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1926 SECCIÓN XVI Endocrinología dañado o por la secreción de hormonas alteradas estructuralmente y con menor capacidad de activar el receptor. Una secreción hormonal normal puede ver disminuida su intensidad de acción durante la cir- culación sanguínea, por una eliminación excesiva en el hígado o en el riñón o, alternativamente, por interferencias en la propia circulación, por ejemplo, por un aumento de las proteínas de transporte o por la presencia de anticuerpos antihormona. Finalmente, defectos en los receptores para la hormona o defectos en el sistema de señalamiento intracelular pueden disminuir la acción biológica final de la hormona, así como la presencia de anticuerpos que bloqueen el receptor o disminuyan su capacidad de unión a la hormona. Por tanto, enfermedades por acción hormonal insuficiente pueden producirse incluso en presencia de concentraciones normales o elevadas de la hormona. Es la disminución en la acción biológica final la que caracteriza el trastorno. Enfermedades por acción hormonal excesiva Son enfermedades provocadas por una producción hormonal excesiva por parte de la glándula secretora. Su causa más frecuente es la trans- formación neoplásica, adenoma o carcinoma, del tejido glandular que conlleva la pérdida de su regulación y una hiperproducción hormonal no controlada durante períodos prolongados. En ocasiones, el tejido secretor es una neoplasia no glandular (tumor ectópico). En estas situaciones desaparecen los mecanismos negativos de retroalimenta- ción. La situación de resistencia puede ser absoluta o relativa. Es poco frecuente que, durante su circulación, se produzca una potenciación de la acción hormonal, por ejemplo, por reducción en su aclaramiento metabólico renal o hepático, pero sí se pueden producir sinergias con otros elementos circulantes. Finalmente, una sensibilidad aumentada del receptor o su activa- ción constitutiva, o alteraciones en el sistema de señalamiento intra- celular, pueden generar patología en presencia de concentraciones hormonales normales. Existen factores biológicos no hormonales que son capaces per se de activar los receptores de una forma no regulada y permanente como, por ejemplo, anticuerpos estimulantes del receptor. En todas ellas, la enfermedad está caracterizada por la acción hormonal aumentada. Enfermedades por efecto de la masa glandular o secuelas de enfermedades tratadas previamente Parte de la patología endocrina aborda enfermedades en las que el pro- blema reside en un cambio relevante en el volumen de una glándula, independientemente de su secreción hormonal. Las alteraciones de este tipo más prevalentes son los bocios y los adenomas hipofisarios no secretores. Algunos trastornos pueden estar relacionados con la existencia de una enfermedad glandular previa y su tratamiento (secuelas morfológicas, estructurales o funcionales). Estas secuelas pueden requerir tratamiento, a pesar de la normalidad de los valores hormonales. CONCEPTO TEMPORAL DE LAS ENDOCRINOPATÍAS. CURACIÓN O CONTROL Dado que el sistema endocrino está diseñado para un funcionamiento en largas secuencias temporales, el factor tiempo es determinante desde el punto de vista clínico. Tras el inicio de una alteración endocrinoló- gica, como el desarrollo de un adenoma hipofisario o la destrucción autoinmunitaria del tiroides, se requiere un tiempo prolongado para que aparezcan manifestaciones clínicas relacionadas. En la mayoría de las enfermedades endocrinas, la vigilancia y el tratamiento van a durar toda la vida del paciente; por ello, el concep- to de curación sólo es aplicable en algunos raros casos de resolución quirúrgica, y es más adecuado utilizar el concepto de control de la enfermedad. El objetivo del tratamiento de las enfermedades endocrinas es el control de estas y el mantenimiento de la mejor calidad de vida posible para el paciente. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Kronenberg HM, Melmed S, Larsen PR, Polonsky KS. Principles of Endocrino- logy. Section I: Hormones and Hormone action. En: Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR, Kronenberg HM, eds. Williams Textbook of Endocrinology. 13th edition. Philadelphia: Elsevier; 2016. p. 2-11. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis EJES HORMONALES HIPOTÁLAMOADENOHIPOFISARIOS F. F. Casanueva Freijo La adenohipófisis, a través de tipos celulares específicos, libera a la circulación una serie de hormonas determinadas que ejercen sus accio- nes periféricas de manera difusa sobre varios tejidos o focalmente sobre otra glándula. El resultado de la acción hormonal hipofisaria puede ser la génesis de una acción biológica, la liberación de una nueva hormona, que a su vez originará una acción biológica, o ambas cosas. La acción biológica iniciada o la hormona liberada cierran el circuito mediante un mecanismo de retroalimentación (feedback) negativa, inhibiendo la liberación hipofisaria de la hormona que inició el proceso. Las neurohormonas hipotalámicas, o releasing hormones, tienen como misión alterar la estabilidad del sistema descrito, es decir, provocar una descarga hormonal o una inhibición de la misma ante una tarea específica del SNC, así como generar un ritmo o modificar la tasa de secreción al cambiar la etapa vital del individuo. Las hormonas hipotalámicas que llegan a la adenohipófisis a través de los vasos porta hipofisarios tienen acción trófica sobre las células hipofisarias, sitúan el nivel de operación o de equilibrio (set point) del sistema y son, a su vez, reguladas por la hormona o por la acción biológica periférica, que envía información comparativa al hipotálamo y a los centros superiores. Las hormonas hipotalámicas que regulan la función hipofisaria con relevancia clínica son las siguientes: GH-RH (44 aminoácidos) o growth hormone releasing hormone. Hormona liberadora de hormona del crecimiento (GH). CRH (41 aminoácidos) o corticotropin releasing hormone. Hormona hipotalámica estimulante de la secreción de adrenocorticotropina (ACTH). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1927 TRH (3 aminoácidos) o thyrotropin releasing hormone. Hormona hipotalámica estimulante de la secreción de hormona tirotropa. Estimula la secreción hipofisaria de la hormona tiroestimulante o tirotropa (TSH) y de prolactina (PRL). Gn-RH (10 aminoácidos) o gonadotropin releasing hormone. Hor- mona liberadora de gonadotropinas. Estimula la liberación de la hormona luteinizante (LH) y de la foliculoestimulante (FSH). Somatostatina (GHRIH, SS, 14 aminoácidos) o growth hormone release inhibiting hormone. Su función fisiológica básica es inhibir la liberación de GH, pero también inhibe la secreción de una variedad de hormonas tan extensa que le ha valido el nombre alternativo de paninhibina. Dopamina. Es una amina biógena, y su acción fisiológica es inhibir la secreción de PRL. Las hormonas adenohipofisarias con relevancia clínica son las siguientes: GH (191 aminoácidos). Hormona del crecimiento u hormona somatotropa. Actúa sobre receptores periféricos; promueve el cre- cimiento somático y modula el metabolismo. PRL (199 aminoácidos). Prolactina. Promueve la producción de proteínas de la leche por la glándula mamaria. ACTH (39 aminoácidos). Hormona corticotropa o adrenocortico- tropina, cuya función es estimular la corteza suprarrenal. TSH (201 aminoácidos). Hormona tiroestimulante, estimulante de la tiroides o tirotropa. Estimula la liberación de hormonas tiroideas y el trofismo de los folículos tiroideos. LH (204 aminoácidos).Hormona luteinizante o luteoestimulante. Estimula las células de Leydig y la función del cuerpo lúteo. FSH (204 aminoácidos). Hormona foliculoestimulante o estimu- lante del folículo. Estimula el folículo de De Graaf y las células de Sertoli. Las hormonas neurohipofisarias son las siguientes: Oxitocina (9 aminoácidos). Su función básica es la contracción uterina en el parto y del alvéolo mamario para provocar la expulsión de leche. Tiene una posible función en el orgasmo y el instinto maternal. Vasopresina (9 aminoácidos). Se conoce como vasopresina (AVP) por su potente acción presora, y como hormona antidiurética (ADH) por su influencia en la regulación hídrica. Su contribución junto con la CRH a la liberación hipofisaria de ACTH y en la consoli- dación de la memoria es objeto de discusión. A continuación se estudiarán los ejes hipotálamo-adenohipofisarios en una forma integrada, que es la más útil desde el punto de vista clínico. Eje somatotropo La GH representa casi el 10% del total hormonal hipofisario. Es una proteína monocatenaria que presenta numerosas similitudes con la PRL y los lactógenos placentarios o somatomamotropinas, todos ellos pertenecientes a la gran familia de las interleucinas. Regula el creci- miento somático y el metabolismo en general. La secreción de GH tiene lugar en varias descargas a lo largo del día que duran 1-2 h. Una de las descargas más característica es la que ocurre durante el sueño profundo o sueño III-IV. Las concentraciones de GH y su subproducto, la hormona IGF-I (factor de crecimiento insulinoide), son más altas en la adolescencia y en las mujeres, y decrecen paulatinamente con la edad. Regulación somatotropa El eje somatotropo se puede considerar en tres localizaciones: hipotála- mo, hipófisis y tejidos diana periféricos. En el hipotálamo, la regulación es dual mediante la