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Los antibióticos β-lactámicos (penicilinas, cefalosporinas y carbapenems) comparten una estructura y mecanismo de acción comunes, inhibición de la síntesis de la pared de peptidoglucano de la célula bac- teriana. La resistencia bacteriana contra los antibióticos β-lactámicos sigue aumentando con una veloci- dad espectacular. Los inhibidores de la β-lactamasa como el clavulanato pueden prolongar la utilidad de estos fármacos contra los microorganismos que producen β-lactamasa. Lamentablemente, la resistencia comprende no sólo la producción de β-lactamasas sino también alteraciones o adquisición de nuevas proteínas de unión a penicilina (penicillin-binding proteins, PBP) y una disminución de la entrada o la salida activa de los antibióticos. En un grado peligroso, estamos entrando en la era previa a los antibióti- cos y muchas infecciones hospitalarias por bacterias gramnegativas están adquiriendo resistencia a todos los antibióticos disponibles. MECANISMO DE ACCIÓN: INHIBICIÓN DE LA SÍNTESIS DE PEPTIDOGLUCANO. El peptidoglucano es un componente heteropolimérico de la pared celular que proporciona una estabilidad mecánica rígida. Los antibióticos β-lactámicos inhiben el último paso de la síntesis de peptidoglucano (figura 53-1). En los microorganismos grampositivos, la pared celular tiene un espesor de 50 a 100 moléculas; en las bacterias gram- negativas, tiene un espesor de sólo una o dos moléculas (figura 53-2A). El peptidoglucano consta de cadenas de glu- cano, que son tiras lineales de dos aminoglúcidos alternantes (N-acetilglucosamina y ácido N-acetilmurámico) entre - cruzados a través de cadenas de péptidos. La formación del precursor de peptidoglucano ocurre en el citoplasma. La síntesis de UDP-acetilmuramil-pentapéptido se completa con la adición de un dipéptido, la d-alanil-d-alanina Polímero de glucopéptido Polímero de glucopéptido Sitio de reacción L-Alanina D-Glutamato L-Lisina Glicina D-Alanina NAM = Ácido N-acetilmurámico NAM penicilinas cefalosporinas D-Alanina Transpeptidasa (PBP) Polímero de glucopéptido Polímero de glucopéptido NAM NAM NAM Figura 53-1 Acción de antibióticos β-lactámicos en Staphylococcus aureus. La pared de la célula bacteriana consta de polí ‑ meros de glucopéptido (un esqueleto de amino‑hexosa NAM‑NAG) unido a través de puentes entre cadenas laterales de aminoácidos. En S. aureus, el puente es (Gli)5‑d‑Ala entre lisinas. El enlace cruzado es catalizado por una transpeptidasa, la enzima que inhibe las penicilinas y las cefalosporinas. Penicilinas, cefalosporinas y otros antibióticos β-lactámicos53capítulo 949 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs (formado por la racemización y condensación de la l-alanina). El UDP-acetilmuramil-pentapéptido y la UDP-acetil- glucosamina se enlazan (con la liberación de nucleótidos de uridina) para formar un polímero largo. El enlace cruzado se concluye por la reacción de transpeptidación que ocurre fuera de la membrana celular (figura 53-2B). Los antibió- ticos β-lactámicos inhiben este último paso en la síntesis de peptidoglucano (figura 53-1), supuestamente al acetilar la transpeptidasa a través del desdoblamiento del enlace –CO–N– del anillo β-lactámico. Hay otros blancos adicionales relacionados, para las acciones de las penicilinas y las cefalosporinas; en conjunto a éstos se les denomina proteínas de unión a penicilina. La transpeptidasa que interviene en la síntesis de peptidoglucano es una de tales proteínas. La letalidad de la penicilina para las bacterias al parecer conlleva mecanismos tanto líticos como no líticos. MECANISMO DE RESISTENCIA BACTERIANA A LAS PENICILINAS Y A LAS CEFALOSPORINAS. Las bacterias pueden ser resistentes a los antibióticos β-lactámicos por infinidad de mecanismos. Una cepa sensible puede adquirir resistencia por mutaciones que disminuyen la afinidad de las proteínas de unión a penicilina por el antibiótico. Dado que los antibióticos β-lactámicos inhiben muchas de estas proteínas diferentes en una sola bacteria, la afinidad por los antibióticos β-lactámicos de varias PBP debe disminuir para que el microorga- nismo sea resistente. Las cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina (MRSA, Methicillin-resistant Staphylococcus aureus) son resistentes por la adquisición de una PBP adicional de alto peso molecular (a través de un transposón) con una afinidad muy baja por todos los antibióticos β-lactámicos; este mecanismo interviene en la A) B) Grampositivos Ácido teicoico Proteína de conducto especí�co Conducto de la porina Polisacárido O Lípido A Lipopolisacárido (LPS) Espacio periplásmico Membrana externa Gramnegativos Capas de peptidoglucano (mureína) Capas de peptidoglucano Pared celular Lipoproteína Proteínas Fosfolípido β-lactamasa β-lactamasa Membrana plasmática Proteína �jadora de penicilina (PBP) Citosol Membrana NAG lípido II PBP2 NAM NAG NAM NAG NAM conectorEspacio periplásmico Capa de peptidoglucano Polímero de glucopéptido en el exterior de la célula GT TP NAG NAM NAG NAM NAG NAM NAG NAM L-Alanina D-Glutamato L-Lisina Glicina D-Alanina NAM = ácido N-acetil-murámico NAG = N-acetil-glucosamina TP = Transpeptidasa GT = Glucosiltransferasa = (gli)5 puente Figura 53-2 A) Estructura y composición de las paredes celulares de bacterias grampositivas y gramnegativas. (De la figura 4‑11, p. 83 de TORTORA, GERALD, MICROBIOLOGY: INTRODUCTION, 3a. edición, „ 1989. Reimpreso con autorización de Pearson Education, Inc., Upper Saddle River, NJ.) B) Proteína fijadora de penicilina 2 (proteínas de unión a penicilina 2) de S. aureus. Proteínas de unión a penicilina 2 tiene dos actividades enzimáticas que son decisivas para la síntesis de las capas de peptidoglucano de las paredes de la célula bacteriana: una transpeptidasa (TP) que forma enlaces cruzados con ca ‑ denas laterales de aminoácido, y una glucosiltransferasa (GT) que enlaza subunidades del polímero de glucopéptido (figura 53‑1). Los dominios de transpeptidasa y glucosiltransferasa están separados por una región de unión. Se considera que la glucosiltransferasa está parcialmente embebida en la membrana. 950 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII resistencia a la meticilina que tienen los estafilococos no productores de coagulasa. Las PBP alteradas con una menor afinidad por los antibióticos β-lactámicos se adquieren a través de la recombinación homóloga entre genes de PBP de diferentes especies bacterianas. Cuatro de las cinco PBP de alto peso molecular de los aislados de Streptococcus pneu- moniae más resistentes a la penicilina tienen una menor afinidad por los antibióticos β-lactámicos como resultado de fenómenos de recombinación homóloga entre las especies (figura 53-3). En cambio, los aislados con una gran resis- tencia a las cefalosporinas de tercera generación contienen alteración de sólo dos de las cinco PBP de alto peso mo - lecular debido a que otras PBP tienen inherentemente una baja afinidad por las cefalosporinas de tercera generación. La resistencia a los antibióticos β-lactámicos también se debe a la incapacidad del fármaco para penetrar en su punto de acción (figura 53-4). En las bacterias grampositivas, el polímero de peptidoglucano está muy cercano a la super- ficie celular (figura 53-2) y las moléculas pequeñas de antibiótico β-lactámico pueden penetrar fácilmente a la capa externa de la membrana citoplásmica y la PBP. En las bacterias gramnegativas, la membrana interna está cubierta por la membrana externa, el lipopolisacárido y la cápsula (figura 53-2). La membrana externa funciona como una barrera impenetrable para algunos antibióticos. Sin embargo, algunos antibióticos hidrófilos pequeños se difunden a través de conductos acuosos en la membrana externa que se forman por las proteínas llamadas porinas. El número y tama - ño de los poros en la membrana externa varía entre las diferentes bacterias gramnegativas,y por tanto proporciona un mayor o menor acceso de los antibióticos al lugar de acción. Las bombas de salida activa representan otro meca- nismo de resistencia que elimina el antibiótico de su lugar de acción antes que pueda actuar (figura 53-4). Las bacterias también pueden destruir a los antibióticos β-lactámicos en forma enzimática a través de la acción de β-lactamasas (figuras 53-2 y 53-5). Las β-lactamasas se agrupan en cuatro clases: A a D. Las especificaciones de sustrato de algunas de estas clases son relativamente limitadas; a menudo se describen como penicilinasas o cefalos- porinasas. Otras enzimas de “actividad ampliada” son menos discriminativas y pueden hidrolizar diversos antibióti- cos β-lactámicos. En general las bacterias grampositivas producen y secretan una gran cantidad de β-lactamasa (figura 53-2A). La mayor parte de estas enzimas son penicilinasas. La información para la penicilinasa estafilocócica está cifrada en un plásmido; éste puede ser transferido por bacteriófago a otras bacterias y es inducible por sustratos. En las bacterias gramnegativas se identifican β-lactamasas en cantidades relativamente pequeñas pero están ubicadas en el espacio periplásmico entre las membranas interna y externa de la célula (figura 53-2A) para protección máxima del microorganismo. Las β-lactamasas de bacterias gramnegativas son codificadas en cromosomas o en plásmidos y pueden ser constitutivos o inducibles. Los plásmidos pueden ser transferidos entre las bacterias mediante conjuga- ción. Estas enzimas pueden hidrolizar penicilinas, cefalosporinas, o ambas. OTrOS FACTOrES QUE INFLUYEN EN LA ACTIVIDAD DE LOS ANTIBIÓTICOS β-LACTÁMICOS. Los microorganismos que se adhieren a dispositivos protésicos implantados (p. ej., catéteres, articulaciones artificiales, prótesis de válvulas cardiacas) producen películas biológicas. Las bacterias en estas biopelículas generan polisacáridos extracelulares y, Figura 53-3 Genes mosaico de proteína fijadora de penicilina 2B en los neumococos resistentes a la penicilina. Se muestran las regiones divergentes en los genes PBP2B de siete neumococos resistentes de diferentes países. Estas regiones se han intro ‑ ducido desde por lo menos tres fuentes, una de las cuales al parecer es Streptococcus mitis. Se muestra el porcentaje aproxi‑ mado de divergencia de secuencia de las regiones divergentes de los genes PBP2B de neumococos susceptibles. (De Spratt B.G. Resistance to antibiotics mediated by target alterations. Science, 1994;264:388‑393. Reimpreso con autorización de AAAS.) 1 1 SSXN 500 1 000 1 500 2 000 2 300 Pares de bases Dominio de transpeptidasa PBP2B 679 Aminoácidos República Checa (1987) Sudáfrica (1978) Estados Unidos (1983) Papúa Nueva Guinea (1972) España (1984) Kenia (1992) Papúa Nueva Guinea (1970) = Streptococcus pneumoniae = ¿Streptococcus? 