del fármaco. • Hidrólisis de macrólidos mediante esterasas producidas por Enterobacteriaceae. • Mutaciones cromosómicas que alteran la proteína ribosómica 50S (en Bacillus subtilis, Campylobacter spp., micobacterias y cocos grampositivos). ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN Absorción. La eritromicina base se absorbe de manera incompleta, pero adecuada, en la parte proximal del intestino delgado. Dado que el ácido gástrico la desactiva, se administra en la forma de tabletas con cubierta entérica, ya que las cápsulas que contienen microesferas con cubierta entérica pueden disolverse en el duodeno; también se adminis‑ tra como éster. Los alimentos retrasan su absorción. Los ésteres de eritromicina base (p. ej., estearato, estolato y etilsuccinato) tienen mejor estabilidad en el ácido y su absorción se altera menos con el alimento. Una sola dosis oral de 250 mg de estolato de eritromicina produce concentraciones séricas máximas ~ 1.5 μg/ml después de 2 h. La claritromicina se absorbe a partir del tubo digestivo después de la administración oral, pero el metabolismo hepá‑ tico de primer paso reduce su biodisponibilidad de 50 a 55%. Las concentraciones máximas se alcanzan ~ 2 h después de la administración. La claritromicina puede administrarse con o sin alimento, pero la forma de liberación extendida, que se administra por lo regular una vez al día en dosis de 1 g, debe suministrarse con alimento para mejorar la bio‑ disponibilidad. La azitromicina oral se absorbe con rapidez y se distribuye en todo el cuerpo, salvo el cerebro y el CSF. La azitromicina no debe administrarse con alimento. También puede administrarse por vía intravenosa, lo que genera concentraciones plasmáticas de 3 a 4 μg/ml después de una infusión de 500 mg por 1 h. La telitromicina está formulada como tableta de 400 mg para administración oral. No se dispone de presentación parenteral. Se absorbe bien y su biodisponibilidad es ~ 60%. Las concentraciones séricas máximas se alcanzan en 30 min a cuatro horas. Distribución. La eritromicina se difunde con facilidad hacia los líquidos intracelulares y alcanza actividad antibacte‑ riana en todos los sitios, con excepción del cerebro y el CSF. Las concentraciones en el exudado del oído medio pueden ser insuficientes para el tratamiento de la otitis media por H. influenzae. La unión con proteínas es ~ 70 a 80% para la eritromicina base y aún más alta para el estolato. La eritromicina cruza la placenta y la concentración farma‑ cológica en el plasma fetal es ~ 5 a 20% de la concentración en el plasma materno. La concentración en la leche materna es 50% de la sérica. figura 55-3 Inhibición de la síntesis bacteriana de proteínas por eritromicina, claritromicina y azitromicina. Los antibióti‑ cos macrólidos son bacteriostáticos que inhiben la síntesis de proteínas mediante la unión reversible con las subunidades ribosómicas 50S de microorganismos sensibles. Al parecer, la eritromicina inhibe el paso de translocación, por lo que la cadena peptídica naciente que se encuentra temporalmente en el sitio A no se mueve al sitio P, o donador. Otra posibilidad es que los macrólidos se unan e induzcan un cambio en la conformación que termina la síntesis de proteína por interferencia indirecta con la transpeptidación y la translocación. Véase la figura 55‑1 para obtener información adicional. Cadena polipeptídica naciente Sitio P tRNA Sitio A Plantilla mRNA Sitio transferasa 50S Macrólidos 30S aa 988 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII La claritromicina y su metabolito activo, 14-hidroxiclaritromicina, alcanzan altas concentraciones intracelulares en todo el cuerpo, incluido el oído medio. Las propiedades farmacocinéticas únicas de la azitromicina incluyen extensa distribución tisular y concentraciones elevadas en las células (incluidos fagocitos), lo que produce concentraciones mucho más altas en los tejidos o secreciones, en comparación con las concentraciones séricas simultáneas. La teli‑ tromicina penetra bien en la mayor parte de los tejidos, alcanza concentraciones ~ 2 veces mayores y ≥ 10 veces mayores que las plasmáticas. La telitromicina se concentra en los macrófagos y los leucocitos, en los que se mantie‑ nen cifras de 40 μg/ml (500 veces la concentración plasmática) 24 h después de la administración. Eliminación. Sólo 2 a 5% de la eritromicina administrada por vía oral se excreta en forma activa en la orina; este valor es de 12 a 15% después de la infusión intravenosa. El antibiótico se concentra en el hígado y se excreta en la bilis. La semivida sérica de la eritromicina es ~ 1.6 h. Aunque la t½ se prolonga en pacientes anúricos, no siempre se reco‑ mienda reducir la dosis en sujetos con insuficiencia renal. El fármaco no se elimina de manera significativa mediante diálisis peritoneal o hemodiálisis. La claritromicina se metaboliza en el hígado hasta varios metabolitos; el metabolito 14-hidroxi activo es el princi - pal. Las vías