secreción a los vasos porta hipofisarios de dos neurohormonas, la GH-RH estimulante y la somatostatina inhibidora de la secreción de GH. La acción biológica de la GH-RH se localiza en los primeros 28 aminoácidos, lo que se ha aprovechado para la generación de análogos más cortos para uso clínico. La GH-RH abunda en los tejidos intes- tinales, por lo que no es útil determinar sus concentraciones plas- máticas, salvo cuando se sospeche la existencia de un tumor ectópico. La somatostatina inhibe tanto la secreción basal de GH como la provocada por cualquiera de sus estímulos conocidos, a través de una acción directamente hipofisaria, y posee muchas acciones inhibitorias centrales y periféricas. El significado de esta extensa distribución y acción inhibitoria es poco claro, pero su utilidad clínica es importante y sus análogos de alta potencia se usan en el diagnóstico y el tratamiento de tumores secretores de GH, TSH y gastrointestinales. Se considera que los pulsos espontáneos secretores de GH y la secreción de GH inducida por estímulos son el resultado de la inte- rrelación de la GH-RH y la somatostatina. La hipoglucemia inducida por insulina provoca una descarga de GH (al igual que de PRL y de ACTH), y la sobrecarga de glucosa, tanto oral como intravenosa, inhibe la secreción de GH. Se produce liberación de GH ante los siguientes estímulos: hipoglucemia, arginina, disminución de ácidos grasos libres (AGL), administración de glucagón, L-DOPA, clonidina, agonistas colinérgicos, ejercicio físico, sueño profundo, estrés y administración exógena de GH-RH o fármacos activadores del receptor de grelina, como la propia grelina o sus análogos, como el hexapéptido GHRP-6 (GH releasing hexapeptide) o la hexarelina. Por el contrario, se produce inhibición de GH con la administración de glucosa, AGL o fármacos que presumiblemente aumentan la liberación de somatostatina, como la atropina o pirenzepina (fig. 234-1). La actividad de la GH sobre tejidos periféricos, en especial el hígado, se valora mediante la generación de IGF-I tras varios días de administración de GH. Una vez segregada a la circulación, la GH tiene una semivida de 15-20 min; circula en parte unida a una proteína trans- portadora (GHBP, GH-binding protein), que es la porción extracelular del receptor de GH. Acciones La GH actúa en el hígado induciendo la secreción de otra hormona denominada IGF-I. La acción principal de la GH consiste en promover el crecimiento somático. Sobre los huesos provoca el crecimiento longitudinal y actúa sobre el cartílago de crecimiento mediante una acción dual; por una parte, la GH inicia la replicación de los con- drocitos, que, en su proceso madurativo, segregan IGF-I y, al mismo tiempo, desarrollan los receptores para IGF-I. El crecimiento óseo es un proceso desencadenado por la GH y conducido luego por el binomio GH-IGF-I. En el tejido muscular, la GH promueve la incorporación de Regulación general de la secreción de hormona del crecimiento (GH). *Acción permisiva o inhibitoria dependiendo de la dosis. AGL: ácidos grasos libres; GH-RH: hormona liberadora de GH; IGF-I: factor de crecimiento similar a la insulina; T3/T4: hormonas tiroideas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1928 SECCIÓN XVI Endocrinología aminoácidos y la síntesis proteica; por tanto, es anabólica y trófica, y, en el adiposo, favorece la lipólisis para liberar glicerol y AGL. En grandes concentraciones, la GH tiene acciones antagonistas de la insulina. La GH posee otras propiedades de relevancia clínica: promueve la regene- ración tisular en quemados o traumatizados, incrementa la reparación ósea y la eficacia del sistema inmunitario, reduce las concentraciones de LDL-colesterol y tiene acciones tróficas gonadales. En la práctica clínica se miden la GH y el IGF-I en el plasma; la GH-RH y la somatostatina se usan como instrumentos diagnósticos o terapéuticos. Eje lactotropo La PRL es la hormona que inicia y mantiene la lactación. Producida por las células lactotropas de la adenohipófisis, su estructura molecular es muy similar a las de la GH y el lactógeno placentario. Se considera que las tres tienen un origen filogenético común. Regulación lactotropa La PRL es la única hormona hipofisaria que se halla sometida a un control negativo por el hipotálamo. Si se lesiona el hipotálamo o el tallo hipofisario, se produce una atrofia parcial de las células hipofisarias con reducción de la secreción de todas las hormonas, excepto la PRL. También es la única hormona hipofisaria cuyo regulador hipotalámico no es un péptido, sino una amina, la dopamina. La secreción de PRL se regula exclusivamente por variaciones en la secreción hipotalámica de dopamina que inhibe la liberación de PRL a través de receptores espe- cíficos de la célula lactotropa (fig. 234-2). La administración de TRH, la hipoglucemia insulínica y los fármacos antagonistas de la dopamina liberan PRL, y los agonistas dopaminérgicos la inhiben. La secreción de PRL se produce en pulsos a lo largo del día y, en especial, al comienzo de la noche sin relación con las fases del sueño. El estrés estimula la secreción de PRL. Los estrógenos estimulan la liberación de PRL y la hiperplasia de las células lactotropas, con lo que aumenta el volumen de la hipófisis en situaciones como el embarazo. La lactación y el coito en la mujer, y el hipotiroidismo en ambos géneros, elevan las concentraciones circulantes de PRL, que es el parámetro medido en el plasma en la práctica clínica. Acciones Las acciones fisiológicas de la PRL sólo se consideran importantes en la mujer gestante o lactante. Durante el embarazo, la PRL prepara la lacta- ción y, tras el parto, en una mama preparada mediante concentraciones adecuadas de estrógenos y progesterona, estimula la síntesis de proteínas específicas de la leche. Después del parto, y durante el amamantamiento,el estímulo de succión sobre el pezón produce una señal nerviosa que se transmite por vía espinal hasta el hipotálamo, donde provoca una inhibición de la secreción de dopamina y la subsiguiente descarga de PRL. Este estímulo provoca también una descarga de oxitocina que contrae los folículos mamarios para la eyección láctea. Cuando cesa el amamantamiento, el sistema vuelve a la situación anterior al parto. No se conocen con exactitud todas las acciones fisiológicas de la PRL, pero sí se sabe cuáles son sus efectos patológicos. Su ausencia impide la lactación, y su hipersecreción produce hipogonadismo en ambos géneros, al suprimir la secreción hipotalámica de Gn-RH. Eje corticotropo La ACTH es un péptido monocatenario producido por las células corticotropas de la hipófisis, a partir de un péptido de mayor tamaño, la proopiomelanocortina (POMC). La función de la ACTH es estimular la corteza suprarrenal para la producción de hormonas esteroides, principalmente cortisol. Regulación corticotropa La ACTH se halla bajo el control positivo del hipotálamo a través de la neurohormona CRH, que, al estimular receptores específicos de la célula corticotropa, provoca su liberación (fig. 234-3). Al modular la descarga de CRH, el sistema nervioso central establece una diná- mica de secreción de ACTH y, por tanto, de cortisol, peculiar a lo largo del día; es el denominado ritmo circadiano de cortisol, pulsátil y con concentraciones un 50% más elevadas de ambas hormonas en las primeras horas de la mañana (6:00-8:00 h) que en la tarde-noche (20:00-22:00 h). En cualquier momento, una situación estresante puede provocar una descarga de ACTH-cortisol, que es más intensa si el estrés es imprevisto. Fuera de situaciones de estrés o circadianas, el sistema se mantiene estable mediante la retroalimentación ejercida por el cortisol. Aunque el sistema puede regularse exclusivamente a través del binomio ACTH-cortisol, la CRH establece el nivel de equilibrio (set point) de su funcionamiento y provoca su activación ante el estrés. A pesar de que la ACTH estimula la liberación de otras hormonas adrenales, como andrógenos y parcialmente mineralocorticoides, la variable reguladora es el cortisol, cuya acción inhibidora es ejercida sobre la hipófisis. Regulación de la secreción de hormona corticotro- pa (ACTH). La hormona hipotalámica liberadora de hormona cortico- tropa (CRH) estimula la célula corticotropa, sobre la cual ejerce su acción inhibidora el cortisol, que tiene una acción menor sobre el hipotálamo. La estimulación ejercida por la vasopresina (AVP o ADH) es de relevancia menor. SNC: sistema nervioso central. Esquema general de la regulación de la secreción de prolactina (PRL). La dopamina llega por los vasos porta a la célula lactotropa e inhibe la secreción de PRL. En los casos de aumento de PRL se estimula la liberación de dopamina en el hipotálamo, para cerrar el circuito. El estímulo de succión del pezón durante la lactancia inhibe la liberación de dopamina hipotalámica y, por tanto, libera PRL. Los estrógenos estimulan la secreción de PRL directamente en la hipófisis. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1929 Para estudiar la integridad hipotalámica de este eje se utiliza un estrés estandarizado con acción exclusivamente hipotalámica, la hipo- glucemia inducida por insulina, que provoca la liberación de ACTH y, mediante esta, de cortisol, al igual que la GH y la PRL. La integridad funcional y estructural de la hipófisis puede estudiarse mediante la administración intravenosa de CRH o de AVP y la medición de la elevación de la ACTH y el cortisol en el plasma. Si la ACTH se eleva tras la CRH, pero no durante la hipoglucemia insulínica, sugiere la existencia de una lesión hipotalámica. El eje también puede estudiarse mediante la privación farmacológica de cortisol en la hipófisis, por ejemplo, con administración de metopirona que bloquea la síntesis de cortisol por la glándula suprarrenal. En situaciones normales, esta sustancia induce una elevación de la ACTH y, a través de ese aumen- to, incrementa otras hormonas suprarrenales o sus metabolitos, con excepción obviamente del cortisol. Finalmente, otra medida de la secreción de la ACTH por la hipófisis consiste en estudiar la secreción de cortisol tras la administración de un análogo activo de la ACTH, como el fragmento 1-24 de su molécula. Este procedimiento refleja el estado de los receptores suprarrenales para la ACTH. La retroalimentación negativa que ejerce el cortisol sobre la produc- ción de ACTH por la hipófisis presenta una peculiaridad: las células corticotropas tumorales son más resistentes que las normales a la acción inhibidora del cortisol o de los glucocorticoides sintéticos, como la dexametasona. Esta resistencia relativa es la base de las pruebas de inhibición con dexametasona que se utilizan para el diagnóstico dife- rencial del síndrome de Cushing. La ACTH no tiene per se acciones biológicas, excepto la estimulación de la corteza suprarrenal; por tanto, sus acciones por exceso o defecto serán las de los glucocorticoides suprarrenales y se estudian en el capítulo correspondiente (v. cap. 239, Enfermedades de las glándulas suprarrenales). En la práctica clínica se miden las concentraciones de ACTH y cortisol, y la CRH o la AVP se emplean sólo como estímulo, en el diagnóstico. Eje tirotropo En este eje intervienen tres escalones hormonales sucesivos como etapa previa a la acción biológica en los tejidos periféricos (fig. 234-4). Así, mediante la secreción de TRH, el hipotálamo regula la producción de TSH por las células tirotropas hipofisarias y el nivel de equilibrio del sistema. La TSH, a través de la circulación general, estimula los folículos tiroideos para liberar las hormonas tiroideas T3 y T4, las cuales ejercen sus acciones biológicas en los tejidos periféricos e inhiben la liberación de TSH en la hipófisis, con lo que se cierra el circuito. Regulación tirotropa La TSH exhibe un ritmo de secreción circadiano, con concentraciones más elevadas en la noche. Además de por las hormonas tiroideas, la TSH se regula negativamente por los glucocorticoides y la somatos- tatina, y positivamente por los estrógenos. La relevancia de estas regu- laciones secundarias se desconoce. La administración de TRH provoca una respuesta secretora de TSH indicativa de que las células secretoras de TSH de la hipófisis funcionan normalmente. Los métodos actuales para medir la TSH son altamente sensibles, por lo que se utilizan para el diagnóstico de hiper- o hipotiroidismo sin necesidad de pruebas de estimulación. En la práctica clínica se miden la TSH y las hormonas tiroideas en el plasma. Eje gonadotropo Está constituido en el hipotálamo por la neurohormona Gn-RH, que actúa mediante liberación en la hipófisis de dos hormonas bicatenarias, glucoproteicas y producidas en la célula gonadotropa, la LH y la FSH. Estas hormonas actúan sobre las gónadas con la activación de un gran número de procesos y la secreción de una vasta cantidad de hormonas peptídicas y esteroideas. La regulación de este eje es diferente en la mujer y el varón. Regulación gonadotropa Las neuronas hipotalámicas productoras de Gn-RH que integran señales de neurotransmisores, del ambiente y nutricionales, entre otras, regulan la secreción hipofisaria de LH y FSH. El patrón pulsátil de Gn-RH es variable y su actividad está sometida a la acción de feedback tanto estimuladora como inhibidora de los glu- cocorticoides y las hormonas proteicas gonadales. La pulsatilidadde Gn-RH se traduce en una pulsatilidad secretora de LH y FSH por la hipófisis y, finalmente, en un patrón pulsátil en las gónadas. Las concentraciones de gonadotropinas son muy bajas en los niños y en la pubertad se hacen pulsátiles durante la noche y, posteriormente, durante todo el día. En la mujer, la pulsatilidad de la Gn-RH con- trola tanto la activación del sistema reproductivo como su desacti- vación. Una exposición elevada a Gn-RH tiene el efecto paradójico de desensibilizar los receptores hipofisarios y bloquear la liberación de LH y FSH. Esta acción se usa en clínica para provocar una cas- tración química reversible mediante la administración de altas dosis de análogos de Gn-RH. Los pulsos de LH y FSH tienen gran relevancia en la mujer. Durante la fase folicular, la mayoría de los pulsos de LH se siguen de un pulso de estrógenos, y durante las fases media y avanzada de la fase lútea los pulsos de LH estimulan la secreción de progesterona y de estradiol por el folículo (fig. 234-5). El estradiol, que junto con la progesterona ejerce normalmente una retroalimentación negativa sobre la secreción de LH, se transforma en estimulante, en esta fase del ciclo, e induce una descarga elevada de LH que provoca la ovulación. En el varón no hay retroalimentación positiva ni tampoco esta gran des- carga de LH; el sistema, por tanto, es más simple, y sólo es operativa la retroalimentación negativa. La testosterona y su metabolito activo, la dihidrotestosterona, inhiben la liberación de LH y de FSH, a través de acciones hipofisarias y también hipotalámicas (fig. 234-6). La retro- alimentación negativa de la gónada sobre la secreción de FSH se ejerce a través de una hormona peptídica, la inhibina, que se sintetiza en las células de la capa granulosa ovárica y en las células de Sertoli. La producción gonadal de otra hormona proteica, la activina, estimula la liberación de FSH por la hipófisis. El peso real de estas dos hormonas en la fisiología gonadal es objeto de debate. Esquema general de la regulación del eje tirotropo. Con las flechas finas se muestran las acciones reguladoras de menor importancia. SNC: sistema nervioso central; T3/T4: hormonas tiroideas; TRH: hormona hipotalámica liberadora de hormona tirotropa; TSH: hormona tirotropa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1930 SECCIÓN XVI Endocrinología El control hipotalámico de la LH y la FSH es muy sensible a condiciones ambientales, como estrés o cambios nutricionales o de la homeostasis energética. El estrés mental o psicológico o una reducción en la ingesta calórica habitual inhiben la secreción de Gn-RH, lo cual se traduce en una reducción de LH y FSH y su pulsatilidad, y se manifiesta como amenorrea. En el varón, el estrés físico o mental lleva a una reducción muy importante de testosterona. Concepto general El hipotálamo controla, a través de neurohormonas específicas que son transportadas hacia la hipófisis por los vasos porta, la liberación y la acción de varias hormonas hipofisarias que desempeñan un papel crucial en la fisiología endocrina. En la actividad clínica habitual, las hormonas hipotalámicas no se miden, pero se pueden inyectar con propósitos diagnósticos. Por el contrario, las hormonas hipofisarias y sus hormonas diana se miden habitualmente en el plasma. Excepto para el eje somatotropo y corticotropo, las pruebas de estimulación se han abandonado, para utilizarse únicamente los valores hormonales basales. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Kaiser U, Ho KK. Pituitary Physiology and Diagnostic Evaluation. En: Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR, Kronenberg HM, eds. Williams Textbook of Endocrinology, 13th ed. Philadelphia: Elsevier; 2016. p. 176-232. TUMORES HIPOTÁLAMOHIPOFISARIOS. CARACTERÍSTICAS GENERALES F. F. Casanueva Freijo Los tumores localizados en el área hipotálamo-hipofisaria presentan manifestaciones específicas que dependen de las alteraciones endocrinas que causan. Asimismo, debido a su carácter de lesiones ocupantes de espacio limitadas a una región circunscrita y no expansible, pueden presentar otras manifestaciones comunes de tipo neurológico. En este apartado se estudiarán estos rasgos comunes. Tumores hipotalámicos Epidemiología y etiopatogenia Los tumores hipotálamo-hipofisarios representan el 15% de todas las neoplasias cerebrales, y el 10% de ellos son hipotalámicos. Los craneofaringiomas son los más frecuentes, y la mitad de ellos se mani- fiestan durante la infancia. De los tumores generados por anomalías del desarrollo, la mayoría se presentan antes de los 25 años, mientras que los gliomas y los meningiomas suelen hacerlo después de esta edad. Algunos tumores hipotalámicos derivan de estructuras embrionarias o anomalías del desarrollo; así, se halla muy extendida la idea de que los craneofaringiomas proceden de restos de la bolsa de Rathke. Anatomía patológica El craneofaringioma está constituido por nidos epiteliales de tipo esca- moso anastomosados. Suele sufrir cambios degenerativos, en cuyo caso origina quistes de tamaño variable que contienen un fluido marrón, con frecuencia calcificado. Los germinomas tienen un aspecto histoló- gico indistinguible del de los seminomas testiculares. Los hamartomas son masas de células gliales y ganglionares de aspecto abigarrado que pueden secretar hormonas hipotalámicas, como GH-RH o CRH, y provocar acromegalia o síndrome de Cushing. Clasificación