21% 20% 14% = ¿Streptococcus? = Streptococcus mitis 951 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs Conducto Fármaco am�fílico Membrana externa Membrana citoplásmica PeriplasmaProteína accesoria Transportador de salida Figura 53-4 Bombas de salida de antibiótico de bacterias gramnegativas. Las bombas de salida de múltiples fármacos atra‑ viesan las membranas interna y externa de bacterias gramnegativas. Las bombas constan de un mínimo de tres proteínas que son energizadas por la fuerza motriz del protón. El incremento de la expresión de estas bombas es una causa importante de resistencia a antibióticos. (Reimpreso con autorización de Oxford University Press. Nikaido H. Antibiotic resistance cau‑ sed by gram‑negative multidrug efflux pumps. Clin Infect Dis, 1998;27[suppl I]:S32‑S41. „ 1998 por la Infectious Diseases Society of America. Todos los derechos reservados.) Amidasa 2 R C C S CH3 CH3 NH CH CH O O C CH COOHN R CH C S CH3 CH3 NH2 CH CH O R C C S CH3 CH3 NH CH CH OH H O R CH O O C CH COOHN O C CH COOHN 1 B A Penicilinasa 1 2 A B Penicilinas Ácido 6-aminopenicilánico Ácidos peniciloicos Sitio de acción de la penicilinasa Sitio de acción de la amidasa Anillo de tiazolina Anillo β-lactámico Figura 53-5 Estructura de penicilinas y productos de su hidrólisis enzimática. en parte debido a una disminución de las velocidades de crecimiento, son mucho menos sensibiles a la antibioticote- rapia. Los antibióticos β-lactámicos son más activos contra bacterias que se hallan en la fase de crecimiento logarít- mica y tienen poco efecto en los microorganismos en la fase estacionaria. Asimismo, las bacterias que sobreviven en el interior de las células viables en el hospedero por lo general están protegidas de la acción de los antibióticos β-lactámicos. LAS PENICILINAS Pese al surgimiento de la resistencia microbiana, las penicilinas en la actualidad son los fármacos de elección para un gran número de enfermedades infecciosas. Las penicilinas (figura 53-5) constan de un anillo de tiazolidina (A) conectado a un anillo β-lactámico (B) al cual está adherida una cadena lateral (R). El propio núcleo de la penicilina es el principal requisito estructural para la actividad biológica. Se pueden añadir cadenas laterales que alteran la susceptibilidad de los compuestos resultantes a las enzimas inactivadoras (β-lactamasas) y que modifican la actividad antibacteriana y las propiedades farmacológi- cas del fármaco (cuadro 53-1). 952 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII UNITAGE DE PENICILINAS. La unidad internacional de penicilina es la actividad específica de la penicilina conte- nida en 0.6 mg de la sal sódica cristalina de penicilina G. Por consiguiente, 1 mg de penicilina G sódica pura equiva - le a 1 667 unidades; 1.0 mg de penicilina G potásica pura representa 1 595 unidades. La dosis y la potencia antibac- teriana de las penicilinas semisintéticas se expresan en términos de peso. CLASIFICACIÓN DE LAS PENICILINAS Y rESUMEN DE SUS PrOPIEDADES FArMACOLÓGICAS Las penicilinas se clasifican de acuerdo con sus espectros de actividad antimicrobiana. • La penicilina G y su congénere cercano penicilina V tienen gran actividad contra cepas sensibles de cocos grampositivos, pero son fácilmente hidrolizadas por la penicilinasa. En consecuencia, son ineficaces contra la mayor parte de las cepas de S. aureus. • Las penicilinas resistentes a la penicilinasa (meticilina, descontinuada en Estados Unidos), nafcilina, oxa- cilina, cloxacilina (en la actualidad no se comercializan en Estados Unidos) y dicloxacilina tienen actividad antimicrobiana menos potente contra microorganismos que son sensibles a la penicilina G, pero son los antibióticos de primera elección para el tratamiento de S. aureus y Staphylococcus epidermidis productores de penicilinasa que son no resistentes a la meticilina. • La ampicilina, la amoxicilina y otros constituyen un grupo de penicilinas cuya actividad antimicrobiana se amplía para incluir microorganismos gramnegativos (p. ej., Haemophilus influenzae, Escherichia coli y Proteus mirabilis). Estos fármacos a menudo se administran con un inhibidor de β-lactamasa como clavulanato o sulbactam para evitar la hidrólisis por las β-lactamasas de clase A. • Fármacos con actividad antimicrobiana ampliada que comprenden Pseudomonas, Enterobacter y espe- cies de Proteus [carbenicilina (descontinuada en Estados Unidos), su indanil éster (carbenicilina indanil) y ticarcilina (comercializado con clavulanato en Estados Unidos)]. Estos antibióticos son inferiores a la ampici- lina contra cocos grampositivos y Listeria monocitogenes y tienen menos actividad que la piperacilina contra Pseudomonas. • La mezlocilina, la azlocilina (ambas descontinuadas en Estados Unidos) y la piperacilina tienen una activi- dad antimicrobiana excelente contra muchas cepas de Pseudomonas, Klebsiella y algunos otros microorga- nismos gramnegativos. La piperacilina retiene la actividad de la ampicilina contra cocos grampositivos y L. monocitogenes. Cuadro 53-1 Estructurasquímicas de algunas penicilinas. NH2 CH3 CH3 R S C CH CO O CH C N CH COOH Las penicilinas son ácidos 6-aminopenicilánicos sustituidos La adición de sustituyentes (grupos R) que se muestra a continuación a la estructura original produce penicilinas con alteración de la susceptibilidad a enzimas inactivadoras (β-lactamasas), actividad antibacteriana y propiedades farmacológicas. CH2 Penicilina G OCH3 OCH3 Meticilina CH3R2 R1 C CC N O Oxacilina R1 NH2 CH Amoxicilina COOH CH S Ticarcilina CH NHCO N N C2H5 O O Piperacilina 953 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs Propiedades comunes generales: después de la absorción de una dosis oral, las penicilinas se distribuyen amplia- mente en todo el cuerpo. Las concentraciones terapéuticas de la penicilina se logran rápidamente en los tejidos y en las secreciones, como líquido articular, líquido pleural, líquido pericárdico y bilis. Las penicilinas no penetran en las células fagocíticas vivas en grado importante y sólo se hallan bajas concentraciones de estos antibióticos en las secre- ciones prostáticas, el tejido cerebral y el líquido intraocular. Las concentraciones de las penicilinas en el líquido cefa - lorraquídeo (CSF, cerebrospinal fluid) son variables pero son inferiores a 1% con respecto a las plasmáticas cuando las meninges son normales. Cuando existe inflamación, las concentraciones en el líquido cefalorraquídeo pueden aumentar hasta 5% del valor en el plasma. Las penicilinas son eliminadas con rapidez, sobre todo mediante filtración glomerular y secreción en los túbulos renales, de manera que sus vidas medias en el cuerpo son breves, por lo general de 30 a 90 min. En consecuencia, las concentraciones de estos fármacos en la orina son considerables. PENICILINA G Y PENICILINA V ACTIVIDAD ANTIMICrOBIANA. Los espectros antimicrobianos de la penicilina G (benzilpenicilina) y la penicilina V (el derivado fenoximetil) son muy similares para microorganismos grampositivos aerobios. Sin embargo, la peni- cilina G es cinco a 10 veces más activa que la penicilina V contra especies del género Neisseria y algunos anaerobios. La mayor parte de los estreptococos (pero no enterococos) son muy susceptibles. Sin embargo, estreptococos viri- dans resistentes a la penicilina y S. pneumoniae cada vez son más frecuentes. Los neumococos resistentes a la peni- cilina son muy frecuentes en poblaciones pediátricas. Muchos neumococos resistentes a la penicilina también son resistentes a las cefalosporinas de tercera generación. Más de 90% de las cepas de estafilococos identificadas en la actualidad son resistentes a la penicilina G (y casi la mitad son resistentes a la meticilina). La mayor parte de las cepas de S. epidermidis y muchas cepas de gonococos también son resistentes. Con raras excepciones, los meningococos son muy sensibles a la penicilina G. La mayor parte de los microorganismos anaerobios, incluidas las especies del género Clostridium, son muy sensibles. Bacteroides fragilis es una excepción pues muestra resistencia a las penicilinas y a las cefalosporinas debido a que expresa una cefalosporinasa de amplio espectro. Algunas cepas de Prevotella melaninogenicus también han adqui- rido este rasgo. La penicilina G inhibe a Actinomyces israelli, Streptobacillus moniliformis, Pasteurella multocida y L. monocytogenes. Casi todas las especies de Leptospira son moderadamente susceptibles al fármaco. Uno de los microorganismos más sensibles es Treponema pallidum, Borrelia burgdorferi, el microorganismo que produce la enfermedad de Lyme, también es susceptible. Ninguna de las penicilinas es eficaz contra amibas, plasmodios, riquet- sias, hongos o virus. ABSOrCIÓN, DISTrIBUCIÓN METABOLISMO Y EXCrECIÓN Administración oral de penicilina G. Aproximadamente un tercio de una dosis de penicilina G administrada por vía oral se absorbe en el tubo digestivo. El jugo gástrico a un pH de 2 rápidamente destruye el antibiótico. La absorción es rápida y las concentraciones máximas en sangre se alcanzan en un término de 