metabólicas primarias son la N-desmetilación oxidativa y la hidroxilación en la posición 14. La semi‑ vida de eliminación es de 3 a 7 h para claritromicina y de 5 a 9 h para la 14-hidroxiclaritromicina. El metabolismo es saturable, lo que hace que la farmacocinética no sea lineal; la semivida se prolonga con las dosis más altas. La can‑ tidad de claritromicina que se excreta sin cambios en la orina varía de 20 a 40%, según sean la dosis y la formulación administradas (tableta o suspensión oral). Un 10 a 15% adicional de la dosis se elimina en la orina como 14-hidroxi‑ claritromicina. No es necesario ajustar la dosis, a menos que la depuración de creatinina sea < 30 ml/min. La azitromicina se somete a cierto metabolismo hepático para desactivar los metabolitos, pero la excreción biliar es la principal vía de eliminación. Sólo 12% del fármaco se elimina sin cambios en la orina. La t½ de eliminación es de 40 a 68 h y se prolonga porque la captación tisular y la unión son extensas. Con una semivida de 9.8 h, la telitromicina puede administrarse una vez al día. El fármaco se elimina sobre todo mediante metabolismo hepático, 50% por CYP3A4 y 50% por metabolismo independiente de CYP. No es necesario el ajuste de la dosis en caso de insuficiencia hepática o renal leve a moderada. USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS. La dosis oral común de la eritromicina (eritromicina base) para adultos varía de 1 a 2 g/día, en tomas divididas, casi siempre administradas cada 6 h. Se han tolerado dosis diarias orales de eritromicina hasta de 8 g administradas por tres meses. Las formulaciones de eritromicina base o en estearato no deben tomarse junto con alimentos, de ser posible, pero esta precaución es innecesaria con el estolato de eritromicina. La dosis oral de eritromicina para niños es de 30 a 50 mg/kg al día dividida en cuatro porciones; esta dosis puede duplicarse para las infecciones graves. No se recomienda la administración intramuscular de eritromicina por el dolor que causa la in ‑ yección. La administración intravenosa casi siempre se reserva para el tratamiento de infecciones graves, como la legionelosis. La dosis habitual es de 0.5 a 1 g cada 6 h; se ha administrado 1 g de gluceptato de eritromicina (no disponible en Estados Unidos) por vía intravenosa cada 6 h hasta por cuatro semanas sin efectos secundarios, salvo por la tromboflebitis local. Se dispone de lactobionato de eritromicina para administración intravenosa. La combina‑ ción de eritromicina y sulfisoxazol parece tener actividad antibacteriana sinérgica; está disponible como suspensión, que se usa sobre todo parael tratamiento de la otitis media en niños. Por lo regular, la claritromicina se administra dos veces al día en dosis de 250 mg para niños > 12 años de edad y adultos con infección leve a moderada. Las dosis más altas (p. ej., 500 mg dos veces al día) están indicadas para infecciones más graves, como neumonía o infecciones causadas por microorganismos resistentes como H. influen- zae. La formulación de 500 mg de liberación extendida se administra en dos tabletas una vez al día. La claritromicina (500 mg) también se formula con lansoprazol (30 mg) y amoxicilina (1 g) como régimen combinado que se adminis‑ tra dos veces al día durante 10 o 14 días para erradicar H. pylori. La azitromicina debe suministrarse 1 h antes o 2 h después de las comidas cuando se administra por vía oral. Para el tratamiento ambulatorio de la neumonía adquirida en la comunidad, faringitis o infecciones de la piel y estructuras cutáneas, se utiliza una dosis de impregnación de 500 mg el primer día y luego se prescriben 250 mg al día durante los días 2 a 5. El tratamiento o profilaxis de la infección por M. avium-intracellulare en pacientes con sida requie re dosis más altas: 600 mg al día combinados con uno o más fármacos, o 1 200 mg una vez a la semana como prevención pri‑ maria. La azitromicina es útil en el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual, en particular durante el embarazo, cuando están contraindicadas las tetraciclinas. El tratamiento de la uretritis no gonocócica no complicada con sospecha etiológica de C. trachomatis consiste en una dosis única de 1 g de azitromicina. Esta dosis también es efectiva para chancroide. La azitromicina (1 g a la semana por tres semanas) es un régimen alternativo para el trata‑ miento del granuloma inguinal o el linfogranuloma venéreo. En niños, la dosis recomendada de azitromicina en sus‑ pensión oral para la otitis media aguda y neumonía es de 10 mg/kg el primer día (máximo 500 mg) y 5 mg/kg (máximo 250 mg/día) los días 2 a 5. Como alternativa para la otitis media está aprobada una dosis única de 30 mg/kg. La dosis para amigdalitis o faringitis es de 12 mg/kg al día, hasta 500 mg en total, durante cinco días. Infecciones respiratorias. Los macrólidos y los cetólidos son fármacos adecuados para el tratamiento de diversas infec‑ ciones respiratorias. La azitromicina