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tripeptidasa, propeptidasa) que completan la digestión proteica. Hay cuatro sistemas principales de transporte de ami- noácidos: – Para aminoácidos neutros (triptófano): es el más importante y es dependiente de Na +. Su alteración da lugar a la enfermedad de Hartnup. – Para aminoácidos básicos (lisina, cistina, arginina, ornitina): es de menor importancia que el anterior y su alteración produce la cistinuria y la lisinuria. – Para aminoácidos dicarboxílicos (glutámico, aspártico): existe un transportador en parte depen- diente de Na +. – Para aminoácidos ácidos y la glicina, la prolina y la hidroxiprolina: existe otro transportador también dependiente de Na +. Los cuatro sistemas y sus transportadores son bas- tante específicos. Muchos aminoácidos se absorben lenta- mente por difusión. A veces se absorben cadenas peptídicas bastante largas sin ser degradadas a formas menores. También se ha caracterizado un transportador de membrana que actúa sobre dipéptidos y tripéptidos hacién- dolos entrar en la célula epitelial, utilizando un gradiente de H+. Los recién nacidos son capaces de absorber proteí- nas no digeridas, como los anticuerpos de la leche de la madre, pero los adultos sólo absorben aminoácidos libres. Una excepción a esta norma es la toxina proteica que cau- sa el botulismo, que es resistente a la digestión y se encuentra intacta en sangre. Los dipéptidos, tripéptidos y proteínas captadas por los enterocitos son degradadas por las peptidasas y prote- asas lisosómicas hasta aminoácidos libres, y después via- jan por la circulación portal hasta el hígado. Algunos son utilizados en el propio enterocito para su metabolismo. ABSORCIÓN DE LÍPIDOS Grasas de la dieta Los lípidos suponen entre el 30 y el 40% del aporte calórico diario, y son importantes para el ser humano, ya que forman parte de las membranas celulares, de las hor- monas, los leucotrienos, etc. Podemos sintetizar la mayo- ría de los lípidos que necesitamos, excepto los ácidos grasos esenciales, que son el ácido linoleico y el ácido ara- quidónico (precursores de las prostaglandinas), y parece que también el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosa- hexaenoico en los recién nacidos. Los lípidos son sustancias insolubles en el agua pero solubles en los disolventes orgánicos. Los más abundantes en nuestra dieta son los triglicéridos, que suponen el 90% de todas las grasas ingeridas, y que están formados por un eje de glicerol esterificado con tres ácidos grasos. También consumimos fosfolípidos, que son semejan- tes a los triglicéridos, pero que se caracterizan porque una de las posiciones de un ácido graso está ocupada por un fosfato acoplado a una base nitrogenada. Consumimos colesterol que procede exclusivamente de la grasa de los animales. En muchas ocasiones el coles- terol procedente de la bilis (1 g/día) excede al colesterol procedente de la dieta (0.3-0.6 g/día). Podemos ingerir algún esterol procedente de las plantas y escasos ácidos grasos de cadena corta (C2-C6) y media (C6-C12). Mecanismo de absorción de los lípidos (Fig. 61.5) Los recién nacidos producen lipasa en las glándulas salivales y en el estómago, pero en los adultos esta pro- ducción es más escasa. Así, aunque discretamente la diges- tión de grasas comienza con la secreción de lipasa salival, se lleva a cabo fundamentalmente con la secreción de la lipasa, colipasa, fosfolipasa y colesterol-esterasa pancreá- ticas. De esta forma, tenemos en la luz intestinal los pro- ductos residuales de la digestión de las grasas, que son: glicerol, monoglicéridos, ácidos grasos, lisofosfolípidos y colesterol libre. Todos estos productos no son, sin embargo, absorbi- bles, porque la secreción intestinal es un medio acuoso, y el reborde luminal del enterocito esta recubierto por una capa líquida continuada. Por este motivo, las sales biliares desempeñan un papel importante en la absorción de los lípidos al llevar a cabo la solubilización micelar y conver- tir las grasas en sustancias solubles en agua. Los productos de la digestión de los lípidos son absor- bidos principalmente por difusión pasiva, ya que las grasas son muy solubles en los lípidos de la membrana celular, y se introducen fácilmente en el enterocito. Algunos lípi- dos se absorben de forma activa mediante transportadores específicos. 738 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O LUZ INETSTINAL Micelas Vellosidades intestinales Enterocito Resíntesis de lípidos Quilomicrones Vasos linfáticos Ret. endoplásm. liso MG AG COL FL GLI Figura 61.5. Al intestino delgado llegan micelas que transpor- tan ácidos grasos (AG), monoglicéridos (MG), colesterol (COL), fosfolípidos (FL) y glicerol (GLI). Atraviesan la membrana celu- lar y se resintetizan en el retículo endoplásmico, tras lo cual son empaquetados en quilomicrones que son liberados a los vasos linfáticos para ser transportados al hígado.
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