30 a 60 min. La ingestión de alimento puede interferir en la absorción intestinal de todas las penicilinas. Por consiguiente, se ha de administrar penicilina G por vía oral al menos 30 minutos antes de una comida o 2 h después. Pese a la conveniencia de la administración oral de la penicilina G, esta vía sólo se ha de utilizar en infecciones en las cuales la experiencia clínica ha demostrado su eficacia. Administración oral de penicilina V. La ventaja de la penicilina V en comparación con la penicilina G es que es más estable en un medio ácido y por tanto se absorbe mejor en el tubo digestivo y produce concentraciones plasmáticas dos a cinco veces mayores que las que proporciona la penicilina G. Administración parenteral de bencilpenicilina benzatínica (penicilina G). Después de la inyección intramuscular, las con- centraciones máximas en el plasma se alcanzan al cabo de 15 a 30 min, disminuyendo con rapidez a partir de entonces (vida media aproximadamente 30 min). Los preparados de liberación prolongada de penicilina G aumentan la dura- ción del efecto. El compuesto preferido en la actualidad es la penicilina G benzatínica, que libera penicilina G con lentitud en la región en la cual se inyecta y produce concentraciones sanguíneas relativamente bajas pero persistentes. La duración promedio de la actividad antimicrobiana demostrable en el plasma es de cerca de 26 días. Se administra una vez al mes para la prevención de la fiebre reumática y se puede administrar en una sola inyección para tratar la faringitis estreptocócica. La persistencia de la penicilina en la sangre después de una dosis intramuscular adecuada de bencilpenicilina benzatínica reduce el costo, la necesidad de inyecciones repetidas y el traumatismo local. El efecto anestésico local de la bencilpenicilina benzatínica es equivalente al de la bencilpenicilina procaínica. Distribución. La bencilpenicilina benzatínica o penicilina G se distribuye ampliamente en todo el organismo, pero las concentraciones en diversos líquidos y tejidos son muy diferentes. Su volumen aparente de distribución es aproxima- damente 0.35 L/kg. Alrededor de 60% de la penicilina G en plasma se une de manera reversible a la albúmina. Aparecen cantidades importantes en hígado, bilis, riñón, semen, líquido articular, linfa e intestino. Probenecid dismi- nuye notablemente la secreción tubular de las penicilinas y también produce una disminución significativa en el volumen aparente de distribución de las penicilinas. 954 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII Penetración en el líquido cefalorraquídeo. La penicilina no entra fácilmente en el líquido cefalorraquídeo pero penetra con más facilidad cuando las meninges están inflamadas. Las concentraciones suelen ser del orden de 5% el valor en el plasma y son terapéuticamente eficaces contra los microorganismos susceptibles. La penicilina y otros ácidos orgánicos son secretados rápidamente del líquido cefalorraquídeo hacia la circulación mediante un proceso de trans- porte activo. Probenecid inhibe de manera competitiva este transporte y por tanto eleva la concentración de penicilina en el líquido cefalorraquídeo. En la uremia, otros ácidos orgánicos se acumulan en el líquido cefalorraquídeo y compiten con la penicilina por la secreción; el fármaco a veces alcanza concentraciones tóxicas en el cerebro y puede producir convulsiones. Excreción. Aproximadamente 60 a 90% de la dosis intramuscular de penicilina G en solución acuosa es eliminada en la orina, en gran parte en la primera hora después de la inyección. La restante es metabolizada a ácido peniciloico (figura 53-5). La vida media para la eliminación de la penicilina G es alrededor de 30 min en adultos normales. Casi 10% del fármaco es eliminado mediante filtración glomerular y 90% mediante secreción tubular. El aclaramiento renal se aproxima al flujoplasmático renal total. Los valores de aclaramiento son considerablemente más bajos en recién nacidos y lactantes; en consecuencia, la penicilina persiste en la sangre por un periodo varias veces más pro- longado en lactantes prematuros que en niños y adultos. La vida media del antibiótico en los niños de menos de una semana de edad es de 3 h; hacia los 14 días de edad es de 1.4 h. Después que se estableció la función renal por com- pleto en niños pequeños, la tasa de excreción renal de la penicilina G es considerablemente más rápida que en los adultos. La anuria aumenta la vida media de la penicilina G de 0.5 h a cerca de 10 h. Cuando se altera la función renal, 7 a 10% del antibiótico puede inactivarse cada hora por el hígado. La dosis del fármaco se debe reajustar durante la diálisis y el periodo de restablecimiento progresivo de la función renal. Si también existe insuficiencia hepática, la vida media se prolongará aún más. USOS TErAPÉUTICOS Infecciones neumocócicas. La penicilina G sigue siendo el antibiótico de elección para tratar las infecciones causadas por cepas sensibles de S. pneumoniae, pero la resistencia es un problema cada vez mayor. Neumonía neumocócica. La neumonía neumocócica se ha de tratar con una cefalosporina de tercera generación o con 20 a 24 millones de unidades de penicilina G al día mediante infusión intravenosa constante. Si el microorganismo es sensible a la penicilina, entonces se puede reducir la dosis. Para el tratamiento parenteral de cepas sensibles de neumococo, se prefiere la penicilina G. El tratamiento se ha de continuar durante siete a 10 días, incluidos tres a cinco días después que se ha normalizado la temperatura del paciente. Meningitis neumocócica. La meningitis neumocócica se debe tratar con una combinación de vancomicina y una cefa- losporina de tercera generación hasta que se documente que el neumococo infectante es sensible a la penicilina. La dexametasona administrada al mismo tiempo que los antibióticos conlleva un mejor resultado. El tratamiento reco- mendado es 20 a 24 millones de unidades de penicilina G al día mediante una infusión intravenosa constante o divididos en cargas administradas cada 2 a 3 h durante 14 días. Infecciones estreptocócicas. La faringitis estreptocócica (incluida la fiebre escarlatina) es la enfermedad más fre- cuente producida por Streptococcus pyogenes (estreptococo β-hemolítico del grupo A). Aún no se observan cepas resistentes a la penicilina. El tratamiento oral preferido es con penicilina V, 500 mg cada 6 h durante 10 días. El tra- tamiento de la faringitis estreptocócica con penicilina reduce el riesgo de fiebre reumática aguda subsiguiente; sin embargo, datos actuales parecen indicar que no disminuye en grado importante la frecuencia de glomerunefritis consecutiva a infecciones estreptocócicas tras el tratamiento con penicilina. Choque tóxico estreptococócico y fascitis necrosante. Hay infecciones potencialmente letales que se acompañan de la producción de toxina y se tratan óptimamente con penicilina más clindamicina (para disminuir la síntesis de toxina). Neumonía, artritis, meningitis y endocarditis por estreptococos. Estos trastornos infrecuentes se han de tratar con penicilina G cuando se deban a S. pyogenes; se administran dosis diarias de 12 a 20 millones de unidades por vía intravenosa por dos a cuatro semanas (cuatro semanas para la endocarditis). Infecciones causadas por otros estreptococos. El grupo de estreptococos viridans es la causa más frecuente de endo- carditis infecciosa. Éstos son microorganismos a-hemolíticos no agrupables que cada vez son más resistentes a la penicilina G. Es importante determinar las sensibilidades microbianas cuantitativas a la penicilina G en pacientes con endocarditis. Los pacientes con endocarditis por estreptococos del grupo viridans sensibles a la penicilina se pueden tratar satisfactoriamente con dosis diarias de 12 a 20 millones de unidades de penicilina G durante dos semanas en com - binación con gentamicina en dosis de 1 mg/kg cada 8 h. El tratamiento recomendado para la endocarditis enterocó- cica sensible a la penicilina y a aminoglucósido es 20 millones de unidades de penicilina G o 12 g de ampicilina al día administrados por vía intravenosa en combinación con una dosis baja de gentamicina. El tratamiento se debiera continuar durante seis semanas. Infecciones por anaerobios. Muchas infecciones anaeróbicas son causadas por mezclas de microorganismos. Casi todos son sensibles a la penicilina G. Una excepción es el grupo de B. fragilis, en el cual hasta 75% de las cepas 955 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs pueden ser resistentes. Las enfermedades pulmonares y periodontales por lo general responden bien a la penicilina G; la clindamicina puede ser más eficaz que la penicilina para el tratamiento del absceso pulmonar. Las infecciones leves a moderadas en estas zonas se pueden tratar con medicación oral (sea penicilina G o penicilina V en dosis de 400 000 unidades [250 mg] cuatro veces al día). Las infecciones más graves se han de tratar con 12 a 20 millones de uni dades de penicilina G por vía intravenosa. Los abscesos cerebrales también a menudo contienen varias especies de anaerobios y casi todos los expertos recomiendan dosis altas de penicilina G (20 millones de unidades al día) más metronidazol o cloranfenicol. Infecciones estafilocócicas. La mayor parte de las infecciones estafilocócicas son causadas por microorganismos que producen penicilinasa. Los estafilococos resistentes a meticilina que producen infecciones intrahospitalarias son resistentes a la penicilina G, todas las penicilinas resistentes a la penicilinasa y las cefalosporinas. A veces aparecen cepas que son sensibles a diversas cefalosporinas in vitro pero surgen poblaciones resistentes durante el tratamiento y son motivo de ineficacia de éste. La vancomicina, el linezolid, la quinupristina-dalfopristina y la daptomicina son activas para las infecciones causadas por estas bacterias aunque se ha observado una menor