y la claritromicina son opciones adecuadas para el tratamiento de la neumonía 989 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs adquirida en la comunidad leve a moderada en pacientes ambulatorios. En sujetos hospitalizados se agrega a menudo un macrólido a una cefalosporina para cubrir los patógenos respiratorios atípicos. Los macrólidos, fluoroquinolonas y tetraciclinas son los fármacos de elección para el tratamiento de la neumonía causada por C. pneumoniae o M. pneumoniae. La eritromicina se ha considerado el fármaco de elección para el tratamiento de la neumonía por L. pneu - mophila, Legionella micdadei u otras especies de Legionella. Debido a la excelente actividad in vitro, la mayor con‑ centración en los tejidos, la facilidad de administración en una sola dosis al día y la mejor tolerabilidad en compara‑ ción con la eritromicina, la azitromicina (o una fluoroquinolona) sustituyó a la eritromicina como fármaco de primera línea para el tratamiento de la legionelosis. La dosis recomendada es de 500 mg al día, por vías intravenosa u oral, por un total de 10 a 14 días. Los macrólidos también son alternativas adecuadas para el tratamiento de las exacerba‑ ciones agudas de la bronquitis crónica, otitis media aguda, faringitis estreptocócica aguda y sinusitis bacteriana aguda. En general, la azitromicina y la claritromicina se prefieren a la eritromicina para estas indicaciones debido a su espectro más amplio y mejor tolerabilidad. La telitromicina es efectiva en el tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad, exacerbaciones agudas de bronquitis crónica y sinusitis bacteriana aguda, y tiene una ventaja potencial en sitios donde son frecuentes las cepas resistentes a los macrólidos. Debido a varios casos de hepatotoxicidad grave, la aprobación de la FDA para el fár‑ maco está limitada a la neumonía adquirida en la comunidad; la telitromicina debe emplearse sólo en circunstancias en las que representa una ventaja sustancial sobre tratamientos menos tóxicos. Infecciones de la piel y tejidos blandos. Los macrólidos son alternativas para el tratamiento de la erisipela y celulitis entre pacientes con una alergia grave a la penicilina. La eritromicina ha sido una alternativa para el tratamiento de infecciones relativamente menores de la piel y los tejidos blandos causadas por S. aureus sensible o resistente a la penicilina. Sin embargo, muchas cepas de S. aureus son resistentes a macrólidos. Infecciones por Chlamydia. Las infecciones por clamidias pueden tratarse con cualesquiera de los macrólidos. Se reco‑ mienda una sola dosis de 1 g de azitromicina para individuos con infecciones uretrales, endocervicales, rectales o epididimarias no complicadas debido a la facilidad de la observancia terapéutica. Durante el embarazo se recomienda la eritromicina base, 500 mg cada 6 h por siete días, como tratamiento de primera línea para infecciones urogenitales por clamidias. Una alternativa adecuada es la azitromicina, 1 g por vía oral en dosis única. La eritromicina base es preferible para la neumonía por clamidia en lactantes y para la oftalmía neonatal (50 mg/kg al día cada 6 h por 10 a 14 días). La azitromicina, 1 g/sem durante tres semanas, es efectiva para el linfogranuloma venéreo. Difteria. La eritromicina, 250 mg cada 6 h durante siete días, es muy efectiva para las infecciones agudas o para erradicar el estado portador. La FDA no aprueba otros macrólidos para esta indicación. Los antibióticos no modifican la evolución de la infección diftérica aguda ni reducen el riesgo de complicaciones. Está indicada la antitoxina en el tratamiento de la infección aguda. Tos ferina. La eritromicina es el fármaco de elección para tratar a las personas con enfermedad por B. pertussis y para la profilaxis posterior a la exposición de los habitantes de la misma casa y los contactos cercanos. Es efectivo un régimen de siete días de estolato de eritromicina (40 mg/kg al día, máximo 1 g/día; no disponible en Estados Unidos). La claritromicina y la azitromicina también son efectivas. Si se administra en una etapa temprana de la evolución de la tos ferina, la eritromicina puede acortar la duración de la enfermedad; tiene poca influencia en ésta una vez que se llega a la etapa paroxística. Deben obtenerse cultivos rinofaríngeos de las personas con tos ferina que no mejoran con eritromicina, ya que hay notificaciones de resistencia. Infecciones por Campylobacter. Las fluoroquinolonas ya casi han sustituido a la eritromicina para esta enfermedad en adultos. La eritromicina conserva su utilidad para el tratamiento de la gastroenteritis por Campylobacter en niños. Infección por Helicobacter pylori. La claritromicina, 500 mg, combinada con 20 mg de omeprazol y 1 g de amoxicilina administrados dos veces al día durante 10 a 14 días, es efectiva en el tratamiento de la enfermedad por úlcera péptica causada por H. pylori. Infecciones micobacterianas. La claritromicina o azitromicina se