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Bajo la influencia de progesterona se produce: cérvix cerrado, pocas comunicaciones, niveles citosólicos de Ca2+ bajos y quiescencia miometrial. Cuando la gestación termina, cambia el equilibrio estrógenos/progesterona a favor del ablandamiento del cérvix, cambia la sensibilidad a la oxitocina y aumenta la prostaglandina y la contractili- dad uterina. Oxitocina Existe controversia en cuanto a la relevancia de esta neurohormona en la iniciación y mantenimiento del parto. Hay una secreción fetal y otra materna, y ambas parecen independientes. Oxitocina fetal. La oxitocina fetal puede ser transfe- rida a la circulación materna e iniciar y/o mantener el pro- ceso del parto. En ovejas, la infusión de oxitocina en el compartimiento fetal estimula las contracciones uterinas. Oxitocina materna. Los cambios hormonales dentro del útero durante el embarazo determinan cambios signifi- cativos en la sensibilidad a la oxitocina. Ésta es prácti- camente nula hasta la semana 20, y se incrementa progresivamente hasta alcanzar un valor elevado y estable en la semana 36. Con el inicio del parto la sensibilidad aumenta de nuevo. La oxitocina materna se libera en picos de secreción, que aumentan de frecuencia al progresar el parto. Los receptores de esta hormona se encuentran en el miometrio y la decidua, y están regulados por hormonas esteroideas (potenciados por los estrógenos, la progestero- na disminuye su número) y por la distensión del útero. A lo largo de la gestación, estos receptores aumentan más de cien veces. La oxitocina interacciona con su receptor mio- metrial, produciendo un efecto despolarizante, mediado por adenilciclasa. La oxitocina induce fuertes contracciones uterinas, y su acción es complementaria de la de las prosta- glandinas. Además, la oxitocina estimula la síntesis de PGE2 y PGF2� del tejido decidual. La acción de la oxito- cina sobre el mantenimiento del parto es, pues, doble, una directa sobre la contractilidad uterina y otra indirecta, pro- moviendo la síntesis de prostaglandinas (Fig. 81.14). La perfusión de oxitocina se emplea de modo regular en la práctica clínica ginecológica para inducir el parto al final de la gestación. Una vez que el parto ha comenzado, la propia activi- dad uterina mejora la contractilidad miometrial. Cuando el útero se contrae, dilata el cérvix y activa receptores de esti- ramiento de la pared cervical; se producen entonces impul- sos nerviosos que son trasmitidos por la médula espinal y mediante reflejos autónomos provocan la contracción ute- rina (Fig. 81.12). Estos mecanorreceptores son también los desencadenantes de la liberación de oxitocina (véase Capí- tulo 68). F I S I O L O G Í A D E L A F E C U N D A C I Ó N , E M B A R A Z O Y PA R T O 1055 Estrógenos Distensión uterina Receptores de oxitocina Contracciones uterinas Dilatación del cuello y distensión de la vagina Activación de mecanorreceptores cervicales y vaginales SNC Secreción de oxitocina + + Síntesis de prostaglandinas Figura 81.14. Efecto de la oxitocina en el parto.
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