susceptibilidad a la vancomicina. El MRSA extrahospitalario en muchos casos retiene la susceptibilidad a trimetoprima-sulfametoxazol, doxiciclina y clindamicina. Infecciones meningocócicas. La penicilina G sigue siendo el antibiótico de elección para las infecciones meningocóci- cas. Se ha de tratar a los pacientes con dosis altas de penicilina por vía intravenosa (véase antes). La presentación de cepas resistentes a la penicilina se tomará en cuenta en quienes responden con lentitud al tratamiento. La penicilina G no elimina el estado de portador meningocócico y su administración por consiguiente es ineficaz como una medida profiláctica. Infecciones gonocócicas. Los gonococos gradualmente se han vuelto más resistentes a la penicilina G y las penicilinas ya no son el tratamiento de elección. Para la uretritis gonocócica no complicada, sólo una inyección intramuscular de 250 mg de ceftriaxona es el tratamiento recomendado. La artritis gonocócica, las infecciones gonocócicas disemina- das con lesiones cutáneas y la gonococcemia se deben tratar con ceftriaxona en dosis de 1 g al día administrada por vía intramuscular o intravenosa durante siete a 10 días. La oftalmía neonatorum también se ha de tratar con cef- triaxona durante siete a 10 días (25 a 50 mg/kg/día por vía intramuscular o intravenosa). Sífilis. El tratamiento de la sífilis con penicilina G es muy eficaz. La sífilis primaria, secundaria y latente de menos de un año de duración puede tratarse con penicilina G procaína (2.4 millones de unidades al día por vía intramuscular) más probenecid (1 g/día por vía oral) durante 10 días o con una a tres dosis intramusculares semanales de 2.4 millones de unidades de penicilina G benzatínica (tres dosis en pacientes con infección por VIH). Las personas con neurosífilis o sífilis cardiovascular, por lo general reciben tratamiento intensivo con 20 millones de unidadesde penicilina G al día durante 10 días. No se dispone de alternativas comprobadas para tratar la sífilis en mujeres emba- razadas, de manera que los individuos alérgicos a la penicilina se deben desensibilizar de forma aguda para evitar la anafilaxis. Los lactantes con sífilis congénita descubierta al nacer o durante el periodo posnatal se han de tratar durante un mínimo de 10 días con 50 000 unidades/kg al día de penicilina G acuosa fraccionados en dos dosis o 50 000 unidades/kg de penicilina G procaína en una sola dosis diaria. La mayoría de los pacientes con sífilis secundaria presentan la reacción de Jarisch-Herxheimer, que consiste en esca- lofríos, fiebre, cefalea, mialgias y artralgias las cuales se presentan varias horas después de la primera dosis de peni- cilina. Se considera que esta reacción se debe a la liberación de antígenos espiroquetarios con reacciones de hospederos subsiguientes a los productos. El ácido acetilsalicílico produce alivio sintomático, y no se debe suspender el trata- miento con penicilina. Actinomicosis. La penicilina G es el fármaco de elección para el tratamiento de todas las formas de actinomicosis (10 a 20 millones de unidades de penicilina G por vía intravenosa al día durante seis semanas). El drenaje quirúrgico o la escisión de la lesión puede ser necesario antes de lograr una curación. Difteria. La penicilina y otros antibióticos no alteran la frecuencia de complicaciones o el resultado de la difteria; la antitoxina específica es el único tratamiento eficaz. Sin embargo, la penicilina G elimina el estado de portador. La administración parenteral de 2 a 3 millones de unidades al día en dosis fraccionadas durante 10 a 12 días elimi - na los bacilos de la difteria de la faringe y otras zonas prácticamente en 100% de los pacientes. Una sola inyección diaria de penicilina G procaína durante el mínimo periodo produce resultados equivalentes. Ántrax. Se han obtenido cepas de Bacillus anthracis resistentes a la penicilina en infecciones humanas. Cuando se utiliza penicilina G, la dosis debe ser 12 a 20 millones de unidades al día. Infecciones por clostridios. La penicilina G es el fármaco de elección para la gangrena gaseosa (12 a 20 millones de unidades al día administrados por vía parenteral). El desbridamiento adecuado de las zonas infectadas es esencial. Los antibióticos probablemente no tienen ningún efecto sobre el resultado del tétanos. Puede ser necesario el desbri- damiento y la administración de inmunoglobulina tetánica humana. 956 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII Infecciones por fusoespiroquetas. La gingivoestomatitis, producida por la acción sinérgica de Leptotrichia buccalis y espiroquetas presentes en la boca, fácilmente se trata con penicilina. Para la “boca de trinchera” simple, por lo gene- ral es suficiente con 500 mg de penicilina V administrados cada 6 h durante varios días. Fiebre por mordedura de rata. Los microorganismos que producen esta infección, Spirillum minor en el lejano oriente y Streptobacillus moniliformis en Estados Unidos y en Europa, son sensibles a la penicilina G, el fármaco de elec- ción. Dado que casi todos los casos debidos a Streptobacillus se complican con bacteremia y, en muchos ocasio - nes, con infecciones metastásicas, sobre todo de la sinovia y el endocardio, una dosis diaria de 12 a 15 millones de unidades administrada por vía parenteral durante tres a cuatro semanas es recomendable. Infecciones por Listeria. La ampicilina (con gentamicina en pacientes inmunodeprimidos con meningitis) y la penici- lina G son los fármacos de elección en el tratamiento de las infecciones debidas a L. monocytogenes. La dosis reco- mendada de penicilina es 15 a 20 millones de unidades por vía parenteral al día durante un mínimo de dos semanas. Para la endocarditis, la dosis es la misma, pero la duración del tratamiento debe ser al menos por cuatro semanas. Enfermedad de Lyme. Aunque una tetraciclina es el fármaco habitual de elección para la enfermedad en etapa tem- prana, la amoxicilina es eficaz; la dosis es de 500 mg tres veces al día durante 21 días. La enfermedad grave se trata con una cefalosporina de tercera generación o hasta 20 millones de unidades de penicilina G intravenosa diariamente durante 10 a 14 días. Erisipeloide. El microorganismo causante de esta enfermedad, Erysipelothrix rhusiopathiae, es sensible a la penici- lina. La infección responde bien a una sola inyección de 1.2 millones de unidades de bencilpenicilina benzatínica. Cuando hay endocarditis, es necesaria la penicilina G en dosis de 12 a 20 millones de unidades al día, durante cuatro a seis semanas. Pasteurella multocida. Pasteurella multocida es la causa de infecciones de heridas después de una mordedura por gato o perro. Es susceptible a la bencilpenicilina benzatínica y a la ampicilina y resistente a las penicilinas resistentes a la penicilinasa y a las cefalosporinas de primera generación. Cuando la infección produce meningitis, es preferible una cefalosporina de tercera generación. Aplicaciones profilácticas de las penicilinas. Dado que se ha investigado la profilaxis en condiciones controladas, ha resultado claro que la penicilina es muy eficaz en algunas situaciones, inútil y potencialmente peligrosa en otras, y de utilidad dudosa en otras más (capítulo 48). Infecciones estreptocócicas. La administración de penicilina a individuos expuestos a S. pyogenes protege contra la infección. La ingestión oral de 200 000 unidades de penicilina G o penicilina V dos veces al día o una sola inyección de 1.2 millones de unidades de bencilpenicilina benzatínica es eficaz. Las indicaciones para este tipo de profilaxis comprenden brotes de infección estreptocócica en poblaciones cerradas (p. ej., internados o bases militares). Recidivas de fiebre reumática. La administración oral de 200 000 unidades de penicilina G o penicilina V cada 12 h disminuye la frecuencia de recidivas de fiebre reumática en individuos susceptibles. La inyección intramuscular de 1.2 millones de unidades de bencilpenicilina benzatínica una vez al mes también logra resultados excelentes. La profilaxis debe continuarse durante todo el año. Hay quienes recomiendan continuar la profilaxis de por vida debido a que se han observado casos de fiebre reumática aguda en el quinto y sexto decenios, pero no se ha documentado la necesidad de profilaxis prolongada. Sífilis. La profilaxis para un contacto con sífilis consiste en un esquema de tratamiento como el que se describió para la sífilis primaria. Se debe efectuar una prueba serológica para la sífilis cada mes durante un mínimo de cuatro meses a partir de entonces. Procedimientos quirúrgicos en pacientes con cardiopatía valvular. Alrededor de 25% de los casos de endocarditis bacteriana subaguda se presentan después de extracciones dentales. Dado que la invasión bacteriana transitoria del torrente circulatorio se presenta esporádicamente después de procedimientos quirúrgicos (p. ej., amigdalectomía y procedimientos genitourinarios y del tubo digestivo) y durante el parto, éstos, también, son indicaciones para la pro- filaxis en pacientes con cardiopatía valvular. Aún no se ha determinado si la frecuencia de endocarditis bacteriana realmente se altera con este tipo de quimioprofilaxis. PENICILINAS rESISTENTES A LA PENICILINASA Estas penicilinas son resistentes a la hidrólisis por la penicilinasa estafilocócica. Su utilización adecuada se ha de restringir al tratamiento de infecciones que según se sabe o se sospecha son causadas por estafi- lococos que producen la enzima, incluida la gran mayoría de cepas clínicas. Estos fármacos son mucho menos activos que la penicilina G contra otros microorganismos sensibles a la penicilina. El papel de las penicilinas resistentes a la penicilinasa en casi todas las infecciones estafilocócicas está cambiando conforme se incrementa la frecuencia de cepas de microorganismos resistentes a la meticilina. Estetérmino denota 957 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs resistencia de estas bacterias a todas las penicilinas resistentes a la penicilinasa y las cefalosporinas. La vancomicina se considera el fármaco de elección en estas infecciones. Ésta es también el fármaco de elección para la infección grave causada por S. epidermidis resistente a la meticilina; la rifampicina se administra al mismo tiempo cuando hay de por medio un cuerpo extraño. LAS ISOXAZOLIL PENICILINAS: OXACILINA, CLOXACILINA Y DICLOXACILINA. Estos congéneres semisintéticos son relativamente estables en un medio ácido y se absorben adecuadamente luego de la administración oral. Todos son muy resistentes al desdoblamiento por la penicilinasa. Estos fármacos no son sustitutivos de la penicilina G en el tra- tamiento de las enfermedades susceptibles a la misma y no tienen actividad contra enterococos o Listeria. La adminis- tración oral no es un sustitutivo de la vía parenteral en el tratamiento de las infecciones estafilocócicas graves. Propiedades farmacológicas. Las isoxazolil penicilinas son potentes inhibidores del desarrollo de casi todos los estafi- lococos que producen penicilinasa. La dicloxacilina es la más activa y muchas cepas de S. aureus son inhibidas por concentraciones de 0.05 a 0.8 mg/ml. Estos altibióticos, en general, son menos eficaces contra los microorganismos susceptibles a la penicilina G y no son útiles contra las bacterias gramnegativas. Se absorben con rapidez pero en forma incompleta (30 a 80%) del tubo digestivo. Estos fármacos se absorben con más eficiencia cuando se administran 1 h antes o 2 h después de las comidas. Las concentraciones máximas en el plasma se alcanzan en un lapso de 1 h. Todos estos congéneres se unen a la albúmina plasmática en alto grado (aproximadamente 90 a 95%); ninguno es eliminado de la circulación en un grado importante mediante hemodiálisis. Las isoxazolil penicilinas son excretadas por el riñón; también hay una degradación hepática importante y eliminación en la bilis. La vida media de todas fluctúa entre 30 y 60 min. Los intervalos entre las dosis no tienen que modificarse en los pacientes con insuficiencia renal. NAFCILICINA. Esta penicilina semisintética es muy resistente a la penicilinasa y ha resultado eficaz contra las infec- ciones causadas por cepas de S. aureus productoras de penicilinasa. Propiedades farmacológicas. La nafcilina es un poco más activa que la oxacilina contra S. aureus resistente a la peni- cilina G (casi todas las cepas son inhibidas por 0.06 a 2 mg/ml). Aunque es la más activa de las penicilinas resistentes a la penicilinasa contra otros microorganismos, no tiene la misma potencia que la penicilina G. La concentración plasmática máxima es de alrededor de 8 mg/ml 60 min después de una dosis intramuscular de 1 g. La nafcilina es une en aproximadamente 90% a las proteínas plasmáticas. Las concentraciones máximas de nafcilina en la bilis son muy superiores a las que se hallan en el plasma. Las concentraciones del fármaco en el líquido cefalorraquídeo al parecer son adecuadas para el tratamiento de la meningitis estafilocócica. LAS AMINOPENICILINAS: AMPICILINA, AMOXICILINA Y CONGÉNErES Estos antibióticos tienen una actividad antibacteriana similar y un espectro que es más amplio que los antibióticos ya mencionados. Todos son destruidos por la β-lactamasa (de bacterias tanto grampositivas como gramnegativas). ACTIVIDAD ANTIMICrOBIANA. La ampicilina y las aminopenicilinas afines son bactericidas para las bacterias grampositivas y gramnegativas. Los meningococos y L. monocytogenes son sensibles a esta clase de fármacos. Muchas cepas neumocócicas tienen grados variables de resistencia a la ampicilina. Las cepas resistentes a la penici- lina deben considerarse resistentes a ampicilina y amoxicilina. H. influenzae y el grupo de estreptococos viridans muestran grados variables de resistencia. Los enterococos son más o menos el doble de sensibles a la ampicilina que a la penicilina G. De 30 a 50% de las cepas de E. coli, un número importante de P. mirabilis y prácticamente todas las especies del género Enterobacter en la actualidad son insensibles. Se identifican cepas resistentes de Salmonella con frecuencia creciente. Casi todas las cepas de Shigella, Pseudomonas, Clebsiella, Serratia, Acinetobacter y Proteus productor de indol también son resistentes a este grupo de penicilinas; estos antibióticos tienen menos acti- vidad contra B. fragilis que la penicilina G. La administración concomitante de un inhibidor de β-lactamasa como clavulanato o sulbactam amplía notablemente su espectro de actividad. ABSOrCIÓN, DISTrIBUCIÓN METABOLISMO Y EXCrECIÓN Ampicilina. La ampicilina es estable en ácido y se absorbe bien después de la administración oral. Una dosis oral de 0.5 g produce concentraciones máximas de plasma de aproximadamente 3 µg/ml a las 2 h. La ingesta de alimentos antes de la ingestión de ampicilina disminuye la absorción. La inyección intramuscular de ampicilina sódica en dosis de 0.5 g a 1 g produce concentraciones plasmáticas máximas de 7 a 10 mg/ml, respectivamente, en 1 h. Las concen- traciones plasmáticas disminuyen con una vida media de alrededor de 80 min. La alteración renal grave prolonga notablemente la vida media. La diálisis peritoneal es ineficaz para retirar el fármaco de la sangre, pero la hemodiálisis retira cerca de 40% de las reservas corporales en alrededor de 7 h. Es necesario el ajuste de la dosis de ampicilina en caso de disfunción renal. La ampicilina aparece en la bilis, experimenta circulación enterohepática y es excretada en las heces. Amoxicilina. Este fármaco, una penicilina semisintética susceptible a la penicilinasa (cuadro 53-1), es un congénere químico y farmacológico cercano de la ampicilina. La amoxicilina es estable en ácido y está concebida para uso oral y se absorbe con más rapidez y por completo en el tubo digestivo que la ampicilina. El espectro antimicrobiano de la 958 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII amoxicilina es básicamente idéntico a la de la ampicilina, excepto que la amoxicilina es menos eficaz que la ampici- lina para la shigelosis. Las concentraciones plasmáticas máximas de amoxicilina son 2 a 2.5 veces mayores para la amoxicilina que para la ampicilina después de la administración oral de la misma dosis. El alimento no interfiere en su absorción. Tal vez debido a la absorción más completa de este congénere, la frecuencia de diarrea con la amoxici- lina es menor que la consecutiva a la administración de ampicilina. La frecuencia de otros efectos secundarios al parecer es similar. Aunque la vida media de la amoxicilina es similar a la de la ampicilina, las concentraciones efica- ces de la amoxicilina administrada por vía oral son detectables en el plasma durante un periodo del doble que con la ampicilina debido a la absorción más completa. Alrededor de 20% de la amoxicilina se une a proteína en plasma, un valor similar al de la ampicilina. Gran parte de una dosis del antibiótico se excreta en forma activa en la orina. El probenecid retrasa la excreción del fármaco. INDICACIONES TErAPÉUTICAS Infecciones de las vías respiratorias altas. La amoxicilina y la ampicilina tienen actividad contra S. pyogenes y muchas cepas de S. pneumoniae y H. influenzae. Los fármacos constituyen un tratamiento eficaz para la sinusitis, la otitis media, las exacerbaciones agudas de la bronquitis crónica y la epiglotitis causada por cepas sensibles de estos microorganismos. La amoxicilina es la más activa de todos los antibióticos betalactámicos orales contra S. pneumo- niae sensible a la penicilina y resistente a la penicilina. Con base en la prevalencia creciente de la resistencia de neumococos a la penicilina, se recomienda incrementar la dosis de amoxicilina oral (de 40 a 45 hasta 80 a 90 mg/kg/ día) para el tratamiento empírico de la otitis media aguda en los niños. H. influenzaees resistente a la ampicilina y representa un problema en muchas regiones. El añadir un inhibidor de β-lactamasa (amoxicilina-clavulanato o ampi- cilina-sulbactam) amplía el espectro para H. influenzae productor de β-lactamasa y Enterobacteriaceae. La faringitis bacteriana se debe tratar con penicilina G o penicilina V debido a que S. pyogenes es el microorganismo patógeno importante. Infecciones de las vías urinarias. Casi todas las infecciones no complicadas de las vías urinarias se deben a Enterobac- teriaceae, y E. coli es la especie más frecuente; la ampicilina suele ser un antibiótico eficaz, aunque la resistencia es cada vez más frecuente. Las infecciones de las vías urinarias por enterococos se tratan eficazmente con ampicilina sola. Meningitis. La meningitis bacteriana aguda en los niños a menudo se debe a S. pneumoniae o Neisseria meningitidis. Dado que 20 a 30% de las cepas de S. pneumoniae en la actualidad podrían ser resistentes a la ampicilina, no se utiliza sola para el tratamiento de la meningitis. La ampicilina tiene excelente actividad contra L. monocytogenes, una causa de meningitis en personas con inmunodeficiencia. La combinación de ampicilina y vancomicina más una cefalospo- rina de tercera generación es un esquema aceptable para el tratamiento empírico de la meningitis bacteriana sos- pechada. Infecciones por Salmonella. La enfermedad que se acompaña de bacteremia, la enfermedad con focos metastásicos y el síndrome de fiebre intestinal (que incluye a la fiebre tifoidea) responden favorablemente a los antibióticos. Una fluo- roquinolona o la ceftriazona son considerados por algunos autores como el fármaco de elección, pero también es eficaz la administración de trimetoprima-sulfametoxazol o dosis altas de ampicilina (12 g/día en adultos). El estado de portador tifoideo se ha eliminado satisfactoriamente en pacientes con colecistitis mediante ampicilina, trimeto- prima-sulfametoxazol o ciprofloxacino. PENICILINAS ANTI-SEUDOMÓNICAS: LAS CArBOXIPENICILINAS Y LAS UrEIDOPENICILINAS ACTIVIDAD