recomiendan como tratamiento de primera línea para la profilaxis y tratamiento de la infección diseminada por M. avium-intracellulare en pacientes con sida y para el tratamiento de la enfermedad pulmonar en enfermos no infectados con HIV. Se recomiendan la azitromicina (1.2 g una vez a la semana) o claritromicina (500 mg dos veces al día) para la prevención primaria en personas con sida con < 50 células CD4/mm3. No debe instituirse el tratamiento con un solo fármaco para el tratamiento de la enfermedad activa ni para la prevención secundaria en individuos con sida. La claritromicina (500 mg dos veces al día) más etambutol (15 mg/kg una vez al día), cono sin rifabutina, es un régimen combinado efectivo. La claritromicina se ha usado con minociclina para el tratamiento de M. leprae en la lepra lepromatosa. Aplicaciones profilácticas. La eritromicina es una alternativa efectiva para prevenir las recurrencias de fiebre reumática en personas alérgicas a la penicilina. La claritromicina o azitromicina (o clindamicina) son alternativas recomenda‑ das para prevenir la endocarditis bacteriana en pacientes que se someten a procedimientos dentales. 990 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII EfECTOS SECUNDARIOS Hepatotoxicidad. La hepatitis colestásica es el efecto colateral más llamativo. Se produce sobre todo por estolato de eritromicina, rara vez por etilsuccinato o estearato. La enfermedad comienza después de 10 a 20 días de tratamiento y se caracteriza al principio por náusea, vómito y cólico abdominal. Poco después de estos síntomas aparece la icte‑ ricia, que puede acompañarse de fiebre, leucocitosis, eosinofilia y aumento de transaminasas plasmáticas. Por lo general, los hallazgos se resuelven unos cuantos días después de suspender el tratamiento farmacológico. También se ha observado hepatotoxicidad con claritromicina y azitromicina, aunque con menor frecuencia respecto de la eritro‑ micina. La telitromicina puede ocasionar hepatotoxicidad grave y sólo debe utilizarse en circunstancias en las que representa una clara ventaja sobre los fármacos alternativos. Toxicidad GI. La administración oral de eritromicina se acompaña a menudo de molestia epigástrica, que puede ser in ‑ tensa. La administración intravenosa de eritromicina puede causar síntomas similares. La eritromicina estimula la mo ‑ tilidad GI mediante su efecto en los receptores para motilina (capítulo 46). Los síntomas GI están relacionados con la dosis y son más frecuentes en niños y adultos jóvenes; pueden reducirse si se prolonga el tiempo de infusión a 1 h o si antes se administra glucopirrolato. La infusión intravenosa de dosis de 1 g, incluso disueltas en un volumen grande, va seguida con frecuencia de tromboflebitis. Esto puede reducirse al mínimo con la infusión lenta. La claritromicina, azitromicina y telitromicina también pueden producir molestias GI, pero en menor grado que la eritromicina. Toxicidad cardiaca. Se ha notificado que la eritromicina, claritromicina y telitromicina inducen arritmias cardiacas, incluidas la prolongación de QT y la taquicardia ventricular. La mayoría de los pacientes tuvo factores de riesgo subyacentes o recibía antiarrítmicos u otros fármacos que prolongan el intervalo QTc. Otros efectos tóxicos e irritantes. Las reacciones alérgicas observadas incluyen fiebre, eosinofilia y erupciones cutá‑ neas, que desaparecen poco después de suspender el tratamiento. Hay informes de daño auditivo transitorio con la eritromicina. También se han notificado trastornos visuales por acomodación lenta después del consumo de telitro‑ micina. Esta última está contraindicada en pacientes con miastenia grave porque agrava los síntomas neurológicos. Hay casos de pérdida de la conciencia vinculados con la telitromicina. Interacciones farmacológicas. La eritromicina, claritromicina y telitromicina inhiben la isoenzima CYP3A4 y tienen interacciones farmacológicas significativas. La eritromicina y la claritromicina potencian los efectos de la carbama‑ zepina, corticoesteroides, ciclosporina, digoxina, alcaloides del cornezuelo de centeno, teofilina, triazolam, valproato y warfarina, quizá por interferencia con el metabolismo de estos fármacos mediante el sistema CYP (capítulo 6). La telitromicina es un sustrato e inhibidor potente de CYP3A4. La administración concomitante con rifampicina, un inductor potente de CYP, disminuye en 80% las concentraciones séricas de telitromicina. Los inhibidores de CYP3A4 (p. ej., itraconazol) aumentan las concentraciones séricas de telitromicina. La azitromicina y la diritromicina parecen estar libres de estas interacciones farmacológicas, pero se recomienda cautela. LINCOSAMIDAS (CLINDAMICINA) La clindamicina es un congénere de la lincomicina y se prescribe sobre todo en el tratamiento de las infecciones por anaerobios. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. En general, la clindamicina es similar a la eritromicina en su actividad in vitro con‑ tra cepas susceptibles de neumococos, Streptococcus pyogenes y estreptococos viridans (cuadro 55-1). Las cepas susceptibles a meticilina de S. aureus casi siempre son susceptibles a clindamicina, pero MRSA y los estafilococos negativos a coagulasa son con frecuencia resistentes. La clindamicina tiene mayor actividad que la eritromicina o la claritromicina contra bacterias anaeróbicas, en particular B. fragilis. Entre 10 y 20% de las especies de clostridios distintos de C. perfringens es resistente. La resistencia a la clindamicina entre especies de Bacteroides es cada vez más frecuente. Las cepas de Actinomyces israelii y Nocardia asteroides son sensibles. Todos los bacilos gramnega‑ tivos aeróbicos son resistentes. Las combinaciones de clindamicina y primaquina y de clindamicina más pirimeta‑ mina constituyen un esquema de segunda línea para la neumonía por Pneumocystis jiroveci y encefalitis por T. gondii, respectivamente. MECANISMO DE ACCIÓN, RESISTENCIA. La clindamicina se une sólo con la subunidad 50S de los ribosomas bacte‑ rianos y suprime la síntesis de proteínas. Aunque la clindamicina, eritromicina y cloranfenicol no tienen relación estructural, actúan en sitios próximos (figuras 55-2 y 55-3) y la unión de uno de estos antibióticos con el ribosoma suprime la interacción de los otros. La resistencia a macrólidos debida a metilación ribosómica también puede causar resistencia a clindamicina. Como la clindamicina no induce la metilasa, sólo hay resistencia cruzada si la enzima se produce de manera constitutiva. La clindamicina no es sustrato de las bombas de salida de macrólidos; por tanto, las cepas resistentes a los macrólidos por este mecanismo son susceptibles a la clindamicina. ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN. La clindamicina se absorbe casi por completo des‑ pués de la administración oral. La concentración plasmática (Cp) máxima de 2 a 3 μg/ml se alcanza en la hora siguiente a la ingestión de 150 mg. El alimento en el estómago no causa un decremento significativo de absorción. La semivida del antibiótico es ~ 3 h. El palmitato de clindamicina, una presentación oral pediátrica, es un profármaco 991 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs inactivo que se hidroliza con rapidez in vivo. El éster fosfato de clindamicina, que se administra por vía parenteral, también se hidroliza poco después in vivo hasta el compuesto original activo. La clindamicina tiene una distribución amplia en muchos líquidos y tejidos, incluido el hueso, pero no en el CSF, aun si las meninges están inflamadas. Se alcanzan concentraciones suficientes para tratar la toxoplasmosis cerebral. El fár‑ maco cruza con facilidad la barrera placentaria. Noventa por ciento o más de la clindamicina está unido con proteínas plasmáticas. Este compuesto se acumula en los leucocitos polimorfonucleares, macrófagos alveolares y en abscesos. La clindamicina se desactiva mediante metabolismo hasta N‑desmetilclindamicina y sulfóxido de clindamicina, que se excreta en la orina y bilis. Es posible que deba ajustarse la dosis en pacientes con insuficiencia hepática grave. Sólo ~ 10% de la clindamicina administrada se elimina sin cambios en la orina y pequeñas cantidades se encuentran en las heces. Sin embargo, la actividad antibiótica persiste en las heces por más de cinco días después de suspender el tra‑ tamiento parenteral con clindamicina y el crecimiento de microorganismos sensibles a clindamicina puede supri‑ mirse hasta por dos semanas. USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS. La dosis oral de clindamicina (clorhidrato de clindamicina) para los adultos es de 150 a 300 mg cada 6 h; para las infeccionesgraves es de 300 a 600 mg cada 6 h. Los niños deben recibir 8 a 12 mg/ kg al día de clorhidrato de palmitato de clindamicina divididos en tres o cuatro dosis o, para infecciones graves, 13 a 25 mg/kg al día. Sin embargo, los niños que pesan £ 10 kg deben recibir ½ cucharadita de clorhidrato de palmitato de clindamicina (37.5 mg) cada 8 h como dosis mínima. Para las infecciones graves en adultos se recomienda la administración intravenosa o intramuscular en dosis de 1 200 a 2 400 mg/día, dividida en tres o cuatro dosis. Los niños deben recibir 15 a 40 mg/kg al día divididos en tres o cuatro dosis; en las infecciones graves se recomienda una dosis mínima de 300 mg, cualquiera que sea el peso corporal. La clindamicina es el fármaco de elección para el tratamiento de un absceso pulmonar e infecciones pulmonares y del espacio pleural por anaerobios. La clindamicina (600 mg por vía intravenosa cada 8 h, o 300 a 450 mg por vía oral cada 6 h para la enfermedad menos grave) combinada con primaquina (15 mg del compuesto base una vez al día) es útil en el tratamiento de los casos leves a moderados de neumonía por P. jiroveci en enfermos con sida. La clinda‑ micina es un compuesto alternativo para el tratamiento de infecciones cutáneas y del tejido blando, sobre todo