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Figura 4-28. Cariotipo completo con bandeo G de una mujer con una monosomía 7, afectada de leucemia mieloblástica aguda secundaria (cedida por la Dra. A. Aventín del S. de Hematología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau). Figura 4-29. Cariotipo completo con bandeo G de una mujer con una trisomía del cromosoma 8 (47,XX,+8) (cedida por la Dra. A. Aventín del S. de Hematología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau). 4.6.1.1. Enfermedades por anomalías numéricas Las euploidías, de presentación frecuente y con un papel evolutivo en los vegetales, son muy raras en el ser humano. Sólo se han encontrado en abortos espontáneos, y los pocos nacidos vivos han muerto poco tiempo después. Las monosomías autosómicas son letales en el ser huma- no. No se ha confirmado ningún caso de individuos con 45 cromosomas por la falta de un cromosoma entero, aunque sí se han observado casos secundarios a alguna enfermedad o a tratamientos con quimioterapia, como en el ejemplo del cariotipo de la Figura 4-28. Sin embargo, se ha descrito una monosomía gonosómica, que origina el síndrome de Tur- ner. El cariotipo es 45,XO, por lo que se observa en muje- res que sólo tienen un cromosoma X. Éstas se caracterizan por un retraso en el crecimiento, infantilismo sexual y dis- minución del coeficiente mental, aunque éste puede llegar a ser normal, al igual que la supervivencia. Las trisomías pueden aparecer por la adición de un cro- mosoma autosómico o de un gonosoma. Entre las trisomías autosómicas cabe destacar la trisomía 21 o síndrome de Down. Es la más común (uno de cada 700 nacimientos) y su frecuencia aumenta de forma exponencial con la edad de la madre. Los niños con este síndrome, conocido vulgarmente como mongolismo, tienen un aspecto característico con ojos almendrados y cara redonda, nuca aplanada, lengua grande y prominente, intensa hipotonía y retraso mental. Suelen morir jóvenes, ya que se asocian frecuentemente malforma- ciones viscerales, sobre todo cardíacas. Esta trisomía se nomina 47,XY,+21, en el varón, o 47,XX,+21, en la mujer. Otras trisomías autosómicas menos frecuentes son la tri- somía 18 o síndrome de Edwards (47,XX,+18 ó 47,XY,+18) y la trisomía 13 o síndrome de Patau (47,XX,+13 ó 47,XY,+13). En ambas los niños afectados sufren múltiples anomalías con malformaciones cardíacas graves y no suelen sobrevivir a la infancia. El cariotipo de la Figura 4-29 muestra una trisomía del cromosoma 8 se- cundaria a un síndrome mielodisplásico. Entre las trisomías gonosómicas, se pueden encontrar las siguientes combinaciones: 47,XXY, 47,XXX y 47,XYY, que dan lugar a los síndromes que se describen a continua- ción. Síndrome de Klinefelter (47,XXY): los varones que lo padecen se caraterizan por su elevada talla y desproporción corporal, y presentan esterilidad con atrofia testicular y azoospermia, ginecomastia ocasional y un aspecto feminoi- de. Algunos de ellos pueden sufrir retraso mental. Su consti- tución cromosómica presenta un cromosoma X de más, y en ocasiones se detecta al estudiar una esterilidad. En la trisomía 47,XXX, las personas afectadas son feno- típicamente mujeres (carecen de cromosoma Y). Es una anomalía frecuente, pero sin repercusión patológica. Por lo general, estas mujeres tienen un fenotipo normal y son fértiles, aunque en ocasiones presentan trastornos menstrua- les y menopausia precoz. La trisomía 47,XYY se presenta en varones. Se ha obser- vado una elevada frecuencia de este cariotipo en los interna- dos en centros penitenciarios y en establecimientos para subnormales, por lo que se le ha llamado impropiamente «cromosoma del crimen». Los individuos con un cromoso- ma Y de más en su genotipo suelen ser altos y tienen un coeficiente intelectual algo reducido y un comportamiento antisocial. Aunque en la población normal también se han encontrado individuos con XYY, éstos suelen ser impulsi- vos y emocionalmente inmaduros. Está por aclarar el papel que realmente desempeña esta trisomía. Se han descrito otras aneuploidías gonosómicas debidas a la presencia de más de un cromosoma sexual numerario, como los cariotipos 48,XXXX, 48,XXXY, 48,XXYY o 49,XXXXX. Todas ellas muestran oligofrenia e hipogonadis- mo y las malformaciones son tanto más importantes cuanto mayor es el número de cromosomas supernumerarios. 4.6.2. Anomalías cromosómicas estructurales Son las que aparecen por cambios en la disposición de los genes en los cromosomas. Estos cambios se pueden detectar en los estudios citogenéticos. Como consecuencia puede 74 Estructura y función del cuerpo humano
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