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parte de los 60 g va a ser sometida a un proceso de trans- formación hasta piruvato mediante la glucólisis y en una mínima cantidad en energía (ATP) que apenas suple el gasto energético que la propia glucólisis ha consumido. Afortunadamente, el piruvato producido es oxidado más tarde a acetil CoA o CO2 y H2O, por el complicado ciclo de los ácidos tricarboxílicos (TCA, tricarboxylic acid). Este mecanismo de oxidación proporciona una renta neta de ATP. La glucólisis proporciona una cantidad pequeña de energía, que se utiliza para la biología de la propia célu- la y, por tanto, su misión fundamental es la de conseguir piruvato. Hay que hacer constar que el hepatocito como la célula oxigenada y con mitocondrias, no genera lactato desde la glucólisis; de hecho, aprovecha el que le llega desde otros tejidos para conseguir energía, pero no duran- te la ingestión. Por lo tanto, la mayoría de estos 60 g de glucosa que el hígado había retenido se almacena como glucógeno para los períodos de carencia (Fig. 63.2). Aproximadamente, los otros 40 g de glucosa ingerida escapan al hígado y a través de la sangre terminan en los hematíes y el cerebro (25 g entre ambos) o en la grasa y el músculo (15 g entre ambos). En el cerebro y en los hema- tíes van a ser consumidos como tales, mientras que en el músculo y la grasa van a ser almacenados, como glucóge- no en el músculo, o como triacilgliceroles en la grasa. Una pequeña fracción de la glucosa ingerida se desviará hacia la vía de las pentosas-fosfato para la síntesis de NADH o se destinará a las síntesis de glucurónidos, utilizados en los mecanismos de conjugación imprescindibles para hacer más hidrosolubles algunas sustancias y de esta forma per- mitir su excreción a través de la bilis o su transformación en productos más activos. La grasa, en forma de quilomicrones, abandona el enterocito hacia la linfa. Desde el conducto torácico drena en la vena subclavia y a través del sistema venoso llega al hepatocito. Anteriormente, en los capilares del tejido adi- poso, los quilomicrones y también las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL, very low density lipoproteins) van a sufrir la acción de las lipoproteinlipasas, que liberan los ácidos grasos de los triacilgliceroles (corrientemente llamados triglicéridos). En esta situación de buen estado alimentario, el hígado esterifica los ácidos grasos y los exporta al tejido graso como triglicéridos en las VLDL. En el tejido graso van a ser almacenados como fuente de ener- gía fundamental. En estado de ingestión el hígado no nece- sita o necesita muy poca energía desde los ácidos grasos, y tampoco los almacena. Sólo utilizará los precisos para reponer las estructuras hidrofóbicas de sus compartimien- tos celulares. Los aminoácidos pasan sin modificación a través del hepatocito, a menos que su concentración sea muy elevada, en cuyo caso pueden ser catabolizados. La oferta de los ami- noácidos absorbidos tras una comida normal que llega al hepatocito es elevada. Algunos serán utilizados para la sínte- sis de estructuras proteicas celulares que deben ser renova- das, o para sistemas enzimáticos; y otros serán catabolizados 752 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O Bomba Bomba Bomba Glucosa 6. P Glucosa Glucosa Pentosas fosfato Glucurónidos Grasas LactantePiruvato Acetil-CoA CO2 CO2 OH- Figura 63.2. Rutas de la glucosa en el hepatocito.
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