en personas alérgicas a los lactámicos b. Sin embargo, la elevada incidencia de diarrea y el desarrollo de colitis seudo- membranosa deben limitar su empleo a las infecciones en las que representa una clara ventaja terapéutica. La clindamicina (600 a 1 200 mg por vía intravenosa cada 6 h) combinada con pirimetamina (una dosis de impregna‑ ción de 200 mg seguida de 75 mg por vía oral cada día) y ácido folínico (10 mg/día) es efectiva para el tratamiento de la encefalitis causada por T. gondii en individuos con sida. La clindamicina también está disponible como solución tópica, gel, loción y crema vaginal. Es efectiva por vía tópica (u oral) en el acné vulgar y la vaginosis bacteriana. EfECTOS SECUNDARIOS Efectos GI. La incidencia publicada de diarrea relacionada con la administración de clindamicina varía entre 2 y 20%. Muchos pacientes han desarrollado colitis seudomembranosa por la toxina de C. difficile. Esta forma de colitis se caracteriza por diarrea acuosa, fiebre y leucocitosis periférica. Este síndrome puede ser letal. La suspensión del fár‑ maco, en combinación con la administración de metronidazol o vancomicina oral, casi siempre logran la curación, pero existen recidivas. Los fármacos que inhiben la peristalsis (p. ej., opioides) pueden prolongar o agravar el trastorno. Otros efectos tóxicos e irritantes. Cerca de 10% de los pacientes tratados con clindamicina desarrolla exantemas, que son más frecuentes en sujetos infectados por HIV. Otras reacciones infrecuentes incluyen eritema multiforme exuda‑ tivo (síndrome de Stevens‑Johnson), aumento reversible de la aspartato aminotransferasa y la alanina aminotransfe‑ rasa, granulocitopenia, trombocitopenia y reacciones anafilácticas. La administración intravenosa del fármaco puede causar tromboflebitis local. La clindamicina potencia el efecto de un bloqueador neuromuscular administrado al mismo tiempo. ESTREpTOGRAMINAS (QUINUpRISTINA/DALfOpRISTINA) La quinupristina/dalfopristina es una combinación de quinupristina (una estreptogramina B) con dalfo‑ pristina (una estreptogramina A) en proporción 30:70. Estos compuestos son derivados semisintéticos de compuestos naturales producidos por Streptomyces pristinaespiralis. La quinupristina y la dalfopristina son derivados más solubles de los congéneres pristinamicina IA y IIA, por lo que son adecuados para la administración intravenosa. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. La quinupristina/dalfopristina tiene actividad contra cocos grampositivos y microorganismos causantes de neumonía atípica (p. ej., M. pneumoniae, Legionella spp. y C. pneumoniae), pero es inactiva contra patógenos gramnegativos. La combinación es bactericida contra estreptococos y muchas cepas de estafilococos, pero bacteriostático contra Enterococcus faecium. 992 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII MECANISMO DE ACCIÓN. La quinupristina y dalfopristina son inhibidores de la síntesis de proteína que se unen con la subunidad ribosómica 50S. La quinupristina se une en el mismo sitio que los macrólidos y tiene efecto similar, inhibe la elongación del polipéptido e induce la terminación temprana de la síntesis de proteína. La dalfopristina se une en un sitio cercano, lo que produce un cambio en la conformación del ribosoma 50S e intensifica la unión de qui - nupristina en su sitio de acción. La dalfopristina interfiere de manera directa con la formación de la cadena polipep - tídica. El resultado neto de la unión cooperadora y sinérgica de estas dos moléculas con el ribosoma es la actividad bactericida. RESISTENCIA A LAS ESTREpTOGRAMINAS. La resistencia a la quinupristina está mediada por genes que codifican una metilasa ribosómica que impide la unión del fármaco con su objetivo, o genes que codifican las lactonasas que desactivan a las estreptograminas tipo B. La resistencia a la dalfopristina está mediada por genes que codifican las acetiltransferasas que desactivan a las estreptograminas tipo A, o genes estafilocócicos que codifican proteínas de unión con ATP que bombean las estreptograminas tipo A fuera de la célula. Estos determinantes de resistencia están situados en plásmidos. La resistencia a quinupristina/dalfopristina siempre se relaciona con un gen de resistencia para las estreptograminas tipo A. Los genes codificadores de metilasa pueden hacer que la combinación sea bacteriostática en lugar de bactericida, lo que la vuelve inefectiva en ciertas infecciones en las que se requiere actividad bactericida (p. ej., endocarditis). ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN. La quinupristina/dalfopristina se administra por infusión intravenosa durante al menos una hora. Es incompatible con solución salina y heparina, y debe disolverse en glucosa al 5% en agua. La t½ es de 0.85 h para quinupristina y 0.7 h para dalfopristina. El volumen de distribución es 0.87 L/kg para quinupristina y 0.71 L/kg para dalfopristina. El metabolismo hepático por conjugación es la principal forma de tolerancia para ambos compuestos; 80% de la dosis administrada se elimina por excreción biliar. La elimi‑ nación renal del compuesto activo representa la mayor parte del resto. No es necesario ajustar la dosis en caso de insuficiencia renal. La farmacocinética no experimenta cambios significativos con la diálisis peritoneal o la hemodiá‑ lisis. La insuficiencia hepática aumenta el área bajo la curva (AUC, area under the curve) del componente activo y los metabolitos en 180% para quinupristina y 50% para dalfopristina. USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS. La quinupristina/dalfopristina está aprobada en Estados Unidos para el tratamiento de infecciones causadas por cepas de E. faecium resistentes a vancomicina (dosis de 7.5 mg/kg cada 8 a 12 h) e infecciones de la piel y estructuras cutáneas ocasionadas por cepas susceptibles a meticilina de S. aureus o S. pyoge- nes. En Europa también está aprobada para el tratamiento de la neumonía intrahospitalaria e infecciones por MRSA. La quinupristina/dalfopristina debe reservarse para el tratamiento de las infecciones graves por patógenos gramposi‑ tivos resistentes a múltiples fármacos, como E. faecium resistente a vancomicina. EfECTOS SECUNDARIOS. Los efectos colaterales más frecuentes son incidentes relacionados con la infusión, como dolor y flebitis en el sitio de infusión, así como artralgias y mialgias. La flebitis y el dolor pueden reducirse al míni - mo con la infusión del fármaco a través de un catéter venoso central. Las artralgias y mialgias, con mayor probabili‑ dad de resultar problemáticas en pacientes con insuficiencia hepática, se tratan al disminuir la frecuencia de infusión a cada 12 h. INTERACCIONES fARMACOLÓGICAS. La quinupristina/dalfopristina inhibe a CYP3A4.La administración concomi‑ tante de otros sustratos de CYP3A4 con quinupristina/dalfopristina puede provocar toxicidad significativa. Se reco‑ miendan cautela y vigilancia cuando se administran fármacos con espectro terapéutico tóxico estrecho o sustancias que prolongan el intervalo QTc. OXAZOLIDINONAS (LINEZOLIDA) La linezolida es un antimicrobiano sintético de la clase oxazolidinona. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA. La linezolida tiene actividad contra microorganismos grampositivos, incluidos esta‑ filococos, estreptococos, enterococos, cocos anaerobios grampositivos y bacilos grampositivos, como Corynebac- terium spp. y L. monocytogenes (cuadro 55-1). Posee escasa actividad contra la mayor parte de las bacterias aeróbicas o anaeróbicas gramnegativas. Tiene actividad bacteriostática contra enterococos y estafilococos, y bactericida contra estreptococos. La susceptibilidad de Mycobacterium tuberculosis es moderada. MECANISMO DE ACCIÓN Y RESISTENCIA A LAS OXAZOLIDINONAS. La linezolida inhibe la síntesis de proteínas mediante la unión con el sitio P de la subunidad ribosómica 50S, donde impide la formación del complejo más grande ribosoma‑fMet‑tRNA que inicia la síntesis proteínica. Debido a su mecanismo de acción singular, la linezolida tiene actividad contra cepas resistentes a muchos otros fármacos, incluidas cepas de S. pneumoniae resistentes a penicilina; cepas de estafilococos resistentes a meticilina, con sensibilidad intermedia a la vancomicina y resistentes a esta última; y cepas de enterococos resistentes a vancomicina. La resistencia de los enterococos y estafilococos se debe a las mutaciones puntuales en el RNA ribosómico de 23S. Puesto que las bacterias tienen múltiples copias de genes de rRNA 23S, la resistencia casi siempre requiere mutaciones en dos o más copias. 993 CAPÍTU LO 55 In h IbIdOres de LA sÍn TesIs de PrOTeÍn A y An TIbACTerIAn Os dIversOs ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN. La linezolida se absorbe bien después de la adminis‑ tración oral y puede suministrarse sin considerar los alimentos. Las dosis son las mismas para administración oral e intravenosa. Su semivida es ~ 4 a 6 h. Treinta por ciento de la linezolida se mantiene unido con proteínas y se distri‑ buye de manera amplia en tejidos bien perfundidos. La linezolida se oxida por mecanismos no enzimáticos hasta ácido aminoetoxiacético y derivados hidroxietil glicina. Cerca de 80% de una dosis de linezolida aparece en la orina, 30% como compuesto activo y 50% como los dos productos de la oxidación primaria. Diez por ciento de la dosis administrada aparece como productos de oxidación en las heces. No se recomienda ajustar la dosis en caso de insu‑ ficiencia renal. La linezolida y sus productos de degradación se eliminan por diálisis; por tanto, el fármaco debe administrarse después de la hemodiálisis. USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS. La linezolida (600 mg cada 12 h) ha tenido tasas de curación clínica y microbioló‑ gica de 85 a 90% en el tratamiento de diversas infecciones por E. faecium resistente a vancomicina. La linezolida tiene aprobación de la FDA para el tratamiento