Estos tumores pueden clasificarse sobre la base de múltiples criterios, como función, tamaño, histología, etc. (cuadro 234-1). En los craneo- faringiomas se distinguen la forma adamantinomatosa y la papilar. La primera de ellas es más frecuente en población pediátrica, mientras que la segunda afecta predominantemente a adultos. El hipotálamo es asimismo asiento frecuente de metástasis de otras neoplasias, y también puede verse afectado por lesiones generalizadas o granulomatosas ocupantes de espacio, como la sarcoidosis, la histiocitosis o la infil- tración leucémica. Esquema general de la regulación de la secreción de gonadotropinas en la mujer adulta. Las acciones inhibidoras o estimulantes indicadas sobre la hormona luteinizante (LH) o la hormona foliculoestimulante (FSH) se ejercen en la hipófisis. Con las flechas finas se representan las retroacciones de menor relevancia. Gn-RH: hormona liberadora de gonadotropinas; SNC: sistema nervioso central. Esquema general de la regulación de la secreción de gonadotropinas en el varón. Las acciones inhibidoras o estimulantes indicadas sobre la hormona luteinizante (LH) o la hormona foliculoes- timulante (FSH) se ejercen en la hipófisis. Con las flechas finas se representan las retroacciones de menor relevancia. Gn-RH: hormona liberadora de gonadotropinas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1931 Cuadro clínico Los tumores hipotalámicos se presentan clínicamente de dos formas: por sus manifestaciones neurológicas o por las endocrinológicas. Estas últimas corresponden casi siempre a una hipofunción adenohipofi- saria debida a la pérdida de secreción de neurohormonas hipotalá- micas, con o sin diabetes insípida, y sólo en muy raras ocasiones a hiperfunción hormonal. Además de las manifestaciones endocrinas, las lesiones hipotalámicas ocupantes de espacio originan cuadros específicos, como disfunciónautónoma y alteraciones de la tempe- ratura corporal (cuadro 234-2). Signos tempranos de estas lesiones en adultos son cambios en el peso corporal o alteraciones mens- truales, unidos a alteraciones del SNC, como cambios intelectuales y de comportamiento, debilidad motora o convulsiones. En niños, un signo temprano es el retraso del crecimiento. Una manifestación clave, pero no constante, de alteración hipotalámica es la presencia de diabetes insípida. Craneofaringioma Es el tumor hipotalámico más frecuente en la infancia. Crece muy lentamente, por lo común es quístico, y su tamaño varía entre el de una uva y el de una naranja. Desde el punto de vista histológico es benigno, pero su gran crecimiento, con las consiguientes anomalías funcionales, la alteración de estructuras vecinas y la alta tasa de reci- diva lo convierten en un tumor de consecuencias clínicas graves. Su localización habitual es supraselar, si bien algunos pueden extenderse hacia el tercer ventrículo, hacia el clivus o al interior de la silla turca. Su presentación clínica en la infancia suele ser en forma de alteraciones neurológicas, fundamentalmente cefalea, vómitos y papiledema. Las alteraciones visuales acompañadas de retraso de crecimiento, pubertad retrasada y diabetes insípida son menos frecuentes. El diagnóstico por imagen permite su localización, por lo general en estado calcificado. El tratamiento del craneofaringioma es la resección quirúrgica más com- pleta posible, intentando preservar las estructuras circundantes. En la práctica, este objetivo rara vez se consigue, por lo que la terapia habitual consiste en la cirugía seguida de radioterapia. En determinados centros se utiliza la administración intracavitaria estereotáxica de isótopos β o quimioterapia. Sarcoidosis La sarcoidosis es una enfermedad granulomatosa multisistémica de etiología desconocida que afecta generalmente a adultos jóvenes con infiltrados pulmonares, en la piel o en los ojos. Cuando la enfermedad se localiza exclusivamente en el SNC, el diagnóstico es muy com- plejo, y puede ser de ayuda la detección en el LCR de cifras elevadas de enzima conversora de la angiotensina. La historia natural de la sarcoidosis es muy variable; así, en ocasiones se produce la curación espontánea, y en general hay lesiones permanentes. Cuando afecta al SNC, el hipotálamo es una de las localizaciones preferidas, al igual que la hipófisis y el tercer ventrículo. En el 35% de los casos existe diabetes insípida y, con menos frecuencia, hiperprolactinemia, hipotiroidismo e hipogonadismo, en ocasiones acompañados de síntomas neurológicos. El tratamiento estándar con glucocorticoides no proporciona resultados brillantes. Tumores de la adenohipófisis (adenomas) Epidemiología Los tumores neuroendocrinos de la hipófisis, en adelante adenomas hipofisarios, son la mayoría de los tumores de la hipófisis. En autopsias no seleccionadas y en RM de sujetos normales, la presencia de tumores hipofisarios, generalmente microadenomas, es del 10%. La prevalencia de los tumores hipofisarios es de 70-80 por cada 100.000 habitantes, con una incidencia de 4 pacientes nuevos por cada 100.000 habitantes y por año. Pueden manifestarse a cualquier edad, si bien su frecuencia es mayor entre los 40 y los 50 años. Los prolactinomas aparecen con mayor frecuencia a los 20-30 años y representan más del 50% de • CUADRO 234-1 Por anomalías del desarrollo embrionario o de las células germinales Craneofaringiomas Quistes de Rathke Quistes epidermoides y dermoides Infundibulomas Lipomas Hamartomas Gangliocitomas Germinomas Teratomas Coristomas Hemangiomas Originados en estructuras normales del SNC Meningiomas Gliomas Encondromas Ependimomas Sarcomas Afecciones secundarias Infiltraciones leucémicas Cordomas esfenooccipitales Tumores metastásicos Tumores hipofisarios Lesiones no tumorales Malformaciones vasculares Quistes aracnoideos Lesiones inflamatorias Lesiones postraumáticas Enfermedades granulomatosas Sarcoidosis Histiocitosis de células de Langerhans Infundíbulo-neurohipofisitis linfocitaria Granuloma gigante • CUADRO 234-2 Alteraciones de la alimentación y fluidos Anorexia Hiperfagia Adipsia Potomanía Hipo- o hipernatremia Alteraciones neurológicas Manifestaciones oftalmológicas Alucinaciones Hipersexualidad Apatía Cambios de humor, ira Manifestaciones psicóticas Alteraciones del comportamiento Pérdida de memoria Alteraciones del sueño Somnolencia Desorientación temporoespacial Alteraciones autonómicas Hiper- o hipotermia Variaciones en la temperatura corporal Sudoración Alteraciones esfinterianas Variaciones en el ritmo cardíaco Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1932 SECCIÓN XVI Endocrinología los adenomas hipofisarios (fig. 234-7). Los prolactinomas son más frecuentes en la mujer que en el varón y, en los microprolactinomas, la proporción mujer:varón es 20:1. Para los tumores productores de ACTH, dicha proporción es 8:1. Patogenia Se ha postulado que los adenomas hipofisarios se originarían por una mutación celular que se vería favorecida por la acción hormonal hipo- talámica estimulante. La presencia de formaciones granulomatosas o de metástasis de otros tumores responde a la patogenia de estos procesos, y la hipofisitis linfocitaria es una enfermedad autoinmunitaria. Clasificación La Organización Mundial de la Salud ha introducido una nueva cla- sificación de los tumores hipofisarios descartando la antigua basada en la hormona secretada por los mismos. La clasificación actual se basa en el linaje celular del tumor, para lo cual se emplea la hormona secretada y también los factores de transcripción y desarrollo que intervienen en el desarrollo de esta línea celular. Ambos se detectan por inmunohistoquímica y no requieren estudio ultraestructural por microscopia electrónica. En las últimas décadas se han descubierto varios factores de trans- cripción y factores impulsores de la diferenciación de la adenohipófi- sis. Estos factores llevan desde las células embrionarias de la bolsa de Rathke a su diferenciación en tres linajes celulares, la línea acidófila, la línea corticotropa y línea gonadotropa (tabla 234-1). La adición de datos morfológicos, junto con los factores de trans- cripción, da información importante sobre el pronóstico y la agresivi- dad de los mismos. En la práctica clínica, los adenomas se dividen en funcionantes y no funcionantes, de acuerdo con el cuadro clínico que ocasionan y la detección o no de hormonas en la circulación. Basado en lo anterior, la moderna clasificación de los adenomas hipofisarios sería la reflejada en la tabla 234-2. Además de por su funcionalismo secretor, los tumores hipofisarios se agrupan según su tamaño en macroadenomas (1 cm o más de diá- metro) o microadenomas (menos de 1 cm de diámetro) y, de acuerdo con su capacidad para perforar la pared ósea de la silla o extenderse fuera de la duramadre, en invasivos o no invasivos (fig. 234-8). La presencia de invasión es un factor pronóstico importante. Se considera un adenoma como «agresivo» en términos clínicos cuando se desvía de su habitual comportamiento benigno, y puede presentar múlti- ples recurrencias tras su tratamiento y resistencia a los tratamientos convencionales. Cuadro clínico La forma de presentación clínica de los tumores hipofisarios se debe a sus manifestaciones endocrinológicas o neurológicas (cuadro 234-3). En general, los tumores hipotalámicos y los macroadenomas hipofisa- rios se manifiestan por las alteraciones neurológicas compresivas, y los