ANTIMICrOBIANA. Las carboxipenicilinas, la carbenicilina (descontinuada en Estados Unidos) y la ticarcilina (comercializada en combinación con clavulanato en Estados Unidos) y sus congéneres cercanos tienen actividad contra algunas cepas de P. aeruginosa y algunas especies de Proteus que producen indol y que son resis- tentes a la ampicilina y sus congéneres. Son ineficaces contra casi todas las cepas de S. aureus, Enterococcus faecalis, Klebsiella y L. monocytogenes. B. fragilis es susceptible a concentraciones altas de estos fármacos, pero la penicilina G en realidad es más activa. Las ureidopenicilinas, la mezlocilina (descontinuada en Estados Unidos) y la piperaci- lina, tienen actividades superiores contra P. aeruginosa en comparación con la carbenicilina y ticarcilina. La mezlo- cilina y piperacilina son útiles para tratar las infecciones por Klebsiella. Las carboxipenicilinas y las ureidopenicilinas son sensibles a la destrucción por las β-lactamasas. PrOPIEDADES FArMACOLÓGICAS Carbenicilina. La carbenicilina fue la primera penicilina con actividad contra P. aeruginosa y algunas cepas del género Proteus que son resistentes a la ampicilina. Los preparados de carbenicilina pueden causar efectos secundarios ade- más de los que ocurren tras el empleo de otras penicilinas. La insuficiencia cardiaca congestiva puede deberse a la administración de una cantidad excesiva de sodio. La hipopotasemia puede ocurrir a consecuencia de la excreción obligatoria del catión con la gran cantidad de anión no absorbible (carbenicilina) presentada a la porción distal del túbulo renal. El fármaco interfiere en la función de las plaquetas y puede ocurrir hemorragia debido a la aglutinación anormal de las mismas. 959 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs Carbenicilina indanil sódica. Este éster indanil de carbenicilina es estable en ácido y es adecuado para la administración oral. Después de la absorción, el éster es convertido rápidamente a carbenicilina mediante hidrólisis del enlace de éster. Por consiguiente, el espectro antimicrobiano es el de la carbenicilina. La fracción activa es excretada rápida- mente en la orina, donde logra concentraciones eficaces. Por consiguiente, la única utilización de este fármaco es para el tratamiento de las infecciones de las vías urinarias causadas por especies del género Proteus diferentes a P. mira- bilis y por P. aeruginosa. Piperacilina. La piperacilina amplía el espectro de la ampicilina e incluye a casi todas las cepas de P. aeruginosa, Enterobacteriaceae (no productora de β-lactamasa), muchas especies del género Bacteroides y E. faecalis. En com- binación con un inhibidor de la β-lactamasa (piperacilina-tazobactam) tiene el espectro antibacteriano más amplio de las penicilinas. Las propiedades farmacocinéticas son similares a las de otras ureidopenicilinas. Se logran altas con- centraciones biliares. INDICACIONES TErAPÉUTICAS. La piperacilina y los compuestos afines son fármacos importantes para el trata- miento de pacientes con infecciones graves causadas por bacterias gramnegativas, entre ellas, infecciones a menudo intrahospitalarias. Por consiguiente, estas penicilinas se utilizan sobre todo en el tratamiento de bacteremias, neumo- nías, infecciones consecutivas a quemaduras e infecciones de las vías urinarias debidas a microorganismos resisten- tes a la penicilina G y la ampicilina; las bacterias especialmente causantes son P. aeruginosa, cepas de Proteus productoras de indol y especies de Enterobacter. Dado que las infecciones por Pseudomonas son frecuentes en pacientes neutropénicos, el tratamiento de las infecciones bacterianas graves en estos individuos comprendería un antibiótico β-lactámico como piperacilina con actividad satisfactoria contra estos microorganismos. FÁrMACOS AFINES Ticarcilina. Esta penicilina semisintética es muy similar a la carbenicilina, pero es dos a cuatro veces más activa contra P. aeruginosa. La ticarcilina es inferior a la piperacilina para el tratamiento de las infecciones graves causadas por Pseudomonas. La ticarcilina sólo se comercializa en combinación con clavulanato en Estados Unidos. Mezlocilina. Esta ureidopenicilina tiene más actividad contra Klebsiella que la carbenicilina; su actividad in vitro contra Pseudomonas es similar a la de la ticarcilina. Es más activa que la ticarcilina contra E. faecalis. La mezlocilina sódica se ha discontinuado en Estados Unidos. rEACCIONES SECUNDArIAS A LAS PENICILINAS rEACCIONES DE HIPErSENSIBILIDAD. Las reacciones de hipersensibilidad son con mucho los efectos secundarios más frecuentes que se observan con las penicilinas y estos antibióticos probablemente son la causa más frecuente de alergia a fármacos. Las reacciones alérgicas (frecuencia global de 0.7 a 10%) pueden complicar a los ciclos de tratamiento. Las manifes- taciones de alergia a las penicilinas comprenden exantema maculopapuloso, exantema urticarial, fiebre, broncoes- pasmo, vasculitis, enfermedad por el suero, dermatitis exfoliativa, síndrome de Stevens-Johnson y anafilaxis. La hipersensibilidad a las penicilinas por lo general se extienden a los otros β-lactámicos (p. ej., cefalosporinas, algunos carbapenems). Las reacciones de hipersensibilidad pueden presentarse con cualquier forma de administración de penicilina, la alergia a una penicilina expone al paciente a un mayor riesgo de reacción si se le administra otra pero no necesariamente implica la repetición en exposiciones subsiguientes. Las reacciones de hipersensibilidad pueden aparecer aun cuando no haya una exposición conocida previa al fármaco. Ésta puede deberse a la exposición pre - via no reconocida a la penicilina en el medio ambiente (p. ej., en alimentos de origen animal o del hongo productor de la penicilina). Aunque la eliminación del antibiótico por lo general origina un aclaramiento rápido de las manifes- taciones alérgicas, éstas puedenpersistir durante una a dos semanas o más después que se ha suspendido el trata- miento. En algunos casos la reacción es leve y desaparece incluso cuando se continúa la penicilina, en otros, es necesario el cese inmediato del tratamiento con penicilina. En algunos casos, es necesario impedir la utilización futura de penicilina debido al riesgo de muerte y se debe advertir esto al paciente. Las penicilinas y sus productos de degradación hacen las veces de haptenos después de la acción covalente con pro- teínas. El producto de degradación más abundante es la fracción peniciloil (fracción determinante principal [MDM]), que se forma cuando el anillo β-lactámico está abierto (figura 53-5). Un gran porcentaje de las reacciones mediadas por inmunoglobulina (Ig)E son a la MDM, pero por lo menos 25% de las reacciones son a otros productos de degra- dación. Los términos determinantes mayores y menores designan la frecuencia con la cual parecen formarse anticuer- pos a estos haptenos. No describen la gravedad de la reacción que puede sobrevenir. De hecho, las reacciones anafilácticas a la penicilina por lo general son mediadas por anticuerpos IgE contra los determinantes menores. Los anticuerpos anti-penicilina son detectables prácticamente en todos los pacientes que han recibido el fármaco y en muchos que nunca han estado conscientemente expuestos al mismo. Las reacciones alérgicas inmediatas son media- das por sensibilización de la piel o anticuerpos IgE, por lo general de especificidades hacia determinantes menores. Las reacciones urticariales aceleradas y tardías suelen ser mediadas por anticuerpos, sensibilizantes de la piel, especí- ficos hacia determinantes mayores. Algunas reacciones se pueden deber a complejos tóxicos de antígeno-anticuerpo de la clase IgM específicos hacia determinante mayor. Los exantemas cutáneos de todos los tipos pueden deberse a alergia a la penicilina. La frecuencia de exantemas de la piel al parecer es máxima después de la utilización de 960 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII ampicilina, en una cifra de 9%, aproximadamente; los exantemas se presentan tras la administración de ampicilina en casi todos los pacientes con mononucleosis infecciosa. Las reacciones de hipersensibilidad más graves que producen las penicilinas son angioedema y anafilaxis. Las reac- ciones anafilácticas o anafilactoides agudas que provocan diversos preparados de penicilina constituyen el peligro inmediato más importante en relación con su utilización. Las reacciones anafilactoides pueden presentarse a cual- quier edad. Se considera que la frecuencia es de 0.004 a 0.04%. Alrededor de 0.001% de los pacientes tratados con estos antibióticos mueren por anafilaxis. La anafilaxis muy a menudo ha ocurrido tras la inyección de la penicilina, aunque también se ha observado después de la administración oral o intradérmica. La reacción más espectacular es la hipotensión súbita y grave y la muerte rápida. En otros casos, los episodios anafilácticos se han caracterizado con broncoconstricción con asma intensa, dolor abdominal, náuseas y vómitos; debilidad extrema, o diarrea y erupciones cutáneas purpúricas. La enfermedad por el suero de intensidad y gravedad variables, mediada por anticuerpos IgG es infrecuente; cuando ocurre, aparece después que se ha continuado el tratamiento con penicilina durante una semana o más; puede retrasarse hasta una o dos semanas después que se suspendió el fármaco y puede persistir durante una semana o más. La vasculitis puede estar relacionada con la hipersensibilidad a la penicilina. La reacción de Coombs a menudo se vuelve positiva durante el tratamiento prolongado, pero es infrecuente la anemia hemolítica. Se ha observado neutropenia reversible y ocurre en hasta 30% de los pacientes tratados con 8 a 12 g de nafcilina durante más de 21 días. La médula ósea muestra un detenimiento de la maduración. La eosinofilia es una manifestación esporádica de otras reacciones alérgicas a la penicilina. Las penicilinas raras