de las infecciones de la piel y estructuras cutáneas (complicadas y no complicadas) ocasionadas por estreptococos y S. aureus (susceptible a meticilina y MRSA). Se recomienda un régi‑ men con 400 mg dos veces al día sólo para el tratamiento de infecciones no complicadas de la piel y estructuras cutáneas. Para neumonía intrahospitalaria por MRSA o S. aureus susceptible a meticilina, las tasas de curación con linezolida (~ 60%) fueron similares a las obtenidas con vancomicina. La linezolida también es una alternativa efec‑ tiva para individuos con infecciones por MRSA y baja susceptibilidad a la vancomicina. Está aprobada para el trata‑ miento de la neumonía adquirida en la comunidad causada por cepas de S. pneumoniae susceptibles a penicilina. La linezolida debe reservarse como alternativa para el tratamiento de infecciones provocadas por cepas resistentes a múltiples fármacos. No debe usarse cuando es probable que sean efectivos otros compuestos. El uso irrestricto y el abuso aceleran la selección de cepas resistentes y conducen a la pérdida final de este valioso fármaco nuevo. EfECTOS SECUNDARIOS. Se han notificado mielosupresión, incluida la anemia, leucopenia, pancitopenia y trombo‑ citopenia, en sujetos tratados con linezolida. Debe vigilarse el recuento plaquetario en enfermos con riesgo de he ‑ morragia, trombocitopenia preexistente o trastornos intrínsecos o adquiridos de la función plaquetaria, así como en pacientes que reciben cursos terapéuticos mayores de dos semanas. El fármaco es tolerable y por lo general los efectos secundarios son menores (p. ej., molestias GI, cefalea, exantema). Algunas personas que reciben tratamiento prolongado (p. ej., > 8 semanas) con linezolida desarrollan neuropatía periférica, neuritis óptica y acidosis láctica. En general, no debe usarse linezolida para el tratamiento prolongado si existen fármacos alternativos. Interacciones farmacológicas. La linezolida es un inhibidor inespecífico de la monoaminooxidasa. Los pacientes some‑ tidos a tratamiento constante con un compuesto adrenérgico o serotoninérgico (incluidos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina [SSRI, selective serotonin reuptake inhibitors]), o que consumen > 100 mg de tira‑ mina al día pueden experimentar un síndrome por serotonina (palpitaciones, cefalea o crisis hipertensiva). Es mejor evitar la administración concurrente de estos fármacos, si es posible. No obstante, en sujetos tratados con SSRI que requieren tratamiento con linezolida de corto plazo (10 a 14 días), es razonable la administración concomitante con vigilancia cuidadosa. La linezolida no es sustrato ni inhibidor de enzimas CYP. AMINOCICLITOLES (ESpECTINOMICINA) La espectinomicina está indicada sólo para el tratamiento de la infección gonocócica cuando no pueden utilizarse un lactámico b o una fluoroquinolona. ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA, MECANISMO DE ACCIÓN Y RESISTENCIA A LA ESpECTINOMICINA. La espectino‑ micina inhibe de manera selectiva la síntesis de proteína en bacterias gramnegativas mediante la unión con la subuni‑ dad ribosómica 30S. Su acción es similar a la de los aminoglucósidos, pero la espectinomicina no es bactericida y no causa lectura errónea del RNA mensajero. La resistencia bacteriana puede estar mediada por mutaciones en el RNA ribosómico 16S o por modificación del fármaco mediante la adenilato transferasa. ABSORCIÓN, DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN. La espectinomicina se absorbe con rapidez después de la inyección intramuscular. No mantiene un porcentaje significativo de unión con proteínas plasmáticas y toda la dosis administrada se recupera en la orina antes de 48 horas. USOS TERApÉUTICOS Y DOSIS. La espectinomicina posee actividad contra diversas bacterias gramnegativas, pero es inferior a otros fármacos a los que dichos microorganismos son susceptibles. Su única aplicación terapéutica es la gonorrea por cepas resistentes a los fármacos de primera línea (ceftriaxona, cefixima) o cuando existen contraindi- caciones para estos fármacos. La espectinomicina se recomienda en individuos intolerantes o alérgicos a los lactá‑ micos b. El fármaco no está disponible en Estados Unidos. La dosis recomendada para varones y mujeres es una sola inyección intramuscular profunda de 2 g. La espectinomicina carece de efecto en la sífilis en incubación o estableci - da y tampoco tiene actividad contra Chlamydia spp. Asimismo, es menos efectivo para las infecciones faríngeas. EfECTOS SECUNDARIOS. Se han observado dolor local, urticaria, escalofrío, fiebre, mareo, náusea e insomnio. La inyección puede ser dolorosa. 994 QU IM IOTERApIA DE LAS EN fERM EDADES M ICROBIAN AS SECCIÓN VII pOLIMIXINAS Las polimixinas son un grupo de antibióticos muy relacionados producidos por cepas de Bacillus polymyxa. La colistina (polimixina E) es producida por Bacillus colistinus. La polimixina B es
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