microadenomas hipofisarios lo hacen por sus signos y síntomas endo- crinos. Los adenomas no secretores se diagnostican de forma casual o cuando la masa intracraneal origina sintomatología neurológica.Las manifestaciones endocrinológicas se estudian en los apartados correspondientes, pero debe recordarse que, además de una hiperfun- ción hormonal generada por el adenoma, la compresión del resto de la hipófisis por el tumor puede generar cuadros de hipopituitarismo o cuadros combinados de hiper- e hipofunción de los diferentes ejes. La cefalea, generalmente frontal y, a veces, supraorbitaria, es el síntoma neurológico más común. Se cree que se debe a la compresión que ejerce el tumor sobre la duramadre y otras estructuras, pero, dado que en algunos pacientes el dolor no cede tras la exéresis tumoral, la cefalea debe tener una causa diferente. Especial relevancia tienen los signos neurooftalmológicos que se presentan cuando, en su crecimiento, la neoplasia afecta a estructuras extraselares. El cuadro más frecuente consiste en una cuadrantanopsia bitemporal superior, que, si continúa progresando, se convierte en una hemianopsia bitemporal. La alteración de las fibras maculares disminuye la agudeza visual central. Los tumores hipofisarios que se expanden rápidamente causan escotomas centrales. La evaluación de los campos visuales por inspección no es suficientemente precisa, por lo que se debe complementar mediante campimetría, por el sistema habitual de la perimetría de Goldman o por la perimetría asistida por ordenador. La extensión lateral del adenoma con invasión del seno cavernoso puede afectar a los pares craneales III, IV y VI, para ocasionar ptosis palpebral, midriasis, oftalmoplejía y diplopía. Raras veces el crecimiento de un tumor hipotálamo-hipofisario es tan extenso que ocasiona signos de hipertensión intracraneal grave. No obstante, puede bloquear el agujero de Monro y causar hidrocefalia con afección hipotalámica. Se han descrito raros casos en los que el crecimiento tumoral hacia el lóbulo temporal provocó convulsiones y otros con crecimiento frontal que causaron cambios en la personalidad. Cuando el crecimiento invasivo es inferior, la rotura del suelo de la silla TABLA 234-1 Linaje Factores principales de transcripción y diferenciación Células adenohipofisarias Linaje acidófilo PIT-1 PIT-1, ER-α PIT-1, GATA-2 Somatotropas Lactotropas Tirotropas Linaje corticotropo T-PIT Corticotropas Linaje gonadotropo SF-1 GATA-2 Er-α Gonadotropas Los siguientes son determinantes en la generación de las líneas celulares hipofisarias. ER-α: receptor estrogénico α; PIT-1: factor de transcripción hipofisario específico del homeodominio POU; SF-1: factor esteroidogénico 1; T-PIT: T-box miembro de la familia TBX-19). Frecuencia de los distintos tumores hipofisarios en porcentaje de pacientes, y proporción de ellos que se presentan como microadenoma. (Modificado a partir de datos del Estudio Epidemiológico Europeo sobre Tumores Hipofisarios, 1991.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1933 turca y la invasión del seno esfenoidal pueden ocasionar rinolicuorrea persistente e incluso presentación nasofaríngea del tumor. La necrosis isquémica o la hemorragia intratumoral aguda causan una sintomatología especialmente dramática, consistente en cefalea intensa de comienzo súbito, pérdida de visión, desorientación, hipoten- sión e hipertermia, en algunos casos asociadas a desvanecimiento, coma y alteraciones cardiovasculares. Este proceso, denominado apoplejía hipofisaria, entraña riesgo elevado de pérdida de la visión e incluso ries- go vital, y exige una intervención médica o quirúrgica inmediata para descomprimir la zona. Como secuela puede quedar una silla turca vacía. Carcinoma hipofisario Es raro que los tumores hipofisarios produzcan metástasis, tanto en el SNC como fuera de él. La presentación inicial no permite distinguir un carcinoma de los frecuentes adenomas hipofisarios de comportamiento benigno. Una vez que se ha producido la metastatización del tumor o su extensión por el líquido cefalorraquídeo, no existe tratamiento curativo y la radioterapia es paliativa. La introducción reciente de la temozolomida, un agente alquilante utilizado en el tratamiento del Clasificación clínica de los tumores hipofisarios en relación con su tamaño y la alteración o no de la silla turca. • CUADRO 234-3 Alteraciones neurológicas Manifestaciones de crecimiento de la masa intracraneal Manifestaciones oftalmológicas Alteraciones del comportamiento Alteraciones endocrinológicas: De hiperfunción por hiperproducción de: GH: acromegalia y gigantismo (adenoma somatotropo) PRL: hiperprolactinemia (adenoma lactotropo) ACTH: enfermedad de Cushing (adenoma corticotropo) TSH: hipertiroidismo secundario (adenoma tirotropo) LH/FSH: secreción inapropiada de gonadotropinas (adenoma gonadotropo) De hipofunción: Manifestaciones variables de hipopituitarismo Diabetes insípida De hiperfunción e hipofunción ACTH: hormona corticotropa; FSH: hormona foliculoestimulante; GH: hormona del crecimiento; LH: hormona luteinizante; PRL: prolactina; TSH: hormona tirotropa. TABLA 234-2 Tipo de adenoma Variantes morfológicas Hormonas pituitarias y otros inmunomarcadores Factores de transcripción y otros cofactores Adenoma somatotropo Adenoma densamente granulado GH ± PRL ± subunidad α PIT-1 Adenoma escasamente granulado GH ± PRL [CK] PIT-1 Adenoma mamosomatotropo GH + PRL (en las mismas células) ± subunidad α PIT-1, ER-α Adenoma mixto somatotropo-lactotropo GH + PRL (en diferentes células) ± subunidad α PIT-1, ER-α Adenoma lactotropo Adenoma escasamente granulado PRL PIT-1, ER-α Adenoma densamente granulado PRL PIT-1, ER-α Adenoma acidófilo stem-cell PRL, GH (focal y variable) PIT-1, ER-α Adenoma tirotropo β-TSH, subunidad α PIT-1 Adenoma corticotropo Adenoma densamente granulado ACTH [CK] T-PIT Adenoma escasamente granulado ACTH [CK] T-PIT Adenomas de células de Crooke ACTH [CK] T-PIT Adenoma gonadotropo β-FSH, β-LH, subunidad α (varias combinaciones) SF-1, GATA-2, ER-α Adenoma null-cell Ninguno Ninguno Adenoma plurihormonal Adenoma plurihormonal PIT-1 positivo (anteriormente llamado adenoma subtipo 3 silencioso) GH, PRL, β-TSH ± subunidad α PIT-1 Adenomas con combinaciones inmunohistoquímicas inusuales Combinaciones varias: ACTH/GH, ACTH/PRL N/A Blastoma hipofisario β-FSH: subunidad β de la hormona foliculoestimulante; β-LH: subunidad β de la hormona luteoestimulante; β-TSH: hormona estimulante de la tiroides; ACTH: hormona adrenocorticotropa; CK: presencia celular de citoqueratina; ER-α: Receptor estrogénico α; GH: hormona de crecimiento; PIT-1: factor de transcripción hipofisario específico del homeodominio POU; PRL: prolactina; SF-1: factor esteroidogénico. Modificado de la clasificación de la OMS de 2017 (Lloid RV et al., 2017). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1934 SECCIÓN XVI Endocrinología glioblastoma, representa una esperanza. Si bien la experiencia es aún escasa, proporciona mejoría en más del 50% de los casos. Diagnóstico La presencia de un tumor hipofisario puede sospecharse por las alteraciones endocrinológicas de hiperfunción o hipofunción hor- monal o por la sintomatología neurológica. El diagnóstico debe orientarse en cuatro etapas: a) hormona que secreta el adenoma o si es no secretor; b) estado del resto de las hormonas hipofisarias como resultado de la compresión; c) manifestaciones neurológicas deltumor, y d) técnicas de imagen para visualizar el tumor, localizar y precisar su extensión, y determinar la afección de las estructuras próximas. Para los estudios de la función endocrina, véanse los apartados correspondientes. La técnica de imagen más sensible para el diagnóstico de las altera- ciones tumorales del área hipotálamo-hipofisaria es la RM (fig. 234-9 A y B), que ha desplazado a todas las utilizadas previamente. La angio- grafía se emplea sólo para identificar los aneurismas carotídeos que pueden remedar un adenoma hipofisario. El poder resolutivo de la RM permite detectar adenomas de menos de 4 mm directamente o a través de signos indirectos. Además, permite establecer el grado de extensión supraselar o infraselar de un adenoma y la posible afección de áreas paraselares, diferenciando asimismo los agrandamientos debidos a un adenoma de los ocasionados por la silla turca vacía. La RM también es capaz de poner de manifiesto masas hipotalámicas y de evaluar las estructuras vasculares próximas. La presencia de tumores hipofisarios con abundantes receptores para la somatostatina, propiedad que no es exclusiva de los adenomas secretores de la GH, ha llevado al desarrollo del octreoscan, técnica que se basa en la administración de un análogo de la somatostatina (octreótido) con alta afinidad por el receptor, acoplado a un isótopo, 123I o 111In, y la ulterior realización de un rastreo convencional con una cámara gamma. Junto con la información morfológica (fig. 234-9 C), esta técnica proporciona información con potencialidad terapéutica e indica que el tumor detectado puede responder positivamente al tratamiento con análogos de somatostatina. La utilidad de la PET se centra en tumores con gran actividad metabólica y crecimiento rápido, y es poco útil en adenomas hipofisarios con un patrón de crecimiento mucho más lento. Tratamiento El tratamiento de los tumores hipofisarios persigue los siguientes objetivos: a) eliminar el adenoma