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Espina ilíaca posterior POSTERIOR Tuberosidad isquiática ANTERIOR Cresta ilíaca Espina ilíaca anterior Acetábulo Agujero obturador Rama pubiana Tuberosidad isquiáticaCarilla articular para el pubis del otro coxal POSTERIOR Carilla articular para el sacro A) B) Figura 6-67. Anatomía del coxal: A) visión lateral (externa); B) visión medial, que correspondería a la visión desde dentro de la pelvis (ambos dibujos corresponden al coxal derecho). piernas y la forma de deambulación plantígrada que tiene el ser humano. 6.11.2. Estructura y función de la pelvis La pelvis, que es la base donde se apoyan el tronco, el raquis y la cabeza, tiene la función fundamental de amorti- guar el balanceo que imprime el movimiento de las pier- nas. Cuando caminamos, nuestras extremidades inferiores se acortan y alargan sucesivamente, y esto provoca un mo- vimiento de balanceo lateral muy importante, cuya transmi- sión al resto del cuerpo sería prácticamente insoportable y dificultaría muchas maniobras, como por ejemplo fijar los ojos en un punto durante la marcha. Para evitar este balan- ceo, la pelvis actúa como la quilla de un barco y se mueve de forma contralateral al balanceo, anulándolo casi por completo para que de cintura para arriba no haya oscilacio- nes durante la marcha. Además de esta función antibalan- ceo, la pelvis es el soporte de numerosas vísceras del abdomen inferior y el punto donde se insertan los músculos que forman la pared abdominal anterior. La pelvis está formada por la unión de tres huesos dife- rentes: los coxales, uno derecho y otro izquierdo, y el sacro. El coxal es un hueso anatómicamente complejo y, aunque se considera un hueso plano, es muy voluminoso en el espacio, ya que tiene una torsión que recuerda la hélice de un barco (Fig. 6-67). El coxal es la suma de tres huesos que en otros animales se pueden encontrar separados formando la cintura pelviana, pero que en el hombre (y en los prima- tes) se fusionan en la etapa fetal en uno solo. Estos tres huesos, llamados ilion, isquion y pubis, aunque fusionados en el coxal, son reconocibles en la primera infancia por tener centros de osificación independientes. La nomenclatu- ra anatómica reconoce este origen, por lo que se habla de cresta ilíaca, tuberosidad isquiática y sínfisis pubiana. En el coxal se puede reconocer una zona plana de gran tamaño que corresponde al hueso ilion, cuyo borde superior consti- tuye la cresta ilíaca. Ésta se corresponde externamente con el reborde óseo que forma el límite inferior de la cintura. Otro detalle anatómico importante es un orificio que hay en la parte inferomedial y que recibe el nombre de agujero obturador. Está limitado en su borde superior por una rama pubiana y en su borde inferior por una rama isquiá- tica que finaliza en la apófisis más caudal del coxal, deno- minada tuberosidad isquiática. Éste es el punto donde nos apoyamos cuando estamos sentados correctamente con la espalda erguida. Por la cara externa del coxal, y donde se unen ontogénicamente el ilion, el isquion y el pubis, existe una cavidad de forma hemiesférica denominada acetábulo que sirve para articular la pelvis con la extremidad inferior. El hueso sacro está formado por la fusión de las cinco vértebras sacras. Es un hueso de concavidad anterior que se relaciona por encima con la quinta vértebra lumbar y por debajo con el cóccix. En el cuerpo del sacro se pueden apreciar unos orificios que corresponden a los intervalos residuales tras la fusión de las apófisis transversas y por donde salen los últimos nervios de la médula espinal. Los dos coxales se unen entre sí por la parte anterior, a través de las ramas pubianas, que están fuertemente enlaza- das en una articulación recubierta de tejido fibroso que recibe el nombre de sínfisis pubiana. La movilidad de esta articulación es prácticamente nula y la presencia de tejido fibroso sólo aporta un poco de flexibilidad. Por la parte posterior, los coxales se articulan con la cara lateral del sacro. Estas articulaciones reciben el nombre de sacroilía- cas y aunque su movilidad es muy reducida, no es nula, Parte II. Sistemas de relación 143
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