veces producen nefritis intersticial; la meticilina se ha implicado con más frecuencia. La fiebre puede ser el único indicio de una reacción de hipersensibi- lidad a las penicilinas. La reacción febril suele desaparecer al cabo de 24 a 36 h después de suspender la administra- ción del fármaco pero puede persistir durante días. Tratamiento del paciente potencialmente alérgico a la penicilina. La valoración de los antecedentes del paciente es la forma más práctica de evitar la utilización de penicilina en pacientes que tienen el máximo riesgo de una reacción secundaria. En ocasiones, se recomienda la desensibilización para los pacientes alérgicos a la penicilina quienes deben recibir el fármaco. Este procedimiento consiste en la administración de dosis gradualmente crecientes de peni- cilina con la esperanza de evitar una reacción grave y se ha de efectuar sólo en una unidad de cuidados intensivos. Cuando se alcanzan las dosis completas, no se debe suspender la penicilina y luego reiniciar porque pueden recidivar las reacciones inmediatas. La eficacia de este procedimiento no está demostrada. Los pacientes con infecciones poten- cialmente letales (p. ej., endocarditis o meningitis) pueden continuarse con penicilina pese a presentar un exantema maculopapuloso, aunque se deben utilizar antibióticos alternativos cuando sea posible. El exantema a menudo se resuelve a medida que se continúa el tratamiento, lo cual tal vez se debe a la aparición de anticuerpos bloqueadores de la clase IgG. Raras veces sobreviene dermatitis exfoliativa con o sin vasculitis en estos pacientes cuando se conti- núa el tratamiento con penicilina. OTrAS rEACCIONES SECUNDArIAS. Las penicilinas tienen una toxicidad directa mínima. Los efectos tóxicos mani- fiestos consisten en depresión de la médula ósea, granulocitopenia y hepatitis; este último efecto es infrecuente pero se observa más a menudo después de la administración oxacilina y nafcilina. La administración de penicilina G, carbenicilina, piperacilina o ticarcilina se ha relacionado con alteración de la hemostasia a consecuencia de la aglu- tinación defectuosa de las plaquetas. Las respuestas irritativas más frecuentes a la penicilina son dolor y reacciones inflamatorias estériles en las zonas de inyección intramuscular. En algunos individuos que reciben penicilina por vía intravenosa, se presenta flebitis o tromboflebitis. Las respuestas secundarias a los preparados de penicilina oral pue- den consistir en náuseas, vómitos y diarrea leve a grave. Cuando se inyecta la penicilina en forma accidental en el nervio ciático, ocurre dolor intenso y sobreviene disfunción en la zona de distribución de este nervio y persiste durante semanas. La inyección intratecal de penicilina G puede producir aracnoiditis o encefalopatía grave y mortal. Debido a esto se ha de evitar la administración intratecal o intraventricular de penicilinas. Cuando la concentración de penicilina G en el líquido cefalorraquídeo supera 10 mg/ ml, es frecuente la disfunción significativa del sistema nervioso central. La administración intravenosa rápida de 20 millones de unidades de penicilina G potásica, que contiene 34 miliequivalentes de potasio, puede originar hiperpo- tasemia grave o incluso mortal en personas con disfunción renal. La inyección de penicilina G procaínica puede ocasionar una reacción inmediata que se caracteriza por mareos, acúfenos, cefaleas, alucinaciones y a veces convul- siones. Esto se debe a la liberación rápida de concentraciones tóxicas de procaína. rEACCIONES NO rELACIONADAS CON LA HIPErSENSIBILIDAD O TOXICIDAD. La penicilina modifica la composi- ción de la microflora en el tubo digestivo al eliminar microorganismos sensibles. La microflora normal suele resta- blecerse poco después de suspendido el tratamiento; sin embargo, en algunos pacientes sobreviene una superinfección. La colitis seudomembranosa, relacionada con la proliferación y la producción de toxina porClostridium difficile, ha ocurrido tras la administración oral y, con menos frecuencia, parenteral de las penicilinas. LAS CEFALOSPOrINAS Los antibióticos cefalosporínicos son producidos a partir del ácido 7-aminocefalosporánico mediante la adición de diferentes cadenas laterales (cuadro 53-2). 961 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs Cuadro 53-2 Fórmulas estructurales y datos de dosis de algunas cefalosporinas. 7 1 R2 R1 Núcleo de cefén COO− S NH N 4 C O O COMPUESTO R1 R2 FORMAS DE ADMINISTRACIÓN,a DOSIS EN ADULTOS PARA INFECCIONES GRAVES Y t1/2 Primera generación Cefalexina CH NH2 —CH3 O: 1 g cada 6 h t1/2 = 0.9 hora Segunda generación Cefaclor CH NH2 —Cl O: 1 g cada 8 h t1/2 = 0.7 hora Tercera generación Cefdinir H N2 C N OH S N CH2CH O: 300 mg cada 12 h o 600 mg cada 24 h t1/2 = 1.7 h Ceftazidima OC(CH3)2COOH H2N CN NS CH2 I: 2 g cada 8 h t1/2 = 1.8 h Cuarta generación Cefepima H2N OCH3 CN NS CH N + 2 H3C I: 2 g cada 8 h t1/2 = 2 h aT, tableta; C, cápsula; O, suspensión oral; I, inyección. Los compuestos que contienen ácido 7-aminocefalosporánico son relativamente estables en ácidos diluidos y relati- vamente resistentes a la penicilinasa independientemente de las características laterales y su afinidad por la enzima. Las modificaciones en la posición 7 del anillo β-lactámico se relacionan con alteraciones en la actividad antibacte- riana; las sustituciones en la posición 3 del anillo dihidrotiazino alteran el metabolismo y las propiedades farmacoci- néticas de los fármacos. Las cefamicinas son similares a las cefalosporinas por cuanto tienen un grupo metoxi en la posición 7 del anillo β-lactámico del núcleo del ácido 7-aminocefalosporánico. MECANISMO DE ACCIÓN. Las cefalosporinas y las cefamicinas inhiben la síntesis de la pared de la célula bacteriana de una manera similar a la penicilina. CLASIFICACIÓN. La clasificación es por generaciones, basándose en las características generales de la actividad antimicrobiana (cuadro 53-3). Las cefalosporinas de primera generación (p. ej., cefalotina y cefazolina) tienen una actividad satisfactoria contra bacterias grampositivas y una actividad relativamente moderada contra microorganismos gramnegativos. La mayor parte de los cocos grampositivos (con excepción de los enterococos, MRSA y S. epidermidis) son susceptibles. Casi todos los anaerobios de la cavidad oral son sensibles, pero el grupo de B. fragilis es resistente. La actividad contra Moraxella catarrhalis, E. coli, K. pneumoniae y P. mirabilis es satisfactoria. Las cefalosporinas de segunda generación tienen una actividad un poco aumentada contra microorganismos gram- negativos pero tienen mucho menos actividad que los compuestos de tercera generación. Un subgrupo de cefalos - 962 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII porinas de segunda generación (cefoxitina, cefotetán y cefmetazol, que se han descontinuado en Estados Unidos) también es activo contra B. fragilis. Las cefalosporinas tercera generación por lo general son menos activas que las cefalosporinas de primera genera- ción contra cocos grampositivos; estos antibióticos son mucho más activos contra los Enterobacteriaceae, aunque la resistencia está aumentando considerablemente debido a cepas productoras de β-lactamasa. Un subgrupo de antibió- ticos de tercera generación (ceftazidima y cefoperazona) también tiene actividad contra P. aeruginosa pero es menos activa que otros fármacos de tercera generación contra cocos grampositivos. Las cefalosporinas de cuarta generación, como la cefepima, tienen un espectro de actividad ampliada en compara- ción con la tercera generación y muestran una mayor estabilidad contra la hidrólisis por β-lactamasas codificadas por plásmido y por cromosomas (pero no las β-lactamasas KPC de clase A). Las cefalosporinas de cuarta generación son útiles en el tratamiento empírico de infecciones graves en pacientes hospitalizados cuando microorganismos gram- positivos como Enterobacteriaceae y Pseudomonas son posibles agentes etiológicos. Ninguna de las cefalosporinas tiene actividad fiable contra las siguientes bacterias: S. pneumoniae, resistente a la penicilina, MRSA, S. epidermidis resistente a la meticilina y otros estafilococos no productores de coagulasa, Ente- rococcus, L. monocytogenes, Legionella pneumophila, L. micdadei, C. difficile, Xanthomonas maltophilia, Campylo- bacter jejuni, Enterobacteriaceae productora de KPC y especies del género Acinetobacter. MECANISMOS DE rESISTENCIA BACTErIANA. La resistencia a las cefalosporinas puede estar relacionada a la incapacidad de los antibióticos a llegar a sus puntos de acción o bien a alteraciones de las proteínas de unión a penicilina que son blanco de las cefalosporinas. Las alteraciones de dos proteínas de unión a Cuadro 53-3 Generaciones de cefalosporinas. EJEMPLOS ESPECTRO ÚTILa Primera generación Cefazolina Estreptococos;b Staphylococcus aureus.c Cefalexina monohidrato Cefadroxil Cefradina Segunda generación Cefuroxima Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Haemophilus influenza,e Moraxella catarrhalis. No tan activos contra microorganismos grampositivos como los compuestos de primera generación. Cefuroxima axetil Cefprozil Cefmetazol Actividad inferior contra S. aureus en comparación con cefuroxima pero con actividad añadida contra Bacteroides fragilis y otras cepas del género Bacteroides. Loracarbef Tercera generación Cefotaxima Enterobacteriaceae;d Pseudomonas aeruginosa,e Serratia; Neisseria gonorrhoeae; actividad contra S. aureus, Streptococcus pneumoniae y Streptococcus pyogenesf equivalente a cefalosporinas de primera generación. Actividad contra especies de Bacteroides inferior a cefoxitina y cefotetán. Ceftriaxona Cefdinir Cefditoren pivoxil Ceftibuten Cefpodoxima proxetil Ceftizoxima Cefoperazona Activas contra Pseudomonas. Ceftazidima Cuarta generación Cefepima Equivalente a tercera generación pero más resiste a algunas β-lactamasas. aTodas las cefalosporinas carecen de actividad contra enterococos, Listeria monocytogenes, especies de Legionella, S. aureus resistente a meticilina, Xanthomonas maltophilia, y especies de Acinetobacter. bCon excepción para cepas resistentes a penicilina. cExcepto para cepas resistentes a meticilina. dResistencia a cefalosporinas puede ser inducida rápidamente durante el tratamiento mediante la desinhibición de las β-lactamasas cromosómicas bacterianas, que destruyen las cefalosporinas. eSolamente ceftazidima. fLa ceftazidima carece de actividad importante contra grampositivos. La cefotaxima es la más activa de la clase contra S. aureus y S. pyogenes. 