o evitar su futuro crecimiento; b) preservar la visión; c) eliminar la hipersecreción hormonal; d) corregir la posible hipofunción hormonal asociada, y e) evitar la recurrencia del tumor. Para alcanzar estos objetivos se recomienda trabajar en unidades multidisciplinares y se dispone de las siguientes modalidades terapéuticas: médica, quirúrgica y radioterápica. La terapia médica es bastante específica y se estudiará cuando se aborden las diversas entidades clínicas. Para el tratamiento quirúrgico de los adenomas hipofisarios se emplea fundamentalmente la vía transesfenoidal, que ha desplazado a la transcraneal; utiliza microcirugía, técnicas de ampliación de imagen y, en la actualidad, métodos de endoscopia y neuronavegación. Su eficacia es de casi el 90% para los microadenomas y de alrededor del 50% para los macroadenomas, aunque disminuye a medida que aumenta el tamaño del adenoma. El empleo de la endoscopia en la intervención quirúrgica transesfenoidal es la innovación más reciente y permite reducir notablemente las molestias de los pacientes, la extirpación completa de los macroadenomas con extensión extraselar (con elevado porcentaje de remisión clínica y en las neuroimágenes), y reducir el daño en el tejido hipofisario normal, el tiempo pos- toperatorio y la tasa de complicaciones relacionadas con la vía de acceso quirúrgica. La radioterapia se emplea en pacientes con recidiva o restos tumo- rales tras la intervención quirúrgica. En manos expertas, su eficacia es alta y presenta pocas complicaciones. Sus principales problemas son el largo tiempo que debe transcurrir hasta que sus efectos comienzan a ser evidentes y el hipopituitarismo de extensión variable que, con los años, se desarrolla en una gran proporción de los casos. En la actualidad, el empleo de la radioterapia con acelerador lineal (LINAC, del inglés linear accelerator) y control estereotáxico (Gamma Knife®) concentra con notable precisión los haces en el punto deseado y permite la administración de dosis altas en tratamientos únicos con ínfimo daño colateral. La asociación observada entre radioterapia previa, A. Macroadenoma hipofisario (asterisco) con discreta compresión del quiasma óptico. RM de la hipófisis, corte coronal (vista frontal). B. Gran macroadenoma hipofisario (asterisco) con expansión supraselar e imágenes quísticas en su interior. RM de la hipófisis, corte sagital (vista lateral). C. Imágenes obtenidas por cámara gamma 24 h después de la inyección de 111In-DTPA-octreótido en un individuo sano (izquierda) (obsérvese la discreta captación del análogo de la somatostatina en la hipófisis y la tiroides) y en un paciente con un tumor hipofisario secretor de hormona del crecimiento (concentración selectiva en el adenoma) (derecha; flechas). DTPA: ácido dietilen- triaminopentaacético. (Por cortesía del Prof. S. W. J. Lamberts, Digjzit Hospital Erasmus University, Rotterdam.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1935 radioterapia convencional antigua y aumento de mortalidad vascular cerebral ha llevado a una limitación en su uso. La eficacia de la radio- terapia como «bomba de protones» aún debe establecerse. Cabe recordar que los tumores no neuroendocrinos de la hipófisis, mucho más raros que los adenomas, deben considerarse en el diagnós- tico diferencial, dada la similitud clínica. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Casanueva FF, Barkan AL, Buchfelder M, Klibanski A, Laws ER, Loeffler JS, et al.; Pituitary Society, Expert Group on Pituitary Tumors. Criteria for the definition of Pituitary Tumor Centers of Excellence (PTCOE): A Pituitary Society Statement. Pituitary 2017;20(5):489-98. Lloyd RV, Osamura RY, Klöppel G, Rosai J. WHO classification of tumours of endocrine organs, 4th ed. Lyon: IARC Press; 2017. Lopes MB. The 2017 World Health Organization classification of tumors of the pituitary gland: a summary. Acta Neuropathol 2017;134(4):521-35. Melmed S, Bronstein MD, Chanson P, Klibanski A, Casanueva FF, Wass JA, et al. A Consensus Statement on acromegaly therapeutic outcomes. Nat Rev Endocrinol 2018;14(9):552-61. Melmed S, Kleinberg D. Pituitary masses and tumors. En: Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR, Kronenberg HM, eds. Williams Textbook of Endocrinology, 13th ed. Philadelphia: Elsevier; 2016. p. 232-300. ENFERMEDADES POR HIPERFUNCIÓN ADENOHIPOFISARIA Hipersecreción de hormona de crecimiento. Acromegalia y gigantismo I. Bernabeu Morón Concepto La acromegalia es la enfermedad producida por una hipersecreción crónica de GH, y secundariamente de IGF-I, debida en la mayoría de las ocasiones a un adenoma de células somatotropas hipofisarias. Cuando la hipersecreción de GH ocurre en la infancia o la adolescencia, antes del cierre de los platillos de crecimiento epifisarios, da lugar a un cuadro de gigantismo o acrogigantismo. Es una enfermedad poco frecuente, de carácter crónico y de progresión insidiosa. Provoca una desfiguración corporal característica asociada a múltiples manifes- taciones clínicas y comorbilidades. Cursa con acusado deterioro de la calidad de vida y con incremento de la mortalidad. Epidemiología La acromegalia es una enfermedad rara. Su incidencia varía entre 0,2 y 1,1 nuevos casos por cada 100.000 habitantes y año, y su prevalencia entre 2,8 y 13,7 casos por cada 100.000 habitantes. Afecta por igual a ambos sexos y se presenta en torno a la quinta década de la vida. Se estima que desde el inicio de la enfermedad hasta su diagnóstico trans- curren entre 5 y 8 años. Etiopatogenia y clasificación El 95%-98% de los pacientes con acromegaliapresentan un exceso primario de GH por un adenoma hipofisario derivado de la línea celular PIT-1, fundamentalmente de células somatotropas. Exceso primario de GH Adenoma hipofisario aislado esporádico Los somatotropinomas son tumores benignos, frecuentemente son macroadenomas y pueden ser invasivos y agresivos localmente (fig. 234-10). Su patogenia no se conoce bien. Parece necesario un factor iniciador de la tumorogénesis, ya sea inestabilidad genómica, desregulación del ciclo celular, sobreexpresión de oncogenes activados o silenciamiento de supresores tumorales, seguido de alteraciones de factores de crecimiento locales (entre ellos GH-RH y su receptor) que promueven la progresión y la expansión tumoral. Hasta el 40% de los pacientes con acromegalia esporádica presen- tan una mutación del gen GNAS, que codifica la subunidad α de la proteína de unión de los nucleótidos de guanina. Como consecuencia, existe una activación constitutiva de la vía del AMPc con estímulo de la secreción y liberación de GH. Otras alteraciones frecuentemente relacionadas con el desarrollo de somatotropinomas esporádicos se detallan en la tabla 234-3. Síndromes genéticos con acromegalia Los adenomas hipofisarios productores de GH en el contexto de síndromes genéticos pueden presentarse asociados a otras entidades clínicas (sindrómicos) o bien de forma aislada (no sindrómicos), y se detallan en la tabla 234-4. Carcinoma hipofisario Los carcinomas hipofisarios productores de GH son excepcionales. Su diagnóstico requiere la existencia de metástasis, ya sean intracraneales o a distancia. El tratamiento debe ser multimodal con cirugía, radiote- rapia y fármacos, incluyendo la temozolomida. Su pronóstico es malo, con una supervivencia media de 12 meses en presencia de metástasis sistémicas y de 2,5 años en el caso de metástasis limitadas al SNC. Otras causas de exceso primario de GH La producción ectópica de GH es excepcional (tumores de islotes pan- creáticos o linfomas). También es inhabitual el exceso yatrogénico de la GH como consecuencia de su administración con objeto de mejorar el rendimiento físico o como tratamiento supuestamente «antiedad». Exceso primario de GH-RH Es responsable hasta de un 2% de los casos de acromegalia. Puede tratarse de una hipersecreción de GH-RH eutópica por tumores Distintas presentaciones del adenoma productor de GH (flechas blancas) en la RM de la hipófisis. A. Lesión hipointensa de 9 mm (microadenoma) no invasiva lateroselar derecha en una mujer de 39 años. B. Macroadenoma intraselar (14 mm) no invasivo en una mujer de 52 años. C. Macroadenoma ampliamente invasivo: supraselar, infraselar al seno esfenoidal y lateral con invasión del seno cavernoso derecho (englobamiento completo de la arteria carótida derecha por el tumor: grado IV de Knosp). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1936 SECCIÓN XVI Endocrinología hipotalámicos (hamartoma, coristoma y ganglioneuroma) o ectó- pica por tumores neuroendocrinos, frecuentemente pancreáticos o bronquiales, adenoma adrenal, carcinoma medular de tiroides o feo- cromocitoma. El exceso de GH-RH produce hiperplasia hipofisaria e hipersecreción de GH con un cuadro clínico típico de acromegalia, si bien su curso clínico puede ser más recortado. La ausencia de adenoma en la RM hipofisaria, la cuantificación de la concentración plasmática de GH-RH y la localización del tumor causante nos permitirán su exéresis y la curación de la enfermedad. Anatomía patológica El factor de transcripción PIT-1 promueve la diferenciación y la pro- liferación de las células somatotropas y también, junto con ER-α y GATA-2, de la línea lactotropa y tirotropa hipofisaria. Los adenomas somatotropos son la causa más frecuente de hipersecreción de GH, si bien esta puede estar presente en el adenoma acidófilo de células madre y en el adenoma plurihormonal PIT-1 positivo (tabla 234-5). Adenomas somatotropos Los adenomas somatotropos presentan cuatro variantes histológicas. La variante densamente granulada (representa el 40%) afecta a pacientes de mayor edad; son tumores no invasivos, frecuentemente hipointensos o isointensos en la RM hipofisaria potenciada en T2, cursan con elevados niveles de GH y de IGF-I, y presentan buena respuesta al tratamiento con análogos de la somatostatina de primera generación (ASS-1G). La variante escasamente granulada (30%) es típica de pacientes más jóvenes; el tumor es más invasivo y frecuentemente hiperintenso en T2, la hipersecreción de GH y de IGF-I es menos marcada, pero, sin embargo, son más resistentes al tratamiento con ASS-1G. Las variantes lactosomatotropa y mixta lactotropa y somatotropa cursan con exceso de GH y de PRL, ya sea por producción en una única célula o por un tumor con dos orígenes celulares distintos. La hipersecreción de PRL no suele ser muy significativa y, salvo por su mejor respuesta al tratamiento con agonistas dopaminérgicos, no presenta características clínicas específicas. Excepcionalmente, los somatotropinomas pueden presentarse como un adenoma ectópico localizado en la nasofaringe o el seno esfenoidal. TABLA 234-3 GEN Mecanismo GNAS Activación constitutiva vía del AMPc CREB Factor de transcripción: fosforilación constitutiva vía del AMPc STAT3 Sobreexpresión, disrupción del ciclo celular Rb Supresor tumoral: silenciamiento epigenético, disrupción del ciclo celular HMGA2 Oncogén: sobreexpresión, disrupción del ciclo celular PTTG Oncogén: sobreexpresión, disrupción del ciclo celular CCNB2 Ciclina inducida por HMGA: sobreexpresión, disrupción del ciclo celular CDKN2A Supresor tumoral: silenciamiento epigenético GADD45G Supresor tumoral: silenciamiento epigenético MEG3 Supresor tumoral: silenciamiento epigenético CCND1 Oncogén, sobreexpresión H-RAS Oncogén, activación FGFR4 Oncogén, transcripción alternativa GIPR Sobreexpresión receptor GIP CCNB2: ciclina B2; CCND1: ciclina D1; CDKN2A: cyclin-dependent kinase Inhibitor 2A; CREB: cAMP response element-binding; FGFR4: fibroblast growth factor receptor 4; GADD45G: Growth Arrest and DNA Damage Inducible Gamma; GIP: péptido insulinotropo glucosa dependiente; GNAS: guanine nucleotide binding protein, alpha stimulating; HMGA2: High Mobility Group AT-Hook 2; H-RAS: Harvey rat sarcoma; MEG3: maternally expressed 3; PTTG: pituitary transforming tumour gene; Rb: gen del retinoblastoma; STAT3: signal transducer and activator of transcription 3. TABLA 234-4 Entidad GEN Función/cambio (Penetrancia de la acromegalia) Morfología de la hipófisis Cuadro clínico Neoplasia endocrina múltiple de tipo 1 MEN1 Supresor tumoral/inactivación (10%) Adenoma Familiar sindrómico. Autosómico dominante. Hiperparatiroidismo, tumores hipofisarios, tumores neuroendocrinos del páncreas Neoplasia endocrina múltiple de tipo 4 CDKN1B Supresor tumoral/inactivación (Desconocida) Adenoma Esporádico sindrómico: Hiperparatiroidismo, tumores hipofisarios, otros tumores Síndrome de McCune-Albright GNAS Oncogén/activación poscigótica (20%) Adenoma o hiperplasia No familiar, sindrómico o esporádico Displasia fibrosa poliostótica, pubertad precoz, manchas café con leche «en costa de Maine» Complejo de Carney PRKAR1A Supresor tumoral/inactivación (15%) Hiperplasia o adenoma Familiar sindrómico. Autosómico dominante. Pigmentación mucocutánea, mixomas cardíacos y de otras localizaciones, tumores de mama, tiroides y testiculares, síndrome de Cushing por hiperplasia adrenal nodular pigmentada primaria Síndrome 3PAs SDHx A-D, AF2 Supresor tumoral/inactivación (Muy raro) Adenoma Esporádico o sindrómico: Adenoma hipófisis, feocromocitoma o paraganglioma Adenoma hipofisario aislado familiar (FIPA) AIP Supresor tumoral/inactivación (30%)Adenoma Familiar. Autosómico dominante. Diagnóstico a edades más precoces, tumores más agresivos y con peor respuesta a los tratamientos Acrogigantismo ligado a X (XLAG) GPR101 Oncogén (100%) Adenoma o hiperplasia Esporádico. Acusada hipersecreción de GH de inicio muy precoz en edad pediátrica 3PAs: síndrome adenoma de hipófisis, paraganglioma y feocromocitoma; AIP: Aryl hydrocarbon receptor interacting protein; CDKN1B: cyclin-dependent kinase inhibitor 1B; FIPA: familiar isolated pituitary adenoma; GNAS: guanine nucleotide binding protein, alpha stimulating; GPR101: G Protein-Coupled Receptor 101; PRKAR1A: protein kinase A, regulatory subunit type I alpha; SDH: succinato deshidrogenasa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1937 Otros adenomas con posible hipersecreción de GH El adenoma acidófilo de células madre y el adenoma plurihormonal PIT-1 positivo son muy poco prevalentes, cursan con grados variables de hipersecreción de GH y en general son tumores de mayor agresividad, mayor tendencia a la recidiva y peor respuesta a los tratamientos. Cuadro clínico Las manifestaciones clínicas de la acromegalia son inespecíficas y se desarrollan con gran lentitud, por lo que el diagnóstico suele ser tardío. Síntomas locales El 75% de los pacientes con acromegalia presentan un macroadenoma hipofisario en el diagnóstico. Según su tamaño y la expansión, existirán diversos síntomas compresivos locales. La cefalea, de gravedad variable y no siempre relacionada con el tamaño del adenoma, es muy frecuente. La expansión supraselar puede producir afectación de la vía óptica con déficit visual, habitualmente cuadrantanopsia o hemianopsia bitemporal (el 10% de los casos). Excepcionalmente puede existir afectación de los pares craneales III, IV o VI por expansión lateral e invasión del seno cavernoso, rinolicuorrea por expansión inferior con invasión del seno esfenoidal y las fosas nasales, o diabetes insípida, síndrome hipotalámico o incluso hipertensión intracraneal por expansión superior. Por compresión del tumor sobre el tejido hipofisario sano, es fre- cuente la pérdida de función hipofisaria. En el 50% de los casos hay un déficit de FSH y LH con hipogonadismo y su correspondiente expresión clínica (disminución de la libido, alteración menstrual, dis- función eréctil). Es poco frecuente el déficit de ACTH o de TSH. En el 30% de los casos existe cierto grado de hipersecreción de PRL, ya sea por leve distorsión del tallo hipofisario o más aguda en los tumores cosecretores de GH y PRL (adenomas lactosomatotropos). Síntomas sistémicos La hipersecreción de GH y de IGF-I produce sintomatología por sobre- crecimiento de los tejidos y promueve el desarrollo de comorbilidades específicas. Síntomas inespecíficos El cansancio, la sensación de debilidad y la falta de resistencia son síntomas muy prominentes. Cambios físicos, acrales y por sobrecrecimiento de tejidos El exceso de GH/IGF-I produce cambios físicos característicos por sobrecrecimiento de los tejidos blandos y por aumento de la deposición perióstica ósea. Sin embargo, estos cambios no suelen ser percibidos por el paciente ni por las personas de su entorno debido a su lenta instauración. Se produce un crecimiento de las manos y los pies con incremento de la talla de los zapatos y guantes, y la necesidad de quitar o agrandar los anillos. Los arcos superciliares y cigomáticos son más prominentes, hay crecimiento y engrosamiento de la nariz y de los labios con líneas faciales muy marcadas, crecimiento de la mandíbula o macrognatia y desarrollo de maloclusión con prognatismo y separación de los dientes o diastema (fig. 234-11). Se producen macroglosia y sobrecrecimiento de los tejidos blandos faringolaríngeos, que provocan un cambio en el tono de voz, que se hace más grave y profundo. Con frecuencia se desarrolla apnea-hipopnea del sueño. La piel está engrosada, son frecuentes los pólipos cutáneos o acrocor- dones, así como el aumento de vello con hirsutismo en las mujeres. Está aumentada la secreción sudorípara y sebácea, con mal olor corporal. El 30% de los pacientes presentan parestesias en las manos por un síndrome del túnel carpiano. Es habitual la presencia de visceromegalia generalizada (corazón, hígado, tiroides, etc.). En los pacientes con enfermedad de larga evolución pueden existir deformidad de la caja torácica, cifosis dorsal e hiperlordosis lumbar. Cuando la hipersecreción de GH ocurre antes del cierre de los platillos de crecimiento epifisarios, da lugar a un cuadro de gigantismo o acrogigantismo, con una gran aceleración del crecimiento lineal. La talla suele encontrarse más de tres desviaciones estándar por encima de la media. En el acrogigantismo ligado al X, el sobrecrecimiento se inicia con frecuencia en el primer año de vida. Comorbilidades Metabólicas La hipersecreción de GH provoca un aumento de la producción hepá- tica de glucosa y de la lipólisis, con disminución de la captación periférica de glucosa e insulinorresistencia. La tolerancia a la glucosa puede permanecer normal (en menos del 30% de los casos) por un aumento compensador de la secreción de insulina por la célula β pancreática. Si persiste la hipersecreción de GH, y especialmente en Aspecto característico de un paciente con acromegalia evolucionada. A. Rasgos faciales marcados, crecimiento de la nariz, los labios y la mandíbula. B. Prognatismo y diastema. C y D. Marcado cre- cimiento acral. (Tomada de Dover AR, Zammitt N. The endocrine system. En: Macleod’s Clinical Examination, ed. 14. Oxford: Elsevier; 2018. p. 193-209. © 2018 Elsevier Ltd. All rights reserved.) TABLA 234-5 Variante histológica Fenotipo Factor de transcripción Adenomas somatotropos (somatotropinomas) Densamente granulado GH, PRL, subunidad α Tinción de citoqueratinas perinuclear o difusa PIT-1 Escasamente granulado GH, PRL Tinción de citoqueratinas punteada con formación de cuerpos fibrosos PIT-1 Lactosomatotropo GH, PRL, subunidad α En la misma célula PIT-1, ER-α Adenoma mixto lactotropo y somatotropo GH, PRL, subunidad α En distintas células PIT-1, ER-α Otros adenomas con posible hipersecreción de GH Adenoma acidófilo de células madre PRL, GH (focal) y cuerpos fibrosos (inconstantes) PIT-1, ER-α Adenoma plurihormonal PIT-1 positivo (antes denominado adenoma silente subtipo 3) GH, PRL, TSH α y β PIT-1 ER-α: receptor estrogénico α; GH: hormona de crecimiento; PIT-1: factor de transcripción hipofisario específico del homeodominio POU; PRL: prolactina; TSH: hormona estimulante de la tiroides. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1938 SECCIÓN XVI Endocrinología pacientes con otros factores de riesgo diabetogénico (obesidad, historia familiar), puede desarrollarse una prediabetes o una diabetes mellitus franca. La prevalencia de diabetes es de un 20%-56%, y de prediabetes, de un 16%-46%. La curación quirúrgica de la acromegalia normaliza la homeostasis de la glucosa en el 25%-50% de los pacientes. El exceso de GH y de IGF-I reduce la actividad de la lipoproteína lipasa y de la lecitina colesterol-aciltransferasa, con aumento de los triglicéridos y disminución de colesterol HDL. A largo plazo aumenta el nivel de lipoproteína(a) y de las partículas de colesterol LDL densas y pequeñas. Entre el 25%y el 40% de los pacientes con acromegalia presentan dislipemia. En conjunto, la diabetes mellitus y la dislipemia aumentan el riesgo cardio- y cerebrovascular. En los pacientes con acromegalia existe una disminución de la grasa subcutánea y visceral, y un aumento de la masa magra. Reumatológicas La artropatía está presente en más de un 60% de los casos, afecta especialmente a las grandes articulaciones y la columna vertebral, y es más acusada y precoz de lo esperable en la población general. Cursa con dolor, edema, rigidez y limitación funcional progresiva, con afectación de la calidad de vida. El exceso de GH/IGF-I provoca un sobrecreci- miento del cartílago articular y de los ligamentos periarticulares que provoca inestabilidad articular. Esta fase inicial es potencialmente rever- sible con el control de la hipersecreción de GH/IGF-I. En una segunda fase, ya irreversible, se producen microtraumatismos en las superficies articulares que se siguen de fenómenos de reparación exuberante con formación de cicatrices hipertróficas y osteófitos. La columna vertebral está afectada en el 40%-50% de los casos. Hay un aumento de la fragilidad ósea por alteración de la microar- quitectura del hueso trabecular, frecuentemente agravada por el hipo- gonadismo coexistente. Todo ello lleva a un aumento muy significativo del riesgo de sufrir fracturas vertebrales. Cardiovasculares Hasta el 50% de los pacientes, especialmente los de evolución más prolongada, presentan hipertensión arterial. Existe una miocardiopatía específica con hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo que origina una disfunción diastólica. Esta fase es asintomática en reposo, ya que el desarrollo de un síndrome hipercinético con aumento de la frecuencia y de la contractilidad miocárdica mantiene la función sis- tólica normal, pero puede ser sintomática durante el ejercicio. Si la miocardiopatía progresa, por enfermedad grave activa o por hipertensión arterial, puede dar lugar a una disfunción sistólica con grados variables de insuficiencia cardíaca. Son frecuentes las arrit- mias (7%-40%) y la coexistencia de enfermedad valvular (20%). La cardiopatía isquémica está presente entre el 2,5% y el 12% de los pacientes. Las manifestaciones cardiológicas mejoran con el control de la enfermedad, especialmente en los pacientes más jóvenes y con menor tiempo de evolución. La cardiovascular es la segunda causa de mortalidad en la acromegalia. Oncológicas El riesgo de cáncer está discretamente aumentado en la acromegalia, especialmente de carcinoma colorrectal, y en menor medida de tiroides, mama, gástrico y de vías urinarias. La mortalidad global por cáncer no está aumentada en la acromega- lia, si bien en series recientes ya es la primera causa de mortalidad. La presencia de pólipos colónicos, que pueden preceder al cáncer de colon, es muy frecuente (45%), por lo que es necesario su despistaje mediante la realización de una colonoscopia, especialmente en pacientes con clínica compatible, de mayor edad, con enfermedad más grave o de mayor tiempo de evolución. Respiratorias: síndrome de apnea-hipopnea del sueño Afecta al 60%-80% de los casos, y su desarrollo se relaciona con los niveles de GH e IGF-I. Es más frecuente en hombres, en obesos y en pacientes de mayor edad. Puede ser de origen central, pero predomina la forma obstructiva en relación con los cambios anatómicos óseos maxilares, mandibulares y de partes blandas de la vía respiratoria supe- rior. Cursa con ronquidos (78%) y apneas nocturnas, somnolencia diurna (51%), astenia y cefalea. Diagnóstico El diagnóstico de la acromegalia, una vez que se sospecha, es simple y se basa en la determinación de IGF-I y en algunos casos en la valora- ción de la supresión de la GH tras una sobrecarga oral de glucosa. El principal reto es conseguir un diagnóstico más precoz, para lo que es necesario aumentar el conocimiento de la enfermedad entre los profe- sionales con los que el paciente consulta en primer término: medicina de familia e interna, reumatología, traumatología, odontología, etc. El esquema del proceso diagnóstico ante la sospecha de acromegalia o gigantismo se resume en la figura 234-12. Algoritmo diagnóstico de la acromegalia. DM2: diabetes mellitus 2; Gd: gadolino; GH: hormona de crecimiento; HTA: hipertensión arterial; IGF-I: factor de crecimiento insulinoide; SAHS: síndrome de apnea-hipopnea del sueño; SOG: sobrecarga oral de glucosa; STC: síndrome de túnel carpiano. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N X V I CAPÍTULO 234 Enfermedades del hipotálamo y de la adenohipófisis © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 1939 Diagnóstico de sospecha Deben estudiarse todos los pacientes con cambios físicos caracterís- ticos o sugestivos de acromegalia o gigantismo, e igualmente todos los pacientes en los que se haya detectado un tumor hipofisario. Es recomendable descartar la hipersecreción de GH en los pacientes que, aun sin rasgos físicos característicos, presenten una combinación de dos o más comorbilidades o síntomas compatibles: diabetes de tipo 2 de nuevo inicio, artrosis precoz, hipertensión arterial de difícil control, miocardiopatía, bocio, pólipos colónicos, maloclusión o dias- tema, síndrome del túnel carpiano, apnea del sueño o hiperhidrosis. Diagnóstico bioquímico IGF-I La determinación de IGF-I es el test diagnóstico de primera línea. Es un marcador de la secreción integrada de GH y, a diferencia de esta, sus niveles plasmáticos son estables. Debe determinarse de acuerdo con el estándar internacional para IGF-I IS 02/254, e interpretarse con rangos de normalidad ajustados por edad y sexo. Una concentración de IGF-I normal prácticamente descarta la enfermedad. Por el contrario, un valor de IGF-I elevado (superior a 1,5-2 veces el límite superior del rango normal) para edad y sexo es diagnóstico de acromegalia. En la interpretación de esta prueba debe tenerse en cuenta que los niveles de IGF-I están elevados en la pubertad, la adolescencia, durante el tratamiento estrogénico y en el embarazo, y están disminuidos en la hepatopatía aguda, el fallo renal, la malnutrición y la diabetes mellitus con mal control metabólico. Si coexiste alguna de estas situaciones o si el valor de IGF-I es equívoco, debe realizarse una prueba de supresión de GH tras la sobrecarga oral con 75 g de glucosa. Supresión de GH tras una sobrecarga oral de glucosa Aunque la GH basal está elevada en la acromegalia, su determinación no tiene valor diagnóstico, ya que el carácter pulsátil de su secreción puede justificar niveles elevados en personas sanas. Tras una determi- nación basal de GH y de glucosa se administran 75 g de glucosa y se determina la glucosa y la GH cada 30 min durante 2 h. En sujetos sanos, la hiperglucemia suprime la GH por debajo de 0,4 µg/L si esta se determina mediante métodos ultrasensibles (como es habitual en nuestro medio), o por debajo de 1 µg/L si se utilizan métodos de menor sensibilidad. La ausencia de supresión de la GH por debajo de este punto de corte tras la sobrecarga oral de glucosa es diagnóstica de acromegalia. En la práctica clínica, y aunque no sea imprescindible para el diagnóstico, la GH tras sobrecarga suele realizarse en la misma visita al laboratorio en la que se determina la IGF-I. La GH tras sobrecarga confirma el diagnóstico si existiera alguna duda, los niveles basales de GH tienen cierto significado pronóstico y la determinación simultá- nea de glucosa nos permite identificar precozmente alteraciones del metabolismo hidrocarbonado. Otros estudios bioquímicos y de función hipofisaria La determinación de GH-RH está justificada en presencia de acrome-
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