963 CAPÍTU LO 53 Pen iCiLin As, CefALOsPOrin As y OTrOs An TibióTiCOs β-LACTám iCOs penicilina (1A y 2X) que disminuyen su afinidad por las cefalosporinas confieren resistencia de los neu- mococos a las cefalosporinas de tercera generación debido a que las otras tres proteínas de unión a peni- cilina tienen una baja afinidad inherente. El mecanismo de resistencia más frecuente a las cefalosporinas es la destrucción de éstas por hidrólisis del anillo β-lactámico. Las cefalosporinas tienen una susceptibilidad variable a la β-lactamasa. De los compuestos de primera generación, la cefazolina es más susceptible a la hidrólisis mediante β-lactamasa de S. aureus que la cefalosporina (ya no se comercializa). La cefoxitina, la cefuroxima y las cefalosporinas de tercera generación son más resistentes a la hidrólisis por las β-lactamasas producidas por bacterias gramnegativas que las cefalosporinas de primera gene- ración. Las cefalosporinas de tercera generación son susceptibles a la hidrólisis por β-lactamasas inducibles codifi- cadas por cromosomas (de tipo I). La activación de las lactamasas β de tipo I mediante el tratamiento de las infecciones debidas a bacilos gramnegativos aerobios con cefalosporinas de segunda o tercera generación oimipe- nem pueden originar resistencia a todas las cefalosporinas de tercera generación. Las cefalosporinas de cuarta gene- ración, como la cefepima, son inductores deficientes de las β-lactamasas de tipo I y menos susceptibles a la hidrólisis por β-lactamasas de tipo I que las cefalosporinas de tercera generación. Sin embargo, son susceptibles a la degrada- ción por KPC y por metalo-β-lactamasas. FArMACOLOGÍA GENErAL Muchas cefalosporinas (cefalexina, cefradina, cefaclor, cefadroxil, loracarbef, cefprozil, cefpodoxima proxetil, cefti- buten, cefuroxima axetil, cefdinir y cefditoren) se absorben fácilmente después de la administración oral; otros se pueden administrar por vía intramuscular o intravenosa. Las cefalosporinas son excretadas principalmente por el riñón y por tanto se ha de reducir la dosis en pacientes con insuficiencia renal. Probenecid lentifica la secreción tubular de casi todas las cefalosporinas. Las excepciones son cefpiramida y cefoperazona, que son excretadas predominante- mente en la bilis. La cefotaxima es desacetilada a un metabolito con menos actividad antimicrobiana del compuesto original que es excretado por los riñones. Las otras cefalosporinas no experimentan metabolismo considerable. Varias cefalosporinas penetran en el líquido cefalorraquídeo en suficiente concentración para ser útil en el tratamiento de la meningitis. Las cefalosporinas también cruzan la placenta y se hallan en altas concentraciones en los líquidos sinovial y pericárdico. La penetración en el humor acuoso del ojo es relativamente satisfactoria después de la administración sistémica de las cefalosporinas de tercera generación, pero la penetración en el humor vítreo es deficiente. Las con- centraciones en bilis por lo general son considerables, sobre todo con la cefoperazona y la cefpiramida. COMPUESTOS ESPECÍFICOS CEFALOSPOrINAS DE PrIMErA GENErACIÓN La cefazolina tiene una gama de acción antibacteriana que es característica de otras cefalosporinas de primera gene- ración excepto que también tiene actividad contra algunas especies del género Enterobacter. La cefazolina es relati- vamente bien tolerada después de la administración intramuscular o intravenosa; es excretada por filtración glomerular y ésta se une a proteínas plasmáticas en una proporción de 85% aproximadamente. La cefazolina por lo general es preferible entre las cefalosporinas de primera generación pues se puede administrar con menos frecuencia debido a su vida media más prolongada. La cefalexina tiene la misma actividad antibacteriana que las otras cefalosporinas de primera generación. Es un poco menos activa contra estafilococos productores de penicilinasa. El tratamiento oral con cefalexina (por lo general 0.5 g) produce concentraciones máximas en plasma adecuadas para la inhibición de muchos microorganismos gram- positivos y gramnegativos patógenos. El fármaco no es metabolizado y 70 a 100% es excretado en la orina. La cefradina es similar en estructura a la cefalexina y su actividad in vitro es casi idéntica. La cefradina no es meta- bolizada y, después de la absorción rápida del tubo digestivo, es excretada sin cambio en la orina. Dado que la cefra- dina no está bien tolerada, las concentraciones plasmáticas son casi equivalentes después de la administración oral o intramuscular. El cefadroxil es el análogo para-hidroxi de la cefalexina. Las concentraciones de cefadroxil en plasma y orina son un poco más altas que las concentraciones de la cefalexina. El fármaco se administra por vía oral uno o dos veces al día para tratar las infecciones de las vías urinarias. Su actividad in vitro es similar a la de la cefalexina. CEFALOSPOrINAS DE SEGUNDA GENErACIÓN. Las cefalosporinas de segunda generación tienen una actividad más amplia que las de primera generación y son activas contra cepas sensibles de especies del género Enterobacter y especies del género Proteus que producen indol, así como especies de Klebsiella. La cefoxitina es resistente a algunas β-lactamasas producidas por gramnegativos. Este antibiótico es menos activo que las cefalosporinas de primera generación contra bacterias grampositivas, pero tienen más actividad contra anae- robios sobre todo B. fragilis. La cefoxitina parece tener una aplicación especial en el tratamiento de determinadas infecciones anaeróbicas y aeróbicas y anaeróbicas mixtas, como la enfermedad inflamatoria pélvica y el absceso pulmonar. 964 QU IM IOTErAPIA DE LAS EN FErM EDADES M ICrOBIAN AS SECCIÓN VII La concentración de cefaclor en plasma tras la administración oral es de aproximadamente 50% la lograda después de una dosis oral de cefalexina. Sin embargo, cefaclor es más activo contra H. influenzae y M. catarrhalis, aunque algunas cepas productoras de β-lactamasa de estos microorganismos pueden ser resistentes. Loracarbef tiene una actividad similar a cefaclor y es más estable contra algunas β-lactamasas. La cefuroxima es similar a loracarbef y tienen una actividad más amplia contra gramnegativos como Citrobacter y Enterobacter. A diferencia de la cefoxitina, cefmetazol y cefotetán, la cefuroxima carece de actividad contra B. fra- gilis. El fármaco se puede administrar cada 8 h. Las concentraciones en el líquido cefalorraquídeo son aproximada- mente 10% las correspondientes al plasma y el antibiótico es eficaz (pero inferior a la ceftriaxona) para tratar la meningitis debida a H. influenzae (incluidas cepas resistentes a la ampicilina), N. meningitidis y S. pneumoniae. Cefuroxima axetil es un éster l-acetiloxietil de la cefuroxima. Entre 30 y 50% de una dosis oral se absorbe y el fár- maco luego es hidrolizado para formar cefuroxima; las concentraciones plasmáticas resultantes son variables. Cefprozil es un compuesto administrado por vía oral que es más activo que las cefalosporinas de primera generación contra estreptococos sensibles a la penicilina E. Coli, P. mirabilis, especies del género Klebsiella y especies de Citro- bacter; la vida media en suero es de aproximadamente 1.3 horas. CEFALOSPOrINAS DE TErCErA GENErACIÓN La cefotaxima es muy resistente a muchas β-lactamasas y tiene una actividad satisfactoria contra múltiples bacterias aerobias tanto grampositivas como gramnegativas. Sin embargo, la actividad contra B. fragilis es deficiente en com- paración con compuestos como clindamicina y metronidazol. La cefotaxima tiene una vida media en plasma de 1 h, aproximadamente, y se ha de administrar cada 4 a 8 h en caso de infecciones graves. El fármaco es metabolizado in vivo para formar desacetilcefotaxima, que tiene menos actividad que el compuesto original. La cefotaxima se ha utilizado eficazmente para la meningitis causada por H. influenzae, S. pneumoniae sensible a la penicilina y Neisseria meningitides. La ceftizoxima tiene un espectro de actividad in vitro que es similar a la de la cefotaxima, excepto que es menos activa contra S. pneumoniae y más activa con B. fragilis. La vida media es de 1.8 h y el fármaco se puede administrar cada 8 a 12 h para las infecciones graves. La ceftizoxima no es metabolizada; 90% se recupera en la orina. La ceftriaxona tiene una actividad muy similar a la de la ceftizoxima y a la de la cefotaxima pero una vida media más prolongada (aproximadamente 8 h). La administración del fármaco una o dos veces al día ha sido eficaz en pacientes con meningitis. Aproximadamente la mitad del fármaco puede obtenerse de la orina; la restante es elimi- nada por secreción biliar. Una sola dosis de ceftriaxona (125 a 250 mg) es eficaz en el tratamiento de la gonorrea uretral, cervicouterina, rectal o faríngea, incluida la enfermedad causada por microorganismos productores de penicilinasa. Cefpodoxima proxetil es una cefalosporina de tercera generación que se administra por vía oral y que tiene una actividad muy similar a la cefalosporina de cuarta generación cefepima excepto que no es más activa contra especies de los géneros Enterobacter o Pseudomonas. Cefditoren pivoxil es un profármaco hidrolizado
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